La Deshumanizacion Del Varon

La deshumanización del varón. Introducción Publicado el julio 15, 2017 por Carlos Rodríguez La deshumanización del varón

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La deshumanización del varón. Introducción Publicado el julio 15, 2017 por Carlos Rodríguez La deshumanización del varón Introducción ¿Qué podrían tener en común 54 mujeres lapidadas en Irán[1], tres fallecidas por ablación en Egipto[2] y 276 adolescentes secuestradas por Boko Haram en Nigeria[3]? Desde una perspectiva de género la respuesta es inequívoca: padecieron por ser mujeres. La lapidación y el corte genital pueden ser identificados como métodos para controlar la sexualidad, mientras que el secuestro supone una muestra a la mujer como botín de guerra. Patriarcado, violencia de género, opresión de la mujer e incluso el término machismo podrían ser utilizados para unir estos escenarios. Ahora bien, ¿qué podrían tener en común 71 hombres lapidados por infidelidad conyugal en Irán[4], 947 fallecidos durante rituales de circuncisión en Sudáfrica[5] y 10.000 varones adolescentes secuestrados por Boko Haram en Nigeria[6]? Pese a que la dimensión de la tragedia es comparable o superior, nadie realizaría un ejercicio unificador similar al presentado para la mujer. De hecho, aunque quisiera, muy probablemente no contaría con las herramientas para hacerlo. La invisibilidad de los problemas masculinos, sin embargo, comienza mucho antes de las reflexiones de género. Si nos fijamos en los casos femeninos, todas las campañas conocidas para abolir sentencias de lapidación han tenido rostro de mujer. Naciones Unidas se pronunció contra las tres muertes por ablación en Egipto, condenando la práctica reiteradas veces, mientras que el secuestro de Boko Haram generó el movimiento global Bring Back Our Girls (devolvednos a nuestras niñas) que llegó a ser apoyado públicamente incluso por la primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama. En marcado contraste, tragedias masculinas comparables o incluso de mayor gravedad como las presentadas no sólo han carecido de un apoyo similar, sino que permanecen invisibles para la gran mayoría del público. ¿Por qué existe tal disparidad de atención? En este libro exploraremos tres factores que se alimentan mutuamente: el menor o inexistente eco mediático en los casos masculinos, la ausencia de un hilado de género que conecte los problemas del hombre por razón de sexo a nivel global e histórico, y la presencia de una narrativa de género deshumanizadora que considera al varón como un sujeto privilegiado y opresor cuyo sufrimiento debe excluir razones de género o, como mucho, considerarlas accidentales a su posición y privilegio. Cuando hablamos de eco mediático, nos referimos primero a la probabilidad que tiene un hecho de convertirse en noticia, y segundo, a la capacidad de dicha noticia para multiplicarse en distintos medios, cruzar fronteras y mantener el interés a lo largo del tiempo. Un ejemplo ya mencionado es el de las 276 adolescentes secuestradas por Boko Haram, noticia que traspasó fronteras, resonó con fuerza en numerosos medios occidentales y cuyo interés se mantuvo durante días, marcando un antes y un después en la visibilidad de un grupo armado hasta entonces poco conocido. El

contrapunto sería el secuestro de más de 200 niños varones por parte de Al-Shabaab en Somalia[7], que no captó la atención de los medios occidentales ni logró un efecto multiplicador, lo que también influyó en la menor o inexistente presión política y los recursos destinados a su rescate. Sin embargo, la diferencia de eco mediático no suele ser tan drástica, sino que se manifiesta de formas más sutiles. Por ejemplo cuando los medios españoles publican la muerte de una chica por circuncisión en un hospital Egipcio[8], pero ignoran la de un niño varón en Canadá[9]. O cuando deciden publicar un artículo sobre la visión de las mujeres en la guerra de Ucrania y sus penurias[10], pero no realizan un ejercicio similar para los hombres: particularmente aquellos forzados por su gobierno a empuñar las armas. O cuando se publican noticias sobre la imposición del hijab en Irán[11], pero no sobre el hecho de que en el mismo país los hombres sean privados de derechos básicos hasta cumplir un servicio militar de 24 meses[12]. Tomando India como modelo, un ejemplo podemos encontrarlo cuando la noticia de una niña vendida como esclava aparece en los medios hispanohablantes[13], pero no el hecho de que la mayoría de los niños esclavos en el país son varones[14]. El seguimiento que se le da a las noticias también es relevante. Algunos medios publicaron la historia de dos chicas indias que se enfrentaron valientemente a sus acosadores en un autobús[15], siendo aclamadas como heroínas. Para sorpresa de todos, más tarde se reveló que varias mujeres denunciaron que la disputa se originó en torno a un asiento vacante y que las chicas iniciaron la agresión[16], pero esa parte del incidente no fue recogido por nuestra prensa. Otro sería la denuncia mediática hacia la violación marital[17], que todavía no está prohibida por ley en el país, mientras se ignoran otras leyes como aquella que considera violación el que un hombre tenga sexo de mutuo acuerdo con una mujer tras haberle prometido matrimonio y finalmente no pueda o quiera cumplir con dicha promesa[18]. La diferencia de eco mediático en cuanto a la discriminación institucional es quizá el más importante. Pese a que los medios publican con cierta regularidad artículos sobre leyes discriminatorias hacia la mujer, ya sean específicos o incluso con una perspectiva global[19], casos masculinos similares son por lo general ignorados o tratados con indiferencia. Francia, por ejemplo, penaliza las pruebas de paternidad privadas con hasta 15.000 euros y un año de cárcel[20]. Pruebas que realmente no importan en el caso de Japón, donde un fallo del Tribunal Supremo obliga ahora a los maridos a mantener a los hijos resultantes de la infidelidad de sus parejas[21]. India todavía mantiene una ley contra la infidelidad conyugal que sólo penaliza a los varones[22]. En Rusia, Bielorrusia, Tayikistán y Guatemala, sólo los hombres pueden ser condenados a muerte[23]. Los dos primeros países, junto con Albania y Azerbayán, también aplican la cadena perpetua únicamente al sexo masculino[24]. 37 países imponen una jubilación más tardía a los hombres pese a su menor esperanza de vida[25], y de los 33 que todavía permiten la aplicación de castigos corporales, 19 lo relegan exclusivamente a hombres y niños varones[26]. Por otra parte, 16 naciones africanas sólo criminalizan la homosexualidad masculina[27]. Muchas

de estas injusticias, sin embargo, no llegan a convertirse en noticia o no se difunden como las que afectan a las mujeres. Claro que un mayor eco mediático no solucionaría por sí mismo el problema. El pegamento ideológico que une las tragedias femeninas confiere una mayor fuerza a sus relatos, presentándolos como la parte más visible de un solo horror que tiene múltiples facetas, en lugar de episodios dispersos sin conexión alguna. De ahí que sea necesario un hilado de género. Hubo noticias, como la de los 1.420 hombres muertos durante la construcción de estadios para el mundial de Qatar[28], que sí obtuvieron una difusión considerable. La tragedia fue retratada como un problema de inmigración, explotación laboral y de derechos humanos. Sin embargo, el ángulo de género permaneció ausente, desvinculando este hecho de otras problemáticas conectadas como la brutal esclavitud laboral masculina que ocurre en otros países y sectores (como el de la pesca en el Sudeste Asiático[29]), que la tasa de muertes laborales en cualquier país es abrumadoramente masculina (96% en España[30], por ejemplo), que los hombres constituyen el 82% de los inmigrantes que pierden la vida en durante la travesía[31], o que numerosos países discriminan a las víctimas masculinas de la trata en su legislación o en la aplicación de la misma[32]. El tratamiento de los varones puede ser contrastado con la forma en que distintos organismos sí abordaron una explotación similar por parte de las trabajadoras domésticas migrantes en Qatar, ligando la agresión física y/o sexual a manos de sus empleadores con la violencia de género y la violencia doméstica[33]. La ausencia de un hilado de género hace posible que ciertos datos hablen de una tragedia humana cuando deberían también apuntar a un problema predominantemente masculino. Consideremos que los hombres constituyen la mayor parte de los muertos civiles y militares en los conflictos armados: sólo en las guerras de Afganistán, Irak y Siria los varones adultos representan el 70%[34], 77%[35] y 82%[36] de las bajas civiles respectivamente, pese a que tendemos a asociarlas principalmente con mujeres y niños. Los hombres también conforman el 79% de las víctimas de homicidio a nivel global[37], el 83% de las muertes en el trabajo doméstico[38] y el 80% de los suicidios[39]. Del mismo modo se encuentran desproporcionadamente representados entre la población reclusa con un 93%[40]. Ciertamente los hombres cometen más crímenes, pero también por el mismo delito y controlando otras variables como el historial criminal terminan en la cárcel el doble de veces que una mujer y reciben condenas un 63% más largas[41]. También triplican a las mujeres como bebedores de alcohol de alta frecuencia[42], las cuadriplican como consumidores de drogas duras[43], y protagonizan el fracaso escolar[44]. Sin embargo, nunca habrá escuchado decir que una sola de las estadísticas enumeradas constituya un problema “de género”, debido a la carencia de un hilo común que pueda conectarlas. Desde el punto de vista institucional, también ha habido noticias con un eco mediático razonable, pero siempre evitando una perspectiva que arroje luz sobre el sufrimiento masculino por el hecho de ser hombre. Un ejemplo lo tendríamos en Colombia, donde se realizan cacerías humanas para atrapar a aquellos que se niegan a prestar el servicio militar[45]. En Paraguay, 147 niños y adolescentes varones murieron realizándolo desde 1989 a 2012[46]. Mientras tanto, Corea del Sur

arroja en la cárcel unos 650 hombres anualmente por negarse a cumplirlo[47]. Tampoco hubo medios que protestaran sexismo cuando Ucrania y los rebeldes pro-rusos decidieron reclutar forzosamente a varones en su territorio para enviarlos al combate[48], o cuando Lituania retomó esta medida ante el temor a una agresión rusa[49]. Mientras estos hechos nunca calificaron como problemas de género, los medios condenaban las diferencias salariales entre los multimillonarios y multimillonarias de Hollywood como evidencia de sexismo en la sociedad actual[50]. Difícilmente podría encontrase un contraste mayor que revele la necesidad de crear un hilo común para los problemas masculinos. Finalmente, con narrativa de género, nos referimos a la interpretación dominante sobre las relaciones entre los sexos. La idea de que la posición pasada y presente de la mujer se debe a que el varón la ha oprimido históricamente para su propio beneficio, en lugar de ser el resultado de una especialización sexual del trabajo para adaptarse al entorno, además de otros factores históricos que también serán discutidos a lo largo de la presente obra. Este discurso funciona de forma similar al hilado de género pero construido desde la negatividad: lo que une al sexo masculino son su privilegio, la opresión que ejerce sobre las mujeres, y la violencia que desata tanto contra ellas como contra sí mismo. La última razón es especialmente importante porque se utiliza con frecuencia para justificar la disparidad de atención a los problemas del varón, o en palabras de Julie Bindel[51]: “Bajo la supremacía masculina, los hombres se vigilan unos a otros, despedazando a los más débiles. Ése es un problema que los hombres deben resolver entre ellos…”. Se trata de un discurso que equipara moralmente a víctima y verdugo por pertenecer al mismo sexo, justificando silenciar al primero por las acciones del segundo, asumiendo que ambos comparten la misma forma de pensar y cuentan con el mismo poder. El triunfo de esta narrativa deshumanizadora ha conseguido que entre los medios cualquier declaración que menosprecie al sexo masculino no sólo sea tolerable, sino merecedora de un titular o encabezado. Algunos titulares como “Confirmado científicamente: los hombres son tontos”[52], “El varón: arma de destrucción masiva”[53], “Los hombres y su pasividad ante la violencia de género (no es casualidad)”[54], “hijos de un dios machista”[55], “Llegará un día en el que los hombres no serán necesarios”[56] o “Para compensar su debilidad frente a las mujeres, los hombres buscan el poder”[57] dan fe del fenómeno. El problema, por desgracia, va más allá de titulares o artículos anti-masculinos. Bajo esta interpretación de lo que significa ser hombre, se elimina cualquier simpatía hacia su sufrimiento por razón de género, convirtiéndolos en víctimas indignas para medios de comunicación, partidos políticos, instituciones nacionales e internacionales y organizaciones humanitarias. Aunque lo realmente grave es que esta narrativa sirve como pretexto para la aprobación de políticas abiertamente discriminatorias, que terminan contando con el apoyo o la indiferencia tanto de los medios como de la población general. Durante la crisis migratoria de los refugiados, el gobierno uruguayo afirmó que no recibiría a hombres escudándose en un incidente de violencia doméstica nunca confirmado. Como relató el

diario El Observador[58]: “El presidente agregó que el gobierno no tiene ‘denuncias concretas ni nada por el estilo’, pero ‘lo que existe es una información global de formas culturales que tienen en otras partes del mundo –entre ellas en Siria– en las relaciones del hombre con la mujer’”. Continuando en el ámbito de los refugiados, Canadá decidió no acoger a aquellos que fueran hombres sin familia[59], sin que ello despertara queja alguna entre los defensores de la igualdad. De hecho Justin Trudeau, primer ministro del país, se autodenominaba feminista[60]. El plan migratorio del gobierno marroquí incluirá la regularización de todas las mujeres inmigrantes, mientras que a los hombres se les evaluará caso por caso[61]. Lo interesante de este programa es que está financiado por la Unión Europea[62], pero su Instituto Europeo por la Igualdad de Género jamás se dignó a escribir una sola nota de protesta. El Congreso de Guatemala aprobó una ley en 2016 para buscar de forma inmediata únicamente a los desaparecidos de sexo femenino[63], y España rescató el delito de autor para imponer penas superiores a los varones en casos de violencia contra la pareja[64]. Aunque quizá una de las iniciativas más sangrantes fue la exclusión de los hombres de las políticas microfinancieras para salir de la pobreza, exclusión que fue apoyada por Naciones Unidas y aplaudida desde diarios como El País[65]. La narrativa de género actual no sólo ayuda a perpetuar el silencio sobre problemas tradicionalmente masculinos, provocando que los medios de forma consciente o inconsciente rechacen noticias que no se ajustan a dicha narrativa: también constituye el recurso ideológico empleado para justificar nuevas discriminaciones. Los problemas masculinos por razón de género se niegan o minimizan debido a la calidad de opresor adjudicada a los hombres, y las medidas discriminatorias se reinterpretan como una erosión de sus privilegios. O en pocas palabras: se lo merecen. Esta obra abordará la narrativa de género, el eco mediático y el hilado de género en tres secciones. La primera parte construirá una alternativa a la narrativa de género actual analizando la historia de las relaciones de género para desterrar una visión del pasado tan estereotipada como dañina que ha deshumanizado al varón. La segunda se centrará en el presente y prestará especial atención a problemas masculinos actuales y al comportamiento de medios, gobiernos e instituciones frente a los mismos, incluyendo la influencia o ausencia de eco mediático. La tercera sección se centrará en reflexiones para el futuro, como la adopción de un hilado de género con el que tratar los problemas masculinos, así como propuestas concretas para solucionarlos. Bienvenido a un nuevo discurso de género.

Notas [1] Farshad Hoseini, «List of known cases of death by stoning sentences in Iran (1980-2010)» (International Committee against Execution, 2010), 5-8, http://stopstonningnow.com/wpress/SList%20_1980-2010__FHdoc.pdf.

[2] Bismah Malik, «Egypt Reports Its First Female Circumcision Death in 3 Years», International Business Times India, 1 de junio de 2016, sec. Society, http://www.ibtimes.co.in/egypt-reports-itsfirst-female-circumcision-death-3-years-680860. [3] AllAfrica, «Nigeria: Authorities -276 Kidnapped Girls Still Missing in Nigeria», Voice of America (Washington, DC), 2 de mayo de 2014, sec. Stories, http://allafrica.com/stories/201405021859.html. [4] Hoseini, «List of known cases of death by stoning sentences in Iran (1980-2010)». [5] Dingeman J. Rijken, «Initiation deaths in the Eastern Cape» (Ulwaluko, 20 de septiembre de 2015), http://www.ulwaluko.co.za/Problems_files/Statistics.pdf. [6] Drew Hinshaw y Joe Parkinson, «The 10,000 Kidnapped Boys of Boko Haram», Wall Street Journal, 12 de agosto de 2016, sec. Page One, http://www.wsj.com/articles/the-kidnapped-boysof-boko-haram-1471013062. [7] Mohamed Beerdhige, «Shabaab Force 200 Children to Join Forces», Somalia Report, 22 de enero de 2012, sec. HomeLAND, http://www.somaliareport.com/index.php/post/2596/Shabaab_Force_200_Children_to_Join_Forc es. [8] Francisco Carrión, «Muere una adolescente de 17 años en Egipto durante una ablación», El Mundo, 31 de mayo de 2016, sec. Sociedad, http://www.elmundo.es/sociedad/2016/05/31/574d47f9268e3e29538b4641.html. [9] Jacques Gallant, «Secrecy questioned about baby’s death after circumcision», The Toronto Star, 26 de octubre de 2015, sec. GTA, https://www.thestar.com/news/gta/2015/10/26/secrecyquestioned-about-babys-death-after-circumcision.html. La noticia tuvo mayor difusión en los medios anglófonos. [10] Antonio Pampliega, «Mujeres a pie de guerra», El País, 12 de marzo de 2015, sec. Crisis de Ucrania, http://elpais.com/elpais/2015/03/10/planeta_futuro/1426013320_767764.html. [11] Zahira Membrado, «Los hombres se ponen velo en Irán como señal de protesta», El Mundo, 29 de julio de 2016, sec. Sociedad, http://www.elmundo.es/sociedad/2016/07/29/579b0b02ca474156648b4604.html. [12] MEE Staff, «Iran to crack down on evaders of military service», Middle East Eye, 20 de junio de 2016, sec. News, http://www.middleeasteye.net/news/iran-arrest-more-dodgers-compulsorymilitary-service-1073666426. [13] Thomas Reuters Foundation, «Venden a una niña de 11 años por 15 dólares en India», El Mundo, 26 de septiembre de 2016, sec. Sociedad, http://www.elmundo.es/sociedad/2016/09/26/57e9477846163fec6f8b4609.html.

[14] Pauline Oosterhoff y Rituu B. Nanda, «In India child slaves are mostly boys not girls», Institute of Development Studies, 2 de abril de 2016, http://web.archive.org/web/20160402051544/http://www.ids.ac.uk/opinion/in-india-childslaves-are-mostly-boys-not-girls. [15] ABC.es, «Acosan sexualmente a dos chicas en el autobús y nadie hace nada por defenderlas», ABC, 1 de diciembre de 2014, sec. Tecnología, http://www.abc.es/tecnologia/redes/20141201/abci-acosan-sexualmente-autobus201412011535.html. [16] Varinder Bhatia y Sumegha Gulati, «Haryana Government puts bravery award on hold for Rohtak sisters», The Indian Express, 5 de diciembre de 2014, sec. Top News, http://indianexpress.com/article/india/india-others/bravehearts-haryana-government-putsbravery-award-on-hold-for-rohtak-sisters/. [17] Elena Del Estal, «¿Por qué la violación dentro del matrimonio aún no es un crimen en India?», Público, 16 de marzo de 2016, sec. Sociedad, http://www.publico.es/sociedad/violacion-maritalno-considerada-crimen.html. [18] S. Rukmini, «The many shades of rape cases in Delhi», The Hindu, 29 de julio de 2014, sec. Popular, http://www.thehindu.com/data/the-many-shades-of-rape-cases-indelhi/article6261042.ece? [19] Europa Press, «¿Virginidad? ¿Violencia de género legal? Las leyes del mundo más denigrantes para la mujer», ABC, 3 de agosto de 2015, sec. Sociedad, http://www.abc.es/sociedad/20150308/abci-leyes-mundiales-denigrantes-mujer201503080821.html. [20] International Biosciences, «Paternity Testing Ban Upheld in France», International Biosciences, accedido 15 de julio de 2016, https://www.ibdna.com/paternity-testing-ban-upheld-in-france/. [21] Japan Today, «Supreme Court rules DNA test results cannot revoke paternal status of child’s father», Japan Today, 18 de julio de 2014, sec. National, http://www.japantoday.com/category/national/view/supreme-court-rules-dna-test-resultscannot-revoke-paternal-status-of-childs-father. [22] Dhananjay Mahapatra, «Adultery law biased against men, says Supreme Court – Times of India», The Times of India, 3 de diciembre de 2011, sec. India, http://timesofindia.indiatimes.com/india/Adultery-law-biased-against-men-says-SupremeCourt/articleshow/10964790.cms. [23] Cornell Law School, «Women», Death Penalty Worldwide, 25 de enero de 2012, http://www.deathpenaltyworldwide.org/women.cfm.

[24] «Life Imprisonment», Wikipedia, the Free Encyclopedia, 30 de julio de 2016, https://en.wikipedia.org/w/index.php?title=Life_imprisonment&oldid=732271983. [25] «Retirement Age», Wikipedia, the Free Encyclopedia, 31 de mayo de 2016, https://en.wikipedia.org/w/index.php?title=Retirement_age&oldid=723023986; Stefano Farné, «Pensiones y mujeres», El Espectador, 28 de febrero de 2015, sec. Economía, http://www.elespectador.com/noticias/economia/pensiones-y-mujeres-articulo-546621. [26] «Judicial Corporal Punishment», Wikipedia, the Free Encyclopedia, 28 de febrero de 2016, https://en.wikipedia.org/w/index.php?title=Judicial_corporal_punishment&oldid=707377012; Colin Farrell, «World Corporal Punishment Research», CorPun, 1 de abril de 2016, http://www.corpun.com/#rrmo. [27] Global Legal Research Directorate, «Laws on Homosexuality in African Nations» (The Law Library of Congress, febrero de 2014), http://www.loc.gov/law/help/criminal-laws-onhomosexuality/homosexuality-laws-in-african-nations.pdf. [28] Rosa Meneses, «“Por cada partido que se juegue en el Mundial de Fútbol de Qatar habrán muerto 62 trabajadores”», El Mundo, 26 de mayo de 2015, sec. Fútbol, http://www.elmundo.es/internacional/2015/05/26/5564ad6eca4741bb698b45a2.html. [29] Rocío Galván, «Esclavos del siglo XXI», El Mundo, 10 de junio de 2013, sec. Mundo, http://www.elmundo.es/elmundo/2013/06/07/internacional/1370620152.html. [30] UGT, «Informe Accidentes de Trabajo. Enero-diciembre 2011» (Unión General de Trabajadores, 2012), 36, http://portal.ugt.org/saludlaboral/infor_acci_trab/informe_accidentes_trabajo_ene-dic2011.pdf. [31] Tara Brian y Frank Laczko, eds., Fatal Journeys: Tracking Lives Lost during Migration (Geneva, Switzerland: International Organization for Migration (IOM), 2014), 27-28. [32] Carlos Rodríguez, «Cuando su vida vale menos: la discriminación institucional del hombre como víctima de la trata», ¿Quién se beneficia de tu hombría?, 12 de julio de 2015, https://hombresgeneroydebatecritico.wordpress.com/2015/07/12/cuando-su-vida-vale-menos-ladiscriminacion-institucional-del-hombre-como-victima-de-la-trata/. [33] Amnesty International, «“My Sleep Is My Break”. Exploitation Of Migrant Domestic Workers In Qatar» (London: Amnesty International International Secretariat, 2014), 6, http://www.amnestyusa.org/research/reports/my-sleep-is-my-break-exploitation-of-migrantdomestic-workers-in-qatar. [34] United Nations Assistance Mission in Afghanistan, «Afghanistan Mid-year Report 2015. Protection of Civilians in Armed Conflict» (Kabul: United Nations Office of the High Commissioner for Human Rights, 2015), 1, 6,

http://www.ohchr.org/Documents/Countries/AF/UNAMA_Protection_of_Civilians_in_Armed_Con flict_Midyear_Report_2015.docx. [35] Iraq Body Count, «The War in Iraq: 10 years and counting», Iraq Body Count, 19 de marzo de 2013, https://www.iraqbodycount.org/analysis/numbers/ten-years/. [36] Syrian Observatory for Human Rights, «About 2 million people killed and wounded in 47 months, and it is still not enough…», Syrian Observatory for Human Rights, 7 de febrero de 2015, https://web.archive.org/web/20150202044211if_/https://w.soundcloud.com/player/?url=https:// soundcloud.com/syriahr&auto_play=false&show_artwork=true. [37] UNODC, «Estudio Mundial sobre el Homicidio 2013», Resumen Ejecutivo (Viena: Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito), accedido 18 de julio de 2016, http://www.unodc.org/documents/gsh/pdfs/GLOBAL_HOMICIDE_Report_ExSum_spanish.pdf. [38] T. R. Driscoll et al., «Unintentional Fatal Injuries Arising from Unpaid Work at Home», Injury Prevention: Journal of the International Society for Child and Adolescent Injury Prevention 9, n.o 1 (marzo de 2003): 6. [39] «Defunciones según la Causa de Muerte. Año 2010.» (Instituto Nacional de Estadística, 20 de marzo de 2012), 3, http://www.ine.es/prensa/np703.pdf; WHO, «Suicide rates per 100,000 by country, year and sex (Table)», World Health Organization, 2012, https://web.archive.org/web/20130206064542/http://www.who.int/mental_health/prevention/s uicide_rates/en/index.html. [40] «Población reclusa», Instituto Nacional de Estadística, 2014, http://www.ine.es/jaxi/tabla.do. [41] Michigan Law, «Prof. Starr’s research shows large unexplained gender disparities in federal criminal cases», University of Michigan, 16 de noviembre de 2012, http://www.law.umich.edu/newsandinfo/features/Pages/starr_gender_disparities.aspx. [42] Lorenzo Sánchez Pardo, José Navarro Botella, y Juan Carlos Valderrama Zurián, «Estudio internacional sobre género, alcohol y cultura “proyecto GENACIS”», ed. Sociedad española de toxicomanías (Sociedad Española de Toxicomanía, 2004), 137, http://www.documentacion.edex.es/docs/1104SANest.pdf. [43] Ibid., 304. [44] María Calvo Charro, «Fracaso escolar: un problema principalmente masculino.», Tribuna, 23 de febrero de 2011, http://blogs.elconfidencial.com/espana/tribuna/2011-02-23/fracaso-escolarun-problema-principalmente-masculino_727079/. [45] José Loaiza Bran, «Ejército continuará con las batidas y dice que son legales», http://www.elcolombiano.com, 11 de marzo de 2014, sec. Histórico, http://www.elcolombiano.com/historico/ejercito_continuara_con_las_batidas_y_dice_que_son_l egales-DWEC_285886.

[46] Erwing Augsten, «Víctimas del servicio militar obligatorio: casos de muerte de niños soldados y conscriptos, 1989-2012.» (Asunción: Servicio Paz y Justicia, 2012), 108, http://www.serpajpy.org.py/wp-content/uploads/2012/10/V%C3%ADctimas-del-Servicio-MilitarObligatorio.pdf. [47] Jeong Eun-Young, «SKorea jails hundreds for refusing military stints | The Big Story», Associated Press, 17 de enero de 2014, sec. The Big Story, http://bigstory.ap.org/article/skoreajails-hundreds-refusing-military-stints. [48] EFE, «Prorrusos movilizarán a 100 mil hombres para la batalla final al este de Ucrania», Crónica, 3 de febrero de 2015, sec. Mundo, http://www.cronica.com.mx/notas/2015/881536.html. [49] Agencias, «Lituania restablece el servicio militar obligatorio», El País, 24 de febrero de 2015, sec. Internacional, http://internacional.elpais.com/internacional/2015/02/24/actualidad/1424807694_938666.html. [50] Pablo Scarpellini, «Las mujeres de Hollywood, en guerra por la brecha salarial y la desigualdad», El Mundo, 17 de octubre de 2015, sec. LOC, http://www.elmundo.es/loc/2015/10/17/56211d05ca4741d5098b4593.html. [51] Julie Bindel, «Why men must be excluded from feminism to stop it becoming all about them», Newsweek, 29 de septiembre de 2016, http://www.newsweek.com/why-men-must-be-excludedfeminism-stop-it-becoming-all-about-them-504298. [52] «Confirmado científicamente: “Los hombres son tontos”», RT, diciembre de 2014, sec. Breves, https://actualidad.rt.com/ciencias/160156-ciencia-prueba-hombres-idiotas. [53] Jose Ignacio Torreblanca, «El varón, arma de destrucción masiva», El País, 25 de enero de 2014, España edición, sec. Sociedad, http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/01/25/actualidad/1390669671_059501.html. [54] Miguel Lorente Acosta, «Los hombres y su pasividad ante la violencia de género (no es casualidad)», El País, 7 de marzo de 2015, sec. Opinión, http://politica.elpais.com/politica/2015/03/05/actualidad/1425575871_482851.html. [55] Moncho Alpuente, «Hijos de un Dios machista», Cabeza de ratón, 30 de enero de 2015, http://blogs.publico.es/moncho-alpuente/2015/01/30/hijos-de-un-dios-machista/. [56] Bryan Sykes, «Llegará un día en que los hombres no serán necesarios», Magazine El Mundo, 14 de septiembre de 2003, http://www.elmundo.es/magazine/2003/207/1063363474.html. [57] Pilar Quijada, «“Para compensar su debilidad frente a las mujeres los hombres buscan el poder”», ABC, 18 de mayo de 2015, sec. Ciencia, http://www.abc.es/ciencia/20150518/abci-paracompensar-debilidad-frente-201505152034.html.

[58] «Giro del gobierno: Uruguay solo recibirá mujeres y niños sirios», El Observador, 4 de febrero de 2015, sec. Nacional, http://www.elobservador.com.uy/giro-del-gobierno-uruguay-solo-recibiramujeres-y-ninos-sirios-n297449. [59] EFE, «Canadá solo aceptará a mujeres, niños y familias en su plan de acoger a 25.000 refugiados sirios», ABC, 23 de noviembre de 2015, sec. Internacional, http://www.abc.es/internacional/abci-canada-solo-aceptara-mujeres-ninos-y-familias-planacoger-25000-refugiados-sirios-201511231714_noticia.html. [60] Robin L. King, «Justin Trudeau called out for statements made about music causing violence against women», The Star, 22 de septiembre de 2015, sec. Federal Election 2015, https://www.thestar.com/news/federal-election/2015/09/22/justin-trudeau-points-finger-atcommunities-for-causing-violence-against-women.html. [61] Elena González, «Marruecos dará la residencia a cerca de 16.000 inmigrantes, el 60% de los que lo pidieron», ElDiario.es, 22 de enero de 2015, sec. Desalambre, http://www.eldiario.es/desalambre/Marruecos-regularizara-inmigrantes_0_348566104.html. [62] Elena González, «Así es la política de integración de Marruecos que financia Europa», ElDiario.es, 19 de febrero de 2015, sec. Desalambre, http://www.eldiario.es/desalambre/politicamigratoria-Marruecos-financia-Europa_0_358365013.html. [63] Jessica Gramajo, «Aprobación de Ley causa disputa sexista», Prensa Libre, 28 de enero de 2016, sec. Política, http://www.prensalibre.com/guatemala/politica/aprobacion-de-ley-causadisputa-sexista. [64] España. Ley orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral Contra la Violencia de Género. Boletín Oficial del Estado, 29 de diciembre de 2004, num. 313, p. 42174 [65] Natalia Junquera, «Por qué es mejor dar el dinero a las mujeres», El País, 10 de junio de 2008, sec. Sociedad, http://elpais.com/diario/2008/06/10/sociedad/1213048801_850215.html. La deshumanización del varón. Fragmentos de la primera parte Publicado el marzo 21, 2018 por Carlos Rodríguez

En esta entrada les dejo con algunos fragmentos de la obra que estoy escribiendo: La deshumanización del varón. El libro se divide en tres partes: pasado, presente y futuro. Los fragmentos que encontrarán a continuación corresponden a la primera parte. No he incluido las referencias bibliográficas, pero todos aquellos que participan en Patreon pueden encontrarlas en los capítulos correspondientes (que ya están disponibles para descargar). Cada cita corresponde a un capítulo. La mayoría de los fragmentos fueron publicados con un mes de diferencia en la página de Facebook. Aquí los compilo todos y añado algunos que nunca aparecieron en la red social. Capítulo I (Cita sobre el matrimonio) Además de los casos de Nueva España, en otros lugares y períodos históricos era habitual que la mujer acudiera a las autoridades para denunciar el abandono de su esposo y forzarlo a regresar con ella. En la Sevilla del Siglo XVIII, el 58% de los pleitos iniciados por las mujeres en el arzobispado estaban relacionados con el abandono marital. Charles Donahue Jr. en su estudio sobre litigación marital en York en los siglos XIV y XV señala que las mujeres, además de ser más persistentes en su litigación, también estaban más determinadas a forzar el matrimonio que los hombres incluso cuando los beneficios económicos “no eran obvios”. Otro ejemplo de que el matrimonio se consideraba generalmente como un objetivo a alcanzar, y no un yugo del que librarse, lo encontramos en los últimos años de la República romana, cuando la carencia de hombres debido a las guerras hizo que mujeres libres buscaran esposos entre los

esclavos, pese a las airadas críticas de comentaristas contemporáneos. Esto llevaría a que en el 52 d.C. se estableciera una ley para prohibir estas uniones, y en el siglo III otra para impedir que las mujeres romanas liberaran esclavos para casarse con ellos. La primera, que convertía en esclavas a las mujeres libres casadas con esclavos, se aboliría unos 500 años más tarde con el Código Justiniano, no sin advertir que habría un castigo para los esclavos varones involucrados. Capítulo II (Cita sobre el poder femenino) Lo que encontramos a partir del siglo XVIII, y particularmente en Occidente, es un desequilibrio progresivo entre las esferas de poder masculino y femenino. Por una parte la esfera pública incrementa su importancia y resulta más accesible a un mayor número de hombres, comenzando por los más ricos y extendiéndose finalmente a todos con el sufragio universal masculino, entre otros derechos. Por su parte, la Revolución Industrial impulsa una contracción de la esfera doméstica al romper la interdependencia de las parejas, otorgando al hombre un mayor poder de decisión en virtud de su salario. Los bienes producidos en el ámbito doméstico comienzan a ser cada vez menos competitivos y las migraciones a centros urbanos destruyen redes de apoyo femeninas. Un ejemplo de dichas redes lo encontrábamos en los barrios matrivecinales andaluces descritos por Jan Brøgger, que creaban una infraestructura femenina por la residencia cercana entre madres e hijas durante generaciones. Estas transformaciones, y no una supuesta dominación milenaria, será lo que empuje a la mujer hacia la esfera pública, el único camino ahora disponible para restaurar el equilibrio. Capítulo III (Cita sobre la incitación femenina en las guerras y deudas de sangre) Durante la Guerra Civil Americana, muchas mujeres sureñas ridiculizaban y humillaban a los hombres que se negaban a alistarse con diferentes tácticas: desde entregarles enaguas hasta negarles matrimonio, pasando por burlas y apelaciones a su hombría. Una espía para la Unión llegó a afirmar que las sureñas eran “los mejores oficiales de reclutamiento” por rehusar a “tolerar o admitir en su compañía a cualquier hombre joven que se negara a alistarse.” El Norte no era tan diferente. Un joven recluta escribió en su diario “si alguien quiere estar con una chica ahora, mejor que se aliste”, mientras la abolicionista Ellen Wright afirmaba que “ni siquiera miraría a un no-resistente”. Entre las muchachas se hizo popular la canción “Estoy destinada a ser la esposa de un soldado o a morir como vieja doncella”, título que nos recuerda a la máxima de Dolores Ibarruri “es mejor ser la viuda de un héroe que la esposa de un cobarde” durante la Guerra Civil Española. Capítulo IV (cita sobre la violencia doméstica en el pasado) La figura del hombre dominado por su esposa es un tema universal que puede encontrarse en todas las épocas y culturas. Sócrates es descrito como un hombre maltratado por su esposa Jantipa, quien le vertíó agua en la cabeza cuando estaba enfadada o le desgarró la parte trasera de la túnica en público durante un arrebato de furia, entre otros incidentes. Abraham Lincoln sufrió un abuso incluso más severo por parte de su esposa Mary, quien lo golpeó con un leño, lo

persiguió con un palo de escoba hasta echarlo de la casa, lo atacó con un cuchillo de cocina e incluso lo abofeteó delante de un invitado, haciéndole sangrar. En China, Shen Defu (1568-1642) afirmó que desde el período medieval la mayoría de los ministros, generales e incluso emperadores estaban dominados por sus mujeres, y Xie Zhaozhe hasta llegó a categorizarlos. Tanto preocupaba este asunto que diversos académicos de la época debatieron posibles explicaciones: el mal ejemplo masculino, los celos femeninos, la timidez en el varón o incluso una retribución kármica por pecados cometidos en vidas anteriores. Para esta última se cita el caso de un hombre cuya esposa lo golpeaba frecuentemente y le arrancaba los pelos de la barba hasta dejarlo ensangrentado. La explicación más plausible, sin embargo, parece ser la propuesta por Shen: se permitían los excesos para evitar la deshonra, pues por una desavenencia privada las mujeres podían decidir hablar contra sus maridos en público, provocándoles una fuerte vergüenza (que implicaría desprestigio social). Capítulo V (cita sobre los términos “patriarcado” y “machismo”) La resistencia al cambio de terminología, si alguna vez hay riesgo de que ocurra, será feroz, y la razón podemos encontrarla en el ensayo de Umberto Eco Construir al enemigo: Tener un enemigo es importante no solo para definir nuestra identidad, sino también para procurarnos un obstáculo con respecto al cual medir nuestro sistema de valores y mostrar, al encararlo, nuestro valor. Por lo tanto, cuando el enemigo no existe, es preciso construirlo. Hablar de un sistema de roles de género apoyado por ambos sexos y que tanto perjudica como beneficia a ambos puede identificar el problema con mayor exactitud, pero difumina al necesario enemigo. De ahí que se prefiera indicar que el apoyo femenino se debe a “mujeres machistas” que han interiorizado los valores patriarcales. Al añadir la etiqueta “machista” a la mujer ésta queda contaminada por la esencia del enemigo, y simultáneamente separada de éste: la mujer machista es aliada o defensora del patriarcado, pero no es el patriarcado per se. También queda separada de las demás mujeres, que no necesitan adjetivo alguno y por tanto se les supone una naturaleza justa e igualitaria, pues no se encuentran contaminadas. En cambio, al hablar de un sistema de género, la mujer forma parte de su entramado tanto como el hombre. No existe un enemigo a batir que podamos identificar con “el otro” (los patriarcas, los hombres y sus aliadas) y nos obliga a todos a examinar estos roles de una forma menos polarizada, en lugar de atribuirlos a la maldad masculina y su deseo de dominio. Conclusiones de la primera parte (cita sobre la narrativa de género) No se trata de un asunto trivial. Aceptar la narrativa de género actual constituye admitir que no es la adaptación al entorno ni una multiplicidad de factores históricos lo que explica la actitud de hombres y mujeres en el pasado. Reducir todo a la maldad masculina, empleando inadecuadamente términos como “patriarcado” o “machismo”, supone aceptar la inferioridad moral del varón, lo cual además de incorrecto, constituye un peligroso punto de partida para quienes luchen por la igualdad. Esto ha llevado a excesos actuales en forma de leyes que partiendo

de dicho presupuesto imponen penas superiores al varón por el mismo delito o tornan la presunción de inocencia en presunción de culpabilidad, entre otras discriminaciones, pues no se puede tratar igual a quien no se considera como tal.

Respuesta a las críticas recibidas sobre las imágenes que tratan la discriminación masculina Publicado el septiembre 1, 2015 por Carlos Rodríguez Generalmente no critico lo que se escribe en otras bitácoras porque no tengo tiempo para “guerras de blogs”. Esta vez, sin embargo, como se ha hecho referencia a mi contenido me veo obligado a responder a varias de las cosas que se han dicho. En Especialista en Igualdad recogieron un montaje con mis “memes” publicado por la página Cuánta Razón, donde no se citó el origen de los mismos. Ello llevó al autor a ignorar las fuentes en las que dichas afirmaciones se basaban, y por tanto a realizar interpretaciones erróneas. La fuente original es, como ya saben, el artículo “La discriminación masculina en 31 memes”. A continuación les muestro la imagen derivada que apareció en Cuánta Razón.

La parte final donde dice “Y sin embargo la mujer siempre exige equidad” no pertenece a mi artículo y es obra de quienes lo colgaron. En favor Especialista en Igualdad he de decir que al menos considera que los problemas son de género (aunque discrepemos en las razones). No los considera, sin embargo, “violencia de género”. Yo tampoco. Obviamente el término se creó para excluir a los varones como víctimas, por lo que bajo su definición feminista nunca podrían ser incluidos. He de señalar, sin embargo, que el autor (o autora, lo desconozco) no puede hablar en nombre de todo el feminismo cuando dice que este movimiento considera las imágenes “problemas de género”. Prueba de ello lo pueden encontrar en mi artículo original o en las discusiones que hubo sobre los memes en muchos otros lugares, donde numerosas personas dicen que no se trata de problemas de género (por ejemplo el comentario de Anna M. González, que recibió 96 “me gusta”, entre otros). De hecho, no he visto en ningún otro espacio feminista que estos problemas sean referidos como “de género”, con excepción del fracaso escolar (donde se culpa nuevamente a los de siempre). Si no estoy en lo cierto, por favor que alguien me lo demuestre. Ahora veamos los comentarios que realiza sobre las siete imágenes y por qué se equivoca: 1. Sí, el sistema machista educa para que ellos sean violentos, acabando con el machismo se acabará con muchas de esas muertes. No es violencia de género, sí es problema de género y el feminismo lleva siglos diciendo cuál es la solución: eliminar las discriminaciones y educar en igualdad. Japón es una sociedad tradicional donde el feminismo apenas tiene influencia, ocupando el puesto número 98 en el escalafón de desigualdad de género realizado por el Foro Económico Mundial en 2011 (p. v). Sin embargo posee un índice de crimen violento mucho más bajo que otros países como Estados Unidos, donde el feminismo tiene una mayor presencia institucional, académica, política y mediática (ocupa el número 17 en el ranking de desigualdad del mismo informe, p. iv). No hay, por tanto, correlación entre un mayor índice de violencia y una mayor presencia de la ideología feminista. Lo cual tampoco quiere decir que yo simpatice con el tradicionalismo japonés. En cuanto a la eliminación de la pobreza y la desigualdad económica (factores que sí tienen una mayor correlación con la violencia, sin ser los únicos) no hace falta ser feminista para abogar por ello, ni ha sido éste el primer movimiento en hacerlo. Tampoco lo ha sido en condenar la violencia. 2. También mata a lesbianas. Lapidadas, que es más doloroso. Por contra, ese gobierno no obliga a casarse a niños, no lapida a violados o violadores y sí a violadas y permite a ellos todos los derechos vetados a las mujeres. No es violencia de género, sí es problema de género y el feminismo lleva siglos diciendo cuál es la solución: eliminar las discriminaciones y educar en igualdad. He leído alusiones a que en Irán “se matan gays y lesbianas”, pero en realidad no hay un solo caso registrado de mujeres ejecutadas en Irán por homosexualidad/lesbianismo en ninguna organización de derechos humanos (o el gobierno, aunque éste no sea una fuente muy fiable).

Pueden buscar en “Human Rights and Democracy for Iran”, que es la fuente que yo utilicé para el meme, por ejemplo. El código penal iraní de hecho condena el lesbianismo con 100 azotes (artículo 129), mientras que la sodomía es castigada directamente con la ejecución (artículo 110). Recordemos que el lesbianismo es definido como homosexualidad entre dos mujeres empleando los genitales (artículo 127). Una lesbiana sólo puede ser ejecutada la cuarta vez que es condenada por este “crimen” (artículo 131). Los hombres no tienen tantas oportunidades. En ningún caso se especifica que el método de ejecución, para hombres o mujeres condenados por homosexualidad, sea la lapidación, castigo reservado a los adúlteros. por contra, ese gobierno no obliga a casarse a niños El gobierno no obliga a casarse a nadie. Son las familias. Y los niños varones también se casan siendo menores de la edad legal marcada por el propio gobierno iraní (por ejemplo aquí). Claro que si nadie lo estudia y casi nadie lo publicita, no existe (ya hablé del tema de los niños varones forzados a casarse en otra entrada). no lapida a violados o violadores y sí a violadas Sobre la lapidación, curiosamente se han lapidado en Irán a más hombres que a mujeres, como también expliqué en otro artículo. Pero pueden leerlo ustedes mismos en la fuente original, de la organización Stop Stoning Now, si no me creen (p. 5-8). En Irán se ejecuta a los violadores (aquí pueden leer una noticia sobre cinco violadores ahorcados). A las mujeres (y a los hombres) se les lapida por infidelidad, no por ser violadas. Esto ofrece incentivos para que si te descubren, grites que te han violado a fin de evitar la lapidación. En escenarios donde no queda del todo claro si fue adulterio o violación, ello puede dar lugar a que mujeres que efectivamente fueron violadas terminen lapidadas, o que hombres inocentes sean ahorcados. En cualquier caso, hombres y mujeres adúlteros suelen ser ejecutados, por lo que el violador sí sería lapidado en caso de ser declarado “adúltero”, o ejecutado si por el contrario es condenado como “violador”. permite a ellos todos los derechos vetados a las mujeres Sobre los derechos que hombres y mujeres tienen en Irán también publicamos un artículo al respecto, y la realidad parece ser mucho más compleja de lo que nos cuentan. Ya hemos visto la desigualdad en cuanto a los castigos por homosexualidad, pero hay otros ejemplos. Animo a que lo consulten. Irán ha sido criticado desde hace mucho por su falta de derechos humanos en general. El feminismo no es el único movimiento que ha denunciado estas injusticias, y de hecho ignora las que son específicas para hombres, o hasta las niega, como acabamos de ver.

3 y 6. El 95% de las personas violadas en todas las guerras son mujeres. La idea es que las guerras no se produzcan, no que muramos o se nos humille por igual en ellas. No es violencia de género, sí es problema de género y el feminismo lleva siglos diciendo cuál es la solución: eliminar las discriminaciones y educar en igualdad. El hipervínculo no prueba dicho porcentaje en ningún momento. Claro que quizá la cita exista, dado que Naciones Unidas no reconoció al hombre como víctima de la violencia sexual en conflictos armados hasta el año 2013, dedicándole una sola línea. Hasta el momento ni siquiera hay programas. Pero como quedó señalado en un artículo sobre este tema: Una de las pocas académicas que ha estudiado el asunto con un mínimo de detalle ha sido Lara Stemple, del Proyecto de Ley sobre Salud y Derechos Humanos de la Universidad de California. Su estudio Violación del varón y derechos humanos hace referencia a incidentes de violencia sexual masculina como arma de guerra o agresión política en países como Chile, Grecia, Croacia, Irán, Kuwait, la antigua Unión Soviética y la ex-Yugoslavia. El 26% de los varones de Sri Lanka que fueron tratados en el centro para tratamientos de tortura de Londres denunciaron abusos sexuales ocurridos mientras estaban detenidos. En El Salvador, el 76% de los presos políticos varones encuestados en 1980 describieron al menos un incidente de tortura sexual. Un estudio sobre los 6.000 prisioneros de los campos de concentración en Sarajevo reveló que el 80% de los hombres declaró haber sido violado. También tienen este estudio donde se revela que 1 de cada 4 hombres y 2 de cada 5 mujeres fueron víctimas de violencia sexual en Congo Oriental. Una vez más, el feminismo no es el primer movimiento que pide el fin de la guerra. Las víctimas masculinas de violación necesitan programas de apoyo que ya existen para las mujeres, no buenos deseos. Nuevamente, como apenas se estudia ni se reconoce pues nadie sabe, y el feminismo perpetúa los mitos que impiden la creación de programas para ayudar a las víctimas, como acabamos de ver. 4. En muchos de esos países las mujeres no llegan a la edad de jubilación porque antes dejan sus trabajos para cuidar a sus hijas e hijos. En todo caso ¿ellas piden jubilarse antes o las obliga una ley machista? ¿Tienen la misma pensión o la tienen menor? En el 100% de los países con la misma edad de jubilación ellas cobran menos. No es violencia de género, sí es problema de género y el feminismo lleva siglos diciendo cuál es la solución: eliminar las discriminaciones y educar en igualdad. Si el feminismo dice que la solución es eliminar las discriminaciones, ¿dónde están las propuestas feministas para eliminar estas leyes? Teniendo en cuenta que se ha legislado desde el feminicidio hasta la publicidad sexista, me cuesta creer que esto se les haya pasado por alto. Al parecer no todas las discriminaciones machistas son iguales. 5. La cifra también es errónea por no decir falsa (todas lo son y pueden comprobarlo por ustedes mismxs, Google es generoso y las ofrece con rapidez). En todo caso muchos de los que suicidan

antes matan a las mujeres de las que se han divorciado. Y ¿de verdad cree alguien que la educación machista no tiene nada que ver? No es violencia de género, sí es problema de género y el feminismo lleva siglos diciendo cuál es la solución: eliminar las discriminaciones y educar en igualdad. Repito esta parte: La cifra también es errónea por no decir falsa (todas lo son y pueden comprobarlo por ustedes mismxs, Google es generoso y las ofrece con rapidez). No, todos los datos se encuentran correctamente citados en la entrada original. A quien diga que esto es mentira le toca probarlo. El del suicidio puede encontrarlo en el estudio Divorce and Risk Suicide, publicado en el Journal of Epidemiology and Health siguiendo el hipervínculo. Si los datos fueran tan fáciles de refutar con Google imagino que habría incorporado algún enlace, pero se me olvida que quienes están respaldados por el discurso dominante no tienen necesidad nunca de probar nada. La idea de que muchos se suicidan después de matar a sus mujeres es sencillamente falso y se realiza con la intención de tildar de maltratadores a las víctimas de suicidio masculinas que se encontraban divorciadas. Así se minimiza una epidemia para la que la teoría de género no puede encontrar explicación. En España se suicidaron 2.724 hombres en 2012. Comparen con 52 asesinatos por violencia de género ese mismo año (datos del INE). El INE no ofrece datos sobre el Estado Civil de los hombres suicidados, pero parece que ese “muchos” es a todas luces una sobreestimación. ¿Cuántos de esos 52 asesinos estaban divorciados y cuántos se suicidaron? En una página que recoge todos los asesinatos “de género” ese año (y 5 más que no fueron incluidos en las estadísticas) hay 5 hombres que mataron a su ex pareja, 1 en trámites de separación y otro cuyo estado civil no se menciona. Siete en total. De ellos sólo uno intentó suicidarse, sin conseguirlo. Quienes se suicidaron no estaban divorciados, sino casados (la mayoría) o solteros. La diferencia entre el suicidio de hombres casados y divorciados, según el estudio que cité, es 2.4 veces mayor en estos últimos, por lo que tampoco podemos culpar a la educación machista. El cambio con el estado civil apunta a que tiene más que ver con las injusticias del sistema judicial. Sobre la falta de compasión en cuanto al suicidio masculino también he hablado, pero aquí se llega a otro nivel: ahora hay que considerarlos maltratadores. Si el feminismo quiere acabar con las desigualdades, una forma de empezar sería por el sistema judicial. No veo que eso esté ocurriendo, sino para crear aún más desigualdad. Y de preocuparse por los varones ya hemos visto cómo el movimiento rezuma compasión. 7. A los varones secuestrados (por los que sí se hizo campaña) no se les ha mutilado, violado sistemáticamente, obligado a casarse. No se les ha secuestrado para ser esclavos ni por pretender estudiar. Su secuestro no ha sido un castigo por desobediencia y un acto de terrorismo machista

para ejemplarizar al resto, sino un brutal acto de guerra. No es violencia de género, sí es problema de género y el feminismo lleva siglos diciendo cuál es la solución: educar en igualdad. No, no se hizo ninguna campaña por ellos. Si así hubiera sido imagino que sería fácil encontrarla. ¿Dónde está? ¿Alguien recuerda el “hashtag” de Twitter? ¿Las declaraciones de algún político o personalidad del mundo del espectáculo? ¿Alguna foto de alguien con pancartas reivindicando su liberación? ¿Algo? También dice que no se les ha secuestrado para ser esclavos, ¿y qué es un niño secuestrado para ser soldado, si no? ¿Cómo podemos estar tan seguros de que no han sido víctimas de abusos sexuales, habida cuenta de lo que ya se ha señalado al respecto? no se les ha secuestrado por querer estudiar. Quizá ignora que Boko Haram mató decenas de escolares varones, algunos quemados vivos, por la misma razón. ¿Y acaso sabe alguien las razones del secuestro por parte de Al-Shabaab más allá de para formar niños soldado? No, porque no se han escrito ríos de tinta como en el caso de las niñas nigerianas. Porque ellos importan menos. Quienes difunden estos mensajes infames solo hablan de equidad para igualarnos en las consecuencias, nada de repartir sus privilegios. Si quieres mi tasa de suicidios ¿por qué no te quedas también con mis tasas de abusos, de discriminaciones, de violaciones, de feminicidios? y después, te explico qué es feminismo. Voy a recordar que quienes añadieron la línea de “equidad” fueron los de Cuánta Razón, y no un servidor, por lo que no me siento aludido. Sin embargo aprovecho la oportunidad para decir cuál fue el propósito de estas imágenes: reivindicar que los hombres también sufren problemas por ser hombres, y que dichos problemas o bien no reciben la misma atención que otros femeninos o bien no se consideran “de género”, perpetuando la invisibilidad del sufrimiento masculino por razón de sexo. Un ejemplo es el reclutamiento forzado de varones para la guerra por parte del gobierno ucraniano y los rebeldes pro-rusos. Sigo sin encontrar dónde se ha denunciado como problema de género, más allá de mi bitácora. Viendo esas imágenes parece que la violencia de género y los problemas por un sistema patriarcal, violento y machista no se sufrieran más que por los hombres y en unos pocos países lejanos. O que no se supiera por qué sucede. O quizás que quienes luchamos por la igualdad no los hubiéramos notado, analizado, explicado y propuesto soluciones. Esas soluciones, por si a alguien se le olvida, las lleva proponiendo desde hace cientos de años e feminismo y las llevan ninguneando, ridiculizando ignorando e incumpliendo quienes reparten estos mismos cartelitos. Repito esta línea: O quizás que quienes luchamos por la igualdad no los hubiéramos notado, analizado, explicado y propuesto soluciones.

Si lo han notado, explicado y propuesto soluciones, ¿cómo es posible que en esta entrada…?: 

Se haya dicho que el 95% de las víctimas de violación en conflictos armados son mujeres, pese a que todo indica que los varones adultos constituyen un porcentaje mucho mayor



Se ha mencionado una campaña para rescatar a 200 niños varones somalíes que nunca existió



Se ha dicho que muchos de los hombres que se han suicidado estando divorciados eran maltratadores para evitar que sintamos simpatía por ellos, faltando a la verdad



Se ha hablado de casos de lapidación por homosexualidad femenina de los que no es posible rastrear un solo nombre únicamente para restar importancia a las ejecuciones masculinas



Se dice que el castigo para el lesbianismo es peor que para la homosexualidad masculina, cuando el código penal iraní señala justamente lo contrario



Se ignora a los niños nigerianos fueron asesinados por acceder a la educación no islámica



Se dice que los datos que he ofrecido en los memes son todos falsos sin necesidad de contrastar la información

No les sorprenda que seamos escépticos cuando digan que quienes luchan por la igualdad han “notado, analizado, explicado y propuesto soluciones”, o desconfiemos de conclusiones basadas en análisis sesgados y/o erróneos. Teniendo en cuenta el esfuerzo realizado por ocultar o minimizar el sufrimiento masculino que he visto en la reacción a mis imágenes, no puedo sino llegar a la conclusión de que estas personas no tienen nuestros mejores intereses en mente. Hacia una nueva historia de las relaciones de género Publicado el agosto 29, 2015 por Carlos Rodríguez Muchas discusiones sobre temas de género han terminado con la invocación de un pasado en el que la mujer ha sido explotada y oprimida consistentemente por el varón, llevando a la necesidad de realizar enmiendas en el presente a fin de rectificar la histórica injusticia. Este discurso sobre el pasado en no pocas ocasiones desemboca también en actitudes revanchistas, ¿pero hasta qué punto es cierto? Nuestro artículo presentará un modelo alternativo para explicar los aspectos más discutidos en la historia de las relaciones de género y poner en contexto el sufrimiento tanto masculino como femenino que emana de sus roles. Antes de comenzar, sin embargo, quiero clarificar algunas cosas:

Lo que voy a presentar es un modelo que se nutre de escritos realizados por historiadores y antropólogos. Todo lo que verán aquí ya se ha dicho con anterioridad. Mi único mérito es hilarlo todo y presentarlo como alternativa. No debe entenderse como una teoría, sino como un conjunto de explicaciones. Dichas explicaciones, por supuesto, no equivalen necesariamente a justificaciones. Como la variabilidad cultural ha sido inmensa a lo largo del tiempo y el espacio, este modelo no es aplicable a todas las sociedades pasadas o presentes (de hecho ningún modelo lo es), pero sí para las más extendidas. Continuando con el punto anterior, no debe entenderse el esquema que voy a presentar como inevitable. Los factores que señalaré no siempre producen los mismos resultados, dependiendo del contexto. Intento señalar, sin embargo, que cuando se producen no nacen necesariamente por el deseo de dominar o controlar a la mujer. Del mismo modo, podemos considerar este escrito como un resumen muy simplificado, donde inevitablemente se van a perder cientos de matices. Se trata de temas que todavía siguen siendo objeto de discusión y sobre los que se podrían escribir volúmenes. Lo que presento aquí es la explicación más plausible pero ha de considerarse, eso sí, como un esqueleto que iremos rellenando con futuras aportaciones, incluyendo las realizadas en la sección de comentarios. Para no hacer un artículo excesivamente largo, voy a referirme también a otras entradas que he escrito sobre temas históricos en este blog. Pueden leer los textos citados si quieren más detalles. Patrilocal y patrilineal Para entender por qué las culturas más exitosas antes de la Revolución Industrial son, o han sido, “androcéntricas” tenemos que examinar el modelo de residencia patrilocal, que generalmente se da en las sociedades patrilineales. En el modelo de residencia patrilocal, la esposa abandona a su familia para unirse a la de su marido, de la que pasa a formar parte. De esta manera la responsabilidad de mantener a los padres recae sobre los hijos varones. Las mujeres, por el contrario, pasan convertirse en una “inversión menos rentable” pues al casarse sus obligaciones son hacia la familia del marido, y no hacia su familia biológica. En algunas culturas la hija ha de contar con una dote para casarse, que se considera muchas veces como recibir la parte de su herencia por adelantado. La función de la dote es proteger a la mujer en caso de viudedad, divorcio o abandono, como se contempla por ejemplo en las Partidas de Alfonso X el Sabio (Partida IV, título XI, ley XXXI), pero al aumentar el patrimonio familiar del esposo y su familia se convierte en un bien codiciado por ésta. Las consecuencias del modelo patrilocal para las mujeres, como pueden imaginarse, distan de ser benignas. Un conocido proverbio indio afirma que “criar a una hija es como regar el jardín del vecino”. En efecto, invertir en la educación de una niña cuesta dinero para que luego sea otra familia la que se beneficie. Una familia rica puede permitírselo, e incluso promoverlo a fin de

obtener un mejor enlace matrimonial con el que lograr influencia o establecer una alianza con la familia del esposo. Sin embargo, para aquellas familias con menos recursos, es mucho más eficiente invertir en la educación del varón, pues será aquel quien se encargue de la familia en la vejez. Dependiendo de las circunstancias, también puede ser conveniente casar a la hija a una pronta edad. Aquí podemos ver una razón por la que no se educaba a las niñas con la misma frecuencia que a los niños, algo que podía erróneamente llevar a la opinión general de que las mujeres eran menos inteligentes, o incluso menos aptas para aprender. Así entramos en el círculo vicioso de que las mujeres no recibían tanta educación, y por tanto no se desarrollaban intelectualmente como los hombres, pero también el hecho de que al creerlas menos capaces se las excluía de la educación, principalmente superior (que no olvidemos, tampoco estaba al alcance de la mayoría de los varones). La consecuencia más terrible de este modelo patrilocal podía ser, en algunos casos, el infanticidio femenino, particularmente en las familias con menos recursos y sobretodo si se requería dote para casarlas. Los hijos varones también eran asesinados en ciertos casos, principalmente si tenían algún defecto físico o enfermedad grave. Las razones generalmente eran las mismas: la familia no puede permitírselo, y en casos especialmente crueles, no quiere permitírselo. Es significativo que la mayor parte de los infanticidios eran y son cometidos por las madres. En los relatos de la India contemporánea podemos oír sobre mujeres que mataron a sus hijas por iniciativa propia, otras que fueron presionadas por los familiares y en muchos casos que mataron como resultado del consenso familiar. Los motivos de la madre para matar a sus hijas, en cualquier caso, no suelen ser diferentes de los del padre: la supervivencia económica. Al margen del infanticidio o la menor probabilidad de recibir educación, abandonar la familia para incorporarse a otra no era fácil. Tras unirse a la esfera femenina, la mujer caería inmediatamente bajo la autoridad de la suegra. Esta suegra, en su momento, había sido como su nuera una mujer extraña en la familia, pero que había encontrado su lugar teniendo un hijo, con el que desarrolla una relación especial por ser su mejor apoyo en un entorno extraño y también porque será quien cuide de ella en su vejez, especialmente tras la muerte de su marido. La nuera se percibe así como una persona que puede entrometerse en el vínculo emocional que une a madre e hijo, quien puede descarrilarlo y dilapidar los recursos que la madre pudiera necesitar para su vejez. Del mismo modo, hasta el nacimiento de los hijos, la esposa encuentra en el marido su único apoyo en ese entorno extraño, por lo que intentará ejercer su influencia sobre él en la mayor medida posible. El conflicto entre ambas mujeres es frecuente, especialmente si la esposa se casa a una temprana edad y no cuenta con la madurez suficiente para capear los conflictos intrafamiliares. Otro factor a tener en cuenta en este sistema es que cuando estallan guerras internas (pensemos por ejemplo en los clanes japoneses del siglo XVI), la mujer encontrará su lealtad dividida: hacia su familia biológica y hacia su nueva familia, razón por la que generalmente será apartada de las

acciones militares y políticas. Por supuesto, éste es sólo un factor entre otros para evitar enviarla al combate. En este punto se estarán preguntando: ¿por qué pese a todos estos aspectos negativos para las mujeres se impuso el modelo patrilocal/patrilineal (lo que algunos llamarían “patriarcal”)? El modelo patrilocal no se originó por capricho, o “para dominar a la mujer”, que es la narrativa imperante, sino para concentrar a todos los varones en la familia, clan o tribu, unidos por lazos de sangre, al ser más eficiente para la defensa contra grupos enemigos, ladrones de ganado, familias rivales, clanes enemigos, etc. que el modelo contrario (p. 223, 233). Y si bien los beneficios de este sistema se pueden apreciar en las luchas entre grupos tribales, algunos antropólogos como Mel y Carol Ember también vinculan este modelo a sociedades donde pueda haber una alta incidencia de guerra interna, independientemente de su nivel de desarrollo. No olvidemos que las deudas de sangre eran mucho más frecuentes en el pasado y que podían ser devastadoras a nivel local. Si bien es cierto que Grecia y Roma fueron sociedades donde predominaba la residencia patrilocal, durante la Edad Media europea hubo múltiples modelos: patrilocal, matrilocal y neolocal (donde la pareja establece un nuevo hogar). Quizá por esta multiplicidad de modelos, la idea de inferioridad intelectual femenina comenzó a ser cuestionada a finales de la época en debates conocidos como “la querella de las mujeres” que se dieron en varias cortes europeas, incluyendo la castellana. No en vano, uno de los principales argumentos esgrimidos por los defensores de las mujeres era que si ambos sexos recibieran la misma educación (algo menos frecuente en las sociedades patrilocales) no habría diferencias a nivel intelectual. Estos debates prepararían el terreno para la llegada del feminismo contemporáneo. No hemos de olvidar, sin embargo, el gran peso de la herencia clásica en el área del derecho, la filosofía y las letras en general (originadas en un contexto de sociedades patrilocales que permeaba sus ideas), así como el regreso a estos referentes que acompañaría al Renacimiento. Economía y biología Tampoco podemos dejar a un lado factores económicos y biológicos. Algunos antropólogos señalan que existe una mayor desigualdad en las sociedades agrícolas que en otros modelos debido a la introducción del arado (p. 7), más adaptado al cuerpo y la fortaleza masculina. Esto le hacía dominar la producción de alimentos y en consecuencia le otorgaba un mayor estatus. Más allá del arado, la biología también ha favorecido la división sexual del trabajo. En las sociedades preindustriales no había sistemas de jubilación y los matrimonios dependían de los hijos para que les cuidaran en su vejez, por lo que se consideraba deseable tener varios. Sin embargo, la mortalidad infantil era extremadamente elevada y un 33% de los niños moría antes de llegar a los cinco años de edad (p. 10). Si a esto unimos una lactancia más prolongada de la que tenemos hoy día, encontramos que las tareas domésticas eran más compatibles con el embarazo y la lactancia que otras actividades.

Esto no quiere decir que la mujer no contribuyera económicamente trabajando en el campo, tejiendo o de otra forma cuando le fuera posible. Es más, aunque hombres y mujeres tuvieran muchas veces diferentes tareas, la separación entre el trabajo doméstico y extradoméstico no estaba tan claramente marcada (por ejemplo cuidar a los animales) como lo estaría tras la Revolución Industrial y la llegada del trabajo asalariado. Sin embargo, el embarazo y la lactancia limitarían la participación de la mujer en actividades políticas y oportunidades educativas, aunque hemos de tener en cuenta que la inmensa mayoría de los hombres tampoco participaba de ellas. La combinación de fortaleza física, percibida superioridad intelectual y oportunidades debido a las menores limitaciones biológicas convertirían al hombre en el cabeza de familia natural, y al sexo masculino en la médula espinal de la sociedad, algo que llevaría inevitablemente al conocido androcentrismo, aunque no en todos los aspectos. De este modo se le asignarían más responsabilidades económicas (mantener a otros miembros de la familia) y por tanto los instrumentos para llevar dicha labor a cabo, restringiendo el derecho de la mujer a administrar buena parte de los bienes sin su permiso, algo explicado en el artículo sobre la licencia marital en la Edad Moderna. La otra cara de la moneda Como ya hemos señalado, el sistema pone a los hombres en el centro, pero no con el fin de “dominar” sino con el de emplearlos en beneficio de la comunidad (o de unas élites, según el caso). De ahí que esta posición central vaya acompañada de los reclutamientos forzados para ir a la guerra, de los trabajos forzados por parte del Estado o los señores, y que se le hiciera responsable de mantener tanto a su esposa como a los miembros de su familia. Por ejemplo en las Partidas de Alfonso X el Sabio y las Leyes de Toro encontramos entre las obligaciones del cabeza de familia: 

Proveer a la esposa según la riqueza de cada uno (Partida III, título II, ley V)



Proveer a los hijos. La mujer es responsable de los hijos hasta los tres años (imaginamos que por la lactancia), después esa responsabilidad pasa a ser exclusivamente del padre (Partida IV, título XIX, ley III).



Proveer a los padres y abuelos. Al contrario que el resto, ésta no era específica para el hombre, pero lo fue en la práctica como administrador de los recursos familiares (dote), particularmente después de la licencia marital (Partida III, título II, ley II y Partida IV, título XIX, ley IV).



Proveer a los nietos y/o bisnietos si los padres no podían hacerlo (Partida IV, título XIX, ley IV). El texto inicial indica que la responsabilidad es masculina pero el ejemplo posterior es neutro. Sin embargo, queda claro que el responsable es el hombre cuando leemos una disposición similar en la Partida IV, título XI, Ley VIII.



Dotar a las hijas. No puede responsabilizarse a la hija de dotarse a sí misma si el padre puede hacerlo. Tampoco puede responsabilizarse a la madre en ningún caso, salvo que la hija sea cristiana y la madre no (Partida IV, título XI, Ley VIII).



Dotar a las nietas y bisnietas, si el padre no puede dotarlas ni ellas puede dotarse a sí mismas (íbidem).



Proveer a los hijos ilegítimos (Partida IV, título XIX, ley V). Éstos se consideran sólo del padre porque aunque la mujer cometiera adulterio, su hijo era adjudicado al marido y considerado legítimo. Es decir, también está obligado a mantener a los hijos ilegítimos de la esposa. La diferencia es que los hijos ilegítimos del padre no heredan de la madre (Ley de Toro 9).

Por otra parte, tanto en el judaísmo (mezonot) como en el Islam existen disposiciones similares para proteger y proveer a la esposa, entre otros miembros de la familia. Cuando el Estado tenía poco poder y alcance, algo común en muchos lugares de las sociedades pasadas, la protección tanto de la familia como de la propiedad recaían principalmente en los hombros del varón. Los gobiernos o Estados, a fin de que el hombre pudiera cumplir con su deber como protector o proveedor, también le proporcionaban las herramientas necesarias, como por ejemplo una mayor autoridad sobre el resto de miembros de la familia, o la habilidad de administrar la dote de su esposa, según la sociedad. Claro que había restricciones: en España la mujer podía exigir la restitución de la dote si su marido la despilfarraba o si se separaba de él, por poner un ejemplo (Partida IV, título XI, ley XXIX). Los hombres, en resumen, se consideraban activos para mantener y hacer funcionar la sociedad, ya fuera luchando en la guerra, pagando impuestos o trabajando para mantener a las familias y el orden social. Debido a esta visión del hombre como productor y protector, no existían (ni existen) leyes especiales para su protección por razón de sexo, como sí existían (y existen) con la mujer. Esto podemos comprobarlo en la disparidad legal que hay actualmente en torno a las víctimas de la trata, que el hombre deba mantener a su esposa después de terminado el matrimonio, que no existan ayudas para padres solteros en algunos países donde sí las hay para las madres, que sean abandonados para morir en zonas de conflicto mientras se rescata a mujeres y niños, que la ONU no haya reconocido la violencia sexual hacia hombres en conflictos armados hasta el año 2013 y un largo etcétera. No todos los hombres, sin embargo, eran capaces de aguantar estas cargas (o no querían aguantarlas), por lo que siempre ha habido quienes abandonaron a sus esposas e hijos, por ejemplo en España al viajar a América sin la intención de volver, tema también tratado en esta bitácora. Control de la sexualidad Claro que no se podría terminar de explicar la historia de las relaciones de género sin entrar en el control de la sexualidad. En la mayoría de las sociedades, la femenina está más controlada que la

masculina, y la razón se suele atribuir de forma simplista al deseo de control masculino, cuando hay explicaciones mucho más plausibles. La responsabilidad y el sacrificio masculino por la familia no era una tarea fácil, pero si el hombre se involucra en ella es generalmente porque espera como mínimo trabajar para una descendencia que es suya. Recordemos que la ley otorgaba al marido la paternidad de cualquier hijo nacido en el matrimonio fuera suyo o no (por ejemplo aquí en el artículo 141), con las obligaciones que conlleva, por lo que el adulterio femenino causaba una enorme disrupción en la herencia. Sin embargo, los hijos ilegítimos del hombre podían ser o no reconocidos, ya que la maternidad siempre era segura, pero la paternidad no. De ahí que la infidelidad femenina fuera considerada como una amenaza más grave para la familia que la masculina, y que conllevara mayores penas (aunque como veremos más adelante, esta regla no era uniforme). Uno de los indicadores que los hombres utilizaban para determinar la probable infidelidad de la esposa era su promiscuidad antes del matrimonio. Una mujer virgen (o que se la supusiera como tal) no estaría embarazada cuando se realizara el enlace matrimonial, pero con una promiscua o que hubiera tenido relaciones, sería necesario esperar varios meses a que no estuviera con un compañero para asegurarse de que no llegara al enlace embarazada. Y si la cultura en particular censura las relaciones prematrimonales, una ruptura de la conducta sexual apropiada en ese momento (fornicación) haría al marido anticipar una ruptura de la conducta sexual apropiada una vez casados (adulterio). De ahí que una forma de ataque empleada por las mujeres para desprestigiar a sus rivales románticos sea acusarlas de comportamientos promiscuos. En un contexto donde no existían pruebas de paternidad ni métodos anticonceptivos tan fiables como los actuales, puede esperarse esta preferencia por las mujeres vírgenes, o al menos castas. Por otra parte, un hijo concebido fuera del matrimonio, que puede no ser reconocido por el padre, haría que fuera mucho más difícil para la mujer encontrar marido y supondría una carga económica para su familia, quien intentará asegurarse de que ello no ocurra. No olvidemos, sin embargo, que las mujeres también participaron de este sistema por sus propias razones. Como los académicos Roy F. Baumeister y Jean M. Twenge señalaron, al convertir el sexo un bien escaso, aumentaba el valor de éste, que podía emplearse como herramienta de negociación para obtener favores o bienes de los hombres. En casos extremos, esta supresión femenina de la propia sexualidad podía conllevar a terribles excesos como la ablación, práctica intrafemenina en la que los hombres se encuentran casi siempre excluidos (pueden encontrar más detalles en este artículo sobre el tema). La razón de por qué hay hombres que rechazan como pareja a las víctimas de violación es más difícil de incorporar en este esquema, porque quizá no sea un fenómeno específico de género. Como hemos visto en esta bitácora, también hay hombres violados que han sido abandonados por sus parejas femeninas. Todo esto no quiere decir, sin embargo, que la sexualidad masculina no tuviera control alguno. En Occidente, la Iglesia consideraba de igual gravedad las infidelidades masculina y femenina. De

hecho la investigación de Sara McDougal reveló que en la Francia tardomedieval las autoridades perseguían más el adulterio masculino. En otro artículo también traté las leyes controlaban la sexualidad masculina y cómo en muchos casos sus penas eran incluso mayores. Todo esto sin olvidarnos de la circuncisión, que históricamente se consideró un método para disminuir el deseo masculino y que fue reintroducida en los Estados Unidos a inicios de los años 20 como un remedio para frenar la masturbación. Conclusión Siempre me ha parecido extraño que se hable de un sistema “para beneficiar al varón” cuando se envía regularmente a los hombres a la muerte o a los trabajos forzados, constituyen la mayoría de las muertes laborales o de los sin techo, por poner algunos ejemplos señalados. Parece bastante más razonable pensar que la principal motivación de este sistema era defender y mantener el grupo (dependiendo de los casos, también enriquecerlo y/o expandirlo). Esto se haría tanto a costa de los hombres como de las mujeres, ya que en el pasado los intereses del grupo se anteponían a los individuales. El sacrificio del grupo, sin embargo, muchas veces podía ser secuestrado por una élite que en principio debería dirigirlo, provocando revueltas y revoluciones. Pero no todo era sacrificio, también se otorgaban privilegios a cada sexo: al hombre un mayor estatus y poder en el área de lo público, y a la mujer una mayor protección y poder en el área de lo privado. Un ejemplo de esto último lo encontraríamos en la costumbre china y japonesa (también existente en muchos lugares de Occidente hasta hace poco) de que el esposo entregue su salario a la mujer para que lo administre en el hogar, o que ésta deba ser mantenida de por vida en caso de divorcio. Anexo. Otros artículos sobre la historia de las relaciones de género Hasta aquí el resumen de este modelo alternativo para explicar las relaciones de género. Como señalé al inicio de la entrada es imposible captar todos los matices de esta evolución en un artículo y no es necesariamente aplicable a todas las culturas, sino a las más extendidas. La intención no es otra que demostrar la existencia de explicaciones alternativas al desarrollo de las relaciones de género sin recurrir al simplismo de que todo se debía a un interés de los hombres por explotar a las mujeres. En la sección de comentarios iremos añadiendo información relevante para modificar aspectos de esta entrada y añadir otras explicaciones. Mientras tanto, les dejo con otros artículos aquí publicados que desafían la versión imperante sobre las relaciones de género. Poder femenino en el pasado (I) 

Autoridad masculina vs poder femenino: el caso de Carrie Nation



El poder femenino en el matrimonio tradicional: los casos de India, China y Japón



Doce hombres son circuncidados a la fuerza en Kenia a petición de sus esposas (es actual pero nos ayuda a comprender estas dinámicas)

Poder femenino en el pasado (II): mujeres empujando a hombres a ir a la guerra 

La incitadora: el papel de la mujer en la guerra y las deudas de sangre (I, sociedades germano-escandinavas)



La incitadora: el papel de la mujer en la guerra y las deudas de sangre (II, sociedades árabes preislámicas)



La incitadora: el papel de la mujer en la guerra y las deudas de sangre (III, cultura corsa y otras)



Las plumas blancas: hombría, guerra y coacción femenina



Guerra y género: la instigación femenina



Aprobación y comisión de la violencia: el caso de las mujeres en la Hispania prerromana



El poder femenino en la Guerra de los Cristeros: lecciones para el presente



Madres de la guerra: el caso de Esparta

Cómo se trataba la violencia doméstica en el pasado 

La violencia doméstica en la época romana



La violencia doméstica en Castilla durante la Baja Edad Media



La violencia doméstica en la Edad Media y Moderna



La violencia doméstica en el pasado

Control de la sexualidad masculina en el pasado 

Circuncisión y control de la sexualidad masculina



El control de la sexualidad masculina en la España medieval y la América colonial

Sufrimiento masculino y violencia contra el varón 

Opresión masculina en la Historia: el trabajo forzado



Deudas de sangre y la opresión del varón en Oriente Medio



Ataques con ácido en Colombia: las víctimas olvidadas (incluye algunas notas sobre la historia del fenómeno)



Los hombres lapidados en Irán (y otros países islámicos)



Los hombres en la Historia

Otros artículos de interés 

La doncella en apuros y el hombre desechable: del tradicionalismo al feminismo



El mito del padre tiránico



Caza de brujas y denuncias falsas: lecciones para el presente



Hombres y sentimientos: la verdadera historia



¿Por qué existía una licencia marital en la Edad Moderna? La explicación histórica frente a la explicación moral



Los amantes autorizados de las aristócratas casadas en la España del Siglo XVIII



¿Sometida o protegida? La infantilización de la mujer y los roles de género en el pasado