Industria e Imperio Cap 2

Industria e imperio (Eric j. Hobsbawm) Capitulo 2: “El origen de la revolución Industrial”. La revolución industrial no

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Industria e imperio (Eric j. Hobsbawm) Capitulo 2: “El origen de la revolución Industrial”. La revolución industrial no es simplemente una aceleración del crecimiento económico, sino una aceleración determinada y conseguida por la transformación económica y social. A fines del S. XVIII esta transformación económica y social se produjo en una economía capitalista y a través de ella. La revolución industrial fue la primera de la historia, pero esto no significa que partiera de cero; y por ser la primera fue distinta en importantes aspectos a las revoluciones industriales subsiguientes. Inglaterra formaba parte de lo que podemos llamar “económica europea” o “económica mundial de los estados marítimos europeos”, formaba parte de una red extensa de relaciones económicas que incluía varias zonas, AVANZADAS: zonas de potencial industrialización o que aspiraban a ella, DEPENDIENTE: economías extranjeras marginales, colonias formales como las de América o Oriente, donde tenían puntos de comercios y dominios. El mundo avanzado estaba ligado al dependiente por una cierta división de la actividad económica, estas relaciones pueden describirse como un sistema de intercambios. (Comercios, transferencia de capitales, de migraciones, etc.) ¿Por qué Gran Bretaña se convirtió en el primer taller del mundo? ¿Por qué este hecho ocurrió hacia fines del S. SVIII y no antes o después? Fácil acceso al mar o a ríos navegables = transporte más barato y más práctico (transporte y comunicación). Los problemas tecnológicos de la primera revolución industrial fueron sencillos, no requerían de trabajadores con cualificaciones científicas especializadas, sino de ilustración

normal, familiarizados con instrumentos mecánicos sencillos y el trabajo de los metales. Era barata y sencilla. 3 aspectos fundamentales: Mercado interior. Mercado exterior. El gobierno. Mercado interior: (el transporte/los alimentos/productos básicos: carbón). Principio del S. XVIII mejoras muy sustanciales y costosas en el transporte tierra adentro (por río, canal e incluso carreteras) Disminuyendo costos de transportes. Demanda de alimentos y bebidas manufacturadas, estos productos alimenticios eran más inmunes a al competencia exterior que los tejidos, excepción hecha de productos como harina, bebidas alcohólicas que se preparaban domésticamente. Productos básicos: consumo de carbón, utilizado por gran número de hogares urbanos, el hierro (menor cantidad) reflejado en la demanda de enseres domésticos cacerolas, clavos, estufas, etc. La principal ventaja del mercado interior fue su gran tamaño y estabilidad, promoción del crecimiento económico y siempre en condiciones de desempeñar el papel de amortiguador, proporcionando la base para una economía industrial generalizada. Mercado externo: la demanda interior crecía pero la exterior se multiplicaba, la manufacturación del algodón primera que se industrializo (comercio ultramarino), se importaba de zonas subtropicales o tropicales y sus productos habían de venderse mayormente en el exterior. Podía crear la ilusión de un rápido crecimiento por dos medios principales: controlar una serie de mercados de exportación de otros países y destruyendo la competencia interior dentro de otros. (A través de guerras y

colonizaciones, monopolizando los mercados de exportación). Un gobierno: Inglaterra estaba dispuesta a subordinar toda la política exterior a sus fines económicos, sus objetivos bélicos eran comerciales, es decir, manuales. De las grandes guerras de la época, Inglaterra sólo estuvo a la defensiva en una, el resultado de este Siglo de guerras intermitentes fue el mayor triunfo jamás conseguido por ningún estado: los monopolios virtuales de las colonias ultramarinas y del poder naval a escala mundial. La flota británica contribuyo aún más directamente a al innovación tecnológica y a la industrialización (guerra = mayor consumidor de hierro). El gobierno ofreció su apoyo sistemático al comerciante y al manufacturero y determinados incentivos, en absolutos despreciables, para la innovación técnica y el desarrollo de las industrias de base. La era del imperio (1850/1914) Eric J. Hobsbawn. (La división del globo tenía una dimensión económica). África y Asia divididos según: Inglaterra. Francia. Bélgica. Alemania. Italia. Portugal. Este reparto del mundo entre un número reducido de Estados, que da su titulo al presente volumen, era la expresión más espectacular de la progresiva división del globo en fuertes y débiles.

Entre 1876 y 1915 una cuarta parte de la superficie del planeta fue distribuida o redistribuida en forma de colonias entre media docena de Estados. A finales de 1890 comenzaron a analizar lo que sin duda alguna, parecía ser una nueva fase en el modelo general del desarrollo nacional e internacional, totalmente distinta de la fase liberal de medianos de siglo, dominada por el librecambio y la libre competencia, consideraron que la creación de imperios coloniales era simplemente uno de sus aspectos. Para los observadores ortodoxos (Hohson = transición) se abría, en términos generales, una nueva era de expansión nacional que era imposible separar con claridad los elementos políticos y económicos y en la que el Estado desempeñaba un papel cada vez más activo y fundamental tanto en los asuntos domésticos como el exterior. Los heterodoxos (Lenin = permanente) analizaban más específicamente esa nueva era como una nueva fase del desarrollo capitalista, que surgía de diversas tendencias que creían advertir en ese proceso. El punto esencial del análisis leninista (que se basaba claramente en una serie de autores contemporáneos, tanto marxista como no marxistas) era que el nuevo imperialismo tenía sus raíces económicas en una nueva fase especifica del capitalismo, que, entre otras cosas, conducía al división territorial del mundo entre las grandes potencias capitalistas. Estos acontecimientos no cambiaron la forma y las características de los países industrializados o en procesos de industrialización, pero si transformaron el resto del mundo, en la medida en que lo conviertan en un complejo de territorios coloniales y semicoloniales, que progresivamente se convirtieron en productores especializados de uno o dos productos básicos para exportarlos al mercado mundial.

Búsqueda de materia prima. (por la industrialización, caucho, petróleo, oro) Búsqueda de productos exóticos (azúcar, cacao, té, café). La adquisición de colonias se convirtió en un símbolo de status. Resulta difícil separar los motivos económicos para adquirir territorios coloniales de la acción política necesaria para conseguirlo, por cuanto el proteccionismo de cualquier tipo no es otra cosa que la operación de la economía con la ayuda de la política. La pretensión de explicar el nuevo imperialismo desde una óptica no económica es tan poco realista como el intento de explicar la aparición de los partidos obreros sin tener en cuenta para nada los factores económicos. Desde luego el imperialismo de los últimos años del S. XIX era un fenómeno nuevo. Era el producto de una época de competitividad entre economías nacionales capitalistas e industriales rivales que era nueva y que se vio intensificada por las presiones para asegurar y salvaguardar mercados en un periodo en que las tarifas proteccionistas y la expansión eran la exigencia que planteaban las clases dirigentes. Alejamiento del capitalismo basado en la práctica privada y pública del laissez-faire (aparición de grandes corporaciones y oligopolios y la intervención cada vez más intensa del Estado en asuntos económicos).