La Educacion Del Talento - Jose Antonio Marina

No educamos para obtener buenos resultados escolares, y no buenos resultados vitales fuera de la escuela. Hay muchos tal

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No educamos para obtener buenos resultados escolares, y no buenos resultados vitales fuera de la escuela. Hay muchos talentos distintos, (musicales, financieros, atléticos, etc.) lo mismo que hay inteligencias diferentes, sin embargo hay una inteligencia superior que deberíamos poseer todos, porque es nuestro supremo recurso, la que administra y gestionan el resto de talentos, la inteligencia práctica. La función principal de la inteligencia es dirigir bien el comportamiento, aprovechando para ello su capacidad de asimilar, elaborar y producir información; y cuando triunfa, se logra el TALENTO, que nos permite utilizar bien nuestras destrezas y capacidades para dirigir nuestra acción en el libro la educación del talento de José Antonio Marina, El objetivo es explicar cómo funciona la inteligencia, para mejor gestión de nuestra propia vida. vamos con la primera de estas cuatro tipo de inteligencias: 1.- LA INTELIGENCIA GENERADORA Los científicos dicen que nuestro cerebro no descansa nunca, que continuamente esta elaborando, relacionando y conservando información.

El primer objetivo de la educación debería ser ayudar a los educandos para que su cerebro se convierta en una fuente generadora de ideas brillantes, deseos adecuados, sentimientos alegres, discursos elocuentes, ocurrencias divertidas. Lo más desconcertante es que de esta inteligencia generadora sólo conocemos sus resultados conscientes, no el modo como funciona, ni por qué unas veces produce un sentimiento y otras, otros. En definitiva, que dependemos de mecanismos no conscientes por ejemplo: -Los deseos y los impulsos: Los deseos son la conciencia de nuestras necesidades o de nuestras expectativas, y nos mueven a la acción. Si necesitamos beber, sentimos sed, y buscamos agua. -Los sentimientos: Nos sentimos alegres, tristes, furiosos, deprimidos, aterrados. Los sentimientos evalúan la situación y tiene una función adaptativa. O por ejemplo, si percibo un peligro, siento miedo, que me impulsa a huir. Si capto un obstáculo, me enfrento a él. -Las ideas y las soluciones a los problemas: Las ideas en muchas ocasiones surgen repentinamente, Nuestra inteligencia generadora de ideas trabaja de forma inconsciente para nosotros, y en ocasiones, de forma totalmente inesperada, nos ofrece la solución. Pero

cuidado, las ideas no siempre son buenas, porque pueden aparecer como incitación a cosas tremendas. A partir de esa emergencia, tenemos que tomar partido. Aceptarla o rechazarla. -La comprensión: Quiero comprender, pero muchas veces no puedo, o no depende de mí. En ocasiones, una presentación diferente del mismo tema puede llevar a la comprensión, con ello podemos hacer que la información se reorganice en el cerebro, y se haga la luz “Ahora caigo” -Las enfermedades mentales: La patología mental nos permite estudiar fenómenos normales, pero agrandados, desmesurados. Cuando una preocupación entorpece la vida normal, estamos ante un “Trastorno Obsesivo Compulsivo” la persona no puede liberarse de sus pensamientos y esto le provoca una gran angustia. Su inteligencia generadora funciona mal y le produce ocurrencias dañinas. Estas ocurrencias pueden desembocar en una depresión. En todos los casos,Por debajo de esas experiencias, está el trabajo de la inteligencia generadora. Una gran parte de nuestra actividad mental es inconsciente. Sólo se hacen conscientes algunos de los resultados de esa actividad.

Nada entorpece mas el desarrollo personal que la errónea creencia de que cada uno es como es y no puede cambiar. Una de las capacidades más sorprendentes de la inteligencia es la de ser creadora, la de encontrar posibilidades dentro de la realidad. 2.- LA INTELIGENCIA GENERADORA DE DESEOS Los deseos tienen su origen en nuestra biología, proceden de la inteligencia generadora, los necesitamos para vivir, pero al mismo tiempo no podemos fiarnos de ellos, por ello todas las culturas se han preocupado de educar los deseos. Unas anulándolos (budistas) otras sometiéndolos a la voluntad (occidentales). La experiencia del deseo es bien conocida de todos. Es una inquietud dirigida hacia un objeto o una acción que aparecen como la satisfacción posible de esa inquietud. Es bueno lo que satisface nuestros deseos, y es malo lo que los frustra. Aunque a veces un deseo es frenado por otro, Tenemos deseos de insultar a una persona, pero nos frena el deseo de mantener la concordia. La ampliación y la hibridación de los deseos y de los premios básicos son los dos mecanismos que permiten la ecuación. Hay deseos nobles y deseos miserables, deseos espirituales y bestiales, aunque se pueden considerar

en general tres deseos como básicos: 1. El deseo del bienestar personal. El deseo de evitar el dolor y de disfrutar. La satisfacción de cualquier deseo produce una experiencia placentera, pero en este caso se centra exclusivamente en el yo. 2. El deseo de relacionarse socialmente, de formar parte de un grupo y de ser aceptado. Sólo en sociedad podemos desarrollarnos. Los placeres que se refieren a uno mismo no nos satisfacen del todo, no hay ningún “niño lobo” feliz. En todas las culturas la exclusión del grupo se considera una condena, necesitamos vivir en sociedad y estar reconocidos por ella, aunque estos deseos limitan otros para no romper la cohesión de la sociedad. 3. El deseo de ampliar las posibilidades de acción. Este parece el deseo más específico de los humanos, porque se introduce en todos los demás, actuando como un deseo dentro de los deseos. Este gran deseo incluye el afán de crear, de explorar, de realizarse, y también la voluntad de poder, la motivación de logro y de competencia. Estos tres deseos no existen en estado puro, sino que se dan modulados por la cultura. La sociedad juega en esto un papel protagonista, proporcionando modelos de deseos que pueden ser buenos o malos, existiendo sociedades que estimulan más un deseo que otro.

Las necesidades, los deseos, los impulsos con sólo parte de un fenómeno más amplio, ”La motivación”. Una de las características del talento es la capacidad de motivarse a sí mismo. El deseo es sólo uno de los componentes de la motivación, que es el resultado de la suma de los tres factores: Motivación = deseo + expectativas + facilitadotes La fuerza del deseo, la valoración del premio y la acción de los facilitadotes, constituye la motivación, las ganas de actual. Cuando alguno de los elementos se debilita, la motivación disminuye. Los tres factores de la motivación nos enseñan el camino a seguir en la educación. La educación del deseo, se ha convertido en educación de la motivación, un tema q2ue obsesiona a padres y docentes “Dad al niño el deseo de aprender y cualquier método será bueno” (Rousseau) El segundo factor de la motivación es el objetivo, el premio, la meta que debe atraer, que debe enlazar con el deseo. El incentivo incendia, el deseo lo dirige. El tercer factor de la ecuación de la motivación son los factores que animan a la acción o que la facilitan. La destreza, la confianza en la propia competencia, la seguridad en se va a alcanzar la meta, la resistencia que el entrenamiento proporciona. La confianza que tenemos en nuestra capacidad para enfrentarnos con

los problemas. Los deseos pueden plantear dos tipos de problemas, Unos, cuando son excesivos y al sujeto le resulta difícil controlarlos. Otros porel contrario vienen de una debilida de los deseos “es que no le interna nada” “la apatía”, una situación desesperante para padres y educadores.. Una pedagogía de los incentivos es el único recurso que tenemos para despertar los buenos deseos dormidos, bloqueados por la ansiedad, la auto devaluación o la intolerancia. Volvemos a presentar una sencilla fórmula que describe gráficamente lo que hace atractivo a un incentivo: Placer anticipado Fuerza del incentivo = ---------------------------------------------------Molestia necesaria para conseguirlo Se ponen de manifiesto dos herramientas educativas. La primera consiste en reducir los obstáculos, eliminando las creencias que bloquean la acción y aumentando la habilidad para la tarea, reduciendo la molestia.. La segunda es ayudar a anticipar el placer de la meta. - La motivación para estudiar –

El primer paso es eliminar los obstáculos que bloquean el deseo, ya sean físicos o psíquicos. En segundo lugar, no podemos pretender que el sujeto tenga ganas de estudiar, porque el estudio es una actividad costosa, lo importante es que tenga ganas de aprender. Un modo de hacerlo puede ser observar qué es lo que interesa al niño, qué actividad hace bien, para hacerle sentir un aumento de su capacidad general de desear o de esforzarse. En segundo lugar debemos trabajar sobre el fortalecimiento del incentivo, intentando que anticipe la satisfacción de la meta. Resulta útil una pedagogía del entusiasmo, venciendo asó su resistencia o su desconocimiento…lo mas importante para que el incentivo funcione es conseguir que el alumno tenga una experiencia agradable del objetivo. 3.- LA INTELIGENCIA GENERADORA DE SENTIMIENTOS Los sentimientos nos informas de cual es el estado total de nuestro organismo, de cómo se están comportando nuestros deseos en su choque con la realidad. Cada uno de los sentimientos impulsa a una acción determinada, es decir, despierta algún tipo de deseo de segunda generación. La ira a atacar, la tristeza a llorar. Cada uno de nosotros tiene su propio estilo

afectivo, su propio perfil de deseos. Fomentar estilos afectivos que favorezcan el bienestar, el amor, en una palabra la felicidad, es un hermoso proyecto, y eso supone adiestrar el inconsciente (una vez más). Los mecanismos productores de sentimientos suelen llamarse “Esquemas emocionales”, que son estructuras neuronales llenas de información adquirida a través de la experiencia vital. Es útil conocerlos, porque si podemos alterar alguno de esos mecanismos, podremos cambiar los sentimientos que provocan. Estos esquemas están compuestos de cuatro elementos más o menos modificables: 1. La situación real del organismo. Hay estilos sentimentales que proceden de alteraciones biológicas, o del estadio de cansancio o estrés. La alteración de los neurotransmisores provoca estilos afectivos determinados. A veces el único modo de cambiar el estilo afectivo es cambiar la citación fisiológica o social. 2. Los deseos y proyectos. No todos deseamos lo mismo, ni lo deseamos con la misma intensidad. Los deseos pueden tener un componente fisiológico, pero como hemos visto, el estilo emocional puede hasta cierto punto educarse. 3. Las creencias que tenemos a cerca de cómo funciona el mundo y las otras personas. Esto nos hace ser optimistas o pesimistas, audaces o inhibidos. Hay ideas del mundo que fomentan sentimientos de un tipo o de

otro. 4. Las creencias que tenemos acerca de nosotros mismo y de nuestra capacidad para enfrentarnos con los problemas. No se trata de la capacidad real. Sino de la idea que tenemos a cerca de ella. Son creencias que funcionan como profecías, que se cumplen por el hecho de pensarlas. El “estilo afectivo” es un hábito aprendido, una forma de interpretar y evaluar lo que sucede. A continuación, a modo de ejemplo, estudiamos el aprendizaje de tres hábitos sentimentales: la confianza en sí mismo, el optimismo y la compasión. El aprendizaje de la confianza en sí mismo es importante para evitar los problemas que genera la inseguridad, la ansiedad, la inhibición, ya que falsea la toma de decisiones, provoca baja autoestima. La confianza en si mismo es un recurso muy valioso que se debe fomentar, y tiene tres componentes: la seguridad básica, la adquisición de competencias y el sentido de la propia dignidad. La seguridad básica la adquiere el niño mediante la experiencia de ser atendido cuidadosamente. A partir de los dos años, quiere adquirir otra seguridad que procede de su competencia, necesita hacer cosas “Mamá, mira lo que hago”. Finalmente adquiere la conciencia de su

propia dignidad, en la que va a vasar su autoafirmación e independencia respecto del grupo.. El aprendizaje del optimismo. El optimismo puede aprenderse. El pesimismo es un enemigo a batir. Se deben evitar expresiones como “siempre” o “nunca”, al comentar lo que nos sucede, o generalizar situaciones “soy un desastre en todo”, así como culparse de los fracasos atribuyendo a otros los éxitos. El aprendizaje de la compasión. La compasión es el sentimiento de sentirse afectado por el dolor de otra persona. Es el sentimiento más propio de la humanidad, por eso a quien no lo siente lo llamamos inhumano. Compasión no es lo mismo que empatía, que es comprender los sentimientos ajenos, pero no sentirse afectado por ellos. 4.- LA INTELIGENCIA GENERADORA DE IDEAS A nuestra conciencia no solo llegan deseos y sentimientos, sino también ideas, proyectos, palabras. Nos enfrentamos a un problema e intentamos buscarle una solución. Hay muchas cosas que se nos ocurren de repente, acciones que realizamos con facilidad, que sabemos son el producto del pensamiento no consciente. Cuando intentamos lleva a cabo un trabajo creativo, se pone en marcha un proceso de generación de ideas que implica tres granes facultades, las ejecutivas (decisión

del proyecto a realizar), las ejecutivas (presiono para su realización) y las de evaluación (selecciono las buenas y rechazo las malas. Siguiendo este proceso, el cerebro se pone a trabajar de forma muchas veces inconsciente, y fruto de este proceso surgen las soluciones, las ideas buenas, aunque conscientemente en ese momento no estemos pensando en ello. Pensar = actividad + redes cognitivas + operaciones de búsqueda + evaluación Si construimos estos cuatro elementos, los resultados serán excelentes. 1. La actividad. Aunque nuestro cerebro está siempre funcionando, no siempre lo hace con la misma intensidad. Hay un modo pasivo de recibir la información y un modo activo, que incluye cualquier dato dentro de operaciones de comparación, relación, interrogación, etc. Es necesario tener una actitud activa para que nuestra inteligencia funcione. Hay que estar alerta para que la experiencia nos proporcione sabiduría. Saber usar bien la inteligencia es nuestro gran poder.