La Dignidad Humana

Gemma Narváez Rene Ruiz Filosofía 08-03-12 La Dignidad Humana “Obra de tal modo que trates siempre a la humanidad ya en

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Gemma Narváez Rene Ruiz Filosofía 08-03-12 La Dignidad Humana “Obra de tal modo que trates siempre a la humanidad ya en tu persona, ya en la de los demás, no sólo únicamente como medio, sino también al mismo tiempo como fin”- E. Kant. La dignidad es la cualidad humana que depende de la racionalidad. Solo los seres humanos están capacitados para mejorar su vida a través del libre albedrio y el ejercicio de la libertad individual, los animales en cambio actúan por instinto, por lo tanto la dignidad es una cualidad meramente humana e intrínseca del hombre. La dignidad humana se fundamenta en que el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios, se basa en el reconocimiento de la persona de ser merecedora de respeto, tal y como lo formula Kant en su imperativo categórico de la cual se desprende una formulación culturalmente conocida como “formula del fin en sí mismo” la cual exige tratar a la humanidad en tu propia persona o en la persona de cualquier otro nunca simplemente como un medio sino siempre al mismo tiempo como un fin. Este principio es una versión muy solemnemente expresada de la exigencia de respeto a las personas. La dignidad es lo que nos pone por encima de la naturaleza; esta también se basa en la vida, al nacer ya obtenemos valor ante la sociedad y nos permite ser. Kant interpreta la falta moral de no tratar a los demás como fines, como una base alternativa para una doctrina de las virtudes. Tratar a los demás como seres específicamente humanos en su finitud -por lo tanto vulnerables y necesitadoscomo fines exige nuestro apoyo a las frágiles capacidades de obrar, de adoptar máximas y de perseguir los fines particulares de los demás. Por eso exige al menos cierto apoyo a los proyectos y propósitos de los demás. Kant afirma que esto exigirá una beneficencia al menos limitada. Aunque no establece la obligación ilimitada de la beneficencia, como hacen los utilitaristas, argumenta en favor de la obligación de rechazar la política de denegar la ayuda necesitada. Esta dignidad es muchas veces negada a través de la violencia debido a que los actos violentos nos privan de nuestra dignidad, al igual que la secularización ya que le quita al hombre su moral y su religión. La eutanasia al igual atenta en contra de la vida, el aborto es un ejemplo claro de atentado contra la vida y la dignidad humana.

Las consecuencias de esta negación de la dignidad traen consigo misma la violencia, la degradación, guerras e incluso la muerte. Por otro lado la afirmación de la misma trae mejores consecuencias tales como el respeto, una sana convivencia, mas apertura a la vida y esto a su vez ayuda a un pleno desarrollo de un país. La actual declaración de los derechos humanos se fundamenta en la igualdad del ser humano y sus derechos, y en la realidad o realidades, de carácter social o intersubjetivo, que proporcionan a los Derechos Humanos la consistencia necesaria para que puedan ser reconocidos, respetados y promovidos en su conjunto, de forma indivisible e interdependiente, y puedan proyectarse hacia un desarrollo siempre abierto y perfectible. Esa realidad no es otra que el valor social fundamental de la dignidad de la persona humana. No necesita más fundamentos que estos ya que cuando hablamos de sociedad o valor social de un individuo ya estamos abarcando varias cuestiones en una sola tales como la religión, la política, los derechos, la ciencia, la ética, sus evolución en general, etc. Kant también afirma que la falta sistemática en desplegar el propio potencial equivale a la falta de respeto a la humanidad y sus capacidades de acción racional en la propia persona. La falta de consideración a los demás o a uno mismo como fines se considera una vez más como una falta de virtud u obligación imperfecta. Las obligaciones imperfectas no pueden prescribir un cumplimiento universal: no podemos ni ayudar a todas las personas necesitadas, ni desplegar todos los talentos posibles. Sin embargo, podemos rechazar que la indiferencia de cualquiera de ambos tipos sea básica en nuestra vida, y podemos hallar que el rechazo de la indiferencia por principio exige mucho. Incluso un compromiso de esta naturaleza, tomado en serio, exigirá mucho. Si lo cumplimos, según la concepción de Kant habremos mostrado respeto hacia las personas y en especial a la dignidad humana.