7 Bcll¿¡ Artcs cn !9Sr. Editada el nrismo año en la ciudad de México. Sin pie de imprenta. La cuha d,anta El jovn If.
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7 Bcll¿¡ Artcs cn !9Sr. Editada el nrismo año en la ciudad de México. Sin pie de imprenta.
La cuha d,anta
El jovn If. Monótogo en un acto. Editada en la ciudad de Mérico
en ¡95t, Sin pie de imprenta.
COMEDIA EN TRE§ ACTO§
'A
ocho coltmn¿s. Comedia en tres acto8, estrcnada en ¡956 en e! Teatro de la Capilla de la ciudad de México. Textos de la- Capilla,
I,
1956.
PERSONAJES Fneucrsco, el Mayrdamo
.
Lvtn, la Sacreloria ErrcENrA, la jovcn e¡nba¡azada
ANToNrl, la culla da¡ta Rrclnoo, el choler d¿ la ¡cñora
Clnurrv, la ¿r-nw,ia de Ernc¡lo EnNrsro, el káio único dc Antonia Mrncor Brern¡z
InrNr Cr.ena, la amiga íntima
Gr-onrl, la n'i.ña bien, sa hija Prono Nor.l uuv TMroRTANTE.' Los hechos r¿presenla¿os er cst¿ com¿dia so¡ iaagiaarios. Culqtier larecido con. fersotaies, sucesos o sir¡tacio*s
¡ealcs dcbe
,ofra$. cofro afld n¿?a e i¡ooh¡taria
coiaeide*cia,
ACTO PRIMERO Dl kall dc *na
residencia elegdntc, con ¿scalerd al fondo gac lleva a las habitacioncs sil?elioret. La ?acrta de entrada, a la izguerda arriba, en u?, ilono má¡ alto gue el primer términa. A la derecha hay dos ?uertds practhables: la de arriba, sobrc cl misnco nioel gue la de cntrada, conduce a la biblintcea; l¿ de abaio, dl conedor y a la cocina. Hay sofás y sillonu, ntesitat y una conrcla con florcs. Utt bca¿ircot y álbuotct de tnú¡ica.
EL )llayrrriomo,
la
Secretat'i.a, Eugenta.
M.rvonuouo.-La scñor¡ no t¿rdará cn bajar, señorita Lupe. I'enga Ia bondad dc scntarse. (Sale,) LupE,-Grxcias, I rancisco. ( -4 Eugetia.) Tome usted asicnto. Me perdor-rará usted si, micntras aguardamos, arreglo cstos papcles. dación i
Y a prop- :s: i=-.:;:o. . . Lrer.-¡\- la familia de ustedi ¡."r.-,r.-lrti padre es cl único. Era cornerciante en pe:u:io. Y. . . nc está aquí. LupE,-Dc
rrrcdo quc estil carta. .
Eucrr¡r.-¡na 6
LupE.-Es curioso. (Examinando la carta.) La señorite Carmen no suelc ser tan empeñosa para ¡ecomendar a nadie.
En fin. . . Eucrr.ne.-¿C¡ce cl bien,
usted que bastará esa cartal señora es muy buena, ya se lo he dicho. Hace
como clla dice, sin ver a quién. es. . . LupE.-Su sccretaria privada. No soy la única, pero pue-
EucENrA.-Usted
.
pt
la llamaron a usted, y. . .
Lup¡.-La
Ercts r.r.-Clarr¡. LL'pE.-\o hrbr:i dificultad, esto¡'scgura. Viene usted
J-L
un rccado, casi un anónirno, diciéndome quc me prcsentara en las oficinas de Ia Mrternidad por una cartl, Es ésa. De ahí
.
tardc, al llcgar a ¡rri virierrda, encontré
do jactarme de se¡ la más confidcncial de sus sccretarias. Una sola no podría despachar todcs sus asuntos. ¡Sc ocupa dc tantas cosas! Eucrrrl.-(Jna amiga íntima, pucs. . . LupE.-No aspiro a cse título. Soy, si usted quiere, su
fiel y devota scrvidora. Ixr poco que soy todo se lo dcbo a ella. Sin clla, ro.. .
nrás
Eucrxl,r.-:Usted también. . . i
y
que valgo,
Lurr,-No, no cs cso. Irc que r.o le debo cs que me har-a abierto en Ia ¡.ida ot¡os horizontes. Yo trabajaba en un salón de belleza, del que era clientc la señora. [,e gustaba mi modo, v acabó por pcdirme para su scrvicio cxclusivo. Poco a poco fue intercsándose en mi vida, v un día recuerdo como -lolnañana, mientras si lo cstuviera riendo- un sábado por la tenía metida la cabcza en la escafandra dcl permanente me habló de la cultura 1' del espíritu. Luego me regaló su libro. que acababa de publicar, con su autógrafo. Un libro precioso. lli Biblia, como lo llamo yo: "Eva piensa", sc llama, 'r' es una ¡ntología cornplctísima del pensamiento fcmenino desde la más ¡emota antigüedad, hasta Io más recientc; desde Xániipa, la esposa de Sócrates, hasta Pita Amo¡, EucENrA.-I{a de scr prccioso. . . LupE.-Así empczó su rescate dc rni vulgaridad, de mi inutilidad. Ai poco tiempo, me inscribía cn la Llrrircrsidad Femenina, y en dos años. . ,
Arutonia, Lupe, Eugenia.
AxroNrr,.-¡Lupe
Luer.-(
l¡
sociedad hay plantas que necesitan guiarse, orientarse; que conyiene salvar, poner en regla, como quien dice...
!
Leoantándose.
)
¡Scñora!
-{xroxr¡'.-Buenos días. (A Eugenia,) Perdone ustcd que hava hecho esperar. Siéntese, por favor. (Eugenia oltede-
ce. Lupe
queda en pie, arreglando sus papeles.) Lupe estaba h:ciéndole su biografía, ¿no cs asíl Alcancé a oírla. Debe :::t:d perdonar cl entusiasmo que pone en alabarmc. En rcal:l:J. no lo merczco. (A Lupe.) La scño¡ita cs.. .
Et'c¡rr..r.-Eugenia Suárcz, para servirla,
Lup!'.-La
rccomcndada
dc la señorita Carmcn. ( L"
:i,:u,ic l.t carla,)
Arrorrs.-(O
jea la carta.) Pe¡fectamente. Lupe: ¿quiela biblioteca a la Maternidad? Dígale a -e ll:.lre Rosita que 1'a sé que no hay camas, pero que vea có:.no se irrcgla, Que la señorita se interna¡á mañana mismo. U::.1 I¡ lleva¡á. Y de paso cerciórese por te1éfono de si toi.:' l.:s scñor¡s dcl grupo vendrán a almorzar. Hábleles a
:= :.i;ione¡r
desdc
- ,l.--
Lup¡.-Bier-r, srñora. ( A
E
ugenia.) Con su
pcmriso.
-\srorr'..-Es un tesr¡ro dc much¿cha, aunque 3 veces :-:::. i-::.:-'-i:1.-. r'o: l.: plol-..rg.¡¡rJa qlre mc h¡cc. Le hab¡¿í :::-- : -:i:i:..:'i:: s:b: c::é co.:s, :no:
\¡ i'.:l: 1... p:nl. Yo hice por ::'::1:¡i-.:s. \los:r:.rle el camino, l-..ib.:lo ;¿g¡ilo. es todo sur-o. \o .s siempre f:icil descubrirlo
(
Eugen,i.a
bajt la cabeza.)
Y hay insectos nocivos e inconscientes que se complacen en dañarlas. Y que son tanto más culpables, cuanto que son honrbres. .. (Lo observa,) EucENrA.-Señora; crco que debo informarla de mi caso, de mis circunstancias. No quiero que se engañe a mi respecto. Sicnto que es honrado decirle que...
ANloNre.-(/nterrumpi.éndola.) No me cuente
su historia.
Las much¡chas descarriadrs que auxiliamos cmpiezan a vivir desdc su aceptación en la Mate¡nidad. Lo anterio¡ no existe, averiguamos el nombre ni 1as ci¡cunstancias dc su dcsgracia, Procuramos convertirlas en la dicha de terse
no cuenta. No
y adoptamos a la criatura, rodeándola de comodidades como a una bella, inocente flor. Colocamos a 1a madre en un trabajo digno, y nos encargamos y¿ para siempre de la educación de su hijo. Euctxre.-Pero es preciso quc sepa usted mi origen madres
el de mi desamparo. ANroNrn,-¡Sh! Nada, n¿da. Ni una palabra. El
-y
pasado
no existe.
EucENrA.-Es usted más buena de lo que dicen, señora. Yo no encuentro palabras para agradecerle su protección. Le juro que no ha de arrepentirse. Sé trabajar, no importa en qué.
^{NroNr¡.-No
es
ho¡a de habla¡ de eso. Ya hallarcmos el
modo de arreglarlo todo conrcnicntcmcnte. Lo importante rhor¡ es csa criature que va e necer. Le advie¡to que no crreccrá dc nada, Una dc nosotras adopta v bautiza a cada chico nacido en la Maternidad. Así, cuando las madres :ue las hay, no crea- yuelven a su vida, o se casan, -poro qué sj ro. la criatura halla siempre el amparo de un hogar decente. EucrNre,-iQuiere ustcd decir que una picrde a su hijol A\ToNrA.-Sólo en el caso dc que quiera perderlo. En:-:rCámonos. Nuestra sociedad 1o quc hace es salvar, protcger : .os niños. Suple con ello al padrc dcsnaturalizado y canalla
lo engendró, digamos, zoológicame a¡'uda a la ¡nadrc a cnderezar su ruta-. Pero si ella, que ya dio un mal paso, elige ese camino. . ,
quc
Ricat'k, Antania, prcguntara si
dijo el joven que le
lo pucdo llevar al centro en el
¡\¡¡'6¡¡a.-;[l jovenl
visto.
iSe levantó
coche grandc.
yal Yo no lo he
RIcARDo.-Me lo dijo anoche. Lo encontré en Leda. Su coche estaba descompuesio 1. me pidió que mc encargara de rcmolcarlo hasta el taller. Y de una \rez mc dijo que, por si no la veía a usted en la mañana, lc avisara que r¡ á usar su coche.
ANToNTA.-¿Dijo u,sted Leda? ¿Es algún cine, o clubl
No ¡ecuerdo haber oído
ese nombre.
Rrc¡n»o.-Es un. . . ccntro nocturno, A--'r'oNrA.-Quc ustcd.
señora.
.,
ifrecuental RrcARDo.-I)e \.ez cn cuando. Es muy popular.
ANroNrr.-¿Y el joveni Rrcen»o.-¡Oh, sí! Va mucha gente cs buena l'. .
decente. La música
.
-l,xrorr.q.-Bicn. F,l jolcn pucde disponer del ccche has. hasta les cinco dc la tardc. Rlc-r¡roo.-\Ius bien, señora. Con su permiso. Asroxlr.-Diga, Ricardo. . . :lleró al señor a la oficina? R¡c-rnoo.-\o, señora. Sc iue temprano al golf. Pasaron
ta. .
por é1. Hov es jueves.
'
-{xroxr-r.-Bien, Rica¡do. (Ricardr, :ale,) (Antanid re encdnina a la escalera, co?tta ?ara subir
bu¡cm a Ernesto. Regresa, nerviosa; o¿ hacia la bibliateca,
a se
-tsont.t,)
Arroxra.-¡Llupel (Luego a Eugenia.)
Pucs creo que cs todo por ahora. La madre Rosita ya debe estar avisada. Va)'a tranquila, inté¡nese. Me tendrán info¡mada. No vacile en pedir cuanto necesite.
¡o
Lupe entra. Er?erd.)
AN'roNr,r.-(J Lupe.) l)elc un y acompíñela.
poco dc dincro a esta mu-
chacha
EucrNre.-¡No, señora, por rnolestc, señorita. Buenos días
Eugenia.
Rrcrnoo.-Pcrdone, scñora. Me
(
( Sale. (
)
Diosl Mil gracias. Y no sc
-\'
Antonia le ?(trea nerriosamente.
Lurr.-¡Ocurrc
otra vcz muchas
graciJs.
)
algo, señorai
AN'roNrA.-Lo dc siernprc. Quc csto no cs un hogar. Luis cn cl golf, o cn cl Club dc banqucros, o sep:r Dios
dónde v estc muchacho que ni siquiera sé por dóndc and:r. ¡Tengo que'r'enir e saber por boca dcl chofcr quc pase las t.toches cn un sitio el que r.an los dos!, cn el que se cncuelltralr, cn cl clue me manda rccados con mi chofer, ¡como si no viviéramos cn la misma casa! Y quc chocó su cochc, o algo así. l1rp6.-§o sc aflija, scñora. El joven cs muy jorcn. Y:r senta¡á cabeza, Por ehora cs mul natural que sc diric¡tr como todos los jór'encs dc hor-. ¡\r.'¡6¡¡-,\.-I's urgc¡ltc quc se c¡se. Ds cl único rcnledio, Que sienta la responsabilidad de un hogar, del matrimonio, sus deberes para con la sociedad. Pcro elnpiezo a temer lo peor, / a c¡ccr en las leyes dc la hcrcnci¿. En realidad, si ha de salir a su padrc. . . Lupa.-El scñor cs distinto. Son los negocios lo qu.' io ebsorbe.
Ax'roxr¡.-Sí, los ncgocios. I'cro cada cosa ticnc su luq.:: en la vida. No sc puede decir quc Luis tenge mrís ocup.:ciones que yo, por ejemplo. Conscjos, juntas de ¡ccionis::.s, comprirías, sí; pcro hasta son mcnos importantes quc mis .-.iridadcs, que también absorben mi ticmpo. Pcro no todo. Bi.:: pcJríamos llevar una vida hogareña, colno todo el munlo: juntos a Ia mesa, confial'¡ros nuestros problcma.... P:¡o no. Ha hecho su mundo aparte. Tolera mis actividal.s.
ñ-:1¡arnos
:=¡o de lejos, siempre que no le signifiqucn más quc iirm:: :::i cheque. Por ejemplo, hemos sido patrocinadores dc la S::r:ó:rl;a desde un principio. Pero hacerlo que me rcom¡:ii.. II
ni amar¡ado. I'ui siernpre sola o con amig;rs. Hra un bocho¡no. Y ¿sabe ustcd adónde se iba todos los vicrnesl Lup¡.-T'cndría asamblea. . . A¡¡'roNrA.-Sí, asanrbleas campalcs. ¡Sc iba a Ia lucha Iibre! iUn espectáculo tan salvaje cn vcz. de un concierto sinfónico
!
(Lupe calla,
v
aflige, neaea la
caL,eza,)
dijcron que para ací, pero se ha de habcr ido a Ia masajista. (Jna nueva sueca, que está haciendo prodigios, dicen. Ojalá. ¿Y usted cómo ha estadoi AN'r'oNrA.-Como siemprc. Ca.nurN.-¿Ocupadísirnal Creí que nos cncontrarí¿nos anoche en la cxposición. AN'roNrA.-No pude ir. Era miércoles, día dc costura, y ya sabes. Nunca sabe una a qué hora sa]e. CARMEN.-CIaro, hay tanto dc quién hablar. Estuvo precioso, realmente. Lástima que no fue¡a usted. A¡'¡6¡¡¡.-gno dc estos días pienso ir a visita¡ la exposición. Mc h¡n dicho quc cs un chico mul' talentoso. iSon buenos sus cuadrosl
Canr,,rBN.-La verdad, no los vi. A mí cl arte. . . Pero es un chico muy atractivo. Corricntito, claro, pcro mono. Y la verdad, s\ eernisrage estuvo muy bien concur¡ido. Susana sabc ]racer las cosas, Ya sabe usted, por supuesto, quién
el pintor
lo descubrió, clegir
esposa
a
su
¿nol
ANToNTA.-Sí, algo hc leído. .
.
CARMEN.-La famosa viuda. Es chistosísin-ro, Usted sabe que clla tiene la manía de las casas. Y como le ha dado por entrar a brazo partido en socicdad, se las hace decorar por quicn más Ic cobrc, a ver si así logra que vaya Ia gente a sus fiestas. Claro que ni así, Es una nueva rica de lo peor. ¡Y tiene una fama! .t.ro*-,o.-¿Y dices que ella descubrió al pintorl
Crxurs.-¡Ah, sí!
s:ilón, donde clla
hr
Y un Chi¡ico, nr Picasso, un Matissc, un Braque... trajo dc Europl, sn une de t¡nt¡s escnpadas. Y el
gúrcse! Se los
;rner, -7ntonie, Ltpe. C:n:.r¡s.-lf ttr,:ndo.) ¡So¡ la primcra? iLo temíal -{srosrr.-,Ca¡mcn! ¡Cómo estási No han de tardar. Sién::ie. (A Lupe,) ¡Telcfoneó usted a todas las señoras? Lcpr.-Sí, seño¡a. Todas vendrán. C..*.rr.,.-prsé por Bcatriz, pero ya había salido. Me C
l2
Fue a pintarle su casa, dicen. El colgacio sus retratos de gran señora, ¡fi-
muchacho, por divertirse, sc puso a copisr csos cuad¡os en las paredes. . . Como a remedarlos, jrei En cso, cntró ella. Yo no sé qué lc habrá llamado más la atención: si ei chico, o Io que pintaba. El caso es que desdc ese nomento lo adoptó, le conlpró ropa, le pasa una mcnsualidad, i¡- acaba de lanzarlo!
¡La hubiera usted visto anoche! ¡Qué aircs de Catalina
de
Médicis! Hoy en ia
mañana ha dc haber agotado los periódicos en busca de su nombre, Ahí estaba Mclchorita, la cronista
r3
social. Yo Ie digo Melchorita, r'a sabe ustcd quién digo. Con esa mirada de complicidad, tratando dc senti¡sc en su casa en todas... Es una chinche. A¡¡roNr.q.,-Pero muy útil, no me Jo negarás, CARMEN.-No, claro. Siempre que sepa una cómo utiliza¡la. Se .mucre por chismcs, quc llama notas. Acatarra por teléfono pidiéndolas. Y cs dir.crtido haceria meter la pata. ANloNrA.-Yo les tengo un poco dc miedo a los periodistas. La gente les c¡ee t