La Batalla Del Alto de La Alianza

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La batalla del Alto de la Alianza, o batalla de Tacna, fue una acción bélica que se desarrolló en Tacna el 26 de mayo de 1880, en el marco de la Guerra del Pacífico, siendo una de las acciones militares más grandes de la Campaña de Tacna y Arica.8 Se enfrentaron los ejércitos aliados de Bolivia y Perú, ambos dirigidos por el general boliviano Narciso Campero, contra el Ejército de Chile, comandado por el general Manuel Baquedano que, luego de casi una hora de combate, resultó en victoria para la armada chilena. Como resultado de la batalla, Bolivia se retiró militarmente de la guerra, la cual continuaría sólo entre las fuerzas de Chile y Perú. El lugar de la batalla fue la meseta del cerro Intiorko (en quechua, 'Alto del Sol'). Antes de la batalla, ya se conocía a la ubicación del campamento aliado con el nombre de Alto de la Alianza debido al Tratado de Alianza Defensiva Perú–Bolivia. También se le conoce como Campo de la Alianza. Antecedentes[editar] Después de haber ocupado el Departamento de Tarapacá, en noviembre de 1879, una fuerza chilena comandada por Erasmo Escala Arriagada desembarcó en Ilo y Pacocha. Ya en marzo, el general Baquedano envió al coronel Mauricio Muñoz al mando de 4000 hombres en una expedición a Moquegua con el objetivo de destruir las fuerzas enemigas en la zona y aislar a los ejércitos aliados. El primer choque ocurrió en la cuesta de Los Ángeles el 22 de marzo de 1880. La victoria chilena se logró luego de que el regimiento Atacama escalara inadvertidamente la ladera de Guaneros, que se consideraba un flanco seguro por los defensores, realizando la ofensiva desde la retaguardia de las líneas peruanas. La situación en Tacna[editar] Frente a los reveses de la Guerra del Pacífico, el presidente Mariano Ignacio Prado decidió regresar a Lima, dejando en Tacna al contralmirante Lizardo Montero Flores al frente del Primer Ejército del Sur. El gabinete ministerial peruano lo autorizó a viajar al extranjero a comprar buques y armamentos. Prado emprendió dicho viaje el 18 de diciembre de 1879 y al frente del gobierno quedó el vicepresidente Luis La Puerta. El pueblo peruano se enteró de su viaje cuando Prado se encontraba en Guayaquil. En Lima, Nicolás de Piérola, rival político de Prado, se sublevó el 21 de diciembre, derrotando a las tropas de Manuel González de la Cotera, fieles al presidente Prado, y se proclamó dictador el 23 de diciembre. Además, no movilizó el Segundo Ejército del Sur que estaba acantonado en Arequipa al mando del coronel Segundo Leiva para colaborar con las fuerzas de Montero en Tacna.

Los chilenos[editar] Los avances chilenos se realizaron desde Ite, donde desembarcaron la artillería, pasando por los valles de Locumba y de Sama. El 28 de marzo de 1880, el coronel Pedro Lagos y luego el general Erasmo Escala renunciaron al ejército por diferencias militares con el alto mando chileno. Asumió el mando del ejército el general de brigada Manuel Baquedano. El 20 de mayo de 1880, una noticia impactó al pueblo chileno: la muerte del Ministro de Guerra y Marina en campaña, Rafael Sotomayor, en el campamento Las Yaras en el valle de Sama. El 22 de mayo, el jefe del Estado Mayor del ejército chileno, coronel José Vélasquez, acompañado por casi todos los oficiales del ejército, hicieron un reconocimiento de las fuerzas aliadas, llegando a Quebrada Honda. Desde ahí, el sargento mayor Salvo disparó sus 2 cañones para medir al distancia con los tiros, siendo el fuego respondido por la artillería aliada. Las fuerzas chilenas, según el Diario del Estado Mayor del día 24 de mayo, estaba compuesto por 80 jefes, 663 oficiales y 13 404 hombres de tropa, con una fuerza total de 14 147 hombres,2 pero los que combatieron fueron poco más de 10 mil, pues casi no participó la División de Reserva, algo que también reconoció el peruano Pedro Alejandrino del Solar en carta privada a Piérola. En las Relaciones Nominales del Ejército de Chile, se señala que el efectivo fue de 11 779 hombres.9 Los historiadores chilenos Encina y Castedo calculan en 13 000 soldados el ejército chileno, de los cuales 9645 participaron en la batalla; también argumentan que Campero fue mal informado de que las tropas chilenas llegaban a 22 000 hombres.3 Las fuerzas aliadas varían de acuerdo a los testimonios. Según Campero, eran 9 mil hombres incluso los enfermos.10 En un folleto, el coronel boliviano Miguel Aguirre señaló que los combatientes aliados eran unos 5100 peruanos y 4200 bolivianos,11 mientras que el contraalmirante Montero afirmó que eran 8 mil hombres.12 Pedro Alejandrino Del Solar, en una carta privada al presidente Piérola, fijó el número de aliados, según el parte del día anterior, en 5 mil peruanos y no más de 4 mil bolivianos.13 El corresponsal del diario El Nacional de Lima señaló que eran 9030 soldados —descontando a los enfermos, no eran más de 8500 efectivos—.14 Basado en el archivo de Piérola, el historiador Jorge Basadre explica que en Tacna combatieron 4705 peruanos y 4225 bolivianos, en total 8930 aliados con 8 piezas de artillería.6 Por su parte, historiadores chilenos cifran el ejército aliado en 12 500 hombres, de los cuales 5150 eran bolivianos.3

Batalla de Tacna Todo el ejército chileno llega a Quebrada Honda a las 6 pm del 25 de mayo. Una avanzada de arrieros con 60 mulas y barriles de agua es capturada por jinetes peruanos del Húsares de Junín que estaban en vigilancia. En los interrogatorios, los arrieros revelan que el ejército chileno estaba compuesto por 22 mil hombres, lo que hace cambiar de planes al general Campero. Se decidió que todo el ejército aliado atacara al ejército chileno de madrugada en Quebrada Honda, aprovechando la oscuridad. A la medianoche del 26 de mayo se emprendió la marcha del ejército aliado a Quebrada Honda. En medio de la noche perdieron el rumbo debido a la neblina y la expedición no tuvo éxito, por lo cual se tuvieron que volver a sus líneas, arribando a las 5 am a la posición original. Pero resultó que 3 divisiones peruanas y una boliviana se extraviaron sin saber su ubicación. El coronel Belisario Suárez tomó el mando y ordenó que se esperase al amanecer para emprender la marcha, pero fueron vistos por las avanzadas del batallón Atacama que les hizo disparos mientras se retiraban, llegando estas fuerzas aliadas al Alto de la Alianza a las 7 am. Las fuerzas aliadas no durmieron por la frustrada expedición. Inicio de la batalla[editar] A las 7:30 de la mañana se divisan ambos bandos y empiezan a desarrollar sus líneas. Las tropas chilenas iniciaron sus actividades hacia las 8 de la mañana, ya a las 9 am se inició el bombardeo de la artillería chilena, lo cual no tuvo el efecto esperado por las condiciones del terreno, pero ocasionó mucho humo que impedía la visibilidad. La artillería aliada respondió el ataque durante una hora con la 2.ª. Batería al mando de Eduardo Águila y la sección de a 12 al mando de Ricardo Ugarte. A las 10 am se empieza a movilizar las fuerzas chilenas. Panizo ordenó aumentar las distancias entre las Baterías para que entrara en acción la 1.ª. Batería y romper los fuegos, lo que se hizo hasta las 11am. La División chilena del coronel Amengual marchó sobre el final de la extrema izquierda de línea del ejército aliado, bajo la errada información de que ese sector estaba abandonado por el enemigo y no había defensa. El coronel Amengual dispuso sus fuerzas de la siguiente manera: el Valparaíso en formación de guerrilla, en primera línea el Navales y el primer batallón del Regimiento "Esmeralda", más tarde 7.º de Línea, y en segunda línea el segundo del Esmeralda, (cada regimiento se dividía en dos batallones), el Chillán y una compañía de pontoneros.

El coronel boliviano Eliodoro Camacho notó que el ataque principal era para desbordar la izquierda, por lo que envía a esa posición sus reservas: los batallones bolivianos Viedma, Tarija y Sucre y tras estos, los batallones peruanos Huáscar y Victoria, todos formando el llamado "martillo". Camacho también ordenó que toda la artillería del coronel Arnaldo Panizo se colocara en una altura a retaguardia de las fuerzas bolivianas. Al mismo tiempo, Camacho solicitó refuerzos a Narciso Campero, que ordenó que los batallones bolivianos Alianza o Colorados y Aroma pasaran de la reserva derecha a la izquierda, al mismo tiempo que los batallones peruanos Ayacucho y Arequipa se pusieron a la izquierda del Zepita. Desarrollo de la batalla[editar] Cuando los batallones bolivianos Colorados y Aroma llegaron al ala izquierda, Campero ordenó que hicieran fuego sobre las fuerzas aliadas que huían, a fin de hacerles dar media vuelta.10 Pronto se ubicaron en la línea de batalla y resistieron a las fuerzas chilenas de Amengual. En el centro, el coronel Castro Pinto recibió el refuerzo de 2 Krupp bolivianos que fueron colocados sobre la izquierda de su línea y de los batallones peruanos Provisional de Lima y Cazadores del Rímac que eran la reserva del ala derecha. Las divisiones chilenas llegaron a unos 80 metros de las trincheras aliadas18 ya sin municiones, que había sido repartidas en cantidad insuficiente. Las tropas de Amengual y de Barceló se mezclaron y comenzaron a retroceder. Fue en ese momento, que el coronel Camacho ordena un contraataque de conjunto con las divisiones peruanas de Cáceres y Suárez y toda la infantería de Castro Pinto, que combatían a las fuerzas de Barceló.

Es el momento más crítico de la batalla y debía inclinarse por el bando aliado: las fuerzas chilenas, sin municiones y a campo descubierto, soportan el fuego nutrido del enemigo y, luego, la carga de masas de infantería veteranas que se sienten vencedoras. La lucha cuerpo a cuerpo es brutal y heroica por ambos bandos, pero las mayores bajas las llevan los chilenos: sólo en el Atacama se pierde al Teniente Rafael Torreblanca -quien clavara la bandera en Pisagua- y el propio Comandante Martínez ve morir a sus dos hijos a metros de él. Fin de la batalla[editar] Los chilenos, reforzados por nuevas tropas y municiones, emprenden un nuevo ataque.

La IV División del coronel Orozimbo Barbosa, emprende un ataque a la derecha aliada, con el batallón Zapadores a la izquierda, el regimiento Lautaro al centro y el batallón Cazadores del Desierto a la izquierda. Montero moviliza a la línea su única reserva que le quedaba, la División Del Solar. La División peruana de Dávila sale a enfrentarse a las fuerzas chilenas, pero la superioridad numérica y la falta de refuerzos lo hace retroceder. La batería chilena de Fontecilla se desplazó para atacar a los aliados, media batería atacaba a las fuerzas y la otra mitad, a la batería Krupp boliviana. la batería de Fontecilla llegó a estar a 400 m del reducto derecho aliado. El regimiento Lautaro peleó tendido a tierra y por eso tuvo pocas baja El fuego era tan nutrido que más bien parecía redoble de tambores. Fueron entrando en combate como por la conversión a la derecha Cuerpo por Cuerpo, hasta que nos tocó el turno. Apenas se rompió el fuego la guerrilla en que yo iba, que estaba en este momento a retaguardia del Batallón, nos corrimos a la izquierda para tomar el ala de éste... La derecha de los cholos nos sobrepasó y como a la media hora entró por la izquierda de nosotros el 20 batallón Lautaro, o si no los cholos nos habían tomado entre dos fuegos... Los muertos a mi cálculo serán como de 5.000 de ambas partes. La ocupación de Tacna[editar] A las tres de la tarde llegan las primeras noticias de la derrota en Tacna. Los pobladores, en su mayoría ancianos, mujeres y niños, se asilan en los consulados y residencias de extranjeros que izaban sus banderas. Otros abandonan la ciudad con destino al altiplano. La ciudad de Tacna parecía estar de fiesta, por doquier se veían izadas banderas italianas, francesas, inglesas, alemanas, suizas, españolas y hasta asiaticas. corresponsal de guerra en Tacna. Diario El Ferrocarril. Santiago de Chile 27 de mayo de 1880. Algunos dispersos aliados llegan a la ciudad de Tacna, donde se esconden y disparan a soldados chilenos que los perseguían, pero finalmente enrumban a Pachía. Ante esto, la ciudad empieza a ser bombardeada desde las alturas del Intiorko. El alcalde Guillermo Mac Lean se dirige al Campo de la Alianza para conferenciar con Baquedano e informarle que en la ciudad no existen tropas, cesando el bombardeo. El alcalde es retenido y sirve de garantía para que las tropas chilenas no enfrenten una emboscada. Consecuencias[editar]

En Chile[editar] La Ambulancia de Valparaíso, que trataba a los soldados heridos durante la Batalla de Tacna. El ejército chileno tuvo 2.028 bajas según la razón de bajas del ejército chileno,25 pero de 24 jefes y oficiales y 450 hombres de tropa muertos, y 192 jefes y oficiales y 1.369 hombres de tropa heridos, un total de 474 muertos y 1.458 heridos según el historiador militar Francisco Machuca.2 La División de Reserva casi no participó y sólo tuvo 17 bajas. El Teatro Municipal de Tacna es ocupado como hospital chileno. En la batalla se dispararon más 1.700 tiros de cañón.

En Bolivia[editar] Las bajas de las fuerzas aliadas han sido calculadas en su conjunto. Los chilenos estiman en 2.500 hombres de tropa y 150 jefes y oficiales los muertos y heridos en el campo de batalla. El jefe de las ambulancias bolivianas, doctor Dalence dijo que el número de muertos alcanzaría a 1.500 más o menos, habiendo sido repasados 65 a 70 de ellos. Los jefes muertos fueron 23. Jorge Basadre6 indica que los oficiales muertos fueron 185 y las bajas de tropa como 2.000 entre peruanos y bolivianos casi en partes iguales. En el Perú[editar] Cruz conmemorativa a Samuel Alcázar de la columna Agricultores de Para. Vista del Campo de la Alianza El ejército peruano tuvo 147 jefes y oficiales entre muertos y heridos. El contralmirante Lizardo Montero pudo reunir parte de los dispersos peruanos en Torata, retirándose con ellos hacia Puno, donde llegaron 2 mil soldados y se reúnen a las nuevas tropas formadas en Cusco y Puno con destino a Arequipa. En los extranjeros[editar] El 30 de mayo de 1880, los cónsules de los imperios alemán, austrohúngaro y brasileño, además de los reinos de Bélgica e Italia, juntamente con la República Argentina, protestaron ante Baquedano, jefe de ocupación de Chile, por los actos de violencia que soldados dispersos de su ejército cometieron contra los civiles peruanos y los ciudadanos neutrales a la guerra.

Los infrasquitos Cónsules y Agentes Consulares residentes en esta ciudad, justamente alarmados de los hechos que los soldados dispersos del ejército chileno han practicado y continúan practicando hasta ahora, a pesar de haber transcurrido ya más de tres días desde el acontecimiento de la batalla, tiempo suficiente para para que esos excesos pudieran haber sido reprimidos, si las autoridades constituidas hubieran dictado y hecho efectivas las medidas de reprensión y vigilancia que las circunstancias exigen; a V.S. exponemos que es de nuestro deber, en resguardo de nuestros respectivos nacionales, hacer presente a V.S. los agravios que éstos vienen experimentando...protestando igualmente a nombre de la civilización... de los desbordes que dichos soldados cometen igualmente para con los ciudadanos peruanos y muy especialmente, con las mujeres de esta desgraciada localidad... Nota de Protesta del Cuerpo Consular al general Baquedano. Tacna 30 de mayo de 188028 El reino de Italia intervino y pidió al gobierno de Chile investigar los excesos sufridos por ciudadanos italianos en Tacna, los que no fueron reconocidos por el gobierno de Chile. El saqueo lo sufrieron tanto peruanos como extranjeros.29 n 1