Hora Santa de Reparacion Al Sagrado Corazon de Jesus

INTRODUCCIÓN ¿QUÉ ES LA HORA SANTA? Es entregar una hora de nuestro tiempo para estar con Jesús, amarlo y hacer oracione

Views 329 Downloads 22 File size 712KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

INTRODUCCIÓN ¿QUÉ ES LA HORA SANTA? Es entregar una hora de nuestro tiempo para estar con Jesús, amarlo y hacer oraciones de reparación por las ofensas cometidas contra Él en el Santísimo Sacramento. ¿Cuándo se inicia esta devoción? Jesús en el huerto de Getsemaní en el monte de los olivos, da inicio a esta devoción de la hora santa de reparación cuando él dijo a sus apóstoles: “Mi alma está triste hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo”. Más tarde les dijo: ¿No pudieron permanecer despiertos ni una hora conmigo? Estén despiertos y oren para no caer en la tentación; pues el espíritu es animoso, pero la carne es débil. (Mt 26;37,38,40,41). En Francia en 1673, Jesús se aparece a Margarita María de Alacoque y mostrándole su corazón le dice: Dedica una hora a la oración para aplacar la Divina Justicia, para implorar la misericordia por los pecadores, para honrarme, para consolarme en mi amargo sufrimiento cuando me vi abandonado por mis apóstoles al no velar una hora conmigo. Modo de rezar la Hora Santa: Lo puedes hacer solo. Si lo rezas con otras personas, alguien hace de guía. 1

INICIO DE LA HORA SANTA

GUÍA:

GUÍA:

Jesús nos dice:

Señor Jesús, nos presentamos ante ti, arrepentidos de nuestras ingratitudes, de nuestros pecados del pasado que tanto han herido tu sagrado corazón. Recibe en reparación de las heridas que te hemos causado, nuestro amor, nuestro deseo de no ofenderte más y por medio del Inmaculado Corazón de María, pedimos la gracia del perdón de nuestras culpas para alcanzar la vida eterna.

Yo, ya estoy esperándote aquí y a cada genuflexión que envías hacia Mí con tu adoración de pleitesía, LATE DE GOZO MI CORAZÓN. Tus constantes tropiezos no quebranten tu ánimo, esto te conservará en la humildad. Medita frecuentemente todo esto hasta que lo hayas hecho enteramente tuyo, porque el día de hoy es el día de nuestra especial unión en que te colmo de especiales gracias a fin de fortalecerte de una manera extraordinaria. Te espera una gran lucha, pero con el signo de la Cruz vencerás. Cuando te santigües, nunca estés distraída, piensa siempre en las Tres Divinas Personas. Lo que te voy a decir hazlo público: Santíguate cinco veces seguidas mientras piensas en mis Santas Llagas. Mira siempre a mis ojos bañados de sangre de tantos golpes, que de ti también he recibido.

Nos unimos a la Santísima Virgen María, con nuestros ángeles de la guarda y santos, para acompañarte en esta Hora Santa y decirte: (De ser posible, de rodillas) TODOS: Dios mío, yo creo, te adoro, te espero y te amo; te pido perdón por aquellos que no creen, no te adoran, no te esperan y no te aman. (Tres veces). TODOS: Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los sagrarios de la tierra, en reparación por los ultrajes, los sacrilegios e indiferencias con los que Él es ofendido. Y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón y del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén. (Tres veces).

Invitación: Nos santiguamos pensando en cada una de las cinco Llagas de Jesús, pidiendo el perdón de nuestras culpas, así: Decimos: TODOS: Por la llaga de la mano derecha Señor, te pedimos perdón por nuestros pecados de omisión. (Santiguarse). TODOS: Por la llaga de la mano izquierda Señor, te pedimos perdón por nuestros pecados de pensamiento. (Santiguarse). 2

TODOS: Por la llaga del pie derecho Señor, te pedimos perdón por nuestros pecados de palabra. (Santiguarse).

TODOS: La llama ardiente de vuestro divino amor. Ya saben por experiencia que mi poder es la omnipotencia. Extiendan pues las manos; pidan algo grande que los aliente en la obra capital de su propia santificación. Con este fin, ¿Qué gracia especial me piden?

TODOS: Por la llaga del pie izquierdo Señor, te pedimos perdón por nuestros pecados de obra. (Santiguarse). TODOS: Por la llaga del costado Señor, te suplicamos extiendas sobre nosotros tu perdón. (Santiguarse).

TODOS: La llama ardiente de vuestro divino amor. Pero ¿y sus penas hijitos? ¿Cómo las olvidan? ¿Acaso en obsequio de amor a las mías? Pues esto mismo me obliga a ser más benigno y generoso con ustedes. Reclamen el bálsamo que suavice y cicatrice las heridas, ¿qué me piden?

CANTO.

GUÍA: En esta Hora Santa Jesús nos pregunta: ¿Qué piden para apresurar mi triunfo cuya gloria será a la vez suya y mía? ¿Qué gracia me piden?

TODOS: La llama ardiente de vuestro divino amor.

TODOS: La llama ardiente de vuestro divino amor.

Y en sus hogares ¿no tienen por ventura la preocupación de algo grave que les apena en ellos con relación a los intereses temporales? ¿Qué tesoro me piden para el hogar querido?

Que hermosa petición amigos queridos. Pero díganme para curar o preservarlos de los numerosos y grandes males que los abruman ¿Qué remedio eficaz solicitan de Mi esta tarde?

TODOS: La llama ardiente de vuestro divino amor.

TODOS: La llama ardiente de vuestro divino amor.

Hablando así me han robado el corazón. Recuerden a alguien que aman mucho y que tal vez es la ovejita extraviada de la familia y de mi altar. ¿Qué piden o imploran en su favor?

Bien sé que los necesitan, puesto que lo piden sepan que lo obtendrán, pero ya que sus almas sufren debilidad moral y que con frecuencia sus corazones desfallecen en la lucha ¿Qué desean como aliento, como fortaleza secreta e invencible?

TODOS: La llama ardiente de vuestro divino amor.

CANTO O SILENCIO 3

QUE NUESTROS PIES VAYAN JUNTOS

pero no con una fe cualquiera, creed con una fe ardorosa. Creed sobre todo en el amor de mi adorable corazón. Pedidme que aumente el don de la fe.

Jesús nos dice: ¡Que nuestros pies vayan juntos! Si te sientes sola cuando te mantengo en la oscuridad de las dudas, aún entonces Yo estoy contigo. No te olvides cómo cuando estaba Yo dormido en la barca, reprendí a mis discípulos por su poca fe. Basta con una sola palabra mía y se hace silencio y esplendor en tu alma. Acéptala aunque te hable por medio de la persona más insignificante. Te repito; hago esto para aumentar tu humildad. Abandónate en Mí, esto es lo más importante. Yo el sol divino, te estoy madurando por los sufrimientos y los dolores. No te espantes del sufrimiento que frecuentemente pasa a través de tu alma. “Yo hago esto para acostumbrarte porque por los sufrimientos andamos juntos y recogemos juntos”.

(SILENCIO PARA MEDITAR).

GUÍA: Corazón de Jesús mortalmente herido por nuestra falta de fe, por tu infinita misericordia te suplicamos, nos ames a pesar de nuestras ingratitudes. TODOS: Señor perdónanos y concédenos la gracia de confiar más en ti. Por tus manos perforadas, por habernos bendecido y perdonado. TODOS: Señor perdónanos y concédenos la gracia de confiar más en ti. Por tus pies divinos traspasados, que dejaron en la tierra las huellas de la paz y del amor.

No temas; nuestros pies andan juntos y aunque te duela mucho sigamos caminando juntos.

TODOS: Señor perdónanos y concédenos la gracia de confiar más en ti.

(PAUSA) Jesús nos dice:

Por tus labios, que hablaron sublime caridad y sintieron sed de nuestras almas pobrecitas.

Aumentad la luz del alma y crecer en la fe. Si supiérais quién es aquel que os aguarda en este altar. Aquel que os ama a grandes voces desde el Sagrario. ¡Oh qué secretos íntimos os revelaría, con qué fuerza de caridad os abrazaría y transfiguraría vuestras almas pobrecitas, si os dejárais iluminar, arrastrar y penetrar por las claridades de una fe ardiente! Creed en Mí. Sí creed en Mí,

TODOS: Señor perdónanos y concédenos la gracia de confiar más en ti. Por tus ojos amorosos que dieron luz al mundo y que lloraron por nuestras culpas. 4

TODOS: Señor perdónanos y concédenos la gracia de confiar más en ti.

familia y YO te los arreglaré todos. Confía en mi poder!. GUARDEMOS SILENCIO PARA PEDIR POR OTROS

Por tu cuerpo sacrosanto, convertido en llaga viva para darnos vida.

Ven, vayamos juntos los dos, así resultará más fácil para ti y para mí. La pena compartida es media pena. Sabes con cuánta dificultad Yo también me arrastraba, no sin motivo le obligaron a Simón de Cirene. Ahora ayúdame tú también a mí.

TODOS: Señor perdónanos y concédenos la gracia de confiar más en ti. Por tu Sagrado Corazón de donde brotaron sangre y agua sobre nosotros y por tu poderoso deseo de salvarnos.

Sabes que siempre tienes que recoger conmigo. Ahora, aquí en este silencio también puedes recoger conmigo. En la noche solitaria también mientras estás velando. Te enseñó para que aprendas la manera y cuentes a otros como hay que recoger almas. La voluntad del alma ya es amor. Y el amor es capaz de todo. Solamente debes querer, poniendo en tensión todas tus fuerzas.

TODOS: Señor perdónanos y concédenos la gracia de confiar más en ti.

QUE NUESTRAS MANOS RECOJAN UNIDAS Jesús nos dice: Hay mucho por hacer y son pocos los obreros. Permanece continuamente en mi obra redentora, con toda tu fuerza. No por haber llegado tarde a trabajar será tu premio menor que el de los que llegaron temprano. Pero, naturalmente, te reclamó entrega y fidelidad que debes durar hasta la muerte, porque sólo así podrás también ayudar desde arriba. Nuestras manos allí también recogerán unidas.

Con tu participación en mi trabajo salvador; tienes que traer a mi cercanía a las almas que me desprecian y me comprenden mal. No es fácil, pero nuestras manos recogen unidas. Y el que recoge conmigo alcanzará resultado seguro. Aunque Aparentemente no vea el fruto, puedes estar segura de ello. Pidan a mi padre en nombre mío, Él les concederá lo que por medio de Mí pidan. Solamente tengan confianza y hagan referencia a la Llama de Amor de mi Madre Santa, porque a ella la están obligadas las Tres Divinas Personas. Las gracias que pidan por medio de Ella, las recibirán. Ella es la esposa del Espíritu Santo y su amor recalienta tanto a los

Procedes como si tú sola pudieras hacer algo. Aprende ya, que ganada mi confianza puedes alcanzar todo para otros también. ¡Recoge las dificultades de tus prójimos, los tropiezos de tu 5

corazones y las almas enfriadas en el mundo que, despertándose con nuevas energías podrán elevarse a Dios.

TODOS: Señor que tu cuerpo y tu sangre me den fuerza y vida para luchar por ti.

Yo soy el vino, Tú el agua. Si te unes tanto a Mí te quedarás casi anonadada. Sólo YO reino en ti. Mi Cuerpo y Mi Sangre dan fuerza y vida a ustedes.

Queremos sembrar tu nombre en muchos corazones para que se acerquen al Sagrario a darte el amor y el consuelo que necesitas.

¡Qué felicidad será si cada vez más se valen de mi fuerza vivificadora! ¡Recoge conmigo!

TODOS: Señor que tu cuerpo y tu sangre me den fuerza y vida para luchar por ti.

CANTO O SILENCIO

SILENCIO

GUÍA:

QUE NUESTROS CORAZONES LATAN AL UNÍSONO

Señor que hermosos son aquellos que evangelizan la paz y el bien, pero no todos pueden trabajar exteriormente por tu reino, Señor. Pero podemos entenderlo amándote mi Señor.

Jesús nos dice: ¿Por qué andas tan apurada? ¿Hay algo más importante para ti que Yo? ¿O tal vez te duelen las rodillas? Piensa en Mí, cuando yo también caí de rodillas, pero no abandoné el viacrucis. ¡Quédate todavía conmigo! ¡No ves cuánto tiempo me encuentro solo! ¿O ya no tienes nada que decirme? Escucha el silencio, nuestros corazones laten al unísono, que nuestras miradas se compenetran la una con la otra y sólo di que me amas, que me adoras en lugar de otros también.

TODOS: Señor que tu cuerpo y tu sangre me den fuerza y vida para luchar por ti. Queremos apagar tu sed de almas dándote nuestro corazón sin reservas, en reparación por tantos que han desperdiciado sus gracias. TODOS: Señor que tu cuerpo y tu sangre me den fuerza y vida para luchar por ti.

Se regocija tanto mi Corazón cuando me suplicas y me dices que tienes sed de Mí. Yo también siento eso por ti y por todas las almas que he colmado con mis gracias. ¡Ojalá sintieran la sed abrasadora de mi alma!

Queremos devolverte amor, por tantos ingratos y débiles que te abandonan cuando los visitas con la cruz y que reniegan de ti cuando llegan las tribulaciones.

Verdaderamente estoy mendigando su amor. Te ruego, hija mía, por lo menos 6

tú, ¡No me abandones! A cada latido de tu corazón, arrepiéntete de tus pecados, ofréceme reparación y consuélame. Si tu amor viniera a menos, dirígete a Nuestra Madre Celestial, Ella llenará tu corazón con abundante amor hacia Mí. Te agradezco que tu corazón sienta conmigo, que lata en Mí. No te canses nunca de contemplar mis Santas Llagas, de dónde sacarás siempre gran fuerza.

Ven, porque eres fuerte. Tú, el Dios de las batallas de la vida, ven, mostrándonos tu pecho herido, como esperanza celestial en el trance de la muerte. Todos: ¡Venga a nosotros el reinado de tu amante Corazón! Se Tú el éxito prometido en nuestros trabajos; sólo Tú la inspiración y recompensa de todas las empresas. Todos: ¡Venga a nosotros el reinado de tu amante Corazón!

GUÍA: Jesús Eucaristía, nuestra ambición de amor es llevar las almas hasta el Sagrario y conseguir que enamoradas de Ti, busquen asilo eterno en tu Sagrado Corazón. Por esto, colocamos en un altar de oro, en el Inmaculado Corazón de María, una plegaria que endulzará las amarguras de tu prisión.

Son tantos los tibios, tantos los indiferentes a quienes debes inflamar con esta admirable devoción. Todos: ¡Venga a nosotros el reinado de tu amante Corazón! Aquí está la vida, nos dijiste mostrándonos tu pecho atravesado, permite pues que ahí bebamos con fervor, la santidad a que aspiramos.

Escúchanos Jesús Sacramentado: Todos: ¡Venga a nosotros el reinado de tu amante Corazón!

Todos: ¡Venga a nosotros el reinado de tu amante Corazón!

Adelántate, Jesús, triunfa en los hogares, reina en ellos por el amor y la paz.

Corazón agonizante de Jesús, triunfa, y mientras llega el día eterno de cantar tu gloria, déjanos dulcísimo maestro, sufrir, amar y morir sobre la celestial herida del costado de tu Sagrado Corazón.

Todos: ¡Venga a nosotros el reinado de tu amante Corazón! No demores maestro muy amado, porque muchos de éstos padecen aflicciones y amarguras que Tú solo prometiste remediar.

Todos: ¡Venga a nosotros el reinado de tu amante Corazón!

Todos: ¡Venga a nosotros el reinado de tu amante Corazón!

CANTO O SILENCIO

7

QUE NUESTRO INTERIOR SIENTA LO MISMO

Guía: Divino Salvador de las almas, cubierto de turbación me postró en tu presencia y dirigiendo mi vista al solitario tabernáculo, siento oprimido el corazón, al ver el olvido en que te tienen relegado tantos de los redimidos. Permíteme en esta Hora Santa, una mis lágrimas a las que vertió tu humilde corazón. Te ruego Jesús, por aquellos que no ruegan, por aquellos que te maldicen, y con todo el ardor de mi alma, te alabo y adoro con esta gran plegaria, en todos los sagrarios de la tierra.

Jesús nos dice: Yo soy el gran donante de sangre. Por mi sangre divina pueden ustedes ser divinos. ¿Pueden comprender esto? ¿Verdad que es difícil? ¡Yo soy el único donante de sangre del mundo! Penetra en mi amor poderoso. Medita en él ahora a la luz de mi Santa Caridad. ¿Verdad que tú sientes esta Preciosa Sangre? Mi Preciosa Sangre hace entrar en calor y pone en movimiento la energía helada paralizada de sus almas. Yo la vierto y la vertería en todos los hombres del mundo entero con tal de que se sometieran al santo tratamiento de mi Mano Divina. Permitan que actúe en sus almas. ¿Por qué quieren permanecer hombres de alma vulgar? ¡Ojalá quisieran ser divinos para que Yo encuentre mi gozo en ustedes, en vivir con ustedes!

Acepta, Señor, el grito de expiación que un sincero pesar arranca de nuestras almas afligidas, ellas te piden piedad. Por mis pecados, por los de mis padres, hermanos, familiares y amigos. TODOS: Piedad, Oh Divino Corazón. Por las infidelidades y los sacrilegios.

Mi mesa está siempre puesta, Yo, el anfitrión, he sacrificado todo, Me doy a Mí mismo. Miren dentro de sus almas después de haber recibido mi Preciosa Sangre y verán cómo obra en ustedes. ¡No sean insensibles! Que no sea la rutina que les traiga a mi sagrada mesa, sino el fervor de la caridad sacrificada que se enciende aquí al contacto de mi amor y que, por mí siempre que estén unidos conmigo, quemará el pecado de sus almas. ¡Oh, cómo anhelo esta gran decisión de ustedes y este amor libre y espontáneo! ¿Cuándo vienen ya por fin a donde Mí?

TODOS: Piedad, Oh Divino Corazón. Por los niños no nacidos y por las almas del purgatorio. TODOS: Piedad, Oh Divino Corazón. Por el libertinaje y los escándalos públicos. TODOS: Piedad, Oh Divino Corazón. Por los corruptores de la niñez y de la juventud. TODOS: Piedad, Oh Divino Corazón. Por la desobediencia a la Santa Iglesia. TODOS: Piedad, Oh Divino Corazón. 8

Por las faltas que se cometen en las familias.

tan insignificante, recibirá gran premio por él. Pero exijo el esfuerzo.

TODOS: Piedad, Oh Divino Corazón.

Ves, ésta es la pena de mi alma. ¡Que el pensamiento de nuestras mentes sea uno! Oh ¡Cuánto me he quejado!...

Por el abuso de los Sacramentos y el ultraje a tu Santo Tabernáculo.

Pero, ¡No te canses de ello! La pena compartida es media pena. Pero Yo comparto contigo alegría también. Hasta el compartir mi pena sea una alegría para ti, pues al hacerlo te distingo Yo con mi Confianza Divina. Dime, mi hermanita, ¿Alcanzas a comprender esto? ¿Quizá no?

TODOS: Piedad, Oh Divino Corazón. Por los buenos que vacilan, por los pecadores que resisten a la gracia. TODOS: Piedad, Oh Divino Corazón. SILENCIO

Tampoco pasa nada. Solamente deseo que ¡Lata tu corazón al unísono conmigo! La mente no alcanza a comprender tanto como el corazón compasivo al que ilumina sin cesar el resplandor del sacrificio.

QUE EL PENSAMIENTO DE NUESTRAS MENTES SEA UNO Jesús nos dice: El mundo es un altar cubierto por una capa de polvo, Yo soy la víctima sobre él.

El que se queda empolvado, en él la luz se opaca y no ve la pena de mi Corazón. Supliquemos nosotros dos al Padre Celestial por estas almas empolvadas.

Levantan su mirada hacia Mí, ven mi esplendor y se deleitan de su hermosura, disfrutan de mi bondad, pero no saben que detrás de esto están mis sufrimientos, en eso ya no piensan. Solamente disfrutan del bien que se les brinda, pero ni siquiera les pasa por la cabeza que deberían corresponderlo.

Empéñate con todas tus fuerzas en conducir a Mí a los pecadores. Fuera de esto no dejes lugar para otro pensamiento. Mira sin cesar a mis ojos para ver mi tristeza por las almas.

A mí me dejan caer unas migajas. Ellos solamente me dan de su vida lo que ya no necesitan y todavía se imaginan que por la migaja que me han echado son dignas de recibir algo. Yo amo muchísimo los pequeños sacrificios, las migajas pequeñitas, con tal de que no esté altanero aquel de quien las recibo. Para Mí, el alma humilde me agrada y aunque el sacrificio que me ofrece sea

Siga ardiendo en tu alma, con toda humildad, el deseo ferviente de participar en mi obra redentora. Tu premio, la felicidad eterna, no fallará. A mí sólo debes servirme con todas tus fuerzas. Que nuestros pensamientos sean siempre uno: SALVAR ALMAS DE LA ETERNA CONDENACIÓN. 9

Guía:

distraiga en las cosas del mundo, sino sólo me contemplen a Mí. Que escojan la mirada de mis tristes ojos y se sumerjan en Mí. Si miran en mis ojos con corazón arrepentido, con el rayo de mi gracia, las haré mejores. Sumergiéndolas en el amor de Mi Corazón, las regeneraré con tal de que tengan plena confianza en Mí.

Nuestros pensamientos son para Ti Mi Señor. Recordamos siempre la promesa que los puros de corazón verán a Dios. TODOS: Arda nuestro corazón como zarza ardiente que se aviva con tu Amor. Que toda nuestra vida sea un solo anhelo por medio de la oración, el sacrificio y el deseo de participar en tu obra salvadora y conducir hacia Ti a los pecadores.

En el fondo de su alma ni se acuerdan de Mí en medio de los trabajos del día. ¡Esto me duele tanto!

TODOS: Arda nuestro corazón como zarza ardiente que se aviva con tu Amor.

Cuando dicen: “Señor, no soy digno de que entres en mi casa”… no me den la espalda, sino háganse dignos, dispongan sus corazones para una continua unión conmigo. Háganlo durante el día también, por medio de una jaculatoria fervorosa o una mirada de amor. ¡Qué ansias tan grandes siento por ustedes! ¡Son tan pocos los que vienen a Mí! Por lo menos los que vienen sean entregados y de verdad recogidos. Despierten en sus almas la confianza hacia Mí. Lo que más me duele es que no confían en Mí. En vano tienen fe. Sin la confianza no pueden acercarse a Mí. Pide a mis hijos que despierten valor en las almas. Diles cuán queridos son para mí todos los que luchan.

QUE NUESTRAS MIRADAS SE COMPENETREN PROFUNDAMENTE FUNDIÉNDOSE LA UNA EN LA OTRA

Que las almas no abandonen la lucha, porque la lucha ininterrumpida aumenta en ustedes mis gracias. Envíenlas a mi dulce Madre.

TODOS: Arda nuestro corazón como zarza ardiente que se aviva con tu Amor. Queremos con nuestro deseo de salvar almas y mitigar el dolor de tu corazón. TODOS: Arda nuestro corazón como zarza ardiente que se aviva con tu Amor. Aquí estamos para reparar tu Corazón herido, por nuestros pecados y los del mundo entero.

Jesús nos dice: Desea con todo el anhelo de tu alma, que la mirada de las personas a Mí consagradas no me esquive y no se 10

Guía:

dijo Ella en su mirada en las fatigas de la agonía? Si la amas siempre como el hijo de Dios, por Ella, por María, atrae las almas que queremos al Sagrario.

¿Recuerdas Jesús infante, las ternuras con que en el pesebre te cuidó tu Madre? ¿Recuerdas la primera sonrisa, el primer abrazo del amor inmenso de María? Si la amas siempre como el hijo de Dios, por Ella, por María, atrae las almas que queremos al Sagrario.

TODOS: ¡Señor, dales de beber del cáliz de tu amor! CANTO O SILENCIO

TODOS: ¡Señor, dales de beber del cáliz de tu amor!

QUE NUESTROS LABIOS SUPLIQUEN JUNTOS AL ETERNO PADRE PARA ALCANZAR MISERICORDIA

¿Recuerdas Jesús infante, que en los brazos de María recibiste las adoraciones de pastores y de reyes? ¿Recuerdas ese trono de su pecho inmaculado, donde se quemó a tu gloria el más rico incienso de adoración reparadora? Si la amas siempre como el hijo de Dios, por Ella, por María, atrae las almas que queremos al Sagrario.

Jesús nos dice: ¡Ojalá atendieran y escucharán los suspiros que envío! ¡Ayúdenme a cargar con mi cruz, es tan pesada! ¡No me dejen solo! Si les llamé, es porque tengo necesidad de ustedes. Más aún, ha llegado el tiempo y la oportunidad para que ustedes den testimonio a favor mío. ¡No sean comodones! ¡Mírenme a Mí, miren la cruz! ¿Qué comodidad me permití Yo? ¿Esto no les conmueve a ustedes? ¿O se han acostumbrado tanto a mi bondad que no le tienen ninguna estima? O ustedes tibios, ¿qué les podría impresionar si pasan insensibles junto a mí inconmensurable sufrimiento? Ustedes también, a quienes he criado al calor de mi Corazón, y a pesar de tanta infidelidad de su parte, les llamó con amor, vengan con más confianza, ¡Yo les redimí de la muerte eterna! ¿O, ya no quieren vivir conmigo? ¿Se contentan con las cosas pasajeras de la tierra? ¡Oh dense cuenta de la pena de mi corazón que anhela por ustedes! Ustedes tienen

TODOS: ¡Señor, dales de beber del cáliz de tu amor! ¿Recuerdas Jesús adolescente, el afán amoroso con que esta Reina Inmaculada te busco tres días? ¿Recuerdas el fulgor de su mirada, las palpitaciones de inmenso júbilo de su Corazón al encontrarte a Ti, su único tesoro? Si la amas siempre como el hijo de Dios, por Ella, por María, atrae las almas que queremos al Sagrario. TODOS: ¡Señor, dales de beber del cáliz de tu amor! ¿Recuerdas Rey y Salvador tu despedida de María en Jueves Santo? ¿Recuerdas su dolor al encontrarte camino de la muerte? ¿Recuerdas lo que 11

libre voluntad y Yo quisiera que vinieran a Mí guiados por su propia libertad.

juntos al Eterno Padre para alcanzar misericordia!

¿Sabes cuál es el sufrimiento más grande? El ser incomprendido. No existe mayor tormento que éste.

Has de saber cuánto me agradas cuando postrada ante Mí me dices que quieres arrepentirte de tus pecados como ningún pecador se haya arrepentido jamás y quieres amarme como ningún convertido me amó. Tus palabras sencillas han movido mi Corazón Misericordioso a infinita compasión. Ves, para esto no hace falta haber realizado grandes estudios. Qué felicidad ha procurado también a nuestro Padre Celestial tu profundo y sincero arrepentimiento. Haz esto cada momento de tu vida. Haz todo lo que de ti depende con incansable tenacidad por salvar almas.

Este será para ti también el dolor de tu alma, hasta tu muerte. Yo también lo sufrí durante toda mi vida. Tú tampoco debe ser más que Yo, hijita mía. “Que nuestro interior sienta lo mismo y que nuestros labios supliquen al Eterno Padre”. TODOS: ¡Nuestros labios suplican juntos al Eterno Padre para alcanzar misericordia! “Te escojo a ti hijita mía, para que seas portadora de mi Divina Misericordia. Llénate a ti misma de la abundancia de mi Divina Misericordia y cuando abras tu boca para hablar, anuncia la Misericordia de mi Corazón que quema por el deseo que tiene de los pecadores”.

TODOS: ¡Nuestros labios suplican juntos al Eterno Padre para alcanzar misericordia!

ORACIONES FINALES

TODOS: ¡Nuestros labios suplican juntos al Eterno Padre para alcanzar misericordia!

GUÍA: Jesús, queremos cantar aquí en la tierra un himno de acción de gracias, un cantar de Eucaristía, que los ángeles no sabrían entonarlo, porque ni han pecado, ni han sufrido, ni jamás han comulgado. Nosotros los perdonados, anegados en llanto de amargura y de reconocimiento, queremos decirte con los discípulos de Emaús, al terminar esta Hora Santa y feliz.

Cada mañana preséntame la ofrenda de tus sacrificios. Deposítalas ante la puerta de mi Sagrario y prenderá en llamas por el fuego de mi Amor. ¡Que no se apague durante el día la llama de tus sacrificios! Procura que el amor de muchas almas sacrificadas flamee hacia Mí, a fin de alcanzar por mi intermedio la misericordia del Padre Celestial.

TODOS: ¡Quédate Corazón de Jesús!

con

nosotros

Gracias Señor, en nombre de tantos pecadores rescatados. Y cuando nuestra

TODOS: ¡Nuestros labios suplican 12

flaqueza y las tentaciones quieran arrojarte de la conciencia de estos hijos tuyos. No te vayas Maestro: TODOS: ¡Quédate Corazón de Jesús!

con

CONSAGRACIÓN Jesús dulcísimo, Redentor de género humano, míranos postrados humildemente delante de tu altar; tuyos somos y tuyos queremos ser, y a fin de estar más firmemente unidos a Ti, he aquí hoy día, a cada uno de nosotros que se consagra espontáneamente a tu Sagrado Corazón.

nosotros

Gracias Señor, en nombre de tantos decepcionados, felizmente iluminados por tu Gracia. Y cuando la ingratitud nos despedace el alma y nos desengañen de las criaturas. No te vayas maestro: TODOS: ¡Quédate Corazón de Jesús!

con

(Guardamos silencio y cada uno de nosotros le ofrece su corazón como refugio a tan GRANDE AMOR).

nosotros

Gracias Señor, en nombre de tantos caídos y enfermos, regenerados por tu caridad y cuando nuestras fragilidades quieran arrastrarnos a la muerte. No te vayas Maestro. TODOS: ¡Quédate Corazón de Jesús!

con

Dándome cuenta de que la visita que te he hecho será de poco provecho si no trato de llevar una vida mejor y de dar mejor ejemplo, estoy resuelto a emprender de nuevo mis deberes y asuntos con un renovado espíritu de perseverancia y de buena voluntad. En mi vida diaria trataré de amar a Dios y servirle bien, y de amar también a mi prójimo, pues estos dos amores van unidos. Trataré de ser de verdad un discípulo perfecto. Jesús ayúdame a esta resolución.

nosotros

ORACIÓN DE UNIDAD ADORADO JESÚS Que nuestros pies vayan juntos. Que nuestras manos recojan unidas. Que nuestros corazones latan a unísono. Que nuestro interior sienta lo mismo. Que el pensamiento de nuestras mentes sea uno. Que nuestros oídos escuchen juntos el silencio. Que nuestras miradas se compenetren profundamente fundiéndose la una en la otra. Que nuestros labios supliquen juntos al Eterno Padre para alcanzar misericordia. Amén.

Bendícenos, Señor, antes de irnos y bendice también a todos los que no pudieron asistir. Bendice nuestros hogares y a todos nuestros hijos. Bendice toda nuestra vida y bendícenos a la hora de nuestra muerte. Bendice especialmente a los enfermos y moribundos, y concede que las benditas almas del purgatorio gocen ya de tu Presencia Divina. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 13

Bibliografía:

1.- "Daré a las almas devotas, todas las gracias necesarias para su estado de vida".

 Diario Espiritual De La Llama De Amor Del Inmaculado Corazón De María.  Hora Santa Del P. Mateo Crawley. Las 12 promesas Corazón de Jesús

del

2.- "Voy a establecer la paz en sus hogares". 3.- "Voy a consolarlos en todas sus aflicciones".

Sagrado

4.- "Voy a ser su refugio seguro en la vida, y sobre todo en la hora de la muerte". 5.- "Voy a conceder abundantes bendiciones sobre todo a sus empresas temporales y espirituales". 6.- "Los pecadores encontrarán en Mi Corazón la fuente y el océano infinito de la misericordia". 7.- "Las almas fervorosas".

tibias

se

harán

8.- "Las almas fervorosas alcanzarán mayor perfección". 9.- "Bendeciré a cada lugar en el que se exponga y se venere una imagen de mi sagrado corazón". 10.- "Daré a los sacerdotes y a todos aquellos que se ocupan de la salvación de las almas, el don de tocar los corazones más endurecidos". 11.- "Los que propaguen esta devoción tendrán sus nombres escritos en Mi Corazón, y nunca serán borrados".

Nuestro Señor Jesucristo reveló a Santa Margarita María de Alacoque los muchos favores que otorgaría a todas las almas dedicadas a su Sagrado Corazón. Los principales son los siguientes:

12.- "A los que comulguen el primer viernes de cada mes, durante nueve meses consecutivos, le concederé la gracia de la perseverancia final". 14