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Intercambios conversacionales” Antropología lingüística Alessandro Duranti El capítulo 8 de Antropología lingüística de

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Intercambios conversacionales” Antropología lingüística Alessandro Duranti El capítulo 8 de Antropología lingüística de Alessandro Duranti se encuentra dividido en cuatro apartados. El primero La naturaleza secuencial de las unidades conversacionales, dentro de éste se encontramos una subdivisión titulada Pares adyacentes. El segundo apartado La noción de preferencia, dividida a su vez en, Reparaciones y correcciones y Evitar una explicación psicológica. La tercera parte El análisis de la conversación y la cuestión del “contexto” dividida en La afirmación autónoma y la cuestión de la relevancia. Y el último apartado, El significado del habla. A continuación, presentamos una síntesis de cada apartado, para aproximarse y comprender la postura del autor respecto a los intercambios conversacionales. Alessandro Duranti inicia el capítulo con una explicación sobre cómo se ha generado el estudio de las conversaciones, según él, los antropólogos lingüistas durante algún tiempo creyeron que las conversaciones no tenían ningún sentido estudiarlas, porque eran caóticas y no eran coherentes para ser analizadas gramaticalmente. Mientras que los etnógrafos presentaban mayor interés por las palabras, historias, mitos, entre otros. La conversación fue objeto de estudio a partir de los años setenta, gracias a un grupo de sociólogos como Harvey, Sacks, y Emmanuel Schegloff, cuyos estudios se centraron en los intercambios conversacionales, que anteriormente habían pasado desapercibidos, ellos afirmaban que el habla era acción, mientras ésta se dé naturalmente, sin haber sido manipulada para convertirla en objeto de estudio. El estudio de las conversaciones ha tenido un gran impacto para los que se interesan en el modo de uso del lenguaje, porque permite comprender diversos factores que influyen en la interacción social.

“El habla como acción social en sí misma” (p. 332) fue una perspectiva compartida entre los analistas de la conversación, Malinowski, Austin, Searle y Wittgenstein; introdujeron nuevos métodos y conceptos que cambiaron la forma en como

muchos analistas concebían el lenguaje. Dentro de sus propuestas encontramos: usar como objeto de estudio grabaciones de conversaciones espontaneas que no hayan sido planeadas o manipuladas por los investigadores, donde los participantes de la conversación puedan organizar su propia interacción, para establecerlos como objetos sociales, dejando de lado los enunciados recurrentes. A continuación, el autor inicia la introducción a los diferentes conceptos propuestos por los analistas de la conversación, principalmente Sacks, quien se encarga de explicar la forma en cómo empezó el estudio de los intercambios conversacionales. Sacks a partir del análisis de conversaciones telefónicas, llego a la conclusión que la comunicación se organiza secuencialmente por la forma en que se dan los intercambios. “La sucesión de los hablantes es sistemática y ordenada, tal como la secuencia de fonemas que estudian los fonólogos y la secuencia de palabras que estudian los especialistas en sintaxis” (p. 334). Este tipo de organización se denominó: sistema de alternancia de turnos, que sirve para alternar ordenadamente el habla, con el fin de evitar el habla simultanea (solapamientos) y silencios (vacíos). Por medio de la observación empírica, Sacks propone dos reglas para comprender que en las conversaciones los hablantes alternan su turno sin intervalos, ni solapamientos: la primera es el componente de construcción de turnos,

éste

define los tipos de unidades que un hablante pueda utilizar en una conversación, las unidades también llamada por los lingüistas enunciados, le permite al oyente planificar, para predecir cómo finaliza la intervención, el cual los analistas llaman lugar apropiado para transición y de esta manera generar el relevo del hablante. Y la segunda regla es, el componente de distribución de turnos, ésta rige como se selecciona el siguiente hablante en la conversación. Se proponen dos técnicas: la autoselección en la cual el hablante se selecciona así mismo, y la heteroselección el hablante en poder seleccionar al siguiente hablante. Por otra parte Sacks propone la noción de par adyacente y la noción de preferencia. Un par adyacente “es una secuencia de dos enunciados uno junto al otro, que producen dos hablantes distintos. En otros términos, es la forma en que se organizan los turnos de palabra, en donde el primero supone la presencia del

segundo. Se pueden clasificar según el tipo de enunciado que constituyen sus dos partes y el tipo de par que las dos partes constituyen juntas” (p.337) A: Hola (primera parte del par) (saludo) B: Hola (segunda parte del par) (saludo).

Seguido a esto Duranti afirma que los pares adyacentes son unidades más complejas que los actos de habla o enunciados, puesto que “el análisis de las unidades mayores (pares adyacentes) a un acto de habla nos permiten profundizar en elementos del lenguaje como la acción” (p.340) esto se refiere a observar en el momento exacto la reacción de los oyentes ante lo que se les dice. Dentro de los pares adyacentes encontramos los halagos, como una forma de expresar aprobación sobre algo que se dice, el oyente lo aprueba siempre y cuando se cumpla ciertas condiciones preexistentes al enunciado. Existe un conflicto respecto a la aprobación de los halagos, pues es posible caer en el autoelogio por alabarse a uno mismo, los hablantes ante esta situación tienden a evitar el halago utilizando dos estrategias que Pomerantz define como: los atenuadores de cortesía y los cambios de referente, que transforma la alabanza sin rechazar directamente el halago. De manera general, el par adyacente permite demostrar que se logró una comprensión mutua de la conversación, donde los participantes deciden sobre la continuidad o la finalización de la interacción, y mediante el tipo de respuesta que se da ante los halagos se revela la importancia del lenguaje como acción social, en la que los hablantes por medio de la interacción logran establecer una unidad secuencial mas amplia.

A- Es fantástico. B- No es tan bueno. A- Eres un buen remero, cariño. B- Es fácil remar con estos; son muy ligeros.

Más adelante, el autor nos explica la noción de preferencia planteada por Sacks, que se pueden entender como “expresiones hechas” se refieren a ciertos enunciados que escuchamos frecuentemente, en donde los participantes recurren a una expresión rutinaria la cual puede ser preferida o dispreferida, de acuerdo con lo que el hablante considere como “normal” en una situación dada, es decir, en las conversaciones existen tendencias que culturalmente son preferidas por los hablantes para integrarse a la conversación. A- ¿En qué puedo ayudarle? B- No sé ehhh espero que sí. Dentro de la noción de preferencia, se desprenden dos subtemas que son: Reparaciones y correcciones, y evitar una explicación psicología; el primero el autor lo define como “intentos de resolver lo que se percibe y/o define como un problema o trastorno en el curso de una interacción” (p. 351) en otras palabras, se refiere a las correcciones o reformulaciones que hace una persona cuando habla, la cual tiene la necesidad de corregirse a sí misma (autorreparacion) o ser corregida por otros (heterorreparacion), para evitar mal interpretaciones o confusiones dentro de la conversación. Y el segundo, evitar una explicación psicológica, se refiere a que “los investigadores a partir de las observaciones que hacen de los hablantes llegan una interpretación de la conducta pública. Esto significa que la noción de preferencia no se define individualmente sino colectivamente” (p. 354) es decir, cada individuo que participa en la conversación posee un conjunto de reglas que están organizadas dentro un sistema más amplio que es la sociedad, y esto permite hacer una interpretación colectiva.

En este apartado El análisis de la conversación y la cuestión del “contexto”, Duranti, inicia con los logros que los analistas de la conversación han demostrado, estos son: “han develado que es posible comparar una gran cantidad de conductas sociales con las de otras culturas”. “que las conversaciones son logros cooperativos, donde pueden verse miembros que trabajan duro coordinando sus acciones con la de los interlocutores”. (p.356) Además de esto, dice que los

analistas de la conversación mostraron otras formas de estudiar lo que hacen las palabras en la interacción. Partiendo de estas ideas, se puede pensar que una relación entre los antropólogos y analistas de la conversación se genere, pero lo que sucede en realidad, es que a diferencia de sociolingüistas, pragmáticos, y analistas del discurso que toman terminologías y metodologías, los antropólogos lingüísticos se muestran desconfiados a utilizar sus hallazgos;

y muy por el

contrario han realizado críticas a los analistas de la conversación. Duranti afirma que la mayoría de los desacuerdos giran en torno a la cuestión del método en los procedimientos analíticos y en los de recolección

de datos. “se acusa a los

analistas de la conversación de ignorar el ‘contexto’ histórico y cultural donde tiene lugar las interacciones” (p.356) A partir del fragmento de una crítica que realiza Dell Hymes, Duranti propone tres problemas que antropólogos han observado al paradigma del análisis de la conversación. De estos tres el autor se enfoca en el primero, este es el “marcado desinterés por un “contexto más amplio” como el dónde y el cuándo tuvieron lugar los intercambios que se analizan, y una despreocupación por aspectos de la comunicación no verbal o gestual dentro de las interacciones cara a cara” Una de las primeras críticas que hace Hymes es similar a la de Goffman, a la cual se refiere como “pecados de la no contextualización” en palabras de Goffman “partir de la idea de que los fragmentos de conversación pueden analizarse por sí mismos, con independencia del momento y lugar donde ocurrieron”(p. 357) Para reforzar la idea de la relevancia del contexto y afirmar que los pares adyacentes deben incluir en su estudio el contexto en el que ocurren, Duranti propone este ejemplo: Profesor: ¿Cómo se llama ese color? Estudiante: Azul A esta critica los analistas de la conversación han respondido mediante lo que denominan la afirmación de la autonomía y la cuestión de relevancia. La primera, es explicada por Sacks como

un objeto multiusos que puede funcionar en

diversas maquinas, y “que puede trabajar con ellas con independencia de la cosa

mayor de la que forman parte. Y pueden funcionar dentro de diversas partes mayores que aquella en la que están funcionando” (p.359) y con esto dice Duranti que la posición autónoma

“puede verse como una estrategia para develar

estructuras conversacionales recurrentes, que pueden conectarse con contextos más ‘amplios’ o simplemente ‘diferentes’” (p.360) esta idea Duranti la refuerza con diferentes estudios realizados por analistas conversacionales en algunas comunidades de Estados Unidos. Por otra parte, la cuestión de la relevancia está dada por la problemática que concierne a la idea de si el contexto es suficiente o incluso, que no se tenga en cuenta el contexto. Para Schegloff el contexto relevante es tomar un contexto “suficiente” o “adecuado” “y no cualquier tipo de información potencialmente disponible para un observador”. Pero a esta idea, se le presenta una problemática, y es como saber cuándo el contexto es suficiente, o adecuado; para esto los analistas conversacionales han “sostenido que la única forma empíricamente apropiada de evocar un contexto es atender a lo que los propios participantes hacen relevante por medio de sus acciones lingüísticas” teniendo en cuenta que “la búsqueda del contexto empieza en realidad al analizar el habla u otras conductas” (Schegloff). (p.364) Sin embargo, dice Duranti que hay una dificultad en la cuestión de la relevancia, pero no en sí misma, sino en los métodos con los que se establece. Particularmente si se establecen diferentes contextos o rasgos de contextos, de los cuales se escogen algunos, y los otros se dejan de lado. La dificultad radica en saber cuál de los rasgos contextuales son relevantes. En palabras del autor, necesitamos modos de recuperar la información contextual que podría quedar fuera del habla. A esto el autor dice que se necesitan usar métodos etnográficos que nos faciliten la mayor cantidad de datos posibles sobre la situación y su ámbito espacial y temporal. Después de esto se presentan una serie de análisis de fragmentos de conversaciones, donde se observa que a medida que se conoce datos que proporcionan información del fragmento es posible que se escoja un adecuado contexto, y que a la vez estas informaciones representan importancia dependiendo del enfoque que se quiera realizar.

Por último, Alessadro Duranti nos presenta un apartado titulado: El significado del habla el cual afirma que: “En antropología, se considera que los significados están ubicados no solo en el lenguaje, sino en los valores sociales, creencias, relaciones, y sistemas más amplios de intercambio y apoyo, incluyendo la estructura familiar y la organización social de la comunidad”(p. 370) es decir, si queremos comprender lo que las personas quieren decir, debemos ir mas allá de los métodos lingüísticos como afirma Duranti, porque algunas veces por medio de las palabras no se puede conocer la intencionalidad, la responsabilidad, y la verdad del hablante. Es por ello que, los enunciados, palabras, morfemas, y rasgos prosódicos y paralingüísticos son herramientas importantes transmitir una idea y conocer más allá de lo que se dice en la conversación. Además de esto, se pueden comprender otro tipo de estructura, como los escenarios de habla, donde las personas pueden cambiar la forma en que se expresan, de acuerdo con el contexto. Por medio del análisis de las conversaciones se pueden conocer distintas manifestaciones culturales e ideológicas, que dentro de un análisis meramente lingüístico no se podría hallar, claro está, que para expresar determinada conducta es necesario el uso del lenguaje, pues este permite la articulación de las palabras que llevan a cabo una interacción conversacional. A través de los análisis conversacionales y sus diferentes estudios, se pueden conocer los intercambios conversaciones y todo lo que éste implica para el conocimiento del orden social y cultural.

Finalmente, Duranti termina el capítulo con una conclusión en donde hace un repaso por los temas y conceptos tratados a lo largo del documento, hasta llegar a la importancia que tiene el análisis de la conversación y su relación con otras metodologías y otros campos de estudio. Y finaliza su conclusión con lo permeable que pueden ser los estudios de la conversación a la crítica, y a la vez, los retos a los que se enfrentan los analistas de la conversación si se quieren introducir en la relación dada con el análisis cultural.