Iroko es la Ceiba:What?

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Iroko es la Ceiba: What?

Pues bien, la bola pica y se extiende de Hit. Este mito lo he querido tratar aparte, a pesar de ser un Mito que generó el libro “El Monte”, de Lydia Cabrera y que se ha extendido mucho más de lo que se ha debido extender y nadie da una clara explicación. Comenzaré por decirte que Iroko, como “planta”, no es la Ceiba. Iroko es la Chlorophora excelsa y la Ceiba como tal es Ceiba pentandra. Son dos árboles totalmente distintos y en Cuba, Iroko o mejor dicho, lo que se usaba como Iroko,era la Caoba Cubana, la cual es Swietenia mahogany. Iroko, a pesar de ser un árbol muy respetado en Nigeria, se utiliza, al igual que la Caoba, para hacer muebles, lo cual además, fue una sentencia de Ifá. Ahora veamos como se extiende el Mito y porque. En el libro El Monte en la página 150, se puede ver lo que escribía Doña Lydia con respecto a este árbol y que fue la justificación, para se que “cambiara” a Iroko por la Ceiba, ya sea porque fue engañada o por cualquier otra razón: “Algunos viejos coinciden al explicarme que en Cuba, no había Iroko, que es una especie de caoba africana y que los lucumís, llamaban Arabbá a la goma francesa, (que Sandoval también conoce por Gogó). Sin embargo, la Ceiba les recordó a Iroko y la denominaron y consagraron con el nombre que en África se daba a un árbol inmenso, muy semejante e igualmente venerado en toda la costa de Guinea. Ocurrió lo mismo con muchos otros árboles”. Bien, partamos del hecho, que muchos árboles fueron venerados de manera distinta en el territorio cubano, a la llegada de los esclavos y que efectivamente no existía Iroko en Cuba. Esto es totalmente cierto. Sin embargo, la Ceiba, siempre ha sido llamada Araba en Nigeria y esta no pudo ser “rebautizada” como Iroko,porque les “recordó” a este árbol. De hecho, el árbol inmenso que también es venerado en la costa de Guinea, es el Baobab, o Adansonia digitata. En la costa de Guinea también tienen otro árbol parecido a la Caoba y que le llaman Ayan ()el cual se pronuncia (Añá), el cual se usa en la confección de los tambores y por eso estos se llaman AÑÁ. No hay forma para un “Lucumí”, de confundir un Iroko con una Araba. Esto sencillamente no puede ser creíble. En la misma página,continúa:

“Aunque la Ceiba no es Iroko legítimo, se la considera como Iroko y se la conoce algunas veces como Iroko y otras por arabbá”. Esto bastó, para levantar el mito, de que se trataba de la misma planta y así,muchos religiosos y hasta experimentados Babalawos, porfían y discuten que se trata del mismo árbol, hasta nuestros días. Sin embargo, muchas veces encontrarás en nuestro Corpus de Ifá y en los de Ozaín, que un Ebbó o un Ozaíny/u otros secretos, llevan tanto raíz de Iroko, como raíz de Araba ¿Qué haces?¿Echas dos veces raíz de Araba o echas dos veces raíz de Iroko? Por supuesto que no, pones Raíz u hojas de Ceiba y Raíz u hojas de Caoba. Es así de sencillo. Pero sabemos que es el Odu Okana Meyi del Corpus de Ifá Nigeriano, el que nos dice que es imposible que un Lucumí “confundiera” a Araba con Iroko: El orgullo y la soberbia pueden causar la muerte. Okana Meyi realizó algunas obras importantes en el Cielo. Él hizo adivinación para la Araba, la Ceiba, y para Iroko, la Caoba, antes de que ellos partieran al mundo. Araba e Iroko siempre fueron como el Perro y el Gato, nunca estuvieron completamente de acuerdo en ningún asunto. Por esa época Iroko era tan fuerte y poderoso que todo el mundo le temía. El adivino le aconsejó a ambos que rindieran homenaje a Echu. Araba hizo el sacrificio, pero Iroko rehusó hacerlo porque él se consideraba suficientemente fuerte para ser invulnerable. Después de festejar con las ofrendas hechas, Echu fue a aconsejar a los seres humanos sobre cuan robusto estaba Iroko para que construyeran fuertes para su protección. Antes de eso el árbol de Iroko lucía tan feroz que nadie se atrevió a pensar en atacarle de alguna forma. En primer lugar, él es físicamente muy fuerte y enorme, y en segundo su casa es el punto de reunión de los Ancianos de la Noche. La intervención de Echu, era para destruir el mito que abrigaba la imagen de Iroko y para hacerle ver que era tan ordinario como cualquier otro árbol. Echu hasta ofreció guiar a los seres humanos a la casa de Iroko, dándole un hacha con la que podrían derribarlo. Al principio la gente estaba renuente a usar el hacha sobre Iroko, pero con el estímulo dado por Echu, lo atacaron con furia. La caída de Iroko fue tan grandiosa que el eco resonó en todo el bosque. Cuando Araba escuchó la caída, preguntó que estaba sucediendo y le dijeron que el gran Iroko había caído bajo la fuerza del hacha humana. Comprendiendo que el destino de

Iroko era el resultado de su negación a hacer sacrificios, Araba se felicitó por haber seguido el consejo de Okana Meyi. Pero inclusive un Patakí del Odu Ika Bemi del Corpus de Ifá Afrocubano nos dice,que también conoce esta diferencia entre estos árboles: La Anacahuita. En este Camino Irin Modo (La Anacagüita), era la hermana de Iroko y ella deseaba ser importante, pero todos en el bosque la despreciaban. Al ver esto, ella fue a casa de Orunmila que en esa tierra se llamaba Ikagbemi y le dijo: “Yo te hago importante a condición de que seas mía y siempre veles que ningún espíritu maligno le haga daño a mis hijos”. Ella aceptó y fue mujer de Orunmila. Este le hizo el Ebbó y también tuvieron relaciones y con ella hizo la medicina para la protección de sus hijos y de su casa. Ella en beneficio, alcanzó a ser la reina de todos los árboles de la selva, pues desde entonces tuvo una enorme estatura y no puede compararse ni con la Ceiba ni con su hermana Iroko. Como ves, esto es sabido en ambos Corpus y hasta en los Tratados de Ozaín afrocubano, donde muchas veces hay que usar hojas de estos dos árboles en un mismo Omiero o en alguna carga mística. Sin embargo, ¿Cómo se desarrolló este mito? ¿Qué pudo ser lo que engañó a la Sra. Cabrera? Pues solo nos queda asumir que un Ocha llamado Iroko. Este Ocha supuestamente vive en lo alto de la Ceiba. La fuente más confiable que podemos tener de este Ocha, viene nuevamente de Nicolás Angarica y que plasmó en su libro Manual del Orihate. Él también hace énfasis en lo errado de que Iroko es la Ceiba. En todo caso esta es la fuente escrita más cercana con la que contamos,que conoció a Latuan y fue discípulo del principal amigo y ahijado de esta,Obbadimeyi: Ordun donde habla este Santo; 10-2, 10-4, 10-5, 10-11. IROCO. Esta Santa es un camino de Obatalá y es hembra, tiene el poder de impulsar a los buenos y malos caminos, a todos los seres. Esta Santa no le gusta el bullicio, pidió a Olofin vivir en un lugar donde estuviera apartada de todo, por eso es que ella vive en lo más alto de la Ceiba y Oricha oco, fue el primero que le sacrificó dos novillos en holocausto, porque cuando Oricha oco llegó a la Ceiba donde estaba Iroco, debajo de la Ceiba habían muchos espíritus malos y después llamó a Echu para que alejara de allí a todos los espíritus malos.

Iroco es como decir la Diosa del caminante, Iroco se hace a través de Obatalá. Iroco Umboguá en el erí de Onía, los hijos de Iroco son propensos a tener muchas verrugas en el cuerpo. Los animales para Iroko deben ser blancos y además, se le llevan cargas grandes para el bien de muchos, desde tres canastas, hasta siete con un poquito de todo lo que la tierra produce. Como Iroco vive encima de Araba-Ceiba, es por lo que mucha gente que no conoce, le llama a la Ceiba, Iroco y, otros creen que es Babbaluayé (San Lázaro). Como ves, hay algunas discrepancias con lo que dice el Monte. Por lo menos Don Nicolás estaba claro en que Araba era Ceiba y no Iroko, lo cual echa por tierra el asunto de que fue confundido por los “Lucumí”, esto dejando de lado que el mismo Don Nicolás, estableció que el libro El Monte, estaba errado en muchos aspectos. De Hecho, en El Monte podemos ver que según el informante (o desinformante) de Doña Lydia establecía que Iroko era del Santo Oddúa y que en Dahomey lo llamaban Lokó y que era un Santo Hombre. Sean cuales sean las razones de este exabrupto, es un mito que hace daño a nuestra religión, en el sentido que muchos inexpertos lo toman a pies juntillas y hacen trabajos con una planta que no corresponde, tan solo por tener un nombre errado, en un libro que no fue más que una investigación antropológica y no un libro de religión como tal. Lo único que queda por decir, es que:

Iroko NO es la Ceiba. La verdad puede eclipsarse, pero no extinguirse. Tito Livio