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Jorge Gelman “ Un gigante con pies de barro, Rosas y los pobladores de la campaña” La idea dominante que se tiene de Ro

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Jorge Gelman “ Un gigante con pies de barro, Rosas y los pobladores de la campaña”

La idea dominante que se tiene de Rosas parece ser la de líder despotico, todopoderos, alejado de cualquier control o sujeción a norma legal, que se asienta sobre la crisis institucional que abre la revolución de mayo. Se discute tanto la capacidad absoluta de Rosas u otros lideres provinciales para manejar esos territorios y sus poblaciones de manera discrecional . las pequeñas y medianas explotaciones agrarias siguen siendo una realidad incontrastable, aunque es verdad que ahora deben convivir con algunos grandes estancieros, muy poderosos en relación a sus homónimos coloniales. Los grandes estancieros y el propio estado actúan no actúan sobre un vacio sino sobre un mundo rural muy complejo, con una fuerte presencia campesina, que reconoce toda una serie de practicas desarrolladas durante décadas que se resisten a desaparecer y con las cuales deberán lidiar y muchas veces negociar. Nos detendremos en su desempeño como estanciero, en particular la relación que a través de sus propietarios establece con la población de la campaña.

La construcción de un emporio estanciero las estancias de Rosas introducen un elemento nuevo, totalmente desconocido en el periodo colonial, que es la magnitud de sus estancias. En el medio de un paisaje de la campaña, que continua siendo esencialmente dominado por pequeños y medianos pastores y agricultores, emerge un pequeño, pero poderoso sector de enormes estancieros, encabezado por gobernador todo poderoso de la provincia, Juan Manuel de Rosas. Ese medio social dominado por pequeños y medianos productores y la abundancia relativa de las tierras aparecerán como condicionantes severos de la actividad del gobernador. El estudio de las complejas relaciones de Rosas con los pobladores de la campaña.

El gobernador, sus estancias y los pobladores de las campañas. El gobernador, al igual que sus antecesores, encontró limites muy serios en su accionar. El primer de esos limites tiene que ver con la propia crisis política posrevolucionaria, que va colocando progresivamente al mundo rural como uno de sus principales actores. La llamada anarquía, la sucesión de gobiernos , las luchas civiles y la necesidad de construir una nueva legitimidad en que fundar un nuevo aparato de dominación, obligan a los actores políticos a tomar en cuenta la abigarrada realidad que los rodea.

A través de la correspondencia entre Rosas y los administradores de sus estancias se reflejan las dificultades en aprovecharse plenamente de sus propiedades por los condicionamientos que le imponen las practicas de una sociedad rural muy compleja, donde el acceso a la tierra es distinto al concepto moderno de la propiedad privada, donde también el acceso a ciertos bienes esta comandado por una serie de costumbres ancestrales, que se desarrollaron en el marco de la sociedad campesina colonial. La tolerancia a autorizar en cualquier terreno la caza de avestruces y nutrias, el recurso a la leña de los montes ubicados en tierras ajenas, o la sustracción de animales, favorecida por la falta de de alambradas y las constantes mezclas de ganado, son problemas frecuentes en las estancias del gobernador. Rosas a veces las va a tolerar otras veces las va a reprimir. Uno de los problemas mas importantes en este sentido parece haber sido la dificultad en fijar los limites de la propiedad, evitar las mezclas de ganado, la invasión de sus tierras por animales ajenos y aun los robos propios. En definitiva la sensación que brinda todo esto es que Rosas no pueden disponer libremente de sus propiedades y debe tolerar, o no tiene mas remedio que aceptar, que este tipo de situaciones se repita una y otra vez. Una de las soluciones que intentara el gobernador para poder limitar estos problemas es el recurso a los llamados pobladores. Personaje de difícil definición parece haber sido un habitante tolerado en tierras ajenas, que probablemente desarrollara allí sus actividades independientes como productor, a cambio de una cierta reciprocidad con el dueño de las tierras. Esta podía ser su disponibilidad para conchabarse en ciertos momentos del año en la explotación del propietario, o también cumplir la función de de constituirse un limite entre la explotación del propietario y los vecinos. Esta necesidad de poblar los limites de la tierra, implicaba que el propietario no podía disponer de una parte de sus tierras y pasturas y que muchas veces, bajo la apariencia de un campo muy poblado de personas y animales, que suponemos que son de su propietario , nos encontramos con un enjambre de pequeños y medianos productores que producen por su cuenta, aunque condicionados también por el titular de su estancia. El gobernador y ahora propietario de esas tierras se cuida mucho de enfrentarse inmediatamente con los pequeños productores que han poblado esas tierras y que han adquirido ciertos derechos. Rosas tendrá que tolerar una gran cantidad de pobladores en sus estancias. Los pobladores terminan adquieriendo ciertos derechos sobre la tierra que pueblan y la propiedad plena de los bienes que allí tienen. Y el dueño de la tierra , que les autorizo a instalarse allí, se ve obligado a comprarles esos bienes, si no quiere que se instale en las mismas tierras alguien que no responda a los mecanismos de reciprocidad acordados. Rosas para conseguir mano de obra mas o menos controlable, limitar un poco la evasión/ invasión de ganado en sus tierras, o simplemente por presión de sus vecinos de sus estancias, debe permitir que una parte

considerable de sus tierras sean utilizadas por pobladores o trabajadores para realizar sus propias actividades productivas. Algunas conclusiones sobre la expansión agraria la coyuntura climática con importantes sequias en los años 30 y 40, asi como la coyuntura politca con los sucesivos cortes del trafico portuario por los bloqueos y los casi ninterrumpidos conflictos civiles, que podían paralizar la producción y el comercio en tiempos prolongados. En este marco y dada la abundacia de tierra y la presencia campesina, la mano de obra que necesita el gran estanciero es escasa y muy cara. El progresivo fin de la esclavitudy el fracaso en el mediano plazo en imponer formas alternativas de mano de obra coactiva no le dejan mas alternativa al propietario que recurrir a los peones libres que también demuestran saber negociar sus condiciones de vida. El orden estanciero y de expansión de la gran propiedad privada se choca a cada instante con los habitos, las costumbres, que durante las décadas los pobladores de la campaña habían reconocido como validos para garantizar la reproducción social los gobiernos antecesores a Rosas no habían logrado modificar la vigencia de estas practicas.