Himno A Inanna

HIMNO A INANNA ¡Reina de todos los me, luz radiante, mujer dadora de vida, amada por An (y) Urash, hieródula de An, la m

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HIMNO A INANNA ¡Reina de todos los me, luz radiante, mujer dadora de vida, amada por An (y) Urash, hieródula de An, la muy enjoyada, que ama la tiara que da la vida, digna de señorío, que empuña en (su) mano los 7 me ¡Mi reina, tú eres la guardiana de los grandes me, tú has elevado los me, tú has enlazado los me a tus manos, has reunido los me, has apretado los me contra tu pecho! ¡Has llenado la tierra de veneno como un dragón. La vegetación cesa cuando truenas como Ishkur, tú traes la inundación desde la montaña, la suprema que eres la Inanna del cielo (y) la tierra, que haces llover fuego llameante sobre la tierra, los me te han sido dados por An, reina que cabalgas sobre las bestias, que en el santo mando de An pronuncias (divinas) palabras!, ¡quién puede entender tus grandiosos ritos! ¡Destructora de las tierras extranjeras, tú has dado alas a la tormenta, amada en Enlil, tú hiciste (a la tormenta) soplar sobre la tierra, tú llevaste a cabo las instrucciones de An! ¡Mi reina, ante tu grito las tierras extranjeras se inclinan, por pavor (y) miedo al Viento del Sur los hombres te presentaron su angustiado clamor, presentaron ante ti su angustiado grito, abrieron ante ti lamentos y llantos, trajeron ante ti las grandes lamentaciones de las calles de la ciudad! En la vanguardia de la batalla todos habían caído ante ti, mi reina, en tu poder eres toda devoradora, continuaste atacando, como una tormenta que embiste, continuaste soplando (más fuerte) que la tormenta clamorosa, continuaste tronando (más fuerte) que Ishkur, continuaste gimiendo (más fuerte) que los malos vientos,

tus pies crecieron nada fatigados, tú causaste llantos para que fueran pronunciados en la lira del lamento. ¡Mi reina, los Anunna, los grandes dioses, huyeron ante ti como murciélagos agitados, no pudieron permanecer ante tu pavoroso rostro, no pudieron acercarse a tu pavorosa frente! ¿Quién puede calmar tu enojado corazón? ¡Tu funesto corazón no puede tranquilizarse! ¡Reina, feliz de sentimientos, alegre de corazón, (pero) cuya ira no puede ser calmada, hija de Zu-en, reina, suprema en la tierra, que (siempre) te ha rendido homenaje! A la montaña que dejó de rendirte homenaje, la vegetación le fue prohibida, tú incendiaste sus grandes puertas, sus ríos corrieron con sangre, por ti sus gentes no tenían nada que beber, sus tropas fueron conducidas espontáneamente (al cautiverio) ante ti, sus fuerzas se desbandaron espontáneamente ante ti, sus fuertes hombres desfilaron gustosamente ante ti, los lugares de recreo de sus ciudades fueron ocupados con turbulencia, sus machos adultos fueron llevados ante ti como cautivos, contra la ciudad que no dijo: «tuya es la tierra», que no dijo: «pertenece al padre que te engendró», tú pronunciaste tu santa palabra, te apartaste de ella, guardaste la distancia de su seno, su mujer no habló de amor con el marido, en la profunda noche ella no cuchicheó (tiernamente) con él, no le reveló la santidad de su corazón. ¡Desenfrenada vaca salvaje, anciana hija de Zu-en, reina más poderosa que An, que (siempre te ha rendido homenaje, tú que de acuerdo con dar la vida a los me, gran reina de las reinas, has llegado a ser más grande que la madre que te trajo al mundo, (tan pronto como) llegaste del santo seno! Sabiendo, sabia reina de todas las tierras,

que multiplicas (todas) las criaturas vivientes (y) gentes, he pronunciado tu santa canción. Diosa dadora de vida, adecuada para los me, cuya aclamación es exaltada, misericordiosa, mujer dadora de vida, radiante de corazón, la he pronunciado para ti de acuerdo con los me. He entrado antes que tú en mi santo gipar, yo la en, Enheduanna, llevando la cesta masab, pronuncié un alegre canto, (pero ahora) ya no habito en el hermoso lugar que tú estableciste. Vino el día, el sol me abrasó, vino la sombra (de la noche), el Viento del Sur me abrumó, mi voz de dulce miel ha llegado a ser estridente, todo lo que me daba placer se ha convertido en polvo. ¡Oh Zu-en, rey del cielo, mi (amargo) destino, declaro a An; An me librará, se lo suplico a An; él me librará! El reino del cielo ha sido tomado por una mujer, a cuyos pies descansa la tierra desbordada, a esa mujer tan ensalzada, que me ha hecho temblar junto a la ciudad, deténla, deja que su corazón sea tranquilizado por mí. Yo, Enheduanna le ofreceré súplicas, (y) mis lágrimas, como suaves bebidas, ofreceré a la santa Inanna; la recibiré en paz, ¡No dejes que Ashimbabbar sea molestado! Ella ha cambiado todos los ritos del santo An, se ha apoderado del Eanna de An; no temió al gran An, esa casa, cuyo hechico era irresistible, cuya atracción era interminable, esa casa que ella ha llevado a la destrucción, su [...] que ella ha [...], mi vaca salvaje, asalta allí a sus hombres, los hace cautivos. ¡Yo que existo entre las criaturas vivientes! ¡Pueda An cesar (el castigo) de las tierras rebeldes que odian a su Nanna, pueda An partir sus ciudades en dos, pueda Enlil maldecirla, que no pueda el niño, cuyo destino ha sido roto, ser tranquilizado por su madre!

¡Oh reina que provocaste lamentaciones, tu barco de lamentaciones ha atracado en una tierra enemiga; allí moriré, cantando la santa oración! En cuanto a mí, mi Nanna no me vigilaba, he sido atacada más cruelmente, Ashimbabbar no ha dicho mi veredicto, pero ¡qué importa si él lo dijo o no! Yo, acostumbrada al triunfo, he sido conducida desde (mi) casa, fui forzada a huir de mi cuna como una golondrina, mi vida está devorada, fui obligada a caminar entre las espinas de las montañas, la tiara dadora de vida, de señorío, me fue quitada, se me asignaron eunucos. «Estos son buenos para ti», se me dijo. ¡Queridísima reina, amada de An, deja que tu santo corazón, el noble, vuelva a mí! ¡Queridísima esposa de Ushumgal-anna, gran reina del horizonte y del cenit, los Anunna se han postrado ante ti, aunque al nacer fueras la hermana más joven! ¡Cuánto más joven has llegado a ser que los Anunna, los grandes dioses! Los Anunna besan la tierra ante ti. No es mi opinión que ha sido completada, es una extraña opinión la que ha sido convertida en mi opinión, la cama fructífera ha sido abolida, (así que) no he interpretado al hombre los mandatos de Ningal. Para mí, la radiante en de Nanna, pueda tu corazón ser tranquilizado, tú que eres la reina amada de An. «Tú eres conocida, eres conocida -no es por Nanna por quien lo he recitado, es por ti por quien lo he recitado-. Eres conocida por tu altura, como el cielo, eres conocida por tu anchura, como la tierra, eres conocida por tu destrucción de las tierras rebeldes, eres conocida por masacrar (a sus gentes), eres conocida por devorar (a sus) muertos como un perro, eres conocida por tu feroz semblante, eres conocida por alzar tu feroz semblante, eres conocida por tus relampagueantes ojos, eres conocida por tu maldad (y) desobediencia,

eres conocida por tus muchos triunfos.» No es por Nanna por quien lo he recitado, es por ti por quien lo he recitado. ¡Reina mía, te he ensalzado, la única que eres ensalzada, reina amada de An, he erigido tus estrados, he amontonado las brasas, he dirigido los ritos, he erigido la cámara nupcial para ti! ¡Pueda tu corazón ser calmado para mí! Suficientes, más que suficientes invocaciones, gran reina, he hecho para ti. Lo que he recitado en la profunda noche, el cantante gala repetirá para ti al mediodía. Es a causa de tu cónyuge cautivo, tu hijo cautivo, que tu cólera es tan grande, tu corazón tan enojado. La reina principal, el puntal de la asamblea, aceptó su oración. El corazón de Inanna fue enternecido, el día fue favorable para ella, fue vestida con belleza, fue provista de alegre atractivo, ¡cómo llevaba (su) belleza, igual que la naciente luz lunar! Nanna que vino con verdadera admiración, -(y) su madre Ningal ofreció oraciones, la recibió en el umbral del templo. ¡A la hieródula, cuyo mando es noble, a la destructora de las tierras extranjeras, presentada con los me por An, a mi reina, vestida con atractivo, a Inanna, alabanzas!