La Divina Comedia - Alegoria de la Selva

Infierno, canto I: alegoría de la selva El canto I de “La Divina Comedia” pertenece a la cántica del Infierno aunque no

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Infierno, canto I: alegoría de la selva El canto I de “La Divina Comedia” pertenece a la cántica del Infierno aunque no se encuentra dentro de él ya que el mundo subterráneo de la muerte comienza en el canto III. El canto I funciona como introducción tanto para el mundo infernal como para toda la obra en general. Dante personaje se presenta al inicio de su poema-narrativo perdido “en una selva oscura”. Plantea una metáfora bíblica para referirse a la vida: “camino de nuestra vida”, él se halla en la mitad, por lo tanto, los estudiosos establecieron los 35 años como la edad aproximada que debe tener el personaje. La “selva” es una fuerte imagen metafórica que representa el pecado no sólo por la oscuridad a la que no llega la luz del sol y la razón, sino también por sus tres significativas carcaterísticas: “tupida, áspera y salvaje”, es díficil encontrar la salida y difícil su estancia en ella. La razón por la que protagonista se encuentra en ese lugar hace referencia a otra metáfora de uso bíblico: “la buena senda” que Dante-personaje había perdido. La selva, como vida pecadora, llega en el momento en que el individuo se aleja de vida correcta desde un punto de vista moral. El buen camino es la existencia que respeta los preceptos o mandamientos, en este caso, cristianos. Tan sólo recordar esa experiencia, vuelve tan real el sentimiento de “pavor” en el personaje como si estuviera de vuelta allí, el pasaje por esa “selva” dejó huellas profundas en el alma de Dante que se siente cercano al fin de sólo pensar en ello. En este momento, se establece el comienzo de la historia ya que el protagonista plantea que contará lo que vio en su experiencia con el fin de comunicar “el bien” que encontró allí. En este caso, la circunstancia adversa y dolorosa, depara un conocimiento o aprendizaje fructífero. El narrador no tiene la claridad necesaria para explicar el modo en que entró en el pecado, el sueño es el estado del espíritu que se asocia al inconsciente, por lo tanto el personaje estaba dominado por el sueño cuando cae en la vida impía, es decir, en estado inconsciente, sin controlar sus impulsos o instintos. Cuando logra llegar al borde del “valle” que lo llenó de “espanto” se encontró “al pie de una colina”, esta es asociada con el monte del Purgatorio, el reino donde esperan purificarse aquellos que subirán al Paraíso. Como la “cumbre” de este monte tiene la luz del sol, que en tiempo de Dante se pensaba que era un planeta, se puede identificar su cima con el paraíso terrenal donde comienza la luz de los bienaventurados. Dante establece una imagen metafórica a través del “lago de mi corazón” para expresar el sitio más íntimo y frágil en el interior del ser humano. Los sentimientos agitados del corazón del protagonista,

frente al riesgo del pecado y sus consecuencias, se serenan al ver la esperanza de salvación divina. Luego el poeta desarrolla un símil, comparación extensa, relaciona su espíritu inquieto por el temor y la inestabilidad, con un náufrago que alcanza la orilla a salvo, luego de combatir con el mar, y mira hacia atrás para reconocer la muerte que cercana. Dante meciona la selva como “el paraje del que nadie salió vivo nunca”. Primero se repone de lo vivido y luego continúa por la orilla de una playa donde “el pie firme se hundía”, esto significa que es difícil caminar y avanzar, salir de allí. Al autor le interesa remarcar que de una existencia pecaminosa no se sale en forma inmediata o fácil.

Infierno, canto I: encuentro con las fieras Al comienzo de la segunda parte del canto I, luego de salir de la “selva oscura” y caminar “por la desierta playa”, al personaje se le presenta “una agilísima y veloz pantera”. Este animal, como los dos que siguen a continuación, representan simbólicamente el pecado en su naturaleza instintiva y salvaje. La pantera tiene un andar felino, lento y sensual, cautivante, por esto es la lujuria. Además, es atractiva a la vista porque tiene “pintada piel”. El animal le obstaculiza el avance hacia la liberación. Dante describe el comienzo del amanecer y la salida del sol. Menciona “el amor divino” que es el punto de partida para la creación de la belleza natural. De esta manera, la contemplación del alba y su luz, invitan a esperar el momento adecuado para continuar a salvo de la atracción que ejerce este animal de “piel manchada”. La segunda bestia es aún mas feroz: “un león”. Este simboliza la soberbia por la forma decidida y firme con la que avanza, además lleva “alta la cabeza” en actitud de superioridad. Este animal ruge “de hambre” y el mismo aire que lo rodea tiembla y se estremece antes su presencia amenazante. En tercer y último lugar, aparece “una loba”. Esta se manifiesta como la avaricia, pecado fatal que logra quitarle al poeta “la esperanza de alcanzar la cima”. Se observa que, tanto la lujuria como la soberbia y la avaricia, son faltas que atacan en vida y vencen al poeta. La loba tiene como característica fundamental “su delgadez” que la muestra “llena de todos los apetitos”. Este planteo implica que el avaro nunca está satisfecho, y sólo logra consumirse a pesar de lo que retiene y guarda para sí. En este pecado, el autor se detiene y explica que ya causó “la desgracia de mucha gente”, entonces Dante hace una crítica a

sus contemporáneos. Para concluir con esta segunda parte del canto I, se desarrolla un símil (comparación extensa): el protagonista establece una relación entre “aquel que se enriquece” y celebra alegre pero se amarga y sufre “al llegar la hora de perderlo todo”, con él mismo que creyó salir del pecado pero, en última instancia, la loba no se lo permite. El animal es presentado como una “bestia implacable” y lo hace retroceder nuevamente hacia la selva.

Infierno, canto I: presentación y encuentro con Virgilio Las tres fieras, como representaciones simbólicas del pecado, llevan a Dante hacia “el fondo oscuro” nuevamente. Y es en el momento en que se pierde en el domino del sueño y la ausencia de entendimiento, cuando aparece Virgilio. El poeta latino es presentado sencillamente como “alguien” porque el protagonista no logra distinguir con claridad su figura, a demás llega en silencio. Su aparición es discreta y serena, sobria. En el poema, Virgilio simboliza la razón. Dante hace referencia al lugar en que se encuentra a través de la imagen “vasto desierto” por la desolación que siente frente al peligro que vive. El personaje le va a gritar a la figura pidiéndole “piedad”. Como no logra saber quién o qué es lo nombra como “hombre o sombra”. Entonces Virgilio se presenta. Queda claro que es un alma que llega del Más Allá al explicar que no es un hombre sino que lo fue, en tiempo pasado, antes de su muerte. Primero ubica geográficamente a sus progenitores en Mantua que es donde nació el poeta latino. Luego plantea su tiempo histórico: al final de la época de Julio César, vivó en Roma durante el período del emperador Augusto. También describe su tiempo como de dominio de dioses paganos, los greco-latinos. Por último define su profesión: fue el poeta que escribió “La Eneida”, Eneas fue un héroe troyano (hijo del anciano Anquises y la diosa Afrodita) que logra escapar del incemdio de Troya para fundar, por órdenes divinas, Roma. Luego de presentarse, pregunta a Dante sobre su situación de pesar y conflicto. El personaje debería dirigirse al monte del Purgatorio y no retroceder hacia la selva. Describe al Purgatorio como “causa y principio de toda alegría” por le redención del alma que implica. El protagonista lo reconoce como su maestro y lo nombra con una imagen metafórica que alude a la importancia de Virgilio en la literatura italiana que vino después que él: “fuente de la que nace tan caudaloso

río de elocuencia”. Es el más honrado de los poetas que han existido y la imagen de la “luz”, se puede asociar con la función de guía que va a desempeñar. Ahora que está frente a él, Dante siente el valor de la lectura y el estudio dedicado a la obra poética de Virgilio. Claramente lo define como “maestro y autor”, de algún modo de debe a él su camino en la literatura y lo que ha producido como artista. Mencionará el “bello estilo” haciendo refencia al “Dolce Stil Novo” corriente lírica a la que Dante adhirió en sus sonetos y de la cual aparecen rasgos en “La Divina Comedia. Dante concluye su discurso de saludo mostrándole la fiera que le obstaculiza el avance fuera del pecado: la loba. Suplica ayuda porque sabe que solo no podrá huir, será entonces Virgilio quien encarne la razón que guía al protagonista fuera de las tinieblas del pecado.

Discurso de Virgilio (consejos y presentación del viaje) El maestro indica al personaje que es “otro camino” que debe seguir para salvarse del acecho de las fieras y su perdición: será el viaje a través de los tres reinos de Ultratumba. Se refiere a la loba como una “bestia” que irremediablemente corta el paso a quien se atreve a enfrentarla; habla de su “naturaleza malvada y ruin” haciendo referencia a las consecuencias del pecado de la avaricia en los individuos, cómo los corroe y deshumaniza. Vuelve sobre la idea ya expuesta por Dante del “hambre voraz” del animal que sólo le acarrea “más apetito después de comer”, se trata del circuito cerrado y tortuoso del avaro porque en su exceso no ve la esperanza y se hunde en su propia miseria espiritual. Al plantear que la loba se une a muchos otros animales, manifiesta la visión de que un pecado capital se extiende hacia otros por continuidad. El segundo momento del discurso de Virgilio alude al “mastín” que llegará para acabar con la avricia, se trata de un perro de caza. Posiblemente sea una refencia metafórica a Cristo y su esperada segunda venida al mundo: no necesita bienes terrenales, su reino es espiritual, se nutre de “sabiduría, amor y virtud”. Al mencionar la pobreza, se piensa en la vida humilde de Jesús. Este “mastín” curará del pecado a la patria de Dante, y la menciona como aquella tierra de los personajes de su “Eneida”. Por último, plantea que la avaricia será devuelta al mundo subterráneo de la muerte de donde surgió por motivación de la envidia. Entonces en el tercer momento del discurso explica a Dante

su presencia allí: será el “guía” del protagonista a través del Infierno y el Purgatorio. El primero es caracterizado, como el “lugar eterno donde oirás gritos de desesperación, verás a los antiguos espíritus dolientes llorando su segunda muerte cada uno”. Y en el caso del segundo, se mencionan las almas que lo habitan, como “los que están contentos entre las llamas porque esperan llegar, cuando sea, a reunirse con las almas venturosas”. Queda claro que Virgilio no puede ir hasta el Paraíso porque nombra un “alma” con quien dejará a Dante para que continúe, esta es Beatriz, “más digna” que Virgilio porque accedió a la fe cristiana. El poeta fue “rebelde” al adorar dioses paganos. Dante nuevamente suplica huir de ese paraje desolado y del peligro de las fieras. Entonces comienzan el camino uno detrás de otro.