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Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Seguridad Nacional. Del Rosal Cortés Raúl Eduardo. Control de Lectura #3. 12.10.10 “HISTORIA DE ROMA” “Sabemos, empero, con certeza, que tenían que fatigarse menos que los de hoy. El latín lo sabían ya. Si hubiesen tenido que estudiarlo, decía el poeta alemán Heine, no habrían encontrado jamás tiempo para conquistar el mundo. Y en cuanto a la historia de su patria, se la contaban más o menos así…”1 Asi comienza el autor su obra, en la que nos presenta la historia del que fuera el poder más extenso y conocido, tanto en tiempo como en espacio, del mundo antiguo, el Imperio Romano; haciéndolo de una forma contrastada y poco matizada, ya que al ser uno de los periodos históricos mas amplios, los hechos fácilmente fueron difuminados o convertidos en leyendas, lo cual les quita objetividad y los hace poco creibles o veraces para cualquier historiador serio. Indro Montanelli, escritor de esta gran obra literaria, debido a su amplia trayectoria como un liberal conservador y apegado a su creencia del periodismo libre, nos presenta la Historia de Roma sin misticismo. Asi lo hace saber a los lectores en su prólogo, ya que tan sólo desea acercarlos Roma a través de sus principales protagonistas, a los cuales habrá de despojar de parámetros ocultos. Su esfuerzo en conseguir tal objetivo es coronado con éxito indudable, gracias a su estilo llano y fácilmente aceptable.

Sin embargo, más allá de una simple compilación histórica, en esta obra es posible advertir el nacimiento del Estado y su posterior evolución. Roma representa, aun en los tiempos modernos, un ideal en cuanto a organización se refiere, ya que supo consolidar los intereses de diversos pueblos, aseguró sus fronteras, y se lanzó a la búsqueda de todas aquellas necesidades que no le fue posible encontrar dentro de su demarcación. “la finca de pocas hectáreas que Romulo y Remo recortaron con el arado entre las colinas del Tiber convirtióse en el espacio de pocos siglos en el centro del Lacio, después de Italia, y mas tarde, del mundo conocido hasta entonces. Y entodo él se habló su lengua, se respetaron sus leyes, y se contaron los años ab urbe condita, o sea, desde aquel famoso 21 de abril de 753 antes de Jesucristo, comienzo de la historia de Roma y de su civilización.”2 Los inicios de la historia de Roma se presentan como los de cualquier nueva entidad que desee hacer valer su presencia y hacerse respetar, ya que una vez logrado la cohesion al interior de su población, procedió a asegurarse

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Indro Montanelli, “Historia de Roma”, Editorial Debolsillo. Colección Ensayo Historia. 5ª. edición, México, 2007, p.11 2 Idem., p.14.

de su supervivencia en un medio hostil, lleno de amenazas y rivales que tratarían de hundirlo o sacar el máximo provecho. Roma, al transitar el poder del gobierno bajo diferentes tipos y cualidades de personajes, específicamente entre los etruscos y reyes agrarios, habrá de hacerse notoria la diferencia de intereses entre una y otra elite reinante. Sin embargo, en ambos casos, el provecho habrá de ser para Roma, entidad conglomeradora de sus intereses y que les daba sustento a sus políticas, fortaleciéndola y expandiéndola, tanto a través del mar como de la tierra. Sin embargo, al contar con una población en un territorio definido, el siguiente paso fue dotarse de un gobierno que fuera capaz de responder a los intereses de la mayoría, no solo de unos cuantos. Es por ello que se tras la monarquía, basada en el elemento etrusco constituido por la Burguesia, la Riqueza, el Progreso, la Tecnica, la Industria y el Comercio, se habría de imponer el elemento latino y sabino constituidos por la Aristocracia, la Agricultura, la Tradicion y el Ejercito, los cuales hallaban su expresión política en el Senado. Al hablar de los elementos etruscos, latinos y sabinos, se hace referencia a los primeros pueblos que conformaron la incipiente Roma, donde si bien el deseo después de un tiempo fue el de unificar y fusionar la raza y las clases hasta llegar a ser un solo pueblo, se suprimió el elemento etrusco, y se volcó hacia los elementos latinos y sabinos, encontrando su proyección como la Republica. Dicha Republica habría de estar conformada por el Senado y el Pueblo romano, pero no específicamente por la generalidad del pueblo, sino tan solo por dos clases sociales: los patricios y los caballeros, o équites, debido a que, como hoy en dia, estos responderían a los intereses de las mayorías, De esta forma es posible comprobar que la clase social es un elemento inherente al Estado desde su conformación, al ser la base que habrá de dar soporte a todo régimen que quiera sustituir a otro. Se hace patente la necesidad de organización de todo grupo de seres humanos, que al ir creciendo tanto en términos poblaciones como territoriales, ve la necesidad de dotarse de un gobierno que vele tanto por su seguridad como por sus intereses, sean estos económicos o sociales principalmente. Es asi que el inicio del reinado del Senado junto con el pueblo, representado bajo el esquema de la Republica, habría de establecer como mecanismo de votación las mayorías. Sin embargo, en dicho sistema se hace patente también un elemento que perdurá a lo largo de la evolución del Estado, y que muy difícilmente lograra ser eliminado o transformado. Este es el interes de las elites en mantener el status quo. La apertura del Senado y la invitación de los patricios a los plebeyos contó con una doble intención: hacerles participes del gobierno neutralizando una posible rebelión y convencerlos de que al hacerlos parte del

gobierno, se hacían acreedores también a las obligaciones de sostener dicho gobierno, dando paso al nacimiento de los impuestos. Con el paso de los siglos, y en mayor medida gracias a las capacidades y talentos de diversos personajes, Roma se fue consolidando en terminos politicos, sociales y economicos. Su maquina de guerra fue lo suficientemente poderosa para neutralizar e incluso aniquilar a sus enemigos potenciales y reales, sirviendo a la postre como medio de disuasion. Al otorgar la ciudadania a las poblaciones conquistadas amplio su base de apoyo, asi como de recaudacion de impuestos, los cuales van intimimante ligados al aspecto economico, ya que al introducir la moneda y comenzar a regular la produccion, estabilizo a la poblacion, satisfaciendo sus necesidades alimenticias y laborales. por lo anterior es que Indro Montanelli establece como respuesta al cuestionamiento de cómo una pequeña ciudad-estado llegó a convertirse en el mayo imperio de todos los tiempos, los diversos elementos que lo hicieron posible: la educación, la organización, tanto politica como de sus ciudades, sus creencias religiosas, y su cultura.

Pero como todo aquello que alcanza el cenit de su esplendor, Roma comenzo decaer. El desarraigo que comenzo Como ya dijo Montanelli a sus lectores: Lo que hace grande la historia de Roma no es que haya sido hecha por hombres diferentes a nosotros, sino que haya sido hecha por hombres como nosotros. El autor cuenta cómo vivieron, cómo fueron educados, en qué creían y cómo prosperaron sus antepasados romanos. Explica con amenidad y sin formalismos la leyenda de su fundación, ahondando con sabiduría en los personajes principales que marcaron una época.

Un libro sin más pretensiones que las señaladas, pero muy a tono para aprender y conocer –a grandes rasgos- el mundo romano de la Antigüedad de forma somera, práctica, cómoda y siempre acompañado de una sonrisa. relatoría de su vida, nos presenta y describe de manera singular la personalidad política de Fouché, sus acciones y motivaciones, siempre en sintonía con las necesidades del momento.

Bibliografía:

 Montanelli, Indro, “Historia de Roma”, Editorial Debolsillo. Colección Ensayo Historia. 5ª. edición, México, 2007, 445 pp.