La Ciudad Antigua

Morán Vázquez Claudia Resumen del libro: “La Ciudad Antigua” Escuela de Estudios Superiores Humanísticos Alejandro Fabe

Views 133 Downloads 0 File size 207KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Morán Vázquez Claudia Resumen del libro: “La Ciudad Antigua”

Escuela de Estudios Superiores Humanísticos Alejandro Fabela Alquicira

LA CIUDAD ANTIGUA Para conocer la verdad sobre los pueblos antiguos, conviene estudiarlos sin pensar en nosotros, como si fuesen extraños. Así observadas Grecia y Roma, se nos presentan con un carácter absolutamente inimitable; porque nada en los tiempos pos moderno se les parece. Gracias a los pensamientos y a las costumbres que se conocen a cerca de Grecia y Roma en sus últimos tiempos, podemos conocer las ideas que tenía el hombre en un principio acerca del alma y de la muerte. Ellos creían que después de esta vida existía una segunda debajo de la tierra, creían que el cuerpo y el alma seguían unidas en aquella otra vida, por lo cual enterraban a los muertos con ciertas pertenencias, ropas, animales, y hasta personas esclavas que creían podían necesitar en esa vida, porque les había sido de utilidad en ésta. Debido a ciertas creencias, surgió la necesidad de dar sepultura y oraciones a los muertos, ya que creían que si un alma no tenía sepultura se convertiría en un alma errante y molestaría a los vivos por medio de apariciones, por lo que debían rendir ciertos ritos en los que daban ofrenda y depositaban comida, leche, vino, perfumes, etcétera, en honor al muerto y si alguien probaba de los alimentos que se les llevaba se creía que estaba condenado al hambre perpetua. La historia de Grecia y Roma es un testimonio vivo de la íntima relación entre las ideas de la inteligencia humana y el estado social de un pueblo. La comparación de las leyes con las creencias demuestra que una religión primitiva constituyo la familia griega y romana, estableció el matrimonio y la autoridad paterna, determino los grados de parentesco y consagro el derecho de propiedad y el de herencia, y después de haber ensanchado y extendido la fama, formo una asociación mayor, la ciudad, en que dominó como en la familia. De la religión partieron todas las instituciones, así como todo el derecho privado de los antiguos, tomando de ella sus principios, sus reglas, sus usos y sus magistradas. Con el tiempo las antiguas creencias se modificaron o caducaron y el derecho privado, desarrollándose entonces la serie de revoluciones y transformaciones sociales que han seguido siempre la línea de la evolución de la inteligencia. Debido a las creencias se establecieron reglas de conducta, los griegos debían satisfacer la necesidad de comer y beber de los muertos por lo que fue una obligación que proporcionaran alimentos y bebidas, así como cumplir con ciertas fórmulas u oraciones que expresaban buenaventura a los muertos. Se creía también, que una persona al estar muerta se convertía en un Dios, debían a ofrecer sacrificios y libaciones, decían también, que a pesar de que una persona hubiese sido mala en vida, al morir se convertía en un dios bueno, pero cargando con todo lo malo que había hecho, en ese otro mundo, y si se descuidaba el sepulcro y los ritos de algún muerto, su alma se convertiría en una sombra errante. Cierto es que esta costumbre de mantener siempre fuego en el alatar se refería a la antigua creencia y las reglas y ritos que se observaban demuestran no ser una costumbre trivial. No era permitido alimentar ese fuego con cualquier clase de leña; la religión hacia distinciones entre los árboles, los que podían dedicarse a este uso y aquellos otros que hubiera sido impiedad dedicar a él. Se llegó a ejemplifica a "Vesta", como le llamaban al fuego, con una figura de mujer, puesto que la palabra Vesta tenía origen del género femenino. Al fuego se le pedían favores divinos y era costumbre rendirle culto siempre al principio y al final de cada comida. Había un día especial en el que los familiares podían apagar el fuego, pero debían encender la llama inmediatamente con ramas y leña nueva de los árboles de los que está permitido. Se cree que en un principio los griegos, indios y romanos vivían juntos en Asia central, de ahí que al separarse dichos pueblos, siguieran teniendo las mismas costumbres y creencias religiosas en cuanto al fuego. Las almas errantes, decían, andaban en busca de un sepulcro para obtener la tranquilidad de los atributos divinos, de otra manera atormentarían a los vivos. Los familiares pedían bondad y dones materiales a los muertos. Gracias a estas creencias, la muerte significó su primer misterio. Queda en claro que a quienes los antiguos llamaban lares o héroes eran a las almas de los muertos, a las cuales atribuían un poder sobrehumano y divino, y que a hogar iba siempre unido el recuerdo de cualquiera de estos muertos sagrados. Aquellas religiones primitivas ofrecían adoración a dioses específicos que podían haber pertenecido a su familia y era tradición que los hijos rindieran culto a sus padres después de muertos por medio del fuego en el altar, y ofreciendo comida fúnebres y oraciones. No estaba permitido que ningún extraño por más amigo de la familia que fuese, estuviera presente durante las comidas, ya que cada una de ellas representaba una costumbre religiosa imposible de ofender. Se decía que si alguien no dejaba hijos, no podría descansar en paz puesto que no tendría quien le rindiera honores, y se convertiría en un alma o sombra errante. En los cultos que se les ofrecía no había un rito específico que debía seguirse, cada familia tenía su propia forma de adorar a sus dioses, pero sin dejar que la llama se apagara. Para esta religión domestica no había reglas uniformes ni ritual común, cada familia disfrutaba de la independencia más completa, teniendo al padre como sumo sacerdote, el cual en este concepto no reconocía jerarquía superior de ninguna clase. El padre, pontífice e intérprete de su religión, era el único que podía enseñarla, y esto solo a su hijo. Entre vivos y muertos de cada familia había un cambio perpetuo de buenos oficios, recibiendo el antepasado de sus descendientes la serie de comidas fúnebres, únicos goces que podía disfrutar en su segunda vida, el descendiente del muerto recibía, en cambio, la ayuda y la fuerza que necesitaba de esta. Cada familia tenía un sepulcro al que iban a descansar los muertos, unos después de otros, para permanecer allí siempre juntos. El principio de la familia antigua no es solamente la generación, prueba de ello es que la hermana no tiene la misma importancia que el hermano. La hija casada y el hijo emancipado cesan completamente de formar parte de ella. La unión de los miembros de la familia antigua consiste en algo más poderoso que el nacimiento, que el afecto y la fuerza física; es la religión del hogar y de los antepasados la que hace que la familia forme un núcleo compacto en esta vida y en la otra. La religión fue lo que constituyo la antigua familia, cada casa tenía un altar en el que la familia se reunía cada mañana y cada noche para invocar las primeras y las últimas oraciones. La familia se reunía enfrente del fuego en cada comida y tenían fuera de la casa un sepulcro del que estaban enterrados los muertos de la familia, juntos, sin haberse ido separados por la muerte. La figura paterna representaba la autoridad y una especie de institución primordial, así como la superioridad sobre la mujer y los hijos, y por lo que el afecto y el nacimiento no era el fundamento de la familia. Probablemente el matrimonio fue la primera institución establecida por la religión doméstica. Es de observar que la religión del hogar y de los antepasados a pesar de transmitirse de varón a varón, no pertenecía, sin embargo, al hombre exclusivamente, porque la mujer tenía también su participación en el culto, asistiendo cuando soletera a los actos religiosos de su padre, y cuando casada, a los de su marido. Al matrimonio se le llamaba con una palabra que significaba "ceremonia sacra" lo cual nos dice la importancia que se le daba en aquellas épocas. El dios doméstico era quien presenciaba dicha ceremonia, en

Morán Vázquez Claudia Escuela de Estudios Superiores Humanísticos Resumen del libro: “La Ciudad Antigua” Alejandro Fabela Alquicira Grecia a la ceremonia constaba de tres actos: el primero se hacía en la casa del padre en presencia del novio y la familia, se ofrecía un sacrificio después del cual se declaraba con la fórmula sacramental pegaba su hija al joven. Debían separarse del dios paterno para poder ir a adorar a otro Dios. En el segundo acto, los heraldos o el marido conducía a la joven a su casa, se le cubría la cara con un velo y se le adornada con una corona y un vestido blanco que representaba el color para los actos religiosos. Durante el camino se cantaba un himno religioso llamado himeneo, el cual transmitía su nombre a toda la ceremonia. El marido debía cargar a la novia simulando un secuestro mientras ella gritaba sin pisar la casa del novio. En el tercer acto se rociaba con agua lustral a la novia y se le hacía tocar el fuego sagrado, después se recitaba a algunas oraciones y se repartían una comida ligera comenzaba y acababa con una oración lo constituía una comunión entre los esposos y los dioses domésticos. En Roma el acto religioso que era muy similar al de Grecia, también se componía de tres actos: en el primero la joven abandonaba su hogar paterno para desligarse de él, esa tradición era una formalidad indispensable. En el segundo acto la joven era conducida a la casa de su esposo, en Grecia, vistiendo el pelo la corona y el, también cantando el himno religioso, lo cual representaba a alguna fórmula antigua. Al llegar a casa del novio se hacía el mismo ritual que en Grecia. En el tercer acto, la esposa se conducía ante el fuego del hogar para hacer un sacrificio junto con su esposo, asimilada al de Grecia. Recitaba en algunas oraciones y comían juntos una torta de harina de Flor la cual hacía una unión Santa entre los esposos, quedando así la mujer, bajo la protección de los mismos dioses que su marido. La mujer también participaba en el culto a los muertos pero llevándole comida fúnebre en a los antepasados del esposo no a los propios, porque ya pertenecía a aquella familia. El matrimonio es tan antiguo como la raza indo-Europea, enseñó al hombre que la unión conyugal era algo más que una relación entre los sexos y una afección pasajera porque unía a los esposos con el poderoso lazo del mismo culto. El derecho romano permitía la disolución del matrimonio por coempio y por usus, pero la disolución del matrimonio religioso era casi imposible porque se necesitaba de una ceremonia sagrada que sólo la religión podía desatar. Los esposos que se querían separar debían tener un ritual similar al del día cuando se unieron pero con la diferencia de que rechazaban la torta de harina y el lugar de oraciones pronunciada fórmulas de carácter extraño, horrible, maldiciones y demás oraciones que demostraban que la mujer renunciaba al culto y a los dioses del marido, así quedaba disuelta ese lazo religioso y se disolvieron matrimonio. El derecho de propiedad se veía más bien en relación con el culto, puesto que los manes, los rituales y el dios doméstico en sí, era lo que representaba pertenencia para cada familia, y no los terrenos, sino los objetos y animales. Por estas razones, el derecho a la propiedad estaba centralizado en el lugar del hogar, del fuego sagrado, y en todo aquello que tuviera referencia al culto sagrado y a la religión, pese a que los terrenos o las casas de las familias estuvieran casi juntas, había un área específica que se debía respetar, dicha área era aquella donde se encontraba el altar. Los "términos”, como se les llamaba a las piedras grandes que hacían establecer una especie de barrera o límite en el altar, simbolizaban la estancia del altar, por lo que se entendía debía respetarse ese lugar religioso. Ciertos días de cada mes se tenía una ceremonia religiosa en la que se cargaban los sacrificios, se cantaban oraciones y fórmulas específicas y se caminaba alrededor de los términos, estableciendo así el límite para las demás familias en esa religión. Derecho de sucesión 1.

2.

3.

4.

5.

naturaleza y principio del derecho de sucesión entre los antiguos: Se refiere a que si la herencia se daba de varón en varón y era tan importante, al mismo tiempo se heredaba el derecho a continuar dirigiendo el culto en el altar sagrado, así como todas las deudas o beneficencias que pudiera tener el padre. Por tanto, se entiende como derecho de sucesión al acto de heredar el puesto de padre y llevar acabo todas las actividades y deberes que tenía implantados y heredados por el padre. El hijo hereda y no la hija: Se refiere a la importancia que se le daba a los varones y no a las hijas al momento de la herencia, puesto que era el hombre quien debía encargarse del culto religioso y no la mujer. La hija no tiene la aptitud para heredar la tradición paterna y si está casada tampoco tiene derecho a adorar a los dioses de su antigua familia puesto que ahora pertenece a la del esposo. En cuanto a esto, Cicerón convocó la ley Voconia que decía que se prohibía: 1) instituir heredera a una mujer aunque fuera hija única, casada o soltera. 2) legar a las mujeres más de la cuarta parte del patrimonio. Si no había más que mujeres en la familia para heredar, la hija debía casarse con el heredero que le correspondía y así, él sería quien heredaría el patrimonio y si la hija ya estaba casada, debía separarse de ese marido y contraer matrimonio con el heredero elegido, dando como dote los patrimonios. Cuando la hija no heredaba, era su hijo, es decir, el nieto del padre, quien recibía la herencia, por lo tanto, la hija era sólo un vínculo para pasar el culto y la herencia. El manú decía que si no se tenía un hijo varón, se podía encargar a la hija que tuviese uno para entonces heredar lo correspondiente. De la sucesión colateral: Si no se tenía hijos, se buscaba al heredero en una posición horizontal y así se encontraba a un heredero, se buscaba al heredero entre los parientes de sangre más cercanos y teniendo que ser obviamente varones. En la india se heredaba primero al sapindia y después a los samodacas. Las doce tablas hacían alusión a la herencia de acuerdo a los parientes agnados más cercanos, aun cuando esa ley ya había sido modificada, se continuaba utilizando. Efectos de la emancipación y la adopción: Este punto se refiere a que sólo aquel que fuera perteneciente a la familia, tenía el derecho de heredar. Si el individuo había sido emancipado, tenía prioridad aquel que había sido adoptado, o en su defecto, aquel que tuviese la relación más cercana con el padre. Debía ser perteneciente a la misma familia, ya fuese natural o adoptado, de otro modo no podía heredar. En los tiempos primitivos no se conocía el testamento: No se conocía el testamento, se testaba sólo conforme lo indicaba la religión, a los varones más cercanos, ya fuese el hijo, el adoptado, el hijo de la hija o el agnado, etc... el punto está en que los patrimonios pasaban a manos del heredero en cuanto a las leyes que se establecían en la religión. Sólo se tienen las leyes de las doce tablas como indicio alguno del acto de testar, puesto que no existe otro documento que diga que se prohibía o se permitía el testamento. El derecho cesaba con la vida, por tanto el testamento, es decir, dejar dicho quien permanecería con ciertos patrimonios, no estaba contemplado dentro de las posibilidades del moribundo, todo debía hacerse de acuerdo al parentesco

Morán Vázquez Claudia Escuela de Estudios Superiores Humanísticos Resumen del libro: “La Ciudad Antigua” Alejandro Fabela Alquicira 6. Derecho de primogenitura: Dicen los antiguos que es el primogénito el que se debía encargar de cumplir el deber con los antepasados, sin embargo debía ser varón y no mujer. Este punto habla principalmente de las costumbres y tradiciones que debía seguir el heredero de la potestad, en este caso el primogénito, quien se encargaba del cuidado de la familia, de los hermanos y del altar, todo esto, al morir el padre. El primogénito debía cumplir con todos los rituales hacia los antepasados. El hombre era el encargado de cumplir con los rituales y ceremonias para los antepasados, se menciona también lo que ya hemos visto, acerca de la prioridad que se le da al varón para ejercer la patria potestad una vez que muere el padre, y no a la mujer. En general, la mujer es considerada como alguien de menor importancia que el hombre, y como alguien que no puede ejercer la patria potestad o dirigir los rituales sin estar interviniendo mediante su padre o esposo, y al morir estos, los hijos. El padre es el único responsable del culto religioso y de ejercer la patria potestad, al morir él, sólo por herencia se podía adquirir el título de pater familias. En cuanto a la dote de la mujer, ésta la perdía al casarse puesto que el marido se hacía cargo de todas las pertenencias que ella adquiriera y si moría, la dote tampoco se le era remunerada. El marido es el juez de la mujer, él manda sobre ella, su poder no tiene límites incluso sobre la muerte, el jefe de la familia lo era todo. En las antiguas familias creían en las almas con tal fuerza que no les era necesario constituir las leyes de acuerdo al derecho privado con las que se obtuviera una disciplina y estructura de justicia en el gobierno. Para los antiguos era muy importante el papel de la mujer como mater familias, pese a que no tenía autoridad importante, sí lo era su dignidad, y todo aquello que representara el cuidado de los hijos y esposo. El adulterio era considerado como un terrible acto, del cual se avergonzaban las familias y se despurificaba la raza. La moral y los afectos no salían de las contemplaciones de la familia y como los dioses eran los que unían los lazos de la familia, todo lo que tuviera que ver con su adoración debía ser puro y sagrado. Los valores y las cuestiones morales desde el punto de vista religioso eran de lo más significativas para los miembros de la familia. Por tanto, la dignidad. Las gens estaban integradas por familias de gentiles. Eran agrupaciones de familias que tenían cierto renombre de acuerdo a sus integrantes. Había la posibilidad de ser adoptado por una gens, ya fuera para poder tener derecho a heredar el puesto de pater familias o como un hijo más, también era importante que los miembros agnados de las gens, fueran ingenuos, es decir, que no hubiera sido esclavo antes de pertenecer a la gens , ni que alguno de sus antepasados lo hubiera sido. Los miembros de una gens no se podían casar con alguien que perteneciese a la misma gens puesto que ya eran como familia. Había también un grupo de personas llamados clientes, que eran agregados de una gens sin ser parte de la familia, sin embargo estaban bajo custodia del pater familias. Los clientes podían haber sido esclavos que obtuvieron su libertad, o personas que debido a sus deudas se ponían bajo la protección del pater familias y le daban todos sus bienes. Existían diferentes gens de las cuales los pater familias formaban parte del senado y eran ellos quienes celebraban los rituales y las ceremonias religiosas en presencia de todos los miembros de la gens, además para este entonces, ya existían las clases sociales, en las que había una clara diferencia entre los patricios y los plebeyos, y por la otra parte, los clientes. Dependiendo del grado que tuvieran en la sociedad, se desenvolvían sus actividades, las personas tenían un grado determinado con el que se les asignaban curias para poder elegir al rey gobernante, el cual tomaba en cuenta la opinión del senado en sus decisiones. El estudio de las antiguas reglas del derecho privado nos ha permitido entrever más allá de los tiempos históricos un periodo de siglos, durante los cuales la familia fue la única forma de sociedad conocida. La pequeñez de la sociedad primitiva correspondía a la pequeñez de la idea que se había formado de la divinidad, teniendo cada familia sus dioses, y no concibiendo ni adorando el hombre más divinidades que las domésticas. La religión doméstica prohibía a dos familias mezclarse o fundirse en una, pero podían unirse por medio de la celebración de otro culto común; cierto número de familias formó un grupo que la lengua griega llamó fratría y la latina curia. Desde el momento en el que se unieron, concibieron una divinidad superior a sus divinidades domésticas, la cual debía ser común para todas ellas, y velar por el grupo entero. No había fratría ni curia que no tuviese su altar y su Dios protector. Los actos religiosos consistían esencialmente en una comida hecha en común, comían recitando algunas preces, y la divinidad estaba presente y recibía su parte de alimentos y de bebidas. En tiempo de Demóstenes, era preciso se dijo de legítimo matrimonio de una de las familias que componían la fratría, para poder ser parte de ellas, la religión se transmitía por la sangre. Los antiguos creían que todo alimento preparado en el altar y repartido entre muchas personas establecía entre ellas un lazo indisoluble y una unión Santa que no cesaba sino con la vida. Cada curia o fratría tenía un jefe, curión o patriarca cuya función será presidir los sacrificios, también tenían un dios, culto, sacerdocio, justicia y gobierno, siendo una pequeña sociedad modelada exactamente sobre aquella. La asociación continuó creciendo naturalmente y del mismo modo, agrupando se muchas curia y formando una tribu. Cada tribu tenía su altar y su divinidad protectora. Tenía una festividad anual, cuya principal ceremonia religiosa era una comida en que tomaba parte toda la tribu, el jefe de la tribu se llamaba tribunus; la tribu se constituyó en su origen para hacer una sociedad independiente y como si no hubiera tenido ningún poder social que le fuese superior. En las tribus, la religión constituyó la familia y estableció las primeras leyes, pero esta raza tuvo también en todas sus ramas otra religión cuyas principales figuras fueron Zeus, hera, atenea, juno, ósea a la religión del Olimpo helénico y del Capitolio romano. Dos tribus no podían ser basadas una; su religión fue opuesta a ella. Pero apenas varias fratrías se habían conectado en una tribu, varias tribus podrían ensamblar entre ellos, con la condición de que la adoración de cada uno fue respetada. Cada cantón preservó su vieja adoración, pero adoptó toda una adoración común; en lo político, cada uno preservó a sus cabezas, sus jueces, su derecho a ser ensamblado, pero sobre estos gobiernos locales había el gobierno central de la ciudad de estas memorias y estas tradiciones si precisan que Atenas preservó el religiosamiento, que se presenta en dos verdades manifiestas; uno es que la ciudad era una confederación de los grupos compuestos antes de ellos; el otro es que la compañía no se convirtió que tanto como la religión . Uno no podría decir si en hecho el progreso religioso trajo el progreso social; cuál está seguro, es que él ocurrió en el mismo tiempo y con un acuerdo notable. Esa cosa, es una creencia. No es nada más de gran alcance en el corazón. Una creencia es el trabajo de nuestro alcohol, pero no estamos libres modificarlo con nuestro tener gusto. Es nuestra creación, pero no la sabemos. Al este ser humano, y nos dejó nos cree él dios. Es el efecto de nuestra potencia y es más fuerte que nosotros. Está en nosotros; no nos deja; nos habla constantemente. Si ella dice a nosotros obedecer, obedecemos; si nos rastrea los deberes, nos sujetamos. El hombre puede superar la naturaleza bien, pero está fijada con su pensamiento. Las tradiciones del Indios, los Griegos, etruscos dijeron que los dioses hubieran revelado con los hombres las leyes sociales. En esta forma legendaria hay una verdad. Las leyes sociales eran el trabajo de los dioses; pero estos dioses tan de gran

Morán Vázquez Claudia Escuela de Estudios Superiores Humanísticos Resumen del libro: “La Ciudad Antigua” Alejandro Fabela Alquicira alcance y tan beneficiosa no era diversa cosa solamente la creencia de los hombres. La ciudad era la asociación religiosa y las familias y las tribus políticas; la ciudad era el lugar de la reunión, la residencia de esta asociación. Uno no tendría que hacernos viejas ciudades la idea que nosotros elasticidad los que vemos el levantamiento hoy en día. Uno construye algunas casas, él es una aldea; el número de las casas aumenta imperceptiblemente, él es una ciudad; y terminamos, por si es necesario, encima de rodearlo una zanja y una pared. Una ciudad, en las viejas, no fue formada con de largo, por el aumento lento en el número de las los hombres y las construcciones. Uno derritió una ciudad de solamente un soplo, muy entera en un día. Pero era necesario que la ciudad fue compuesta inicialmente, y era el trabajo más difícil y generalmente lo más de largo posible. Una vez que eso las familias, las fratrías y las tribus fueran acordadas para ser conectada y para tener una misma adoración, inmediatamente una derritió la ciudad para ser el santuario de esta adoración común. Por lo tanto la fundación de una ciudad era él siempre un acto religioso. Los programas de escritura hablan con la verdad sobre un asilo, es decir de un recinto coronado en donde Rómulo admitió a todo los que fueron presentados; en lo que siguió el ejemplo que muchos fundadores de ciudades le habían dado. Pero este asilo no era la ciudad; estaba incluso abierto solamente después que la ciudad había sido fundada y compl3etement construida. El romano no dejó de ser convencido de que el destino de la ciudad fue asociado a este hogar cuál representó a sus dioses. El respecto que uno llevó a los vestales prueba la importancia de su sacerdocio. Si un cónsul resolvió uno de ellos en su paso, hizo más bajo sus vigas delante de él. Por otra parte, si una de ellas dejó el fuego morir hacia fuera o manchó la adoración faltando con su deber, la ciudad que entonces fue creída amenazó del iré de los dioses, fue vengada en el vestal enterrándolo mismo las vidas. Una gran cantidad de ciudades tenía Júpiter para la divinidad; era tanto de Jupiters que había ciudades. En la leyenda de la guerra de Troya una ve Pallas que luche para los Griegos, y hay en los troyanos otro Payas que recibe una adoración y que prot3ege sus admiradores. Será dicho que era la misma divinidad que apareció en los dos ejércitos No ciertamente; porque los viejos no asignaron a sus dioses el regalo de la ubicuidad. Las ciudades de Argos y de Samos tenían a Hera; no era la misma diosa, porque fue representado en las dos ciudades con atributos absolutamente diversos. Una ciudad era como una iglesia completa pequeña, que tenía sus dioses, sus dogmas y su adoración. Este la creencia se parece a nosotros absolutamente gruesos; pero eran los de la gente más espiritual de esas épocas, y ejercieron en esta gente y la gente romana una acción tan fuerte que la mayoría de sus leyes, sus instituciones, y de su historia vino de allí; uno vio más arriba que la ceremonia principal de la adoración domestica era una comida que el sacrificio fue llamada. Comer un alimento preparado en un puente del horno, tal era, según cualquier aspecto, la primera forma que el hombre dio al acto religioso. La necesidad de ponerse en la comunión con la divinidad fue satisfecha por esta comida a la cual una la invitó, a la cual una no dudó que no estaba presente, y a la cual le dio una su parte. La ceremonia principal de la adoración de la ciudad era también una comida de esta naturaleza; debía ser empalme logrado, por todos los ciudadanos, en el honor de las divinidades protectores. El uso de estas comidas públicas era universal en Grecia; fue creído que la seguridad de la ciudad dependió de su logro. Además de estos banquetes inmensos, donde reunieron a todos los ciudadanos y quién podría ocurrir apenas eso con los festivales solemnes, la religión prescribió que tenía cada día una comida coronada allí para este propósito, algunos hombres elegidos por la ciudad era comer junta, en su favor, en el recinto de la academia, en la presencia del hogar y de los dioses protectores. Convencieron los Griegos de que si esta comida había sido omitida repentinamente solamente un día, el estado fue amenazado para perder el favor de sus dioses. En Atenas, el sino señaló a los hombres que debían participar en la comida común, y la ley severamente castigó los que rechazaron descargar este deber. Estaban a los ciudadanos que se sentaron abajo con el vector coronado, temporalmente de la naturaleza sacerdotal. La gente estableció el sistema republicano; pero sigue habiendo el nombre del rey, lejos de convertirse en un insulto, se venera el título. Uno está acostumbrado a decir que esta palabra odiosa y fue despreciada: error singular! El romano lo aplicó a los dioses en sus rezos. En Grecia la monarquía fue restablecida muchas veces en las ciudades La confusión de la autoridad y del sacerdocio político en el mismo carácter no cesó con los derechos. La revolución que estableció el sistema republicano, no a parte de las funciones que mezcla aparecía extremadamente natural y era entonces la ley fundamental de la sociedad humana. El magistrado que substituyó al rey, era como él sacerdote al mismo tiempo que una pista política. Si el presidente nombró a solamente dos candidatos, la gente votó necesariamente por ellos; si nombró tres de ellos, la gente eligió entre ellos. Nunca el ensamblaje tenía la derecha de llevarla los votos en otros hombres solamente los que el presidente había indicado; porque para éstos solamente los auspicios habían sido favorables y la aprobación de los dioses fue asegurada. Este modo de la elección, que fue seguida escrupulosamente en los primeros siglos de la república, explica algunas características de la historia romana que uno inicialmente está sorprendido. La familia de las antiguas edades obtenía en sus senos sus dioses, sacerdote y sus magistrados; reunía en sí la doble autoridad que hoy vemos dividida entre el estado y la iglesia, pero no obstante, sufrió una serie de revolución. Perduró así muchos siglos, soportando perpetuas luchas hasta que al fin desapareció. Dos causas que ocasionaron su destrucción fueron, a del cambio, que con el tiempo se verificó en las ideas el cual a destruir las antiguas creencias piso desplomarse al mismo tiempo el edificio social que había levantado, la otra fue la existencia de una clase de individuos que doncella a colocados dentro del organización de la ciudad y que sufría de y teniendo interés destruirla la hicieron objeto de un ballet resisto tregua de descanso, cada uno de los cambios que sufría lesiva acercando a un filme que no les era conocido. La ciudad antigua como toda sociedad humana presentaba clases distinciones y desigualdades, la historia de Roma está llena de las luchas entre los patricios y los plebeyos, y lo mismo en las ciudades latinas, sabinas y etruscas. Existió desde el principio y fue contemporánea de El nacimiento de las ciudades, la ciudad había nacido de la confederación de las familias y de las tribus, y esto indica que antes de formarse la ciudad, contenía y la familia ensimismada la separación de clases. Cada familia tenía un solo voto en los comicios, la ley prohibía al cliente tener distinta opinión que su patrono, porque si los clientes estaban unidos a la ciudad era sólo por mediación de sus jefes patricios. Cuando se trataba de hacer la guerra llegaba cada jefe seguido de su familia y de sus dependientes sua manus, se agrupaban por fratrías o curias informaba del ejército de la ciudad a las órdenes del Rey. Tanto en Atenas como en Roma, principiaba a transformarse el derecho; con el nuevo estado social, nacía otro y modificadas las creencias, las costumbres y las instituciones dejaban de parecer justas y buenas las leyes que antes lo parecían, para irse desterrando poco a poco. Se da un nuevo principio de gobierno. La revolución que acabo con la dominación de la clase sacerdotal y elevo a la clase inferior al nivel del os antiguos jefes, marco el principio en la historia de las ciudades. Las antiguas constituciones, se habían proclamado invariables con todo el rigor de la religión, el interés público tenía claras manifestaciones como la religión y están sujetas a discusión siempre. El gobierno cambio de naturaleza y la práctica

Morán Vázquez Claudia Escuela de Estudios Superiores Humanísticos Resumen del libro: “La Ciudad Antigua” Alejandro Fabela Alquicira delas ceremonias religiosas dejo de ser su principal función. Cada vez más se iban separando la religión del gobierno, el arconte manejaba los intereses de la ciudad y de los hombres. Cada ciudad tenía no sólo su independencia política, sino también su culto y su código, siendo municipal su religión, su derecho y su gobierno. La ciudad era la única fuerza viva, y nada había encima de debajo de ella, ni unidad nacional y libertad individual. La ruina del régimen político creado por Grecia e Italia puede atribuirse a dos causas principales: una perteneciente a la horda de hechos morales que intelectuales, y la otra al de sucesos materiales; la religión primitiva, cuyos símbolos eran de piedra inmóvil del hogar y el sepulcro de los antepasados, religión que había constituido la familia antigua y organizado después la ciudad, se alteró y envejeció con el tiempo, el espíritu humano fue creciendo en clarividencia, dando paso a nuevas ideas. Hubo una revolución mental en la que se transformaron las creencias, y la religión doméstica y municipal perdida todo su imperio sobre las almas. Apareció la filosofía y trastorno todas las reglas de la antigua política, teniendo Pitágoras una idea, aunque vaga del ser supremo, despreció a los cultos locales, y esto bastó para que rechazase los antiguos sistemas de gobierno y que intentase fundar una ciudad nueva. El hombre puso en duda la justicia de sus antiguas leyes sociales. La autoridad de las instituciones desaparecía con la autoridad de los dioses nacionales o y los hábitos de libre examen se iban imponiendo en las conversaciones y en la plaza pública; Sócrates creía que en la conciencia humana a estaba grabadas las reglas de conducta, colocaba la verdad por encima de la costumbre, y la justicia sobre la ley. Separaba la ley de la religión, él demostró que el principio del deber está en el alma humana, sus creencias y sus palabras desmentía su conducta; fue ejecutado por atacar las costumbres y creencias de los antepasados y por haber corrompido la generación presente, pero la revolución comenzaba por los sofistas y continuada por Sócrates con más moderación, la sociedad griega se fue emancipando del imperio de las antiguas creencias e instituciones. Los romanos eran una mezcla de muchas razas, su culto una reunión de otros muchos y su hogar una asociación de muchos hogares, siendo casi la única ciudad cuya religión municipal no la aislaba de las demás, puesto que tenía relaciones de parentesco con toda Italia, Grecia y no había casi pueblo alguno al que no pudiera admitir en su hogar. El individuo continuaba teniendo deberes para con la ciudad, pero éstos no arrancaban del mismo principio que antes; si daba todavía su sangre y su vida, y ya no era por defender la divinidad nacional y lograr de sus padres, sino las instituciones de que gozaba y las ventajas que la ciudad de procuraban. El patriotismo se hizo un sentimiento variable que inconstante que dependía de las circunstancias y que estaba sujeto a las mismas fluctuaciones que el gobierno, a cada individuo le fue más respetable su opinión que la patria, y prefirió el triunfo de su partido a la grandeza y la gloria de su ciudad, acabando por amar a cada uno antes que su población natal, si en ella no encontraban las instituciones que deseaba, cualquier otra en que se hallasen vigentes. A los hombres honrados y escrupulosos, las perpetuas disensiones que presenciaban les hacían a aborrecer en el régimen municipal, no pudiendo tener cariño a un sistema social en que era preciso estar combatiendo todos los días, a deseaban salir de un sistema que no producía más que odios y sufrimientos, deseaban llegar a una forma de gobierno distinta de la ciudad, en Italia sucedía lo mismo que en Grecia, Roma y su fortuna apoyando en todas partes es la aristocracia, porque la convirtió en su aliada la manera de gobernarse Roma puede explicar la preferencia constante que por ella tenía la aristocracia, como las otras ciudades, tuvieron lugar en ella la misma serie de reproducciones pero con más lentitud, en 509 cuando ya tenían tiranos las ciudades latinas, se intentó en Roma una reacción Patricia Y aunque después triunfó la democracia, eso se verificó con mesura y templanza. La democracia a cabo por vencer en Roma, y pero aún entonces los procedimientos y lo que pudiera llamarse artificios del gobierno siguiera siendo aristocrático. En los comicios por centurias, los votos se repartían con arreglo a la riqueza, y no era enteramente diferente lo que se hacían los comicios por tribus, porque si bien en derecho no se admitía distinción alguna por razones de riqueza, la clase pobre encerrada en las cuatro tribus urbanas sólo tenía cuatro sufragios que oponer a los 31 de la clase de propietarios. La clase rica de Roma se hizo dueña del estado y ejerció las magistraturas que se vendían al mejor postor, y así ocupó el senado por qué era necesario pagar una cuota muy alta para ser senador. La victoria del cristianismo marca el fin de la sociedad antigua y con la nueva religión se acaba la transformación social, la anterior sociedad había sido constituida por una religión antigua. Principal dogma era que cada dios protegía exclusivamente a una familia o a una ciudad, aquella religión había creado el derecho y las relaciones entre los individuos, también había establecido gobierno pero poco a poco este sistema social se por modificando. Ya en los cinco siglos que precedieron al cristianismo no fue tan íntima la alianza entre la religión, y el derecho y la política, estos dos últimos, como la moral se había ido desprendiendo de aquellos estrechos lazos. Este cambio procedía únicamente de la desaparición de la antigua religión, los hombres iban cambiando sus creencias llegó un día en que la forma cristiana se apodera del alma, con el cristianismo no sólo revivió el sentimiento religioso sino que tomó una expresión más alta y menos material copa la idea de Dios era la de un ser verdaderamente extraño por su esencia a la naturaleza, humana por una parte y al mundo por otra copa que era un ser único y denso y universal. El cristianismo enseñaba que el hombre no pertenecía ya a la sociedad si por una parte de sí mismo, el cristianismo formó una regla universal para las generaciones siguientes, convirtiendo lo que sólo era consuelo de algunos en bien común de la humanidad; mudaron entonces los sentimientos y las costumbres tanto como la política. La política y la guerra dejaron de ser la suma de las virtudes del hombre, el alma no tenía patria, el cristianismo se paró las virtudes privadas de las públicas y rebajando estas y realzando aquellas elevó a Dios, a la familia y a la persona humana sobre la patria y al prójimo sobre él con ciudadano. El derecho cambió también de naturaleza. El cristianismo fue la primera religión que no pretendió que el derecho dependiese de ella porque se ocupó de los deberes de los hombres y no de sus intereses, fue independiente de la ley copa pudo desarrollarse con toda libertad de copa reformarse y mejorarse, seguir los progresos de la moral y plegarse a los intereses y exigencias sociales de cada generación. Durante los siglos que precedieron al triunfo del cristianismo, el derecho romano luchaba ya por desprenderse de la religión acercándose a la equidad y a la naturaleza; la gran obra de la regeneración del derecho, proseguir la por los nobles esfuerzos de los jurisconsultos romanos, y post dejada por los artificios y astucias de los pretores, no pudo llegar a feliz término sido a favor de la independencia que la nueva religión dejó al derecho. La mujer llegó a ser moralmente igual al hombre, el derecho de propiedad se transformó en su esencia, desaparecieron los límites sagrados de los campos, se desterrar definitivamente las formalidades de la antigua derecho. Al desaparecer la religión doméstica en la familia, se transformó la constitución y su derecho, así como por el mismo hecho de dejar de tener el estado su religión oficial, se cambiaron para siempre las reglas de gobierno de los hombres.