Historia Del Arma de Fuego

ARMAS DE FUEGODescripción completa

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Historia del arma de fuego El arma de fuego es un dispositivo destinado a propulsar uno o múltiples proyectiles mediante la presión generada por la combustión de un propelente. De este modo se excluyen dentro de este término los dispositivos que lanzan proyectiles por medio de un gas previamente comprimido. Su función original y más común es provocar la muerte o la incapacitación casi instantánea de un individuo (animal o humano) desde cierta distancia, variable según el tipo de arma y las circunstancias (viento, humedad, etc.). Algunas armas de fuego están específicamente diseñadas para ser no letales y causar una incapacitación transitoria o tener efectos disuasorios, sirviendo como armas antidisturbios; otras se destinan a usos diversos no vinculados a la caza, el combate o la ejecución. A diferencia de las armas blancas, estas armas sí requieren ser cargadas una vez que se quedan sin municiones, para esta función se ha diseñado complementos especiales llamados cargadores (baterías en algunos países hispano parlantes) que facilitan la carga de municiones y la vuelve más rápida; los cargadores están diseñados para maximizar la cantidad de munición que puede llevar el arma y cargarla de la forma más eficiente posible. A las armas de fuego largas (rifles, escopetas, carabinas, fusiles, metralletas y ametralladoras) en algunos casos se les suele agregar una bayoneta, la cual es un arma blanca muy afilada, la cual es utilizada como una espada para el combate cuerpo a cuerpo o en caso de no tener balas; lo cual aumenta el riesgo de peligrosidad de éstas. También este tipo de armas de fuego pueden utilizarse para golpear, como si fuera un palo; y el golpe causado por éstas es muy doloroso e inclusive puede provocar hermorragias externas e internas, así como fracturas y desgarros, o provocar invalidez temporal o permanente; e inclusive la muerte. Y la fornitura (la correa que se utiliza para llevar cómodamente el arma de fuego) de éstas puede ser utilizada como látigo y también puede ser utilizada para ahorcar a la víctima, provocándole muerte por asfixia. También se les suele añadir un largavistas, para mejorar la visión de quien las usa, esto se usa para disparar a largas distancias. Este tipo de armas de fuego, también puede ser utilizado para disparar otros objetos como dardos adormecedores, y en este caso, el arma sonará como si se estuviera disparando balas de verdad, pero la víctima (en su mayoría animales) no morirá ni resultará herida, sólo quedará dormida; también se pueden colocar un arma blanca en el tubo de salida de las balas como un cuchillo para que ésta sea disparada con la misma velocidad con la que las balas salen disparadas, y en este caso el arma no sonará, y la víctima resultará herida e incluso puede hasta morir. A las armas de fuego cortas (pistolas y revólveres) se les suele añadir una luz, la cual sirve para apuntar a donde realmente se quiere disparar sin fallar. Estas armas también pueden servir para golpear las cuales causan el mismo daño que las armas de fuego largas, aunque con menor intensidad (debido a su tamaño). En las armas de fuego antiguas el propelente era la pólvora negra, en cambio, en las modernas se utiliza pólvora sin humo o cordita, en algunos casos se usa pólvora negra para las armas antiguas incluso hoy en día por cuestiones estéticas. Orígenes del arma de fuego Desde el siglo XI se conocían en China mezclas pirotécnicas de salitre, carbón y azufre que fueron empleadas como explosivos de escasa potencia, y existen también testimonios del siglo XIII que revelan cómo algunas de las mencionadas mezclas fueron utilizadas como propelentes en armas rudimentarias de bambú que lanzaban diversos proyectiles. Las armas de fuego son herramientas que fueron creadas para la defensa humana. La pólvora y el conocimiento de su empleo explosivo o propulsivo llegó a Europa de la mano de los científicos árabes entre finales del siglo XIII a principios del siglo XIV, donde la referencia más antigua la encontramos en el tratado de Marco Greco, que describe la composición de la pólvora negra. Sin embargo, es a partir de la segunda mitad del siglo XIV que se registraron mayores y frecuentes referencias al uso bélico de las armas de fuego, de las que las primeras en desarrollarse fueron las armas portátiles, que son aquellas armas que pueden ser fácilmente empleadas y transportadas por una sola persona. Al principio las armas de fuego eran poco fiables e inseguras, pero han ido evolucionando hasta alcanzar un nivel de utilidad y practicidad que las han convertido en uno de los medios para herir, asesinar o cazar más eficaces que además puede utilizarse en otro tipo de actividades humanas como, por ejemplo, el deporte. La rueda dentada, sucesora de la mecha, fue una mejora significativa sobre la mecha en términos de comodidad y seguridad. Funcionan al girarla contra un pedernal y producir chispa. Supuestamente fue inventado por Leonardo da Vinci pero no fue adoptada ampliamente debido al alto coste de los mecanismo de relojería. Evolución de las armas de fuego

El primer sistema de ignición que se usó fue la "llave de mecha", que era un sistema en el que el tirador debía sostener el arma con una mano y usar la otra para acercar una mecha al fogón en el momento del disparo, lo que hacía que el arma tuviera escasa eficacia. En el siglo XV, se hizo una modificación de este sistema que fue decisiva para aumentar la eficacia del arma: la incorporación del serpentín, que consistía en un brazo de hierro en forma de "S" empernado por su centro al lado derecho de la caja y al que se fijaba en su extremidad superior un trozo de mecha empapada en una solución de nitrato potásico. Dicho mecanismo se activaba provocando la rotación de la pieza hasta que la mecha se ponía en contacto con la pólvora del fogón, que al principio estaba ubicado en el centro del arma y para finales del siglo XV se colocó por razones técnicas en una posición lateral, naciendo así la cazoleta, un receptáculo en forma de cuchara soldado al cañón y provisto de tapa. El serpentín se perfeccionó con la creación de otros sistemas similares pero que eran más complejos y estaban más perfeccionados. Uno de ellos era la sierpe a resorte, que utilizaba un fiador (resorte) para tener levantada la mecha, lista para disparar, lo cual permitió que el funcionamiento de las armas fuera más rápido y se pudieran construir los primeros arcabuces para cazar; otro sistema muy empleado fue el de pestillo o palanca, que fue el preferido para usos militares hasta principios del siglo XVIII, durante doscientos años, debido a su simplicidad, robustez y bajo precio. Tipos de armas de fuego Las armas de fuego se dividen en dos categorías principales: Armas de fuego largas: Escopeta, Fusil de combate, Ametralladora, Fusil de asalto, Subfusil, Carabina, Fusil de francotirador, Fusil de tirador designado, Fusil antimaterial. Armas de fuego cortas: Pistola, Revólver y Pistola ametralladora. Una característica importante en un arma de fuego es también el tipo de ánima, el interior del cañón. De si un arma es de Ánima lisa o ánima rayada dependen muchas características importantes para su función. Armas modernas Gracias a la tecnología moderna, la fabricación y utilización de armas de fuego ha evolucionado considerablemente en las últimas décadas, especialmente desde la invención antes de la mitad del siglo XIX de sistemas verdaderamente eficaces de cartucheria metálica que posibilitaron armas de retrocarga seguras y eficientes por su correcta obturación de los gases en la recámara, Rápida recarga (incluso en posición de tendido) y facilidad de municionamiento, también destacan algunas mejoras como el uso de municiones perforantes y explosivas, rellenas de mercurio(estas son especialmente usadas por asesinos a sueldo y mercenarios), trazadoras, de cabeza hueca y de fragmentación. La mejora paulatina de tales armas, causada fundamentalmente por los avances de la técnica bélica y la aplicación de sistemas de repetición, automatismos, pólvora sin humo y aumento hasta límites insospechados para nuestros cercanos antepasados de la precisión y alcance han dado como resultado su amplísima variedad y especialización actual que ha convertido a la empresa armamentística en una de las más desarrolladas de nuestros tiempos, permitiendo a esta empresa ser una gran fuente de ingresos y una importante contribución a la economía global. Armas de Avancarga Un arma de avancarga es una arma de fuego en la cual tanto el proyectil como el propelente son cargados por la boca del cañón de la misma; a diferencia de las armas de retrocarga, en las que el proyectil se introduce por la parte posterior de la misma. El término proviene de aván, por avante (Del lat. ab ante), y carga. Análogamente, el Reglamento de Armas de España se expresa en estos términos: Arma de avancarga: Arma de fuego en la que la carga de proyección y el proyectil se introducen por la boca del cañón o, en su caso, por la boca de la recámara del tambor. La carga de proyección es de pólvora negra o de sustancia explosiva o pirotécnica similar. Por lo tanto, son armas de avancarga el arcabuz, el trabuco y el mosquete, así como los primeros cañones y fusiles. Armas de Retrocarga Una arma de retrocarga es una arma de fuego en la cual el proyectil es cargado por la parte posterior de la misma, en a diferencia de las armas de avancarga en las cuales, el proyectil y el propelente se introducen en el arma por la boca de la misma.

Artillería rayada de retrocarga Como consecuencia del rayado, hacia 1860 comenzaron a aparecer en los ejércitos europeos piezas de retrocarga de diferentes tipos, fundadas en el cierre de cuña ó en el de tornillo. Desde hacia mucho tiempo se habían experimentado con piezas de retrocarga que no pudieron prosperar. El piamontés Cavalli, por ejemplo, propuso un cierre de cuña, y otros muchos inventos. El más antiguo cierre que se utilizó fue el del sueco Wahrendorff que ideó un cierre de émbolo y cerrojo transversal hacia 1840, sistema que se adoptó en Prusia, Austria, Francia y Bélgica para las piezas de sitio y plaza. Los cierres El cierre es un aparato que permite cargar la pieza por la culata y para ello debe cumplir una doble función: resistir la presión de los gases producidos en la combustión de la pólvora y obturar la parte posterior de la recámara para evitar el escape de dichos gases. Los aparatos de cierre que se generalizaron fueron: Los cierres de tornillo Están constituidos por un bloque cilíndrico o troncocónico de acero, con varios sectores lisos y otros roscados, que entra a rosca en el alojamiento de la culata. Los cierres de cuña Están formados por un bloque prismático o cilindro-prismático de acero en forma de cuña, que se introduce en una mortaja practicada en la culata de la pieza. El cierre de cuña cilindro-prismática. Fue el que adoptó la muy adelantada casa Krupp de Essen (Alemania) en esa época prusiana. Primeras piezas de retrocarga. Uno de los primeros cañones de retrocarga que se estandarizo para Artillería fue el Krupp de 8 cm de largo, de acero fundido, con doce rayas, montado en cureña de madera de gualderas corridas. Tenía un alcance máximo de 3450 m, toda una proeza para la época. El rayado de los cañones de bronce sufría un desgaste considerable, por lo que, en 1874, se comienzan proponer mejoras empezando por fabricar tubos de bronce comprimido ó bronce-acero, de mucha mayor dureza, inventado por el Coronel austriaco Uchatius. Por la misma razón, en las piezas de hierro fundido, de costa (cañones para la protección de puertos , fronteras marítimas, etc), de grandes calibres, se empleó el sistema de "zunchado", que consistía en colocar alrededor del tubo varios manguitos de acero que aumentaban notablemente su resistencia. Ya en las décadas de 1880, un sistema completo de piezas de campaña se pusieron en disposición , del que se fabricó en serie el cañón de 8 cm, que dio magníficos resultados y con el que se dotó a las baterías a caballo y regimientos montados de varios países.