Iglesia Ortodoxa

UNIVERSIDAD SANTO TOMAS FACULTAD DE TEOLOGÍA ECUMENISMO ESTUDIANTES: FABIOLA SANCHO, LUIS CARLOS RIAÑOS, LUIS EDUARDO PÉ

Views 89 Downloads 1 File size 382KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

UNIVERSIDAD SANTO TOMAS FACULTAD DE TEOLOGÍA ECUMENISMO ESTUDIANTES: FABIOLA SANCHO, LUIS CARLOS RIAÑOS, LUIS EDUARDO PÉREZ VILLEGAS DOCENTE: FRAY JAVIER CASTELLANOS LA IGLESIA ORTODOXA

Historia La Iglesia ortodoxa separada de la unión con la Sede de Pedro en el año 1054 se fue fragmentando en iglesias autónomas o autocéfalas. A diferencia del protestantismo los ortodoxos han conservado la unidad doctrinal y de culto, pero han perdido la unidad de jurisdicción. La ortodoxia bizantina está compuesta por varias iglesias autocéfalas (autogobernadas): los cuatro patriarcados antiguos de la iglesia primitiva: Constantinopla, Alejandría, Antioquía y Jerusalén; los cuatro patriarcados de origen más reciente: Rusia, Serbia, Rumania y Bulgaria; el Catolicosado de Georgia y las iglesias de Chipre, Grecia, Polonia, Albania y de la República Checa y Eslovaquia. También incluye las iglesias ortodoxas autónomas de Finlandia y Estonia (con dos jurisdicciones). La "diáspora" ortodoxa bizantina cuenta con iglesias en las Américas, Asia, Australia, Europa Occidental y África Subsahariana. En los Estados Unidos y el Japón, se ha concedido autonomía o semiautonomía a algunas iglesias ortodoxas, aunque estas iglesias no han sido reconocidas por todas las iglesias ortodoxas. El monasterio del Sinaí es una comunidad monástica autónoma vinculada al Patriarcado de Jerusalén; el Monte Atos y la semiautónoma Iglesia de Creta siguen bajo la jurisdicción del Patriarcado de Constantinopla. Las iglesias ortodoxas bizantinas mantienen la misma fe, la de los siete concilios ecuménicos, y los mismos sacramentos. El Patriarca de Constantinopla recibe el nombre de Patriarca Ecuménico y ocupa una posición de "primero entre iguales". Él es quien convoca las conferencias panortodoxas tras consultar a los dirigentes del resto de iglesias ortodoxas. La Iglesia Ortodoxa se considera a sí misma la continuación ininterrumpida de la Iglesia Cristiana fundada por Cristo y sus apóstoles en el siglo I de la era cristiana y no reconoce como ecuménico ningún concilio desde el Segundo Concilio de Nicea (año 787). Durante la última parte del primer milenio del cristianismo, la relación entre las sedes de Roma y Constantinopla se hizo cada vez más difícil, lo que condujo al cisma de 1054. El distanciamiento evolucionó más entre los siglos XI y XV y se vio exacerbado por las consecuencias destructivas de la Cuarta Cruzada a principios del siglo XIII. La ruptura formal ocurrió en el siglo XV. Los asuntos que dividían a las iglesias eran la supremacía universal de la jurisdicción del papa de Roma y la cuestión doctrinal del filioque ("y del Hijo"), la frase insertada en el Credo Niceno-

Constantinopolitano en la España del siglo VI que decía: "[E]l Espíritu Santo [...] procede del Padre y del Hijo". Aunque las iglesias ortodoxas reconocen siete sacramentos o "misterios", otras acciones sacramentales completan la vida litúrgica de la iglesia. El bautismo es por inmersión total y a él siguen los sacramentos de crismación (confirmación) y eucaristía, que son administrados por un clérigo. Los niños son bautizados y crismados cuando son pequeños, permitiéndoles así participar en la eucaristía. En ella, el pan y el vino se convierten, mediante la consustanciación, en el verdadero cuerpo y la verdadera sangre de Cristo; la eucaristía se recibe tras una preparación cuidadosa que incluye ayuno y confesión. Los cultos se celebran en las lenguas nacionales, aunque algunas iglesias prefieren utilizar los lenguajes litúrgicos originales. La veneración de iconos juega un papel importante en el culto ortodoxo, y las oraciones a la Madre de Dios y a los santos enriquecen los textos litúrgicos. Los obispos han salido de las filas de las comunidades monásticas desde el siglo VI; muchos sacerdotes de las parroquias están casados puesto que la Iglesia Ortodoxa no prohíbe el sacerdocio a los casados. Las mujeres han sido bendecidas como diaconisas en estos últimos años. El monacato ha desempeñado y continúa desempeñando un papel fundamental en la vida de la Iglesia Ortodoxa. El Patriarcado de Constantinopla inauguró el papel de las iglesias ortodoxas en el movimiento ecuménico moderno con su Encíclica de 1920 a "todas las iglesias de Cristo". La carta hacía un llamamiento a una "koinonía de iglesias" que trabajaría por la cooperación benéfica y el diálogo teológico. El Patriarcado Ecuménico es miembro fundador del Consejo Mundial de Iglesias. El CMI ha contado con representantes permanentes del Patriarcado Ecuménico y de la Iglesia Ortodoxa Rusa desde 1955 y 1962, respectivamente. El papel del Patriarca Ecuménico como principal líder espiritual del mundo cristiano ortodoxo y figura transnacional de importancia mundial continúa adquiriendo relevancia cada día. Su Santidad el Patriarca Bartolomeo copatrocinó la Conferencia sobre paz y tolerancia que congregó en Estambul (1994) a cristianos, musulmanes y judíos. Destacan sus esfuerzos por la concienciación medioambiental, que le han valido el sobrenombre de "Patriarca Verde". Ha organizado seminarios sobre medio ambiente copatrocinados junto a Su Alteza Real el Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo, y simposios internacionales sobre medio ambiente en Patmos (1995) y los alrededores del mar Negro (1997). Desde 1999, se han celebrado otros tres simposios internacionales sobre Religión, Ciencia y Medio Ambiente bajo los auspicios de Su Santidad el Patriarca Ecuménico Bartolomeo y de Su Excelencia el Sr. Romano Prodi, antiguo Presidente de la Comisión Europea: el III Simposio, que navegó por el río Danubio; el IV Simposio: "El mar Adriático: mar en peligro, unidad de propósitos" (junio de 2002); y el V Simposio: "El mar Báltico: patrimonio común, responsabilidad compartida" (junio de 2003). Debido a estos empeños, y a sus inspiradores esfuerzos en defensa de la libertad religiosa y los derechos humanos, el Patriarca Ecuménico Bartolomeo figura entre los más

importantes apóstoles de amor, paz y reconciliación para la humanidad del mundo, razón por la que el Congreso de los Estados Unidos le concedió su Medalla de Oro. Otros ejemplos de contribuciones significativas de las iglesias ortodoxas bizantinas son la doctrina social planteada por la Iglesia Ortodoxa Rusa, la relación con el islam de la Iglesia Ortodoxa Griega de Antioquía, la labor sobre bioética de la Iglesia de Grecia, y la renovación y misión de la Iglesia Ortodoxa Autocéfala de Albania tras décadas de persecución comunista. El número de miembros de las iglesias ortodoxas (bizantinas) asciende a trescientos millones en todo el mundo. A excepción de Georgia y Bulgaria, que se retiraron en 1997 y 1998, y de Estonia, todas las iglesias ortodoxas (bizantinas) son miembros del CMI. Fuentes: https://www.oikoumene.org/es/familias-de-iglesias/orthodox-churcheseastern http://es.catholic.net/op/articulos/19027/cat/700/la-iglesia-ortodoxa.html www.fluvium.org Frente a la noción de Iglesia Ortodoxa se conoce muy poco, pero, se sabe que después del Catolicismo romano y las florecidas Iglesias de la reforma, la Iglesia Ortodoxa, es una de las tres locuciones más conformes de la tierra, sin embargo, por su carácter histórico el mundo cristiano no la conoce muy bien. Con respecto a ello, en este breve recorrido por el mundo ortodoxo se pretende dar respuesta a tan mayor expresión de lo que ella trae consigo, un mundo ortodoxo, exponiendo las cuatro partes (una Cronología, Fundamentos Teológicos, Aspectos de la Iglesia, Misterio y Mística) que trae el libro “La Iglesia Ortodoxa” de Oliver Clement, pues, en estas subdivisiones el libro va desarrollando paso a paso, un camino recorrido por los diferentes testigos y protagonistas que hicieron parte de la Iglesia Ortodoxa, mostrando la realidad y la teología que viven cada uno de los testigos que hacen o hicieron parte de el. “Una Cronología” que trae consigo un sin número de realidades que parten desde “la Iglesia ortodoxa en continuidad con la Iglesia primitiva”, donde se muestra la importancia del ministerio profético, y el desarrollo intelectual que se poseía en este tiempo, pasando por los “Siete Concilios Ecuménicos” (Nicea 325, Constantinopla 381, Éfeso 431, Calcedonia 451 Constantinopla 553, Constantinopla 680 y Nicea II 787) en el que se desarrolló diferentes problemáticas como, el Homoousius, Thèotokos, la humanidad de Cristo, etc. Seguidamente “El Cisma entre el Occidente y el Oriente cristianos”, consistió propiamente en la separación religiosa, en problemas como la procesión del Espíritu Santo, a lo que el Concilio de Nicea y Constantinopla responde de manera deliberativa. Por otro lado, “Problema de la Sinfonía” los dos poderes del emperador (emperador y sacerdote) esto rechazado por el pueblo y el clero, en donde, “La misión Bizantina y el nuevo universo ortodoxo” liderada por Bizancio, pasa de ser perseguida la Iglesia, a formarse en uno de los auges más importantes de la historia, pues el surgimiento de monasterios hizo de la historia un desarrollo eclesial, dándole importancia a un nuevo universo ortodoxo.

Por otro lado, “Tras la caída de Constantinopla: los siglos del repliegue (XVI – XVIII)” es un tiempo en el que la Ortodoxia sufre de manera trágica, pues, los patriarcas son atrapados por la inestabilidad y la corrupción de la política, pero, a partir del “Siglo XIX” y “El Siglo XX”, la ortodoxia renovada, elabora una cosmología eclesial, desarrollada en el campo de la sabiduría de Dios, donde produjo en sí una violenta respuesta por el mundo ateo, trayendo consigo persecuciones, muertes y fracasos durante este tiempo, de donde surge la pregunta ¿Dónde están los ortodoxos? La segunda parte del libro “Los Fundamentos Teológicos” van dando noción a lo que trae consigo la Iglesia Ortodoxa, pues está, en su desarrollo histórico nos va mostrando la importancia de una teología ligada a la transcendencia, a partir de la creación (Gen 1ss”), la caída, el recogimiento y la glorificación hacia Dios, expuestos a partir a partir, de “Una teología vivida” como lo da a conocer el apartado del Capítulo I de la segunda parte del libro. Pues, “Por la muerte ha vencido a la muerte” palabras que son expuestas desde san Irineo Padres de la Iglesia hasta hoy, son en sí, un desarrollo histórico – teológico que se ido convirtiendo en el eje central del mundo Ortodoxo, en donde, “La Madre de Dios”, “La Encarnaciòn”, “La Redenciòn y Deificaciòn”, “El Cuerpo glorioso”, “La Iglesia y el Universo”, y por ende, “La Cosmologìa Ortodoxa” son el fruto de misticismo religioso que va en búsqueda de respuestas que ayudan al mundo ortodoxo hacia la santidad, pues fortalecidos por el “Rey Celeste, Paráclito” da a entender de manera precisa su sentido Ortodoxo pentecostal, en el que la ortodoxia ha tomado del Nuevo Testamento lo dado a conocer por el pueblo cristiano, pueblo de reyes, de sacerdotes y profetas, en el que salvaguarda la Verdad, desde un carácter sacramental. Por consiguiente, las “Energías Divinas”, y “La Trinidad y la antropología trinitaria” van desarrollando una sistematización a partir de un “Dios oculto y Dios revelado” que se manifiesta en un “Vocabulario Trinitario” tres personas y una sola naturaleza o esencia, en donde el hombre es participe de dicha revelación trinitaria formando en sí una “Comunión existencial y participación ontológica” en el que realmente more el misterio trinitario a partir de la imagen de Dios en el hombre vaya en si trascendiendo hacia un conocimiento Trinitario del Creador, a ello, la “Antropología ortodoxa” constituye el fundamento de toda antropología cristiana el Hombre es imagen de Dios y debe imitar su perfección. En la tercera parte del libro “Aspectos de la Iglesia” se muestra el desarrollo de como la Iglesia se da a conocer como el sujeto de la historia, como la matriz del Reino, en el que participa activamente del misterio trinitario, así mismo, de manera cristológica, Cristo como cabeza de la Iglesia va mostrando en la “ La Iglesia, sacramento de los sacramentos” el misterio que constituyen estos en la Iglesia, teniendo como base o principio la auténtica tradición ortodoxia, la unión del obispo como pastor de su rebaño local, y su pueblo, teniendo como máxima la unión de “La Iglesia local y la Iglesia universal” como plenitud en Cristo. Por otro lado, el cristiano se va incorporando en la Iglesia en la medida que reconozca que Cristo es el sumo bien en el que se desarrolla toda la plenitud

humana, y vaya ampliando los diferentes misterios o sacramentos de manera coherente. De igual modo, al ir desarrollando “El sacramento del sacerdocio regio” podrá en sí dar respuesta al misterio trinitario desde la evangelización con el otro y así mismo, de manera personal desde “El profetismo apostólico” y demás discernimientos espirituales que provengan del sentido pneumático, desafiando, mostrando y respondiendo sabiamente a los intereses individuales y problemáticas del momento. Finalmente, la cuarta parte del libro “Misterio y Mística” consta de tres capítulos que son de suma importancia traerlos a colación, el primer capítulo “Poder de la liturgia” desarrolla como punto de partida la importancia que ha tenido la liturgia desde el rito bizantino en que constituye una grandiosa síntesis de Oriente y Occidente, a luz y de vida juanistas el que “ Carácter comunitario de la liturgia” sea más orante, litúrgico, sacramental y sobre todo que sea en pro del misterio pascual. Ahora bien, el segundo capítulo “Los Iconos” nos muestran el fundamento que posee estos al hacer parte integral de la liturgia y el rostro de Cristo como principio de la misma, es para la Iglesia ortodoxa, no hecha por mano de hombre, pues desde una perspectiva escatológica, el rostro de Cristo muestra la eternidad y el secreto que Dios contempla y cuya realización consiste la vocación del hombre y es acá donde el misterio del icono se hace presente a través de los espacios espirituales, los ángeles, los apóstoles, los mártires, y demás espacios que conforman la composición central de un templo. Por último, el tercer capítulo, “La espiritualidad” se va adentrando en como la ortodoxia es inseparablemente sacramental y neumatológica, pues desde la imitación de Cristo, aparecerá todo como una integración sacramental que permite al hombre llegar a ser portador de la Cruz y portador de espíritu. Teniendo como base esto, la Iglesia ortodoxa tiene una sola espiritualidad, y es la espiritualidad monástica, basada en el desarrollo primordial de la espiritualidad contemplativa, teniendo como argé “La luz y el amor” penetrado por Cristo transfigurado, en pro de una santidad. A modo de conclusión, la Iglesia ortodoxa es considera también como la una, santa, católica y apostólica, y así mismo, ella hace la invitación a que cada uno parta de la interiorización dada desde e misterio trinitario y no desde la división dada por los hombres.

IGLESIA DISCIPULOS DE CRISTO HISTORIA La Iglesia cristiana Discípulos de Cristo, es una denominación cristiana que cuenta con aproximadamente 1.1 millones de miembros en los Estdos Unidos, Canadá, reino Unido y muchas otras partes del mundo. Esta Iglesia nace a comienzos del S. XIX, entre los años 1804 al 1849; a partir de un movimiento de restauración y como unión de dos movimientos que buscaban restaurar el cristianismo primitivo como tal, tomando de base el Nuevo

Testamento, de donde toman forma muchas de sus creencias y prácticas características de la Iglesia. FUNDACIÓN El primero de estos movimientos fue organizado en el estado de Kentucky por un ministro presbiteriano llamado Barton W. Stone (1772-1844). Stone llegó a la Universidad queriendo formarse, estando ahí conoció al predicador James McGready, quien al hablar del amor de Dios, hizo que el joven Stone quedara fuertemente impresionado; a partir de ahí comenzó a participar de encuentros de avivamiento; apartir de ahí se ddedicó al ministerio cristiano, tomando como base la Sagrada Escritura; Stone tenía un axioma, que procuró vivir con toda fidelidad: “Ser salvo es bueno, predicar la salvación es mejor”. Estando en la Iglesia presbiteriana, comprendía que el cristianismo no podía dividirse en fracciones, además no estaba de acuerdo con algunos puntos doctrinales del presbiterianismo, el problema del bautismo le preocupaba hondamente, además del tema de la salvación del hombre, la Iglesia presbiteriana de ese entonces enseñaba un Calvinismo radical: «El hombre es un ser depravado; absolutamente nada puede hacer para obtener la salvación. Ha de esperar a que Dios se digne pensar en él y lo incluya en el grupo de los elegidos. Si no lo hace, el hombre no tiene alternativa posible se condena sin remisión». Frente a estas posiciones oscuras, Stone y otros líderes presbiterianos sostenían que Dios quiere la salvación de todo el género humano y que el Evangelio es poder de salvación para todos. Ante estas ideas el sínodo de la Iglesia presbiteriana decidió la separación de Stone por su negativa de volver a las doctrinas de la Iglesia; ante eso Stone sigue predicando pero ya sin la dirección de la Iglesia Presbiteriana. Aboga por una forma de vida conforme al Nuevo Testamento; por eso en 1804 funda la “iglesia cristiana” reflejando el deseo de ser simplemente cristiano. Thomas Cambpell y su hijo Alexander Campbell El segundo grupo fue fundado por Tomás Campbell (1763-1854) y su hijo Alexander (1788-1866). Estos eran inmigrantes provenientes de Irlanda. Buscaban la restauración doctrinal y espiritual de la Iglesia del Nuevo Testamento. En 1811 los Cambpell junto con unos amigos se dan cuenta que para que avance su asociación cristiana y poder predicar el Evangelio, debían de tener lineamientos de Iglesia local; por lo cual acordaron en constituirse Iglesia local y celebrar la cena del Señor tal como fue instituida por Cristo. Tomás Cambpell fue nombrado anciano y su hijo le fue facultado para predicar; este grupo inició la práctica del bautismo por inmersión, por creer que fue la práctica primitiva de la Iglesia del Nuevo Testamento.

Estos dos grupos con ideas tan similares, tanto uno como otro perseguían la vuelta al Cristianismo primitivo y dirigirse solo por la Palabra de Dios; ambas fuerzas que tenían estrechas relaciones decidieron unirse finalmente el 24 diciembre de 1831 en Kentucky. A la muerte de los líderes, en especial a la muerte de Alexander Campbell, había una falta de estatutos, código o confesión de fe que unificara los principios doctrinales y eclesiásticos, las Iglesias surgidas del Movimiento de Restauración tenían como única norma para su funcionamiento la propia Biblia. Pero pese a las buenísimas intenciones de sus lectores, la Palabra de Dios ha estado expuesta a constantes y distintas interpretaciones, se ponen en lucha entre sí las partes más conservadoras, con aquellas que adoptan formas más radicales. Las tensiones se fueron acumulando a lo largo de varios años. Se sucedían las discusiones entre los dirigentes; debates en torno a puntos doctrinales en ocasiones insignificantes; enfrentamientos entre congregaciones vecinas. Hacia finales del siglo la situación hizo quiebra. Al no existir una jefatura central con capacidad decisoria, toda vez que las iglesias eran jerárquicamente independientes, unidas sólo por lazos espirituales y conceptos religiosos afines. Finalmente, a principios de nuestro siglo, el año 1906, se produjo la definitiva escisión del Movimiento de Restauración en dos colectividades. Los más apegados a las doctrinas del Nuevo Testamento quedaron con el nombre «Iglesias de Cristo». La otra parte adoptó el nombre «Discípulos de Cristo» y se constituyó en organización jerarquizada. Se presentan otras causas de división, esencialmente fueron tres: el clima de controversia surgido a raíz de la guerra civil en Estados Unidos, la introducción de instrumentos musicales en el culto de adoración y el establecimiento de una sociedad misionera. Los historiadores están de acuerdo en que la causa principal que hizo estallar el conflicto civil en Estados Unidos en la primavera de 1861, y que duró cuatro años, fue el tema de la esclavitud. El enfrentamiento entre los abolicionistas del norte y los esclavistas del sur traducía la oposición existente entre una sociedad industrial que buscaba el desarrollo de la economía por estos medios y una sociedad de plantadores aristócratas que había optado por una producción masiva de base agraria impulsada con la mano de obra barata de los esclavos. Las amargas contiendas de aquellos años afectaron considerablemente la vida religiosa del país. La polémica hizo inevitablemente mella en las Iglesias que formaban el Movimiento de Restauración. La amargura que dejaron en los corazones aquellos cuatro años de luchas sangrientas entre hijos de una misma nación hirió también el corazón de la Iglesia y dividió a los hijos de Dios. La introducción de instrumentos musicales en el culto de adoración de la Iglesia motivó una de las más encolerizadas polémicas padecidas por el movimiento de Restauración. Cuando las iglesias integradas en el Movimiento fueron perfilando con claridad sus principios doctrinales, hacia la segunda mitad del siglo XIX, los instrumentos musicales fueron rechazados del culto. Los «Discípulos de Cristo,

como decidieron llamarse, tomaron sus instrumentos musicales y su Sociedad Misionera y emprendieron un nuevo camino». Las Iglesias de Cristo continuaron sin admitir instrumentos musicales en el culto, por entender que la Iglesia primitiva utilizaba sólo la melodía vocal, el corazón como instrumento de adoración. El establecimiento de una organización central para impulsar y controlar las actividades misioneras del Movimiento fue un tercer factor desencadenante de la división. Tanto Stone como Thomas y Alexander Campbell fueron partidarios fervientes de la evangelización. Los bandos enfrentados en 1906 asumieron posiciones extremas. Los Discípulos de Cristo decidieron mantener las diferentes Sociedades misioneras, en tanto que las Iglesias de Cristo renunciaron a este tipo de organizaciones. Sus esfuerzos misioneros, que han logrado el establecimiento de Iglesias en todo el mundo, han partido de las congregaciones locales y han estado supervisados por los Ancianos de estas congregaciones. Hacia 1935, el sector liberal de los Discípulos de Cristo se disgregó del cuerpo conservador y adoptó el nombre de Iglesia Cristiana. El Movimiento de Restauración religiosa iniciado por Stone y los Campbell se halla actualmente dividido en tres grandes cuerpos: Iglesias de Cristo, Discípulos de Cristo e Iglesias Cristianas. ENSEÑANZA DOCTRINAL Sustancialmente concuerdan con todas las iglesias evangélicas, aceptando los Discípulos de Cristo la inspiración divina de las Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento, la suficiencia plena de la Biblia como revelación de la voluntad de Dios y norma de vida, la revelación de Dios en la Trinidad, la gloria divina de Jesucristo como Hijo de Dios, su encarnación, doctrina, milagros, muerte por el pecado, resurrección, ascensión y coronación; la personalidad del Espíritu Santo y su misión divina para convencer al mundo de pecado, justicia y juicio y consolar y santificar al pueblo de Dios; la separación del hombre de su Hacedor y la necesidad de fe, arrepentimiento y obediencia para salvación; la obligación de las ordenanzas divinas del bautismo y la Cena; el deber de observar el día del Señor en memoria de la resurrección de Jesús; la necesidad de santidad por parte de los creyentes; la designación divina de la Iglesia de Cristo, compuesta de todos aquellos que por la fe y obediencia confiesan su nombre, con sus ministros y servicios para la edificación del cuerpo de Cristo y la conversión del mundo; la plenitud y gratuidad de la salvación que está en Cristo para todos los que la aceptan sobre la condición del Nuevo Testamento; el juicio final, con la recompensa de los justos y castigo de los malos. Sin embargo, los discípulos de Cristo tienen su posición distintiva: (1) En su apelación por la restauración. Otros han procurado reformar la Iglesia. Los Campbells y sus colaboradores procuraron restaurar la fe, espíritu y práctica del cristianismo de Cristo y sus apóstoles, tal como se encuentran en las páginas del Nuevo Testamento. La necesidad no era reescribir ningún credo existente o

reformar ningún cuerpo religioso existente, sino saltar por encima de todos los credos y concilios, de todas las sectas y escuelas desde los días de los apóstoles, y tomar la obra como fue dejada por los hombres inspirados. Creer y no hacer otra cosa que lo mandado por nuestro Señor y sus apóstoles, que es infaliblemente seguro, y por eso hasta el día de hoy los Discípulos continúan contendiendo por la palabra de Cristo y el cuerpo de Cristo, tal como eran en el principio. (2) En el rechazo de los credos humanos. Ellos afirman permanecer estrictamente sobre el principio protestante original: la Biblia, toda la Biblia y nada más que la Biblia, la religión de los protestantes. Afirman que las Sagradas Escrituras tal como fueron dadas por Dios son la regla de fe y práctica y ley para el gobierno de la Iglesia y que los credos y confesiones humanos surgen de controversias y tienden a la división y a la contienda. (3) En el énfasis puesto sobre la filiación divina de Jesús. En lugar de todas las confesiones humanas exaltan la que hizo Pedro: "Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo." "¿Qué penséis del Cristo?" Es la gran pregunta. "Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo" es la gran respuesta. "Sobre esta roca edificaré mi Iglesia" es el gran oráculo. (4) En su división de la palabra. Creen que "los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo", aunque no contemplan al Antiguo y al Nuevo Testamento de igual autoridad para los cristianos. "Dios, que en tiempos pasados y en diversas maneras habló a los padres por los profetas, ha hablado en los últimos días por su Hijo." Se hace una clara distinción entre la ley y el evangelio, el antiguo y el nuevo pacto, afirmándose que el Nuevo Testamento es una constitución para la adoración, gobierno y disciplina de la Iglesia del Nuevo Testamento como lo fue el antiguo pacto para la Iglesia del Antiguo Testamento. (5) En la apelación para los nombres del Nuevo Testamento dados a la Iglesia y a los seguidores de Cristo. Como esposa de Cristo, la Iglesia debería llevar el nombre del novio. Los nombres parciales perpetúan el espíritu de partido: "Pues mientras uno dice, yo soy de Pablo y otro dice, yo soy de Apolos, ¿no sois carnales?" Los Discípulos no niegan que otros sean cristianos o que otras iglesias sean iglesias de Cristo. Ellos no afirman ser la Iglesia de Cristo ni siquiera una Iglesia de Cristo. Ellos simplemente desean que los cristianos sean uno y que sus iglesias sean iglesias de Cristo, de ahí que repudian el nombre de "campbellistas". (6) En cuanto a la obra del Espíritu Santo en la conversión. Aceptan la personalidad divina del Espíritu Santo y sostienen que en cada caso la regeneración es comenzada, continuada y perfeccionada por su agencia, afirmando los Discípulos que la palabra es instrumento, el pecador no es pasivo en ningún sentido, que la regeneración no es un milagro, que el evangelio es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree y que los hombres deben escuchar, creer, arrepentirse y obedecer el evangelio para ser salvados.

(7) En cuanto al bautismo cristiano. Reconocen a Cristo sólo como rey, sólo su palabra autoritativa y obligatoria sobre la conciencia y encontrando, al volver al orden instituido por Jesús y los apóstoles, que el mandato del bautismo para remisión de los pecados y administrado mediante una sepultura con Cristo es uno de los puntos del sistema original divino, contra todos los sistemas humanos. Nunca han enseñado la regeneración bautismal. Ellos simplemente insisten sobre el propósito del bautismo expuesto en los testimonios divinos: Marcos 16:16; Hechos 2:38; 22:16. Darán la inspirada respuesta a la pregunta: "Hermanos ¿qué haremos?" No demandarán otro prerrequisito para el bautismo que la confesión de corazón en el Cristo personal viviente. Enseñarán al creyente penitente a buscar por la obediencia la seguridad del perdón divino y el sometimiento bíblico a la autoridad de Cristo y no a una sensación, visión, o especial revelación para encontrar evidencia de la aceptación por Dios. (8) En cuanto a la Cena. Los Discípulos sostienen primeramente la observancia semanal de esta ordenanza santa en todas sus asambleas. De la Iglesia en Troas leemos: "El primer día de la semana, cuando los discípulos se reunieron para partir el pan, Pablo les predicó..." y siguiendo este modelo apostólico, los Discípulos enseñan que la Cena del Señor debería ser celebrada por el pueblo del Señor cada día del Señor; y en segundo lugar subrayan y exaltan esta institución, no como sacramento, sino como memorial; un acto de adoración en el que todos los cristianos pueden unirse y del cual ellos no tienen derecho a excluir a ningún sincero seguidor de nuestro común Señor. (9) En cuanto al día del Señor. Con los Discípulos no es el sábado, sino una institución del Nuevo Testamento consagrada por el ejemplo apostólico y observada en recuerdo gozoso y amoroso de la resurrección del Señor Jesús. (10) En cuanto a la Iglesia. Los Discípulos creen que la institución edificada por Cristo, inaugurada por los apóstoles en Pentecostés bajo la guía especial del Espíritu Santo, establecida sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Jesucristo la piedra angular, es una institución divina; las denominaciones como ramas de la Iglesia son anti-escriturales y anti-apostólicas; y que el nombre y espíritu de la secta y la vida de la secta deberían en cada caso dar lugar a la unidad del Espíritu y a la unión y cooperación que distinguió la Iglesia del Nuevo Testamento Bibliografía  Clement, O. (1990). LA IGLESIA ORTODOXA. MADRID: Publicaciones Claretianas.

Fuentes electrónicas: https://www.oikoumene.org/es/familias-de-iglesias/disciples-of-christ-churchesof-christ http://councilonchristianunity.org/history/ http://www.mercaba.org/Rialp/D/discipulos_de_cristo_secta_protestante.htm http://www.iglesiapueblonuevo.es/index.php?codigo=enc_discipulosc