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>.11, Testamento Υ de Nueνo Testamento. Εη efecto, Cristo ηο abοlίό la alianza entre Dios Υ el pueblo de Israel, el pueblo elegido: «Porque los dones Υ la νοcacίόη de Dios son irreνocables» (Rm 11,29). UNA BIBLIOTECA ΕΙ Antiguo ο Primer Testamento es una νerdadera biblioteca. La lista oficial de estos libros reconocidos como inspirados ροτ Dios se llama «canon», es decir, la norma (el termino es de origen cristiano). Esta lista fue fijada ροτ 10s judίοs, hacia finales del siglo Ι d.C., Υ contiene 391ibros que forman la «Biblia hebrea». Estos libros estan diνi­ didos en tres grupos desde el afio 200 a.C. aproximadamente: el ΡrόΙοgο del Siracida 10s enumera: «la Ley, 10s Profetas Υ 10s escritos». - La Ley (nomos en griego, mientras que torah en hebreo significa «ίηstruccίόη, ensefianza») comprende 10s cinco libros (en griego «Pentateuco») atribuidos a Moises: Genesis, Exodo, Levitico, Numeros Υ Deuteronomio. ΕΙ primero narra 10s οrίgeηes de la humanidad Υ la historia de 10s patriarcas Abrahan, Isaac, Jacob Υ Jose. Los otros cuatro contienen 10s relatos del Exodo: la salida de Egipto con Moises Υ la traνesίa ροτ el desierto, pero sobre todo las leyes dadas

R:εFERENCIA

Los

NOMBRES DNINOS

Εη el Antiguo Testamento, Dios, el Dios de Israel, puede ser designado con diferentes nombres. Εη hebreo, 10s dos nombres divinos mas frecuentes son 'EIohim (2.596 veces) Υ YHWH (6.809 veces). - 'Elohim significa «Dios» Υ siempre se traduce con este termino. - YHWH es el nombre ρτορίο del Dios de Israel, revelado a Moises: Cοntestό Moises a D;os: ((8; νον a 10s ;': Kyrio5 en griego ο Dominus en 'Ι escrίbίan

latίn.

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IJios en el SiΠilί, ill concluir la Alianza coπ lsrael. La Tora es la principal de la Biblia judIa. - Los Profetas (en hebreo: Nebi'im) agrupan dos clases de libros. Επ primer lugar, los que narran la historia de Israe1 desde su entrada en la Tierra prometida (hacia 1200) hasta el destierro (587): son los libros de ]osue, ]ueces, Samue1 Υ Reyes. Los dos ύltimos han sido divididos en dos partes (l Υ 2 Samuel; 1 Υ 2 Reyes). Επ segundo lugar, los libros que contienen 1as pa1abras de 10s profetas, sus oraculos: tres libros mayores que llevan los nombres de los profetas Isaias, ]eremias Υ Ezequie1, Υ despues υπ conjunto de doce libros menores, de donde procede el termino de «profetas menores»: Oseas, ]oe1, Αmόs, Abdias, ]οnάs, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonias, Ageo, Zacarias Υ Ma1aquias. - Los escritos (en hebreo: Ketubim). Bajo este nombre se encuentran oraciones: Sa1mos Υ Lamentaciones, pero sobre todo libros sapienciales: ]ob, Proverbios, Cantar de 10s cantares, Qohe1et (ο Ec1esiastes), Υ una serie de relatos, unos hίstόrίcos: Esdras, Nehemias, Crόnίcas, Υ otros novelados: Rut, Ester, Daniel. - Α estos tres grupos hay que anadir un cuarto grupo: el de los deuterοcaηόnίcοs. Se trata de siete libros ~judios conservados en griego Υ, ροτ tanto, mantenidos en la Biblia cristiana, pero ausentes en las Escrituras judias. Esto hace que el nιimero total de libros pase de 39 a 46. Los catόΙίcos los llaman deuterocaπόπίcos (es decir, del «segundo canon»: la lista griega), pero los protestantes los denominan «aΡόcrίfοs». Entre estos siete libros suplementarios se encuentran dos libros de narraciones hίstόrίcas; 1 Υ 2 Macabeos, dos relatos novelados: ]udit Υ Tobias, Υ tres libros sapienciales: Sabiduria (de Sa1οmόn), Sίrάcίda (ο Εc1esίάstίcσ) Υ Baruc. Εη los libros impresos, estos siete libros aparecen unas veces dispersos entre los otros -como en la Biblia latina, la Vulgata- Υ otras reagrupados al final del Antiguo Testamento. La mayor parte de las biblias protestantes πο los contienen. ~X1fte

TRES LENGUAS ΕΝ Ει CURSO DE υΝ ΜΙΙΕΝΙΟ

Terminemos esta Ρresentacίόη del Antiguo Testamento precisando que estos 47 libros fueron redactados durante υη periodo de unos diez siglos: desde los primeros escritos, en la corte de David Υ SaΙοmόπ, hasta ellibro de la Sabidurla, en Alejandria, algunos decenios antes de nuestra era. Anadamos que muchos relatos sobre los periodos antiguos (los patriarcas, los jueces, etc.) pudieron ser 14

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II'ill}Sll1itidos oralmente durante varios siglos, (οη οcasίόη dc Ιι!' ΙίΙ'stίlS cn los santuarios 10cales. 1,,1 mayor parte de 10s libros fueron escritos en hebreo, incluso llcspucs del destierro (sigl0 νι), cuando la lengua franca de todo ι·1 iIl1pcrio persa era el arameo. Algunos libros fueron escritos en cstH Icngua, especialmente una parte de 10s libros de Daniel Υ Esdras. Εn el Apendice 2 de este volumen [vease ρ. 521] se ofrece una presenta,ίόlι de estas dos lenguas. Finalmente, 10s siete libros deuterοcanό­ lliCOS fueron escritos en griego ο traducidos a esta lengua, que fuc ! (segύη la imagen de ΕΖ 3,1-3). Pero ηο se trata, como en 1s 30,8, de poner en jaque a la palabra, sino mas bien de la coηdίcίόη misma de las revelaciones «selladas en ellibro», ιιη libro que hay que abrir. Porque, en efecto, se trata de revelaciones, segύη el sentido etimοlόgίco del verbo griego apokalyptein, «descubrir, revelan>. SόΙ0 este «desnudamiento» puede dar a la historia, que se halla en ιιη momento crίtίco, alguna inteligibilidad, porque el apocalipsis es una escritura del tiempo de prueba. Una prueba que se inscribe ηο sόΙο en la historia vivida por 1srael en una sίtuacίόη de ΟΡresίόη, sino en la totalidad del cosmos agitado. Α la figura pasajera Υ tragica de «estc mundo» se opone la del «mundo que viene», el ύηίco portador tic los tiempos mesianicos Υ de la llegada del Reino de Dios. Esta coηceΡtuaΙίΖacίόη nueva del tiempo opera una ruptura en reΙacίόη con el tiempo profetico; la antigua eΧΡresίόη «en la succsίόη de 10s dίas», que articula tοdaνίa el pasado, el presente Υ el futLIro, es reemplazada por la eΧΡresίόη «al final de 10s dίas». De hecho, «ya ηο se esperaba la sucesίόη de 10s tiempos de la Historia sino SLI ίnterrUΡcίόη [que] debίa coincidir con el fin del perseguidor Υ ι'l fin de 10s tiempos» (Μ. Delcor). La escritura apocalίptica, PLIcs, tiene la fuηcίόη de pensar, Υ despues de conceptualizar, la itlcL\ ιΙΙ' una ΡaraΙίΖacίόη brutal de la Historia, de ιιη «fin de 10s tίeηψοs». Esta ηοcίόη corre pareja con su coηceΡcίόη de un Dios Sefior L\l)so luto del tiempo.

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BAJO LOS PERSAS, LOS GRIEGOS

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LOS ROMANOS

Νο obstante, es indudable que esta debίa mas a la creencia arcaica de 10s sumerios Υ 10s babilonios en las «tablas de 10s destinos», que eran propiedad de las diνinidades, que a la coηceΡcίόη lineal del tiempo desarrollada por 10s israelitas. De ello dan testimonio Dn 12,6-13 Υ este pasaje de las Ρarάbοlas de Henoc: «Me dijo: "Mira, Henoc, las tablas celestiales Υ lee 10 que esta escrito en ellas, enterate de cada cosa". Mire las tablas celestiales, Ιeί todo 10 escrito Υ supe todo; Υ Ιeί ellibro de todas las acciones de 10s hombres Υ todos 10s seres carnales que hay sobre la tierra, hasta la eternidad» (1 Henoc 81,1-2; trad. de F. Corriente Υ Α. Pifiero). Αsί, el feηόmeηο apocalίptico, como su escritura, es eminentemente sincretista, especialmente en su Ρreteηsίόη de comprender la totalidad de una historia totalmente desproνista de todo sentido humano inmediatamente perceptible. Antes de alcanzar su p1ena madurez, entre 10s sig10s 1I Υ Ι a.C., en ellibro de Daniel Υ en la 1iteratura henoquiana (l Henoc), el feηό­ meno apocalίptico fοrmό parte de diνersos escritos, herederos de1 Segundo Ιsaίas: e1 Tercer Ιsaίas (Is 56-66); el Segundo Ζacarίas (Za 9-14); ΕΖ 3-39; el apocalipsis de lsaίas (Is 24-27) Υ, por ιίltimo, el libro de Joel. Α todos ellos podemos darles el nombre de escritura pre- (ο proto-) apocalίptica. Εη lugar de hacer υη estudio completo, nos centraremos en las dos primeras obras citadas, debido a su amplitud. ΕΙ

Tercer Isaias (ο Trito-Isaias) Se suele llamar asί al conjunto de 10s caΡίtuΙ0S 56-66, con 10s que se cierra e11ibro de lsaίas, pero esto ηο significa que sean 1a obra de υη solo autor. Casi todos 10s estudiosos estan de acuerdo en que esta comΡίΙacίόη es mas bien una coΙeccίόη de oraculos, de poemas Υ de oraciones cuyo ηίιcΙeο 10 constituyen 10s caΡίtuΙ0S 60-62, donde resuena el anuncio de saΙνacίόη a una Jerusalen glorificada por el Sefίor Υ conνertida en centro de atraccίόη para 1as naciones paganas. Todo el conjunto presenta la siguiente estructura:

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56-58: Ιa renονacίόn de la comunidad 59,1-14: acusacίόη Υ οracίόη de humίΙΙacίόη ςο

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60-62: ΙΑ SΑLVΑCIόΝ LLEGA PARA JERUSALEN 63,1-6: Ιa llegada del dia de Ιa venganza Β' 63,7-64,11: οracίόη de sίιΡΙίca Ρ.: 65-66: Ιa renονacίόn de la creacίόη D C'

Εη torno al centro (D), e1 moνimiento del texto pone en primeI" p1ano la ίηterνeηcίόη diνina: en υη momento en que nada puedc

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HISTORIA: DEL DETIERRO

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JΕsύS

socorrer a Israel en su desgracia, Dios «vendra a Sίόη para rescatar» (59,20), para concluir una alianza con el (C Υ C'). Dos oraciones sirven de marco a esta accίόη salvadora (Β Υ Β'); en ellas 10s creyentes confiesan la gravedad de sus rebeΙdίas (59,12-13) antes de apelar a la clemencia de Dios, redentor Υ padre (63,16). Α pesar de las apariencias, el mensaje ηο es estrechamente na-cionalista. Aunque esta centrado en Jerusalen, pone de manifiesto un verdadero universalismo: asί, 10s hijos del extranjero se pondran en camino hacia la ciudad iluminada por la presencia divina (60,1-22). Es entonces cuando el profeta se convierte en mensajero de saΙvacίόn: ΕΙ espίrίtu del SENOR Adonai estά sobre mί, ρσΓ cuanto que me ha ungido el SENOR. Α arllLnciaι'la buena nueva α los pobres me ha enviado, α vendar los cσrazones rotos; α pregonar α los cautivos Ιa Ιίberacίόll, Υ α los reclusos Ια libertad; α pregonar ano de gracia del SENOR, dία de venganza de nHestro Dios; para cσnsolar α todos los que lloran (Is 61,1-2).

Revestido del poder divino por la uηcίόη, el profeta (lo el sumo sacerdote?) proclama a todos un afio de gracia jubilar, al termino del cuallos «afligidos de Sίόη» reciben un nombre nuevo: «Robles de justicia, ΡΙaηtacίόη del SENOR» (ν. 3b). Es mas, el Templ0 sera una «casa de οracίόη» para todos, incluidos 10s eunucos Υ 10s paganos que se han vuelto al Sefior (56,1-8). Υ el ίiltimo oracul0 anuncia una creacίόη renovada, donde las relaciones se invierten porque todo hombre vive bajo la mirada de Dios (Is 66). La amplitud de semejante discurso recibe su fuerza de la denuncia que 10 acompafia. De hecho, segun Is 56-59, la degradacίόη parece general entre 10s judίοs, Υ la desίΙusίόη es el 10te de muchos. tAcaso ηο se dice que el brazo del Sefior es demasiado corto para s. Ε:>ίt: t::> t:l Lίt:>U, t:11 jJίtιίiLuldΙ, ιlt:l

caΡίtuΙ0 8 (+ 7,73b), redactado en tercera persona del singular, donde el personaje principal es Esdras, mencionado tambien como referencia temporal de la lista de 12,24-26, despues de la meηcίόη del reino de Darίο ωι ο πι?) el Persa (12,22). Este es tambien el caso del caΡίtuΙ0 9, cuyo comienzo se liga al caΡίtuΙ0 8 Υ cuya continuacίόη es una gran οracίόη litύrgica de humίΙΙacίόη. Es decir, que las

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LA HISTORIA: DEL DETIERRO Α JΕsύS

Memorias de Νehemίas fueron revisadas Υ completadas en una epoca posterior, aparentemente en contacto con la actividad de Esdras el escriba Υ la redaccίόη dellibro que lleva su nombre [vease ρ. 356], aunque en la forma original del informe de Esdras ηο se mencionaba a Νehemίas Υ en las Memorias de Νehemίas ηο se nombraba a Esdras. Esta revίsίόη uηίficό la Ρreseηtacίόη de 10s dos grandes reformadores de la epoca persa concediendo el primer puesto a Esdras, el sacerdote-escriba especialista en la Ley. Algunos comentaristas han propuesto vincular esta redaccίόη sintetica de 10s libros de Esdras Υ de Νehemίas al autor de 10s libros de las Crόηίcas. Νο obstante, aunque la redaccίόη final de estos libros Ροdrίa situarse aproximadamente en la misma epoca, hacia 300 a.C., al parecer estudios recientes han mostrado que esta unidad de redaccίόη ηο se impone necesariamente Υ crearίa mas problemas de 10s que resοlverίa. Estas grandes lίneas de la historia de la redaccίόη del libro de Νehemίas permiten apreciar mejor su interes hίstόrίco Υ literario. De hecho, las Memorias de Νehemίas constituyen, tοdavίa hoy, nuestra fuente principal para la historia de Judea en el segundo cuarto del siglo v a.C., una fuente practicamente contemporanea de 10s acontecimientos si se 10gra distinguirla bien de la redaccίόη final dellibro. Α este respecto, estas Memorias desempefian, para Judea, υη papel analogo, aunque diferente, al de los documentos de Elefantina para la comunidad judίa del Alto Egipto [vease ρ. 328]. Aunque trata, naturalmente, de justificar su accίόη polίtica, el autor de las Memorias asumίό una responsabilidad de primer orden en la historia de Judea en su epoca Υ en la reηοvacίόη de esta provincia de\ imperio persa. Para ello impuso ciertas reformas que ηο fueron siempre bien recibidas por todos Υ chocaron con la οροsίcίόη dc ciertos grupos influyentes, tanto dentro de la provincia como fuer.1 de ella. Este contexto explica el tono apologetico de este relato.

Las reformas de Nehemlas ΕΙ comienzo de las Memorias se sitιia en Susa, junto a υη Artajerjes a quien se suele identificar con Artajerjes Ι (464-424). Νehemίas, qut' es enClIIto minuscu1a, Babi10nia Υ; entre 1as oIrιls sfI/r"II pias, todas 1as ciudades que Ροseωι 1111 territorio ferti1 alrededor de 011//5 titιrloll habitantes judios. De manera que 51" 1111 μιι tria partl"cipa de tu benevo1encifl. 110 ιιoιιl sό10 una ciudad 1a que sentira 105 btJ1lo/i cios, sino miriadas de ciudades situad/ilιr ιιιι Iodas 1as reqiones de1 universo, θΙΙ εΙΙΙΌμιι. en Asia, enLibia, en 10s continolltos Υ Ιιι. is1as, en 1as costas ο en e1 IιιΙeι iOl" d" 111. tierras. (; este nombre sίmbόΙίco recuerda al ύlti­ ιηο rey de Juda, Sedecίas (