Hasta El Último Hombre

Primavera de 1945. La guerra del Pacífico tiene los días contados y las batallas se recrudecen. Las tropas estadounidens

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Primavera de 1945. La guerra del Pacífico tiene los días contados y las batallas se recrudecen. Las tropas estadounidenses asaltan Okinawa en algunos de los combates más sanguinarios de la historia y un soldado destaca por encima del resto. Una unidad recibió la orden de participar en el asalto al acantilado de Maeda, una misión prácticamente imposible. En lo alto de esta escarpada colina de 122 metros esperaban nidos de metralleta, trampas y soldados nipones escondidos en cuevas que habían jurado dejarse la vida en el combate. “Hasta el último hombre” cuenta la historia real de Desmond Thomas Doss (19192006), el primer objetor de conciencia que recibió la Medalla de Honor del Ejército norteamericano. Su adscripción a la iglesia Adventista del Séptimo Día le impedía empuñar las armas. Se convirtió en uno de los mayores héroes de la Segunda Guerra Mundial. No fue fácil su épica. El Ejército hizo lo imposible para sacárselo de encima (no podía aceptar que alguien no portara un fusil en el frente de combate) y hasta lo sometió a una corte marcial, pero Doss, participando como médico, salvó a más de 70 compañeros en la sangrienta y decisiva batalla de Okinawa. Más allá de las decisiones artísticas de Gibson y del inevitable patriotismo de la propuesta, el film aborda el tema del heroísmo, las convicciones personales (religiosas) y los dilemas morales en tiempos de guerra con inteligencia y eficacia. -

La película tiene tres actos muy definidos. En el primero vemos a Desmond de niño junto a su familia, en un hogar muy religioso pero sometido a un padre alcohólico y con ataques de ira. Y luego lo vemos de joven cuando se enamora de una enfermera y decide enlistarse en el éjercito para servir como médico. El segundo acto sucede ya en el entrenamiento con las tropas y donde Desmond será visto como un bicho raro o un cobarde por negarse a siquiera tomar un arma en sus manos para defenderse. En ambos actos se siembran las pistas y los motivos de por qué el protagonista está dispuesto a llevar su decisión hasta el extremo. Desmond Doss fue el primer objetor de conciencia del ejército estadounidense, es decir que sobre cualquier mandato militar podía anteponer una postura moral o religiosa.

El tercer momento de la película describe los horrores de la guerra y está cargado de violencia. Aquí las tropas estadounidenses tienen la misión de tomar por asalto una colina conocida como Hacksaw Ridge (nombre en inglés de la película), una zona clave para derrotar a los japoneses, pero lo que encontrarán es un escenario más parecido a una pesadilla. El relato pone a prueba el sacrificio de un hombre en un campo de torturas. Gibson no justifica la guerra, pero sí el valor de las convicciones personales, provengan de una religión o de dónde sea. En este caso, Desmond Doss tiene grabado en su sangre el mandamiento No Matarás y está convencido de que Dios le ha dado una misión y que debe cumplirla. Hasta el último hombre es una experiencia religiosa contada desde la peor de las guerras. Veremos una crítica a la filosofía marcial estadounidense, que muy poco o nada ha cambiado desde 1944. De hecho, hasta que la compañía de Doss no 1

desembarca en Okinawa, el villano son los propios Estados Unidos. Vemos cómo los instructores lo castigan, como sus compañeros lo martirizan y como es sometido a un juicio militar. El espectador siente la lucha en el interior de Doss, cómo duda de la valía de sus creencias y cómo se cuestiona si está haciendo lo correcto intentando alistarse. -

El argumento fue concebido en dos partes muy diferenciadas. Una primera describe el mundo familiar y personal del protagonista. Un mundo rural, tradicional, en la Virginia profunda. La segunda parte, nos lleva por el contrario a un cuadro terrible de El Bosco, en el corazón de la batalla anfibia de Okinawa, una de las más sangrientas de la Guerra, en la que murieron unos 250 mil hombres, pocas semanas antes de finalizar la contienda.

La vida de una familia, la niñez de dos hermanos que se crían como salvajes en el medio oeste americano, un medio sumamente religioso y respetuoso de las leyes familiares, donde impera la ley del revólver. El padre es un alcohólico, héroe doblemente condecorado, la madre una abnegada mujer que vive sólo para su familia. Los muchachos crecen y el hijo mayor, Desmond, se enamora de una enfermera de hospital. Luego decide enrollarse en las filas del ejército. Desde el momento que Desmond ingresa en el regimiento, la película se transforma. Un nuevo brío, una lucidez y una precisión que hasta aquí no había tenido el relato aparecen para narrar la vida en el cuartel, la aparente disciplina del cuartel y más tarde, la violencia y la muerte en medio de la guerra adquieren un primer plano absoluto en función de la repugnancia que deben provocar. El film se transforma en una especie de fábula pacifista en el cual los cuerpos mutilados por la violencia del enfrentamiento bélico se mezclan con las acciones heroicas y hasta ciertamente ingenuas con que nuestro héroe, convertido en médico militar, asiste, recupera y salva a sus compañeros combatientes. En síntesis, estamos ante una obra despareja, pero contundente en su mensaje que no es ni pacifista ni antibelicista, sino humanista, un pedido de respeto por el ser humano, y sus creencias. EL ORIGEN DE LA VIOLENCIA Y LA GUERRA ESTÁ EN EL HOGAR La línea narrativa de esa película es muy sencilla. Vemos al héroe de niño y luego de joven a punto de causar la muerte en un juego infantil y posteriormente enfrentándose a su padre, un veterano de la primera Guerra Mundial, alcohólico y traumatizado por lo que vivió en aquel primer conflicto global. Este es un asunto clave en el filme, ya que en los bloques subsiguientes aparecerá –en flashbacks puntuales pero bien dosificados– el grado de violencia doméstica en el hogar de los Doss. Y en una pausa de la batalla, hacia el final del filme, Desmond confiesa a un compañero, el resentimiento con su padre, mientras que su interlocutor le comparte que él vio a su padre una sola vez, cuando lo llevó a internarlo en un orfanato. Como vemos, Gibson ubica el origen de la violencia y la guerra en un entorno familiar de abandono o distanciamiento paterno y 2

que se realimenta con… secuelas de la guerra. Pero, al mismo tiempo, la película postula que es posible partir de ese círculo vicioso para salir del mismo, como lo veremos más adelante. Paralelamente, en esta parte inicial de la cinta, se desarrolla una historia de amor algo inocente y hasta cursi con Dorothy, una enfermera; aquí el director perdió la oportunidad de “ponérsela aún más difícil” a su héroe, o sea, tener un personaje femenino más desarrollado. La relación de Doss con Dorothy es un punto débil del filme al bordear la cursilería. Cuando Desmond finalmente logra enrolarse pareciera que la película sería una típica historia de amor mediada por la guerra. Recién en este momento, luego de haber conocido a sus compañeros de batallón y haber pasado las primeras etapas del entrenamiento, nos enteramos que es un objetor de conciencia que se niega incluso a tocar un rifle; más aún, se niega a participar en combate los días sábados, por sus creencias religiosas: pertenece a la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Este es un giro importante en la película puesto que, sin dejar de ser un filme bélico, se convierte también, y principalmente, en una película religiosa. Seguirá entonces todo un bloque se secuencias dedicado a las varias, diversas, a veces violentas y muy tenaces presiones que sufre Doss durante su entrenamiento, derivadas de su decisión de participar en la guerra; luego de lo cual vendrá el cuarto gran bloque final dedicado a la batalla de Hacksaw Ridge y el reconocimiento al heroísmo del joven técnico sanitario. En el infierno en el campo de batalla de Okinawa, su coraje lo lleva a salvar él solo 75 vidas. ¿Quién necesita un arma cuando tiene a Dios de su lado? SUPERANDO EL CÍRCULO VICIOSO DE LA VIOLENCIA Y LA GUERRA Pero lo importante no es tanto la secuencia narrativa, que sigue un patrón casi lineal, sino el tratamiento de los conflictos internos y externos del personaje con su familia y sus compañeros de batallón. En primer lugar, destaca la relación con su padre, caracterizada por su complejidad y derivada del contraste entre las heridas del pasado bélico paterno y la decisión de sus hijos de participar en la nueva guerra mundial. Tom, su progenitor, había construido una coraza defensiva y cargada de resentimiento contra sí mismo producida por los horrores y sufrimientos que vio y padeció en la primera Guerra Mundial. La consecuencia de ello fue la violencia doméstica (tolerada y explicada por su esposa) y el distanciamiento emocional y maltrato hacia sus hijos; e incluso la tolerancia a la violencia entre sus propios hijos pequeños. Por parte de Desmond, también generó un resentimiento profundo hacia el padre, pero, al mismo tiempo, se desarrolló una capacidad de sobreponerse a ese odio incubado. Esa capacidad se basó en la comprensión del origen de los problemas del padre: la guerra; lo cual, a su vez, constituye la motivación profunda de la decisión del héroe de enrolarse pese a ser objetor de conciencia, reforzada por razones religiosas. Esta fue su forma concreta de escapar, enfrentar y superar el círculo vicioso en el que estaba emocionalmente atrapado. De otro lado, su padre –posteriormente– también apoyaría (y 3

de manera decisiva) la decisión de su hijo. Pese a ello, en la conversación con Smitty, hacia el final del filme, próximo a un momento crucial de la lucha, Desmond reconoce que aún carga con el dolor infligido por su padre en la infancia. La superación no implica olvido o supresión del sufrimiento, sino su mitigación por un esfuerzo superior en favor de otros y de la humanidad en general. En el bloque de entrenamiento para la guerra se agudizan tanto los conflictos externos como internos del personaje. Se establecen conflictos (personales y grupales) más o menos agudos con sus jefes y compañeros del ejército. Aquí también las relaciones tienen algún grado de complejidad oscilando entre la oposición total al personaje y una cierta comprensión que legalmente terminará imponiéndose: su participación será aceptada a regañadientes. Los conflictos aquí expuestos y abiertos se resolverán –y esto constituye un aspecto muy importante de la película– en el último gran bloque de secuencias. Importante porque a través de este proceso no solo se resolverán los conflictos del protagonista sino que también el resto de personajes será puesto a prueba lo que abona en favor de una mayor profundización en sus distintos caracteres. Este gran bloque final tiene dos componentes. De un lado, la descripción de la batalla en sí; enfatizándose al comienzo que los japoneses buscaban eliminar especialmente a los médicos y personal identificado por la Cruz Roja –lo que ponía las cosas más difíciles al voluntariamente desarmado Desmond–, ya que prácticamente no aceptaban prisioneros; más bien “repasaban el campo de batalla” para dar el tiro de gracia a los heridos que hubieran. El segundo gran componente a su vez se divide en dos partes; una, destinada a mostrar la actividad de Doss en el campo de batalla (y donde se resuelven los conflictos planteados en el bloque anterior, del entrenamiento) y, el segundo, un comportamiento heroico específico del joven técnico sanitario que da el título en castellano a la película. MÁS QUE LA VICTORIA, LA SOBREVIVENCIA Las escenas bélicas son crudas y espectaculares. Las imágenes son muy variadas, bien construidas y el tempo esta tan bien regulado que se mantiene el impacto pero no se profundiza ni se regodea en lo chocante que puede resultar una verdadera carnicería humana. Al mismo tiempo, permite mostrar las diversas reacciones de los soldados en el campo de batalla, en algún caso, comparándolas con las actitudes durante el entrenamiento, en un crescendo que –con sus modulaciones– provee intensificación dramática en torno, más que a la victoria, a la sobrevivencia. Además, esto es simplemente el entorno que acompaña los movimientos de tropas, las acciones propiamente dichas y los diálogos que se establecen entre los soldados y Doss. Hay momentos también de tranquilidad donde se cierran algunas heridas (internas) del pasado remoto y reciente, pero también –en la batalla– se abren nuevas heridas (externas) y muerte por doquier. Lo épico hace acto de presencia pero, casi inmediatamente, es mediatizado por el estrés de la guerra; tanto así, que el mismo héroe, al retornar finalmente hacia su base, muestra signos físicos de pánico y tensión por lo vivido. En tal sentido, esta es una película antibélica y pacifista. 4

LA RELIGIÓN COMO TERAPIA PACIFISTA Pero, sobre todo, esta es una obra profundamente religiosa. Retornemos a la infancia y juventud en el hogar de Doss. Una familia disfuncional con un padre agresivo puede ser un infierno que tiende a reproducirse o dejar huellas profundas en los hijos. Una forma de escapar a esta situación es la religión. Hay personas que necesitan la religión ya que les brinda una estructura para vidas marcadas por la violencia o el desamor, que –en el caso de nuestro héroe– no eran tan terribles porque al menos recibió el afecto de su madre. Sin embargo, la religión también le dio una motivación para salir adelante en el momento más crítico (de su vida) en una situación crítica (una guerra mundial). Cabe aclarar que la película evita en todo momento promover un credo en particular; aunque la iglesia específica de Doss apenas es mencionada en una oportunidad al igual que el par de reglas que le impone, en realidad el contenido religioso tiende a tener un carácter general. El conflicto entre estos valores (motivaciones) religiosos y los imperativos de la guerra recorren de inicio a fin toda la cinta; y en varias partes de la película son motivo de debate explícito o implícito. Asimismo, el tema religioso está directamente conectado con la acción dramática, salvo en un momento donde está simbólicamente representado –cuando el héroe es recogido por una camilla aérea, en contrapicado hacia el cielo– en la parte final de la película. Otro aspecto muy importante que juega la religión, es que no pretende imponerse al resto, sino que busca convivir con personas que tienen creencias (religiosas) diferentes y opuestas sobre la guerra. En este filme conviven ideas aparentemente excluyentes y, sin embargo, se demuestra que pueden coexistir e incluso complementarse mutuamente: la no-violencia puede actuar en el marco de la violencia, cuando esta es impuesta objetivamente, en circunstancias histórico concretas o –como en el caso de Desmond– por razones personales de justicia. Aquí se expresa la tolerancia y el respeto a las diferencias incluso en una situación tan extrema como la descrita. Este es un caso en el que un miembro de una determinada iglesia se hace respetar pero no por el proselitismo sino por la acción y el liderazgo. Doss demuestra que puede ser tan valiente como cualquier otro e incluso convertirse en un héroe (fue el primer caso de un objetor de conciencia condecorado oficialmente por el Gobierno de Estados Unidos). Asimismo, demostró en los hechos que era igual al resto de combatientes a pesar de no tocar ninguna arma en un contexto en que estas eran casi indispensables para mantenerse con vida. TOLERANCIA, RESPETO Y LIDERAZGO Creo que esta es una idea muy valiosa ya que demuestra que la tolerancia puede ser aceptada a partir del conocimiento del Otro, en un contexto de interacción social (en este caso bélica) y que incluso se puede ir más allá de la tolerancia, ganándose el respeto y dignificación de una persona que piensa diferente sobre asuntos tan serios como la defensa de su patria en una guerra. Situación muy distinta al de amplios sectores de las iglesias cristianas que buscan imponer sus creencias mediante la ley o su 5

influencia en el Estado a personas y grupos minoritarios que no las comparten o que son o piensan diferente; en otras palabras, que buscan o pretenden discriminar al que es, o piensa diferente, por razones religiosas. Este filme demuestra que la religión puede promover sentimientos como el amor, la amistad, el coraje, el apoyo al prójimo y hasta el sacrificio por el prójimo a riesgo de perder la propia vida en circunstancias excepcionales, como la guerra. No obstante, exactamente esos mismos valores pueden trocarse en su contrario y conducir a la intolerancia, el maltrato y el odio gratuitos, en incluso la violencia y el crimen cuando la religión encarna en grupos fanáticos o fundamentalistas; lo que no se muestra en ningún momento en la película. Gibson, muy hábilmente, ha eliminado toda referencia a estos aspectos negativos que también pueden caracterizar –en otras (o incluso, las mismas) circunstancias– a la religión. Y está muy bien que lo haya hecho porque se limita su aporte a la convivencia y defensa de la existencia humana en asuntos de vida o muerte dentro de una comunidad que va más allá de la propia nacionalidad. En efecto, en el fragor de la batalla Doss llegaría a ayudar a un herido japonés y rescataría a dos heridos nipones, tomados prisioneros y que fallecerían a causa de sus graves lesiones. “Hasta el Último Hombre” nos muestra el enfoque más deseable de la religión como una necesidad tanto para las personas que pertenecen como para aquellas que no pertenecen a un credo determinado; así como también para aquellos que no tienen ninguna creencia religiosa. La idea subyacente, más allá de una discusión sobre la objeción de conciencia, es cómo la religión puede hacernos mejores seres humanos. Cierto que lo hace en una situación límite, pero justamente esto permite retrotraerlo a contextos más específicos, donde se promueve el respeto a todas las personas por igual, independientemente de nuestra raza, religión, nivel socioeconómico, género, orientación sexual, discapacidad o cualquier otro motivo. Las actuaciones van de lo bueno a lo muy bueno. Especialmente destacable es la recreación que hace Andrew Garfield de Desmond Doss, como un muchacho inocente, puro, seguro de sí, pero no incauto ni tampoco –pese a las apariencias– tonto. Hay sin embargo un sesgo de ingenuidad parsifaliana en su voluntario apartamiento del mundo de la guerra y la violencia; primero, porque conoce la violencia desde la infancia y, luego, porque llega a aprender varias destrezas de la guerra “desde fuera”, durante su entrenamiento (e incluso lo demuestra apoyando en determinada circunstancia al sargento Howell, interpretado por Vince Vaughn, durante la batalla). Ese aspecto “zanahoria” lo mantendrá a lo largo de la película y la evolución de la acción lo llevará de la ingenuidad a un liderazgo cuasi sagrado, ya que –al final– sus compañeros esperarán que concluya sus oraciones del sábado antes de entrar en combate. En las relaciones de Desmond con sus compañeros tanto antes (durante el entrenamiento) como después (durante la batalla) este no cambia; sigue siendo él mismo, sólo que va creciendo en humanidad, es decir, conoce al monstruo por dentro y logra salir aterrado (pero no traumado) como cualquier otro ser humano. Ha asimilado 6

(y sobrelleva) la experiencia del padre y en el campo de batalla ha visto los distintos tipos de comportamiento ante la guerra, desde el heroísmo y el sacrificio hasta el pánico inmovilizador. De esta forma, gana el reconocimiento y hasta el liderazgo de sus compañeros en la etapa final de la cruenta batalla de Hacksaw Ridge. En suma, las creencias religiosas del protagonista lo mantiene ecuánime hasta el final, elevándose sobre el impacto que el horror vivido pueda haber mellado su espíritu, gracias que su fe está enfocada en los valores básicos que caracterizan a muchas religiones y que se relacionan con aspiración a la perfectibilidad del ser humano. Pese a la universalidad de máximas: como luchar por tus creencias o no rendirse nunca, esta película tiene un mensaje especial para los cristianos. Desmond Doss no se enfrenta a un Estado ateo que quiera erradicar su fe, sino a uno que le dice que ésta es flexible, que puede malearse según el interés de turno, y que actos explícitamente prohibidos pueden llegar a ser “lo correcto”. VALORES La religión como conjunto de valores No vamos a discutir aquí si las distintas deidades existen o no. Yo me atrevo a afirmar, siendo ateo, que las religiones tienen como una de muchas finalidades trasmitir a la comunidad un conjunto de valores y unas disciplinas que haga a las personas encontrar una moral, unas reglas de comportamiento correcto. Desmond Doss los posee todos; tolerancia, respeto, amor, solidaridad y buena fe. El problema de esto, como de todas las cosas, está cuando el fanatismo se apodera de las personas e instituciones; los escritos, las malas interpretaciones que pasan de unos a otros y que acaban, irónicamente, en contra de la moral religiosa original. Es entonces cuando los valores empiezan a caer. El primero es la tolerancia hacia los que no comparten tus ideas, después el respeto y terminan por la violencia y el odio. Así se crean las grandes atrocidades cometidas por las distintas religiones existentes. “Doss contra el mundo” es una forma de demostrar que muchas ideas religiosas se han pervertido. El protagonista no se deja llevar por eso, y tiene las ideas muy claras. No va a matar a nadie, no va contra la voluntad de Dios, ni fuera de la guerra ni dentro de ella. Respeto, tolerancia y solidaridad “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Doss está ahí para ayudar a la gente, no para matar. En ningún momento trata de hacer daño a nadie, ni siquiera a los que le han hecho daño a él. No delata a sus compañeros. Aguanta lo que le echen encima y sigue con perseverancia sus principios. El médico no deja a nadie de lado, ni siquiera a los japoneses del otro bando. Su voluntad y su buena fe le definen en todo momento. Eso saca el lado más humano de todos sus compañeros en un lugar tan crudo y difícil como es el campo de batalla.

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Nuevas masculinidades y feminismo Corrían los tiempos que corrían, pero ahí estaban Doss y sus ideas. Después de lo que le ocurrió en su infancia, había tomado los caminos de la fe cristiana. El joven Desmond siempre se había preocupado por el cuidado de las personas, un valor que siempre se ha considerado (y desgraciadamente se sigue considerando hoy día) femenino. Tanto es así que cuando se enamora de una enfermera, una cuidadora, decide aprender de ella. No mansplainers, (mansplaining), no superioridad. No, sólo escuchar y aprender de ella para poder ayudar a más gente. Él también tiene que aprender a ser un buen hombre. No solo eso, Doss expresa sus sentimientos. ¿Recordais aquello de “los hombres no lloran”? Él llora si es necesario y es un modelo de conducta para los demás hombres al final de la película. Pero vamos un paso más lejos. Desmond rechaza la violencia, una práctica que siempre se ha considerado de procedencia masculina. Le consideran un cobarde por ello, por no portar un arma, por no atacar al problema. Él tiene otros métodos, es otro tipo de hombre. Y su pareja le quiere por ello. Se opone ante la violencia que su padre comete hacia su hermano y él, pero sobre todo hacia su madre, momento crucial que define su carácter. No sólo Doss. La película pone a muchos de los personajes masculinos a relucir sus sentimientos cuando llegan al campo de batalla, un lugar hostil y cruel que saca lo más profundo que llevan dentro y lo ponen por encima de sus apariencias viriles. Cuando tenemos miedo nos convertimos en nosotros mismos. Aquí se demuestra que esa virilidad tóxica solo es un constructo social que nos disfraza de seres inhumanos. El amor y el sentimiento de comunidad Dios nos pide en los mandamientos que actuemos por amor. En sus parábolas e historias nos dice que el amor lo puede todo. ¿Por qué no hacemos caso de sus palabras? A Desmond Doss le va bien con esta filosofía de vida. Se gana el respeto de su padre, después de todo el daño que le ha causado, y este le ayuda a cumplir su objetivo. Y se gana el respeto de los otros soldados. El amor de muchos es el sentimiento de comunidad, de cuidar de los demás. El patriotismo bien podría ser un derivado de esta idea social. Sin embargo, el patriotismo se puede entender como un sentimiento de comunidad reducido, ajustado a unos pocos. No debería haber fronteras para el amor. Deberíamos cuidar de todos. Doss lo hace. Lucha por cuidar de su país, de los suyos, de sus seres queridos. Pero no deja de lado al japonés que lo necesita. Esto le hace muy grande. Es muy importante ser fiel a tus ideas si consideras que estas son las correctas, sin dejar nunca de reflexionar y meditar sobre si eso está bien o no. Y sin dejar nunca de escuchar a los demás para aprender de ellos. El protagonista de ‘Hasta el último hombre’ vuelve a ser un ejemplo en este caso. Él se replantea sus ideas, y las forja a lo largo de su vida a través de sus distintas decisiones. ¿Qué consigue con eso? Ser diferente, cuestionar lo establecido.

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A veces tememos no encajar, es normal. Pero cuestionar lo establecido siempre está bien. Desmond no pretende cuestionar nada, pero lo hace con la ejecución de sus decisiones. Eso le lleva al rechazo de muchos, pero también a hacer que los demás se cuestionen a sí mismos y aprendan a convivir y a ver lo positivo de la gente diferente. Volvemos al tema del respeto y la tolerancia. La violencia NUNCA es la solución Repito, no soy religioso, pero si la gente quiere actuar en nombre de Dios lo veré bien siempre que lo haga con amor y no con violencia. “No matarás”. Es un mandamiento muy claro, pero los militares de la película se toman sus licencias. “En la guerra las cosas son distintas”. Desmond Doss no piensa igual y se niega a llevar un arma. “NO VOY A MATAR”. Gibson no justifica la guerra, pero sí el valor de las convicciones personales, provengan de una religión o de dónde sea. En este caso, Desmond Doss tiene grabado en su sangre el mandamiento No Matarás y está convencido de que Dios le ha dado una misión y que debe cumplirla Desmond acaba siendo de más ayuda sin armas que con ellas. Se convierte en el mayor héroe de los allí presentes porque para salvar vidas no tuvo que quitársela a nadie antes. La guerra se presenta aquí como lo que es. Un lugar hostil y terrible, lleno de vísceras y cadáveres, de dolor. Un lugar en el que nadie quiere estar, un lugar que pone enfermo a cualquiera. Son las consecuencias de la violencia en sus formas más extremas. No es para nada una competición o un sitio del que estar orgulloso. Esto se puede extrapolar a todo. La violencia no es la solución. NUNCA es la solución. Y estamos en una situación política global en la que se pueden repetir o se están repitiendo ya errores del pasado. No aprendemos que esto no soluciona nada, solo agrava los conflictos y no permite ver lo positivo de la diferencia. Solo lo negativo. Así los prejucios y la intolerancia se siguen perpetuando. En esta película podemos ver que los valores religiosos no son dañinos en su forma más pura, sino cuando se mezcla con el mal que desprendemos las propias personas. Es triste que los distintos factores sociales repercutan en la asociación de la religión con ideologías más conservadoras y se entremezcle en nuevo recipiente de valores que se acaba infectando y generando el odio en nombre de una fe. Y esto es aplicable a todos los sistemas de creencias. ‘Hasta el último hombre’ nos hace reflexionar sobre las distintas imágenes que tiene una religión en una sociedad, sobre cómo se han formado dichas imágenes y cómo estas ideas que acaban estando tan acotadas no siempre están en contradicción con ideas progresistas con las que muchos grupos que se consideran religiosos no comulgarían. I En el habla cotidiana normalmente utilizamos las palabras “ética” y “moral” como sinónimos; no obstante, existen diferencias importantes entre ambos términos, o al menos así ha sido durante la historia. 9

A pesar de que están estrechamente relacionadas, existen al menos 6 diferencias entre la ética y la moral, y conviene no confundir entre sí estos conceptos. Estas se refieren a múltiples características, tanto de tipo conceptual como epistemológico. Definición de ética La ética es una rama de la filosofía que estudia y sistematiza los conceptos del bien y el mal, así como otros relacionados. Esta disciplina tiene como objetivo definir de forma racional qué constituye un acto bueno o virtuoso, independientemente de la cultura en la que se enmarque. Los sistemas éticos, consistentes en prescripciones con respecto a los patrones de conducta que deben seguir las personas, han sido propuestos tradicionalmente desde la filosofía y la religión. Se considera que la ética se originó en la época de la Antigua Grecia; la filosofía de Platón y la de Aristóteles, así como el estoicismo o el epicureísmo, son algunas de las primeras manifestaciones del uso de este término. Durante la Edad Media la ética cristiana predominó en el mundo occidental, expandiéndose posteriormente a buena parte del mundo. Más adelante, filósofos como Descartes, Hume o Kant recuperarían ideas de los maestros griegos y contribuirían de forma clave a la concepción de la ética de los siglos siguientes. Definición de moral La moral se define como el conjunto de normas que rigen el comportamiento de las personas que forman parte de una sociedad determinada, de modo que puedan contribuir al mantenimiento de la estabilidad y de la estructura social. Se suele relacionar el concepto de moral con la conformidad con las leyes implícitas y explícitas de un grupo social, que se transmiten a los individuos dentro del proceso de socialización al que se someten a lo largo de su desarrollo. En este sentido, la moral parte de las tradiciones y los valores del contexto en que nos criamos. La moral surgió con toda probabilidad como una consecuencia natural de la organización de los seres humanos en grupos. Al complejizarse las sociedades, las normas de interacción que las estructuraban se habrían transformado progresivamente en reglas morales y en leyes explícitas, especialmente con la aparición de la escritura. Las religiones han tenido un gran peso histórico en el establecimiento de códigos morales. Mientras que en el mundo occidental el judaísmo y el cristianismo han determinado en buena parte las normas sociales, en Asia lo han hecho sobre todo el budismo y el confucianismo. Diferencias entre ética y moral

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Muchas personas opinan que hoy en día los conceptos ‘moral’ y ‘ética’ significan básicamente lo mismo, al menos desde el punto de vista del lenguaje coloquial. Sin embargo, desde un punto de vista teórico e histórico podemos encontrar varias diferencias entre estos dos términos. 1. Objeto de interés La moral se encarga de determinar qué conductas son adecuadas y cuáles no en un contexto determinado, mientras que la ética se refiere a los principios generales que definen qué comportamientos son beneficiosos para todas las personas. La ética es una disciplina normativa y la moral es descriptiva; así, la ética se diferencia de la moral en que pretende definir los comportamientos correctos, más que los que son aceptados por una sociedad. 2. Ámbito de aplicación La ética se sitúa en el nivel de la teoría, tratando de encontrar principios generales que favorezcan la armonía entre las personas. Por contra, la moral trata de aplicar las normas determinadas por la ética a un gran número de situaciones concretas. Por tanto la ética tiene un carácter teórico, abstracto y racional, mientras que la moral hace referencia a lo práctico, diciéndonos cómo debemos comportarnos en nuestra vida cotidiana a través de reglas y afirmaciones más o menos explícitas. 3. Origen y desarrollo Las normas éticas son desarrolladas por personas concretas a través de la reflexión y la evaluación de la naturaleza humana. Posteriormente dichos individuos aplicarán las normas a su conducta. En algunos casos la ética individual puede influir a un gran número de personas, llegando incluso a convertirse en una tradición; esto ha sucedido frecuentemente en el caso de las religiones, sistematizaciones de las ideas de sus profetas. Una vez alcanzado este punto, pasaríamos a hablar de moral para referirnos a la transmisión intergeneracional de tal sistema ético. De forma sintética podemos decir que la ética tiene un origen individual, mientras que la moral se deriva de las normas de nuestro grupo social, determinadas a su vez por un sistema ético previo. 4. Capacidad de elección Como hemos dicho, la ética parte de la reflexión individual, mientras que la moral tiene una naturaleza más impositiva y coercitiva: si una persona no cumple las normas sociales es probable que reciba un castigo, sea de tipo social o legal.

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La ética se fundamenta en el valor intelectual y racional que los individuos otorgan a sus actitudes y creencias, a diferencia de la moral, que viene determinada por la cultura. No podemos elegir la moral, tan sólo aceptarla o rechazarla; por tanto, tiene que ver con la conformidad con las normas de nuestro grupo social. 5. Modo de influencia Las normas morales actúan en nosotros desde el exterior o bien desde el inconsciente, en el sentido de que las interiorizamos de forma no voluntaria a medida que nos desarrollamos dentro de un grupo social determinado. La ética depende de elecciones voluntarias y conscientes, ya que este concepto define la identificación y el seguimiento de unas normas determinadas por tal de actuar del modo que nos parezca correcto desde un punto de vista personal. 6. Grado de universalidad La ética tiene la pretensión de ser universal, es decir, de poder ser aplicada en cualquier contexto. Esta disciplina busca, por tanto, establecer verdades absolutas que se mantengan como tales independientemente del contexto en el que se apliquen, siempre y cuando la persona tenga la capacidad de actuar de forma racional. Kant, por ejemplo, intentó plantear principios éticos objetivos, por encima de la cultura o la religión. Por contra, la moral varía en función de la sociedad; conductas que pueden estar aceptadas en algunos grupos sociales, como la violencia de género o la explotación infantil, serían consideradas inmorales por personas de otras sociedades, así como desde un punto de vista ético. En este sentido podemos decir que la moral está influida en gran medida por el relativismo cultural. El uso de la palabra Ética y la palabra Moral está sujeto a diversos convencionalismos y que cada autor, época o corriente filosófica las utilizan de diversas maneras. Pero para poder distinguir será necesario nombrar las características de cada una de estas palabras así como sus semejanzas y diferencias. 1. Características de la Moral. La Moral es el hecho real que encontramos en todas las sociedades, es un conjunto de normas a saber que se transmiten de generación en generación, evolucionan a lo largo del tiempo y poseen fuertes diferencias con respecto a las normas de otra sociedad y de otra época histórica, estas normas se utilizan para orientar la conducta de los integrantes de esa sociedad. 2. Características de la Ética. Es el hecho real que se da en la mentalidad de algunas personas, es un conjunto de normas a saber, principio y razones que un sujeto ha realizado y establecido como una línea directriz de su propia conducta. 3. Semejanzas y Diferencias entre Ética y Moral. Los puntos en los que confluyen son los siguientes: ·

En los dos casos se trata de normas, percepciones, deber ser. 12

· La Moral es un conjunto de normas que una sociedad se encarga de transmitir de generación en generación y la Ética es un conjunto de normas que un sujeto ha esclarecido y adoptado en su propia mentalidad. Ahora los puntos en los que difieren son los siguientes: · La Moral tiene una base social, es un conjunto de normas establecidas en el seno de una sociedad y como tal, ejerce una influencia muy poderosa en la conducta de cada uno de sus integrantes. En cambio la Ética surge como tal en la interioridad de una persona, como resultado de su propia reflexión y su propia elección. · Una segunda diferencia es que la Moral es un conjunto de normas que actúan en la conducta desde el exterior o desde el inconsciente. En cambio la Ética influye en la conducta de una persona pero desde si misma conciencia y voluntad. Una tercera diferencia es el carácter axiológico de la ética. En las normas morales impera el aspecto prescriptivo, legal, obligatorio, impositivo, coercitivo y punitivo. Es decir en las normas morales destaca la presión externa, en cambio en las normas éticas destaca la presión del valor captado y apreciado internamente como tal. El fundamento de la norma Ética es el valor, no el valor impuesto desde el exterior, sino el descubierto internamente en la reflexión de un sujeto. Con lo anterior podemos decir existen tres niveles de distinción. 1. El primer nivel está en la Moral, o sea, en las normas cuyo origen es externo y tienen una acción impositiva en la mentalidad del sujeto. 2. El segundo es la Ética conceptual, que es el conjunto de normas que tienen un origen interno en la mentalidad de un sujeto, pueden coincidir o no con la moral recibida, pero su característica mayor es su carácter interno, personal, autónomo y fundamentante. 3. El tercer nivel es el de la Ética axiológica que es el conjunto de normas originadas en una persona a raíz de su reflexión sobre los valores.

7. Los Actos Humanos Existen dos tipos de actos, los Actos humanos y los Actos del hombre, ambos son ejecutados por el hombre pero poseen ciertas diferencias: 1. Los Actos Humanos. Son ejecutados consciente y libremente, es decir, en un nivel racional. Son originados en la parte típicamente humana del hombre, es decir, en sus facultades específicas, como son la inteligencia y la voluntad. Estos son el objeto material de la Ética y son los que pueden ser juzgados como buenos o malos desde el punto de vista de la Moral.

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2. Los Actos del Hombre. Carecen de conciencia o de libertad o de ambas cosas, un ejemplo claro es por ejemplo la digestión, la respiración, etc. Los actos del hombre sólo pertenecen al hombre porque él los ha ejecutado, pero no son propiamente humanos porque su origen no está en el hombre en cuanto a hombre, sino en cuanto a animal. Estos actos carecen de moral (son amorales) por lo tanto no pueden juzgarse desde el punto de vista moral como buenos o malos, si pueden juzgarse como buenos o malos pero desde otro punto de vista, como por ejemplo el fisiológico. Los actos, ya sean humanos o del hombre, tiene un cierto valor ontológico independiente del valor moral. El valor ontológico o metafísico de la conducta humana se refiere al hecho real, a la existencia, a la objetividad del acto. En cambio el valor moral depende de ciertas condiciones subjetivas y propias de la persona que ejecuta dicho acto, como la intención, la libertad, el grado conciencia, etc. El valor moral se encuentra solo en los actos humanos y el valor ontológico se encuentra en ambos. Cuando se dice que un acto humano tiene un valor moral, se está implicando que este valor moral puede ser de signo positivo o de signo negativo. Trabajar, por ejemplo, tiene valor moral positivo, pero asesinar tiene un valor moral negativo. Normalmente hemos designado al valor moral negativo como "inmoral", pero esta palabra, en su etimología, indica más bien un desligamiento del valor moral y los únicos actos que están desligados de los valores morales son los actos del hombre, pero estos ya han sido calificados como "amorales". Todo acto humano tiene un elemento psíquico que también es motivo de una valoración moral, este es el "Fin" o "intención" que es el objetivo o finalidad por la cual se realiza un acto humano, por medio del fin o intención dos actos humanos idénticos pueden diferir notablemente por el autor que realizó cada acto. La palabra "Fin" tiene varios significados, desde luego no se tomará en cuenta el que se refiere a lo último, lo extremo. La palabra fin significa intención, objetivo, finalidad. La palabra fin tiene una doble división cuando significa objetivo o finalidad. a. Cuando significa objetivo, suele considerarse el fin próximo (es el que se subordina a otros), el fin último (no se subordina a ningún otro), el fin intermedio (participa de los dos, o sea, se subordina al fin último y él mismo mantiene subordinado al fin próximo). b. Cuando hablamos del fin como intención o finalidad, podemos referirnos al fin intrínseco del acto (es el que posee la acción misma de acuerdo a su propia naturaleza) o al fin del sujeto que ejecuta el acto (es el que de hecho intenta el actor de la acción, en algunas ocasiones este fin difiere con respecto al fin del acto). Otro aspecto que ha estado conectado a la Ética desde los tiempos de Aristóteles es el tema de la felicidad. La felicidad es la actualización de las potencias humanas, es decir, la realización y el ejercicio de a facultades y demás capacidades del hombre. Cuando el hombre pone a funcionar sus potencialidades, la consecuencia natural es la felicidad. 14

Además, éste es el fin propio del hombre. El hombre está hecho para ser feliz. Desde el punto de vista de la Filosofía y la Psicología, la felicidad es la consecuencia normal de un funcionamiento correcto del ser humano. ETICA - MORAL En términos generales la diferencia entre ética y moral debe buscarse en que la primera es un estudio filosófico y científico mientras la moral es puramente práctica; es decir, la ética habla desde la razón y la reflexión filosófica pero la moral se refiere a los actos que realizamos día a día durante nuestra vida. Si analizamos etimológicamente ambas palabras nos encontramos con que las dos tienen el mismo significado originario: "moral" viene del latín "mos" (costumbre) "ética" viene del griego "ethos" (costumbre) Pero actualmente, con la evolución de la lengua, ambos significados se han ido bifurcando para terminar con dos completamente distintos. A continuación vamos a analizarlos de forma detallada para entender cuál es la diferencia de base. -

Comenzamos a analizar qué es la moral para entender su diferencia inicial con la ética. Se trata de una serie de principios, valores o normas que son los que rigen nuestro comportamiento. La moral es la que determina nuestras actuaciones y la que nos marca los límites que no queremos pasar. Actualmente, a la moral también se la conoce como "tener principios" y se refiere a, precisamente, ese cuadro de normas propias que seguimos en nuestro día a día para actuar tal y como nosotros creemos que es correcto.

A nivel sociológico, la moral también puede determinar la cultura y forma de vivir de una sociedad o un colectivo de personas. Algunas normas o principios se transmiten entre diferentes generaciones de un mismo grupo de personas que establecen, así, unos principios morales sobre los que crear su sociedad. ¿Es un fenómeno universal o reglas particulares relativas a cada comunidad cultural? Es normativa porque determina lo que es el bien y lo que es el mal La moral formula principios generales mediante los cuales clasifica y juzga los hechos El fundamento de la moral es la razón Cuando se concibe la moral como el conjunto de reglas particulares, nos sería imposible escapar de dos escollos en la problemática ética: El relativismo moral afirma que una norma es válida para un tiempo y un espacio El dogmatismo moral, es la imposición y aceptación de normas sin restricción 15

El imperialismo moral, es la imposición de normas de la sociedad más fuerte La ley moral es un imperativo que exige actuar de tal modo que la regla de conducta nuestra pueda valer para todos. Este formalismo universal ético permite: Evitar el relativismo moral y afirmar la moral universal; evitar el dogmatismo porque prejuzga los modos de vida particulares; permite el progreso moral Conclusión: la moral está compuesta por imperativos de alcance universal. Permite que el progreso moral hacia una mayor universalidad del comportamiento humano. -

Ahora nos centraremos en el significado de ética. Se trata de reflexionar sobre los principios que formarán luego nuestra moral y, por tanto, es la parte filosófica que determinará el comportamiento al que tendremos que someternos para vivir en sociedad de forma pacífica. Es decir, es el pensamiento previo, la parte reflexiva que conforman nuestros actos.

Por ejemplo, los vegetarianos son un tipo de persona que defiende que por sus principios (por su propia ética) no van a comer carne (moral); esos "principios" han surgido de una reflexión previa sobre la situación quedando resultante la conclusión final: no comer carne. -

Así pues, tal y como hemos visto, la diferencia entre ética y moral se encuentra en que la primera es la reflexión sobre un hecho concreto de la vida y que esta marcará la práctica moral posterior; de las conclusiones de la reflexión se extraerá el comportamiento moral que marcará tu vida.

También cabe apuntar que la ética tiene una base totalmente personal e individual pues de la reflexión de una persona se extraen algunas conclusiones que puede llevar a nivel personal (como el ejemplo anterior de no comer carne) pero también pueden llevar a unas normas sociales que involucren a un número mayor de personas (como por ejemplo, no comer cerdo, algo que cumplen todos los musulmanes).

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