La Amistad

LA AMISTAD La verdadera amistad es aquel sentimiento afectivo y casi fraternal que une las personas en una sola cosa y t

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LA AMISTAD La verdadera amistad es aquel sentimiento afectivo y casi fraternal que une las personas en una sola cosa y transforma el Yo en un Nosotros. La amistad permite el participar y compartir todo con el otro, que goza cuando el otro goza, sufre cuando el otro sufre. Solo el Amor con "A" mayuscula puede llegar a tanto y la amistad es por decirle asi aquel afecto que funde la razon con el sentimiento. La razon, como facultad del intelecto donde se conocen las cosas, los hechos y se puede discernir y juzgar, interviene para analizar si es posible establecer con el otro una reciproca semejanza sobre la vida, sobre las costumbres, sobre las aspiraciones humanas y porque no, tambien en aquellas divinas. Un sentimiento que la razon vuelve puro y dulce. Desde este punto de vista la amistad se vuelve un ideal de perseguir con tenacidad proque: "Quien encuentra un amigo, encuentra un tesoro&qot;. Las amistades, desafortunadamente, no reflejan el ideal de un sentimiento afectivo, fraternal, puro y desinteresado, aun asi, en cada amistad es posible percibir el deseo de tener cerca una persona fiel, de la cual me pueda fiar y enriquecer mi experiencia. Muchos han buscado un amigo pero despues fueron defraudados por un sentimiento de traición y destrozo, ya que el otro, con el tiempo, no ha confirmado lo esperado. He allí, la necesidad de analizar bien desde antes la situación, antes de abrir el corazón, ya que la verdadera amistad puede subsistir solo entre personas buenas y capaces de perseguir el verdadero bien. Algunos interpretan la amistad en modo equivocado, ya que utilizan esta unión para estrechar relaciones ventajosas, donde su finalidad es el interés o la pasión condimentadas a su vez por el vicio. La relación así establecida no puede ser ni estable, ni superar las dificultades, ya que la unión es el interés y cuando falta a gratificación, se rompe. Solo la verdadera y autentica amistad, puede superar pruebas y sufrimientos. Así, también la amistad basada solo sobre la apariencia esta destinada a naufragar, porque es engaño. De hecho, como es posible construir un engano con quien es avaro, deshonesto, lujurioso, mentiroso y egoísta? Cuantos buscan conquistar la estima con adulaciones, fraudes, engaños, intereses o simplemente con el deseo de grupo? La amistad no puede ser una cuestión de calculo, ni puede ser solamente una cuestión de afecto. "El amigo fiel es la medicina que da vida" (Siracides 6,16). No existe de hecho, una medicina mas fuerte, mas eficaz o mas excelente para nuestras heridas, en todas las cosas terrenas, que tener cerca a alguien que sufre junto contigo en la desventura o que goce de nuestros éxitos. A cualquier modo, la amistad es siempre una experiencia exaltante porque descubre el gozo de encontrarse y compartir, el placer de estar juntos, el deseo de quererse. En la amistad se pueden compartir los pensamientos y las esperanzas aun sin palabras, es un sentimiento de los mas bellos por vivir porque dona emociones, complicidad y en la gratuidad los vuelve mas ricos. La amistad como virtud da sabor a todas las otras virtudes, con su fuerza reprime los vicios, tempera las adversidades y modera la prosperidad y nada puede ser agradable sin un amigo. "Si de hecho uno cae, puede ser alzado por el compañero: pobre de aquel que es solo, si cae, no hay quien lo alze" (Qohélet 4,10). Y quien no tiene amigos vive en la soledad. El mejor amigo que se puede tener es Jesús. "Yo no los llamo mas siervos, porque el

siervo no sabe aquello que hace su señor; sino que yo los he llamado amigos, porque les he hecho conocer todas las cosas que he escuchado del Padre mio" (Jn 15:15). El nos ha ofrecido el modelo de la verdadera amistad cuando ha dicho: "Amaras al prójimo como a ti mismo". (Mateo 22,39). Si piensas que sea imposible preferir al amigo que a si mismo, busca al menos de ponerlo sobre el mismo nivel. Si te importa tener un amigo pero no conoces el sentimiento entonces no podrás querer, ya que el modelo se basa sobre el amor. En la amistad, que es un don, se intuye la afectuosa presencia de Dios, porque existe siempre algo de misterioso en su nacimiento, libera cuando no te los esperas, porque Dios ha abierto las puertas de su corazón. Como podrás encontrar en el otro aquello que no esta en ti? Como puedes exigir de los demás la lealtad, la sinceridad, el desinterés, la fidelidad, el altruismo si eres un mentiroso, desleal, interesado y egoísta? Antes debes encontrar en ti, las cosas que pretendes y solo después podrás ofrecer a aquella persona que crees poseer las cosas que tu deseas. El amigo es aquel que no teme abrir el corazón y ofrecer lo que en el contiene. La amistad, bajo este punto de vista, es un camino hacia la amistad con Cristo porque El es la verdadera luz y el modelo resumido de las palabras veraces: "Ama a tu prójimo como a ti mismo". La amistad tiene ojos simples y castos; cortes y directa. Si hay suspiros son para el cielo. La libertad solo es para el espíritu. Los lamentos solo para Dios porque no es suficientemente amado. La amistad no sobrevive al pecado porque necesita de las virtudes. El amigo se vuelve un enemigo cuando nos quiere conducir al pecado, a la ruina, a la condena. Estas son las pruebas evidentes de una falsa amistad cualquiera que sea el pecado. Si el amigo es víctima del vicio, nuestra amistad sera viciosa, ya que falta una sincera y solida virtud sustituida por una moralidad o un aspecto sexual. La amistad necesita tiempo, de silencio, de sensibilidad para emanar del corazón palabras que no son destinadas solo al amigo, pero que describen el misterio de la vida y algo que crece como un don porque a través del quererse es posible sumergirse en el amor de Dios que vive como fuerza dentro de nosotros. LA AMISTAD CRISTIANA Para que dos personas puedan considerarse amigas se necesita por parte de las dos, superar las barreras del egoísmo, haber adquirido la capacidad de callar cuando es necesario, saber escuchar, estar siempre presentes sin imponerse, saber soportar cuanto necesario, ser humildes en el dar y pedir perdón. Como debe ser una buena amistad lo indica Jesucristo, cuando nos invita a una mayor perfección. De hecho, nos pide amar a los demás como a nosotros mismos; amar también a quien nos maltrata. Es un modelo de amor: "Amense los unos a los otros, como Yo los he amado". (Jn 15,12). No se les ha dado un modelo tan alto y perfecto, de hecho, va mas alla de las costumbres mas radicadas y de los defectos humanos. Puede aparecer a primera vista fuera de nuestra limitada y pobre naturaleza humana. Tanta generosidad y abnegación son posibles solo con la ayuda divina, la cual, a través del don de la Gracia, puede elevar al hombre a una estatura divina. Es por esto que la amistad, desde el punto de

vista cristiano, es un don sobrenatural dulce y suave, fruto del amor hacia el prójimo, indicado por el Salvador, a través de los Evangelios. Un verdadero amigo es un don precioso fruto de una ardua batalla iniciada contra el egoísmo todo humano que late en nuestros corazones. El mismo correr de los años permite verificar las verdaderas amistades de aquellas falsas e interesadas. Si, en la amistad cristiana se pueden reconocer uno de los dones mas dulces y suaves ofrecidos por la infinita bondad de Nuestro Señor Jesucristo. Un don que para ser autentico debe contener un amor solido hacia Dios que certifique la razón de su existencia. A estas condiciones la amistad sera un poderoso sostén y un alivio a las amarguras de esta vida, para continuar en la eternidad. Mientras que el amor puede subsistir sin ser contra cambiados por la parte amada, la amistad no puede subsistir sin una reciprocidad, ya que esto es el aspecto fundamental que vuelve indeleble la relación de amistad. La amistad es entonces una virtud que se funda en las relaciones entre personas y empuja al hombre a descubrir al otro y en consecuencia de la propia identidad en cuanto a persona. Una relación humana que permite vivir una relación llena, compuesta por comprension y respeto aun en la diversidad. La amistad que se vuelve una virtud cristiana, fundada sobre la fe profunda, puede transformarse en comunión espiritual y generar una forma de relación estable y duradera. Jesús ha dicho: "Yo no los llamo mas siervos, porque el siervo no sabe aquello que hace su señor; sino que yo los he llamado amigos, porque les he hecho conocer todas las cosas que he escuchado del Padre mio" (Jn 15:15). Este es el punto de partida. La amistad que lleva a compartir tanto los aspectos gozosos así como las dificultades puede ser la imagen de los primeros cristianos: "Y todos los que Creían se Reunían y Tenían todas las cosas en Común. Vendían sus posesiones y bienes, y los Repartían a todos, a cada uno Según Tenía necesidad. Ellos perseveraban Unánimes en el templo Día tras Día, y partiendo el pan casa por casa, participaban de la comida con Alegría y con sencillez de Corazón, alabando a Dios y teniendo el favor de todo el pueblo". (Hechos 2, 44-47). El esplendor de la amistad no esta en la mano extendida, en la sonrisa gentil o en el gozo de la compañía recíproca, sino en la unión espiritual, donde alguien cree en nosotros y esta dispuesto a fiarse de nosotros. Los verdaderos amigos aman compartir los momentos preciosos de la vida y el gustar juntos las pequeñas cosas de la existencia. Esta amistad es totalmente grande que no se puede expresar en palabras sino que se debe probar. Se puede decir que los verdaderos amigos se contra cambian confianza recíproca, los sueños, los pensamientos, las virtudes, las alegrías como los dolores. Son libres de separarse pero no se despegan nunca. La amistad es un sentimiento que vuelve la vida digna de ser vivida y al mismo tiempo enseña a enfrentarla con serenidad y alegría. Ayuda a escalar la montana del miedo, de la tristeza, de las dificultades y de la soledad. La amistad pone en marcha sentimientos y emociones. El amigo no es solo el confidente sino que también la medicina, su presencia es tan profunda de no darnos cuenta de el.

El amigo es quien no te hace avergonzar. A el puedes confiar tus pensamientos en absoluta tranquilidad encontrando alivio y consuelo, esto deja una huella en tu corazón. En fin, la amistad, es uno de los sentimientos mas bellos porque dona emociones y complicidad en la absoluta gratuidad. Se puede caminar juntos y al mismo tiempo crecer juntos aun cuando se recorren caminos diferentes, conscientes de las necesidades recíprocas, como de las flores que tienen necesidad de la lluvia para abrirse y mostrar toda su belleza. En el amigo existe siempre algo de nosotros, un modo posible de ser, un reflejo de identidad que podremos asumir. LA AMISTAD CON JESÚS De: La Imitación de Cristo Cuando Jesús está presente, todo es bueno, y no parece cosa difícil: mas cuando está ausente, todo es duro. Cuando Jesús no habla dentro, vil es la consolación: mas si Jesús habla una sola palabra, gran consolación se siente. ¿No se levantó María Magdalena luego del lugar donde lloró, cuando le dijo Marta: El Maestro está aquí y te llama? (Jn11,28) ¡Oh bienaventurada hora, cuando el Señor Jesús llama de las lágrimas al gozo del espíritu!. ¡Cuán seco y duro eres sin Jesús! ¡Cuán necio y vano si codicias algo fuera de Jesús! Dime, ¿no es este peor daño, que si todo el mundo perdieses? ¿Qué puede dar el mundo sin Jesús? Estar sin Jesús es grave infierno: estar con Jesús es dulce paraíso. Si Jesús estuviere contigo, ningún enemigo podrá dañarte. El que halla a Jesús, halla un buen tesoro, y de verdad bueno sobre todo bien. Y el que pierde a Jesús pierde muy mucho, y más que todo el mundo. Pobrísimo es el que vive sin Jesús, y riquísimo es el que está bien con Jesús. Muy grande arte es saber conservar con Jesús, y gran prudencia saber tener a Jesús. Sé humilde y pacífico, y será contigo Jesús; sé devoto y sosegado, y permanecerá contigo Jesús. Presto puedes echar de ti a Jesús, y perder su gracia, si te pegas a las cosas exteriores. Si destierras de ti a Jesús y le pierdes, ¿adónde irás? ¿A quién buscarás por amigo? Sin amigo no puedes vivir contento, y si no fuere Jesús tu especialísimo amigo, estarás muy triste y desconsolado. Pues locamente lo haces, si en otro alguno confías y te alegras. Más se debe escoger tener todo el mundo contrario, que estar ofendido con Jesús. Pues sobre todo tus amigos sea Jesús amado singularísimamente. Ama a todos por amor de Jesús, y a Jesús por sí mismo: sólo a Jesucristo se debe amar singularísimamente: porque El solo se halla bueno y fidelísimo, más que todos los amigos. Por El y en El debes amar a los amigos y los enemigos, rogarle por todos, para que le conozcan y le amen. Nunca codicies ser loado ni amado singularmente, porque eso a sólo Dios pertenece, que no tiene igual; ni quieras que alguno se ocupe contigo en su corazón, ni tú te ocupes en amor de alguno; mas sea Jesús en ti, y en todo hombre bueno. Sé puro y pobre interiormente sin ocupación de criatura alguna. Es menester llevar a Dios un corazón desnudo y puro, si quieres descansar y ver "cuán suave es el Señor" (Sal33,9). Y verdaderamente no llegarás a esto, si no fueres prevenido y traído de su gracia, para que, dejadas y echadas fuera todas las cosas, seas unido con El solo. Pues cuando viene la gracia de Dios al hombre, entonces se hace poderosos para toda cosa: y cuando se va, será pobre y enfermo, y como abandonado a las penas y castigos. En estas cosas no debes desmayar ni desesperar, mas estar constante a la voluntad de Dios, y sufrir con igual ánimo todo lo que viniere a la gloria de Jesucristo. Porque después del invierno

viene el verano, y después de la noche vuelve el día, y pasada la tempestad viene gran serenidad. LA AMISTAD EN LA BIBLIA En el Biblia se cuentan historias de amistad como aquella entre Jonathan y David o entre Ruth y Noemi. Esta última nos ha donado versos colmos de conmoción: "Porque dónde tú irás yo también iré; dónde te pararás me pararé; tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios; dónde tú morirás, yo también moriré y seré enterrada. El Señor me castigue como quiera, si otra cosa que la muerte me separará de ti", (Rt 1,16 -18). Gracias a tal insistencia Noemi comprende cuál dono fuera Ruth su vida, así partieron juntos para su viaje. El canto que Davide entona en cuanto sabe de la noticia de la muerta suicida de Saul, el primer rey de Israel, derrotado por los Filisteos sobre los montes de Gelboe, y del fin de su hijo Jonathan, unido a Davide por una profunda amistad. El que será el sucesor de Saul se entrega al brote de las emociones y a sus palabras, referidas por el segundo Libro de Samuele, (1,19-27), son por tres veces marcadas por aquel eterno "Por qué?" qué los dolientes elevan al cielo cuando se encuentran frente a una tragedia: "¿Por qué han caído los héroes?" (1,19.25.27). El antiguo Testamento también nos invita a estar en guardia para individuar si de verdad, el verdadero amigo es el que "siempre ama", es como un hermano en los días tristes" (Prv 17,17). El libro del Siracide dedica a la amistad una parte, el cap. 6, y afirma: "El hablar dulce, multiplica los amigos y la lengua afable encuentra acogida. Antes de hacerte a un amigo, ponlo a prueba, no te confíes enseguida con él. El amigo fiel es sólido refugio, quién encuentra él, encuentra un tesoro. Hay quien es amigo cuando le es cómodo, pero no resiste en el día de tu desdicha. También esta el amigo que se transforma en enemigo y descubrirá a tu deshonra vuestras peleas. Esta el amigo compañero en la mesa, pero no resiste en el día de tu desdicha. Para un amigo fiel no hay precio, no existe peso para su valor.". "Aunque hayas usado la espada contra un amigo, no desesperes: todavía podéis volver amigos. Si has criticado un amigo al tu por tu, no temas porque os podéis reconciliar; en cambio si lo has insultado con arrogancia, si has traicionado sus confianzas o lo has atacado a traición, cualquier amigo se irá" (Sir.22,21-22). "El amigo quiere en cada circunstancia; ha nacido para ser un hermano en la adversidad." (Prv17:17), pero "el hombre tortuoso hace nacer la discordia y quién difama divide a los amigos, (Prv.16:28). Todavía "El aceite y el perfume alegran el corazón y la dulzura de un amigo consuela el alma." (Prv.27:8). Aun si parece imposible, un hombre puede convertirse en amigo de Dios. Abraham se volvió su amigo. Si Abraham sólo hubiera actuado formalmente como hombre y Dios hubiera actuado formalmente como Dios, los dos no hubieran podido nunca convertirse en amigos. Él lo pone a prueba pidiendole de sacrificar a su hijo, pero una vez superada, Dios le dona incondicionalmente su amor. Tiene resalto la amistad entre David y Jonathan que encierra el ideal del amor. Ya estamos en la revelación e inicia a tener las señales del cristianismo, aun no poseyendo lo sobrenatural del Mesías. "Cuándo David termino de hablar con Saul, el alma de Jonathan, ya se habia unido de

tal forma al alma de David, que Jonathan lo amó como a él mismo. Jonathan estrechó con David un pacto, porque lo amaba, como a él mismo. Jonathan se quitó la capa que tenia puesta y se la dió a David y añadió a los vestidos, la espada, el arco y el cinturón", (1°Sam.18,1;3-4). ¡Cuánto es bello y suave que los hermanos habiten juntos! Es como el aceite precioso sobre la cabeza que desciende hasta la barba, sobre la barba de Aarón, que fluye hasta el dobladillo de su vestidos. Es el rocío del Ermon que baja hasta los montes de Sión. Si allá ha dispuesto el Señor su bendición, una vida sin fin, (Sal,133). Dónde hay amistad, hay amor y por lo tanto la bendición de Dios Padre. En el éxodo leemos como Moisés le habló al Señor, entrando en la cortina del convenio, es decir el lugar de su amistad y cuando entró fue envuelto por la nube de la presencia divina o sea el Espíritu Santo. Si en el Siracide: "Un amigo fiel es una protección potente, quién lo encuentra, encuentra un tesoro" (6)14). En Isaías 41,8 el Señor llama a Abraham "Pero tú, Israel, mi siervo! Jacob, que he elegido, descendencia de Abraham, mi amigo", mientras que en Éxodo 33,11 se dice que:" El Señor habló con Moisés cara a cara, como un hombre habla con su vecino" es decir, como el amigo con el amigo. El amigo ama en toda circunstancia; es un hermano en la adversidad, (Prv 17,17). Hay amigos que los mandan en ruina pero esta el amigo más querido que un hermano, (Prv 18,24). Si has abierto la boca contra el amigo, no temas, porque hay reconciliación. Pero ultraje, soberbia, secreto desvelado y traición ponen en fuga al amigo. (Sir 22,22). El amigo fiel no tiene precio, no hay medida por su valor. Quien teme al Señor es cauto en sus amistades: como es él, tales serán sus amigos. (Siracide) LA AMISTAD EN EL EVANGELIO En Juan encontramos las palabras en las que Jesús define, en términos de amistad, su relación con los discípulos: "Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: sino que os llamo amigos, porque lo que he oido al Padre os lo he dado a conocer" (Jn 15,15). Los versículos 13 al 15 introducen los términos amigos y siervos. Y después, el 14, que afirma que para ser amigos previamente se debe ser siervos. "Vosotros sóis amigos, si hacéis lo que os mando" ¿No es propio de los siervos hacer lo que es mandado?. En Juan 2, los siervos en las bodas de Caná, hacen lo que la Madre de Dios les ordena hacer, porque ella conoce lo que el mayordomo todavia no sabe. Ya no son siervos. Jesús lo desvela en el versículo 15: "Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: os llamo amigos, porque lo que he oido a mi Padre os lo he dado a conocer". El amor transforma la relación entre Maestro y discípulos, entre Creador y criatura, para instaurar una nueva relación: la del amor gratuito. Amigo no es una expresión anticuada para Jesús, al contrario, para Él es una palabra comprometedora por su misma vida. Dios llama al hombre amigo. Según el texto, se trata de una amistad ofrecida como don al discípulo que, en su libertad, es llamado a aceptarla y vivirla. Cristo fue amigo de Marta y María y de su hermano Lázaro hasta tal punto que, ante su

muerte, dirá San Ireneo: "Jesús lloró como hombre y amigo y lo resucitó como Dios". Ante estas escenas evangélicas, no podemos considerar que la participación con la vida divina tiene como fuente al Amigo. Francisco de Sales habló de amistad espiritual por la que dos o tres almas se comunican su devoción y sus afectos espirituales, hasta formar un solo cuerpo. En Cristo los conflictos y las heridas,las contradicciones y las crisis que en el tiempo una amistad puede soportar, no la destruirán por haber experimentado el don que nosotros llamamos perdón. Un amigo que ora a Cristo, en nombre del amigo, y desea ser oido por Él, por amor al amigo, acaba por darle su amor y su deseo. De este modo, por aquel amor santo, con el que abraza al propio amigo, se eleva a aquello con lo que abraza a Cristo: se afirma así, en la alegria espiritual, a la espera de una plenitud que se realizará en el futuro. Necesita conocer la soledad consigo mismo para acoger los valores de ciertos encuentros, que en sí mismo pueden también estar limitados en el tiepo, para señalar toda una existencia. Por eso, uno de los grandes retos es mirar la amistad con los ojos de la fe, que desvelan un profundo sentido de sí y la realidad histórica en que se vive. El mejor amigo que puedes tener es Jesús: "Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor, os llamo amigos,porque os he dado a conocer lo que he oido a mi Padre". (Jn 15,15) Elige amigos que aman al Señor y tengan un corazón puro. "Huye de las pasiones juveniles y busca la justicia, la fe, el amor la paz... con los que invocan al Señor con un corazón puro". (2Tim 2,22). ¿Tales caracterísiticas hacen de tí un buen amigo? "No hagáis cosa alguna por espíritu de rivalidad o vanagloria: antes, llevados de la humildad, tened a los demás por superiores a vosotros, preocupándoos no sólo de vuestras cosas, sino también de la de los demás". (Filp 2,3-4). "Que Cristo, por la fe,habite en vuestros corazones para que arraigados y fundamentados en la caridad, podáis comprender con todos los santos cuál es la anchura, la longitud, la altura y, además, la profundidad, y conocer el amor de Cristo que sobrepasa todo conocimiento, a fin de que seáis llenos de la plenitud de Dios". (Ef. 3,17-19). Y aun más: "Quién cumple la voluntad de Dios, es mi hermano, mi hermana y mi madre" (Mc 3, 35). Jesús concretó muchas relaciones de amistad con sistintas personas. Fue amigo de Lázaro y de su hermanas, de sus apóstoles, especialmente de Pedro y Santiago, pero sobretodo de Juan, el discípulo preferido. Todas estas amistades Él las interpretaba en los términos de su unión con Dios Padre. Jesús vio su muerte como un sacrificio de amistad, por eso dijo: "Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos" (Jn 15,13) "Llega a casa, llama a sus amigos y vecinos diciendo: "Alegráos conmigo, porque he encontrado a mi oveja perdida" (Lc 15,6). "Seréis traicionados por padres, parientes y amigos y darán muerte a algunos de vosotros" (Lc 21,16). "Por eso os digo: procuráos amigos con las malas ganancias, para que, cuando os falten, os acojan en las moradas eternas" (Lc 16,9). Si la amistad es amor, es también caridad. Porque amor y caridad son, a la vez, el único sentimiento existente entre los cristianos de fe. El apóstol San Pablo en las recomendaciones finales, en la primera carta a los

tesalonicenses escribió: "Vivid en paz entre vosotros. Os recomiendo, hermanos, que corrijáis a los indisciplinados, que alentéis a los pusilánimes, que sostengáis a los débiles y que seáis pacientes con todos. Procurad que nadie devuelva a otro mal por mal, mas tened siempre por meta el bien, tanto entre vosotros como para con los demás. Estad siempre alegres. Orad sin cesar. Dad gracias en toda ocasión, porque esto es lo que Dios quiere de vosotros en Cristo Jesús. No exingáis el Espíritu. No despreciéis las profecias. Examinad todo, retened lo bueno. Huid de toda especie de mal". (1Tes 5, 14-22). "Este es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene más amor que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sóis mis amigos, si hacéis lo que os manodo. No me habéis elegido a Mí, sino yo a vosotros: y os he constituido para que vayáis y déis fruto y vuestro fruto permanezca; para que lo que pidáis al Padre, en mi nombre, os lo dé" (Jn 15, 12-16). En los últimos dias de su vida, Jesús hizo el recorrido entre Betania y Jerusalén. Pero por la tarde Jesús volvía a Lázaro, o sea, a la casa de la amistad y estando en ella, María hizo un gesto de amor: tomó las manos y los pies de Jesús y los ungió con nardo, los perfumó y los secó con sus cabellos. María tuvo entre sus manos los pies y las manos de Jesús: los pies del caminante que había recorrido todos los pueblos de Palestina y que conocia los pensamientos y sentimientos de cada corazón. Seguramente el corazón de Jesús exhultó y recibió la fuerza del amor de su amiga, para cami8nar hacia su destino de muerte. ESTRACTO DEL TRATADO DE AMISTAD DE AELREDO DE RIEVAULX. DE SPIRITALI AMICITIA, III, 88-89.91. PL 195-692. Vemos como la amistad es cultivada. Para que ella sea estable y constante, debe tener en la base una inalterable Fidelidad. Las sospechas justificadas no la harán sólida. La fidelidad exige la sencillez entre los amigos, que sean comunicativos condescendientes, libres de cualquier interés... Una persona complicada y retorcida jamás inspirará confianza. Y cuando no existe homogeneidad en los intentos y afinidad de ideales la relación es ambigua e inestable. Guárdate de las sospechas, que es el veneno de la amistad: jamás pienses mal del amigo y no prestes atención al que lo denigra, Al revés, habla de él con elegancia, ten la sonrisa siempre en el rostro, sé gentil en el trato, la mirada siempre serena, dan a la amistad todo su sabor. El gesto austero, severo a veces, podrán conferir una gravedad respetable, pero la amistad debe ser menos remilgada, más libre y afable, más sociable, sin caer en la ligereza ni en la disipación. No te creas superior al amigo, pero si alguna vez lo haces, no dudes en ser hacerte pequeño a sus ojos, por confianza, anula su temor: hónrale de todos modos. Los hombres llevarían una vida verdaderamente feliz, dijo un sabio, si desaparecieran los pronombres "mio" y "tuyo". La santa pobreza, santa por voluntaria, confiere una gran estabilidad a la amistad espiritual, mientras que la codicia la mata. Por eso, una relación de amistad se conserva más fácilmente, si el ánimo está libre de tal peste. Existen otros beneficios en el amor espiritual, gracias a los cuales, los amigos pueden asistirse y ayudarse en la vida.

Ante todo, tendrán una recíproca solicitud: sentirán alegria o gozo el uno por el otro para salvarse de los errores cometidos o congratularse del progreso experimentado. Cada uno, animará al otro si está deprimido, lo acoge cuando no se siente bien, lo consuela en la tristeza, lo calma en la cólera. Se cuida muchísimo de no osar una mala acción o palabra desohesta o inconveniente. Cada error recae sobre el otro, cada cual no sólo enrojece por el disgusto interior ajeno, sino que se sentirá culpable a la vista u oido del otro. Cada cual estima al amigo como a sí mismo. Para acabar, la mejor compañera de la amistad es la delicadeza y la discrección. El amigo sabrá conciliar el bien con claridad con tono libre y tranquilizador. A los amigos no sólo le vienen advertencias, sino también reproches. La verdad molesta hasta el punto de generar aversión, como dice el refrán: "Los saludos hacen amigos, la verdad produce enemigos". Tapar por complacencia los pecados del amigo es cosa gravísima, porque se le lleva a la ruina. Por eso se debe amonestar al amigo, si él desprecia la verdad caerá ante las adulaciones. Esto no significa que debamos excluir la dulzura y gestos cariñosos con el amigo. Todo en su justa medida: amonestar sin dureza y sin ofender. Usemos gentilezas delicadas, correctas y leales. Nada de adulaciones ni de ser cómplices de los vicios, indignos no sólo del amigo sino de cualquier otra persona. Si cierras los oidos a la verdad oida de un amigo, no esperemos la salvación. Si el amigo se siente ofendido, si la amargura de la corrección le hiere, sigue. Las heridas de un amigo son más tolerables que los besos de un adulador. Reprende al amigo cuando yerre, pero sin irritaciones ni asperezas, pero que no parezca que descargas tu ira sobre él. He conocido gente que disfraza el hastio de propia cólera bajo la excusa de celo o franqueza. Entre amigos esto es inexcusable. Debemos saber compadecer al amigo, comprender su fragilidad, considerar sus limitacione como propias, corregirlo con humildad y simpatia. La reprensión se hará con buena cara, mezclando palabras y lágrimas. No es suficiente con que el otro vea: debe sentir que la corrección parte del afecto y no del rencor. Si de primeras la rechaza, tal vez la acepte de segundas. Mientras reza, llora y consérvale un tierno afecto. El amigo se adaptará al amigo para conformar su carácter a él. Debe estar cerca en sus dificultades, para prestarle ayuda sobre todo, en las pruebas espirituales. Amonestar y ser amonestado es propio de la verdadera amistad, por eso se hará libremente, sin acritud: el otro lo aceptará con paciencia y sin desánimo. Se convencerán de que el peor cáncer de la amista son la adulación y la mendacidad de gente falsa y voluble que habla por capricho, sin verdad. Nada de ambigüedades ni fingimientos entre amigos, puesto que esto repugna a la

amistad. Siempre diremos la amistad, puesto que de otro modo carece de sentido. Existe simulación que consiste en diferir el castigo en función de las circunstancias personales. Si un amigo ha cometido una falta en público, no se le amonestará enseguida, sino que se adecuará a la situación y otras circunstancias que merezcan corrección en el ámbito familiar y/o privado. Necesitará saber disimular el ánimo hasta que sea capaz de prestar atención, porque el corazón está agitado e inquieto por distintos motivos. Cuando el tumulto interior se calme, la amonestación encontrará mejor oido para ser escuchada. Supongamos que un amigo tenga facultad de promover honores y dignidades cuando quiera, ¿deberá dar preferencia al que ama? ¿Debe favorecerle porque le ama más que a los demás?. Vale la pena indagar como se desarrolla el cultivo de la amistad. Algunos no se sienten amados porque no reciben cargos u honores. Sabemos que esto crea amargura entre los que se creían amigos: a esto le sigue la ruptura y a ésta la maldición En este punto, se necesita el razonamiento, no el sentimiento. El honor de los cargos no se confían a los que son más amigos, sino a los más aptos para ello. Nadie piense que no es amado por no tener cargos. Entre Pedro y Juan, el Señor prefirió, en un sentido, a Juan, aunque a Pedro le otorgó el primado. A Pedro le confió la Iglesia, a Juan a su madre tiernamente amada. A Pedro le dio las llaves del Reino, a Juan le descubrió los secretos de su corazón. Os he dado ejemplo - dice el Señor - para que hagáis como yo he hecho. Demos al amigo todo el afecto, todo el favor, toda la ternura, toda la caridad. Cargos y vanos honores dejémoslos para los que la Razón ha designado. SAN FRANCISCO DE SALES El amor ocupa el primer lugar entre las pasiones del alma: es el rey de todos los sentimientos del corazón y hace converger todo a sí, haciéndolo similar a aquello que amamos. La amistad es el amor más peligroso: los demás amores pueden comunicar, pero la amistad está fundada esencialmente justo sobre la comunicación. Es imposible que la amistad no nos haba participar de las cualidades de la persona amada. No todo amor es amistad. Se puede amar sin ser amado; en tal caso, existe amor, pero no amistad. No basta que sea correspondido el amor: las partes que se aman deben saberlo. Si no lo saben, tendrán todo el amor que quieran, pero no será amistad. Es más los que se aman deben tener algo en común como base de su amistad. La amistad se diferencia según los distintos modos de comunicar, y éstos, según los bienes que constituyen el objeto de intercambio: si se trata de bienes falsos y vanos, la amistad será falsa y vana; si se trata de bienes verdaderos, la amistad será verdadera; y cuanto mejor sean los bienes, mejor será la amistad. En efecto, del mismo modo que la miel se produce del germen de las flores más deliciosas, el amor fundado en los verdadero bienes exquisitos, es óptimo. Existe en Eraclea del Ponto, un tipo de miel venenosa, que hace enloquecer a los que la toman y es venenosa porque procede de una planta del acónito, muy abundante en aquella región. Lo mismo es la amistad fundada en bienes vacios y viciosos; resultará

totalmente falsa y malvada. El intercambio de bienes carnales es simplemente una atracción recíproca y un cebo bestial que, entre los hombres, no merece llevar el nombre de amistad; palabra que de las demás no se sueña ni siquiera usar cuando se refiere a relaciones entre caballos y asnos; y si el matrimonio se reduce a esto, no será posible amistad alguna, pero así como es el intercambio de vida, de la iniciativa, de los afectos y de una indisoluble fidelidad: por eso en el matrimonio la amistad es verdadera y santa. La amistad fundada en el placer de los sentidos es grosera y no merece tal nombre; la fundada en virtudes frívolas e inútiles solamente depende de los sentidos. Doy el nombre de placer de los sentidos a aquellas que están ligadas de modo directo y principal a los sentidos exteriores, admirar la belleza,escuchar una voz dulce, tocar... Doy el nombre de virtudes frívolas a ciertas habilidades y cualidades inútiles que los espíritus débiles llaman virtud y perfección. Escucha lo que dicen la mayor parte de los jóvenes. No dudan en decir que Fulano es muy virtuoso porque tiene muchas perfecciones, baila bien, es muy distro en todos los juegos, viste con gusto, canta bien, tiene una brillante conversación, es apuesto. Los charlatanes se consideran mejor entre ellos en el arte de ser bufones. Desde todo aquello que mira a los sentidos, las amistades que tienen tales fundamentos se llaman sensuales, vanas y frívolas y merecen ser llamadas locas. De este tipo son habitualmente la amistad de la juventud que miran los bigotes, el pelo, la mirada, los hábitos, el sosoego, la conversación. Son virtudes características de la edad de los amantes, que tienen virtudes poco sólidas, como son la pelusa en el mentón y cosas similares. Tales amistades son sólo pasajeras y se funden como la nieve al sol. Cuántas más validas sean las virtudes, más perfecta será la amistad. Si el intercambio viene del campo de la ciencia, tu amistad será sin duda muy loable: pero lo serán más la fundada en la prudencia, la discrección, la fortaleza, la justicia. En el campo de la caridad, de la devoción y de la perfección cristiana, se tratará de una amistad perfecta. Será óptima porque viene de Dios, porque espera a Dios, porque su enlace es Dios, porque será eterna en Dios. Es hermoso poder amar en la tierra como se ama en el cielo, y aprender a quererse bien en este mundo, como haremos eternamente en el otro. No hablo de un simple amor de caridad, porque éste debemos tenerlo entre los hombres: hablo de la amistad espiritual, en dónde dos o tres personas se intercambian la devoción, los afectos espirituales y se convierten en un sólo espíritu. Con razón las almas felices pueden cantar: ?Qué hermoso y placentero es, para los hermanos, vivir juntos?. Y es verdad, porque el delicioso bálsamo de la devoción se expande de un corazón a otro, con una comunicación ininterrumpida, de modo que se puede decir que Dios ha infundido su bendición, su vida y su amistad por los siglos de los siglos. Me parece que todas las demás amistades son solamente fantasmas comparándola a ésta y sus anillos de vidrio y azabache, comparada con aquella devoción, es toda de oro fino. No pretendas amistades de otro género; entiendo que digas que no depende de tí. No debes abandonar ni rechazar a las que la naturaleza te obliga a mantener; la de los padres, socios, benefactores, vecinos y demás. Me refiero a las que tu eliges libre y personalmente.

Puede pasar que alguién te diga que no necesita género alguno de afecto o amistad, porque desordena el corazón, distrae al espíritu, da lugar a envidias; pero se equivocan. En los escritos de muchos santos y devotos autores, han dicho que ciertas amistades privadas y los afectos desordenados, son muy dañinos para los religiosos: piensan que la regla vale para todos, pero esto es un decir. Para los que viven entre la gente del mundo y abrazan las verdaderas virtudes, es indispensable construir una alianza recíproca con una santa amistad: en efecto, apoyándose en ella se tiene valor, se ayuda y se sostiene en el camino del verdadero bien. Los que caminan en llano no tienen necesidad de cogerse de la mano, pero los que van por un camino escabroso y resbaladizo se sostienen uno al otro para caminar con mayor seguridad. Los religiosos no tienen necesidad de amistades particulares, pero los que viven en el mundo, sí deben darse recíprocamente seguridad y ayuda en todos los pasajes peligrosos que deban afrontar. En el mundo, no todos tienden al mismo fin, ni todos tienen el mismo espíritu; necesitan rechazar y abrazar amistades según nuestros programas; esta particularidad crea verdaderamente una parcialidad, pero es una santa parcialidad que no crea más diviones que las propias entre el bien y el mal, entre cabras y ovejas, entre abejas y zánganos; que además son necesarias. Está fuera de dudas, nadie puede negarlo, que nuestro Señor sintió una amistad más tierna y personal por Juan, Lázaro, Marta, Magdalena: lo dicen las Escrituras. Sabemos que San Pedro tenía predilección por Marcos y por Santa Petronila. San Pablo por Timoteo y Santa Tecla. San Gregorio de Nanziano se gloría cien veces de la amistad que tenía por San Basilio y así lo escribe: ?Tuve la impresión de que, entre nosotros dos, sólo había un alma con dos cuerpos. No necesito prestar atención a los que dicen que todo está en todos: aunque es verdad que los dos éramos en cada uno y cada uno en el otro: cultivar la virtud es normal en nuestras vidas por la esperanza en el futuro; este era nuestro modo de salir de esta tierra mortal, antes de morir?. San Agustín dice que San Ambrosio quería muy bien a Sta. Mónica, por la rara virtud que admiraba en ella: le quería bien como un ángel de Dios. Gregorio, Bernardo y los demás, los más grandes siervos de Dios, han tenido amistades personales sin perjuicio de su perfección. Pablo, reprochando a los gentiles el desorden moral de la vida, les acusa de ser gente sin afecto; incapaz de sentir amistad. Tomás habla de la amistad personal porque, dice, la verdadera amistad no puede ser extendida a muchas personas. La perfección, por lo tanto, no consiste en no tener amistades, sino en tenerlas buenas, santas y bellas. Presta atención, Filotea: quiero ponerte en alerta para que no corras peligro. No sé si sabes que la miel de Ericlea, muy venenosa, se asemeja increiblemente a la miel común; es el peligro de tomar a una por la buena por confusión; en el caso de engaño, para impedir el efecto venenoso de la otra. Necesita prestar atención y no dejarse arrastrar por el engaño en las amistades, sobre todo cuando se vive entre personas del mismo sexo. Con frecuencia Satanás sustituye al que se ama. Se empieza siempre por el amor virtuoso pero, si no es muy sabio, se insinúa pronto el amor frívolo, después se pasa al sensual, luego al carnal; el peligro persiste incluso en el amor espiritual, si no se presta demasiada atención; a pesar de que esto sea muy difícil la confusión y el equívoco, porque su pureza y su claridad

ponen en evidencia la fealdad que Satanás quiere insinuaros, esto es así porque el diablo, cuando nos prueba, hace las cosas con mayor finura y tienta con fealdades casi imperceptibles. Distinguirás la amistad mundana de la santa y virtuosa, exactamente como se distingue la miel de Ericlea de la otra; la de Ericlea es más dulce al paladar que la otra; es el acónito lo que le aumenta la dulzura, así hace habitualmente la amistad mundana que publica con repetición cantidades enormes de palabras melífluas, una lluvia de fracesillas apasionadas y de alabanzas sobre la belleza, la gracia y las cualidades sensuales, la amistad sana, sin embargo, tiene un dialecto simple y escueto, alaba sólo la virtud y la gracia de Dios es su único fundamento. La miel de Ericlea, una vez comida, provoca mareos: del mismo modo la amistad fútil provoca desorientaciones de espíritu que vuelven insegura a la persona en la castidad y en la devoción la conducen a miradas lánguidas, graciosas, insistentes: a caricias sensuales, a suspiros equívocos, a pequeños lamentos de no ser amados suficientemente; a artífices bien disfrazados, pero hábiles y malvados; galantería, abusos de besos y otras libertades y familiaridades que llevan a la vulgaridad y son seguro presagio de una inminente rendición de la honestidad. La amistad santa, sin embargo, tiene ojos sencillos y castos: los actos de cortesia son controlados y escuetos; se suspira sólo por el cielo, las libertades sólo por el espíritu, los lamentos porque Dios no es lo suficientemente amado, prueba infalible de la honestidad. La miel de Ericlea nubla la vista, la amistad humana turba el juicio; de forma que los que están afectados por ella piensan en hacer el bien mientras hacen el mal, y están convencidos de que sus excusas, pretextos, son palabras con motivos válidos. Temen la luz y aman las tinieblas. La amistad santa, sin embargo, tiene los ojos luminosos y no se esconde: se hace ver por la gente de bien. Al final, la miel de Ericlea, deja un fuerte sabor amargo en la boca; como las falsas amistades que se transmutan y acaban en palabras y requerimientos carnales dignos de cloacas; en caso de rechazo, exploran las injurias, las calumnias, las imposturas, las tristezas, las confesiones y los celos que terminan casi siempre en el enfrentamiento y en histerismos; la amistad limpia es siempre igual en la honestidad, educada y amable, y se muda solamente en una unión de los espíritus más pura y más perfecta, imagen viva de la amistad beata que reina en el cielo. San Gregorio de Nazianzo dice que el pavo real,cuando hace la rueda, emite su verso caracterísitico y se pavonea excitando a las hembras, que lo olfatean en la lubricidad. Del mismo modo, cuando veo a un hombre pavonearse, ataviarse, detenerse y acercarse para engatusar, susurrar, regatear, a los oidos de una dama, sin intención alguna de matrimonio, pues bien: que esté segura la mujer honrada y cierre sus oidos para no oir el verso de aquel charlatán y encantador que quiere seducirla; si escuchara sería el inicio de la pérdida de su corazón. Los jóvenes que hacen gestos melindrosos, zalamerías y caricias, y dicen palabras que no quisieran que fuesen oidas por sus padres, madres, maridos, esposas o confesores, demuestran que no se están ocupando del honor ni de la conciencia. La Virgen permanece turbada viendo a un Ángel con semblanza de hombre, porque

estaba sola y alabando con mucha solemnidad, no olvidemos que eran seres celestiales. Oh Salvador del mundo. La Pureza teme a un Ángel con forma humana: ¿porqué nuestra pureza no debería temer a un hombre con apariencia de Ángel, cuando teje alabanzas sensuales o humanas?. ¿Qué se puede hacer para combatir los amores fútiles, las extrañezas, las locuras, las fealdades que he señalado?. Apenas si adviertes los primeros síntomas traducidos súbito por la otra parte y, rechazando del modo más absoluto tales estupideces, corre hacia la Cruz del Salvador, aferra su corona de espinas a tu corazón de modo que aquellos zorros no puedan acercarse. Está bien atenta de no bajar a padecer con el enemigo; no digas, lo escucharé, pero no haré nada de lo que me sugiera; le prestaré atención, pero le negaré el corazón. Filotea, en estas circunstancias debes ser intransigente; el corazón y los oidos están unidos, y cómo es posible detener un torrente que baja al valle desde la montaña, así de difícil es impedir que el amor que entra en el oido baje hasta el corazón. Las cabras respiran por el oido y no por la nariz; Aristóteles lo niega; yo no sé nada pero sé cierto que nuestro corazón respira también por los oidos, y puesto que inspira y expira sus pensamientos por medio de la lengua, respira también por los oidos, por medio de los que recibe los pensamientos ajenos. Protejámos escrupulosamente a nuestros oidos de los golpes en el aire de palabras inútiles; en caso contrario, pronto nuestro corazón se contagiará. Bajo ningún concepto debe escuchar propuestas obscenas de ningún tipo; es éste el único caso en el que no corre peligro de ser incivilizado y descortés. Recuerda que estás consagrado al corazón de tu Dios, te ha dado su amor, y sería un sacrilegio sucumbir ante una diminuta brizna; renueva tu oferta con mil propósitos y promesas,quedando en ellas como un ciervo en su refugio y, después, invoca a Dios. Él te ayudará; cogerá tu amor bajo su protección, para hacerlo vivir únicamente en Él. Si después está ya incapacitado en las redes de los fútiles amores , estonces me siento en la obligación de decirte que te será muy difícil desembarazarte de él ponte en la presencia de Su Divina Majestad, reconoce la enormidad de tu miseria, tu debilidad, tu vanidad: después con el máximo empeño del que seas capaz, detesta los amores conocidos, reniega de la tonta manifestación que has hecho, renuncia a todas las promesas recibidas y, con voluntad fuerte y resuelta, decide en tu corazón y resuelve jamás recomenzar aquellos juegos y escaramuzas de amor. Si después te es posible alejarte físicamente de la persona implicada, estou de acuerdísimo porque, del mismo modo los que han sido mordidos por una serpiente no pueden curar fácilmente de los que han sido mordidos a su vez, la persona herida de amor difícilmente podrá curarse de aquella pasión, hasta estar cerca de la mordida por el mismo mordisco. La mudanza del lugar es muy útil para calmar la fiebre y la agitación causada por el dolor o el amor. El muchacho del que habla San Ambrosio en el ll libro de la Penitencia, volvió de un largo viaje completamente curado de los fútiles amores que lo habían atenazado antes; a la tonta amnte que, encontrándole, le dice; ¿no me conoces?, soy la misma. Sí, es cierto-respondió- pero yo no soy el mismo. La lejanía había operado en él el feliz cambio. Pero, ¿quién no puede alejarse? Debe cambiar toda conversación privada, los

encuentros secretos, las miradas lánguidas, las sonrisas y, en general, todos los cambios y las amistades que puedan alimentar este fuego maloliente y hollinoso. si después las circunstancias exigen que se presente al cómplice, debe ser para declarar, con coraje, una breve y seria protesta, el divorcio definitivo que habíamos jurado. Voceo, a cualquiera que haya caido en estos lazos pasionales que corte, parta y despiece. No necesita perder el tiempo en discutir tan fútiles amistades; necesita no perder el tiempo en desatar los nudos, despedazarlo es cortar las ligaduras que no tienen nungún valor. No necesita tener miramientos por un amor que es contrario a Dios. Pero después hay que romper las cadenas de tan infame esclavitud, aunque quede un resto: son las marcas y las llamas de los hierros que quedan impresas en los pies los afectos. No es nada, Filotea, si tú has concebido para tu mal todo el horror que merece, si actúas así no volverás a sentirte agitada por las ansias, sentirás solamente un fuerte horror por aquel amor infame y por todo lo que le está ligado y serás libre de todo otro afecto por la persona que has dejado, sólo te quedará un purísimo amor por Dios. Si después, por la imperfección del sentimiento queda alguna inclinación malvada, procura para tu alma una soledad mental, como te he enseñado, y concéntrate en ella con todas tus facultades, y com mil lanzas repetidas por el espíritu, renuncia a tus inclinaciones, reniégale con todas tus fuerzas; dáte a la lectura de los libros santos más de lo acostumbrado, confiésate con frecuencia. Con humildad y sinceridad, habla de todas estas sugestiones y tentaciones a tu director espiritual, si te es posible; al menos con un alma de fe profunda y mucha prudencia; estáte cerca del Señor y te liberará de todas las pasiones, si sigues fielmente estos ejercicios. Me dirás, ¿no es ingratitud romper tan drásticamente una amistad?. Te respondo; qué hermosa es la ingratitud que acepta a Dios. Filotea, no es ingratitud sino una acción meritoria en favor de tu amante, porque rompiendo tus ligaduras, romperá también las suyas y si bien no sabrá apreciarlo de momento, lo hará pronto y contigo cantará loas de agradecimiento, Oh Señor, tú has roto mis ligaduras, yo te sacrificaré víctimas de alabanza e invocaré tu santo Nombre. La amistad requiere un cambio radical entre los que se quieren bien; de otro modo, no puede nacer y, mucho menos, mantenerse. Por eso vienen con frecuencia los cambios en la base de la amistad, añaden muchos otros que se insinuan insensiblemente de corazón a corazón; y así los afectos, las tendencias y las opiniones pasan de uno al otro. Esto es así, sobretodo cuando al afecto se le suma la estima: en este caso, abrimos el corazón al amigo con mucha generosidad porque, en ella,entran con facilidad en nosotros sus tendencias y opiniones, poco importa que sean buenas o malas. Las abejas que colectan la miel de Eraclea buscan sólo miel, succionando con ella la cualidad venenosa del acónito, sobre la que hacen la recogida. Con este propósito, Filotea necesita poner en práctica la palabra que el Salvador de nuestras almas acostumbra a repetir y que los antiguos han enseñado; sé hábil tratante, alea buena moneda, o sea,no aceptes el dinero falso con el legal, ni el oro de baja ley con el oro fino, separa el metal precioso del vil. Presta atención, porque nadie está exento de imperfecciones. ¿Y qué peligro exite de recibir defectos e imperfecciones del amigo junto a su amistad?

Es evidente que necesita quererle bien con sus imperfecciones pero no cargarlas sobre sus hombros, porque hay que comunicarse el bien, no el mal. A semejanza de los que sacan la grava de la criba, separando el oro para llevárselo,y dejan los restos en la orilla del rio, los que comunican con el amigo deben saber separar la arena de la imperfección y no dejarla penetrar en sus almas. San Gregorio de Nazianzo nos dice que muchos, que querían bien y admiraban a San Basilio, lo imitaban hasta en los defectos externos, en su modo lento de hablar y con el espíritu absorto y pensativo, en el corte de la barba y en el modo de andar. No vemos mártires, esposas, hijos, amigos, que tengan tanta estima de sus amigos, padres..., que por condescendencia o imitación cogen, al vez que la amistad, miles de pequeñas tendencias malvadas. Esto no debe suceder, a cada uno le bastan sus propios defectos sin necesidad de cargarse con los ajenos; añado no sólo que la amistad no lo requiere, sino al contrario: nos obliga a ayudarnos recíprocamente para liberarnos de toda clase de imperfección. Está fuera de dudas que necesita soportar con dulzura al amigo en sus defectos, pero no debe enfadarlo con ellas: y menos aun transferirlas a nosotros. Hablo solamente de imperfecciones. En cuanto al pecado, no necesita aceptarlo ni soportarlo; ni siquiera en el amigo. Una amistad que deja morir al amigo sin prestarle ayuda, es una amistad débil y malvada; ver a un amigo que muere de un absceso y no tener el valor de usar el bisturí para salvarlo, no es amistad. La amistad verdadera y vital no sobrevive entre el pecado. Se dice que, donde se acomoda la salamandra se apaga el fuego; el pecado destruye la amistad en la que anida; no se trata de un pecado pasajero, la amistad lo pone en fuga rápidamente con la corrección, pero si permanece y se detiene, la amistad perece súbita, porque para vivir necesita de la virtud, de la que resulta clarísimo que no es posible pecar por amistad. El amigo se vuelve enemigo cuando quiere conducir al pecado y merece perder la amistad si conduce al amigo a la ruina y al daño; una de las pruebas más seguras de la falsa amistad es practicarlas con personas viciosas o presas de ella, ya que si no tiene como base una sólida y sincera virtud, está claro que está fundada sobre algo virtual o sobre un aspecto sensual. Una sociedad constituida entre comerciantes por la ganancia, tiene solamente la apariencia de amistad, porque no tiene como meta el amor de las personas, sino el amor al lucro. Al final, nos quedan dos máximas, fundamentales columnas de la vida cristiana, una es de un sabio; quién ama a Dios encontrará una buena amistad; la otra es de Santiago; la amistad de este mundo es enemiga de Dios. SAN AGUSTIN Amistad, bien primario ¿Quién se atreve a hacer una lista de los bienes supérfluos de este mundo?. Si quisiéramos recordarlas todas, no tendríamos tiempo suficiente. Podemos citar sólo las necesarias; las demás vendrían después. En esta vida sólo hay dos cosas que merecen la pena:la salud y la amistad. Son éstas las que verdaderamente cuentan y que, en

efecto, esforzar por tener. La salud y la amistad son bienes propios de la naturaleza humana. Dios ha creado al hombre para que exista y viva: esto es la salud. Pero, para que esto no fuese lo único, comencemos por el cónyuge y los hijos y extendámolo a los demás. Considerando que sólo hemos tenido un padre y una madre, ¿quienes son los demás?. Cada hombre es prójimo de los demás: es inherente a la naturaleza. ¿El prójimo es un desconocido?. Sí, pero sigue siendo un hombre. ¿Es un enemigo?. Pero es un hombre. ¿Un adversario? Pero siempre un hombre. ¿Es un amigo?: que siga siendo amigo. ¿Es un adversario?. Procura que sea un amigo. Necesita de la amistad También en este vida los buenos causan no pocos consuelos. Si nos angustia la pobreza, nos afecta el luto, nos inquieta la enfermedad, nos entristece el exílio y nos atormentan otras calamidades, tenemos cerca a personas buenas que,no sólo gozan con los que gozan, sino que lloran con los que lloran: palabras para responder con amabilidad, suavizar con dulzura, aliviar los afanes y superar las dificultades; todo esto es posible por Aquel que les hace buenos con su Espíritu. Por eso nada es tan querido por el hombre que un buen amigo. Pero, ¿cuántos son realmente fieles y pueden confiar su ánimo en esta vida?. Nadie conoce a otro como a sí mismo; nadie se conoce tanto a sí mismo que esté seguro del día de mañana. Ser los primeros en amar No exite invitación más urgente que ser los primeros en amar, aun al corazón más duro: aunque no nos ame ni responda al amor. Podemos verificar todo esto en los amores más impuros y escuálidos, dónde los que quieren ser correspondidos no hacen más que manifestar lo propio con todas las pruebas de que disponen: buscan una apariencia de justicia para exigir ser correspondidos por los corazones a los que intentan seducir encendiendo un fuego aun más ardiente cuando advierten que, los corazones tan deseados, ya queman por el mismo fuego. Por eso, si un corazón distraido despierta al sentirse amado, es un corazón que ardía al sentirse correspondido; está claro que nada puede hacer y crecer sino saberse amado cuando todavía no se ama o esperar ser correspondido, sentirse así, cuando se ama el primero. Si todo esto es así para los amores impuros, ¿cuánta mayor pureza tendrá en la amistad?. Con todo, queremos evitar, para no estropear la amistad, que el amigo crea que no le amamos o que lo hacemos menos. Porque, caso de no estar convencido, se enfriará en él el amor de que los hombres gozan triunfalmente en relación de la mutua intimidad. Pero si no es tan débol que tal herida lo enfríe totalmente, se comportará como uno que ama; no por placer, sino por recibir ayuda. La amistad y el amor recíproco Máxima recuperación y ayuda me viene del consuelo de los otros amigos con los que tengo en común el amor que me gusta. Otros enlaces después vencen mi ánimo: los diálogos, las risas en compañia, los intercambios de cortesia afectuosa, las comunes cartas y libros amenos, pasatiempos ya frívolos ya decorosos, las disensiones ocasionales, sin rencor, como de todo hombre consigo mismo, y los más frecuentes consensos, rarísimas disensiones: el uno para el otro ya maestro ya discípulo, la nostalgia impaciente de quién está lejos, la acogida festiva del que regresa. Éstos y similares signos de corazones enamorados expresado por la boca, la lengua, ojos y miles de gestos agradabilísimos son el fuego que derrite las almas haciendo de varias, una sola. Cuánta más amistad, más sinceridad Puedo ser un descarado al decir esto; es como si olvidase que tengo la costumbre de

interceder por los demás. Si la discrección no es sino un temor a disgustar, no me avergüenzo de sentir tal temor. Temo disgustar antes a Dios y después a la misma amistad que has tendido la bondad de compartir conmigo, si me sintiese menos libre de los consejos que juzgo más útiles para la salvación de tu alma. Cierto, deberé ser más discreto al interceder por tí ante los demás, pero se trata de tu bien, que será más sincero en cuánto que soy más amigo tuyo; porque lo seré más en tanto aumente mi lealtad. Si esto es, como tú dices, "el medio más eficaz para resolver las dificultades entre gente de bien", ruego que me sea de ayuda para hacerte el bien. De este modo podré gozar de tí y contigo en Aquel que me ha concedido entrar en tu confianza y amistad: sobretodo porque creo que tu espíritu puede fácilmente acoger mis sugerencias, sostenido y dotado, como estoy de tantos favores divinos. Qué difícil es reconocer a un amigo En todas las cosas humanas, nada es más querido por el hombre que un amigo, pero, ¿en cuántos se pude confiar totalmente en esta vida, por su conducta? Nadie conoce a otro como a sí mismo, hasta el punto de poder estar seguro de la propia conducta del dia siguente. Por ello, a muchos se les conoce por sus fruto y procuran verdadera alegría para su prójimo mientras que otros actúan al revés. Todavía, por ignorancia o por la inseguridad del espíritu humano, el Apóstol nos amonesta a no condenar a nadie prematuramente, hasta que venga el Señor a iluminar los secretos de las tinieblas y a desvelar las intenciones del corazón. Entonces, todo el mundo recibirá alabanzas de Dios (1 Cor 4,5). La corrección fraterna en la amistad Supongamos que alguién odia a su enemigo y finge amistad: lo ve cometer maldad pero lo alaba: quiere que se eche a perder: quiere que, como un ciego, se precipite en sus codicias y que no salga de allí: lo alaba, porque el pecado es alabado en la concupiscencia de su alma. Usa con él el ungüento de la adulación; lo odia pero lo alaba. Otro ve a su amigo en circunstancias similares y lo distre; si no lo escucha, lo reprueba, y litiga con él: a veces se ve obligado a litigar. En este caso el odio alaga y el amor litiga. No sucumbas a las palabras de halago ni a la aparente severidad de quién reprueba; mira a la fuente, busca la raíz de la que brota tal proceder. Éste halaga para engañar, aquél litiga para corregir. La única seguridad está en la amistad con Cristo Tengamos lejos, hermanos, al poseedor de bienes materiales o, si no podemos abandonarlo materialmente, eliminemos el ataque hacia ellos. Así nos será puesto por el Señor. "Es demasiado para mí" dicen algunos. Considera, sin embargo, quién eres tú, que debes preparar un sitio al Señor. Si quieres hospedar en tu casa a alguna autoridad de este mundo, y te dijese: "En tu casa hay algo que me molesta" tú, te esforzarías en no contraria a esa persona porque quieres hacerte tu amiga. Pero esta amistad siendo humana, ¿en qué te podrá beneficiar?. Además de ser útil, podría ser peligrosa. Mucha gente, en efecto, antes de unirse a los grandes eran conscientes de los peligros, pero deseosa de conseguir tales amistades, han caidos en los peligros. Si deseas la seguridad, elige a los amigos de Cristo. Él quiere hospedarse en tu casa. Prepárala. Y esto, ¿qué quiere decir?. No amarte a tí mismo; sino a Él. Si no lo hicieras Él te cerrará la puerta; pero si Le amas te la abrirá. Y si Se la has abierto, ya no estarás perdido por ser amado, sino que te habrás encontrado con Quién te ama. El falso bien no crea la amistad No quiero que te ofendas, ni que te resulte extraño si al tiempo en que yo me atormento en la búsqueda de las vanidades del mundo, tú no eres todavía verdadero

amigo, aunque parezaca que me quieren,por el momento yo tampoco era amigo de mí mismo, sino mi enemigo; porque amaba la iniquidad. Puesto que odiaba a mi alma, cómo podía tener un amigo sincero que me augurara las cosas de las que yo soportaba a mí mismo como enemigo. Sin embargo, cuando brilló en mi espíritu la benignidad y la gracia de nuestro Salvador, no conforme a mis méritos sino por su misericordia, de este modo podría ser mi verdadero amigo, mientras estaba insispuesto hacia ella; dado que ignorabas por completo las virtudes de lo que podía hacer feliz y no me querías bien; sino que se convirtió en amigo de mí mismo. Alabado sea Dios que se ha dignado hacerte volver -con tu conversión- amigo mio, de una vez. Ahora sí que netre nosotros, hay un perfecto acuerdo en las cosas humanas y divinas, acompañado de una afectuosa benevolencia en Cristo Jesús nuestro Señor; nuestra auténtica y genuina paz. Orad para obtenerla La amistad no debe estar circunscrita por límites mezquinos. Ella abraza a todos aquellos que se deben afecto y amor, aunque se incline con más propensión hacia unos y con más indecisión hacia otros. Ella se extiende hasta los enemigos, por los que también estamos obligados a orar. No está mal para sentirse muy atractiva para aquellas en la que somos amados recíprocamente, de modo santo y casto. Necesita rezar para que estos bienes sean conservados cuando se han/son donados, o cuando no se tienen. Mirad juntos hacia lo alto Incluso después de que deje de desear las cosas terrenas, tú, en tu contínua benevolencia, buscabas mi bien en las necesidades materiales y mi felicidad en el logro de las cosas que suele augurarse el mundo. Así se establecía entre tú y yo, en cierta medida, un dulce y afectuoso acuerdo en las cosas humanas. Sin embargo, con tales palabras el gozo que pruebo por tí, desde el momento tan imperfecto en que tenía un amigo, ahor, ¿lo tengo por verdadero amigo?. Se añadió en efecto el acuerdo en las cosas divinas: tú que un tiempo, con exquisita benevolencia, que pasó con mi vida temporal, ya has comenzado a unirte a mí en la esperanza de la vida inmortal. Ahora sí que entre nosotros no existe desacuerdo ni siquiera en las cosas humanas, por el momento en que lo juzgamos a la luz de aquellas divinas, para no atribuir su ultraje a su Creador, el Señor de las cosas del cielo y de la tierra, rechazándole con injusto desprecio. Ocurre por esto que entre amigos donde falta un perfecto acuerdo en las cosas divinas no sea pleno y sincero cuando ni siquiera lo hay en las cosas humanas. Es inevitable, en efecto, que juzgues las cosas humanas de distinto modo de cómo debería el que desprecia las divinas, y que no ama al hombre en el modo justo nadie ama Al que ha creado al hombre. Por esto, yo no digo ahora eres mi amifo más plenamente, mientras antes lo eras sólo en parte, pero -razonando con lógica- digo que no lo eres, ni siquiera en parte, desde el momento en que ni siquiera estabas unido a mí por una verdadera amistad. En efecto, no compartís conmigo las cosas divinas, en base a las cuales se valoran también las humanas. Y esto era cuando yo mismo no estaba lejos, era cuando más tarde comenzáis de algún modo a comprender, mientras tú tenías gran desprecio. SANTO TOMAS DE AQUINO La amistad Inclinación afectuosa recíproca, que nace por una perfecta conformidad en el sentir y de la consecuente disponibilidad recíproca para desvelar también los aspectos más recónditos de la propia personalidad. En la Biblia la amistad es considerada como la forma perfecta del amor gratuito, caracterizada por la participación y por la solidaridad incondicional. Dios es amigo del hombre, como se revela, de modo privilegiado, a los

que ha elegido como cooperadores determinantes para la historia de la salvación. Aristóteles admite tres tipos de amistad, que se subdividen a su vez, en distintos matices: la que se basa en el placer, la cimentada en el interés y la que pretende el bien moral (Ética 1156 b,7). La amistad consiste esencialmente en un amor intercambiable entre iguales: es un relacionarse con los demás como consigo mismo. "El amor con el cual uno se ama a sí mismo es la forma y la raíz de la amistad: sentimos amistad por los demás encuánto nos comportamos con ellos como con nosotros mismos". La amistad se distingue por el amor y la caridad. Hay diferencias entre amor y amistad y no cualquier amor se puede llamar amistad: "No un amor cualquiera sino solamente el que va acompañado de la benevolencia tiene naturaleza (rationem) de amistad: cuando, a saber, amamos a alguién para desearle el bien. Si no queremos el bien para las cosas amadas, pero su bien es el mismo bien que queremos para nosotros, como cuando amamos el vino u otras cosas parecidas, no es un amor de amistas sino de concupiscencia. En efecto, es ridículo decir que se siente amor por el vino o por un caballo. Para la amistad no basta la benevolencia, pero sí un amor intercambiable; puesto que un amigo lo es por sí mismo. Y tal benevolencia mutua está fundada en cierta comunión". Pero existen diferencias entre amistad y caridad. El ámbito de la amistad es mucho más grande que el de la caridad: por tanto, podemos decir que la caridad es una subespecie de la amistad: "La caridad es la amistad del hombre con Dios, principalmente, y luego, con los seres que Le pertenecen", y entre los seres que pertenecen a Dios, con todos los hombres: pero después, también con los ángeles. Sin embargo, sólo el hombre bueno puede tener amistad con Dios, y esta amistad exige obediencia. La amistad, ante todo, es virtud de Dios,comparada con la de sus criaturas dotadas de inteligencia: "Es por la esencia de la amistad que el amante debe cumplir los deseos del amado,en cuánto que tienen un mismo corazón (Sallutio, Catil.20). Se ha visto que Dios ama a su criatura, mayormente, en cuánto que participa de su bondad, que es el primer y principal objeto por Él amado. Por tanto, quiere que sean cumplidos los deseos de la criatura razonable, la cual, participa, entre las demás criaturas, de modo perfectísimo, de la bondad divina". La amistad se basa esencialmente en la comunión y en la condivisión. Por eso, se dan tantos tipos distintos de amistad, en cuánto que son distintos los tipos de comunicación y de condivisión. Santo Tomás distingue cuatro tipos de amistad: la amistad entre consanguineos (amicitia patris et figlii et aliorum consanguineorurn) fundada en la comunión natural debida a la misma descendencia; amistad entre "trabajadores", fundada en la condivisión económica, en cuánto que participan de la misma actividad productiva; amistad entre conciudadanos, porque participan de la misma vida política; y al final, amistad entre creyentes, esto es, entre cristianos: "consiste en la comunicación de las gracias divinas y de la que forman parte el cuerpo de la Iglesia, de hecho o en potencia". La última es la amistad de caridad (amicitia caritatis) que es la que se debe también a los enemigos. Para la amistad se requiere una cierta igualdad entre dos términos: sólo una cierta igualdad, no una perfecta igualdad: amicitia non requirit aequaliatem aequiparantiae, sed proportiones. Una desproporción tan grande, entre dos términos, anula la amistad haciéndola imposible. Cuánto menos es una afinidad analógica. Y, entre el hombre y

Dios, según Santo Tomás, tal amistad (analogía) existe; por eso, puede afirmar que "el hombre ama naturalmente a Dios, incluso, más que a sí mismo". Sin embargo, la igualdad no basta. no es suficiente que se trate de dos cuadernos iguales, de dos plantas iguales: ocurre que entre dos téminos, se puede establecer cierta comunicación: un intercambio. De ello, se deduce que el hombre no puede tratar de amigos a los animales ni siquiera a las virtudes o a las buenas cualidades: "En efecto, no comunican en nuestra vida humana ni en el ser ni en el actuar: por lo tanto, pienso que no podemos alimentar en ellos, la benevolencia que se debe a un amigo". AFORISMOS Pitágoras define la amistad como la madre de todas las virtudes; por lo que sólo tiende hacia la virtud, el que posee el germen de la bondad, dentro de sí, puede abrazar amistades. - En las relaciones con los demás, no te comportes de modo que vuelvas enemigos a los amigos, sino hacerte amigo de los enemigos.

Platón: Dios creó a los amigos. Dios trae el amigo al amigo. - Sólo el que es amigo de sí mismo, quién tiene una relación de amistad consigo mismo,puede ser amigo de otra persona. - El similar es amigo de un similar- que, a saber, sólo el bondadoso es amigo del que es bueno; mientras que el malvado jamás encuentra una verdadera amistad, ni con el bueno ni con el malo. - Ciertamente estaré con vosotros si, teniendo necesidad de una amistad recíproca, tratáis de hacer algo bueno; pero si deseáis hacer el mal, pedid ayuda a los demás.

Plutarco: No me sirve un amigo que cambia cuando cambio, ni que asienta cuando asiento: yo hago mejor de mi sombra.

Epicuro: La amistad es más importante que la sabiduria en tu tienda, para realizar la bendición de una vida plenamente vivida. - La amistad da seguridad, libera del miedo y es condición esencial para la verdadera felicidad. - La felicidad recorre la tierra danzando, trayéndonos la invitación a abrir los ojos a la felicidad. - Entre todas las cosas que la sabiduría nos procura para obtener una vida feliz, la más grande es la amistad. - El hombre de ánimo sincero vive, sobre todo, en la sabiduria y la amistad; una, bien mortal, la otra, bien inmortal.

Aristóteles: La base para que la amistad funcione es que el amigo desee la felicidad del otro, que salga a su encuentro con benevolencia y que entre los dos nazca la confianza. - La amistad es una única alma que vive en dos cuerpos. - Nadie elige vivir sin amigos, aunque posea los demás bienes. - Si eliges tener amigos deprisa, piensa que la amistad madura lentamente. - Un hombre podría tener todas las riquezas del mundo, pero si no tiene amigos con los que compartir, es como si no tuviese nada. - ¿Cómo comportarse con los amigos? Como quisiéramos que se comportasen con nosotros.

Cicerón: La amistad es como el sol que ilumina la vida de las personas: "Borra el sol del cielo, quién borra la amistad de su propia vida". - El amigo sincero se reconoce en tiempos de peligro. El verdero amigo es otro sí mismo. - La vida no es nada sin la amistad. - Las verdaderas amistades son eternas. -

Goethe: Qué vacio está el mundo, si en él sólo se representan montañas, rios y ciudades. Pero sabed que, aquí y allá, existe Alguién que está en armonía con nosotros, aun en el silencio. Esto es lo único que hace de la tierra un jardín habitable.

R.W.Emerson: El esplendor de la amistad no es la mano tendida, ni la sonrisa gentil, ni el gozo de la compañía: es la aspiración espiritual cuando descubrimos que alguién cree en nosotros y está dispuesto a fiarse.

Francis Quarler: - La amistad es como la música: dos cuerdas igualmente entonadas, vibrarán a la vez, aunque se toque una sola.