Historia universal de la literatura.

HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA JORGE CAMPOS PROFESOR DE UNIVERSIDAD EDICIONES PEGASO HISTORIA DE GRECIA ULRICH WILC

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HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA JORGE CAMPOS PROFESOR DE UNIVERSIDAD EDICIONES PEGASO HISTORIA DE GRECIA ULRICH WILCKEN "Carecía el público español de un libro de conjunto sobre Grecia. La obra : Ulrich Wilcken, Historia de Grecia, viene a llenar este vacío. La traducción del profesor FERNÁNDEZ RAMÍREZ ha sido hecha sobre la edición alemana de 1939. Se trata pues, de un trabajo que, en lo fundamental, puede considerarse puesto al día. El profesor Wilcken ha podido elaborar, con exquisita ponderación, un hermoso libro conjunto sobre la Historia de Grecia, después de largos años de labor monográr esparcida en libros y revistas." (Profesor S. MONTERO DÍAZ, Catedrático de la U versidad Central.) Un vol. con grabados, 30 pías LA CRISIS DE LA CONCIENCIA EUROi . A PAUL HAZARD Profesor del Colegio de Francia. "Escrito con verdadera gracia literaria, es profundo, inteligentísimo y fundam,. tal para conocer una de las épocas más intrigantes y sugestivas de la historia •é nuestra cultura." (J. A. MARAVAIX, en Arriba. Madrid.) Uji^pl., 255 pías; 4 LOS ORÍGENES DE EUROPA ^B81 ' ¡ * *; CHRISTOPHER DAWSON "Realmente admirable." (ALDOUS HUXLEY.) "Obra sorprendente y original." (The Times, Londres.) . Y)¡ "De valor capital para la cultura del europeo de nuestros días." (J. A. MARAVAÍS en el diario Arriba. Madrid.) Un vol., 25 ptas, HISTORIA DEL LIBERALISMO EUROPEO,. i! I? GUIDO DE RUGGIERO |\ Catedrático y Ministro italiano. [ , ¡"Obra de singular valor." (Unidad. San Sebastián.) "Con mucho orden constructivo, el autor nos va mostrando las experiencias liberalismo en los distintos países europeos." (Revista de Estudios Políticos. í> drid.) Un vol. en 4.0, 50 ptas HISTORIA SOCIAL E INDUSTRIAL DE INGLAIERR F. W. TICKNER "Es ésta una de las pocas obras en las que el título no defrauda ruestias an= de entretenimiento y distracción al profundizar en sus páginas." (Bibliografía h pánica. Madrid.) "Les felicitamos por la magnífica presentación del volumen y su reproduce excelente." (EDWARD ARNOLD, editor del original inglés.) "Tickner presenta con magistral acierto el desarrollo de la historia de este p blo." (Unidad. San Sebastián.) Un vol., 65 ptas DE CÓRCEGA A SANTA ELENA

NAPOLEÓN "Estos escritos y discursos deberían conocerse antes de saber la histona de poleón " (Semanario Ha?. Madrid) Un vol., 16 ptas^fe CENTRO nr ' JORGE CAMPOS PROFESOR DE UNIVERSIDAD DE CHItí NTACION VA ,I I A ' / tM9trlbuido •~«»«¡|' HISTORIA IMIVEESAL BE LA TEMATUMA .mu PEGASO ES PROPIEDAD. QUEDA HECHO EL DEPÓSITO Y LA INSCRIPCIÓN QUE MARCA LA LEY TODOS LOS DERECHOS De REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE EST4. OBRA, Y DERECHOS DE TRADUCCIÓN, RESERVADOS A EDICIONES PEGASO, MADRID, I946. Hijos de E Minuesa S L--Ronda de Toledo 20 Telefono 74802--Madrid

NOTA PRELIMINAR Una Historia de la Literatura Universal ha de constituir necesariamente, dadas las dimensiones de nuestra obra, una mirada de conjunto a la evolución de la producción literaria desde sus primeros tiempos a través de las distintas etapas de la cultura, procurando captar el mayor número de detalles, sin que el detenimiento en ellos signifique pérdida de la visión general. El panorama es vastísimo y comparable a los que ofrece la Naturaleza, en que, conforme se va descendiendo en el examen de los elementos integrantes, se descubren nuevas bellezas, desde la contemplación aérea de una selva, hasta el hallazgo en el portaobjetos, de fantásticos e inesperados paisajes ocultos en una hoja que forma humilde parte del espléndido conjunto primitivo. Esta enorme amplitud es el primer obstáculo que se ofrece al autor. Como en esa fórmula esquemática que se repite en cuentos tradicionales, y en la que hay que sortear tres contrariedades, aparece este riesgo original. Desgraciadamente son escasísimos en castellano los manuales o ensayos de conjunto de este género, pudiendo afirmarse que no existe ninguno que cumpla el propósito de ofrecer un estudio general superior al exigido en el Bachillerato; pero todos ellos se inician recordando o haciendo saber al lector la magnitud de la empresa y la desproporción con sus medios. El segundo peligro, franqueado el terror ante la enormidad del empeño, surge en pleno trabajo: la clasificación de autores y obras, el estudio de monografías, la lectura y el conocimiento de publicaciones tenidas por menores o de escasa importancia, y el hallazgo en ellas de bellezas artísticas o valores característicos de su momento A cultural; lo que va haciendo surgir espesos grupos de nombres que se ramifican en sus obras. De tal manera, el viejo temor de que los árboles impidan ver el bosque, se traduce en que la sucesión oíe nombres, títulos y fechas conviertan el panorama en un tedioso diccionario. A continuación, la tarea de clasificar y dar un orden a la vasta producción de todos los tiempos. Verdad es que la observación de los procesos culturales facilita extraordinariamente la tarea, pero no es menos cierto que ni a los autores ni a las obras se les puede trazar una rígida frontera. Géneros, formas, influencias, desbordan los límites históricos y dan lugar a nuevas corrientes y estilos. Siempre ef pasado se mantiene vivo en cada nuevo escritor, y gracias a ello puede trazarse un esquema en que no se olvide el sentido de continuidad que tiene la historia literaria, y que en su estado menos artístico y refinado se mantiene en las formas populares conservadas a través del tiempo, y que en algunos momentos afloran y se enlazan a la más elevada producción literaria. Sirvan estas consideraciones de plan de conjunto y disculpen /as ausencias que en tan vasto paisaje pudieren señalarse. Contar con mucho más espacio habría sido igualmente insuficiente y no habría alterado nuestro propósito de lograr una síntesis del desarrollo de la literatura a lo largo de la Historia Universal, relacionada especialmente con nuestra cultura occidental. A pesar de los obstáculos señalados, mantenidos en pie hasta la última página, hemos conseguido llegar al final, ayudados por varios factores. Y no ha sido el menos influyente el de la confortable convicción de poder con nuestro esfuerzo ofrecer a los universitarios y al público lector una obra esencial de conjunto que faltaba en sus bibliotecas. J. C. vi

* INTRODUCCIÓN i) La literatura y la escritura. i La más sencilla acepción de literatura va ligada al hecho de comunicar por escrito las ideas e impresiones, logrando con ello realizar una Gbra artística. Sin embargo, no basta como definición: por un lado resulta excesna, y por otro, demasiado limitada. Todo lo que se escribe no es literatura en el sentido que hemos de entender por tal. El medio expresivo que utiliza es también usado para muchas otras manifestaciones que se apartan del objetivo artístico señalado. Y si en los primeros tiempos de los pueblos y las historias litera-lias van unidas esas diversas manifestaciones por la comunidad de origen, en. im í»YaÁa más OTaniaAo lui'ttlist*,s sobre la naturaleza, dando lugar también a la apari-11 \' leyendas. Los pueblos totémicos poseen leyendas y ciclos 1 ' ■ ■ Hltelfir de la tribu y su participación en los grandes pro-1 U Creiteión del mundo, el origen del fuego, los volcanes u ifltltllN, etc. Australia y los pueblos primitivos americanos, 1 ' numerosos totems, tienen también una riquísima

colee-i|UV suelen transmitirse por tradición oral. JFrazer, en su ] avivaron las ascuas y se lo lleva;01 . (BAKHRIS, DET BRASIL.) f/ Seis hombres y seis mujeres brotaron de un lago, y vieron a los ,' . animales que vivían en la región, y que tenían fuego, que ellos no poseían. Puestos de acuerdo con el coyote, el murciélago v la ardilla, el coyote se acercó a la lumbre con unas teas atadas a la cola, que in-■ '. cendió. Perseguido, lo pasó al murciélago, y éste a la ardilla, hasta ,» que lo consiguieron los hombres. (NAVAJOS, BEL NUEVO MÉJICO.) El paso siguiente a estos mitos está dado por las leyendas o relato» que se refieren a expediciones o hazañas de la propia tribu, y que se conservan oralmente en boca de los sabios o ancianos. Estos mismos son los conservadores de la sabiduría, que suele manifestarse por relatos aleccionadores v refranes. a) Literatura de los pueblos ajriranos.—Una comprobación de las manifestaciones literarias primitivas se tiene en las tribus africanas, mucho más estudiadas. Delafosse observa la existencia de: una literatura oral popular ; una literatura oral culta, y una literatura escrita. LITERATURA DE LOS PUEBLOS PRIMITIVOS La literatura escrita se manifiesta en lengua árabe, que muy pocos utilizan como lengua hablada, pero que es la corriente de muchos negros instruidos. A veces se emplean los signos arábigos para fijar una lengua uegroafricana, y otros se añaden algunos inventados para el caso. Existen también sistemas gráficos de su invención, como la escritura .silábica de los vai, en Liberia y Sierra Leona; los bamun del Cameron. que han pasado rápidamente de un sistema gráfico al fonético, y hoy tiende a hacerse alfabético, o los nubios, que usaron un alfabeto especial derivado ele otro posiblemente oriental. lili contenido no difiere gran cosa de la literatura oral, que es la de m:i\or importancia entre toda la población negra africana.

La literatura culta está muy extendida, y tiene, dado el nivel cultural, mayor dilusióu que la escrita. Delafosse recogió novelas o cuento-, en e->-uittira vai. que se pasaban de manu en mano. De esta manera, el narra-iJoi alean/a a un tiempo un mayor número de público. I,os poseedores de esta literatura, que lientos llamado culta para dis-|iii^uirlu de la eminentemente popular, son los c/riots, especie de compila-mies vivas de la cultura. Unos son músicos, poetas, narradores; otros penden las genealogías de las familias importantes, gestas y creencias, o rtliililcndo en el orden jurídico v social. LUH monarcas les llaman para consultarles, y ele ellos se han servido lnlofiudoiT.s i'otno Le Hérissé para su historia del Dahomey. Si, desde ( quizá la décima, del folklore de esta tribu." Pos su parte, Cendrars, en su Antología Negra, nos da 107 interesantes muestras de la literatura negra. Los cuentos negros abarcan numerosos géneros: el maravilloso, burlesco (a veces obsceno), el moral, la fábula, etc. He aquí el extracto de alguno de ellos: Cosmogónico. El Creador hace un las-arto tic arcilla v le pone en una alborea de asua de mar. Al orta\o día sale, y es un hombre. Y dice al Creador: Gracias. . Maravilloso. Historia del pájaro maravilloso del caníbal.—Varias jóvenes salen j de casa para coger arcilla, y se entretienen bañándose en el río. Cuatido vuelven, la hija del jefe se da cuenta de que ha perdido un anillo. Vuelve por él, pero un caníbal, con un solo pie, la mete en un saco y la lleva cor las aldeas, haciéndola cantar. Mientras tanto, las otras jóvenes, para disimular la falta de la hija del jefe, simulan una fiesta en su honor. El caníbal acude con su pájaro en el saco, y, cuando va a beber agua con un cántaro rajado, que nunca puede llenar, abren el saco, descubren a la negrita y le rellenan con sapos y culebras. Cuando el caníbal quiere enseñar la joven a otros caníbales, salen los sapos y las culebras, y los otros se enfurecen, le matan y se regalan con su carne. Fábula.

La liebre v la tierra.—Apuesta la liebre con la tierra a ver curien corre más. Cada vez que la liebre se detiene ve que la tierra está aún a su lado, hasta que mucre agotada. La comparación de los cuentos negros da como resultado, no sólo un parecido grande entre sí, sino también con los de toda la humanidad. AlJ LITERATURA DE LOS PUEBLOS PRIMITIVOS gunos, oídos en una tribu thonga, se encuentran en narraciones de los antiguos griegos o romanos, o en pueblos actuales tan distantes como Si-beria, Guatemala, la India o Escocia. El cuento Bornu de la moza astuta, que aparece en el libro de Cendrars, figura en colecciones europeas. Es el de la hija del sastre obligada a tomar por marido al operario más hábil, y va dando hebras de hilo más cortas al que prefiere, para que acabe antes. Es un cuento que parece de origen gremial. Junod ha oído un cuento de Perrault en el África, si bien se había sustituido el hada—desconocida allí—por la fallecida madre de la heroína, y su dios antepasado aparecido encima de su túmulo. OHveira aventura tres explicaciones sobre esta comunidad de temas, que pueden resumirse: 1. Estos relatos proceden de la humanidad primitiva, y todas las razas los han conservado a lo largo de sus migraciones. 2. Se ha producido en el pasado un contacto entre las dhersas razas, gracias al cual se han transmitido los cuentos de una tribu a otra, repartiéndose en el curso de las edades por toda la tierra. 3. Existe tal parecido entre la mentalidad de las distintas razas durante la fase primitiva de su desarrollo, que los han inventado al mismo tiempo, independientemente unas de otras. Finalmente, fija su posición diciendo que ninguna de estas apreciaciones excluye a las demás por contener una parte de verdad, y la dificultad de establecerla existe mientras no se tengan materiales más a mano. Sin embargo, se le puede añadir que en algunos cuentos africanos so rastrea el origen oriental de alguna compilación, como Las mil y una noches, o el origen europeo transmitido por alguna negra que ha vivido Urgos años en América o Europa como sirvienta, y ha transportado a su futís cuentos populares, que son los que más fácilmente se han quedado ' 11 su memoria. La adaptación posterior hace de la rubia heroína una prin-¡L tierra, del tigre un leopardo y del palacio una amplia cabana. Donde más evidente es el recuerdo del folklore oriental y occidental, Mil tiempo, es en aquellos relatos en que figuran animales con fines satíi>l o iiinriiles- Uno de los personajes más usados es el héroe astuto que eiitfftnn 11 ln hiciin o al bonachón elefante. Suele ser la liebre en el Sudán, Wi lll umlUH t\s Guinea, un pequeño antílope; en el Bajo Níger, la tortufn, y m ntrnM tildares, la araña, aunque ésta no suele gozar de la simpaItn pwpuilU1, y Rfftbu nial sus fechorías. HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA Los defectos fustigados en estos relatos son generalmente la necedad, la avaricia, fatuidad, el olvido de los deberes familiares y el incumplimiento de las leyes de la hospitalidad. Ligados a los relatos de animales están los refranes en que suelen concluir algunos de ellos a semejanza de nuestras fábulas: El ave y la tortuga.—El ave se burla de la tortuga, creyéndose su-pei ior a ella. Los cazadores prenden fuego a las hierbas de la llanui a, \ el ave muere asfixiada por el humo, mientras que la to'tuga se oculta en un hoyo del suelo, producido por la pisada de un elefante.

Quien mucho se alaba, perece en la prueba. Coméanos numerosos pn>\ erbios africanos. Cendrars da una crecida cantidad. V algunos son mm pareados a los nuestros: Mata primen) "1 ilüa m, \ luego diiáucale lo^ pelos de la cola. (Gi i \di t i \s>, AMIÜH.I El mono, aunque se culna ion piel de camero, siempre es un mono. (NlANEC-^S.) No eches tierra al pozo después de haber bebido. ; Donde beberías mañana.' Por glande que sea el elefante basta una flecha en el corazón para i matarle. (NlANKCAS.) b) La poesía negra.—La poesía negra está ligada a la canción y, por tanto, al fuerte carácter rítmico de ésta, ya que la danza y los instrumentos de percusión delimitan el carácter de la melodía, rudimentaria y supeditada al ritmo. A veces se intercalan poesías en el relato de un cuento o lejenda para acentuar una frase o momento, como también sucede en alguna historia árabe. Carente en absoluto de rima, gusta de numerosa"? repeticiones, sobre todo de motivos eufónicos, que puede repetir un coro: lie bebido el dzin, bebida tiut alegra el corazón. lie bebido el dzan. lie bJjulo il dzan, mi corazón está jubiloso. He bebido el d/an IU LITERATURA DE LOS PUEBLOS PRIMITIVO» Yo soy el i efe a quien obedecen todos. Yo, Ombure, soy el gran jefe. Ombure es dueño de las aguas, Ombure es dueño de las selvas; Yo soy el jefe a quien obedecen todos. ( Yo sov el jefe. He bebido el dzan. que alegra el corazón. He bebido el dzan. He bebido el dzan, mi corazón está jubiloso. He bebido el dzan. En la transcripción de estas poesías se observa algo parecido a la aliteración de la poesía germánica, debido, sin duda, a la articulación de los sonidos en las lenguas negras y el sentido onomatopéyico de las canciones: ¡ Kum da kume 1a das da inhume! ; La, la! ¡Ye! ¡ Sihgha dikke m dwelle, base-mam! ; La. la kko paongho! ¡ M d\\ elle kum ikke m ! ¡ M dwelle m turhde ko lebugho! (¡ La muerte ha matado y el sepulturero ha enterrado! ¡ Ay, ay, ay! ¡ Fl alcotán se ha llevado a mi amigo, me ha dejada [a mí! ¡ Ah ! ¡ Ah! Sin posesión. A mi amigo se lo lleva la muerte. ¡ Mi amigo se va para no volver!) l'.n el fiaumento reproducido hay un tono lírico que no suele ser fre-Uciili1 en las canciones que se refieren a preparaciones para la caza o can-kmrs posteriores. Cuando interviene un coro, llegan a adquirir un cali1 tri mimico que las convierte en principio de representaciones, muy le-UN «un (Id teatro: JMuna de los animales. CANTOR -Hace 11 pe/ . 011Ui. ;Hii>: 11

HISTORIA UNIVERSAL Di LA LITERATURA CANTOR .—Hace el pájaro .. ( ORO Viss! CATv'IOK -Hace el mono cono , (ruam' Me tiendo a la í/quieida, niro a la derecha llaso el pe¿ Errante en el agua se retuerce, brinca, j Todo vive, baila, canta! TODOS El pe? : ¡ Hip! El pájaio: ¡Viss! El mono: ¡ Guam' etc. 3) Las culturas precolombinas. El descubrimiento de América y la conquista pusieron en contacto con los Estados modernos del occidente de Europa unas civilizaciones que, si en algún sentido habían logrado gran desarrollo, no conocían la rueda ni una utilización perfecta de los metales. Faltos de una escritura propiamente dicha (Beuchat: Manual de arqueología americana, Madrid, 1918), no nos han dejado mof11111161^08 literarios, v sólo cuando los misioneros españoles emprendieron 'a tarea de recoger sus conocimientos y leyendas, logramos conocer sus íflitos. En la» obras de íray Bernardino fie Saha-gún, Motoíinia, etc., se enumera el gran número de divinidades que com12 LITERATURA DE LOS PUEBLOS PRIMITIVOS ponían las creencias religiosas del antiguo Méjico, y que también aparecen en los manuscritos indígenas. Los pueblos de Méjico eran los más adelantados de toda América, en lo que se refiere a la fijación de hechos, por una escritura consistente en figuras descriptivas y signos con valor figurativo e ideográfico. Grandes tiras de piel de ciervo aprestada, o una especie de fieltro hecho con pelo de maguey y recubiertas de una capa caliza, permitían pintar sobre ellas y plegarse en forma de biombo para ser transportadas. Tienen el carácter de crónicas, y dos de ellas, llamadas Mapas Tlotzin y Quinantsin, anteriores a la conquista, nos muestran la A ida y migraciones de los chichi-mecas. Con la conquista se cle^tru) erun ba->tante-> de estos manuscritos, \ liernal Díaz del Castillo nos íelata cómo se presentaron unos enviados en el campamento de Cortés para tomar notas del acontecimiento, pintando sobre sus tiras de piel hombres y cosas, e intentando un parecido físico en las figuras humanas. 'Coinciden estos textos, con los mitos llegados a nosotros por otros caminos, en conservar el recuerdo de anteriores migraciones. La leyenda mejicana más completa, que tiene un carácter cosmogónico, es la de Los cuati o soles: Los dioses ciearou cuatro mundos suresn amenté, alumbrados por cuatro soles diferentes. El primero era el llamado Sol de piedia preciosa, o de la diosa de la lluvia. Cuando este astro hubo alumbrado algún tiempo la tierra sobrevinieron lluvias muy fuertes, que mataron a todos los hombres, excepto alguno que quedó convertido en pez. El segundo sol, Sol de

fuego, brilló sobre una humanidad miserable, que se alimentaba de cizaña. Una lluvia destruyó a los hombres y los conviitió en gallinas, mariposas y perios. El tercer Sol, de la oscuridad. Mientras brilló, los seres se alimentaban con pez o resina; pero temblores de tie1 ra y animales feroces acabaron con ellos. El Sol del viento y el aire permitía a los hombres alimentarse de frutos; pero furiosas tempes-tildes destruyeron el mundo, y muchos fueron transformados en monos. I > ' mtim períodos, que se dicen de veintitrés años cada uno, y que l| V' ]I#VMII un orden diferente, sucede un relato de la creación con basllííiii trlunlPN. ni ittnyHM (|uicliés, una de las familias más homogéneas de la et-|h')k< ■iiiieiicniiM, musa-vamos algunas obras, posteriores a la conquista: 13 HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA Libro de Chilam-Balam, escrito por naturales del país, que conocían los caracteres latinos. Crónica de Chacxulubchcn—nombre ele la actual aldea Chicxculutl—, que refiere los sucesos de Yucatán, durante la reconquista y cien años antes. El Popol-Vtih, en lengua quiche—hay una magnífica y reciente edición—Alemania, 1942 —, es la versión más completa de la creación y civilización de los pueblos de América Central: Tepen, Gucumatz y otros dioses, ayudados por divinidades mágicas, crean al hombre. No se logra un perfecto resultado desde un principio, y los suceshos intentos van siendo desti nulos por ellos mismos, de modo que recuerda la mejicana historia de los cuatro soles. A 1? tercera creación, los dioses descubren los cereales, i[ue lian de servil para la alimentación de los hombres. De los cuatro primeros creador descienden trece, que dan nacimiento a otros tantos pueblos. Los Anales de Cakchiqucl son un documento de tipo procesal, que trata de determinar los derechos al clan de los Xahilas, y no difiere de este tipo de tradiciones. El hombre es creado en Tulan, muy a occidente, y luego se dan noticias de migraciones hasta su asentamiento en la época de la redacción del documento. Las leyendas de los tzenzalos, de la misma región, hablan de un héroe civilizador, llamado Votan, que viene de Valum-Votan—la tierra de Votan—. Es semejante a otras tradiciones de muchos pueblos americanos y de África. Los mayas conservaban el mito de una gran migración dirigida por un héroe, llamado Itzamná, que, finalmente, fundó la ciudad, dividió la tierra y la repartió entre los señores de su séquito. Beuchat ve en todas estas tradiciones un recuerdo de la leyenda tolteca. Fray Bernardino de Sahagún nos ha dejado himnos en el antigfio azteca, abundantes en enigmas y con alusiones a numerosos ritos y leyendas. Entre los otros pueblos precolombinos hay una frecuente similitud de temas míticos. Los chibohas conservaban la leyenda del héroe civilizador, en este caso un viejo, que desciende de la sierra para sacarles de la barbarie. La novedad está en la aparición de la mujer, que no hace más que contrariar sus planes, hasta que, después de provocar una inundación, la convierten en la luna. fi LITERATURA DE LOS PUEBLOS PRIMITIVOS Los Incas también conservaban este recuerdo del portador de civilización, pero su estado es mucho más atrasado en lo que a escritura se t efiere: apenas si nos han legado alguna poesía

religiosa en forma de himnos a Inti }■ Huiracocha. Ün drama. Ollantay, es de época muy posterior, pero recoge canciones, como la del pájaro llamado tuya, que se supone antiguas y conservadas popularmente: ¡ Pájaro, no comas el maíz de mi princesa; no la robes el maíz que la alimenta! ¡ Oh tma, oh tuja! Su fruto es blanco, sus hojas son tiernas, pero son quebradizas v temo te poses en ellas 1 Oh tuya, olí tuya ! etc. 4) Los orígenes de las literaturas conocidas. \:.n todas las literaturas antiguas, los orígenes aparecen más o menos confusos a causa de la falta de obras, que, o bien por falta de una escri-Inrn o por pérdida, sólo conocemos fragmentariamente. No obstante lo que se puede rastrear al través de obras posteriores lus restos conocidos, coincide con lo que ha podido observarse en los Hi'blus primitivos. KM India, el Oriente próximo, el pueblo hebreo, Japón. Grecia, los » lilos del norte de Europa, encontramos unas primeras creaciones míM», ¡L veces cosmogónicas, y otras ya derivadas hacia la epopeya o la 'irm didáctica, pero siempre con ligazón a un indudable origen religioMriu'iuk'z Pelayo lo señala en sus Orígenes de la novela: .compañera de las primeras civilizaciones es la epopeya, teogónica Í .....ni, y después heroica; divina al principio, y humana luego." I Ifttlo de este genero de gran amplitud y pretensión, hay que con-•(l " el relato más breve, tal como le conocemos en los cuentos indios » ' l«», l¡i parábola hebrea o las perdidas novelitas griegas. "Género 14 15 HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA tan antiguo como la imaginación humana es el relato de casos fabulosos, ya para recrear con su mera exposición, ya para sacar de ellos alguna fabulosa enseñanza. La parábola, el apólogo, la fábula, y otras maneras del símbolo didáctico, son narraciones más o menos sencillas, y gérmenes del cuento, que tiene siempre en sus remotos orígenes algún carácter mítico y trascendental." (Menéndez Pelayo: Ob. cit.) No nos bastaría más que considerar una creación mucho más popular en forma de refranes, pareados o dísticos, pequeñas canciones, etc., para encontrar el origen de la lírica popular, que tan frecuentemente ha alternado con la cortesana derivada de ella, infundiéndole frescura, y el teatro eme arranca de la diversión popular. Todo lo demás, "la novela, tocias las formas representativas que hoy cultivamos, son la antigua epopua destronada, la poesía objetha del mundo moderno, cada vez más ceñuU a los límites de la realidad actual". (Menéndez Pela\o: Oh. cit.) LIBRO II Antigua literatura Oriental CAPITULO II EL ANTIGUO ORIENTE PRÓXIMO I— EGIPTO La división geográfica que separa África de Asia no se ajusta al des-nrrollo de los hechos históricos en las épocas antiguas. "Existe una en-Itd.id histórico-geográfica, de poderosa personalidad, que sobrepasa esta división preestablecida: el Oriente próximo." (A. y M.

Ballesteros: Historia del Mundo antiguo. Madrid, 1942.) Los pueblos que se establecen 1 ntrc Tibia, el Irán y el Golfo Pérsico dan origen a unas literaturas de |tio, por lo menos, conocemos sus concepciones míticas, y Egipto, por su . nía estatal más sedimentada, nos permite estudiar con mayor exactitud ifcrcntes aspectos de su producción literaria. Los orígenes. No hay todavía una decisión científica sobre la antigüedad, mayor (i menor, de las culturas egipcia o mesopotámica. Comenzamos por la primera, más estudiada y con testimonios que permiten seguir una evolución. Kii la historia de Egipto se puede retroceder, con algunos puntos de npoyo, hasta el quinto milenio, si bien hasta el 3200 no hay una historia Jirupianiento dicha, con un arte y una escritura característicos. ¡1) La escritura. — Egipto es, probablemente, la región del mundo donde mejor se pueden seguir los pasos evolutivos de una escritura. Ale-MftlltJrí Moret (1) los resume así: (l) NUlonr de l'Orii'iil, mi la "Historia Universal", de Glotz. París, 1941. 19 HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA Fase pictográfica.—En vasos, esquistos, etc., hay figuras de hombres y animales con significado traducible. Una muestra conservada en el Louvre, y bastante conocida, muestra dos chacales, un ibis, un halcón v un rayo, plantados sobre un pavés acabado en una mano, sosteniendo una cuerda que llega hasta un prisionero al que pisotea un toro, Se ha leído de la siguiente forma: Un enemigo encadenado es conducido p01- ios totems al rey toro, que le pisotea. En el sistema hay ya dos convenciones: una, que representa a los seres en su forma (prisionero), y otra, con sentido simbólico (ej toro es la fuerza que puede matar; por tanto, simboliza al rey), junto a otro .sentido, que representa la acción. De esta pictografía se pasa al jeroglífico, en que pueden señal;lrsC tres elementos constitutivos, que fácilmente dan idea de tomo se va nioldean-do la expresión gráfica: los ideogramas, o signos expresados pnr ima imagen, no son otra cosa que la pictografía llevada al pequeño signo orá-fico, y tienen las tres significaciones expresadas lvii los \onogri:iJna,^ el signo expresa un sonido, y es necesario completar la palabra con otro signo. Finalmente, los llamados determinativo^ aseguran la especie de lo representativo, evitan la confusión de sinónimos y ayudan a separar las palabras. El paso de esta escritura monumental a los papiros, y la confección de textos literarios, documentos, etc., dio origen a la escrituia hierática en que van desapareciendo los detalles, y que, al fin del Imperio tebano, llega a su máxima abreviación con la llamada demótica, a dos pasos '>n de cantos. Sea esto o no cierto, el hecho es que su apariencia arcaica 1 > hace destacarse: i.° Tu gloria. Israel, ha perecido en tus montes; I Cómo cayeron los héroes ? No lo propaguéis en Set; no io Dubllquéís por las calles de Ascalor, eme no se reeocijen las hijas de los filisteos. Los libros de los Reyes relatan desde la vejez de David hasta el 37 ario cautividad. Las Crónicas constan de largas tabl?s ^enealógicas, la his-i'iíl de Dmid y Salomón, el Reino de Tuda hasta su cautividad, y el li-^io de Esdras la vuelta a la Patria, reconstrucción del templo y vuelta |e Esdras. Ell el libro de Ester volvemos a encontrar otra obra casi puramente literaria. Puede considerarse como una novela, que recibe su nombre de heroína, que juega el papel principal, en torno a una persecución de |ltr hicieron objeto los persas al pueblo de Israel. (1) Todai las citas posteriores de textos bíblicos son de esa edición, traducción Ifli'Ni('nlitiwa, Madrid, 1945. 35 ilL HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA b) Libros poéticos y literarios.—En primer lugar, la historia es una ■parte de las letras, si bien no con el valor de la poesía o la novela, y en segundo, no se ha logrado establecer claramente la distinción entre verso y prosa en los libros bíblicos, por lo que respecta a la forma métrica. Con esto queremos decir que no hay una diferencia tajante en los libros que se puedan considerar literarios y los que no lo son. En general, toda la Biblia es una obra maestra de la literatura, y lo que queremos con esta distinción es señalar aquellas partes que más se destacan por su forma. Ya hemos visto cómo relatos llenos de vida y gracia—-Ruth, Ester, etcétera—animan las páginas de áridas genealogías, y son excelente literatura. Los libros poéticos se camtten/an por su grandeva, aliento poético y originalidad. Montet opina que se obstr\an restos de una antigua poesía rimada que recuerda el redje/ árabe, y una parte de los Xúmeros —del 1/ al ly, en el XXT—mantiene rimado en a, cada hemistiquio. Su estructura ofrece dificultades para ser establecida. "Los esfuerzos realizados hasta ahora para definir su naturaleza.... sólo han dado una multitud de opiniones, que muestran la

imposibilidad de llegar a soluciones cierta." (Ed. cit.) Lo único que se puede afirmar es la existencia de algunas formas indudables: la división en estrofas, que a veces son acompañadas de repeticiones, como los refranes; los versos de tres o cuatro hemistiquios, la disposición alfabética y el paralelismo. Un ejemplo de disposición alfabética nos lo da el Salmo CXTX. constituido por estrofas de ocho versos cada serie, comenzando en cada una por una misma letra del alfabeto hebreo, y sucediéndose estas letras en orden alfabético. También la cuarta lamentación de Jeremías tiene veintidós versos alfabéticos (uno por cada letra del alfabeto hebreo), y la tercera, sesenta y seis, repitiendo cada letra tres veces por grupo de tres versos. El paralelismo es un ritmo lógico, no basado, por tanto, en la alternación de sonidos, sílabas o acentos, sino de ideas. Se distinguen en la Biblia tres variaciones paralelísticas: Paralelismo sinonímico, en que dos oraciones o hemistiquios se completan por yuxtaposición, de modo que una repite lo que dice la otra. LTn ejemplo es: ¡Venid, cantemos jubilosamente a Yavé! ¡Cantemos gozosos a la roca de nuestra salvación! (SALMO 95.) 36 EL ANTIGUO ORIENTE PRÓXIMO El antitético nos muestra en sus dos hemistiquios imágenes contrarias, que, sin embargo, dan la misma idea: El lujo sabio es la gloria de su padre, el hijo necio la tristeza de su madre. (PROV. IO-I.) Y el paralelismo sintético establece dos pensamientos distintos en el mismo verso, que en el fondo conservan analogía: El principio de la sabiduría es el temor de Javé, y son varios los uiialos>íds do las dos lamillas, hasta llegar a Pandu y sus Ui'io hijos, procreados poi un dios, buenos y justos, y sus malvados tien punios, así como U, querellas que smqen Í ntre ellos En e! segundo, los hijos de Pandu pierdui su ícuio y cuanto tienen, siendo destellados. El teiceio nos piesenta a los dos heimauos, MI esposa j un saludóte caminando errantes por montes y selvas En el cuarto, el último año de su destierro, y cómo pasan al servicio del rey Virata, comenzando la gueria contra sus primos, que ocupa los \olúmenes siguientes hasta el décimo. El libro once expone el doloi de las viudas de los héroes muertos. El doce, de tipo didáctico, se extiende en los deberes de los príncipes, buenas obras, rtc. El trece expone el sistema de castas, intercalando episodios y cuento11 legendaiios En los dos libios siguientes, el hijo mayor de Pandu celebra su soberanía con sacrificios, y sus enemigos se retiran a la selva El diecisés cuenta la íuina de los reyes de la íama Yadu. El diecisiete, la 1 enuncia al trono de Pandu y sus hermanos, que se retiran a los valles solitarios del Himalaya En el siguiente, las pruebas que Yudishtira sufre para volver al seno de la divinidad, con lo que concluye el poema, que es un gran libro religioso dedicado a relatar una reencarnación de Vischnú, dedicándose el libro último a temas puramente mitológicos 4) La lírica y el drama. A estos poemas suceden otros narrathos, que en el siglo V o VI clan lugar a la aparición de la poesía linca y la dramática.

42 LITERATURAS DEL ORIENTE LEJANO La lírica, abundante, cultiva preferentemente los temas eróticos e imaginativos, figurando descripciones a la Naturaleza, en que alternan la prosa y el verso. El nombre de autor más conocido y cuya fama se conserva sin palidecer es el de KALTDASA. POCO es lo que sabemos de él exactamente. Willibald Kirfel da como fechas de su vida los años 350 j 472 aproximadamente, que es la fecha más difundida, pues los eruditos varían desde el siglo VI, a. de J. C. (Bhan Dadju), hasta el 57. a de J. C. (William Jones). Se le atribm en las siguientes obras: Poemas ñauamos: Kiunaia Sambhava. Poema mitológico que narra el nacimiento de Kumara, rey de la guerra. Raghu Vansa. Historia de la estirpe real de Raghun. Poemas líricos: Mhega Duta. La nube mensajera. Poema amoroso, con bellísimas des-iiipciones de la Naturaleza. h'itu Sanhara. Estaciones del año. Poema cíclico de las estaciones indias. (>bras dramáticas: Míúuvika y *¡gnimitra. Dos obras de intriga cortesana. l'ikmma Urvasi (Urvasi, derrotado por el valor). Drama valioso en (luco actos. Abhijnaiia Sak úntala (el reconocimiento de Sakuntala). Esta obra ni ii'Mtrn, justamente elogiada por Goethe, que ha dado lugar a numerosas 11 i'liieeioni'N y adaptaciones, puede servir perfectamente de modelo del iiii ¡lidio. En ella abundan los efectos dramáticos, cómicos y situado-Ilumínente teatrales cuidadosamente preparadas. El teatro hindú, par-11 ilei-onuliis, exigía la contribución de la imaginación del espectador 1 ti> miarle* a trasladarse a los países o lugares que se simulan. Nada lUliiml dr tiempo, lugar ni acción, sino una serie de escenas interesan-Mi turno de una idea central. I'» |»l*e»|iJ«> tiiinbiéii del gemí o dramático la utilización del pácrito, len-1 1 "imUu i|ini pervivía a! Lulo del sánsciito o culta. 43 HISTOBTV UXIYFKSAL DE LA LITERATURA El tema es la leyenda del re\ Uuchmanta, que, yendo de cacería persiguiendo a una gacela, \e a Sakuntala y se enamora de e!la. Se casan; pero ella pierde el anillo al cruzar un río, con lo que el rey la olvida totalmente. Sakuntala vi\c retirada, hasta que unos pescadores encuentran un anillo en el \ientre de un pez. y, al ponérselo el re>, recobra el recuerdo y halla a Sakuntala. A SUDRAKA—siglo VII—se atribuye la obra dramática Vasantasena, o El carrito de barro cocido, bastante largo para ser representado en un Solo día. Contemporáneo debió ser VJ&CITAKAÜAIA., que escribió Rakshasa y su ■anillo de sello, donde celebra doctrinas políticas. De época cercana .son el lírico \\i\RtT, y el poeta BUVR'UUHARÍ—hacia 650—, autor de tres centenares de sentencias, agrupadas en tres grandes grupos: amor, prudencia en la \ida y renuncia al mundo. BHATTI escribió una poesía épica, Muerte de Ravana, que es una obra erudita sobre el mismo asunto del Ramayana, y BH\RAVI, el Kiralarschu-niya, que presenta la lucha del héroe Ardschuna con Silva.

A principios del siglo VII escribieron poesías en prosa DANDIN, Aventuras de diez principes, y SUBANDHU, autor de una novela llamada Vasa-bada tta, como su heroína, que examinaremos al hablar de la novela. 5) Final de la época ilásica. En los siglos siguientes, la literatura india no se sale apenas de las normas establecidas. Hasta el final de la época denominada clásica se pueden señalar las siguientes figuras y obras: \i\ príncipe HARSII \ fue poeta y se le atribuyen tres dramas. Uno de ellos, titulado Sarta de perlas. Se dice que en los últimos días de su vida -componía himnos budistas. En su corte vivían el lírico MAYURA, y DANA, que en su obra capital Harshatscharita canta la vida y hazañas de su príncipe. En su epopeya Muerte de Schischupala supera las artificiosidades de BHARAVI, a quien tomó como modelo. Otro mecenas de la poesía fue Yaschovarman, rey de Kanadsch, que mantuvo en su corte a BHAVABHUTI, el famoso poeta autor de los dramas Vida del gran héroe y una Vida de Rama, extraída del Ramayana. 44 LITERA r IRAS DEL ORIENTE LE1AX0 JMI I;I misma corte residieron VAKPATIVADSCTIA, poeta, y BHVTTA 'JARAN \\\, autor de otro libro sacado de las leyendas del Ramayana, de utulo I enisatnharu. ■ ) /'/ * iieitln (¡mu (liliisnin tuvo la narración corta en forma de cuento, apólogo o t.tlmla, y sil influencia en Oriente a través de persas y árabes por medio Ir K.spafla o por la ruta de las traducciones griegas y latinas es extra-1 din.111.1 ! ,1 nlii.i liiinl.iMK ntcil \ mái antigua e_> el I'am hatexntru, que se sitúa Un lu-, siglos III (i l\ . a. de J. C. Es una colección de cuentos con in-.■Oriini dirlnrlirn moral, que eonchnen en reflexiones extraídas de io^ • *í»1tis 11 de lu poesía tradicional. De este libro lian extraído temas nu-i" o itutoie . de lodos los tiempos—Boccaccio, Shakespeare, Laíon-"■ . -i y i través del persa llegó al árabe Calila e Dimna, de gran in■ ni en lu Etlutl Media. 1 uitMctiniCM poHli'Hores son el Hitopadesa, o Instrucción saludable, Los if cttt'tiltix tlt'l ¡nílHujayo, Las treinta y dos historias del trono, Vein-1 lltu hit iiiihw ile un demonio, etc., que alargan en el tiempo el gusto ■ nttrTHt'iúii liieve (|ite nos lia legado la India. 1 |iiii'hlit yitiMiiica. L°S éXÍt°S d£ hér°eS Se — en 1- ^ refieren a , J° ^' * C°nStÍtUyen parte ^mental las que se emon-o Vr ^^ ^ **** J ^ ^ Mi^ ** -puesto 1 c! TZZ a T°N' "T rdata £n 6-°°° V6rS0S l0s desti«- de Edipo; la no 2 en ^ m 7^ ** ^ **** * TebaS' ^ los ^ Tebas m P° 7-°°° VCrS0S SC refiere a la se^da guerra de nominaba t'°y™° T ^^^ ^sentado por la Cipñada, denumerosas Cadencias de la guerra y el final con el ardid del caballo dP iun/a con a ^ * " * ™ ^' k mata' con 8™» ™eJ con la epopeya germánica de Hildebrando 0 BpoPeyas ^/«««.-Atribuidas, como gran parte de los poemas HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA

cíclicos, a Hornero, hoy no se considera suya la Batraeomiomaquia, que se dice del cario PIGRES y que parodia a la Ilíada en una guerra entre ratones y ranas, que transcurre a lo largo de 294 versos. Tuvo éxito entre los bizantinos y en la Edad Media. El Margues (El tonto), que presenta a un bobo que habla de todos los oficios, aunque ninguno lo entiende bien, tiene importancia por la desviación del punto de vista del autor, que ya no busca inspiración en los grandes temas bélicos, sino que se fija en lo pequeño y diario. En la forma hay una mezcla de trímetros y ámbicos con los hexámetros, lo que da paso a la poesía de Arquíloco. Estas epopeyas de mediocre valor son otra prueba de que había pasado el momento de la epopeya heroica a comienzos del siglo V, en que están compuestas. d) Himnos y epigramas homéricos.—Los 33 himnos llamados homéricos son de épocas que varían desde el siglo VII hasta la era alejandrina, y generalmente servían de preludio para los recitados rapsódicos, y fueron también erróneamente atribuidos al poeta. La colección conocida fue hecha en la era alejandrina. Los más antiguos, cuatro de ellos, dedicados a Hermes, Apolo, Afrodita y Demeter, pueden* haber sido compuestos por aedas entre el siglo VIII y VII, a. de J. C. Son verdaderos cantos épicos, que nos cantan episodios de la vida de los dioses (la victoria de Apolo sobre la serpiente, las picarescas travesuras de Hermes, la victoria de Baco sobre unos piratas, que convierte en delfines). Estos cantos no son inferiores por su estilo a las auténticas obras de Hornero. Los epigramas son 17 fragmentos, cuyo origen se ignora, y que se encuentran en la vida de Hornero. Se les atribuyó falsamente a Herodoto. e) Hesíodo.-—En la Grecia continental, la épica deriva hacia la poesía didáctica, y en la muchedumbre de mitos tradicionales reflejados en poemas de los siglos VII y VI hay que buscar el origen de las obras de HESÍODO. Parece que se proponía, en primer lugar, introducir una ordenación sistemática, dando idea tendenciosa a los mitos, con lo que derivan hacia lo mismo que el apólogo de los orientales. De su biografía sabemos, por lo que él nos ha contado, que su padrp fue obligado a emigrar por la pobreza, que cuidó ganados y que, más tarde, fue despojado de su herencia por su hermano, de acuerdo con jueces 56 EL MUNDO HELÉNICO venales, lo que le tuvo en riesgo de vivir en la miseria. Sus" obras son La kogoma y Los trabajos y los días. Se sitúa su vida hacia el 7oo c^rzzt^t^r^Tde ios dioses a -tir *■ al día y el éter, alzándJscido ,0 ^ 7 engendnm * SU ^ las razas de titanes y gi*' s gp 5 ^ ^ Iugar &I naci™° dt 1.s cultivos, intercalando semencia, los episodios señalacJos ! >™ vía y nmos-las cinco edades del »m[lo> pan(Jora "^ IB, ele—, insistiendo sobre las virtudes del trf™" , debe constituir la ociosidad h"° y h TOS»=>*' rosa. I MAN lanlía que la lírica en forma artística, no tenemos ninguna refe-llt» dr prosistas anteriores al siglo VII, a. de J. C. Fragmentos de cró-kn luí-Bles, genealogías 0 textos legales son todo lo que se puede mostrar Bn antecedente. lid» fábulas que se transmitían por tradición oral y de las que se en-JíinUnt un recuerdo en los apólogos de animales que introduce Hesíodo en 11I11 n, El primer fabulista de fama universal y que ha servido de fuente 'i| cultivadores del género en todas las épocas es Esoro. HERODOTO 65 HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA EL MUNDO HELÉNICO !J En las GcnedU q¡as IMIII ni ni 111 iv \( 1 L\ (hacia 4-'o) ataca en diecisiete libros los mitos antiguos, y su homónimo HERODOTO DE HALI-CARNASO (484-425 aprox.) emprende la tarea de escribir una historia universal, lo que le valió, por piu'U1 de Cicerón, el designativo de Padre de la Historia. Posiblemente, arrancan di > de un estudio particular concibió la idea de historiar todo el mundo civilizado de entonces, teniendo como eje fundamental las luchas entre griegos y el Oriente. Utilizó conocimientos personales o fuentes recientes, describiendo los ¡mises que menciona y volviendo atrás para hacer toda h historia de un pueblo, cuando los acontecimientos le hacen aparecer per-dida Tebaida. b) Lírica.—El recuerdo y la enseñanza de los grandes maestros pesaba sobre la poesía alejandrina, coartándole la libertad de creación y reduciéndole a la imitación de forma. ANTÍMACO DE COLOFÓN dedica un libro de poemas de amor, llamado Lide, a su amante, en forma elegiaca derivada hacia la balada. Su discípulo HERMESIANAX le imitó con elegías a su amada Leontina. CALÍMACO DE CIRENE (31I0-240 aprox.) es un prototipo de autor poético de este tiempo. Cultivó la prosa y el verso, escribiendo más de ochocientos libros. Muchos de ellos son obra de erudito,

como el Catálogo de , los clásicos griegos, agrupados por géneros; las Memorables, minuciosa ; compilación de acontecimientos interesantes o curiosos del mundo entero; * Las causas, en metro elegiaco y de mayor valor literario, que señala los orígenes de ceremonias y costumbres, donde ordena las narraciones en un • marco general, lo que puede indicar un modo de hacer oriental. También cultivó yambos, epigramas y elegías. ASCLEPÍADES DE SAMOS creó una combinación métrica, que lleva su nombre y fue utilizada por Horacio. 70 EL MUNDO HELÍ.NICO FILETAS DE Cos (340-285 aprox.) cantó a su mujer, Biitis, en elegías imitadas de Mimnermo. Como hemos visto, el renacimiento poético alejandrino adopta como formas más usuales el idilio, el epigrama y la epopeya novelesca; pero la más característica de todas es el idilio, que reúne en sí las características de un cuadro en pequeño y reviste diversas formas, llegando, en ocasiones, a ser recitado. Ya hemos citado a Calímaco de Cirene, considerado como maestro. De TEÓCRITO DE SIRACUSA (nacido entre 315-312) nace el sentido moderno de la palabra idilio. Sencillo y original, parece revestir de auténtica poesía cuanto toca: las alabanzas de Ptolomeo, la conversación de las mujeres; pero especialmente sus pastorales, en que presenta concursos de cantos entre pastores y cabreros, la joven abandonada que trata de recon-^—■*■' quistar a su amante, o los pescadores del idilio veintiuno en su cabana iSF~ de cañas. La perfección que alcanza hace que hasta las églogas virgilianas semejen copias artificiales, y es el único alejandrino colocado entre los clásicos de la poesía griega. HERONDAS (hacia 250) dirige su vista hacia pequeñas escenas realistas, siendo la más afamada la que describe a un zapatero elogiando las excelencias de su género a dos mujeres. Aunque dialogadas, no tienen aspecto de escritas para la representación. c) El teatro.—También la tragedia vive de la herencia de los grandes clásicos. Mas las fiestas necesitan tragedia, y los premios importantes que se concedían hacen surgir a numerosos poetas, de entre los que se destacan los siete que constituyen la llamada Pléyade trágica. LICOFRÓN DE REGIÓN, el que más sobresale de todos, que se inspiraba en FRINICOS, extrae sus argumentos de asuntos contemporáneos. Tal es Los casandreos. ALEJANDRO DE PLEURÓN, que en los jugadores de dados toma por asunto el homicidio cometido por Patroclo en su juventud. FILICOS DE CORCIRA, SOSITREO DE ALEJANDRÍA, HOMERO DE BlZANCIO y EuFRONIO. La comedia, conocida por comedia ática nueva para diferenciarla del período anterior, puede considerarse como en una transición hacia nuestro teatro moderno. El coro ve restringido su papel, y en muchas ocasiones desaparece completamente, y la acción es una intriga, generalmente por causa erótica. Figuras tomadas de la realidad que se hacen tradicionales, son tan indispensables como el feliz desenlace. n HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA Descendiente de Aristófanes, pero prohibida la alusión a quienes ocupaban cargos públicos, deriva hacia los tipos específicos, y llega a ser la forma de arte más viva de la Atenas, que

pierde su importancia política coincidiendo con la muerte de FILEMÓN (361-263 aprox.), que fustiga a clases en general, médicos, filósofos, atletas, etc. El espiritual y elegante MENANDRO es considerado maestro de la comedia (343-290). Logró ocho veces la victoria, aunque el número de sus obras pasaría del centenar. Sus frases son concisas y acertadas. Tres de ellas han pasado a ser proverbios ingleses, y otra fue elegida por Goethe para colocarla al frente de su autobiografía. A él corresponde la propiedad del decidido: La suerte está echada, de César. Es de MENANDRO El arbitraje, que puede servir de modelo. Un individuo que encuentra un niño abandonado, le entiega a un carbonero, que hace poco ha perdido el suyo, paia que le atienda; pero surge una discusión entre los dos por la posesión de la dote que han encontrado con la criatura Otras obras, Los rizos cortados, El citarista, El eunuco, El labrador, etc. Al lado de Menandro, DÍFILO DE SINOPE cultivó la comedia nueva. 2) La prosa. a) Historia.—El primer lugar corresponde en esta época a la historia. Alejandro Magno es el héroe que da lugar a millares de páginas. PTOLOMEO I (después del 301) escribe su Historia de Alejandro, tomada del diario del personaje biografiado y con el tono de un testigo de los sucesos. CALÍSTENES DE OLINTO, sobrino de Aristóteles, escribe también una historia de Alejandro, y una novela—por lo menos ha corrido atribuida a él—sobre la misma figura. CLITARCO DE ALEJANDRÍA, escritor de talento, produce, antes del 270, una historia retórica de Alejandro, que fija la tradición corriente y ha sido la fuente principal durante cuatro siglos y medio, tan apasionante como una novela. La época turbulenta que siguió a la muerte del conquistador, fue descrita en una obra detallada, que es fuente capital, de JERÓNIMO DE CARDIA. Amplían la época de su historia DURIS DE SAMOS, FILARCO DE ATEn 4 EL MUNDO HELÉNICO ÑAS y TIMEO DE TAUROMENION, que toma como protagonista de su historia el golfo occidental del Mediterráneo, siguiendo el viejo sistema de empezar con los héroes troyanos, para llegar hasta la actualidad. Las conquistas alejandrinas desarrollan la curiosidad por los pueblos lejanos, y griegos o indígenas de otros lugares se dan a escribir libros sobre este tema. MENANDRO DE EFESO escribe una Historia de los reyes de Tiro, siguiendo una crónica de aquel país. BEROSO DE BABILONIA trazó una historia de su nación desde los tiempos primitivos hasta Alejandro, que se conserva en fragmentos, y es interesante todavía para los historiadores. Igual hizo MANETON con Egipto. b) La Geografía.—No se escapa la Geografía de esta avidez cultural, y casi podíamos decir editorial. Pero de sus principios, que son científicos, deriva hacia el relato novelesco. También las conquistas de Alejandro tienen su influencia en estas dos direcciones que se advierten en la joven ciencia al separarse de la Historia. Por una parte, el conocimiento de nuevas regiones. Por otra, un fantástico más allá que se va alejando con el horizonte. NEARCO DE CRETA, almirante de Alejandro, describe en su Navegación costera las costas de Asia desde el Eufrates al Indo. MEGASTENES habla de la India que visitó,

introduciendo algunos elementos fabulosos. AGATÁRQUIDES describe el Mar Rojo con gran detalle. La gran geografía de ERATÓSTENES es buena para el Mediterráneo y lo que se conocía por Alejandro, fantaseando en todo lo demás. c) Relatos novelescos de viajes.—La imaginación describe países donde a veces las cosas suceden a gusto del autor o con una intención utópica. Son lo que algunos autores llaman literatura helénica de tendencias, y que está emparentada con el nacimiento de la Geografía. HECATEO DE TEOS aprovecha lo que TEOPOMPO había escrito en su Historia de Filipo sobre los hipérboles y meropos, pueblos utópicos, y nos cuenta su vida feliz, situándoles en una isla frente al país de los celtas. ANTÍFANES DE BERGA puede considerarse el fijador del tipo, con el relato del país donde hacía tanto frío que las palabras se helaban en el aire, y había que esperar el deshielo primaveral siguiente para entenderlas. Distintas utopías de pueblos viviendo en estado comunal y feliz describen AMOMETO, IAMBULO y EVHEMERO DE MESANA, que narra cómo en un viaje llega a las islas Panqueas, en el Indico, donde encuentra una columna de oro que revela la verdad de la religión: Urano fue un rey perito 74 HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA / en Astronomía; su nieto Zeus, un gran conquistador, luego celebrado como dios, etc. En el libro Crónica sagrada hay descripciones de paisajes tropicales escritas con soltura atractiva. De estas novelas, añadiéndoles como motivo de interés la pareja amorosa peregrinando hasta encontrarse, nacerá la novela griega posterior. d) La Filosofía.—Atenas conservó sus escuelas filosóficas, a las que se unieron la epicúrea y la estoica, que van contribuyendo a la pluralidad de pensamiento disgregador del mundo antiguo, y con el que se enfrentará el cristianismo. La Filosofía origina nuevas formas literarias, como son el protréptico-o exhortación a la \ ida filosófica, la epístola, como exposición de doctrina, y la diatriba, discurso de tono popular que concluía en sátira. EPICURO (341-270) cultivó preferentemente la epístola, a juzgar por lo que conocemos. TIMÓN DE FILONTE, discípulo de Pirrón el escéptico, cultivaba las letras y satirizó el dogmatismo, abriendo un campo que había de perpetuar Luciano. De entre los cínicos, METROCLES introdujo la anécdota ingeniosa, y el satírico MENIPO (hacia 250) utilizaba la prosa y el verso para sus ingeniosas composiciones, que han dado el nombre de lo que es casi un género : sátira menípea. 74 . CAPÍTULO V ROMA I.— PRIMEROS TIEMPOS 1) Los orígenes. Difícil es hablar de los orígenes de la literatura romana, pues casi nada conocemos. Hasta César, apenas si se conservan obras completas; y como la obra posterior va sufriendo cada vez más la influencia helénica, no es posible seguir el arranque desde los primeros pobladores. La existencia de leyendas narrativas en una población latina primitiva, que se transmitían por tradición oral, parece comprobada en la de Mucio Scévola, que arriesga su vida por salvar a sus enemigos y concluye colocando la mano sobre los carbones en ascua, Clelia

atravesando el Tíber a caballo para escapar de la prisión, y Horacio Cocles, solo, defendiendo el puente contra los de Toscana, hasta que pueden destruirlo sus partidarios, y se retira a nado. Catón' nos habla de antiguos himnos de los sacerdotes arvales/j que tenían a su cargo los sacrificios de la diosa Día, los custodios del escudo de Marte, escritos en verso acentual y de los que se conocen muy breves fragmentos. Otras canciones de tipo popular eran las nenias funerarias, las fecennínas satíricas y canciones guerreras o triunfales. j Se suponen orígenes de un naciente teatro las etruscas representaciones llamadas mimos y atelanas (de Átela, ciudad de Campania). Como se mantuvieron hasta finales del imperio, las conocemos por lo que eran posteriormente, y sólo podemos imaginarlas en su origen gracias a haberse conservado ligadas a un público extremadamente popular. Se desarrollaban con personajes consagrados £ Maccus el bobo, Pappus el viejo imbécil, Manducus el glotón, Dossenus el giboso, Sannio el far75 HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA ROMA sante, etc. Los actores salían sin más que un bosquejo de lo que iba a suceder, y se improvisaba allí mismo. Los relatos escénicos eran cuadros de costumbres de las clases bajas, y a veces concluían en sentencias morales ; pero otras se desenvolvían hacia el sucedido obsceno. Como primeras manifestaciones de la prosa—que también los pueblos hablan en prosa algún tiempo antes de saberlo, como el personaje de Moliere—existían textos legales — Ley de las XII tablas —■ o los anales Maximi, etc. 2) La poesía antigua. El nombre con que comienza la historia de la poesía romana, que tan alto grado llegó a alcanzar, es el del griego LIVIO ANDRÓNICO, hecho prisionero en la toma de Tarento, j que se dedicó en Roma a dar clases para subvenir a sus necesidades. Su mayor valor está en la empresa que llevó a cabo de traducir la Odisea, en una lengua que aun 110 había adquirido léxico poético ni la flexibilidad necesaria. En lugar del hexámetro, adoptó un tipo de verso latino primitivo, que fue denominado saturnio, formado por dos miembros. No está aún decidido el problema de si se basaba en el ritmo o en el metro, aunque es probable fuera acentual en sus comienzos, introduciéndose el ritmo con su perfeccionamiento. Conocemos escasísimos restos de esta traducción. No menos trascendencia tiene Andrónico en las letras latinas, por haber compuesto obras trágicas al modo de las que habría leído o visto representar en su país. Lo mismo que su Odisea, no sería un prodigio de estilística, pero dejó creados el senario yámbico latino, el crético y el septenario trocaico, tan usados posteriormente. Se conocen los títulos de nueve de sus obras, con exiguos fragmentos. Aquéllos— Andrómeda, Ino, Tereus—demuestran trasplantó los ciclos heroicos griegos. Finalmente, una prueba más de su importante significación como tras-plantador de las artes literarias griegas está en el himno coral y danza de doncellas que a semejanza de la partenia griega preparó el año 207 en honor de Juno. El sucesor inmediato de ANDRÓNICO, de mayor valor literario, es CNEO NEVIO, cuya vida se supone entre 270 y 201, a. de J. C. Cultivó la tragedia de asunto griego y comedias llamadas fábula palliata, por el pal-

lión, especie de túnica griega, dando entrada en el género a la fábula togata, en que los personajes eran romanos, vistiendo ropas propias, de donde viene la designación. También es el fundador de la fábula praítex-tata, drama histórico nacional, en que los personajes llevan la vestidura de las dignidades, que era la toga pretexta. Con Nevio, el teatro adopta una postura satírica respecto a personajes contemporáneos, lo que valió el destierro a este autor. También enfrentó un tema épico, Bellum Punicum (La guerra púnica). El poema, aunque arranca de la leyenda de Eneas, para situarnos a Dido y su reino Cartago, tiene la original de atacar un tema histórico vivido por el autor, cosa no existente en la épica griega. Se conserva un fragmento de sesenta versos saturnios, que demuestran un estilo rudo y muy prosaico. QUINTO ENNIO (239-169) cultivó distintos aspectos de la poesía, siendo el poeta romano que ofrece más facetas, aunque perdidas para nosotros en su mayoría. Sus Anuales comenzaban narrando un sueño en que, transportado al Parnaso, se le aparece Hornero, para continuar con la historia de las guerras púnicas. La obra comprendía 30.000 versos, y se encuentra dividida en dieciocho libros, aunque se cree es posterior este reparto. Su deseo de lograr con esta obra convertirse en un Hornero latino se expresa en la forma. El libro en hexámetros deja lograda la perfección de que era susceptible esta forma en el latín clásico. Epicarmo es un poema filosófico que lleva el nombre de un comediógrafo siracusano del siglo VI, de la escuela pitagórica y probablemente tomado de una poesía que le fue apócrifamente atribuida. Tenemos noticias también de las siguientes obras suyas: Prcecepta o Protrepticus, exhortación a la filosofía en metro trocaico; Sota, donde se introduce el sotádeo griego; Heduphagética (Golosinas), versión en hexámetros de una obra latina; Satures, colección de poesías diversas, donde nos interesa señalar una disputa entre la Vida y la Muerte, y un panegírico a Escipión. También cultivó el teatro, adaptando libremente obras griegas (Me-dea, Ijigenia en Aulida, etc.), fábulas prgetextatas (El rapto de las sabinas, etc.), aunque no era el género para que estaba mejor dotado. C. LUCILIO (180-102), nacido en la Campania, de padres ricos, es el primer gran satírico que producen las letras latinas. Más cuidadoso del contenido que de la forma, era agudo en sus juicios, sin detenerse ante 77 HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA nada ni nadie, utilizando un vocabulario completísimo, en el que entraba la jerga de la soldadesca y las clases bajas. Existe un millar de versos, resto de los treinta libros que escribió. 3) La tragedia. Al tratar los precedentes autores, han quedado establecidos los orígenes de la tragedia entre los latinos. A diferencia de la comedia, que tiene un glorioso desenvolvimiento, sólo dos nombres pueden señalarse que tengan cabida en las dimensiones de este manual: PACUVIO y Accio. MARCO PACUVIO (220-131), nacido en Brindisi, simultaneó el arte dramático con la pintura, 3 sus obias se repusieron durante largo tiempo en la escena. Se tonocen do^e títulos, procedentes de modelos griegos y en los que trató de introducir audaces neologismos no coronados por el éxito: Juicio de las armas, Ctyscs, Niptra, etc. L. Accio (170-85), de humilde origen y educado en Roma, fue fecundísimo, y sabemos de cuarenta y cinco títulos de obras suyas, de las que se han conservado unos centenares de

fragmentos, que nos muestran su predilección por el ciclo troyano. Estilo elevado y escogido léxico: Juicio de las armas, Filoctetes, etc. También en su Didascálica (Crónica dramática) estudiaba problemas literarios, que pudiéramos llamar de crítica históricoliteraria. 4) La comedia. Por el contrario, la comedia es el género literario más popular y difundido, y ya hemos visto su nacimiento y formas. Réstanos señalar los grandes autores de comedias latinos. TITO MACCIO PLAUTO (254-184) nació en Sársina, en Umbría, de donde pasó a Roma, educándose y teniendo ocupación como actor, lo que se deduce por el sobrenombre de Maccus. Se le atribuyen más de cien obras, muchas de ellas apócrifas, con fines productivos. Las veintiuna llegadas hasta nosotros son posiblemente auténticas. Plauto orientó su producción hacia la fábula palliata, adaptando los modelos de la comedia nueva ateniense, y en especial de Filemón, Dífilo y Menandro. 78 ROMA El argumento de una de ellas, Aulularia (La olla) nos da una muestra de sus comedias: Un viejo avaro encuentra una olla llena de monedas de oro. Por miedo a que se la quiten, la oculta y pasa el tiempo vigilando el escondrijo, sin darse cuenta de lo que está sucediendo en su casa, en la que Licónides corteja a una hija; del avaro. Un tío de Licónides, ya de edad avanzada, va a pedir al avaro la mano de su hij a; pero este momento es aprovechado por un esclavo de Licónides, que espiaba al avaro, para robarle su tesoro. El avaro se desespera, hasta que Licónides aparece con la olla, a condición de obtener la mano de la hija, cosa que él hace lleno de contento. El asunto fue tomado por Moliere para su Auaro. Otras obras de Plauto son Amphitruo, Mehcecmi, Miles gloriosus, Captizi y Mosiellaria, que han merecido imitaciones de gran importancia, como las de Shakespeare, el citado Moliere, Ben Jonson, Dryden, Lessing, Holberg, Kleist, etc., con lo que su influencia en la literatura universal queda bien patente. El estilo no es refinado, y se nutre de la lengua popular, lo que le hizo ser poco leído en la Edad Media, mientras que otros autores más cultivadores del estilo pervivían. Es de una gran diversidad métrica, y los personajes que saca a escena son frecuentemente esclavos, jóvenes ociosos, soldados, etc. PUBLIO TERENCIO AFER (185-159), de origen libio y nacido quizá en Cartago, fue esclavo de un senador, que le educó esmeradamente. Conocemos seis comedias pailiatas, en las que se sigue a Menandro: Andria, Hecyra (La suegra), Heautontimoroumenos (El que se atormenta a sí mismo), El eunuco, y Adelphi (Los hermanos). Naturalmente, en este autor, como en los anteriores, no se trata de una traducción del modelo griego, sino de una versión en la que no sólo se altera el estilo hasta hacer posible una maestra original, sino el mismo argumento sufre las llamadas contaminaciones, en que se intercalan trozos de otras obras, desviando la acción. El estilo en Terencio es más refinado que en Plauto, siendo sus obras propias para un público más culto. CECILIO ESTACIO (muerto en 170), llegado a Roma como esclavo—se cree era un celta —, cultivó únicamente la fábula palliata. Y también siguió a Menandro. Aunque no es posible dar un juicio de su obra por lo 79 HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA

fielmente a los modelos, escaso que se conserva, parece que seguía mas y no era de un estilo muy refinado. De menor importancia son los autores Lucio AFRANIO, contemporáneo de TERENCIO, a quien admiraba, fecundo autor, aunque de poco valor, TOTINIO, T. QUINCIO ATTA, cultivadores de fábula togata. Las primitivas farsas etruscas tuvieron un renacimiento hacia el siglo I con Novio y Lucio POMPONIO. El tono es grosero, y lo obsceno abundaba. 5) La prosa. Los orígenes de la prosa latina son tai dios. Los primeios escritores de obras históricas— QUINTO FABIO PICTOR, CAYO ACILIO, etc.—utilizaron la lengua griega para su obra nacional. La influencia helena se vio contrarrestada por la postura de CATÓN, que, tratando de evitar la hele-nización del espíritu romano, dio origen a la prosa literaria. MARCO PORCIO CATÓN (234-149) nació en Túsculo, en Sabina. Sus actividades políticas y patrióticas caen fuera de nuestro estudio. Conservamos completo uno de sus escritos: De agricultura, de escaso valor estilístico. Sus Orígenes pretendían relatar el origen o historia de las principales ciudades italianas, continuándose con las guerras púnicas y lusitanas, añadiendo a la exposición de hechos militares algunos factores culturales. También fue orador, forma de la prosa muy extendida entre los romanos. a) La historiografía.—Son muy abundantes los anales, como hemos señalado al comienzo, y pocos hay que sean algo más que una mera exposición cronológica de hechos. Algunos de los autores son: Lucio CASIO HÉMINA, el más antiguo conocido; Lucio CALPURNIO PISÓN, muy consultado posteriormente; Lucio CELIO ANTÍPATER, que en vez de remontarse a los tiempos legendarios, como todos los anteriores, se limitó a la guerra de Aníbal, dando así una monografía histórica. VALERIO ANCÍAS contó, al modo primitivo, la historia romana en una obra copiosa, llena de inexactitudes y fantasías. Se diferencian ya de los Anales obras como las Memorias de QUINTO CÁTULO, vencedor de los cimbrios y otros, entre ellos, SULLA. b) La oratoria,—De igual modo que entre los griegos, la oratoria SO ROMA era una de las formas de la prosa literaria, cultivada en el Foro y las luchas políticas de este período republicano; gana en estilo al advenir la costumbre de publicar los discursos, como se hace a partir de Catón. Para Paúl Albert (Ob. cit.), la historia de la elocuencia romana abarca tres períodos, y del primero no se conservan obras, a pesar de haber existido la lucha entre plebeyos y patricios, en que la elocuencia fue utilizada por ambos bandos. La mayor parte de los escritos, que constituyen discursos de la época republicana, están recogidos por autores posteriores, reconociéndose su mano fácilmente. Así, el discurso del tribuno Canuleyo, de Tita I ¿vio. Por los fragmentos que conocemos se pueden señalar valores literarios en los discursos de ESCIPIÓN AFRICANO, CAYO GRACO (154-121), CAYO LICINIO CRASO (140-91) y QUINTO HORTENSIO (114-50). II.—LA EDAD DE ORO A) Hasta el reinado de Augusto. Pronto la literatura latina alcanza su más alto nivel, y desaparece el recuerdo de los arcaísmos balbucientes. Ya en el final de la República se inicia lo que se viene llamando

Edad de Oro, y que suele dividirse en dos períodos: el primero, hasta Augusto, y el segundo, correspondiente a la vida de este emperador. 1) Poesía. TITO LUCRECIO CARO (99-55), de quien poseemos escasas noticias, se dice estaba atacado de locura por efectos de un filtro, componiendo en los intervalos lúcidos el libro De rerum natura (De la naturaleza de las cosas), que no concluyó, por haberse suicidado. El poema, en hexámetros—unos 7.400—, está repartido en seis libros, y con un fondo epicúreo combate la creencia en la intervención de los dioses en los destinos humanos. En el primer libro, el sacrificio de Ingenia es utilizado ile modo muy distinto a un antiguo griego, demostrando el resultado de IÍL superstición. u 81 i » ) HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA Aunque existe algún arcaísmo, el estilo de Lucrecio tiene una gran fuerza poética, que se manifiesta en pasajes como aquel en que una vaca errante por ios campos busca una ternerilla perdida. VALERIO CÁTULO (82-52 aprox.), que siguió más a los alejandrinos que a los antiguos maestros, es, sobre todo, un gran lírico, y se conocen 116 poemas suyos. Tomó algún tema directamente de los alejandrinos—La cabellera de Berenice, de Calimaco—, y en otros emplea el dístico elegiaco propio de ellos—Bodas de Peleo y Tetis—; pero también cultivó el yambo en pequeñas composiciones. Parte de su poesía está dedicada e inspirada por Clodia, recogiendo todao las fests c'e su amor Insta llegar al olvido. Muchos de sus vero» son ingeniosos, elegantes y amables, sin íaltar un sentido de la naturaleza, no corriente en ia antigüedad. De sus contemporáneos VALERIO CATÓN, FURIO BIBÁCULO, CA\O HELVIO CINN\ y LICINIO CALVO no quedan muestras suficientes para juzgar de su obra. MARCO TERENCIO VARRÓN, aunque nacido antes (116-27), corresponde a este momento por haber aparecido sus creaciones en los últimos años de la República. Es el mayor erudito de la antigua Roma, y escribió numerosas obras. Las Sátiras menípeas, imitadas de MENIPO, en verso y prosa, y numerosos tratados. Se conserva su obra sobre agricultura, y parte de lo que era un tratado sobre la lengua latina. 2) Prosa. a) Historiografía.—JULIO CÉSAR (100-44) ha dejado huella de su sencilla y exacta prosa en las dos obras en que relata sus campañas, justificando su actuación militar o política: Comentarios a la guerra de las Galias y Comentarios a la guerra civil, en siete libros la primera, con un octavo de mano de AULIO IRCIO, y tres la segunda, que fueron concontinuados por otro autor. CORNELIO NEPOTE (99-24 aprox.), de cuya vida tampoco sabemos mucho, introdujo dos modelos de origen griego: Los exempla, misceláneas de anécdotas, recuerdos y lecturas, y una Crónica en tres libros. Lo que de él puede leerse son los fragmentos que de una obra mucho mayor quedan en las biografías de capitanes no romanos (De viris illustribus), y las de Catón y su amigo Pomponio Ático. 82 ROMA

CAYO SALUSTIO CRISPO (86-35 aprox.), de familia acomodada y nacido en una pequeña ciudad sabina, se trasladó a Roma, donde trans-111 re su vida. Supera a los anteriores por la elegancia de su prosa, y ■ "imeemos dos obras de tipo casi monográfico en que relata la conju-nn ion de Caiilina y la guerra de Yugurta. Se han perdido sus Historias, 111 bre\es, se destacan Jantn por el lenguaje elegante y perfecto como por la punzante ironía o la burla cruel y descarada. El otro satírico, JUNIO JUVENAL (58-138 aprox.), es muy distinto y no tiene de común más que el propósito de combatir con sátiras a la sociedad contemporánea. No preside su obra ni el humor alegre, ni el aspecto cómico de las cosas. Su pluma es sombría, y a

menudo se recarga de crudeza y tonos pesimistas. Además, no le preocupa la brillantez del estilo. Se conocen casi totalmente sus dieciséis sátiras. 4) La prosa. También en la prosa cabe señalar una copiosa producción, en la que se advierte profundamente la decadencia. Sólo contadas figuras se destacan de la variada cantidad de obras, que van abarcando cada vez más aspectos de la ciencia. PLINIO, el viejo, es un ejemplo, con sus treinta y siete libros de Historia natural, del fervor por una obra cultural y científica, al lado de un estilo torpe, que se hace peor cuando intenta alcanzar elegancia. La Medicina de CELSO, la Geografía de POMPONIO MELA, O los libros de JULIO FRONTINO sobre arte militar o la ingeniería romana, son muesj»! 90 tra de la especialización científica, que se iba apartando más y más de lo propiamente literario. Sentido contrario tiene la obra en prosa de SÉNECA, que en sus tratados filosóficos o morales (De consolación, Cartas inórales, De la tranquilidad del ánima, etc.) queda como el mejor prosista de la época, con un estilo que por la limpidez de la frase breve y la riqueza de ideas puede compararse al epigrama en la poesía. El estilo de Séneca fue seguido e imitado largo tiempo. a) La novela.—De la época neroniana procede la primera novela a la que prcda oírse ese nombre con el sentido qué hoy se utiliza, y con un a-gumeriLd de hechos contemporáneos, basados en la realidad, descritos en prosa. Es fácil que los latinos no conociesen las novelas griegas, a no ser al^u id de DIÓGENES O YAMÜLICO ; pero lo que sí debía serles familiar eran las fábulas milesias, procedentes de Asia Menor y de las que se conservan huellas en autores posteriores. El Satiricen es la obra a que nos referimos. Atribuida a FETRONIO ARBITRO, existe el problema de si este es el personaje a que alude Tácito, y que viviera en la corte de Nerón como elegantice arbiter (algo así como gran director de ceremonia), o si, por el contrario, no tiene nada que ver con él. Tácito refiere que el elegante cortesano perdió el favor del emperador y se dio la muerte, no sin antes enviar un escrito en que relataba las depravaciones e infamias de Nerón. El creer que éste pudiese ser el Sati-ricón ha dado lugar a otra teoría, hoy poco compartida. Lo que parece ser evidente es el que el Petronio de la historia y el autor literario sean el mismo, sin que tenga nada que ver la acusación a Ncrc'n con la novela, relato satírico de las costumbres de su tiempo, en que se ataca tanto a los ricos advenedizos como a las opiniones literarias, o la intervención que los dioses tomaban en las narraciones épicas anteriores. No se conoce la obra comoleta; pero los fragmentos permiten establecer el sentido general del texto. b) La historia.—La figura esencial, no sólo de este período, sino de toda la historiografía romana, es PUBLIO CORNELIO TÁCITO (50-120 aproximadamente). Originario de familia ilustre del sur de Galia, estudió Retórica en Roma, lo que influyó poderosamente en su estilo. Publicó una biografía de su suegro Julio Agrícola, siguiendo el sistema panegírico, y 91 HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA

la Germania, donde estudia de modo muy completo el pueblo germano, sus características geográficas, etnológicas y la historia de las guerras mantenidas con Roma. El estilo no es monótono, sino que se pliega al tema, describiendo con sencillez y adquiriendo valor poético en las descripciones narrativas o en las reflexiones del autor. En sus Historias y Anales, Tácito supera su estilo de obras anteriores, y conservamos gran parte de estos libros. La influencia de la retórica en la historia se advierte más claramente en la biografía de Alejandro Magno, de QUINTO CURCIO RUFO, que más que un historiador pretende ser más bien obra literaria. Posterior es SUETONIO, que fue secretado del emperador Adriano y de quien se ignoran las fechas de su nacimiento y muerte. De gran cultura, escribió gran número de obras eruditas (Del año romano, De los signos gramaticales, De los modos de vestir, etc.), conservándose parte de las dos históricas, Vidas de varones ilustres y la llamada Vida de los doce Césares, que va desde César hasta Domiciano. Suetonio huye de las maneras retóricas, y su estilo seco se aparta de las enumeraciones minuciosas, no interesándole los detalles más que desde el punto de vista del erudito. Una interesante recopilación de hechos es la que contiene el libro de VALERIO MÁXIMO Hechos y dichos memorables, que agrupa las anécdotas en secciones: el valor, la felicidad, los dioses, géneros de muerte extraños, etc., relatando primero los procedentes de otros países, y a continuación los romanos. c) La oratoria.—MARCO FABIO QUINTILIANO (35-95 aprox.), de Ca-lagurris, en la España romana, se dedicó al estudio de la Retórica, teniendo sus obras, para nosotros, más valor en muchas ocasiones desde el punto de vista pedagógico que desde otro cualquiera. No conocemos apenas sus discursos, pero sí libros como Instituti oratoria (Educación del orador), en doce libros, hallándose en el décimo una descripción de los escritores del mundo clásico que debe conocer el futuro orador, lo que viene a ser la primera historia de la literatura comparada que conocemos. 92 ROMA IV.—TIEMPOS FINALES DE LAS LETRAS LATINOPAGANAS Característica esencial de los años que siguen hasta el final del Imperio romano es el predominio de la retórica, hasta el punto de supeditarse el contenido de la obra a la expresión. Este cultivo de la forma no encuentra grandes figuras que logren un nuevo estilo valioso, y la busca de expresiones nuevas y retorcidas conduce, por un lado, a la utilización de arcaísmos sacados de los antiguos autores, y, por otro, a la asimilación de voces populares más o menos adaptadas. En la construcción tuvo fundamental importancia la existencia de los sofistas, en especial los llamados segundos sofistas, y las frases se convirtieron en puro sonido y artificio, tecurriendo a paralelismos, asonancias y retorcimientos retóricos de toda clase. Este fenómeno se une a la influencia que vuelven a tener las letras griegas; pero no ya las de sus mejores momentos del clasicismo, sino de la era contemporánea, que adolecía de análogos defectos. Por otro lado, Roma va perdiendo su papel de centro cultural, y las provincias van dando lugar al nacimiento de focos culturales, que se desenvuelven con vida propia. (En la Edad de Oro y Plata, las provincias, y de ello es buen ejemplo España, podían dar primeras figuras en las letras, pero viviendo en Roma y desenvolviéndose en su sociedad.) Si este

fenómeno, por un lado, conduce a una universalización de la cultura latina, por otro da origen, con la aparición de localismos, a una diferenciación dialectal, que desintegra la unidad de la literatura latina. Junto a ello, la evolución histórica del imperio no favorecía mucho a las letras. Los emperadores se sucedían rápidamente y cambiaban sus lugares de residencia, lo que, unido a su falta de cariño hacia las letras, impedían la formación de una corte semejante a la de Augusto. 1) La poesía. Es en la poesía donde se sigue conservando el ejemplo de los grandes valores antiguos, a los que se imita en métrica y léxico. Así, ANNIO FLORO, contemporáneo de Adriano, compuso poemas en los que se tratan los viejos temas del amor y la vida fácil con notables influencias de O vi93 HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA dio. Un poema de autor desconocido, La verbena de Venus, en tetrámetros trocaicos, ser ala el parecido con Lucrecio y tiene una viva descripción de la Naturaleza. Las obras de NEMESIANO DE CARTACO, único nombre que destaca algo en el siglo III, Cinegética, Náutica y Haliéutica traen inmediatamente a la memoria los nombres de Virgilio y Ovidio. Tiene interés señalar en el siglo siguiente la colección de poesías del africano PORFIRIO OPTACIANO, que dedicó a Constantino, y no por su valor poético, simplemente dentro de los límites de la discreción, sino por el artificio que representa su forma: figuras de palma, flauta pastoril, acrósticos variadísimos, etc., sin que el juego altere la corrección prosódica. Aunque de intento dejamos los autoies contemporáneos que forman en las filas del cristianismo, hay en este tiempo poetas que, aunque convertidos tardíamente, no reflejan en absoluto en sus obras la nueva doctrina. Tal es el caso de AUSONIO, nacido en Burdeos y muerto en el último decenio del siglo IV. Su numerosa obra ha llegado completa hasta nosotros, y nos da idea de su perfección y la gran influencia de los grandes autores. Muchos de sus poemas son epigramas, a los que se une un epistolario en verso, destacándose su poesía al Mosela. También del siglo IV es el epigramista AVIANO, que en cuarenta y dos fábulas esópicas, sobrecargadas de retórica, dejó el material suficiente para la mayor parte de las versiones medievales. La última figura importante que se destaca en la decadencia romana es la de CLAUDIANO. Griego de origen, quizá nacido en Alejandría a finales del siglo, escribió en griego epigramas y una Gigantomaquia; pero conocedor del latín y trasladado a Roma, gozó de éxito en la corte, erigiéndole una estatua el Senado durante su vida. Se cree era cristiano, sin que su profesión influyese en sus obras El rapto de Proserpina—largo poema mitológico—y las poesías breves o carmina minora, que son unas cincuenta en hexámetros y dísticos elegiacos, entre los que se encuentra el del Ave Fénix, también tratado por Lactancio. Sus panegíricos e invectivas tienen valor como fuente histórica, a pesar de la envoltura barroca que las contiene. S4 ROMA 2) La prosa. Dentro de la falta de valores artísticos señalada entre las características generales indicadas hay que situar la gran producción de obras orientadas hacia el terreno de las distintas ciencias, que no merecen apenas una mención. La erudición, la miscelánea y las

refundiciones revelan la falta de espíritu literario creador. Las Noches áticas de AULIO GELIO son una colección de notas tomadas durante sus lecturas, que a veces sirven de dato al erudito. a) La novela.—Una obra sirve de centro a toda la prosa artística de este momento, y, a partir de ella, nada puede encontrarse de interés. Pero si para el investigador puede tener valor su estilo barroco, a la hLtona general le interesa, sobre todo, el hecho de que se trate de un relato en prosa y con una trama que la hace semejarse a la idea moderna de novela. El autor es AFULKYO, nacido hacia 125 en Madauro, educándose en Caita^o y Atenas, autor de numerosas obras y géneros, pero que no alcanzaría su inclusión en un manual de no ser por la obra que comentamos, titulada El asno de oro. A pesar de tratarse de una paráfrasis del griego, referida a unas Metamorfosis de oue era autor un griego llamado Lucio, de Patras, de donde extrajo una obra resumida el satírico Luciano, bajo el título Lucio o el asno, existe el problema de cuál de las dos fue la obra seguida por Apuleyo para su Asinus aureus. Se trata de una novela de aventuras y magia, en la que un mercader llamado Lucio se ve metamoforseado en asno, conservando sus facultades de magia, excepto la voz, hasta que logra olfatear unas rosas que le vuelven a su forma primitiva. En el ínterin es protagonista o testigo de sorprendentes aventuras, algunas poco relacionadas con el hilo central del argumento, y compensando las fuertes pinceladas de alguna de ellas con el cuento de Amor y Psiquis, incorporada de la primitiva y perdida novelística griega, y que creen algunos autores es una fábula milesia recogida por el autor. b) La historiografía.—Con ser éste uno de los aspectos de la prosa que más fecundamente se producen en este período, no se encuentran en él obras que superen, desde la estimativa literaria, las de épocas anteriores. A la falta de rigor histórico, que podría pasar a segundo plano, dado el carácter de nuestro estudio, se une el estilo pomposo y afectado. La primera obra cronológicamente es la de FLORO—no se ha logrado í)5 HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA esclarecer si es el mismo Annio Floro, de quien hemos hablado como poeta—, que expone la historia militar de Roma, excesivamente tendenciosa patrióticamente. MARIO MÁXIMO y ELIO CORDO escribieron biografías de Césares, que tuvieron aceptación en su tiempo, aunque para nosotros la acumulación de anécdotas, documentos apócrifos o falsificados y hechos personales desprovistos de crédito no son de trascendencia. De la obra del último de estos autores se ha dicho que más bien parece una parodia de la biografía. (Cfr. A. Gudeman, Historia de la literatura latina. Labor, 1942.) Lo mismo puede decirse de la llamada Historia augusta, debida a varios autores, retórica, minuciosa y despieocupada acerca de la veracidad de sus fuentes. Un estilo menos barroco, inspirado en los antiguos maestros, preside los Panegíricos que se dirigían al emperador, y que en la composición pecan de uniformidad, estando elaborados con arreglo a un patrón. Todavía en el siglo IV se produce alguna obra de historia romana. El africano VÍCTOR (murió en 360) da con sus Césares un esquema de la era imperial, y EUTROPIO, una historia desde los orígenes a sus contemporáneos, que sólo sirven para atestiguar el decaimiento del género y del que sólo logra salvarse AMIANO MARCELINO, que vivió durante los reinados de Constancio y Juliano, recorriendo numerosos lugares y conociendo

las campañas de estos emperadores. Conocemos fragmentariamente su obra, que continuaba la de Tácito, llegando hasta Valente. Su posición es abiertamente contraria a la de sus predecesores en la disciplina, combatiendo la biografía anecdótica de tipo cortesano y siguiendo como norma la exposición de la verdad histórica. En cambio, en lo que se refiere al estilo, debido a no dominar el latín, su obra es bastante inferior. c) La prosa jurídica.—Cabe destacar, frente a la hinchazón retórica, la pervivencia del estilo sobrio de los juristas, que supo mantenerse fiel a la tradición. Tanto SALVIO JULIANO, POMPONIO y PAPINIANO como PAULO y ULPIANO en el siglo III, o sus seguidores en los años finales de la jurisprudencia imperial romana, no se dejan influir por los estilos en boga, y dan lugar a que en el siglo VI, bajo JUSTINIANO, se concrete en el Corpus juris la tradición romana del Derecho. 96 S» CAPITULO VI GRECIA BAJO EL IMPERIO ROMANO El triunfo en las guerras púnicas y la sumisión del desmembrado imperio de Alejandro da lugar, coincidiendo con la Edad Dorada romana, a un nuevo aumento de la influencia griega en las letras romanas. Pero a esto, que ya hemos analizado en los capítulos anteriores, hay que añadir la vida literaria que continuaba en Grecia, y que si no llega a alcanzar la altura de las obras antiguas, logra seguirse desenvolviendo, especialmente en la prosa, ya que la poesía queda bastante atrás de sus modelos. 1) La poesía. De igual manera que en la época helenística y en los siglos que siguen a la romana Edad de Plata en las letras, la poesía está dominada por la forma, y la intención didáctica, predominando, pesa sobre la inspiración, que no logra elevarse a la altura de épocas anteriores. Se sabe que PAR-TENIO DE NICEA fue imitado por romanos, entre ellos VIRGILIO, y que ARQUÍAS DE ANTIOQUIA, contemporáneo de Cicerón, compuso epopeyas que tenían por fondo las luchas contra cimbrios y Mitrídates, sin aportar ningún valor nuevo a la historia de las formas poéticas. La mayor elevación a que llega la lírica está en los himnos de MASÓ-MI.DES al sol y a Némesis, y la mayor parte de los cantos, que atribuidos .1 Anacreonte, pertenecen a esta fecha. a) La epopeya.—El mantenimiento del gran género que en la época heroica de las letras griegas produjo obras maestras, sirviendo de constante ejemplo durante toda la vida poética y narrativa del mundo antiguo, se escinde en dos direcciones a lo largo de los últimos años del período B7 HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA helenístico. Por una parte, las epopeyas dionisíacas, que tienen como base expediciones del dios Baco a las Indias, y que tratan de dotar al viejo tema de un nuevo estilo y que fundamentalmente se escriben en torno al foco alejandrino. El autor más conocido es NONNO, de Panópolis, que escribió una epopeya de Baco en cuarenta y ocho libros, repleta de episodios y pomposa de estilo. Conocemos fragmentos de poemas anteriores con el mismo tema, que el autor, sin duda, tuvo a la vista. Más fiel a Hornero es la dirección de la epopeya que se da en Asia Menor, y cuyo representante es QUINTO DE ESMIRNA. Tanto el estilo como los argumentos tratan de

ser iguales a los de Hornero, y su plan es dar una narración completa, exenta de las lagunas que haj cntic K litada y ia Odisea, añadierdo relatos de los poemas cíclicos. Aunque hábilmente escritos, los catorce libros de Quinto carecen úe valor imaginativo (i). b) El epigrchia—El epigrama gozó de ^ran fi\or, a semejanza del obtenido en la metrópoli, aunque no se uedica ni tiene nunca la fuerza satírica alcanzada en Roma. MLLEAGRO >M (!ÁD\KA ] ublaó en el siglo I, a. de J. C, una Corona epigramática, en la que hay bastantes de que es autor. CSIXÁCORÍ»S DD MITILENE y FILODEMO sun también epigramistas de la época. En el siglo siguiente se publicó otra Corona de epigramas, de que era compilador FILIPO DE TESALÓNICA, que, siguiendo la costumbre, incluyó muchos suyos; y en adelante se continuó cultivando esta forma poética, hasta los finales de lo que se ha convenido en llamar mundo antiguo. Hacia el 400, PALADAS y PAULO el Silenciario, de la corte de Justiniano, son las últimas figuras destacables. Posteriormente, el epigrama toma nueva vida en manos de los autores cristianos. c) La dramática.—En la poesía dramática se advierte en tal modo la decadencia, que las representaciones pierden el texto, que queda limitado a intervenciones corales, o no existen. De las grandes tragedias y la comedia ática se pasa al mimo, en que se representan pequeños argumentos, escenas mitológicas, etc., animadas con danzas y acompañamiento de timbales y castañuelas. El nombre que suele servir como representante es el de FILISTÓN DE NICEA, nacido en el reinado de Augusto probablemente. • H. (1) Perteneciente al primer grupo, por el estilo, es la obra de MUSEO, Hero y Leandro, que ha pasado a ser uno de los temas universales Schiller, Grillparcer, etc., han tomado modelo de la historia de estos dos amantes, que tienen un fondo común k la novelística tan desarrollada en la época II .,..„.,., ...i._.iA.ft¿.i ' GRECIA BAJO EL IMPERIO ROMANO d) Poesía órfica y religiosa.—A causa de la invasión por lo didáctico de la poesía, y reflejando la descomposición de la antigua religión y la multiplicidad de escuelas filosóficas, se produce en la poesía griega una serie de obras en que el poeta, más que buscar una simple inspiración lírica, trata de dar a conocer sus ideas. Así, tenemos los himnos de PRO-CLO, neoplatónicos piadosos, en los que persigue la elevación del espíritu ; la literatura órfica, fácilmente derivable hacia el misterio y la magia, que ha producido himnos y una teogonia en veinticuatro partes y una epopeya, Argonáutica, que se supone relatada por el propio Orfeo. Del siglo V o el VI son los llamados oráculos sibilinos, coleccionados en catorce libros, influidos por la literatura jtHía en gran parte, y en que anuncian el derrumbamiento del mundo pagano y la llegada del verdadero Dios. Son libros seudoinspirados, considerados apócrifos, y que, aparte de la escasa importancia literaria, la tienen por ha.ber sido manejados por autores cristianos. 2) La prosa. a) La novela.—Propio de la época helenística es la aparición de la novela con unas características continuadas y una gran producción. Desde este momento, y al través de la novela bizantina y su herencia medieval, no han de olvidarse una serie de temas que en diferentes estilos y modalidades se cultivan incesantemente.

Para Menéndez Pelayo (Orígenes de la novela, ya citada), que la considera como última degeneración de la epopeya, no podía existir en la Edad de Oro de las letras griegas, y ve en la muelle ociosidad de las ciudades de Jonia y Magna Grecia la causa del nacimiento del nuevo género, que venía a halagar a la imaginación y los sentidos. El hecho de que las primeras novelas griegas tengan un fondo histórico o erótico que recuerda los relatos de la epopeya, y, por otro lado, cómo de la Geografía, por el relato novelesco de viajes, nacía una fantástica novelística de aventuras, nos muestra los caminos que sigue el género en su germinación. En efecto, la novela griega tiene el triple carácter: "Viaje extraordinario en aventuras, esquema amoroso a lo largo del argumento y total predominio de la imaginación como instrumento elabnia-dor. Estos tres elementos, de los que uno predomina en lai primeras 11001) HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA velas, aparecen luego combinados, constituyendo el móvil del interés que despertaban. Nada conocemos de la novela anterior a esta época, que sin duda debió existir; pero si rastreamos los orígenes, tendremos que tener en cuenta qué elementos de lo que llamamos novela hay en los apólogos esópicos, las narraciones que a veces recogen e intercalan los (historiadores, las he-roidas, que en verso son muestras de infidelidad amorosa. Las fábulas milesias de que ya hemos hablado al tratar la novela latina, fueron el precedente inmediato. Desgraciadamente, sólo se conocen La matrona de Ejeso, intercalada en el Satiricen, y la del Amor y psique, en el Asno de oro, que se tienen por obras de este género intercaladas. Estos restos, las Fábulas mihwias de Arístides (siglo I, a de J. C. aprox.), halladas en el equipaje de un oficial romano, y el análisis que Focio hace en el Bibliomiron de una colección de cuentos que atribuye a CONON, de quien no se tiene otro dato, dan una idea de lo que serían estos relatos breves, análogos a nuestros cuentos literarios, la novellina italiana o las short hystories británicas y americanas. Uno de los cuentos que nos resume Focio es la anécdota del deudor que conservaba el dinero que debía encerrado en la caña que le servía de bastón, y que Cervantes utiliza en el Quijote en el capítulo en que Sancho gobierna su ínsula. Las fábulas de Arístides eran de tipo erótico y licencioso. Nos resta señalar, antes de pasar a reseñar las principales obras, la posible influencia oriental, ya indicada en las fábulas de Esopo. En unos fragmentos falsamente atribuidos a Demócrito, se narra la novela de Ají-car, ministro de Senaquerib, que condenado por calumnia, es repuesto posteriormente, y en la vida de Esopo tuvo una refundición griega. Gu-bernatis, en la obra citada, al hablar de la novela en otras épocas, atribuye gran importancia en su desenvolvimiento a las tradiciones de Asia Menor. El primero de los autores de una novela artificiosa helénica, YÁMBLI-co, coetáneo de Trajano y Marco Aurelio, sirio, conocedor de lenguas del Oriente anterior, y de vida muy aventurera, escribió en la corte de Soamo, rey de la gran Armenia, y bajo el título de Historias babilónicas, según él basadas en un antiguo relato del país, un voluminoso relato, de treinta y cinco a treinta y nueve libros, que ha llegado a nosotros por el extracto de Focio, y revela el artificioso enrevesamiento que no pueden superar las posteriores, a pesar de ser una de sus características principales. 100 GRECIA BAJO EL IMPERIO ROMANO El mismo Focio da noticia de una novela fabulosa geográfica de ANTONIO DIÓGENES, del siglo I, que todos los autores comparan a las más fantásticas de Julio Verne, y que en veinticinco libros relata Las cosas increíbles de más allá de Tule, en que cuenta cómo hay

caballos que cambian de color para mejor huir de las persecuciones; Astreo, que mostraba en sus ojos las fases de la luna; muertes diurnas y retorno a la vida por la noche, etc. Relatos del mismo género escribió un tal ANTIFANO, algo anterior, y que Focio menciona. Anterior a Jesucristo es también CARITON, de Afrodisia, que en ocho libros nos cuenta los Amores de Quereos y Calirroe, de fondo histórico, utilizando una sublevación de los egipcios contra Persia para que la heroína, llevada a Persia, encuentre a su esposo, y dar un final feliz a la obra. Contemporáneo suyo fue JENOFONTE DE EFESO, autor de Las historias efesias de Antea y Abroe ornes, en que el tema central es la fidelidad y aventuras de la pareja, a través de variadísimas aventuras, que son quienes daban interés a la novela. Abrocomes, que al principio de la novela se nos presenta creído capaz de resistir la fuerza del amor, conoce a Antea en la procesión de Diana, quedando enamorados uno de otro. Se casan, pero unos piratas les separan, y se ven obligados a viajar separadamente, soportando las más duras pruebas. Numerosos son los que se enamoran de Antea, y tratan de apoderarse de ella o hacen llegar noticias falsas a su esposo. Por accidente, ingenio o milagro, van saliendo triunfantes, regresando felices a su patria. Los accidentes maravillosos que se suceden dan animación a un estilo en que los nombres de los personajes se repiten frecuentemente, a causa del largo tiempo que suelen permanecer presentes en el relato. La novela griega que mayor influencia ha tenido a lo largo de la Edad Media, es la Historia de Apolonio de Tiro, que dio lugar a varios relatos medievales, hasta el Feríeles, príncipe de Tiro, de Shakespeare. En torno a ella hay el problema de si fue escrita en latín o se tradujo del griego, por conservarse en copia latina, posterior, del siglo V; pero de lo que no hay duda, es de que se trata de una novela griega prototípica, procedente de antiguas tradiciones de Asia Menor, encontrándose en su argumento aspectos de relato popular: La madrastra que persigue a la niña por en101 HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA vidia, ya que tiene una hija fea; la orden de asesinato no cumplida; la muchacha y la mujer fieles en medio de todos los peligros, etc. Su trama, tan conocida en el medievo, que un gramático alude a la obra con toda familiaridad, diciendo simplemente, "el Apolonio" nos sirve también de muestra del enrevesamiento de la novela en esta época, que revela el público a que va dirigida: popular y muy amplio, como en nuestros tiempos el folletón del siglo XIX. El rey Antioco tiene una hija que ama mucho, y para mantener alejados a los pretendientes, les propone una adivinanza, que si no resuelven lo IIK -.' i li i ,il)L a. Apolonio EC presenta y contesta acertadamente; peio tomo I.i ii puesta revela las íelaciones del rey con su hija, es condenado ,i muí i le Huye Apoloiiu» m un.i nave, mientras el rey ordena que le capturen vrvo o mucito, y unlia a la ciudad de Tiro, donde los habitantes están hambrientos. Reparte el grano de que iba cargado su navio, y los habitantes le eugen una i st.itua de bronce.

Al partir de alh, una borrasca hace naufragar su barco, salvándose él sólo, y siendo recogido por un pescador, que le da sus ropas, conduciéndole a la corte, donde narra sus aventuras y enseña música a la joven princesa Cuando ti es pretendientes se presentan a solicitar la mano de la princesa, ésta manifiesta que no puede elegir a ninguno, porque ama a Apolonio. El rey accede a su matrimonio, y son felices hasta que se enteran de que el rey Antioco y su hija vienen sobre el reino, cuyoshabitantes le han proclamado rey. Apolonio y su mujer huyen en un barco, donde ella da a luz una niña; pero creyendo muerta a la madre, la depositan en el mar en una caja. Tres días después las olas la llevan a las orillas de Efeso, donde la encuentra el médico Cheramon, que la abre. Uno de sus discípulos le hace observar que el cuerpo se mueve, y la reanimada princesa es salvada, e inscrita entre las sacerdotisas de Diana, que tenían culto especial en aquella ciudad. Mientras tanto, Apolonio vuelve a Tharso, donde deja a la niña, que llama Tharsia, con su ama Licoride, a Stranguglione y su mujer, Dionisia, debiendo él mismo partii para Egipto. Tharsia crece bellísima. Cuando tiene catorce años, el ama, moribunda, le revela su origen y quiénes son sus padres. Dionisia, que odia a la niña, manda matarla mientras visita el sepulcro del ama. Ella sólo pide que la dejen rezar; pero en esto desembarcan piratas, que se la llevan, y el encargado del asesinato dice a Dionisia que se ha cumplido su orden. Dionisia finge dolor y alza otra tumba. 102 GRECIA BAJO EL IMPERIO ROMANO Los piratas desembarcan en Mitilere y venden la muchacha, que resiste a cuantos la asedian, incluso Atenágoras, jefe de la ciudad. Apolonio, que regresa a Tharso, se entera de la muerte de su hija; se viste de luto, se desespera y no vuelve a hablar ni a reír. Llega a Mitilene con ocasión de las fiestas de Neptuno, donde después de una serie de escenas reconoce a su hija, y la casa con Atenágoras. Un sueño le revela que su esposa está en Efeso, donde se dirige, y con ella se encamina a Antioquia, capital de su reino. Hace a Atená-goias rey de Tiro, y el pueblo lapida a Dionisia y su marido. En tanto, muere el viejo rey de Cirene, y así Apolonio domina a un tiempo Cirena, Tiro y Antioquia. Muere a los setenta y cuatro años, después de haber escrito sus prop'as ai enturas. Otras novelas griegas, de cuyo enre\esado argumento Jan id«a los que hemos resumido, son las de HELIODORO DE EMESA (siglo III de J. C), titulada Las historias etiópicas de Teágenes y Cariclea, y Lo? amores de Lencipe y Clitofonte, de AQUILES TACIO, escritor del siglo IV. La primera procede problamente de un relato egipcio, que el autor complicó envolviéndole en su estilo adornado. Es la más larga de las que conocemos, y tiene una mayor sobriedad, dentro de las características generales. Se la ha señalado como tipo que en otros tiempos han de seguir las novelas francesas del señor de Urfé, Florián, Bernardino de Saint Pierre y Chateaubriand. Cariclea es un tipo de muchacha guerrera, que también fue popular en la Edad Media, y de donde obtuvo Taso su Flo-rinda. En síntesis, eliminando muchas aventuras del tipo de las anteriores novelas, es esta su trama:

Teágenes y Cariclea crecen juntos, ciiados por unos pastores. Se ven separados, y después de intrincadas aventuras logran reunirse. Cuando vuelven a verse se enamoran vivamente, y separados otra vez, tienen que combatir contra varios enemigos. Cariclea—a quien la diosa Diana había enseñado a cazar—lucha tenazmente. Posteriormente PS acusada de un envenenamiento que no ha cometido y condenada a ser quemada viva, peí o por efecto de un anillo mágico, las llamas no la hacen nada. Finalmente, otra prueba queda constituida por un altar de oro que hace perecer a los impuros que se presentan a él. Salen incólumes, y son reconocidos y honrados, celebrándose sus bodas en Meroe, en Egipto. AQUILES TACIO, sofista alejandrino que imita al anterior, y de quien se dice inferior en la composición y el aspecto moral, influido por el neo103 HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA platonismo, y posiblemente por el cristianismo, da a su novela un tono que desde nuestro punto de vista tiene importancia. La historia—que no consideramos necesario reproducir— es la misma de fidelidad de dos amantes leales separados al través de numerosos viajes, aventuras, etc., pero está impregnado de un sentido caballeresco, análogo al que aparece en la Edad Media cristiana. Nos falta por reseñar una novela de la época mucho más conocida que suele quedar aparte en las clasificaciones de la novelística griega: Dafnis y Cloe, novela pastoril, compuesta en Lesbos por LONGO (siglo III). En realidad, no es otra cosa que una novela erótica de las estudiadas, a la que el autor ha liberado de los numerosos incidentes, dejándola reducida a lo esencial: El nacimiento de un amor idílico entre un niño y una niña, que, recogidos por unos pastores, crecen juntos, y pasan de la amistad infantil al amor. Los clásicos piratas de la novela griega y la separación de los amantes quedan reducidos al mínimo, y son lo suficiente para dar amenidad y variación a la trama. El descubrimiento de que son hijos de ricos señores de la ciudad no les hace abandonar la vida apacible del campo. Con esta obra llega a su culminación la novela griega. Crea todo un género: el idilio, sin finalidad alegórica, con la mayor sencillez, no desprendida de la malicia ingenua de que habla Gubernatis. (Ob. cit.). Poco es lo que se sabe del autor, a quien se tiene por romano y no griego, y de la época en que se escribió, sin que estas dudas alteren su puesto en la historia literaria, ya que continúa el estilo de los sofistas y logra el mejor resultado de su manera descriptiva. Posteriormente se continuó la cultivación de la novela en obras, que, como los Amores de Ismenio c Ismina, atribuida a EUSTAZIO, continúa el amaneramiento sofístico y no aporta ninguna novedad, siendo la continuación de este género durante el imperio bizantino. b) La novela epistolar.—A pesar de dar este título a los relatos en que la capitulación o partes ha sido establecida por medio de cartas, no hay todavía ninguna verdadera novela. El hecho es que el género epistolar se cultivó abundantemente, y de las escuelas de Retórica pasó a las obras seudohistóricas en forma de carta de príncipes o figuras importantes, no quedando exento de ellas Alejandro. Se cita como ejemplo veinticuatro cartas que forman una biografía novelesca de Hipócrates. La in104 GRECIA BAJO EL IMPERIO ROMANO [i clusión de algún relato y las cartas amorosas en boga durante la segunda sofística dieron paso a lo literario. Las cartas de Alcijrón, contemporáneo de Luciano, constituyen un cuadro de costumbres o escenas figuradas con personajes históricos a modo de unas heroidas en prosa. Más

acentuado tienen este carácter las Cartas de Aristeneto, del siglo V, en que aparecen las cortesanas de Alejandría, donde se compuso la obra. El autor se cree vivía en el siglo IV, y murió en el terremoto de Nicomedia. En realidad, ninguna de las dos es una novela, sino una serie de relatos breves y cuentos unidos por la forma epistolar. c) La prosa satírica.—El representante único de la sátira en prosa durante este período es LUCIANO DE SAMOSATA. Escultor en su juventud, fue luego retórico, haciendo numerosos viajes, y dedicándose después a la Filosofía, terminó por ser escritor. Enemigo de las supersticiones y los dogmatismos, impregnado de su formación filosófica, creó el diálogo satírico, género que recuerda la sátira menipea y el diálogo de la comedia. Lo más interesante en él es el ingenio, que supera su erudición o su doctrina. De las numerosas obras de Luciano—algunas apócrifas—que se conocen son esenciales los Diálogos satíricos, entre los que se destacan La almoneda de los filósofos, en que son vendidos a precios bajísimos, y El pescador o los resucitados, en que se defiende de la acusación de los filósofos, diciendo ante Sócrates y Diógenes que sólo se trataba de los farsantes. La conjuración de los muertos y El gallo mantienen que más allá de In muerte, los ignorantes y los pobres son mejor tratados que los ricos. Varios diálogos atacan la creencia en Júpiter y su providencia, acabando el dios por dar la razón al final de uno de ellos. Mcnéndez Pelayo (Orígenes de la novela) le considera "ingenio de dfíHilencia saturado del más puro helenismo", y le señalaba predecesor tKr> m HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA LA LITERATURA DEL ISLAM í1 í El género literario llamado Adab, que, siendo en un principio una recopilación de elementos científicos, concluyó en colecciones de anécdotas y misceláneas de cuentos, casos extraños, conocimientos, etc. Son conocidas las colecciones del poeta BEN ABD RÁBIHI, el Libro del ornato de las asambleas, BEN ABD AL-BAR (978-1070), etc. La difusión de las Macamos de HARIRI, de que hablamos al tratar de la poesía islámica en Oriente. Su conocimiento en España hace pensar si tuvo alguna influencia en la peculiar novela picaresca castellana. Fueron imitadas por BEN AL-QASIR (m. 1180) y SARACOSTÍ AL-ESTERCUNÍ, escribiéndose también comentarios a las Macamos, de las que la más importante en todo el mundo musulmán es la obra de ABÚ EL ABBAS AHMED, de Jerez (m. 1222). Los cuentos dejados por los moriscos después del fin del predominio musulmán son una huella clara de este género en años anteriores. La mayor parte son leyendas o tradiciones de origen árabe, sobre Mahoma o Jesús, procedentes en este caso de los E^ angelios apócrifos; y alguno es de la colección conocida por las Mil y una noches, tal como la Historia de la ciudad de Alatón y de las vasijas, existiendo derivaciones de la leyenda de Alejandro. Por su difusión posterior sabemos que la novelística árabe conservó en su lengua tres obras orientales, llegadas a la literatura castellana con los títulos de Calila e Dimna, Barlaam y Josafat, y Sendebar. El primero es un fabulario indio, recogido en persa por BARZUYH, y que AL MOCAF\ trasladó al árabe en 750, de donde se tradujo a varios idiomas. Debió ser obra conocidísima en el mundo arábigoespañol. El Sendebar también llegó por análogo camino, y la forma es parecida a las Mil y una noches en el modo de enlazar los cuentos durante tres días que son necesarios para que un inocente pueda hablar, salvándose de un peligro. Del Barlaam v Josafat no se conoce versión árabe; pero se deduce de obras contemporáneas, de igual modo que los astrónomos anuncian un planeta antes de conseguir verle, por las consecuencias que produce en la marcha de los demás astros. Mención aparte merece la novela filosófica de BEN TOFAIL (1180-1185 aprox.), que describe en una especie de robinsonada la estancia de un niño llevado a una isla desierta, donde, dedicado a la reflexión, elabora una filosofía altamente individualista, llegando al más puro y alto conocimiento, que, al intentar comunicar a un llegado de una isla vecina, le hace comprender que la masa de los hombres no pueden llegar a esa perfección, y hay que mantenerles en una religión en que, en vez de la luz clara, se les muestren oscuros símbolos. 8) Los estudios gramaticales. Pronto se hicieron en España textos para sustituir a los llegados de Oriente, lográndose obras importantes tanto en Gramática como en Lexicografía o estudios literarios. ABÚ ALÍ-AB-QALÍ (901-967), autor del llamado Libro del erudito, tratado filológico por orden alfabético con más de 5.000 hojas; BEN MÁ-LIK (1208-1274), cuyas obras todavía se usan, y el granadino ABÚ HAYAN (1257-1344), son tres jalones del alto grado conseguido en los estudios gramaticales. En la Lexicografía son de destacar el citado ABÚ ALT, con su Libro de las rarezas de! lenguaje, y AHMED BEN SAYID (m. 993), que hizo el diccionario titulado Libro del

sabio. El ciego BEN SIDA (siglo X), de Murcia, también se dedicó a estos estudios, conociéndose de él dos diccionarios, titulados Almojasas y Mohcam, alfabético éste y de ideas afines el anterior. La historia literaria, consecuencia del alto grado cultural y el gran desenvolvimiento poético, existe entre los árabes españoles desde el siglo X. OTMAN BEN RABIA (m. 922), de Sevilla, escribió un libro, Clases de poetas de España, y BEN MASAMAI (m. 1031) Historia de los poetas españoles. La Risala de AL-SECUNDÍ (m. 1231) ofrece una ejemplar selección de lírica andaluza, que puede recordarse entre las numerosas obras sobre esta materia escritas por musulmanes españoles. !o 10) Las obras jilosójicoteológicas. De la obra del arabista ASÍN PALACIOS se deduce que el pensamiento filosófico hispanomusulmán está entroncado con la cultura oriental, sin parentesco con las tradiciones indígenas. González Patencia, en su obra Literatura arábigo española, señala una dirección neoplatónica, otra peripatética y una final mística, cuyos representantes pueden ser siguiendo el mismo orden BEN MASARRA, AVERROES y BEN ARABÍ. LO más importante desde el punto de vista de la literatura es la novela de BEN TOFAIL, ya estudiada y que sería interesante comparar con la corriente robinsoniana europea. VII.—LA LITERATURA JUDÍA EN LA EDAD MEDIA. El pueblo hebreo, disperso, conserva en la Biblia, y el posterior Talmud, cristalización de cuanto la tradición judía ha ido elaborando en cuanto a historia, leyes, conocimientos, etc.,

todo su bagaje literario. Escaso es el valor del Talmud en este sentido, falto de unidad esquemática 190 y sin destacarse por su lenguaje. Este mismo "espíritu de dispersión" afecta a su obra, que si alcanza en la Edad Media un momento de flore--cimiento, es solamente en la España musulmana. Fue Abderramán III quien, al llamar al médico judío BEN CHAPRUT (945-970), dio entrada con él a los estudios talmúdicos, y al someterse los judíos a la cultura arábiga pueden medrar dentro de ella produciendo textos de valía. La obra de los hebreos fue esencialmente filosófica y científica, aunque hubo poesías como las de MOISÉS BEN EZRA (I 138), poeta al modo árabe, o la novela satírica compuesta por BEN ZAQBEL, que no ts otra cosa que una imitación en hebreo de las Macamas de HARIRI. SALOMÓN BEN GABIROL (1021-1070), corocido por los cristianos como AVICEBRÓN, escribió en árabe gran número de sus obras, imitando la forma de la poesía cortesana en algunas, pero dotándola de un contenió > mucho más profundo. YFHUDÁ ALEVÍ (10851143 aprox.) escribió una novela filosófica, Cusary, en elegante lenguaje, para defender su raza, y también utiliza la forma de la novela para dar cauce a sus ideas filosóficas ABRAHAM BEN ASDAI con su libro El príncipe y el derviche, que es una versión más de la vida de Buda. MAIMÓNIDES (I 135-1204), llamado el príncipe de los pensadores hispano judíos, conocedor de la filosofía aristotélica, que había pasado a los musulmanes, elaboró sus obras en árabe y fueron traducidas a varias lenguas, especialmente la Guia de descarriados, que se tiene por un compendio teológico del judaismo, donde se trata de conciliar la fe con la razón mucho antes de la obra de Santo Tomás de Aquino. La invasión almohade le obligó a huir de su patria y ejercer la medicina en El Cairo. En Maimónides se suele representar generalmente la cultura hebraica española, que brilló a notable altura en el mundo cultural de su tiempo. Tras él no aparecen ya grandes pensadores, y se producen obras de traducción, principalmente en Cataluña y Provenza, que vienen a ocupar el centro de la cultura judía desplazada de Toledo. 191 i 1 CAPITULO Xi LA fORMAClOM DE LAS LITERATURAS I Frente a la universalización que representa el empico de una úrica lengua latina surge en el inundo románico una babelización que confirma los idiomas nacientes, dándoles el espaldarazo de su utilización literaria. La descomposición dialectal del latín origina, por razones hiotúiicopoll-ticas y artísticas, el predominio de aquellas formas que han de constituir los idiomas nacionales. El castellano, los dos dialectos franceses, el siciliano, el alto alemán y la fusión de lenguas que originan el inglés van dando sus productos literarios. Este fenómeno, contemporáneo en sus rasgos esenciales para el mundo románico, no alcanza a los países nórdicos ni del Este europeo. Los temas revelan la renovadora aportación de los pueblos asentados en los países; pero la influencia latina es notable, no sólo por su constancia, como se ha podido apreciar en el capítulo anterior, sino por la redacción de textos por eclesiásticos, que añaden sus conocimientos de la tradición antigua. Así, a la epopeya, directamente entroncada con la

literatura casi totalmente perdida de los pueblos invasores, se une el recuerdo de la épica grecolatina, y los temas de fabularios y tratados satíricos, tan del momento, son muchas veces una aplicación del ingenio de un escritor de otra civilización. Solamente el teatro no nos aparece con este entronque con lo latino o griego, tan directo, y parece nacer por sí sólo del deseo popular de diversión, aunque iniciado en actos religiosos. La epopeya se fragmenta, llega al pueblo y desemboca en u.ia literatura burguesa de las ciudades, mientras el lirismo se reñna y estanca en fórmulas en la lírica provenzal, que desde su región inicial pasa a ejercer su influencia a todas las literaturas que nos ocupan VM HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA El mundo medieval ha de dar paso al mundo moderno. Italia es quien inicia la marcha con una cosecha que se da apenas plantado el toscano en el vivero de sus dialectos. El inglés Chaucer es representativo de cómo esta potencia italiana iba a ser una feraz levadura en el mundo moderno que nacía. I.—FRANCIA. I) LOS comienzos. No hemos hablado todavía de lo que hoy es Francia en el terreno de la literatura, orientándose hacia lo nacional, por la rápida asimilación que hace de las dos corrientes, bárbara y cristiana, que chocaban en su suelo, creando géneros que, como la epopeya caballeresca y la lírica de los trovadores, \an a constituir potentes focos de influencia sobre los países vecinos. Ya en el siglo VIII el latín de la conquista se ha convertido en romance, que a finales del siglo siguiente nos ofrece dos muestras literarias, aunque de escaso valor artístico: la Cantilena de Santa Eulalia (fechada en 842) y los Sennents de Estrasburgo (880), que derivan directamente de cantos latinos, como revela el simple comienzo de la primera de estas obras: Buona pulcella fut Eulalia; bel avret corps, bellezour anima. Voídrent la veintre li Deo inimi, voldrent la faire diaule servir. (Eulalia fue una buena virgen; bello tenía el cuerpo y mas bella el alma. Quisieron vercerla los enemigos de Dios, quisiéronla hacer al diablo seivir.) La primera invención literaria francesa se considera ser una Vida de San Leger, que ocupa poco más de 300 versos, con un débil plan argu-mental en que la narración es ingenua y concisa. Casi contemporáneo es un breve poema sobre la Pasión. La división de Francia en dos grandes zonas dialectales, que separa una línea, del Gironda a los Alpes, en oc y o'U, que ha de dar lugar al provenzal y el francés, es también la separación del nacimiento de dos géneros: el lírico en el Sur y la epopeya en el resto. 194 LA FORMACIÓN DE LAS LITERATURAS NACIONALES 2) La epopeya. Al igual que en los restantes pueblos que se instalaron sobre territorio romanizado, los francos poseían cantos épicos en los que había temas como el nacimiento de Meroveo, los muros que se desploman al son de las trompetas bélicas (de extraña analogía con relatos bíblicos), el vado que muestra una cierva a Childerico y el destierro de éste, etc.; pero no be sabe que formasen un todo coherente. El elemento germánico existente en el pueblo franco acusa una similitud de tradiciones legendarias, y así se encuentra un Sigofred, que es el Sigfrido tan difundido en todos los pueblos bárbaros. La pronta adopción de la lengua latina

ha contribuido poderosamente a la falta de poemas antiguos, habiendo ido pasando la temática legendaria de una a otra generación, atribuyéndose a diversos monarcas los hechos de la epopeya popular, hasta que el imperio de Cario-magno facilitó la atribución y mezcla con sus propios hechos. Así nos encontramos con que el primer texto fundamental de la lite-1.-llura francesa que se nos aparece como una obra lograda es el resultado de todo este camino. La Canción de Roldan {Chanson de Roland), escri-l;i en manuscrito de 1080, es sin duda la fijación de una epopeya bastante .uilciior. Probablemente, Roldan sería un héroe local, de la marca breto11.1 antes de convertirse en héroe nacional, y el hecho histórico que sirvió de pretexto fue un combate de retaguardia en que perecieron tres caba-llnos importantes: Roldan, Anselmo y Eginardo, el 15 de agosto de 778, jMTsrntando a los sarracenos como el enemigo simbólico, y a Carlomagno, ron su barba blanca y su longeva edad, como majestuoso símbolo de la rctiie/u cristiana. La forma es asonantada en versos de diez sílabas, en la tjHP rl rudo ritmo es muy expresivo y llega a dar tonos de grandeza. Por p|p|tiplo, estos pares de versos, que se repiten en medio de la descripción iitl combate para dar idea de su duración y dureza: "La bataille est prodigieuse et pesante; ni avant ni depuis on n'en vit de si rude..." "I a bataille est merveilleuse et se fait plus précipitée; (jue de duiils encoré avant qu'elle s'achéve..." "\JU bal.iille est tié¡> dure et obstinée; juiqu'd la nuil elle duiera sans tréve..." 1 195 HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA El argumento está llevado, siguiendo el orden natural de los hechos, sin otra preocupación estilística que llegar al fin de su relato: Comienza el poema en Zaragoza, donde el rey pagano—llamado así por ser mahometano— Marsilio se queja del poder de Carlos, que se ha apoderado de toda España, y pide consejo a los suyos para ver el modo de vencerle. Envía embajadores prometiéndole hacerse cristiano, y Carlos manda a su cortesano Ganelón, que por odio al noble Roldan concierta con Marsilio atacar a éste y los Pares, que irán protegiendo la retirada de las tropas del emperador en los desfiladeros del Pirineo. Vuelta la embajada y comunicada la aparente buena fe de Marsilio, se tetiran las tropas de Carlotnagno; éste, ya en su palacio, se preocupa por la suerte de los suyos, que en este momento nos presenta el poema sorprendidos por los pacano» Oliveros pide a Roldan que toqu¿ su olifante para avisar al resto de las. ti opas; pv.ro tste no quiere, y logran derrotar a los enemigos, a pesar de su superioridad numérica. Un caballero pagano, herido de cuatro lanzadas, logra escapar y conw-uicar la derrota. Nucí as tropa» se hnzan sobre los cansados caballeros íiancos, y Oliveros quiere haca sonar la trompa, a lo que se opone ahora Roldan, hasta que el arzobispo Turpín le convence, para que lleguen a tiempo, por lo menos, de darles sepultura cristiana. El combate se alarga y se hace durísimo, y van cayendo los más valientes de los caballeros. Turpín les bendice antes de morir él mismo, y Roldan, gravemente herido, mata a un enenvgo con su tiompa de marfil, intentando luego romper su espada, la que tantos países ha conquistado al rey de la blanca barba, para que ro caiga en manos de ningún infiel. Cuando llega el emperador sólo encuentra cadáveres, siente un gran dolor, y marcha en busca de los paganos, a los que derrota, apoderándose de Zaragoza, donde Maisüio muere de dolor, y llevándose a su esposa a Francia. El poema conduje con el bautismo de éste y el castigo del traidor Ganelón.

A pesar de la sequedad de estilo que caracteriza al poema y del desprecio por los elementos accesorios, dirigiéndose en línea recta a su finalidad de narrar el hecho, tiene momentos de logrado patetismo: la muerte de Roldan, la postrera bendición de Turpín y la aparición de San Gabriel, todas ellas en la muerte del hrroe, donde culmina la obra. La vida de la >_poca está recogida con un absoluto verismo. Por una versión bastante posterior—del siglo XIII —conocemos otra canción de gesta, llamada Raúl de Cmnbrai, que aparece notoriamente modificada y con interpolaciones mucho más recientes. Tiene un menor ímpetu poético y nos conduce de lleno a la vida del feudalismo, narrándonos nm LA FORMACIÓN DE LAS LITERATURA^ NACIONALES m episodio en el que en un Viernes Santo se devasta un territorio, incendiando un convento. Los personajes, más que tipos históricos, pueden ¡considerarse como personificación de aspectos de la vida en la época. Los loreneses. Esta canción de gesta está constituida por tres poemas: iGarin, Girbert y Anseis, en que se nos presenta, no un episodio, sino todo leí mundo feudal. Tiene un gran carácter histórico, a pesar de que no se Iha comprobado la existencia real de las figuras citadas. El estilo es aún I más breve y seco que en la generalidad de las gestas, con gran energía de ¡expresión. Así, "el monótono estribillo de las villas destruidas o incen-* diadas en su correría por Borgoña acaba por evocar con una claridad sin igual no sé qué imagen simplificada, como el símbolo horrible de la guerra, de la guerra absoluta, de una comarca imprecisa, donde todo es ruina y llamas" (T ^KSON, Histoire de la I tterature francaisc). A esta descripción de costumbres y hechos feroces se unen ciertos sentimientos de humanidad: lealtades a la fe jurada, tierno amor familiar, etc., que contribuye a hacer de esta orra un enorme panorama de la vida familiar. Se ha asegurado que no hay novela moderna que posea un verismo más sencillo y fuerte al mismo tiempo que la escena en que uno de los principales personajes muere asaeteado al pie de un árbol con tres perros nnllando a su lado en la noche. 3) ha prolongación de las gestas. 1 AI", gestas, difundidas por juglares y trovadores, van perdiendo en lencillez épica al tanto que se enriquecen con interpolaciones en las que predomina el relato fantástico. Desde finales del siglo XII se fabrican verdaderas novelas de aventuras, que llegan a parecer parodias de las j>e*t»«i anteriores. Conocemos los nombres de muchos de los autores de tltM versiones tardías, pues les gustaba firmarlas: ADENET, JEAN BOWf., etc. Estos poemas, escritos primitivamente en versos asonantados. se ni transformando en consonantes, y las diez sílabas se alargan a doce ■i Ift boga rápidamente extendida del alejandrino. l.ns juglares acumulaban detalles innecesarios o abultaban hechos de ufim importancia para el desenvolvimiento del relato. Pasaje de veinte m* en la Canción de Roldan llega a ochocientos en boca de un recita1 drl sitflo XTI. Y en ocasiones se cruzan argumentos, y la Historia de >4 Í9 Cambrai se incluye en Loa loreneses. HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA Los temas de estos poemas Se reÚQen en cidos> siendo los tres prin_ cipales el llamado Gesta real, ^ ^.^ 1QS hechos y narraciones atribuidas a Carlomagno, Pepino y Luis. d de

GuilUrm0¡ que se refiere a luchas contra los sarracenos en Lan^uedoc v Provenza, y el de Los traidores, en que se reúnen las historias de va¡allos rebelde's 0 enemigos de la realeza. Posteriormente, los cantares de ?esta van perdiendo su caracter de evocación de los anüguos tiempos épicos para describir d presente> su. friendo la influencia del espíritu cabaileresco y haciendo intervenir el amor cortesano, que se polari^ en expresiones de extrema ternura o cinismo. Modelo de una y otra r■! j CJ i- 1 i J ld- ^osa son la estereotipada fidelidad amorosa de Genoveva de Brabante, o la < ,, ' ld doncella que aparece en vanas narraciones, que no vacila en entregar TN "1111 1u s ' Para ser amada, la cabeza de su padre. El desarrollo de la vida en 1 -n 1 1 Mr cn las villas y el aumento de un publico mas popular hace que entren en un-, M., , , . ' H U9. ultima etapa en que abunda lo grotesco o lo familiar. El héroe va sienn 1 11 cuUo un tipu burgués o un noble campesino, cuando no un villano, y a los TPV. i- ■ 1 ■ j ° LCrnas tradicionales se asocian temas propios de la picaresca, lo que hace alt« ^ 1 1 ■ n ^ ait^rnar a Carlomagno o al mismo Papa con tipos realistas, ladrones de bolsa +■ 4.) Otros géneros narrativos. Queda indudablemente nrr.i 11 • ,111 ** . iJrobado el enorme ínteres por toda clase de relatos en la Francia de los SÍEH VTT 1 VTu n 1 u íloiación de novelas coitesanas antiguis o bretonas van apareciendo relatos breves en que se está cada vez más lejos del espíritu caballeresco del siglo XI, y que en el XIII llegan a ser el género dominante. Su manifestación peculiar se conserva en los jablimtx y el Román de Renart. Los fabliaux tienen el carácter de relatos cortos, de fondo divertido y temas extraídos de la vida ordinaria. Difundidos primeramente por tradición oral, se van fijando a partir del siglo XII en versos octosílabos, que permitían su fácil recitado. Los 150 fabliaux que se conservan, se fechan en años que van del n59 al 1340, y la mayor parte son anónimos. En su mayoría revelan un gusto por las costumbres bajas y las aventuras triviales (LANSON), aunque algunos refieren historias amorosas que mantienen relación con el ideal de la lírica cortesana, y, sobre todo, se destacan dos, debidos a GAUTIER LE LONG, El mozo que de alegre se torrJ descontento y La viuda. Ambos revelan un detallismo psicológico en el dibujo de los caracteres, tanto en el pobre mozo que vivía desahogadamente, y desde que se casa con una joven pobre llega a la miseria y el malestar continuo, como en la historia de la viuda que no se consuela de la muerte de su esposo hasta que lentamente va acogiendo la idea de unas segundas nupcias. El origen de los fabliaux hay que buscarlo en tradición oral desde lejanísimos tiempos, y las fábulas milcsias, o el cuento de La matrona de 200 Efeso, que comentamos al hablar de Peüonio, son de muy parecido contenido. La teoría de la procedencia india de estos relatos, transmitida a través del cristianismo, el islam y el conocimiento de los autores clásicos, tal como la mantenía GASTÓN PARÍS (La poesif francaise du Moyen Age París, 1890), se reduce hoy a aceptar q"e la India ha hecho su aportación a las variadísimas procedencias de estos cuentos, algunos de los cuales son totalmente creados en suelo francés, como demostró J. BEDIER en su obra Les fabliaux (París, 189'7) El fabliau desapareció y dejó lugar a las novelas en prosa. La lectura no hacía tan necesario el v^iso que anima a recitador y oyentes, y la influencia de los no\eliscas tahanos hicicion que en el siglo y\ '"'■■ese el relato en prosa el género que uüli ó la literatura de ent ilenimicnto para manifestarse. El Román de Renart tiene mucho de común con e^ie género, en que *-e refleja la vida diaria y las costumiuts de 13 época bajo unos personajes 1 leí mundo animal. La obra es una colección bastante desigual de narraciones en que intervienen siempre los mismos personajes: Renart, el zorro; Chanteclair, el gallo; Noble, el león, Isengrin, el lobo; Frobeit, el grillo, etc. Se supone deriva de las fábulas grecok tinas transmitidas en gran número a los clérigos medievales 3^ a las que se unen relatos tradicionales populares. Los nombres de algunos personajes revelan el or;gen germánico de algunas de las primeras formas que adoptaron esta especie de fábulas, y la especie misma de los animales su origen oriental, en los que aparece el león nórdico, el oso, etc. Aun hoy se conservan en Rusia cuento» populares directamente emparentados con esta fábula medieval. Lo (pie la literatura francesa hizo fue la reunión de los relatos, dán-íliilfH 1111 carácter común y personificando al héroe en Renart, tal como se Iwclft en la epopeya caballeresca. En las legiones del Norte, como en Ale-lliilillii, fue muy popular el tipo, trasladándose al

latín por algún clérigo. V *fiftdi(Mitlose y perfeccionándose sus aventr as en las diferentes versio-IK 1 existentes. Se señala como la más antigua el Peregrinatio de Penart , > I Juicio de Renart, el más lamo30, que dio tema a un poema de Goethe. 201 HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA LA FORMACIÓN DE LAS LITERATURAS NACIONALES 6) La poesía lírica. a) La lírica trovadoresca. — Lanson atribuye un origen femenino a la lírica en un momento en que la mujer recluida en el hogar y sin ninguna capacidad de acción había de entregarse al sueño y la fantasía. Estas canciones del siglo X y XI no nos son conocidas; pero pueden hallarse sus restos en refranes, estribillos o fragmentos intercalados en obras posteriores. El tema es, generalmente, erótico y parecido al que se refleja en los romances amorosos o narrativos castellanos: el caballero que pasa ante la casa, la madre que prepara otro prometido, la malmaridada, etc. La expresión de los sentimientos es simple, y se atiende más a la narración externa que a la vida anterior. En Provenza, donde la vida era más fácil que en el bélico Norte, nace un gran movimiento lírico, expresado por los trovadores, más culto \ sutil que desde su comienzo, en que es más apasionado y personal. Su fundamento es la expresión del amor, sujetándose cada vez más a reglas fijas y a una técnica complicada. Se advierte que desde la época romana hasta este momento no se había vuelto a concebir la poesía como un arte, buscando su perfección formal y trazando unas normas de las que no se aparta. A la forma corresponde también una idea central que mueve al poeta: la expresión del amor cortesano, fundamento de toda nobleza y valor. El amante desea el bien de su dama y defiende su honor antes que el propio, y si no es correspondido es dichoso por sufrir, y aumenta su mérito sufriendo. Este tipo de amor novelesco, que perdura más o menos encubiertamente a lo largo de siglos de novela, se envuelve en unos versos artificiosos, retóricos, puramente verbales. En el capítulo correspondiente a la literatura islámica en España se señalan las formas que los poetas pro-venzales tomaron de los poetas cortesanos musulmanes, y a esto habría eme añadir que en los temas también se refleja la influencia, como se ha podido comprobar en cantos de alborada. La poesía provenzal pasa al Norte. Y se dan como factores principales las Cruzadas, que reúnen hombres y costumbres, y los matrimonios de Leonor de Aquitania, sucesivamente casada con los reyes de Francia e Inglaterra, llevando con ella sus cortes trovadorescas. ■ '-■■nt compuesto entre ii7oy 1173.

>) La epopeya popular. — La mejor prueba de la pervivencia de los "I temas es la fijación que tiene lugar en el siglo XII—o comienzos ^TII—de.la gran epopeya Los Nibelungos, de cuyo origen y primera 211 HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA LA FORMACIÓN DE LAS LITERATURAS NACIONALES í ^^'"Mvi'Ml *íit *»{66wn» **^i forma hemos tratado en la parte correspondiente a la aportación germánica a la literatura medieval. Coincidiendo con el momento caballeresco se produce esta versión, que representa todo lo contrario: la grandeza y elevación del argumento, predominando sobre la forma. El lenguaje es pobre, y la construcción del verso no revela nada extraordinario. A diferencia de las otras epopeyas de que hemos venido hablando, los personajes "no luchan contra quimeras, sino contra hechos; no se lanzan ciegamente en las aventuras, sino que una fuerza invisible les impulsa a una empresa grandiosa". (G. WEBER, Histoire de la littérature allemande. Versión de LAUTH, París, 1867.) El asunto del poema, ral como queda fijado, es el siguiente: Sigfrido se dirige a Worras con un brillante séquito para pedir la mano de Cnmiída, hermana del rey de Borgoña. Mientras llega, Ha-gen cuenta las hazañas de Sigfrido; cómo -venció a los enanos y logró el tesoro de los Nibelungos, en el que se encuentra un vestido que le hace invisible, dái dolé la fuerza de doce hombres, y la muerte del dragón Fafmir, en cuya sangre se bañó, haciéndose invulnerable. Tiempo después, un caballero, Gunther, quiere casarse con Brunilda de Isenland, mujer dotada de enoime fuerza y que peleaba con sus pretendientes, matándoles si conseguía vencerlos. Sigfrido ayuda a Gurther, y gracias a él cruzan el muro de llamas que rodeaban la morada de Brunilda y consiguen el matrimonio; pero por la noche luchan los esposos, y Gunther es vencido, teniendo que llamar en su ayuda a Sigfrido, que gracias a su vestido mágico domina a Brunilda, desapareciendo, llevándose el anillo y el cinturón de Brunilda, que, al perder su virginidad, pierde su fuerza. Sigfrido logra de Gunther la mano de su esposa Crimilda. Sigfrido quebranta el secreto y revela a su mujer cómo fue dominada por él Brunilda. Y este hecho, años después, en una visita que hacen ambos a Worms, y con motivo de una disputa entre ambas mujeres sobre la valía de sus maridos, es dicho a la engañada reina, que se siente traicionada y no piensa ya en otra cosa que en la venganza. Logra confabular a un servidor de Sigfrido, y descubre que, al bañarse en la sangre del dragón, hubo un punto donde quedó seco, y, por lo tanto, es vulnerable. Hagen, el servidor, le clava un puñal una tarek', cuando al regreso de la caza se tiende a beber en un arroyo. Crimilda adivina quién ha sido el autor del crimen y promete venganza. Trece años hacía que Crimilda lloraba a su marido, cuando es pedida por el rey Atila de Hungría. Acepta, y parte, y tiempo más tarde invita a sus parientes a hacerle una visita. Pronto se entablan cruentol combates, en los que perecen los hijos de Crimilda. Ésta, convertida en una verdadera furia, dirige la destrucción de sus enemigos, y despuák 212 de sangrientos hechos mata por su mano a Hagen y a su propio hermano Gunther, lo que provoca la indignación de uno de sus servidores, que la da muerte olvidando que es su reina.

Otros dos poemas del mismo tipo son el Gudrum, cuya acción transcurre en las costas del Báltico y el mar del Norte, y el Heldenbnch o Libro de los héroes, versión mucho más tardía; está compuesto de relatos breves sacados de las anteriores epopeyas y de otras de igual procedencia. c) La epopeya caballeresca.—Procedentes de Francia, se introducen en Alemania los relatos caballerescos, que tienen por protagonista al rey Arturo, el encantador Merlín y los caballeros de la Tabla Redonda, a los que se añaden las levendas sobre el santo Graal. La primera obra de este género que se conoce es el Lanzelet (Lanza-rote) de ULRICO I>E ZAZIKOVEX, que tiene poco valor artístico. A ella siguieron Iwein o el caballero del león, el Parsival de WOLFRAM DE ESCHEN-BACH (1170-1220) y el Titurel, que sólo se conoce en fragmento. Característico de estas obras es la acumulación de acontecimientos y persona-jes, que no cesan de aparecer hasta el episodio final. A GOTTFRIED DE ESTRASBURGO, que vivió a principios del XIII, se debe una versión del Tristón e I se o, que dejó inacabada y que se distingue del anterior a la participación más humana que tiene el amor en su obra, ya que lo que permanece del poema no es la serie inicial de aventuras de Tristán, sino la pasión que se desencadena entre ambos. Estos dos autores fueron muy imitados por muchos otros, que, como < líos, tomaron sus temas de las novelas bretonas o francesas: Flores y ¡Uancajlor de CONRAD FLECK, Lohengrín, El joven Titurel, etc. Como ucede con todos los géneros, en cuanto se estancan y no se introduce ninguna nueva corriente en ellos, cayeron pronto en una especie de formulismo, al que se añadía un lenguaje solemne y conocimientos científicos HN,(i de los Países Bajos procede la Thierjabel (especie de fábula), en n< X animales alegorizan los caracteres de la naturaleza humana. Para, -f ° !"> ^e^ flamenco Renaerd de Vos han salido el latino Reinardus vulpQ francés Renard, de que ya hemos hablado. La abundancia de íábuj ^ C i gusto con que eran difundidas fue la causa de que fueran adarji S ^ 1 sus fines por el movimiento luterano. íidas ' § f de RRANDT es TOMÁS MURNER (1476-1536), monje franciscano ^U1C.la errante. Escribió La conjuración de los locos y la Corporación e V rateros. Convertido posteriormente en enemigo de sus primeras r? B ° *s> escribió contra Lutero El gran loco conjurado. t M.uite es el Hombre perdido en los caminos de la selva del mal, 'liiiidi le asaltan las pasiones. Virgilio personifica la razón y la sabi-'Imt.i .1 (|uo puede llegar el alma humana, que le lleva hasta los um-hi.ili . di I Paraíso. Pero sólo la ciencia y la gracia divinas, personificad.i-, 111 r>i ,itii 1 uta la beatitud absoluta. 231 HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA La Divina Comedia está dividida en cien cantos, de los que una sirve de introducción y los otros se reparten en tres grupos iguales correspondientes a las tres partes del libro, en tercetos endecasílabos, "forma estrófica de su propia invención" (VOSSLER, Ob. cit.). El problema de los antecedentes de la obra es uno de los más debatidos. Ya hemos podido ver cómo a través de la persistencia de la litera-/ tura en latín durante la Edad Media aparecen temas que pueden considerarse como precedentes en cierta manera. Y de igual modo en las letras islámicas existen claros parecidos, hasta tal punto que pueden indicar una transmisión indirecta, o incluso una fuente común. El problema se encuentra estudiado pui \SÍN PALACIOS (La escatolog'ta musulmana en la Divina Comedia. Madud, 1043), sin que esto, con palabras del propio autor, quiera suponer que se trata de "reivindicar para algunos de los pensadores musulmanes una parte no exigua de los timbres de gloria con que la crítica universal ha decorado la obra inmortal de Dante Alighieri". La restante obra del DAIMTE, de menor importancia, está contenida en el Canzoniere, donde se reúne toda su lírica; el Convivio, comentario a tres canciones alegóricas, y De Monarchia, donde formula su credo político. 6) La prosa. Los comienzos de la prosa italiana, que había de ser modelo para Europa durante algún tiempo, se sitúan en el siglo XIII. Se da la Colección toscana Veinte cuentos de antiguos caballeros y el Novellino o Cento novelle, de un desconocido autor toscano. Los asuntos están toma dos de la vida de los santos, leyendas medievales y novelas francesas, pero con una atención al carácter de los personajes, que constituye su aportación interesante. Esto puede ser obra del autor, y quizá interviene también en ello el paso de estos relatos por la transmisión oral.

Contemporáneo es el libro de FRANCISCO DE BARBARINO, Del reggU menta e costwmi di donna, que contiene treinta y dos cuentos, en que It alterna la prosa y el verso. 232 CAPITULO XII El LEJANO ORIENTE I.—INDIA. l) Prolongación del clasicismo indio. La literatura en la India se desenvuelve siguiendo las caractetíeticas estudiadas al hablar de su edad clásica. En ella hemos recogido los monumentos esenciales; y durante siglos, y muchas veces en tradición oral, ñe perpetúan colecciones de narraciones o relatos, llamados a llegar hasta (Vacíente, como hemos podido comprobar en las páginas que anteceden. Durante los tiempos que corresponden al mundo medieval europeo, Iw India sufre diversas invasiones, que aportan su propia cultura, siendo la más importante la mahometana, que, manteniendo su lengua religiosa. uhliga a crear el hindustaní, en que se usa de caracteres árabes simplifi-^twirw y da un tono arábigopersa a la producción poética. Sin embargo, el género que persiste bajo las culturas invasoras con 01 potencia, aunque asimilando a veces el modo persa, es el más ca-■ 1 Miro de la India: la narración. Durante todo este período, lo que • tilos llamar la novela india continúa produciéndose con idéntica conHl'iÓM, I ti continuación de la literatura clásica puede jalonarse con los nom-1 rir IV'M>M_HASCHF.KHARA, autor de varios dramas, y BILHANA, poeta Cftchrmira, donde existió un resurgir literario en los siglos XI y XII, », como el polígrafo KASHMENDRA, cultivó todos los géneros. Una tu «?>£/!* una nueva unidad, que es iniciada por los Soé y afirmada (siglo VII) por una nueva dinastía: T'ang." (Historia de la cultura, M. BALLESTEROS.) A partir del año 618 queda instaurada esta dinastía, que hace alcanzar su supremacía a China, dándole una forma unificada, que los conquistadores mongoles y manchúes no tuvieron más remedio que aceptar para mantener su dominación. Es la era en que la escultura y pintura alcanzan sus mayores refinamientos, y el espíritu contenido en rígidos moldes en la literatura clásica logra una mayor libertad y diversidad de temas. El sentimiento individual se muestra en temas más originales y expresiones matizadas. De este momento de brillo de la pintura y la poesía china es LI-TAI-PE. Se cree que vivió por los años 702 a 763. Siempre errante, tan pronto embriagado como haciendo vida santa, invitado a los palacios de los poderosos, tiene una leyenda que le muestra dictando sus poesías al soberano, o recorriendo las calles vestido con un traje del emperador, ebrio y haciéndose rendir acatamiento. Su muerte, ahogado, dio margen a la leyenda del delfín que le recogió para llevarle al país de la inmortalidad, y su efigie fue venerada. Su obra fue gustada de la corte y por el pueblo. Su lírica está al servicio del placer de vivir y canta las más pequeñas cosas de la Naturaleza: la nieve es como la primera flor del ciruelo; la mariposa marchita lleva un tenue polvillo violeta en las alas, etc. Esta parte lírica es lo que le da una mayor influencia posterior. De sus poesías reproducimos una, no traducida anteriormente: INVITACIÓN A BEBER ¿No ves el agua del Río Amarillo que viene del cielo corriendo hasta el mar sin nunca regresar? ¿No ves al espejo cristalino compadecerse lo mismo de nuestros cabellos, infantiles y negros por la mañana y blancos como la nieve a la tarde?

¡ Gocemos sin reserva de nuestra efímera alegría, no dejemos nuestra taza vacía ante la luna! El cielo nos da talento, que servirá para alguna cosa, y el dinero derrochado volverá a nosotros todavía. Regalémonos con buey y cordero bien condimentados. ; Bebamos buen vino, vaciemos de un solo golpe trescientos vasos I Maestro Yen, Tan-tchiou, amigo mío, es necesario beber sin des-voy a cantar y os ruep,*» esrurharme: [canso, "La vida lujosa, los banquetes fastuosos, la riqueza, la nobleza, no [valen gran cosa. Me gustaría embriagarme eternamente sin despertarme nunca. Los sabios, los santos del pasado están todos olvidados en la memoria Sólo los que bebían han dejado sus nombres." [de los hombres. En otro tiempo el príncipe de Tch'en, para festejar alegremente la vació millares y millares de toneles de vino. [paz de su reino, Mi querido huésped, ¿por qué decir que no tienes dinero? Compra vino, beberé contigo. Ordena a tu hijo traer la linda vestidura y la bella montura para cambiarlas por vinos afamados: ¡Beberemos juntos para alejar nuestra implacable melancolía 1 Contemporáneos de LI-TAI-PE son THU-FU (714-764), autor de finas elegías, y PE-KIÜYS (772-846), cuyas poesías fueron grabadas por orden del emperador Sien-Tsung en una roca sobre una colina sagrada. De la dinastía T"ang son también WANG WJ:I yTcHENG TCHI-UGAN, que demuestran la calidad lograda por los poetas de este período, su suave I lirismo y la influencia que esta poesía ha de tener para la creación de la peculiar lírica japonesa. EN MI MORADA DE LOS BAMBÜES Solo, me siento en medio de mi bosque de bambúes silenciosos, toco el arpa y canto largamente; en el bosque profundo, desconocido de los humanos, la luna me acaricia y me visita con su dulce claridad. WANG WEI. SOLO Yo no he podido ver los sabios del pasado, no veré los hombres del porvenir, y sueño en la lejana inmensidad del Universo. Completamente solo, ¡oh amargura!, yo lloro. TCHENG TCHI-UGAN. 1'oiteriores en el tiempo, pero de análogo sentido poético, son Sü-i'i-Po (1036-1 ior, (1. de J. C), renombrado por sus poesías amorosas 11 {ifiealft Nave florida, y TAE-FU-KU (fines del siglo XII), que des]>* I» Naturaleza en pequeños apuntes brillantes, separados, pero en "io 11 un tinlo: la noche, el paisaje, etc. ,038 339 :3( WÍS&Üá'» HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA En el agua verdosa de la noche ni una arruga bajo el aire encal-................................................ [mado. Mi alma revolotea en ensueños al compás de los remos. Puntitos de íuego, linternas de pescadores se alinean en la ribera sin [edad.

La barca se dttiene bajo un puente derruido, y los árboles dejan caer [gotitas de rocío. 2) La novela. La novela, que en China nace antes que el teatro, no llega a -i>-'Á,'i 3) Literatura propiamente japonesa. A partir del siglo X puede señalarse el afán de constituir una literatura propia. Ya existe el sistema de escritura en que se han abreviado lo1; caracteres chinos, y que se atribuye a KOBO DAISHI, calígrafo y estudioso del idioma sánscrito.

La poesía sufre un eclipse temporal y se limita a copiar modelos chinos hasta finales del siglo IX, en que recibe un impulso. En 905 se comienza una obra, acabada en 922, llamada Kokinshiu, o Colección antigua y me-derna, conteniendo más de 1.100 poemas cortos. El prólogo de la obm debido a Ki NO TSURAYNKI, gran poeta y estilista, es tenida por la primera obra maestra de la prosa nipona. También es autor de Tosa Nil: (Agradable libro de viaje), fechado en 935. ' Las mujeres desempeñan un papel preponderante en la vida cortesana y cultural de esta época. En la antología citada está representada la poetisa ONO NO KOMASHI : Desde que en sueños vi al hombre que mi corazón adora, desde entonces adoro las bellas mariposas de los sueños. (Seg. KLABUND.) »' 248 EL LEJANO ORIENTE 4) Literatura cortesana. La obra en prosa más importante de este período, Genyi Monogatari, fue escrita por una dama de honor de la corte, llamada MURASAKI SHI-KTBTJ, entre 1008 y 1020. Una novela importante, que es difícil describir sin exageración, "uno de los más magníficos libros del mundo" (SAÍN-\OM, Ob. cit.). La obra refleja la vida de la alta aristocracia. El héroe < s una especie de personaje tenoriesco, que se representa frecuentemente 1 u figuras raptando a una dama. Frivola en general, hay en ella destellos /, procedente de Muromachi, son relatos

métricos cantados, y una ir* Interesante del teatro es el de muñecas, que se extiende enorme-ik\ y pura el que se escribieron numerosas obras. Eí tipo de ellas nos |n Kokuíniya kassen (aventuras de un jefe pirata) e Ikudama Shuiju 1 4t 1111.1 cortesana y el hijo de un mercader de porcelanas, que ffiti el dublé suicidio de ambos). i-fieml, todo el teatro japonés está impregnado de fervor militar, 'iintcutuM son apasionados y sangrientos, muriendo en escena va-M)in«, 11 veces familias. El samuray lava siempre su honor ultra-iungfe, tira propia o ajena. '(pilvwlAn hnciu temas eróticos y licenciosos hubo de ser cortada |tm aultiprno», 251 "HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA 8) Apogeo del ''hai-kai" y la novela. Las dos figuras más destacadas de los tiempos que siguen son el poeta BASHO y el prosista SAIKAKU. MATSUO BASHO (1645-1694) es el más famoso autor del hai-kai. El hai-kai está formado por diecisiete sílabas en tres versos, que son un simple impulso lírico, una pincelada impresionista, una observación aguda El hai-kai es una reducción del tanka, que constaba de treinta y una sílabas y que es la forma más usada en los primeros tiempos. En 1920 se divulgaron en Europa, akaiv mdo gran boga y siendo muy imitados, aunque no llegando fácilmente a u sensible expresión japonesa. He aquí algunos de B\SHO. Futgo bajo la ceniza, -•/* .. y y «i ) *. . n y en el muro la sombra de mi amigo Los kimonos se secan al sol. ¡Ay, la manguita del niño difunto! ¿Vuelven al tallo las hojas desprendidas? i Son mariposas! La flor amarilla del Hagi tiembla sin turbar el rayo de luna Dos mujeres destacadas en el cultivo del hai-kai son la geisha O'SEU (1725-1770) y SHIYO (1703-1775). El novelista SAIKAKU dejó la edificante obra Giri Monogatari (Relatos de conductas) y Nishi Fuko (Veinticuatro ejemplos de impiedad filial); pero no son éstas las que le han conquistado la fama, sino aquellas en que se suceden las depredaciones de mercaderes, costumbres, intrigas y a veces un suelto tono libertino, y que han sido muy leídas. La literatura posterior japonesa se pone en contacto con Occidente a partir de YOSHIMURA (1716-1760), y se encuentra en la lucha de lo tradicional con el conocimiento de un mundo literario distinto. 252 LIBRO V El mundo moderno í f «* ■*■? i iHWtffe/ CAPITULO XIII HUMANISMO Y RENACIMIENTO I.—EL HUMANISMO Y LA RENOVACIÓN LITERARIA. ^- i) El pensamiento renacentista. Italia, el país que marchaba con gran retraso en cuanto a dominio de ! un idioma literario y que ha llegado rápidamente a la perfección que hemos podido advertir en la obra de

DANTE, logra casi al mismo tiempo crear un movimiento de tal importancia, que no sólo es decisivo para la literatura italiana, sino para la europea del porvenir. El fondo, el motor que pone en marcha los espíritus, es el culto estético hacia el. mundo, antiguo. Hoy no comprendemos el Renacimiento como un corte brusco en la historia de la cultura, que hace surgir el gusto por las obras, arjtisticas-cláskas de en medio de una era de negruras medievales. Hemos podido comprobar, en el compendio dedicado a los autores lutinocristianos, cómo durante toda la Edad Media perdura el conocimiento y la imitación de autores griegos y romanos, y cómo la filosofía es recogida por los pensadores árabes. Hasta el pueblo habían llegado las tradiciones novelescas, y máximas, difundidas en sus lenguas por los eclesiásticos, que las leían en latín. El problema, más que de conocimiento

Donde BOCACCIO alcanza un papel trascendental es en el terreno de la novela. Puede afirmarse que nada había como precedente más que los relatos breves del Novellino v las antologías de anécdotas conocidas con el denominador común de Flores: Flor de la Biblia, Florecillas de San Francisco, etc., redactadas en principio en latín y sólo puestas en italiano en el siglo XIV. Una prueba del retraso en que se encontraba la prosa con relación ai verso está en que aún se utilizaba el francés para transcribir obras como la narración de las aventuras que ocurrieron a un veneciano llamado MARCO POLO, bajo el título de Milione, y que igual sucedió con el Tresor, de BRUNETTO LATINO. Sus primeros escritos novelescos tienen todavía una notable influencia del pensamiento medieval. El Filoslrato es la historia de los amores de Troilo y Cresida, tal como ya se encuentran en las historias caballerescas 258 HUMANISMO Y RENACIMIB troyanas, aunque no se contenta con la imitación, sino que a los cabalí^ ios troyanos les infunde alma y pensamientos contemporáneos. El Filo-copo se corresponde con el conocido tema de Flores y Blancajlor. El Nin-jale fiesolano es una especie de novela pastoral en octava rima, que mezcla la erudición clásica con recuerdos de la lírica popular. Fiammetta, que puede servir de tránsito entre estas obras y su mejor creación, revela ya una preocupación por la vida interior de los personajes, dejando los aditamentos eruditos como un recurso aún indispensable. El libro no tiene gran valor artístico; pero lo más importante es que quien viene a protagonizar la obra bajo las alusiones mitológicas y el argumen--_to elegiaco es una pasión humana. A pesar de que aún queden huellas de lo novelesco anterior a él, el Decamerón representa una profunda innovación en la literatura narra-^íiva. Los hombres y mujeres están presentados tal como se manifiestan . Hfllftriamente, y se producen sencillamente en los relatos como si se tratase rir la vida real. El estilo, a pesar de su voluntad de seguir la perfección > l.isica, lo que siempre da frialdad en una obra posterior al modelo, consigue agilidad, que se manifiesta en el diálogo y en la penetración de los oi-iitimientos de los personajes. La obra contiene cien novelas—cuentos, en la acepción castellana—, que son contados por siete damas y tres jóvenes que, huyendo de la poste que asolaba Florencia, se trasladan al campo, donde entretienen (1 tiempo relatando anécdotas y viejas historias durante diez días (ex-icpto viernes y sábados), con lo que resultan las diez jornadas que dan nombre al libro. LBN ínclitos ele donde proceden los cuentos son muy variadas. Es fácil i Mni'fuvio conociese alguna colección de relatos de procedencia orien-1 vn Hilos al latín, a lo que se mezclan leyendas, hechos de la antigüe-HU'liiNo sucedidos de carácter local. En cuanto al procedimiento de < con Indos ellos una obra, se nota el paralelismo con las coleccio-1 it|»tttleM con una diferencia esencial. En el Decamerón, los cuentos v*H engarzando unos a otros, como hemos visto sucedía en la India iiA, Mitio que cada historia tiene su propio

desarrollo independiente tjiliiái, y la ligazón se consigue gracias al grupo de caballeros re#H 111 casa de campo y en los diálogos entre ellos que preceden o it rufntu. 259 HIbTOl{lA (íNl^ERSAL DE LA LITERAT^ HUMANÍSIMO Y RENACIMIENTO La lnnlílción de la obra de BocaCClo g£ ^ ^ FRANCQ SACCH^TTI taao-í^). q"e escrlb10 3OO novelas> d£ ias ge conseryan 223> de estilo ^ sencillo y carácter más ^¿^ se acercan d costum. brismo DeSpués, JUAN DE FIRENZS, J^ ¿¿^ DE LlCA> AGNOLO FIRENXÜOLA, inician la larguísima lista de ^^^ y seguidores de la cokcción d¿ ^uelltos' 1ue se va acer^ndo cada vez más a los relatos populares, cotno en las cuarenta novela dd ^^ ^^ ^^ Q h&_ da la hincb^ón retórica y alegónca ^ ^ SABBADIN0) autor de seten. ta y un cue«tos, relatados por los con^.^ ^ un balnearÍ0; 0 la LMc/íff de mnOr mi s^en0> de FRANCESCO CQLO 5) ¿a ¡lisíoriografia. -,,;.« .. La« -¿nica» latinas, pasa.11 j, t¡ei _„ . , , rnék*t it«»m>< "■*> cioui _ i _ escritas en lengua vulgar con alguna antp,-,^, idoá a la exigencia ríe und , . . . , uioi'u , a ]>rosi artética. A la segunda mitad del si»i_ YI^I corresponde la Cruinc ,. l A/r bl° Xi' . , , . , ., (l florentina, de RICORDANO MALESPINA. T historia de las luchas pohtiV_ . -^, ^a hisi, „ , . Cas que conmovieron a Florencia se encuen(,.n ^n dos obras: la tronica riQ ~. , , lla e , , , Cie DlNO COMPAGNI, de gran fuerza nárrate,., n\ relatar los hechos en n , _ dC^a a-1 que tomó parte, y la de GIOVANNI VILLAMT nue parte de los orígenes lo x , , . , , , Nl' ^ . . • ,■ 1 , Iegendarios de la ciudad hasta sus cuas con n0torla imparcialidad. Tai^k-'n a la historia de Florencia „,.,... , * ^tibie*1 * uase refieren la Crónica jatmhar, de TUAN ]\/r^T,rLl'I> y Ia historia norentin^ , _ , ; MoRfL^ ? *na de GREGORIO DATI, presentada en íortna A /Hál°S°- -^n estilo sencillo . , •1 d de cii¿ 5 ^ oy j existe una coleccion de biografío ^e contemporáneos que esrv;i-, ,r -n 6 ^Uas ^e l H Lnbio el librero VESPASIANO DA BISTICCI ya eI, el siglo XV. 6) LQ ....su -ion inmediata. imi Ya hell)Os visto cómo los cuento, cultivadores postenores a Bocacco, y puede general^ ndo ^ ^ ^ n£;uras A^\ sifflo son imitadas, hasta , " . . , . & dS del sig » el ptint de constituir casi la única

meta ü... ,e proponen los autores jnm .. T ,, . Hue ic ? ^ ^ nr^edlatamente posteriores. La linca petorc, • tíi se continua en FAZIO DW "mst . „ ^LI IÍUBERTI, FRANCO SACHETI, que ya cotifv-errtos como prosista, y GUIDO -p, . . J 'Qcem1^ ^ ^ . . , u ÜONATI El mome dominico FREZZI DI ForTrK0 (1350-1416) imita la .£)• . " ,. UlG^y v ^ -'vDimx (jomedia en su Quadnrregw, oema escrito en las terzinas del Dante y en forma de viaje imaginario los cuatro reinos del amor, del diablo, los vicios y la.s virtudes con más fortuna que JUAN GHERARDI DE PRATO en su Filomena. \7) Literatura popular. Únicamente puede destacarse una literatura de carácter popular al lado -]i! la escuela de los tres maestros. El más conocido representante de la poesía, -narrativa es ANTONIO PUCCI (1310-90 aprox.), aunque sigue en la ■ fnrnrn, el mismo camino. Era pregonero público, v en sonetos y terzinas Jiulila burlescamente de hechos y costumbres locales También puso en (ii'l.'ivíis poemas caballerescos, que él mismo recitaba, sobre Apolonio de I itn, La reina honaa, etc. Fstns temas novelescos franceses debían ser muy apreciados por ef lilo, ,ivan/ indo hacia el Sur del país, desde la zona donde tmieron ,,, difusión, pasando a la prosa con ANDREA MAGNABOTI DE BARBERINO I 131) y siendo transmitidos en abundancia. Las obras suyas más ules son una historia fabulosa de la dinastía carolingia, Reali di y la historia de un caballero italiano del Sur, Guerino il Mes11 Incluí contra los infieles. nii'sia popular tiende fácilmente hacia lo burlesco, y en épocas de lili de partidos hacia la política, DOMINGO DE JUAN (1404-1449), florentino llamado el Burchiello, es el creador de una forma que 11 MU poesía jocosa o burlesca, llamada soneto ca/udato (soneto con 1 i|iic yuxtapone cosas incongruentes de un modo que recuerda el ¡\ ik' imc-ilro siglo: "l'i.i/os siencses y arcos siriacos con Nuevos Testamentos, ajos vie-Jilt y 1,Ululóte ve de, y hongos secos con horcas de pedantes, nos re-i'Ultd.in |m idas de tabaios." (Cita de Vossler en Ob. cit.) 260 261 Ii fí»H ¡ wífi* i ya» HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA II.—EL RENACIMIENTO ITALIANO. I) Literatura cortesana. Consecuencia inmediata y fenómeno que se incuba en los mismos orígenes que el movimiento humanista y la renovación de las formas literarias es el llamado Renacimiento artístico. Procedente de Italia se extiende pronto a toda Europa, dando lugar en cada país, de acuerdo con su fondo literario, a un momento de esplendor que marca los clasicismos modernos. España y Portugal ;ninicio, luego Francia e Inglaterra, sufren una transformación y un impulso en las letras, que las reúne desde nuestra lejanía histórica, frente a Alemania y los países del Norte, en que la preocupación por cuestiones religiosas desvía el impulso humanista hacia lo político más que hacia el arte.

a) Los Médicis.—El paso de la vida municipal a las señorías da lu gar a la aparición del cortesano culto y las cortes en que se atiende la obra de los artistas. La corte de los Médicis, Cosme y Lorenzo, especialmente durante el gobierno de este último, que consiguió un largo período de paz y que tentó la vía de las letras con poesías superficiales, es un lugar donde acuden sabios humanistas. LORENZO (1449-1492) infunde el neoplatonismo del griego MARSILIO FICINO, que estuvo en la corte de su padre a sus Selve d'amore, historia de amor desarrollada en octavas, o en las Altercazione, pequeño poema en tercetos. Ensayó toda clase de géneros : la égloga de Teócrito en Corinto, la poesía popular en La caza con halcón, Los borrachos, etc. El prototipo de autor renacentista es POLIZIANO. Llamábase ÁNGEL AMBROGINI, y tomó su nombre de Montepulziano, en Toscana, donde había nacido (1454-1494). Hizo estudios de humanidades con tal aplicación, eme a los dieciséis años traducía la Ilíada en correctos hexámetros latinos, siendo acogido en su casa por Lorenzo el Magnífico. En su Miscelánea ha dejado prueba de su portentosa erudición, y los cuatro poemas didácticos reunidos bajo el título de Silva:, o las elegías, le muestran también dominador del latín. Su obra en lengua nacional se inicia con la Fábula de Orfeo, poema dramático que trata al modo medieval el asunto clásico de Orfeo y Eurídice, y en el que intervienen pasajes líricos que se cantaban, por lo que se ha creído ver en esta obra un precedente de la ópera. 262 HUMANISMO Y RENACIMIENTO Su mejor obra la constituyen las Estancias para el torneo (Stanze per ¡a giostra), en octavas, que alcanzan la cima de la perfección formal. Luis PULCI (1432-84), al servicio de Lorenzo de Médicis, es autor del Morgante, donde, partiendo de las refundiciones que habían corrido por Italia del poema de Roldan, elabora una epopeya fantástica, en la que lo histórico ha pasado a simple motivo inicial. Roldan y Morgante, con otros caballeros distinguidos de la corte de Carlos, son destenados a Oriente por culpa de las intrigas del traidor Gano, que también cor sigue que el rey pagano Marsilio declare la guerra a Carlomagno. Se produce la batalla de Roncesvalles, donde perece Roldan ■ rccio Cailomagno y los '.jyos llegan a tiempo para vcngai su muei le Lo más impoitante de la obra es quizá el elemento burlesco que existe a lo largo de ella. Morgante es un gigante que no puede ir a caballo ]iorque no ha} anima1 eme pueda sostenerle, se come un elefante y usa los colmillos como mondadientes. Con él va Marguette, casi tan giande como él, picaro que tiene sobre sus espaldas setenta y siete pecados mortales, coi no afirma al presentarse, y que mueren de modo pintoresco: Morgante, ul ser mordido por un cangrejito, y su amigo, de risa. No conocemos un rsl udio comparativo de este elemento en la epopeya de Pulci con la obra rnbclaisiana, cuya lejana analogía se advierte. b) Corte de Ñápales.—En la corte de Ñapóles se centraba el estudio (Ir bis letras e:i JUAN PONTANO (1426-1503), que sólo escribió en lengua laliiia; cantó las alegrías y dolores de la vida familiar en De amore coniu-fvlt y Versas jambici. Su Lepidina es un idilio en hexámetros, que narra uní leyenda local ideada por el propio Pontano. Su discípulo y amigo JACOBO SANNAZARO (1458-1530) no atendió solamente al latín. La Arcadia, en italiano, es una novela pastoril en prosa, 'IIKT poesías líricas de diverso metro intercaladas. Tiene más impor-' IH |x>r ti éxito y las numerosas imitaciones que por su valor literario.

K11 lengua latina creó las églogas piscatorias (Égloga piscatoria;), en traslada a los pescadores el artificioso mundo pastoril de los idilios. ')F Pücritor en latín, es de un lenguaje delicado y una versificación ■mlogti, quo le produjeron la admiración de su tiempo y una gran in"CÍ* en los países a donde iba llegando la influencia corriente renautt. 263 , fl -ís/^r/^ 4A. HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA PEDRO JACOBO JENNARO, que imitó la Divina Comedia en Las seis edades de la vida humana, y BENEDETTO GARRET (1450-1515) cierran el grupo de poetas de la corte de Ñapóles, Garret, llamado el Cariteo de Barcelona, imita a Petrarca en lo que de pomposo y afectado hay en su poesía, abundando en juegos de palabras, metáforas, antítesis exageradas, que le relacionan con el barroco marinismo del siglo XVII. Tuvo un imitador directo en CIMINELLI DE AQUILA (1466-1500), igualmente artificioso y rebuscado. 2) La épica. El Renacimiento italiano ofrece un curioso rebrotar de la literatura caballeresca, que, arrancado de los ciclos franceses, se combina con los (modelos clásicos antiguos. Tendríamos que ver en la Teseida de BOCACCIO y en el Morrjante los primeros pasob de la epopeya renacentista, oue se ofrece ya claramente definida en MATEO MARÍA BOJARDO (1434-1494). Sus églogas alegóricas latinas e italianas quedan oscurecidas por su obra principal, Orlando enamorado. Para Vossler (Ob. cit.), "el mérito de Bojardo está en haber introducido este segundo mundo fantástico de la caballería andante en la poesía artística italiana. No puede hablarse propiamente de un epos romántico sino desde el aíío 1847, en 1ue aparecieron las dos partes del Orlando innamorato". La trama es complicada por el gran número de aventuras que se entremezclan con el episodio principal, que es el amor por Angélica, hija del rey Cataio, que ha llegado a la corte de Carlomagno, nacido en cuartos la conocen: Orlando, Ferrari, Sacripante, Rinaldo, sean cristianos o infieles. Angélica huye a una selva, donde Rinaldo bebe en la fuente del odio, trocando su persecución amorosa por el ataque militar al castillo donde ella se refugia y ha de acudir Orlando a defenderla. En el segundo libro, los sarracenos que conduce Agramante atacan París, y Angélica, que ama a Rinaldo, a pesar del odio de éste porque bebió en la fuente encantada del amor, le sigue. Vuelven a beber en las fuentes, pero al contrario que la otra vez, siendo Angélica quien odia y Rinaldo quien ama. La complicación de nuevas aventuras nos hace conocer a Ruggero, mahometano, que se convierte y funda con la amazona Bradamanta la familia de los contemporáneos du'iues do Ferrara. 364 HUMANISMO Y RENACIMIENTO ! Una tercera parte queda truncada en el canto noveno, en octavas, ■Cbmo toda la obra. 1 Se da un mérito a este poema por ser el precursor inmediato y directo de la epopeya fundamental del Renacimiento italiano: el Orlando furioso de ARIOSTO. Nacido en Regio en 1474 (m. 1533), se aplicó pronto a la tarea de escribir versos latinos y consiguió excelentes imitaciones de géneros clásicos, como las sátiras en terzinas, al modo de las

epístolas hora-cianas; pero lo más importante es la continuación que pretende dar ai poema de Bojardo, llegando a superar definitivamente a su maestro. En el poema, lo fantástico y el intrincamiento de la trama llegan a los límites más lejanos rTe ia realidad; pero en el transcurso _ contal se, dice M. Pui-na (Ob. cit.) refiriéndose a la mezcolanza de hechos y diversidad de aventuras, que hace coincidir en un mismo capítulo, viéndose obligado a hacer punto j aparte para ir a buscar los personajes que tuvo que dejar páginas atrás. Por ejemplo, en el primer capítulo nos presenta en por?s líneas a Orlando, Agramante, Angélica, Marsilio, etc., que supone conocidos del lector. Angélica huye por un bosque al ser vencida por el infiel duque de Baviera, que la conducía, y encuentra a Reinaldo de Montalbán. que al conocerla se lanza en su persecución. En la fuga llega hasta un río, donde está el sariaceno Ferragús, también enamorado de ella, que buscaba su casco perdido en el río. Se entabla terrible batalla entre ambos paladines, que se ven obligados a suspender el desafío ante la desaparición de Angélica, decidiendo ir juntos en su busca. Llegan a un lugar en que el camino se escinde, y cada uno toma por una dirección. Ferragús se encuentra con que regresa al mismo río, y vuelve a ponerse a buscar su casco con la rama de un árbol que arrastra por el fondo, cuando surge del río un caballero a quien él mató en tiempos, prometiéndole antes arrojar sus armas al agua y que debe arrebatarle el sayo a Orlando. Jura esto el sarraceno y se pone en busca del caballero. Mientras tanto, Angélica pasa dos días huyendo por el bosque, y cuando se echa a descansar oye ruido y observa la llegada de un guerrero, Sacripante, rey de Circasia, que v'ene desde Oriente en seguimiento de la joven de quien está enamorado. Se presenta a él y le dice cuenta con su apoyo para regresar al reino de sus padres. Van a ponerse en marcha, cuando un ruido de armas anuncia la llegada de un Cftbalirro éc armadura blanca como la nieve. Combaten, y Sacripante 265 HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA HUMANISMO Y RENACIMIENTO t«« tMHlf ■I ^^^^ es derribado del caballo y vencido. Un mensajero que pasa momentos después de aquel caballero no es otro que la hermosa Bradamanta. Reanudan su camino y ven pasar al impetuoso caballo Boyardo, que Sacripante no logra dominar, pero que se acerca cariñoso a Angélica. Le lleva con ellos, cuando aparece Reinaldo, que buscaba a su caballo, y ama a Angélica tanto como ésta le odia por efecto de las dos fuentes en que bebieron. Se emprende la lucha entre ambos, y concluye el capítulo primero, uno de los que más unidad contienen en la obra. Pero el gran poema épico, con valor de clasicismo moderno, corresponde a TOSCUATO TASSO (1544-1595). Su afán no es el de utilizar los viejos terrac, como los anteriores, sino el de tomar un asunto moderno como tema de un gran poema al modo de los antiguos. Esta idea ya había cuajado en la obra mediocre de JORGE TRISSINO (1478-1550), Italia libelada de los godos, largo poema en endecasílabos, y en veintisiete libros, no coronada por el éxito. Ya muy joven (en 1560), compone su Rinaldo, en doce cantos, en los que simplifica la trama, haciendo que todas las aventuras se refieran al mismo personaje, y después de una larga elaboración se publica la Jerusaleni libertada, que es

fundamentalmente un poema épico en el que se intercalan historias novelescas que recuerdan sus precedentes. El tema consiste en un relato histórico de las cruzadas, al que se unen dos historias amoxosas. Godofredo de Buillón, inspirado por un sueño, decide reanimar el espíritu de los cruzados, que llevan largo tiempo inactivos. Elegido jefe del Ejército, le conduce hasta las murallas de la ciudad, y allí, en uno de los primeros combates, muere Dudone, uno de los principales y más valientes caballeros. Este episodio da origen a una cont'enda entre Rinaldo y Fernando de Noruega, que aspiran a sucederle. Vene" el primero y huye para evitar la indignación de Godofredo. Una bellísima maga llamada Armida logra llegar hasta él y transportarle a una isla encantada. A partir de este momento, los cruzados no se ven acompañados por la fortuna (lo que recuerda a los griegos de la Ilíada al verse desasistidos por el airado Aquiles), hasta qac Pedro el ermitaño logra que Godofredo envíe dos caballeros en busca de Rinaldo, que regresa, hace confesión de sus pecados y se lanza al asalto de la ciudad, que es tomada. La otra historia erótica que se entremezcla al relato principal es la del caballero Tancredo y la amazona sarracena Glorinda, a quiea mata en un duelo sin reconocerla. 266 Posteriormente, TASSO dio una réplica de su obra en la Jerusalem conquistada, en que suprimía los elementos imaginativos, dejando una obra árida de muy inferior valía. 3) El poema pastoril. La obra maestra de TASSO es un poema dramático pastoril, Aminta, en que la acción no está presentada directamente, sino contada en diálogos, en los que predomina el aspecto lírico. El argumento es de gran sencillez. El pastor Amista está enamoiado de Silvia, que le huye. Aminta libra a Silvia de las asechanzas de un sátiro, y al recibir la falsa noticia de la muerte de Silvia se arroja desde lo alto de una peña. Silvia se conmueve al saberlo, y entonces se sabe que Aminta se ha salvado. Aminta tuvo numerosas imitaciones, siendo la que más se le aproxima en valores líricos el Pastor f id o, de BATTISTA GUARINI (1538-1612). 4) La prosa. a) Historiografía y didáctica.—El perfeccionamiento del idioma italiano permite a NICOLÁS MAQUIAVELO (1469-1537) la perfección estilística que poseen su Discurso sobre la primera década de Tito Livio y El príncipe. En ambas obras expone sus pensamientos sobre los problemas del Estado, basándose en la historia de Roma y la observación de la política contemporánea. Para él el Estado es una institución que debe tener una rida propia, para cuya conservación y engrandecimiento no puede escatimar los procedimientos. La prosa de El principe está desprovista de adornos retóricos y va fríamente a su desarrollo lógico. También escribió, por encargo de la ciudad, una Historia de Florencia, que es tenida por el primer intento de historia en el sentido moderno de enjuiciar los acontecimientos desde un único punto de vista y con conexión de causa de acuerdo con un plan general. A su amigo FRANCISCO GUICCIARDINI correspondía adelantar notablemente la historiografía renacentista. Su Historia de Italia, en veinte libros, continúa la historia florentina de Maquiavelo hasta 1534, no limitando el campo de su observación a una ciudad, sino a toda la Nación. '¿67 HISTORIA UNIVERSAL DE U UfLRATÜRA

HUMANISMO Y RENACÍ Mi KNTO Posteriormente, JACOBO ÍJARUI (I4^.I563) escribe una Historia de la ciudad de Florencia, de aparente objetividad, pero partidaria del Esta-do republicano, y BENEDETTO VARCHI (I 503-1565) una Historia de Fio- I renaa más cercana del Gobierno de los Médicis. FRANCESCO GIAMBULLA*I J (H9S-IS55) atenta la gran euipresa de una Historia de Europa, más importante por el propósito qüe por bs resultados. Otra hgura típicamente renacentista es la de PEDRO ARETINO (1492! 1S5&). nÜo de un zapatero H, A ,. • 1 i^E rlprn-ís autn03 ' J ' uu Qe Arezzo, que se distingue ae los demás auto res de este periodo en la falti A* ■> , ■ T ^^ ^^^-, „. .. " ° L'KAZ2INI, conocido también por LASCA (15031584), escribe unas Cenas (Noches divertidas) son rlci • 1 ( ,., / n Clebidas a JUAN FRANCISCO STREPAROLA, a quienes correspondió la difusi.' . . v ;^ perdidas en gran parte, y las Piacevoli notti ] 51ón triunfal c'el crénero por Europa hasta los países del Norte. fa . C) Otras manifestaciones de la prosa -Al lado del clasicismo que impera en tocias las prorlin^1 , ., UQUcciones encontramos obras que, como los cuentos, manifiestan una tend^n^,11

. L-lia-ticla realista y cómica, paralela a la que se produce en el teatro de la én« V tf< '" El pastor Persio ama a Catalina, que ha marchado para siempre a otro-> íagaies, j i~oiistanteme:ite evoca sus recuerdos y lamenia su ausencia, salierdo sólo de sus quejas para desea la muerte. Su amigo Fauno procura consolarle con su visión más serena y sus razones sensatas. CRISTÓBAL, FALCAO acentúa las características del anterior, especialmente en el juego de homónimos y paralelismos en su poema Chrisfal, donde encubre un hecho autobiográfico amoroso, con realismo en la situación geográfica de los hechos. ANTONIO FERREIRA, en sonetos y epístolas en tercetos, sigue el camino italianista, imitando más a Horacio en las odas. Quien recoge esta tradición petrarquiana y logra dar a sus sonetos un carácter lírico personal es Luis VAZ DE CAMOENS (I524-I 580), eme vitaliza la imitación formal, con su sentido poético del platonismo amoroso en boga, la personal visión de la belleza femenina, y la concepción del soneto, como una expresión de ideas que ha de sintetizarse y haciéndose presente en el último verso. 2) La poesía éfiica. r

¡ En este terreno es donde CAMOENS alcanza categoría universal y llena con sólo su nombre la literatura portuguesa. Contemporáneo de una época gloriosa para la historia de Portugal, combatiente en Ceuta, donde pierde el ojo derecho, viajero en diversas expediciones a Asia, escribe el gran poema épico de su tiempo, basado en la historia nacional, Os Lusia-das (Los portugueses, como hijos de Luso). ,( 274 HUMANISMO Y RENACIMIENTO El plan de lograr una obra épica de la altura de las clásicas de la .mtigüedad fue totalmente logrado, y la intervención de los dioses que persiguen o favorecen a los héroes, como en la Ilíada, se une al realismo histórico, en que sobresale la legendaria historia de Doña Inés de Castro, o la creación de personajes míticos, como el Gigante Adamastor, personificación del Cabo de Buena Esperanza. En general, se mantiene el tono «•levado, abundante en hipérboles, perífrasis e imágenes, pues donde alcanzan mayor belleza es en la descripción de paisajes o fenómenos naturales. _() La novela. La novela de caballerías, semejante a la española, en boga en el si-KIÜ XVI, se ve representada por la Crónica del emperador Clarimundo, ■ 11 ic- publicó JUAN DE BARROS, y el Palnierín de Inglaterra, de FRANCISCO un MORALES. En Menina e moga (Niña y moza), de BERNARDINO DE RI-HKiito, se unen características caballerescas a elementos pastoriles, especialmente en la primera parte del libro, lo que da a la obra, falta de unidad v sobrecargada de episodios, un tono de melancolía brumoso donde reside iil belleza. FERREIRA DE VASCONCELLOS, en el Memorial de las proezas de la Segunda Tabla Redonda, intenta hacer una historia hereditaria de la ■'iiliallería, que a partir de Baco se perpetúa en Alejandro, Augusto y el >r>v Arturo con una enmarañada mezcolanza de la historia con la fábula '•«Imlleresca. 11 La historia. I .a crónica al modo medieval, sin preocupaciones estilísticas, se perpetua rti la Crónica de Don Manuel I, de DAMIÁN DE GOES, y la Historia del fttcuhrimiento y conquista de la India por los portugueses, de FERNÁN «WH DK CASTANHEDA, que destacamos de las numerosas obras existen-I* esta clase. I ,ft influencia renacentista, con el recuerdo de TITO LIVIO y PLUTARCO, Hir MU primer representante en JUAN DE BARROS (1496-1570), que se rrijimti una amplia obra en que tratar su historia, comenzando con las citas HUMANISMO Y RENACIMIENTO El historiador JUAN DE BARROS es autor de un Diálogo con sus dos lujos sobre preceptos inórales, que se inspiran en SÉNECA, como las Sen-irncias, de FRANCISCO DE PORTUGAL. ■) El teatro. El teatro portugués coincide con el castellano en sus orígenes, que se h.in de iniciar con los nombres de JUAN DE LA ENCINA y GIL VICENTA. H teatro, ya con formas renacentistas, aparece en la tragedia Cleopatro, Ir S\ TIK MIRANDA, que no ha llegado hasta nosotros. AYRES VICTORIA 'uiu-luvó en 1^30 una Venganza de Agamenón, que no era otra cosa que muí imitación de Electro, probablemente no tomada directamente He su -Uiuilclo, sino de otra imitación anterior. ANTONIO FERREIRA (I 528-1569) cultiva la comedia clásica con un tono personalidad, buscando la sustitución del destino griego como elemen-i" 1 le Lragedia en el amor, y dejando el coro como fuente del lirismo que 1 un ,1-rva la obra Castro. I ,;i comedia, de corte clásico, con su estatuida división en escenas y iciidcncia a las unidades, tiene su origen en Extranjeros y Vilhalpandos, ■ In SÁ DE MIRANDA, que, como hemos podido apreciar, encabeza exactamente todo el movimiento literario moderno portugués. El citado FERREI-HÁ escribió dos piezas cómicas; pero el autor de más relieve es JORGE FKHHNRA DE VASCONCELLOS, del que apenas se tienen noticias biográfiC1R (ni. 1585), autor de Eufrosina, Ulissipo y Aulegraphia, comedias para líldns, en que se ha advertido una influencia de La Celestina. V.—FRANCIA. I\'I nacimiento y humanismo. I'.I italianismo y la pasión por la antigüedad se transmiten tambiéti 11I0 u Francia. Como ocurría con España, el contacto con los Estado' ll ■'' IIÍO» es constante. Con Carlos VIII es todo el Ejército y toda la no-1 quienes llegan si tierra italiana, y el hecho se repite con Luis XI i 1 ituicitu'o I. Varias veces, en poco tiempo, cuerpos de invasión se ins

27Í I iit*m& Mu HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA talan en Italia y regresan a Francia. "Hacia 1525, la penetración del espíritu de la civilización italiana en el espíritu írancés era un hecho." (LAN-SON, Ob. cit.). Para este mismo autor no representó el Renacimiento tanto una vuelta a los autores antiguos, que se leían, admiraban y estudiaban, sino la introducción de la idea de arte en la literatura francesa y su adaptación al espíritu francés. El momento de transición está señalado por la corte de Francisco I y la obra humanista, que se inicia con el helenista (los autores griegos eran mucho menos conocidos que los latinos por la natural dificultad idio-mática) GUILLERMO BUDÉ (1460-1540), que publicó la primera traducción latina de Plutarco, DENIS LAMBÍN (1516-1572), que edita a Plauto, Cicerón y Lucrecio. En 1500 aparecen en París los Adagios de ERASMO DE ROTTERDAM,. que vienen a representar la primera cristalización del nuevo espíritu. A este libro siguen las obras de los humanistas recién citados, y a los que habría que añadir HENRY ESTIENNE y SANTIAGO AMYOT. 2) La corte de Margarita de Navarra. MARGARITA, hermana de Francisco I, reúne en su figura todas las aspiraciones y deseos del ideal renacentista. Muy culta, dominando varios idiomas y estudiando el hebreo y el griego, participando en la política de las naciones, acogiendo escritores en torno suyo, escribió ella misma varias obras, y mantenía correspondencia con CALVINO y toda clase de teólogos y filósofos siempre que no profesasen el escolasticismo. Sus poesías se han reunido con el título Les marguerites de la Marguerite des prin-cesses, donde se hace un juego de palabras con la flor, la perla y su nombre. Pero su libro, que se ha conocido a través de los siglos, es el Hep-iamefon (Siete días), donde, siguiendo el modelo bocacciano, un grupo de caballeros y damas que han acudido a los baños de Cau-terets y que se ven imposibilitados de regresar a sus casas a causa de una inundación que ha interrumpido los caminos, para no aburrirse deciden contar "cada uno su historia, bien por lo que haya visto u oído-contar a otros que sean dignos de fe. Al cabo de diez días habremos concluido los cien". ®78 HUMANISMO Y RENACIMIENTO Setenta y dos cuentos reúne esta obra, "extraña aleación de lascivia y platonismo", como recientemente ha sido calificada (Homo ludens, Ilui-ZINGA, Lisboa, 1943). Alguna parte de su obra: las farsas, misterios, etc., pertenecen aún a ¡o medieval; pero aporta su lirismo, basado en la emoción personal, e interrumpe la tradición del cuento tal como se manifestaba en los jab'raux, dotándole de un sentido edificante, basado en la observación de las costumbres. , 3) La lírica. CLEMENTE MAROT (1496-1544) eb otra figura que abre el período renacentista francés. Paje de Francisco I, al lado de quien fue herido en Pavía, y valet de cámara de la reina Margarita, inició su cultura con la tradicional erudición medieval: J'ai lu des saints la légende dorée, j'ai lu Alain, le tres noble orateur et Lancelot, le tres plaisant menteur. J'ai lu aussi le Román de la rose.

Pero más tarde, Bocaccio, Petrarca, Virgilio, Ovidio y Cátulo se en1 cuentran entre sus lecturas. Su posición de hombre a horcajadas entre "dos épocas se descubre en su situación pendular entre la reforma y la [' Ortodoxia. Su Sermón del buen pastor se acerca al calvinismo. Su estilo, que gusta de alegorías y abstracciones, no aprovecha las formas italianas, y su poesía es poco profunda, pudiéndole calificar de poeta cortesano, que ('otwrva un sentido popular. I -n ruptura con la tradición que aún se manifiesta en Marot tiene lu-Kiir ;il aparecer un libro de poesías, Delta, objeto de la más santa virtud, He que era autor MAURICIO SCÉVE, largo poema escrito a imitación de Potrarc-i Scéve se convierte en jefe de llamada escuela lionesa, totalmente rtti y IIKIMI.' iipeuas se llega a narrar otra cosa que la llegada a Fran281 HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA HUMANISMO Y RENACIMIENTO* ^k^f rS^ííW SÍ'W cía de Franco, hijo de Héctor, antepasado de Moroveo, para fundar Ia¡ Monarquía francesa. La epopeya de carácter religioso se encuentra en GUILLERMO DU BAR-TAS (15441590), que publicó La semana o la Creación, que gozó de un momentáneo éxito y que, a pesar de su falta de sensibilidad y gusto literario, tuvo bastante influencia en otros países. AGRIPPA D'AUBIGNÉ (1552-1630) da en las Trágicas cauce a su pasión de luchador hugonote. Se trata de un largo poema, de cerca de 10.000 versos, lleno de exuberancia, partidismo y fragmentos de decidido lirismo. 5) La prosa.

a) La novela y el cuento.—El cuento y la novela, imitados de los italianos, tienen su representación, además de en el Heptameron citado, en los Cien nuevos cuentos (Cent noiivelles nouvelles), aparecidos en 1462 y Lugamente atribuidos a Luis XI, teniendo hoy mayor crédito la opinión de que su autor fue ANTONIO DE LA SALLE, a quien también se cree autor de La vida de Juan de La Salle y de Las quince alegrías del matrimonio. BUENAVENTURA DES PERIÉS, en sus Nuevos recreos y alegres charlas, como BRANTOME en sus Libros, o NOEL DE FAIL en Bromos y nuevos cuentos, no hace otra cosa que continuar el género, sin una aportación fundamental. Quien iba a incorporar en su prosa todo el renacentismo era FRANCISCO RABELAIS. Nacido hacia 1490 en Chinon, no se sabe la fecha de su muerte, que se supone hacia 1553. Dominando el saber de la época: lenguas antiguas, derecho, filología, arqueología, etc., publica algunas obras de erudición y medicina, lanzando a finales del 32 el Pantagntel, historia de una familia de gigantes, al que sigue Las grandes e inestimables crónicas del grande y enorme gigante Gargantea, a causa del gran éxito obtenido por el primero. Otros dos libros continúan su narración, y aun hay una quinta parte, aparecida en 1562, de un tono de polémica agresiva y un contenido hugonotesco, que contribuyen a hacer pensar no le pertenece, sobre todo en su totalidad, aunque pudo dejarle iniciado. El primer libro nos narra el nacimiento de Gargantúa, su educación y la guerra que el rey Picrocolo mantiene con su padre y el hermano Juan, verdadera alma del libro. Gracias al gigante se soluciona la con282 tienda y se establece la paz, construyéndose para el hermao" Juan la abadía de Théléme, bajo la divisa: "Haz lo que quieras." purante el transcurso del relato, Gargantúa realiza estupendas hazañas, tales com» llevarse las campanas de Nuestra Señora para colgarlas del cuell° de su asno, o comerse seis peregrinos caídos en 1^. ensalada. En Pantagruel conocemos a su hijo de este hombre. Desp^s ^e re~ correr las principales Universidades de Francia, encontrando l^os tan acertados como el lemosín que hablaba latín en francés, i e^ Sran Panurgo, que se convierte en amigo inseparable 283/ HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA ^que fluye con espontaneidad , con abundantes imágenes, con gran riqueza de vocabulario. Este papel de prosista dominador del idioma se une a la presencia constante del hombre en el fondo de la frase, y que puede sintetizar en una frase de uno de sus ensayos: "Je suis moi-méme la matiére de mon livre." c) Literatura política.—La literatura toma, a partir de este momeru to, un papel más vivo como instrumento o vehículo para diversos fines. Sus características de obra de arte disminuyen al ser su objeto principal el logro de otras finalidades. La imprenta, ya plenamente conseguida, con tribuye poderosamente a una gran serie de obras escritas, que constituye^ lo que Lanson llama en su obra "literatura militante". Se refiere a la literatura política, que encontramos ya en RONSARD e-Q el Discurso sobre las miserias de Francia, y en la poesía de Du BARTA^ (I544-1590), protestante, apenas influyente en Francia y quienes encueru tran huellas en MILTON y BYRON. Gran parte de esta literatura cae et, lo panfletario y en la injuria o la bufonada, cada vez más lejos de la§ normas estéticas. Si en JUAN CALVINO (1509-1564) hay que recordar 3^ traducción francesa de su Institución cristiana, por el vigor de su razo., namiento y ser el primer libro religioso y moral en francés moderno, n^ todo lo que se produce en estos momentos de convulsión religiosa merec^ llegar a un tratado general de literatura. El canciller MIGUEL DE L'HOP];^ TAL, en sus discursos llenos de erudición clásica, está lejos de la Sátirn menipea (en que el nombre, tomado de la obra del latino VARRÓN, sirv^ de nivel indicador de cómo la idea de antigüedad permanecía en los má.^ dispares aspectos el espíritu), compuesta por siete burgueses parisiense^ en la que no es fácil distinguir la obra de cada uno y cuyo contenido pec^ de desordenado. El contraste, por su fondo lírico y la unción religiosa, se encuentra en las Cartas, Sermones o la Introducción a la vida devota, de SAN FRAIN^ CISCO DE SALES, que fue estimado de católicos y protestantes en tan difícji y turbulenta ocasión. d) La historiograjía.—Es destacable el hecho de que falte totalmente este género. La obra de JACQUES DE THOU está escrita en latín, y apens^ si hay algún tratado, que, desde luego, no tiene el menor valor artístico. 284 HUMANISMO Y RENACIMIENTO En cambio, abundan extraordinariamente los libros de Memorias. BLAS DE MONTLUC (1502-1577), en sus Comentarios, no vacila en describir las atrocidades cometidas en sus campañas; PIERRE DE L'ETOILE ha dejado un auténtico retrato de su tiempo en su libro, donde describe cuanto sucedía en las calles parisinas; el DUQUE DE SULLY, en Economías reales, cuenta detalladamente el reino de Enrique IV, y PIERRE MATHIEU (1563-1624), en la Historia de la muerte deplorable del rey Enrique el Grande e Historia de

los últimos desórdenes de Francia es de una exactitud histórica que contrasta con la debilidad literaria de su pluma. 6) El teatro. m J Durante el Renacimiento, el teatro francés no alcanza una altura descollante. Pasa rápidamente del estado medie-^al a unas formas que, como * ¡onsecuencia de la imitación de la antigüedad, van a producir el posterior clasicismo. Prohibidos los misterios, surge el teatro imitado de los antiguos y para conocimiento, en un principio, de los estudiosos. Después de las traducciones se produce la imitación. ESTEBAN JODELLE (1532-1573) escribe su Cleopatra cautiva y Dido, que, a pesar de no lograr una trascendencia de público, sí la consigue entre los espectadores cultos, que aceptan la tentativa. SCALÍGERO, en su Poética, traza las normas académicas del nuevo estilo teatral, y ROBERTO GARNIER (1534-1590) es el realizador práctico cu la tragicomedia Bradatnante y las tragedias Marco Antonio, Las hebreas, etc. La comedia revela más claramente su importación del antiguo latín, en la que se interpola el recuerdo del teatro medieval en los momentos en* ijnc se pretende la comicidad. El mismo JODELLE dio en Eugenio la primera comedia al nuevo estilo, y le siguieron REMY BELLEAU (La recono-elda), GREVIN (La tesorera) y PEDRO LARIVEY (1540-1611), que traduce »1«*1 italiano, retocando o adaptando las obras (La viuda, Los espíritus, etc.). 28* "HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA HUMANISMO Y RENACIMIENTO VI.—INGLATERRA. I iwfrWMv**» i rf" i) Poesía. El renacentismo literario inglés coincide con la llamada Edad isabeli-na, que comprende, no sólo el reinado de esta soberana, sino también el •de Jacobo 1. Más tardía que en el Continente, la influencia italiana se apodera de las formas y da lugar a obras propiamente inglesas. SIR TOMAS WTAT (1503-1542) y ENRIQUE HOWARD, CONDE DE SURREY (15161547), son lo-, importadores del soneto en la colección Sowjs and sonnets (Canciones y sánelos), los tercetos dantianos y el verso libre. El más importante es Surrey, que perfecciona el soneto en idioma inglés y ■que en el fondo sigue al amor petrarquista con su Laura, que recuerda a la Laura de Petrarca, y que al traducir la Eneida trata de crear un equivalente al verso latino con el verso blanco. La tardía introducción de estas formas renacentistas hizo que llegasen, no de un modo directo como a Francia o España, sino influida por las diversas adaptaciones propias de cada uno de los países continentales, lo que ha hecho decir que es el período literario "menos limitadamente inglés". (M. M. A. SCHRÓER, Historia de la literatura inglesa. Barcelona, 1935.) El poeta que asimila la nueva corriente desenvolviendo un arte nacional es EDMUNDO SPENSER (1552-1599). Su primer poema, El calendario de los pastores, es una poesía pastoral, en que se nota la influencia, no sólo de Teócrito y Virgilio, sino de Marot y Langland en una obra muy original, que no se limita a la exposición de problemas amorosos, sino también a los político-religiosos, que interesaban a la Inglaterra de su tiempo.

Su obra de mayor pretensión es La reina de las hadas, poema didáctico alegórico, en la que de nuevo Artús, el héroe bretón, sirve de motivo para una creación literaria, constituyendo una apología de la política religiosa de Isabel, que aparece personalizada en la Gloriana, reina de las hadas del poema. El plan general de la obra consistía en exponer en doce libros, mediante las aventuras de doce caballeros de la Tabla Redonda, las doce virtudes cardinales concebidas con arreglo al pensamiento me---dieval, quedando incompleto y publicados sólo seis libros. 286 Sus sonetos, Amoretti, no se inspiran en ningún amor desgraciado ni imposible, sino en la pasión correspondida que le llevó a casarse con Isa-lid. Un Epitalamio está inspirado por el mismo sentimiento, y se ha encontrado en él el movimiento y ritmo de Píndaro junto a la ternura del < untar de los cantares. FELIPE SIDNEY (I554-1586), que ha sido comparado con Garcilaso por 11 aliento poético, vida cortesana y muerte en combate a igual edad que 1 I poeta careliano, publicó gran número de sonetos y el libro Astrojel _>' S'I rila, así como una Arcadia, entre pastoral y caballeresca, que recuerda lu Diana de Montemayor. ~ A partir de este momento, la poesía, influida por el renacimiento, con-J3iliíia por los mismos senderos. Y es en el teatro, que a continuación examinaremos, donde se encuentran frecuentemente bellas poesías líricas. -MRflowe y Shakespeare destacan entre los innumerables autores de sone-'^h'- que hacen aparecer sus libros tras el título del nombre de su dama, sin 'iiii¡>uno lugre sobresalir entre los restantes. /'/ teatro. I I Ir.itro inglés se mantiene dentro de las características medievales 1 luíales del siglo XVI, en que aparecen gran cantidad de obras sobre 1 inspirados en la historia antigua, hechos nacionales y aun contem-nicus. SACKICVILLE y NORTON representan en 1561 Gordobuc, en que |ltinlu el crimen y el melodrama, preludiando un género que iba a gozar IM estimación del público. LYLY (1554-1606) escribió obras heroicas y (1 ilógicas; GREKNK (1560 1592) atendió más a los temas históricos, y M.K (J 558-1 5^0!¥AM^> A PSÍJO La degeneración de la epopeya en esta sociedad refinada se muestra en Alarico, de JORGE DE SCUDERY, donde falta el aliento necesario para que el contenido tenga valor épico. Más de relato histórico que de^ otra cosa tiene esta obra, análoga a las numerosas novelas de tipo heroico y 1 alegórico que se escriben en la época. Una epopeya, Juana de Arco, en que trabajó durante treinta años J. CHAPELAIN más cerca del academicismo, cayó en el mayor de los silencios y apenas si es recordada.

Son consecuencia evidente de dos fuentes distintas: la novela de caballerías y la pastoral. MADAME DE SCUDERY, hermana del anterior, autora de Artamene o el Gran Ciro, Clelia, produjo con sus obras tal admiración que se le daba el sobrenombre de Safo. Sus larguísimas novelas están llenas de aventuras farragosas al modo de los modelos caballerescos y de extensas discusiones sobre temas morales o sentimentales. Se ha hecho íamoso el Mapa de la Ternura, que figura en Clelia y en que las sucesivas etapas del amor están simbolizadas por accidentes geográficos. II.—LITERATURA BARROCA ITALIANA. Capítulo breve es este en la historia de las letras italianas. Todavía Vossler lo atribuye a la Contrarreforma, la política de preponderancia española y la Academia de la Crusca florentina como instrumento de falta 301 HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA BARROQUISMO •íix de libertad política y lingüística; pero Mario Penna señala que estos fa tores existían anteriormente, sin que se produjese el fenómeno, y señal que las tendencias barrocas españolas no han impedido hacer de este SÍP-1 el mejor momento literario de nuestras letras. i) La poesía. Representante típico es JUAN BAUTISTA MARINI (1569-1625), de fácü verso y gran sentido de la musicalidad de la frase, a quien Lope de Veg-a llamó "gran pintor de los oídos". Poeta lírico, utiliza el soneto prjn pálmente como medio de expresar su riqueza de metáforas, antítesjs hipérboles caprichosas. Es autoi también de un largo poema mitológico—otr® de los gUb, barrocos es la rebusca de temas en la mitología clásica, haciendo de t anécdota un largo argumento por lo numeroso de las dívagaciones torno al tema principal—, titulado Adonis, en cinco mil octavas. La poesía de Marini no busca llegar al sentimiento del lector causa dolé emoción, sino a asombrarle y proporcionar placer estético con l0 n vísimo de invenciones y las cada vez más sorprendentes imágenes y ^ ras literarias. No ha de olvidarse que la poesía de Marini logró una enorme influ cía en Europa, quizá en parte, porque fenómenos análogos surgíatl otros países como natural consecuencia de las escuelas italianistas. Fueron sus inmediatos seguidores FULVIO TESTI en su primera ép0 ' JUAN BAUTISTA ZAPPI, FRANCISCO DE LEMENE. 2) La parodia. También es típica la aparición de la parodia en las literaturas ¿gj • glo XVII. El gran poema heroico no alcanza la sensibilidad de la ¿pQ y el modenés ALEJANDRO TASSONI (I565-1635) escribe El cubo t-obad que sobre un hecho histórico (La batalla de Fossalta en el siglo XlTT'i acumula hechos al estilo épico, junto a detalles de la vida ordinaria^ t cando la comicidad. TRAJANO BOCCALINI, en su Ragguagli di P'arn presenta en estampas satíricas a los grandes hombres reunidos en ^j p naso. FRANCESCO BRACCIOLANI es autor del Escarnio de los dioses, y T fAN 302

BAUTISTA BASILE, en su Pentameron, o Lo cunto de li cunti, mezcla prosa y verso, en un típico humorismo barroco lleno de retorcimientos. Ya iniciado el siglo XVIII, NICCOLO FORTEGUERRI continúa el género con Ricciardetto, epopeya cómica, caricatura verdadera de los grandes poemas épicos. 3) La prosa. Introducida también en la prosa la ampulosidad y el enfatismo barrocos, no logran en la diversa variedad de novelas, con influencia de España o Francia en su mayoría, nombres o títulos que alcancen el nivel a que obligan las dimensiones del presente estudio. El acontecimiento de trascendencia universal que significó el Concilio '•'■*•*!de Trento cristaliza en las historias o crónicas del mismo que escribieron,^ el CARDENAL SFORZA PALLAVICINI (I607-1667) y PAOLO SARPI. La obra Jlfilosófica de GIORDANO BRUNO y CAMPANELLA está impregnada del retorcimiento poético imperante. La renovación del pensamiento científico que se mantenía en un sentido aristotélico se debe a GALILEO, cuyo lenguaje de prosista sencillo y sobrio contrasta con el procedimiento predominante. 4) El teatro. Hemos asistido al nacimiento de la ópera, que, buscando la más adecuada expresión del clasicismo, cae en una forma totalmente barroca, en íjue la forma, el juego de la música y las escenas se colocan sobre la auténtica esencia del drama. Al lado de la forma mundana melodramática aparece el Oratorio, composición en forma narrativa sobre asunto sagrado, sin representación escénica, sólo con música y voces, por lo que escapa del ámbito de la literatura, aunque sirve para caracterizar el momento. La idea inicial se debe a San Felipe Neri, siendo el primer gran compositor de oratorios SANTIAGO CARISSIMI (1605-1674), a los que él llamaba historia por su carácter dramático narrativo. 303 HISTORIA U)^:VERSAL D£ ^ LITERATURA III.—ESPAÑA. I) Barroco nacioml IJII^i El barrOco en jrSpaña tiene unas definidas características, que nos presentan la üteratura ¿e este momento como lógica derivación del renacen-tismo mcorporado a la tradición cultural. La llegada a las formas literarias del Uama(j0 sig]¡0 ¿e Oro español es una consecuencia natural del des-envolvimiento alrterior, como se comprueba en las obras y figuras que van desde Boscan y Qarcilabo hasta los últimos autores de este período. La teoría de V^eisbach encuentra en el pensamiento político y religioso español una culUplida comprobación de su tesis. Las ttig.nr£esta(úones esenciales de este barroquismo literario son dos: el cultismo y el culteranismo. Ya hemos observado en otros países tendencias qu^ tienen algo de común con cada una de estas dos formas de un mismo {enomeno_ £¡ cultismo, que atiende a la riqueza de la forma, en exuber^nte manifestación de la frase, y el conceptismo, en que la idea no necesita retorcimiento verbal, pues ella misma se ha convertido en una voluta bartoca al ser elaborada. 2) La pn a1) C

' ^Iteranismo. — Dámaso Alonso ha señalado (Ensayos sobre posta español ya citados) que la línea del cultismo, o culteranismo, "se ha-a en el qesarrono ¿e ja i}rjca española. De esa línea son jalones suce-arcilaso, Herrera, los poetas antequeranogranadinos, y con ellos el córdoba Góngora". En Luis DE GÓNGORA (I 561-1627) hay que cen-rar a Uf jca cuiterana por su alta calidad de poeta. Su obra fundamental oledades, largo poema incompleto, en que se cuenta cómo un joven náufrago llega a una playa, donde es acogido por unos pastores de cabras, con quienes pasa la noche. Al día siguiente emprende la marcha y encuentra a un grupo de serranos que van a una boda, presididos por un viejo que perdió a un hijo en el mar, y siente por ello atracción por el joven. Le invita a unirse a ellos, y se nos describe la llegada al pueblo y las fiestas de la boda. 304 BARROQUISMO La Soledad segunda piesenta al joven, que al regresar de la fiesta se embarca en una barquichuela, asistiendo a escenas de pesca y a las que se producen con la familia de los pescadores, que le invitan a comer. Al siguiente día, y cuando presencia desde la barca que le conduce una cacería con halcones, se corta la narración, que no fue continuada. Pero en realidad el fondo es lo de menos en la obra; simplemente la apoyatura para que se plasmase "la fuga irreal de lo poético", la enorme voz lírica del poeta cordobés. Las características del gongorismo, como también se ha llamado a esta tendencia, dejando así proclamada la supremacía de Góngora sobre MARTÍN DE LA PLAZA, PEDRO DE ESPINOSA y sus predecesores de la escuela, está en la abundancia de metáforas que sustituyen el objeto natural, la musicalidad de los versos, la sugestión colorista, los enlaces de hipérboles, las perífrasis y las constantes alusiones al fondo clásico de la cultura renacentista. La oscuridad—hoy se habla más de dificultad—de las Soledades hace que no hayan sido apreciadas no sólo por los partidarios del academicismo, sino por críticos y autores posteriores. Hoy, con la versión en prosa de Dámaso Alonso, queda perfectamente asequible el texto gongorino y es lácil el estudio de su lenguaje. Como muestra reproducimos el comienzo de la primera Soledad al lado de la versión citada: Era del año la estación florida en que el mentido robador de Europa —media luna, las armas de su frente, y el sol, todos los rayos de su pelo—, luciente honor del cielo, en campos de zafiro pace estrellas; cuando el que ministrar podía la copa a Júpiter mejor que el garzón de Ida —náufrago desdeñado, sobre ausente—, lagrimosas de amor dulces querellas da al mar, que, condolido, fue a las ondas, fue al viento el mísero gemido, segundo de Arión dulce instrumento. Era aquella florida estación del año en que el sol entra en el sign de Tauro (signo del Zodíaco que recuerda la engañosa transformado de Júpiter en toro para raptar a Europa). Entra el sol an Tauro po el mes de abril, y entonces el toro celeste (armada su frente por 1 media luna de los cuernos, luciente e iluminado por la luz del sol, tras 39 3f HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA pasado de tal manera por el sol que se confunden los rayos del astro y el pelo del animal) parece que pace estrellas (que de tal modo las hace palidecer ante su brillo) en los campos azul zafiro del cielo. Pues en este tiempo, un mancebo, que por su belleza pudiera mejor que el garzón Ganímedes ser el copero de Júpiter, naufragó en medio del mar, y a más de

esto, ausente de la que ama y desdeñado por ella, da dulces y lagrimosas querellas al mar, de tal suerte que, condolido el Océano, sirvió el mísero gemido del joven para aplacar el viento y las ondas, así como si el doloroso carto del mancebo hubiera repetido el prodigio de la dulce lira de Arión. Otro poema, el í'oh¡cmo, tiene las mismas características, que se hallan también en los pequeños poemas y en los sonetos de que es uno de los mejores autores de la literatura universal. Son poetas "cuhW Luis C\RRILLO Y SOTOMWOR (I583-1610). que algún tiempo se ha querido ver como un predecesor de Góngora, autor de Sonetos y una fábula de xhis y Calatea; el CONDE DE YILL\MEDIAX\; JUAN DE JÁUREGUI, que escribió el Orfeo; SOTO DE ROJAS ; GABRIEL DE BOCÁNGEL ; FRAY PARAVICINO, y el murciano POLO DE MEDINA, que confiesa en un poema burlesco lo que muchos autores de la época debían a Góngora. "... y por gongorizar, en la maleta del cordobés poeta metí las uñas, y en las Soledades acometí mil hurtos y maldades." b) Conceptismo.—El conceptismo se encuentra en las obras del sego-viano ALONSO DE LEDESMA (I562-1623), que titula una de ellas Conceptos espirituales. UN PECADOR CONTRITO Levantarse quien el hombre * de la cama del pecado, ' que hasta ahora sólo tiene el corazón levantado. ,, Sed su báculo, Memoria; dadle, Confesión, la mano; que sin Vos y Penitencia ' es imposible dar paso. 30i) BARROQUISMO Mas la figura predominante es la de FRANCISCO DE QUEVEDO (J57°~ 1645), que en poesía y prosa atiende a diversos géneros con su esta0 re cado en los conceptos, pero sencillo en el lenguaje, que era riquísimo. Quevedo coexisten un espíritu festivo y bromista: Cartas del Caballero de la Tenaza, Premáticas, etc., con una grave preocupación filosófica y po 11-ca que se orienta hacia direcciones humanas y nacionales- La mue hombre y la decadencia del poderío español le preocupan Por XSU • Marco Bruto, la Política de Dios y Gobierno de Cristo Además de estas obras y las de contenido novelesco que mencionamos •en otro lugar, Quevedo es un excelente poeta que cultiva las modalidades de lo satírico y lo lírico, aunque ambas cosas suelen estar tenidas de su formación filosófica, que es una de las razones de su conceptismo. Quevedo fue el principal enemigo de los cultismos, y su contienda poética con Góngora es tan acerada como las constantes alusiones en sU ° ra' que no se halla totalmente exenta de giros al modo culterano. Como ejemplo de poesía frente a los gongorinos reimprimió las obras de ÍRAY U DE LEÓN y FRANCISCO DE LA TORRE. BALTASAR GRACIÁN (1651-1658) extremó el estilo conceptista en la Agudeza y arte de ingenio, donde expuso sus teorías literarias y e va o que daba a los conceptos, que define y clasifica. Didáctico en el Héroe y el Discreto, es autor de una novela filosófica, donde, al igual que las anteriores, se acusa su estilo conciso y recortado.

Culteranos y cultos no están separados por una rígida frontera. Gracián pone como ejemplo de conceptos frases de Góngora> Y Quevedo es, a ■veces, cultista en sus poesías. Un ejemplo claro es el ¿e P°L0 DE MEDINA, que se declara anticulterano e imita los romances ¿e Quevedo, mientras as Novelas ejemplares pueden considerarse modelo y fundamento de tuda una larga serie de novelistas que llenan los siguientes años de la *|MX:I y que han sido llamados por algunos autores novelistas cortesanos. I Mirante todo el siglo XVII se imprimen gran cantidad de novelas que i'.ulieipan de las mismas características de las modalidades anteriores, ■nii(|iic participan de unas y otras. Muchas toman como modelo las No-i'Wíkv ejemplares cervantinas, o recuerdan de cerca los temas y procedimientos de la picaresca; otras derivan hacia la descripción de costumbres. SALAS BARBADILLO, MARÍA DE ZAYAS y CASTILLO SOLÓRZANO, entre muchos más, son los representantes de esta fase de la novelística española. 309 II jl >l i JiL HISTORIA UNIVERSAL DE LA LITERATURA 4) La Historia. Después del Renacimiento se producen también obras de aliento en eí terreno de la Historia. La seria labor investigadora de JERÓNIMO ZURITA (m. 1580) en sus Anales de la Corona de Aragón, y la Historia de España, que el padre JUAN DE MARIANA (15351624) escribió en latín, traducida luego al castellano, se continúa ya en pleno barroco con FRANCISCO MANUEL DE MELÓ (1608-1666), conceptista, en la Historia de los movimientos y separación de Cataluña, y la serie de narradores de hechos sucedidos en Indias alcanzan su mayor exposición artística en la Historia de la conquista de Mciico, que escribió VICENTE SOLÍS. *5) El teatro. ' " " '«'» " > • • • ? - .

Otro lugar donde se advierte la perfección de la época es en el teatro, que cobra carácter definitivo a partir de LOPE DE VEGA (I562-1635), cuya prodigiosa fecundidad estuvo al nivel de su capacidad de refundir en un arte dramático el tono popular de la tradición medieval con la cultura literaria de su tiempo. Los temas de sus obras están tomados de lugares variadísimos : asuntos del Nuevo y Antiguo Testamento, vidas de Santos, hechos históricos nacionales o extranjeros y temas novelescos. A veces, la inspiración que ha dado lugar a la obra tiene como origen una anécdota o simplemente una copla popular. Su valor de poeta lírico enriquece constantemente sus obras con romances, redondillas, etc., del modo que establece en su Arte nuevo de Ivacer comedias. Se consideran autores dramáticos del ciclo de Lope a TIRSO DE MOLINA (I584-1648), que cuida más que el anterior el carácter de los personajes por su mayor atención al sentido de la realidad. GUILLEN DE CASTRO, MIRA DE AMESCUA, VÉLEZ DE GUEVARA y Ruiz DE ALARCÓN completan el ciclo. A esta escuela sucede la que se centra en torno a PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA (1600-1681), ya en el auge del sentimiento barroco, que muestra en sus obras su evolución intelectual tal como ha señalado Val" buena Prat: Obras primeras, dentro de la escuela de Lope, un período de transición donde se acentúa la simplificación de la trama y la perfec310 BARROQUISMO tión técnica y la época de su plenitud, en que crea sus comedias filosóficas, mitológicas y los autos sacramentales. ROJAS ZORRILLA, AGUSTÍN MORETO. BAXCES CANDAMO, continúan el |ia.tro barroco, que pronto va a empezar a sufrir la influencia del acade-■nuismo francés. IV.—P o RTUGAL. |l) ha lírica. La evolución al 'barroco desde la literatura italianiza se había iniciado ya en Camoens y en Jorge Ferreira. 1o que indica una ^oimación autónoma, que acogió con agrado las formas barrocas castellanas al 'erle conocidas, convirtiéndose en poco más que una imitación suya. La unidad política de la Península y el hecho de que muchos escritores portugueses I" Imieian en castellano -viene a favorecer el conocimiento de los autores reniñóles, que son además traducidos, como Gracián y Góngora. De este Último se sucedieron las ediciones y llegó a alcanzar una difusión cercana 11 la de Camoens. RODRÍGUEZ LOBO (1580-1622) es el autor más ligado a la tradición nifilicval e importa de España el romance histórico. Cultiva églogas pástenles e introduce en sus novelas gran cantidad de poesías líricas con va-wá&sróp*)wK siglo que no ofrecen interés más que a los especialistas. SEGRAIS, que tradujo la Eneida y las Geórgicas con tanto amor clasicista, que le resultaron "mucho más clásicas que sus modelos", puede servir de ejemplo. -6) La prosa de la Ilustración, a) Ensayistas y autores filosóficos.—A una época tan "razonadora" ha de corresponder una superioridad de la prosa, y dentro de ésta aquellas manifestaciones que más se alejan de lo

imaginativo. Con DESCARTES, 4e quien ya hemos hablado, y GUEZ DE BALZAC (1594-1654), autor de tratados como El príncipe y El Sócrates cristiano, se prepara la generación de grandes prosistas clásicos. BLAS PASCAL (1623-1662), defensor de los jansenistas de Port-Royal en sus Cartas provinciales, que ha quedado como obra maestra en cuanto al estilo. La prosa se hace elocuente y da la tonalidad a la obra de Bos-SUET y FÉNELON. El primero, en sus Oraciones fúnebres, opone a las grandezas de este mundo la nada que muestra la muerte y que ofrece el pensamiento en las cosas del cielo. El estilo es de una estudiada grandeza retórica : La voilá, malgré ce grand coeur, cette princesse si admirée et í>i chérie! La voilá telle que la mort nous l'a faite! Encoré ce reste tel quel va-t-il disparaitre, cette ombre de gloire va s'evanouir, et nous l'allons voir dépouillé méme de cette triste décoration. Elle va descendre á ees sombres lieux, á ees demeures souterraines, pour y dormir dans la poussiére avec les grands de la terre, comme parte Job... (Oración a Enriqueta de Inglaterra.) Igual que BOSSUET compuso libros para la educación del Delfín, FÉNELON (165)11715) es autor de Fábulas y de Las aventuras de Telémaco, donde se aprovecha el tema clásico para construir un tratado de educación. FLÉCHIER, BOURDALUE, MASILLON, son maestros en la prosa religiosa, mientras que el DUQUE DE LA ROCHEFOUCAULD, frondista y asiduo a los salones, vierte en sus Máximas su moral pesimista. Las obras filosóficas caracterizan el período y tienen una decisiva influencia en la formación del pensamiento, que desemboca en la revolución. El sacerdote protestante PEDRO BAYLE (1647-1706), que se enfrenta «ít^NÉ» 334 i'«nhi 1,; a sentar el mismo afán con que VOLTAIRE emprende su Diccionario filosófico y con que se elabora la famosa Enciclopedia, diccionario sobre temas artísticos y científicos, donde se recoge el pensar de la llamada Ilustración, que tiene por finalidad la creación de un concepto razonador, saltando por encima de las instituciones y creencias tradicionales, por lo que llegan a combatir la Monarquía y se predica en algunos de ellos el ateísmo. Aunque colaboraron en la Enciclopedia VOLTAIRE y D'ALEMBERT, SU principal redactor e impulsor fue DIONISIO DIDEROT (I713-1784), autor también de otras obras: Cartas sobre los ciegos, Pensamientos sobre la interpretación de la naturaleza, etc. JUAN JACOBO ROUSSEAU (1712-1778), amigo en su juventud de Diderot y los suyos, se separa de ellos posteriormente; pero sus obras están completamente en el mismo lugar desde la visión general de la época. Rousseau es el defensor de la vida natural del hombre que "nace bueno y a quien la sociedad viene a corromper", y en sus tratados viene a de- ; fender la educación basada en sus propias teorías, y la constitución estatal fundamentada en el poder del pueblo. Buen escritor, capaz de comunicar sus ideas al lector ganándole para sus teorías, tiene en la literatura francesa un puesto en que lo más importante artísticamente es el sentimiento y la descripción de la naturaleza. J 'or ahí va a enlazar con los primeros románticos, en los que tiene enorme influencia.

MONTESQUIEU, con menos valor literario, pero iniciador de la sátira llegó a publicar dos partes. La mañana y El mediodía, dejando fragmentos de las otras dos, que se editaron postumamente, escrito en endecasílabos sueltos y en que el autor aparece como preceptor de un joven noble, al que ha de enseñar, no las ciencias o la actitud moral, sino todas aquellas futilidades que pueden hacer de él un prototipo de elegante fatuo, tonto presuntuoso. Además de la sátira moral, tiene interés en importancia la sátira literaria, que significa el empleo del género heroico en el endecasílabo grave y en la intervención constante de las edades del Olimpo para atender al joven héroe. No es una parodia ni una obra cómica. Es un ataque irónico o mantenido en permanente seriedad a lo largo de " 'todo el poema. VICENZO MONTI (1754-1828) es clasicista en el dominio de las forma'-imitando a Dante en La Basvilliana contra la revolución francesa, que enalteció en otra obra, La mascheroniana, que tiene de común con la primera el estar dedicadas a difuntos, en quienes se personaliza la acción mientras se encaminan al cielo, o cuando vuelven a presenciar lo que sucede en la tierra. HUGO FÓSCOLO (1778-1827), de agitada vida, en la que ya se advierten síntomas de la próxima renovación romántica, es clasicista en cuanto a poesía y a su afán en llegar a la belleza por la perfección de la forma. El poema Los sepulcros y el poema didáctico Gracia, sobre tema artístico, que dedicaba a Canova, son el índice de su perfección académica. HIPÓLITO PINDEMONTE, JOSÉ ZANOJA y FRANCISCO CASSOLI continúan la tradición clásica, sin lograr destacar sobre los anteriores ni por su aportación ni por el aliento de su lírica. 3) El teatro. ,111 ÍJL*. Género típico de este siglo es el melodrama, en que lo musical va predominando sobre lo literario, aunque METASTASIO, con sus veintiséis melodramas, le restituye parte del valor que había perdido; pero no adquiere categoría hasta que VÍCTOR ALFIERI (1749-1803) compone sus tragedias clasicistas sujetas rigurosamente a las unidades y de corte completamente 340 neoclásico, donde expresa sus tendencias de libertad y nacionalismo patriótico. Saúl, Orestes, Bruto, Octavia, se cuentan entre las mejores. Al clasicismo formal se une este acento liberador, que le emparenta con el romanticismo. Igual carácter tiene su lírica, que fluctúa, como en Monti, del aplauso por la revolución francesa a la posterior frialdad; pero Al-fieri no incurre en la adulación a Bonaparte, y sus poesías contra el invasor francés se conocen reunidas bajo el título de Misogallo. Los géneros cómicos o de costumbres tenían en Italia un germen constante en La comedia del arte, de escaso valor literario, pues los autores se limitaban a escribir el scenario, o

argumento que ocupaba poco más de dos páginas, quedando los diálogos a voluntad de los actores que poseían I ropas para cada caso y conocían el carácter de los personajes, siempre análogo. Ya hemos hablado de la existencia en Francia de comediantes i I alíanos de este género y el tipo de personajes: Arlequín, Colombina, Pantalón, etc., en torno a Lelio y Rosaura, que desenvolvían una sencilla (M 11,una amorosa. Un muchacho de nuestros días comprendería perfectamente la estructura de estas comedias comparándolas con las películas de los hermanos Marx, siempre iguales en esquema, en que la pareja desarrolla un leve conflicto sentimental y da origen a cuadros que son variaciones dentro de una estructura siempre idéntica. FA renovador de la comedia italiana es CARLOS GOLDONI (1707-1793), í|tie se afana en dar los papeles completos a los actores, suprimiendo la Improvisación, lo que no consiguió sino poco a poco, empezando por la junto, del protagonista hasta que llegó a dar la obra completa en La mujer ¡ h\th\l¡t1osa, volviendo a colocar la comedia en condiciones de adquirir cate-IffoHn literaria. La observación costumbrista se manifiesta envuelta en una U'Mcift ligera y con una tendencia moral sencilla. Instalado en París, al Im.ii de su vida compuso algunas comedias en francés, que no llegan a diii'i l;i calidad de las italianas, entre las que destacan La posadera, El advierte mucho más dibujados los elementos prerrománticos. ALBERTO i ISTA (T775-1848), sacerdote como muchos de los componentes de este grupe, sigue el estilo de Fray Luis en sus poesías sagradas y tiene ele-ItifTitos románticos en composiciones que ya por el título anuncian el nuevo movimiento poético: La tempestad, La luna, La ausente, etc., dentro