Jean-Paul Sartre

ISFD “Ntra. Hernán Casanovas 23/09/2016 Cenáculo” 2do de Filosofía Historia de la Filosofía Moderna Prof.: Pbro. José M

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ISFD “Ntra.

Hernán Casanovas 23/09/2016 Cenáculo” 2do de Filosofía Historia de la Filosofía Moderna Prof.: Pbro. José María Pincemín

Jean-Paul Sartre Literatura del siglo XX y cristianismo

D-104 Sra. Del

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Índice Introducción...................................................................................................................2 Biografía........................................................................................................................3 ¿Qué es el existencialismo?...........................................................................................8 El hombre.....................................................................................................................11 Dios..............................................................................................................................13 Conclusión...................................................................................................................15 Bibliografía..................................................................................................................16

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Introducción. En este trabajo se intenta hacer un resumen de la vida y el pensamiento del pensador francés que tanto ha dado que hablar al mundo, Jean-Paul Sartre. Los motivos por los que he elegido este filosofo son dos: la influencia que su pensamiento tiene en nuestra cultura moderna, y de cómo su pensamiento se ha introducido en el “inconsciente colectivo”, esto podemos verlo en gran cantidad de expresiones que hombres de distintas generaciones manifiestan como principios indiscutibles de vida (Ej.: “Yo soy libre, hago lo que quiero”). Y en un segundo momento he elegido el tema por motivos de la formación intelectual personal, que es una de las dimensiones de la formación de los candidatos al sacerdocio; el existencialismo ateo es un tema que no entra dentro de los contenidos de la propuesta educativa de nuestro Instituto, he optado entonces complementar desde este espacio ese déficit. Este trabajo consta esencialmente de tres partes: la primera en la que se desarrolla la biografía del filósofo, se hace una contextualización histórico-social y un resumen acerca de aquellos pensadores que más influyeron en la nueva doctrina sartriana; en un segundo momento se hace un desarrollo del pensamiento del autor, tocando los puntos esenciales del mismo sobre la cuestión del existencialismo, sobre el concepto de hombre que posee el mismo y sobre el lugar que ocupa Dios en todo el sistema; finaliza el trabajo con una conclusión en la que se muestra el impacto que el pensamiento sartriano ha tenido en la modernidad especialmente vinculándolo con el tema de la libertad, uno de los mas importantes en el desarrollo del pensador que aquí tratamos. Para esto se ha intentado recurrir a fuentes lo más seguras posibles: a textos del mismo J.-P. Sartre, a autores especializados en el tema, a manuales de Historia de la Filosofía cuyos autores son de fiar, y a una enciclopedia digital en línea. El detalle de la bibliografía puede encontrarse al final del presente trabajo.

3 Antes de comenzar el desarrollo del trabajo me gustaría hacer una advertencia previa: Lo que aquí se desarrolla es la historia del pensador y los rasgos de su doctrina que ha producido un impacto en el ciudadano promedio del siglo XXI; no se hará un desarrollo de su “ontología fenomenológica”.

Biografía. Jean-Paul Sartre nació en París en 1905, de familia protestante por su abuelo 1 y católica por su madre; debido a esto, desde muy chico, estuvo en contacto con la burguesía de la época, con todo lo que esto significa: círculos de personas donde los títulos se encontraban por sobre el nombre; donde todos muchos “danzan” frente a algunos, los mejor posicionados; donde reinaba una moral victoriana que, paradójicamente, mostraba una imagen de caballerosidad, señorío y pureza, al mismo tiempo que crecían la prostitución, la explotación infantil. Siendo Sartre muy niño, su padre, un politécnico, que había optado por la Marina al salir de la famosa Escuela, muere prematuramente en Cochinchina, Vietnam; quedando tan solo con su madre y sus abuelos. La salud del niño era un tanto delicada lo que obligó a su madre a trasladarse a Moudon, donde permanecieron hasta 1912 cuando, teniendo su hijo siete años, regresan a Paris donde permanecen hasta 1919 (catorce años de edad). Su madre se vuelve a casar muy pronto con otro politécnico, director del astillero de La Rochela. Es así como el pequeño Jean-Paul se traslada con su madre y su padrastro a esta ciudad, donde permaneció hasta los dieciséis años (1921).2 Cursó por estos años en el Liceo de La Rochela, sus profesores advirtieron en él a una persona de una inteligencia vivaz y un espíritu curioso

1 Su abuelo era pariente de ALBERT SCHWEITZER OM (1875-1965) fue un médico, filósofo, teólogo, y músico alemán nacionalizado francés, misionero médico en África y premio nobel de la Paz en 1952, también conocido por su vida interpretativa de Jesús y su profundo conocimiento de los textos bíblicos. Nació en la provincia de Alsacia y Lorena, en ese entonces parte del Imperio Alemán, hoy Francia. Schweitzer, un luterano, desafió tanto la visión secular de Jesús representado por la metodología histórico-crítica de su época en ciertos círculos académicos, así como la visión tradicional cristiana. El representaba a Jesús como alguien que, literalmente, creía que el fin del mundo estaba llegando en su propia vida y se creía a sí mismo como un salvador. [https://es.m.wikipedia.org/wiki/Albert_Schweitzer] 2 Cf. CH. MOELLER, Literatura del siglo XX y cristianismo II, Madrid, Editorial Gredos, 1961, p.43; Cf. R. JOLIVET, Sartre, Buenos Aires, Columba, 1963, p. 11

4 Teniendo Jean Paul Sartre la edad de veinte años (1925) ingresa en la Escuela Normal Superior de Paris, donde cursó sus estudios de filosofía. En 1929 obtiene el título de “agregado” junto con Simone de Beauvoir3, a quien conoció en ese año en la Sorbona y con la que habría de permanecer unido desde entonces. André Gide alcanzaba por este entonces la cumbre de su fama, la gloria tardía, y los baluartes de la libertad y de los caprichos personales eran levantados en medio de la euforia de la posguerra; aventuras alocadas y divertidas, en las que reinaba el adolescente desvergonzado; los placeres y un primer momento de la “liberación sexual” eran el fundamento del buen vivir. Jean-Paul Sartre se formó sumergido en estos principios. “Nunca dice que no, y la sigo a una de las grandes habitaciones del primer piso que alquila por hora o por día. No le pago; hacemos el amor de igual a igual. A ella le gusta (necesita un hombre diariamente, y tiene muchos otros, además de mi), y yo me purgo así de ciertas melancolías cuya causa conozco demasiado bien.”4

Resulta entonces que los jóvenes de la época veían esto muy bien, y la situación, como hemos dicho, de algarabía se intensificaba en ellos, al punto que para algunos pasaría a ser un estilo de vida, una necesidad. El sartrismo supera en mucho al gidismo: “Que un joven burgués de París haya encontrado la libertad en Argelia, es una historia que interesa si está bien contada. Pero, entre 1940 y 1944, los adolescentes no necesitaban ir tan lejos ni dar tan gran rodeo para hacerse más libres todavía, y con otra clase de libertad (…)”5

Enseñó filosofía en centros de enseñanza media de Le Havre y de Paris hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, a excepción de un tiempo que pasó en Berlín (1933-1934), donde entró en contacto directo con la fenomenología de Edmund Husserl y escribió La trascendencia del ego. En Friburgo asistió a las clases de Martin Heidegger, de cuya filosofía existencial aprendió y reformuló de un nuevo modo personal e independiente. El fascismo se levanta soberbio y avasallador, como una sombra espesa que cubre las realidades sociales más diversas de la transicional primavera de entreguerras europea; la alegría y el gozo de los jóvenes se ve opacado. Con una crisis económica significativa y una gran desilusión, con tristeza y miedo por encontrarse en el umbral de la matanza 3 SIMONE DE BEAUVIOR (París, 9 de enero de 1908 - ibíd. 14 de abril de 1986) De Beauvoir, o más bien Castor; apodo que le dio su amigo Herbaud y que Sartre siguió usando, en un juego de palabras entre «Beauvoir» y beaver, en inglés. Sartre dedica su obra filosófica más importante (El ser y la nada. Ensayo de una ontología fenomenológica, 1943) al Castor. 4 J.-P. SARTRE, La Náusea, Buenos Aires, Losada, 19606, p. 20 5 CH. MOELLER, Literatura del siglo XX y cristianismo II, Madrid, Editorial Gredos, 1961, p. 44

5 más grande de la humanidad. Se sentía en el aire el fantasma de la Primera Guerra Mundial; un nuevo líder reclutaba esbirros a su servicio, se paraba en lo alto y captaba la atención de multitudes con una retórica excepcional. Ya se escuchaba en Europa el nombre de Adolf Hitler. Esta generación de la libertad absoluta de todo prejuicio y de todo tabú no se imaginaba lo que seguiría; y lo que seguiría sería la consecuencia de que ésta, su querida Europa, se haya apartado del Único Dios Vivo y Verdadero. Se habían apartado de la Vida, y lejos de la Vida solo hay obscuridad y muerte. En este temor por lo que se avecinaba se sentía ya en el corazón de la humanidad el dolor por Hiroshima -muestra cabal del extremo al que puede llegar una ciencia sin Dios, una ciencia que no es sierva del hombre-. Es en este momento donde cayeron en la cuenta, muchos, que “la liberación frente a los prejuicios no suprime lo trágico de la vida ni la responsabilidad del hombre”6 Pero esto que para algunos había sido un momento de lozanía, de disfrute y de evasión, para muchos se transformó en una necesidad, en un estilo de vida. Podemos comparar esto con un grupo de adolescentes, supongamos un grupo de amigos que han consagrado su existencia a una vida licenciosa, de repente en un accidente de autos muere uno de ellos que viajaba a altas velocidades alcoholizado al estrellarse con un árbol; uno de estos amigos luego del incidente y de la tristeza cae en la cuenta de que la vida que llevaban no era buena, que debía pensar en su futuro y en su familia, que era hora de abandonar la vida de los placeres insanos y disfrutar la vida en lo más bello que esta posee, decide cambiar su vida; otros de los amigos a quienes este estilo de vida se les ha hecho una necesidad, siguen e incluso intensifican esta vida justificando su accionar. Estalla la Segunda Guerra mundial en el año 1939, el ejército nazi comienza a movilizarse por Europa como hormigas en busca de su alimento. Era mayo del año 1940 y Francia se preparaba para recibir la ofensiva del ejército alemán. Debió haber sido impresionante y a la vez espeluznante; Adolf Hitler movilizaba hacia Francia aproximadamente tres millones y medio de soldados; el zumbido de sus cinco mil quinientos aviones se dejaba oír aterrador en el aire. Los alemanes con gran astucia bélica supieron contrarrestar las defensivas del ejército aliado avanzando cada vez más y más. Los aliados a cada instante se encontraban más acorralados. Los alemanes como el viento arrasaron la Línea de Maginot, la fortaleza más inútil y más costosa hasta 6 CH. MOELLER, Literatura del siglo XX y cristianismo II, Madrid, Editorial Gredos, 1961, p. 44

6 entonces; es así como entran a fines de junio en Francia. Resuenan las marchas militares y el ejército del Führer atraviesa el Arco del Triunfo y se pasea por las calles de Paris. No todo sería tan sencillo desde ahora en adelante. En el cumplimiento de sus deberes militares, fue hecho prisionero por los alemanes y deportado a Alemania en el año 1940. Paso nueve meses en un campo de concentración, del que fue liberado por problemas de salud.7 Poco después volvió a Francia, donde junto con Merleau-Ponty fundó el grupo de resistencia intelectual llamado “Socialismo y libertad”. En la inmediata posguerra, durante casi dos décadas, su pensamiento se impuso en la opinión pública mundial, gracias en especial a su “teatro de situaciones”, e influyo notablemente en la sociedad y las costumbres. En las dos últimas décadas de su vida, la actividad de Sartre fue infatigable: los viajes políticos no le impidieron realizar una activa labor de la filosofía, novelista, ensayista, dramaturgo, conferenciante y escenógrafo cinematográfico. Sartre Murió el 15 de abril de 1980, a los 74 años. Fue enterrado el 20 de abril, su féretro fue acompañado por una inmensa multitud; sus restos descansan en el cementerio de Montparnasse, en Paris, junto con los de Simone de Beauvoir. El pensamiento de Sartre depende y tiene gran relación con Heidegger, aunque su doctrina no una variación sutil de la de éste último, más bien es una nueva; es decir, Sartre no es simplemente un heideggeriano, es el creador de su nueva doctrina; de hecho, el mismo Heidegger reniega del sartrismo y rechaza toda responsabilidad que pueda asignársele por este. Como todos los existencialistas, Sartre es sucesor de Kirkegaard, pero éste es ateo, entonces los resultados a los que se llega del desarrollo de su pensamiento son antitéticos. También se pueden entrever influencias de Nietzsche, de Husserl y de Hegel.8 Podemos afirmar, sin lugar a dudas, que la filosofía de Sartre es un nuevo modo de pensar, una nueva construcción existencial, un pensamiento personal e independiente de los demás. Ha sido uno de los pensadores de la pos guerra más comentados y su fama se ha extendido ampliamente en los círculos más diversos; Sartre era leído y releído por los jóvenes de la época, quienes buscaban afanosos sus escritos y que esperaban con ansias las nuevas publicaciones de este pensador tan particular. Su fama se debe en especial a sus numerosas novelas y obras de teatro, excelentemente escritas; al resumen de su

7 T. URDANOZ, Historia de la filosofía VI, siglo XX: de Bergson al final del existencialismo, Madrid. B.A.C, 1988, p. 646 8 Cf. I.M. BOCHENSKI, La filosofía actual, México, Fondo de Cultura Económica, 1962, p. 191

7 doctrina El existencialismo es un humanismo; y a su obra capital, El ser y la nada. Ensayo de una ontología fenomenológica.9 Sartre dejo constancia de su pensamiento en novelas (La náusea, 1939; La edad de razón, 1945; El aplazamiento, 1945; La muerte en el alma, 1949), obras de teatro (Las moscas, 1943; A puerta cerrada, 1945; La mujerzuela respetuosa, 1946; Las manos sucias, 1948; El Diablo y el buen Dios, 1951; Nekrassov, 1956; Los secuestradores de Altona, 1960), en el panfleto político (Reflexiones sobre la cuestión judía, 1946; Los comunistas y la paz, 1952), así como en obras de carácter estrictamente filosófico ( la más importante de las cuales es El ser y la nada. Ensayo de una ontología fenomenológica, 1943; hemos de mencionar, además, La trascendencia del ego, 1936; La imaginación, 1963; Bosquejo de una teoría de las emociones, 1939; Lo imaginario. Psicología fenomenológica de la imaginación, 1940). El ensayo El existencialismo es un humanismo es de 1946, y en 1960 apareció Crítica de la razón dialéctica.10

9 Cf. Ídem. p. 192 10 G. REALE; D. ANTISERI; Historia de la filosofía III.3, Barcelona, Herder, 2010, p. 229

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¿Qué es el existencialismo? Podemos afirmar con cereza que el termino existencialismo es análogo, es decir, se predica de diversas cosas, en parte igual y en parte distinto. Esto quiere decir que se predica, en arte igual, en que todos los filósofos que colocan la existencia por delante de la esencia; y en parte distinto, en que no todos obtienen la misma consecuencia de dicha afirmación y que en sus sistemas filosóficos cada uno le da un grado de importancia distinto. Si intentamos ubicar a Jean Paul Sartre dentro de alguna corriente de pensamiento, debemos hacerlo dentro del existencialismo, y más específicamente del ateo. Esta ubicación no es arbitraria, puesto que, si bien sus ideas reflejan esta forma de pensar, es él mismo quien se autoproclama existencialista ateo. “(…) hay dos especies de existencialistas: los primeros, que son cristianos, entre los cuales yo colocaría a Jaspers y a Gabriel Marcel, de confesión católica; y, por otra parte, los existencialistas ateos, entre los cuales hay que colocar a Heidegger, y también a los existencialistas franceses y a mí mismo. Lo que tienen en común es simplemente que consideran que la existencia precede a la esencia, o, si se prefiere que hay que partir de la subjetividad.”11 14

Nos preguntamos entonces ¿qué es un existencialista?; ¿Cuáles son los fundamentos del existencialismo?; ¿Qué tiene de diferente con otras corrientes de pensamiento? y tantas otras preguntas que pueden surgirnos al enfrentarnos a tamaña palabra. Sartre mismo lo define de la siguiente manera: “En todo caso, lo que podemos decir desde el principio es que entendemos por existencialismo una doctrina que hace posible la vida humana y que, por otra parte, declara que toda verdad y toda acción implica un medio y una subjetividad humana”12

El término “existencialismo”, como bien lo expresa F. Copleston, queda reservado estrictamente a la filosofía de Sartre, puesto que él mismo la ha nombrado así. Si bien algunos filósofos son considerados existencialistas, unos han renunciado a ese nombre y otros han marcado las diferencias que los distinguen del pensamiento sartriana (como M. Heidegger). 11 J. P. SARTRE, El existencialismo es un humanismo, Buenos Aires, Ediciones Huascar, 1972, p. 14 12 Ídem. p. 12

9 El mismo Sartre define que el hecho de que la “existencia precede a la esencia” es el principal dogma de su filosofía. Ahora bien, de ser así deberíamos llamar a Santo Tomás de Aquino existencialista, o hacerlo con tantos otros filósofos que adhieren a esta proposición y que la asumen como propia, pero de hecho no lo hacemos (a lo sumo llamamos a su filosofía primera, metafísica existencialista o existencial, en contraposición de la esencialista).

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Pero, de hecho, cuando decimos “existencialismo”

no nos referimos de modo universal a todos los filósofos que marcan la precedencia de la existencia a la esencia; acudamos, para esclarecer esta situación, a un texto de J. Maritain: “Hay dos maneras fundamentales distintas de entender la palabra existencialismo. En un caso se afirma la primacía de la existencia, pero como implicando y salvando las esencias o naturalezas, y como manifestando una suprema victoria de la inteligencia y de la inteligibilidad -que es lo que yo considero como el existencialismo autentico. En el otro caso afírmase la primacía de la existencia, pero como destruyendo o suprimiendo la esencias o naturalezas, y como manifestando una suprema derrota de la inteligencia y de la inteligibilidad -cosa que considero yo como el existencialismo apócrifo: el que hoy está en boga y que «no tiene significado alguno»-. Y así tenía que ser; porque suprimid la esencia, o lo que el esse pone, y suprimís sin más la existencia o el esse, ya que estas dos nociones son correlativas e inseparables; tal existencialismo se devora a sí mismo.”14

Esto se debe a que el existencialismo, al que Maritain llama apócrifo, busca conectar el principio antes mencionado con la no existencia de Dios, puesto que no hay esencias porque no hay un ser que las produzca. Las cosas tan solo existen y no poseen una naturaleza determinada. Sobre Sartre expresa F. Copleston: “Su intención es conectarlo con el ateísmo, a cuyo efecto declara que el principio significa, en parte por lo menos, que no existen esencias eternas que estén presentes como ideas en la mente de Dios y sean anteriores a la existencia de las cosas. Cree, además, por lo visto, que no existen en absoluto esencias objetivas, pues las esencias están determinadas en función de intereses y elecciones de los hombres.” 15

El existencialismo se encarga especialmente del hombre y sus problemáticas y analiza la realidad desde éste, el existencialista se posiciona del lado del actor y no del espectador, como si lo hace el realismo; es decir, ya no es el hombre quien observa la realidad y se pregunta sobre ésta; ya no es el hombre quien, ante las maravillas de la naturaleza, la belleza del mundo, se pregunta ¿Qué hay detrás de esto?, ¿Por qué esto es cómo es? Sino que es él quien se para en el centro de la escena y toma parte; escruta la realidad, pero no desde la realidad, sino desde él mismo, y él mismo se transforama en 13 Cf. F. COPLESTON, El existencialismo, Barcelona, Herder, 1976, p. 6 14 J. MARITAIN, Breve tratado acerca de la existencia y de lo existente, Buenos Aires, Desclée De Brouwer, 1949, p. 11-12 15 F. COPLESTON, El existencialismo, Barcelona, Herder, 1976, p. 8

10 el fundamento del principio (“la existencia precede a la esencia”). Es, en el existencialismo, el hombre el centro de la escena, característica propia de la modernidad. Veamos como Sartre mismo lo expresa: “El existencialismo ateo que yo represento es más coherente. Declara que, si Dios no existe, hay por lo menos un ser en el que la existencia precede a la esencia, un ser que existe antes de poder ser definido por ningún concepto, y que este ser es el hombre, o como dice Heidegger, la realidad humana. ¿Qué significa aquí que la existencia precede a la esencia? Significa que el hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el mundo, y después se define.”16

16 J.- P. SARTRE, El existencialismo es un humanismo, Buenos Aires, Ediciones Huascar, 1972 p. 21

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El hombre El hombre es el ser en el que la existencia precede a la esencia; esto quiere decir que el hombre comienza por existir y luego se va determinando su naturaleza, la cual nunca llegaría a estar determinada, sino que siempre se estaría determinando. Esto es algo muy complejo, muy grave y que llevará a consecuencias drásticas. En el hombre no hay una determinación previa, no hay una esencia previa, un modus essendi; no hay nada en él que defina su originalidad, su ser hombre: “Si en efecto la existencia precede a la esencia, no se podrá jamás explicar por referencia a una naturaleza humana dada y fija; dicho de otro modo, no hay determinismo, el hombre es libre el hombre es libertad.”17 Entonces podríamos preguntarnos qué es el hombre para Sartre. Es una pregunta un tanto particular porque no encontraremos en él una definición como las que estamos acostumbrados a encontrar, es decir la definición lógica (la determinada por el género próximo y la diferencia específica): que define al hombre como un animal racional; su carácter animado, como género próximo, y su condición racional (o, más precisamente, espiritual), como diferencia específica. No encontraremos una definición así porque la única “definición” que se hace del hombre es como un ser libre. “[…]no hay determinismo, el hombre es libre, el hombre es libertad.”18 El hombre tal como lo concibe el existencialista, si no es definible, es porque empieza por no ser nada. Sólo será después, y será tal como se haya hecho. Así, pues, no hay naturaleza humana, porque no hay Dios para concebirla. El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él se hace. Éste es el primer principio del existencialismo. (…) el hombre empieza por existir, es decir, que empieza por ser algo que se lanza hacia un porvenir, y que es consciente de proyectarse hacia el porvenir.”19

Como vemos en la cita anterior, Sartre define al hombre como el ser que es lo que el mismo se hace. El hombre es lo que desea ser, el hombre es lo que aquí y ahora opera. Es así que el hombre es responsable de lo que es. Y no solo responsable de sí mismo, sino de todos los hombres. Pues el hombre está condenado a cada instante a inventar al hombre.20 “[…] las cosas serán tales como el hombre haya decidido que sean.”21 17 J.- P. SARTRE, El existencialismo es un humanismo, Buenos Aires, Ediciones Huascar, 1972 p. 21 18 Ídem. 19 Ídem. p. 16 20 Cf. J.- P. SARTRE, El existencialismo es un humanismo, Buenos Aires, Ediciones Huascar, p. 22 21 Ídem. p. 28

12 Sartre ilustra esta realidad con un ejemplo muy claro: “Y si quiero -hecho más individual- casarme, tener hijos, aun si mi casamiento depende únicamente de mi situación, o de mi pasión o de mi deseo, con esto no me encamino yo solamente, sino que encamino a la humanidad entera en la vía de la monogamia. Así soy responsable para mí mismo y para todos, y creo cierta imagen del hombre que yo elijo; eligiéndome, elijo al hombre.”22

El existencialismo no se ocupa de la “naturaleza humana”, sino más bien de la “condición humana”.

22 Idem. p. 11

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Dios Nuestro pensador considera, pues, a Dios como un problema secundario e irrelevante, plantearse el “problema de Dios” es absurdo e inútil, nada suma y nada quita; la posibilidad de la existencia de un Dios no cambia nada en la vida de los hombres. Por eso, él mismo se enfocará en demostrar cómo el hombre puede prescindir de Dios indiferentemente de su existencia. Dice Ch. Moeller que podría dudarse en un principio de un verdadero y real ateísmo, pero Le Diable et le bon Dieu cierra cualquier tipo de duda.23 “Sartre se hace agresivo; pero al propio tiempo, descubre que se halla obsesionado por Dios, este Dios a quien trata por todos los medios de negar.”24 “El autor habla siempre de esta cuestión de pasada, contentándose con recordar que la noción de Dios es contradictoria, que el “creacionismo” es un prejuicio, que la libertad del hombre postula la inexistencia de Dios. Habla siempre de éste como un problema resuelto de una ve z y para siempre.” 25

Sartre define al existencialismo como aquella doctrina que se esfuerza por obtener consecuencias de una posición atea coherente. Sigue explicando que su pensamiento no se acaba aquí (en la explicación de la no existencia de Dios), no se agota en ello; sino que, aunque Dios existiera, como ya hemos dicho, nada cambiaría. El problema verdadero es que el hombre se encuentre a sí mismo y se convenza de que absolutamente nada puede salvarlo de sí mismo, ni siquiera una prueba valedera de la existencia de Dios.26 En otra parte de, L’existensialisme est un humanisme, desarrolla la idea, partiendo de una afirmación de Iván Fiodorovich Karamázov en Los hermanos Karamázov de F. Dostoyevski: “Si Dios no existiera, todo estaría permitido”. Si de hecho el hombre es plenamente libre y responsable de sus actos, y para que esta realidad sea coherente, es entonces que, necesariamente, Dios no existe.27 Sartre se erige como una montaña de hielo ante el problema de la existencia de Dios, como un gran iceberg impenetrable. Frente a este tema lo caracteriza una frialdad y una indiferencia gigantesca. Como hemos dicho, si habla de Dios es tan solo para demostrar que se puede prescindir de él, o que es una noción contradictoria. Su ateísmo se levanta

23 Cf. CH. MOELLER, Literatura del siglo XX y cristianismo II, Madrid, Editorial Gredos, 1961, p.100 24 Ídem. p. 102 25 Ídem. p. 71 26 Cf. J. P. SARTRE, El existencialismo es un humanismo, Buenos Aires, Ediciones Huascar, 1972, p. 4344 27 Ídem. p. 21

14 en medio del pensamiento contemporáneo con una apatía religiosa única, sin siquiera un tanto de curiosidad.

Conclusión. Hace no mucho tiempo escuché en la radio a un especialista en toxicomanía hablar de la gravedad de la situación en la que se encuentran los jóvenes hoy en día, donde el consumo de estupefacientes de todo tipo es cada vez más frecuente y se lo hace en dosis cada vez más grandes, a tal punto que muchos jóvenes, en una gran cantidad menores de edad, encuentran la muerte en el piso de una fiesta clandestina. Este hombre hacía una afirmación que me parecía muy interesante, dijo: “Hay ciertos chicos que consideran la libertad como una falta de control”. Esto me pareció muy cierto, actualmente los jóvenes conciben la libertad como un obrar que no se encuentra sujeto a ningún tipo de norma moral. Y decimos los jóvenes, pero también podemos ver adultos que se encuentran bajo esta situación, se encuentran prisioneros de la libertad, de la libertad sin moral. El hombre pretende ser la regla del hombre; pretende, como hemos dicho, determinar su propio ser, que sería ni más ni menos que hacer su propio ser en cada obra, a cada instante. Nada le está negado al hombre, porque si tiene las facultades para hacer algo, tiene la libertad para poder hacerlo. Hay una realidad ineludible, y es que siempre el hombre se encuentra bajo “control”, y entiéndase este término en modo positivo, es decir de inspección y de regulación, no como manipulación. Un empleado se encuentra bajo el control de su jefe, un trabajador independiente se encuentra bajo el control de su cliente quien reclamará se le ofrezca un servicio proporcional a su paga, un alumno se encuentra bajo el control de sus docentes. Desde una visión más cristiana, el uno se encuentra bajo el control del otro, porque “el otro me pertenece”, si veo que un hermano hace algo que se aleja de nuestro Padre misericordioso debo acercarme y corregirlo, indicarle cuál es el camino que Jesús quiere para nosotros; y todos nos encontramos bajo la mirada amorosa de nuestro buen Padre Dios que lo último que quiere es que nos apartemos de Él, quien conoce nuestro corazón y nuestras intenciones, y quien ha inscrito en nuestro corazón el mapa del camino para llegar a él, la ley moral y los mandamientos.

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Bibliografía.  ANTISERI, D.; REALE, G.; Historia de la filosofía III.3, Barcelona, Herder, 2010.  BOCHENSKI, I.M.; La filosofía actual, México, Fondo de Cultura Económica, 1962.

 COPLESTON, F.; El existencialismo, Barcelona, Herder, 1976.  JOLIVET, R.; Sartre, Buenos Aires, Columba, 1963.  MARITAIN J.; Breve tratado acerca de la existencia y de lo existente, Buenos Aires, Desclée De Brouwer, 1949.  MOELLER, CH.; Literatura del siglo XX y cristianismo II, Madrid, Editorial Gredos, 1961.  SARTRE, J.-P.; El existencialismo es un humanismo, Buenos Aires, Huascar, 1972.  SARTRE, J.-P.; La Náusea, Buenos Aires, Losada, 19606.  URDANOZ, T.; Historia de la filosofía VI, siglo XX: de Bergson al final del existencialismo, Madrid. B.A.C, 1988.

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