Humboldt 157 Es

Humboldt 157 Protesta 2.0 Una pUblicación del Goethe-institUt Humboldt 157 / Protesta 2.0 Editorial Isabel Rith-Magni

Views 168 Downloads 0 File size 2MB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Humboldt 157

Protesta 2.0 Una pUblicación del Goethe-institUt

Humboldt 157 / Protesta 2.0 Editorial Isabel Rith-Magni y Ulrike Prinz 3 Christoph Neuberger y Manuel Wendelin La transformación estructural de la vida pública 2.0 5 Raul Zelik ¿Revoluciones Facebook? 8 Hadija Haruna Protestas en la red 11 Gerhard Schulze El manifestante 14 Rery Maldonado Aquí estamos 18 Richard David Precht y Stéphane Hessel Utopías peligrosas y necesarias 21 José-Pablo Jofré “–¡¿Dónde está la izquierda?! –¡Al fondo a la derecha!” 25 Christoph Bartmann “Utopia for our Time” 29 Maximilian Probst El buque fantasma 32 Timo Berger Los sin miedo 34 Guiomar Rovira Sancho El teclado del subcomandante Marcos 37 Camilo Jiménez David contra Goliat 40 Óscar Calavia La “high tech” de los indios 43 Astrid Ulloa Pueblos indígenas, representaciones y tecnología en Colombia 46 José Aníbal Campos Atrapados por la red 48 Evgeny Morozov Dictadores inteligentes 51 Rosana Hermann – (@rosana) Nosotros, los que movemos el mundo 53 Inke Arns Los Jonathan Swift de la generación Jackass 56 Ana Longoni La intervención creativa para la movilización política 59 Anja Junghans y Benjamin David El descubrimiento del espacio públicointermedio 62 Geraldine de Bastion ¿Red global o campo de juego elitista? 65 Rike Bolte TransVersalia 68 Rilo Chmielorz Memoria: hablar // callar 71 Ulrike Prinz y Thomas Meinecke Tras las huellas de Hubert Fichte en Salvador de Bahía 74 Alberto Acosta La naturaleza con derechos 77 Markus Lanz Arquitectura para todos: construyendo ciudadanía 81 Ilse Poljansek EntreMundos: Gundula Schulze Eldowy 84 Pie de imprenta 86

Humboldt 157 Goethe-Institut 2012

Isabel Rith-Magni y Ulrike Prinz

Protesta 2.0

3/86

Protesta 2.0

Nasan Tur (1974, vive en Berlín), Time for Revollusion, 2008. Foto: cortesía de Nasan Tur. © VG Bild-Kunst, Bonn 2012

Facebook, Twitter, YouTube y los blogs de la red, los medios de comunicación social, han desatado una auténtica vorágine en nuestro mundo. Si hasta no hace mucho aún se lamentaba la apatía política de la juventud, hoy día la inteligencia del enjambre hace temblar a las altas jerarquías y a los dictadores. “El pueblo” pide la palabra. Esto se ha puesto de manifiesto, en su dimensión más dramática, en las luchas por la libertad de la Primavera Árabe, que partiendo de Túnez han afectado a casi la totalidad de Oriente Próximo y al norte de África, y han sido bautizadas también como “revolución Twitter” o “revoluciones Facebook”. En ellas muchos miles de per-

sonas luchan contra regímenes autoritarios y corruptos, así como contra injustas situaciones políticas y sociales. También en los Estados Unidos y en toda Europa –en particular en España, azotada por la crisis– las masas se movilizan y ocupan las plazas: ¡Somos el 99 por ciento! ¡No nos vamos a callar! ¡Estamos indignados! Estamos inmersos en una “Revollusion” (imagen del editorial de Nasan Tur), que despierta asociaciones con re-volución, e-volución, retroceso, avance. El papel de los medios de comunicación social en estos ingentes movimientos de masas es indiscutible, como indiscutible es también su influencia en el con-

Isabel Rith-Magni y Ulrike Prinz Protesta 2.0

junto de nuestra sociedad, y todavía no se puede predecir qué derroteros tomará. En este número, “Protesta 2.0”, indagamos en el efecto de la revolución digital en nuestra sociedad, en las modificaciones que introduce en nuestro comportamiento y nuestra manera de pensar, así como en las novedades que se vislumbran en el ámbito de interacción de los medios digitales de comunicación, los movimientos cívicos y las estrategias artísticas. Internet une y libera, favorece la igualdad y la transparencia, y conduce a una participación más directa y democrática de base, sin jerarquías. La red permite un intercambio interactivo, directo y sin filtros, en paridad de condiciones, según los más eufóricos. Un mayor uso de la red conduciría, por tanto, de manera automática a una mayor democracia. “Somos jóvenes, estamos superconectados. ¿Nos hace eso superdemokraticos?”, pregunta Rery Maldonado. Camilo Jiménez refiere cómo los activistas de Internet mexicanos luchan contra la corrupción y la mafia de la droga protegidos por el anonimato que ofrece la red. La escena bloguera, interconectada a nivel global, está en auge, y cada quien puede postear sin censuras su opinión, salvo en unos pocos países, cuyas estrategias informativas no toleran la nueva polifonía y resultan tan anacrónicos como dinosaurios en el moderno flujo de datos. Otros ven la más reciente evolución con escepticismo. Así, Evgeny Morozov constata que los dictadores son asimismo capaces de aprender, y persiguen a los disidentes en Internet empleando contra ellos los métodos de quienes luchan por la libertad. También se manifiesta críticamente Raul Zelik, que considera que a lo sumo la técnica puede apoyar la revolución, pero sólo la hacen posible el encuentro personal, la empatía y la solidaridad. Optimistas y pesimistas los hay igualmente entre quienes observan el trato y el empleo de la comunicación de alta tecnología en las comunidades indígenas: en México, en el Amazonas o en la Sierra Nevada de Santa Marta (Colombia). ¿Y qué hace el arte? ¿Se pone al servicio de la revolución de Internet o logra poner la revolución a su servicio? Inke Arns comprueba que muchas ideas que en la actualidad llegan a un público global en el contexto de las redes sociales no son en realidad tan nuevas. Tal es el caso, por ejemplo, de la práctica actual del crowdfunding, con la que el grupo de artistas RTMark –después, The Yes Men– ya pudo financiar sus acciones subversivas en la década de 1990. Con sus “SurvivaBalls”, muestran irónicamente cómo se puede seguir contaminando sin escrúpulos el medio ambiente. En las acciones artísticas, por ejemplo los flashmobs convocados espontáneamente por medio de los teléfonos móviles, se trata asimismo de descubrir los “espacios intermedios” urbanos (Junghans y David). Iniciativas de tales formas de expresión performativas las ofrecen también grupos artísticos argentinos, que con métodos creativos desenmascaran a los actores de un pasado sellado a cal y canto. Los llamados “escraches” tienen como objeto sacarlos a la luz. En cambio, en el caso de Julius Popp el objetivo es visibilizar la propia comunicación virtual, su transformación en esculturas analógicas. En su instalación bit.fall se van filtrando con la ayuda de un ordenador las palabras más empleadas en la red: que a modo de

Humboldt 157 Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0

4/86

gotas de agua se precipitan hasta el suelo ante los ojos del observador. Tal y como han puesto de manifiesto las ocupaciones de plazas en todo el mundo, el nuevo activismo político y artístico no se puede tachar de “activismo de sofá”, o slacktivism, que limita la participación democrática a un clic de ratón. Al contrario: el camino conduce desde el monitor de casa a la plaza pública. Y allí, los manifestantes renuevan y amplían continuamente sus estrategias creativas para llamar la atención. Y es más: en sus reportes resuena la experiencia colectiva, el sentimiento de ser fuertes conjuntamente, ya sea en la plaza Tahrir, en el parque Zuccotti o en la plaza del Sol. Es la vivencia de la comunidad, de la communitas: lo que los etnólogos Arnold van Gennep (1873-1957) y Victor Turner (1920-1983) describieron como estadio de suspensión dentro de los ritos de paso y que suprime las estructuras estáticas cotidianas. En este sentido, los campamentos de los ocupantes de las plazas se convierten en el espacio de transición a un mundo opuesto en el que las jerarquías y las pertenencias sociales no tienen cabida. En el esquema de Van Gennep y Turner, ese estadio, limitado temporalmente, conduce a una nueva estructura. ¿Qué aspecto adoptará? ¿Qué será de las formas de protesta igualitarias de los “revolucionarios de Facebook”, a quienes Christoph Bartmann achaca un cierto factor de hippismo? ¿Se impondrá finalmente su manera de entender la democracia y la coparticipación? ¿Subsistirá la inteligencia del enjambre sin un cabecilla? ¿O quedará todo en una utopía inalcanzable, después de que los campos de protesta fueran desmantelados este invierno y de que todos hayan vuelto a ponerse delante de su ordenador?

Copyright: Goethe-Institut e. V., Humboldt Redaktion Junio 2012 Traducción del alemán: Virtudes Mayayo Información adicional sobre la ilustración: La expresión “Time for Revolution” (Tiempo de revolución) se emplea en varios contextos. Se puede ver en títulos de libros, nombres de canciones, temas de congresos, tesis doctorales, títulos de obras de arte, y aparece escrita en millones de fachadas en ciudades de todo el mundo. “Time for Revolution” se ha convertido en sinónimo de búsqueda de cambio. Cambio a un estado social o político diferente o cambio que altere sólo modestamente nuestra vida cotidiana. Pone en tela de juicio a las autoridades y busca una nueva y mejor alternativa. El rótulo de neón “Time for Revollusion” es una leve modificación de la expresión establecida. Mantiene su contenido básico, pero el fallo ortográfico abre un espacio para una nueva lectura de esta expresión. Pone de relieve una autorreflexión crítica del mensaje que en realidad propaga. (www.nasantur.com)

Christoph Neuberger y Manuel Wendelin

Humboldt 157 Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0

5/86

La transformación estructural de la vida pública 2.0

¿Traerá la era digital más participa-ción ciudadana o una disgregación de la vida pública? Habermas reloaded.

Segovial, 2009, proyecto de “Malinche“, dirigido por Thomas Engelbert. Instalación en OxigenArte 09, Segovia. © Malinche/ Thomas Engelbert. Foto: Thomas Engelbert y Xavi Muñoz

Hace exactamente medio siglo, en el año 1962, apareció el libro de Jürgen Habermas Historia y crítica de la opinión pública. La transformación estructural de la vida pública. Ninguna otra obra ha tenido mundialmente tanta influencia en la discusión sobre lo público como la tesis de habilitación del erudito de Marburgo. Habermas analizó el surgimiento de una esfera pública burguesa en el siglo XVIII: la discusión entre ciudadanos con los mismos derechos, que analizaban críticamente cuestiones de interés público, era para él la imagen ideal de la vida pública. Más tarde, según Habermas, se produjo una apropiación de lo público por parte de fuerzas políticas y económicas. En la prensa y la

radio, asimétricos medios de comunicación de masas, se privó a los ciudadanos de participar de forma libre y espontánea en los debates públicos. En realidad, podría suponerse que Habermas celebraría la aparición de Internet: nunca antes un medio había hecho tan fácil la amplia participación de los ciudadanos en la comunicación pública. Sin embargo, para Habermas el único mérito de Internet es que permite evitar la censura en Estados autoritarios. Por el contrario, cuando se trata de Estados liberales, se muestra más bien escéptico: Internet fomenta la igualdad, pero origina una fragmentación del público debido a la inabarcable abun-

Christoph Neuberger y Manuel Wendelin La transformación estructural de la vida pública 2.0

Humboldt 157 Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0

6/86

dancia de la oferta. A su juicio, la red no puede oponer nada a gencias. La Primavera Árabe ha demostrado que Internet es un las fuerzas centrífugas, ya que no hay intermediarios periodísti- medio adecuado para la coordinación y la realización de protescos que seleccionen, redacten o sinteticen las noticias dispersas. tas: en Túnez y Egipto los manifestantes utilizaron (con éxito, a Con este análisis, Habermas sin duda subestimó el radical pesar de los intentos de los gobernantes de controlar Internet) cambio mediático que supone Internet y su potencial público. La Facebook, Twitter, YouTube y blogs para informar al extranjero y esperanza de una mayor y más eficaz participación de los ciu- para sacar a la calle a sus conciudadanos. Pero Internet era sólo un escenario de las protestas: la predadanos en la comunidad política que, desde mediados de los años noventa, se asocia con Internet, no ha sido vana. Sobre sencia de los manifestantes en las plazas y la información de todo medios de comunicación sociales como Facebook, Twitter, medios de masas más antiguos, sobre todo la televisión, fueron YouTube y los blogs han contribuido a que los usuarios de Inter- como mínimo igual de importantes. Internet tuvo también un net no sean sólo receptores sino asimismo emisores. En Internet papel muy relevante en otros movimientos políticos, por ejemlos ciudadanos tienen más posibilidades de desarrollar un con- plo en el Occupy Wall Street o en protestas locales, como en el trapoder mediante la crítica pública: pueden descubrir interacti- caso de Stuttgart, donde los enemigos y los partidarios de la vamente sus intereses políticos comunes y coordinar su acción construcción de una estación de ferrocarril se organizaron a trapública a través de peticiones, protestas y boicots. En el caso de vés de medios de comunicación sociales. plagio del ministro de Defensa alemán Karl-Theodor zu GuttenEl acceso técnico a lo público se ha vuelto más fácil, pero berg, que acabó con su dimisión, los usuarios de Internet busca- eso no quiere decir ni mucho menos que se nos tome en cuenron conjuntamente en una wiki fragmentos plagiados en la tesis ta o tengamos alguna resonancia. También en Internet unos pocos proveedores concentran la mayoría de los usuarios, miendoctoral de Zu Guttenberg. Internet reúne una gran cantidad de información y todo el tras que numerosos sitios web en la long tail de Internet son espectro de las opiniones. Gracias a ello, en principio, aumen- visitados muy rara vez. Esto nos lleva a las siguientes preguntan la transparencia y la posibilidad de trabar conocimiento con tas: ¿hasta qué punto es permeable la esfera pública en Interdistintos temas y posiciones. Pero es cierto que también pue- net? ¿Qué posibilidades hay de que temas y opiniones se muede ocurrir lo contrario. Ésta es la objeción que expuso asimis- van también “de abajo arriba”? El movimiento “de arriba abajo” mo Habermas: la tesis de la fragmentación afirma que en Inter- es sin duda también dominante en Internet, como muestran munet la opinión pública se desintegra porque, debido a la cantidad chos estudios. Los temas y las opiniones de los grandes sitios de la oferta y a la selección activa según los propios intereses, web periodísticos son retomados y difundidos por el público. Y la atención ya no se ve enfocada a temas concretos, como es el sin embargo la permeabilidad “de abajo arriba” en Internet es caso en los tradicionales medios de masas. Esto imposibilitaría mayor que en la prensa y la radio. Informes de testigos oculares, una agenda común, que es una condición necesaria para formar grabaciones de video explosivas y filtraciones de información una opinión pública que funcione. interna que pueden desencadenar escándalos tienen más posibiNo obstante, las investigaciones han mostrado una y otra lidades de alcanzar un público más numeroso. Internet no conduce automáticamente a un aumento de la vez que no hay grandes diferencias a la hora de juzgar la relevancia de los temas entre los conectados y los desconectados democracia. Para que así sea, una primera premisa es que los ni entre los que usan mucho o poco Internet. Además los análi- ciudadanos estén dispuestos a participar en las discusiones púsis de contenido indican que en los blogs y en Twitter la mayo- blicas. Pero esta disposición es ciertamente limitada: en el marría de las veces se retoman y se siguen discutiendo los temas de co de un proyecto de investigación de la Universidad Técnica los medios de masas. Esto es una prueba de que también en In- de Ilmenau, se observó exhaustivamente la participación de los ternet los temas son impuestos por los medios establecidos y ciudadanos en Internet entre los años 2002 y 2009. La concluque éstos contribuyen a que no se desintegre la opinión públi- sión fue que en Alemania sólo una pequeña minoría se expresa ca. Más justificada parece la preocupación de que en Internet políticamente en Internet. Este resultado confirma la preocupalos defensores de opiniones distintas ya no se enfrentan entre sí ción de que Internet agudice incluso la desigualdad social, porporque se forman grupos homogéneos de personas con las mis- que los que aprovechan sus posibilidades son sobre todo los mas ideas que se aíslan del resto. Faltan, pues, en Internet luga- grupos de población ya de por sí privilegiados. Algunos estudios res en los que se debata el discurso público. El gran desafío de sobre la tesis de la “escisión digital” dan a entender que el acceInternet es que esos discursos tengan lugar y que los adversa- so a Internet y la competencia en el uso del medio digital depenrios respeten las reglas del debate. Habermas ha establecido los den de factores tales como ingresos, educación formal y edad. Esto es válido tanto para la recepción como para la particicriterios que debe satisfacer el discurso público. Éstos son, además de un espíritu abierto a actores y temas, la consideración pación comunicativa. Por eso es de temer que se produzca una de los puntos de vista del otro, la racionalidad de la disputa y el profunda grieta en el tejido social no sólo en lo que se refiere a respeto mutuo de los adversarios. La pregunta de si estas exi- los conocimientos sino también a la participación. Estos mecagencias se pueden cumplir en Internet no se puede responder de nismos de exclusión no son nuevos: a la esfera pública burguesa manera general. Lo que sí es importante en todo caso es que los del siglo XVIII sólo tenía acceso una pequeña clase de hombres cultos y adinerados. < foros sean moderados por alguien. Hasta ahora Internet sólo ha servido, sin embargo, más bien para campañas de movilización de adeptos y para plantear exi-

Christoph Neuberger y Manuel Wendelin La transformación estructural de la vida pública 2.0

Copyright: Goethe-Institut e. V., Humboldt Redaktion Junio 2012 Autor: Christoph Neuberger (1964, Stuttgart) es catedrático de Ciencias de la Comunicación, especializado en la transformación de los medios de comunicación, en el Instituto de Ciencias de la Comunicación e Investigación de los Media de la Universidad Ludwig-Maximilian de Múnich. Estudia los cambios experimentados en la esfera pública y el periodismo debido a Internet. Autor: Manuel Wendelin es colaborador científico del Instituto de Ciencias de la Comunicación e Investigación de los Media de la Universidad Ludwig-Maximilian de Múnich. En su tesis se ocupó de la medialización de la esfera pública (2011). Traducción del alemán: Luis Muñiz Información adicional sobre la ilustración: Segovial plasma el rasgo de configuración urbana de Segovia mediante una estructura de tejido y cable suspendida encima de la plaza del Corpus. La interacción del sol durante el día revela la red de caminos, y la sombra que yace sobre el suelo dibuja un mapa básico de gran escala. En el campo de tensión entre lo material pero ilegible y lo inmaterial pero reconocible – un mapa de sombras proyectado a través del sol– se mueve la vida cotidiana. La estructura de un poblado, que surge a partir de la situación geográfica, topográfica y climática, figura como el retrato característico del mismo, un retrato de sus rasgos. Esta estructura de líneas viales, como si fuesen los mapas de arrugas, marca-das por la vida en la piel de las personas, o las venas y arterias del cuerpo, forma la red, que es base de la sociedad, la cual al mismo tiempo define su identidad. (http://segovial.blogspot.com/)

Humboldt 157 Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0

7/86

Humboldt 157 Goethe-Institut 2012

Raul Zelik

Protesta 2.0

8/86

¿Revoluciones Facebook?

Los medios electrónicos son sobrevalorados muchas veces, pero encierran potenciales contradictorios. Una revisión en base al ejemplo de Colombia.

“Marcha de los estudiantes por la Salud y Educación”, Colombia 2012. Foto y ©: Esteban Villegas Duque

Es un lugar común: los medios electrónicos y las redes sociales cambian la política y los movimientos sociales. Tuitear se ha convertido en una amplia forma de comunicación; con los “Piratas”*, han nacido en numerosos países europeos unos partidos que quieren ampliar las nuevas posibilidades de la comunicación electrónica para convertirlas en programa social, y a las sublevaciones de la Primavera Árabe se las llega a considerar “revoluciones Facebook”. Empatía de los encuentros humanos Pero existen buenos motivos para contradecir la euforia general. El sociólogo madrileño César Rendueles llamó la atención hace unos meses, en una entrevista publicada por el diario vasco Gara, acerca de las discordancias del discurso. Según Rendueles, en relación con el siglo XIX no se habla de “revoluciones del periódico [o del libro]” sólo porque los medios impresos jugaran entonces un papel central. Los movimientos sociales no derivan de los medios técnicos que usan, ni en Europa ni en el norte de África, donde sólo una minoría de la población tiene acceso a Internet.

Rendueles, miembro activo él mismo del movimiento español 15-M, explicó la nueva ola de protestas en su país como más bien antitécnica: “La gente salió a la calle porque estaba harta de comunicarse por la red y de insultarse en los foros”. En este sentido, los medios electrónicos es cierto que fueron de gran utilidad en el movimiento 15-M para organizar la protesta más allá de los partidos y los sindicatos. Pero no logran generar la empatía y la solidaridad que siguen constituyendo el núcleo de todo movimiento social. Ahora como antes, la empatía surge sobre todo de los encuentros humanos directos. Ilustración técnica y determinismo histórico En ese sentido, el entusiasmo por los medios sociales suele ser específicamente ingenuo. En el pasado se acusó –con bastante razón– a la izquierda marxista y a su “materialismo histórico” de que reducían la Historia a un proceso mecánico, en tanto en cuanto derivaban la realidad social del desarrollo tecnológico. Con la consagración de Face-book y Twitter como fuerzas sociales, ese determinismo histórico regresa con ropajes nuevos. Pero así no

Raul Zelik ¿Revoluciones Facebook?

Humboldt 157 Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0

9/86

consorcios mediales) le valió a Mockus un inesperado empuje de popularidad y lo convirtió en el más importante candidato de la oposición. Mockus pasó a ser así el símbolo de un movimiento ciudadano que reclamaba una alternativa a los aparatos partidarios clientelistas. Esta campaña estuvo sostenida por la participación de los usuarios de Internet, que en la red se transformaron en luchadores electorales y que se veían a sí mismos como un movimiento social. El ejemplo también muestra, sin embargo, los límites de una movilización semejante: el apoyo de los medios electrónicos (usados principalmente por las clases medias) no se tradujo en votos sino de una manera muy reducida. Contra las máquinas electorales de los grandes partidos, la “ola verde” no tuvo finalmente ninguna posibilidad: en la segunda vuelta decisiva, el candidato de los partidos tradicionales, Juan Manuel Santos, alcanzó 9 millones de votos, su contrincante alternativo, Mockus, Un botón de muestra: el ejemplo de Colombia Así pues, tuvo que contentarse con unos decepcionantes 3 millones. En los cambios en la política a través de medios electrónicos tienen este sentido, puede afirmarse que la “ola verde” se quedó en que discutirse a la vista de un ejemplo concreto. Intentémos- virtual, un fenómeno medial que en primera línea estuvo reducilo en el caso de Colombia: aun cuando la tasa de pobreza sigue do a las clases medias urbanas. siendo aquí igual de alta, y aunque por consiguiente la adquisiEl problema de la campaña electoral con medios sociales se ción de aparatos electrónicos queda reservada a una minoría, evidencia también en otro aspecto: la movilización en Internet los nuevos medios de comunicación han arribado aquí a la vida fue fugaz; el joven Partido Verde fue “mediatizado” como fuerza cotidiana. También en los barrios pobres dispone hoy la mayo- opositora pero prácticamente no estaba en condiciones de asuría de la población de teléfonos celulares, los cuales, equipados mir ese papel. Muy pocos meses después de la derrota electoral, con tarjetas prepago, no garantizan la libertad de comunicación, las corrientes principales del mismo entraron en conflicto, haspero al menos el hecho de ser accesibles (para el patrono, las ta el punto de que el ex candidato Mockus abandonó el partido. autoridades y los amigos). Y si es cierto que la mayoría no pue- De esta manera, los verdes colombianos también se quedaron, a de permitirse una computadora o una conexión a Internet, al nivel de organización, en virtuales. A pesar de ello tuvieron un menos los jóvenes tienen acceso a la red normalmente a través efecto muy real y problemático: desplazaron en la opinión púde bibliotecas, universidades, escuelas o cibercafés. A pesar de blica a otros movimientos opositores más asentados y a fin de todas las limitaciones, Facebook, Twitter o YouTube son parte in- cuentas hasta debilitaron de este modo a la oposición política. tegrante de la realidad social. Consecuentemente han cambiado también las vías de comu- Eficacia ambivalente Finalmente, como tercer ejemplo de nicación de la política. Eso se pone de manifiesto claramente en la digitalización de la política puede traerse a colación el movila estrategia comunicativa del ex presidente del país Álvaro Uri- miento estudiantil surgido en el 2011. A fines de ese año fueron be. El político medellinense, que a lo largo de ocho años condu- a la huelga todas las universidades públicas del país, como projo al país por un rumbo rígidamente derechista, usa los medios testa contra la reforma educativa planeada por el Gobierno de electrónicos desde el final de su mandato, a mediados del 2010, Santos, que quería forzar la privatización y la gestión empresapara influir en la situación política nacional. Casi a diario envía rial de los centros de estudios superiores. Después de seis sea sus más de 800.000 seguidores en Twitter varios comentarios manas de protestas, y teniendo presente el descenso de populabreves donde ataca duramente a jueces, políticos o periodistas ridad de su colega chileno Sebastián Piñera (provocado por una críticos. Aquí se muestra que el formato ejerce influencia sobre ola contestataria similar), el Gobierno de Santos se vio obligado el contenido, pues la concisión de los tuits recrudece por añadi- a retirar su plan de reforma. dura el tono agresivo del discurso de Uribe. También el movimiento universitario colombiano se valió esencialmente de los medios electrónicos. A pesar de que muMovilización a través de Internet Los medios electró- chas universidades se quedaron desiertas tras el anuncio de la nicos también les han abierto nuevas posibilidades a los movi- huelga, y la mayoría de los estudiantes permanecieron en sus mientos de oposición. Así, la campaña presidencial del ex alcal- casas, gracias a la red electrónica el movimiento estudiantil de verde de Bogotá Antanas Mockus en 2010 le debió su energía pudo activar unas asambleas generales y movilizar hacia las camovilizadora no en último término a dichos medios. Puesto que lles, en los días de protesta, más de cien mil personas. Sin los el Partido Verde de Colombia se fundó recién con motivo del ini- medios sociales, el movimiento se hubiera caído muy pronto. A cio de la campaña, y apareció en ella sin un programa político quienes estaban en sus casas, la comunicación digital les permiauténtico, Mockus entró en la carrera prácticamente sin disponer tió ponerse al día y participar puntualmente en las actividades. de una organización partidaria. La “ola verde” puesta en marcha Pero también aquí fue ambivalente el efecto de la digitalización. por los medios electrónicos (pero también apoyada por algunos Es cierto que las páginas de Facebook y los blogs evitaron la

sólo se sobrevalora el poder de los medios, sino que además se renuncia a cualquier crítica de la nueva técnica. A pesar de las posibilidades participativas de la Web 2.0, gracias a las cuales en principio cualquiera puede crear su propio blog y su propio dominio, el espacio electrónico es todo lo contrario de una estructura derelicta. Los consorcios mediales y las grandes empresas también tienen en la red más chances de hacerse oír que las iniciativas ciudadanas o las personas particulares. Y asimismo están a la orden del día, en la red, los filtros de contenidos, desde hace mucho y no sólo en los Estados gobernados autoritariamente. Empresas privadas como Face-book hacen uso de la posibilidad de bloquear páginas o desplazarlas de sus servidores, entretanto también por motivos políticos. La red es, eso sí, más permeable que los medios tradicionales, pero el espacio virtual no se encuentra por ello en absoluto fuera de la sociedad.

Raul Zelik ¿Revoluciones Facebook?

caída del movimiento e hicieron posible una coordinación de la protesta con otros movimientos latinoamericanos, pero simultáneamente también dieron fe de la actitud tendencialmente pasiva de la mayoría de los estudiantes. En las discusiones y actividades diarias participó una minoría cada vez más reducida. Al final, los medios digitales sirvieron menos para la participación que para la delegación de trabajo y de tareas. Chances… pese a los peligros En estos ejemplos se ve claramente que los medios digitales, como cualquier técnica, llevan con sigo potenciales contradictorios. Hacen posible la participación, unos procesos de decisión más horizontales y formas de organización más “fluidas”, pero encierran el peligro de que la participación se reduzca al acto virtual y que no surjan procesos de discusión y organización más estables. Qué potenciales se desarrollan más fuertemente depende, como siempre, de las personas, de las relaciones sociales y de los propios movimientos sociales. Los medios electrónicos abren ampliamente la puerta hacia una democratización real de la sociedad más allá de los Parlamentos, los partidos y los informes tecnocráticos, pero promueven también la fragmentación, la despolitización y la superficialidad. Para poder aprovecharlas productivamente, los movimientos sociales tienen que hacer uso de estas nuevas posibilidades sin confiar ciegamente en ellas. En primer lugar, como tantas veces, debe estar la capacidad crítica. Porque sólo quien entienda lo que la técnica significa para las relaciones de poder será quien pueda utilizarla de una manera emancipatoria. < El Partido Pirata surgió en Suecia en 2006 y ha dado lugar a la aparición de *partidos hermanos en decenas de países de todo el mundo. Los Piratas están en contra de las leyes de derechos de autor y de patentes, contra la violación del derecho de privacidad y a favor del intercambio de archivos sin ánimo de lucro.

Copyright: Goethe-Institut e. V., Humboldt Redaktion Junio 2012 Autor: Raul Zelik (1968, Múnich) es escritor y profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Nacional de Colombia. Sus puntos de interés regional se centran en Venezuela y Colombia. Ha escrito varios libros de divulgación, así como obras de ficción y narraciones para la radio. En 2011 se publicaron su novela El amigo armado y su libro de ensayo Tras el capitalismo. Perspectivas de la emancipación. http://www.raulzelik.net/ Traducción del alemán: Ricardo Bada

Humboldt 157 Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0

10/86

Hadija Haruna

Humboldt 157 Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0

11/86

Protestas en la red

Protestar contra situaciones injustas por correo electrónico o firmar una petición en la computadora: las redes de campañas online movilizan a millones de personas.

La campaña “Abschalten!” (¡Desconecten!), fue apoyada por Campact. © www.flickr.com/photos/campact. Foto: Christian Schlich

Activistas alemanes pretenden salvar el Yasuní, con ayuda de sobre la caza de las ballenas, la protección del clima o por una una campaña online. Pero las casi 125.000 firmas recogidas has- política mundial más justa. Los temas y las ofertas son muy vata finales de 2011 para proteger este parque nacional ecuato- riados. “Es una nueva cultura de la protesta en la que actúan miriano no son suficientes. El plan de salvamento de esa reser- llones de personas independientemente del lugar o la franja hova natural, de gran biodiversidad y situada sobre yacimientos raria en que se encuentren”, explica Markus Beckedahl, bloguero petrolíferos, sigue pendiendo de un hilo. Sin embargo, según la y fundador de Netzpolitik.org. sección alemana de Avaaz, que ha convocado la recogida de firSon personas como el activista online Albertus van Butselaar, mas para conseguir la prohibición de extracciones petrolíferas por ejemplo, que dio con Avaaz cuando estaba buscando inforen la zona, las negociaciones acaban de empezar y en 2012 po- mación sobre la deforestación de la selva tropical: “Su idea me dría presentarse una nueva oportunidad. Esta red social se con- gustó enseguida, tenía que colaborar con ellos”. sidera a sí misma un movimiento de Internet global que preAvaaz significa ‘voz’ en diferentes idiomas de Asia y el este tende animar a las personas a implicarse políticamente. En el de Europa. Voces que se alzan en todo el mundo con peticiones asunto del Yasuní, el mensaje irradia optimismo. “Juntos lograre- online, flashmobs y otras acciones. El equipo, relativamente pemos un grito de indignación mayor: firma la petición en el mar- queño, procede de cuatro continentes y actúa en 14 idiomas. El gen derecho”, se leía en su página web. sueldo de los empleados fijos se financia con donaciones. La miPara discutir, organizar, manifestarse…, los que pretenden sión con la que la red social se puso en marcha en Internet es cambiar algo usan la red. En ella se dejan los dedos los cibe- muy sencilla: “movilizar a los ciudadanos del mundo para cerrar ractivistas redactando correos electrónicos y wikis, participan- la brecha entre el mundo que tenemos y el mundo que la mayodo en foros, en Twitter o en páginas web para llamar la atención ría de la gente quiere”.

Hadija Haruna Protestas en la red

Humboldt 157 Goethe-Institut 2012

Protesta 2.0

12/86

Según datos propios, Avaaz cuenta con casi diez millones de activistas en todo el planeta y unos 700.000 en Alemania. “El mayor número se encuentra en Francia, Brasil, India y en Alemania, donde nos hemos dado a conocer con campañas que dieron resultado”, explica el organizador de campañas Pascal Vollenweider. Pasa a ser miembro todo aquel que se registra para recibir el boletín de información o quien apoya peticiones y las reenvía. Van Butselaar ha colaborado con su firma en un montón de campañas. La primera vez donó cinco euros para la acción mundial “Salvemos a Sakineh”. Se trataba de salvar a la iraní Sakineh Mohammadi Ashtiani de morir lapidada, y de hecho la sentencia fue modificada a principios de 2011, quedando en una pena de cárcel de varios años. “El poder del pueblo es eficaz y cada vez se hace notar más en todo el mundo”, señala un correo de Avaaz a los miembros en junio de 2011, y añade que el éxito sólo fue posible gracias a los muchos miembros que colaboraron en las campañas con esperanza, energía y visiones y que difundieron la noticia. El principal objetivo es facilitar la participación y hacerla interesante, así como apostar fuertemente por la comunicación entre los ciudadanos y los actores políticos. El propio presidente de EE.UU., Barack Obama, debe su victoria electoral de 2008 en una buena parte a personas activas de la comunidad virtual y a MoveOn. org, una red social de campañas fundada en 1998 que posteriormente inspiraría a Avaaz en su trabajo. Civicus: Alianza Mundial para la Participación funciona desde finales de los noventa. Una red social internacional de organizaciones sociales civiles de más de 100 países, entre ellos muchos de Sudamérica. Su objetivo, centrado en los derechos humanos, es crear una comunidad mundial de ciudadanos informados y comprometidos. Su calendario de actividades y sus conocimientos se propagan por la red y sus boletines de información semanales recogen los desarrollos mundiales de las diferentes organizaciones. En su informe de agosto de 2011, titulado Bridging the Gaps. Citizens, Organizations and Dissociation, que aún no ha sido traducido al español, constatan que la fuerza de la sociedad civil no reside tanto en sus organizaciones como en las nuevas formas de activismo online. Iniciar una campaña online supone tener en cuenta la agenda mediática, es decir, en la fase de planificación se debe considerar cómo y cuándo introducir un tema en el orden del día de la opinión pública. El mero hecho de ser contrario a algo no basta para captar la atención ni para que hagan clic en nuestro enlace. Es importante comunicar bien el mensaje de una campaña. Quien es capaz de mostrar cómo el comportamiento de un solo individuo puede cambiar el status quo anima a los internautas a comprometerse. “Nosotros determinamos el momento adecuado y tenemos que ofrecer una acción razonable y atractiva en la que las personas quieran participar”, explica Vollenweider de Avaaz. El bloguero Yves Venedey de Campact considera también que una campaña debe dar la impresión de poder llegar a tener éxito y relevancia mediática. Campact es una red social surgida en 2004 que se ha especializado en asuntos alemanes. “Además debe estar relacionada con una decisión política próxima en la que queremos intervenir con nuestra protesta”. También es importante la presentación gráfica de un mensaje. Nece-

sita una pequeña entradilla y el enlace que se pincha para firmar la petición no debe estar en la parte inferior de la página porque muchos lectores no desplazan el cursor hasta el final del texto. “Asimismo no es conveniente lanzar demasiadas campañas al mismo tiempo porque, si reciben demasiados correos electrónicos, muchos abonados cancelan la suscripción al boletín informativo”, afirma Venedey. A diferencia de organizaciones como Amnistía Internacional que usan Internet para sus acciones, las campañas online de redes sociales como Avaaz o Campact ofrecen un paquete completo y flexible de medidas: presentan diferentes temas y un amplio espectro de actividades. A eso se añade que no es necesario hacerse miembro por escrito, sino que se puede ser activo sólo en algunos casos. Cabe sólo plantearse si, al no existir un tema central, el compromiso de sus miembros no será informal y variable; otra cuestión que surge es si las personas que protestan en línea son necesariamente personas activas que salen también a manifestarse la calle. Los críticos piensan que los llamados “demócratas de sofá”, aunque firmen peticiones, no disponen después de más energía. Tampoco está claro cómo es de fuerte la adhesión de cada participante. “Sin embargo, la protesta online ofrece mejores posibilidades de transformar a las personas activas a corto plazo en activistas a largo plazo que siguen actuando durante mucho tiempo”, opina el bloguero Beckedahl. El miembro de Avaaz y de Campact Van Butselaar piensa que gracias a las campañas en línea también pueden actuar personas que siempre sintieron el deseo de hacer algo pero no habrían sabido cómo canalizarlo. “E incluso aunque un activista se quede sentado en el sofá, al menos reflexiona sobre los temas que apoya con su clic”. No es fácil transformar el mundo con unos cuantos clics. También porque una mera lista de firmas no basta para luchar contra el hambre o derrocar Gobiernos no democráticos. El llamamiento debe salir de la red y llegar a la calle, consideran los organizadores de Avaaz y Campact. “Por ello, lo más importante es entregar la petición para dejar claro que las firmas no han desaparecido en el agujero negro de Internet”, dice Venedey y añade que también se trata de crear imágenes reales para los medios de comunicación, pero que deben tener cuidado de no transformarse en figurantes de una foto de prensa. La campaña de Campact más exitosa hasta ahora en Alemania ha sido la llamada Abschalten-Appell (Petición de desconexión) dirigida a la canciller Angela Merkel. El objetivo era acabar con las centrales nucleares en Alemania. Según Campact, con ayuda de la campaña online, se convocaron justo después del accidente de Fukushima incontables manifestaciones y cadenas humanas y 318.402 personas firmaron la mayor petición entregada hasta ahora. Las acciones mostraron su eficacia. El Gobierno federal retiró su propia decisión de prorrogar el plazo de funcionamiento de las centrales nucleares y en junio de 2011 decidió cerrar ocho de las centrales más antiguas y con mayor riesgo de averías y determinó el abandono escalonado de la energía nuclear hasta el año 2022. Se considera que esta decisión ha supuesto un cambio crucial en la política energética alemana y significa, al mismo tiempo, el triunfo del movimiento antinuclear activo desde los años setenta.