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• Luigui Peña C

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Ruggero Deodato rodó en 1979 una de las películas más infames de la historia, considerada por muchos como "basura" la cinta se inscribe dentro del género del Snuff (que no confundir con el Mondo, donde se muestran escenas "reales" de muertes y autopsias) y que muestra con lujo de detalles desmembramientos y mutilaciones humanas, sin embargo todas estas son solo efectos utilizados para recrear de manera fidedigna esta violencia gráfica, Deodato, sin embargo, jamás utilizó gente "viva" para realizar tales escenas, esto fue corroborado cuando, luego del estreno de la película en Italia, el director fue arrestado y acusado de asesinato, sin embargo tales calumnias fueron retiradas cuando los ultimados en el filme se presentaron vivos en los tribunales. Los que si realmente se fueron asesinados en escena fue un grupo de animales, entre los que se encontraban un coatí (erróneamente referido como una rata almizclera en la película), una tortuga, una serpiente, una tarántula, un mono araña y un cerdo, mismos que fueron entregados a los miembros de las tribus donde se rodó la película para alimentación, no obstante esta matanza en pantalla fue suficiente para que en muchos países la cinta fuera prohibida, hoy en día Deodato sigue expresando constantemente que poco después de concluida la cinta se arrepintió de haber filmado tales escenas, incluso ha llegado a declarar que filmar esta cinta fue un completo error.

Puntualmente, Deodato aderezó la película con varias escenas Soft Porn que en esos años estaba en auge gracias a cintas como Emmanuelle (1974) y a pesar que durante años se especuló sobre el hecho de que estos actos eran reales en pantalla, hace poco los actores involucrados, Francesca Ciardi y Carl Gabriel Yorke, desmintieron este hecho, aceptando que fuera del set si tuvieron relaciones. A pesar de toda la controversia, la cinta fue un éxito en medio oriente, Asia y ciertos puntos de Europa, tal vez la misma polémica creada alrededor de la misma fue la que llevó a mucha gente a verla donde se atrevían a proyectarla, tanto así que hubo varias secuelas de la misma, ninguna tan sobresaliente como la original, sin embargo el director jamás vio un centavo de la retribución de su cinta pues fue estafado por sus propios inversionistas. Con todo, Holocausto Caníbal está inscrita en la historia del cine como una película maldita, prohibida, vapuleada, menospreciada y vejada, pero también es prueba perfecta de que el cine aparte de ser un gran espectáculo es el aparador social en el que se puede decir y hacer lo que sea, siempre con la libertad de expresión como bandera. Pobremente filmada, con actuaciones mediocres y un guión que da más risa que miedo, Holocausto Canibal seguirá provocando controversia y al parecer eso basta para que una película sobreviva al paso del tiempo.