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TRABAJO DE INVESTIGACION HAYEK VS KEYNES PARALELO: 2-A Ingeniería Comercial MATERIA: Economia DOCENTE: Ing. Rene Yamaca

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TRABAJO DE INVESTIGACION HAYEK VS KEYNES PARALELO: 2-A Ingeniería Comercial MATERIA: Economia DOCENTE: Ing. Rene Yamaca ALUMNA: Sanga Martinez Isela Jhesmy FECHA: 21/08/15

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CONTENIDO

1.- INDICE ...................................................................................................................................... Pg.2 2.- INTRODUCCION ...................................................................................................................... Pg.3 3.- BIOGRAFÍA DE JOHN MAYNARD KEYNES. .......................................................................... Pg.4 4.- BIOGRAFIA DE FRIEDRICH A. HAYEK ................................................................................. Pg.5 5.- EL DEBATE ENTRE HAYEK Y KEYNES ................................................................................. Pg.6 6.- CONCLUSION .......................................................................................................................... Pg.9 7.- BIBLIOGRAFIA..........................................................................................................................Pg.9

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2.- INTRODUCCION El estudio de Hayek y Keynes nos sirve para poder identificar los dos tipos de economía que rigen los diferentes países y estados a nivel mundial, porque la economía varía mucho con respecto a la política económica que existe, mientras la crisis vuelve a sacudir los mercados por miedo a una recesión global, el mundo académico presenta un nuevo round en la batalla de ideas. Por supuesto que estos economistas ya no nos acompañan, pero sus ideas nuclean hoy las dos grandes posiciones en relación con la crisis global, representaron para concluir que las mismas diferencias persisten y que estamos ante un empate técnico. En particular, una forma de comprender el argumento de Keynes es interpretarlo como una afirmación acerca de que la economía de mercado no tiene la capacidad de generar conocimiento relevante para el mercado en forma confiable. Se debía considerar que los modelos políticos en ambas partes desato una horda de peleas y conflictos en la población, es decir la gente debía decidir en cual economía vivir, lo que implico el estudio de Hayek y Keynes para resolver y encontrar la solución a este debate. El modelo dominante de las instituciones democráticas liberales, donde un único cuerpo de representantes establece las reglas de lo que es justo e injusto y dirige al gobierno, conduce necesariamente a una transformación gradual del orden espontáneo de una sociedad libre hacia un sistema totalitario al servicio de alguna coalición de intereses organizados. Tarde o temprano la gente descubrirá que está a merced de intereses y que la maquinaria paragubernamental que creció como consecuencia del estado proveedor, produce un impasse al impedir que la sociedad se adapte al menos para mantener su estándar de vida.

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3.- BIOGRAFÍA DE JOHN MAYNARD KEYNES Economista inglés (Cambridge, 1883 - Firle, Sussex, 1946). Recibió una educación de elite en Eton y Cambridge, orientándose hacia la economía por consejo de su maestro, Alfred Marshall. Tras un breve periodo trabajando en el servicio administrativo británico para la India, en 1909 entró como profesor en el King's College de Cambridge, donde enseñaría economía hasta su muerte. Fue un hombre de vasta cultura, un humanista erudito y de prosa exquisita, gran orador, contertulio y mecenas de intelectuales y artistas; pero también fue un hombre de mundo interesado por los asuntos políticos y por la economía práctica, dedicando parte de su tiempo a negocios ajenos y propios con los que llegaría a hacerse millonario. Todos sus escritos económicos fueron respuesta a problemas acuciantes de la economía de su tiempo. Así, como fruto de su trabajo en la Administración colonial, escribió La moneda india y las finanzas (1913). Las consecuencias económicas de la paz (1919) fue resultado de su participación como representante del Tesoro en la delegación británica enviada a negociar el Tratado de Versalles después de la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial (1914-18); Keynes dimitió de aquel cargo para mostrar su desacuerdo con las duras condiciones impuestas a los vencidos y escribió este libro para argumentar que tales condiciones, fruto de un espíritu de venganza, serían imposibles de cumplir y conducirían a la ruina económica de Alemania, con graves consecuencias para el resto del mundo. Desgraciadamente, el tiempo demostró que sus previsiones eran acertadas, y Keynes volvió sobre el tema en Una revisión del tratado (1922). Las cuestiones monetarias siguieron atrayendo su atención en el Tratado sobre la reforma monetaria (1923) y el Tratado sobre el dinero (1930), en donde criticó respectivamente la adhesión al patrón oro y la teoría cuantitativa de la moneda. Pero su obra decisiva fue la Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero (1936), con la que dio una respuesta definitiva a la grave depresión económica desencadenada en todo el mundo a partir del crash de la Bolsa de Nueva York de 1929. Retomando intuiciones olvidadas de los teóricos del subconsumo (como Malthus), Keynes indicó que la causa de la crisis era la insuficiencia de la demanda, debida a la creciente propensión marginal al ahorro de las sociedades desarrolladas (esto es: que a medida que aumenta la renta, es mayor la parte de ésta que se destina al ahorro y menor la que se dedica al consumo, con lo que una parte de la producción no encuentra comprador). En su opinión, el desempleo así originado no podía remediarse únicamente con medidas monetarias. La debilidad del consumo privado sólo podía remediarse incrementando el gasto público en periodos de recesión, haciendo que el Estado incurriera en un déficit para crear demanda adicional. La importancia de los puntos de vista contenidos en aquel libro fue tal que fundó toda una rama de la teoría económica moderna, la macroeconomía, dedicada a explorar las relaciones entre los grandes agregados de la renta nacional. Tras vencer las resistencias conservadoras de la ortodoxia liberal, la «revolución keynesiana» fue penetrando en el mundo académico y en las políticas económicas de los países: influyó quizá sobre el New Deal de Franklin D. Roosevelt, pero fue sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial (1939-45) cuando se extendió como una nueva ortodoxia, determinando las políticas económicas de todo el mundo occidental durante más de tres décadas de crecimiento sostenido. Los partidos conservadores y liberales se sumaron a esta política capaz de devolver la estabilidad al sistema capitalista después de los sobresaltos del periodo de Entreguerras; e incluso los

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socialdemócratas la aceptaron con entusiasmo, en la medida en que justificaba la intervención del Estado en la economía y el crecimiento del sector público. El prestigio alcanzado por Keynes fue tal que el rey Jorge VI le nombró barón en 1942, ingresando en la Cámara de los Lores. Al final de su vida ejerció una influencia directa sobre la política económica de su país como director del Banco de Inglaterra y asesor del ministro del Tesoro. En 1944 presidió la delegación británica en la Conferencia de Bretton Woods, donde contribuyó a dar forma al Fondo Monetario Internacional. 4.- BIOGRAFIA DE FRIEDRICH A. HAYEK (1899 1992) Es probable que Friedrich A. Hayek fuera el más prodigioso erudito clásico liberal del siglo XX. Aunque su premio Nobel de 1974 fue en economia, sus trabajos académicos se extienden mucho más allá de esta ciencia. Publicó 130 artículos y 25 libros que abarcan desde la economía técnica hasta la psicología teórica, desde la filosofía política hasta la antropología legal y desde la filosofía de la ciencia hasta la historia de las ideas. Hayek no era un simple aficionado, era un verdadero experto en cada uno de estos campos. Hizo importantes contribuciones a nuestra comprensíon en, por lo menos, tres campos diferentes de la intervención gubernamental, del cálculo económico bajo el socialismo y del desarrollo de la estructura social. No es probable que volvamos a ver a un académico de tan amplio dominio en las ciencias humanas. Hayek nació en Viena en una familia de intelectuales el 8 de mayo de 1899. Obtuvo doctorados de la Universidad de Viena (1921 y 1923). Durante los primeros años del siglo XX. las teorías de Escuela Austriaca de Economía, iniciada por los Principios de Economía de Menger (1871), fueron gradualmente refinados y redefinidos por Eugenio Boehm Bawerk, por su cuñado Fridrich Wieser y por Ludwig Von Mises. Cuando Hayek matriculó en la Universidad de Viena asistió a algunas clases de Mises pero encontró que las posiciones antisocialistas de Mises eran demasiado tajantes para su gusto. Wieser, por su parte, era un socialista fabiano cuyo enfoque le resultaba entonces más atractivo, y Hayek se convirtió en su discípulo. Irónicamente, fue Mises, a través de su devastadora crítica del socialismo publicada en 1922, el que alejó a Hayek del socialismo fabiano. La mejor forma de comprender la vasta contribución de Hayek a la economía y al liberalismo clásico es verla a la luz del programa para el estudio de la cooperación social establecido por Mises. Mises, el gran constructor de sistemas, le proporcionó a Hayek el programa de investigación. Hayek se convirtió en el gran analista. El trabajo de su vida se comprende mejor como un esfurzo por hacer explícito lo lo que Mises había dejado implícito, por reafirmar lo que Mises había esbozado y por responder las interrogantes que Mises había dejado sin respuesta. De Mises, Hayek dijo: "No hay ningún otro hombre al que le deba más intelectualmente". La conexión con Mises se hace más evidente en sus trabajos sobre los problemas del socialismo. Pero la originalidad de Hayek, derivada del análisis del socialismo, permean todo el cuerpo de su obra, desde de los ciclos de los negocios hasta el origen de la cooperación social. Hayk no conoció a Mises cuando asistía a la Universidad de Viena. Se lo presentaron después de haberse graduado a través de una carta de su profesor, Wieser. Fue entonces cuando comenzó la colaboración Hayek Mises. Durante cinco años, Hayek trabajó bajo Mises en una oficina del gobierno. En 1927, se convirtió en el Director del Instituto para la Investigación del Ciclo Económico, que él y Mises habían organizado. El Instituto estaba dedicado al examen teórico y práctico de los ciclos económicos. Elaborando sobre la Teoría del Dinero y el Crédito (1912) de Mises, Hayek refinó tanto la comprensión técnica de la coordinación del capital como los detalles institucionales de la política

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crediticia. Siguieron estudios seminales sobre teoría monetaria y los ciclos comerciales. El primer libro de Hayek, Teoría Monetaria y el Ciclo Comercial (1929) analizó los efectos de la expansión del crédito en la estructura del capital de una economía. La publicación del libro promovió una invitación de Lionel Robbins para que Hayek diera conferencias en la Escuela de Economía de Londres. Sus conferencias fueron publicadas en un segundo libro titulado "La Teoría Austriaca del Ciclo Comercial", Precios y Producción (1931), que fue citada por la comisión del premio Nobel en 1974. Las conferencias de Hayek (1930 31) en la Escuela de Londres se hicieron tan famosas que fue vuelto a llamar a la prestigiosa Universidad de Londres y nombrado Profesor Tooke de Ciencia Económica y Estadística. A los 32 años, Hayek había alcanzado el pináculo de la carrera de economista. La teoría Mises-Hayek sobre el ciclo comercial explicaba el "cúmulo de errores" que caracteriza al ciclo. La expansión del crédito, posibilitada por una baja artificial de las tasas de interés, engañaba a los empresarios: se les hace creer en empresas que de otra forma no hubieran parecido rentables. La falsa señal generada por la expansión del crédito conduce a que los actores económicos malcoordinen los planes de producción y de consumo. Esta malcoordinación se manifiesta primeramente en un "boom" y posterioremnte en "una quiebra" en lo que patrón temporal de la producción se ajusta el patrón real de los ahorros y el consumo en la economía. 5.- EL DEBATE ENTRE HAYEK Y KEYNES Mientras la crisis vuelve a sacudir los mercados por miedo a una recesión global, el mundo académico presenta un nuevo round en la batalla de ideas. La London School of Economics se ha convertido recientemente en el campo de una nueva batalla entre Hayek y Keynes. Por supuesto que estos economistas ya no nos acompañan, pero sus ideas nuclean hoy las dos grandes posiciones en relación con la crisis global. De un lado, George Selgin y Duncal Weldon representaron la posición hayekiana. Del otro Robert Skidelsky y Jamie Whyte representaron la posición keynesiana. Basta ver el video para concluir que las mismas diferencias persisten y que estamos ante un empate técnico. Skidelsky, sin embargo, no se contentó con aquellas respuestas. Escribió otro artículo donde describe la nueva contienda entre Hayek y Keynes. El debate, pienso, debemos abrirlo en dos. Por un lado, identificar aquellas causas que originaron la crisis; por otro, determinar qué políticas económicas deben tomarse para paliar la crisis. Sobre las causas de la “crisis” “Para Hayek a comienzos de los años 30 y para sus seguidores en la actualidad”, resume Skidelsky, “la ‘crisis’ es resultado de un exceso de inversión en relación con la oferta de ahorro, que fue posible por una expansión excesiva del crédito. Los bancos prestan a tasas de interés más bajas que las que los ahorristas genuinos habrían exigido, haciendo que todo tipo de proyectos de inversión se vuelvan temporalmente rentables”. Sin embargo, “Keynes (y los keynesianos de hoy) considerarían que la crisis es resultado de lo contrario: la falta de inversión en relación con la oferta de ahorro —es decir, muy poco consumo o demanda agregada para mantener un nivel de pleno empleo de la inversión— que por fuerza ha de llevar a un colapso de las expectativas de ganancias”.

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Aun cuando ambos hablan de la “causa” de la crisis, Skidelsky no parece advertir que Hayek y Keynes están hablando de distintas fases del ciclo económico. Aplicando estas ideas a la crisis global, al hablar Hayek de un “exceso de inversión en relación con la oferta de ahorro” no está hablando del período 2007-2010, sino del período 2001-2007, período durante el cual la burbuja inmobiliaria se gestó, ilustrando justamente la mala-inversión. Al hablar Keynes de “la falta de inversión en relación con la oferta de ahorro”, no está hablando del período 2001-2007, sino del período 2007-2010, período durante el cual esa burbuja inmobiliaria justamente se pinchó. Esto puede resultar obvio para cualquiera que haya leído a ambos autores, incluso al propio Skidelsky. Pero lo que no resulta obvio entonces es qué razón lógico-causal encuentra Keynes para explicar el derrumbe de Wall Street en 1929 con las quiebras generalizadas consecuentes, ni tampoco qué causa encuentra Skidelsky para explicar la burbuja inmobiliaria que se pinchó en 2008, con todo el sistema bancario, las aseguradoras y hasta las automotrices vinculadas. Lo que los hayekianos no podemos entender y los keynesianos tras tantos intentos aun no responden es qué origina el error sistemático a través del cual la acción de tantos empresarios en tantos variados mercados concluyen en quiebra. Por supuesto que vivimos en un mundo de incertidumbre donde las expectativas juegan un rol clave. Pero resulta insuficiente hablar de “el humor de los mercados”, “la psicología de los mercados de inversión” o “los espíritus animales” para explicar la inestabilidad del capitalismo en general, y la gran depresión de los años treinta o la crisis de 2008 en particular. Se ganaría mucho tiempo si los keynesianos aceptaran la distinción de Knut Wicksell sobre tasa de interés natural y tasa de interés de mercado, advirtiendo que disociarlas a través de la política monetaria sólo puede ser posible en el corto plazo. En este sentido, el reconocido keynesiano Axel Leijonhufvud parece ir por el buen camino. En un artículo que tituló “Keynes y la crisis” explica que el proceso que nos llevó a la actual crisis financiera estadounidense ha sido la política monetaria practicada por la Reserva Federal, con tipos de interés extremadamente bajos. El resultado, agrega, fue una inflación en el precio de los activos combinado con el deterioro general de la calidad del crédito. Y concluye que “esto, desde luego, no es una explicación keynesiana. Es más bien una explicación basada en la teoría austríaca de la sobreinversión”. Sobre la política económica que se debe tomar a partir de la crisis determinadas las causas, podemos ahora concentrarnos en la etapa de crisis, donde efectivamente se puede cumplir lo que Keynes y Skidelsky identifican como una “falta de inversión en relación con la oferta de ahorro”, o incluso hablar del “colapso de las expectativas de ganancias”. Pero nótese que esta no es la causa de la crisis, es más bien la fase que sigue a las políticas practicadas previamente. En el nuevo round de esta batalla de ideas que tuvo lugar en la London School of Economics, Skidelsky representó a Hayek como un liquidacionista, en el sentido de abandonar al mercado a que ajuste lo necesario y “liquide” la mala-inversión de la fase del auge. Sin embargo, Selgin hizo un nuevo esfuerzo por señalar que Hayek, unos pocos años después de la gran depresión, se arrepintió explícitamente de aquella posición, y promovió la idea de mantener

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constante el ingreso nominal, expandiendo la base monetaria con operaciones de mercado abierto para evitar la contracción secundaria de dinero. En este sentido, Hayek seguía —al menos en lo monetario— a Wilhelm Röpke distinguiendo claramente la depresión primaria de la depresión secundaria. La primera es aquella depresión normal, que surge en todo ciclo económico y que es necesaria para liquidar la sobre inversión generada en la etapa del auge. Ante esta situación Hayek se podría denominar como un “liquidacionista”, en el sentido que no propone aplicar políticas para paliar tal situación. La segunda es aquella depresión que va un poco más allá de la necesaria liquidación de los comentados errores de inversión. Se trata de una depresión que se retroalimenta por sí misma, y que lleva consigo una destrucción de capital innecesaria, y que es imperioso detener. Ante esta situación es que seguidores de Hayek como Lawrence H. White y George Selgin plantean hoy aplicar políticas de mercado abierto, que permitan —en términos de la teoría cuantitativa del dinero— mantener constante el ingreso nominal. Ante una caída de “V”, debemos aumentar “M”. Para evitar la contracción secundaria no justifica las políticas que la Fed ha tomado desde 2008. Por un lado, hoy la expansión de la oferta monetaria supera el 20%, un monto que está bastante por encima de lo que el mercado habría necesitado para evitar la "contracción secundaria". Por otro lado, en lugar de los rescates arbitrarios que la Reserva Federal deja hoy a la discrecionalidad del gobierno estadounidense, estos autores habrían preferido una expansión de la oferta monetaria a través de operaciones de mercado abierto, esto es, comprando bonos y sin favorecer el "riesgo moral". De este modo, algunas de las grandes empresas que fueron rescatadas habrían caído y otras habrían sido fusionadas o reestructuradas, dando lugar al ajuste de mercado. Se explica: “Mientras que para Hayek la recuperación requiere la liquidación de las inversiones excesivas y un aumento del ahorro de los consumidores, para Keynes consiste en reducir la propensión al ahorro y aumentar el consumo a fin de mantener las expectativas de utilidades de las empresas. Hayek exige más austeridad mientras que Keynes exige más gasto”. Efectivamente. Hayek piensa que la normalización de la economía sólo puede llegar cuando el nivel de inversiones se ajuste al nivel de ahorro real de la economía. Esto puede ocurrir tanto mediante la liquidación de las malas inversiones, definiendo así a aquellas inversiones que sólo pudieron generarse gracias a una tasa de interés artificialmente más baja, como mediante un mayor ahorro de los consumidores. La receta keynesiana de inyectar más dinero en la economía permitió a EE.UU. abandonar la crisis de las punto-com del 2001, pero al costo de crear otra burbuja, ahora inmobiliaria, que necesariamente debía pincharse algunos años después. En este sentido, quien tomando el caso de Japón nos recuerda que aquella economía experimentó dos enormes burbujas, una en el mercado bursátil y otra en el inmobiliario, y que su sistema bancario estuvo fuertemente vinculado a ambas. Nos recuerda también que Japón practicó precisamente las recetas keynesianas que hoy se enseñan en los libros de texto, destinando grandes sumas de dinero a construir puentes que no llevaban a ningún lado y haciendo crecer de ese modo la deuda pública, lo que terminó volviendo insostenible la continuidad de tales políticas. Japón no pudo recuperar el crecimiento acelerado anterior a las burbujas, de lo que concluye que otra de las lecciones a aprender es que una vez que el sistema crediticio se derrumba, una política monetaria del banco central que apunta a reducir artificialmente los tipos de interés es de poca

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ayuda. Año tras año, el Banco Central de Japón llevó los tipos de interés a cero, y aun así la economía no podía escapar a la deflación. Analiza las políticas de rescate que ha venido practicando el gobierno estadounidense junto a la Reserva Federal y predice que el resultado será un proceso de estanflación, señalando que entonces la gran pregunta será cuánta inflación y cuánto desempleo vamos a tener. 6.- CONCLUSIÓN Para evitar nuevas crisis de la misma gravedad en el futuro, se fortalecerían las herramientas de gestión macroeconómica. Los socialistas no tienen nada sensato que aportar, es demasiado tarde para uno de sus remedios favoritos: la supresión de los bancos centrales, supuestamente por ser fuente de excesiva creación de crédito. Incluso una economía sin bancos centrales estará sujeta a errores de optimismo y pesimismo con una actitud de indiferencia a las consecuencias de estos errores es una mala política y un mal enfoque moral. Como ya se dijo, sin embargo, Hayek propone como solución ajustar el nivel de inversión al nivel de ahorro, porque entienden que sólo de esa manera podrá alcanzarse una situación sostenible en el largo plazo. En tal sentido, razones históricas, políticas y económicas llevan a pensar que mientras el gobierno monopolice la moneda y cuente con un sistema de banca central a su alcance, las políticas de dinero fácil continuarán y la inflación, el desempleo y los ciclos económicos serán cada vez más recurrentes. Pero aún bajo un sistema de banca central, la receta de Hayek de mantener constante el ingreso nominal habría evitado la creación de la burbuja inmobiliaria, y habría evitado también la depresión. El concluye que los eventos actuales deberían forzarnos a re-examinar la doctrina reciente de la política monetaria y en general la teoría macroeconómica moderna. En particular, pone el acento en los tipos de interés reales, la teoría de la equivalencia, la teoría financiera moderna, la teoría del agente representativo y las expectativas racionales, y concluye que las teorías pueden ser incluso más útiles para la formación del nuevo paradigma que las propias keynes. No se duda que Hayek no mereció perder la batalla con Keynes, ya que Hayek tuvo una perspectiva desde el punto de vista del “mercado” y fue un gran momento para cambiar la política económica que existía pero el éxito de la Teoría general de Keynes, si bien fue mayor, no es comparable, porque, por grandes que sean sus méritos analíticos, no hay duda que debe primordialmente su victoriosa carrera a que su argumentación apoyaba algunas de las preferencias políticas más acusadas de gran número de economistas. Hayek, en cambio, nadaba contra corriente. 7.- BIBLIOGRAFÍA http://www.biografiasyvidas.com/biografia/k/keynes.htm http://www.sigloxxi.org/Archivo/BIOHAY.HTM http://historiaeconomicaupo1415.blogspot.com/2014/12/keynes-vs-hayek.html

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