La Diosa Inanna

INANNA, DIOSA DEL AMOR, EL SEXO Y LA GUERRA Inanna era la deidad protectora sumerio babilónica. Como Señora de los Ciel

Views 87 Downloads 4 File size 346KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

INANNA, DIOSA DEL AMOR, EL SEXO Y LA GUERRA

Inanna era la deidad protectora sumerio babilónica. Como Señora de los Cielos Inanna estaba asociada al planeta Venus. Inanna es la guardiana de las leyes cósmicas o las "me", las leyes fundamentales del universo. Inanna era una diosa guerrera, pero también diosa del amor y el sexo. Protectora de las prostitutas (en Sumeria y Babilonia existía un tipo de prostitución sagrada) una vez al año el rey debía copular con ella por medio de una de las prostitutas sagradas del templo Inanna para los sumerios, Ishtar para los babilonios Ambas civilizaciones forman parte de la Antigua Mesopotamia ("Tierra entre ríos"). Inanna era la deidad protectora de la ciudad de Uruk, y allí se hallaba su santuario principal Como Señora de los Cielos Inanna estaba asociada al planeta Venus (su desaparición y reaparición en el firmamento nocturno dio origen al mito del descenso al mundo de los muertos, mito presente en muchas otras mitologías) Cuando Inanna aparece en tu vida, es porque has sido durante mucho tiempo la fuente de la cual todos se han alimentado y nutrido. Te estás secando poco a poco y debes volver a abastecerte, nutrirte nuevamente. Inanna simboliza una etapa “egoísta” de nuestra vida, donde debemos volcarnos hacia nosotras y completar las facetas y deseos que nunca hemos realizado, ya sea por temor, por circunstancias de la vida, etc. La razón que sea no es suficiente. Debes aprender a vivir por ti misma todo lo que deseas y no vivir o fluir a través de otros. Nunca permitas que el miedo empañe tu visión

1

INANNA Y LAS 7 LEYES FUNDAMENTALES DEL UNIVERSO

En una leyenda se nos cuenta cómo en una ocasión un joven campesino, Shakale-tuda, tuvo la osadía de violar a la diosa y robarle las "me" (las 7 leyes fundamentales del universo). Ocurrió mientras Inanna, había subido a las montañas para desde allí contemplar Sumer y así desplegar la perfección de los "me" (observar a la humanidad y separar a los falsos de los justos), cansada de escudriñar cielo y tierra decidió echarse a dormir a la sombra de un arce

Dejó los "me", que llevaba en forma de siete tablillas" firmemente atados a sus piernas. Pasó por allí Shu-kale-tuda, quien viendo a la diosa se acercó a ella y desató las tablillas de sus piernas, violó a la diosa mientras ésta dormía y se llevó los "me" consigo. Cuando Inanna despertó y se dio cuenta de lo sucedido se encolerizó terriblemente y se propuso encontrar y castigar al culpable Shu-kale-tuda, después de lo que había hecho, se había dado cuenta de que corría peligro y confesándoselo todo a su padre, le había pedido consejo. Su padre le aconsejó esconderse en la ciudad, pues entre tanta gente sería difícil encontrarlo Presa de la ira, Inanna castigó al pueblo sumerio en tres ocasiones. En una de ellas convirtió el agua de los pozos en sangre, y en otra envió inundaciones y tormentas de arena. Finalmente el padre de Inanna, el dios Enki (aunque en otras ocasiones se la considera hija de Suen, el dios de la Luna), consiguió aislar a este entre la multitud. Inanna lo castigó con la muerte, pero permitió que su nombre se recordase en una canción que se conocería en todo el reino y sería cantada desde el palacio del rey a la más mísera de las cabañas campesinas. Este mito nos da una idea del carácter de Inanna. Diosa caprichosa, ambiciosa y muy poderosa. Seductora e inmisericorde, Amante y promiscua, Inanna no solía representar la faceta de madre y esposa

2

INANNA Y LA MUERTE DE SU AMANTE DUMUZI

En otro mito, el de la muerte de su amante, Dumuzi, el dios pastor, se nos explica el ciclo de las estaciones. Según algunas versiones Dumuzi fue asesinado por una mujer bandido y su hijo, que pretendían hacerse con el rebaño del pastor; en otras versiones la propia Inanna envía a Dumuzi al mundo de los muertos en su lugar tras su descenso al inframundo En la leyenda que nos cuenta cómo Bilulu, la mujer bandido, y su hijo acaban con Dumuzi. Inanna venga la muerte de su amante. Castiga a Billilu y su hijo: a la anciana la convierte en un odre y determina que su destino será apagar la sed de los pastores como Dumuzi en el calor del desierto. A su hijo lo transforma en un espíritu del desierto encargado de avisar al espíritu de Dumuzi cada vez que se hagan ofrendas o libaciones en su nombre En el mito de El descenso de Inanna al inframundo, además de explicar la muerte de Dumuzi y con ella el ciclo de las estaciones, se nos cuenta como la ambición de poder de Inanna la llevó a intentar usurpar el trono del reino de los muertos a su hermana, Ereshkigal, otros dicen que desciende para conocer la muerte Cuando Inanna decidió descender al mundo de los muertos y hacerse con el control de éste, dejó las instrucciones a su críada, Ninshubur, de que si no había regresado al cabo de tres días llorase su muerte y pidiera ayuda a otros dioses: Enlil, Nanna y Enki. Inanna partió vestida con sus mejores galas y llevando consigo las tablillas de las "me"

3

Al llegar a las puertas del mundo de los muertos pidió entrar alegando que iba al funeral de Gugal-ana, el difunto marido de su hermana. Ereshkigal le permitió entrar, pero delante de cada una de las siete puertas que daban acceso a la sala del trono tuvo que desprenderse una por una de sus prendas y joyas. Finalmente compareció desnuda ante el trono de Ereshkigal. Cuando ésta descendió del trono Inanna intentó sentarse en su lugar, pero los siete jueces del mundo de los muertos la contemplaron fijamente con la mirada de la muerte hasta convertirla en un cuerpo sin vida, el cual colgaron de un gancho Una vez pasados los tres días, en el mundo de los vivos, la criada Ninshibur pidió ayuda a Enlil, a Nanna y a Enki, como Inanna le había indicado. Los dos primeros no quisieron ayudarle, pero Enki se sacó suciedad de las uñas y con ella creó a kurgarra y galatur, dos criaturas convertidas en moscas capaces de salir y entrar del mundo de los muertos a voluntad (otros mitos dicen que fue la misma Ninshubur). A éstos seres Enki les entregó las plantas y el agua restauradoras de la vida y les dijo que primero se ganaran la simpatía de Ereshkigal, pues así ella les ofrecería lo que desearan como recompensa, y entonces deberían pedir el cuerpo de Inanna. Las criaturas descienden al averno y al escuchar a Ereshkigal quejarse de unos terribles dolores de parto, empiezan a lamentarse igual que ella (mostrando empatía y compasión), por lo que Ereshkigal les ofrece regalos. Ellos piden el cuerpo que cuelga del gancho. Así se hizo y tras devolver a Inanna a la vida, con las plantas y el agua que les había entregado Enki, cuando ya se disponían a salir, les pararon los siete jueces del mundo de los muertos, quienes dijeron que solo dejarían marchar a Inanna si esta les entregaba a alguien en su lugar para reemplazarla en el mundo de los muertos La primera persona con quien se encontró Inanna fue su fiel criada Ninshibur, vestida de duelo y llorando la muerte de su señora. Evidentemente Inanna no se sintió capaz de condenarla a vivir en el mundo de los muertos, así que siguió buscando. Después se encontró con Shara, dios de Umma, quien también estaba llorando su supuesta muerte, por lo que una vez más Inanna no se sintió capaz de condenar a alguien que la apreciaba a vivir en el inframundo

4

Fue entonces cuando Inanna vio a Dumuzi, el dios pastor, su amante. Éste no estaba llorando la muerte de su amada. Encolerizada, Inanna lo eligió y los demonios del inframundo acudieron a buscarlo. Dumuzi pidió ayuda a Utu, dios del Sol, hermano de Inanna, quien lo trasformó en serpiente para que pudiera zafarse de los demonios. Sin embargo la metamorfosis solo duraba medio año así que el medio año restante debía pasarlo en el mundo de los muertos En otra versión de la leyenda, es la propia Inanna quien más tarde se arrepiente por haber condenado a su amado a tal destino y llega a un acuerdo por que la hermana de éste, Geshtin-ana ocupe su lugar durante la mitad del año En la versión acadia del mito, en la cual Inanna aparece con el nombre de Ishtar, todos los dioses se ven obligados a participar en el rescate de la diosa, pues cuando pierde la vida en el mundo de los muertos la esterilidad se adueña del de los vivos. En esta leyenda, además, no es a dos seres a quienes envía Enki a rescatar a Ishtar, si no a un hermoso joven que tras complacer a Ereshkigal le pide el cuerpo inerte de la diosa. En esta versión no se hace mención a los siete jueces del inframundo ni a los demonios ("galla"), ni Dumuzi aparece como sustituto de la diosa

LA ENSEÑANZA DE INANNA Inanna es la diosa del amor y de la guerra, de la naturaleza y de la fecundidad. Para los babilonios su nombre era Ishtar, en Siria se la llamaba Astarté, en Israel Astaroth, y se relaciona también con la griega Afrodita y la romana Venus Innana es una de las descendientes directas de la diosa neolítica conocida como serpiente-ave. También se la separó en diosa serpiente y diosa ave, imágenes perennes de trascendencia y profundidad espirituales. La diosa neolítica representaba a la Gran Madre Universal, y para esa época todo era concebido a través de esa imagen de la vida, muerte y renacimiento, ya que el misterio de ese ciclo se vivía constantemente por la comunión de los seres humanos con la naturaleza. En especial dado que la relación entre el crecimiento de los granos, el apareamiento y el nacimiento de los animales y la vida de las personas era cada vez más íntima gracias a la domesticación de los animales y la incipiente agricultura. Los animales representaban esas alturas y profundidades del espíritu que dominaban lo que a los humanos se les escapaba: el cielo, las profundidades de la tierra, la noche. Los animales de Innana eran el búho, la serpiente y el dragón. Tanto los dragones como las serpientes tenían los atributos del control sobre el agua y el renacimiento. Hay sellos cilíndricos e himnos que retratan a Innana como el dragón, lo que la convierte en una diosa del inframundo.

5

Su relación con el agua da cuenta de la dependencia de la antigua Sumeria con los ríos Tigris y Éufrates que eran tanto necesarios como destructivos. Como tal dan la vida, la sostienen, pero también traen la muerte. Esta relación insiste en el balance de los principios duales representados por Innana, quien contenía tanto la belleza y la vida con la inminencia de la muerte y el caos. Esta diosa es quien mejor encarna la dualidad que existe en todas nosotras. Representa las emociones reprimidas, nuestro lado desconocido y sombrío, aquello que nos negamos a ver. Inanna es la diosa del cielo y de la tierra, hermosa y llena de luz; y su hermana Ereshkigal es la diosa del inframundo, llena de vicios y de oscuridad. Pero en realidad, ambas son los dos aspectos de una misma persona, Cuando Inanna baja al inframundo y, luego de pasar las siete puertas y despojarse de sus vestiduras se enfrenta a su hermana, está desnuda, desprovista de todos sus atributos: es quien es, sin máscaras, sin la seguridad que le da la personalidad. Así nos enfrentamos a nuestros defectos, y frente a ellos nos sentimos indefensos. Es por eso que, si nos sometemos a nuestra sombra, ella puede hundirnos y enterrarnos para siempre. Pero si entendemos que ella forma parte de nosotras mismas, y la aceptamos, podemos resurgir nuevamente fortalecidas. Debemos encontrar nuestra propia sombra, enfrentar ambos polos de nuestra personalidad. Aceptar lo que no queremos de nosotras mismas. Ver nuestras máscaras y reconocernos detrás de ellas. Hundirnos en nuestro infierno para salir de él como mujeres nuevas. Porque cuando regresemos del abismo de nuestro yo oculto, poseeremos una conciencia más abierta, y habremos emprendido un camino del que ya no habrá retorno El camino hacia la sabiduría reside en descender al centro de uno mismo, esa oscuridad absoluta y allí poder desprendernos de todo lo que creíamos ser. Una vez desnudos de nuestras creencias, apegos o lo que codiciábamos, nos hallamos frente a nuestro verdadero Ser. Nos sacrificamos a nosotros mismos en el altar del desapego y renacemos de nuestra propia oscuridad. Es un camino arduo, permanente y sólo pocos conocen el fin y la meta de ese caminar, pero las recompensas son muchas; recompensas que sólo puede entender nuestra Alma, ya que para nuestros cuerpos físico, mental y emocional, tal renuncia resulta similar a la muerte.

6

La Sabiduría no es un pensamiento ni la intelectualización, sino que reside en un nivel muy profundo y se pone en contacto con nosotros a través de la intuición. Innana representa la evolución del Alma a través de un trabajo duro y a veces de experiencias amargas. Todos, hombres y mujeres, podemos ponernos en contacto con nuestra parte sabia, poderosa y valiente, que se enfrenta constantemente con nuestros lugares más oscuros y allí sanarnos y amarnos. El Arquetipo de la Mujer Sabia, tiene como una de sus características la apertura al cambio. Trabajar con la diosa sumeria Innana es trabajar la transformación personal y recordar que somos como el ave fénix: nacemos, morimos y renacemos de nuestras cenizas, aunque este viaje no se vea en la superficie, sino en el interior. La sabiduría de Innana reside en el balance de los opuestos, en la integridad psíquica frente a la separatividad, en la comprensión de la unión de los contrarios: vida/muerte, día/noche, bien/mal, luz/oscuridad. En este equilibrio, el de los opuestos, reside la verdadera Sabiduría, la que halla dentro de sí el valor profundo de todo.

Invocación a Inanna Te rogamos, Señora de Señoras, Diosa de las diosas, Inanna, la reina de todas las ciudades, Líder de todos los hombres Tú eres la luz del mundo, Tú eres la luz de los cielos En tu nombre de la tierra y los cielos se agitan, Y los dioses tiemblan; Los espíritus de los cielos tiemblan en tu nombre Y los hombres se celebrarán en tu honor Cuando tú lo ordenas los muertos vienen a la vida, Y los enfermos de pie caminan; Y nuestros pecados son sanados Cuando se mira tu cara

7

Con la llegada de los acadios Inanna se transformó en Ishtar diosa acadia. Su representación era un haz de juncos verticales con la parte superior curvada. Asociada con el planeta Venus, se le identifica con la diosa griega Afrodita y con la Astarté fenicia. Entre los acadios fue conocida como Ishtar. Según la mitología sumeria era hija de Nannar (Sin en acadio, dios de la Luna) y Ningal (la Gran Dama, la luna) y hermana gemela de Utu, conocido en acadio como Shamash. Su consorte fue Dumuzi (semidiós y héroe de Uruk) HISTORIA Ishtar (o Inanna), era señora del firmamento, poderosa diosa del amor y de la guerra. Su primer esposo fue su hermano Tammuz. Al morir Tammuz, Ishtar descendió a los infiernos para arrancarle a su Hermana, la terrible Erskigal, el poder sobre la vida y la muerte. Después de darle instrucciones a su sirviente Papsukal, de ir a rescatarla si no regresaba, Ishtar descendió a la tierra de las tinieblas. Comenzó valiente y desafiante, gritando al portero que abriera la puerta antes de que la eche abajo. Pero cada una de las siete puertas se la iba despojando una de sus prendas, y con ellas se iba despojando de su poder, hasta que llegó desnuda e indefensa ante Ereskigal, que la mató y colgó su cuerpo en un clavo. Con su muerte, todo el mundo comenzó a languidecer. Pero el fiel Papsukal llegó hasta los dioses y les pidió que creasen un ser capaz de entrar en el mundo de los muertos y resucitase a Ishtar con la comida y el agua de la vida. Así es como Ishtar volvió a la vida, pero tenía que pagar el precio: durante seis meses al año, Tammuz debe vivir en el mundo de los muertos. Mientras está allí, Ishtar ha de lamentar su pérdida; en primavera, vuelve a salir y todos se llenan de gozo. Las palabras claves de esta Diosa: inspiración, esperanzas y sueños.

8