Konoha Hiden

Konoha Hiden PRÓLOGO Algo más que las invitaciones de una boda Kakashi Hatake, el sexto Hokage tenía un gran problema.

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Konoha Hiden

PRÓLOGO Algo más que las invitaciones de una boda Kakashi Hatake, el sexto Hokage tenía un gran problema. -Bueno pues… ¿Qué debería hacer ahora? Sus silenciosos murmuros flotaban alrededor del cuarto vacío, siendo estos eventualmente tragados por el silencio. Como siempre, Kakashi se encontraba en la oficina del Hokage, lidiando con una montaña de papeleo. La multitud de documentos que yacían frente a Kakashi habían alcanzado tal altitud que bloqueaban su visión. Y no solo se trataba de una pila de papeles, si no de varios de ellos, de altura similar que se encontraban de izquierda a derecha. Como el líder de la aldea y el Hokage, era su deber leer cada uno de esos documentos. Pero como sea, ese no era el problema de Kakashi. O al menos, no el más importante. El asunto del papeleo podría ser resuelto fácilmente leyendo cada uno de ellos y estampando uno que otro cuando sea necesario. Trabajos de ese estilo son fáciles una vez que estas enteramente concentrado en ellos, papeleo como ese naturalmente puede ser algo divertido, Kakashi por ejemplo se la pasaba retándose a sí mismo: ‘Si no termino rápidamente, la gente no podrá ni si quiera ver mi rostro al entrar a la oficina’ Entreteniéndose a sí mismo con pensamientos absurdos mientras trabajaba. Sin embargo, el problema de Kakashi no era algo que pudiera ser manejado tan fácilmente. Sus ojos se centraron en las “Listas de misiones” que se encontraban propagados alrededor del escritorio. Sus manos comenzaron a moverse, o para ser más claros, las yemas de sus dedos. En el silencio que yacía en la vacía oficina, Kakashi comenzó a tocar la superficie del escritorio con sus dedos, soltando pequeños sonidos, con cierto ritmo que le permitía ordenar sus pensamientos dispersos. Tal como lo especifica el nombre: “Las listas de misiones” se tratan de un documento que contiene los detalles de cada una de las misiones para los Shinobi de la Hoja. El tipo de misión, la duración, cada posible detalle se encontraba escrito ahí. Kakashi observaba la lista de misiones más cuidadoso que nunca debido a cierto incidente. Sus ojos miraron lentamente al borde del escritorio, donde un sobre había sido colocado de forma segura de forma que este no se perdiera entre el papeleo. Dentro de ese sobre se encontraba la invitación a la ceremonia de matrimonio de “Naruto y Hinata”. Kakashi ya había llenado el RSVP (Petición para que la persona o personas invitadas respondan) afirmando su presencia y añadiendo un mensaje de felicitación. Normalmente, eso sería lo necesario para cualquier otra boda, pero Kakashi tenía un trabajo más que realizar.

La tarea más que nada, se trataba de arreglar la lista de misiones para asegurarse que todos los cercanos a Naruto y Hinata pudieran atender a la ceremonia sin alguna misión metiéndose en el camino. Era un dolor de cabeza debido a que los compañeros de ambos eran todos Shinobis activos dentro del Mundo Ninja, lo mejor de lo mejor, siempre enfrentándose a distintas misiones ya sea de día o de noche. Y por supuesto, misiones como esa incluyen posibles inconvenientes. Un clima arruinado, heridas, problemas en el camino; las circunstancias varían pero el tiempo usual para el regreso de un Ninja a la aldea eran mínimo tres días o incluso una semana. Kakashi tenía que reorganizar los horarios de tal grupo de ninjas teniendo en mente que alguna de estas misiones tendría que ser retrasadas, en fin… se trataba de un trabajo complicado. Sin mencionar que de igual forma quería evitar que los invitados llegaran a la ceremonia justo después de una laboriosa misión. Kakashi sintió una especie de sensación paternal, arreglando los horarios de todos para que tuvieran al menos un día libre antes de la boda, sin embargo, tal tarea era increíblemente complicada. Los ojos de Kakashi regresaron a la lista de misiones. - Si le doy esa misión a esta persona, podría causar que esta persona no pueda ir a esta otra, pero de igual forma, esta misión no sirve para esta persona. Kakashi se encontraba en un dilema. Y aun peor, estaba el factor de que en el mundo de adultos y papeleo, había cierta cosa insoportable de nombre “apariencias” que había que considerar. ¿Cómo considerarían los demás que un grupo de Ninjas talentosos de la nada tuvieran días libres mientras que otros no? No luce justo. Kakashi tenía que pensar muy a profundo cada una de las decisiones que tomaba, tenía que manejarlo todo de forma eficiente tal como un Hokage, asegurándose de que todo fuera de maravilla. Y tenía que hacerlo todo y, de alguna forma, lograr que todos pudieran asistir a la boda con una sonrisa en sus rostros. Kakashi cerró sus ojos y se recargo en su silla, pensando profundamente. Realmente jamás se caracterizó por tener ideas brillantes. Arreglar los horarios de todos sería oficialmente un gran problema. Si tan solo pudiera simplemente convertir la boda de Naruto y Hinata en una misión para evitar cualquier inconveniente… ¡Entonces Kakashi recordó que si podía! Es el Hokage después de todo. De esa forma podría ajustar las cosas de mejor manera… Pero nah… Sería bastante problemático y un abuso de autoridad… ¿O no? Kakashi cruzó sus brazos, pensativo… No sería abuso de autoridad de ninguna forma. Después de todo él tendría que ocuparse de un trabajo demasiado complicado… Kakashi siempre fue un ninja que pasó más parte de su vida en los campos de batalla que en la política…

-Es el único recurso. Un poco de trampa no hará mal… Kakashi soltó una carcajada y continuó perdido dentro de sus propios pensamientos.

CAPÍTULO 1 Regalos de boda, ¡acelerador a fondo!

Si le preguntaras a la gente acerca de los pueblos ocultos de ninja (habría un gran número de ciudadanos), el tipo de ciudadanos que no tenían ningún amor por los shinobis o sus hogares, imagina esos pueblos escondidos como pequeñas ciudades rodeadas por montañas por todos lados. Seguramente esos ciudadanos dirían que esos pueblos están aislados del mundo exterior, completamente aislados por los demás. Como una especia de “isla flotante en el mar”, que tiene poca tecnología y están subdesarrollados. Definitivamente, ellos dirían, que una aldea oculta es un lugar en donde gente normal son idiotas que quieren visitar, y encima de eso, un lugar que sólo podías encontrar con gran dificultad. Una “Aldea ninja oculta” absolutamente tendría que ser ese tipo de lugar. Eso era lo que mucha gente piensa. Sin embargo, la realidad era muy diferente. Konoha tenía un monumento muy conocido en su entrada, la “Puerta AUN”. Si cualquier persona normal entrara en Konoha por primera vez, estaría atónita: un gigante y extenso pueblo populoso lleno de mucha actividad. El pueblo fue constantemente mantenido en desarrollo y que era de ninguna manera limitado a sólo zonas residenciales para los aldeanos. Había escuelas, hospitales, varios centros comerciales, e incluso zonas recreativas. Había todo lo que una persona necesita para vivir su vida al máximo. Absolutamente todos los establecimientos posibles podrían encontrarse en el centro del pueblo. Por el mero tamaño de Konoha, estaba al punto de que si se llamara ‘ciudad-estado “, esto no sería muy lejano. La gente podría vivir toda su vida dentro y nunca dar un paso fuera de las fronteras de Konoha, y nunca carecer de cualquier tipo de confort. Esta misma metrópoli se encuentra en las profundidades de un bosque. Eso era lo que el pueblo de Konoha realmente era: una ciudad enorme que de repente se materializó dentro de un bosque. No había una solo shinobi que sintiera insatisfecho dentro del pueblo. Konoha había sido originalmente una comunidad unida de varios ninjas y sus clanes, pero cuando un grupo de personas vivía en algún lugar, naturalmente, harían establecimientos para que se les proporcionara comida y, por supuesto después de eso, vendrían más y más tiendas que satisficieran las demandas de las personas. Siguiendo esa lógica, era natural que otro grupo de personas habría entrado en la ecuación: comerciantes con un ojo en un pueblo lleno de potenciales clientes. Y así sucedió, un grupo de vendedores, que no eran shinobi, querían tomar a los shinobis como clientes,

esto hizo que terminarían por mudarse a vivir cerca de los asentamientos shinobi. De la misma manera que los shinobi tenían clanes y familias, los vendedores y los trabajadores no sólo vienen a la aldea por sí mismos tampoco. También trajeron a sus clanes y familias con ellos. Había un montón de gente normal que se trasladaron a la aldea junto con sus familias por el bien del comercio, así los shinobis que originalmente se encontraban ahí y tomaron otras profesiones. También hubo quienes pensaron en sí mismos, ‘yo no vengo de un clan de ninjas, pero quiero enviar a mi hijo a la Academia Ninja’ y se trasladaron a la aldea con esa intención. Hogares de shinobis, comercios, artesanos… muchas, muchas personas diferentes de diferentes orígenes y profesiones, todos vinieron a vivir juntos en la aldea. Y como la luna se desvaneció, y los meses y los años pasaron, fue con esa gente que el asentamiento se convirtió en la gran metrópolis que era hoy. Y ese gran pueblo, incluso ahora, todavía sigue creciendo y avanzando. El tamaño de Konoha se engrandeció por esos tremendos esfuerzos. Yendo a esa tremenda velocidad y distancia podría terminar rompiendo sus huesos. Y, sin embargo, desde hace un tiempo, alguien había estado corriendo vueltas y vueltas por el pueblo de Konoha. Ese alguien era Rock Lee. El amanecer aún no había salido y él ya estaba tambaleándose mientras corría por el pueblo, con una cara que parecía que podría morir en cualquier momento. ¿Por qué exactamente estaba corriendo a esa hora de la madrugada, cuando todos los aldeanos y shinobis sin misiones estaban profundamente dormidos? No se trataba de un entrenamiento secreto en particular De hecho, Lee no corría por el mero hecho de que le apeteciera. Si él quisiera, entonces podría irse a su casa a dormir, pero había ciertas circunstancias que no podía hacerlo. Todo había comenzado alrededor de la tarde un día antes… En ese día, el Sexto Hokage, Hatake Kakashi, proclamó cierta misión especial a aquellos que vivían dentro de Konoha. Se trataba de una misión ultra secreta de la cual Uzumaki Naruto y su prometida Hyūga Hinata absolutamente no podían enterarse. Kakashi les dijo: -Todos los que asistan a la próxima boda de Naruto y Hinata, deben traer regalos de boda. Una misión ridícula, ¿no? Era algo que todo el mundo probablemente habría terminado haciendo de todos modos.

Se podría suponer con razón, que entre los invitados a la boda había gente que ya los habría comprado, o al menos estaban preparándose para hacerlo. Sin embargo, la mayoría de los amigos de Naruto y Hinata eran tan jóvenes como ellos. La mayoría de ellos ya jamás habían asistido a una boda antes, o asistían a la boda de un amigo cercano por primera vez. Era probable que la mayoría de los invitados a la boda no tenían ninguna experiencia sobre el tema, por lo que Kakashi les había dado esta misión. Después de todo, mientras que él se viera tranquilo y en calma en la superficie, Kakashi era un hombre con sentido del humor. Esta “misión de alto secreto” era algo que se ajusta justamente a su estilo. Dicho esto, había alguien entre los invitados a la boda que había tomado la “misión de alto secreto” demasiado literal. Alguien que había recibido la proclamación de la misión con mucha más pasión que nadie. Ese alguien era, por supuesto, el autoproclamado “La Bella Bestia Verde de Konoha”: Rock Lee. -¡Pagaré la amistad de Naruto-kun me ha dado, poniendo todo mi cuerpo y mente en encontrar el mejor regalo de boda! Lee había declarado a Kakashi, para luego echar a correr a la distancia. Lee era alguien que creía firmemente que se puede llegar a una gran cantidad de ideas durante el entrenamiento. Su personalidad no era la de alguien que se le ocurre al estar sentado, quieto y sin hacer nada. ‘Mover mi cuerpo me ayudará a pensar mejor’ Era lo que él había pensado. Sin embargo… Había corrido y corrido innumerables veces, pero no había sido capaz de pensar en alguna idea. Bueno, para ser más exactos, se había pensado en una cosa. En algún lugar alrededor de su segunda recorrida por el pueblo, la palabra “mancuerna” había aparecido en la mente de Lee, pero eso era ridículo. Incluso Lee sabía que nadie iba a llevar nunca pesas como un regalo de felicitación para una boda, por lo tanto, su única idea había sido rechazada de inmediato. Y a pesar de que había seguido corriendo y corriendo desde entonces, Lee no había pensado en alguna otra idea, y mucho menos una buena. Tenía que ser un regalo que nadie más podría aportar, algo que hablara de su propio carácter, como…un regalo que expresara su corazón…un regalo que se recibiría con mucho gusto, el mejor regalo que jamás… Pero no importa lo mucho que pensara y pensara, la respuesta correcta simplemente no vendría.

-¡Los lazos entre Naruto y yo deben ser mejor que esto…! - Lee había murmurado a sí mismo mientras corría. Llegó a un propósito: ¡Hasta que pensara en un regalo, no iba a dejar de correr! Su corazón se fijó en la meta. La “regla personal de Lee” estaba en movimiento. Eso la “regla personal de Lee” había sido traído a la existencia en aras de mejorar su mente y cuerpo a través de la formación. La regla era la siguiente: una vez que Lee decidiera que iba a hacer algo, entonces, aunque parecía que el mundo iba a desmoronarse y desaparecer mañana, él seguiría hasta el final. Era un principio que estaba incluido a su inmensa devoción. Hasta que se le ocurra un buen regalo, además de pesas, Lee correría sin cesar si tenía que hacerlo. Por cierto, Lee no contaba sólo correr alrededor de la frontera del pueblo como "una carrera”. De la misma manera que uno va y viene alrededor de una habitación cuando están limpiando sus pisos, por mencionar un ejemplo, es fácil imaginar la escena, ¿no es así? Para Lee, “una carrera” por el pueblo significaba que atraviesa todo el pueblo, todos los rincones y el camino que el pueblo tenía. Era una forma muy simple de mente de contar. Por supuesto, eso significaba que el camino de Lee también incluía saltar sobre las cercas, saltando de árbol en árbol, y corriendo por los techos de las casas apretadas unas contra otras. No era nada fuera de lo normal para un ninja tomar este tipo de caminos inusuales a través de la Aldea Oculta, de hecho, era muy común, tanto que los ciudadanos normales ya no se daban cuenta. Así, no habría ninguna queja para Lee por correr sobre los tejados, a lo mucho sólo se recibiría alguna queja por la mañana escrita así: “Un hombre con cejas gruesas estaba gritando ‘KUUAAA’ mientras corría por nuestro techo en la madrugada, fue realmente muy ruidoso”. Y así, bajo la atenta mirada de los rostros de la Hokage anteriores, todos tallados en la montaña con vistas a Konoha, Lee saltó y corrió y trepó por todo el pueblo. Así se mantuvo toda la noche sin que una sola nueva idea pasara por su mente y así es como Lee se encontró sudando a l amanecer de un nuevo día sin pegar el ojo. En este tiempo, la luz de la salida del sol ahora estaba llegando a tocar los rostros de piedra tallada en el monumento Hokage que estaban en el centro de la ciudad de Konoha. -Ochocientas…sesenta…cuatro… La respiración de Lee estaba saliendo como silbidos roncos y bocanadas de aire mientras jadeaba el número. Su carrera lo había deteriorado hasta delirar, al punto que cualquiera podría caminar más rápido que él. Por fin había llegado a su límite. Las piernas de Lee se doblaron bajo de él y cayó hacia adelante derrumbándose. Ni siquiera tuvo fuerzas para suavizar el golpe cuando cayó directamente hacia el piso con un golpe repentino.

Lee yacía inmóvil en el suelo boca abajo en la tierra y se preguntó en qué punto había ido todo mal. En primer lugar, tenía la idea de que su mente se aclararía si movía su cuerpo. ¿Y si hubiera estado equivocado acerca de eso? No, no era posible. No estaba mal. Lee rechazó rápidamente ese pensamiento. Acaso, ¿fue cuando corrió con las palmas de las manos en medio de su carrera con los pies? Pensaba que lo ayudaría pensar de diferente manera si hacía ese tipo de ejercicio, ¿pero había sido esta una mala idea? No, a veces necesitas hacer cosas audaces para producir nuevas ideas, sin mencionar que haciendo la carrera con las palmas de las manos alrededor de la Aldea era parte de su entrenamiento normal. Eso no podía haber salido mal tampoco. ¿Pudo haber sido su no común método de correr hacia atrás? No, es un perfecto modo de ejercitarse. No había hecho absolutamente nada mal en su entrenamiento. Pero entonces, en ese caso, ¿por qué había sido incapaz de pensar en nada…? Lee miró aturdido al suelo que estaba delante de él. Su cuerpo había comenzado a arder hace un momento, pero hasta ahora había comenzado a sentir el frío de la mañana. El sudor cubría su cuerpo volviéndose extremadamente frío y comenzó a temblar. El ejercicio había movido cada músculo de su cuerpo hasta el punto de la precaución y ya no tenía suficientemente fuerzas para levantarse. ‘Aunque es un querido amigo, a pesar de que le dije que pondría mi corazón en conseguir el regalo de bodas, no he sido capaz de tener una buena idea, ¿por qué soy tan incompetente…?’ Lee cerró los ojos fuertemente, enfadado consigo mismo por ser una decepción. Sin embargo, no podía dejar que las cosas terminaran diciendo que era incompetente e inútil. Había decidido encontrar un regalo digno, incluso si tenía que poner su vida en juego, por lo que no podría parar y abandonar aquí. Fatigado y exhausto, Lee dejó que sus ojos se abrieran de golpe otra vez y las llamas de la determinación quemaban dentro de ellos una vez más. Sin embargo, una vez que abrió los ojos, Lee se dio cuenta de algo: alguien estaba de pie frente a él. ¿Cuándo había sucedido? Hubo un par de piernas que tapaban la visión de Lee, estás tenían un uniforme de aspecto familiar. Lee se sorprendió de que no se había dado cuenta de la persona hasta ese momento. Parecía estarlo observando. -Neji… - Lee murmuró en voz baja. Tal vez era una ilusión o tal vez que era un fantasma, pero allí estaba: su amigo fallecido, Hyūga Neji. - Correr sin descanso hasta que colapses. -Dijo Neji, mirándolo con su mirada calma habitual. - Sigues siendo el mismo de siempre, Lee. Lee no tenía palabras.

Había cientos y cientos de cosas que Lee quería decirle Neji la próxima vez que se encontrara, pero con Neji frente a él se encontró miserablemente incapaz de emitir cualquier sonido. Pero incluso, si Lee no decía nada, Neji lo entendía todo. Por alguna razón u otra, esa era la idea que entró en la mente de Lee cuando miraba los ojos del siempre omnisciente Neji. Neji se agachó junto a Lee. -Hay algo que realmente tengo que decirte…- Dijo Neji poniendo una mano sobre el hombro de Lee. La mano de Neji se sentía cálida y alentadora. Lee de repente pensó que era probable que Neji hubiera aparecido porque estaba preocupado por la cantidad de trabajo al que Lee se había estado empujando a sí mismo. -Neji… yo… -Lo sé. No hay necesidad de decirlo. - Neji sonrió, su pelo largo se balanceó ligeramente. - Lee, recuerda que esto también. Más que estamina, fuerza física… Y los Hyūga… Neji hizo una pausa. No estaba claro si había terminado con lo que estaba diciendo o no. Su figura quedó envuelta en la niebla de la mañana, y desapareció. -… ¿Eh? El viento soplaba con rapidez, haciendo crujir los árboles cercanos y alejando de la niebla de la mañana. -E- Espera… ¿Neji…? ¿¡Neji!? Lee miró a la izquierda y la derecha buscándolo desesperadamente, pero lo único que encontró Lee, fue el silencio de la mañana. - ¿Qué? ¿¡No ibas a darme algún consejo para un regalo de bodas!? ¿¡Porque apareciste si quiera!?¿¡Neji!? ¡Neji! Lee se levantó mientras gritaba por su amigo. Era de día, bastante temprano pero lo suficientemente tarde como para que la mayoría de los aldeanos ya se encontraban despiertos. No había nada a su alrededor, parecía que se había quedado dormido a mitad del camino, fue algo bueno que no se desmayara en el muro de la aldea… - Así que fue un sueño… Lee murmuro, con su boca completamente seca, se sentó y bajó su cabeza. La muerte de Neji había ocurrido hace bastante tiempo pero, incluso ahora, Lee ocasionalmente lo veía en sus sueños, normalmente durante siestas entre misiones complicadas o en momentos de dificultad en los que se sentía preocupado por algo.

Pero sólo ocasionalmente, la mayor parte del tiempo… pero sin importar sus anhelos, Neji simplemente no aparecería. Los sueños de Lee usualmente se trataban sobre cosas que habían ocurrido. Entrenamiento, una lucha contra un enemigo o la planeación de una estrategia, ambos luchando contra cualquier dificultad. Lee siempre despertaba terminando con alguna oración como: ‘¡Hagamos un ataque frontal más dinámico!’ o ‘Iré al frente, así que observa por los alrededores’ y siempre pensando de la misma manera: ¿Cómo hubiera reaccionado Neji ante mis propuestas? De la nada una voz irrumpió el momento, esta se originaba por detrás de Lee. -¡Vaya juventud la que tienes el día de hoy, Lee! Lee volteó hacia atrás, para ver a un hombre sentado en silla de ruedas que, con una enorme sonrisa en su rostro, con dientes blancos como la nieve, levantaba el pulgar en signo de aprobación… ¡Se trataba del Gran Maito Gai! - ¡Gai Sensei! Lee se encontraba sin palabras al ver a su maestro, quien aún en silla de ruedas había encontrado una forma de llegar al techo del edificio donde Lee se encontraba. Durante La Cuarta Guerra Mundial Ninja, Gai puso su vida en peligro durante su batalla contra Madara Uchiha, abriendo las ocho puertas de vida. Su vida había sido salvada por Naruto, sin embargo su pierna derecha terminó destrozada. Desde aquel día, Gai comenzó a vivir su vida reasignado a estar sentado en una silla de ruedas. Cosa que para nada cambio su actitud positiva, anteponiendo el poder de la juventud ante todo e inspirando a Lee como siempre lo hizo. De la nada, Gai saltó hacia el suelo con su silla de ruedas desde aquel techo. De alguna forma había encontrado la manera de aterrizar con estilo. Lee le dijo a su sensei, preocupado: -¡Sensei, eso fue demasiado peligroso!, ¿por qué haría algo como eso? -¡Ja! Debe haber una gran cantidad de gente en el mundo que considera imposible volar en una silla de ruedas! Así que he decidido probarles que están mal. - Tal tarea sería imposible de realizar para alguien que careciera del control espectacular de Gai, sobretodo con su cuerpo y estado físico. – Todos en la aldea, Kakashi, Ebisu y Enma me siguen tratando como un ninja normal. Eso me hace feliz, incluso me retiré un largo tiempo atrás, así que he decidido seguir probando lo imposible para hacer posible. Afirmo Gai con su típica pose cool. -¡Ese es el poder de mi juventud después de todo! Las palabras de Gai, como siempre, conmovieron el corazón de Lee. Cada vez que Lee se encontraba sufriendo, cada vez que su corazón se encontraba al punto de romperse

en pedazos, las palabras de Gai lo salvaban, una y otra vez. Incluso ahora, el coraje en el corazón de Lee creció al escuchar lo que su sensei tenía que decir. Él quería convertirse en un hombre magnifico como Gai algún día. Un hombre que encontraría a un alma perdida y confusa como la suya… Ese siempre ha sido su sueño. - Por cierto, Gai Sensei… ¿qué hace usted aquí? - ¡Entrenamiento matutino por supuesto! Pensé que sería una maravillosa idea viajar por cada rincón de la aldea. ¿Qué te parece Lee? ¿Te unes? -Muchas gracias pero… justo acabo de hacer lo mismo… -Impresionante. Pero aun así… Aquello que te molesta no ha sido aún arreglado, ¿cierto? El rostro de Lee se llenó de sorpresa. -¿C-Cómo lo sabe? -Bah, sólo tomo una mirada para darme cuenta que pasaste toda la noche entrenando preocupado por algo.¿Cuántos años de mi hermosa juventud crees que he pasado contigo? Porque crees que dije: ’¡Vaya juventud la que tienes el día de hoy Lee!’ Fue después de aquella afirmación de Gai, que Lee se dio cuenta de lo terrible que se veía. Estaba cubierto en lodo, se había tropezado un par de veces debido a su fatiga, cayendo y rodando en el suelo… -Parece que estás preocupado por el asunto de los regalos, ¿no es así? Lee se sorprendió aún más después de eso. -¡Gai Sensei! ¿¡Puedes leer mi mente!? - Nah… Ando en las mismas… Aparentemente Gai se encontraba en el mismo dilema, todo estaría bien mientras el regalo de bodas no fuera algo simple y ordinario. La cosa es que tampoco tenía que ser exageradamente extraño… ¿No había acaso un regalo de boda que pudiera combinar los sentimientos que quería entregar? ¿Algo que irradiara sentimientos de victoria, amistad y trabajo duro? Lee y Gai se encontraban pensando en la respuesta…¿Qué clase de regalo podría personificar la pasión de la juventud? ¿Había realmente tal regalo en este mundo? Bueno… Si algo representaba la juventud eran aquellas ingeniosas vestimentas verdes que ambos portaban. Cuando piensas en “ardiente juventud”, lo primero que viene a tu mente son lágrimas y sudor,¿no? ¿Podrían acaso las lágrimas y el sudor ser transformadas en un regalo, de alguna manera?… -¿Qué clase de Curry es el mejor? ¿El nivelado o el extra picante? -Mmm… Definitivamente creo que el Curry Pilaf es mejor.

-Espera Lee, parece que nos desviamos un poco del tema. Regresemos a la raíz de nuestra conversación… -¿Raíz? -El problema es el regalo de bodas ¿no? De alguna forma la conversación se tornó filosófica. -Ok, considerémoslo de esta manera. ¿Cuál es el objeto que definitivamente llevarías a una boda? Lee se concentró mientras pensaba seriamente aquella pregunta, ¿algo necesario para una boda… ¿quées una boda? Una ceremonia donde dos personas que se aman se convierten en marido y mujer. En ese caso, lo esencial sería… -¿Amor? - Dijo Lee, mirando a su maestro un poco apenado por el tema de conversación. -Bastante poético pero, ¿la respuesta no sería el marido y la novia? -Sin ninguno de ellos no había ceremonia… ¡Ya lo tengo! ¡Necesitamos pensarlo desde la perspectiva de ambos y darles regalos que les gustarían! Los dos hombres se miraron el uno al otro, con aquellas cejas pobladas y el cabello con peinado de coco. -¡Exacto! ¡Entonces pensaré en un regalo apropiado para el novio y tú para la novia! -¡Entendido, Gai Sensei! -Okay, si fuera la esposa… Entonces, me vestiría con el traje tradicional de bodas y asistiría a la ceremonia, y después de eso… Haber… Boda… Noche de bodas, nacimiento de bebes, trabajo de casa, enfermería… - Palabras e imágenes pasaban por la mente de Lee en orden sucesivo. - Viajar con bebé en mis manos, mantener un ojo en el bebé mientras mantengo el cuarto limpio, manteniendo el bebé en mi espalda mientras abro las 7 puertas… Wow… ¡Tener un bebe es cosa seria! Pero veamos, para criar a un bebe necesitas, indudablemente, tanto fuerza física como económica… En ese momento Lee imagino a Hinata, acariciando a un niño mientras Naruto los observaba con amor a ambos, entonces Lee se dio cuenta que todo este tiempo había estado pensando en qué regalo darle a Naruto y jamás pensó en los sentimientos de Hinata… El mejor regalo para alguien que eventualmente se convertiría en mamá… ‘Lee, recuerda esto, más que estamina, fuerza física…’ - Las palabras de Neji llegaron a su cabeza… - ¡Finalmente lo entiendo, Neji! ¿Estabas preocupado por ella no es así…? … ¡Ya sé lo que es! - Lee pacíficamente afirmó. - Para proteger tu hogar y tu familia, fuerza física es necesaria, en el mejor nivel posible.

Gai asintió la cabeza. - Justo ahora, pensaba en todo el trabajo que lleva arreglar las cosas en la casa. Comprar frutas y verduras, el control de plagas. Uno debe desarrollar sus brazos con enorme fuerza y músculos para tales tareas. En ese caso… Parece que ambos llegamos a la misma respuesta… Los regalos que debemos entregar definitivamente son… Gai observo a Lee con felicidad… -¡Pesas! Lee se emocionó al escuchar a su maestro. -¡Wow, igual yo! ¡Desde el comienzo, desde mi segunda vuelta en la aldea pensé en lo mismo! -Lagrimas corrían por el rostro de Lee - ¡Gai sensei! ¡Gai Sensei! Lee corrió a abrazar a su maestro. Sus pensamientos siempre habían estado en lo correcto. Su sensei había aprobado su idea y su felicidad era pura y simple. Gai se encontraba llorando también, mientras las lágrimas recorrían por sus mejillas, él abrazo con fuerza a su alumno. -¡Lee, tú consigues la pesa para la mano derecha y yo para la izquierda! Grito Gai hacía el cielo. Hacía tiempo que no compartían tal momento de alegría, juntos. Poco después de tal revelación ambos inmediatamente consiguieron las pesas, el vendedor estaba sorprendido por haber vendido dos pesas tan temprano en la mañana. - Por favor, mira esto Neji, los regalos que conseguí… Estas pesas. Gai sonrió ante la mirada de determinación de Lee. -Con esto, nuestras preparaciones para la boda han finalizado. -¡Sí! ¡Estas pesas definitivamente serán el mejor regalo de bodas! -¡Claro! ¿Qué dices si te reto a una carrera mientras las sostenemos?, ¡aquí vamos! El minuto en que las palabras salieron de la boca de Gai, él comenzó a mover las ruedas de su silla con tal velocidad que dejó una gran nube de polvo en el rostro de Lee. El joven Ninja observaba como la silueta de su sensei desaparecía en la distancia… -¡Espere Gai Sensei! El día de hoy. La aldea estaba repleta de un clima bastante juvenil… Hablando de ello. Poco después Kakashi recibió gran cantidad de quejas de la gente: “¡Temprano en la mañana, dos hombres raritos estaban llorando detrás de mi casa! ¡Pero que ruidosos!”

CAPÍTULO 2 Su vida diaria

Los sonidos que salían de cada uno de sus ataques eran placenteros para los selectivos oídos de Tenten. Ella se encontraba en su usual campo de entrenamiento, con sus marcas usuales, y su usual método de entrenamiento… Sus sentimientos por otro lado… Estaban lejos de lo “usual”. - Regalos de boda… ¿eh?… Murmuro Tenten mientras lanzaba un kunai. Sus oídos escucharon aquel bello sonido del arma llegando a su objetivo, justo en la marca que había preparado, sin duda una maravillosa puntería, pero completamente inútil para algo tan simple como preparar un pastel. Tenten normalmente se dirigía a entrenar antes de desayunar, algunos días se caracterizaban por la ausencia de misiones y prefería continuar con su entrenamiento. Ella se dirigiría al campo de entrenamiento temprano en la mañana y practicaría con sus armas hasta que su cuerpo se calentara lo suficiente para ir a comer el desayuno. Casualmente, en ocasiones terminaba comiendo el desayuno en el campo de entrenamiento. Su patrón habitual era comprar unos bollos de carne al vapor de una tienda cercana, acompañados con una deliciosa taza de té verde. -¿Quéé debería hacer? Se murmuraba a sí misma, lanzando de nuevo otra kunai. De su mano, un puñado de shurikens fueron lanzadas hacia el mismo objetivo formando un perfecto círculo alrededor del kunai que había caído justo en el centro. Tal como hace unos momentos, esto era una muestra de lo que Tenten podría hacer incluso con los ojos cerrados. Este nivel de habilidad era realmente algo común en cualquier ninja de cualquier sitio, de hecho, es algo normal que un estudiante aprenda a dominar estas habilidades apenas entrando a la Academia Ninja, o incluso que sus respectivos familiares lehayan enseñado esta habilidad antes de ingresar a la academia. Para simplificar un poco las cosas, Tenten se encontraba practicando una de las habilidades más simples de un ninja. Si alguien le preguntara porque continuaba practicando tales habilidades, ella respondería que lo hace bajo la influencia de su maestro, Gai, y sus palabras. ‘¡Cualquier persona que se descuide en lo más básico no vera el amanecer!’ Aquellas palabras las dijo Gai el primer día de su entrenamiento. Sus palabras hicieron una gran impresión en la joven kunoichi. Lee, quien se encontraba parado a lado de ella, se tomó tan en serio aquellas palabras que comenzó a llorar, cosa que irrumpió el clima de lo que pudo haber sido un gran momento digno de recordar. Pero incluso, con aquel detalle un poco fuera de lugar, Tenten continuó llevando las enseñanzas de su sensei en su corazón y practicaba continuamente todo tipo de habilidades, incluyendo lo más básico.

Para empezar, Tenten nunca ha sido una ninja con experiencia en una gran cantidad de técnicas. En los días de su juventud, ella solía tener talento en Jutsus espacio-tiempo, su control de chakra era peor que el de las otras niñas. Desde pequeña, se dio cuenta que no sería del tipo de ninjas que podría efectuar jutsus gigantes. Sin embargo, el hecho de que se diera cuenta desde joven no significó su rendición, ella siempre luchó para convertirse en una gran e impresionante kunoichi. Jamás fue un tipo de chica insegura, en el caso de Tenten, fue una gran ventaja haberse dado cuenta para lo que servía y para lo que no, desdemuy joven. Debido a que tan pronto como Tenten entendió sus límites, ella comenzó a cuestionarse a sí misma sobre sus auténticas habilidades. Una vez que encontró la respuesta, ella rápidamente creó su propio camino y lo persiguió con todo su corazón: ‘Armas Ninja’. Utilizar armas como shurikens o kunais era lo básico de cualquier ninja, pero no había nadie especializado en armamento… al menos nadie como Tenten. Sin temor a cometer un error, se podría decir que Tenten es la kunoichi con mejor control y habilidad en estas armas que cualquier otra persona. Ella no sólo se entrenó en lo básico, de igual forma aprendió a usar las armas que los shinobi raramente usaban, armas que una persona no podría ni siquiera ver, armas de distintos tipos y variedades… en fin. Tenten se encaminó en una ruta que nadie había elegido. Pero al fin y al cabo, la razón principal de aquella forma de pensar era debido a su maestro Maito Gai y sus compañeros de equipo: Rock Lee y Neji Hyūga. Los 3 influenciaron bastante en ella. Gai era fácilmente reconocido como “El mejor usuario de taijutsu en la aldea”. Lee lo admiraba con gran devoción, y puso todo su esfuerzo en convertirse en un gran ninja, tal como él. Y Neji era reconocido como“El genio de la palma celestial”,habilidad que había sido heredada de su clan: Los Hyūga. Tenten pasó su adolescencia entrenando con ellos, ocasionalmente ganó una considerable experiencia entaijutsu, bajo la tutela del gran Gai. Sin embargo, Lee y Neji ganaban experiencia en aquel rubro mucho más rápidamente, a lo cual, Tenten se dio cuenta que jamás podría llegar a su nivel de fuerza física. El equipo Gai tenía el más alto nivel de Taijutsu en toda la aldea, y debido a su entrenamiento, Tenten llegó al punto de ser superior en taijutsu que cualquier persona de la aldea, exceptuando a sus compañeros claro. En medio del entrenamiento, parte de Tenten no podía evitar compararse con Gai, Neji o Lee. ‘Soy la más inútil dentro de este equipo.’ - Ella se solía repetir. Aquel era el pensamiento que perseguía a Tenten durante cada segundo de su entrenamiento. Sin embargo, ese pensamiento era lo que la había impulsado a seguir con su camino particular. Gai y el resto podrían romper una roca solo con los puños…

Tenten en cambio sería capaz de hacer explotar una roca con una simple arma. De esa forma ella podría estar igualada con Lee y Neji para así caminar junto a ellos durante el camino de la “juventud”. Con el tiempo, Tenten pulió sus habilidades con las técnicas espacio tiempo y aprendió a invocar un sin fin de armas utilizando pergaminos. Para ese tiempo, parcialmente debido a sus días aprendiendo a usar todas las variedades de armas, Tenten había sido capturada por el encanto de las armas ninja. En ocasiones, no podía dejar de maravillarse debido a la belleza de su simplicidad. Durante los días de la academia, había varias compañeras de clase quienes decían que los kunai eran planas y simples… vaya que no entendían nada. Es debido a que es tan plana y simple que es una arma tan encantadora. Tenten encontraba la belleza inclusive en la espada más desafilada. Ni el Ninjutsu, ni el Taijutsu ni el Genjutsu serían rivales contra la belleza de un arma. Por supuesto, aunque ocasionalmente Tenten comparte sus pensamientos sobre las armas, no significa que se la pasa educando a la gente acerca de ellos. Expresaba lo que pensaba con acciones, no palabras. El filo de su kunai, rebanando perfectamente un objetivo era mucho mejor argumento que cualquier explicación. Tenten debía asegurarse de que su puntería era la mejor para comprobarlo, por lo cual ella no se saltó ni un día de práctica. Todos los días, ella silenciosamente afilaba sus armas, las preparaba para la práctica y las usaba contra sus objetivos. Lee y Neji. Tenten observaba su trabajo duro, ellos siempre fueron la razón de todo el esfuerzo que ellaempeñaba en su entrenamiento. Sin importar que tan fuertes se convertirían, ellos jamás olvidarían el entrenamiento más básico… he ahí el porqué. Incluso aunque estas eran habilidades que cualquiera podría hacer, Tenten lo practicaría un centenar de veces. Su cuerpo, sus brazos, incluso sus dedos, ella practicaría y practicaría agotando cada parte de su ser. Ya en combate, no habría ninguna marca para apuntar un objetivo. El enemigo no se daría el lujo de detenerse para que ella pudiera apuntar, si alguno de los dos se queda quieto, es el fin. Pero Tenten practicaba lanzando kunais hacia objetivos inmóviles, una y otra y otra vez, repitiendo tantas veces que al momento de encontrarse con objetivos móviles, ella pudiera sentir que se mueven lentamente. Sin importar que tanto se mueva su enemigo, una vez que ella lanza un arma, esta se dirige hacia el como si tuviera una marca que la llamara. El practicar una habilidad básica que todos pueden hacer, cada día, sin descansar, esa dedicación era algo que ninguno podría lograr. El mundo debía ser posible de verlo… Y eventualmente, su dedicado entrenamiento rindió frutos. Sus habilidades llegaron al punto de que cualquier persona reconocería a Tenten como ‘La mejor usuaria de armamento ninja’, cosa que la hacía sentirse muy orgullosa. Pero el día de hoy, su devoción y pensamientos a las armas ninja le causaban ciertos problemas… -¡Argh! ¡No puedo pensar en nada!

Varios sonidos de impacto acompañaron la voz fastidiada de Tenten, mientras una variedad de shurikensllegaban a sus objetivos. Los sonidos causaban un eco alrededor del vació campo de entrenamiento. Se encontraba rodeada de varios objetivos marcados ya impactados con cada una de sus armas. Cuando Tenten escucho por primera vez acerca de su misión sobre el regalo de bodas, ella inmediatamente pensó: ‘Okay, les daré una kunaiespecial diseñada por mí.’ Había tomado esa decisión y se sentía orgullosa de ella, todo debía haber terminado ahí… Pero… esa noche… Tenten se había acostado en su cama, mirando con indiferencia hacia el techo vacío, encontrándose al borde de la suspensión, un solo pensamiento irrumpió en su mente: ‘Además de un kunai, ¿me pregunto que otro regalo será bueno?’ Tenten cayó en shock al no pensar en nada. Paso toda la noche, pensando y pensando sin encontrar jamás una respuesta. Soltando un bostezo, Tenten movió sus objetivos y recogió sus armas. Había varios postes en los alrededores del campo, algunos del tamaño de una persona normal. Los demás los usaban para entrenar con Taijutsu, golpes, patadas, Tenten en cambio, utilizaba los postes para montar los objetivos que había llevado. Cada una de sus armas impactaba perfectamente, sus pensamientos no se encontraban enfocados en kunais o cualquier otra cosa, sino en un regalo. Pensándolo mejor, ella consideró que no era la mejor opción…. Un arma ninja es un regalo que Tenten recibiría alegremente, naturalmente cualquiera esperaría que su regalo hacia la pareja sería un arma ninja… ¿pero no sería eso algo predecible y ordinario? Desde la última noche, por alguna razón u otra, pensamientos como esos circulaban por su cabeza. ¿Había algo que le molestara?… La verdad es que ella ya sabía la respuesta: -¿Una boda? … Huh… Bueno… Es algo lindo. Tenten exhalo, dirigiéndose a uno de los postes. Sus manos silenciosamente jugaban con un kunai que había recogido…. Esta era la cuestión, Hinata y Naruto se iban a casar, era una ocasión feliz. Tenten siempre se la pasaba pensando en shurikens, kunais o guillotinas voladoras, pero jamás tuvo un novio… Ella siempre vivió una vida sin pensamientos románticos ni feminidad, escuchar acerca de una boda cercana hizo que un pensamiento aterrador flotara por su cabeza: -¿Fue lo correcto vivir de esta forma? Desde el amanecer hasta el anochecer, siempre era: armamento ninja, armamento ninja, armamento ninja.¿Era algo normal para una joven como ella? Hasta ahora, lo más cercano al amor que jamás había sentido, era por una guillotina voladora. Solo bastaba escuchar el nombre de un arma para que a ella le gustara y se decidiera por comprarla.

Tenten coleccionaba sus armas para quizás, en un futuro abrir una tienda de armas, pero de alguna forma a veces se encontraba comprando un kunai sin darse cuenta como había llegado a la tienda. Tenten tenía grandes sentimientos por los kunai, ella siempre coleccionó armas raras y comunes, pero al final del día, las kunais eran su elección. Pero eso estaba bien, ¿no? Uno nunca puede tener demasiados kunai…. Para empezar, ella no llevaría los kunai con grabados en ellas, ¡son un trabajo de arte! Así que las dejaba en casa, debido a ello, eventualmente Tenten se encontraba comprando aún más kunais, si se acababan ella estaría en problemas. ‘Y de una vez que estoy comprando kunais normales, ¿no sería genial comprar igual estilos artísticos de una vez?’ De esa forma, Tenten termino cubriendo inconscientemente su muro de una colección extensa de kunais. Ella estaba completamente orgullosa de ella, pero… ¿en serio era lo mejor ser así? Quizás no era una buena idea… Si regalaba un kunai casero como un regalo, todo el mundo diría: - ¿Un kunai? ¿De nuevo? - Bueno, estamos hablando de Tenten. - Tenten siempre con sus Kunai… Las imágenes de todos aparecieron dentro de la mente de Tenten. Cosa que la molesto. - ¡No soy sólo una especie de chica kunai! También tengo una guillotina voladora, ¿saben? Ustedes están mal, no soy lo que ustedes piensan. Pensaba mientras afilaba un kunai, enojada. Si pudiera encontrar un regalo de boda que fuera elegante y adecuado, entonces las cosas cambiarían: - Oh, entonces no eres sólo kunais y kunais. - ¡Wow, tal como esperaba Tenten! - ¿Sabes? ¡Tenten es una persona con un gran sentido de la belleza estética! Aquellas reacciones estarían mejor. ¿Pero qué clase de regalo podría obtener tales reacciones? La boda se acercaba y tendría que ir eventualmente a todos lados para encontrar un regalo decente. Desde tiendas a las que siempre asiste, como a lugares que se vean lindos. Pensó que debería echar un vistazo por el área comercial de la aldea. - Ughh… Pero mis ingresos están muertos… La guillotina voladora había sido cara, pero era única en su clase. No pudo no haberla comprado… “¡No dudes, comprarlo!”, era la regla de Tenten en presencia de un arma

que llamara su atención. - Bueno, resumamos las cosas… Tenten cerró sus ojos e intento a pensar todos los detalles en su mente. Hablando en serio, lo primero sería el presupuesto. Tenía que manejar mejor sus financias si quería comprar un regalo. Luego, debido a que quería evitar lo del kunai casero, tenía que pensar en lo contrario a ello para así encontrar un perfecto regalo. De esa forma, Tenten pensó en algo bueno. - Algo que pueda conseguir con mi presupuesto limitado. Algo que represente los sentimientos de una joven mujer, algo que no mate gente… ¡Eso es! … ¡No tengo idea! No era nada bueno, su cabeza era un rollo. Ni si quiera entendía lo que estaba intentando decir. El kunaique inconscientemente comenzó a afilar, brillaba a un nivel exagerado. Ni si quiera prestaba atención a lo que hacía. El pensamiento de admitir que era una mujer sin ninguna clase de méritos, además de armamento ninja hizo que Tenten se sintiera horrible. Si no hacía algo, ella tendría que… No, debe haber algo, algo más que no había pensado… Y justo en ese momento. - ¡Tenten! ¡Tenten! Ella escucho la voz de alguien gritando su nombre desde la distancia. La voz se acercaba cada vez más y más. Ella sabía quién era incluso sin haberlo visto. La única persona que correría por los alrededores gritando con tal voz tan temprano en la mañana: Lee. - ¡Tenten! ¿¡Ya te decidiste por el regalo de bodas!? - ¿Lee? - Grito Tenten. - ¿Qué diablos haces aquí? Lee se encontraba curiosamente, vestido de mujer. Como un ama de casa, de hecho. Lucía como una señora yendo a casa luego de un arduo día de compras. Maquillado con una inmensa cantidad de polvo, su cara lucía estúpidamente pálida. ¿Y qué era ese lápiz labial rojo en su boca? ¡Sus cejas lucían incluso más grandes! Nah… Estaban igual. Además de esto, Lee llevaba una pesa en una de sus manos. Estaba completamente fuera de su comprensión… -Lee… ¿¡Qué es esto!? ¿¡Y por qué diablos estás todo amanerado!? - ¡Yo para la esposa y Gai-sensei para el esposo! Mis ropas se mancharon luego de tanto correr así que pensé que debería escuchar a Gai-sensei y meterme en la mente de la novia. Así que me vestí de esta manera con su aprobación, ¡después de ello estoy completamente seguro que las pesas fueron la mejor opción! - Me acabas de dar una explicación pero te lo prometo, no entendí nada de lo que dijiste. - Respondió Tenten con su clásica sinceridad. -¿Por qué el vestido? ¿Por qué las pesas? ¡Esto no puede ponerse más raro!

Lee levanto las pesas y felizmente declaró: - ¡Gai Sensei y yo hemos decidido regalar las pesas como regalo de boda! Tenten, ¿qué les vas a dar tú? En ese instante la mente de Tenten se aclaró. Ella no lo entendía pero al mismo tiempo sí lo hacía. Ella no comprendía por qué había terminado así, pero entendía por qué Gai y el querían regalarles unas pesas. En ese momento todas las cosas por las cuales se preocupaba parecían insignificantes, su cabeza se sintió limpia, como si una neblina hubiera desaparecido. - Vine a asegurarme que tu idea no sea igual que la mía. - No te preocupes, nada que ver. - ¡Perfecto! ¡Estoy feliz! ¡Bueno, continuare con mi entrenamiento, nos vemos! - ¡Espera! ¿¡Vestido así!? Tenten no pudo contener sus risas, cuando se trataba de Lee o Gai era completamente imposible. Ella observaba como Lee corría hacia la salida del campo de entrenamiento con la misma energía con la cual llego. Tenten se estiro mientras se apegaba a su decisión… - Un kunai casero, será. Tenten ya no tenía ninguna duda, estaba completamente segura. ¿Por qué diablos se preocupaba para empezar? Comparado con las pesas, su regalo era excelente. Tenten se sentía simplemente feliz con ella misma. -Bien, volvamos al entrenamiento. Los sonidos de impacto de sus armas eran placenteros para los oídos de la joven kunoichi. El entrenamiento usual, en el campo usual, con su usual método de entrenamiento…. Los sentimientos usuales… Era un día normal en la vida de Tenten.

CAPÍTULO 3 Carne y vapor

Las llamas brillaban parpadeando y balanceándose lado a lado. ‘¿Me pregunto por qué a la gente siempre les resulta tan tranquilizador ver el fuego?’ Ese pensamiento curioso de repente entró cabeza de Shikamaru Nara. Probablemente era algo que había comenzado hace generaciones, cuando la gente todavía estaban esperando que la civilización naciera. En aquellos días, el fuego había sido siempre el compañero constante de personas. El fuego había iluminado su entorno y celebraba la oscuridad de la noche en la bahía, protegía a las personas del frío y los invasores extranjeros, también se utilizaba como señal para encontrar la ubicación de compañeros y el camino de vuelta a casa. Años y años de esas actividades habían pasado en los genes de la gente, y seguramente habían pasado a Shikamaru. Por eso, sentado delante de las llamas calientes, sintió una sensación calmante. Esa sensación se transmitió a Konoha con su voluntad de fuego. De padres a hijos, de hijo a nieto, de maestro a alumno, de amigo a amigo. Estos sentimientos estaban atados el uno con el otro. Conectados. Tal vez esa voluntad de fuego había comenzado como una pequeña llama que cualquiera pudo poner fácilmente ahí, pero no había desaparecido, incluso ahora, todavía estaba siendo transmitida de persona a persona y aún quemaba, brillante en todo su esplendor. Fueron esas conexiones de generaciones que hicieron el fuego tan relajante. No importa cuánto tiempo hubiera pasado, cada célula en el cuerpo de Shikamaru estaba marcado con la memoria de aquellos que habían llegado antes que él y habían encontrado en el fuego un gran consuelo. La gente utiliza el fuego para cocinar alimentos y sentarse alrededor de el, mirando a las llamas mientras comían. Antes de darse cuenta de lo que había pasado, se habían reunido alrededor del fuego, grupos de seres queridos. En aquel entonces y ahora, era un gran espectáculo que nunca cambiaría, de hecho, en este momento, Shikamaru estaba sentado delante del fuego y comiendo con su mejor amigo, Chōji Akimichi. Platica, risas, el sonido de vajilla tintineando y por encima de todo, el sonido de la carne siendo cocinada. Yakiniku Q. Era el lugar habitual para Shikamaru y el su antiguo equipo. Cuando se trataba de restaurantes de barbacoa, así como éste, la gente suele esperar por un lugar para poder comer en un lugar como este el cual se llenaba sólo de noche, mientras que de día no era un lugar muy concurrido. Yakiniku Q era una excepción, siempre estaba lleno de gente durante el mediodía y la noche, su carne era barata y encima de alta calidad, por esto era que el restaurante era muy popular. Eso no significada que en ese momento, a la hora del almuerzo, Yakiniku Q no era diferente a lo que era un campo de batalla.

Los pedidos se hacían a gritos desde los asientos y constaban de cerveza, té azul o utensilios de todo tipo siendo satisfechos los pedidos por los trabajadores apresurados que iban de mesa en mesa. Ellos corrían alrededor de la tienda, dando vueltas por todas las mesas apurados. El lugar, sin lugar a dudas, estaba agitado. Shikamaru estaba observando el estado frenético de los trabajadores por el rabillo del ojo mientras ponía una sola pieza de carne sobre la parrilla. El color rojo de la carne casi parecía brillar, la grasa resplandecía como el color de una perla, esa era la prueba de que la carne era fresa. La boca se le hacía agua por el delicioso olor que flotaba por todo el restaurante. Shikamaru y Chouji habían decidido almorzar ahí, en el lugar de siempre. La decisión en sí había ocurrido hace un rato. Shikamaru se había dirigido a hacer algunas compras y tropezó con Chōji en medio de la calle y comenzaron a platicar. Entonces Chōji dijo: ‘Se trata de la hora del almuerzo de todos modos, así que ¿qué hay de comer un poco de carne juntos?’ Y ahí era donde se encontraban, en el lugar habitual de reunión de su antiguo equipo, en el restaurante Yakiniku Q. Shikamaru había entrado en la tienda con la intención de quedarse sólo un momento, como habitualmente se haría cuando se entra a una tienda de té, pero Chōji siempre hacía lo mismo ‘Un poco de carne’- ¡Cómo si fuera cierto! Chōji nunca se sentaba sin la intensión de comer todo lo que pudiera. El pedazo de carne a la parrilla de Shikamaru, comenzaba a ponerse agradable y jugosa. Extendió la mano, y con sus palillos, le dio la vuelta. La parte inferior del pedazo de carne se había cocido estupendamente. Si la carne se quedaba mucho tiempo en la parrilla se pondría dura, así que había que mantener una cuidadosa vigilancia para asegurarse de que no se pasara el tiempo de cocimiento. Most people liked to let their meat cook for a period of time decided by instinct alone, but a recent research study had concluded that those people usually ended up cooking their meat for too long. A la mayoría de la gente le gusta cocer su carne por un periodo de tiempo indefinido, eso lo dicta el instinto, pero un estudio reciente llegó a la conclusión de que, por lo general ese tipo de personas terminan cociendo su carne por mucho tiempo… o al menos eso era lo que le había dicho Chōji a Shikamaru mientras hablaban. Chōji, en medio de una plática donde criticaba a las personas que dejaban mucho tiempo su carne en la parrilla, comió un pedazo que no parecía ni de lejos cocido. Él tenía una tendencia a comer carne cuando todavía estaba un poco cruda. Shikamaru pensaba que era mejor dejar la carne en la parrilla un poco más de tiempo.

La carne de Shikamaru parecía que estaba a punto de estar comestible y acercó sus palillos para tomarla pero fue arrebatada ante sus propios ojos. Chōji. Él había agarrado la pieza de carne y se la metió a la boca con un gran sonido de satisfacción. -Esa era… mi carne… -¿Eh? Oh, lo siento Shikamaru. Vi que estaba lista para comerse e, incluso antes de darme cuenta, mis manos… Chōji se disculpaba con sus ojos cuando se dio cuenta que había hecho mal. -Ah, bueno, está bien. Después de todo, todavía hay un montón de carne para comer. Y diciendo esto, Shikamaru puso otro trozo de carne en la parrilla. Se volvió hacia Chōji con una amplia sonrisa y dijo: -Después de todo, mejor comerlo que tenerlo quemado hasta las cenizas, ¿verdad? Chōji le devolvió la sonrisa a su amigo y volvió su atención a masticar el pedazo de carne que traía en la boca añadiendo un poco de arroz a su bocado. -Esta carne es muy buena. – Murmuraba mientras masticaba. Shikamaru miró a Chōji preguntándose si se había dado cuenta a tiempo de ese despreciable comentario. -Cocinar con una parrilla de carbón con motor es muy duro para los aficionados. – Continuó Chōji. – Así que, cuando se trata de cocinar y comer mucha carne al mismo tiempo, las parrillas de gas son mejores. Realmente eligieron un gran método para cocinar bien y en su punto la carne. Sí, Chōji estaba felizmente ignorante. El comentario hacía sido acerca del método de cocción de la carne, el cual era bueno. Mientras hablaba, Chōji seguía agarrando arroz con sus palillos. -¡Oh, hombre! A este paso el recipiente se vaciará en cualquier momento. Shikamaru se las ingenió para llamar a un trabajador del restaurante y pedir otra porción de arroz. La manera en la cual Chōji comía sin arrepentimientos era agradable de ver. Verlo comer de esa manera, de alguna forma hizo que Shikamaru se sintiera lleno, a pesar de que él no había probado bocado alguno y que incluso su propia carne hubiera sido robada frente a sus narices. Fue por esto que Shikamaru se aseguró que Chōji comiera bien. Al final, él empujó la segunda pieza de carne que había puesto anteriormente en la parrilla hacia Chōji. Chōji manejó los palillos con una habilidad aterradora y la carne desapareció en un abrir y cerrar de ojos, también las filas de carne apenas puestas en la parrilla

desaparecieron en el interior de la boca de Chōji. Él parecía increíblemente feliz después de comer tanta carne, además de eso, de alguna manera, había comenzado a parecer majestuoso mientras comía. Carne, arroz, carne, arroz, carne, arroz, carne, carne, carne… Chōji siguió comiendo sin parar, y como Shikamaru observaba el espectáculo, concluyó que su nueva impresión de que Chōji comiera majestuosamente era a causa de la barba que había dejado crecer. Últimamente la apariencia de Chōji había cambiado un poco. Lo primero que llamaba la atención de la gente, era su barba de chivo, la cual no estaba muy larga, pero mantenía corta y bien aseada. Eso no era todo, su cabello lo había cortado un poco más chico y así dejaba ver limpiamente su espalda. Su aspecto en general era limpio, ordenado y sereno. No había duda de ello. Fue la barba de chivo. Cuando complementas el cabello y sus los cambios en su persona, Chōji parecía un adulto respetado, incluso Shikamaru que lo había conocido por años tenía esa impresión. Por eso es que había una nueva manera en la que Chōji comía tan majestuosamente. -Tal vez debería de dejarme crecer la barba también… - Shikamaru murmuraba mientras se apoyaba en el respaldo de la silla. -¿Eh? ¿Por qué dices eso? - Chōji momentáneamente levantó la vista de su plato el cual comía frenéticamente. Por mucho que Chōji parecía absorto en su comida, siempre escuchaba con atención a Shikamaru cuando éste hablaba. Shikamaru reconoció ese hecho y continuó: -A diferencia de ti, me veo y no he cambiado en lo absoluto desde que era niño, ¿no es cierto? – Dijo Shikamaru mientras tocaba su cola de caballo en la parte superior de su cabeza. Siempre había mantenido así su cabello desde que era niño. El cabello recogido y atado sobre su cabeza, una simple cola de caballo común y corriente. No era que él hubiera decidido mantener su cabello largo recogido de esa manera ni nada por el estilo, era sólo que para alguien inherentemente vago como Shikamaru, era la forma más fácil de lidiar con su cabello. Si hubiera tenido que decidir un estilo por toda su vida, entonces probablemente habría decidido mantener su cabello y ropa tan simple como sea posible. No era como que estaba decidido a lugar para mantener las cosas fáciles hasta el amargo final ni nada por el estilo, así que realmente no podría decir el por qué determinó que las cosas sean fáciles. Era tan sencillo como que se vestía y peinaba de esa manera porque no le importaba. Shikamaru no entendía a las personas que ridículamente pasaban horas cambiando el modo en el que lucían, él pensaba que el mejor tipo de ropa era la que podías usar en cualquier lugar, el tipo de ropa que podías usar cómodamente para ver las nubes o

tomar una siesta. Cuando era un niño, Shikamaru pensaba: ‘Si pudiera, me gustaría pasar todos los días sentado frente al fuego viendo las llamas’. Un chico así, era claramente diferente a aquellos que se preocupaban sobre lo que el mundo o la sociedad dijera de ellos, así que no era de sorprender el por qué a él no le interesaba mucho cómo lucía su cabello o ropa. Pero al ver a su mejor amigo de repente pareciendo un adulto majestuoso, le dio algo en qué pensar. Shikamaru se había hecho chūnin a muy temprana edad y con eso, conseguido una gran cantidad de trabajos que tenían que ver con la administración de la aldea. Por ejemplo, él había sido supervisor y examinador en los exámenes chūnin, tenía que asistir a una gran cantidad de reuniones sobre el tema entre aldeas, en otras palabras, había estado rodeado de personas mayores que él. Desde que tenía deberes como esos, Shikamaru a menudo se encontraba pensando ‘haz que te vean como un adulto’ o, ‘compórtate como un adulto’ o, ‘tienes que tener una actitud firme, así como un adulto debería de tenerla’. Shikamaru ya poseía todas las características que podrían guardar relación con “comportarse como un adulto”, pero en este momento, de repente se le había ocurrido compararse con uno y concluyó que no había cambiado nada en apariencia desde que era joven, en comparación con el maduro Chōji que tenía delante de él y eso había provocado su inesperado comentario de dejarse crecer una barba de chivo. -La gente siempre me dice que no he cambiado en lo absoluto cuando me ven… Shikamaru gruñó en tono molesto, sin dejar de comer. Chōji levantó e inclinó la cabeza con señal de confusión. -Pero cuando lo dicen probablemente significa a tu cabello, ¿no? – Chōji hizo una pausa mirando su plato vacío. -¡Ah, abuela, una orden más, por favor! Después de llamar a su orden a la vieja señora, se limpió la boca y volvió a mirar a Shikamaru. -Si me preguntas, has cambiado mucho desde los viejos tiempos -¿En serio? - Preguntó Shikamaru. - ¿Me veo como un adulto? -Sí. Tal vez sea porque has ido a muchas reuniones importantes de la Unión Shinobi. En comparación con la edad que tengas, tu rostro ha cambiado. Creo que te ves mucho más estable y capaz ahora. Yo soy el que te lo está diciendo, así que no puedo estar equivocado. Chōji le había dado un gran sello de aprobación. -Ah, ahora que lo mencionas, un montón de gente me dice que me parezco a mi padre. Tal vez él mismo Shikamaru no lo había notado porque veía su cara en el espejo todos los días, pero aun así, no podía dejar de pensar en que si tuviera una barba de chivo le daría un aspecto más digno…

Shikamaru puso una mano en la barbilla actualmente afeitada limpia y se puso a pensar en el asunto. Mientras lo hacía, la orden que Chōji había ordenado apareció. Era un enorme plato lleno de carne, pero no era para los dos, sino sólo para Chōji. Normalmente este hecho sorprendería la gente, pero no a los dos trabajadores y los consumidores regulares que iban al restaurante, ellos ya estaban acostumbrados a los hábitos alimenticios de Chōji, así que nadie estaba sorprendido. ‘Cuando venimos a este lugar por primera vez, ordenamos este gran plato, ¿no es cierto?’ Los pensamientos de Shikamaru se remontaron al tiempo en donde se acababa de convertir en genin. Su equipo había venido a celebrar cuando su primera misión había acabado bien y a salvo y, después de eso, lo tomaron como costumbre después de cada misión venir a este mismo restaurante a celebrar. Los cuatro comían en la misma mesa y Shikamaru se sentó en ese mismo asiento. — Ino le gritaba a Chōji. -¿¡Hey!? ¡Chōji, te comiste mi carne! -Cállate… - Shikamaru se quejó del fuerte ruido que estaba haciendo. Pero fue un error, Ino inmediatamente se volvió para mirarlo. -¿Qué quieres decir con cállate? ¡Es mi carne! ¿Estás diciendo que vas a cocinar mi carne? Ahora él se había convertido en un objetivo y era peligrosísimo. -¿Qué es eso? –Shikamaru se quejó en voz baja poniendo la carne en la parrilla. -¿Por qué soy yo el que tiene que cocinar todo de nuevo? Uf, qué problemático… ‘¿Por qué eran las mujeres, en general, de esa manera tan insistente?’ -Shikamaru pensó en cómo el asunto de la carne se volvió tan ruidoso. ¿Pero qué cosa había pensado su viejo en decir ‘Voy a casarme con ella? Shikamaru no podía entenderlo. -Así debería de ser suficiente, ¿no? La carne estaba casi hecha. Ante el comentario de Shikamaru, Ino acercó sus palillos con un aire satisfecho a su alrededor. Pero la carne desapareció de repente. No fue un fenómeno sobrenatural. Fue Chōji. Ino arrojó sus palillos y comenzó a gritar. -¿¡Fue a propósito, no es así!? - Ella gritó -¡Lo estás haciendo a propósito! -Eh… yo sólo vi la carne así que… - Chōji tartamudeó. -¡No creas que te vas a salir de esta haciendo comentarios vagos!

Ino agarró Chōji por el cuello, todavía gritando. Desconcertado Chōji todavía no había soltado su plato o sus palillos. Shikamaru se quejó de que iba a terminar de asar la carne de nuevo y comenzó a poner más carne en la parrilla. Fue el escenario habitual para su equipo. Y luego… Había una persona feliz que vigilaba los vigilaba. Asuma. — Shikamaru volvió al presente y miró el lugar en el que Asuma una vez ocupaba. Shikamaru, Chōji, Ino, y Asuma. Los cuatro de ellos solía venir a este restaurante después de cada misión, y la multitud alrededor de esta mesa. En el pasado, Shikamaru había pensado siempre seguirá así. Había sido absurdo imaginar a todos en un bucle constante en su juventud, pero de alguna manera el yo pasado de Shikamaru todavía pensaba de esa manera. No había sido capaz de imaginar lo que sería cuando creciera. Pero, el tiempo había pasado a pesar de todo. Ino se había vuelto más femenina. El apetito de Chōji no había cambiado, pero se había dejado crecer la barba. Incluso, antes de que se diera cuenta, Shikamaru había cambiad. Y Asuma… ya no iba a estar aquí. Los cuatro de ellos no podrían estar juntos de nuevo. El restaurante, el asiento, todo estaba profundamente teñido con los recuerdos de esos momentos felices que Shikamaru no podía volver a tener y eso era porque él no quería olvidar los recuerdos que le traía el restaurante, incluso en ese momento. Cuando Shikamaru estaba rodeado por la fragancia familiar de cocinar la carne, podía caer en la alucinación, donde un olor a tabaco estaba colgando alrededor del lugar. Asuma había sido un adulto. Su barba siempre olía a tabaco por todos sus innumerables cigarrillos. No importa cuál fuera la situación, siempre había estado en calma. En calma y tranquilo. Asuma había ido a muchos viajes cuando era joven, así que tenía un montón de conocimientos y su habilidad como un ninja era aún mayor. Era como un padre, y él era como un hermano mayor. Asuma siempre los llevaba a ese restaurante a comer carne. Ahora que lo pensaba, él siempre había palidecido ante el voraz apetito de Chōji y frenéticamente hurgaba en su cartera para asegurarse de que tenía suficiente dinero para pagar la cuenta

Ahora, Shikamaru y el resto pagaba por sus comidas de sus propias carteras, con el dinero que habían ganado por sí mismos. Shikamaru se preguntó si él habría sido capaz de convertirse un poco en el adulto que era Asuma. Shikamaru tomó el menú en la mano, pasando las páginas calculando cuánto sería la factura que tendrían que pagar Chōji y él. Iba a ser demasiado cara, si partían a la mitad la cuenta entonces podrían pagarla entre los dos. -¡Oh, hombre!, debo comer un poco más mientras pueda… Shikamaru observó la velocidad en la que Chōji comía y tomaba los trozos de carne por sí solo. -…Chomp, chomp, chomp… ¡Abuela, otra orden! – Chōji gritó con la boca llena de carne de vaca. Chouji finalmente dejó de comer, por el momento, al menos. Parecía satisfecho y tragó una taza de té azul de una sola vez. Cuando estuvo seguro de que Chōji había empezado a respirar de nuevo, Shikamaru habló. -Por lo tanto, de lo que hablábamos antes, ¿qué vas a hacer? -¿Eh? ¿Tomar postre? ‘Nunca, ni una sola vez hablamos de postre, Chōji.’ -… Sobre Naruto y Hinata, los regalos de boda. -Oh, sí, eso. Shikamaru suspiró. ¿Chōji lo había olvidado? En primer lugar, Shikamaru había salido a la calle con la intención de comprar un regalo de boda. Había chocado con Chōji por casualidad y luego habían hablado sobre lo que deberían de regalarles. Shikamaru estaba todavía indeciso sobre lo que iba a dar como regalo, después de todo, tenía que pensar en algo que tanto a Naruto y Hinata los hiciera felices, y su mente estaba en blanco. Shikamaru no era sólo inexperto con regalos de boda, él era un extraño para la práctica de dar regalos en general. Para el caso, sería mejor para él hablar con alguien que no descuidaba ese tipo frivolidades, y mientras estaba en ello, sería mejor escuchar la opinión de una mujer por lo que Shikamaru había ido a visitar a Ino. Flores Yamanaka. Ese fue el nombre de la tienda familiar de Ino. Cuando Shikamaru fue a hablar con ella sobre el asunto, Ino había inmediatamente comenzado a jactarse que ya había decidido su regalo. Como era de esperarse por parte de Ino, estaba muy bien informada sobre las últimas tendencias y modas.

‘Como era de esperarse de un compañero de mi equipo’ Pensó Shikamaru y se sintió aliviado. -Si ese es el caso, entonces no habrá ningún problema si compro algo de la misma tienda en la que comprarás el tuyo. –Él le dijo a Ino. -¿Puedes decirme dónde está? -¿Eh? No se puede copiar la tienda. Olvídalo. Y así, a pesar de que eran compañeros que se habían enfrentado batallas mortales, Shikamaru fue abandonado inmediatamente. Pero después de eso… -Me doy por vencido… Shikamaru había murmurado mientras vagaba su vista alrededor de la calle observando las tiendas del pueblo. Había chocado con Chōji en una de las intersecciones, y se encontró dónde estaba ahora, en Yakiniku Q. Pero al parecer, Chōji había olvidado la historia completa en su manía por la carne de res, incluso ahora, que estaba comiendo un helado. ¿En qué momento Chōji había ordenado helado? Shikamaru ni siquiera trató de averiguarlo. Había algunas cosas acerca de Chōji que estaban más allá de la comprensión. Honestamente, cuando se trataba el tema de la búsqueda de un regalo de bodas, la opinión de Chōji podría no ser tan fiable como Ino. Mientras Shikamaru estaba preocupado por el regalo de boda, Chōji estaba muy a gusto. -En realidad, lo tengo más o menos decidido… La respuesta de Chōji fue tan inesperada que Shikamaru se sobresaltó en su asiento. -¿¡De verdad ya lo has decidido!? ¿Qué les comprarás? -Sí. - Dijo Chouji deslizando una fina pieza rectangular de papel. -Estoy pensando darles esto. Chouji deslizó el papel sobre la mesa y Shikamaru lo recogió para que no se mojara. -Esto es… Shikamaru no podía creer lo que veía. Era un boleto de cortesía para una comida en uno de los restaurantes más caros de Konoha, Ryotei. -Los adultos jóvenes como nosotros no suelen ir a lugares como este. - Dijo Chouji con una sonrisa. -Pero ya que es un regalo de bodas, funciona. Era exactamente como decía Chōji. Este restaurante era muy formal y muy caro, por lo que muchos adultos jóvenes no solían ir allí. Sin embargo, un boleto de cortesía para una comida allí, como regalo de boda, era cosa de oro puro.

Era una oportunidad para que la pareja vaya a un lugar al que no iban a menudos, era un regalo de boda reflexivo que iban a disfrutar ambos. No podría haber otro tipo de regalo así en la boda. Pero si bien había sido un increíble regalo de bodas, ¿cómo podría Chōji tan fácilmente dejarles una comida de clase alta a ellos? -Chōji, ¿eres realmente el mismo chico que conozco…? De verdad te has convertido en una persona mucho más madura de lo que me habría dado cuenta. Shikamaru estaba mirando a su vez en el elegante boleto en sus manos y luego a la cara de Chōji quien felizmente comía su helado. Estaba estupefacto. Chōji siguió comiendo su helado sin ser consciente de la mirada fija de su amigo y, muy pronto, había comenzado con su segundo tazón. -Además, llegó con tan buen tiempo. -Dijo Chōji mientras lamía. -Esa comida es para tres… Al principio, Shikamaru no entendía el significado de lo que Chōji había dicho. Pasó un momento, y la comprensión amaneció. El sudor apareció en la frente de Shikamaru. -No podrías referirte a… -Shikamaru mansamente preguntó, sintiéndose conmocionado por una razón completamente diferente. -¿No vas a… comer… con ellos, verdad? Chōji levantó la vista de su helado con una gran carcajada. -De ninguna manera. Incluso si soy yo, no me metería en una comida con unos recién casados. -De…De hecho, claro. Eso sería… -Le pediré al comensal una mesa para mí solo -… ¿En serio? Sin pensarlo, Shikamaru miró hacia el techo, el ventilador de techo giraba alrededor sin parada, como siempre, el cual giraba alrededor sin hacer el menor ruido. Chōji continuaba comiendo en silencio, pero con demasiada determinación, su helado. La hora del almuerzo ya había pasado, y los clientes del restaurante se iban yendo uno por uno. La paz había vuelto de nuevo para Yakiniku Q. Ahora el ruido del ventilador sonaba débilmente en la ahora tranquila tienda y Shikamaru continuó preocupándose por él. Una cortesía para una comida de alta clase. Ese era el regalo que Chōji había pensado. Definitivamente el regalo no tenía ningún lado malo. Pero…

Si bien no podría haber tenido su lado malo, ¿por qué era para tres personas? Ese restaurante, Ryotei, debería haber pensado en parejas que quisieran ir y estar solas, amantes que no quisieran ser interrumpidos. ¿Acaso el restaurante Ryotei no tenía el menor sentido de lo que es la privacidad? Si se trataba de un boleto para tres personas, ¡claro que Chōji terminaría yendo…! Shikamaru criticaba internamente las políticas del restaurante al que nunca había estado, con una mirada amarga en el rostro. Su mente imaginó a Naruto y Hinata consiguiendo ropa para la elegante ocasión para ir a comer al restaurante Ryotei de clase alta y, entonces en el asiento que estuviera detrás de ellos, se encontraría Chōji solicitando una segunda porción de comida mientras observaba con atención a la pareja… ¿saldría bien aquello?… No, en este momento, Chōji estaba bien como estaba. En cierto modo, fue un regalo muy Chōji. En estos momentos, el problema más grande era el mismo Shikamaru, que todavía no había pensado en nada. Tenía que dedicar su proceso de pensamiento en llegar a algo. Shikamaru se enderezó en su asiento, y silenciosamente cerró los ojos. Siempre que Shikamaru estaba pensando profundamente en algo, por ejemplo, su próximo paso en su juego favorito de Shōgi, o una estrategia complicada en medio de una misión, él tenía la costumbre de sentarse en cierto modo para pensar. Trató deliberadamente en no tomar esa posición pero ocurrió de forma natural. Era la posición en la que se acomodaba mejor. Nadie hubiera esperado jamás que Shikamaru acabara recurriendo a su posición para pensar en medio de Yakiniku Q. Él mismo ni siquiera había esperado que las cosas llegaran a eso. Shikamaru reunió sus pensamientos dentro de su cabeza. Algo que sería adecuado como regalo de bodas… varias posibilidades y opciones flotaban en su mente. En primer lugar, sería mejor si el regalo era algo práctico y útil como aparatos de cocina o utensilios de cocina. Un buen regalo sería algo que la pareja aún no poseía. Las vajillas eran populares últimamente, ¿no? Cuencos a juego para una pareja eran una posible buena opción; relojes tal vez, o un marco de fotos para las fotos de la boda, también. Esos regalos parecían muy bien adaptarse a la norma social; presentes que podrían servir como recuerdos felices de su boda. Pero también tenían que tener interés para ambos. De cualquier manera, no podía comprar un regalo que otra persona ya había comprado. Después de todo, Ino había armado un alboroto sobre eso, incluso sobre conseguir algo de la misma tienda, así que conseguir el mismo presente de otra persona era lógicamente malo, si no malo, peor. La boda iba a realizarse muy pronto, así que ¿tal vez conseguir un gran ramo de flores funcionaría como regalo? A su manera, era una cosa muy de regalo de boda.

También había la opción de conseguirles comida. Ingredientes de lujo, como pasteles o té, ¿los dos estarían felices de recibirlos, no? Pero parecía que iba a terminar copiando el regalo de la comida de clase alta que iba a darles Chōji. Pero no, la verdad es que estaría bien si él terminara dándoles un certificado de regalo de algún tipo como el que Chōji iba a darles, ¿no? Podía ganar un certificado de regalo de una tienda departamental, él sólo tendría que comprar suficientes cosas que le gustaran y sería muy fácil elegirlas… pero entonces, ¿cómo iba a darse el lujo de comprar lo suficiente para ganar un certificado de regalo?… era el dinero… dinero. Shikamaru lentamente abrió los ojos. Chōji todavía estaba comiendo helado. ¿Qué hacer…? Al final, una palabra había llegado a flotar pragmáticamente en la parte delantera de su mente: el dinero. Era un buen ángulo para enfocarse. En vez de conseguirle a la pareja algo que no pudieran utilizar, o algo que era similar a un regalo de alguien más, era mucho mejor darles dinero para gastar en cualquier cosa que quisieran. Pero entonces, estaba la idea de cómo se vería si todos los demás les dieran a Naruto y Hinata regalos, y luego Shikamaru acabara yendo con ellos diciendo “Aquí tienen” y extendiendo la mano con un sobre de dinero. ‘Desde que soy yo, entonces probablemente pensarían que yo pensaba que comprar un regalo era demasiado molesto, y recurrí a dar dinero por pereza, ¿no…?’ Estaba preocupado por esa posibilidad. En realidad, era probable que a nadie se le ocurriría semejante cosa. Pero honestamente, dar dinero era una opción muy fatigosa. Se sentía como que no tenía ninguna sinceridad. ‘Hubiera sido buena idea dárselo a alguien que apenas conocía, pero a ellos… no estaría bien, ¿verdad?’ Shikamaru todavía estaba muy preocupado. Del mismo modo, Chōji seguía comiendo sin ponerle fin. -Ya has comido mucho. - Shikamaru notó de repente las innumerables copas de helado apiladas frente a Chōji. -¿No sientes frío en absoluto? -Se siente agradable y fresco después de comer todo esa barbacoa caliente. Además, soy el tipo de persona que viajaría por el País de la nieve y todavía ir y comprar helados para comer. Mi apetito no pierde al frío. - Chōji sonrió a su amigo, y cuando terminó su último cuenco, finalmente parecía contento. – Gracias por la comida. Espera. Espera un minuto. Ahora. Hace un momento, algo había despertado dentro de la cabeza de Shikamaru.

-Chōji, ¿qué es lo que acabas de decir? -¿Eh? Bueno, dije gochisousama… -No. Después de eso. Acerca de viajar al País de la nieve. -Ah, sí. Dije que todavía me gustaría comer helados, incluso si estaba de viaje en el País de nieve. Pero sabes que estaba dando sólo un ejemplo, ¿verdad? -Eso es todo. -Shikamaru parecía encantado mientras señalaba a Chōji. - Viajar. Un viaje. Eso es bueno, ¿no? ¡Un viaje de luna de miel…! Shikamaru y Chōji dejaron Yakiniku Q sin ningún próximo destino particular en mente. Estaban caminando sin rumbo. No importaba si tenía o no tenía un objetivo en mente. Shikamaru era finalmente libre de sus preocupaciones sobre el regalo que debería de conseguir. -Entiendo, vas a darles a Naruto y Hinata un viaje de luna de miel como regalo, ¿no? -Sí, Chōji. Gracias a ti, finalmente tengo una buena idea. Ahora, todo lo que Shikamaru tenía que hacer era seleccionar el destino. Luego, ir y asegurarme que todo sea de buena calidad. Ah. Iba a tener que pedir la opinión de nuevo de una mujer, ¿no? ¿Dónde iba a ser capaz de encontrar Ino? De acuerdo con lo que había dicho cuando él la visitó antes de pensar en un regalo, ella probablemente estaría yendo a comprar su regalo de bodas… Mientras él y Chōji caminaban, Shikamaru miraba los escaparates. -¿Está buscando a alguien, Shikamaru? Puedo ayudar. -Sí, tengo que escuchar la opinión de una mujer. Ino lo haría si estuviera cerca. Dicho esto, Konoha era una ciudad enorme. El hecho de que Shikamaru y Chōji habían logrado reunirse mientras caminaban sin el mismo destino, había sido una gran coincidencia. Si ahora se las arreglaban para toparse con Ino, entonces sería una coincidencia en la parte superior de las coincidencias para el súper combo del Equipo 10, el Ino-Shika-Chou se reunirían en un mismo lugar sin tener pensado hacerlo. Las posibilidades de que chocar entre sí sin ningún tipo de comunicación con anterioridad era, obviamente, más o menos de cero a ninguno. Incluso si tal reunión casual de amigos había ocurrido en una obra de teatro o una película de ficción, el público lo habría criticado severamente, a tal grado de calificarlo como una serie de coincidencias imposibles. Mientras Shikamaru pensaba, Chōji dejó escapar un murmullo.

-Oh, mira quién está aquí. -Me estás tomando el pelo ¿¡no es así!? - La voz de Shikamaru se elevó a volumen histérico, para su sorpresa. La realidad era de hecho una cosa increíble. Coincidencias sorprendentes que parecían salir de novelas, como si se topara con sus compañeros de equipo, así, casual. Sí, claro. Pasaba todo el tiempo. Sin embargo, la visión que recibió a Shikamaru después de que dejó escapar el grito de sorpresa fue una coincidencia que le iba a aturdir aún más. La línea de visión de Shikamaru le hizo mirar a la parte posterior de la cabeza de una mujer. Su pelo no llegaba hasta las rodillas al igual que su compañera de equipo. El pelo de esta mujer era un poco corto, y amarrado en dos coletas. Ella era una persona completamente diferente, y verla hizo que los ojos de Shikamaru miraran con despecho. La mujer delante de ellos era un jōnin aliado de Konoha, para ser más exactos, de Sunakagure… Temari. Muchas personas estaban siempre yendo y viniendo de Konoha, no sólo shinobis de otros pueblos como Temari. Había shinobis que venían a recibir misiones, shinobis regresando de las misiones, clientes que daban las misiones, y una gran variedad de personas más. Había un flujo continuo de visitantes que iban y venían. Por supuesto, eso no significaba que cualquiera podía entrar. Los que están en las puertas de la aldea siempre mantenían un ojo en las personas en busca de sospechosos u objetos peligrosos, inspección y cuestionamiento de los visitantes. Temari, por ejemplo, era un ninja de otra aldea que llevaba un gran abanico de guerra en su espalda. Era su arma favorita por elección, un enorme abanico de guerra que creaba una ráfaga devastadora de viento con un movimiento de muñeca. Pero tan peligrosa como lo era su arma, Temari era un ninja de un pueblo aliado, y había años de confianza y cooperación entre ella y Konoha, por lo que se le dio de forma natural un permiso para traer a su abanico de guerra dentro de los límites de la ciudad. También había pasado fácilmente a la entrevista para obtener un pase de visitante y se había emitido una hace mucho tiempo. Temari se dio la vuelta al escuchar el grito sorprendido de Shikamaru, y se dio cuenta de los dos amigos. Sus ojos se encontraron con los de Shikamaru. -¿Qué, entonces eras tú el que gritó? ¿Qué estás haciendo? Shikamaru había dejado escapar un grito histérico porque había sido sorprendido por la coincidencia de supuestamente haber encontrado a Ino. Ahora, él hizo todo lo posible para responder a la pregunta de Temari en un tono sereno, a pesar de que el interior de su corazón se sentía inquieto. -O…oh sí. Estábamos comiendo el almuerzo y luego… bueno, no importa, ¿qué estás…?

-Voy por ahí dando mis saludos antes de las reuniones de examen de chūnin. -¿Exámenes chūnin? Todavía tenemos mucho camino por recorrer hasta que empiecen, ¿no? -Bueno, se podría decir que este año vamos a tener reuniones sobre las reuniones. Temari hizo una sonrisa irónica. Tenía un montón de deberes problemáticos para llevar a cabo. Temari era la hija del Yondaime Kazekage, y hermana mayor del actual Godaime Kazekage. Ella era una persona fuerte y capaz que ayudaba a su hermano menor con sus actividades florecientes en la diplomacia con otros pueblos. Al igual que hoy, ella casualmente iba y venía de Konoha para participar en reuniones de planificación para los exámenes chūnin. Shikamaru se acercó un poco hacia Chōji para que Temari no lo escuchara y le susurró al oído. -¡Oye, Chōji! ¿Por qué vas y dices ‘mira quién está aquí’? Pensé que era Ino, así que terminé por… -Pero dijiste que querías la opinión de una mujer, por lo que sí es Ino o Temari… no hace ninguna diferencia, ¿verdad…? -E-eso es técnicamente cierto, pero… - Shikamaru miró a Temari. Temari era la mejor usuaria de viento en Sunagakure. No, ella era probablemente la mejor usuaria de viento en todo el mundo de ninja, o si no, la segunda. Ella se destacó por sus logros en la diplomacia y la crianza de shinobis en zonas no combatientes, pero su personalidad era militante. Era audaz y atrevida en el corazón, y en general adecuada para el campo de batalla con su actitud beligerante. Era probablemente porque su personalidad era así que era buena en la política, pero ¿sería realmente bueno pedir Temari, una mujer que despertaba vendaval tras vendaval después de acabar con los enemigos en el campo de batalla, su opinión sobre la luna de miel de Naruto y Hinata? Su personalidad era completamente diferente a la de Hinata. Temari era de carácter fuerte y constantemente cuidaba de los demás, y esas dos cualidades eran las mismas que tenía la madre de Shikamaru. No era probable que ella pensaría en algo que a alguien tan mansa como a Hinata le gustaría. En ese sentido, la personalidad de Ino era también diferente a la de Hinata, pero Ino y él habían sido compañeros de clase de los novios desde la infancia, por lo que consultar con ella parecía más fácil. Ino probablemente le daría mucho gusto opinar acerca del regalo de luna de miel para Naruto y Hinata. Ella era del tipo de señalar todas las últimas tendencias y todo. Pero la reacción de Temari al ser preguntada y consultarla era algo Shikamaru no podía imaginar.

‘-¿Qué, una luna de miel? - Dijo Temari desdeñosamente, sus ojos perdieron la calidez que tenía hace un momento. -¿Estás seguro de que me pedirás algo tan trivial?’ - Esa era la única reacción que venía a la mente de Shikamaru. -¿Qué están haciendo los dos tan escondidos? - Temari tenía una mirada dudosa en su cara. – Se ven sospechosos. Rápidamente tenía que reparar de alguna manera la situación pero… -Shikamaru quiere preguntarte algo. …Pero Chōji actuó primero. -Bueno… tú… - Shikamaru se puso nervioso ante la mirada de Temari. Él no podría decir algo como 'no sería razonable de mi parte si yo te preguntara acerca de la planificación de una luna de miel, ¿verdad?’. No había más remedio que ser franco al respecto. -Bueno, eso es, quiero decir… - Siguió la tartamudez. Por alguna razón, la situación se había tornado tensa. Shikamaru se sentía extrañamente avergonzado. Ni siquiera podía mirar a los ojos Temari. Por último, le espetó: -… He estado pensando en ello. Para una luna de miel, ¿dónde crees que sea bueno? -¿¡Eh?! - Temari dejó escapar un sonido increíblemente aturdido. -¿¡Qué!? - Sorprendido sí mismo ante su reacción, Shikamaru no podía mirarla a la cara. -¿¡Tú…Es… Lu…luna de miel…!? Temari no lo miraba. Véase, que había estado en lo cierto después de todo, pidiéndole el favor había sido ofensivo y grosero. Por supuesto Temari estaría preocupada si él le pidiera ayuda en escoger el regalo de bodas de Naruto y Hinata. Incluso Shikamaru había estado teniendo problemas con eso, y él había sido compañeros de los dos en clase… ‘Ughh, Chouji, no deberías haberte entrometido’ Shikamaru miró al hombre con varios comentarios a regañadientes en la punta de su lengua. Chōji fingió no darse cuenta y desvió la mirada para mirar en un escaparate. Mirando desagradablemente hacia su amigo, Shikamaru trató de cambiar la situación. El resultado final fue que el daño ya estaba hecho, así que puede ser que él pueda oír la opinión de Temari.

-Lo siento. - Shikamaru se disculpó. - Sé que es inesperado, pero quiero escuchar lo que piensas. -¿Po… Por qué me preguntas eso a mí? - Temari parecía increíblemente desconcertada y aturdida. Era perfectamente comprensible. -Bueno, supongo que porque pensé que preguntarte sería lo mejor… Bueno, no podía decir ‘a quien sea, con tal de que sea mujer’ cuando ella de verdad estaba considerando la respuesta. Sería increíblemente grosero, hasta Shikamaru sabía eso. . -Pre…preguntándome sería lo mejor… - Ella repitió. Por alguna razón, Temari estaba mirando hacia abajo y con inquietud. Shikamaru estaba convencido de que era porque estaba preocupada por la pregunta. Esto no era bueno, a este ritmo, no habría ningún progreso. Sería mejor si él opinaba primero. -Creo que sería bueno relajarse en una posada de aguas termales, pero ¿qué te parece? ¿No suena demasiado pasado de moda? -Yo… me parece bien… -Muy bien, muy bien. Me alegro. Una posada de aguas termales con buena comida es la mejor, ¿eh? Temari había aprobado su idea. Shikamaru podía sentir toda su preocupación irse de su cuerpo. Había estado preocupando durante toda la mañana, y ahora por fin daba una sonrisa de alivio. Sería un buen regalo de bodas para Naruto y Hinata. Temari, por otro lado, parecía que su compostura había sido perturbada. -¿No me digas que todavía tienes algunos negocios que ver…? – Preguntó. Eso era lo más probable. Temari había venido aquí por negocios, después de todo. Probablemente estaba molesta porque se había mantenido ocupada con su pregunta. -Ah, no, he terminado por hoy… Estaba a punto de volver a casa. No hubo más que silencio. Ella no tenía ningún deber que hacer, pero estaba inquieta. Shikamaru, inclinó la cabeza, confundido ante su respuesta. Temari estaba actuando demasiado raro hoy, ¿cuál podría ser la causa? -Sería mejor si puedes ver algunas posadas más tarde, ¿no? Chōji sugirió, y Shikamaru sacó a sí mismo de esos pensamientos para concentrarse de nuevo en el problema de regalo. -Eso es correcto. - Shikamaru asintió. - Sería mejor ir y echar un buen vistazo a la brevedad posible.

-Todavía es muy temprano, por lo que si voy hoy funcionaría, ¿verdad? -Sí. Probablemente sería mejor hacer eso. -Entonces. - Dijo Chōji. - Voy a ir a comer algunas castañas dulces, por lo que los dos deberían de ir a checar. -¿¡Eh?! - Shikamaru y Temari exclamaron al mismo tiempo. Nervioso, Shikamaru miró a su amigo. - ¡Chō…Chōji…! ¿¡Qué quiere decir que no vas a venir con…!? -Mmm, Shikamaru lo siento. Tengo que comer el postre después de las comidas. -¡Acabas de comer! -Sí, pero tengo una habitación extra. -¡Te estoy diciendo que acabas de comer el postre! Mientras seguían intercambiando replicas, Shikamaru miró a Temari. Probablemente estaba enojado con el comportamiento egoísta y repentino de Chōji, porque su rostro estaba convirtiendo lentamente a un color rojo brillante. ‘Oye, oye, oye, este no es momento para bromas. Chōji cambia de opinión. A las mujeres no las debes hacer enojar, pero siempre termina convirtiéndose en una situación demasiado problemática. ¡Lo aprendí desde que era niño!’ Shikamaru estaba tratando desesperadamente de comunicar estas súplicas con los ojos, pero Chōji no cambiaría de opinión. -Estás checando cosas para la luna de miel, por lo que sería mejor si van ustedes dos solos. Chōji dijo tal cosa con una amplia sonrisa. Era demasiado razonable para Shikamaru argumentar en su contra. Cualquiera estaría de acuerdo en que tendría más sentido para un hombre y una mujer ir a ver a una posada, en lugar de dos hombres. De esa manera, tienes el punto de vista de la novia y el punto de vista del novio. Pero, en este momento, con la manera en la que Temari reaccionaba, Shikamaru no lo entendía. Su cara roja brillante debía de ser de rabia, yendo a solas con ella sería… Shikamaru sintió que se le iba el color a su cara. -Pues bien, los veré más tarde. – Dijo Chōji quien estaba empezando a caminar. – Me voy. -Ah… - Para cuando Shikamaru emitió un sonido, ya era demasiado tarde.

Chōji simplemente miró por encima del hombro a su amigo, hizo un gesto con la mano, y luego desapareció entre la multitud. Shikamaru se encontraba completamente y absolutamente pasmado. ‘¿Por qué Chōji…? ¿Por qué tanto quieres comer castañas dulces…? A pesar de que habías comido demasiado helado, ¿por qué…? ¿Acaso tu estomago no tiene fin…?’ Esos eran los pensamientos que fluían a través de su adormecida y aturdida mente. A pesar de que las calles de Konoha siempre bullían de actividad, el lugar donde Shikamaru y Temari estaban parecía extrañamente inactivo. Era casi como si tuvieran una barrera a su alrededor. Ambos fueron envueltos en un silencio denso e incómodo. Shikamaru estaba demasiado asustada para mirar Temari a los ojos. -Uh… - Su boca se movió a su pesar de todo. - ¿Cómo debo…? ¿Qué quieres hacer…? Esas fueron las palabras que salieron de su boca. ‘Soy un idiota.’ Pero, en ese momento… Shikamaru sintió un tirón brusco en la manga. -… Podemos ir. - Temari dijo en voz baja, sin mirarlo. ¿Cómo es que la atmósfera se había vuelto así? En un corto tiempo, Shikamaru y Temari habían hecho su camino a donde estaba la ciudad termal de Konoha, en su camino no habían hablado mucho. Shikamaru había tratado de abrir una pequeña charla para ver cómo reaccionaría ella, pero las respuestas de Temari habían sido breves y cortantes, y la atmósfera inquietante entre ellos había seguido. ‘¿Por qué hay una tensión tan desconcertante…?’ Shikamaru desvió la mirada para mirar hacia delante y así no cruzar miradas con Temari, sintiendo el sudor su frente, trató de analizarlo objetiva y calmadamente la situación. Para empezar, no era raro para él y Temari estar juntos y solos, más bien era muy común. En el pasado, la había guiado por la aldea, habían ido a reuniones de trabajo en conjunto e, incluso había ido más allá de su comportamiento habitual y le había pedido una cita. Bueno, él había dicho cita, pero al final de cuentas habían hecho las mismas cosas de siempre, hablando de cosas sin importancia hasta que, de alguna manera, comenzaron a hablar sobre trabajo sin notarlo, pero aun así, en ese momento, la situación entre ellos no había ido tan tensa como ahora. Por el contrario, todo ese día no había estado nada mal.

A pesar de todo eso, ¿por qué se habían tensado las cosas tanto ese día? ¿Por qué la atmósfera se sentía tan tensa? ¿Por qué Temari no había hablado con él? Shikamaru sacudido desesperadamente su cerebro en busca de respuestas. La causa más probable era que en el fondo, Temari sintió harta de ser arrastrada a una cuestión tan problemática. La había impulsado a cambiar sus planes por el resto del día, y después de decir que no tenía ninguno, no había habido ninguna manera para que ella se negara cortésmente a venir, así que ahora ella estaba irritada por la molestia que tenía que pasar. Por eso las cosas eran diferentes ahora. Por eso ella no hablaba mucho. Pero, si uno mira en la raíz del problema, esto fue culpa de Chōji. Chōji y sus repentinos deseos inexplicables de su estómago de castañas. Y por otra parte, fue culpa de la sugerencia entrometida de Chōji diciendo “sería mejor para ustedes si van solos” para luego desaparecer. Si él no hubiera hecho eso, en momento él y Shikamaru, o simplemente Shikamaru solo, habría estado haciendo la reservación en la ciudad termal. ‘Nunca pensé que iba a terminar viniendo aquí con Temari… Fue un giro inesperado de acontecimientos que nunca hubiera podido imaginar que pasara en la mañana. Nunca había pensado que comería Yakiniku Q con Chōji, y luego encontrarme con Temari, y luego terminar en esta situación. No podría haber sido como decir “los shinobi deben mirar debajo de lo bajo”, pero esto no era algo que cualquiera podría haber visto venir. Santo cielo, el mundo estaba más allá de la predicción.’ Mientras Shikamaru cavilaba, Temari él y cruzaron un puente de madera. Había un río corriendo debajo de el con una ligera capa de vapor que se levantaba. Era un río que venía desde la fuente termal. Había un olor un poco empalagoso en el agua, un poco similar al de los huevos, era como un sulfuro de hidrógeno que se mezclaba con el agua termal. La fuente del río era el cinturón volcánico que estaba ubicado por arriba de Konoha. Una buena cantidad de aguas termales estaban presentes en esta área, tanto que en los viejos tiempos, las aguas termales se habían conocido como un área de curación para el shinobi herido. Ahora se trataba de un lugar turístico para atraer a la gente desde y fuera del pueblo. Estaban pasando un montón de esos turistas que viajaban. La mayoría de los turistas iban generalmente vestidos con yukatas, con sandalias geta de madera o de cuero con suela y la ropa tenía el nombre de la posada o instituto en donde se alojaban. Ese parece ser el código de vestimenta general de la ciudad. Era bueno visitar las aguas terminales o simplemente caminar por ahí. Salud y entretenimiento. La ciudad se había desarrollado, obviamente, por la combinación de esas dos cosas, y muchas otras cosas aparte de pensiones podría ser encontradas ahí. Restaurantes, centros de juegos, tiendas de recuerdos, y varias otras tiendas se alineaban alrededor. Otro aspecto agradable de esta ciudad sería simplemente caminar y visitar todos ellos.

Shikamaru y Temari habían pasado por una gran cantidad de este tipo de tiendas. La mayoría de las tiendas tenían cestas de mimbre donde había albóndigas de carne que habían sido elaboradas con el vapor de agua de los manantiales de agua caliente ordenadamente en filas, se veían bien y bonitas. Las tiendas de recuerdos tenían postales y figurillas de madera destinadas a los turistas, además de los bienes shinobi. Aquí y allá, se podían ver bolsas y botellas que también se rellenaban con depósitos minerales termales. Las aguas termales eran una fuente verdaderamente valiosa de ingresos para la ciudad. Shikamaru estaba buscando una posada de entre todos los establecimientos. El sol ya se estaba poniendo en el oeste, y en poco tiempo, la noche habría caído. Las linternas delante de las tiendas y los edificios comenzaron a encenderse, una por una. Sus luces eran las únicas iluminaciones en la ciudad después de que la oscuridad hubiera caído, y la luz de todas esas linternas iluminadas en medio de la oscuridad y volutas de vapor que envolvía la ciudad, era una vista bastante impresionante. -Parece increíble… - Murmuró Temari. -Sí… - Shikamaru asintió en silencio. Luego, se volvió hacia ella. - … Hey, ya que nos tomamos la molestia de venir aquí, ¿qué tal si pasamos por las tiendas de por aquí? Temari por fin había hablado de propia voluntad cuando había comentado sobre el paisaje, parecía como si la vista hubiera disminuido la tensión. Shikamaru quería tomar ventaja de eso y deshacerse de la tensión por completo, ya que se habían tomado la molestia de ir hasta allí, no iban a castigarse sin pasar por una tienda o dos. -Tienes razón. - Dijo Temari, mirando a su alrededor. - Entonces… ¿qué hay de esa tienda? La tienda que estaba señalando era pequeña, con un letrero que decía “prácticas de tiro” en la parte delantera. Parecía el tipo de lugar que tenía tres kunai de madera para que pudieras tirar y golpear varios premios en los estantes, y si podías golpear un premio entonces lo podrías tener. -¿Segura que estás bien con eso? – Él preguntó. -Sí. Quería probar ese tipo de cosas una sola vez. ‘Realmente no lo entiendo, pero parece que su espíritu está volviendo a la normalidad…’ Los ojos de Temari brillaban mientras se agachaba bajo el signo de madera que había delante de la tienda. Shikamaru se sintió aliviado al verla y la siguió. El interior de la tienda estaba sorprendentemente lleno de gente. Pasando el ojo sobre los otros clientes, que probablemente todos eran parejas, había una gran cantidad de hombres y mujeres jóvenes. Por alguna razón, Shikamaru podía recuperar su compostura habitual.

Temari ya había recogido un kunai de madera y tirado. Apenas rozó el costado del premio dirigido, deslizándose en la oscuridad detrás de ella. Cogió otro, y lanzó una vez más. Esta vez, el kunai de madera no llegó a su objetivo, ni siquiera se acercó. -¿Hm? - Temari inclinó la cabeza con perplejidad. -Oye, oye ¿qué pasa? – Él preguntó. - Es raro que pierdas un objetivo. Olvídense de los juegos de tiro, tanto Shikamaru y Temari manejaban habitual y diariamente kunais en sus cotidianas vidas, y además, esos eran reales. Era imposible que ella perdiera dos veces. -No, lo que pasa es que son demasiado livianas para lanzar bien. - Dijo Temari, entregándole el kunai de madera. -Ah, son demasiado ligeros. Es muchísimo más diferente a los habituales. Sería difícil de tirarlos. Shikamaru entendió lo que ella decía en el segundo en el que sintió el peso ligero del kunai de madera en su mano. -Pero, si ese es el problema. - Dijo Shikamaru agarrando el kunai de madera. Entonces, debes encontrar el centro de gravedad y ajustarlo, ¡deberías de ser capaz de lanzarlo, justo así! Arrojó el kunai de madera y tiró el kunai con mucho más fuerza de lo que lo haría con un kunai habitual. Y falló por completo. -¿Hm? Ahora Shikamaru inclinó la cabeza con perplejidad. Después de que la práctica de tiro había terminado, los dos estaban de vuelta a la búsqueda de la posada. Temari llevaba un pequeño daruma, y otra figurilla de gato igualmente pequeño. Eran los dos únicos premios que Shikamaru había logrado ganar después de varios intentos más del juego paga-y-te vas. Pero pensar que después de todos sus intentos, sólo estos dos pequeños premios fueron ganados. Shikamaru no podía dejar de sentir que la rentabilidad de la tienda estaba en cuestión. Pero, Shikamaru era todavía un profesional. Lanzar el kunai de madera una y otra vez lo había ayudado a conseguir el uso por el peso. Incluso con toda la práctica, esos kunai de madera eran increíblemente difíciles de lanzar. No se podía esperar, posiblemente, que para practicar lo suficiente para golpear un gran premio debías tener que pagar una gran suma de dinero. Shikamaru se había dado cuenta del engaño muy rápidamente. No, de hecho, se podría gastar mucho dinero en la práctica, lo que quisieras, y sería probablemente aún imposible para golpear los grandes premios.

Shikamaru sintió pena por todas las parejas en la tienda que había visto, dejando escapar sonidos como “¡Kyaa!” y “Aww", cuando apuntaban a premios que nunca iban a ser capaces de ganar. Si sólo hubieran estado un poco más pesado… bueno, para resumir, los kunai de madera estaban tan lejos de lo que era un kunai real que era casi imposible derribar cualquier cosa con ellos. Si hubiera sido posible, a Shikamaru le hubiera gustado lanzar un kunai real. Al tendero. Pero de cualquier manera, ya que no se le permitía usar un kunai real, había pensado que sería mejor para golpear lo podía en lugar de mantener un objetivo imposible e ir con las manos vacías. ‘Lo que pudo’ Un pequeño daruma y una estatuilla de gato. Habían sido los premios más pequeños de la tienda. Su pérdida no era ningún gran golpe a las acciones de la comerciante. El tendero tenía realmente una estrategia brillante. -Lo siento… – Shikamaru le dijo a Temari. –No pudo conseguir nada más que… Hablando de eso, hubiera sido muy malo si hubiera podido lanzar un kunai verdadero a los objetivos, hubieran quedado despedazados. -Je, son del tamaño perfecto para llevar de vuelta a casa. - Temari respondió con una sonrisa. Ella no estaba siendo sarcástica, eran sus sentimientos honestos. De vez en cuando, Temari sonreía inocentemente y esa era una de esas ocasiones. -Son grandes recuerdos para mis hermanos. – Dijo ella. ‘Ahora que lo pienso, ella tiene razón. El número de premios fue justo. Pero, eso traía la pregunta… entre Gaara y Kankurō, ¿a quién le daría el daruma y a quién la estatuilla de gato?’ No estaba seguro, pero de cualquier manera, sería algo para sonreír cuando pasara. Temari siempre pensaba en sus hermanos. Temari estaba tarareando algo en voz baja mientras miraba a los premios en sus manos. Parecía que estaba de buen humor. -Bien, entonces… deberíamos conseguir una posada, ¿no? -Dijo Shikamaru. -Oh, ¿qué hay de aquí? Shikamaru había llegado a un punto muerto, mirando hacia arriba en una posada cercana. Era magníficamente estructurada, con un sentimiento muy histórico. Las linternas de papel que brillaban intensamente débilmente a los lados de las puertas se

sentían como si estuvieran dando una agradable bienvenida a los invitados. Parecía que también tenía un grande y bonito estanque. Desde el exterior, todo se veía bien, pero el foco principal de su visita era las aguas termales y las comidas. Sería un problema si todo parecía decente, pero en realidad era mala calidad. -Sí, la mejor manera es entrar y echar un vistazo. - Shikamaru asintió. Sólo una evaluación general rápida sería suficiente. Se dio la vuelta para ir hacia la posada, pero en ese preciso momento, los pasos de Temari se detuvieron. -¿Qué pasa? - Él la miró sobre su hombro para ver cómo estaba. - Ah bien, después de todo… cómo decir esto… - Temari estaba mirando hacia abajo y con inquietud. ¿Otra vez? Justo cuando había pensado que la Temari habitual había regresado. ¿Qué carajos estaba pasando? -Así que es sólo…al final…no estoy aún…No estoy preparada mentalmente… Murmuró, sin mirarlo y jugueteando con el daruma y la estatuilla gato en sus manos. ‘¿Preparada mentalmente? ¿Para qué? ¿Quizá se sentía incómoda frente a un lugar con aspecto tan elegante?’ Si un lugar de clase alta tenía tales precios, los cuales eran demasiados altos para él, entonces por supuesto Shikamaru iba a darse por vencido. Se podría pensar que era una pena, pero lo haría. Pero no lo sabría si no entraba y comprobaba el lugar. Ya sea que su decisión sería la de reservar el lugar o pasar a otro, él todavía tenía que mirar las habitaciones y aguas termales. No tenía manera de mirar alrededor. Iba a ser un problema si se rendimos justo en frente de las puertas del lugar. -Temari, por el momento, qué tal si sólo entramos y entonces puedes pensar sobre el asunto, ¿está bien? -Yo…será demasiado tarde para pensar una vez que entremos. Podría dejarme llevar por el ambiente, así que… -¿¡Qué intentas decir?! Él absolutamente no podía entender lo que estaba diciendo Temari. Shikamaru estaba al límite de su ingenio. ¿Qué carajos estaba pasando? ¿La atmósfera? ¿Se refería a la atmósfera antigua de la posada? ¿Dejarse llevar? ¿Irnos? ¿Estaba hablando de la laguna? No entendía nada. Sin embargo, sólo había una cosa que era un hecho: Definitivamente hay algo mal con Temari el día de hoy.

Shikamaru miró detenidamente la cara de Temari y la miró una vez más. Temari apresuradamente apartó la mirada de la mirada de Shikamaru. Mientras lo hacía, su rostro se volvía a poner de color rojo brillante. -Tú… - Shikamaru dijo lentamente. - No me digas que… Puso su mano en la frente de Temari. Ella dejó escapar un sonido de sorpresa, todo su cuerpo se sacudió. Probablemente fue porque su mano estaba fría. -Estás ardiendo, ¿verdad? – Él le preguntó. La frente de Temari se sentía un poco caliente. Pero no se veía como una fiebre. Por otro lado, su cara se había vuelto color rojo brillante, toda, hasta sus oídos. -Yo…tengo que volver a casa, así que… - Ella dijo con una rigidez torpe y se alejaba para luego dirigirse de nuevo y volverse a ir. Ella estaba actuando claramente y completamente diferente de lo habitual. Pasaba a la Temari normal a una Temari frágil, tal vez tenía que ver con que no tuviera fiebre sino que había algo mal en su salud. Sin duda no había otra explicación. -Oye, oye, hazme un favor y espera un segundo. Ya está oscuro y tu condición física es mala, esa es una razón de peso por la cual debes de descansar aquí sólo por esta noche. Está bien, voy a poner rápidamente un futón para ti. Shikamaru lo había dicho porque en realidad estaba preocupado por ella, pero parecía como si hubiera dicho algo que no debía porque Temari comenzó a correr lejos con todas sus ganas. Shikamaru la miró atónito al verla correr de esa manera tan rápida. Bueno, al menos su salud parecía estar bien después de todo. Pero, un momento, ¡teníá que ponerse al día con ella! Shikamaru comenzó a correr, también. Finalmente había sido capaz de llegar hasta ella, si no volvieran atrás justo a las puertas de la posada, entonces nada había tenido sentido. Era absolutamente necesario que Temari le diera algún consejo sobre cómo podía hacer el mejor viaje de luna de miel. Después de todo, no era sólo para Naruto, era también para Hinata y sólo el punto de vista de un hombre no sería suficiente, tenía que tener el punto de vista de una mujer. Podía escuchar la opinión de la parte femenina del spa, de las yukatas, del servicio dado por las mujeres, todo ese tipo de cosas que no podía juzgar un hombre por su cuenta. Shikamaru puso su plena concentración en perseguir la espalda de Temari. Alargó la mano para coger su mano. ‘Esto no va a funcionar si estoy solo, ¡esto no va a funcionar por mí mismo…!’

La mano de Shikamaru alcanzó la mano de ella. Se las había arreglado para atrapar a Temari por el brazo. Apretó su agarre y Shikamaru gritó: -Por favor, ¡sólo tiene que esperar! ¡Te necesito! Temari había sido forzada a parar, y ahora lo miraba por encima de su hombro. Por alguna razón, sus ojos lucían un poco húmedos. Los dos estaban jadeando, totalmente sin aliento. La tenue iluminación de las lámparas cercanas iluminaba sus rostros un poco, la sombra de Shikamaru caía sobre Temari. Tal vez ella se había calmado, porque su rostro ya no se mostraba rojo. A la luz emitida por las lámparas, su rostro parecía de alguna manera más madura de lo habitual. Shikamaru inconscientemente terminó mirando a la cara de Temari. Estaba envuelto en una sensación extraña. Como estar en medio de un sueño. -¿Está realmente bien… si soy yo…? - Temari preguntó en voz baja. Esas palabras sacaron Shikamaru bruscamente de nuevo de todos sus sentidos, y su ingenio se compuso de nuevo. Él asintió con firmeza. -¡Sí, no se hará si no es contigo! - Él lo dijo en serio. - ¡Después de todo, no puedo entrar en la parte femenina del spa! -… ¿Ja? -Por un breve momento, la mandíbula de Temari se bajó. -¿Uhm…? ¿De qué estás hablando…? Shikamaru estaba desconcertado por la mirada que le estaba dando, como si de pronto empezara a sospechar de él. Fue una reacción extraña a su respuesta. Pero por ahora, lo mejor era verificar lo que ambos estaban pensando. -No importa cómo se mire, no voy a ser capaz de ir al lado de las mujeres de las aguas termales, ¿verdad? -¡Obviamente! - Ella sonaba un poco indignada. - ¿Por qué de repente…? Ella era muy consciente de la situación, bien. Como era de esperar de Temari. En ese caso, sólo tuvo que explicar cuidadosamente el resto… -Yo no puedo entrar en el lado de las mujeres, ya que soy un hombre. Así que necesito que vayas al lado de las mujeres, ya que tú sí puedes entrar. Como has dicho, es obvio. Al salir del lado de las mujeres, necesito que me digas el estado que se encuentra, justo con unas pocas palabras. Eso es todo lo que necesito, ¿está bien? Es una cosa muy simple de hacer, ¿no?

-¿De qué estás hablando… exactamente…? - Preguntó Temari, con una voz muy tranquila. Ella no estaba mirando como si sospechara de él. Ahora simplemente sus ojos estaban confundidos. ¿De qué exactamente? Él había explicado de manera muy sencilla y claramente, pero ella todavía no lo entendía. Shikamaru no sabía cómo solucionar este problema. ¿Por qué carajos Temari no lo entendía? Apenas hace un rato, ella había asegurado que él no podía entrar del lado femenino de las aguas termales -Para empezar. - Dijo Temari. - ¿De qué exactamente estamos hablando? ¿Esa era la raíz del problema? Y pensar que todo lo que había estado diciendo no lo había escuchado ella en absoluto… -¿Qué quieres decir con qué? - Preguntó Shikamaru. - Estamos hablando de la selección de una posada para una luna de miel para una boda, ¿no? -Exactamente, ¿boda de quién? - De Naruto y Hinata, obviamente. ¿Eh? ¿No te dije hace un rato? Que extraño… Parecía que habían tenido algún tipo de malentendido. Todo el tiempo, Temari había estado pensando en alguna boda distinta a la de Naruto y Hinata. Shikamaru finalmente se dio cuenta de ese hecho en este momento. Temari era superior en excelencia a otras personas. Ella oiría el comienzo de una explicación, y deduciría de inmediato el resto. Él no tendría que decirlo en voz alta para que ella se diera cuenta de que habían tenido un malentendido, así que ella lo cacharía tan rápido como él lo hizo. ‘Así que eso es lo que era’ Pensó Shikamaru, finalmente entendiendo. Había habido un malentendido. Temari parecía haberlo entendido también. -Hmm, así que eso es lo que todo era…. - Dijo Temari. Ella estaba sonriendo en calma y en paz. -No, pero espera, entonces… ¡Ah! - Shikamaru inadvertidamente dejó escapar una exclamación. Era posible que la incomprensión de Temari hubiera sido…. -No, ¿verdad? – Él le preguntó. - Hey… no era eso… Cuando él preguntó, Temari tomó en silencio el abanico de guerra de su espalda, sosteniéndolo en la mano.

-H…Hey… ¿qué pasa? - Él preguntó. -¿Por qué estás de repente tomando eso…? ¿¡Qu…qué pasa con tu chakra…!? Temari le sonrió cariñosamente. Shikamaru fue cautivado por la vista y descubrió que en su cara se formaba una sonrisa. Sonriendo el uno al otro como estaban, se veían como la viva imagen de una íntima pareja de amantes. Esa noche en Konoha… Un repentino vendaval fuera de temporada recorrió las aguas termales de Konoha, y duró toda la noche. Los residentes y turistas pasaron toda la noche en vela, demasiado asustados para ir a dormir….

CAPÍTULO 4 Un tazón lleno de alma

Estos días, naruto era increíblemente popular. ¿Cuándo ocurrió? En un abrir y cerrar de ojos, Naruto se había elevado al número uno en la lista popular de coberturas. Desde niños hasta adultos, personas de todos los tipos y edades amaban naruto. Más naruto sería servido en los platos, y luego antes de que te dieras cuenta qué pasaba, se habían terminado sus platos para luego irse. Incluso las madres locales habían comenzado a decir que, si los niños lo comieran, crecerían fuertes, saludables y enérgicos. Ahh, naruto. El desaliñado aspecto de pastel de pescado, con el fondo blanco y un remolino rosa en el centro. Pero, si no estuvieras aquí, la gente se sentiría muy sola. Teuchi, el dueño del Ichiraku Ramen, se encontraba cortando más pasteles de pescado naruto. El ramen se hacía mediante la adición de fideos hervidos a varias sopas, y luego a continuación, con habilidad, se añadía artísticamente varios ingredientes en la parte superior. El toque final, un poquito de naruto al tazón. A medida que la popularidad del naruto creció, también lo hizo la facturación de Ichiraku. Estos días Teuchi se ponía continuamente mesas extra fuera del lugar, pero incluso se llenaban inmediatamente. Ciertamente no había sido así en los viejos tiempos. Ichiraku Ramen había abierto una tienda en Konoha hace muchos años. En aquel entonces, un buen número de personas había agradecido un ramen barato y rápido, pero el volumen de negocios apenas había sido suficiente para que Teuchi permaneciera fuera de la zona roja. Él había pensado que tendría que mantenerse así, malviviendo hasta el final.

Y entonces… En aquel entonces, naruto había sido siempre el que gustaba menos. La unión de los ingredientes populares que se situaba en un letrero afuera de la tienda, siempre había estado en la parte inferior. En realidad, nadie le importaba si estaba allí o no. La razón de por qué a nadie le importaba, era porque había otros ingredientes. Brotes de bambú cocidos a fuego lento, amados por la textura que tenían cuando la gente los masticaba. Chuletas de cerdo asado, cuidadosamente preparado y muy recomendable. Huevos a medio hervir, ahogándose en su propio sabor encantador. Las algas, y su increíble oleada de popularidad como punto culminante óptima en el ramen. Todos y cada uno de ellos eran fuertes competidores y ocupaban el mismo lugar en la lista. Las algas en particular siempre habían sido un rival difícil. Mientras naruto siempre estaba atrapado en la parte inferior, las algas se cernían constantemente en la parte superior del ranking. Se podría decir que las algas siempre habían sido el mayor obstáculo para que naruto nunca pudiera pasar a ser popular. La razón era probablemente porque las algas tenían clientes fieles. Los shinobi parecían tener una cierta inclinación hacia las algas. Las algas no se destacaban y nunca se mostraban. Se aferraban a los lados de la taza, o flotaban en grupos dentro de la sopa. Eran como una sombra. En comparación con el naruto inútilmente exuberante, con su brillante espiral de color rosa en contraste con el color blanco, que nunca dejaba de destacar, las algas tienen un ambiente completamente diferente al respecto. Sería exagerado decir que los shinobi tenían sentimientos de compañerismo por las algas en sus ramen, pero era cierto que sentían una especie de familiaridad hacia ellas. Las algas tenían tanta popularidad que probablemente nunca habían sido rechazadas por cualquier cliente. Pensar que naruto al fin había superado a las algas, no sólo algas sino también a los brotes de bambú y las chuletas de cerdo y a los huevos también. Los había superado y ahora estaba en la parte superior de la tabla de coberturas populares. Teuchi miró el naruto con orgullo y se sentía emocional. Pensó en cómo los tiempos cambiarían y seguiría siendo el ingrediente más popular. Cuando pensabas en ello, naruto estaba hecho de pescado picado después de todo, y contenía varios nutrientes necesarios para el shinobi. Y luego, más importante aún, el patrón del remolino de color rosa parecía bastante similar a la marca de Konoha

tallada en el protector frontal de los ninjas de la aldea. Incluso se podría decir que los bordes dentados de naruto parecían similares a los shuriken. El naruto no había sido popular hasta ahora, pero los tiempos habían cambiado, y en el presente, naruto era misteriosamente y profundamente apreciado por los shinobis. Resultaba curioso el tipo de destino entre los shinobis y naruto. Se podría decir que naruto era un alimento que parecía como si casi hubiera sido hecho específicamente para que los shinobis comieran. Pero en cuanto a la pregunta de por qué naruto estaba siendo repentinamente tan querido por muchos shinobis, bueno, eso fue todo gracias a otro naruto. Su cliente, Naruto. La popularidad del naruto hoy fue todo gracias a Naruto. Ahora bien, a partir de ahora, nos centraremos en la historia de ese cliente Naruto, en lugar de la cobertura del ramen. Uzumaki Naruto… él había estado frecuentando la tienda de Teuchi desde que era un niño, un habitual entre los clientes habituales. Teuchi había sido invitado a la ceremonia de su boda. Aunque Naruto le había dicho que se iba a casar, Teuchi no había imaginado que sería incluso invitado a la boda. Tenía que pensar en un buen regalo de bodas. Pensar que el niño ahora se va a casar… El acoplamiento con la increíble subida de naruto hasta la cima de la lista de los ingredientes populares, Teuchi tenía muchas cosas por las cuales sentirse emocional. Realmente lo hizo muy consciente de cómo el tiempo fluye y pasa. Los recuerdos de Teuchi lo llevaron de nuevo a la primera vez que Naruto había llegado a su tienda… — -Heyo, muchacho. ¿Quieres venir y comer algo? Teuchi lo había llamado con una sonrisa en su rostro, pero el niño se sacudió con un sobresalto, todo su cuerpo temblaba. Apenas había pasado la hora de comer, por lo que la tienda estaba vacía. Teuchi se había dado cuenta de que el niño constantemente lanzaba miradas a hurtadillas hacia Ichiraku mientras vagaba sin rumbo por las calles. No había visto al niño hoy. El niño había estado vagando mucho por el restaurante los últimos días, y Teuchi se había acostumbrado a verlo. El niño siempre caminaba vacilante hacia la tienda, se ponía de pie y caminaba de ida y vuelta sin llegar a entrar.

Tarde o temprano, Teuchi se había encontrado a sí mismo sintiendo curiosidad por el niño que se paseaba siempre por su campo de visión. Eso era porque, cada vez que Teuchi lo veía, el niño estaba solo. El día de hoy no fue la excepción, el niño iba encorvando con los hombros protegiéndose del frío, a escondidas daba miradas rápidas hacia el interior de la tienda cada pocos minutos. No había otros clientes de todos modos para hacer lidiar de todos modos, y así Teuchi instintivamente lo llamó. El niño se acercó a él lentamente, temblando de nervios, pero Teuchi deslizó un tazón de ramen hacia el chico, y su pequeña cara asustada al instante se iluminó. ‘¿Qué estaría haciendo solo y a esta hora un niño?’ ‘¿Qué estaría haciendo su familia? ¿Sus padres, dónde estarían?’ Esos pensamientos pasaron por la mente de Teuchi, pero no le preguntó al niño nada. Él sólo lo miraba mientras comía. Parecía que estaba disfrutando del tazón. Muy pronto, el niño había levantado el gran cuenco a los labios con sus pequeñas manos, lo inclinó hacia atrás a fin de sorber toda la sopa que podía y no dejar una sola gota atrás. El tazón era muy grande a comparación con él y su rostro desapareció por completo. Cuando el niño bajó el tazón se veía feliz y contento. Sus ojos se encontraron con los de Teuchi y el chico sonrió tan ampliamente que sus dientes se mostraban. Teuchi se encontró sonriendo de nuevo. -Se come muy bien. – Dijo. -Está bien, muchacho. He decidido que la comida irá por cuenta de la casa el día de hoy. Cuando Teuchi dijo esto, la sonrisa del niño se volvió aún más brillante. Dijo gracias, y se presentó. El nombre del chico era Uzumaki Naruto. Teuchi había pensado que era un nombre muy bonito el cal compartía destino con el ramen. Así fue como él conoció a Naruto. Después de ese día, Naruto solía aparecerse a comer y comer en la tienda de Teuchi. Teuchi había escuchado de sus otros clientes que Naruto no tenía ningún familiar. También escuchó sobre el trato desagradable que Naruto recibía de la mayoría de los habitantes del pueblo. Así que eso era sus constantes vueltas y caminatas nerviosas frente de la tienda. Uno de otros clientes habituales de Teuchi le dijo:

-¿Por qué dejas que ese chico entre en la tienda? Todas las otras tiendas lo rechazan. Sus ventas van a sufrir. Va a perder dinero, te lo estoy diciendo ahora. Las palabras en sí no parecían ser malas, el hombre era sincero y estaba preocupado por la tienda de Teuchi. Pero aun así, de alguna manera, Teuchi perdió los estribos y soltó palabras furiosas. -¡Oh, es verdad que no sé nada sobre el mundo de los ninjas! - Le dijo al cliente. – Comprendo que debe haber muchas circunstancias alrededor de la situación de Naruto. Pero, ¿por qué en el mundo rechazaría a alguien al que le gusta el ramen, la cual llega hasta el final de mi tienda con la esperanza de llenar su estómago? Para ese niño sin padres o hermanos, era muy posible que la tienda de Teuchi era el único lugar donde podía comer una comida caliente hecha sólo para él. Es posible que podría haber sido presumido por pensar de esa manera, tal vez poniendo más importancia a la existencia de su tienda en lugar de a Naruto. Teuchi podría no haber sabido nada sobre el mundo de los ninjas, pero el mundo del ramen era uno que entendía perfectamente. Cuando se trataba de ramen, el cuenco delante de la persona lo era todo. Teuchi se concentraba totalmente y devotamente en cada tazón de ramen que preparaba en silencio y sin compromiso. Puso su orgullo como un artesano y daba todo de sí para que cada tazón de ramen. Así que un niño que encontraba un tazón de ramen tan delicioso, que cuando lo comía parecía ridículamente feliz, ¿cómo podría Teuchi alejarlo? No era posible. Cualquier tienda de ramen que se apreciara diría lo mismo. -Se supone que tienes que sentarte y comer el plato de ramen en frente de usted. – Teuchi le espetó al cliente. - Las circunstancias de la persona sentada a su lado no deberían importarle. La persona sentada a su lado era simplemente alguien que viene a comer ramen como todos los demás. Así de simple, ¿así que cuál era exactamente el problema? Si quizá algún cliente miraba con nerviosismo a otro cliente, entonces era el ramen. Probablemente lo había preparado mal. Pero si cocinas un buen ramen y lo pones delante del cliente, entonces no sería capaz de pensar en nadie más sino en el tazón y su contenido. Los clientes acabarían por paralizarse por el rico tazón y comerlo felizmente sin preocuparse por quien está a su alrededor. Y si hay alguien a quien no le guste nuestra tienda debido a eso, entonces estaría contento que no regresaran más. Teuchi dijo ante lo que el cliente vociferaba. -Lo siento, Teuchi. – El cliente dijo. - Yo… yo no quise decir eso… -Entiendo. Usted lo ha dicho porque estaba preocupado por el estado de mi tienda, ¿verdad? - Teuchi le dirigió una sonrisa amistosa. – Venga de nuevo, ¿de acuerdo?

A partir de entonces, los clientes regulares continuaron visitando la tienda de Teuchi, y Naruto se convirtió en parte de ese grupo también. Llegaba casi todos los días para comer. Hasta que, en un momento dado, las cosas cambiaron. Un día, Naruto dejó de venir a Ichiraku Ramen. Teuchi se dijo que era una extraña serie de incidentes que tenían que ver con una situación complicada. Es por eso que Naruto no podía venir. Naruto, que vendría a comer el almuerzo al mediodía y, a continuación, volvería otra vez a cenar por la noche. Naruto, que iba a comprar grandes cantidades de ramen para mantenerse lleno, pero todavía aparece por la tienda en las primeras horas de la mañana. Ese era el tipo de persona que Naruto era, y, sin embargo, un día, de repente dejó de venir. Alguien que siempre llegaba de repente cuando se ausentaba. Alguien que no debería faltar en ninguna parte no aparecía por ningún lado. ¿Era bueno llamarlo una extraña serie de incidentes? Teuchi sentía increíblemente incómodo en esos días tras la ausencia de Naruto. Ahora que lo pensaba, él había pasado por ese mismo patrón varias veces. La razón era que mientras servía a muchos aldeanos comunes, también tenía una gran cantidad de clientes eran shinobis. ‘”Quería comer su ramen sólo una vez antes de que salga de misión.” Sus clientes shinobi dirían ese tipo de cosas.’ Teuchi pensaba fervientemente para sí mismo mientras cocinaba sus ramen: ‘Realmente espero que vuelvas y comas mi ramen nuevo.’ No era porque quería vender más ramen. Era porque quería que regresaran a salvo. ‘Si pudieras volver seguro, comerías mi ramen, y me mostrarías la cara sonriente de nuevo. Eso me traería mucha más felicidad que cualquier artesano pudiera pedir. Ni siquiera te cobraría.’ Por supuesto, que era un poco idealista para pasar por alto el hecho de que si él no cobraba por la segunda comida entonces tendría dificultades para pagar las facturas de los ingredientes de dicha comida. Pero al final del día, Teuchi había pasado por muchos años en su tienda donde los clientes shinobi de repente dejaban de venir. No la frecuentaban casi todos los días como lo hacía Naruto, pero aún llegaban con frecuencia a lo largo de cada año.

‘“Tengo una misión después esto. Cuando termine mi misión, me gustaría volver y comer sus ramen de nuevo.” - Me decían con una sonrisa y salían.’ Pero ellos se iban y a no volvían. Teuchi esperaba durante meses. Esperaba durante años. Pero jamás aparecían de nuevo. Teuchi no entendía nada sobre el mundo de los ninjas, pero él sabía que la muerte perseguía a cada uno de ellos. Era gracias a los ninja, que se ponían en riesgo siempre, que la aldea estaba protegida y los aldeanos podían vivir en paz. Por eso… Cada noche, Teuchi preparaba los ingredientes para el día siguiente y conforme lo hacía, los rostros de los clientes desaparecidos volvían a su mente. ‘Fuiste cuidadoso, ¿verdad?’ ‘Se hartó de mi ramen, ¿verdad?’ ‘Encontró otra tienda mejor, ¿verdad?’ ‘¿Verdad?’ ‘Ese era el caso.’ Teuchi se decía a sí mismo tratando de animarse. ‘Eso fue definitivamente lo que pasó. ¡En ese caso será mejor que haga el mejor ramen como jamás lo he hecho!’ Él pasaba sus noches preparando los ingredientes con pensamientos de esperanza ferviente. Así fue como Teuchi continuó haciendo ramen, día tras día. Varios meses después de Naruto apareció, Teuchi escuchó que el shinobi estaba fuera de la aldea y que había estado fuera de viaje por un entrenamiento prolongado. Teuchi sintió una oleada de alivio desde el fondo de su corazón. Era cierto que la última vez que Naruto se había parado por la tienda, él había mencionado que iría a un viaje largo. Teuchi había asumido que era para algún tipo de misión, pero él no podría haber imaginado que Naruto estaría fuera durante tanto tiempo. ‘Los shinobi tienen técnicas de entrenamiento muy duras.’ — Cuando Naruto regresó de su viaje de entrenamiento a lo largo dos años, había crecido y se había vuelto más alto, parecía un hombre adulto. Hubiera sido divertido cómo

Teuchi hubiera notado esos cambios drásticos si él lo hubiera visto todos los días como lo hacía antes. Teuchi no habló de muchas cosas. Él acaba de poner un plato de ramen en frente de Naruto para que comiera. Era un tazón lleno de alma. Naruto podría haber crecido, pero la sonrisa brillante que dio a Teuchi después de comer su ramen no había cambiado en absoluto. Por alguna razón, este hecho hizo a Teuchi tan feliz que le devolvió una sonrisa aún más amplia. La bravuconería y la incapacidad característica de Naruto a renunciar a ayudar a salvar el pueblo varias veces, muy pronto sería llamado héroe por todos. Un par de años más tarde, y el niño que había estado tan aislado ahora era amado y reconocido por todos. El nombre ‘Uzumaki Naruto’ pasó a través de la boca de una gran cantidad de personas. Y cada vez que alguien repetía su historia, las personas se encontrarían sintiendo una especie de afecto hacia el relleno naruto. Decenas de clientes de Teuchi pedían órdenes adicionales de naruto y, finalmente, había tantos pedidos que casi se convirtió en una moda. Vergonzosamente, había bastante gente caminando por enfrente y llamando a 'Ichiraku Ramen’ como ‘Ramen del Héroe’ en su lugar. Teuchi se sentía incómodo cuando la gente iba a comer ramen y murmurando '¡Si como esto, no voy a fallar en mi misión!’, o ‘Por favor, hazme regresar a sano y salvo’, pero tampoco él podía decirles cruelmente que pararan. Todo el shinobi y kunoichi que frecuentaban su tienda y decían cosas como que ellos eran los protectores del pueblo, eran los que salían y eran perseguidos por la muerte en crueles misiones casi todos los días. Era la naturaleza humana encontrar amuletos de suerte con los cuales aferrarse para ser protegidos. Y después, estaba el hecho innegable de que el propio Teuchi siempre había estado orando, en cierto modo, cada vez que cocinaba para shinobi a punto de salir en misiones. Sus pensamientos constantes de 'por favor regrese a comer de nuevo’ no eran realmente mejores que los deseos que murmuraban a sus tazones antes de salir para sus misiones. ‘Si yo como este ramen me haré más fuerte’, o ‘Si como este ramen me convertiré en un héroe’… no eran circunstancias felices que seguían a ese tipo de deseos. Incluso los pensamientos y las oraciones de una persona podrían ayudar a cambiar las cosas. Teuchi lo había aprendido muy bien en el pasado.

Sí, ese incidente había sido en una noche fría, fría en el medio del invierno. Esa noche fue cuando Teuchi decidió abrir su primera tienda, la noche en que había experimentado su último int… — Ah, el caldo en la olla había empezado a hervir. El vapor se había levantado junto con el sonido burbujeante, y a Teuchi le trajo recuerdos. -Vaya, me quedé atrapado en el pasado por un momento. - Teuchi murmuró. Por Dios, se estaba haciendo viejo. Él rápidamente se puso a hacer el ramen. Los fideos hervidos se volvieron suaves al ponerlos en la sopa. Añadió cuidadosamente los ingredientes, organizándolos de una manera agradable y entonces, el relleno definitivo, naruto. Teuchi se había separado de su tren de pensamientos por el bien de concentrarse sola y únicamente en hacer el tazón de ramen que le había sido ordenado. ¿En qué había estado pensando…? Se había olvidado por completo. Teuchi generalmente se olvidaba de cosas estos últimos días y no se acordaba de ellas de inmediato, pero no le importaba. Era suficiente para vivir cada día un plato de ramen a la vez. ¿Qué otra cosa desearía el dueño de una tienda de ramen? Eso era suficiente y era porque Teuchi amaba tanto el ramen que, después de todo, había decidido entrar en el mundo de ramen. Además, si hubiera estado pensando en algo muy importante, lo recordaría inmediatamente. ‘Ah, es cierto, había estado pensando en un regalo de bodas.’ Su cerebro subía aferrarse a cosas importantes después de todo. Tanto Naruto (la persona) y naruto (el relleno) lo habían ayudado mucho. Él quería mostrar su gratitud a cambio, pero por desgracia las cosas que podía hacer eran limitadas. Lo que Teuchi podía es lo que él siempre había hecho: hacer ramen. ‘Pero claro, eso no era algo malo.’ Pensó Teuchi. La relación entre Teuchi y Naruto era la de un comerciante y su cliente más regular. Cuando se trataba de lo que Teuchi sabía de Naruto… bueno, él sabía que el chico amaba ramen de Teuchi con pura pasión profunda. Al final del día, a pesar de conocerse desde hace años, Teuchi y Naruto habían impedido mutuamente hablar de cualquier otra cosa, ya que ambos se dedicaron por completo a concentrarse en el ramen en el mostrador entre ellos.

Teuchi era así y Naruto era así, ya era claro que el único regalo que podía dar era ramen, ¿verdad? Teuchi se acercó a una pila de notas que tenía cerca, y escribió tres palabras en él: “Ramen Pass gratuito.” Era un vale que le permitiría a Naruto comer todos los ramen que le gustaban de Ichiraku gratis. Seguramente, él estaría encantado con este regalo. No, espera un momento. Teuchi garabateó algunas palabras más. ‘Ramen Pass gratuito – Válido por un año.” ‘Aquí vamos’. - Teuchi asintió con total satisfacción. Los regalos de boda estaban muy bien, pero el dinero no significaba que creciera en los árboles. Teuchi temía que su tienda acabaría desapareciendo de la cepa de fideos sin pagar si era demasiado generoso. De cualquier manera, Naruto estaría encantado con este regalo, ya que él podía comer todos los ramen que amaba. Amaba mucho el ramen, por lo que probablemente vendría todos los días. Todos los días. Desde la mañana hasta la noche. Él traería junto a su esposa y diría: “¡Está bien, voy a comer ramen hasta que cada célula de mi cuerpo esté hecho de ramen!” Y entonces él comería. Y comería, y comería y comería y comería y comería… y la tienda de Teuchi se derrumbaría. Dentro de la mente de Teuchi, podía ver a su hija Ayame absolutamente rígida por la sorpresa, mirando su tienda derrumbada. Ayame, que trabajaba tan alegremente y con energía para atraer clientes a su tienda, estaría mirando con tristeza sus restos destrozados. Teuchi no sabría qué decirle a ella, y se quedaría inmóvil en estado de shock. -Un año… es mucho tiempo… - Susurraría Ayame, mientras una gran lágrima caería por su mejilla. Era una pesadilla. ¿Cómo había sucedido esto? ¿Por qué se había derrumbado la tienda? Sólo habían estado haciendo ramen… -Gah… - Teuchi frenéticamente sacudió la cabeza para librarse de las imágenes aterradoras.

‘Cálmate. Cálmate, Teuchi. Ten la cabeza fría. De hecho, un año es demasiado tiempo…’ “Ramen Pass gratuito - válido por un año medio año.” Medio año… No, no, no lo haría tampoco. La pluma en la mano de Teuchi chirriaba contra el papel, mientras la apretaba con los dedos. “Ramen Pass gratuito - Válido por un año de medio año de un mes.” Teuchi dejó de lado su pluma, asintiendo. Eso haría. Espera, no, él todavía sentía un poco de miedo… “Ramen Pass gratuito - Válido por un año de medio año de un mes de una semana.” La respiración de Teuchi se había vuelto un poco trabajosa. ¿Cuándo había sucedido? Él estaba imaginando la reacción de Naruto… “¿¡Una semana entera!? ¡Muy bien, entonces será mejor que coma diez tazones de ramen todos los días! ¡Eso no era bueno! Teuchi puso el bloc de notas lejos de él. ¿Cómo podía pensar en la solución? Los vales solamente traerían miseria y destrucción. Sería causar estragos en él y su hija. -Ohh… oh no… - Teuchi estaba llorando ante las horribles imágenes de su imaginación que cobrarían vida. Gracias a su bono descuidadamente escrito, Ayame estaría fuera en las frías y oscuras calles. ¡Ella encontraría algún hombre de mierda y se casaría con él! “Ayame, ¿cómo pudiste hacerme esto a mí? ¡Casarte con el hijo de un fabricante de fideos de trigo sarraceno! No tienes derecho a llamarme “padre”. Vete. ¡Vete de mi vista o voy a volcar ramen sobre sus cabezas!” -¡No!… Ohh no, ¡no!… - Teuchi gimió, sosteniendo su cabeza entre las manos. Un pase libre era imposible. Si lo hacía, él no sería capaz de hacer del ramen, un medio de vida. Entonces, ¿qué debería hacer? Tenía que poner un límite de tiempo o número de límite de tazones, de lo contrario sería un desastre. Incluso si le decía a Naruto “Sólo come tanto como el sentido común permite”, el sentido común de Teuchi y el sentido común de Naruto no eran la misma cosa. Dicho esto, cualquier regalo que pudiera dar, no era como el ramen. Era una situación imposible.

-Buenas tardes. - Teuchi le dijo a un nuevo cliente que acababa de llegar. -Una gran porción de ramen, por favor. - Dijo el cliente. - Ah, y naruto extra. Naruto realmente había sido muy popular últimamente. Solía apenas venderse, pero hoy en día Teuchi estaba abasteciendo antes de tiempo para asegurarse de que nunca se acabara. Teuchi cambió sus sentimientos angustiados por su profesionalismo y comenzó a preparar el ramen. Como siempre, se dedicó por entero a la tarea, y agregó el naruto al último. Puso en el naruto extra también, organizándolos agradable y cuidadosamente. Parecía que el lugar de naruto en la parte superior de la lista popular de coberturas, era seguro durante un buen rato. -¡Aquí tienes, orden servida! - Teuchi deslizó el ramen hacia su cliente, y volvió a preocuparse. Acercó el bloc de notas y abrió una nueva página en blanco. El cliente estaba felizmente mascando en el naruto de su ramen. Estaba bien aunque pidió más raciones de guarnición. Teuchi tenía toda una montaña llena de ellos ya cortados y listos. Teuchi miró a la montaña de cortes de naruto que había dispuesto sobre una bandeja en su área de trabajo. Una nueva página del bloc de notas en blanco, al igual que la mayoría de naruto, blanco. Pero naruto no era sólo blanco. También tenía ese patrón en espiral de hidromasaje encantador. ‘Esos naruto eran cosas buenas.’ Teuchi pensó. La mente de Teuchi estaba en blanco y el bloc de notas que tenía en su mano estaba en blanco, pero el naruto no lo era, porque tenía esa hermosa espiral, fascinante. Durante un tiempo, Teuchi siguió mirando en silencio a la montaña de naruto. Y luego… Una porción libre de naruto Incluso antes de que se diera cuenta de lo que estaba haciendo, Teuchi había escrito esa línea en el bloc de notas. Dejó la pluma. Luego, con la misma rapidez, cogió una copia de seguridad. Una porción libre de naruto Esto no lo haría tampoco. Era un regalo demasiado pequeño, se estaba preocupado demasiado. Teuchi seguía tratando de pensar en una opción de regalo que no dejaría que sus peores temores cobran vida. Fue gracias a Naruto (la persona) y a naruto (el relleno) que se había vuelto tan popular, por lo que Teuchi no podía comportarse de esa manera.

Pero, tan importante como un regalo de bodas, si actúa demasiado imprudente, a continuación, su imaginación se burlaba de él con imágenes de Ayame en las calles frías, casándose con un hijo de puta irresponsable. Lo que necesitaba era algo con perfecto equilibrio. Tenía que ser algo que llevara un profundo amor de ramen, pero también sería algo que no pondría a la tienda en peligro de quiebra, una especie de espléndido regalo que combinara ambos factores. Los pensamientos de Teuchi comenzaron a bombardearlo de nuevo. Es gracias a Naruto (la persona) y a naruto (el relleno) que era tan popular su tienda. Así que en ese caso… Teuchi encontró su resolución, y escribió una nueva frase en su cuaderno de notas. Mientras lo hacía, pensaba en cómo Naruto lo miró cuando comía su ramen. Mirar al chico que siempre lo visitaba, ser tan feliz que ni siquiera podía hablar. Esa sonrisa de Naruto era injusta. Era solapada. Cualquier propietario de una tienda de ramen se convertiría en puré cuando lo viera. Cada vez que pensaba en esa mirada, Teuchi no podía dejar de pensar: ‘Yo siempre quiero ver esta cara.’ -Está bien. - Teuchi asintió satisfecho. Por fin había encontrado el perfecto de regalo de bodas.

CAPÍTULO 5 La relación entre estas dos

Con sólo un vistazo, Haruno Sakura sabía que este regalo era el elegido. Esto es todo, pensó: ‘¡No hay mejor regalo de bodas que esto!’ Ella había estado mirando regalos en el interior de su tienda de moda favorito cuando sus ojos se posaron en una maravilla: un marco de fotos único e irrepetible. El color, la forma, incluso los pequeños detalles tallados en el diseño, todo sobre él encajaba perfectamente en los gustos de Sakura. Casi la hizo sentir como si el portarretratos había llegado a existir simplemente para ser comprado por ella. Sakura era el tipo de persona que absolutamente tenía que comprar artículos únicos e irrepetibles. Había decidido que no iba comprar un regalo que no compararía para ella misma. ‘Si no te gusta el regalo que te compras, realmente no se podía estar seguro de dárselo a los demás, ¿verdad?’

‘Ah, si pudiera, me gustaría decorar mi cuarto con esto.’ No podía dejar de pensar. ‘Si yo tuviera algo bonito como esto en mi habitación, me gustaría llegar y verlo en mi casa todos los días al volver…’ Pero, sinceramente, la mayor razón por la que a Sakura le había gustado el marco de fotos había sido porque era único e irrepetible. No había otros duplicados. Era el único en el mundo, algo que nadie más tendría. Es un regalo de botas, después de todo. Sería desastroso si alguien más comprara lo mismo que ella. Pero mientras comprara el portarretratos único e irrepetible, no tendría que preocuparse de que nadie más comprara el mismo regalo. Incluso si alguien más le regalaría a la pareja un portarretratos, no sería el mismo diseño que éste, y su regalo seguiría siendo superior en su singularidad. En ese sentido, por lo que ella sabía, nadie más estaba pensando en comprar un marco de fotos para la pareja. El Capitán Yamato, por ejemplo, tenía la afición de la lectura de libros sobre el diseño arquitectónico y la construcción. ‘Muebles para que coincidan con su nuevo hogar…’ Yamato había murmurado con su habitual expresión en blanco en su rostro. ‘O, no, tal vez es el nuevo hogar en sí el que debo de…’ Luego estaba Sai, que tenía un talento para el arte. Él había sido inusualmente entusiasta, hablando de cómo pasaba sus noches pintando un cuadro como regalo de bodas. Ella en realidad se había encontrado con Sai esta mañana. Ella lo había visto de pie, inmóvil, en medio de la calle, mirando entumecido y con horror estupefacto, al pergamino blanco en sus manos. Su inspiración había desaparecido por completo. -Sakura… - Sai había dicho aturdido. - El pájaro voló lejos… por el cielo… ¿Cómo en el mundo su chakra había terminado por entrar en la tinta? Sai había sido un poco demasiado entusiasta, si le preguntaras a Sakura. De todos modos, al final del día todo el mundo estaba reuniendo regalos que reflejaban sus propios pasatiempos y habilidades. Así que Sakura decidió comprar un recuerdo elegante como regalo, algo que se adapte a su naturaleza femenina. Y así, sus ojos habían venido a descansar en el marco de fotos antes mencionado. Un marco de fotos era perfecto. Era un regalo que sin duda iba a convertirse en un momento preciado, algo que no podría dejarse sin utilizar. Además de eso, ni siquiera tendría que tomar una decisión sobre la parte más importante del marco de fotos: la foto que se muestra en el interior. Esa elección se deja a los destinatarios. Sakura imaginó el marco de fotos de pie con orgullo en una esquina de la habitación de Naruto y Hinata. Podrían enmarcar su foto de la boda, o tal vez, algún día, una foto de su hijo recién nacido. De cualquier manera, sería precioso.

Las memorias felices se podrían preservar en el portarretratos y tendría recuerdos futuros de su feliz vida. La pareja estaría sonriendo en su foto, y sonreirían cada vez que vieran la fotografía. Por alguna razón, sólo de pensarlo hizo que Sakura se sintiera feliz también. Sus mejillas se curvearon con una sonrisa. Esto es sin duda el elegido. Sería el mejor regalo de bodas. Sakura estiró la mano para tomar el portarretratos y luego… Vio una mano que se deslizaba y tomaba un lado del portarretratos. Sakura bruscamente trató de quitarle el portarretratos de la mano de la otra persona con un gran tirón. Sin embargo, la otra persona había tratado de hacer lo mismo en ese mismo momento. El marco de fotos tembló entre las manos, sin moverse hacia ninguna dirección, pero aplicándole la misma fuerza. Los ojos de Sakura siguieron la mano del intruso y miró la cara de su dueño. Sus ojos se encontraron Yamanaka Ino. -¡Ino, suéltalo! - Sakura chilló y jaló con todas sus fuerzas. -¡Tú suéltalo, Sakura…! - Ino estaba tirando con todas sus fuerzas también. Sakura e Ino eran muy buenas amigas. Desde que eran niñas, habían sido amigas, y por igual, habían sido rivales. Justo el otro día, habían sido puestas en una misión como equipo. Había sido una tarea muy repentina, pero habían trabajado a la perfección, con una cooperación impecable. Prácticamente respiraban en sincronía. Pero pensar que habían llegado a la misma tienda, al mismo tiempo, y se decidieron por el mismo artículo en el mismo instante… era como si el destino les hubiera jugado una broma muy cruel. No les hubiera salido mejor si lo hubieran planeado. Tal vez de verdad respiraban en sincronía. Si hubieran sido un hombre y una mujer, bien podría haber caído en las garras del amor. Quizás diminutos corazones hubieran aparecido de la nada y girarían a su alrededor. Por desgracia, lo único que entre Sakura e Ino había aparecido en este momento eran llamas y chispas que significaban una guerra inminente. Sólo había que tomar un vistazo a la cara de Sakura para darse cuenta de que sus intenciones eran las mismas que los suyas. Las mujeres podrían bien darse cuenta de ese tipo de cosas. Ino se había dado cuenta también. -¡Las dos nos queremos comprar esto como un regalo de bodas…!

Cada mujer entendió la intención de la otra inmediatamente, y fue cuando comenzó una lucha feroz. -¡Yo-lo-encontré-primero…! - Dijo Ino con los dientes apretados. -¡Yo-fui-más-rápida, gracias! - Sakura respondió, poniendo toda la fuerza que tenía en tirar del objeto. Siempre que ella e Ino eran así, no podía evitar sentir la feroz competencia de su amistad de la infancia volver a la vida. El marco de fotos comenzó a temblar entre ellas por culpa de la presión y la fuerza igualmente feroz que se ejercía sobre cada lado. ‘¡Lo agarré con mi mano derecha!’ Sakura se dijo a sí misma y se carcajeo con alegría. Las posibilidades de la victoria dependían de la posición que tenían. Sakura había agarrado el marco con la mano derecha, e Ino lo había agarrado con su izquierda. ‘¡No hay forma de que el agarre frágil de la mano izquierda de Ino pueda resistirse el poder abrumador de mi mano derecha!’ -¡Shannaro! – Sakura gritó y puso toda su fuerza en la mano derecha. El marco de fotos se deslizó fuera del agarre de Ino con un movimiento suave. -¡Ahh! ¿¡Qu-qué estás haciendo!? ¡Devuélvemelo! - Ino ferozmente protestó. Pero Sakura era una mujer adulta. Hizo caso omiso de las quejas estridente de Ino con un aire de compostura madura. Hablar de ellas siendo rivales era algo del pasado. Ahora, Sakura había sobrepasado a Ino en todo. Sakura tomó el marco de fotos en sus manos y sintió el resplandor de la victoria que se hinchaba en su pecho. -¡Eres tan bruta! - Dijo Ino. - ¡Una idiota con fuerza bruta! -¿¡A quién llamas idiota!? - Sakura estaba indignada, apretando inconscientemente con sus manos el portarretratos. Sakura trató de recuperar la compostura y actuar como una madura mujer adulta con la cabeza fría. -J-jaja. Ino, tú sabes que yo soy el mejor médico ninja en todo el pueblo, ¿no? El jutsu médico de alto grado que uso requiere un control de chakra muy preciso. Para llamarme idiota sería un poco… es porque yo sobresalgo tanto en el control de chakra que puedo llevar a cabo una resistencia superior a los demás. Mi fuerza demuestra lo terriblemente buena que soy como médico ninja. Pero bueno, Ino, supongo que incluso si utilizas tu jutsu Shintenshin y entraras en mi cuerpo, nunca serías capaz de tener mi control de chakra, ¿eh? -Ugh… - Ino dio un paso hacia atrás, haciendo un sonido enojado con su garganta.

‘Gané.’ Sakura pensó. ‘Así es Ino, lo mejor es que te retires ahora.’ Sakura le dio la espalda a Ino para dirigirse a la caja registradora, y en ese momento… -Oh, por cierto, Sakura, estás segura que no estás pensando en dar ese portarretratos a Naruto y Hinata como regalo de bodas, ahora, ¿verdad? - Ino gritó con un tono terriblemente sarcástico. – Claro que no, ¿verdad? No podrías pensar en darles un regalo tan insignificante. -¿¡Qu-!? - Sakura se detuvo en seco, volviendo a mirar a Ino sin pensar. Pero, en el momento en que vio la sonrisa maliciosa en el rostro de Ino, Sakura vio a través de ella por completo. -¡Ah, qué ingenua, Ino! Sakura estaba familiarizado con las tácticas habituales de Ino. Ella estaba degradando el portarretratos de manera que Sakura decidiera no comprarlo. Ino había visto que no podía ganar a la fuerza bruta de Sakura, por lo que ahora ella estaba tratando de ganar con palabras. Sin embargo, esa medida no iba a funcionar. -¿Qué estás diciendo? - Sakura respondió. - ¡Estabas desesperada en comprar esto hace apenas un minuto! -Eugh…es…eso es… ‘Débil. Realmente débil, Ino. Así eres siempre, si alguien señala la falla más pequeña de lo que has dicho, te pones nerviosa enseguida.’ -Tienes un gran sentido de la moda horrible, mira que tratar de comprar desesperadamente algo que pensabas que era insignificante. - Dijo Sakura, dando el golpe final. Ino había conseguido miserablemente ser atrapada en algo que fue de su creación. -¡Yo-yo no dije particularmente que iba a comprarlo…! - Ino protestó. -¿Entonces por qué estabas aferrando tan desesperadamente? -Es-Eso es… basura, sí, basura. ¡Pensé que era algo que alguien había tirado y quería llevarlo a la basura! -¡Ay que ver tu excusa! Por favor, ¿¡cómo va a ser basura y estaba en un estante en el medio de una tienda?! Sakura de repente se dio cuenta que un empleado de la tienda se interponía entre ellas. -Uhm, honorables clientas. - El empleado habló cortésmente. - Lo siento mucho, pero están molestando a los otros clientes…

Ack, de alguna manera había levantado su voz sin darse cuenta. Sakura rápidamente se volvió a pedir disculpas al empleado -Yo-yo lo siento… - Sakura golpeó suavemente con su codo a Ino. - Vamos, Ino, también discúlpate. Gracias a ti, hemos sido una molestia… -¿Disculparme? Es tu culpa levantar un alboroto a gritos, ¿no?! – Ino empujó a Sakura hacía atrás. - ¡Cuidado con lo que dices! Sakura e Ino miraron a los demás, y en el instante siguiente, ambas se habían abalanzado la una con la otra. Sus manos agarraron y tiraron a la una de la otra del cabello y la ropa por igual mientras luchaban. -¡En primer lugar, las cosas salieron así porque te entrometiste! -¡Te digo que lo encontré primero! -¡Distinguidas clientas! - El empleado entró en pánico y trató de interponerse entre ellas. - ¡Por favor, paren, honorables clientas! -¡Cállate! - Ambas le gritaron al empleado con expresiones feroces, con expresiones faciales como demonios. Un silencio sepulcral cayó sobre la tienda. Se sentía como si el tiempo se hubiera detenido. El empleado que había intentado interferir entre ellas había dejado caer su mandíbula. Pero en el instante siguiente, sus facciones se endurecieron. En el momento en que Ino y Sakura se dieron cuenta de lo ocurrido, se disculparon con voces tenues, pero ya era tarde. Ambas fueron lanzadas fuera de la tienda. Pero… sólo porque fueran expulsadas, no significa que su discusión se hubiera detenido. -¡Mira lo que hiciste! ¡No puedo creer que nos echaran de la tienda! -¡Mira lo que hiciste! ¡Por fin había encontrado un buen regalo de boda! Sakura e Ino estaban discutiendo y sus voces se alzan en medio de la calle, sin importarles las miradas curiosas que veían el alboroto. -¿Encontrado? - Ino se burló. - ¡Oh, esa es una buena manera de ponerlo cuando lo arrebataste de las manos de alguien con tu fuerza bruta! ¡En primer lugar Sakura, nunca puedes comprometerte a nada! ¡No tienes un corazón o voluntad de compromiso, sólo tu fuerza bruta y nada más! ¡En realidad no hay cómo ayudarte! -¡¿Disculpa?! ¡Tener corazón no tiene nada que ver con esto! ¡Hazme un favor y dejar de decir cosas al azar sólo porque te superé en todo!

-¡¿Disculpa?! ¿Qué quieres decir con que me superaste en todo? ¡Cuando se trata de ser más femenina, definitivamente soy yo quien te supera! -¿Femenina? - Sakura se burló. - ¿Dónde? ¡Sólo eres vulgar y exagerada! -¡Ah, qué mal perdedora! - Ino graznó. - ¡Cuando se trata de miradas, sentido de la moda, centros de flores, y cocinar, soy mejor que tú en todas y cada una de esas cosas! Ah, pero cuando se trata de tener fuerza inhumana, eso es, sin duda, tu victoria. -¡Ino, cerda…! Una vena palpitaba en la frente de Sakura. Pero, ella no había perdido aún. -¿Ah, sí? Yo puedo cocinar muy bien, ¿sabes? Y cuando se trata de cosas como el aspecto o sentido de la moda, son cosas estúpidas por las cuales sólo te preocupas tú. Ya sabes, es porque ese tipo de cosas son lo único en lo que piensas y no eres buena. Sakura dio un exagerado suspiro dramático, sacudiendo la cabeza en imitación de decepción. - El hecho de que la gente nunca va mirarte y ver como una mujer inteligente como lo hacen conmigo, eso no significa que debas arremeter contra mí. Ino no retrocedió. -Ahh, en realidad Sakura, ahora que lo pienso, sólo tenía un pensamiento en la cabeza hoy. Alguien que tiene una cabeza grande cuando su único punto favorable es la fuerza bruta, es el tipo de mujer que nunca conseguirá que le propongan matrimonio, ¿verdad? Eso es tan lamentable… -¿Qué nunca le propongan matrimonio? ¡Eso es lo que yo debería de estarte diciendo! -¿Eh? Oh, lo siento, Sakura. Yo no he dicho eso de ti, en particular, pero creo golpeó accidentalmente en tu punto débil, ¿eh? Te pido disculpas si herí tus sentimientos… -Tú… Tal vez Ino había tocado un asunto tan increíblemente sensible, ya que su argumento era originalmente sobre los regalos de boda, pero había ido demasiado lejos. Fue un golpe bajo. -Pero bueno. - Ino continuó. - Supongo que es un poco obvio que sólo tu buena cabeza y la fuerza bruta no son suficientes para garantizar que serás una novia algún día. ‘¿Qué eres, una maestra del sarcasmo?’ - Sakura pensó, pero respondió sin acobardarse. -¡Yo sigo diciendo que puedo cocinar! ¡Y mi cocina es, seguramente, mejor que la tuya, Ino! -¿Perdón? Sakura, no creerás en serio que alguien como tú me puede ganar en la cocina, ¿verdad? -Obviamente lo creo. ¡Estoy segura de que no podría perder ante ti!

-Bien entonces. ¡Vamos a ver quién es realmente la mejor! Ino y Sakura se miraron la uno a la otra. De alguna manera, el resultado de su orgullo y terquedad se había convertido en un concurso de cocina. Regalos de boda, el portarretratos, todo lo demás se había tirado por la ventana y olvidado por completo. Realmente, tampoco se preocupaban por cómo las cosas habían llegado a ese punto. Lo único que alimentaba a las mujeres, era hacer todo lo posible por limpiar esa sonrisa de suficiencia de la cara de su rival. Sakura e Ino. El enfrentamiento de cocción, que pondría los orgullos de las dos mujeres en línea, ya había comenzado. El plato estrella de los enfrentamientos: píldoras de soldado. Las píldoras de soldado eran pequeñas masas transportables de alimentos en conserva que a los shinobi les gustaba usar. Los alimentos con altos balances de nutrientes se amasaban y deshidratadaban en bolas redondas, las cuales eran muy bien conocidas y ampliamente utilizadas en todas partes del mundo shinobi como una ración militar estándar. Sin embargo, el mundo de las píldoras de soldado era inesperadamente profundo. No sería una exageración decir que no había un número de diferentes tipos de píldora de soldado, los sabores eran igual al número de personas que las hacían. Esto era debido a que los ingredientes utilizados en las píldoras de soldado, así como su tamaño, variaban de fabricante a fabricante. Por ejemplo, hubo quienes hacían píldoras de soldado utilizando ingredientes enumerados en una receta secreta que había sido dictada en su clan por generaciones. Y también estaban los que las hacían tan grandes que eran del tamaño de una bola de arroz. Y luego estaban los que hacían píldoras de soldado para el consumo animal, no los seres humanos. Las píldoras de soldado eran un tipo de alimento cuyo contenido cambiaba por mucho, muchos factores. La receta tradicional de la familia, las preferencias, el estado físico, tácticas, la longitud de la misión, las condiciones meteorológicas… todos estos factores implicaban la realización de una sola píldora soldado. Por eso Ino y Sakura habían decidido que la píldora de soldado sería el plato para su concurso de cocina.

Era rápida de hacer, y fácil de comer. La amplia gama del recetario también permitiría, tanto Sakura e Ino, mostrar sus diferentes personalidades y habilidades, y de forma rápida y fácil a determinar qué era superior. Sakura había comprado sus ingredientes, ido a casa, e inmediatamente llegado a trabajar en la creación de su píldora de soldado. Había que verter todos sus ingredientes en tazones, y poner toda su concentración en la maceración con un mortero de madera. En primer lugar, había semillas de sésamo, almendras y nueces. Todos los ingredientes que se utilizan comúnmente en Konoha. -¡Sólo espera y verás! - Ella murmuró mientras molía los ingredientes para que quedaran hechos polvo. - ¡Te voy a mostrar que cuando se trata de cocinar, mi capacidad es definitivamente más alta! Todos los ingredientes utilizados en las píldoras soldado generalmente se preparaban de la misma manera: moliéndolos hasta convertirlos en polvo. Sakura añadió más ingredientes, miel y dulce de roca y continuó su trabajo. Mientras molía los ingredientes juntos, sus pensamientos regresaron a sus días de la Academia. Las clases Kunoichi de la Academia, incluían la enseñanza de la joven kunoichi, como el arreglo floral y la ceremonia del té. Había que aprender una amplia gama de información sobre la cultura y el comportamiento. Las clases existían para que la kunoichi pudiera infiltrarse en territorio enemigo sin ser detectada fácilmente, por lo que su comportamiento y el conocimiento era no traicionar su naturaleza interna. No se podría crecer para ser una kunoichi exitosa si no sabías como actuar como una mujer normal. Y, entre esas muchas clases para las Kunoichi, había, por supuesto, cocina. Ino había brillado dentro de la clase de cocina, siempre llevando a cabo sus recetas a la letra. Sakura, por otra parte, no podía seguir las recetas tan fácilmente. En aquel entonces, Sakura había mirado con aspiración y anhelo a Ino, que había sido siempre popular. Pero ahora, las cosas son diferentes. Como kunoichi, y como mujer, Sakura había crecido y mejorado sus habilidades. Ella era el tipo de persona que solía admirar desde atrás, pero se convirtió en alguien a quien enfrentaban de frente, hombro con hombro. Y ahora, Sakura había dado un paso tras otro para avanzar más de lo que Ino había hecho. -¡Ino… en la cocina, y en cualquier otra cosa que venga, prepárate para mirar bien mi espalda! - Sakura dijo una furia llena de espíritu de lucha mientras molía con la mano en el mortero de madera.

Ino le había dicho que ella nunca iba a convertirse en novia, bueno Sakura estaba dispuesta a tomarlo a la ligera. Ella absolutamente no podía permitirse el lujo de perder en esta batalla. En primer lugar, Ino se estaba dejando llevar en el la dicha de llevarse bien con Sai últimamente. Sakura no iba a perder contra esa dicha inconstante. ‘¡Vas a obtener un buen sabor de la ira de la mujer que florece! - Sakura pensó sombríamente. Cocinar podría haber sido un poco diferente a la cuestión real que había provocado su ira, pero de cualquier manera era una victoria, y Sakura había preparado un plan que garantizara esa victoria. -Fufufu… eso es todo. - Sakura dejó que una sonrisa maliciosa se arrastrara hasta su rostro, sosteniendo el ingrediente clave para su éxito. El ingrediente en cuestión era el pudín. Sakura se había asociado con Ino desde la infancia. Ella sabía todo sobre el gran amor de Ino por el pudín. De hecho, ella lo sabía todo sobre los gustos y disgustos de Ino. Para un shinobi, la información lo era todo. No era arrogante para Sakura pensar que había ganado cuando ella tenía un perfecto conocimiento sobre los gustos de Ino. Rebosante de exceso de confianza, Sakura lanzó el pudín en su pasta de píldora de soldado. Cacareando, ella mezcló una sonrisa alegre. -¡Con esto mi victoria está garantizada! Todo lo que quedaba después era moldear la pasta en una bola de tamaño adecuado y deshidratarlo. En poco tiempo, el dulce especial de la píldora de soldado sabor a pudín quedaba completo. Tiempo más tarde, cerca de la tienda de abarrotes de la cual habían sido expulsadas… Ino ya estaba de pie en una de las calles principales de Konoha, en el lugar que habían acordado para cumplir el reto. Los ojos de Sakura se reunieron Ino, e Ino dejó escapar una amplia sonrisa. -Así que apareciste después de todo, Sakura. – Dijo Ino. - Y yo que ya estaba empezando a pensar que te diste cuenta de que eras no es rival para mí y habías escapado. ‘¡Apuesto cualquier cosa que ella deliberadamente se presentó temprano sólo para poder decirme eso…!’ - Sakura pensó para sus adentros, chasqueando la lengua.

La razón de su pensamiento, era porque Sakura había llegado exactamente a la hora en la que prometieron llegar. Ella había decidido nunca llegar tarde como lo hacía Kakashi-sensei. ¡Qué cosa más inútil para hacer!… Pero, Sakura no iba a ser provocada por pequeños trucos como este. La victoria de esta competencia estaba en la palma de sus manos. Ino podía jactarse mientras pudiera. -La victoria viene a los que se toman su tiempo. - Sakura dijo mientras se enfrentaba Ino. Su compostura era magnífica, y ella estaba totalmente segura de su victoria inminente. -Bien entonces, nuestra competencia ha comenzado. - Dijo serenamente Ino. - Por lo tanto, para asegurarse de que la competencia es justa, le daremos nuestras píldoras de soldado a un tercero que va a juzgar cuál es la más deliciosa. -¡¿Eh?! - Sakura se quedó boquiabierta. -¡¿No la vas a comer?! En un instante, la victoria que Sakura tenía en las manos, se había convertido en polvo y escombros. -Obviamente, no. - Los ojos de Ino estaban muy abiertos por la sorpresa ante la reacción de Sakura. - Incluso si las dos nos comiéramos la píldora de la otra, hay una alta probabilidad de que ninguna de nosotras estaría dispuesta a entregar la victoria. Es por eso que necesitamos una tercera parte objetiva que sería el juez. El razonamiento de Ino era sólido. Sakura había tenido un punto ciego. Pensar que Ino no comería la píldora de soldado… Haber comprado pudín había sido inútil. El ir y tomarse la molestia de hacer una píldora de soldado con el sabor favorito de Ino ahora era completa y absolutamente inútil. -A juzgar por tu reacción, Sakura… no me digas que… - Ino miraba fijamente a Sakura, tenía un surco entre las cejas. - …No pusiste veneno en la píldora de soldado, ¿verdad?“ -¡Como si alguna vez hubiera hecho algo así! Era simplemente demasiado. ¿Cómo podía dudar de ella Ino, su mejor amiga? -Me pregunto… - Dijo Ino. - Bueno, de todos modos, está bien. Así que de todos modos, creo que deberíamos tener a Chōji como juez. -¡Es-Espera un minuto! ¡Chōji es tu compañero de equipo! -Es Chōji, así que cuando se trata de comida, él nunca miente, ¿sabes? Él no va a alterar los hechos para que gane. Así que cuando se trata de este tipo de cosas, Chōji sería el juez más confiable, ¿no? Bueno, cuando ella lo puso de esa manera, nadie estaría en desacuerdo. Sakura se encontró analizando el razonamiento de Ino.

-Bien entonces, voy a ir y traer Chōji. Lo vi por aquí hace un rato. - Ino dijo y desapareció. Muy pronto, Sakura podía oír su regreso, muy probablemente con Chōji a cuestas desde que escuchaba como escupía constantemente cosas como "¡Sólo ven y date prisa!” o “Esta es una oportunidad de comer un poco de buena cocina casera, ¿sabes?” Entre otras cosas. Sonaba como si Chōji estuviera poniendo un poco de resistencia a la posición de ser juez. Efectivamente, Chōji entró lentamente en el campo de visión de Sakura, su forma de gigante siendo arrastrado hacia adelante por una Ino insistente. Su cara se veía muy sombría. Ino fue sin duda la que lo obligó a participar. -Espera, Ino. - Él estaba protestando. - Vine aquí a comer helado. -Está bien, está bien. Siempre dices que tienes un espacio separado en tu estómago para el postre, ¿no? ” -Sí. Es por eso que digo que ya me he comido el postre… ¡Oh, Sakura! - Los ojos de Chōji aterrizaron en la otra chica, y de inmediato comenzó a pedir ayuda. - Ino no me entiende muy bien. Ella quiere hacerme como un tipo de conejillo de indias para una píldora e soldado. Sálvame, por favor. -Así que, Ino. - Dijo Sakura. - ¿Qué pastilla qué le damos primero? Sakura había esperado que Chōji dijera algo como: “Oh, mierda, ¡también estás metida en esto! - Pero en cambio, se volvió manso. -Oh, bueno, supongo que tendré un espacio en mi estómago separado también para las píldoras de soldado… - Chōji lo dijo con un sonido confiable. Sakura se tranquilizó. Ino estaba en lo cierto. Chōji sin duda sería un juez justo e imparcial para las dos. Además, incluso si Ino no comiera la píldora de soldado, no cambiaría el hecho de que el pudín haría que tuviera un sabor dulce y delicioso. Ella todavía sería capaz de ganar. Sakura apretó los puños con fuerza. -Bien, entonces, Chōji, ¿puedes comer dos píldoras y decirnos cuál es más deliciosa? Ino entregó Chōji la píldora que había hecho y Sakura también lo hizo. Chōji miró las píldoras de soldado que sostenía con ambas manos, con los ojos parpadeantes que iban de una a otra. Levantó la píldora de soldado de Sakura y se la llevó a la boca primero, le dio un mordisco. Él era el juez, por lo que en lugar de comerla toda, sólo probó la mitad de ella. -Es… Esto es… - Los ojos de Chōji habían crecido anchos, como platos de cena.

Sakura esperaba su reacción y… -¡Delicioso! ¡Esto es realmente delicioso! ¡Es increíblemente dulce, y ahuyentó toda mi fatiga por completo! Chōji estaba tan encantado que, inmediatamente, se tiró la otra mitad no consumida de la píldora de soldado en la boca. No se detuvo allí, incluso arrancó de las manos de Sakura las píldoras de soldado adicionales que ella había hecho, y las engulló deprisa. -¡Muy bien! - Sakura chilló, levantando su puño en el aire. ‘¡Mira bien, Ino! ¡Estas son mis capacidades reales!’ La reacción positiva de Chōji había sido obviamente inesperada. Ino estaba mirándolo con una mirada horrible en la cara, y Sakura pudo oír los molares de la mujer rechinando. -¿Qué te parece? - Sakura le preguntó. - ¿Tal vez debería simplemente aceptar mi victoria ahora? - Chō-Chōji. - Ino estaba nerviosa. -Vamos, date prisa y comer la mía. Las mejillas de Chōji aún estaban repletas con las píldoras de soldado de Sakura, pero aparecieron rápidamente la píldora de soldado de Ino. Se abalanzó hacia la píldora y no la comió a medias, sino completa. Metió tres, cuatro más de píldoras adicionales de Ino adentro de su boca. Tal vez era para que pudiera probar correctamente, ya que algunas de las píldoras de soldado de Sakura estaban todavía en su boca. -¡Sí… sí… sí…! - Los ojos de Chōji estaban tan abiertos como platos, y él asentía fervientemente. -¡Increíble! ¡Estas cosas también son muy dulces y deliciosas! Chōji pasó por su garganta las píldoras de soldado que tenía en sus mejillas con un enorme trago. Una sonrisa increíblemente satisfecha derivó en su rostro. Ino había conseguido muy trabajo y estaba emocionada, ella lo apresuró para obtener respuesta. -Así que, ¿cuál es? ¿Cuál es más deliciosa? Vamos. -Hmm… Las dos son muy dulces y deliciosas, así que es muy difícil decir cuál es la mejor. - Chōji murmuró. Él inclinó la cabeza hacia un lado con perplejidad, cruzándose de brazos mientras masticaba. Una tras otra, él ponía más piezas de píldoras de soldado de Ino y de Sakura en la boca, masticaba cuidadosamente y las juzgaba. -Sí, creo que las dos son grandiosas. Son a la vez dulces y deliciosas. Sí, realmente deliciosas. Delic-geugh. - Las piernas de Chōji desplomaron por debajo de él, y se derrumbó. La sangre le corría por debajo de su nariz.

-¡Oh no! -Es-espera- ¡¿qué te pasa?! Chōji estaba completamente inerte en el suelo, con los ojos muy abiertos. Una sola píldora de soldado se derramó de su mano inerte en el suelo, y al ver que se trataba de una de Ino, Sakura dejó escapar un grito. -¡Veneno! - Gritó. - ¡Ino, tú! ¡Pusiste veneno en tus píldoras, ¿verdad?! -¡Como si alguna vez hubiera hecho eso! ¡¿Qué clase de persona crees que soy?! -¡De-de cualquier manera, tenemos que darle ayuda médica! ¡Chōji, vuelve en ti! La boca de Chōji se abrió ante el sonido de la voz de Sakura. -Aún tengo que hacer… muchas… grandes camaradas… - Él murmuró incoherencias, la sangre se le escapaba por la nariz. -¡¿Qué te está sucediendo?! ¡¿Tu vida está pasándote por los ojos?! -¡Noooooooooo, Chōji no mueras! - Ino gritó. - ¡Sakura, rápido, haz algo! Ino estaba llorando, pero Sakura ni siquiera entendía cómo Chōji había conseguido estar de esa manera. Examinó a Chōji y parecía estar en perfecto estado de salud. La única causa posible de su estado era sin lugar a dudas las píldoras de soldado que había comido. -No… No me digas… - Sakura tragó. -¿Un veneno…desconocido…? Sakura estaba mirando fijamente a Ino con una mirada espeluznante en su rostro. -¡¿Por qué sospechas de mí?! - Ino gritó. -Se puso así después de comer tu píldora de soldado… -¡Es posible que el efecto de tus pastillas fuera el que lo tumbara! -¡Pero yo no le puse veneno! -He hecho… tantos… compañeros… – Chōji murmuró delirantemente. -¡Esto es malo! ¡La vida de Chōji parpadea ante sus ojos otra vez! -¡No tenemos tiempo para discutir sobre esto…! - Dijo Sakura para sí misma, y reunió toda su determinación. Alargó la mano para tomar una de las píldoras de soldado de Ino. -¡¿Qué vas a hacer?!

-¡Tengo que averiguar que tiene esto, y esta es la mejor manera de hacerlo! - Dijo Sakura, y con cuidado sacó la píldora de soldado más cercana y la presionó contra su lengua. - Si hay algún veneno en esto, entonces mi lengua probablemente se adormezca… En lugar de comerla enseguida, era mejor probarla y comprobar primero. -¡Te digo que no he puesto ningún veneno! ¡Uf, en serio! - Ino extendió una píldora de soldado también, excepto que la píldora era Sakura. Ella lamió la píldora también. - ¡Es posible que la tuya sea la que está rara! Sakura probó cuidadosamente la píldora de soldado, manteniéndola contra su lengua. El sudor frío estalló contra su frente, pero mantuvo la píldora en su lugar. Durante un tiempo se mantuvieron en silencio. Sakura rompió cuidadosamente la píldora soldado en su mano en pedazos diminutos. Al verla hacer eso, Ino tímidamente hizo lo mismo. Ambos se pusieron muy pequeños trozos de la píldora soldado en sus lenguas, rodando a su alrededor. -… Es deliciosa. -… Sí. Ambas arrojaron los restos de las píldoras de soldado en sus bocas, incapaces de contenerse. -¿Qué es este… este sabor? ¡Es increíblemente delicioso! - Sakura no podía ni siquiera tratar de ocultar su sorpresa mientras masticaba. -La tuya también, ¡me encanta este sabor! - Ino tampoco pudo ocultar su sorpresa. No había veneno en absoluto. Más bien, la píldora de soldado de Ino era del sabor favorito de Sakura: la bola blanca del anmitsu[i]. En otras palabras, era dulce, de la misma manera que Sakura lo era. ‘Entonces, ¿por qué diablos…?’ En el mismo momento en el que Sakura estaba pensando, Chōji repentinamente se había puesto de pie. -Chōji, ¡¿estás bien?! -Ahh, eso me sorprendió. - Dijo Chōji, limpiándose la sangre que había derramado por la nariz. - Mi nivel de azúcar en la sangre de repente se levantó… Huh, y pensar que incluso tengo una hemorragia nasal. Así que eso es lo que había sido: azúcar en la sangre. Ahora que Chōji lo decía, Sakura lo comprendió también. Era cierto que ambas píldoras de soldado eran increíblemente dulces, y eso sólo era el dulce que tenía una píldora de soldado. Chōji había comido grandes cantidades de

ambas, y no era de extrañar que el azúcar que entró repentinamente en su sistema lo hubiera afectado gravemente. Y él había mencionado comer helado antes de esto. No importaba el gran comensal que Chōji era, había conseguido mucho más azúcar de lo que necesitaba, y todo esto, a su vez, estaba destinado a que le afectara. -Ahhhhh, estoy tan contenta, así que eso es lo que era… - Ino dejó escapar un gran suspiro de alivio. Sakura la miró, la mujer parecía como si todo el peso del mundo se le hubiera quitado de los hombros. -Sí, eso es todo lo que era. Pero ya sabes, después de comer esas píldoras de soldado, realmente me siento como si hubiera comido pudín real y bola blanca anmitsu. Hmm, después de esto, ¿tal vez deba ir a comer algunas castañas? Sakura e Ino miraron Chōji, estupefactas. - Chōji, ¡¿sabes que vas a matar a ti mismo como eso?! -Está bien. – Respondió Chōji. - Las cosas que acabo de comer ya han sido digeridas por ahora. -Eso es algo que normalmente no sería posible… – Aturdida, Ino miró Chōji. - Chōji, eres realmente increíble… -Pero bueno, Ino. - Sakura se volvió a pedir a la mujer. - ¿Por qué te tomaste la molestia de hacer la píldora de soldado con mi sabor favorito? Ino era la que había dicho que debería de haber una tercera persona imparcial con gusto por las píldoras de soldado para que la competencia fuera justa, ¿así que por qué lo haría? Sakura tenía curiosidad acerca de la respuesta. Ino tenía una mirada incómoda en su rostro. -No hay ninguna razón en particular… Sólo pensé que tal vez sería bueno si te diera algunas para que las comieras en algún momento, tal vez… ‘Pff, como si fuera cierto.’ Ino había pensado exactamente lo mismo que Sakura, y hacer la píldora de soldado con el mismo sabor que la comida favorita de su oponente. Así, al final del día, el conflicto que se había iniciado por culpa del portarretratos, había terminado con la misma estrategia a la hora de cocinar. Pensando en la coincidencia absurda, Sakura no pudo evitar comenzar a reír. -Ahahahaha, ¿qué hay con eso? Al final, incluso tuviste exactamente la misma estrategia que yo. Ino quedó atrapada en la risa de Sakura, y comenzó a reírse también. -Fufu, bueno, hemos estado juntas durante mucho tiempo después de todo. ¿Cuántos años hemos pasado juntas? Creo que todo lo que piensas.

-Las dos lo pensamos. - Añadió Sakura. Las dos estaban una frente a la otra, riendo tan fuerte que se agarraban las costillas. Con el tiempo, Sakura se calmó, y se limpió los dedos en sus pantalones. -Está bien, entonces, como alguien que piensa de la misma manera que yo, ¿puedo decir algo? -¿Qué? -¿No crees que si buscamos juntas un regalo de bodas, seríamos capaces de encontrar algo mucho mejor que un portarretratos? -Naturalmente. ¡Si combinamos mi sentido de la moda con el tuyo, nadie podría tener una oportunidad! - Ino dijo con un guiño y una sonrisa. -¡Muy bien! - Sakura lanzó un puño lleno de energía al aire. - ¡Entonces vamos y encontremos el mejor regalo de bodas! Ino sonrió. -Honestamente, Sakura… te has convertido realmente en alguien a quien tener en cuenta. - Ella estaba mirando a Sakura con una mirada nostálgica, y de repente su rostro se puso serio. - Solías ser una llorona en el pasado… La gente siempre te llamaban “la chica frentona” o “la revolución de la frente”, y comenzabas a llorar inmediatamente, siempre… -¡Espera, Ino! - Sakura exclamó. - ¡¿Qué quieres decir con “la revolución de la frente”?! ¡No inventes apodos de los cuales jamás ha dicho ninguna persona! Ahora que lo pienso, acabas de inventar ese apodo, ¡¿verdad?! Ino le sacó la lengua a ella. -¿Qué? ¡Tú! ¡Vuelve aquí ahora mismo! -¡Jajajaja, aprende a tomar una broma como es! Las voces de ambas se mezclaron con el caos que había en Konoha, pero sonaban inequívocamente felices. Sakura e Ino. Las dos siempre serían rivales, y siempre serían las mejores amigas.

CAPÍTULO 6 El legendario maestro

En cuanto a lo que pasó con su declaración, vamos a dejar que Iruka lo encuentre. ‘Estoy contento de haber elegido este trabajo.’ Hasta que no se haya podido tener ese pensamiento de orgullo que surge a través de tu pecho, entonces tu vida no era realmente feliz. Esto se debía a que un trabajo era algo que elegías para vivir a través de tu propio bien, así como el bien de los demás. O al menos, esa era la forma en que Umino Iruka pensaba. Y, ahora mismo, Iruka era extremadamente feliz. Su pecho se llenaba de orgullo cuando pensaba en ello. El detonante de este repentino estallido de alegría era simplemente esto: que había mirado las tres sílabas en la parte superior de la lista de coberturas más populares de Ichizoku Ramen: Na-ru-to. Simplemente mirando hacía Iruka pensabas inmediatamente en Naruto y Hinata y su próxima boda, y antes de darse cuenta, estaba abrumado por la emoción. No era porque él era fácilmente conmovido hasta las lágrimas por culpa de su vejez. Era porque la emoción abrumadora de Iruka era probablemente algo muy cercano al amor y afecto que sienten los padres. Entonces un algo había sucedido para hacerle sentir aún más abrumado. El otro día día, Iruka había estado en la sala de profesores de la Academia como de costumbre, leyendo de algunos documentos. Naruto había venido a verlo con una mirada muy respetuosa en su rostro. Le dijo que tenía algo que preguntarle a Iruka, algo sobre la boda. Iruka ya le había dejado claro a Naruto que sin duda iba a asistir a la boda, así que no tenía la menor idea de lo que le quería preguntar. Iruka le preguntó qué quería hablar, y Naruto repentinamente espetó: -Me gustaría que asistieras a la boda como mi papá. En el momento en el que Iruka lo escuchó, una sonrisa gigante se extendió en su rostro. Él respondió de inmediato: -¡Déjamelo a mí! Iruka incluso pensó que Naruto le había jugado una broma: ‘¡Viniste con una mirada tan intensa, que pensé que ibas a tratar de pedirme que te invitara ramen de nuevo!’ La figura de Naruto desapareció de su vista, Iruka se encontraba rebosante y lloró públicamente. En todos sus años de ser un maestro, nada lo había hecho sentir infinitamente feliz.

‘El camino que elegí no estaba equivocado’. Iruka pensó mientras lloraba, con sus lágrimas desbordando aparentemente sin fin. Y ahora, incluso cuando estaba viendo la palabra 'Naruto’ escrita en Ichiraku Ramen, Iruka sintió que sus ojos empezaban a arder de nuevo. Incluso se encontró a sí mismo pidiendo otra orden de naruto. Eso era porque Naruto era el alumno amado y especial de Iruka. Por supuesto, Iruka no era el tipo de maestro que le daba un tratamiento especial a un alumno por encima de los demás. Él nunca jugó a tener alumnos favoritos. Pero si lo hiciera, Naruto no era sólo su alumno más querido, incluso toda la gente sabía que Naruto era alguien realmente especial para él. Aunque, no siempre había sido así. Cuando Iruka se había convertido en el primer profesor de la clase de Naruto, había tenido sentimientos encontrados. Siempre que Iruka miraba la cara de Naruto, los rostros de sus padres muertos nunca dejaban de venir a su mente también. Iruka era un excelente shinobi. Sus padres habían sido excelentes, y eso era, en parte por qué cuando Iruka era todavía joven, sus padres habían salido al campo de batalla y nunca regresaron. Cuando el pueblo estaba siendo atacado por el Kyūbi, los padres de Iruka se habían dirigido a la primera línea para proteger a Iruka, y todos los demás por la amenaza. Habían luchado sin descanso hasta que dieron sus últimos alientos. Y desde entonces, Iruka había vivido por el resto de su adolescencia sin nadie que lo protegiera y sin nadie que lo reconociera. Cada vez que regresaba a su casa completamente sola y con nadie más en el interior, él pensaba en sus padres. Pasaron los años, y se convirtió en el maestro Iruka. ¿Y quién aparecería frente a él como estudiante sino Naruto? Iruka sabía que el Kyūbi, el demonio de Nueve Colas, fue sellado dentro de Naruto, y también era perfectamente consciente de que Naruto no había hecho nada malo, y no tenía nada que ser culpado. A pesar de que él lo entendía… a pesar de que muchos años habían pasado y que debería haber sido capaz de aceptarlo… su cabeza lo entendía, pero su corazón estaba descompuesto. Su padre había sido un hombre silencioso y severo. Su madre había sido una mujer serena y fiable que había orientado a su familia. Sus padres habían sido jōnin que inspiraron profundamente la confianza de muchas personas.

Siempre que Iruka quedaba de verse con sus amigos, nunca dejaba de hablar de sus padres con un profundo brillo de orgullo. Quería crecer rápidamente y convertirse en un buen shinobi también para poder apoyarlos. Pero a continuación,, en el abrir y cerrar de ojos, el Kyūbi apareció en la aldea, con un aullido cuajado de sangre que sonaba como que podría perforar los mismísimos cielos. Su madre había soportado lesiones para tratar de protegerlo. Su padre tenía cada pulgada de él cubierta de sangre, pero él todavía trataba de luchar. Sus padres eran ya figuras desgastadas y cansadas, las cuales comenzaron a desmayarse y perder el color en sus pieles… y luego Iruka despertaba con un sobresalto, de vuelta a la oscuridad de su habitación. Era una pesadilla que veía de vez en cuando desde que era joven. Pero después de que Naruto se hizo su discípulo, Iruka comenzó a ver esa misma pesadilla cada noche. Las pesadillas lo habían completamente agotado emocionalmente, e Iruka se encontró evitando inconscientemente a Naruto. Naruto constantemente lanzaba bromas, y eso hizo que sus otros compañeros de clase le disgusta. Pero tus compañeros de clase se suponía que eran tus camaradas. Pero Iruka no podía hacer nada. Todo lo que él podía hacer era mirar. Su confianza como maestro se derrumbó. Él era completamente inútil. Hasta que un día, Iruka se dio cuenta de un hecho cierto: ‘Naruto es como yo. El dolor de vivir y que nadie te alabe y reconozca día a día. Conozco ese dolor mejor que nadie, así que, ¿por qué me doy cuenta de eso hasta ahora?’ Después de esa comprensión, Iruka nunca se encontró a sí mismo evitando a Naruto de nuevo. Pronto, sus pesadillas desaparecieron también. ‘Pero ¿y si…? ¿Qué hubiera pasado si yo no hubiera comprendido eso?’ Incluso ahora, la idea de vez en cuando molestaba a Iruka. Si no lo hubiera comprendido, entonces era muy posible que Iruka se pudiera haber convertido en alguien que pensaba en nadie más que en sí mismo, que creía que él era el único que vivía una circunstancia lamentable. Él se podría haber convertido en la peor de las escorias, un hijo de puta idiota que no se daba cuenta del dolor de nadie más, más que el de sí mismo. Iruka creía que era gracias a Naruto que había escapado ese destino.

Su reunión con Naruto había cambiado su vida. No sería una exageración decir que Naruto fue la razón Iruka por la que había decidido trabajar como profesor durante el tiempo que le tocara vivir. Así de importante era la existencia de Naruto para Iruka. En ese momento, tal vez era porque se encontraba pensando en los viejos tiempos, pero la cara de un hombre brilló brevemente en la mente de Iruka. El nombre del hombre: Mizuki. Había sido un hombre que tenía buenas calificaciones, y había sido bendecido con un talento para el ninjutsu. Mizuki era alguien a quien Iruka había conocido desde la infancia. Se habían aplicado para el examen de enseñanza juntos, trabajaron como maestros juntos y se ayudaron mutuamente. Mizuki había sido siempre sonriente y de voz suave, a diferencia de Iruka y su tendencia por regañar, por lo que siempre había sido un maestro muy popular entre los estudiantes. Pero, Mizuki tenía otra cara, diferente de la cara sonriente que mostraba a sus estudiantes. Él había estado lleno de profundos celos, un hombre que no podía creer en sí mismo. ‘Nadie capta realmente el verdadero yo de nadie. El verdadero yo es, por mucho, más increíble. No soy todo lo que parezco ser. No soy más que un diminuto humano que es empujado arrojado hacia un rincón. Todo el mundo en el pueblo me está subestimando.’ Mizuki sólo escupía estas palabras cuando estaba con Iruka. En pocas palabras, Mizuki fue otra persona que estaba preocupada porque no tenía a nadie quien lo reconociera. Esa fue la razón por Mizuki se convirtió en alguien que perseguía con saña las cosas, solamente preocuparse por los resultados inmediatos y nada más. Cuando las cosas no iban bien, culpaba a los demás. Creció celoso y resentido, y no cortó los malos sentimientos que lo conducían por mal camino. Al final, Mizuki había tomado el camino equivocado como ninja. ‘Mizuki’ Iruka pensó. ‘Cuando se trata de ser un maestro, no hay tal cosa como los resultados inmediatos. Cualquier resultado de su enseñanza se verá en cinco o diez años pero, en algunos casos, puede necesitar aún más tiempo, esto es porque depende de cómo a los niños se les enseña y se crían, serán la clase de adultos al crecer. Los resultados a partir de la enseñanza, es lo que se verá reflejado viven cuando crezcan. Pero, si nisiquiera puedes ver eso,por supuesto que no lo ibas a entender nunca.’ Ahora, Naruto era tan famoso que no había ni una sola persona en el pueblo que no supiera su nombre. Todo el mundo lo reconoce.

Naruto, el niño que había sido intimidado y de cuál se reían, el niño que había vivido sus días aislado de todos los demás. Naruto. ‘¿Sería Mizuki haber sido capaz de predecir el futuro de Naruto? No, él no lo habría hecho.’ Alguien que había no había pasado sus años como profesor nunca sería capaz de ver lo que Iruka estaba viendo ahora, el futuro de un estudiante se desarrolla ante sus ojos. Este sentimiento, esas emociones, nadie más podría entenderlos. ‘Yo había querido que sintieras una emoción así… Mizuki.’ Por el momento Iruka dejó Ichiraku, ya estaba oscuro afuera y se apresuró en su camino a casa, sintiendo el viento de la noche golpeando su espalda. El regalo de bodas que él había comprado para Naruto y Hinata estaba dentro del bolsillo delantero de su chaleco. Era agradable sentir el peso de algo tan importante en su pecho. Pensó que él realmente era un hombre feliz. No era sólo Naruto, que todavía sentía afecto hacia Iruka después de graduarse, sino muchos de sus otros estudiantes también. No había un sentimiento más feliz en el mundo que esa sensación. Naruto frecuentaría especialmente a ver a Iruka, preguntando si podrían ir a comer ramen juntos. Pero, en el futuro, Hinata probablemente sería la que hiciera las comidas para él en su casa, así que si Naruto todavía saldría a comer con tanta frecuencia, ella probablemente se enojaría con él. Pensando en eso, Iruka no podía dejar de reír. Su buen humor continuó en su viaje a casa. Iruka entró en su casa oscura y solitaria, y encendió las luces. Había un único cepillo de dientes colocado en un vaso al lado de su fregadero. Él pensó que podría tener que reemplazarlo pronto. Una taza de té medio llena estaba olvidada en su mesa de café. Iruka se dio cuenta de que se había olvidado de recoger su ropa del tendedero en de donde él la había colgado fuera para secarse y fue para recogerla. Su ropa interior, en particular, estaba helada por haber estado a la intemperie en la fría noche. Hubo un débil sonido de gotas de agua cayendo del grifo del fregadero de la cocina. Era una noche tranquila. Iruka dejó escapar un suspiro, mirando hacia el techo. ‘Puede ser que sea hora de que me ponga serio y también me busque una pareja…’ Por alguna razón, el pensamiento que entró en su mente se sintió particularmente fuerte hoy.

Iruka hizo un pequeño puño, y murmuró para sí: -¡Muy bien, vamos a no perder a Naruto…! Fue una declaración muy suave.

CAPÍTULO 7 La misión final, el inicio. La misión final, ha comenzando

Lee y Tenten habían estado hablando en los campos de entrenamiento. Shikamaru y Chōji se habían encontrado por casualidad. Sakura e Ino se habían enfrentado entre sí en su tienda favorita. Sai se había derrumbado en el acto mientras miraba hacia el cielo. Iruka había estado tarareando mientras colgaba su ropa a secar. E Ichiraku había estado ocupado con el trabajo como de costumbre. Ni una sola persona había notado el pequeño insecto que volaba cerca de ellos. Era sólo un insecto. Volaba sin descanso alrededor de la aldea de Konoha. Era un insecto muy pequeño, tan pequeño que nadie prestaba atención, e incluso si alguien llegó a ser consciente de ello, pronto perderían de vista por el claro y brillante día soleado. Era difícil seguir viendo un pequeño insecto que volaba sin descanso vueltas y vueltas. Sin embargo… De repente el insecto dejó de moverse, o más bien, para ser más exactos, se había tomado un descanso para descansar sus alas. Cuando un insecto detiene su movimiento en cualquier lugar, se vuelve mucho más fácil de ver. Aburame Shino miró fijamente a través de sus gafas de sol al insecto alado que había dejado encima de su dedo. -…Has trabajado duro. - Él dijo agradeciéndole al insecto en voz baja. Mientras lo hacía, el insecto camino de la punta del dedo y recorrió la palma de su mano, y luego con mucha calma desapareció naturalmente en la manga de Shino. Un insecto acababa de entrar en su ropa, pero Shino no se encontraba nervioso, más bien tenía una mirada muy tranquila en su rostro.

Eso era muy natural. La razón era que Shino era un ninja que había nacido en el clan Aburame, la cual tenía una línea de usuarios de insectos. La gente de su clan permitían a los insectos llamados Kikaichū residan dentro de sus cuerpos y luego le ordenaban a esos insectos lo que quisieran, en cambio les permitían a los insectos que se alimentaran del chakra de sus cuerpos. Es así como su contrato continuaba. Es así como el mismo insecto que había entrado en la manga de Shino hace un momento, era simplemente otra Kikaichū que Shino manipulaba. Era muy natural que Shino hubiera mantenido la calma, porque todo lo que había sucedido era que el insecto había regresado a su hogar. En su contrato, los insectos se utilizaban principalmente en el campo durante las misiones, pero tenían una amplia variedad de usos. Además de atacar y defender, captaban al enemigo que estaban cazando, y esto lo hacían, por ejemplo, persiguiendo y o buscando a las presas. Eran utilizados en casi todos los escenarios imaginables. Un gran número de insectos, incluso podría tomar la forma de un ser humano y utilizar su propio jutsu, de esta manera, el clan Aburame vivía al lado de un gran número de insectos, desde el día en el que nacían se familiarizaban con la naturaleza de esos insectos, y perfeccionaban el jutsu que utilizaban cuando luchaban junto a ellos. Los Aburame eran un clan oculto. Y, este día Shino había estado utilizando una de las técnicas ocultas de su clan para espiar las actividades de sus camaradas. En cuanto a por qué hizo una cosa así, la razón reside en el hombre que estaba de pie junto a Shino. -Así que, ¿cómo te fue? - Inuzuka Kiba le preguntó mientras jugaba con su perro ninja, Akamaru. -Como era de esperar, parece que todo el mundo está trabajando para obtener los regalos de boda… - Shino respondió desde donde estaba, una parte elevada de tierra que le permitía una vista ininterrumpida del pueblo. -Es lo que pensé. - Dijo Kiba. - Así que, ¿alguien ha decidido ya lo que van a conseguir? -La mayoría de ellos aún no lo han hecho. Parece como si fueran a reunirse para consultarse entre sí. Kiba dejó escapar un grito en la respuesta de Shino. -¡Yahoo! ¡Justo lo que quería! Mientras Kiba hablaba, acariciaba la barba que crecía en su rostro. Últimamente, Kiba parecía muy encariñado a ella y la tocaba cada vez que podía. Se podría decir que se había convertido en un hábito. -Es nuestra oportunidad para actuar mientras que todo el mundo está preocupado. Es, finalmente, mi tiempo de brillar.

-Más exactamente, “nuestro tiempo”. - Shino corrigió. Kiba soltó una carcajada. – ¡Ya se eso!, ¿verdad Akamaru? - Dijo Kiba, palmeando al ninken cuya longitud era más larga que la altura propia de Kiba. Kiba había nacido en el clan Inuzuka que era un clan de usuarios de perros ninjas, por lo que para él, Akamaru era un compañero más con el que había estado comiendo y durmiendo desde su infancia. Era lo mismo para Akamaru, e incluso ahora, cuando él ya pasaba los 10 años de edad, Akamaru todavía continua para acompañar a Kiba en las misiones de todos los días. Akamaru inmediatamente ladró dos veces como una respuesta a la pregunta de Kiba. -Sí, eso es correcto. - Dijo Kiba. - Vamos a encontrar un regalo que nadie más ha dado, uno que viene sólo de Equipo Ocho. ‘Equipo Ocho, ¿eh?…’ Shino pensó mientras miraba a Kiba y Akamaru jugaban juntos. Sus pensamientos iban de nuevo al primer día en que había sido puesto en el mismo equipo que Kiba. — El silencio de Shino, los actos de amor de Kiba y Akamaru, y a Hinata retirada y reflexiva. Esas tres personas y un animal habían sido los miembros del Equipo Ocho. Eran camaradas que se habían entrenado juntos, apoyados entre sí, y siempre estado juntos. Sin embargo, mientras que la maduración de Hinata había sido movida, la de Kiba había sido bulliciosa, imprudente y era muy propenso a agarrar el liderazgo de sí mismo. Cuando Shino había sido puesto en el mismo equipo que Kiba, había encontrado a su opuesto en carácter y manera de pensar y eso resultó extremadamente tedioso. Había pasado todos los días suspirando para sí mismo y lamentando lo que le deparaba el futuro a lado de él. -No creo que vayamos a ser capaces de llevarnos bien contigo. La razón es que nosotros… Incluso ahora, Shino podía recordar claramente lo que su yo pasado le había dicho a Kiba. En ese sentido, sus palabras fueron cortadas porque en ese momento Kiba había gritado: -¿Qué demonios te pasa? ¡Eres muy sombrío! Kiba realmente había sido grosero desde los viejos tiempos, siempre hablando en voz alta como un idiota. —

-Kiba… ¿te acuerdas de lo que dije la primera vez que nos pusieron en el mismo equipo? - Shino de repente hizo esa pregunta sin ninguna razón real. La impulsividad era el departamento de Kiba. Pero era más que probable que Kiba lo recordara. -¿La primera vez…? - Preguntó Kiba. - Ah, sí, cuando estábamos comiendo el almuerzo en los campos de entrenamiento. Kiba se mantuvo acariciando a Akamaru mientras pensaba y miraba hacia el cielo. -Cierto, fue… ‘Sólo mi lonchera tiene insectos en ella’ o algo así. -Nunca he dicho una cosa así. - Dijo Shino. ¿Qué demonios? Olvidemos que lo recordaba, Kiba incluso había fabricado una memoria falsa sin sentido en su lugar. Shino fijó su mirada en Kiba, sintiendo la sensación de ansiedad que tenía por aquel entonces y aún permanecía en su interior. -¿Qu-qué? ¿Eso no fue lo que dijiste? - Kiba miró nervioso la mirada de Shino por un momento antes de recuperarse. - Bueno, olvídate de los pequeños detalles. Los regalos de boda son más importantes, ¿verdad? Kiba sonrió ampliamente por lo que sus caninos se mostraron. Shino pensó que la capacidad de Kiba para cambiar rápidamente los estados de ánimo no era buena, sino una mala cualidad que tenía. Pero en ese momento: -Sabes, Shino. - El tono de voz de Kiba había cambiado. Un viento sopló con fuerza entre los dos. Kiba continuó hablando con una mirada seria en su rostro. – Estoy feliz que Kakashi-sensei haya llamado a esto una misión. Incluso puedo decir que Kakashisensei y todos los demás sólo le digan “misión” por normbrarlo de alguna manera. Él tiene un sentido de juicio muy excéntrico. Pero, para mí, realmente creo en esto como una misión. Estoy pensando que esta va a ser la última misión para nosotros los miembros del Equipo Ocho… Shino ni siquiera dejó escapar un sonido para mostrarse de acuerdo, siguió con calma y en silencio escuchando. -Es como si se nos hubiera dado esta última misión, como la última misión. - Continuó Kiba. - Como si, tal vez Kakashi-sensei pudiera haber arreglado especialmente esto para ese propósito… O, tal vez podría ser simplemente que estoy pensando demasiado las cosas… Kiba dejó de hablar y miró a otro lado, riendo como si estuviera avergonzado. -No, no estás pensando demasiado las cosas… - Dijo Shino.

Shino entendía tanto los sentimientos de Kiba que le dolía y eso era porque él había sentido también lo mismo. Hinata estaba actualmente ocupada preparándose para la boda. Kiba y Shino, ambos salían en misiones mucho como chūnin que conducen sus propios equipos. Los cuatro de ellos no habían sido capaces de salir en ninguna otra misión como el Equipo Ocho últimamente. Y, lo más probable, es que después de esto… -Esta es la última misión del Equipo de Ocho última misión para Hinata, ¿eh?… Nadie más podría estar involucrado. Esto era algo que sólo las personas que habían estado en sus equipos desde que eran jóvenes, que habían pasado por toda la felicidad y la tristeza con ellos, lo entenderían. Kiba y Shino y Akamaru lo hacían… Era definitivamente algo que nadie sino el Equipo Ocho podía hacer. Por eso Shino había enviado a su Kikaichū volar e investigar los estados de sus otros compañeros. Así Shino y Kiba podrían dar el más magnífico regalo que nadie daría, así ellos podrían hacer a Hinata feliz. -Entonces, ¿qué vamos a hacer…? - Preguntó Shino. Kiba se quedó en silencio. Estaba mirando a nada en particular, sin decir una sola palabra. El silencio continuó entre los dos. Akamaru se movía inquieto alrededor, dejando escapar un gemido cuando miró a Kiba. Shino no podía tolerar el silencio poco natural proveniente de Kiba. -¿Es posible que no hayas pensado en algo? Kiba asintió en silencio. Él había dicho todo eso, pero al final él no tenía nada más que su entusiasmo para demostrarlo. Como se esperaba, Kiba era simplemente Kiba. Ese lado de él no había cambiado desde los viejos tiempos. -Por ahora, tenemos que pensar sólo en cosas que a Hinata le gustan. No puede ser más allá de las cosas que le gustan. La razón es que si le damos algo que, por ejemplo, no sabríamos que ella no le gustara en su tan esperado día de boda, el ambiente se volvería malo. Ellos habían ido a misiones con Hinata durante muchos años. Era suficiente para decir que eran compañeros que habían comido de la misma olla. No había duda de que sabían lo que Hinata le gustara, mejor que nadie. -Las cosas que a Hinata le gustan, bueno, está el zenzai[i]… - Dijo Kiba. Shino pensaba sobre esto. Era cierto que Hinata definitivamente amaba esa sopa hecha de Azuki con frijoles rojos. Cada vez que estaban tomando un descanso en el

entrenamiento o en una misión y se detenian por una tienda de té, los ojos de Hinata brillaban si veía algún zenzai. -Y luego está… sí, las flores prensadas. - Dijo Kiba. – A ella realmente le gusta hacer flores prensadas. Hombre, ella tiene pasatiempos muy sencillos. ‘Zenzai y flores prensadas… ninguno de los dos lo harían para un regalo de boda. Ahora que lo pienso, ¿había alguien en el mundo que le daría sopa como regalo de bodas?’ Shino sacudido su cerebro. -Ah, espera, es cierto. A Naruto, siempre le encanta comer ramen, ¿no? - Dijo de repente Kiba. -Sí. - Dijo Shino. – El ramen es algo que come a menudo, ¿no es así? -Y, sabes. - Kiba dijo. - Esto es algo realmente sorprendente que no todo el mundo lo sabe, pero a Naruto realmente le gusta el oshiruko. -Oh, ¿es así? Ahora que lo mencionas, lo he visto beber esa sopa de una lata. -¿Verdad? Hay algo aún más sorprendente que eso. Naruto tiene la afición de regar las plantas. Y tampoco no se trata sólo de riego. - Kiba tenía una mirada alegre en su rostro mientras bajaba la voz y murmuraba. – A Naruto, le gusta hablar con las plantas, mientras que él las riega. Por supuesto, esto es sólo cuando es el único en la habitación. Akamaru y yo simplemente y casualmente pasábamos por el frente de su casa cuando lo escuchamos, hablando con una mientras la regaba. Él tiene un lado estrafalario, mira que hablarle a las plantas. ¿Verdad, Akamaru? Akamaru dejó escapar una ladrido vigoroso en forma de respuesta. Shino no comprendía la mayor parte de lo que dijo Akamaru, pero sabía que esta respuesta significaba “¡Exactamente!”. -Eso es definitivamente inusual. - Dijo Shino. - Hablando con los insectos es normal, pero eso no es así con las plantas. Él sólo podría haberse estado sintiendo muy aburrido, pero también está la otra posibilidad… Bueno, sólo para estar seguros, sería mejor ir y ver la situación nosotros mismos… - Se cruzó de brazos y asintió. ‘Naruto tenía una parte muy extraña. Ahora que lo pienso, en el pasado Naruto había incluso jugado al póquer con su propio Kage Bunshin. Bueno, eso era lo que sucedía cuando no podías ir a jugar con él.’ Pensó Shino. -Pero ya sabes. - Kiba dijo. - Cuando nos replanteamos todo, es bastante increíble. -… ¿Qué cosa? -Ya sabes, las cosas que les gustan. Cómo el zenzai y el oshiruko, y luego prensando flores para su conservación, y regar las plantas para cuidar de ellas, cosas por el estilo. No importa cómo se mire, las cosas que les gustan y sus aficiones son bastante similares, ¿no es así? -Ya veo, tienes razón en eso. Pero Kiba…

-¿Mm? ¿Qué? -El tema más importante es el regalo de boda… -Ah, sí. ¿Qué debemos hacer…? El silencio los cubrió por segunda vez. Kiba se sentó, acariciando distraídamente a Akamaru. Shino se quedó inmóvil, como de costumbre, con la mirada fija en el suelo. -Entonces vamos… preguntémosle a alguien… Esta vez fue Kiba el que había sido incapaz de soportar el silencio. -Todo el mundo estaba pidiendo ayuda a todos los demás, ¿no? - Kiba dijo. - Vamos a hacer eso también… ¿sí? ‘¿En dónde estaba el Kiba, quien con tanto entusiasmo, hablaba sobre la última misión del Equipo de Ocho?’ Eso es lo que Shino pensó mientras miraba hacia abajo a la línea de hormigas marchando más allá de sus pies. Pensó, pero él no lo dijo, porque Kiba ahora le había dado una idea mucho mejor. -Supongo que también no tenemos otra opción más que ir a consultarlo con alguien… -¡Muy bien! Así que, ¿a quién iremos a preguntar? ¿A tu padre? Lo digo por si acaso, pero mi mamá y hermana no lo harán, ¿ya sabes? Son del tipo completamente diferente en comparación con Hinata. - Dijo Kiba, poniéndose de pie. ‘Por Dios, está tan impaciente.’ -Hay alguien que es muy adecuado para la última misión del Equipo Ocho. - Dijo Shino. - Si me preguntas quién, entonces esa persona es… -¡Ya entiendo, eso es lo que quieres decir! ¡Muy bien, vamos Akamaru! Kiba había comprendido al instante lo que Shino quería decir antes de que pudiera terminar de hablar. Rápidamente comenzó a correr con Akamaru y sus figuras lentamente empezaron a parecer pequeñas con la distancia. ‘Él no tiene la más mínima brizna de calma…’ Shino pensó, y empezó a caminar después de Kiba. — Por el momento Shino finalmente llegó a su ubicación prevista, Kiba y Akamaru ya habían llegado a casa. Akamaru se quedó tendido en la alfombra, y Kiba se había hundido cómodamente en una silla.

Shino entró con calma. -Ah bueno, llegas tarde. - Dijo Kiba con una taza de té en la mano. Kiba se sentó demasiado cómodo, como si estuviera sentado en su propia casa. En realidad, las palabras ‘dominio de sí mismo’ probablemente eran completamente ajenas al cerebro de Kiba. -Eres demasiado relajado, Kiba. - Dijo Shino, y en silencio también se sentó. Mientras lo hacía, una niña llegó corriendo desde otra habitación, arrojándose encima de Akamaru. -¡Akakiba! ¡Akakiba![ii] - Ella dijo, tirando de las orejas de Akamaru. Akamaru levantó su cuello, mirándola un poco molesto, pero luego volvió a acostarse y dejar que la niña continuara con lo que le estaban haciendo. -Sigo diciéndote que yo soy Kiba y él es Akamaru. – Dijo Kiba con un grave en su voz. Parecía que habían repetido esa conversación muchas veces. La niña dejó escapar un chillido de placer, disfrutando y riendo. -¡Akakiba y Kibamaru! -Los estás mezclando ahora, mezclando los dos juntos, ¿eh?… Por favor perdóname, Mirai… El nombre de la niña era Sarutobi Mirai. Ella era la hija del fallecido Sarutobi Asuma. -¿Por qué estás así…? ¿Es porque la piel de Akamaru es blanca? ¿Es eso por lo que estás confundida…? - Kiba murmuró, echando un vistazo serio pensativo hacia Mirai, que había aplastado la cara cariñosamente contra la de Akamaru. Era cierto que Akamaru era completamente diferente a su nombre, él era blanco de pelaje. Kiba le había dado el nombre de “Akamaru” porque después de comer la píldora soldado especial que inventó Kiba, Akamaru se convertía en rojo como la sangre en batalla. Pero, Shino pensó que era poco probable que el color de la piel que Akamaru tenía no tuviera ninguna conexión con eso. La razón por la que lo pensaba era porque Kiba y Akamaru con frecuencia llegaron a jugar con Mirai durante sus paseos. Si ella no los hubiera visto a menudo, entonces sería normal para Mirai que no recuerde sus nombres, pero eso no se aplicaba a ellos. Y, sin embargo, Mirai seguía mezclado sus nombres. Era más probable porque Kiba y Akamaru estaban tan cerca y tan a menudo juntos que ella hiciera esa combinación. En realidad, Shino esperaba sinceramente que fuera el caso.

-Parece que ella todavía no recuerda la diferencia a pesar de que juegas con ella mucho. - Shino no tenía la intensión de decir las palabras que le salieron de la boca, pero ya lo había hecho. Kiba abatido bajó la cabeza. - No me molesta. - Murmuró. - Los niños pequeños hacen eso muchas veces. -¡Es el tío insectito! - Dijo de pronto Mirai señalando a Shino. Shino sintió que una sensación dolorosa se apoderaba de él, y Kiba, que había estado colgando abatido la cabeza hasta hace sólo un segundo, de repente dejó escapar un fuerte grito, en pleno auge de risa. -Yo… yo soy el hermano mayor insectito… - Dijo Shino, incapaz de ocultar su temblor. La razón es que soy todavía demasiado jóv… -Me enteré de lo que estaba sucediendo por Kiba. - Una voz detrás de él dijo. Shino giró la cabeza para ver a una mujer con el pelo negro lustroso. La madre de Mirai, Sarutobi Kurenai había entrado con té y algo de comida. Ella había pasado por el embarazo y el parto, y ahora dedicaba a las tareas domésticas y el cuidado de su hija, pero para Kiba, Shino y Hinata, ella siempre sería la profesora que había estado a cargo del Equipo Ocho. Shino y Kiba, ambos habían pensado que si querían pedirle a alguien que le aconseje sobre la última misión del Equipo Ocho, entonces sería ella. Fue por eso que habían ido ahí. Pero… -Un regalo para Hinata, ¿eh…? - Dijo Kurenai, dejando la bandeja, que estaba casi llena de aperitivos, sobre la mesa y se sentó. - Pero en lugar de mí, ¿no crees que hubiera sido mejor pedírselo a Hanabi? -No, bueno, quiero decir, sí, pero… - Kiba murmuró, su mano se detuvo a la mitad mientras trataba de alcanzar su aperitivo favorito, carne seca. Hanabi era la hermana pequeña de Hinata. En comparación con la sencillez y nada moderna Hinata, Hanabi era una mujer mucho más joven y moderna, muy extravagante en sus gustos. -Pensamos que podría ser mejor… no involucrar a miembros de su familia… - Kiba torpemente intentó hablar en una forma educada a la que no estaba acostumbrado. Últimamente, Kiba había estado tratando de hablarle educadamente a Kurenai. Era muy probable que el hecho era que se había dado cuenta que no podía hablarle a su antiguo maestra como si fueran los mejores amigos después de que la edad adecuada para hacerlo ya había pasado. -Y-y luego, por supuesto, bueno… no estamos tan… íntimamente familiarizados con ella… - Kiba tartamudeó.

Si bien habían ido a la casa Hyūga un par de veces para reunirse con Hinata y tal, ni Kiba ni Shino se había reunido con Hanabi fuera de ese lugar. Se sentiría incómodo ir de repente y le pidieran que consultara con ellos acerca de los regalos de boda. Además, como dijo Kiba, si participaban miembros de su familia, entonces cabía la posibilidad de que la charla de regalos de boda llegara a oídos de Hinata. -Hmm, tienes razón… - Kurenai se cruzó de brazos mientras pensaba. Mientras tanto, Kiba finalmente puso sus manos en la carne seca, masticando furiosamente mientras murmuraba: - La sensación al masticar es realmente importante… la sensación… - Como si fuera un hechizo mágico. — Había otra razón para Kiba al estar tan molesto cuando se mencionó el tema de Hanabi. Shino sabía un poco sobre ella. El incidente había ocurrido en el día en que les habían dicho que, por increíble que pareciera, la luna posiblemente caería.

Los recuerdos de esos días en donde los meteoritos llovían sobre la Tierra, y realmente se sentía como si fueran los últimos días de su existencia, estaban todavía frescos en la mente de Shino. La mayor parte de la aldea había sido reparada por ahora, pero si se diera un paso fuera de la aldea, se verían las cicatrices y restos de los meteoritos que aún permanecían ahí. No importaba cuántos meses o años hubieran pasado, todavía no serían capaces de restaurar a la perfección todos los árboles que había sido cortados por los meteoros, o los cráteres de meteoritos que habían dejado. Shinobi se había reunido para proteger la aldea de los meteoros que llovían sobre ellos y en medio de esto, se había formado un equipo para rescatar a Hanabi, quien había sido secuestrada por el cerebro detrás de esa ocurrencia. Era un equipo formado para encontrar la guarida de la mente maestra, así como de rescate Hanabi. Una misión como esa era la especialidad de Kiba, él era un usuario de perro ninja y contaba con su agudo sentido del olfato. Él había estado lleno de confianza, diciendo que era probable que él estaría a cargo debido a su conexión con Hinata través Equipo Ocho. Pero, el nombre de Kiba no había estado en la lista de los seleccionados para la misión. Kiba se había deprimido bastante al saberlo. -¿Por qué no estuve ahí…? Si hubiera sido yo, hubiera podido encontrar a Hanabi de inmediato… definitivamente hubiera podido ayudar… Tenía muchas ganas de encontrar el escondite de ese rarito y patear su culo con mi nuevo jutsu… quería ayudar a detener a que cayera la luna… Incluso ahora, Shino podía recordar claramente infinitas quejas de Kiba sobre el tema.

-Se acabó, se acabó… - Kiba había murmurado perdido en la desesperanza, y Shino le recordaba diciendo: - Bueno, el mundo podría acabar pronto… ¿Por qué recordaba eso? Probablemente porque Kiba lo había ignorado. Pero, Shino pensó que Kakashi-sensei había elegido al equipo adecuado para la ocasión adecuada. Kakashi-sensei era el Rokudaime Hokage, y tuvo que tomar su decisión pensando en salvar la vida de todos, así que en vez de poner a Kiba en el equipo que fue enviado a rescatar a Hanabi, lo puso en el equipo para salvar vidas en el pueblo. La misión de Kiba había sido encontrar y salvar a las personas que fueron enterradas bajo los escombros de los edificios que habían colapsado después de que los meteoros golpearan la tierra rápidamente. Fue una importante misión que sólo fue posible precisamente por Kiba y Akamaru y sus agudos sentidos del olfato. Shino también había sido enviado como parte del equipo de salvamento junto con Kiba. Fue a causa de sus insectos que fueron capaces de caer en las pequeñas grietas en los escombros en donde la gente y los perros no podían pasar. Shino y Kiba corrían alrededor de la aldea, mientras viajaban en la espalda de Akamaru, habían logrado salvar muchas personas que no habían logrado escapar antes de que los meteoritos se estrellaran. Y, además, Kiba no se había ido a refugiar, en vez de eso, estuvo fuera ayudando a la gente que todavía creía en un mañana por venir, en el pueblo shinobi, el propietario del restaurante de ramen Ichiraku, Teuchi, había estado preparando los ingredientes para el día de mañana. He incluso se jactó de que si algún meteorito caería sobre la tienda, él lo destrozaría con su nuevo jutsu. Había puesto una cantidad impresionante de esfuerzo en sus actividades. El único golpe de mala suerte de Kiba era que el único que veía sus grandes esfuerzos era Shino, quien se encontraba constantemente a su lado. Shino no había contado nunca a nadie sobre lo que pasó ese día, porque para él las buenas acciones como esas no eran del tipo que se debe mostrar al mundo. — Shino estaba observando atentamente a Kiba quien lloraba y se sacudía mientras desgarraba su carne. Shino pensó que era probable que el amargo recuerdo de Kiba de no ser elegido para el Equipo de Rescate de Hanabi había resurgido cuando escuchó su nombre. Sin embargo, Shino lo sabía. Sabía que cuando fomentó ese empuje, Kiba era un hombre confiable. Sabía que Kiba había ido corriendo por el pueblo con Akamaru y salvó la vida de muchas personas. Sabía incluso que Kiba había protegido la tienda Ichiraku mientras él estaba ahí.

Sólo Shino sabía esas cosas. ¿No era eso bueno? Aunque Shino realmente no había sido capaz de oír el nombre del nuevo jutsu de Kiba cuando él lo utilizó, ya que el sonido del meteorito al ser destruido había sido demasiado fuerte, pero aun así, estaba bien dejar las cosas de esa manera, ¿no? -Ah, en vez de té, me hubiera gustado ser capaz de beber Shōchū[iii]… - Kurenai murmuró, con algunos bocadillos dentro de su boca. Kurenai había sido famoso por amar el alcohol desde los viejos tiempos. Además de eso, amaba las cosas fuertes, y bebía mucho de ellos. Ella era un bebedora de gran peso. Era imposible que Shino imaginara el beber como un hobby desde que él no bebía ni una gota de acohol. El alcohol no era bueno. Ponía a sus insectos intoxicados. Shino evitaba cualquier cosa que siquiera tuviera un olor fuerte. Se tratara de algo que comiera o bebiera, o incluso la medicina, si el olor era fuerte o los ingredientes eran ferozmente efectivos, probablemente eso influenciara a los insectos en su interior. Para los usuarios de insectos, era una situación de vida o muerte. Esa era la razón por la que a Shino le gustaba comer cosas que eran suaves para los seres humanos y los insectos, cosas como las ensaladas. -Ah, en realidad, hablando de alcohol, ¿alguno de los dos conoce acerca de esta historia? - Kurenai dijo, y apartó los ojos de Mirai y Akamaru para mirar a Shino y Kiba, - Antes, el clan Senju del bosque, utilizaba el vino de miel como regalo de bodas. -¿Senju? Creo que he oído hablar del nombre de ese clan en la clase de historia… - Kiba inclinó la cabeza con perplejidad, tirando de su barba de chivo. Shino sacudió la cabeza con exasperación. -El Primer y Segundo Hokage. - Dijo Shino. -¡Ah, sí! No, por supuesto que lo sabía, ¿sabes? - Dijo Kiba. Kurenai sonrió mientras los observaba. -Observándolos hablar de esa manera, me recuerda mucho a los viejos tiempos. – Dijo. Al ver la cara sonriente de Kurenai hizo a Shino pensar también en los viejos tiempos. Honestamente, Kurenai había sido una maestra realmente implacable. Fuerte de mente… era una palabra grosera de usar, pero ella era un usuario de genjutsu extremadamente sensible. Ella había tenido una afición a usar a menudo genjutsus vertiginosos durante sus entrenamientos, y de tan sólo recordarlo a Shino le había dado nauseas, así era de

severa como maestra. Por supuesto, esa había sido la manera que tenía Kurenai por demostrar su amor, y eso definitivamente había fortalecido a los miembros del Equipo Ocho, pero de todos modos no podía dejar de pensar en que tan incrédulo sería para alguien así saber que maduraría de una manera impresionante después de convertirse en madre. -Mírate, descaradamente meditando agarrando tu barba de chivo. En los viejos días tu cara solía ser resbaladiza y suave. - Dijo Kurenai, sonriendo mientras le pellizcaba las mejillas de Kiba con ambas manos. -¡Ow, pada pod favod con edo Kudenai-dendei…! Kurenai parecía que estaba teniendo un montón de diversión. Tal vez ella no había madurado en absoluto. -Así que, sensei, ¿la historia sobre el vino de miel del clan Senju? Cómo ayudar a un amigo en necesidad… no era la motivación de Shino. Él sólo quería escuchar el resto de la historia. “-Ah, sí. El clan Senju del bosque, como su nombre lo indica, viven en el bosque. - Dijo Kurenai, soltando las mejillas de Kiba. - Hay osos en los bosques, ¿verdad? Y saben cómo derriban los osos las colmenas para tratar de llegar a la miel, ¿no? La gente dice que los orígenes del vino de miel se encontraban en esas colmenas derribadas que pasaban a tener el agua de lluvia mezclada con la miel. Fue descubierto por el clan Senju que vivió en el bosque en la antigüedad. Para ellos, era una bebida maravillosa, algo que tenía la nutrición de la miel y los hacía tener energía. Así que, naturalmente, después de eso, la elaboración del vino de miel se convirtió poco a poco en parte de su cultura. -¿Por qué se da como regalo de bodas? -Bueno, primero era porque la receta para el vino de miel no era perfecta, así que era raro tenerlo. Pero lo más importante, era debido al alto valor nutricional. La teoría era que la miel era abundante, por lo que los bebedores compartirían su fertilidad. De cualquier manera, todo se reduce al hecho de que el alcohol siempre se ha utilizado para celebrar ocasiones felices desde tiempos inmemorables. -Pero, Naruto no bebe alcohol, ¿sabes? -Naruto prefiere tomar una sopa ramen y oshiruko. Kurenai suspiró profundamente cuando Kiba y Shino dijo esas cosas. -Los hábitos alimenticios de ese niño son tan parciales. Shino y Kiba se estremecieron al mismo tiempo cuando se acordaron de ir a la casa de Naruto en el pasado y buscaron en la cocina, vacía de cualquier cosa, menos de ramen. Últimamente Naruto se había estado jactando de que había empezado a comer verduras también, pero incluso eso era sólo porque de vez en cuando compraba un par de tomates cherry.

-¿No debería estar muerto ahora? - Dijo Kiba, que era un buen comentario considerándose que Kiba no comía nada más que carne. No se podía dejar de pensar que Hinata tendría que hacer algo al respecto. -Pero bien, en cualquier caso, el vino de miel se puede utilizar como una medicina, y se utiliza en la cocina también. Si se trata de Hinata, entonces estoy segura de que ella sería capaz de encontrar un buen uso de ello. Además, ella probablemente no lo utilizaría de inmediato. ¿No es una idea maravillosa y romántica abrir un frasco de vino de miel un día y pensar de nuevo en el día de su boda? -Ya veo, pensando así, un regalo de bodas que se menciona en la historia y las leyendas es una muy buena idea. - Dijo Kiba. - Y encima de eso, es algo que se usa por el clan del fundador de Konoha. Es, definitivamente, un regalo apropiado para que les dé, ya saben, como futuro Hokage. Kiba estaba asintiendo con los ojos cerrados ahora. Probablemente estaba imaginando su yo futuro Hokage. Shino, por otro lado, pensaba en silencio. Algo le molestaba un poco. El vino de miel era una idea que habían conseguido a partir de la amante del alcohol Kurenai-sensei. Shino y Kiba no habían pensado en eso por ellos mismos. Pero, por muy desinteresado que Shino estaba por el alcohol, él tenía una comprensión básica de la variedad de alcohol que se vende en las tiendas y bares de Konoha. -¡Hey Shino, vamos a prisa y salgamos a comprarlo! Kiba estaba de muy buen humor, pero Shino no recordaba haber visto vino de miel de todo el pueblo. -¿Se vende una cosa así? - Murmuró Shino. – Estoy escuchando sobre el por primera vez en mi vida… Kurenai fácilmente respondió: - No se vende. -¿Eh? - Kiba dejó escapar una voz que sonó idiota ante el comentario de Kurenai. -Si se vendía, me he la comprado ya. Esa cosa es muy raro encontrar en nuestro pueblo. -Uhm… ¡¿Ent-entonces qué hacemos?! -Ese legendario vino de miel es algo que sólo me dieron a probar una vez, hace muchos años. Eso es todo lo que puedo decir. -Oh no… El rostro de Kiba parecía como si el fin del mundo se acercara. De hecho, Shino pensó que parecía peor de lo que lo tenía cuando la luna se había estado cayendo. Kiba realmente tenía un sinfín de expresiones faciales, Shino pensó mientras miraba estoicamente.

-El vino de miel que me bebí me fue dado por un comerciante ambulante. Es realmente delicioso, así que le pregunté de dónde venía. Yo estaba pensando en ir y comprarlo también. Y, ¿qué crees que dijo como respuesta? - Kurenai hizo una pausa, con la cara vuelta sombría. - Me dijo que lo compró en el Soraku. -¡¿Te refieres a esos tipos del mercado negro…?! Soraku… un grupo de renegados inalcanzables por ningún país o pueblo. La gente decía que el pueblo en sí parecía un lugar perfectamente normal que nadie le echaba un ojo, pero en realidad era la ciudad natal de un clan de mercado negro. Era un lugar de donde nadie escuchaba buenos comentarios, de esas que tiene en sus manos armas difíciles de encontrar que habían sido prohibidas en todas partes. -Para ser más precisos, el comerciante dijo que había conseguido el vino de miel de un apicultor que vivía en Soraku. -¿Así que incluso tienen apicultores? -Bueno, los vendedores del mercado negro que se asentaron allí no viven solo de las armas y el dinero, ya sabes, por lo que debe ser una comunidad de origen que abastece las necesidades de la vida cotidiana. Dado que el comerciante que había vendido el vino de miel lo había conseguido desde Soraku y luego visitó Konoha, eso significaba que tenía que haber alguna manera de comunicarse con la comunidad dentro Soraku. -Yo no fui capaz de encontrar nada, pero ustedes son el Equipo Ocho, especializado en la caza de la gente, ¿no? - Dijo Kurenai con una sonrisa pícara en su rostro. Ella parecía bastante seria con su comentario. -Sólo déjanoslo a nosotros. - Dijo Kiba. - Mientras yo y Shino y Akamaru estamos en esto, ¡va a ser como comer un pedazo de pastel! Kiba se puso de pie al final de su declaración, y Akamaru, que había estado dejando a Mirai hacerlo como ella quería, se puso de pie sin recibir ninguna petición para ir junto a Kiba. Mirai observaba a Akamaru dejarla, y dijo con una voz que mostraba cómo ella estaba reacia a decir adiós: -¿Shinomaru se va? -¡Siempre te he dicho que él es Akamaru! Y ahora que lo pienso, realmente has combinado todos nuestros nombres juntos todo este tiempo, ¿verdad?! Shino se había estado observando el intercambio de palabras como de costumbre, cuando Kurenai se impulsó y se volvió hacia él. -Hey, Shino… - Dijo Kurenai con una voz muy tranquila para que nadie más oyera. Kiba no tiene muy buen juicio. Entiendes lo que quiero decir, ¿no?

Shino asintió en silencio, mirando a los ojos de Kurenai. -¡Mientras estás en ello, compra un poco para mí también…! Ese fue el mensaje Kurenai quería impartir. -No habrá ningún problema. - Dijo Shino, yéndose también. — De rama en rama. Volaban a través de la espesa vegetación de árboles. Shino, Kiba y Akamaru, se dirigían fuera del pueblo como un solo equipo para comprar el regalo de boda de Hinata. Muy pronto, ellos ya habían puesto la distancia de una montaña entre ellos y Konoha. Kiba llevaba una chaqueta sobre el chaleco de Konoha ligeramente mejorado. Era una chaqueta crudamente diseñada, con piel en su interior. Shino llevaba su largo abrigo favorito sobre su propio chaleco, y se había levantado la capucha en la cabeza. Este era su atuendo habitual para las misiones. En otras palabras, eran prendas que perfectamente adaptadas para el Equipo Ocho en su última misión. Los chalecos de Konoha mejorados ya no tenían las dobles bolsas de pergaminos que solían tener en ambos lados del pecho, lo que favorecía la facilidad de movimiento sobre cualquier otra cosa. Lo sorprendente era que eran más ligeros que los viejos chalecos, pero eran más duraderos. Tal cosa hubiera sido impensable durante los viejos tiempos. Fue una asombrosa señal de progreso en la tecnología. Realmente te hacía sentir consciente de que el tiempo pasaba. El pueblo y la gente y cosas así, todas estaban cambiando una por una. Pensando que habían llegado a una edad en la que podía sentir que los tiempos estaban cambiando hicieron que Shino se sintiera un poco triste. Y luego pensó en la próxima generación de Konoha, y le hizo pensar en Mirai, lo que también hizo pensar en lo que Mirai le había dicho. -¿Me… me veo realmente viejo…? - Shino habló sin pensar. Kiba lo miró por encima del hombro de él en el aire. Akamaru había ido delante de ellos, así que eran sólo los dos saltando a través de los árboles. En cierto modo, casi parecía que estaban volando en el aire. Eligieron este método de transporte más que el que se ejecuta por el suelo porque era más rápido. Con cada salto, su entorno se volvía borroso y se quedaba rápidamente detrás. Durante un tiempo, se habían movido en silencio, hasta que Kiba se dio cuenta de lo que Shino había dicho. -Oi, oi, no te molestes por ese tipo de cosas. - Él le dio una amplia sonrisa. –Tío insectito.

-No me molesta. Cállate, Idiotamaru. -¡Es Kibamaru! ¡No, no es Kibamaru tampoco! Ese fue el tema de su conversación mientras volaban sobre los árboles. El olor de la tierra y la vegetación era fuerte, y los insectos se movían por todas partes. Era un buen día con tiempo despejado. Fue sorprendente e increíble, mucho mejor de lo que había esperado pasando los fuertes vientos de la noche anterior. Hermosas mariposas bailaban alrededor de la paz de la mañana. Después de un rato de silencio, Shino abrió la boca de nuevo. -No soy lo suficientemente mayor como para ser llamado tío todavía, pero si me llaman así, entonces también deberías ser llamado así, Kiba, porque tenemos la misma edad… -¡Realmente te molesta eso! -Sí, me molesta. Kiba… ¿acaso me veo así de viejo? Kiba le sonrió a Shino abiertamente al escucharlo hablar de sus sentimientos. -Bueno, bueno, mírate. En comparación a cuando éramos niños, te has vuelto mucho más honesto. La mueca sabelotodo de Kiba le crispaba los nervios a Shino. Shino deliberadamente miró hacia otro lado cuando dijo: - Te estoy preguntando esto porque nos conocemos desde hace mucho tiempo. Por lo tanto, me veo realmente tan vie… -¡Estás hablando realmente en serio acerca de esto! ¡Preguntaste ya dos veces! Está bien, lo entiendo ya. ¡Estás bien! ¡Te ves justamente acorde para tu edad! - Kiba se pasó una mano por el pelo, y fortaleció su voz. - ¡Tú eres más alto que yo, y siempre estás tranquilo y llevas esas gafas de sol todo el tiempo, así que por supuesto nos vemos maduros! ¡Ahora que lo pienso, para un niño de esa edad todos nos vemos viejos! -¿En serio? ¿Entonces me veo bien…? -Eres tan persistente… Mira, ni siquiera tienes que usar gafas de sol ya. Tienes bastante buena pinta. Ni siquiera un poco, sin duda eres más guapo que la estúpida cara de Naruto, ¡así que no te preocupes! - Kiba dijo sin rodeos, a continuación, con confianza señaló con el pulgar a sí mismo: - Bueno, por supuesto, cuando se trata de buenas apariencias, llegas un segundo después de mí y Akamaru. ‘Después de Akamaru… Realmente no entiendo eso, es extraño…’ Shino miró obsesionado la cola de Akamaru que estaba a cierta distancia frente a él.

CAPÍTULO 8 La misión final, conclusión.

-Ahora… es finalmente el momento para empezar. -¡Es la última misión del Equipo ocho! ¡Vamos chicos! - Kiba alzó su voz alta como si estuviera gritando un grito de batalla. Después de un largo viaje, Shino, Kiba y Akamaru habían llegado finalmente a la entrada de Soraku. Pasaron bajo una elegante puerta japonesa, sostenida por gruesos pilares escarlata y entraron en la ciudad. En el momento siguiente, cada uno de los integrantes tragó saliva ante lo que vieron extendido delante de ellos. Incluso Kiba, que había sido increíblemente ruidoso hasta hace un momento, parecía manso de repente. El lugar iba más allá de lo que habían imaginado. Innumerables edificios estaban apretados muy juntos, las paredes se habían roto a pedazos y estaban desmenuzadas, los carteles de las tiendas estaban inclinados y con la pintura descolorida, y numerosas tiendas con ventanas de vidrio rotos, alineados como si estuvieran tratando de competir entre sí. Por supuesto, no había nadie en el interior de la ciudad. Las ruinas deshabitadas y abandonadas habían quedado así durante un tiempo muy largo. El centro de la ciudad tenía una gran cantidad de edificios altos alrededor de ella, era un signo de que un número considerable de personas había vivido ahí. Ni Kiba ni Shino sabían cómo era que Soraku se hallaba en ese estado o, a dónde sus antiguos residentes habían ido. Pero antes de que se dieran cuenta de lo que estaban haciendo, ellos habían imaginado las últimas escenas de la bulliciosa actividad que ya no estaba en esos momentos. Padres y niños habían habitado esa ciudad. Hermanos. Amigos. Amantes. No había duda de que había antes había felicidad en el lugar, muy parecida a la que había en Konoha. Todo el barrio estaba tranquilo. No había ni un solo sonido. Pero, de vez en cuando, se podía oír el sonido del viento. Era muy probable que el sonido venía de las corrientes de viento que soplaba a través de las ventanas rotas en el interior de los edificios. Se sentía como si el viento que soplara tan vanamente en la quietud tranquila que podría parecer que era el sonido hecho por los gritos del pueblo abandonado. “Las vicisitudes de la vida.” - Esa frase vino a la mente de Shino. Pero entonces, ¿era realmente aceptable para resumir algo como esto con esa simple frase? Dudó, porque la vista parecía demasiado triste por esas palabras. -Es un lugar desolado. - Shino murmuró. - ¿Alguien realmente vivirá aquí…?

La nariz de Kiba se crispó. -No hay ningún error… - Dijo. - Definitivamente, hay algunas personas aquí, de alguna manera. Kiba entró en un edificio que se situaba en la parte delantera, y dijo: - Por aquí. Shino y Akamaru le siguieron. El interior del edificio era tan confuso como el exterior. Los dos hombres y el animal, siguieron su camino con cuidado por un largo y oscuro pasillo, el cual se hizo más y más complicado conforme avanzaban, era como un laberinto. Tubos de algún tipo se aferraban a las paredes, aunque era difícil decir si llevaban agua o gas. A juzgar por la apariencia, parecía que el edificio originalmente no había sido estructurado de esta manera, sino que se habían hecho varias adiciones a lo largo de los años y esto había dado lugar a este tipo de forman extrañas. “Es muy probable que sea una medida contra intrusos…” - Shino pensó, mirando las paredes de diferentes colores. -Aquí apesta a moho. - Comentó Kiba de delante de él. - Este lugar seguro es deprimente. En ese momento… -Bueno -miau- lo siento mucho, es deprimente. Un gato había surgido a partir de uno de los conductos de ventilación de aire rotos. -¿¡Qué demo…?! - Kiba se alteró por la repentina aparición del gato. Esto era porque no había sido capaz de sentirlo con su nariz. Akamaru se puso en guardia, dejando escapar un gruñido. En un instante, Shino también estaba alerta. -Esas bandas protectoras… miau, ¿son ninjas de Konoha? El gato estaba hablando. No se veía como que hubiera otros gatos alrededor. Tenía casi todo el pelaje gris, con la piel blanca en la punta de su nariz y boca y sus ojos tenían una mirada chispeante. -Uno apesta a perro. Otro apesta a insecto. El otro es un perro. – Después de verlos uno por uno, el gato murmuró el lenguaje abusivo. – En serio, miau, son un montón de buenos para nadas. Pero a Kiba no le importaba en absoluto. Estaba mirando el gato y ducharse con palabras de elogio. -Ésta es una sorpresa. - Kiba dijo. - Completamente sin olor ¡Este gato es un gran problema…! -Los Gatos Ninja eliminamos completamente nuestro olor mientras nos aseamos, miau. Somos diferentes de gatos normales.

-Uno de esos gatos ninjas de los que habla la gente, ¿eh…? Shino fijó sus ojos en el gato situado delante de él. Se veía como cualquier otro gato que encontraría en cualquier otro lugar. Sus movimientos eran los mismos de un gato común y corriente. La diferencia era el kimono que llevaba y las palabras humanas que salían de su boca. Soraku tenía otra cara, como un paraíso para los gatos. Muchos gatos habían ido a vivir al pueblo abandonado. La mayoría de ellos eran gatos normales que no podía hablar el lenguaje humano, pero entre ellos había estos gatos ninjas milagrosos que habían aprendido a hablar como humanos y usar ninjutsu. Estos gatos ninjas habían servido al clan del mercado negro en ese lugar por generaciones. Llamarlos una autoridad sustancial en esta ciudad no sería exagerando. Los Gatos Ninja cooperaron con los gatos normales para que, ya sea de día o de noche, mantuvieran un ojo vigilante sobre el municipio, y esto incluía tratar con los intrusos. Parecía que los tubos que se aferraban a las paredes y los techos eran en realidad una vía secreta para los gatos. Todo el edificio era probablemente, toda la ciudad en sí. Probablemente habían fabricado toda la zona para que los intrusos no fueran capaces de ir a cualquier lugar sin que los gatos no lo supieran antes. Era gracias a los gatos ninjas que esta zona se mantenía segura. Sin embargo, Shino y los demás solamente habían ido desesperadamente a buscar el vino de miel. Sería terrible hubiera un mal entendido si los gatos pensaban que habían ido a ese lugar con malas intenciones, así que Shino comenzó a hablar lo más suave que pudo: -No somos gente sospechosa. - Dijo Shino. - Estamos buscando a alguien. Estamos en busca de la información. -¡Un hombre que lleva gafas de sol, un abrigo largo y una capucha que cubre sus ojos…! Eres ciertamente sospechoso, miau. -Bueno, tienes razón… - Por alguna razón, Kiba acordó con el gato. Shino se sintió un poco irritado por eso, y alzó la voz. -No se puede llamar a las personas sospechosas simplemente porque llevan una capucha y gafas de sol. La razón es que no soy una persona que es sospechosa. Y, además, las personas que deben realmente ser sospechosas son del tipo que tratan de ocultar su naturaleza sospechosa para no despertar sospechas en todo y… -Cálmate, Shino. - Dijo Kiba. - No ayudas si le levantas la voz al gato. -Realmente no puedo soportar lo mucho que apestas a perro, miau. Me dan ganas de vomitar-¡¿Discúlpame?! ¡Hey, gato bastardo que estás sentado por allá!

-Cálmate, Kiba. Mantén la calma. Siga mi ejemplo. -Sería mejor si se van rápidamente, miau. Si no lo hacen, se les arrancará miembro por miembro del cuerpo. Ante las provocaciones del gato ninja, Kiba finalmente explotó. -Heeh, eso está bien para mí. Podemos obtener nuestra información de la misma manera, podemos atarte, ¿no? - Kiba miró al gato con ojos penetrantes. Él hizo crujir los nudillos, rodó su cuello para desentumecerlo y ligeramente aflojó su cuerpo. Y luego… -¡Vamos, Akamaru! - Kiba saltó desde el piso, y se precipitó hacia delante seguido por Akamaru, casi al mismo tiempo. -Eres un humano tonto, miau. - El gato miró hacia el techo, sin verse en absoluto especialmente preocupado. Movió sus piernas hacia atrás una a una para estirarse y también rodó su cuello para desentumecerlo. -¡Gyan! - Akamaru dejó escapar un grito agudo, y se desplomó junto a Kiba. -¡¿Qué pasa, Akamaru?! ¡Espe…! ¡¿Esto es…?! - Kiba de repente se derrumbó junto a Akamaru retorciéndose también. - Ah espera…ha…gah-hya- kaa- ku… Akamaru y Kiba rodaron por el suelo, dejando escapar ruidos extraños. Parecían haberse perdido por completo a sí mismos, estaban tirando de su cabello y golpeando sus ropas. La piel de Shino percibió a los diminutos atacantes que había saltado fuera el cuerpo del gato ninja. -Oh, así que son pulgas… - Dijo. - Tú enviaste las pulgas como un ataque. Como era de esperar de alguien que lleva el nombre de un gato ninja. Esto es muy raro. Supongo que este jutsu se podría llamar: Ninpō, Pulga Shuriken… -N-no solo c-calma y a-analízalo - Gritó Kiba. - ¡Rápidamente ha-haz algo Shino! No se podía evitar que uno sintiera una increíble picazón cuando había sido objeto de un gran número de pulgas. Los gritos agraviados de Kiba y las quejas de dolor de Akamaru resonaban por el pasillo. Con el fin de ayudarles, Shino se arrodilló sobre una rodilla e hizo las señales para un sello mano. -¡Mushi Yose! (¡Técnica de reunión de insectos!) - Gritó Shino, y puso su mano en el suelo. Mientras lo hacía, surgió un patrón de chakra azul con forma de tela de araña y se extendió fuera de sus dedos como un ventilador. En cuanto lo hizo, las pulgas que habían cubierto a Kiba y Akamaru saltaron hacia las redes de chakra azules y se reunieron en el interior de Shino. La técnica de los insectos Mushi Yose (Técnica de reunión de insectos),funcionaba como su nombre lo sugiere, atrayendo a los insectos cerca del usuario y reunirse en un solo lugar. Era una técnica fundamental para el clan Aburame y cada uno de sus miembros podía hacer.

En ese sentido, este había sido originalmente una técnica utilizada para la recolección de insectos para la investigación de la ecología. -E-estamos salados… - Kiba debió haber sentido un montón de dolor. Él estaba tratando de igualar su respiración desordenada mientras se levantaba. Akamaru parecía que todavía se sentía disgustado por la terrible experiencia, moviendo todo su cuerpo como lo haría cuando se mojaba. -Pensar que ni siquiera pudieron ganar contra las pulgas. Hay un límite a lo patético se puede ser, ustedes perros callejeros, miau. -¡Gato de mierda, mira que vernos hacia abajo como si fuéramos poca cosa…! - Kiba se abalanzó hacia el gato que había estado observándolos con calma. -¡Te tengo! Kiba finalmente había podido apoderarse del gato firmemente con sus manos. Sin embargo, en el segundo en que lo había tocado, el cuerpo del gato se deshizo en pedazos de piedra. -¡¿Qué?! ¿Piedras? No, eso no era lo que eran. Eran trozos crujientes de comida para gato. El gato sin duda había estado allí hace un momento. ¿Cuándo era que se había cambiado en una falsificación hecha de comida de gato…? -Ya veo, así que es un Bunshin de alimento de gato…- Murmuró Shino. -¡¿Es realmente el momento de estarlo alabando?! - Kiba espetó. -Es realmente hora de que se pongan en marcha, miau. - El gato habló desde una habitación interior del pasaje, sus ojos brillaban en la oscuridad. - Incluso un gato solamente pone la misma mejilla tres veces. A partir de ahora, será el momento de sacar las garras, miau. “Era así como los gatos ninja corrían a los intrusos para la protección de la población y el clan del mercado negro. Sin embargo, si se trataba de un comerciante ellos no lo correrían de ninguna manera.” Eso es lo que pensó Shino. Sin embargo, él no sabía qué hacer para que los gatos dejaran de defenderse ante ellos. -¡Uf, joder con esto! - Kiba aulló con irritación. - ¡No podemos atrapar al gato, no podemos obtener información del gato, no hay nada que podamos hacer! -Si quieres información, entonces tendrás que intercambiarla por matatabi[i]. Pero eso es imposible, ya que muchos no tienen nada de matatabi. ¿Ya lo entiendes? Realmente apestas a perro, así que realmente queremos que se den prisa y se vayan. Así que era eso. El matatabi podría ser cambiado por un pase para entrar. Ni siquiera lo habían pensado mucho. Su oponente eran gatos, después de todo.

-Esto es malo, Kiba… - Dijo Shino. - A este paso, no vamos a hacer ningún proceso. La razón es que no trajimos ni siquiera un poco de matatabi… Shino se inclinó más cerca de Kiba, susurrando para que el gato ninja no pudiera oír. – Dadas las circunstancias, voy a utilizar mis insectos y a… -Espera, Shino. Déjame esto a mí. Kiba sacó una píldora soldado de la bolsa de su cinturón, y lo arrojó hacia el gato ninja. - Muy bien, gato. Te voy a dar esto. Vamos a hacer un intercambio. Eso por la información de localización del apicultor. -¿Me quieres ver la cara de tonto? No importa cómo se mire, esto no es matatabi, miau. El matatabi es… - El gato se fue apagando, parando sus maldiciones sobre la píldora soldado. Comenzó a lamer la píldora soldado, su lengua rosada intermitente dentro y fuera. - ¿Qué? ¿Qué es esto? ¿Tiene esto dentro un poco de matatabi? El gato se hundió lentamente y se tumbó en el suelo. Era el comportamiento de descanso típico que muestran los gatos después de que lamieron matatabi. -Entonces, ¿cómo estuvo? - Kiba sonrió ampliamente. - Podemos hablar de negocios ahora, ¿verdad? -¿Qué es eso, Kiba? - Preguntó Shino. - ¿La píldora de soldado tienen matatabi? -No, la píldora de soldado tiene inukekka[ii] en su interior. Es algo similar al matatabi. Las píldoras de soldado especiales, hechas por el Clan Inuzuka, eran generalmente dirigidas a los perros. Nunca había pensado que una de esas píldoras de soldado podría tener cosas que les gustaran a los gatos también. Como era de esperar, Kiba era un hombre confiable. -Gnnn. – El gato sonaba enfadado, incluso más por el estupor inducido por la píldora de soldado. – Y pensar que me he tendido en el piso y todo por ti, maldito perro apestoso. Mi orgullo no puede perdonar esto, miau. El gato dijo esto, se tragó la píldora de soldado de una sola mordida y se echó a correr. -Qu- ¡Hey! ¡No vas a robarme! ¡Maldito gato de mierda! El gato se echó a correr como una liebre… o ¿debería decir que como un gato? De cualquier manera, Kiba había corrido detrás del gato a toda velocidad. -¡Sólo espera! – Los gritos enfurecidos de Kiba hicieron eco por los pasillos. Shino y Akamaru miraron la espalda de Kiba mientras perseguía al gato ninja, y comenzaron a correr también. A medida que perseguían al ágil gato ninja, ellos corrían y pasaban por innumerables giros y vueltas, los corredores se curveaban a la izquierda y derecha, como un laberinto.

Shino acababa de pasar otra curva cuando vio a Kiba por delante de él. Él se había congelado en su lugar, completamente inmóvil. Shino llegó asustado y paró en seco para no chocar contra el cuerpo de Kiba. -¿Qué pasó, Kiba?… ¿Perdiste el rastro? Kiba no volvió la cabeza, ni siquiera incluso ante la pregunta de Shino. Shino miró a su alrededor y vio que había una mujer de pie delante de Kiba. El gato ninja de antes se encontraba en sus brazos. Era una mujer joven muy hermosa, de pelo castaño y encantadores ojos muy abiertos. Su edad parecía estar alrededor de la misma a la de ellos. Kiba y la mujer habían cruzado miradas, estaban mirándose casi como si ya se hubieran conocido de antes. Entonces la mujer se dio cuenta de la presencia de Shino, y, mirándolo de arriba abajo, empezó a encogerse. -Espera, yo definitivamente no soy una persona sospechosa… - Shino habló antes de que le pudieran haber dicho algo, adelantándose a alguna suposición. - Soy el compañero de Kiba, aquí presente. Cuando dijo eso, los rasgos faciales de la mujer relajaron. -Oh, así que eso es lo que eras. De repente entraste y te detuviste de repente y me sorprendí por ese hecho. - Ella dijo y sonrió. -¡Déjame ir, miau! - El gato estaba luchando por salir de los brazos de la mujer, pero no pudo liberarse. Viendo eso, Shino le preguntó: - ¿No será que eres… la propietaria de este gato? La mujer miró sorprendida y ella contestó. -Sí. Uhm, ¿no nuestro gato hizo algo…? Oí una voz muy fuerte. -Estamos buscando a alguien. - Shino dijo. - Le dimos una píldora soldado como forma de pago, pero el gato la tomó sin decir nada. -Ahh ya veo. Tsk, siempre les digo que hagan negocio correctamente. -Lo siento, pero no voy a hacer negocios con alguien que huele a perro, miau. - El gato dijo entre dientes mientras luchaba. -¿Apesta de perro?… ¿Esta persona? - La mujer se volvió para mirar a Kiba. Shino volvió a examinar el estado de su amigo también. Por alguna razón, Kiba había estado de pie, rígido como una estatua con la boca abierta por un tiempo.

-Uhm, lo siento mucho. Nuestro gato ha sido increíblemente grosero… - La mujer dijo. - Ah, mi nombre es Tamaki. Somos dueños de la tienda de armas. Y este pequeño es Momo. Él siempre me protege. Así que la mujer se llamaba Tamaki. -Así que se llama Momo. - Dijo de pronto Kiba. – Vaya, vaya, qué casualidad. Nuestro perro se llama Akamaru, jajaja. Kiba estaba diciendo cosas que no tenían sentido. Pero, ¿que en el mundo era lo que había sido una coincidencia? Shino estaba preocupado en no saber qué parte de su conversación era lo que había sido una coincidencia. Incluso Akamaru tenía una mirada absolutamente aturdida en su rostro. Y por supuesto que esa mirada tenía razón de ser, su propietario estaba actuando como una persona completamente diferente delante de sus ojos. -Así que, ¿eres un usuario de perro ninja? - Preguntó Tamaki, con los ojos brillantes. Eso es increíble. Fue entonces cuando Kiba comenzó a actuar muy extraño. Él estaba inquieto. Miraba de izquierda a derecha. Pasaba la mano por su cabello. Se jalaba la barba. -No, bueno, eh, no soy gran cosa… - Dijo Kiba. - Ah ya sabes, ¿ves?, increíble es una cosa diferente, ¿no? Es como que estoy en un nivel en el que podía ser considerado un candidato para ser próximo Hokage, cosas así. -¡¿Qué está haciendo una persona tan increíble en un lugar como este?! - Tamaki estaba asombrada. Akamaru agachó la cabeza y dejó escapar un gemido dramático. Shino no dijo nada. Hace tan sólo unos momentos, Kiba había estado furioso gritando “¡Gato de mierda!” Shino se preguntó en qué parte del mundo era en la que Kiba había desaparecido. — -Ah, ya veo. - Tamaki dijo. – Están buscando al apicultor. -Sí, para el regalo de bodas de un amigo. - Dijo Kiba. - Estábamos pensando en dar vino de miel. -Ah, esa es una muy buena elección. Shino miró Kiba y Tamaki mientras hablaban. De alguna manera, Kiba había logrado finalmente llegar al punto. Kiba y Tamaki mantenían la conversación por sí mismos. Shino acariciaba en silencio la cabeza de Akamaru, que tampoco estaba participando en la conversación.

Akamaru había mirado como si hubiera sido molestado por algo, pero cuando Shino le acarició el pelo parecía hacerlo sentir mejor y miraba a Shino con ojos arrugados. Shino nunca habría imaginado que, a pesar de ser un usuario de insectos, acabaría pasando tanto tiempo con un perro y aprendería a leer su corazón. -Entonces, los guiaré. -Ah, ¿sabes dónde está? Estaríamos muy agradecidos. Parecía que la conversación de Kiba y Tamaki había terminado. Ella iba a guiarlos. -Es fácil perderse en esta ciudad. - Dijo Tamaki con una sonrisa irónica mientras ella y Kiba caminaban al lado del otro por delante. Shino y Akamaru silencio siguieron. — Caminaron a través de una ruta muy compleja. Shino pensó que iban a salir a la calle, pero se fueron hacia dentro del edificio de nuevo. Entonces pensó que iban a salir de nuevo hacia fuera, pero esta vez se dirigieron por un callejón que tenía edificios de aspectos similares. -Entonces, este apicultor. - Kiba le preguntó. - ¿Qué clase de hombre es él? -Hmm. - Dijo Tamaki. - Bueno, yo nunca he visto su rostro, así que… -¿Qué quieres decir…? -Nunca lo he conocido, pero sé dónde está. -¿Qué hay con eso? Shino siguió caminando mientras observaba la atmósfera armoniosa entre Kiba y Tamaki que caminaba un poco por delante. Estaba muy agradecido por la guía. Si no hubieran pedido a un residente que les mostrase la forma de ir a través de estas calles complejas de la ciudad, incluso con la nariz de Kiba y los insectos de Shino, se las hubieran visto duras en encontrar a su objetivo. Y desde hace un tiempo, todo lo que habían encontrado eran gatos, pero ni un solo ser humano. Se encontraban en la parte superior de los muros derruidos, en las grietas de los escombros, dentro de las tiendas con ventanas rotas. Podía sentir los ojos de los gatos en cada posible escondite. Cuando se miraba a los gatos, ya sea que estuvieran acostados o lamiendo sus patas, con toda seguridad se podía decir que ellos no perdían ningún movimiento de los humanos y el perro. Mientras observaba los alrededores, Shino tuvo una sensación repentina. Este pueblo abandonado, los gatos que vivían allí tomando el sol… se sentía casi como si de repente un día todos los seres humanos habían desaparecido de la faz de la Tierra.

Aquí, la gente eran los forasteros. Si no fuera por Tamaki y el gato ninja Momo, probablemente ya estarían rodeados. Hablando de Momo, el gato estaba caminando junto a Tamaki con una mirada amarga en su cara. Parecía que no estaba contento con la forma tan alegre en la que hablaban Tamaki y Kiba. Kiba estaba haciendo movimientos grandes y exagerados con las manos y los brazos mientras hablaba, y la risa de Tamaki se transmitía. Shino estaba callado, como era su costumbre. Akamaru iba esquivando las miradas inquebrantables de los gatos mientras caminaba. De esta manera, los tres llegaron eventualmente a las afueras de la ciudad. Al llegar a ese punto, el número de edificios derruidos en fila a un lado del otro había disminuido de manera constante, hasta que llegó el punto en el que ya no quedaba ni una sola casa por los alrededores. En lugar de eso, lo que vieron bueno, en vez de eso, había una espesa niebla que había descendido. Su campo de visión se deterioraba. Esto no era un asunto trivial, Shino pensó para sí mismo, y se concentró en observar cuidadosamente su entorno. Delante de él, Kiba y Tamaki continuaban su conversación trivial. A pesar de que pronto estarían llegando a su destino, había algo diferente en el estado de ánimo de Shino y el estado de ánimo de los dos delante de él. Tamaki continuaba caminando sin ser molestada por la niebla. -¿Eh? Ahora que lo pienso, ¿no nos hemos visto antes en Konoha? Hace poco me mudé allí. Aunque todavía vengo a menudo a visitar a mi familia. Pero sí, eso es todo, antes de esto, mi abuela estaba completamente desnuda con un grupo de gatos, ah, ya llegamos. Tamaki paró de repente. Mientras se preguntaba qué en el mundo había hecho la abuela de Tamaki, Shino se detuvo también. Se podía ver vagamente un bosque de bambú más delante de la niebla. -Este bosque de bambú… debe ser el lugar correcto. - Dijo Tamaki. Esas fueron algunas palabras ambiguas de alguien que les dijo que los guiaría. -¿Qué quieres decir con debe ser? - Preguntó Kiba. -Bueno, en pocas palabras, nadie jamás lo conoció. -Entonces, ¿cómo es que sabes dónde vive?

-Por favor, eche un vistazo a esto. - Tamaki indicó un par de monumentos de piedra que se levantaron por delante de la arboleda de bambú. Al ver la cuerda podrida que se envolvía alrededor de los monumentos de piedra, Shino murmuró: - “El Guardián de las deidades del viajero”. -Eso es correcto. - Dijo Tamaki. - La gente viene aquí y coloca cerca de la estatua una ofrenda, cosas como verduras y similares. Cuando regresan al día siguiente, la ofrenda se ha ido, y un pequeño contenedor de miel o vino de miel estará en su lugar. Y así, llamamos a la persona que deja la miel, sea quien sea esa persona, el “apicultor”. -¿Por qué nadie ha tratado de ir a verlo…? - Preguntó Kiba, mirando muy sorprendido. - Normalmente, ¿no sientes curiosidad en saber quién es en realidad ese tipo? Bueno, esto sería lo que pensarías “normalmente”. Pero, esto era Soraku. La posibilidad de que quien vivía ahí y anduviera por ahí en posición vertical, era de un 200% por ciento. Mientras que la persona hiciera su negocio correctamente bajo la vigilancia de los gatos a nadie le importaba si era un viajero o un fugitivo. -Como se puede ver en el letrero, “El Guardián de las deidades del viajero”, estos son terrenos sagrados. Pero las personas que viven en Soraku no se molestan en mirar a su alrededor. No tenemos ningún negocio aquí después de todo. - Tamaki dijo con una sonrisa. El hecho de que el apicultor estaba viviendo en terrenos sagrados no parecía ser algo molesto. Como era de esperar, la gente de Soraku tiene una forma única de pensar, era un poco diferente a las de los demás. -Pero tenemos negocios qué hacer por aquí, ¿ya sabes?… - Kiba dijo. - No podemos simplemente sentarnos aquí, ofuscados por quién sabe cuántos días a la espera de nuestra oferta para intercambiarlo con vino de miel. -De cualquier manera, ustedes idiotas no serían capaces de encontrarlo, miau. Incluso los gatos se pierden en ese bosque de bambú, miau. - Momo dio una risa sádica. Había pensado que el gato finalmente había decidido decir algo que valiera la pena pero, en lugar de eso, sólo salieron palabras ariscas de su boca. Pero Kiba no fue perturbado. -Somos shinobi. No nos perderemos. - Él dirigió las palabras a Momo, y luego caminó hacia los bosques de bambú envueltos en la niebla. —

Después de separarse de Tamaki y Momo, el equipo había comenzado a caminar a través del bosque de bambú de niebla. Shino giró la cabeza y miró hacia atrás. El resto de la ciudad ya estaba fuera de la visión que la niebla le permitía. Entonces, eso es lo que quería decir Momo acerca de perderse. Si este era el estado de la niebla, no era de extrañar que Tamaki y Momo y las otras personas de Soraku nunca hubieran ido ahí. De cualquier manera, ya que estaban buscando a alguien cuyo rostro era desconocido, sería una tarea imposible de lograr si no tuvieras shinobi con altos sentidos de percepción como Kiba y Shino. Este no era un lugar los shinobi como Tamaki. Pero, dicho esto, era posible que este lugar tampoco era para shinobi. La estatua del Guardián de las deidades del viajero se colocaba como un marcador para separar el mundo en el que los humanos vivían en el mundo normal y el mundo en el que los dioses vivían. En otras palabras, ahora estaban caminando en territorio que no pertenecía a los seres humanos, sino a los dioses. Ya no había podían ver por la niebla, Shino sentía como si se hubiese vuelto aún más gruesa. -Está bien… esto debería ser un buen lugar para la primera. - Dijo Kiba, y lanzó un kunai en un palo de bambú cerca de ellos. Lo estaba haciendo para colocar un marcador cerca de la entrada del bosque de bambú. Lo haría de nuevo después de que avanzaran un poco más. Habían repetido la acción por algún tiempo mientras continuaban el viaje. De esta manera, serían capaces de encontrar la manera de salir cuando se fueran sin perderse demasiado. -Primero lo encontraremos con mi nariz, luego cuando lo hagamos, podrás llamar a tus bichos y… ¡achú! - Kiba estornudó repentinamente. Él aspiró, y luego dijo: -Eh, tal vez esa chica está hablando acerca de mí… -… ¿Te has enamorado de ella? - Shino le preguntó sin rodeos. -¡¿Eh?! ¡No, idiota! ¡No hay absolutamente nada de eso! Kiba estaba increíblemente nervioso. Él estaba gritando sus negativas usando una voz mucho más fuerte de lo habitual. -¿Acaso estaba… interrumpiendo su romanticismo…? -¡Te digo que estás equivocado! -Hinata se va a casar pronto… Kiba, si te casas voy a terminar completamente solo. Si te casas, déjame a Akamaru. La razón es que él es el único que me entiende sin palabras… -¿Disculpa? ¡No tengo ni idea de lo que estás diciendo! ¡¿Qué quieres decir con que estarás completamente solo?!

Como Kiba estaba ladrando nervioso, Akamaru miró a su dueño y ladró también. -¡Guau! -¡¿Qué demo…Akamaru?! ¡¿Por qué estás diciendo también esas cosas?! ¡Y deja mi barba fuera de esto! A pesar de que Akamaru solamente había dado un ladrido, parecía que había transportado una larga cadena de palabras. Kiba estaba despotricando aún más, su rostro se tornó carmesí hasta sus oídos. “¿Es que su rostro se volvió rojo por la ira o la vergüenza?” - Shino pensó en silencio. “Lo más probable es que sea por ambos”. Kiba dio de repente un grito exasperado. -¡Argh, ya es suficiente! ¡Vamos a seguir adelante sin entrar en conversaciones estúpidas como esta! Él dio la espalda a los dos, y caminó pisando fuerte por delante de ellos. -En serio… el fuerte olor de bambú hace que encontrar cosas sea aún más difícil, ¡ugh! Parecía que estaba mucho más irritado ahora de lo que había estado hasta hace un momento. Pero Shino se alegró de verlo, porque Kiba era mucho más fácil de entender cuando se ponía así. Por supuesto, mientras que él podría haber estado satisfecho por el momento, eso era sólo por “ahora”. Cuando él había conocido primero a Kiba, había habido muchos momentos en los que había conseguido estar irritado por su personalidad, él era todo lo contrario a lo que era Shino. Durante el tiempo en la Academia, Shino dejaba que sus insectos caminaran sobre la parte superior de su escritorio, mientras que Kiba corría por los pasillos y áreas de juego con otros compañeros, gritando en voz alta. En clase, Shino estaba en silencio y escuchaba al maestro, mientras que Kiba se dormía o dormido o hacía demasiado ruido. Para resumir, Kiba era el segundo de Naruto cuando se trataba de olvidar… olvidemos que era el segundo, después de todo, el chico en cuestión nunca había sido el tipo que nunca había estado en primer lugar… Kiba estaba al nivel de Naruto cuando se trataba de causar alboroto. Había sido un niño problema completo. En aquel entonces, Shino había querido ser asignado a un equipo con nadie más que él. Pero ahora, Shino continuaba misiones con ese mismo niño problema. ¡¿Cuando era que Kiba se había mostrado completamente al natural?! La vida era realmente imposible de entender. Por alguna razón, Shino seguía pensando en los viejos tiempos mientras caminaba.

Su campo de visión aún se veía obstaculizada por la niebla. El paisaje nunca parecía cambiar, siempre era el mismo. Racimos de bambú con una espesa niebla que colgaba entre ellos. Shino pensó que lo que le rodeaba en esos momentos parecía una pintura. -Espera un minuto. Esto es extraño… - Kiba murmuró repentinamente en voz baja. Este no es el olor de bambú… ¿Qué es esto, éste débil y dulce aroma…? Kiba miró a su alrededor y crispó su nariz. Por supuesto, Shino no tenía el olfato que tenía Kiba. Ese era un olor muy débil. Sin embargo, Shino se dio cuenta de inmediato de que algo extraño se encontraba frente a sus ojos. -Kiba… Mira esto… Por delante de donde Shino estaba señalando, había un poste de bambú… con un kunai que salía de la rama. Era el kunai que Kiba había tirado como un marcador en las afueras de la ciudad desde donde habían entrado. Mucho tiempo había pasado desde que habían colocado ese marcador, y había continuado caminando hacia delante solamente. No deberían estar viendo el marcador. -¿Es un genjutsu…? Mientras se sentía incómodo, Shino cambió el flujo de chakra dentro de su cuerpo, por lo que los insectos dentro de él dejaran de sentirse incómodos. Había desplazado su chakra en aras de romper el genjutsu. Sin embargo, nada había cambiado. Pero era cierto, el kunai que debería estar a una larga distancia detrás de ellos, estaba en frente de ellos. -Mierda, no podemos salir… ¿Qué es esto? - Kiba bajó la voz, y entornó los ojos fuertemente alrededor de ellos. - ¿Es una Técnica para confundir mentes? -Se siente similar a la Técnica ilusoria del demonio doble falso, pero… tampoco es una de esas… Eran un par que habían sido criados bajo el cuidado de Kurenai, un usuario de genjutsu líder en Konoha. Para ser honestos, estaban seguros de que sus conocimientos en genjutsu eran más altos que la de otros ninjas. Por supuesto, eso incluía también cómo salir de ellos. Pero, nunca habían oído hablar de un genjutsu como este. Para empezar, si era un genjutsu, entonces para ese instante ya hubiera sido cancelado. ¿Acaso quería decir que era algo diferente que pero similar a un genjutsu y por lo tanto sería?… ¿qué era lo que sería?

-No tenemos otra opción, ¿eh? - Dijo Kiba. - Por ahora, ¿qué tal si continuamos Akamaru y yo utilizando el Gatsūga (Técnica de colmillo giratorio)? Kiba había encontrado una solución muy simple. En lugar de seguir un curso conjunto evitando el bambú, harían caso omiso de eso y cortarían a través de una línea recta. Shino asintió en silencio. -Muy bien, ¡entonces vamos, Akamaru! - Kiba miró a su alrededor. -… ¿Akamaru? Kiba comenzó inquieto a girar la cabeza de izquierda a derecha. Shino buscó también por los alrededores, forzando la vista para ver más allá de la niebla que los rodeaba. Pero no importaba lo mucho que buscaran, a pesar de que Akamaru estaba a su lado hasta hace un momento, había desaparecido sin hacer ningún sonido y tampoco dejando algún rastro. -Esto no puede estar bien… ¡Akamaru! ¡Hey, Akamaru! ¡¿Q-qué es esto?! ¡El olor de Akamaru se ha ido! Kiba perdió completamente la cabeza. Saltó a través de la niebla, todavía gritando. -¡¿Dónde estás, Akamaru?! ¡Contéstame Akamaru! -¡Espera, Kiba! ¡Cálmate! Shino corrió tras un histérico Kiba. Mientras él corría y llamaba a Akamaru, la niebla se volvía más densa alrededor de su figura. Él debería haber estado muy cerca, pero Shino no podía decidirlo gracias a la niebla. Shino corrió y corrió, pero no pudo alcanzar a Kiba. Y de pronto, Kiba desapareció de su vista también. -Shino… este olor es muy fuerte. - La voz de Kiba flotó hacia él desde en medio de la niebla. –Debes saber también de lo que se trata. Ese olor dulce… es el olor de la miel…¡debe de serlo! En ese momento, todos los rastros de Kiba desaparecieron por completo. -¡Kiba…! En ese momento, un número incontable de Kikaichū (Insecto Parásito Destructor), aparecieron alrededor Shino. Él subió los dos brazos, un sinnúmero Kikaichū salieron del interior de su cuerpo hacia todas las direcciones. Algunos se fueron arriba hacia el cielo, otros inundaron sus alrededores, y sus Kikaichū parecían casi tan gruesos como la niebla. Pero con todos los Kikaichū que habían sido puestos en libertad no se comportaban de la manera que Shino había esperado. Inmediatamente volvieron a él, informando que no pudieron encontrar nada. -No puede ser…

Lo intentó por segunda vez, y una tercera, pero no importaba cuántas veces los liberara, el resultado era siempre el mismo. El Kikaichū pasó por las grietas entre el bambú que crecían a su alrededor, pero siempre volvían de vuelta sin encontrar nada. Viendo a sus insectos volar sin hacer nada, Shino sintió un sudor frío. Su Kikaichū respondía a base de chakra. Ellos no podían encontrar ningún rastro de Kiba, siendo que él había estado en ese lugar hasta hace unos momentos. Ni siquiera podía verlo por la niebla espesa. “Esto es imposible…” Shino frenéticamente trató de pensar. Recordó las últimas cosas que Kiba había dicho. Había hablado de un olor dulce cada vez más fuerte, y dijo que era el olor de la miel. Había dicho que Shino debía ser capaz de saber acerca del olor, lo que significaba que había sido muy fuerte. Pero, no importa lo mucho que Shino agudizara sus sentidos, no podía oler siquiera el olor débil de dulce miel. Sin embargo, mientras agudizaba sus sentidos y se concentraba, sus esfuerzos dieron fruto de otra manera. Rodeado por el zumbido de sus insectos, Shino se dio cuenta de un zumbido diferente en el fondo. De repente levantó la vista y vio a varias figuras que volaban por la niebla. Ellos eran enormes en comparación con su Kikaichū. Negro y color amarillo. Avispones. Y ellos estaban volando hacia él en línea recta, con Shino como objetivo. De inmediato usó sus insectos para defenderse y acribillar a las avispas. Su enjambre de Kikaichū asumió la forma de espada negra y voló libremente por el aire. Cuando lo hicieron, los cuerpos de los avispones de repente empezaron a fundirse en un líquido viscoso extraño, y el líquido comenzó a envolver los ataques de los Kikaichū. -¡¿Qué es esto?! ¡Esta técnica…! A medida que el líquido envolvía a sus Kikaichū, grandes gotas de líquido espeso cayeron alrededor Shino también. -¿Miel…? Era un dulce olor que se mezclaba con la niebla, al igual que Kiba había dicho. Por primera vez desde que habían entrado, Shino finalmente pudo olerlo. De hecho, el olor iba creciendo constantemente más fuerte. Los avispones atacaron a Shino una vez más. Usó sus insectos para defenderse de nuevo. “El bambú está en todo el camino…” Si él tenía un poco de tiempo, podía derribar el bambú en segundos.

Las avispas atacaron con habilidad, volaban dentro y fuera del bambú y lo usaban como escudo al mismo tiempo. Fue en el momento en el que Shino les prestó más atención que sucedió. Justo cerca de los pies de Shino, la miel que había caído al suelo comenzó a tomar la forma de avispones. “¡Lo he hecho…!” - Shino pensó mientras las avispas se reformaban y volaban directamente hacia él desde abajo. El aguijón de la avispa apuñaló sin piedad la parte posterior del cuello de Shino. Su cuerpo se balanceaba terriblemente. Esa no era una picadura de avispa normal. El veneno de la avispa había sido especialmente preparado para ser lo suficientemente fuerte para tumbar a dos shinobi a la vez. La manipulación que tenían las avispas sobre él, y sus picaduras tóxicas especializadas, todos esos puntos apuntaban a un usuario de insectos muy hábil. Un usuario de avispones, avispas y abejas. Los habitantes de Soraku habían llamado a esa persona “el apicultor”. Así fue como Shino se convenció de que conocía la verdadera identidad del enemigo que no podían ver, y su cuerpo se desplomó en el acto. — Después de pasar algún tiempo, el apicultor apareció de entre la niebla sin hacer ruido. Paso a paso, poco a poco se acercó a Shino. Era una muy extraña visión. No se le podía ver la cara, porque estaba cubierto por una máscara de Anbu con la forma de una abeja. Y no era sólo que su cara no se podía ver. Cada parte del apicultor estaba cubierto de un enjambre de abejas de miel. No, más bien, sería más fácil que lo imaginaras si se dice que todo el cuerpo del apicultor estaba hecho de abejas de miel. Este era el apicultor de Soraku, cuyo rostro nadie había visto. Poco a poco se adelantó. -Del Clan Aburame de Konoha… - Murmuró mientras veía a Shino que había caído. La voz sonaba tranquila. Sonaba como un muchacho joven, pero al mismo tiempo como un frágil y nervioso joven. Era una voz misteriosa y andrógina. -Exactamente. - Shino respondió desde detrás del apicultor.

El Shino que se había derrumbado en el suelo se rompió y dispersó. Había sido un Kage Bunshin hecho por miles de insectos. -Y pensar que me has engañado… - Dijo el apicultor. – Tu tipo es muy raro… El apicultor no tenía ninguna emoción en particular en su voz mientras miraba a su alrededor. Los insectos que habían pretendiendo ser Shino, se unieron al resto de sus Kikaichū, pero en ningún momento sus insectos tocaron al apicultor. Las abejas de miel del joven apicultor zumbaban y se empujaban en agitación, sintiendo que su dueño estaba en peligro. -Pero, ¿por qué…? - El apicultor se preguntó. - El veneno… El apicultor estaba hablando acerca de cómo las avispas debieron haber picado a Shino con su veneno y él debería estar ahora lleno de el ahora. La verdad era que Shino de hecho sí había sido picado. Se dejó picarse, porque sabía que su oponente nunca saldría a la luz si no lo hacía. Y es por eso Shino voluntariamente se dejó picar por el aguijón venenoso. Él tenía la suficiente confianza y fe en sí mismo para hacerlo. -Fui envenenado. - Confirmó Shino. - Pero no fue un problema. La razón es que, esa cantidad de veneno no me va a matar. Gracias a los insectos dentro de su cuerpo, los venenos de un cierto nivel podrían ser neutralizados. Shino, en particular, había estudiado a los pequeños insectos venenosos Rinkaichuu, utilizados por su compañero de clan ya fallecido, Aburame Torune y, luego creó sus propios insectos para resistir el veneno gracias a esa investigación. Por eso era posible que Shino neutralizara el fuerte veneno en cuestión de momentos. Se podría decir que era algo que había heredado de Torune, que había sido criado junto a él cuando era joven, y sido como un hermano para él. -Bueno, fui realmente vencido… Perdí. - Dijo el apicultor, dándose cuenta de que no podía tomar represalias. Ellos no lucharon. – Estás detrás de mi vida, supongo. Bueno, estoy contento de ser asesinado por un usuario de insectos con tal habilidad… -No, estoy aquí por… el vino de miel… - Shino habló en medio del tenso silencio. - Me gustaría… cerca de dos botellas… Tal vez era porque Kiba no estaba cerca, pero el silencio de repente se sintió demasiado pesado. -¿Quieres venir a mi casa…? - Preguntó el apicultor, girando su cabeza enmascarada. —

Resultó que el apicultor era originalmente un ninja de Iwagakure, que se había establecido a vivir ahí en paz mientras temiendo, al mismo tiempo, que sus perseguidores lo encontraran. En resumen, Shino había sido confundido con uno de los perseguidores del apicultor, y por eso el apicultor le había atacado. -Kiba y Akamaru… - Dijo Shino. - Un ser humano amante de los perros y su perro adorado, estaban aquí conmigo, pero, ¿qué pasó con ellos…? -No te preocupes, que están a salvo. Sólo están deambulando en la niebla. - Respondió el apicultor. Estaban hablando mientras se dirigían hacia la casa del apicultor. -Hace un momento, ¿por qué me atacaste…? -Porque si no golpeas primero contra un usuario de insectos, estarás en problemas más adelante. -Ya veo… Continuaron conversando en voz baja. Shino pensó que estaban teniendo una animada conversación. Shino había conocido al clan de usuarios de insectos de Iwagakure. Había sido un clan de usuarios principalmente de abejas, y ahora estaba destruido. El apicultor era descendiente de ese clan. -Aquí está… El apicultor se detuvo, y Shino podía ver una pequeña casa que aparecía en la espesa niebla por delante de ellos. Era una simple casa con techo de paja. El jardín era muy probable que fuera el área de cultivo para las abejas. Había una cesta de bambú junto a él. La casa de paja discretamente estaba dentro de la espesura de bambú envuelta por la niebla. El ambiente se sentía como uno de esos refugios de ninjas que había oído hablar por historias. En realidad, era un ninja fugitivo, de hecho, condenado a vivir en secreto aquí, por lo que el refugio del ninja era exactamente lo que era, un refugio. Mientras Shino había viendo la casa, el apicultor trajo el vino de miel. Al pasar junto a Shino, el hermoso resplandeciente líquido ambarino se balanceaba suavemente dentro de su contenedor. -Gracias ¿Cuánto…? -Yo no necesito dinero. - El apicultor respondió con calma. - No sería de ninguna utilidad para mí, incluso si lo tuviera, así que…

Parecía que siempre habían estado viviendo en ese lugar solo. Parecían estar llevando un estilo de vida que era completamente autosuficiente, sin necesidad de dinero. Shino dejó escapar otro corto - Ya veo… - y puso el vino de miel en el saco que el apicultor le dio. - Lo que me recuerda, estaría muy agradecido si me puedes enseñar el camino de salida. La niebla es muy espesa… -No hay. El apicultor sin vacilar dio ese tipo de respuesta. -¿Qué quieres decir? -No hay un camino de regreso… eso es lo que quiero decir. - El apicultor se sentó encima de una roca cercana, mirando fijamente a Shino con los ojos detrás de su máscara. - Este bosque de bambú es un poco como una barrera Kekkei. Una vez que entras, nunca se puede salir. Te mantienes perdido en la niebla por la eternidad. Ese es el tipo de jutsu que es… -¿No se puede deshacer el jutsu? - Preguntó Shino. -Lo siento, pero no se puede deshacer. Es un jutsu que hice yo mismo. - El apicultor no sonaba muy apenado al respecto. Su voz era tan impasible como siempre lo había sido. Se podría decir que estaba en calma, pero era más como que su voz era completamente plana. -Por ejemplo, incluso si me matan, el jutsu no se desharía… - Continuó el apicultor, mirando hacia el cielo. - Esta niebla se hizo originalmente con ingredientes únicos que causan que los humanos se confundan y pierdan sus caminos. Usé un poco de la esencia de esa niebla para crear el jutsu… Shino miró de nuevo hacia la niebla brumosa. Y pensar que había ese tipo de ingrediente dentro de ella… ¿Era realmente posible? Bueno, él no podía decir que era imposible. No podía sentir la hostilidad del apicultor, ni de las abejas de miel que les pululaban. No se veía como que el apicultor estaba mintiendo. Y Shino recordó la misteriosa historia que había oído de su padre, Shibi. Kumogakure era al parecer dueño de una cascada misteriosa. Era enorme, había dicho su padre, cayendo fuertemente y emitiendo enormes olas de agua. Aparentemente, si te enfrentas a las cataratas, tu ser interior, tu verdadero yo, se reflejaría. En el momento había sido difícil de creer, pero en realidad existía ese lugar en el mundo. En ese caso, no era demasiado extraño si una niebla hacía que los seres humanos perdieran su camino. No era un genjutsu, pero la niebla había sido la culpa de todo. Shino se dirigió hacia las afueras de la casa del apicultor. Una niebla que nunca se acababa. Un sin fin de bambú, bambú, bambú…

El paisaje inmutable continuaba sin fin. Como experimento, Shino caminó en línea recta, con los insectos que volaban a su alrededor. Pronto se encontró de nuevo en la casa del apicultor, una vez más. Lo intentó de nuevo, caminando con más cuidado, sólo para volver a ver al apicultor todavía sentado tranquilamente en su roca. “Gracias a la composición de la niebla, incluso mis insectos se pierden, ¿es eso cierto?” Sus insectos no podían ayudarle. No había salida. No pudo encontrar a Kiba y Akamaru. Se encontraba en una situación muy pesada. Pero Shino aún se mantenía investigando su entorno. -Me perdí en el camino de mi vida y me encontré aquí… - Dijo el apicultor, - Pero, eso no quiere decir que esto es una mala forma de vivir. Más bien, hubiera querido vivir así. Aquí, no hay más que el presente. No hay pasado ni futuro. Justo ahora. Estoy viviendo en el presente. ¿No crees que eso es más que suficiente…? - Las palabras del apicultor eran tranquilas y lentas, así que él continuó compartiendo sus pensamientos. - Siempre he estado corriendo. Peleando, estando en el camino de un ninja. Desde el principio, nunca pensé que la vida shinobi estaba acorde conmigo. Pero nací y crecí en un clan de los usuarios de insectos. No tenía ninguna otra opción que vivir como un ninja… Es por eso que tiré todo por la borda, y escapé a este lugar. Si no tengo otro camino para vivir sino el de un ninja, entonces todo lo que tengo que hacer es seguir perdido y nunca bajar… Las palabras del apicultor fluyeron lentamente y desaparecieron en la niebla de color blanco puro. Shino en silencio escuchó todo. -Todas las personas se pierden. - El apicultor dijo. - No sólo yo. Ya se trate de shinobi o comerciantes, hombre o mujer, todo el mundo. Y eso te incluye a ti. Estás perdido también. Es por eso que estás vagando confundido a través de la niebla de esta manera. - Señaló. -¿Estás diciendo que estoy… perdí…? ¿Cuándo es que la boca de Shino se había tornado tan seca? Shino tragó, y contuvo la respiración. Y, por alguna razón, los recuerdos de Hinata y Kurenai se levantaron en su mente. Recordó el tiempo que había pasado entrenando con Hinata. Recordó los días de las misiones que había hecho bajo la supervisión de Kurenai. Por fin había hecho un amigo en Hinata. Kurenai le había entendido a pesar de que estaba callado.

Pero… Hinata se iba a casar pronto. Incluso ahora, ella estaba ocupada preparándose para la ceremonia de boda. Kurenai estaba ocupada criando a su hija. Ahora, ella estaba detrás de la línea. Las dos ya habían empezado a dibujar sus propios caminos. Y Shino observó en silencio sus dos espaldas. EL Equipo ocho nunca sería capaz de volver a ser lo que era. Nunca. Shino trató de mantener la calma, pero su respiración se estaba poniendo dura y trabajosa. La niebla le estaba llenando los pulmones. “¿Es esto lo que quería decir con que estoy perdido…?” Hinata y Kurenai, y todo el mundo, se dirigían hacia sus propios caminos, pero Shino era el único que quedaba detrás, justo donde comenzó. Esa era la sensación de que había caído. Él no se dirigía hacia cualquier lugar, y él no se estaba asentando en cualquier lugar. Sentía que era como la niebla vacilante, siendo siempre lo único que quedaba atrás. ¿Eran esos sentimientos un engaño creado por una niebla…? No, eso no era todo. Siempre había sido así, siempre se sintió así. Después de que llegaron a ese lugar, y antes también. La sensación de que siempre se había mantenido perdido… Y, el pensamiento se le había ocurrido, quizá estaba escondido en algún pequeño rincón de su corazón. Ni siquiera se había dado cuenta de que él mismo lo había pensado alguna vez… Quería volver a esos días. Quería volver, sólo una vez más, de vuelta a los días en los integrantes del Equipo ocho estaban pegados todo el día. -Ni siquiera te habías dado cuenta… de que te has sentido perdido, ¿es cierto?… - Dijo el apicultor, mirando a Shino. Shino estaba de pie inmóvil en su lugar. No podía dar un solo paso adelante. No importaba lo mucho que tratara de seguir adelante, él no sería capaz de llegar a la salida de todos modos, así que ¿para qué molestarse? Ni siquiera podía ver nada delante de él de todos modos, gracias a la niebla. -No tienes por qué seguir adelante. - Dijo el apicultor. – Puedes simplemente dejar todo y vivir aquí, y estarás bien… La niebla junto con las palabras amables del apicultor, atravesaron a Shino.

“Eso podría ser lo mejor.” Shino pensó. Si no podía avanzar, y si nada lo esperaba aunque moviera hacia delante, entonces se quedaría aquí y vivir sus días sin cambiar nada. Eso podría muy bien convertirse en su felicidad. El apicultor le tendió una mano. Las abejas que rodeaban su brazo se apartaron para revelar una mano de color blanco lechoso. -Si quieres. - El apicultor dijo. - Entonces podrías quedarte aquí conmigo. Shino miró la mano que le ofrecía. Y entonces, de repente… “¡Esta es la última misión del Equipo ocho! ¡Vamos, chicos!” De repente se acordó de las palabras de Kiba. Ese grito de batalla resonó en la mente de Shino. “Así es, esta es… ¡la última misión del Equipo ocho!” En ese instante, se sentía como si la oscuridad alrededor de su campo de visión desaparecía por completo. Su mente aturdida se volvía nítida y clara. Por alguna razón u otra, la niebla alrededor de su entorno había retrocedido. -No puedo parar en un lugar como este. Tengo prisa y tengo que volver a la aldea. ¡La razón es que tengo, absolutamente tengo, que asistir a la ceremonia de la boda de una preciada amiga…! Por debajo de sus gafas de sol, los ojos de Shino estaban resueltos mientras miraba firmemente por delante. Ese momento, de repente se dio cuenta de que una caña de bambú cerca de él tenía un kunai incrustado en él. Era sin lugar a dudas el kunai que Kiba había arrojado a un palo de bambú cerca de la ciudad. No se había dado cuenta de ello en absoluto hasta ahora. Y el hecho de que ahí había sido significaba que… Shino giró la cabeza, y, efectivamente, podía ver la entrada del Bosque de Bambú delante de él. Sus ojos podrían ver la Deidad Guardián del Viajero. Era sin duda el lugar por el que Shino y el resto habían entrado. -La entrada… no, la salida está ahí… – Le dijo al apicultor mientras señalaba. -¿…? Yo no veo nada… no hay nada más que la niebla… - El apicultor inclinó su cabeza hacia un lado. El tono de su voz sonaba como si realmente no pudiera ver la salida.

Y Shino finalmente entendió la situación. Era una cosa bastante simple. La niebla hacia que los seres humanos perdieran su camino. El jutsu utiliza la niebla. La gente perdía los caminos de sus vidas gracias a la niebla. En este caso, no había ningún presente o futuro. Es por eso que no había más que un eterno "presente” dentro de la niebla. Eso es lo que era. Pero ese sólo era el caso de que la persona estuviera huyendo de su pasado y hubiera tirado por la borda su futuro. Al igual que el apicultor había dicho, no importaba lo mucho que alguien hubiera entrenado como ninja, no importaba cuántos años hubiera vivido, cualquier persona que vivía la vida tenía momentos en que se sintieran perdidos. Pero para los que no se daban por vencidos y seguían moviéndose hacia adelante y creían en su futuro, esta niebla no tenía ningún poder en absoluto. Si tienes firmeza de manera constante, construida con esperanza y fe en ti mismo dentro de tu corazón, mientras caminas hacia delante entonces, incluso si quedas atrapado dentro de una espesa niebla, finalmente encontrarás la salida. Shino dio una sonrisa irónica. No podía dejar de pensar que de alguna manera, la niebla era muy similar a la vida. -Ya veo… Así que viste el camino hacia la Deidad Guardián del Viajero… - El apicultor puso tiesa su cabeza y en silencio murmuró: - Es mejor que te vayas rápidamente y continúes, antes de perder el camino de nuevo… Como de costumbre, el tono del apicultor era parejo y sin emoción. Pero, algo de ello parecía solitario mientras estaba sentado en esa gran roca. O tal vez Shino pensaba demasiado las cosas. No, eso no era todo. La niebla que los envolvía, los matorrales de bambú interminables, la pequeña casa sin gente, las abejas de miel que rodeaban al apicultor, la máscara de Anbu que ocultaba su rostro, cada una de esas cosas era como otra barrera para el apicultor. Shino lo entendía muy bien. La razón por la que Shino lo entendía era porque él también se escondía bajo su largo abrigo y capucha. “Este es un escudo para protegerme. No físicamente, pero emocionalmente.” Shino entendía ese tipo de sentimientos que tanto dolían. Es por eso que él vaciló sobre si debía pasar por encima de los límites de barrera de una persona. “La gente se perdía más, incluso por cosas como esta. Pero…”

Si él dejaba al apicultor atrás en esta espesa niebla, no sería un ninja. El apicultor era un compañero shinobi que también había nacido en un clan usuario de insectos. Si Shino se contenía pensando que él estaba sobrepasando sus límites y entrometerse en los asuntos de alguien más, y justo le daba la espalda y se iba, entonces sabría que sin duda se arrepentiría en algún momento. “En momentos como este, en lugar de lamentar lo que uno no intenta, era mejor probar suerte y hacerlo. La razón es que…” -Dijiste que estabas viviendo en el presente. - Shino dijo. - Pero yo no puedo evitar preguntarme si eso no es una mala elección. “… La razón es que es lo que haría Naruto.” -¿Puede una persona vivir realmente en el presente cuando está huyendo de todo? Preguntó Shino. - Alguien que constantemente es arrastrado por su pasado e incapaz de ver su futuro, ¿está realmente viviendo en el presente? Hoy será un día en el pasado, y alguien que vive eternamente en ese presente nunca será capaz de ver su futuro, ¿no es cierto? Al menos, eso es lo que pienso… Shino se cambió el saco de lugar en la espalda llena de vino de miel que el apicultor le había dado. Hasta ahora, nunca se había resentido a sí mismo por ser malo en palabras. Cuando se había perdido en la niebla, realmente había pensado que estaría viviendo días sin hacer nada y así, días tras día. -Eres realmente una joya… - El apicultor finalmente habló después de que escuchara la conferencia de Shino. - Realmente inesperado. Pensé que eras un hombre muy tranquilo, pero resulta que si bien es posible que no se muestre en tus palabras o tus expresiones faciales, pero eres muy apasionado en el interior… Siento que acabo de ser leído por un profesor de edad avanzada. El apicultor estaba hablando con calma. Su tono era como el de siempre, y gracias a su máscara, Shino no podía ver la expresión de su cara. Sin embargo, se sentía como si el apicultor estaba definitivamente dando una sonrisa irónica. -Un profesor, ¿eh? Nunca había pensado en eso, pero mi compañero es un niño problema después de todo… - Shino respondió, los rostros de su compañero le vino a la mente. - Muchos de mis compañeros de clase eran niños problema. Un quejica constante, un gran glotón, un joven bromista… El que se comportaba siempre correctamente era yo. Pero aun así, cada uno de esos compañeros de clase se ha convertido en espléndidos adultos. Vivían con entusiasmo en el presente sin huir, y es por eso que pudieron llegar a este futuro… - Shino se detuvo, e hizo un gesto hacia el saco de vino de miel que llevaba. - Gracias por esto. Me voy ahora. -¿Qué harás con ese niño amante de los perros…? - Preguntó el apicultor a sus espaldas. - ¿Qué pasa si, a diferencia de ti, él no puede encontrar la salida…?

Shino ni siquiera tenía que pensar en la respuesta a esa pregunta. -Ese es más honesto de lo que yo soy. - Shino dijo. - Él no va a perder su camino. Lleno de convicción, Shino giró hacia la salida y comenzó a caminar. — Cuando Shino salió de la niebla, el ancho cielo azul lo saludó. Puso sus manos en los bolsillos de su abrigo, y esperó delante de la Deidad Guardián del Viajero. Una línea de hormigas estaban marchando cerca de su pie, y él las miraba para pasar el tiempo. Después de un rato, oyó una voz de en medio de la espesura del bambú. -¡Yahoo! ¡Finalmente encontramos la salida, Akamaru! La voz fue seguida inmediatamente por ladrido muy familiar. Kiba saltó de la arboleda de bambú, cubierto de barro. -Llegas tarde… - Shino gritó cuando un Kiba cubierto de lodo saltó. - Kiba. -Qu… - Kiba saltó hacia atrás, sorprendido cuando vio a Shino repentinamente de pie junto a él. - ¡Sé que eres tú por el olor, pero podrías dar al menos alguna advertencia antes aparecerte por aquí! Kiba sacó una toalla de mano para limpiar el barro en la cara, quejándose acerca de cómo la aparición abrupta de Shino casi le había dado un ataque al corazón. -Parece que tuviste algunas dificultades… - Observó Shino. -¡Para nada! ¡Todo estuvo bien! Kiba era alguien a quien le gustaba actuar difícil. Era fácil de entender. Debió haberse perdido también, a su manera. Al igual que Shino, Kiba había probablemente enfrentado sus preocupaciones y ansiedades para el futuro también en el bosque genjutsu de bambú. Pero, aun así, Kiba había regresado. “¿Qué cosa en el mundo había estado preocupando a Kiba? ¿Hacia qué clase de futuro iba…?” Shino sintió un poco de curiosidad, por lo que quería estimularlo en busca de respuestas. -¿Vas a confesártele a esa mujer…? El rostro de Kiba se había vuelto escarlata ante la pregunta repentina.

-¿Qu-? ¡¿Qué es esto?! ¡¿Por qué es que incluso tú me estás molestando sobre Tamaki?! -Hm… - Incluso yo. - ¿Eh?… Kiba realmente era increíblemente fácil de comprender. Ese era uno de sus puntos buenos. -¡Escucha, estás totalmente equivocado! Sabes, Shino, realmente no lo entiendo… Es probablemente porque no eres muy popular. Escucha, un hombre no puede ser demasiado codicioso. Kiba estaba tratando de ser lo más sereno posible, pero su rostro seguía estando rojo. -Entonces, ¿qué debe hacer un hombre…? -Bueno… el primer paso es obviamente… uhh… ya sabes… esa cosa. - Kiba estaba nervioso, con sudor frío goteándole por la frente. –Uhm. ¡Sí, cartas! El intercambio de cartas parece ser el mejor lugar para empezar, ¿no? -¿Eso parece?… -¡No, definitivamente lo es! ¡Los chicos populares comienzan esas cosas mediante el intercambio de cartas! ¿Verdad Akamaru? Kiba debió haber estado muy nervioso, apelando la ayuda de Akamaru. Akamaru desvió la mirada. -De todos modos, lo más importante, es que tengo que ir y encontrar el vino de miel. Kiba cambió de tema. - ¡Pronto será la puesta de sol! -Yo ya he recibido algunas botellas. - Shino dijo. - Así que vamos a ir a casa… -Estás bromeando, ¡¿verdad?! ¡Ni siquiera he hecho nada! Shino dio una atónita mirada a Kiba antes de iniciar el camino de vuelta. Akamaru miró a Kiba, que se había puesto rígido en un congelado estado de shock, dio un ladrido, y rápidamente siguió a Shino. -¡Es- espera un minuto! - Kiba prosiguió lleno de quejas. - Santo cielo, primero Naruto, ahora tú, ¡¿por qué es que ustedes siempre obtienen las partes buenas?! Hice un montón de trabajo en el interior de esa niebla también, ¿sabes? Parecía que el único que sabía lo que Kiba había atravesado en la niebla era Akamaru. Akamaru mismo parecía estar manteniendo los labios sellados, por lo que probablemente no iba a ir a hablar de ello. Shino estaba pensando acerca de ellos a medida que caminaba, cuando… -¡Hey, Shino, mira eso! - Gritó Kiba.

Se preguntó acerca de por qué estaba gritando, Shino giró la cabeza para mirar hacia atrás y… La niebla que rodeaba el bosque de bambú se había levantado. En plena vista, el bosque de bambú no era tan amplio en absoluto. Sólo de tamaño normal, como cualquier otro bosquecillo de bambú. -Mierda, ¿qué es esto? ¿Por qué ahora se está dispersando?… Estaba tan perdido ahí… Al parecer, Kiba se había olvidado de cómo había parado en el interior del bosque de bambú, quejándose abiertamente ahora. Así que él había estado perdido a su manera. Pero, Kiba no sabía el verdadero significado de esa niebla. El hecho de que la niebla se había disipado significaba completamente que… -Ya veo… así trabajaste en cosas… - Shino murmuró para sí mismo. En ese momento, Kiba miró a la cara de Shino. Lo que vio hizo que sus ojos se abrieran como platos. -Shino… esto es raro… casi nunca sonríes así… -¿Hm? ¿De qué estás hablando, Kiba? -¿Eh? - Kiba comenzó a parpadear. - ¿Estaba viendo cosas…? Eso es extraño… Shino le dio la espalda y siguió caminando. - Tenemos que darnos prisa. La razón es que Kurenai-sensei nos está esperando. El ambiente se sentía refrescante. El cielo estaba despejado, y la niebla se había ido. Kiba se apresuró a ponerse al día con Shino y, a continuación, entrecerró los ojos mientras miraba hacia el sol para decir cuánto tiempo había pasado sobre la posición de este en el cielo. -Gah, realmente quería encontrar un regalo de boda antes de que alguien más lo hiciera. - Murmuró. -En serio. Terminamos entreteniéndonos por tantas horas… ¡Pero bueno, nuestro regalo de boda es sin duda el mejor! Obviamente. Tú, yo y Akamaru hemos logrado este regalo al trabajar juntos, después de todo. Después de un tiempo, los viejos edificios de la ciudad abandonada comenzaron a entrar en sus vistas de nuevo. No había tantos gatos en el área ahora. Como era de esperar, los gatos habían aparecido para mantener un ojo sobre ellos. Probablemente habían decidido que Shino y el resto no eran una amenaza y se habían retirado. Eso, o que los habían visto caminando con Tamaki y Momo, y decidieron que aprobaban su presencia.

De alguna manera, se sentía como que la ciudad abandonada sí les había dado su sello de aprobación. Al entrar en un callejón buscando el camino de regreso, Shino sacó un insecto. Por si acaso, le había dicho a este insecto que memorizara el complicado viaje de regreso. Kiba vio el insecto y comprendió de inmediato, dejando escapar un silbido. -Eres muy sensible. - Él dijo. - Gracias. -Si lo seguimos, nos dirigiremos pronto a la salida. Siguieron al insecto mientras volaba por los caminos sin vacilar una vez. -Y con esto. - Murmuró Shino. – La última misión del Equipo ocho… ¡está completa! Por alguna razón, él había querido decir esas palabras. No quería oírlas de otra persona. Quería oír que salieran de su propia boca. Por supuesto, si lo hacía, el líder autoproclamado del Equipo ocho -alias Kiba- no iba a dejarlo pasar. -¡¿Por qué eres el que está diciendo eso?! ¡Sabes que la misión no está terminada hasta que estemos de nuevo en la aldea! -Por supuesto. - Shino asintió obedientemente, sin dejar de pensar en lo que había estado considerando anteriormente. - Vamos a ir de nuevo a la aldea, y nos aseguraremos de ver el comienzo del futuro de Naruto y Hinata con nuestros propios ojos. -¿Hm? ¿Qué es esto? Hoy te has convertido en un verdadero poeta. -¿Lo he hecho? Siguieron hablando mientras caminaban. Shino recordó el día en que había sido puesto por primera vez en el mismo equipo que Kiba. “No creo que vaya a ser capaz de llevarme bien contigo. La razón es que nosot…” Kiba no le había permitido terminar la frase. En aquel entonces, había estado lleno con nada más que ansiedad sobre el futuro. Cada día, se había sentido deprimido por ello. Pero, mira cómo sucedieron las cosas. En este momento, Shino tenía un compañero en quien confiaba más que nadie caminando a su lado.

Él tenía un mejor amigo que escuchaba lo que tenía que decir. Si era capaz de decirle a su yo del pasado acerca de cómo las cosas resultarían, ¿qué tipo de una expresión tendría su yo más joven? Probablemente pensaría que el futuro no era tan malo después de todo. Pero, había una cosa que Shino tenía clara: “El presente no es tan malo.” Aun cuando caminaba por un camino diferente hacia el futuro, los recuerdos de esos tiempos no desaparecerían. Y cuando se trataba de lo que había más allá de sus recuerdos, cuando se trataba de un futuro que tenía por delante, Shino tenía nada que temer. La razón era… Shino repente recordó algo y volvió a pedírselo a Kiba. -Dicho esto, Kiba… dijiste que estabas siendo considerado como candidato, ¿pero cuándo exactamente será tu ceremonia para ser Hokage? -¡Ca-cállate! ¡Voy a trabajar duro para que eso pase! La razón era: esos lazos. Sus lazos con sus compañeros eran de por vida.

CAPÍTULO 9 El clima perfecto para una boda. El tiempo era muy claro hoy.

Bajo la atenta mirada de los Hokage anteriores tallados en la montaña, muchas personas se reunieron en el centro de la aldea. Todo el mundo usaba trajes formales, la ropa era un poco más adulta que de costumbre. Kakashi corrió frenéticamente alrededor mientras se hacía cargo de todos los factores posibles y preparar el lugar comprobando las medidas de seguridad. Después de todo, las personas asistentes incluían al Kazekage, Gaara, así como a los demás Kage de los otros pueblos, a Killer Bee de Kumogakure y demás personas. Yamato también se movía frenético, actuando bajo la supervisión de Kakashi, que estaba repartiendo instrucciones al obtener el asesoramiento de la Hokage anterior, Tsunade.

Kakashi había pedido a Yamato algunos favores. Pero de alguna manera, antes de que Yamato pudo darse cuenta de lo que estaba pasando, había terminado cargado con muchas tareas tediosas. Kakashi había dicho “Voy a confiártelo” con una sonrisa, esto era para que Yamato no tuviera sentimientos hostiles hacia él. Más bien, Yamato, cuya expresión facial era generalmente inmutable, junto con su carácter suave, tenía un buen ánimo en exceso, y hacía todas sus tareas con una sonrisa contenida. Tenía esa mirada en su cara porque, para Yamato, Kakashi era un Senpai al que respetaba en el fondo de su corazón. Lee y Gai se presentaron con pesas de remolque, y pusieron a todos en shock. “Ellos estaban entrenando en un día como ese…” Todo el mundo pensaba medio escandalizado. Nadie sabía aún que no llevado esas pesas especialmente para entrenar. Tenten estaba actuando como si fuera la guardiana de aquellos dos hombres de sangre caliente, regañándolos sobre cómo comportarse mientras hacían esto o aquello. Ella estaba murmurando quejas como si estuviera encargada de cuidarlos, pero en el fondo de su corazón, se estaba divirtiendo. Shikamaru estaba hablando con Temari de algo. Parecía ser una complicada discusión sobre el trabajo, pero ambas caras estaban brillantes y alegres, y de vez en cuando, sus risas se mezclaban en el aire. Estaban sonriendo natural y espontáneamente, y verlos de pie uno al lado del otro no se sentía fuera de lugar en absoluto. Eran una pareja bien hecha. Mientras los observaba, Chōji sonrió también. Mientras que él estaba pensando en que no quería perturbar el estado de ánimo agradable que los dos tenían, él también estaba preocupado por algo más dentro de su cabeza. Chōji estaba buscando una solución para resolver su dilema: ¿cómo iba a manejar comerse todos y cada uno de los muchos platos dispuestos en el lugar? Pensó que iba a necesitar un plan secreto, algo así como lo que Shikamaru hacía, pero no importa lo mucho que pensaba y pensaba, no había estrategias sorprendentes que se le ocurrieran. Chōji se instaló en la idea de que empezaría desde un lado del banquete y recorrería todo el camino hasta la otra punta. Después de llegar a esta conclusión, sonrío. Hablando de buenos estados de ánimo, Ino y Sai también estaban igual. Ellos habían entrado en la sede tomados de la mano. Incluso mientras todo el mundo alrededor de ellos bromeaba diciendo “¡Las cosas se están calentando!”, los dos parecían dichosamente feliz. Cerca de ellos, Kiba había estado constantemente haciéndole preguntas Kurenai por un tiempo. Kiba había irrumpido en el escenario triunfal sosteniendo el vino de miel, haciendo alarde de cómo “Habían traído algo para Naruto que había sido parte de la historia del

clan Senju”. Pero, parecía que el conocimiento real de la historia de Kiba era vago, y ahora él estaba molestando a Kurenai con preguntas constantes sobre ella. Parecía que Kurenai había decidido finalmente darle una lección de historia improvisada. Kiba escuchó con atención mientras hablaba, escribiendo cosas en un bloc de notas, probablemente para que pudiera utilizar la información adecuadamente después. Cerca de allí, Mirai estaba bien vestida y montada en la parte superior de Akamaru, jugando. Shino estaba viendo, preguntándose si todavía contaba como caballito de juego, cuando en realidad estaba montada un perro. Entonces, mientras miraba a Akamaru y a Kiba, Shino se preguntaba cuándo sería el momento más adecuado para darles el vino de miel a Naruto y Hinata. Era su carta de triunfo, así que quizás se debía guardar para el final. O, tal vez debería de dárselos primero. Era algo para preocuparse. La razón era… Shino se mantuvo en un silencio preocupante mientras pensaba. Uno por uno, el lugar se estaba llenando lentamente con rostros cada vez más amistosas y familiares. El dueño de Ichiraku Ramen, Teuchi, llegó, así como su hija Ayame, quien era una atracción para los clientes que entraban a comer ramen. Iruka ya estaba siendo abrumado por la emoción del momento en cuanto entró. El tiempo era muy claro hoy. Sakura levantó la mirada hacia el cielo, sola. Mientras lo hacía, pensaba en un cierto alguien que estaba bajo el mismo cielo, continuando sus viajes, incluso ahora. Sólo con pensarlo hacía que sus sentimientos se volvieran brillantes y claros, justo como el cielo encima de ella. Tenía a alguien a quien enviarle sus sentimientos. Justo eso era suficiente para hacerla sentir feliz. . . . Era un hermoso día, como si los cielos mismos estuvieran dando su bendición. Y por supuesto…

. . . Los pensamientos de Hyūga Hinata de nuevo habían ido a un lugar más allá del cielo. -Neji nii-san… Mirando por la ventana de la sala de espera, ella podía ver el cielo azul libre de cualquier nube. -Me voy a casar. Ella susurró esas palabras dentro de su corazón, y se volvió para mirar al hombre joven de pie junto a ella. En cuanto a la intensa expresión de su rostro, su corazón empezó con un ruido sordo, a su pesar. A pesar de que siempre había estado mirándolo, tan sólo estar cerca de él así como lo estaban ahora, hacía que el pulso se le acelerara, justo como el día en el que lo conoció. Los ojos inquebrantables de Naruto estaban buscando en el Monumento Hokage, los rostros de los Hokage anteriores tallados en roca. O más bien, para ser más exactos, estaba mirando la cara tallada de Namikaze Minato. Su papá. Tan sólo ver la manera en cómo él miraba hacia ese lugar, hacía sentir el corazón de Hinata estallar de emoción. “Ahh.” Pensó. “En este momento, en este segundo…” De pie junto a la persona que amaba la hacía sentirse insoportablemente feliz. Ella estaba tan feliz, que ni siquiera podía expresarlo con palabras. “Este momento es dicha.” Hinata pensó, simple y honestamente. Mientras lo hacía, tal vez él se dio cuenta que era lo que ella estaba mirando, porque sus ojos volvieron a encontrarse con los suyos. La cara de Hinata se puso roja. Ella terminó por juguetear un poco. Él también le dirigió una sonrisa avergonzada. La mirada seria en su rostro se convirtió en la de un niño inocente. Adoraba cada una de sus expresiones faciales. Su padre Hiashi y su hermana pequeña Hanabi, entraron a la sala de espera. Era casi la hora. Hinata tomó el brazo de Naruto, y se mantuvo con fuerza.

. . . Uzumaki Naruto y Hinata Hyūga. Su ceremonia de boda había comenzado.