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¿QUIÉN ES EL DR. HAMER?. El Dr. Ryke Geerd Hamer nació en Frisia (Alemania) en 1935, en el seno de una familia de pasto

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¿QUIÉN ES EL DR. HAMER?.

El Dr. Ryke Geerd Hamer nació en Frisia (Alemania) en 1935, en el seno de una familia de pastores protestantes. A los 18 años, tras finalizar el bachillerato, inicia estudios de medicina y de teología en la Universidad de Tübingen, donde conoce a una estudiante de medicina que acabará por convertirse en su esposa, Sigrid Oldenburg. Con 20 años aprueba el examen preliminar de medicina y un año después contrae matrimonio en Erlangen, donde aprueba su licenciatura en teología. En 1959, con 24 años Ryke Geerd Hamer aprueba el examen estatal de medicina de Marbourg. Paralelamente a sus estudios de medicina estudió doce semestres de la carrera de física, si bien no llegó a efectuar el examen, y es licenciado en Ciencias Médicas, en las especialidades de Psiquiatría y Pediatría. En 1961, obtiene el grado de Doctor en Medicina, trabajando durante varios años en clínicas universitarias de Tübingen y de Heidelberg, donde ejerce también la docencia. En 1972 el Dr. Hamer se especializa en medicina interna, y ejerce también en compañía de su esposa, la Dra. Sigrid Hamer, realizando investigaciones sobre la «angiometría de los tumores cerebrales». Ha obtenido el diploma de especialista en enfermedades internas del Hospital Universitario Alemán, y también el diploma de radiólogo. Tiene además, desde siempre, un hobby singular: patentar inventos. Por ejemplo, dentro del marco de la cirugía plástica, el escalpelo eléctrico Hamer, que permite operar de forma atraumática, cortando casi 20 veces más finamente que un bisturí, y una sierra especial para las intervenciones ósea. Tiene además patentados una couchette para masaje que se adapta automáticamente al contorno del cuerpo y un aparato que permite el diagnóstico serológico transcutáneo. El Dr. Hamer recibió durante largos años el respeto y la admiración de sus colegas, y la estima de sus numerosos pacientes. Su carrera profesional e investigaciones -clásicas y ortodoxas-, reforzaban día a día su posición de reputado especialista. A las 3 de la madrugada del 18 de agosto de 1978, ante el pueblo de Cavallo (Córcega) y en el transcurso de una fiesta celebrada en una nave, un aristócrata italiano, el príncipe Alberto de Saboya, dispara, sin motivos ni

causas aparentes, contra una persona desconocida que dormía en la cubierta de un barco cercano. Esa persona era Dirk Hamer, de 19 años, uno de los hijos del Dr. Hamer. Dirk Hamer fue trasladado todavía con vida a Munich, falleciendo cuatro meses después, el 7 de diciembre de 1978, en Heidelberg. La trágica muerte de su hijo unida a las dificultades de la investigación judicial que se llevó a cabo, y al desarrollo de un complicado proceso posterior, afectan profundamente a la familia Hamer. El Dr. Hamer desarrolla al cabo de cuatro meses un cáncer de testículos, en tanto que su esposa, la Dra. Sigrid Hamer, recae consecutivamente en varias enfermedades cancerosas hasta fallecer, el 12 de abril de 1985, a causa de un infarto agudo de miocardio. A partir de la muerte de su hijo y del desarrollo de los cánceres en él mismo y en su esposa, el Dr. Hamer inicia su investigación y emite la hipótesis de que tanto su cáncer como el de su mujer pueden estar relacionados con el brutal conflicto que vivieron en el más completo aislamiento, y que él percibió como el acontecimiento más grave que le había ocurrido. Sus estudios e investigaciones le llevaron a formular lo que él ha denominado la Ley de Hierro del Cáncer, piedra angular alrededor de la cual se articula toda la Nueva Medicina. En octubre de 1981 presenta la tesis sobre su descubrimiento en la facultad alemana de Tübingen, y el tribunal médico le coloca ante la alternativa de abjurar de su tesis o abandonar inmediatamente su trabajo clínico en la facultad. En mayo de 1982 la Universidad de Tübingen le devuelve sus documentos de trabajo sobre las correlaciones entre psiquismo y cáncer, sin haber efectuado ninguna verificación. En 1986 la dirección del distrito de Coblence entabla un proceso para condenar al Dr. Hamer y prohibirle el ejercicio de la medicina por, textualmente, «no querer abjurar de la Ley de Hierro del Cáncer y no asumir las tesis convencionales sobre el cáncer». Desde 1986 el Dr. Hamer no puede ejercer el derecho de atender un enfermo. El veredicto queda confirmado en sesión única en 1990. Se prohibe cualquier proceso de revisión, y se declara al Dr. Hamer como no poseedor de las facultades de control de sí mismo, declarándosele incompetente para juzgar las necesidades de tratamientos contra el cáncer. En 1986 un tribunal condena a la Universidad de Tübingen a reabrir el proceso de inhabilitación. Silencio hasta 1994. El 3 de enero de 1994, se pronuncia la ejecución del veredicto, ¡acontecimiento único en la historia de la universidad!. Ni siquiera con un retraso de 13 años es posible que esta universidad verifique la Nueva Medicina. El 22 de abril de 1994 declara que: «no está prevista la verificación en el marco del proceso de habilitación». El 21 de julio de 1988, el tribunal de primera instancia de Coblence cita al Dr. Hamer a comparecer ante la cámara correccional del tribunal, para someterle al examen del profesor Horn, director del hospital psiquiátrico regional. El intento de internarlo a la fuerza en una institución psquiátrica fracasa.









El 9 de diciembre de 1988, se realiza la verificación por la Universidad de Viena. firmada por: El Profesor Jörg BIRKMAYER, Doctor en Química y Doctor en Medicina, titular de la cátedra universitaria de Medicina Química y de Cancerología, especialista de medicina de laboratorio y jefe del laboratorio médico-químico de la Universidad de Viena, la Doctora Elisabeth M. ROZKYDAL, Medicina General, el Doctor Franz REINISCH, especialista de enfermedades internas, el Doctor Fritz EBERZ, y el médico asistente Doctor Ryke Geerd HAMER, Medicina Interna, Psiquiatra, Pediatra, Radiólogo y Teólogo; efectúan la verificación de su ley, siguiéndole verificaciones posteriores realizadas por equipos médicos de Munich, Chambéry, Austria... Los dias 12 y 13 de Mayo de 1990, se realiza la verificación por la Conferencia de Médicos de Namur (Bélgica) firmada por: Médicos de la Conferencia (16 firmas). El 24 de junio de 1992, se realiza la verificación por la Clínica Pediátrica de Gelsenkirchen (Alemania), firmada por: el profesor Dr. E. A. Stemmann, médico en Jefe y por el Dr. Elke Mühlpfort, Pedíatra y Medicina Escolar. Los días 8 y 9 de Setiembre de 1998, se realiza la verificación porla Universidad de Trnavská, en el Instituto de Cancerología H1. Elizabeth de Bratislava y en el Servicio de Cancerología del Hospital de Trnava, firmada por: Prof. MUDR. J. Pogády, DrSc, Catedrático de Psiquiatría y Presidente de la Comisión, Prof. MUDR. V. Krcmery, DrSc, Decano de la Facultad, Doc. RN Dr. J. Miklosko, DrSc, Vice-rector de la Facultad de Investigación.

A pesar de que sólo es necesaria una verificación, la lista cuenta ya con 20 verificaciones. Los intentos de desprestigio y desacreditación del Dr. Hamer y de sus descubrimientos, (expuestos como Nueva Medicina), han sido constantes desde esa fecha. Sin embargo, el 21 de mayo de 1997 el Dr. Hamer fue arrestado. Tras pasar un día en el calabozo, la juez Nagel, en Colonia (Alemania) decidió su encarcelación basándose en tres puntos: 1. haber infringido la ley de práctica médica. 2. no atenerse a razones (¿debe abjurar de sus convicciones para que le dejen libre?). 3. que existía el temor fundado de que se «fugase» al Estado español. Según resolución judicial, el Dr. Hamer «podía ser visitado en prisión media hora dos veces al mes, previa solicitud, y a ser posible, en grupo». Medidas inconcebibles ya que se le trata como a un peligroso criminal...

La Nueva Medicina, basada en 5 leyes biológicas naturales, ya ha sido pues validada por médicos y científicos competentes. A pesar de ello, la prensa y medios de comunicación en general no han escatimado los epítetos insultantes en relación al Dr. Hamer, y el COMB (Colegio Oficial de Médicos de Barcelona), que tiene abierto expediente a los «seguidores» del «método» Hamer, porque «las teorías del doctor Hamer no han estado nunca sometidas a los debates y a las pruebas a las que se someten las hipótesis, los presuntos descubrimientos y las nuevas propuestas terapéuticas que realiza la comunidad científica» (Diario Médico, 19 de septiembre de 1995), no ha hecho mucho más que sumarse a las voces de descrédito, sin querer afrontar el reto de estudiar esta gran aportación a la medicina, incorporarla a los estudios universitarios y ponerla a la práctica en beneficio de todos. Especialmente de los enfermos actuales y de la investigación futura. Si ellos no lo hacen ¿quién se supone que debe hacerlo?. O es que, tal como los cancerosos pintaron en 1956, en los muros del Hospital de Villejuif de París: «Del cáncer vive mucha más gente de los que morimos». free-news.org PERDER EL MIEDO A LA ENFERMEDAD COMPRENDIENDO SU DINÁMICA Y SUS CAUSAS Las Cinco Leyes Biológicas Fundamentales de Hamer explicadas por Madam Sixt 1. 1. Ley Férrea del Cáncer (que explica el origen de la enfermedad manifestada como cáncer) 2. 2. Ley de la Simpacotonía y Vagotonía (que explica la dinámica de la enfermedad) 3. 3. Ley del Sistema Ontogénico de tumores y enfermedades afines (que explica el origen de dichas afecciones) 4. 4. Ley del Sistema Ontogénico de microbios y bacterias (que explica lo que en realidad son las infecciones) 5. 5. Ley de la Quintaesencia o Madam Sixt explicando y Germaine comprensión del sentido de traduciendo la enfermedad (con la cual se entiende que en realidad no hay enfermedad sino un

profundo sentido en toda la naturaleza). Cuando en 1981 el Dr. Hamer sufrió de cáncer en uno de sus testículos, pudo percatarse de que la enfermedad se había originado después de la muerte dramática e inesperada de su hijo Dirk. Tras reparar en el hecho, tuvo oportunidad de subsanar el conflicto psíquico y el cáncer desapareció. A partir de entonces, el doctor inició su búsqueda de los conflictos psíquicos que originan las distintas manifestaciones de la enfermedad en el organismo humano. Siendo jefe de un servicio hospitalario en Alemania, Hamer tuvo oportunidad de observar que siempre había una perfecta correspondencia entre los conflictos psíquicos que reportaban haber sufrido cada uno de sus pacientes y los órganos afectados por sus respectivas enfermedades. Posteriormente, puesto que el Dr. Hamer también es diplomado en radiología, tuvo la inspiración de indagar que ciertas manchas circulares halladas en las placas de los escáneres cerebrales de sus pacientes los "artefactos" que hasta entonces se consideraban como fallos provocados por las máquinas en realidad evidenciaban la existencia de un patrón de correspondencias entre la zona cerebral donde éstas aparecían y los órganos afectados por el cáncer. Al retomar todos los dossier de sus pacientes, el doctor verificó la relación que había entre: a) los impactos psíquicos provocados por conflictos de orden emocional, b) los órganos afectados por el cáncer, y c) la localización de las manchas en los escáneres cerebrales (llamados focos de Hamer desde entonces). Con base en las correlaciones que pudo hallar al analizar minuciosamente dicha información, el doctor Hamer estableció las siguientes leyes: 1. 1. Ley Férrea del Cáncer Todos los tipos de cáncer tienen como origen un síndrome psíquico vivido en aislamiento que nos pilla por sorpresa. Esto significa que, si ante una situación vivencial, hay una respuesta cuyo impacto emocional desequilibra psíquicamente a una persona -situación que denomina Dirk Hamer Sindrom (DHS) en memoria de su hijo muerto-, dicho impacto ocasiona también un impacto a nivel cerebral y un impacto a nivel orgánico. En realidad este es el origen de toda manifestación de enfermedad, sin embargo, para que se genere una manifestación tan fuerte como el cáncer, Hamer observó que el impacto, además de ser verdaderamente dramático y pillar a la persona completamente desprevenida, debe ser vivido en aislamiento. Madam Sixt: "Cotidianamente vivimos en un ritmo denominado normatonía, marcado por el día y la noche. Todos tenemos pequeños problemas, pequeñas preocupaciones, pero por la noche nos vamos a la cama y dormimos. Esto es normal. El DHS es una situación que deviene cuando ocurre un hecho inesperado que nos pilla desprevenidos y que vivimos en aislamiento. Eso es muy importante porque según los estudios del Dr. Hamer, no se trata de cualquier problema, ni es una situación de la infancia lejana, siempre es una situación inesperada, dramática, y vivida en aislamiento que se ha dado en un pasado reciente. El desencadenante de

las enfermedades que padecemos hoy es reciente. Seis meses, máximo un año atrás, excepto en algunos casos de epilepsias o parálisis. Cuando una situación es crónica desde hace mucho tiempo, tenemos que hay una situación con recesivas, que es lo normal dentro de la situación que vive la persona. El DHS tiene que ver con la forma de sentir de la persona, con la manera en que vive y experimenta una situación conflictiva que lo impacta. La misma situación puede desencadenar un cáncer en diferentes órganos del cuerpo dependiendo de la forma en que dicha situación es vivida por la persona. Es el sentir de la persona lo que va a determinar la localización del impacto cerebral y con ello el impacto al órgano afectado que corresponde a dicha localización cerebral." 2. 2. Ley de la Simpacotonía y Vagotonía Toda aparición de un DHS es seguido por una etapa de Simpacotonía (fase activa del conflicto), y otra de Vagotonía (fase resolutiva o curativa del conflicto). Esto significa que tras la vivencia de un suceso que nos ocasiona un conflicto psíquico, el organismo pone en marcha un sistema para procesar y resolver las implicaciones de dicho conflicto a nivel biológico. En la primera etapa, también llamada fase fría, el organismo se prepara para enfrentar el conflicto. Este periodo de simpacotonía es muy importante, pues permite a la persona sobrevivir a pesar del gran impacto que acaba de sufrir. Normalmente cambia el carácter de la persona, puede estar irritable, nerviosa, malhumorada; los familiares suelen notarla rara, dicen que le ha cambiado el carácter. Come menos, duerme poco o no duerme, adelgaza, y las palmas de las manos están muy frías. Por el contrario, durante la siguiente etapa que es la fase de vagotonía o fase caliente, el organismo va a llegar a la resolución del conflicto. Aquí es donde empieza en realidad la curación, sin embargo hasta ahora se había estado pensando que esto era la enfermedad, puesto que es aquí cuando aparecen los primeros síntomas físicos evidentes que pueden ser desde ulceraciones hasta tumoraciones cancerígenas, en función de la zona cerebral que haya sido afectada durante el DHS. Madam Sixt: "Es muy importante comprender esta ley porque si se entiende bien, se entiende el fundamento de esta nueva perspectiva. Tenemos un sistema biológico extraordinariamente bien concebido para proteger la vida. El DHS, es más que un simple estrés, se trata de una grave preocupación y este profundo impacto cerebral, va a desencadenar en el organismo una reacción, una respuesta que se llama de simpacotonía. A partir de la aparición del DHS todo nuestro organismo entra en estado de emergencia para intentar buscar una salida a esta situación tan dramática que nos agobia. En este combate que se inicia, toda nuestra energía se va a centrar en un punto para encontrar una salida y eso va a hacer que nuestro cuerpo se enfríe en esos momentos. La segunda fase, la de vagotonía, va a llevar a la resolución del conflicto. Esta es la terapia natural que ofrece la naturaleza. Esta es la fase de reparación. En la primera es donde se combate. Ahora descansamos y nos recuperamos. Aquí es donde empieza la curación y aparecen los primeros síntomas de la enfermedad, de lo que llamamos e interpretamos como enfermedad. Aparece edematización en el foco de Hammer y en el órgano afectado. Edematizar significa que el

órgano se hincha de líquido, está inflamado. El cerebro es como una esponja, cuando hay edematización, se hincha de líquido y eso puede provocar dolor cerebral y a nivel del órgano también. Los tres niveles, psíquico (emocional), cerebral (mental) y orgánico (corporal), se reparan simultáneamente. Los dos niveles que podemos ver, el del cerebro y el del órgano, aparecen hinchados y esto resulta muy evidente en un tac (Tomógrafo Axial Computarizado). En esta fase va a haber fatiga, pueden haber pérdidas de sangre, puede haber fiebre, pueden haber dolores, sudoración... hasta el día en que aparece la crisis epileptoide o crisis de curación que, dependiendo de la enfermedad, puede presentarse como un punto de máximo agotamiento o de fiebre intensa en el que sube la temperatura hasta 40 grados, por ejemplo. Cada tipo de conflicto va a desencadenar una manifestación diferente. Cuando hay conflictos que afectan la motricidad, la crisis no es epileptoide sino epiléptica, con los espasmos conocidos. En la primera parte de la vagotonía los síntomas son tolerables, en la segunda se incrementan y en la tercera, parecen alarmantes. Es cuando se suele recurrir al médico. Cuando se hacen análisis puede que los valores sanguíneos aparezcan alterados. Los marcadores tumorales (las pruebas que se hacen ahora para el cáncer), pueden estar disparados. Los médicos se alarman, pero no se asustarían tanto si entendieran que es el principio de un proceso de curación. El mensaje de este proceso biológico es "descansa, reposa, permanece en quietud". Desgraciadamente en esta fase reparadora, que es donde hay más síntomas, es cuando más nos alarmamos, y a veces lo que ocurre es que terminamos muriéndonos de miedo. Cuando uno va al médico llega con un conflicto, pero sale con dos, el segundo es que uno sale muerto de miedo. El médico trabaja con toda su buena voluntad, pero no conoce esta perspectiva. Ahora vosotros la conocéis. Esta etapa de crisis epiléptica o epileptoide es el estupendo sistema que ha encontrado la Madre Naturaleza para poder evacuar los edemas a nivel cerebral, que es el nivel más peligroso. En esta etapa de vagotonía, hay una breve parte en la que por algunos momentos vuelves al estado de simpacotonía y ocurre una vasocostricción que aprieta y ayuda a evacuar el edema, especialmente a nivel cerebral. En el momento de estas crisis epileptoides, dependiendo de la magnitud, es posible que la persona se orine encima. Va a haber un pico de fiebre alta y sudoración, que son los medios naturales que el cuerpo tiene para refrescarse, para enfriarse cuando ha habido esta situación. Para ayudar a pasar este momento a la persona, las cosas pueden variar dependiendo del daño que hay y de los síntomas, pero por ejemplo se puede ayudar aplicando compresas frías a nivel local y a nivel cerebral. Podéis ver que en general no hacen falta medicamentos muy caros ni procesos muy sofisticados." 3. 3. Ley del sistema de ontología de los tumores y enfermedades afines Cuando el DHS impacta una zona perteneciente al endodermo o mesodermo, durante la fase activa del conflicto se generan proliferación celular o tumoraciones en los órganos correspondientes, mientras que cuando se impacta una zona dentro del ectodermo, durante la fase activa se generan necrosis o ulceraciones en los

órganos correspondientes. Cada órgano que hay en el cuerpo tiene un relé cerebral, o sea, una correspondencia con cierta zona específica del cerebro humano que está dividido en tres capas: 1) endodermo (tronco cerebral y cerebelo), 2) mesodermo, y 3) ectodermo (córtex cerebral). Dependiendo de la zona carebral impactada durante el DHS, tendremos una manifestación diferente de dicho impacto en el órgano correspondiente a dicha zona. Madam Sixt: "Pensando en las necesidades de los primeros mamíferos, que son las que tenía que enfrentar el cerebro arcaico (el endodermo), tenemos que si al intestino llega por ejemplo un trozo de hueso, el organismo pone en marcha un programa de emergencia que se gobierna desde el tronco cerebral, quien ordena una multiplicación celular en el punto donde se encuentra el atasco provocado por el hueso. Esto significa que va a haber intestino de más, o sea, va a haber un tumor que va a ocasionar que se produzca más ácido gástrico y este exceso de secreción va a hacer que este hueso que se ha atascado pueda digerirse, pueda evacuarse. El tumor tiene la función de digerir el hueso o lo que está atascado. Y lo mismo ocurre a nivel psíquico cuando no podemos digerir lo que nos ha ocurrido. En un conflicto figurado, en una situación que dices "esto no me lo trago, no lo puedo digerir" el intestino va a hacer una proliferación celular para intentar digerir alguna situación que a la persona le parece indigesta. "Lo que me ha hecho es una mala jugada, esto no lo digiero", esto no es objetivo, es subjetivo, pero el intestino responde de la misma manera. Por ejemplo, el vecino de una persona aparcaba siempre el auto en el camino que iba hacia su cochera. Él le dijo un par de veces que no aparcara el auto en su parcela, y al cabo del tiempo se enteró de que el jardín pertenecía a ambos, pero el vecino ya se había ido al juzgado a poner una denuncia sin avisarle previamente a la persona. Esta persona vive esto como una mala jugada porque él cuando le molestó el coche lo avisó y lo intentó arreglar amigablemente, y el hecho de que el vecino se hubiera ido directamente al juzgado sin intentar hacer un acuerdo previo, le pareció una mala jugada. Para digerir esta situación subjetivamente indigesta, su cuerpo respondió produciendo un temor. Mientras dura la simpacotomía, hay una hiperactividad en el intestino hasta que encuentra una solución. El tronco cerebral que es la parte más interna, constituye el cerebro arcaico y está en correlación con el tejido endodérmico, por lo que todos los órganos que corresponden a esta zona, van a generar tumores en la fase activa del conflicto. Por ejemplo, entre los relés que en un tac aparecen en la zona del tronco cerebral encontramos alvéolos pulmonares, intestino, hígado, próstata y la matriz, por lo que en la fase activa de un conflicto de sensibilidad en el que se vean afectados estos órganos, va a haber proliferación celular, lo que significa, aparición de una tumoración, que es tejido de más. Desde el punto de vista del sentido biológico, este tumor es indispensable. También todos los relés del cerebelo, al que corresponden las mamas y los tejidos de protección como la pleura, el pericardio, peritoneo, meninges y la piel, generan proliferación celular. Es increíble lo que la naturaleza ha dispuesto para situaciones de protección ante las agresiones. Si alguien te insulta o habla mal de ti a tus espaldas y es un hecho muy dramático de graves consecuencias, puedes crear un melanoma

en la espalda que es una proliferación celular de la dermis en la espalda. La idea es la protección. Si hay ataques contra el corazón, lo protege el pericardio; si hay un órgano que es importante proteger es el corazón porque si éste no funciona, ya no hay vida. Para proteger mejor, el pericarpio y éstos órganos se hacen más densos. El pericarpio por ejemplo, se llena de pequeñas tumoraciones que hacen una capa más espesa, más gruesa para formar una coraza, y eso ocurre en la fase activa del conflicto. Los órganos que tienen relés en el ectodermo, tales como las vías biliares, durante la fase activa van a hacer ulceraciones o necrosis de tejido. En una hepatitis viral, por ejemplo, la persona está en vagotonía, está en resolución, se están limpiando las vías biliares del hígado que pertenecen a la hoja embrionaria del ectodermo, el conflicto es contrariedad, rencor en el territorio. La persona tiene dolor en la zona porque las vías biliares se hinchan y la gran fatiga que acompaña a la hepatitis es un requerimiento de la naturaleza para que la persona permanezca en reposo ya que se necesita mucha energía en estos momentos para efectuar la reparación de la zona dañada. Les voy a poner algunos ejemplos para que todo esto se entienda mejor. El primero es el caso de una mujer a la que le diagnostican cáncer en la mama izquierda. Es una mujer zurda que vive en la actualidad y de la que yo puedo dar testimonio. Cuando yo recibo a esta señora, le digo: "Señora, de acuerdo al esquema de Hammer usted tiene un conflicto con su pareja." Ella me dice: "No, no, no. Yo tengo un conflicto con mi madre, no con mi pareja", y durante toda una hora me cuenta los conflictos que tiene con su madre. Yo le digo: "Vale, efectivamente, usted tiene un conflicto con su madre porque en el escáner cerebral puedo apreciar que efectivamente hay un foco de Hammer en la zona que corresponde a la mama derecha, lo cual indica que hay un conflicto latente con su madre, ese es un conflicto antiguo que tampoco está curado; sin embargo, la mama izquierda es la que en estos momentos está teniendo mucha sintomatología, lo cual indica que está usted pasando por una fase de resolución de un conflicto de separación de una pareja." Ella me dice nuevamente "No". Yo insisto y le digo "Ha perdido a un compañero que es como si se lo hubieran arrancado de su pecho". Y en ese momento la mujer reaccionó y me dijo: "¡Es cierto! Murió un hombre sobre mi pecho izquierdo. Pero no era mi compañero. Era el marido de mi mejor amiga". Pero resulta que ella estaba platónicamente enamorada de él y en el momento en el que expiraba, ella sintió una gran desesperación y un imperioso deseo de retenerlo, de querer darle vida, de querer nutrirlo. Y el impacto de que no pudo hacer nada para evitarlo y de que además murió en sus brazos y no en los de su amiga, fue un impacto biológico que vivió en soledad, y que no sabía como confrontarse con esa vivencia. Eso duró seis meses, hasta que decidió irse de vacaciones con su amiga y ambas finalmente se sinceraron, compartieron su dolor e incluso le explicó a su amiga toda la verdad de lo que había pasado y cómo lo había sentido. Y gracias a ello finalmente pudo liberarse de ese peso y solucionar ese conflicto y fue cuando apareció el tumor en su mama izquierda. Tenemos también el caso de un hombre que era socio de una empresa dedicada a la fabricación de PVC que vendía sus productos en distintos países. Vino a verme porque tenía un cáncer en los testículos. En esta fase activa viene y me dice. "Me estoy quedando sin testículo, ¿qué me está

pasando?" Y yo le digo "Usted ha hecho un conflicto de pérdida. Usted ha perdido a alguien, un ser muy querido". Y su mujer que venía acompañándolo, me dice: ¡Oh, lo que ha perdido mi marido es mucho dinero. Han cerrado varias sucursales por la situación económica tan difícil y ha tenido una gran pérdida, pero económica." Y yo le digo: "Sí, pero esto en el testículo tiene un matiz sexual y de una mala jugada", Yo pensé por un momento que quizá el hombre había tenido una amante y dejé insinuar vagamente esta posibilidad. Pero el hombre lo negó categóricamente. Entonces le dije: "A lo mejor ha perdido usted un animal". Y el hombre se puso a llorar y me dijo: "Sí, sí, he perdido a mi gato". Y allí estaba ese hombre tan grande y tan influyente llorando por la muerte de un gato. Y uno piensa, este hombre que ha tenido que despedir a tanta gente y ha perdido tanto dinero, ¿qué puede representar para él la muerte de un gato? Pero no es exactamente la muerte del gato lo que ha hecho la enfermedad. Él está de viaje y su mujer le telefonea para decirle que el gato al que tanto afecto le tiene, ha muerto. Él le pide que lleven al gato al centro veterinario para ponerlo en la cámara frigorífica para que cuando él vuelva lo pueda enterrar. Él quiere enterrar a su gato, pero cuando llega de viaje y se va directamente a la clínica, se entera de que el veterinario no tiene ningún gato. Va a su casa y pregunta por su gato. Le dicen que lo han enterrado en el jardín. En ese momento es cuando recibe el impacto porque la esposa y los dos hijos le dicen que era una tontería, que no iban a pasar vergüenzas en el veterinario porque él quería enterrar a un gato, que simplemente lo enterraron y ya. Y es el dolor por esa falta de sensibilidad, de atención a sus sentimientos, que le causa un impacto tremendo, ese es el momento del DHS. Para él era una pérdida porque tenía un cariño muy especial a ese gato. Y encima no han cumplido su voluntad... Eso es lo que le da el matiz de mala jugada. Además constantemente le pedía a su mujer que fueran a buscar un gatito porque él quería tener otro gatito en la casa, pero la mujer se negaba. Y yo les dije: "Bueno, pues en este caso, hay que elegir: el testículo o el gato". Cuando salieron de la consulta, la mujer todavía no quería tener a otro gato, pero finalmente lo discutieron, lo hablaron, adquirieron otro gato y este hombre se curó. Desde el momento del impacto hasta el momento que compraron otro gato, él fue haciendo conflicto y perdiendo masa del testículo. Lo que genera el conflicto, el DHS, visto desde afuera puede parecer algo muy anodino, pero para este hombre, el animal era sumamente importante, era el que mantenía el clima de familia, un animal crea un ambiente, crea un clima en la familia. Si hay una disputa en la familia, de repente el gato, el perro entrar y te lamen, te dan la pata y se para la discusión... Otro caso muy típico es del cáncer de hígado, que está vinculado al sentimiento de carencia material, de carencia de dinero. Tenemos el caso de un hombre al que cuando le faltan dos años para el retiro, el director de la compañía donde trabaja lo llama a su despacho y le dice que ha pensado en darle un retiro anticipado para incorporar personal más joven en la empresa. En ese momento el hombre sufre un gran impacto ya que el preretiro implica una baja respecto a sus ingresos regulares, y al pensar en sus cuatro hijos, se angustia porque siente que ya no podrá pagar su educación. Biológicamente aquí es donde comienza su conflicto. Comienza su lucha al pensar en cómo poder pagar los estudios de sus cuatro hijos.

Durante la fase de simpacotonía hace negociaciones con el director, va al sindicato, intenta lograr un buen acuerdo. Y en esa fase de combate, un día se presenta con toda su buena fe al director y le dice: "Bueno, está bien, yo acepto este retiro anticipado, pero tú contratas a dos de mis hijos en la empresa". El director dice "Vale, contrato uno, pero no los dos". Y el hombre insiste en que no se saldrá hasta que contrate a los dos. El conflicto se prolonga y finalmente llegan a un acuerdo, pero durante todo ese tiempo de incertidumbre, el hombre genera un cáncer en el hígado. El sentido biológico del hígado es hacer reserva mientras él lucha para encontrar una solución para el futuro de sus hijos. Si este mismo hombre hubiese vivido el conflicto como una pérdida de territorialidad, hubiese desarrollado una afección en las coronarias. El hecho de que su primer pensamiento ante la noticia del retiro anticipado haya sido "¿cómo voy a pagar los estudios de mis hijos?" en vez de pensar "¿qué voy a hacer ahora sin trabajo?" determinó que el órgano afectado fuese el hígado y no las coronarias." 4. Ley del sistema de ontogénesis de los microbios y bacterias Los microbios, bacterias y virus colaboran con el organismo durante la fase de curación. Si el DHS ha afectado un relé que se encuentra en el endodermo o en el mesodermo, durante la fase de resolución aparecerán hongos, microbacterias y gérmenes que ayudarán a eliminar la proliferación celular o la tumoración que se produjo durante la fase activa; mientras que si se afectó el ectodermo, durante la fase de resolución aparecerán microorganismos y virus que ayudarán a restaurar las necrosis o ulceraciones producidas en la fase activa del conflicto. Madam Sixt: "Esta ley cambia totalmente la creencia de que los microorganismos son perjudiciales, pues bajo esta perspectiva, no producen la enfermedad, sino que aparecen o proliferan durante la fase de reparación que pone en marcha el organismo y colaboran en sus tareas de restauración. En la fase de curación aparece el proceso inverso al que se desató durante la fase activa y se pone en marcha un programa especial de eliminación de lo que se haya producido durante la fase activa. Por ejemplo puede haber una citis en peritoneo, y lo que va a hacer esa citis, ese líquido, ese edema, es favorecer la llegada de microorganismo para la evacuación de todos estos pequeños tumores del peritoneo. También tenemos a nuestros amigos los virus y ya sabéis hoy en día todo lo que se les rehuye, todo lo que se habla sobre las enfermedades de origen viral y toda la responsabilidad que se les hecha encima, cuando en realidad los virus tienen principalmente un rol de transportadores de las proteínas y sustancias nutritivas para rellenar las úlceras. Por ejemplo en una enfermedad de origen viral como la rubéola, en la fase activa del conflicto hay como pequeñitas lesiones, ulceraciones en la piel, y en la fase de curación, nuestros amigos los virus vienen a hacer el relleno. Pero sólo causarán una enfermedad viral las personas que lleguen a una fase de resolución, a una etapa de vagotonía. Nunca habrá ninguna infección por ningún virus o microorganismo en la fase de simpacotonía, siempre intervienen en la fase de vagotonía. Esta fase es la más importante en todo el proceso. Después de la crisis epileptoide o de curación, el cerebro conserva aún algo de edema. Este edema residual tiene un sentido

biológico muy profundo, especialmente en los casos donde aparecen tumores porque va a permitir que se evacue o se enquiste la tumoración. Dependiendo de la hoja embrionaria donde está asentada esta tumoración, hay algunos tumores que se desprenden y se evacuan, otros se enquistan y quedan perfectamente bien delimitados y enquistados. Sin embargo hay personas que pueden morir en esta fase. Eso es una realidad, dependiendo de la gravedad y del órgano lesionado. Por ejemplo, algo que puede ser mortal son las lesiones en las coronarias, donde se muere de un infarto al miocardio. Cuando una persona muere por esta causa es que ha tenido un conflicto que ha durado más de nueve meses y hay una importante lesión. El edema es excesivo y en esa fase de crisis. Sólo en caso de que el conflicto haya durado más de nueve meses afectado a las coronarias hay un infarto mortal, si ha durado menos hay pequeños infartos que afecta una zona determinada y la persona puede curativa no logra desprenderse y allí hay un colapso que impide acceder a la normatonía sobrevivir y solucionar su conflicto. Toda vez que se presenta esta crisis de curación hay otras tres semanas en las que se observa una gran fatiga. Es una fase exudativa en la que el cuerpo limpia o expulsa lo que no necesita. Como requiere mucha energía para terminar de reparar y limpiar la zona dañada, impone un descanso que resulta imprescindible. En esta fase el paciente debe estar muy bien cuidado porque es una fase en la que está muy sensible, muy receptivo y es muy vulnerable a caer nuevamente en otro conflicto. Evidentemente en esta fase puede haber mucho dolor, como por ejemplo en el cáncer de huesos porque el periosto, la capa que recubre el hueso, que es la única que está enervada, se despega debido al edema y esto es extremadamente doloroso. En esta fase hay que ser muy paciente. No tener miedo y no decir, "Sí, pero esto se está haciendo muy lago, no sé..." No. Hay que entender lo que pasa, hay que saber que es natural y hay que tener mucha paciencia, protegiendo y rodeando a esta persona durante un mes o mes y medio para que esté tranquila y luego esto se supera y se vuelve a una normatonía." 5. Ley de la Quintaesencia o comprensión del sentido de la enfermedad Toda enfermedad es un programa especial que pone en marcha la naturaleza y tiene un profundo sentido biológico. Debajo de los malestares, dolores, trastornos y estorbos, la naturaleza nos brinda la oportunidad de poder recuperarnos y compensar los desgastes provocados por los conflictos biológicos que originan los conflictos psíquicos. Si observamos bien, comprendemos y no tenemos pánico, volveremos de nuevo a estar curados y regenerados. Madam Sixt: "Es la quintaesencia, la deducción que se puede extraer de las otras cuatro leyes. En esta nueva perspectiva de la Medicinad el Corazón, no hay benigno ni maligno, sólo hay el profundo sentido biológico de la naturaleza, los ritmos de normatonía, simpacotonía, vagotonía, normatonía... Y todo esto tiene un profundo sentido. Es necesario advertir que esto es un esquema ideal, esto supone que la persona soluciona el conflicto y todo va bien, pero por desgracia este esquema no suele presentarse mucho aún porque el solo hecho de ir al médico provoca lo que

ellos llaman metástasis, una hipótesis que nunca ha sido probada, como pasa con la mayoría de los conceptos de la medicina actual. O sea que el mismo cáncer "se extiende" hacia más de un órgano, cuando lo que en realidad ocurre es que hay más de un conflicto activo. Por ejemplo en el caso del señor con cáncer en el hígado, si además de preocuparse por la subsistencia afectando su hígado, también se hubiera sentido desvalorizado, podría haber afectado sus huesos y presentar las dos afecciones. No obstante, como los médicos no comprenden esto, piensan que el paciente está muy grave y al ofrecer tal diagnóstico generamos un tercer conflicto provocado por el miedo: "Me voy a morir, de esta no me salvo..." o "Me voy a morir y qué va a ser de mis hijos, estos niños tan pequeños..." Entonces cuando la persona regresa al médico un mes después, ya no sólo tiene cáncer en hígado y huesos, sino cáncer de pulmón." Resumen de la Conferencia de Madam Sixt: La Nueva Medicina pronunciada en las instalaciones de la Asociación Ment Clara en junio del 2000 / Barcelona Resumen realizado por Karina Malpica y autorizado para su publicación por Madam Sixt Para saber más DFIR recomienda:

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Hamer, Ryke Geerd: Fondement d'une Medicine Nouvelle, ASAC, Cologne, France, 1993 Las publicaciones del Dr. Hamer en varios idiomas se distribuyen desde la editorial: Amici di Dirk: [email protected] y Amici di Dirk - France En castellano las distribuye Ediciones de la Nueva Medicina S.L. Apartado de Correos, 209. 29120 Alhaurín el Grande (Málaga, Spain). Número de fax: (034) 952-491697. Nuevo y revolucionario enfoque de la enfermedad. Importante avance hacia la curación del cáncer. / Informe especial de Discovery Salud. Número 11, diciembre del 1999. Índice del Dr. Hamer en Free News Entrevista al Dr. Hamer en Free News Plural 21 - Organización Civil que difunde entre otras cosas la Nueva Medicina y cuenta con un directorio de practicantes de la misma en España. Dirección: Cartagena 230, 5º 1ª, 08013 Barcelona Tel: 93 4350 1300 Fax: 93 456 48 25 e-mail: [email protected] / [email protected]

Camino del Premio Nobel del Dr.Ryke Geerd Hamer

En plena década de investigación sobre el cerebro, un médico alemán, el Dr. Ryke Geerd Hamer, manifiesta que si ese «ordenador central» de nuestro organismo sufre un impacto por la vivencia de conflictos biológicos, inseparables del desarrollo de la vida, se puede originar una codificación celular errónea que en el plano orgánico se manifestaría como cáncer. Partiendo de esta posición, cabe la posibilidad de tratar la enfermedad con una terapia basada en el conocimiento del proceso por el verdadero agente de la curación: el propio enfermo. (Ana Pena). Doctor Hamer, nació en Frisia (Alemania) en 1935, en el seno de una familia de pastores protestantes. A los 18 años, tras finalizar el bachillerato, inicia estudios de medicina y de teología en la Universidad de Tübinge. En el año 1959 se licenció en Ciencias Médicas, en las especialidades de Psiquiatría y Pediatría, posteriormente en el año 1961 obtiene el grado de Doctor en Medicina, trabajando en clínicas universitarias pudiendo ejercer la docencia. Así en 1972 se especializa en medicina interna, especializándose en asociación con su esposa en angiometría de los tumores cerebrales. Dispone de un gran curriculum, que durante varios años es admirado por todos sus compañeros, amigos y pacientes. En 1986 es condenado por no querer abjurar de la Ley de Hierro del Cáncer y no asumir las tesis convencionales sobre el cáncer, prohíbiéndole ejercer en la medicina. ¿A qué fué debido esto?, debido a unas circunstancias desagradables sucedidas en el ámbito familiar que desencadenó cancer de testiculos en él y en su esposa diferentes cánceres, comenzó a custionarse, las relaciones de causalidad entre el alma y las enfermedades. Él Doctor dedució que hay conflicto en los que podemos prevenir y reaccionar, pero los conflictos ante los que no tenemos preparación, y que provocan una violenta perturbación psíquica, un choque, les llamamos conflictos biológicos, que llegan a desencadenar enfermedades tales como el cancer. Todo esto va muy en contra con las tesis de la medicina y el Dr.al exponerlo fué eliminado de ejercer la medicina. El Dr.Hamer, afirma que en cada caso de enfermedad debemos intentar reconstruir escrupulosamente el Síndrome Dirk Hamer, con todos sus agentes y

consecuencias. Debemos retroceder hasta la situación específica de aquel momento. Es sólo a partir de aquella situación que podremos comprender por qué el problema ha constituido para alguien un conflicto biológico. En el momento de producirse el Síndrome Dirk Hamer, la forma del conflicto determina la localización cerebral del Foco de Hamer, así como la localización en el órgano del cáncer o del equivalente del cáncer. En efecto, los conflictos no existen por sí mismos, sino que cada conflicto tiene una forma muy determinada que se define en el mismo instante del Síndrome Dirk Hamer. La forma del conflicto se genera por vía asociativa, es decir, por coordinación instintiva de ideas que generalmente escapa al filtro de nuestra razón. Por ejemplo, tomemos un conflicto típico de agua o de líquido: un camión cisterna pierde todo su contenido en un accidente de circulación, o el coche de una cooperativa lechera vuelca y derrama en la calzada toda la leche. Se produce una asociación con el agua o líquido y, a partir de un conflicto biológico mentalmente relacionado con el agua, un conflicto de agua, un tipo específico de cáncer de riñón. Eso significa pues que a cada forma de conflicto le corresponde un cáncer determinado, y un emplazamiento específico en el cerebro. En mayo de 1991, tras una conferencia en Austria, cerca de Viena, un médico me presentó el escáner cerebral de uno de sus pacientes, rogándome que explicase a sus veinte colegas presentes -la mayoría radiólogos y especialistas de escaners cerebrales- lo que yo podía deducir a nivel orgánico y, correlativamente, a nivel psíquico. La información de que disponía era tan solo de uno de los tres niveles: el cerebral. A partir del escáner cerebral diagnostiqué un carcinoma vesical en inicio de sangrado y en fase de curación; un antiguo carcinoma prostático; una diabetes; un antiguo carcinoma bronquial y una parálisis sensorial de una zona determinada del cuerpo, informando a la vez de los correspondientes conflictos. Ante lo cual, el médico se levantó y afirmó ante todos sus colegas: «¡Mi más sincera felicitación, Doctor Hamer! Los cinco diagnósticos son cinco aciertos. Es exactamente lo que tiene el paciente y lo que ha tenido. ¡Es fantástico!» Uno de los radiólogos presentes comentó entonces: «A partir de hoy me he convencido de lo bien fundamentado de su método. En efecto, ¿cómo, sino, podría adivinar un

carcinoma de la vejiga en inicio de sangrado? Yo mismo no había hallado nada remarcable en el escáner cerebral, pero ahora que nos ha mostrado los relés estoy dispuesto a ratificar seguidamente su diagnóstico». Esta es la llamada medicina Psicopsomarica, donde la enfermedad va relacionada con algo más que lo puramente físico. El 14-15 de Mayo del 2005, durante la celebración en Madrid del I Congreso Científico Internacional sobre Tratamientos Complementarios y Alternativos del Cáncer, el Sr. José Antonio Campoy, director de la revista Discovery DSALUD, propuso al Dr. Hamer como aspirante al Premio Nobel de Medicina. Propuesta que está abierta a todo aquel que quiera sumarse a ella. Si es su caso, rellene por favor el formulario de la web de Discovery DSALUD para poder entregarlo formalmente a los responsables de las instituciones a las que va dirigido. Propuesta dirigida al Claustro de Profesores del Karolinska Institutet de Estocolmo y a los integrantes de la Sección de Medicina de la Real Academia Sueca de Ciencias. Si deseas saber más sobre el Dr. Hamer te recomiendo visites la página http://www.sunoven.de/medicinasagrada3.html, podrás encontrar toda la biografía una entrevista y todo lo relacionado con la medicina Psicopsomática que fué todo un gran descubrimiento merecedor de un gran premio noble. HAMER DETENIDO. Fernando Frías Sánchez Por

Fernando

AFORTUNADAMENTE

L.

Frías

La semana pasada la policía española, en cumplimiento de una "Euroorden", procedió a la detención de Gerard Ryke Hamer para ponerlo a disposición de las autoridades francesas. Dicho así, no parece gran cosa como noticia. Todos los días la policía detiene a delincuentes españoles o extranjeros, y en la inmensa mayoría de los casos apenas merecen una mención en la sección de sucesos; mucho menos una noticia destacada o, como en este caso, un artículo en un boletín digital de difusión del pensamiento crítico. Pero es que Gerard Ryke Hamer no es un delincuente cualquiera: es nada menos que el fundador de un nuevo paradigma pseudomédico: la denominada (por Hamer y sus seguidores) "Nueva Medicina".

El doctor Hamer... bueno, corrijamos: el señor Hamer. Lo de "doctor", correspondiente a su titulación como médico, pero en 1986 fue inhabilitado por un tribunal por dedicarse a prácticas pseudomédicas y poner en peligro la vida de sus pacientes. Uno de los muchos episodios judiciales que salpican la trayectoria de este charlatán que ahora parece encaminarse a pasar una larga temporada alojado en régimen de pensión completa por cuenta del Estado francés. El señor Hamer, decíamos, siguió una carrera profesional poco relevante hasta que a finales de los años 70 una serie de acontecimientos digna del guión del culebrón más cutre trastocó su vida. Todo comenzó en 1978: en el transcurso de una fiesta a bordo de un yate, el príncipe Amadeo de Saboya no tuvo otra ocurrencia que disparar un rifle de cazar elefantes. No parece que apuntase a nadie en concreto, pero el proyectil, tras uno o dos rebotes, fue a impactar en uno de los hijos de Hamer, Dirk, que se encontraba en otro barco. Dirk Hamer, que entonces tenía 19 años, murió cuatro meses después a consecuencia de las heridas sufridas. Y esta tragedia no se quedó sola: poco tiempo después, el todavía doctor Hamer era diagnosticado de un cáncer de testículos, enfermedad a la que siguió la de su esposa, a la que se le detectó un cáncer de pecho. Según sus seguidores, aquella serie de incidentes fue lo que desencadenó la intuición genial que llevó a Gerard Hamer a desarrollar sus teorías. Según los más bondadosos de sus críticos, lo que desencadenó fue su definitivo desequilibrio psíquico. Sea como fuere, en 1981 el doctor Hamer presentó públicamente su "Ley de Hierro del cáncer", calificada como "piedra angular de la Nueva Medicina". La "Ley de Hierro" postula que el cáncer tiene su origen en un conflicto psíquico o emocional que Hamer, en honor a su hijo, bautizó como "DHS" o "Síndrome Dirk Hamer". El "DHS", localizado en el cerebro, provocaría como respuesta del organismo un cáncer o una "enfermedad relacionada con el cáncer". A partir de esta hipótesis, Hamer desarrolló otras cuatro "leyes biológicas" igual o aún más disparatadas. Así, la "Segunda Ley Biológica" establece que lo que conocemos como enfermedades no son tales, sino fases en la evolución del proceso desencadenado por el "DHS": una primera fase se correspondería al daño fisiológico provocado por el "DHS", y se manifestaría como una "enfermedad fría" (es decir, alguna de las enfermedades en las que los pacientes presentan hipotermia, especialmente en las extremidades), para a continuación desencadenarse lo que la medicina identifica (erróneamente, según Hamer) como "enfermedad caliente", en la que los pacientes manifiestan temperatura alta en manos y pies e incluso fiebre, y que en realidad sería simplemente la fase en la que el organismo cura los daños causados por el "DHS". Una curación que, sorprendentemente, se realiza mediante la benéfica labor de los microbios, dirigidos por el cerebro. Otras "Leyes" nos hablan de la supuesta correlación entre la naturaleza del "DHS" y el lugar del cerebro donde se implanta con el tipo de cáncer, o establecen que en realidad las enfermedades son simplemente procesos biológicos saludables

mediante los cuales el organismo reacciona frente al dichoso "DHS". Naturalmente, partiendo de estas premisas Hamer y sus seguidores no se limitan a afirmar que para curar el cáncer lo que hay que tratar es el "DHS" : dado que las enfermedades en sí son procesos saludables, cualquier intento de curarlas sería en realidad perjudicial. La causa de que fallezcan tantos enfermos de cáncer, según Hamer, no es la evolución del cáncer, sino los tratamientos aplicados por la "medicina convencional", que por tanto deben evitarse a toda costa. Hamer y sus seguidores aseguran que sus ideas han sido empíricamente comprobadas y validadas por numerosos estudios (aunque, por supuesto, nunca citan ninguno verificable). Sin embargo, la práctica totalidad de la profesión médica las considera un completo disparate y se resiste a aplicarlas. ¿Por qué? Pues nada menos que porque existe una gran conspiración para acabar con la Humanidad. Según Hamer y sus seguidores, los judíos (dirigidos, curiosamente, por el Papa) han conseguido matar a más de dos mil millones de personas con sus tratamientos a base de morfina, quimioterapia y radiaciones. Los astutos judíos aplican la "Nueva Medicina" a sus propios correligionarios en hospitales de Tel a Viv, pero en el resto del mundo, proclaman los seguidores de Hamer, emplean terapias "convencionales" con el objetivo de liquidar al resto de la Humanidad. Con semejantes afirmaciones, no es extraño que las doctrinas de Hamer hayan encontrado eco en sectores tan dispares -o quizá no tan dispares- como la "New Age" y los movimientos neonazis. Elogios a la doctrina de Hamer pueden encontrarse en publicaciones dedicadas a la astrología (que serviría para diagnosticar la naturaleza del "DHS") y las "terapias alternativas" (que muchas veces también intentan establecer una relación entre la enfermedad y los estados anímicos), pero también en revistas y libros de grupos neonazis y ultraderechistas. Las tesis de Hamer son citadas por los "disidentes" del SIDA como apoyo a su tesis de que la enfermedad no tiene su causa en el VIH (dado que para Hamer los "microbios" no son agentes de una enfermedad, sino medios que el cerebro emplea para la curación del cuerpo), y las revistas de lo paranormal se deshacen en elogios hacia sus visiones "alternativas" y su "rebeldía contra el establishment científico y la medicina oficial". Y sus pacientes, mientras tanto, corren el riesgo de morir. El caso más famoso en que se vio implicado Hamer fue el de Olivia Pilhar, una niña a la que se le detectó un cáncer cuando tenía seis años. Olivia empezó a ser tratada con quimioterapia, pero sus padres, convencidos por el doctor Hamer, se negaron a que prosiguiera el tratamiento y la confiaron a los "cuidados" del charlatán. Ante el riesgo de muerte de la pequeña, los responsables del hospital solicitaron una orden judicial para que prosiguiera el tratamiento médico, pero durante el proceso los padres de Olivia se la trajeron a España, donde siguió siendo "tratada" por un seguidor de Hamer. Afortunadamente, la intervención de numerosos médicos austríacos y la intercesión del propio Presidente de la República lograron repatriar a la

niña. Cuando Olivia ingresó de nuevo en el hospital, el enorme tumor canceroso pesaba ya varios kilos. Por suerte, un enérgico tratamiento de quimioterapia consiguió salvar su vida. Sin embargo, el caso de Olivia fue una excepción. La inmensa mayoría de los pacientes tratados con la "Nueva Medicina" acaban falleciendo víctimas del cáncer, el SIDA y las restantes enfermedades que Hamer y sus secuaces se niegan a tratar. Empezando por la propia esposa de Hamer, que falleció a consecuencia de su cáncer de pecho en 1985. Esta circunstancia ha provocado que en varios países del mundo se hayan abierto procesos judiciales contra Hamer y sus seguidores; especialmente en Francia, donde la UNADFI (Unión Nacional de Defensa de las Familias y del Individuo, una importante asociación dedicada a la lucha contra las sectas destructivas) ha ejercitado la acusación particular en varios juicios por ejercicio ilegal de la medicina y negligencia profesional con resultado de muerte. La "Euroorden" a consecuencia de la cual Hamer fue detenido la semana pasada tiene su origen precisamente en uno de esos procedimientos, en el cual Hamer fue condenado a tres años de prisión por complicidad en el ejercicio ilegal de la medicina. Hamer ha cumplido ya condenas de prisión en Alemania, y probablemente le esperen otras en Francia, Bélgica y otros países en los que tiene pendientes numerosos juicios, que no se han celebrado porque el charlatán se negaba a salir de España alegando, irónicamente, "problemas de salud". Además de los juicios penales, Hamer y sus seguidores han sido objeto de la atención de los Colegios e instituciones médicas de medio mundo, que por una vez han dejado de lado su tradicional benevolencia hacia las terapias "alternativas" dada la peligrosidad de la "Nueva Medicina". Las inhabilitaciones a seguidores del doctor Hamer se cuentan por decenas. En España, el caso más conocido es el de Vicente Herrera y Adell, inhabilitado por el Colegio de Médicos de Barcelona a causa de haber aplicado el "método Hamer" a una paciente que, naturalmente, falleció víctima de cáncer. La noticia de la detención de Hamer ha causado una oleada de comentarios en diversos medios. En algunos casos han sido de indignación: los seguidores de Hamer, evidentemente, han protestado por lo que consideran una reacción de los poderes establecidos y de la "medicina oficial" contra un pensador heterodoxo y revolucionario. Pero la mayoría simplemente han manifestado su incredulidad: ¿por qué, con tanto charlatán suelto, la emprenden contra el "pobre" "doctor" Hamer? Quizá la mejor respuesta la podemos encontrar en el informe que sobre la "Nueva Medicina" elaboró el Grupo Suizo de Estudios sobre Métodos Complementarios y Alternativos para el Cáncer: "Consideramos que el método promovido por Hamer es peligroso, especialmente porque induce a los pacientes a una falsa sensación de seguridad que hace que prescindan de otros tratamientos efectivos. En tanto en cuanto Hamer siga sin presentar ninguna evidencia convincente en apoyo de sus hipótesis,

y mientras la eficacia de la "Nueva Medicina" siga sin demostrarse científicamente, debemos rechazar enérgicamente este método. En muchos aspectos, la teoría de la "Nueva Medicina" contradice los hallazgos de la medicina científica, no sólo en términos de la etiología y diagnosis del cáncer, sino también en cuanto al desarrollo y el tratamiento de la enfermedad." Un pensamient o para recordar...

rimero te ignoran, Luego se ríen de ti, Luego luchan contra ti, ¡Y entonces tú ganas! Mahatma Ghandi

El Dr. Ryke Geerd Hamer nació en 1935 en Frisia (Alemania), estudió medicina y teología en la Universidad de Tübingen. A la edad de 22 años,

completó su título de maestro en teología y cuatro años después, recibió su licencia profesional de doctor en medicina. Los años siguientes ejerció en diferentes clínicas universitarias en Alemania.

En 1972 el Dr. Hamer completó su especialización en medicina interna y comenzó a trabajar en la Clínica Universitaria de Tübingen como internista a cargo de pacientes con cáncer. Al mismo tiempo, ejerció práctica médica privada con su esposa la Dra. Sigrid Hamer, a quien había conocido durante sus estudios en Tübingen. Él también mostró un extraordinario talento para inventar equipos médicos. Entre otros, le pertenece la patente de un escalpelo no traumático (EscalpeloHamer) que corta 20 veces más fino que una navaja de rasurar, una sierra especial para hueso en cirugía plástica, y una mesa de masaje que se ajusta automáticamente a los contornos del cuerpo.

Sus inventos proveyeron los medios financieros al Dr. Hamer y a su familia para irse a Italia, donde él hizo su plan para tratar a los enfermos de los barrios pobres de Roma sin costo alguno. En Agosto 18 de 1978, estando en Roma, los Hamer recibieron la traumática noticia de que su hijo Dirk había sido accidentalmente herido de bala por el Príncipe Italiano Víctor Emmanuel de Saboya. El 7 de Diciembre de 1978, Dirk sucumbió a las heridas y murió en los brazos de su padre.

Poco tiempo después de la muerte de Dirk, el Dr. Hamer fue diagnosticado de cáncer testicular. Debido a que él nunca había estado seriamente enfermo, postuló que el desarrollo de su cáncer podría estar directamente relacionado con la pérdida inesperada de su hijo. De hecho, eventualmente él llamó a este choque inesperado un SDH ó ”Síndrome de Dirk Hamer“ en honor a su hijo Dirk.

La muerte de Dirk y su propia experiencia con el cáncer llevaron al Dr. Hamer a un viaje científico extraordinario. En aquel tiempo siendo internista en jefe de una clínica oncológica en la Universidad de Munich, comenzó a investigar las historias de sus pacientes con cáncer y pronto aprendió que, como él, todos ellos habían experimentado un choque inesperado de algún tipo. Pero llevó su investigación mucho más lejos. Siguiendo la hipótesis de que todos los procesos corporales son controlados desde el cerebro, él analizó los escáneres cerebrales de sus pacientes y los comparó con los registros médicos y psicológicos correspondientes. Para su asombro, encontró una clara correlación entre ciertos ”choques de conflicto“, cómo se manifiestan estos choques en el órgano y cómo todos estos procesos están conectados al

cerebro. Hasta entonces, ningún estudio había investigado el origen de la enfermedad en el cerebro ni el papel del cerebro como mediador entre la psique y el órgano enfermo.

El Dr. Hamer descubrió que cada enfermedad se origina por un choque ó trauma que nos toma completamente por sorpresa. En el momento que el conflicto inesperado ocurre, el choque impacta un área específica en el cerebro causando una lesión (más tarde llamada Foco de Hamer), visible en un escáner cerebral como un grupo de anillos concéntricos nítidos. Las células cerebrales que reciben el impacto envían una señal bioquímica a las células del cuerpo correspondientes provocando el crecimiento de un tumor, la necrosis de un tejido o la pérdida funcional, dependiendo qué capa del cerebro recibe el choque. La razón de porque conflictos específicos están irrefutablemente unidos a áreas específicas del cerebro es que, a través de nuestra evolución histórica, cada área del cerebro fue programada para responder de manera instantánea a conflictos que pudieran amenazar nuestra supervivencia. Mientras el tallo cerebral (la parte más antigua de nuestro cerebro) esta programada con cuestiones básicas de supervivencia como respiración, reproducción y alimentación, el cerebro (la parte más nueva) está más relacionada con temas de tipo social y territorial. El Dr. Hamer también descubrió que cada enfermedad progresa a través de dos fases: primero, una fase activa del conflicto, caracterizada por estrés emocional, extremidades frías, falta de apetito, falta de sueño, y posteriormente, en caso de resolver el conflicto, una fase de curación. Este es el periodo en el que la psique, el cerebro y el órgano correspondiente entran en la fase de recuperación, frecuentemente un proceso difícil, marcado por fatiga, fiebre, inflamación, infección, y dolor.

El Dr. Hamer llamó a sus descubrimientos ”Las Cinco Leyes Biológicas de la Nueva Medicina“, ya que su investigación esta completamente acorde a las leyes naturales de la Embriología y a la lógica de la evolución. A través de los años, el Dr. Hamer ha sido capaz de confirmar sus descubrimientos con más de 40,000 estudios de caso. El resultado de este trabajo científico es la creación de un diagrama ”Psique-Cerebro-Órgano“ que señala la enfermedad, el contenido del conflicto biológico que la causa, el sitio en el escáner cerebral donde la lesión correspondiente puede ser observada, cómo se manifiesta esa enfermedad en la fase activa del conflicto, y qué se debe esperar en la fase de curación (publicaciones).

La investigación del Dr. Hamer cambia radicalmente las muchas teorías existentes de la medicina convencional. Su explicación de la enfermedad como una interacción significativa entre la psique, el cerebro y el órgano correspondiente refuta la visión de que la enfermedad ocurre por azar o como resultado de un error de la Naturaleza. Basado en criterios científicos probados,

la Nueva Medicina Germánica rompe con los mitos de las células cancerígenas malignas o de los microbios destructivos e identifica a las "enfermedades infecciosas" así como a los tumores cancerosos como medidas naturales de emergencia biológica practicadas por millones de años y diseñadas para salvar al organismo, y no para destruirlo como nos fue enseñado. Enfermedades tales como el cáncer pierden su imagen amenazadora y son reconocidas como programas especiales significativos de supervivencia biológica con los que cada ser humano nace.

En Octubre de 1981, el Dr. Hamer presentó su investigación a la Universidad de Tübingen como tesis pos-doctoral. El objetivo era tener probados sus descubrimientos en casos equivalentes para que la Nueva Medicina Germánica pudiera ser enseñada a todos los estudiantes de medicina y los pacientes pudieran beneficiarse de los descubrimientos lo antes posible. Para su gran sorpresa, el comité de la Universidad rechazó su trabajo y rehusó evaluar su tesis, un caso sin precedentes en la historia de las universidades. Más aún había otra sorpresa. Poco después de haber entregado su tesis, al Dr. Hamer le fue dado un ultimátum, renegar de sus descubrimientos o no ver renovado su contrato. Fue extremadamente difícil para él entender por qué estaba siendo expulsado de la clínica al presentar descubrimientos científicos bien fundamentados. Después de darle de baja, se retiró a su práctica privada donde continuó la investigación. Varios intentos de abrir una clínica privada fallaron debido a esfuerzos concertados para oponérsele. Cartas de los pacientes del Dr. Hamer dirigidas a las autoridades de salud permanecieron sin respuesta o fueron regresadas con el comentario: ”¡No aplicable!“.

En 1985, después de 29 años de matrimonio y de ver por cuatro niños, Sigrid Hamer fallece. Ella nunca se recuperó del pesar por la muerte de su hijo y de la persistente intimidación de la familia de Saboya.

El hostigamiento al Dr. Hamer culminó in 1986, cuando una sentencia de la corte le prohibió continuar la practica de la medicina. A pesar del hecho de que su trabajo científico nunca fue desaprobado, perdió su licencia médica a la edad de 51 años, debido a que se rehusó a renunciar a sus descubrimientos sobre el origen del cáncer y a regirse por los principios de la medicina oficial. Privado de una licencia médica, el Dr. Hamer dependía ahora de otros doctores para obtener escáneres cerebrales y registros médicos de pacientes. Pero estaba determinado a continuar su trabajo. Para 1987 ya había analizado más de 10,000 casos y fue capaz de expandir su descubrimiento de las Cinco Leyes Biológicas de la Nueva Medicina Germánica a prácticamente todas las enfermedades conocidas en la medicina. Mientras tanto la prensa y la medicina establecida no pararon de atacar su trabajo. Periodistas y médicos ”expertos“ retrataban al Dr. Hamer como charlatán, sanador milagroso autoproclamado, líder de culto, o criminal demente quien negaba a los pacientes con cáncer los

tratamientos convencionales ‘salva vidas’. Hubo aún, solicitudes para evaluar su condición mental por parte de psiquiatras elegidos por la corte.

En 1997 el Dr. Hamer fue arrestado y sentenciado a 19 meses en prisión por haber proporcionado a tres personas información médica sin tener licencia médica. En contraste, trece años después de haber asesinado a Dirk Hamer, en 1991 Víctor Emmanuel de Saboya había sido sentenciado a solo 6 meses de audiencias por la posesión ilegal de un arma. Cuando el Dr. Hamer fue arrestado, la policía buscó sus archivos de pacientes. Subsecuentemente, un fiscal se vio forzado a admitir durante el juicio que, después de 5 años, 6,000 de 6,500 pacientes casi todos con cáncer ‘terminal’ estaban aún vivos. Y así, irónicamente, fueron sus oponentes los que proveyeron las estadísticas actuales probando el notable índice de éxito de la Nueva Medicina Germánica. Todavía, hasta hoy en día, la Universidad de Tübingen rehúsa probar el trabajo científico del Dr. Hamer a pesar de dos órdenes de la corte en 1986 y 1994. De igual manera, la medicina oficial rehúsa aprobar la Nueva Medicina Germánica a pesar de las numerosas verificaciones tanto por parte de médicos como de asociaciones profesionales (verificaciones).

El 9 de Septiembre del 2004 el Dr. Hamer fue arrestado en su casa en España…. y después de un año y medio en la prisión francesa de Fleury Merogis, el Dr. Hamer fue finalmente liberado en Febrero del 2006 REFLEXIONES SOBRE Entrevista al Doctor Hamer.

LA

NUEVA

MEDICINA.

El doctor Ryke Geerd Hamer. Doctor Hamer, ¿qué le indujo a interesarse en el cáncer, y a cuestionarse las relaciones de causalidad entre el alma y las enfermedades? Hasta 1978 no me había ocupado especialmente de ello. Era internista, es decir, especialista en medicina interna, y llevaba trabajando 15 años en clínicas universitarias (C.H.U.). Dirigí cursos durante cinco años, enseñando a estudiantes. Era un internista normal, tenía en mi haber varios años de práctica médica... Todo eso hasta 1978.

Luego sucedió algo terrible. Un loco furioso disparó su fusil, sin el menor motivo, contra mi hijo Dirk, que dormía sobre un barco. Fue un golpe imprevisto que me pilló totalmente desprevenido. Un golpe contra el que me sentí impotente y sin capacidad de reacción. En la vida corriente, los sucesos y conflictos normales no ocasionan sobre nosotros un choque tan brutal. Siempre tenemos ocasión de prepararnos un poco ante ellos; son lo que denominaríamos los conflictos ordinarios que solemos tener. Por el contrario, a los conflictos ante los que no tenemos preparación, y que provocan una violenta perturbación psíquica, un choque, les llamamos conflictos biológicos. Fue así como en 1978 caí enfermo a causa de un conflicto biológico, un conflicto de pérdida, desarrollando un cáncer testicular. En aquellos momentos, como todavía nunca había enfermado de nada grave, aquello me hizo reflexionar. Pensé que, sin duda, aquel cáncer testicular debía estar relacionado, de una u otra manera, con la muerte de mi hijo. Luego, tres años más tarde, en un clínica de cáncer ginecológico de la Universidad de Munich en la que era jefe de servicio de medicina interna, tuve ocasión de investigar si en mis pacientes del centro el mecanismo se había desarrollado exactamente de la misma forma que en mí. Es decir, si también ellas habían sufrido un choque conflictual. Descubrí que, efectivamente, en todas mis pacientes sin excepción se había producido un tal suceso-choque, a partir del cual habían tenido las manos frías y experimentado pérdida de peso, insomnio, etc. De manera que, tirando del hilo, se podía remontar hasta el choque inicial a partir del cual el cáncer debió producirse. Por entonces esta opinión era hasta tal punto contraria a las tesis oficiales de la medicina escolar, que tan pronto expuse estas ideas a mis colegas se me colocó ante la disyuntiva de abandonar mi trabajo de clínica o retractarme. ¡Parece algo propio de la Edad Media! ¿Cómo reaccionó usted ante esta situación? Bueno, cuando se es Frison no se puede abjurar, ya que ante la falta de argumentos que me refutasen hubiese debido abjurar de mis convicciones íntimas. Por lo tanto me fui. El despido me produjo un conflicto biológico o, más concretamente, una desvalorización violenta y brutal, lo recuerdo muy bien, ya que encontré monstruoso que se me pudiera echar de la clínica únicamente por haber realizado un descubrimiento científico fundamentado, nuevo e irrefutable. Además, nunca hubiese imaginado que eso fuese posible. Fue totalmente dramático, ya que hasta el último día pude examinar a mi paciente número 200, de manera que la Ley de Hierro del Cáncer casi vio la luz in extremis. ¿Podría explicarnos brevemente y de forma sencilla cuáles son los criterios esenciales de la Ley de Hierro del Cáncer? La Ley de Hierro del Cáncer es una ley biológica. Conlleva tres criterios, el primero de los cuales se enuncia así:



Todo cáncer o enfermedad análoga al cáncer, se inicia con un S.D.H. (Síndrome Dirk Hamer), es decir, con un choque angustiante, extremadamente brutal y dramático, experimentado en soledad, que se manifiesta casi simultáneamente a tres niveles: psíquico, cerebral y orgánico.

Es el S.D.H., Síndrome de Dirk Hamer. Le denominé así porque el choque provocado por la muerte de mi hijo Dirk fue el origen de mi cáncer testicular. Luego, este Síndrome Dirk Hamer se convirtió en el eje, la columna vertebral de toda la Nueva Medicina. Así pues, en cada caso de enfermedad debemos intentar reconstruir escrupulosamente el Síndrome Dirk Hamer, con todos sus agentes y consecuencias. Debemos retroceder hasta la situación específica de aquel momento. Es sólo a partir de aquella situación que podremos comprender por qué el problema ha constituido para alguien un conflicto biológico. Por qué razón fue tan dramático. Por qué el afectado estaba tan solo en aquellos momentos. Por qué nadie había podido compartirlo con él, y por qué el problema provocaba en él un conflicto activo. Es decir, que la persona en cuestión no podía escoger entre dos opciones que se le ofrecían o no tenía ninguna posibilidad de reaccionar ante el problema. Un buen médico debe poder efectuar con igual eficiencia la identificación con un bebé -incluso un embrión-, con un viejo, una jovencita o un animal, y ser capaz de trasladarse hasta la situación que originó el Síndrome Dirk Hamer. Ese es el único medio que tiene para poder distinguir entre un problema -de los que tenemos a centenares- y un conflicto biológico. La Ley de Hierro del Cáncer tiene además otros dos criterios, ¿no es cierto? Sí. El segundo criterio se enuncia así: •

En el momento de producirse el Síndrome Dirk Hamer, la forma del conflicto determina la localización cerebral del Foco de Hamer, así como la localización en el órgano del cáncer o del equivalente del cáncer.

En efecto, los conflictos no existen por sí mismos, sino que cada conflicto tiene una forma muy determinada que se define en el mismo instante del Síndrome Dirk Hamer. La forma del conflicto se genera por vía asociativa, es decir, por coordinación instintiva de ideas que generalmente escapa al filtro de nuestra razón. Por ejemplo, tomemos un conflicto típico de agua o de líquido: un camión cisterna pierde todo su contenido en un accidente de circulación, o el coche de una cooperativa lechera vuelca y derrama en la calzada toda la leche. Se produce una asociación con el agua o líquido y, a partir de un conflicto biológico mentalmente relacionado con el agua, un conflicto de agua, un tipo específico de cáncer de riñón.

¡Eso significa pues que a cada forma de conflicto le corresponde un cáncer determinado, y un emplazamiento específico en el cerebro! Sí. Existe un relé específico a nivel cerebral. En nuestro ejemplo de cáncer de riñón por conflicto de agua o líquido, en el mismo segundo de producirse el Síndrome Dirk Hamer se produce un cortocircuito en una localización predeterminada del cerebro que, según los casos, corresponderá al riñón derecho o izquierdo. Este cortocircuito puede ser fotografiado con ayuda de los escaners cerebrales. La zona cerebral toma el aspecto de círculos concéntricos, como en una diana o un estanque al que se ha arrojado una piedra. Hasta ahora, este fenómeno ha sido siempre mal interpretado por los radiólogos, que lo diagnosticaban como fenómeno de origen artificial ocasionado por el propio aparato. La localización cerebral que presenta este tipo de alteración se denomina Foco de Hamer. No fui yo quien le dio tal nombre, sino mis detractores, haciendo burla de esos «cómicos Focos de Hamer» en las localizaciones descubiertas por mí. ¿Cómo se enuncia el tercer criterio de la Ley de Hierro del Cáncer? A la evolución del conflicto le corresponde una evolución determinada del Foco de Hamer en el cerebro, y una evolución específica de un cáncer o de una enfermedad equivalente al cáncer en un órgano. Se puede resumir así: •

El conflicto biológico tiene un triple impacto, casi simultáneo, a tres niveles: psíquico, cerebral y orgánico.

Es fácil de concebir y además se puede hacer la comprobación en el primer caso que se nos presente: la evolución del conflicto y, -llegado el caso-, de la enfermedad, es sincrónico en los tres niveles. En la medida en que el conflicto puede resolverse, constatamos que los cambios debidos a esta solución se producen sincrónicamente, es decir, en forma paralela en los tres niveles. Se trata de la acción de un sistema predeterminado, en el sentido estrictamente científico, de manera que si se conoce uno de los niveles se pueden deducir limpiamente los otros dos. Es decir, que en último extremo tenemos un único organismo que podemos concebir a tres niveles pero que de hecho es uno solo. He aquí un pequeño ejemplo. En mayo de 1991, tras una conferencia en Austria, cerca de Viena, un médico me presentó el escáner cerebral de uno de sus pacientes, rogándome que explicase a sus veinte colegas presentes -la mayoría radiólogos y especialistas de escaners cerebrales- lo que yo podía deducir a nivel orgánico y, correlativamente, a nivel psíquico. La información de que disponía era tan solo de uno de los tres niveles: el cerebral. A partir del escáner cerebral diagnostiqué un carcinoma vesical en inicio de sangrado y en fase de curación; un antiguo carcinoma prostático; una diabetes; un antiguo carcinoma bronquial y una parálisis sensorial de una zona

determinada del cuerpo, informando a la vez de los correspondientes conflictos. Ante lo cual, el médico se levantó y afirmó ante todos sus colegas: «¡Mi más sincera felicitación, Doctor Hamer! Los cinco diagnósticos son cinco aciertos. Es exactamente lo que tiene el paciente y lo que ha tenido. ¡Es fantástico!» Uno de los radiólogos presentes comentó entonces: «A partir de hoy me he convencido de lo bien fundamentado de su método. En efecto, ¿cómo, sino, podría adivinar un carcinoma de la vejiga en inicio de sangrado? Yo mismo no había hallado nada remarcable en el escáner cerebral, pero ahora que nos ha mostrado los relés estoy dispuesto a ratificar seguidamente su diagnóstico». Detengámonos un instante en el plano psíquico. ¿Cómo detectar que he sufrido un choque de este tipo, que desencadena a continuación la correspondiente enfermedad cancerosa? ¿Cómo se reconoce? Hay criterios precisos que hacen que se distinga con facilidad de los problemas y conflictos normales con que nos enfrentamos cotidianamente. Tras un Síndrome Dirk Hamer, el paciente se halla en un estado duradero de simpaticotonía, de estrés permanente, es decir, con pies y manos completamente fríos, sin apetito, adelgazando, sin poder dormir por la noche, sin poder pensar en otra cosa, de día como de noche, que en su conflicto. Este estado sólo cambia cuando el paciente ha resuelto su conflicto. Así pues, y a diferencia de los conflictos y problemas normales, vemos que los pacientes que sufren estos conflictos biológicos mantienen un estrés permanente que presenta síntomas muy determinados, con lo que además del desarrollo del cáncer y del foco localizado en el cerebro, visible desde el primer momento, el paciente manifiesta síntomas psíquicos muy conocidos y definidos que no pueden pasar desapercibidos. ¿Qué sucede exactamente cuando se resuelve uno de estos conflictos biológicos? Volvemos a ver síntomas muy manifiestos en el plano psíquico, cerebral y orgánico. En el plano psíquico, y a nivel vegetativo, vemos que el paciente deja repentinamente de reflexionar día y noche sobre su conflicto, recupera su ritmo normal de sueño y gana otra vez los kilos que había perdido en el transcurso de la fase simpaticotónica de conflicto activo. En contraposición, se siente decaído y fatigado, por lo que en ocasiones debe permanecer acostado. Esto, lejos de ser el principio del fin, es un síntoma muy positivo. La duración de la fase de curación es variable ya que está en función del conflicto que la ha precedido y, en general, el paciente tarda en recuperarse tanto tiempo como ha durado el conflicto. En el punto culminante de la fase de curación, en el curso de la cual el cuerpo ha almacenado mucha agua, asistimos a una crisis epiléptica o epileptoide que se manifiesta, según cada enfermedad, a través de diversos síntomas. Tras esta crisis, el cuerpo elimina de nuevo el agua de los edemas y regresa lentamente a la normalidad. De igual manera el paciente se da cuenta de que va recuperando lentamente las fuerzas.

En el curso de la fase de curación, vemos paralelamente en el plano cerebral que el Foco de Hamer -que durante la fase activa del conflicto mantenía la configuración de una diana- se edematiza, es decir, se impregna de una sustancia colorante, y que los anillos visibles por escáner van desapareciendo, se difuminan, al tiempo que el relé cerebral se tumefacta por completo. La crisis epiléptica o epileptoide mencionada anteriormente, y que de hecho es desencadenada por el cerebro, marca también allí el punto culminante del edema, es decir, el punto de reflexión y de retorno a la normalidad. En el transcurso de la segunda mitad de la fase de curación empieza a confluir en el cerebro el tejido conjuntivo cerebral inofensivo, denominado neuroglía, con el objetivo de reparar el Foco de Hamer. Este tejido conjuntivo, totalmente inofensivo y que en el escáner cerebral podemos colorear de blanco con un producto de contraste yodífero, ha sido a menudo y de forma errónea tomado por un tumor cerebral y extirpado por pura tontería. En efecto, dado que tras el nacimiento del ser humano las células cerebrales no pueden reproducirse a sí mismas, es imposible que existan auténticos tumores cerebrales. En el plano orgánico, vemos ahora lo que hasta aquí era considerado como más importante, a saber: que el cáncer no progresa. Es decir, que a partir de la solución del conflicto -que nosotros llamamos conflictolisis- el cáncer se detiene y deja de proliferar. Este es un descubrimiento extremadamente importante que, por así decir, programa de antemano la terapéutica del cáncer. También sobre el plano orgánico vemos igualmente procesos de reparación muy determinados que desde ahora examinaremos con más precisión. La crisis epiléptica se manifiesta también a nivel orgánico al mismo tiempo que los fenómenos correspondientes lo hacen en los otros dos niveles. ¿Podría describirnos qué es realmente una crisis epiléptica? La crisis epiléptica es un proceso que ha ejercitado la naturaleza desde hace millones de años. Se desarrolla simultáneamente a tres niveles. El sentido y objetivo de esta crisis, que sobreviene en el punto culminante de la fase de curación, es el de retorno a la normalidad. Es lo que habitualmente denominamos un ataque de rampa, con rampas musculares que son una forma específica de crisis epilépticas, a saber, la que se desencadena tras la solución de un conflicto de motricidad. Pero las crisis epileptoides, decir, parecidas a las crisis epilépticas, se producen en principio en todo tipo de enfermedades, si bien con diferencias según sean éstas. Para este importante fenómeno la naturaleza ha inventado por así decir- un truco. En el punto medio de la fase de curación el paciente experimenta una recaída fisiológica de su conflicto, es decir, que cada paciente revive brevemente su conflicto, lo que por momentos le coloca en una fase de estrés: presenta manos frías, sudor frío generalizado y revive brevemente todos los síntomas de la actividad conflictual. El objetivo de todo ello es presionar y expulsar el edema cerebral para que el paciente pueda regresar a la normalidad. Una vez que la crisis epiléptica ha terminado el paciente vuelve

a aumentar la temperatura corporal. Tras ello se sucede una pequeña fase de pérdida de orina. Tras la crisis epiléptica el paciente se encamina de lleno a la normalización, lo que significa que una vez superada la crisis ya no volverá a producirse nada que pueda asustar o que sea grave. Hacia el final de la fase de curación se produce una gran fase de pérdida de flujo urinario en el transcurso de la cual el cuerpo elimina completamente el resto de los edemas. El momento de peligro se sitúa inmediatamente al final de la crisis epiléptica o epileptoide, ya que es entonces cuando se descubre si la crisis epileptoide ha sido o no suficiente para eliminar el vapor. La crisis epiléptica más conocida es el infarto de miocardio y en la lista de crisis epileptoides más conocida es el infarto de miocardio, y en la lista de crisis epileptoides figuran preferentemente la embolia pulmonar, la crisis hepática o la supuesta crisis pneumónica. Para que en este retorno a la normalidad el cuerpo venza en los casos graves, es decir, cuando el conflicto ha durado mucho tiempo, le ayudamos con una fuerte inyección de cortisona. En los casos muy graves se puede ya administrar la cortisona de antemano. ¿Podría citarnos, como ejemplo, algunos conflictos típicos? Y lo que también sería interesante, ¿por qué se les denomina conflictos biológicos? Les llamamos conflictos biológicos porque se explican desde un punto de vista ontogenético, se presentan de manera analógica tanto en el hombre como en el animal, y evolucionan igualmente de forma análoga en ambos. No tienen nada que ver con los problemas y conflictos con que nos enfrentamos habitualmente (los conflictos psico-intelectuales). Son conflictos de una calidad fundamentalmente diferentes, casos de perturbación, por así decir, previstos por la naturaleza en el programa arcaico de comportamiento grabado en nuestro cerebro. Imaginamos que lo pensamos, pero en realidad el conflicto estalló ya en el intervalo de segundos por vía asociativa antes incluso de que hubiésemos empezado el acto de pensar. Por ejemplo, cuando un lobo arrebata a la madre su pequeña oveja, la madre desarrolla un conflicto madre-hijo tal como lo hace la madre humana. La madre oveja producirá un cáncer de mama en el mismo lado que la madre humana desarrolla el suyo, según sea diestra o zurda. El relé cerebral se halla en la misma localización en que en la madre humana se ubica el relé del comportamiento madre-hijo y, en caso de perturbación, el Foco de Hamer correspondiente al conflicto madre-hijo o al conflicto de nido. Es la misma localización donde, en la tetilla del niño pequeño, se localiza el relé para las relaciones niño-madre. Todos nuestros conflictos biológicos pueden ser clasificados ontogenéticamente. Ontogenéticamente nosotros sabemos cuándo -es decir, en qué etapa de la evolución de las especies- los comportamientos específicos han sido desarrollados y registrados, de forma que no sólo existen correlaciones entre órganos y zonas cerebrales, sino también conflictos

íntimamente ligados ontogenéticamente. Una vez más, todas las perturbaciones psíquicas relacionadas tienen relés vecinos en el cerebro y, ontogenéticamente hablando, son también vecinas a nivel orgánico, de manera que presentan la misma formación celular histológica. Es aprendiendo a considerar nuestro organismo desde un punto de vista ontogenético que descubrimos la prodigiosa organización de la naturaleza. ¿Podría darnos algunos ejemplos tomados de nuestra vida cotidiana? Sí. Tomemos por ejemplo el caso de una madre que lleva a su hijo cogido de la mano mientras está hablando con una vecina en la acera. De repente, el niño se suelta de la mano de la madre y se lanza a la calle. Chirrido de neumáticos, un vehículo que frena bruscamente... y el niño que sale por los aires o es atropellado. La madre no estaba preparada para un tal suceso y la ha pillado totalmente desprevenida. Se ha quedado helada de espanto. El niño es conducido al hospital, en el que permanece quizá durante días enteros entre la vida y la muerte. Su madre tiene las manos heladas, no puede dormir, ha perdido el apetito y se halla en estado de estrés permanente. Desde el momento mismo del accidente empieza a desarrollarse en su pecho izquierdo (o en su pecho derecho, si es diestra), un nódulo. Ha sufrido un conflicto típico madre-hijo, con configuración en forma de diana en el cerebelo derecho. Cuando la madre recibe el alta de los médicos para llevar a su hijo a su casa, y éstos le dicen: «Ha tenido suerte, ha salido bien de esto, no le quedarán secuelas», desde ese mismo momento su conflicto entra en fase de curación. Se ha solucionado el conflicto y a partir de entonces la madre vuelve a tener las manos calientes, puede volver a dormir de nuevo, recupera peso y tiene otra vez apetito. He aquí una evolución típica del conflicto, que es casi idéntica tanto en el hombre como en el animal. Otro ejemplo puede ser el de una mujer que sorprende a su marido en la cama con su mejor amiga. La mujer desarrolla una conflicto de frustración sexual que en el lenguaje biológico es un conflicto de ser-privado-de-unión-carnal-con, y en el plano orgánico se traduce en un carcinoma de cuello de útero si la mujer es diestra. Sin embargo, y ante la misma situación, no todo el mundo reacciona obligatoriamente de igual manera, ni tiene como resultado obligado el mismo conflicto. En efecto, si la mujer no amaba ya al marido y desde hacía tiempo pensaba en el divorcio no siente esta sorpresa de delito flagrante como un conflicto sexual sino, a lo sumo, como un conflicto humano de falta de solidaridad con la familia. Éste sería un conflicto de pareja y provocaría un cáncer de mama del seno derecho, si la mujer es diestra. Desde el punto de vista psíquico, el mismo suceso, aconteciendo en un contexto psíquico diferente, sólo es en apariencia el mismo suceso ya que en realidad se trata de algo totalmente diferente. El determinante no es lo que sucede, sino cómo lo encaja psíquicamente el paciente en el momento del Síndrome Dirk Hamer. En este caso, el mismo acontecimiento podría desencadenar un conflicto de miedo-disgusto, con hipoglucemia (es decir, disminución en sangre del nivel de glucosa) si la mujer hubiera sorprendido a

su marido en una escena desagradable con, digamos, una prostituta. O bien, el mismo acontecimiento podría desencadenar una desvalorización de sí mismo con o sin conflicto sexual-, si la mujer hubiese sorprendido a su marido con una chica veinte años más joven que ella. Entonces se hubiera dicho: «Evidentemente, no puedo competir, yo no puedo ofrecerle eso». En una tal situación la zona del cuerpo afectada sería el sistema esquelético (la pelvis púbica), donde se produciría osteolisis, es decir, descalcificaciones, como signo de la desvalorización sexual. Es preciso saber todo esto para descubrir lo que el paciente tenía en su cabeza en el momento del Síndrome Dirk Hamer ya que es en ese preciso instante cuando se pone a rodar sobre el raíl de la enfermedad. Este raíl es una imagen en extremo importante porque todas las recaídas y retrocesos que eventualmente se producirán a continuación seguirán de nuevo el trazado inicial del raíl. Podemos hablar por eso de una verdadera alergia al conflicto. Doctor Hamer, ¿se pueden tratar ya pacientes a partir de la Ley de Hierro del Cáncer? En principio sí. Pero la Ley de Hierro del Cáncer es tan solo la primera ley biológica de la Nueva Medicina. En total hay cuatro leyes biológicas que he descubierto empíricamente, es decir, que se fundamentan en la observación de 15.000 casos parecidos y documentados hasta el momento. Si se quiere trabajar concienzudamente debería verificarse cada caso en función de las cuatro leyes biológicas. Veámoslas pues una por una. ¿Cuál es el enunciado de la segunda ley biológica descubierta por usted? La segunda ley biológica de la Nueva Medicina es la ley de las dos fases de las enfermedades. ¿De todas las enfermedades?... ¿No únicamente del cáncer? Sí, todas las enfermedades del conjunto de la medicina tienen dos fases. Antiguamente, al ignorar este contexto se habían listado a grosso modo hasta un millar de enfermedades. La mitad eran enfermedades frías, es decir, que el paciente presentaba los vasos sanguíneos de la piel contraídos, estaba pálido y mostraba pérdida de peso. El resto de enfermedades eran calientes y cursaban con fiebre, dilatación de vasos sanguíneos, buen apetito pero mucho cansancio. Todas estas supuestas enfermedades eran consideradas como afecciones autónomas. Hoy en día sabemos que todo esto era un error. En todos los casos se trataba tan solo de enfermedades a medias de forma que actualmente lo que conocemos por encima son quinientas enfermedades que presentan dos fases: •

La primera fase es siempre la fase fría del conflicto activo, la fase de estrés simpaticotónico.



Y la segunda fase, que implica una solución del conflicto, es siempre una fase caliente, de resolución del conflicto, una fase vagotónica de curación.

En el cerebro, los Focos de Hamer de las dos fases se sitúan en la misma posición, pudiendo incluso afirmarse que es el mismo Foco de Hamer. Durante la fase activa del conflicto los círculos concéntricos en forma de diana aparecen claramente delimitados. En la fase de curación estos círculos se difuminan en edemas. Vemos con estos ejemplos que estas leyes biológicas (hablaremos conjuntamente de las dos restantes) son válidas para el conjunto de la medicina y no únicamente para el cáncer. El viejo ciervo, expulsado de su territorio por el ciervo joven, está también en un estado permanente de estrés, y desarrolla un conflicto biológico, a saber, un conflicto de territorio, un poco por encima de la oreja derecha. El ciervo se comporta como un condenado, sueña tan solo con recuperar su territorio. No come, no duerme y adelgaza porque se halla en un estado de continuo estrés. Sufre dolores punzantes en el corazón, angina de pecho, pequeñas úlceras en las arterias coronarias a nivel orgánico. Y regresa a la normalidad una vez que consigue -justamente porque vuelve a la normalidad- expulsar al rival intruso reconquistando el territorio. A partir de ese momento entra en la fase de vagotonía permanente y vuelve a comer de nuevo con normalidad, se siente invadido por un gran cansancio, engorda y recalienta sus extremidades. En la cima de la fase de curación sufre un infarto de miocardio como crisis epiléptica. Si consigue superarlo puede recuperar la posesión de su territorio. En el reino animal las cosas suceden de forma similar como en el hombre. En el hombre su territorio será quizá su granja, su familia o su empleo, puesto que el hombre tiene muchos más territorios parciales. Incluso un automóvil puede ser un territorio. En el hombre no se produce infarto a menos que el conflicto haya durado entre 3 y 4 meses y, normalmente, si el conflicto ha durado más de un año, y si no se ha detectado su pase a la fase de curación vagotónica, puede convertirse en mortal. Un escáner cerebral permite hacer un rápido diagnóstico. Resulta sorprendente que los médicos no hayan descubierto desde hace tiempo este carácter bifásico de todas las enfermedades, siendo algo tan generalizado. El motivo resulta tan fácil de ver ahora como difícil lo era antiguamente: se trata simplemente de que tan solo una parte de los conflictos pueden solucionarse. Si el conflicto no puede ser solucionado la enfermedad se mantiene en una única fase, es decir, el individuo permanece en su actividad conflictual. Cada vez adelgaza más y más y acaba por morir de extenuación o de caquexia. La ley del carácter bifásico de las enfermedades vale sólo, rigurosamente hablando, en aquellos casos en que el individuo puede hallar la solución a su conflicto. Sin embargo esta ley es facultativamente válida para toda enfermedad y todo conflicto dado que, en principio, todo conflicto puede ser solucionado de una u otra forma. Doctor Hamer, ¿cuál es la tercera de las leyes biológicas descubiertas por usted?

Es el Sistema Ontogenético de los Tumores y Equivalentes del Cáncer. ¿Qué significa «ontogenético»? En este contexto, el término ontogenético significa que en medicina se pueden explicar todas las enfermedades haciéndolas remontar a la evolución de las especies. ¿Cómo realizó este descubrimiento? Cuando descubrí el sistema ontogenético de los tumores y equivalentes llevaba ya observados un gran número de casos, más o menos 10.000. Y trabajé como debería hacerlo todo científico consciente, a saber, de forma puramente empírica. Documenté sistemáticamente todos los casos; coleccioné los escaners cerebrales y los resultados histológicos, luego los reagrupé y comparé, comprobando que se desprendía de ello un resultado impactante que hasta entonces se hubiese creído imposible: ¡existe un sistema!. Muchos pacientes desarrollaban, durante la fase activa, un tumor compacto, es decir, una proliferación celular. Otros en cambio desarrollaban algo durante la fase vagotónica, tras la conflictolisis. Y difícilmente podía tratarse de lo mismo. Existían pues dos clases de proliferación celular, a saber: una especie de proliferación celular en la fase simpaticotónica de actividad conflictual, y otra especie de proliferación celular en la fase de curación de aquellas enfermedades que durante la fase de actividad conflictual habían cursado con reducción celular (agujeros, necrosis, úlceras, abscesos). Estas enfermedades presentaban pues proliferación celular en su fase de curación, con lo que empecé a comparar incansablemente estos diversos fenómenos. Luego, a fuerza de comparar, acabé por descubrir el sistema de funcionamiento. Constaté, en efecto, que los tumores que se formaban durante la fase de actividad conflictual por proliferación celular tenían siempre sus relés cercanos uno de otro en el cerebro, concretamente en el tronco cerebral y cerebelo. Estas dos partes del cerebro constituyen en su conjunto lo que denominamos el cerebro antiguo. Así pues, todas las enfermedades cancerosas que manifestaban una proliferación celular en el transcurso de la fase de actividad conflictual tenían sus relés (el punto desde donde eran dirigidas) en el cerebro antiguo. Y todos los supuestos tumores -que no son en el fondo más que una forma de curar exuberante, excedentaria- eran, durante la fase activa del conflicto, agujeros, úlceras o necrosis, con relés cerebrales siempre localizados en el cerebro propiamente dicho. El descubrimiento de estas correlaciones sistemáticas marcó, en 1987, el nacimiento del Sistema Ontogenético de los Tumores y Equivalentes del Cáncer que, tras la Ley de Hierro del Cáncer, y la Ley Bifásica de las

Enfermedades, constituye la primera clasificación sistemática del conjunto de la medicina. En este contexto el término ontogenético significa que ni la localización del Foco de Hamer en el cerebro, ni el tipo de los tumores o de necrosis -es decir, su formación histológica- son casualidad. Por el contrario, todo está programado de forma muy lógica e inteligible por la historia de las transformaciones ocurridas en el individuo desde la fecundación hasta su perfecta constitución, es decir, la ontogénesis. Se dice que la ontogenia es la recapitulación de la filogenia. Eso significa que la evolución de las diferentes especies hasta llegar al hombre queda resumida durante la fase embrional e infantil. En el desarrollo embrionario sabemos que existen tres hojas embrionarias diferentes que se forman desde el preciso instante del desarrollo del embrión, y de las que derivan todos los órganos: • • •

la capa embrionaria interna, o endodermo, la capa embrionaria media, o mesoderno, y la capa embrionaria externa, o ectodermo.

Cada célula, cada órgano del cuerpo está ligado a una de estas hojas. Las células y los órganos que se han desarrollado a partir de la hoja embrionaria interna (endodermo) tienen sus relés, es decir, sus bases de control, en el tronco cerebral, la parte más antigua del cerebro. En caso de desarrollo de cáncer los órganos derivados de esta hoja embrionaria presentan tumores compactos del tipo adenocito. Todas las células y órganos que se han desarrollado a partir de la hoja embrionaria externa (ectodermo) tienen su relé de control en el córtex cerebral o telencéfalo, la parte más nueva de nuestro cerebro. En caso de cáncer, todos ellos muestran reducción celular en forma de úlceras o de pérdidas funcionales a nivel orgánico, por ejemplo, una diabetes o una parálisis. Por lo que respecta a la hoja embrionaria media, distinguimos un grupo más antiguo y un grupo más reciente. Las células y órganos que pertenecen al grupo más antiguo de la capa embrionaria media tienen su relé en el cerebelo, es decir, forman parte del cerebro antiguo y, consecuentemente, en caso de cáncer desarrollarán tumores compactos en su fase de actividad conflictual y, más concretamente, del tipo adenocito. Las células y órganos que forman parte de la capa embrionaria media más nueva tienen sus puntos de control en la médula cerebral, y en caso de cáncer, en la fase activa de conflicto presentan necrosis, maceraciones óseas o incluso reducción celular. Por ejemplo, las caries dentales, agujeros en el bazo, riñones u ovarios, que se denominan respectivamente: osteolisis ósea, necrosis del bazo, riñones u ovarios. Todo esto muestra que el cáncer no es el hecho absurdo de unas células que proliferan al azar sino un fenómeno completamente comprensible y ya

previsible, que sigue unas directrices muy precisas según sus datos ontogenéticos. Si he comprendido bien, no todas las proliferaciones celulares son idénticas. Para tener una visión de conjunto más clara, ¿podría usted ejemplarizarnos estos diversos crecimientos a través de algunas enfermedades? Sí, y ésta es la verdadera razón de que hasta ahora no se haya podido encontrar todavía una explicación sistemática a la génesis del cáncer: sencillamente se desconocía su sistema de funcionamiento. Según las concepciones de la medicina tradicional, a la que se denomina medicina académica pero que yo he rebautizado como medicina de escolares, se realizaban clasificaciones que no tenían absolutamente nada de sistemáticas. Se diagnosticaba un cáncer cuando unas células manifestaban un crecimiento excesivo. Sin embargo, tal como podemos ver actualmente, las células pueden presentar un crecimiento excesivo durante el transcurso de fases completamente diferentes. Vemos así que hay células que pueden proliferar durante la fase de actividad conflictual y células que pueden manifestar un crecimiento excesivo durante el transcurso de la fase de curación del conflicto. Tomemos por ejemplo un paciente que presenta un conflicto de indigestión, es decir, del cual hasta el momento había ya tragado una parte pero que no puede digerir por completo. Compró una casa y de repente se da cuenta que el contrato de compra no es válido, que se ha dejado engañar y que pierde la casa. Puede, por ejemplo, desarrollar un carcinoma de estómago, es decir, una enorme proliferación celular en el estómago, que es lo que llamamos adenocarcinoma de estómago con crecimiento en forma de coliflor. Desarrolla este carcinoma durante el transcurso de la fase activa del conflicto y su Foco correspondiente está localizado en el cerebro antiguo, al lado derecho del tronco cerebral, en lo que denominamos puente. Otro ejemplo: un paciente tiene un conflicto de agua, es decir, un conflicto a propósito de un líquido, agua o cualquier cosa similar. Por ejemplo, un joven que está nadando en el Mediterráneo, está exhausto y va a ahogarse pero en el último segundo es salvado y reanimado. A partir de ese momento sueña durante meses que se ahoga y decide firmemente no volver a meterse en el agua. Durante este tiempo desarrolla un cáncer necrótico del parénquimo renal, es decir, que en el tejido esponjoso del riñón se produce una reducción celular con necrosis hasta que finalmente todo el tejido renal queda agotado y el riñón queda fuera de funcionamiento. Años más tarde el conflicto se resuelve finalmente porque la hija pequeña del paciente deseaba patalear en el agua, y el paciente decide por primera vez ir a pasar sus vacaciones en el mar. Durante la fase de curación se forma un grueso quiste renal o proliferación celular que se solidifica y endurece por medio de una especie de tejido conjuntivo y cuya finalidad final es la de reconvertirse en tejido renal y eliminar la orina.

En general nos llegamos a preguntar cuál era, en el origen, la finalidad y razón de ser de los tumores, o quizá incluso, cuál era su sentido actual. En efecto, los cánceres y tumores no estaban desprovistos de significado, de finalidad, sino que por el contrario eran algo muy juicioso. Tomemos por ejemplo el bocado que ya está en el estómago y que por tanto se ha tragado pero que no puede ser digerido porque es demasiado grande. Para solucionar esta situación el organismo desarrolla una enorme tumor. Pero este tumor no es algo absurdo, insensato, se trata de células digestivas, células intestinales que producen enormes cantidades de jugo digestivo, y que convierten al bocado tragado en algo digerible de manera que en el reino animal este trozo pueda ser digerido y proseguir su curso. De igual manera hemos visto que en el origen de los quistes existía la finalidad de construir de nuevo un gran trozo de riñón capaz de eliminar la orina. He aquí pues el significado de los diversos tumores de crecimiento celular que antiguamente no éramos capaces de discernir, pero que en la actualidad podemos ya diferenciar y especificar en su triple plano cerebral, histológico y conflictual. Todas estas correlaciones se resumen en el sistema ontogenético de tumores y equivalentes del cáncer ya que todas las enfermedades que conocemos en medicina se desarrollan de conformidad a estas cuatro leyes biológicas, responden a ellas punto por punto y verifican notablemente el sistema ontogenético de tumores y equivalentes del cáncer. A nivel psíquico y cerebral, todos los síntomas en una misma fase son idénticos, sólo se diferencian a nivel del órgano. En este nivel, cada órgano con relé de control en el cerebro antiguo provoca proliferación celular en la fase de actividad conflictual, mientras que los órganos dirigidos por el telencéfalo presentan, en su fase activa de conflicto, agujeros, necrosis, úlceras, etc. Es decir, reducciones celulares. Durante la fase de curación todo ocurre a la inversa: los órganos dirigidos por el cerebro antiguo reducen sus tumores con la ayuda de microbios especializados en tanto que durante esa misma fase de curación, los agujeros y úlceras de los órganos gobernados por el telencéfalo son rellenados de nuevo con ayuda de virus y bacterias, acrecentándose el volumen de la zona afectada por medio de una tumefacción. ¡He aquí pues la cuarta Ley! En efecto, el Sistema Ontogenético de los Microbios. En este contexto se oye hablar mucho del sistema inmunitario. Díganos pues, Doctor Hamer, ¿cuál es el papel que juegan los microbios en su sistema? Hasta ahora concebíamos sólo a los microbios bajo la óptica de las enfermedades infecciosas, de las cuales se les hacía responsables. Esta manera de ver las cosas parecía evidente ya que en todas las enfermedades infecciosas se encontraban siempre microbios. Pues bien, eso no es cierto. De la misma manera que el sistema inmunitario global no es más que un espejismo... construido a base de hipótesis. En las enfermedades consideradas infecciosas habíamos olvidado o negligido su primera fase.

Estas enfermedades, supuestamente infecciosas, estaban siempre precedidas por una fase de actividad conflictual y es únicamente una vez que se ha resuelto el conflicto cuando los microbios pueden entrar en acción. Y por supuesto, están activados y dirigidos por nuestro cerebro. Lejos de ser nuestros enemigos, son auxiliares nuestros en el sentido de que se llevan los escombros de las secuelas del cáncer una vez que el tumor, tras haber cumplido su misión, deja de ser útil. O bien son las bacterias y los virus los que ayudan rellenando agujeros y reparando los desperfectos ocasionados por las necrosis y las destrucciones tisulares del otro grupo, el grupo gobernado por el telencéfalo. Son pues, de principio a fin, nuestros fieles ayudantes, nuestros trabajadores despreciados. La idea que se tenía del sistema inmunitario (un ejército luchando contra la invasión de los villanos microbios) es absolutamente falsa. En este contexto nos viene al pensamiento la tuberculosis. Concretamente, la tuberculosis pulmonar. ¿Qué era pues lo que tenían las personas que hace apenas medio siglo hacían curas de salud para curar su tuberculosis pulmonar? Dejando aparte la tuberculosis pleural, y limitándonos a la tuberculosis pulmonar propiamente dicha, podemos afirmar que ésta es de hecho la fase de curación tras un cáncer preliminar de manchas redondas en el pulmón. Este cáncer de manchas redondas en el pulmón tiene siempre como conflicto el miedo a morir y está siempre gobernado por el tronco cerebral. En consecuencia durante la fase activa del conflicto aumenta de tamaño, en tanto que durante la fase de curación se reduce gracias a las micobacterias (bacterias de la tuberculosis) en la medida en la que éstas se encuentran presentes, caseificadas y expectoradas a menudo en esputos sangrientos y dejando tras de sí cavernas que aportan al pulmón una capacidad respiratoria sensiblemente superior a la que tenía anteriormente mientras estaba atestado de cánceres compactos bajo la forma de manchas redondas. Por ello mismo, si durante la fase de curación faltan las micobacterias de la tuberculosis, las manchas redondas permanecen. Hoy en día todavía tenemos la posibilidad de ver a menudo, tras varios decenios, esas viejas manchas redondas en el pulmón, sin capacidad ya de crecimiento pero que no han sido desactivadas. En su lugar, y en los tiempos en las que las micobacterias de la tuberculosis estaban omnipresentes, veíamos cavernas, es decir, manchas redondas vaciadas. Doctor Hamer, ahora podríamos enfocar la terapia práctica de los conflictos. ¿Es, en principio, una terapia que se desarrolle por la vía del diálogo? Únicamente hablando, no. No tenemos necesidad de esta terapia de diálogo tal y como antiguamente era utilizada por la psicoterapia, en la que se debía hablar conjuntamente de no importa qué problema. Se debe hablar, naturalmente, pero lo mejor es remitirnos de nuevo al reino animal. En efecto, el animal no puede sobrevivir, no puede resolver su conflicto si no es con una

solución real. El ciervo, por ejemplo, sólo sobrevivirá si reconquista su territorio. La madre, a quién el predador arrebata el hijo, sólo sobrevivirá si ella le obliga a soltar a su cachorro, persiguiéndole, o bien -eso es algo que la naturaleza ha previsto-, si la madre vuelve rápidamente a quedar preñada. Entonces el conflicto queda realmente resuelto. A decir verdad, así es como deberíamos proceder también nosotros en nuestras relaciones humanas, intentando encontrar desde el principio una solución real al conflicto, es decir, resolverlo en forma práctica. El ciervo necesita recuperar su territorio o bien conquistar otro. La solución práctica es la mejor y más duradera: es la solución definitiva. Sólo cuando esta solución se muestra impracticable podemos intentar una terapéutica a través del diálogo para, digamos, tener una solución de recambio como vía de salida, como escapatoria. Aquí es preciso que puntualicemos también que la terapia aplicada hasta ahora en todas las dificultades psíquicas ha sido la de calmar, desconectar, tomar tranquilizantes, siendo lo importante calmarse. En realidad, si la naturaleza ha programado un estrés no es sin razón, puesto que es sólo bajo estrés que el individuo puede resolver el conflicto. Para encontrar una solución real, lejos de suprimir el estrés, es necesario por el contrario acentuarlo todavía más para poner al individuo en disposición de resolverlo. Si se administrasen tranquilizantes al ciervo, jamás podría recuperar su territorio, ya que su actividad quedaría paralizada. Se puede ver pues que, en psiquiatría, administrando tranquilizantes -es decir, productos químicospara calmar a los pacientes, lo único que se consigue es cultivar enfermedades crónicas, ya que a estos pacientes, privados de sus propios medios naturales para resolver conflictos, no les queda viento en las velas. De esta manera estos infelices no podrán jamas resolver sus problemas, y a menudo quedan condenados a pasar su vida entera tras los barrotes de la psiquiatría. Doctor Hamer, ¿cómo concebir, de forma concreta, una terapéutica basada en las cuatro leyes biológicas descubiertas por usted? Debemos asimilar que el paciente tiene esos tres niveles imaginarios: el plano psíquico, el cerebral y el orgánico, aunque de hecho el conjunto de los tres constituye un único organismo. La terapia debe pues desarrollarse a esos tres niveles imaginarios, o extenderse a ellos. Debemos verificar si el paciente es diestro o zurdo, a fin de averiguar cuál es su hemisferio cerebral predominante y del cual se sirve fundamentalmente. Además, es importante constatar su situación hormonal actual, precisar si, por ejemplo, una paciente se encuentra en fase de madurez sexual, si está encinta o si toma la píldora (que bloquea la producción hormonal). Lo mismo es aplicable -con los oportunos cambios-, al hombre. En efecto, debido a modificaciones hormonales, puede que la predominancia hemisférica cambie de lado, puesto que una mujer que toma la píldora reacciona normalmente con un conflicto de territorio masculino si su pareja la deja o abandona el hogar.

No basta pues con encontrar el conflicto en el plano psíquico, debemos también poder localizarlo con exactitud en el cerebro, en función de la fase conflictual que encontremos en el momento de la anamnesis y examen del paciente. Y, naturalmente, es preciso que este conflicto, esta enfermedad cancerosa en el órgano, se corresponda siempre sin ambigüedad con el Foco de Hamer cerebral, es decir, que a cada localización determinada en el cerebro le corresponda siempre una enfermedad cancerosa en un órgano también determinado del cuerpo y viceversa. Hemos dicho ya que el conflicto debe quedar resuelto a partir del psiquismo, y que lo mejor es encontrar la solución real, porque la base del conflicto es un problema real. Siempre que sea posible, es preciso que el hijo enfermo de la madre -el que tuvo un accidente- se cure y restablezca. Un hombre que ha perdido su trabajo y que, como consecuencia, presenta un conflicto de territorio, debe encontrar otro empleo o bien crearse un nuevo territorio apuntándose a un club, a una asociación, jubilarse o dedicarse a un hobby. Para cada conflicto existen múltiples posibles soluciones. Muchas de ellas están ya programadas por la naturaleza. Por ejemplo, antiguamente los depredadores devoraban muchos corderos. La ovejas solucionaban el conflicto quedando preñadas lo más rápidamente posible y trayendo al mundo nuevo corderos. En los humanos, y de forma general, todo tipo de conflicto se detiene al tercer mes de gestación, y ya no se puede seguir desarrollando ningún cáncer porque el embarazo tiene prioridad absoluta. En el plano cerebral, la mayoría de las complicaciones aparecen durante la fase de curación cuando, como signo de curación, aparece el edema cerebral local presentándose hipertensión craneal (intracraneal), y siendo preciso vigilar al paciente para que no entre en coma. Durante esta fase, y en los casos más leves, el café, el té, azúcar de uva (glucosa), la vitamina C, la Coca Cola y una bolsita de hielo en la cabeza resultan -como en la antigüedad- más que suficientes. En los casos graves la elección de remedio recae actualmente en la cortisona por su acción enlentecedora. La cortisona no es un remedio contra el cáncer sino más bien un medio puramente sintomático contra el edema cerebral así como contra todos los edemas orgánicos de la fase de curación como por ejemplo, los edemas óseos provocados por la inflamación del periostio. En los casos graves, y como regla general, conviene recordar lo siguiente: • • • •

absorber poco líquido; mantener la cabeza sobrealzada; evitar la exposición directa al sol y, en caso de edema cerebral lateral, evitar en la medida de lo posible inclinar la cabeza hacia el lado del edema cerebral.

En el plano orgánico, la única terapia que se contemplaba hasta ahora era la de suprimir el tumor -o lo que se creía un tumor-, sin intentar averiguar si éste

se había desarrollado durante la fase activa del conflicto o bien si se trataba de una proliferación desarrollada en el transcurso de la fase de curación. Se extirpaban indiferentemente uno y otro. Este nivel orgánico se nos presenta hoy en día bajo una perspectiva completamente diferente. Cuando el conflicto ha quedado resuelto, el tumor no debe ser operado ni eliminado salvo en rarísimos y excepcionales casos. Los tumores de proliferación en fase de curación -que es la forma correcta de definirlos- raramente tienen necesidad de ser operados. Tan solo en aquellos casos en los que ocasionan una importante molestia mecánica o limitan al paciente en sus movimientos, como sucede por ejemplo con un gran quiste renal, o un gran bazo consecuencia, durante la fase de curación, de una necrosis preliminar. (La necrosis del bazo se presenta en el substrato orgánico en un conflicto de sangrado y herida, con caída de trombocitos en la fase de actividad conflictual, y como esplenomegalia, es decir, aumento del volumen del bazo, en la fase de curación). Bajo el prisma de la Nueva Medicina es preciso un replanteo total y un cuestionarse en cada ocasión acerca de lo que debe hacerse, lo que es prudente o no hacer. En efecto, si le dejamos al paciente la elección de si quiere o no operarse de un pequeño tumor intestinal, sabiendo el paciente que el conflicto que lo ha generado está ya definitivamente resuelto y que, en consecuencia, este tumor según un grado de probabilidades rayando la certeza, no va a proseguir su desarrollo, resulta evidente que en un 99,9% de los casos el paciente responderá: «Doctor, dejemos el tumor tal como está. No me molesta y no volverá a molestarme en los 30-40 años que me quedan todavía de vida». Doctor Hamer ¿podría usted explicarnos por qué esta Ley de Cáncer se denomina de Hierro? Porque al igual que el hierro es inalterable. Y es una ley biológica de la misma manera que es ley biológica el que un niño tenga siempre un padre y una madre, ya que se precisa la participación de los dos para engendrar un nuevo ser. Es así como en la Nueva Medicina tenemos cuatro leyes biológicas que son casi de hierro. La segunda es la Ley de las Dos Fases de las Enfermedades. La tercera es el Sistema Ontogenético de los Tumores y Equivalentes del Cáncer. Y la cuarta es el Sistema Ontogenéticamente condicionado de los Microbios. Todas estas leyes son de hierro al igual que la Ley de Hierro del Cáncer, y todas son, en el sentido estrictamente científico del término, reproducibles, es decir, pueden ser controladas y verificadas desde el primer caso que se nos presente. Decir que se tiene una ley biológica quiere decir simplemente que se tiene una regla que enuncia cómo y según qué ley algo tiene lugar. No detalla lo que se ha programado. Es según estas mismas reglas matemáticas como se calcula el debe y el haber. Lo que es determinante es lo que el organismo tiene programado. Si ha programado la solución del conflicto, es decir, si el conflicto se resuelve, entonces la terapia se desarrolla casi automáticamente. Si no puede programar la solución del conflicto y éste permanece sin resolver,

entonces, y en virtud de estas mismas leyes, el individuo muere. He aquí por qué estas leyes se denominan Leyes de Hierro Biológicas. Doctor Hamer, ¿qué papel juega en este contexto el factor tiempo, en particular en lo que respecta a las complicaciones a las que se deberá hacer frente durante la fase de curación? Naturalmente, el paciente pregunta a su médico: «¿Cuánto tiempo más o menos pasará hasta que esté curado de mi enfermedad?» Por poco que hayamos hecho bien nuestro trabajo, localizando el Síndrome Dirk Hamer y el momento en que el conflicto ha quedado resuelto, podemos calcular la duración del conflicto. A condición de haber realizado una buena anamnesis, habremos podido discernir la intensidad del conflicto. Y en función de la duración y de la intensidad del conflicto estamos en disposición de evaluar la masa de conflicto. Normalmente es un hecho que en el 90% de los casos no se presentan complicaciones notables en la fase de curación. Queda el 10% restante. En los casos en los que el conflicto ha durado más tiempo o la intensidad ha sido considerable (o ambas cosas a la vez) el paciente presenta una masa importante de conflicto que, una vez solucionado, puede crear complicaciones en forma de edemas cerebrales y, sobre todo, de crisis epilépticas o epileptoides. Debemos conocer estas complicaciones que, por otro lado, no son temibles más que en un 10% de los casos en los que, llegado el momento, pueden conducir a la muerte. Lo más importante es, sin embargo, que a pesar de todas estas complicaciones el paciente tenga hoy en día un nuevo enfoque de su enfermedad a través del cual sabe que su médico está perfectamente al corriente del desarrollo global de ésta -fase activa y fase de solución del conflicto-, y que es capaz de controlar y dominar la situación. Como consecuencia el paciente confía verdaderamente en su médico, y con toda razón. Ahora, y gracias a la Nueva Medicina, podemos practicar una terapia bien dirigida a sabiendas, cosa que anteriormente y bajo la perspectiva de la medicina académica no nos era posible. Gracias a este conocimiento global de la medicina el paciente no cae nunca en un estado de pánico. O por lo menos, se asusta lo mismo que cuando antiguamente su médico le diagnosticaba una angina purulenta. Y sin embargo, ¿qué era una angina purulenta ? Respuesta: la fase de curación consecutiva a un adenocarcinoma de las amígdalas. Cada vez más a menudo los médicos proceden a excisiones exploratorias e informan a los pacientes -lo que es correcto- que tienen un carcinoma amigdalino. Lo que pasa luego es que el paciente, que no sabe nada de la Nueva Medicina, entra en un estado de pánico. Este pánico puede general nuevos choques conflictuales tales como el miedo al cáncer y el terror a la muerte, que desencadenan un nuevo cáncer. El primer diagnóstico médico queda así, en apariencia, brillantemente confirmado.

¿Qué sucede en los animales? En el reino animal prácticamente no se ven nunca aparecer las supuestas metástasis. Un profesor austríaco de Klagenfurt ha encontrado una original fórmula que explica este fenómeno: «Hamer nos toma a todos por imbéciles. Dice que los animales tienen suerte porque no comprenden la voz de los médicos-jefe, lo que explica que no desarrollen metástasis». Según usted pues, ¿las metástasis no existen? Sin ningún tipo de rodeo le contesto que NO. Lo que los ignorantes académicos tomaban como metástasis son nuevos cánceres desencadenados por nuevos choques conflictuales completamente yatrógenos, es decir, choques provocados por diagnósticos y pronósticos médicos. Esta fábula de las metástasis se fundamentaba en hipótesis sin pruebas e indemostrables. Ningún investigador ha podido todavía encontrar una sola célula cancerosa en la sangre arterial de un paciente con cáncer. Y es ahí donde deberían ser localizadas, si es que se dirigen a nado hacia la periferia, es decir, hacia las regiones exteriores del cuerpo. Es sobre esta fábula, completamente hipotética, en que se basa la tesis de que las células cancerosas durante su migración -todavía no observada nunca a través de la sangre- se habrían incluso metamorfoseado durante el camino con lo que, por ejemplo, una célula cancerosa del intestino (que en el interior del intestino produce un tumor compacto en forma de coliflor) de repente empezaría a emigrar hacia los huesos donde será capaz de metamorfosearse en necrosis. Se trata de una hipótesis aberrante digna de un dogmatismo medieval. El sistema ontogenético demuestra de forma definitiva que es imposible que una célula gobernada por el cerebro antiguo, y que desarrolla tumores compactos, pueda dejar de repente los puntos cerebrales que la gobiernan, se relacione con el telencéfalo y fabrique una necrosis. Se puede admitir que casi el 80% de los segundos y terceros cánceres han sido provocados por la maquinaria insensata de ignorantes que se hallan todavía en el estadio de escolares de la medicina. Doctor Hamer, en la génesis del cáncer ¿qué papel juegan las substancias denominadas cancerígenas? ¿Piensa usted que una nutrición sana puede detener o retardar el cáncer? No existen substancias cancerígenas. Se han realizado innumerables experimentos de vivisección en animales y sin embargo todavía no se ha podido demostrar realmente que se haya encontrado una substancia cancerígena. Desde luego, las pruebas que se han realizado han sido completamente idiotas, ya que durante un año se ha estado inyectando en las narices de ratas unas dosis concentradas de formaldehído, que estas pobres bestias evitan normalmente como veneno virulento, realizando grandes rodeos. Al final las ratas han desarrollado un cáncer de la mucosa nasal. De hecho, el cáncer no fue debido al aldehido fórmico o formol, sino que dado que estas pobres ratas tienen horror a este producto, que es su bestia negra, han

desarrollado un conflicto de mucosa nasal, por tanto un Síndrome Dirk Hamer, un conflicto biológico de no querer oler, podríamos decir. Además, se sabe que no es posible producir cánceres en órganos cuyas conexiones nerviosas con el cerebro han sido cortadas. No obstante esto se han llevado a cabo investigaciones sobre casi 1.500 substancias pretendidamente cancerígenas, que deben tan solo su etiqueta de producto cancerígeno a la reglamentación insensata impuesta por la vivisección. Con ello no quiero decir que todas estas substancias resulten inofensivas para nosotros, únicamente que no producen cáncer o, por lo menos, que no lo producen sin la intervención del cerebro. En efecto, hasta ahora era admitido que el cáncer era resultado de células orgánicas que se disparaban por azar. Todas estas elucubraciones relativas al papel cancerígeno del tabaco, al poder cancerígeno de la anilina o de otros productos, son tan solo puras hipótesis que no han sido jamás probadas y que resultan indemostrables. Por el contrario, se ha observado que los 6.000 hamster expuestos al humo de cigarrillo habían vivido una media de tiempo superior que sus 6.000 congéneres que durante 6 años no habían sido ahumados. El hecho que les pasó por alto fue que los goldhamsters no tienen en absoluto miedo al humo por la simple razón de que viven bajo tierra. He aquí por qué en su cerebro no tienen registrado ese código, esa señal de alarma contra el humo. En los ratones domésticos sucede todo lo contrario, a la menor emanación de humo les entra un terrible pánico y huyen. Cuando en la Edad Media se veía una multitud de ratones huyendo de una casa, se podía estar seguro de que en uno u otro rincón había fuego. Por tanto, a un cierto número de estos ratones se les puede provocar cáncer -en forma de manchas redondas en el pulmón-, lo que se corresponde con un conflicto de miedo a la muerte. Bastan estos dos ejemplos para explicar y hacer comprender que todas las experiencias que actualmente se llevan a cabo en animales no son más que crueldad absurda hacia éstos, dado que en todas ellas se presume que el alma del animal no existe. Resumiendo, no hay ninguna prueba de que existan substancias cancerígenas que actúen sobre un órgano, sin que medie la intervención del cerebro. ¿Y en cuanto a los efectos radioactivos? La exposición a una radiación radioactiva, como la liberada en el accidente nuclear de Chernobil, destruye indiscriminadamente las células del cuerpo, siendo sin embargo las más perjudicadas las células germinativas (los gametos), y las células óseas, ya que son estas células las que la naturaleza ha dotado de una tasa de división más elevada. Cuando la médula ósea -donde se fabrica la sangre- queda perjudicada y empieza su curación, asistimos a una leucemia que, en principio, es la misma leucemia que se presenta durante la fase de curación consecutiva a un cáncer óseo desencadenado por una desvalorización de sí mismo. Por tanto, y rigurosamente hablando, debemos decir que los síntomas sanguíneos de la

leucemia son no específicos, es decir, que no se manifiestan únicamente en el cáncer sino en toda curación de la médula ósea. El hecho de que apenas existan leucémicos sobrevivientes de su enfermedad se debe únicamente a la ignorancia de la medicina de escolares, cuyo tratamiento con quimio y radioterapia destruye lo que todavía quedaba de la médula ósea, es decir, que hace justo lo contrario de lo que debería haberse hecho. En conclusión, la radioactividad es perniciosa, destruye las células, pero no provoca cáncer porque éste puede sólo desencadenarse a partir del cerebro. ¿Y la alimentación sana? Pensar que la alimentación sana puede impedir el cáncer es también algo absurdo. Naturalmente, un individuo -hombre o animal- que lleva una alimentación sana está menos sujeto o receptivo a todo tipo de conflictos, de la misma manera que resulta evidente que un rico desarrolla diez veces menos cánceres que un pobre porque se consiguen resolver mayor cantidad de conflictos con una cartera bien repleta. Por igual motivo, un animal fuerte y robusto pilla menos cánceres que un animal enfermo y viejo. Es algo innegable que está en la naturaleza de las cosas, lo cual no quiere decir sin embargo que la vejez sea carcinógena. Lo que le sucede al animal de más edad es que, simplemente, es más débil. El ciervo viejo es menos fuerte y por tanto es expulsado fácilmente de su territorio por un ciervo más joven que rebose fuerza. Doctor Hamer, en la medicina tradicional el dolor es considerado como un signo negativo. ¿Qué papel juega el dolor en la Nueva Medicina? Pues sí, los dolores son un capítulo particularmente difícil. Existen diferentes calidades de dolor. Hay dolores en la fase activa del conflicto, tales como la angina de pecho o la úlcera de estómago. Y existe otro grupo: los dolores existentes en el curso de la fase de curación, que vienen provocados por inflamaciones, tumefacciones o edemas, o incluso por cicatrizaciones. Los dolores de la fase activa del conflicto, tales como los de la angina de pecho, desaparecen inmediatamente que se ha resuelto el conflicto. Son dolores que, si se quiere, pueden ser resueltos psíquicamente. Por el contrario, los dolores de la fase de curación que, en principio, son algo positivo, no pueden ser eficazmente combatidos a menos que el paciente comprenda las relaciones de causa y efecto, preparándose y adaptándose a ellos como a un trabajo realmente importante que se debe realizar. Naturalmente existen formas de atenuar los dolores del paciente, ya sea por medicamentos o por algicidas de uso externo. Tanto en el hombre como en el animal, los dolores tienen fundamentalmente un sentido biológico: el de inmovilizar el organismo por completo y el órgano, de manera que la curación pueda realizarse de forma óptima. Así es como sucede en la curación del cáncer de hueso. La extensión del periostio (la membrana conjuntiva que recubre el hueso) provoca fuertes dolores durante la fase de

curación. O bien, por ejemplo, la tensión de la cápsula del hígado, que resulta dolorosa durante el hinchamiento del hígado en la fase de curación de una hepatitis. Debe también mencionarse el dolor cicatricial en el transcurso de la fase tardía de curación, por ejemplo, durante el espesamiento del derrame pleural tras un cáncer de pleura, o bien el espesamiento de las ascitis, que constituye la fase de curación de un cáncer del peritoneo. Lo terrible es que en la medicina actual todos los pacientes que tienen cáncer y dolores, aunque sean ligeros, reciben inmediatamente morfina o derivados de la morfina. Incluso una sola inyección puede resultar mortal, puesto que modifica aterradoramente la oscilación global del cerebro y desmoraliza al paciente por completo. A partir de ese momento también queda paralizado el intestino y no puede ya elaborar y asimilar los alimentos. El paciente desarrolla abulimia y no se da cuenta de que está a punto de que le maten cuando se encontraba ya en la fase de curación, y que tan solo con que se dejara a la naturaleza seguir su curso recuperaría la salud en el espacio de algunas semanas. Decirle a un preso que se le va a ejecutar en dos semanas despierta una gran oleada de compasión, aunque sea uno de los peores criminales. Pero si se le dice a un paciente que se le va a ejecutar a través de inyecciones de morfina y que durará quince días, seguro que prefiere soportar los dolores antes que dejarse matar. Cuando los pacientes consideran de forma retrospectiva el tiempo relativamente corto que han durado los dolores, agradecen que se les haya evitado la muerte por morfina, a la cual habrían sucumbido con toda seguridad en su fase de curación, al cabo de dos o tres semanas de recibir morfina, Fortral, Valoron o Temgesic. ¿Pero es que acaso los médicos no saben esto?, se preguntan incrédulos. ¡Claro que lo saben los médicos! Se acorazan tras el punto de vista, dogmático y confortable, de que el dolor es el principio del fin y de que, de todas maneras, ya no se puede hacer nada. Empecemos pues por abreviar el proceso. La curación natural del cáncer queda simplemente ignorada por razones dogmáticas a fin de que el cáncer continúe siendo... una enfermedad de la que se muere obligatoriamente y a través de la cual el paciente continúa siendo manipulable. ¿Cómo resumiría lo esencial de la Nueva Medicina, lo más importante, su eje central? La Nueva Medicina representa un giro total de la medicina de hipótesis practicada hasta ahora. A la medicina de escolares le hacen falta entre quinientas y mil hipótesis y algunos millares de hipótesis suplementarias para que, a excepción de un batiburrillo de hechos disparatados, no sepa nada en absoluto, y no haga más que trabajar basándose en estadísticas. Por primera vez en el conjunto de la medicina, la Nueva Medicina sabe en función de qué leyes biológicas se desarrollan todas las enfermedades. Y sabe

que en el fondo no son enfermedades reales sino que estas fases de conflicto activo son necesarias, que están ahí para ayudar a resolver un conflicto que teníamos en el marco de la naturaleza y que, en el fondo, el conflicto es para nosotros algo bueno. Es la primera vez que nos es posible tener realmente una visión sinóptica, en conjunto, de nuestras enfermedades. A nivel psíquico, en el plano cerebral y en el plano orgánico, en función de las cuatro leyes biológicas. Y por primera vez en mucho tiempo, la medicina vuelve a ser un arte, un arte para el médico que tenga buen sentido y manos cálidas. No se puede ya detener a la Nueva Medicina. Ni tampoco la nueva manera de pensar que emerge de ella, el fin de la peor forma de esclavitud existente: la total alienación de sí mismo. El miedo resultante de la pérdida de confianza natural en nosotros mismos y en nuestro cuerpo; el abandono de la escucha instintiva de nuestro organismo, van perdiendo pie y empiezan a tambalearse. Y, comprendiendo las relaciones de causa y efecto entre el psiquismo y el cuerpo, el paciente capta también el mecanismo del miedo, el pánico irracional desencadenado por el pronóstico de los peligros -supuestamente inevitables-, que a partir de ahora sólo son inevitables y mortales en la medida que el paciente se lo crea y tenga miedo. Se acaba también el inmenso poder de los médicos, engendrado por el miedo del pretendido mecanismo autodestructor del cáncer, por el temor del supuesto crecimiento incontrolado de las metástasis que consumen la vida, etc. La responsabilidad que los médicos nunca han asumido ni han podido asumir, tendrán que restituirla ahora a los propios pacientes. Esta Nueva Medicina sólo puede significar la auténtica libertad para aquel que la ha comprendido realmente. Para finalizar, doctor Hamer, ¿puede explicarnos qué significa el título original de su libro Vermächtnis einer neuer Medizin, es decir Legado de una Nueva Medicina? Considero que el descubrimiento de la Nueva Medicina es el legado de mi hijo Dirk, cuya muerte originó mi cáncer testicular. Yo administro este legado para transmitirlo fiel y concienzudamente a todos los pacientes, de forma que con ayuda de esta Nueva Medicina queden capacitados para comprender su enfermedad y que, habiéndola comprendido, la puedan vencer recobrando así la salud. Traducido de la publicación «INTERVIU AU DR. HAMER». Las 5 leyes biológicas de la nueva medicina La primera ley biológica de la Nueva Medicina. La Ley de Hierro del Cáncer.

La expresión Ley de Hierro del Cáncer está vinculada con la historia. Al principio, buscaba única las causas y los efectos de las enfermedades cancerosas. Cuando en 1981, en Oberaudorf, ce Kufstein (3 años después de mi propio cáncer), descubrí la primera ley biológica, la llamé

Hierro del Cáncer, con sus tres criterios.

Antes, se tomaba por cáncer un tumor con importante multiplicación celular. Se pensaba q células cancerosas emigraban hacia otros lugares del cuerpo humano, las metástasis que fina no existen. Cuando se encontraron los médicos, cada vez más a menudo, confrontado metástasis óseas, que son todo lo contrario de una multiplicación celular, dado que el hu lesionado, ya no se supo lo que era realmente el cáncer. El decano de la facultad de Tü contestó al juez, en 1986, durante el juicio de habilitación, que el cáncer se componía de gruesas con un núcleo importante y que había mitosis (división celular). Claro que todas las son gruesas antes de dividirse, casi el doble de las demás, y su núcleo es también dos vece gordo que antes. Ya que de un núcleo saldrán dos, y de una célula gruesa, dos células norma creía igualmente que las metástasis óseas, es decir de las cavidades óseas, de donde millo células habían desaparecido, en lugar de haber creado nuevas células, no podían curarse y no rellenarse otra vez de tejido óseo (callo). Fue cuando los radiólogos constataron que, en a pacientes, que presentaban antes necrosis óseas, aparecían más tarde en sus radios, en los m lugares, unas manchas blancas. No sólo había más tejido óseo que antes (agujero), sino que e espeso que en un hueso sano. Se llamó a estas manchas blancas, por oposición a las necrosis metástasis osteoblásticas (que aseguran la formación de la trama ósea). Las necrosis óseas llamadas metástasis osteoclásticas (agentes destructores de la substancia ósea).

Ya nadie entendía nada el asunto. Las metástasis osteoblásticas no eran, a fin de cuentas, más curación de la necrosis ósea, igual que el osteosarcoma. No se mencionaba al osteosarcoma m cuando se abría el periostio, por ejemplo para efectuar una toma. El callo que se formaba para r la cavidad y que producía una presión en el interior del hueso, curvando el periostio (muy doloro derramaba durante la intervención en los tejidos lindantes, las células del callo crecían y endure tejido. Existía entonces un semi-hueso, que nombraban osteosarcoma.

Como siempre ocurre, cuando falta el conocimiento, se recurre a la creación de dogmas. To repartido entre benigno y maligno.

Fue en 1981 que hice saber que el cáncer, al contrario de lo que se pensaba, provenía de un psíquico inesperado, choque que toma al ser humano o al animal por sorpresa, lo que llamo el conflictivo biológico; aquel cáncer se desarrolla mientras exista el conflicto biológico y pod cuanto cese el conflicto, si se dejase hacer a la naturaleza, desaparecer espontáneamente.

Dejar a la naturaleza actuar, es por ejemplo el aceptar la presencia de micobacterias, no interv el periostio, no emprender quimioterapia, ni rayos, ni tomar morfina. Todos aquellos tratamien son biológicos y contrarian el ciclo natural que funciona desde hace millones de año responsables de las estadísticas del Centro Alemán de Investigación sobre el Cáncer, de Heid el 98% de las personas afectadas de cáncer y tratadas por ello mueren en los siete años, fallecen ya al cabo de cinco años.

Con la Nueva Medicina, el 95% de los pacientes no tratados (nada de quimioterapia, etc.) sobr Para los animales, hablaremos del 80% al 90% de curaciones espontáneas si se deja hac naturaleza. Antes de 1981, teníamos varias teorías en cuanto al orígen del cáncer, mas na imaginaba que pudiese sobrevenir durante un choque conflictivo biológico extremadamente dramáticamente vivido en la soledad (no expresado, no escuchado, no oído). Sin embargo, hipótesis fue citada ya hace varios siglos, en la Antigüedad, pero había caído en el o considerada como no científica. Debo ser sincero: entonces, no conocía la quinta ley biológic ocurre igual con el DHS (Dirk Hamer Syndrom) durante un conflicto biológico! El DHS pone en m

el programa biológico adecuado de la naturaleza, llamado SBS(programa biológico especia pleno sentido. Siendo el DHS de gran utilidad, pues es el DHS lo que sienta las bases para que desarrollarse dicho programa y sin él ese 95% no tendría la posibilidad de recuperarse.

Es muy importante, querido lector, comprender perfectamente el DHS, así, habrá comprendido l de la Nueva Medicina. En efecto, el DHS será el eje, el polo de toda medicina por venir. Primer criterio.

Todo cáncer o enfermedad equivalente al cáncer es un programa biológico especial adecuado ( empieza por un DHS, a saber un choque conflictivo biológico extremadamente brutal, vivido soledad. Se localiza en los tres niveles: psíquico–cerebral–orgánico.

Todo lo que no es cáncer es equivalente al cáncer. Quiero hablar de todas las enferm existentes, a sabiendas de que lo que llamamos hoy en día enfermedad es siempre una f conflicto (activo o solucionado). Ahora, podríamos llamarla: La Ley de Hierro de toda medicina nos quedaremos con la denominación de origen).

El psiquísmo, el cerebro y el órgano constituyen el organismo entero. Clasificamos el organis tres niveles para trabajar mejor en cada nivel de manera científica y biológica. Ya que el DHS tie incidencia sincronizada en los tres niveles, debemos encontrarlo en cada nivel. Dado que quer debemos posteriormente reconstruir el DHS, el hecho de poder encontrarlo en los tres constituye una gran suerte para nuestras investigaciones sobre el psiquismo y el órgano. El desencadena todo. En el momento preciso del DHS son fijadas a la vez la localización en el ce la localización del cáncer o su equivalente en el órgano. Pero hay que notar otro punto importan los raíles de los cuales hablaré más extensamente. Todo lo que siente el individuo en el mome DHS, que sea por la vista, el oído, el olfato o el tacto, así como los distintos aspectos de su co quedan anclados en él y se pueden más o menos ver en una tomografía cerebral. Por ejemp mujer diestra de 40 años sorprende a su marido in fraganti con una bella muchacha de 18 año lecho conyugal. Si quiere a su marido, tendrá probablemente un conflicto de tipo sexual, pero t tendrá un conflicto de desvalorización en relación con su pareja, con descalcificación del h derecho. Si no se trata de una bella muchacha, sino de una prostituta, el conflicto sexual presente, pero se añadirá un conflicto en relación con el compañero, que ocasiona un cáncer d derecho, y un conflicto de asco, ya que una prostituta estaba acostada en la cama del matr además de un conflicto de repugnancia-asco que ocasiona hiperglucemia.

Todos los distintos aspectos, que funcionan casi como el conflicto biológico mismo, con los d raíles, están presentes ahora. Lo que significa raíl: Cada vez que volvemos a sentir uno elementos del conflicto, volvemos a vivir el conflicto inicial y regresamos en el raíl. Ejemplo: el c pelo, la forma de la cara, la silueta del busto de la amante del marido, su olor, su perfume, su v recuerdan el conflicto inicial. En el caso de un encuentro posterior con cualquiera mujer record aquella amante, la esposa se encuentra otra vez inmediatamente en el raíl. Esto despierta el co conflictivo entero. Es la razón por la que la búsqueda del DHS es absolutamente esencial diagnóstico. No basta con encontrar el DHS, mas nuestros estudiantes tienen también que r cualquier recuerdo o sensación del enfermo, porque son muy importantes. Sólo podémos en ciertas recidivas si conocemos los raíles que el DHS dispuso. Segundo criterio.

En el instante del DHS, es el tenor del conflicto biológico que determina tanto la localización de

de Hamer en el cerebro (FH: configuración en forma de blanco en el cerebro y en algunos ór como la localización del cáncer o de su equivalente (SBS) en el órgano.

De hecho, el segundo criterio viene precisando el último punto del primer criterio: el conten conflicto biológico y la localización en el cerebro y en el órgano se determinan en el momento del DHS. ¡El conflicto biológico es síncronico con los tres niveles, al mismo instante: es constatarlo, verlo, medirlo!.

El paciente no puede ignorar el DHS en el escaner si sabe de qué se trata, y es igual para médico. No se puede ignorar una configuración en forma de blanco en una tomografía cere mismo momento del DHS, el órgano se ve igualmente afectado por una multiplicación celula otros casos de cánceres, por una pérdida celular conduciendo a una úlcera o a una necrosis (tu la piel o de la mucosa).

Tal y como ya lo hemos mencionado, se nos ofrece ahora, por segunda vez, la posibilidad de pr desarrollo de lo que llamamos enfermedad (y que reconocemos por parte del programa e biológico adecuado previsto por la naturaleza), del mismo modo que se puede prever el desarr un embarazo. Tercer criterio.

El desarrollo del SBS en los tres niveles (psíquico, cerebral y orgánico) a partir del DHS y resolución del conflicto (si hay solución) y la crisis epiléptica son perfectamente sincronizados.

Este tercer criterio hace de la Nueva Medicina, desde el principio, una ciencia, en el sentido ciencias físicas, naturales y biológicas. Nos permite reconstruir y reproducir cada caso médico, nunca fue posible con la medicina convencional. La segunda ley biológica. Todo SBS sigue una evolución bifásica cuando el conflicto ha sido resuelto.

El esquema anterior muestra un SBS (programa biológico especial) clásico, cuando hubo soluc

conflicto (CL). Es el caso más frecuente, pero en el 5 al 10% de los casos, no hay soluc conflicto, sea porque el individuo no encuentra solución, sea porque la naturaleza previó justam no-solución del conflicto, para permitir la formación de grupos sociales, tanto en el medio (rebaño, manada) como en la familia.

Aquel esquema enseña que el DHS transforma la normotonía (ritmo día/noche) en simpati permanente, lo que corresponde a un estrés continuo, estrés que permanecerá hasta la soluc conflicto, cuando, durante la conflictolisis, se instala una vagotonía permanente. Podríamos t vagotonía por cansancio o reposo continuo. Aquella vagotonía será sólo interrumpida, a su pun bajo, por la crisis epiléptica, punto simpaticotónico que caracteriza el cambio brusco de vagotónica, con una necesidad importante de orinar que permitirá la eliminación de gran parte depósitos líquidos. El SBS se acaba con la vuelta a la normalidad o normotonía.

Cada médico tuvo, para sus exámenes, que aprenderse de memoria las 1000 enfermedade medicina con sus síntomas y sus terapias. Identificamos aproximadamente 500 enfermedade (cáncer, angina de pecho, esclerosis en placa, depresión y trastornos mentales, etc.) y alrede 500 enfermedades calientes (infecciones, reumatismo, leucemia, osteosarcoma, enfermed Hodgkin, etc.). Lo que hemos estudiado como enfermedades no eran más que una fase del SB las enfermedades frías de la simpaticotonía. No habíamos visto la fase caliente de la vagotonía u otra enfermedad infecciosa) y para las enfermedades calientes, se nos había escapado la fas la habíamos, por error, identificado como enfermedad en sí. De aquel modo, no podíamos comp la enfermedad ni tratar al paciente de manera realmente científica.

Llegamos hasta lo absurdo, cuando identificamos, por ejemplo, la crisis epiléptica del infa miocardio (extremo simpaticotónico al punto más bajo de la vagotonía) con una enfermedad en s Desgraciados ignorantes éramos, presumimos 10 enfermedades en el caso del cáncer de cuando se trataba de un único SBS: Cáncer de hueso = osteolisis = • •

metastasis osteoclásticas: plasmocitoma, osteosarcoma, reumatismo reumatismo articular crónico primario. metastasis osteoblásticas: anemia, policitemia, leucopenia y leucemia.

articular

No estudiaremos aún la quinta ley biológica de la Nueva Medicina: la quintaesencia. Si no, te que reconocer que hemos interpretado las enfermedades como manifestaciones malignas, ave una naturaleza imperfecta, como el mal, cuando el único mal era nuestra ignorancia sin límit naturaleza siempre fue perfecta!. La tercer ley biológica. El sistema ontogenético de las «enfermedades». (Cáncer o equivalentes al cáncer) como SBS (programa biológico especial adecuado).

En el esquema, se disciernen dos zonas: una zona inferior amarilla y una zona superior roja.

La parte amarilla corresponde con el cerebro antiguo: formado por tronco cerebral (zona ama esquema del cerebro), y el cerebelo o mesodermo cerebeloso(zona amarilla con estrías naranja proviene de la hoja embrionaria media o mesodermo. La parte roja es cerebro nuevo, formado por mesodermo cerebral y ectodermo.

Miremos otra vez el esquema: podemos ver que al nivel del cerebro antiguo, la fase activa del c se caracteriza por una multiplicación celular; luego, durante la fase de curación, después de la s del conflicto (CL), que llamamos también fase post-conflictolítica (o fase PCL), el tumor s eliminado por micobacterias (tuberculosis).

En lo que concierne el cerebro (zona roja), es todo lo contrario: en fase activa del conflic destrucción celular (necrosis y úlcera) y en fase PCL, aquellas necrosis y úlceras serán rellen curadas.

La restitución y la curación de las necrosis y de las úlceras en fase PCL fueron llamados cán sarcomas, ya que entonces se notaba una multiplicación de células y núcleos gruesos (mitos realidad, aquello ocurría con el propósito de la curación, mas nadie lo sabía.

La llave del misterio es que tenemos también que tener en cuenta la hoja embrionaria y la local del relé cerebral específico al órgano. Así, ahora podemos muy claramente clasificar tod cánceres y las enfermedades equivalentes al cáncer (que no eran más que una de las fa podemos encontrar del mismo modo, los síntomas y las relaciones de la fase complementaria.

Con la tercera ley biológica, podemos comprender las causas, la base de todos los fenómeno naturaleza en la medicina:

Podemos comprender que los SBS de cada hoja embrionaria son unos hechos que vuelv regularidad tanto en nosotros como en todas las criaturas, unos hechos programados en n

cerebro desde hace millones de años, que se desarrollan más o menos del mismo modo, igua desde hace millones de años.

Nos está dado comprender ahora por qué aquellos fenómenos adecuados fueron creados naturaleza de distintos modos, ya que existen varias hojas embrionarias.

Podemos saber por qué no nos era posible comprender el cáncer, mientras no habíamos entend causas y los efectos y, sobre todo, el mecanismo de creación de nuestra evolución en relaci nuestros programas conflictivos biológicos. Es la razón por la que, en nuestra ignorancia, s habíamos pretendido que el cáncer era inembargable, maligno, que se trataba de un fen totalmente incontrolable y que evolucionaba de una manera salvaje, que nadie podía entender aquello era falso!.

El cáncer y todas las demás supuestas enfermedades que comprendemos ahora como prog biológicos adecuados (SBS) son de lo más sensato, lógico y comprensíble. Todo está goberna las cinco leyes biológicas de la naturaleza, como se lo estoy explicando. Lo que constit verdadero punto de vista científico, ante las 5000 hipótesis no probadas e imposibles de proba medicina convencional. La cuarta ley biológica. El sistema ontogenético de los microbios.

En este esquema, es fácil establecer la correlación entre la hoja embrionaria del órgano, cerebral y los microbios.

Como podíamos esperarlo, unos sectores límites de las hojas embrionarias se superpone ejemplo, los órganos gobernados por el cerebelo tal como el corion (dermis), el pericardio (en del corazón), la pleura (membrana envolviendo el pulmón) y el peritoneo (membrana cubrie interior de la pared abdominal) son labrados por las micobacterias (tuberculosis) pero también p ser ayudados por las bacterias que contribuirán a la caseificación bajo forma de sobreinf término que utilizábamos antes. Aquella ayuda parece sin embargo limitada, parece no afect que el tejido conjuntivo (interno) intersticial al borde del coríon o del mesotelioma (nombre d cáncer del peritoneo, de la pleura o del pericardio).

Consideramos los microbios como agentes perjudiciales que tenemos que destruir a toda co insensato. Tenemos una necesidad urgente de microbios, de todos los microbios presente nuestra latitud. Si por razones de higiene no tuviéramos ya micobacterias, no podríamos en a evacuar nuestros tumores en fase de curación. Aquello tiene consecuencias desastrosas pa número de tumores.

Para un cáncer de la glándula tiroides por ejemplo, aquello quiere decir que, aún cuando el c esté solucionado, si no puede ser evacuado, una gran cantidad de tiroxína seguirá siendo produ que, de un punto de vista biológico, es totalmente absurdo. La única razón para que así se ausencia de micobacterias que normalmente destruirían el tumor y restablecerían el nivel de hasta la vuelta a la normalidad.

Ocurre lo mismo con el cáncer del intestino grueso. Enormes complicaciones no pueden ser e más que por una intervención quirúrgica, en ausencia de micobacterias. Las micobacterias.

Existen desde casi tanto tiempo como los unicelulares, desde hace mucho más tiempo, pues, animales o el ser humano. Tienen un papel bien determinado, deben caseificar y destruir los tu gobernados por el cerebelo y el tronco cerebral en cuanto empiece la fase de curación (conflicto

Pero, como los tumores que deben corroer cuando estas hayan cumplido con su funci micobacterias se desarrollan igualmente en la fase activa del conflicto (fase CA). Puede pare extraño, porque pensamos casi siempre en las bacterias tales como el estafilococo o el estrepto cuando las cultivamos, necesitamos un terreno caliente.

Ahora, entendemos por qué apenas podíamos cultivar bacterias in vitro. En un terreno vivo c embrión de un polluelo, su crecimiento es débil, casi nulo. Hemos dilucidado el mister micobacterias se desarrollan sólo cuando el bacteriólogo, durante sus manipulaciones, in embrión un conflicto biológico activo. Pero como no conoce la Nueva Medicina, no podía imagin sus manipulaciones pudiesen herir al embrión y ser responsables de esta magra cosech micobacteria serán consideradas, pues como no cultivables.

Sabemos ahora que las micobacterias, llamadas también bacilos ácido-resistentes ya que los gástricos no los pueden destruir, tienen que estar presentes a partir del DHS. Si las recibimos u la fase PCL empezada, ya no nos sirven de nada para este preciso SBS, dado que sólo se p multiplicar en fase activa del conflicto. Visiblemente, nuestro organismo, en perfecta armonía aliada la micobacteria, no producirá más que bacilos ácido-resistentes necesarios a la caseificac la evacuación del tumor.

¡Desgraciados, estamos pensando en deber suprimir la tuberculosis!.

Los circuitos de regulación de la naturaleza ya no pueden funcionar si jugamos los aprendices d y suprimimos ciertos elementos. Casi todo lo que hemos hecho como médicos de los t modernos no era más que disparate.

Comprendemos también ahora que las pruebas en los animales tales como los conejillos de estaban lejos del sentido común, dado que los resultados obtenidos eran a menudo falsa positivos. Me explico:

Se inyecta a un conejillo de Indias una preparación obtenida por centrifugación, por ejem sedimento urinario, en la cavidad abdominal, aquello, varios días seguidos. El conejillo es objeto SBS con cáncer del peritoneo, llamado mesotelioma del peritoneo. El conflicto: ataque co vientre.

Si se deja al pobre animal tranquilo, durante 8 a 10 días, el conflicto encuentra su solución y la curación se traduce por la aparición habitual de ascitis. Si se inyecta en la preparación centr unos bacilos ácido-resistentes, la ascitis puncionada 6 a 8 semanas más tarde será tu nauseabunda.

Ocurre lo mismo si el conejillo contrajo antes bacterias tuberculosas. Se trataba de res falsamente positivos.

Si no había en ningún caso presencia de micobacterias durante la fase dolorosa activa, el líquid cavidad abdominal del conejillo era límpido y los tumores no podían desaparecer.

Para la Nueva Medicina, la experimentación en los animales es, naturalmente, un ver escándalo, sin hablar de la tortura infligida a aquellos seres desafortunados. Los aprendices d no sabían lo que hacían. Las bacterias.

Para las bacterias, es distinto. Pertenecen a los órganos gobernados por la médula cerebra roja): se trata del mesodermo (hoja embrionaria media). Como los órganos gobernados por la cerebral, se caracterizan por una división celular en fase de curación, a saber: se multiplican dur fase PCL. Para esta multiplicación, privilegian los edemas, es decir un entorno líquido y caliente

Si llamábamos abcesos fríos los fenómenos de curación tuberculosos (caseificación de los tum aunque tuviesen lugar en fase PCL, los fenómenos que se deben a las bacterias son a calientes.

Quiero decir: las micobacterias pertenecen al nivel del cerebro antiguo (zona amarilla) y se com como todos los tumores: se dividen en fase de conflicto activo.

En cambio, las bacterias pertenecen al nivel del cerebro (zona roja) y actúan como todos los ó gobernados por éste, particularmente como los órganos gobernados por la médula cerebr multiplicación celular en fase de curación (fase PCL). Es la razón por la que las bacterias se mul sólo en fase de conflictolisis (CL).

Los virus en relación con los órganos gobernados por el córtex cerebral se multiplican exclusiva

en fase PCL, así como lo vamos a ver en adelante.

Vemos, pues, que los microbios se integran plenamente al proceso biológico de los SBS. Cr como lo hicimos, y para nosotros. Son igualmente una parte del todo, un anillo de la cadena, ignorábamos. Por eso intentamos ciegamente destruir aquellos aliados con antibióticos o sulfam

No son los microbios los que nos matan sino el enorme edema que se forma en el cerebr conflicto dura demasiado.

Nos queda una cosa por descubrir: las bacterias pueden hacer e igualmente, en cierta m deshacer.

Los cirujanos utilizan este hecho, descubierto hace 50 años. Por ejemplo, abren una f conminutiva por perforación con una serie de puntas permanentes y la dejan abierta, porq fractura abierta accesible a las bacterias se cura más rápidamente que cuando la llaga está c Las bacterias, pues, facilitan la reconstitución, pero también quitan los fragmentos de huesos que quedan. Su función principal es aún la reconstitución. Los virus.

No se trata de organismos vivos propiamente dicho, tales como las bacterias, mas se tr moléculas proteínicas complejas que se multiplican exclusivamente en fase de curación despué solución del conflicto y que ayudan a la reconstrucción de la úlcera de la piel o de las mu Hablamos únicamente de los tejidos de las mucosas del epitelio pavimentoso de las embrionarias externas (ectodermo). Parecen ser unos catalizadores amicales, tales com conocemos en química: unas substancias que, por su presencia, producen un efecto sin transfo proceso químico. Los virus se verán rechazados una vez acabado el trabajo.

Toda fase de curación en la que unos virus deben intervenir cuando se trata de órganos gobe por el córtex cerebral se desarrolla mucho mejor en presencia de virus. Si durante un período, c tener que alejar todo virus, ya no es igual hoy en día: hasta debemos procurar que lo correspondiendo a cierta fase de curación esten presentes.

Todavía no sabemos si los virus son transmisibles o si pueden ser producidos por nuestro org (se duplican en un entorno proteínico, es obvio). La quinta ley biológica. La Quintaesencia.

Lo que llamamos enfermedad es ahora considerado como parte de un programa biológico e pertinente previsto por la naturaleza en el transcurso de los tiempos (SBS).

Esta quinta ley biológica o Quintaesencia constituye el alma de la Nueva Medicina. Algunos la Medicina sagrada.

Es la verdad que la Nueva Medicina se encuentra de alguna manera sacralizada por esta qu que viene completando y concretando la quintaesencia. Piensen en las gigantescas perspectiv se presentan.

Por un lado, la medicina sagrada es infinitamente científica, fundada en 5 leyes biológicas. Por otro lado, nos vuelve hacia la medicina antigua de los sacerdotes de Asclepios, que en época era muy humana...

Por una parte, ya no existen enfermedades en el sentido en el que se entendía antes, ya que to síntomas que se pueden constatar se explican fácilmente y se pueden controlar sin dificulta mayoría de los casos.

Por otra parte, vivimos en un mundo que no tiene realmente nada de biológico. ¡La medicina s no significa que estamos en el paraíso, alejados de todo sufrimiento y de la muerte, en ningún Mas aquella medicina intelectual que pretende científica, desprovísta de alma, apagada compasión, la puede dejar el que comprendió y respeta las leyes y las reglas de la Nueva Medic

La medicina ahora se ha vuelto cósmica, ya que aplica las mismas leyes a los seres humanos animales y a las plantas. Todo es programado ya para cada criatura en su patrimonio. Podem por vez primera comprender a los que nos rodean, los animales y las plantas. Es un privilegio vivir con tal conciencia, el poder respirar y compartir con los que nos rodean.

Para mí, es asombroso constatar que la enfermedad es un programa especial cuyo sen biológico. Esto replantea no sólo las terapias sintomáticas, sino que las vuelve absurdas. ¿ después de este descubrimiento, quisiera intervenir en los maravillosos ciclos de la naturaleza, programa especial de la naturaleza con significado biológico?.

Las enfermedades no existen ni han existido nunca con el sentido que le dábamos. No son m fases distintas del programa especial adecuado (SBS) concebido por la naturaleza.

Comprendemos ahora por que el 80 al 90% de los animales se curan espontáneamente por s aún tratándose de cánceres. Los seres humanos también se curaban espontáneamente antañ las mismas proporciones, antes de que existiese quimioterapia, radioterapia, morfina: esa medi la que reinan cinismo y cianuro de potasio, medicina que hunde el paciente en el pánico y l enfermo. ¡Entendemos también ahora por que el 98% de aquellos pacientes enloquecidos se m mientras el 95% de los pacientes tratados por la Nueva Medicina sobreviven!. Ver también : Dr. Ryke Geerd Hamer Sobre la Nueva Medicina Se llama Nueva Medicina a una serie de conceptos descriptos por el médico alemán Rike Hamer, a comienzos de la década del 80, que nos permiten una evaluación distinta del origen y del proceso de la enfermedad y que nos propone un profundo cuestionamiento a la relación entre el enfermo y el médico. En éste breve artículo, sólo tomaremos una parte de los conceptos de Hamer para tener un acercamiento a ésta propuesta que muchos definen como la medicina del futuro. Hamer describe una triple relación entre:

1) ciertas zonas cerebrales (sólo visibles en una tomografía de cráneo); 2) determinados conflictos que tienen que ver con las crisis de supervivencia (llamados conflictos biológicos) y 3) los órganos comandados por las zonas cerebrales descriptas. Es a partir de ésta triple relación, que puede hacerse con una tomografía de cráneo sin contraste (y muchas veces sin recurrir a biopsias o estudios cruentos) un diagnóstico del órgano enfermo, el tipo celular involucrado, su evolución (en algunos casos, puede prevenirse hasta con 15 días de anticipación un infarto), su antigüedad, el colorido del conflicto que ha producido la enfermedad (lo que orienta al tipo de terapéutica a realizar a ése nivel) y otro tipo de informaciones que ayudan a la evaluación y a la elección del tratamiento. A pesar de lo atractiva de ésta posibilidad, no es éste el punto crucial de la Nueva Medicina, sino entre otros, lo que Hamer llama la quinta Ley sobre el sentido biológico de cada enfermedad. Entender la historia de los llamados conflictos biológicos, apoyados en una comprobación técnica cual es la tomografía cerebral, es de una ayuda inestimable en un momento evolutivo en el cual el paradigma científico sigue siendo necesario. Veamos un poco más. La conciencia ha sido definida como la capacidad que tiene un ser vivo de percibir información, analizarla y emitir una respuesta adecuada. En los llamados animales inferiores (la escala evolutiva de los vertebrados comienza en los peces, sigue con los anfibios, reptiles, aves y mamíferos, entre los cuales estamos), la conciencia les permite dar respuesta a necesidades básicas como la alimentación y la reproducción. A medida que la evolución avanza, las respuestas se hacen cada vez más complejas. Con la adquisición del lenguaje, la cultura y el aprendizaje se adquieren conductas muy elaboradas. Cuando un animal se ha atragantado con un trozo de carne que no puede digerir ni expulsar, se enfrenta a una crisis de supervivencia (se ahoga). Su cerebro ordena producir mayor cantidad de células en el tubo digestivo que a su vez elaboran mayor cantidad de jugos que permitan digerir el trozo de carne. Es una conducta programada en el cerebro ante una crisis de supervivencia. Si el proceso se mantiene, el órgano se enferma (esofagitis, gastritis, cáncer de estómago). El cerebro no distingue entre lo concreto y lo simbólico. En el ser humano, el trozo de carne atragantado que es capaz de activar un programa de supervivencia (que no es otra cosa que la enfermedad) es sustituido por la traición de un amigo, los conflictos familiares o laborales o cualquier otro que sea indigerible. La civilización actual es una fuente inagotable de conflictos biológicos y las respuestas para adaptarse a

éstas nuevas situaciones son francamente escasas. Para que la traición de un amigo se convierta en un conflicto biológico y no en el usual conflicto psicológico que vivimos cotidianamente, debe tener ciertas características que Hamer ha desarrollado en sus trabajos. En el caso de una madre que va paseando con su hijo y éste se suelta imprevistamente de su mano, la vivencia que predomina en el hecho, podrá afectar distintos órganos. Si lo vive como una pérdida que tiene que ver con la preservación de la especie, afectará el ovario (quistes, tumores). Si lo que predomina es la vivencia del ataque al territorio arcaico (el nido), se enfermará la glándula mamaria izquierda (si la mujer es diestra). Si afecta su valoración como madre, producirá descalcificación en la cabeza del húmero izquierdo. El miedo frontal producirá agrandamiento de los ganglios del mediastino. El miedo amenazante que viene por detrás producirá glaucoma. Los conflictos de ataque a la propia integridad, tendrán que ver con las lesiones de la dermis (melanomas). La resistencia a una situación con la diabetes. La suma de un conflicto de frustración con otro de separación o de invasión de territorio, generarán una sintomatología depresiva. La profundidad de los estudios de Hamer hacen que el acto médico sea un hecho científico y no una moda fundada en estadísticas. Una enfermedad (cualquier enfermedad) puede ser curada si realmente se sabe qué es. Si no se sabe qué es, sólo se la intenta eliminar. La raíz latina de curar es todo lo contrario. Curar es hacerse entero. El hombre moderno se ve enfrentado a nuevas enfermedades. Las respuestas que vienen desde la medicina no alcanzan para entenderlas ni superarlas. Los conceptos que trae la Nueva Medicina, permiten sospechar que el orden médico reinante tiene serias deficiencias en su concepción de la enfermedad, que haría imposible afirmarse como terapeuta en los nuevos tiempos. El cáncer y el sida son llamados de atención que hablan de la dificultad de entender lo que la propia naturaleza del hombre produce. Y necesitamos hablar del cuerpo, del alma y del espíritu. Hamer hace un llamado a los médicos "de manos calientes" para ejercer una verdadera medicina sagrada.

Entrevista al Dr. Ryke Geerd Hamer. Colonia, Alemania, 5 de mayo de 1996. Entrevista al Dr. Ryke Geerd Hamer. Por Ana Pena (Periodista).

Ana Pena: A principios de abril la prensa austriaca destacó que la pequeña Olivia Pilhar (cuyo caso, no siempre tratado adecuadamente por los medios de comunicación, ha sido seguido atentamente desde el Estado español) había salido del Hospital de Viena, donde se le aplicaba, contra la decisión de sus padres, tratamiento oncológico convencional. Se enfatizaba que la niña estaba curada y en buen estado de salud. Ud. que conoce bien su caso, ¿Considera ciertas estas informaciones? ¿Cuál es la verdadera y real situación de la pequeña austriaca, en este momento? Doctor Hamer: Olivia fue dada oficialmente de alta el 27 de marzo por los médicos del Hospital Infantil de Viena, aunque, en realidad, estaba tan enferma como antes. La Nueva Medicina nunca presentaría como curada a una criatura que, ahora, sólo tiene un riñón, cuyo peso es tan bajo como el de un moribundo, con los miembros casi paralizados, que ha resuelto su carcinoma de hígado (después de haber presentado cavernas y tuberculosis, en curación) pero aún está en la fase de cirrosis y que, además, tiene un músculo del corazón tan fino que apenas desarrolla un 30% de su rendimiento y cada día que pasa, tiene el riesgo de que se desgarre. Si a mí se me ocurriese decir que la niña, en esta situación, está curada me tacharían, con razón, de loco. Y es que, según las propias estadísticas oficiales, los pacientes tratados con quimioterapia, opiáceos o radioterapia fallecen, en el 98% de los casos, antes de transcurridos 7 años del tratamiento... y el 95% en los 5 años siguientes al mismo. Que con datos como éstos se hable de éxitos en oncología resulta engañoso. Si nos atenemos al Boletín Oficial Alemán de enero del 96, las grandes clínicas hacen un control y seguimiento del 5% de enfermos. De éstos, apenas constatan éxitos tras la aplicación de quimioterapia en un 0,5%. Ana Pena: También se ha publicado que la judicatura austriaca ha retirado la orden internacional de detención contra Ud. ¿Cuál es su situación actual al respecto? ¿Todavía se achaca a su Nueva Medicina las muertes de pacientes que no han tenido ni siquiera contacto con ella? Doctor Hamer: Efectivamente, Austria ha levantado la orden de captura internacional contra mí, aunque mantiene una orden de captura nacional. El Fiscal General del Estado austriaco ha afirmado recientemente que la Nueva Medicina se basa en muertes de personas. Como ocurre en España, en Austria tampoco se quiere probar mis descubrimientos. Entonces, se habla sin saber. Si las personas no se tratan previamente con quimio, radio o morfina, si sólo siguen y comprenden la Nueva Medicina, sobreviven en un 95% de los

casos, al revés que la medicina convencional. Pese a ello, se dice que la Nueva Medicina se sustenta de muertes, mientras se silencian los datos oficiales de mortalidad con los tratamientos convencionales... A partir de ahí, la justicia austriaca quiere prohibir a los médicos que trabajen con la Nueva Medicina ¡y amenaza con castigarlos con años de cárcel incluso! También en España, según me han comentado, ha habido problemas con los médicos a los que presionan para que abandonen la Nueva Medicina... Pueden recurrir a cualquier otra terapia, la que sea, ¡menos la Nueva Medicina! Ana Pena: Tras la campaña desencadenada contra Ud. desde el verano del 1995, en el Estado español hay una demanda creciente de información sobre sus descubrimientos pero, paralelamente, no se encuentra una comprensión profunda al mismo nivel, no tanto entre los pacientes sino entre sus familiares y, sobre todo, entre la clase médica más convencional. Doctor Hamer: Hoy en día hay una forma de dictadura distinta de las habidas hasta ahora, en cualquier otra época. Se trata de la «dictadura» del poder de los medios de comunicación... Y hay quienes se permiten, amparados en ese «poder» mediático, escamotear y pasar por alto un debate científico... Así, se puede impedir durante 15 años que se comprueben estos descubrimientos rectamente y de buena fe. Sólo se necesita una campaña de «caza de brujas» en la prensa para que la gente piense que la Nueva Medicina (N. M.) está equivocada. No hay error en estas cinco leyes de la Naturaleza. Y eso es la Nueva Medicina, que no se basa en hipótesis como la medicina convencional. Esta medicina no está sustentada por ninguna ley natural que sea comprobable científicamente. Pero la Nueva Medicina sí se puede comprobar y, pese a ello, con ayuda de cierta prensa, se hace esta campaña de desprestigio catastrofista y calumniador... Y, lo que es más importante, entretanto siguen muriendo muchas personas. En la historia se han cometido crímenes en algunas épocas, incluso recientes, en Alemania, Rusia... En aquellos momentos, algunos podían decir que «no los conocían»... Pero, ahora y aquí, sí se sabe. Las autoridades médicas, catedráticos, etc., han tenido la oportunidad de conocer y saber exactamente lo que se dirime de aquí, pero no quieren afrontar una discusión objetiva. Yo sí quiero ese debate profesional y serio. Ocurre que, como no tienen fundamentos ni argumentos para esgrimir en contra, por eso rehúsan, deniegan esta posibilidad sistemáticamente. Ana Pena: El peso cultural y social de la visión actual, dominante en Occidente, ¿Es un handicap para reconectar con nuestra biología,

entendida como un todo, psique-cerebro-órgano? Las llamadas culturas «primitivas» ¿Tienen ventaja en este sentido? Doctor Hamer: No es que nuestra civilización sea un obstáculo importante para comprender bien esta Nueva Medicina en sus tres niveles -psíquico, cerebral y orgánico- de modo natural. Es verdad que esta civilización se ha distanciado mucho de las circunstancias biológicas, codificadas en nuestro cerebro, y que no se pueden cambiar, pero, hoy por hoy, lo que ocurre es que el verdadero impedimento está en el poder, el mismo en toda Europa y con las mismas estructuras. Desde ahí, se quiere impedir que la persona pueda ser más libre, a través de la Nueva Medicina, puesto que, en el momento en que la persona comprende bien esta vía no se deja manipular como querrían esos círculos que pretenden concentrar poderío para manejar a todos los demás. Ana Pena: ¿Cuál es su actitud ante esta pseudo-polémica? Doctor Hamer: Si tuviese la oportunidad de explicar bien, en algún momento, como son las relaciones y fundamentos de las Leyes Biológicas para dar a conocer correctamente la Nueva Medicina, y sus bases científicas naturales, en lugar de tanta polémica, las personas podrían enterarse, conocerla bien y ponerla a prueba; y, en cuanto tuviesen una mínima experiencia, verían que es así de clara y lógica. En vez de ello -lo que sería bastante sencillo y fácil- se levanta esta «polvareda» en los medios que no tiene nada que ver con una discusión científica seria. Si algún medio se ofreciese a hacerlo sería muy clarificador. Pero no es así. Se sabe que la Nueva Medicina restaría fuerza a determinadas pretensiones de dominio del mundo. Ana Pena: ¿Cuáles son, sintéticamente, los fundamentos de esta Nueva Medicina? Doctor Hamer: Explicar, brevemente, lo que es la Nueva Medicina, supone aclarar que se fundamenta en 5 Leyes Biológicas Naturales, no en hipótesis. La primera Ley es la Ley «férrea» del cáncer, que nos dice cómo se produce la enfermedad, cómo cursa todo el proceso en los 3 niveles del ser y cómo se puede diagnosticar en esos mismos niveles. La segunda Ley es la que explica las dos fases de las llamadas enfermedades: La primera, la fase activa, en la que el cuerpo está «frío», con estrés simpaticotónico... Y la segunda, cuando el conflicto biológico se

soluciona, fase caliente, de vagotonía, en la que el cuerpo se va recuperando y regenerando. Esta fase, antes considerada como la «de estar enfermo», es la fase de solución, en la cual se está regenerando el organismo. La tercera es la ley ontegénetica de los tumores y equivalentes al cáncer. Resulta complicado explicarla de forma abreviada pero, básicamente, es la que sustenta toda la Nueva Medicina desde el punto de vista de la ontogenia, de la historia de la evolución del ser, su relación con los tres niveles antes mencionados, cómo cada órgano está ligado al relé cerebral correspondiente y cómo se puede apreciar todo el proceso en el cerebro y en el órgano simultáneamente, aunque el psiquismo, lógicamente, no es tan sencillo de observar. La cuarta Ley biológica de la naturaleza es la del sistema ontogénico de los microbios, a partir de la cual cambia totalmente la actual creencia de que los microbios son perjudiciales. Desde luego, para la Nueva Medicina no hay esas categorías de «maligno» o «benigno», son categorías casi morales, más propias del Antiguo Testamento. Esa visión de cánceres y microbios «malignos» no es precisamente biológica. Y, por fin, la quinta Ley es la de la comprensión de que la llamada «enfermedad» no es más que un proceso lleno de sentido que se comprende a través de la evolución del ser, un programa especial que pone en marcha la naturaleza. Esta es realmente la quintaesencia de la Nueva Medicina, la que le da pleno sentido. Esta perspectiva, comprensible y lógica, resitúa nuestra visión de las «enfermedades»; lo que eran simples malestares y estorbos resulta que son esos programas especiales llenos de sentido que nos brinda la madre naturaleza. A través de ellos se nos brinda la oportunidad de poder recuperarnos y compensar los desgastes provocados por ese conflicto biológico, que es distinto del psicológico. Por ejemplo, un conflicto de esa índole es cuando un trozo (en el sentido literal para los animales, en el metafórico para los humanos)... un trozo o un hueso se queda en el intestino y no puede pasar; inmediatamente, el organismo pone en marcha un programa especial y se va originando lo que se llama «cáncer». En ese momento, ese trozo lo que necesita es mucho jugo gástrico para que se pueda digerir y resbale por el intestino. Esto sería la primera parte de este programa especial. En la segunda parte, éste sería caseificado, sería «comido» por las bacterias de la tuberculosis y todo quedaría otra vez como antes. Hasta ahora se pensaba que todo esto era un proceso «maligno», que era algo malo de la naturaleza, y se creía, por ejemplo, que cuando un paciente tenía un cólico intestinal, con una tuberculosis, eso era «maligno»... Pero no hay que tener pánico, ése es el programa especial en

marcha, la naturaleza nos ayuda siempre con estos programas para regenerar cualquier «mal». Si observamos bien, comprendemos y no tenemos pánico, volveremos de nuevo a estar curados y regenerados. Sabemos que entre los animales ese mismo proceso se produce sin problemas, porque sobreviven, espontáneamente, en 80 ó 90% sin terapias. Así podemos entender mejor cómo con nuestras polipragmáticas pseudoterapias se han desencadenado catástrofes sin sentido. Ana Pena: Entonces, ¿Cómo ha de comportarse quien conozca la Nueva Medicina?. Doctor Hamer: Conociendo estas leyes naturales, la Nueva Medicina se esmera, con el paciente, en una orientación para ver qué es lo que ha sucedido, para ayudar a encontrar la solución y facilitar la comprensión y el apoyo en el proceso de curación. Sabemos que, verdaderamente, el 95% de los casos saldrían adelante. En el caso de Olivia, que mencionábamos al principio, si hubiésemos podido disponer de un mes más (en lugar de ingresarla en el Hospital de Viena), este gran riñón que confundieron con un tumor cuando no lo era, se hubiera desinflamado y vuelto a su tamaño normal. Hubiera sido caseificado por la tuberculosis, porque ella sudaba todas las noches y tenía un poco de fiebre, pero se encontraba bastante bien, comía bien, descansaba correctamente... Dos días después del libre regreso de la niña y sus padres a Australia, después de que firmasen el acuerdo escrito en el que el Estado austriaco les aseguraba que no iban a hacer nada a Olivia que sus padres no quisieran, pues, a pesar de eso, cuando 2 días después de llegar se la llevaron a revisión los oncólogos, hicieron un informe afirmando que no había prisa ni urgencia en someter a la niña a tratamiento intensivo. Ana Pena: Después de tantos años ¿Continúa Ud. insistiendo en que conozcan y comprueben sus descubrimientos? Doctor Hamer: Estoy convencido de que, con el tiempo, la mayoría de las personas que ahora están contra la Nueva Medicina dirán que «no lo sabían, no se habían enterado bien...», sobre todo los médicos. Pero entretanto está muriendo mucha gente innecesariamente. Y lo que convierte esas muertes en un crimen es que se sabe lo que se hace. Mis adversarios saben perfectamente que es verdadero lo que se ha descubierto. Para acabar con esta situación y hacer una prueba abierta, estoy preparado y dispuesto cada día. Me duele que fallezcan tantas personas cuando ese sufrimiento se podría evitar.

Fuentes: Los Focos de Hamer por el Dr. Harry Watt, Munich. Artículo publicado en el nº 36, octubre-noviembre 1988, de la revista científica raum&zeit, die neuen dimension der Wissenschaft (Espacio & Tiempo, la nueva dimensión de la ciencia). Ediciones Ehlers-Verlag GmbH, Poazlagasteig 5, 8157 Dietramszell. Redacción: Hohenzollernstr. 60 800 Munich 40. Sin duda no es fácil descubrir qué es lo que el doctor Ryke Geerd Hamer ha encontrado en el transcurso de esta última década, a saber: una manera de considerar al hombre en su existencia biológica y psíquica, que permite comprender la naturaleza de los tumores, y clasificar no ya únicamente a los tumores malignos, sino también a innumerables y variadas afecciones que hasta ahora nos veíamos obligados a aceptar como una fatalidad generalmente inexplicable, y en cuyo misterio se intentaba penetrar estableciendo relaciones de causa y efecto con los supuestos factores de riesgo. Sin embargo, el hecho de que lo fundamentado y la precisión de su enfoque hayan sido verificados y confirmados millares de veces y, sobre todo, que este descubrimiento permita una terapéutica eficaz, con curación en un 97% de los casos, hace de todo punto inexplicable que, a pesar de las posibilidades de verificación hasta en sus menores detalles, los responsables de la medicina y la salud hasta ahora hayan rechazado en bloque e ignorado sistemáticamente todo el asunto. O mejor dicho, lo hayan condenado al silencio, imponiendo un hermetismo total para evitar su difusión en la práctica y la enseñanza médica. Para comprender esta paradoja es preciso haber vivido muy de cerca nuestro escenario médico, nuestra justicia, y nuestra sociedad, movidos todos ellos (sobre todo en sus cimas más altas) por el afán de beneficio. Renunciar a la materia muerta, a los citostáticos, a las radiaciones y al bisturí, a los marcadores tumorales, a los receptores, a las muestras, a los edificios esterilizados, a la medicina nuclear, en pocas palabras, apartarse de los grandes centros e instalaciones de exterminación de tumores y de pacientes conduciría a una quiebra, si no total por lo menos parcial, de ramas enteras de la industria (Y no serían tan solo las industrias farmacéutica y médica las que correrían esta suerte...). (La medicina contemporánea está unida por un hilo conductor a la medicina de los campos de concentración, cita un renombrado analista). Sin embargo, y a nivel global, todo esto sería positivo. Muchos procesos de elevado coste y erróneos, (según Hamer) serían entonces innecesarios. Quien tenga dudas sólo tiene que solicitar a una pequeña editorial de Colonia (Amici di Dirk Verlagsgesellschaft) la documentación, e inhalar la información a disposición de todos, sin preocuparse en exceso por las pruebas: porque todo lo que se dice es verificable, y la prueba ha sido aportada infinidad de veces. Para reproducir la demostración se precisa una mañana, un escáner y... pacientes.

Y pasan cosas... Todo esto, debemos reconocerlo, parece bastante misterioso. A mí también me pareció misterioso cuando, nueve meses después del período de interinidad y del inevitable examen para la obtención del diploma de Estado, una paciente puso ante mis narices un libro en cartón amarillo, titulado «Fundamento de una Nueva Medicina - Tomo I: El sistema ontogenético de los tumores, cánceres, leucemia, psicosis, epilepsia.» También me pareció misterioso cuando, pocas semanas más tarde, ingenuamente y sin complejos, me presenté en la casa del Dr. Hamer en Sülzburstrasse, Colonia (tuvo la gentileza cuando le llamé por teléfono, de recibirme inmediatamente, y me costaba un poco seguirle, a pesar de que lo conseguí bastante bien). Vi el pequeño despacho de trabajo, en un desorden aceptable (pero en el que todo era localizable), y el parabrisas con dos agujeros de bala colgado en un rincón (recibió estos obsequios al recoger de la imprenta los primeros ejemplares de su libro). Los despachos de la casa editorial, instalados en unas estancias laterales, y libros apilados a lo largo del estrecho pasillo. Y luego, un grueso dosier de más de 10 centímetros de grosor, repleto de órdenes, informes de investigaciones y procedimientos interpuestos contra él. No hay duda, aquí pasan cosas... Y luego, la impresión de que le costaba mucho interrumpir la conversación, tanto cuando tuve que apresurarme a marchar para acudir a otra cita, como a la mañana siguiente, cuando le telefoneé para darle las gracias por haberme recibido la víspera así como por el libro que me había regalado, y para excusarme por haber tenido que dejarle de una forma tan poco orgánica, con sus inmensos deseos, tan comprensibles, de comunicarse. De todas maneras se le veía con estrés, aparentemente sin ser consciente de ello, ya que a pesar de todo se mantenía sereno y combativo. Debe ser, me decía yo, que está ya tan acostumbrado... Pero el colmo de lo insólito es que se haya retirado a este médico el permiso para ejercer la medicina. Con ocasión de su tesis de agregación, quiso publicar sus descubrimientos, reservando sin embargo la primicia para la facultad de Medicina. Sólo abjurando, retractándose públicamente, hubiera obtenido de nuevo la autorización para ejercer. Y no lo hizo. Trabajo médico a ciegas, humillado. Poco después de obtener el doctorado en medicina, al finalizar los estudios que me habían dado una cierta base pero que me dejaban desamparado ante una aglomeración inextricable, no sistemática, de hechos y contenidos aparentemente desprovistos de toda relación unos con otros, luego de un examen que hasta hoy no he logrado comprender, que era sólo charla aparentemente una comedia-, me había retirado del trabajo clínico con mal sabor de boca, casi, por así decir, por instinto, simplemente porque no podía soportarlo. Y he aquí que ahora se me ofrecía esto.

Según un dicho, la fortuna viene cuando duermes. Para asumir responsabilidades es necesario saber retractarse. Es justamente ese saber retractarse lo que, por desgracia, les falla a la mayoría de colegas, doctores y profesores, para poder dar el acuerdo o examinar con imparcialidad y completa neutralidad aquello con lo que se puede dotar a nuestra facultad. La ineptitud en reconocer su ignorancia y sus errores (que en sí mismos no son un deshonor), conduce sin transición al crimen consistente en practicar desvergonzadamente y sin sutileza errores mortales, a partir de aquí superficiales en todos los grados hasta llegar hasta al Ministerio Federal de la Salud (Ver acerca de este tema las «Cartas para una Nueva Medicina», que difunde la casa editora anteriormente mencionada). Tras la lectura y la visita, hubiera preferido, de haber podido hacerlo, transferir inmediatamente mi permiso para ejercer a este médico, que hubiera sabido servirse mejor de él que yo mismo... Todo está relacionado. Los seguimientos, de los que el Doctor Hamer me mostró las pruebas contenidas en su dosier, y los descubrimientos capitales en el campo médico, se iniciaron simultáneamente el 18 de agosto de 1978 ante la pequeña isla de Cavallo, a lo largo de Córcega, cuando su hijo Dirk fue mortalmente alcanzado mientras dormía por el tiro de fusil de un príncipe italiano. El Doctor Hamer escribe especialmente en la dedicatoria de su libro: A causa de su muerte yo mismo caí poco después enfermo, presentando un S.D.H. (un Síndrome Dirk Hamer), un conflicto de pérdida con cáncer testicular. Esta coincidencia asombrosa entre un choque conflictual y dramático y mi propio cáncer me llevaron a descubrir la Ley de Hierro del Cáncer. Vigilancia total. Dirk Hamer murió el 7 de diciembre de 1978 en Heidelberg como resultado de su herida de bala. Sin embargo, el contencioso legal no siguió su curso habitual, a saber que se le pidan explicaciones al asesino a quien se abre el proceso sino que, cosa curiosa, y que causó la indignación del Doctor Hamer, lo que sucedió fue exactamente lo contrario. De repente, y como el asesino era un personaje tan representativo como protegido, la bala salió rebotada, y por haberse atrevido a formular una acusación tan monstruosa contra este asesino, fue el padre de la víctima quién hasta hoy mismo, es objeto de persecuciones penales, consta en la lista de búsquedas internacionales y está sometido a una vigilancia total. Publicado en noviembre de 1987, el libro que he mencionado anteriormente corresponde a un estadio relativamente reciente de las investigaciones científicas del Doctor Hamer. Algunos años antes había publicado la obra titulada «El cáncer, enfermedad del alma». El resultado de estas investigaciones pone a prueba a cualquier médico que se haya aplicado con sabiduría al estudio de la medicina académica. Cuando, por ejemplo, se dice que todo cáncer es desencadenado por un choque psíquico brutal, un conflicto agudo y dramático, vivido en soledad, que el dogma de la siembra hematógena es completamente inexacto, que el infarto de miocardio corresponde a un fenómeno de involución de la disfunción

cerebral propiamente dicha e indica, por lo tanto, una mejoría sobrevenida en el curso de una enfermedad, como por ejemplo, en la leucemia, que para el Doctor Hamer es expresión de curación y, como tal, inofensiva, cuando el lector formado en medicina académica se encuentra así confrontado con cosas absolutamente increíbles que, a primera vista, parecen incomprensibles, sólo una lectura exhaustiva y sin prejuicios es capaz de disipar la confusión inicial. Ciertamente, embarcarse en esta aventura puede salir caro, pero eso no significa nada en comparación con el enriquecimiento y la revelación de las relaciones de causa y efecto que el Doctor Hamer pone en evidencia. Más bien todo esto es una liberación para los pacientes, que van a verse libres de la fatalidad, del carácter pretendidamente ineluctable de su destino. En tanto que los estudios de medicina clínica me dieron la impresión de páginas de libros arrancadas de mi vida, sin corresponderse con nada vivo o natural, y cuyos contenidos hacían pensar en esculturas confusas y raras colocadas en el paisaje del mundo, la medicina adquiría aquí de repente una forma equilibrada y coherente, a no confundir sin embargo con la pretensión de ser exhaustiva. Las premisas permiten sacar conclusiones lógicas entre la historia de la evolución del hombre, del cerebro, de los órganos y de los mecanismos comportamentales biológicos que corresponden a estas estructuras. Es así como la reacción a un conflicto biológico se corresponde exactamente con la alteración funcional de un área cerebral específica, y sincrónicamente, en el arranque de un cáncer en el correspondiente órgano. El encadenamiento acontecimiento psíquico-cerebral-órganico debe ser aquí concebido como un suceso absolutamente simultáneo en los diferentes niveles. Transformaciones en el cerebro. Las modificaciones acontecidas en las áreas cerebrales son denominadas con el término Focos de Hamer, y son observables en el cerebro. Durante la fase activa del conflicto se observa un estado vasoespástico que, una vez resuelto el conflicto, deja lugar a un edema intra o perifocal. Llegado el caso éste puede representar un peligro mortal (cuando se da, por ejemplo, en el tronco cerebral). Sin embargo, y por sí mismo, este edema que la medicina académica interpreta erróneamente como una metástasis cerebral anuncia únicamente la fase de curación. Es el código erróneo que emite el área cerebral afectada durante la fase vasoespástica lo que induce a la proliferación tumoral en el órgano-diana. Este crecimiento se produce tan solo durante la fase vaso-espástica de la actividad conflictual. Una vez esta fase ha concluido, es decir, cuando el conflicto ha quedado resuelto, la proliferación se interrumpe y, en función de los tipos específicos de tejidos histológicos, se produce un enquistamiento, una restitución cicatricial o una reducción bacteriana. La rigurosa correlación existente entre perturbación de la esfera comportamental, la función cerebral (Focos de Hamer) y la enfermedad

orgánica, concuerda precisamente con el origen embrionario de los órganos, o más concretamente, con los componentes orgánicos por un lado, y por otro con las partes del cerebro que se han ido desarrollando sucesivamente en las diferentes etapas de la evolución. Es así como los Focos de Hamer, que se corresponden con los tumores malignos de los tejidos de origen endodérmico, se localizan en el tronco cerebral, en tanto que los de los tejidos de origen mesodérmico se localizan, bien en el cerebelo, bien en la médula cerebral, y los casos que se producen en los tejidos de origen ectodérmico se encuentran localizados en el córtex cerebral. La terapéutica exige un exacto conocimiento de estos procesos. Intuición de los estados de dependencia psíquica del paciente y un máximo de experiencia y de manejo, de tacto, en el dominio de las complicaciones y situaciones de crisis relacionadas con la fase de curación consecutiva a la conflictolisis. Sobre el plano orgánico, la fase de curación comporta -a imitación de la fase de crecimiento tumoral-, diferencias características según que el tejido dependa de una u otra de las tres capas embrionarias. La Ley de Hierro del Cáncer. Para mayor claridad, citemos textualmente el libro: «La Ley de Hierro del Cáncer es una ley biológica, empírica, que se basa en la experiencia y en la observación. Ha sido verificada sin excepción en los casi 10.000 casos que he examinado hasta ahora. Se trata de un sistema superdeterminado de tres funciones correlativas, de manera que conociendo una de ellas se está en disposición de deducir las otras dos». En un principio, la Ley de Hierro del Cáncer se enunciaba así: •





Primer criterio: toda enfermedad cancerosa se inicia con un S.D.H. (Síndrome Dirk Hamer), es decir, un choque conflictual, extremadamente brutal, agudo y dramático, vivido en soledad. Segundo criterio: en el instante en que se produce el Síndrome Dirk Hamer, es el tipo de conflicto lo que determina la localización del cáncer en el órgano. Tercer criterio: a partir del Síndrome Dirk Hamer, se produce una correlación exacta entre la evolución del conflicto y la evolución del cáncer en el órgano.

Actualmente, la Ley de Hierro del Cáncer se enuncia como sigue: •



Primer criterio: toda enfermedad de cáncer se inicia con un S.D.H. (Síndrome Dirk Hamer), es decir, con un choque conflictual extremadamente brutal, dramático y vivido en soledad que, en el momento en que se produce el Síndrome Dirk Hamer provoca en el cerebro un Foco de Hamer, y también en ese mismo instante, el arranque de un cáncer en el órgano. Segundo criterio: en el momento en que se produce el Síndrome Dirk Hamer, el tipo de conflicto determina a la vez la localización cerebral del foco de Hamer y la localización del tumor canceroso en el órgano.



Tercer criterio: a partir del Síndrome Dirk Hamer, existe una correlación entre la evolución del conflicto, la modificación del Foco de Hamer en el cerebro y la modificación del tumor canceroso en el órgano.

El Sistema Ontogenético de los Tumores es un sistema global y lógico. Naturalmente, se desprende como consecuencia de la Ley de Hierro del Cáncer y del descubrimiento del Foco de Hamer en el cerebro. Pero este sistema ontogenético de la medicina, y en particular de los tumores, reviste para la medicina una importancia comparable a la de la tabla periódica de los elementos para las ciencias físicas y naturales. ¡Pone de relieve las correlaciones existentes en el interior de toda la medicina! El Sistema Ontogenético de los Tumores. El Sistema Ontogenético de los Tumores se anuncia así: Primero: A las tres capas embrionarias les corresponden tipos específicos de tejidos histológicos parecidos, si no idénticos. Sin embargo, la capa embrionaria media o mesodermo, se subdivide en un mesodermo antiguo (o mesodermo cerebeloso), y un mesodermo nuevo (o mesodermo cerebral). El mesodermo cerebeloso tiene un comportamiento análogo al del endodermo del tronco cerebral, en tanto que el mesodermo del cerebro se comporta como el ectodermo cerebral. Segundo: Cuando un Síndrome Dirk Hamer provoca un Foco de Hamer, las esferas orgánicas correspondientes a este foco de Hamer presentan una reacción específica, en función de la capa embrionaria de la que se derivan: Foco de Hamer en el Tronco cerebral. Carcinoma adenomatoso (tumor: proliferación de tejido). Foco de Hamer en el Cerebelo. Carcinoma compacto (tumor: proliferación de tejido). Mesodermo Foco de Hamer en la Médula cerebral. Carcinoma necrótico (tumor: desaparición de tejido). Foco de Hamer en el Cerebro. Ectodermo Carcinoma ulcerativo epitelial (tumor: desaparición de tejido). Endodermo

Tercero: La fase de curación consecutiva a la solución del conflicto difiere mucho según sea la capa embrionaria.: •



Endodermo: se detiene el crecimiento celular, se produce un enquistamiento o una reducción bacteriana, por ejemplo, por medio de los bacilos de la tuberculosis. Mesodermo: 1. Mesodermo cerebeloso: se detiene el crecimiento, se produce un enquistamiento o reducción bacteriana tal como en el endodermo. Por ejemplo, en el carcinoma mamario.

2. Mesodermo cerebral: se produce una restitución, con tumefacción y crecimiento abundante como en un sarcoma o, tras una osteolisis, un exuberante callo como el osteosarcoma. La proliferación abundante es absolutamente inofensiva y cesa espontáneamente al final de la fase normal de curación. •

Ectodermo: tendencia a la expulsión de la necrosis ulcerosa con restitución o restitución cicatricial.

Los conflictos psíquicos como inductores. Hace milenios que la humanidad experimenta, más o menos conscientemente, que en último extremo todas las enfermedades tienen un origen psíquico. Esto se ha convertido en un conocimiento científico, sólidamente anclado en el patrimonio de los conocimientos universales (tan solo la medicina moderna convierte a nuestros seres, antaño amados, en un saco repleto de fórmulas químicas). Ni que decir tiene que lo mismo sucede con las enfermedades tumorales malignas: era, hasta ahora, algo evidente para cualquiera más o menos consciente de una realidad espiritual. Pero nadie había llegado siquiera a suponer, y menos aún a revelar con pruebas fehacientes, de forma tan precisa y detallada, las relaciones existentes de causa y efecto. Lo específico de estas enfermedades es lo que de característico existe en este tema en el suceso psíquico. El aspecto ontogenético nos da la clave. El tema del conflicto, determinante de la dirección general y de la orientación, define exactamente la localización del proceso psíquico concomitante, a saber, no en función de la situación objetiva del conflicto sino según la forma en que el interesado lo resiente subjetivamente. El tronco cerebral, cuyo dominio es el control del equilibrio homeostático interior del organismo, presenta lógicamente Focos de Hamer, y crea tumores endodérmicos cuando se producen conflictos profundamente viscerales, tales como el conflicto de la comida, el conflicto del miedo a la muerte y los conflictos de miedo visceral. En lo que respecta al cerebelo, su perfeccionamiento corresponde, a nivel filogenético, al paso del medio acuático a la tierra firme. Se localizan en él Focos de Hamer, y tumores de tejidos y membranas mesodérmicas (melanomas, cáncer de seno, mesoteliomas de la pleura, del pericardio, del peritoneo), así como motivadores de conflicto relacionados con el medio inmediato y su delimitación (daño a la integridad física y moral, deshonra, conflictos sexuales interiorizados, conflictos familiares, y conflictos de nido). Por el contrario, la médula ósea, gracias a la cual el organismo se abre por entero al exterior, está relacionada por un lado con todos los tejidos de origen ectodérmico y las partes del organismo ectodérmicas: el epitelio pavimentoso de la piel exterior, de la mucosa bucal, de la rinofaringe, de la laringe, de los bronquios, de la parte del esófago, la pequeña curvatura del estómago, el píloro, el bulbo duodenal, los islotes del páncreas, el epitelio de las vías biliares, la vejiga, la pelvis renal, la vagina, el cuello y el orificio del útero, el recto, la mucosa ectodérmica de las coronarias (¡el interior de los vasos

branquiales está compuesta de epitelio pavimentoso!); y por otro lado, el ectodermo propio del Sistema Nervioso Central, compuesto de neuronas centrales y periféricas, células ganglionales, neuroglías y epitelio sensorial de los ojos, de la nariz y de las orejas, además de la neurohipófisis. Es de remarcar que las células que no se dividen manifiestan alteraciones, pero no proliferación con formación tumoral. En su origen, existen conflictos resultantes de la inmediata confrontación y del contacto con el mundo exterior: el conflicto territorial, el conflicto de demarcación de territorio, la rivalidad territorial, el desamparo moral, el terror, el miedo, el pánico, el disgusto, la fetidez, la resistencia. Es precisamente este tema territorial y la cuestión de la integridad del territorio los que especifican la referencia individual al mundo exterior. Se comprende mejor aquí lo que se entiende por conflicto biológico: disputas que nos afectan por nuestra propia naturaleza, y no ya situaciones conflictuales en el sentido del concepto psicoanalítico, que describe los fenómenos de otra manera. Las esferas comportamentales fijadas biológica, genética y filogenéticamente, con sus modelos específicos, constituyen aquí el fundamento, el entarimado sobre el que se desarrolla el conflicto y, en caso favorable, se resuelve. No todos los conflictos son generadores de cáncer. En el estado de la actividad conflictual, la simpaticotonía es netamente preponderante, y se acompaña de pérdida de peso. Una vez que el conflicto se ha resuelto o se ha suprimido esta fase de estrés, aparece una inervación de reposo con parasimpaticotonía, o vagotonía pronunciada, laxitud, recuperación del peso, programación de débil circulación sanguínea. Es preciso destacar aquí que no todo conflicto es generador de cáncer, si no, no quedaría ya nadie con vida. Para que se produzca un cáncer es necesario que se produzca un choque conflictivo fulminante, masivo, que no pueda ser resuelto o integrado. Cuando se confronta a un paciente con un diagnóstico de cáncer, disparado por su médico, la amenaza que inmediatamente resiente el paciente puede ser canalizada de diferentes maneras. O bien, bajo el dominio de un conflicto de miedo a la muerte, desarrolla un cáncer alveolar en los pulmones (endodérmico), o, tomando repentina conciencia de la precariedad de su condición mortal que le condena a ser definitivamente desechado, hace una desvalorización masiva con reacción cancerígena (mesodérmica) en los huesos, que se manifiesta por osteolisis, a la que erróneamente se tomará por metástasis ósea. Otro punto a tener en cuenta es que se encuentran Focos de Hamer en el origen de las psicosis: en las esquizofrenias. Siempre existen dos focos localizados en los dos diferentes hemisferios y correspondientes a dos conflictos distintos en activo. La terapéutica.

En la terapéutica del cáncer, el Doctor Hamer distingue tres niveles: 1. En el plano psíquico, una terapéutica inspirada en el sentido común. Se observará en principio que el paciente sufre con un conflicto del que hasta entonces no ha podido hablar. Algunos conflictos vienen determinados por el entorno, por lo que sería necesario empezar tratando el ambiente o como mínimo, los más allegados, cosa a menudo imposible. En fin, lo que resulta determinante es lo que produce el conflicto, importando poco que, visto de forma objetiva, nos parezca grave o insignificante. Desde el momento en que para el paciente reviste capital importancia, es esencial que se lo tenga en cuenta, de donde vemos la necesidad de comprender a fondo el punto de vista subjetivo del paciente. En efecto, desvelar el conflicto es el punto crucial de la terapéutica, ¡para esto no existen esquemas, modelos o planos preconcebidos! 2. A nivel cerebral, conviene seguir atentamente la evolución, y poner a punto una terapéutica de las complicaciones cerebrales. Los edemas cerebrales consecutivos a la conflictolisis pueden ocasionar serias complicaciones. Sin embargo, éstas pueden ser controladas con la cortisona, etc., aun a riesgo de prolongar la fase de curación. Por ejemplo, si enfocamos evitar una tumefacción amenazadora que puede producir consecuencias graves, es indispensable efectuar un escáner cerebral que informe acerca de la evolución general de la enfermedad. Es especialmente recomendable efectuar un escáner cerebral como punto de partida, que irá sirviendo luego como base de comparación, y permitirá eventualmente descubrir nuevos focos posteriores. 3. A nivel orgánico, la terapéutica de complicaciones orgánicas trata únicamente las secuelas producidas por cánceres desactivados, es decir, inofensivos, que puedan ocasionar molestias mecánicas (pequeña cirugía), o bien, remedia complicaciones aparecidas durante la fase de curación. Por ejemplo, el drenaje de la ascitis o del líquido del pericardio. En cuanto a la curación del cáncer, es totalmente inútil ponerse a recortar o a eliminar órganos. La moderna falta de instinto. La duda puede hacernos plantearnos la siguiente pregunta: Si los choques conflictuales (Síndrome Dirk Hamer) desencadenan tales enfermedades, ¿por qué no alcanzan a todos de la misma forma, ni trastocan en igual grado?. Respuesta: Todos tenemos capacidad para aguantar una fuerte dosis de conflictos sin por ello caer enfermos, a condición de que dispongamos del suficiente tiempo para prepararnos con antelación. Es el fogonazo repentino el que nos hiela de espanto y nos paraliza, es el Síndrome Dirk Hamer lo que desencadena el proceso. Lo que tiene de determinante es la absoluta imposibilidad de integrar este choque conflictual. Los fenómenos que se desarrollan en las profundidades del subconsciente, los estados del alma y eventualmente, las enfermedades, vienen a recordarnos nuestra naturaleza cuando la disonancia llega a convertirse en insoportable. El terreno sobre el cual se siembran tales choques conflictivos biológicos se

desarrolla paralelamente a la síntesis de la vida. El instinto, que de forma ordinaria debe guiarnos hasta los límites de lo aceptable, ha debido sumergirse por debajo del nivel de percepción, cuando los inestimables descubrimientos del Doctor Hamer, en lugar de ser acogidos con entusiasmo, son recibidos con la prohibición de ejercer la medicina, y se despliegan esfuerzos inimaginables a fin de mantenerlos en el hermetismo. No en todas partes, eso es cierto. En el Estado francés, en América y a la chitacallando también en nuestro país, este nuevo sistema se aplica ya con éxito por parte de un cierto número de colegas. Siguen las persecuciones contra el doctor Hamer. Durante este tiempo, el autor de estos descubrimientos, sin autorización para ejercer y con una discreción prudente, está obligado a defenderse contra las tentativas de los tribunales de hacerle internar a la fuerza en un manicomio, lo que le exige estar implicado en un procedimiento penal. Sin delito cometido que justifique esta estratagema, se inventa sin empacho uno hecho a medida -el fin justifica los medios-, y es así como se convoca al interesado a comparecer ante la cámara correccional del tribunal de gran instancia de Coblenza, en el primer piso del Palacio de Justicia, calle Karmelinstrasse 14, sala 105, el 21 de julio de 1988, a las 14 horas. Por lo que sé, ésa es la última citación. A pesar de que a esta reunión fue invitado un cierto experto, el profesor Horn, director del hospital psiquiátrico regional, 5470 Andernach, el ingreso a la fuerza en el psiquiátrico fracasa. Pero la cacería a caballo prosigue. Ante esta situación llevada al límite del absurdo (y que en nuestros días no es la única), deberemos sin duda esperar largo tiempo antes de que nuestros pacientes puedan tener acceso normal y regular a un tratamiento de este tipo. ¡Cuántos monumentos no se han erigido con considerable retraso!. Conclusión. En resumen, se puede decir que este sistema lógico y coherente permite, con medios relativamente modestos, curar con eficacia a enfermos que hasta ahora sucumbían a su mal, o debían seguir viviendo en condiciones deplorables y presas del pánico. Considera al hombre en su totalidad y no ya -como dice el doctor Hamer- bajo la forma de un conglomerado de células independientes, llevando una vida propia y portándose bien casi que por casualidad en un caso propicio, y singularizándose igualmente al azar cuando van mal. Se ha puesto en evidencia la coherencia, la unidad de los planos psico-cerebral-orgánico, y ello descompone y desquicia por completo al conjunto de la medicina científica vigente hasta ahora. Más le valdrá que empiece cuanto antes a mostrarse dispuesta a dejarse sacar de quicio... En cualquier caso va a producirse con todo ello una desmitificación, una revelación, en la que se verá si se apuesta por el bienestar de los pacientes, o por el disfrute de las ventajas derivadas de una situación fantasmal, que funciona únicamente porque la gente cree en ella. Donde el parasitismo de una corporación debatida más que nunca ha hecho su agosto, podemos esperar ver levantarse las mayores barricadas, y formarse las mayores resistencias a la Nueva Medicina del doctor Hamer. Es además una situación clásica.

Simplemente, cada vez que en el transcurso de la Historia se ha producido una situación parecida, la sorpresa de los contemporáneos y las controversias suscitadas han sido análogas y se han producido efectos similares. Los puntos de vista y las concepciones, enlazados en espiga y orquestados sin la menor verificación, como las tesis a la moda que han invadido el escenario del cáncer durante las últimas décadas, corresponden más a una infatuación pasajera de la época que a una realidad insoslayable. El presente es tan solo una hipótesis que no se ha superado (Robert Musil). Como consecuencia, el doctor Ryke Geerd Hamer ha saltado muy por encima de la sombra de su tiempo. Es un desafío a la esencia humana de los médicos actuales. El obstáculo que les toca franquear exige por su parte un esfuerzo intelectual y espiritual a la vez RYKE

GEERD

HAMER

El Dr. Ryke Geerd Hamer nació en Frisia (Alemania) en 1935, en el seno de una familia de pastores protestantes. A los 18 años, tras finalizar el bachillerato, inicia estudios de medicina y de teología en la Universidad de Tübingen, donde conoce a una estudiante de medicina que acabará por convertirse en su esposa, Sigrid Oldenburg. Con 20 años aprueba el examen preliminar de medicina y un año después contrae matrimonio en Erlangen, donde aprueba su licenciatura en teología. En 1959, con 24 años Ryke Geerd Hamer aprueba el examen estatal de medicina de Marbourg. Paralelamente a sus estudios de medicina estudió doce semestres de la carrera de física, si bien no llegó a efectuar el examen, y es licenciado en Ciencias Médicas, en las especialidades de Psiquiatría y Pediatría. En 1961, obtiene el grado de Doctor en Medicina, trabajando durante varios años en clínicas universitarias de Tübingen y de Heidelberg, donde ejerce también la docencia. En 1972 el Dr. Hamer se especializa en medicina interna, y ejerce también en compañía de su esposa, la Dra. Sigrid Hamer, realizando investigaciones sobre la «angiometría de los tumores cerebrales» Ha obtenido el diploma de especialista en enfermedades internas del Hospital Universitario Alemán, y también el diploma de radiólogo. Tiene además, desde siempre, un hobby singular: patentar inventos. Por ejemplo, dentro del marco de la cirugía plástica, el escalpelo eléctrico Hamer, que permite operar de forma atraumática, cortando casi 20 veces más finamente que un bisturí, y una sierra especial para las intervenciones ósea. Tiene además patentados una couchette para masaje que se adapta automáticamente al contorno del cuerpo y un aparato que permite el diagnóstico serológico transcutáneo. El Dr. Hamer recibió durante largos años el respeto y la admiración de sus colegas, y la estima de sus numerosos pacientes. Su carrera profesional e investigaciones -clásicas y ortodoxas-, reforzaban día a día su posición de reputado especialista.

A las 3 de la madrugada del 18 de agosto de 1978, ante el pueblo de Cavallo (Córcega) y en el transcurso de una fiesta celebrada en una nave, un aristócrata italiano, el príncipe Alberto de Saboya, dispara, sin motivos ni causas aparentes, contra una persona desconocida que dormía en la cubierta de un barco cercano. Esa persona era Dirk Hamer, de 19 años, uno de los hijos del Dr. Hamer. Dirk Hamer fue trasladado todavía con vida a Munich, falleciendo cuatro meses después, el 7 de diciembre de 1978, en Heidelberg. La trágica muerte de su hijo unida a las dificultades de la investigación judicial que se llevó a cabo, y al desarrollo de un complicado proceso posterior, afectan profundamente a la familia Hamer. El Dr. Hamer desarrolla al cabo de cuatro meses un cáncer de testículos, en tanto que su esposa, la Dra. Sigrid Hamer, recae consecutivamente en varias enfermedades cancerosas hasta fallecer, el 12 de abril de 1985, a causa de un infarto agudo de miocardio. A partir de la muerte de su hijo y del desarrollo de los cánceres en él mismo y en su esposa, el Dr. Hamer inicia su investigación y emite la hipótesis de que tanto su cáncer como el de su mujer pueden estar relacionados con el brutal conflicto que vivieron en el más completo aislamiento, y que él percibió como el acontecimiento más grave que le había ocurrido. Sus estudios e investigaciones le llevaron a formular lo que él ha denominado la Ley de Hierro del Cáncer, piedra angular alrededor de la cual se articula toda la Nueva Medicina. En octubre de 1981 presenta la tesis sobre su descubrimiento en la facultad alemana de Tübingen, y el tribunal médico le coloca ante la alternativa de abjurar de su tesis o abandonar inmediatamente su trabajo clínico en la facultad. En mayo de 1982 la Universidad de Tübingen le devuelve sus documentos de trabajo sobre las correlaciones entre psiquismo y cáncer, sin haber efectuado ninguna verificación. En 1986 la dirección del distrito de Koblenza entabla un proceso para condenar al Dr. Hamer y prohibirle el ejercicio de la medicina por, textualmente, «no querer abjurar de la Ley de Hierro del Cáncer y no asumir las tesis convencionales sobre el cáncer» Desde 1986 el Dr. Hamer no puede ejercer el derecho de atender un enfermo. El veredicto queda confirmado en sesión única en 1990. Se prohíbe cualquier proceso de revisión, y se declara al Dr. Hamer como no poseedor de las facultades de control de sí mismo, declarándosele incompetente para juzgar las necesidades de tratamientos contra el cáncer. En 1986 un tribunal condena a la Universidad de Tübingen a reabrir el proceso de inhabilitación. Silencio hasta 1994. El 3 de enero de 1994, se pronuncia la ejecución del veredicto, ¡acontecimiento único en la historia de la universidad!. Ni siquiera con un retraso de 13 años es posible que esta universidad verifique la Nueva Medicina. El 22 de abril de 1994 declara que: «no está prevista la

verificación en el marco del proceso de habilitación» El 21 de julio de 1988, el tribunal de primera instancia de Koblenza cita al Dr. Hamer a comparecer ante la cámara correccional del tribunal, para someterle al examen del profesor Horn, director del hospital psiquiátrico regional. El intento de internarlo a la fuerza en una institución psiquiátrica fracasa. · El 9 de diciembre de 1988, el profesor titular de la cátedra de cancerología de la Universidad de Viena, Dr. Jórg Birkmayer, efectúa la verificación de su ley, siguiéndole verificaciones posteriores realizadas por equipos médicos de Munich, Chambéry, Austria... · El 24 de junio de 1992 se realiza la verificación oficial por la Facultad de Medicina de Dusseldorf, firmada por el profesor Dr. E. A. Stemmann. Los intentos de desprestigio y desacreditación del Dr. Hamer y de sus descubrimientos, (expuestos como Nueva Medicina), han sido constantes desde esa fecha. Sin embargo, el 21 de mayo de 1997 el Dr. Hamer fue arrestado. Tras pasar un día en el calabozo, la juez Nagel, en Colonia (Alemania) decidió su encarcelación basándose en tres puntos: 1. haber infringido la ley de práctica médica. 2. no atenerse a razones (¿debe abjurar de sus convicciones para que le dejen libre?). 3. que existía el temor fundado de que se «fugase» al Estado español. Según resolución judicial, el Dr. Hamer «podía ser visitado en prisión media hora dos veces al mes, previa solicitud, y a ser posible, en grupo» Medidas inconcebibles ya que se le trata como a un peligroso criminal... Los descubrimientos del Dr. Hamer están expuestos brevemente en algunos de los artículos que siguen. La verificación -o refutación- de sus tesis y supuestos queda en manos de los científicos y médicos competentes. A pesar de ello, la prensa y medios de comunicación en general no han escatimado los epítetos insultantes en relación con el Dr. Hamer, y el COMB (Colegio Oficial de Médicos de Barcelona), que tiene abierto expediente a los «seguidores» del «método» Hamer, porque «las teorías del doctor Hamer no han estado nunca sometidas a los debates y a las pruebas a las que se someten las hipótesis, los presuntos descubrimientos y las nuevas propuestas terapéuticas que realiza la comunidad científica» (Diario Médico, 19 de septiembre de 1995), no ha hecho mucho más que sumarse a las voces de descrédito, sin querer afrontar el reto de «someter al debate» y a la verificación las tesis expuestas en la Nueva Medicina por el Dr. Hamer. Si ellos no lo hacen ¿quién se supone que debe hacerlo?. O es que, tal como los cancerosos pintaron en 1956, en los muros del Hospital de Villejuif de París: «Del cáncer vive mucha más gente de los que morimos» REFLEXIONES SOBRE LA NUEVA MEDICINA

Entrevista realizada al Dr.Ryke Geerd HAMER

Pregunta: Dr. Hamer, ¿cómo ha llegado a interesarse por el cáncer y cuáles

son las relaciones de causalidad entre el alma y las enfermedades? Respuesta: No me ocupé especialmente de ello hasta 1978. Era especialista en medicina interna. Hasta entonces había trabajado durante quince años en clínicas universitarias. Durante cinco años entrené a estudiantes, siendo un internista normal con algunos años de práctica médica hasta ese momento. Después ocurrió algo terrible. Un individuo enfurecido y fuera de sí disparó sin la menor razón sobre mi hijo Dirk que dormía en la cubierta de un barco. Fue un choque imprevisto que me cogió absolutamente desprevenido, que me hizo sentirme impotente y que no pude asimilar. En la vida cotidiana, los conflictos y problemas normales no provocan en nosotros un choque tan brutal, puesto que tenemos siempre ocasión de prepararnos para afrontarlos. Por el contrario, los conflictos para los que no estamos preparados y que producen una perturbación psíquica violenta, un schock, a éstos les llamamos conflictos biológicos. Y fue así, como en 1978 caí enfermo por un conflicto biológico. Concretamente por un conflicto de pérdida, desarrollando un cáncer testicular. Hasta entonces nunca había estado seriamente enfermo, por lo que reflexioné y pensé que este cáncer se debía sin ninguno género de dudas a la muerte de mi hijo. Tres años más tarde, en una clínica de oncología ginecológica de la universidad de Munich, donde era Jefe de Servicio de Medicina Interna, tuve la ocasión de investigar en mis pacientes de este Hospital Universitario el mecanismo de desarrollo del cáncer tal y cual como lo sufrí. Descubrí que efectivamente, en todos mis pacientes sin excepción, se había producido un shock y que a partir de éste momento sus manos se volvieron frías con perdida de peso e insomnio. De esta forma se podía seguir el hilo hasta el choque inicial cuando el cáncer habría aparecido. En esta época esta opinión era totalmente contraria a las tesis oficiales de la Medicina Académica y a partir del día en que la expuse ante mis colegas, tuve que elegir entre abandonar de hecho la clínica o abjurar de mis ideas. Pregunta: ¡Cómo en la Edad Media! , Y ¿Cómo reaccionó Ud. ante esta situación? Respuesta: Naturalmente cuando se es teutón no se puede abjurar y más aún en ausencia de argumentos capaces de rebatir mi convicción más intima, así que me despedí. A partir de éste momento sufrí un conflicto biológico, es decir, una desvalorización violenta y brutal. Esto me pareció muy fuerte, encontrando monstruoso ser despedido de la clínica por la única razón de haber realizado un descubrimiento científico nuevo, fundamentado e irrefutable. Jamás hubiera imaginado que esto fuera posible, fue extremadamente dramático, pues justamente hasta el último día llegué a examinar a 200 pacientes, así que la Ley Férrea del Cáncer salió a la luz del día “in extremis”

Pregunta: ¿Podría explicarnos brevemente y en términos sencillos para todos cuales son los criterios esenciales de la Ley Férrea del Cáncer? Respuesta:

Es

una

ley

biológica.

Comprende

tres

criterios

1.- “ Todo cáncer o enfermedad análoga al cáncer comienza por un DHS (Síndrome de Dirk Hammer) consistente en un choque conflictual extremadamente brutal, dramático y vivido en completo aislamiento, produciéndose simultanea o casi simultáneamente a 3 niveles: 1. Psíquico 2. Cerebral 3. Orgánico. Este DHS o Síndrome de Dirk Hammer, lo he llamado así porque fue el shock producido por la muerte de mi hijo Dirk, el que dio origen a mi cáncer de testículo. Este síndrome DHS es la base de toda la Nueva Medicina. Por tanto en cada uno de los casos patológicos, es necesario reconstruir escrupulosamente el DHS con todas sus causas y consecuencias. Debemos tratar de situarnos en el momento específico del shock, ya que es a partir de ahí cuando podemos comprender por qué el problema es un conflicto biológico. Cual fue la razón de tal situación dramática. Porqué el interesado estaba sólo en aquel momento, porqué nadie podía ayudarle y porqué razón produjo un conflicto activo. Es decir, que la persona en cuestión no pudo elegir entre las dos posibilidades que se le presentaban o bien, no podía reaccionar ante el problema. Un buen médico debe poder identificarse, tanto con un niño, con un embrión, con un anciano, una chica o un animal, siendo capaz de trasladarse a la situación de la época del DHS. Esto es para él el único medio de hacer una diferenciación clara entre un problema de los que tenemos a cientos y un conflicto biológico. Pregunta: ¿Pero esta Ley del Cáncer tiene aún dos criterios más, no es verdad? Respuesta: Si, el segundo criterio se enuncia así: 2.- Desde el mismo momento en que se presenta el DHS, el tipo de conflicto determina claramente la localización del Foco de Hamer en el cerebro y la localización en el órgano, ya sea de cáncer o de otra enfermedad análoga. El contenido del conflicto, su esencia, es definido en el instante en que ocurre el DHS y éste contenido se engendra por vía asociativa, es decir, por medio de una coordinación instintiva de ideas, que escapan generalmente al filtro de nuestra razón. Veamos ahora por ejemplo un conflicto típico de agua o líquido Un camión cisterna pierde toda su carga en el

curso de un accidente de circulación o un camión de una cooperativa lechera se vuelca y derrama toda la leche sobre la calzada. Se produce en éste caso una asociación con líquido y por tanto el conflicto biológico formulado mentalmente sería de agua, barro, líquido, correspondiéndose al nivel orgánico con un cáncer de riñón. Pregunta: Esto quiere decir que a cada contenido de cada conflicto corresponde un cáncer específico y un foco determinado a nivel cerebral? Respuesta: Sí, un “relé” específico en el cerebro. En el caso del cáncer de riñón, en el mismo instante del DHS, se produce un cortocircuito en un lugar determinado del cerebro y correspondiéndose, según el caso, en el riñón derecho o en el izquierdo. Este cortocircuito puede ser fotografiado con la ayuda de un scanner cerebral. El área afectada aparece en forma de unos círculos concéntricos en forma de diana, como el diseño que se forma en un estanque cuando se arroja una piedra. Actualmente estas imágenes continúan siendo mal interpretadas por los departamentos de radiografías y sus responsables que las consideran como“artificios” producidos por el aparato. Un “relé” con esta imagen, se le denomina Foco de Hamer. No he sido yo quien lo ha bautizado así, sino mis detractores que se burlaban de estos divertidos focos. ( En alemán la palabra foco significa también hogar y fogón) Pregunta: Y cómo se enuncia el tercer criterio de la Ley Férrea del Cáncer? Respuesta: En el desarrollo del conflicto corresponde una transformación claramente determinada en el foco de Hamer en el cerebro, así como una específica evolución de un cáncer o de otra enfermedad análoga en el órgano. Esto significa que el conflicto biológico tiene un triple impacto casi simultaneo: Psíquico, cerebral y orgánico. En un sentido estrictamente científico, se puede hablar de la existencia de un sistema superdeterminado, ya que si se conoce uno de los niveles podemos deducir fácilmente los otros dos. Es decir, en el fondo tenemos un solo organismo que aunque podamos concebirlo a tres niveles, se trata en realidad de una unidad. Para comprender esto mejor pongamos un ejemplo. Tras una conferencia cerca de Viena en mayo de 1991 un médico me presentó el scanner de uno de sus pacientes, rogándome que explicara a sus 20 colegas presentes la mayoría de los cuales eran radiólogos y expertos en interpretación de scanners cerebrales, lo que yo deducía en el plano orgánico y correlativamente en el psíquico. Disponía de un solo plano, el cerebral. Basándome en el scanner diagnostiqué un carcinoma de vesícula biliar con principio de hemorragia y en fase de curación. Un antiguo carcinoma de próstata, una diabetes, un antiguo carcinoma bronquial y una parálisis sensorial de un área determinada del

cuerpo, con sus conflictos correspondientes. Entonces el médico se levantó y dijo entre todos sus colegas: “ Le felicito sinceramente doctor Hamer, cinco diagnósticos, cinco aciertos. Es exactamente que tiene el paciente y Ud. ha sido capaz incluso de poder especificar lo que tiene ahora y lo que había tenido. Es sencillamente fantástico”. Uno de los radiólogos presentes, dijo entonces, “ a partir de hoy estoy convencido de que su método tiene una buena fundamentación, ¿como si no pudiese Ud. adivinar un carcinoma de vesícula con principio de hemorragia?. Yo no tendría nada que señalar en este scanner cerebral, pero a partir de ahora que nos ha enseñado estos “relés”, entiendo perfectamente sus diagnósticos”. Pregunta: Podríamos abordar ahora el aspecto psíquico. ¿Cómo apreciar si efectivamente se ha sufrido un shock que a su vez ocasione una enfermedad cancerosa?. Respuesta: Bien, existen criterios muy precisos que distinguen netamente los conflictos biológicos de los problemas normales que vivimos cada día. Mas exactamente, a partir del DHS el paciente se encuentra inmerso en un estado de simpaticotonía permanente, de stress continuo, manos y pies fríos, perdida del apetito y de peso, insomnio, no hace otra cosa mas que pensar día y noche en su conflicto, y este estado no se altera, no cambia hasta que se resuelve el conflicto. Así pues, a diferencia de los conflictos normales, está inmerso en un stress permanente que presenta unos síntomas bien determinados. De esta forma, además del crecimiento del cáncer y de la localización en el cerebro, también podemos observar que el paciente manifiesta síntomas psíquicos bien conocidos y definidos los cuales no pueden pasar desapercibidos. Pregunta:

¿Qué

ocurre

entonces

cuando

el

conflicto

se

resuelve?

Respuesta: En este caso también observamos de nuevo la aparición de síntomas manifiestos en los niveles psíquicos, cerebral y orgánico. A nivel psíquico y a nivel vegetativo, observamos que el paciente deja de dar vueltas a su conflicto día y noche, comienza a dormir y recupera los kilos que había perdido durante la fase de simpaticotonía del conflicto activo. Sin embargo, se siente molido, muy fatigado, debe permanecer acostado. Lejos de ser el comienzo del fin, esto es un signo muy positivo. La duración de la fase de curación es variable, está en función del conflicto pasado, el paciente tarda mas o menos tanto en curarse como el tiempo que ha tardado el conflicto en resolverse. En el punto culminante de la fase de curación, en la cual el cuerpo a almacenado una gran cantidad de agua, podemos asistir a una crisis epiléptica o epileptoide que se manifiesta en cada enfermedad con diversos síntomas. A partir de esta crisis, el cuerpo elimina de nuevo el agua de los edemas y vuelve lentamente a la normalidad. El paciente se da cuenta como poco a poco va

recuperando sus fuerzas y paralelamente a nivel cerebral como la localización del Foco de Hamer – que durante la fase activa del conflicto presentaba la configuración de una diana – se edematiza, impregnándose de una sustancia coloreada, los anillos concéntricos que se observaban en el scanner, se difuminan oscureciéndose y el foco (relé) cerebral, todo él se entumece. La crisis epiléptica o epileptoide mencionada anteriormente es desencadenada por el cerebro, marcando así el punto culminante del edema es decir el punto de vuelta y retorno a la normalidad. Durante la segunda parte de la fase de curación, el tejido conjuntivo cerebral o neuroglia, se almacena en el cerebro con el fin de reparar el foco de Hamer. Este tejido cerebral, absolutamente inofensivo que en el scanner podemos colorear en blanco con un medio de contraste yodado, ha sido en muchas ocasiones erróneamente tomado por un tumor cerebral y extirpado inútilmente. En efecto, dado que las neuronas no pueden multiplicarse después del nacimiento, no pueden nunca desarrollar auténticos tumores cerebrales. A nivel orgánico, considerado hasta ahora lo más importante, el cáncer no progresa. O sea, a partir de la resolución del conflicto, que nosotros denominamos conflictolisis, el cáncer se detiene, deja de progresar. Este es un descubrimiento sumamente importante, protocolo de antemano a la terapéutica del cáncer. En el nivel orgánico se dan procesos de reparación muy claros. La crisis epiléptica se manifiesta a nivel orgánico al mismo tiempo que los fenómenos correspondientes en los otros dos niveles. Pregunta: ¿Podría epiléptica?.

describirnos

una

crisis

Respuesta: La crisis epiléptica es un proceso que la naturaleza ha utilizado hace millones de años. Se desarrolla simultáneamente a tres niveles. El sentido y el por qué de esta crisis que sobreviene en el punto culminante de la fase de curación, es el de volver a la normalidad. Lo que normalmente llamamos calambres musculares, no es mas que una forma especial de crisis epiléptica, que se desencadena después de la solución de un conflicto de motricidad. Pero las crisis epileptoides, parecidas a las epilépticas, sobrevienen en principio en todas las enfermedades, con pequeñas diferencias según el tipo de enfermedad. La naturaleza tiene por así decirlo, un truco para este importante fenómeno. En medio de la fase de curación, el paciente hace recidivas psicológicas de su conflicto, lo que le introduce por un instante en fase de stress, tiene las manos frías con sudores fríos, y revive brevemente todos los síntomas de la actividad conflictual. El objetivo perseguido es el de exprimir

y expulsar el edema cerebral para que el paciente sane. Una vez transcurrida la crisis, el paciente se calienta, se aviva de nuevo y empieza a eliminar orina. A partir de aquí el proceso se disipa hacia la total normalización, lo que significa que una vez remontada la crisis no se producirá nada grave. La segunda fase de la curación es la fase de flujo urinario, eliminándose lo que queda de los edemas. El punto peligroso se sitúa inmediatamente al final de la crisis epiléptica o epileptoide, según si ha sido o no suficiente para eliminar los edemas. La crisis epiléptica más conocida es el infarto de miocardio, también son muy numerosas la embolia pulmonar, la crisis hepática y la pneumónica . En los casos graves, cuando el conflicto ha durado mucho tiempo nosotros lo tratamos con una fuerte inyección de cortisona. En los casos muy graves, se puede administrar con anterioridad la cortisona. Pregunta: ¿Podría referir algunos ejemplos de conflictos típicos?, ¿Por qué los llama Ud. conflictos biológicos?. Respuesta: Los denominamos conflictos biológicos porque se explican desde un punto de vista ontogénico, presentándose indistintamente en los humanos y en el resto de los animales, evolucionando igualmente de forma análoga. No tienen nada que ver con los conflictos o problemas habituales, con los conflictos físicos-intelectuales. Son de una cualidad fundamentalmente diferente, casos de perturbaciones previstas por la naturaleza en el programa arcaico de comportamiento localizado en el cerebro. Nos imaginamos saber lo que pensamos, pero en realidad el conflicto ha estallado en el espacio de un segundo por vía asociativa, antes de que nosotros hayamos empezado a pensar. Ejemplo: cuando un lobo arrebata su cría a la oveja, ésta hace un conflicto madre-hijo de igual forma que lo hace la madre humana. La madre oveja va a hacer un cáncer en la mama en el mismo lado que la madre humana, según sea diestra o zurda. El “relé” en el cerebro de la oveja está en el mismo sitio que en el de la madre humana y correspondería a una perturbación de la relación madre hijo o a un conflicto de nido. También los encontramos en los lactantes en el caso de perturbaciones en la relación hijo-madre. Todos nuestros conflictos biológicos pueden clasificarse ontogénicamente. Hablar de ontogénesis significa que según las etapas en que se encuentre la evolución de las especies, se desarrollan comportamientos de forma que no solo hay correlación ontogénica entre órganos y áreas cerebrales sino también

entre

órganos,

áreas

cerebrales

y

conflictos.

Todas las perturbaciones psíquicas tienen sus relés en el cerebro que ontogénicamente hablando tienen su correspondencia en el plano orgánico teniendo la misma formación celular histológica. Aprendiendo a considerar nuestro organismo bajo un punto de vista ontogénico, es como descubrimos la prodigiosa organización de la naturaleza. Pregunta: ¿Podría citarnos algunos ejemplos en nuestra vida cotidiana? Respuesta: Si, tomemos el caso de una madre que lleva a su hijo de la mano mientras va conversando con una vecina por la calle. De pronto, el niño se suelta de su mano y se lanza a la calzada... se oye el chirriar de los frenos de un coche y el niño es atropellado. La madre no esperaba nada de esto y se queda helada de miedo. El niño permanece en el hospital días enteros entre la vida y la muerte. Su madre, con las manos heladas, no puede dormir ni comer, está en un stress permanente y desde el mismo instante del accidente un nódulo se desarrolla en su mano izquierda, ya que es diestra. Ha hecho un típico conflicto madre-hijo con configuración en forma de diana en el hemisferio derecho. Cuando la madre es autorizada a llevar a su hijo a casa y los médicos le dicen: “Ha tenido mucha suerte, se ha librado de una buena, no tendrá secuelas”, desde este mismo instante su conflicto entra en fase de curación, su conflicto se ha resuelto y, a partir de este momento, la madre tiene las manos calientes, duerme, recupera peso. He aquí una evolución típica de conflicto biológico, casi la misma en la especie humana y en el resto de los animales. He aquí otro ejemplo: una mujer sorprende a su marido en la cama con su mejor amiga. Hace un conflicto de frustración sexual. En el lenguaje biológico es un conflicto de ser privado de la unión carnal, con un carcinoma de cuello de útero a nivel orgánico si la mujer es diestra. Sin embargo, en la misma situación no todo el mundo reacciona de la misma manera. La mujer, por ejemplo, que no quiere a su marido y lleva tiempo pensando en el divorcio, ante esta sorpresa de “flagrante delito” no vive un conflicto sexual, a lo sumo un problema humano de falta de solidaridad con la familia. Este caso sería un conflicto de pareja y causaría un cáncer de mama del lado derecho si la mujer es diestra. Desde el punto de vista psíquico, el mismo suceso, si sobreviene en un estado mental diferente, en apariencia es el mismo aunque en realidad totalmente diferente. Lo determinante no es lo que pase, sino cómo el paciente lo recibe psíquicamente en el instante del DHS. El mismo suceso podría, de igual manera, producir un conflicto de “miedo-asco” con hipoglucemia (tasa baja de azúcar en sangre) si la mujer hubiera sorprendido a su marido en una situación obscena, como con una prostituta. Podría haber provocado una desvalorización de sí misma, con o sin conflicto sexual, si la mujer hubiera sorprendido a su marido con una muchacha 20 años más joven que ella, en cuyo caso se hubiera dicho: “claro, no puedo ofrecerle lo mismo”. En esta situación el área del cuerpo afectada sería el sistema esquelético, la zona de la pelvis, que

sufriría osteolisis, es decir, descalcificaciones como signo de desvalorización sexual. Es preciso conocer todos estos detalles para descubrir qué es lo que el paciente ha tenido en la mente en el momento del DHS. Es justo en este preciso instante en el que se instala el rail sobre el que va a discurrir la enfermedad. Es una imagen extremadamente importante porque todas las recaídas y recidivas que luego se pueden reproducir eventualmente, después van a seguir este trazado inicial. Podríamos hablar de una verdadera alergia al conflicto. Pregunta: Doctor Hamer ¿Puede ya tratar a un paciente a partir de la Ley Férrea del Cáncer?. Respuesta: En principio sí, pero esta ley del cáncer no es la primera ley biológica de la Nueva Medicina. Hay un total de cuatro leyes biológicas que he encontrado empíricamente, basadas en la observación de 15.000 casos estudiados y documentados. Se debe verificar cada caso en función de estas cuatro leyes biológicas. Pregunta:

¿Cómo

se

enuncia

la

segunda

ley

biológica?.

Respuesta: La segunda ley, en la Nueva Medicina es la de la naturaleza bifásica de las enfermedades. Pregunta: ¿De todas las enfermedades? ¿No solamente del cáncer? Respuesta: Si, todas las enfermedades conocidas en la medicina son bifásicas. Ignorando esto, contabilizábamos aproximadamente un millar de enfermedades. Quinientas de ellas eran enfermedades frías en las que el paciente mantenía los capilares de la piel contraídos, estaba pálido y había perdido peso, las otras quinientas eran calientes, cursaban con fiebre, capilares dilatados, buen apetito pero una gran fatiga. Todas estas enfermedades eran consideradas autónomas. Actualmente sabemos que todo esto no era correcto. Lo que en realidad ocurre es que cada caso es una de las dos partes de la misma enfermedad, de manera que conocemos ahora quinientas enfermedades bifásicas. La primera fase se corresponde con la parte fría del conflicto activo: la fase de estrés simpaticotónico y la segunda fase es la que implica la solución del conflicto. Siempre es una fase cálida, de conflicto resuelto, una fase vagotónica de curación. En el cerebro, la localización del foco de Hamer es obviamente el mismo. Durante la fase activa del conflicto, los anillos concéntricos en forma de diana son perfectamente nítidos, y en la fase de curación los anillos se edematizan, perdiendo la configuración anterior. Vemos con estos ejemplos que estas leyes biológicas son validas para todo el conjunto de la medicina y no sólo para el cáncer. El viejo ciervo expulsado de su territorio por otro joven, permanece en un

estado de stress continuo haciendo un conflicto biológico a saber uno de territorio, con un foco de Hamer en el hemisferio derecho por debajo de la oreja derecha. El ciervo trata por todos los medios de recuperar su territorio. Ya no duerme, no come, pierde peso y se encuentra en un estado de stress permanente. Dolores en el corazón-angina de pecho- lo que a nivel orgánico significa la existencia de pequeñas ulceras en las arterias coronarias. Está acelerado, en cuanto logra expulsar al intruso de su territorio y recuperarlo, entra en una fase de vagotonía permanente, recuperando el apetito con una sensación de enorme laxitud, recupera peso y sus extremidades están calientes. En el apogeo de la fase curación hace un infarto de miocardio, como crisis epileptoide. Si se sobrepone, podrá recuperar finalmente el dominio de su territorio. En el mundo animal los eventos ocurren obviamente como en la especie humana. En nuestro caso el territorio podría haber sido la casa, la familia o el empleo. Los territorios son múltiples, el mismo coche podría serlo. En el hombre no aparece el infarto si el conflicto ha durado de 3 a 4 meses y normalmente es mortal si el conflicto ha durado mas de un año y si no se ha percibido la entrada en la fase de curación vagotónica un scanner cerebral permite realizar con rapidez el diagnostico. Nos podríamos preguntar porque los médicos no han descubierto después de tanto tiempo el carácter bifásico de todas las enfermedades. Ahora tenemos la respuesta, ya que no todos los conflictos encuentran solución. Si el conflicto no se puede resolver, la enfermedad es monofásica es decir el individuo continúa en actividad conflictual hasta morir de extenuación o caquexia. La ley del carácter bifásico de las enfermedades no se cumple rigurosamente hablando sólo en los casos en que se puede llegar a la solución del conflicto. Sin embargo ésta ley es facultativa para todas las enfermedades y para todos los conflictos lo cual implica que en principio, todo conflicto puede resolverse de alguna manera o de otra. Pregunta:

¿Cuál

es

la

tercera

ley

de

la

Nueva

Medicina?

Respuesta: Es el sistema ontogénico de los tumores ( y enfermedades equivalentes al cáncer) El termino ontogénico significa en este contexto que en medicina se pueden explicar todas las enfermedades a través de la evolución de las especies Pregunta: ¿Qué es lo que le ha llevado a este descubrimiento? Respuesta: He descubierto el sistema ontogénico de tumores equivalentes al cáncer en unos 10.000 casos y he trabajado como cualquier científico consciente, es decir, de forma puramente empírica. He documentado sistemáticamente todos los casos, coleccionados todos los scanner cerebrales y los resultados histológicos. Después de reagrupados y comparados se deduce un resultado que parecía imposible. ¡Existe un maravilloso sistema que lo explica todo! . Había cantidad de pacientes en los que se desarrollaba, en la

fase activa un tumor compacto, es decir, una proliferación celular y había otros en los que se desarrollaba algo durante la fase vagotónica, después de la conflictolisis. Esto difícilmente podría ser lo mismo. Había pues dos formas de proliferación celular: una en la fase simpaticotónica de actividad conflictual y otra en la fase de curación. Es decir, en el curso de las enfermedades en las que durante la fase de conflicto activo se produce una reducción celular, necrosis, ulceras, abscesos, en la fase de curación se produce proliferación celular. He reflexionado incansablemente en estos fenómenos y a fuerza de comparar he terminado por descubrir el sistema: he constatado que los tumores formados en la fase de activación conflictual tienen siempre sus relés en el tronco cerebral y en el cerebelo, es decir están regidos por el cerebro antiguo, mientras que en los casos de tumores en la fase de curación los relés se encuentran en el cerebro propiamente dicho. En éste contexto el término ontogénico significa que ni la localización del foco de Hamer en el cerebro, ni el tipo de tumores o necrosis, es decir su formación histológica es fortuita, sino que todo está programado lógica e inteligentemente por las transformaciones sufridas en el individuo desde la fecundación hasta el ser adulto. Esto es ontogénesis. Se dice que la ontogénesis está comprendida en la filogénesis es decir que la evolución de las diferentes especies hasta el hombre es recogida en la fase embrionaria e infantil. Sabemos que en el desarrollo embrionario se forman tres hojas embrionarias diferentes, de las que derivan todos los órganos. La interna o endodermo, la media o mesodermo y la externa o ectodermo. Cada célula, cada órgano del cuerpo está relacionado con estas hojas. Las que derivan del endodermo tienen su origen en el tronco cerebral, la parte más antigua del cerebro. En el caso de cáncer se producen tumores compactos de tipo adenocítico. En los órganos, células desarrolladas a partir del ectodermo, las conexiones cerebrales pertenecen a la corteza cerebral del telencéfalo, la parte más moderna del cerebro, corteza cerebral. En caso de cáncer hacen reducción celular en forma de úlceras o perdidas funcionales a nivel orgánico: diabetes o parálisis. En la hoja embrionaria media -mesodermo- distinguimos un grupo más antiguo y un grupo más joven. Las células u órganos que pertenecen al grupo más antiguo del mesodermo, tienen relación con el cerebelo, una parte del cerebro antiguo y que por consiguiente en el caso del cáncer producen tumores compactos de tipo adenocítico en la fase de actividad conflictual. Las células y órganos derivados de la parte mas joven del mesodermo están comandados por la médula del cerebro y en el caso del cáncer producen en la fase activa del conflicto reducción celular, necrosis, caries dentales, descalcificaciones óseas, necrosis en el bazo, riñones y ovarios. De esto se deduce que el cáncer no es el resultado absurdo de células que proliferan al azar sino de un fenómeno comprensible y previsible que se comporta de manera precisa y sigue códigos ontogénicos. Pregunta: Si he entendido bien, todos los crecimientos no son idénticos podría,

quizás para tener una visión global más clara, darnos un ejemplo de este crecimiento?. Respuesta: Si. Hasta ahora no se ha podido encontrar una explicación sistemática de la génesis del cáncer, simplemente porque no existía un sistema de acuerdo a las concepciones de la medicina académica a la que he rebautizado como “ Medicina de escolares”, había clasificaciones que en realidad no tenían nada de sistemáticas. Se decía que había cáncer cuando las células manifestaban un crecimiento anárquico, pero según vemos ahora las células pueden sufrir un crecimiento exagerado en el curso de fases totalmente diferentes, de forma que unas células pueden proliferar en la fase de actividad conflictual y otras en la fase de curación de conflicto. Tomemos el caso de un paciente que tiene un conflicto de indigestión es decir algo que ha tomado, tragado pero que no puede digerir por ejemplo ha comprado una casa y se da cuenta que el contrato es un engaño y pierde la propiedad. Entonces puede desarrollar un carcinoma gástrico, es decir una enorme proliferación de células en el estomago que denominamos adenocarcinóma y se desarrolla como una coliflor. Hace pues un carcinoma a lo largo de la fase activa del conflicto y la localización correspondiente está situada en el cerebro antiguo, sobre el lado derecho del tronco cerebral, denominado el puente. Otro ejemplo, un paciente hace un conflicto de agua, es decir un conflicto relacionado con un líquido o algo similar. Como el caso de un muchacho nadando en el Mediterráneo que queda exhausto, siente que se va a ahogar y en ese momento decide no meterse mas en el agua, durante este tiempo ha desarrollado un cáncer necrótico de parénquima renal (tejido esponjoso del riñón) produciéndose una perdida celular, una necrosis hasta desaparecer el tejido renal dejando de funcionar el riñón. Años mas tarde el conflicto se resuelve tras pasar unas vacaciones junto al mar atendiendo al deseo de su hija de nadar en la playa. Se forma entonces, en esta fase de curación, un gran quiste renal, es decir, una proliferación celular. La finalidad de este quiste es la de endurecer el tejido conjuntivo para recuperar la función renal y eliminar orina. Preguntándonos cuál sería la finalidad de los tumores descubrimos que tienen su razón de ser, y son totalmente coherentes. Tomemos como ejemplo un trozo que ya está en el estómago no se puede digerir por ser demasiado grande. Para remediar esta situación el organismo produce un enorme tumor. Éste tumor no es algo absurdo, se trata de células digestivas, células intestinales que producen enormes cantidades de jugo digestivo disminuyendo el tamaño del trozo con la consiguiente digestión. De la misma forma hay quistes de riñón que se originan con la finalidad de reconstruir una nueva porción del mismo y pueda ser capaz de eliminar orina. Ahora podemos distinguir los diferentes tumores gracias a la triple lectura cerebral, histológica y conflictual. Estas correlaciones están contenidas en éste sistema ontogénico de los tumores equivalentes al cáncer. Todas las enfermedades que conocemos en medicina se desarrollan conforme a estas

cuatro leyes biológicas y responden punto por punto a éste sistema. En el nivel psíquico y cerebral los síntomas de una misma fase siempre son los mismos y sólo se diferencian en el nivel orgánico. Así los órganos que tienen sus “relés” en el cerebro antiguo hacen proliferación celular en la fase de actividad conflictual y los órganos regidos por el telencéfalo hacen necrosis o úlceras es decir, reducción celular en la fase activa del conflicto. En la fase de curación ocurre exactamente lo contrario. Los órganos regidos por el cerebro antiguo reducen sus tumores con la colaboración de microbios especializados, mientras que las reducciones celulares de los órganos regidos por el telencéfalo son reparadas con la colaboración de virus y bacterias. Pregunta: Respuesta:

¿Entonces Si,

es

estamos el

muy

sistema

cerca

ontogénico

de de

la

cuarta los

ley?

microbios.

Pregunta: Dr. Hamer, ¿Cuál es pues, el papel desempeñado por los microbios en su sistema?. En este contexto, ¿se puede hablar también del sistema inmunitario?. Respuesta: Hasta ahora, nuestra concepción de los microbios era su relación con las enfermedades infecciosas, ya que siempre estaban presentes en dichas enfermedades. Pero esto no era verdad. Además el sistema inmunitario no era mas que un gran espejismo edificado sobre una hipótesis falsa. En efecto en estas enfermedades presuntamente infecciosas habíamos olvidado esta primera fase. Las enfermedades infecciosas están siempre precedidas de una fase de actividad conflictual y solamente una vez que el conflicto está resuelto estos microbios pueden entrar en acción. Evidentemente son dirigidos por nuestro cerebro y activados por él. Los microbios lejos de ser nuestros enemigos son nuestros auxiliares en el sentido de que ellos limpian las secuelas del cáncer, es decir el tumor que se ha vuelto inútil después de acabar su misión. Las bacterias y los virus ayudan a rellenar agujeros a reparar los desgastes producidos por la necrosis y las destrucciones de los tejidos del grupo regido por el telencéfalo. Son desde luego nuestros más fieles aliados, nuestros “obreros inmigrados”. La idea que teníamos sobre el sistema inmunitario -un ejercito luchando contra la invasión de microorganismos malignos- es definitivamente falsa. Pregunta: En este contexto se piensa naturalmente en la tuberculosis en especial en la pulmonar. ¿Qué hacían entonces las personas que hace medio siglo acudían a sanatorios al aire libre para sanar de sus tuberculosis pulmonares? Respuesta: Si hacemos abstracción de la tuberculosis pleural y nos limitamos a la pulmonar propiamente dicha, podemos decir entonces que ésta siempre se hacía presente en la fase de curación, después de un cáncer con manchas redondas en el pulmón cuyo conflicto es siempre el miedo a morir y siempre regido por el tronco cerebral.

Consecuentemente, el cáncer aumenta durante la fase activa del conflicto en tanto que en fase de curación estos cánceres son reducidos por mico bacterias (bacterias de la tuberculosis) y en la medida en que están presentes pueden ser expectoradas normalmente en forma de esputos sangrientos dejando tras de sí cavernas con una función respiratoria sensiblemente superior a la que tenía el pulmón habitado por los cánceres compactos que aparecían como manchas redondas. Sin embargo, si las mico bacterias de la tuberculosis faltan a lo largo de la fase de curación, las manchas redondas perduran y en el lugar donde vemos muchas cavernas, manchas redondas vacías, siempre las mico bacterias de la tuberculosis había estado omnipresentes Pregunta: Dr. Hamer, podríamos hablar ahora de la terapia práctica de los conflictos. ¿Cree Ud. que la terapia debe comenzar por el diálogo? Respuesta: No. En realidad no es exactamente eso. No necesitamos una terapia de diálogo como en la psicoterapia. También hay que dialogar, claro, pero lo mejor será evocar el reino animal. De hecho el animal no puede sobrevivir al conflicto nada más que con una solución real del problema. Por ejemplo el ciervo no puede sobrevivir mas que reconquistando su territorio. La madre a quien el depredador arrebata a su pequeño no sobrevive si no lo puede recuperar o bien –y aquí es donde la naturaleza ha previsto una solución- si la madre lo antes posible tiene otra nueva cría, sólo entonces se resuelve el conflicto. En realidad, es así como nosotros deberíamos proceder en nuestras relaciones humanas, es decir encontrando una solución real al conflicto. El ciervo recupera su territorio o bien conquista otro. La solución práctica es la mejor solución. La verdadera es una solución definitiva. Sólo cuando ésta solución es imposible es cuando debemos intentar una terapia con el diálogo, una solución de intercambio como puente de salida. También es conveniente hacer hincapié en que la terapia aplicada hasta ahora se basa en calmar, desconectar, tomar tranquilizantes y ansiolíticos. En realidad la naturaleza no programa el stress sin sentido pues con él resuelve el individuo su conflicto. Y para encontrar una solución real, lejos

de suprimir el stress, es necesario acentuarlo para que el individuo sea capaz de resolverlo. Si se le administraran tranquilizantes al ciervo jamás podría recuperar su territorio y quedaría paralizado en su actividad. Se ve claramente que administrando tranquilizantes ( productos químicos) en psiquiatría lo único que se consigue es cultivar y sostener enfermedades crónicas ya que privados de medios naturales de resolución de sus conflictos estas pobres personas ya no podrán nunca resolverlos y estarán condenados de por vida a permanecer tras los barrotes de la psiquiatría. Pregunta: ¿Cómo concebir una terapéutica basada en las cuatro leyes biológicas descubiertas por Ud.?. Respuesta: Es preciso meternos en la cabeza que el paciente tiene tres niveles imaginarios: el psíquico, el cerebral y el orgánico y que los tres en conjunto constituyen un solo organismo. Por lo tanto es necesario que la terapia se desarrolle en estos tres niveles en primer lugar hay que encontrar el DHS, es decir, el choque conflictual y comprender la base o esencia del conflicto y en la medida de lo posible definirlo concretamente y en detalle. Es necesario verificar si el paciente es diestro o zurdo a fin de saber cual es el hemisferio cerebral dominante del que se sirve fundamentalmente. También hay que constatar la situación hormonal actual, precisando por ejemplo si una paciente está en fase de madurez sexual, embarazada o si toma la píldora que bloquea su producción hormonal. De igual forma en el hombre. Por modificaciones hormonales se puede cambiar el predominio hemisférico de un lado a otro por ejemplo una mujer que toma la píldora reacciona normalmente por un conflicto de territorio masculino si su pareja la abandona. No es suficiente con encontrar el conflicto a nivel psíquico, es preciso localizarlo exactamente en el cerebro, en función de la fase conflictual en la que encontramos al paciente en el momento de realizar la historia clínica. Naturalmente se requiere que éste conflicto o enfermedad cancerosa en el órgano corresponda siempre y sin ambigüedades al foco de Hamer en el cerebro. Ya hemos dicho que el conflicto debe ser resuelto desde el psiquismo. Lo mejor es encontrar una solución real. Es un problema real el que está en la base del conflicto. Un hombre que ha perdido su empleo y que en consecuencia ha tenido un conflicto de territorio debe poder encontrar otro empleo o crearse otro territorio que lo reemplace, por ejemplo, hacerse miembro de un club, una asociación o jubilarse y dedicarse a un hobby. Así pues existen generalmente una serie de soluciones posibles para cada conflicto. Muchas de estas soluciones están ya programadas por la naturaleza. Antaño, los animales de presa devoraban muchas ovejas. Este conflicto lo solucionaban las hembras quedándose preñadas lo mas pronto posible

regulando así las poblaciones de ovejas. En general, en los humanos, todo conflicto se detiene a partir del tercer mes de embarazo y ningún cáncer puede desarrollarse, pues la naturaleza le da al embarazo prioridad absoluta. A nivel cerebral, la mayor parte de las complicaciones se producen en la fase de curación, cuando el edema cerebral local aparece como síntoma de curación. Es entonces cuando debemos vigilar la aparición de hipertensión intracraneal y que el paciente no entre en coma a lo largo de ésta fase en los casos más leves el café, el té, la glucosa, la vitamina C, la Coca Cola o una bolsa de hielo sobre la cabeza son suficientes. En los casos graves, la solución es la cortisona. La cortisona no es en sí un remedio contra el cáncer propiamente dicho, sino un medicamento puramente sintomático contra el edema cerebral y contra todos los edemas orgánicos que se produzcan en la fase de curación como el caso de los edemas óseos que se producen por la inflamación del periostio. Conviene recordar como principio general en los casos graves tomar poco líquido, mantener la cabeza elevada evitar la exposición directa al sol. En el caso de edema cerebral lateral, evitar en lo posible recostar la cabeza sobre el lado donde está el edema. A nivel orgánico, la única terapia utilizada hasta ahora, era la de suprimir el tumor, o lo que se consideraba como tumor, sin investigar si se hubiera desarrollado durante la fase activa del conflicto o si se trataba de una proliferación en el transcurso de una curación. Se extirpaba todo indistintamente. Este nivel orgánico se nos presenta ahora de una forma totalmente distinta. Cuando el conflicto se ha resuelto el tumor no debe ser jamás extirpado o eliminado, salvo en rarísimos casos. “Los tumores de proliferación en fase de curación”, que es la forma correcta de definirlos, raramente necesitan ser operados como en los casos en que produzcan una seria dificultad mecánica o que entorpezca al paciente en sus movimientos como puede ser el caso de un gran quiste renal de un enorme bazo que se han formado en la fase de curación consecutiva a una necrosis extensa del bazo. Este era el sustrato orgánico de un conflicto de hemorragia y de lesión con disminución de trombocitos en la fase de actividad conflictual con la consiguiente esplenomegalia (aumento del volumen del bazo) en la fase de curación. Desde el punto de vista de la nueva medicina hay que reconsiderar todo de nuevo, preguntarse por lo que se debe seguir haciendo y por lo que ya no es necesario. Si dejamos elegir a un paciente entre operarse de un pequeño tumor en el intestino, sabiendo que el conflicto está definitivamente resuelto y por lo tanto este tumor seguramente no va a producir molestias entonces el paciente responderá en un 99% de los casos: Doctor, dejemos el tumor donde está ya que no me va a molestar en los 30 o 40 años que me queden de vida. Pregunta: Dr. Hamer ¿Podría explicarnos porqué habla de una Ley Férrea del Cáncer?.

Respuesta: porque es inalterable, es una ley biológica tal como es la ley biológica que un niño tenga siempre un padre y una madre para poder venir al mundo. En la nueva medicina tenemos cuatro leyes biológicas que son inalterables. La segunda ley es la de las dos fases de toda enfermedad. La tercera ley es la de la existencia de un sistema ontogénico de tumores y equivalentes al cáncer y la cuarta ley es la del sistema ontogénicamente condicionado de los microbios. Todas estas leyes son inalterables, como la ley del cáncer y todas son en el sentido estrictamente científico del término, reproducibles, es decir, que son controlables y verificables. Una ley biológica quiere decir simplemente que tenemos una norma o regla que nos indica como se va a desarrollar el proceso. Y si igual a como sucede con las reglas matemáticas en la contabilidad, lo que determina es lo que el mismo organismo tiene programado. Si el conflicto se resuelve, entonces automáticamente aparece la curación. Si no se puede llegar a la solución del conflicto, el individuo muere en virtud de estas mismas leyes. He aquí porqué estas leyes biológicas son “férreas”. Pregunta: ¿Qué papel juega en este contexto el factor tiempo, en particular en lo que concierne a las complicaciones que pueden sobrevenir en la fase de curación?. Respuesta: Por supuesto el paciente pregunta a su médico, cuanto tiempo mas o menos transcurrirá hasta que cure esta enfermedad?. Por poco que hayamos trabajado bien, es decir, que hayamos encontrado el DHS y que de momento el conflicto se haya resuelto, podemos calcular cuanto tiempo ha durado el conflicto. Con la condición de haber realizado una buena anamnesis, podemos discernir la intensidad del conflicto y en función de la duración e intensidad del conflicto podemos mas o menos evaluar el grueso de dicho conflicto. Normalmente es un hecho que en el 90% de los casos no se dan complicaciones en la fase de curación. Queda desde luego el 10%. Si el conflicto ha durado mucho tiempo o si la intensidad ha sido considerable o ambas a la vez, de manera que el paciente tiene una importante masa de conflicto, después de resolverse, puede haber complicaciones en forma e edemas cerebrales y sobretodo crisis epilépticas o epileptoides, en el curso de la fase de curación. Hay que reconocer estas complicaciones. Estas sólo se han reconocido en un 10% de los casos que incluso pueden acabar con la muerte. Pero desde que sabemos esto, ya podemos abordarlos con medicamentos, especialmente con cortisona y contrarrestar el avance. Así se dominan en gran parte estas complicaciones y hacemos pasar esta fase de curación a pacientes que de otra forma seguramente hubieran muerto. Lo más importante, es que después de todas estas complicaciones el paciente tenga hoy una nueva visión de su enfermedad, ya que se da cuenta de que el médico está perfectamente al corriente del desarrollo global de su enfermedad

–fase activa y fase de solución del conflicto- y que es capaz en consecuencia de dirigir, de dominar juiciosamente cada intervención individual y llevar cada tratamiento en función de la situación. Por consiguiente el paciente tiene completa confianza en su médico y con razón. Gracias a la nueva medicina es posible ahora practicar una terapéutica “enfocada” lo que no podíamos realizar con la medicina académica. Gracias a este conocimiento global de la enfermedad no hay pánico no mas que cuando el médico diagnostica anginas purulentas, ¿qué era la angina purulenta? Correspondía a la fase de curación consecutiva a un adenocarcinoma de amígdalas. Los médicos cada vez mas realizan incisiones exploradoras y dicen a los pacientes –lo que es correcto- que tienen carcinoma de amígdalas. Enseguida, el paciente que no conoce la nueva medicina, entra en pánico que puede generar nuevos choques conflictuales tales como pánico al cáncer, a la muerte que derivan entonces en un nuevo cáncer. Así el primer diagnostico del médico se ve brillantemente confirmado. ¿Y que pasa en los animales?. En el reino animal vemos que jamás aparecen metástasis. Un profesor austriaco en Klagenfurt ha encontrado una formula original para explicar éste fenómeno: “ Hamer nos toma a todos por imbeciles, dice que los animales tienen la suerte de no entender a los médicos y esto es lo que explica que en ellos no se den metástasis”. Pregunta:

¿Según

Ud.

las

metástasis

no

existen?

Respuesta: Sin ningún género de duda no existen. Pero lo que los ignorantes toman por metástasis no son mas que nuevos cánceres producidos por nuevos choques conflictuales. Es decir, en primer lugar son iatrogénicos, choques provocados por los diagnósticos y pronósticos médicos. Estos “cuentos” sobre metástasis se fundamentan en hipótesis sin probar, indemostrables. Nunca ningún investigador ha encontrado o aislado ninguna célula cancerosa en la sangre arterial de pacientes con cáncer. Es ahí donde se las debiera encontrar cuando se dirigen hacia la periferia, es decir hacia las regiones externas del cuerpo. Y es una fábula, de igual forma hipotética según la cual, las células cancerosas a lo largo de su emigración –jamás observada a través de la sangre- sufrirían una metamorfosis a lo largo de su recorrido. Así una célula cancerosa del intestino en el cual se ha formado un tumor compacto en forma de coliflor, se introduciría emigrando en un hueso y allí sería capaz de transformarse en necrosis. Esta es una hipótesis aberrante que se asemeja al dogmatismo medieval. El sistema ontogénico ha refutado definitivamente que una célula regida por el cerebro antiguo y que haga tumores compactos, se desconecte de su ” relé” cerebral desde donde es dirigida y se enganche a un “ relé” del telencéfalo y pueda desarrollar una necrosis. Creemos que aproximadamente el 80% de los cánceres secundarios y terciarios son producidos por la maquinaria insensata de ignorantes con un nivel de aprendices de la medicina.

Pregunta: ¿Qué papel juegan en la génesis del cáncer las sustancias cancerígenas?. ¿Piensa Ud. que una alimentación sana puede impedir o dificultar el desarrollo del cáncer?. Respuesta: Las sustancias cancerígenas no existen. Se han hecho tantas experiencias de vivisección con animales y jamás se ha encontrado la evidencia de sustancias cancerígenas. Bien entendido, se han realizado ensayos absolutamente absurdos durante un año entero se han inyectado en los orificios nasales de ratas dosis concentradas de formaldehído, que estas pobres ratas evitan normalmente como un veneno peligroso. Al cabo de un tiempo estas ratas desarrollan canceres en la mucosa nasal. Pero estos cánceres no son producidos por el formaldehído (formol) Parece ser que estas pobres ratas tienen un terrible pánico a este producto y esto genera un conflicto de la mucosa nasal y por tanto un DHS, un conflicto biológico de no quererlo oler. Por el contrario, sabemos que no es posible producir cánceres en los órganos cuyas conexiones nerviosas con el cerebro estén interrumpidas. Ello no impide que se especule investigando sobre aproximadamente 1.500 sustancias pretendidamente cancerígenas que deben esta etiqueta a las reglamentaciones insensatas que impone la vivisección. Lo que no quiere decir que todas estas sustancias sean inofensivas para nosotros sino que ellas no tienen que ver con el cáncer y mucho menos sin la intervención del cerebro. Hasta ahora, en efecto se admitía que el cáncer era debido a células orgánicas que se desarrollaban al azar. Todas estas elucubraciones relativas al papel cancerígeno del tabaco, de las anilinas o de otros productos sólo son hipótesis que nunca se han comprobado y que son indemostrabales. Incluso se ha encontrado que 6.000 hamsters expuestos al humo del cigarrillo vivieron como media mas tiempo que sus 6.000 compañeros que no habían sido ahumados. Se había olvidado de manea negligente el hecho de que los hamsters no temen en absoluto el humo porque viven bajo tierra. He aquí porqué su cerebro no posee un código de señal de alarma contra el humo. En cambio con los ratones domésticos pasa justo lo contrario a la mínima emanación de humo entran en pánico y huyen. En la Edad Media, el hecho de ver ratones saliendo despavoridos de una casa hacía pensar que había fuego en alguna parte. En un gran porcentaje de ratones se pueden producir cánceres con manchas redondas en pulmón por conflicto de miedo a la muerte. Estos dos ejemplos son suficientes para explicar y comprender que casi todos los experimentos hechos actualmente con animales es sólo una absurda crueldad hacia ellos, debido a que jamás se ha considerado la existencia del alma del animal. En resumen no hay absolutamente ninguna prueba sobre la existencia de substancias cancerígenas que afecten al organismo sin la intervención del cerebro. Pregunta:

¿Qué

son

entonces

los

efectos

radiactivos?.

Respuesta: La exposición a la radioactividad, liberada por un accidente nuclear como la de Chernobyl, destruye sin discriminación las células de nuestro cuerpo. Las más afectadas son las células germinativas, gametos y las células de la médula ósea ya que estas tienen la tasa de división más alta del organismo. Cuando la médula ósea es deteriorada y luego sobreviene la curación entonces asistimos a una leucemia que en principio es idéntica a la que sobreviene durante la fase de curación consecutiva a un cáncer óseo y que se habría desarrollado por un conflicto de desvalorización. Hablando con rigor debemos decir en consecuencia que los síntomas sanguíneos de la leucemia no son específicos es decir, no se manifiestan solamente en el cáncer sino en toda clase de curación de la médula ósea. El hecho de que no haya más enfermos de leucemia que sobrevivan a su enfermedad es debido a la ignorancia de los aprendices de medicina cuyo tratamiento con quimio y radioterapia destruye aún mas la médula ósea, es decir, que hacen exactamente lo contrario de lo que debería hacerse. En resumen la radioactividad es perniciosa, destruye nuestras células pero no produce cáncer porque éste no se puede desarrollar sin el concurso del cerebro. Y

¿la

alimentación

sana?

Es absurdo que se aconseje una alimentación sana para evitar el cáncer naturalmente un individuo –humano o no- que lleva una alimentación sana es menos receptivo a cualquier tipo de conflicto de la misma forma que el rico sufre diez veces menos cáncer que el pobre, pues el rico resuelve mejor sus conflictos con su billetera bien repleta. De igual forma, un animal fuerte y sano tiene menos cánceres que el animal enfermo y viejo. Esto no quiere decir que la vejez sea cancerígena. Lo que ocurre simplemente es que el animal viejo es más débil, el viejo ciervo es expulsado fácilmente de su territorio que uno joven rebosante de fuerza. Pregunta: ¿Qué papel juega el dolor en la Nueva Medicina? En la medicina aplicada hasta ahora es considerado como un signo negativo Respuesta: Los dolores son un capítulo particularmente difícil. Existen diferentes calidades de dolor. Dolores en la fase activa del conflicto como en la angina de pecho o en la úlcera de estómago. Y hay otro grupo que cursan durante la fase de curación producido por inflamaciones, tumefacciones, edemas y también por cicatrizaciones. Los dolores en la fase activa del conflicto desaparecen inmediatamente al resolverse el conflicto. Estos dolores se pueden resolver psíquicamente. Por el contrario los dolores de la fase de curación que en principio es positivo, no pueden ser combatidos eficazmente sin que el paciente comprenda las relaciones de causa efecto preparándose y comprendiendo que es un trabajo

sumamente importante e indispensable. Naturalmente existen formas de atenuar el dolor a través de medicamentos analgésicos de uso externo. Tanto en el ser humano como en el animal los dolores tienen un sentido fundamentalmente biológico: el de mantener inmóvil al organismo, en reposo el órgano afectado de forma que la curación se pueda llevar a cabo óptimamente. Y es así por ejemplo lo que sucede durante la curación de un cáncer de huesos. La distensión del periostio o membrana conjuntiva que cubre al hueso, durante la fase de curación produce fuertes dolores. O como en el caso de la distensión de la cápsula del hígado que produce fuertes dolores a lo largo de la curación de una hepatitis. Conviene mencionar el dolor de la cicatrización durante la fase de curación en el proceso de condensación de una pleura tras un cáncer de pleura o bien en el espesamiento de la ascitis, que constituye la fase de curación tras un cáncer de peritoneo. Lo terrible de la medicina actual es que todos los pacientes que padecen cáncer y dolores reciben inmediatamente morfina o derivados opiáceos, pudiendo ocurrir que una sola inyección puede ocasionar la muerte. Los opiáceos como la morfina modifica terriblemente la oscilación global del cerebro y desmoralizan por completo al paciente. Además el intestino se paraliza con lo que no se realiza la digestión y asimilación de los alimentos. El paciente se vuelve abúlico y no es consciente que le están acercando a la muerte mientras está en fase de curación y no sabe que permitiendo a la naturaleza actuar recuperaría su salud en el espacio de algunas semanas. Si se le dice a un preso que va a ser ejecutado en dos semanas se produce una enorme ola de compasión. Si se le dijera a un paciente que se le va a realizar –con inyecciones de morfina- una ejecución que va a durar 15 días, seguramente decidiría soportar sus enormes dolores antes que morir. Cuando pasado el tiempo los pacientes consideran lo relativamente poco que han durado los dolores se dan cuenta que han sido rescatados de la muerte que produce la morfina a la cual seguramente habrían sucumbido –en fase de curación- al cabo de 2 o 3 semanas de tratamiento paliativo. ¿Es que los médicos no lo saben? Preguntan ellos incrédulos. Claro que lo saben, pero se refugian en el dogma. El dolor es el comienzo del fin, de todas formas no hay nada que hacer. La curación natural del cáncer es simplemente ignorada por razones dogmáticas a fin de que el cáncer sea una enfermedad en la que el paciente muere obligatoriamente y siga siendo manipulable. Pregunta: ¿Cómo podría resumir la esencia de la nueva medicina, lo más importante, el punto central? Respuesta: La Nueva Medicina es la completa inversión de la medicina

hipotética practicada hasta ahora. Se practica una medicina académica basada en hipótesis (entre 500 y 1000) y con unas cuantas miles de hipótesis suplementarias, una gran mezcolanza de hechos disparatados y trabajando siempre bajo el poder de la estadística. Por primera vez en el marco de la medicina, la nueva medicina conoce perfectamente el funcionamiento de las leyes biológicas sobre las que se desarrollan todas las enfermedades. Sabe que realmente no son enfermedades verdaderas, de estas fases de conflicto activo son necesarias, que deben ayudarnos a resolver los conflictos que tenemos en el cuadro de la naturaleza o sea en el fondo el conflicto es algo bueno para nosotros. Y también por primera vez es posible tener una clara visión sinóptica y global de nuestras enfermedades. En función de estas cuatro leyes, y con los tres planos psíquico, cerebral y orgánico, la medicina vuelve a ser un arte, un arte para el médico con sentido común y con manos cálidas. Ya no hay forma de detener a la nueva medicina. Ni otra forma de pensar que la que emerge con ella, la plena forma de esclavitud, es decir, la total aniquilación de sí mismo acaba de terminar. El miedo, resultado de la perdida de confianza natural en uno mismo y en nuestro cuerpo, del abandono de ésta escucha instintiva de nuestro organismo va a perder pie. Al comprender las relaciones de causa- efecto entre el psiquismo y el cuerpo, el paciente se hace consciente del mecanismo que desencadena la angustia irracional producida por el diagnostico mortal ya que el paciente así lo cree finalizando también el inmenso poder de los médicos engendrado por miedo de un mal pretendido “mecanismo autodestructor del cáncer”, por el temor al mal llamado “crecimiento indefinido de las metástasis que consumen la vida”. La responsabilidad de los médicos la cual nunca la han asumido plenamente, la deben restituir a los pacientes. Esta nueva medicina no puede representar una nueva libertad mas que a quien verdaderamente la ha entendido. Pregunta: Dr. Hamer ¿Qué significa el título original de su libro: “Vermächtnis einer Neuen Medizin”, es decir, “Testamento o legado de una nueva medicina?". Respuesta: Estimo que el descubrimiento de la nueva medicina es el legado de mi hijo Dirk, pues su muerte fue el origen de mi cáncer testicular. Ofrezco este legado para transmitirlo fiel y concienzudamente a todos los enfermos, de manera que con la ayuda de esta nueva medicina puedan comprender su enfermedad y así puedan remontarla, y recuperar la salud.

Editado por el grupo de apoyo a la medicina del Doctor RYKE GEERD HAMER de España, 1993

C/ León Gil de Palacio, 2 Escalera 2ª -3º C – Madrid 28007

El

doctor

Ryke

Geerd

Hamer,

en

libertad

A las diez y diez de la mañana del pasado jueves 16 de febrero el doctor Ryke Geerd Hamer -prestigioso médico alemán creador de la llamada Nueva Medicina Germánica - fue liberado de su vergonzoso encarcelamiento en la prisión de Fleury-Mérogis (Francia) después de 525 días (17 meses y una semana). Sus primeros instantes de libertad, sus primeras reflexiones y deseos, fueron plasmados por Bernard Asquin en un artículo que con el título Hamer, libre publicó en la revista Votre Santé. "Fue muy emotivo ver a su compañera -llegada de Málaga, donde Hamer reside desde 1993- lanzarse a sus brazos. Ella, menuda, aún joven, y él impresionante por su enorme corpachón y a pesar de sus 70 años con la alegría de un adolescente en la mirada. Después de estos abrazos y nuestros saludos (éramos tres para recibirlo) su primer gesto fue abrir los brazos, inspirar profundamente y exclamar con los ojos mirando al cielo: ¡"Qué bella es la libertad!". Que se tranquilicen pues quienes temían encontrar a un hombre disminuido físicamente y derrotado moralmente: su energía y su determinación están intactas. En cuanto a su fuerza física, ¡mejor no hablar! O más bien hablemos ya que trajo él solo, desde su celda hasta la salida de la prisión, no solamente todas sus cosas sino además 150 kilos de libros y documentos distribuidos en 7 u 8 bolsos enormes, casi imposibles de levantar (¡algo sé al respecto!). (…) Después de colocar su equipaje en dos coches su primer deseo fue beber un café. Nos detuvimos en un fast food para tomar un desayuno copioso y poco dietético. Allí, finalmente, relajado, nos transmitió el temor que había sentido de no salir nunca vivo de esa prisión ya que es un universo donde todo puede suceder. Nos habló de las terribles condiciones de su detención (…) Y muy rápidamente relegó todo eso al pasado para reanudar lo que ha sido su vida: el reconocimiento de la Nueva Medicina Germánica para beneficio único de todos los que sufren en su carne y en su alma, de todos los que se mueren cada día en todos los países". (…) Los billetes de avión preveían la salida del aeropuerto Charles-de-Gaulle a las 19,35 con destino Málaga así que reanudamos nuestro viaje por carretera bajo la lluvia en dirección a Roissy. Tras facturar los equipajes tomamos un aperitivo muy agradable en un restaurante del aeropuerto lo que nos permitió aún algunas horas de conversación, esencialmente en inglés, con algunas palabras de francés cuando quería garantizar que las cosas quedaban claras y a veces, llevado por su entusiasmo, en español o en alemán.

Nos habló de su principal deseo: conseguir una verificación oficial a escala mundial, lo único que podría cambiar las cosas dado que todas las comprobaciones que tuvieron lugar en Alemania, Austria, Bélgica, Francia y Eslovaquia se han desacreditado sistemáticamente o se han boicoteado. Se llegó hasta negar su existencia -como ocurrió con el protocolo de comprobación de Trnava, el 8 y 9 de septiembre de 1998 en el Instituto de Oncolología SantaIsabel de Bratislava- durante el juicio del 31 de enero de 2000 en Chambéry. (…) Pero algo me apesadumbraba desde la mañana. Habíamos experimentado hasta qué punto Francia le había decepcionado y le había dañado. Por eso le hicimos saber que una determinada parte de Francia así como médicos cada vez más informados y conscientes de la situación de fracaso de medio siglo de Oncología le dedicaban un verdadero apoyo emocional. A la hora de la salida deseé presentarle mis excusas, como ciudadano francés, por todo lo que había sufrido en nuestro territorio sabiendo que una serie de enormes científicos piensan que un día tendrá el Premio Nobel". El Dr. Hamer, en suma, ha sido finalmente puesto en libertad... condicional. De ahí que hasta el final de su pena -a finales de agosto 2006- no pueda volver a Francia. Ni puede... ni creemos que quiera. Estamos seguros de que el doctor Hamer va a volver a explicar a todo aquel que quiera escucharle sus postulados y convicciones. Por supuesto, contará con todo nuestro apoyo Los Focos de Hamer por el Dr. Harry Watt, Munich. Artículo publicado en el nº 36, octubre-noviembre 1988, de la revista científica raum&zeit, die neuen dimension der Wissenschaft (Espacio & Tiempo, la nueva dimensión de la ciencia). Ediciones Ehlers-Verlag GmbH, Poazlagasteig 5, 8157 Dietramszell. Redacción: Hohenzollernstr. 60 800 Munich 40. Sin duda no es fácil descubrir qué es lo que el doctor Ryke Geerd Hamer ha encontrado en el transcurso de esta última década, a saber: una manera de considerar al hombre en su existencia biológica y psíquica, que permite comprender la naturaleza de los tumores, y clasificar no ya únicamente a los tumores malignos, sino también a innumerables y variadas afecciones que hasta ahora nos veíamos obligados a aceptar como una fatalidad generalmente inexplicable, y en cuyo misterio se intentaba penetrar estableciendo relaciones de causa y efecto con los supuestos factores de riesgo. Sin embargo, el hecho de que lo fundamentado y la precisión de su enfoque hayan sido verificados y confirmados millares de veces y, sobre todo, que este descubrimiento permita una terapéutica eficaz, con curación en un 97% de los casos, hace de todo punto inexplicable que, a pesar de las posibilidades de verificación hasta en sus menores detalles, los responsables de la medicina y la salud hasta ahora hayan rechazado en bloque e ignorado sistemáticamente todo el asunto. O mejor dicho, lo hayan condenado al silencio, imponiendo un hermetismo total para evitar su difusión en la práctica y la enseñanza médica.

Para comprender esta paradoja es preciso haber vivido muy de cerca nuestro escenario médico, nuestra justicia, y nuestra sociedad, movidos todos ellos (sobre todo en sus cimas más altas) por el afán de beneficio. Renunciar a la materia muerta, a los citostáticos, a las radiaciones y al bisturí, a los marcadores tumorales, a los receptores, a las muestras, a los edificios esterilizados, a la medicina nuclear, en pocas palabras, apartarse de los grandes centros e instalaciones de exterminación de tumores y de pacientes conduciría a una quiebra, si no total por lo menos parcial, de ramas enteras de la industria (Y no serían tan solo las industrias farmacéutica y médica las que correrían esta suerte...). (La medicina contemporánea está unida por un hilo conductor a la medicina de los campos de concentración, cita un renombrado analista). Sin embargo, y a nivel global, todo esto sería positivo. Muchos procesos de elevado coste y erróneos, (según Hamer) serían entonces innecesarios. Quien tenga dudas sólo tiene que solicitar a una pequeña editorial de Colonia (Amici di Dirk Verlagsgesellschaft) la documentación, e inhalar la información a disposición de todos, sin preocuparse en exceso por las pruebas: porque todo lo que se dice es verificable, y la prueba ha sido aportada infinidad de veces. Para reproducir la demostración se precisa una mañana, un escáner y... pacientes. Y pasan cosas... Todo esto, debemos reconocerlo, parece bastante misterioso. A mí también me pareció misterioso cuando, nueve meses después del período de interinidad y del inevitable examen para la obtención del diploma de Estado, una paciente puso ante mis narices un libro en cartón amarillo, titulado «Fundamento de una Nueva Medicina - Tomo I: El sistema ontogenético de los tumores, cánceres, leucemia, psicosis, epilepsia». También me pareció misterioso cuando, pocas semanas más tarde, ingenuamente y sin complejos, me presenté en la casa del Dr. Hamer en Sülzburstrasse, Colonia (tuvo la gentileza cuando le llamé por teléfono, de recibirme inmediatamente, y me costaba un poco seguirle, a pesar de que lo conseguí bastante bien). Vi el pequeño despacho de trabajo, en un desorden aceptable (pero en el que todo era localizable), y el parabrisas con dos agujeros de bala colgado en un rincón (recibió estos obsequios al recoger de la imprenta los primeros ejemplares de su libro). Los despachos de la casa editorial, instalados en unas estancias laterales, y libros apilados a lo largo del estrecho pasillo. Y luego, un grueso dossier de más de 10 centímetros de grosor, repleto de órdenes, informes de investigaciones y procedimientos interpuestos contra él. No hay duda, aquí pasan cosas... Y luego, la impresión de que le costaba mucho interrumpir la conversación, tanto cuando tuve que apresurarme a marchar para acudir a otra cita, como a la mañana siguiente, cuando le telefoneé para darle las gracias por haberme recibido la víspera así como por el libro que me había regalado, y para

excusarme por haber tenido que dejarle de una forma tan poco orgánica, con sus inmensos deseos, tan comprensibles, de comunicarse. De todas maneras se le veía con estrés, aparentemente sin ser consciente de ello, ya que a pesar de todo se mantenía sereno y combativo. Debe ser, me decía yo, que está ya tan acostumbrado... Pero el colmo de lo insólito es que se haya retirado a este médico el permiso para ejercer la medicina. Con ocasión de su tesis de agregación, quiso publicar sus descubrimientos, reservando sin embargo la primicia para la facultad de Medicina. Sólo abjurando, retractándose públicamente, hubiera obtenido de nuevo la autorización para ejercer. Y no lo hizo. Trabajo médico a ciegas, humillado. Poco después de obtener el doctorado en medicina, al finalizar los estudios que me habían dado una cierta base pero que me dejaban desamparado ante una aglomeración inextricable, no sistemática, de hechos y contenidos aparentemente desprovistos de toda relación unos con otros, luego de un examen que hasta hoy no he logrado comprender, que era sólo charla aparentemente una comedia-, me había retirado del trabajo clínico con mal sabor de boca, casi, por así decir, por instinto, simplemente porque no podía soportarlo. Y he aquí que ahora se me ofrecía esto. Según un dicho, la fortuna viene cuando duermes. Para asumir responsabilidades es necesario saber retractarse. Es justamente ese saber retractarse lo que, por desgracia, les falla a la mayoría de colegas, doctores y profesores, para poder dar el acuerdo o examinar con imparcialidad y completa neutralidad aquello con lo que se puede dotar a nuestra facultad. La ineptitud en reconocer su ignorancia y sus errores (que en sí mismos no son un deshonor), conduce sin transición al crimen consistente en practicar desvergonzadamente y sin sutileza errores mortales, a partir de aquí superficiales en todos los grados hasta llegar hasta al Ministerio Federal de la Salud (Ver acerca de este tema las «Cartas para una Nueva Medicina», que difunde la casa editora anteriormente mencionada). Tras la lectura y la visita, hubiera preferido, de haber podido hacerlo, transferir inmediatamente mi permiso para ejercer a este médico, que hubiera sabido servirse mejor de él que yo mismo... Todo está relacionado. Los seguimientos, de los que el Doctor Hamer me mostró las pruebas contenidas en su dossier, y los descubrimientos capitales en el campo médico, se iniciaron simultáneamente el 18 de agosto de 1978 ante la pequeña isla de Carvallo, a lo largo de Córcega, cuando su hijo Dirk fue mortalmente alcanzado mientras dormía por el tiro de fusil de un príncipe italiano. El Doctor Hamer escribe especialmente en la dedicatoria de su libro: A causa de su muerte yo mismo caí poco después enfermo, presentando un S.D.H. (un Síndrome Dirk Hamer), un conflicto de pérdida con cáncer testicular. Esta coincidencia asombrosa entre un choque conflictual y dramático y mi propio cáncer me llevaron a descubrir la Ley de Hierro del Cáncer. Vigilancia total.

Dirk Hamer murió el 7 de diciembre de 1978 en Heidelberg como resultado de su herida de bala. Sin embargo, el contencioso legal no siguió su curso habitual, a saber que se le pidan explicaciones al asesino a quien se abre el proceso sino que, cosa curiosa, y que causó la indignación del Doctor Hamer, lo que sucedió fue exactamente lo contrario. De repente, y como el asesino era un personaje tan representativo como protegido, la bala salió rebotada, y por haberse atrevido a formular una acusación tan monstruosa contra este asesino, fue el padre de la víctima quién hasta hoy mismo, es objeto de persecuciones penales, consta en la lista de búsquedas internacionales y está sometido a una vigilancia total. Publicado en noviembre de 1987, el libro que he mencionado anteriormente corresponde a un estadio relativamente reciente de las investigaciones científicas del Doctor Hamer. Algunos años antes había publicado la obra titulada «El cáncer, enfermedad del alma». El resultado de estas investigaciones pone a prueba a cualquier médico que se haya aplicado con sabiduría al estudio de la medicina académica. Cuando, por ejemplo, se dice que todo cáncer es desencadenado por un choque psíquico brutal, un conflicto agudo y dramático, vivido en soledad, que el dogma de la siembra hematógena es completamente inexacto, que el infarto de miocardio corresponde a un fenómeno de involución de la disfunción cerebral propiamente dicha e indica, por lo tanto, una mejoría sobrevenida en el curso de una enfermedad, como por ejemplo, en la leucemia, que para el Doctor Hamer es expresión de curación y, como tal, inofensiva, cuando el lector formado en medicina académica se encuentra así confrontado con cosas absolutamente increíbles que, a primera vista, parecen incomprensibles, sólo una lectura exhaustiva y sin prejuicios es capaz de disipar la confusión inicial. Ciertamente, embarcarse en esta aventura puede salir caro, pero eso no significa nada en comparación con el enriquecimiento y la revelación de las relaciones de causa y efecto que el Doctor Hamer pone en evidencia. Más bien todo esto es una liberación para los pacientes, que van a verse libres de la fatalidad, del carácter pretendidamente ineluctable de su destino. En tanto que los estudios de medicina clínica me dieron la impresión de páginas de libros arrancadas de mi vida, sin corresponderse con nada vivo o natural, y cuyos contenidos hacían pensar en esculturas confusas y raras colocadas en el paisaje del mundo, la medicina adquiría aquí de repente una forma equilibrada y coherente, a no confundir sin embargo con la pretensión de ser exhaustiva. Las premisas permiten sacar conclusiones lógicas entre la historia de la evolución del hombre, del cerebro, de los órganos y de los mecanismos comportamentales biológicos que corresponden a estas estructuras. Es así como la reacción a un conflicto biológico se corresponde exactamente con la alteración funcional de un área cerebral específica, y sincrónicamente, en el arranque de un cáncer en el correspondiente órgano. El encadenamiento acontecimiento psíquico-cerebral-órganico debe ser aquí concebido como un suceso absolutamente simultáneo en los diferentes niveles.

Transformaciones en el cerebro. Las modificaciones acontecidas en las áreas cerebrales son denominadas con el término Focos de Hamer, y son observables en el cerebro. Durante la fase activa del conflicto se observa un estado vasoespástico que, una vez resuelto el conflicto, deja lugar a un edema intra o perifocal. Llegado el caso éste puede representar un peligro mortal (cuando se da, por ejemplo, en el tronco cerebral). Sin embargo, y por sí mismo, este edema que la medicina académica interpreta erróneamente como una metástasis cerebral anuncia únicamente la fase de curación. Es el código erróneo que emite el área cerebral afectada durante la fase vasoespástica lo que induce a la proliferación tumoral en el órgano-diana. Este crecimiento se produce tan solo durante la fase vaso-espástica de la actividad conflictual. Una vez esta fase ha concluido, es decir, cuando el conflicto ha quedado resuelto, la proliferación se interrumpe y, en función de los tipos específicos de tejidos histológicos, se produce un enquistamiento, una restitución cicatricial o una reducción bacteriana. La rigurosa correlación existente entre perturbación de la esfera comportamental, la función cerebral (Focos de Hamer) y la enfermedad orgánica, concuerda precisamente con el origen embrionario de los órganos, o más concretamente, con los componentes orgánicos por un lado, y por otro con las partes del cerebro que se han ido desarrollando sucesivamente en las diferentes etapas de la evolución. Es así como los Focos de Hamer, que se corresponden con los tumores malignos de los tejidos de origen endodérmico, se localizan en el tronco cerebral, en tanto que los de los tejidos de origen mesodérmico se localizan, bien en el cerebelo, bien en la médula cerebral, y los casos que se producen en los tejidos de origen ectodérmico se encuentran localizados en el córtex cerebral. La terapéutica exige un exacto conocimiento de estos procesos. Intuición de los estados de dependencia psíquica del paciente y un máximo de experiencia y de manejo, de tacto, en el dominio de las complicaciones y situaciones de crisis relacionadas con la fase de curación consecutiva a la conflictolisis. Sobre el plano orgánico, la fase de curación comporta -a imitación de la fase de crecimiento tumoral-, diferencias características según que el tejido dependa de una u otra de las tres capas embrionarias. La Ley de Hierro del Cáncer. Para mayor claridad, citemos textualmente el libro: «La Ley de Hierro del Cáncer es una ley biológica, empírica, que se basa en la experiencia y en la observación. Ha sido verificada sin excepción en los casi 10.000 casos que he examinado hasta ahora. Se trata de un sistema superdeterminado de tres funciones correlativas, de manera que conociendo una de ellas se está en disposición de deducir las otras dos». En un principio, la Ley de Hierro del Cáncer se enunciaba así:







Primer criterio: toda enfermedad cancerosa se inicia con un S.D.H. (Síndrome Dirk Hamer), es decir, un choque conflictual, extremadamente brutal, agudo y dramático, vivido en soledad. Segundo criterio: en el instante en que se produce el Síndrome Dirk Hamer, es el tipo de conflicto lo que determina la localización del cáncer en el órgano. Tercer criterio: a partir del Síndrome Dirk Hamer, se produce una correlación exacta entre la evolución del conflicto y la evolución del cáncer en el órgano.

Actualmente, la Ley de Hierro del Cáncer se enuncia como sigue: •





Primer criterio: toda enfermedad de cáncer se inicia con un S.D.H. (Síndrome Dirk Hamer), es decir, con un choque conflictual extremadamente brutal, dramático y vivido en soledad que, en el momento en que se produce el Síndrome Dirk Hamer provoca en el cerebro un Foco de Hamer, y también en ese mismo instante, el arranque de un cáncer en el órgano. Segundo criterio: en el momento en que se produce el Síndrome Dirk Hamer, el tipo de conflicto determina a la vez la localización cerebral del foco de Hamer y la localización del tumor canceroso en el órgano. Tercer criterio: a partir del Síndrome Dirk Hamer, existe una correlación entre la evolución del conflicto, la modificación del Foco de Hamer en el cerebro y la modificación del tumor canceroso en el órgano.

El Sistema Ontogenético de los Tumores es un sistema global y lógico. Naturalmente, se desprende como consecuencia de la Ley de Hierro del Cáncer y del descubrimiento del Foco de Hamer en el cerebro. Pero este sistema ontogenético de la medicina, y en particular de los tumores, reviste para la medicina una importancia comparable a la de la tabla periódica de los elementos para las ciencias físicas y naturales. ¡Pone de relieve las correlaciones existentes en el interior de toda la medicina! El Sistema Ontogenético de los Tumores. El Sistema Ontogenético de los Tumores se anuncia así: Primero: A las tres capas embrionarias les corresponden tipos específicos de tejidos histológicos parecidos, sí no idénticos. Sin embargo, la capa embrionaria media o mesodermo, se subdivide en un mesodermo antiguo (o mesodermo cerebeloso), y un mesodermo nuevo (o mesodermo cerebral). El mesodermo cerebeloso tiene un comportamiento análogo al del endodermo del tronco cerebral, en tanto que el mesodermo del cerebro se comporta como el ectodermo cerebral. Segundo: Cuando un Síndrome Dirk Hamer provoca un Foco de Hamer, las esferas orgánicas correspondientes a este foco de Hamer presentan una reacción específica, en función de la capa embrionaria de la que se derivan: Endodermo Foco de Hamer en el Tronco cerebral.

Carcinoma adenomatoso (tumor: proliferación de tejido). Foco de Hamer en el Cerebelo. Carcinoma compacto (tumor: proliferación de tejido). Mesodermo Foco de Hamer en la Médula cerebral. Carcinoma necrótico (tumor: desaparición de tejido). Ectodermo

Foco de Hamer en el Cerebro. Carcinoma ulcerativo epitelial (tumor: desaparición de tejido).

Tercero: La fase de curación consecutiva a la solución del conflicto difiere mucho según sea la capa embrionaria.: •



Endodermo: se detiene el crecimiento celular, se produce un enquistamiento o una reducción bacteriana, por ejemplo, por medio de los bacilos de la tuberculosis. Mesodermo: 1. Mesodermo cerebeloso: se detiene el crecimiento, se produce un enquistamiento o reducción bacteriana tal como en el endodermo. Por ejemplo, en el carcinoma mamario. 2. Mesodermo cerebral: se produce una restitución, con tumefacción y crecimiento abundante como en un sarcoma o, tras una osteolisis, un exuberante callo como el osteosarcoma. La proliferación abundante es absolutamente inofensiva y cesa espontáneamente al final de la fase normal de curación.



Ectodermo: tendencia a la expulsión de la necrosis ulcerosa con restitución o restitución cicatricial.

Los conflictos psíquicos como inductores. Hace milenios que la humanidad experimenta, más o menos conscientemente, que en último extremo todas las enfermedades tienen un origen psíquico. Esto se ha convertido en un conocimiento científico, sólidamente anclado en el patrimonio de los conocimientos universales (tan solo la medicina moderna convierte a nuestros seres, antaño amados, en un saco repleto de fórmulas químicas). Ni que decir tiene que lo mismo sucede con las enfermedades tumorales malignas: era, hasta ahora, algo evidente para cualquiera más o menos consciente de una realidad espiritual. Pero nadie había llegado siquiera a suponer, y menos aún a revelar con pruebas fehacientes, de forma tan precisa y detalláda, las relaciones existentes de causa y efecto. Lo específico de estas enfermedades es lo que de característico existe en este tema en el suceso psíquico. El aspecto ontogenético nos da la clave. El tema del conflicto, determinante de la dirección general y de la orientación, define exactamente la localización del proceso psíquico concomitante, a saber, no en función de la situación objetiva del conflicto sino según la forma en que el interesado lo resiente subjetivamente. El tronco cerebral, cuyo dominio es el control del equilibrio homeostático interior del organismo, presenta lógicamente Focos de Hamer, y

crea tumores endodérmicos cuando se producen conflictos profundamente viscerales, tales como el conflicto de la comida, el conflicto del miedo a la muerte y los conflictos de miedo visceral. En lo que respecta al cerebelo, su perfeccionamiento corresponde, a nivel filogenético, al paso del medio acuático a la tierra firme. Se localizan en él Focos de Hamer, y tumores de tejidos y membranas mesodérmicas (melanomas, cáncer de seno, mesoteliomas de la pleura, del pericardio, del peritoneo), así como motivadores de conflicto relacionados con el medio inmediato y su delimitación (daño a la integridad física y moral, deshonra, conflictos sexuales interiorizados, conflictos familiares, y conflictos de nido). Por el contrario, la médula ósea, cuyos tejidos que de ella derivan nos proporcionan el sosten, y son: huesos, músculos, cartílagos, tendones, tejido conectivo, que en conflictos de desvalorización de sí mismo (dependiendo del nivel de desvalorización + ó - profunda, se da en un tejido u otro), se da necrosis de tejido, esto es perdida de sustancia , en la fase de conflicto activa. También se encuentran aquí el bazo, como centro de reserva de la sangre, dando respuesta a los conflictos como transfusiones, que en la naturaleza son las hemorragias. La parte mesodérmica del ovario, en conflictos de pérdida, y conflictos con connotaciones sexuales con un hombre. Dandose crecimiento celular solo en fase de solución de conflicto, es solo tejido cicatricial nada peligroso. También en el ectodermo se da pérdida de sustancia el conflicto activo (úlceras), y crecimiento celular cuando las úlceras son reparadas. Gracias a esta capa embrionaria el organismo se abre por entero al exterior, está relacionada por un lado con todos los tejidos de origen ectodérmico y las partes del organismo ectodérmicas: el epitelio pavimentoso de la piel exterior, de la mucosa bucal, de la rinofaringe, de la laringe, de los bronquios, de la parte del esófago, la pequeña curvatura del estómago, el píloro, el bulbo duodenal, los islotes del páncreas, el epitelio de las vías biliares, la vejiga, la pelvis renal, la vagina, el cuello y el orificio del útero, el recto, la mucosa ectodérmica de las coronarias (¡el interior de los vasos branquiales está compuesta de epitelio pavimentoso!); y por otro lado, el ectodermo propio del Sistema Nervioso Central, compuesto de neuronas centrales y periféricas, células ganglionales, neuroglías y epitelio sensorial de los ojos, de la nariz y de las orejas, además de la neurohipófisis, que en fase activa de conflicto se da una pérdida funcional. Es de remarcar que las células que no se dividen manifiestan alteraciones, pero no hay proliferación con formación tumoral. En su origen, existen conflictos resultantes de la inmediata confrontación y del contacto con el mundo exterior: el conflicto territorial, el conflicto de demarcación de territorio, la rivalidad territorial, el desamparo moral, el terror, el miedo, el pánico, el disgusto, la fetidez, la resistencia. Es precisamente este tema territorial y la cuestión de la integridad del territorio los que especifican la referencia individual al mundo exterior.

Se comprende mejor aquí lo que se entiende por conflicto biológico: disputas que nos afectan por nuestra propia naturaleza, y no ya situaciones conflictuales en el sentido del concepto psicoanalítico, que describe los fenómenos de otra manera. Las esferas comportamentales fijadas biológica, genética y filogenéticamente, con sus modelos específicos, constituyen aquí el fundamento, el entarimado sobre el que se desarrolla el conflicto y, en caso favorable, se resuelve. No todos los conflictos son generadores de cáncer. En el estado de la actividad conflictual, la simpaticotonía es netamente preponderante, y se acompaña de pérdida de peso. Una vez que el conflicto se ha resuelto o se ha suprimido esta fase de estrés, aparece una inervación de reposo con parasimpaticotonía, o vagotonía pronunciada, laxitud, recuperación del peso, programación de débil circulación sanguínea. Es preciso destacar aquí que no todo conflicto es generador de cáncer, si no, no quedaría ya nadie con vida. Para que se produzca un cáncer es necesario que se produzca un choque conflictivo fulminante, masivo, que no pueda ser resuelto o integrado. Cuando se confronta a un paciente con un diagnóstico de cáncer, disparado por su médico, la amenaza que inmediatamente resiente el paciente puede ser canalizada de diferentes maneras. O bien, bajo el dominio de un conflicto de miedo a la muerte, desarrolla un cáncer alveolar en los pulmones (endodérmico), o, tomando repentina conciencia de la precariedad de su condición mortal que le condena a ser definitivamente desechado, hace una desvalorización masiva con reacción cancerígena (mesodérmica) en los huesos, que se manifiesta por osteolisis, a la que erróneamente se tomará por metástasis ósea. Otro punto a tener en cuenta es que se encuentran Focos de Hamer en el origen de las psicosis: en las esquizofrenias. Siempre existen dos focos localizados en los dos diferentes hemisferios y correspondientes a dos conflictos distintos en activo. La terapéutica. En la terapéutica del cáncer, el Doctor Hamer distingue tres niveles: 1. En el plano psíquico, una terapéutica inspirada en el sentido común. Se observará en principio que el paciente sufre con un conflicto del que hasta entonces no ha podido hablar. Algunos conflictos vienen determinados por el entorno, por lo que sería necesario empezar tratando el ambiente o como mínimo, los más allegados, cosa a menudo imposible. En fin, lo que resulta determinante es lo que produce el conflicto, importando poco que, visto de forma objetiva, nos parezca grave o insignificante. Desde el momento en que para el paciente reviste capital importancia, es esencial que se lo tenga en cuenta, de donde vemos la necesidad de comprender a fondo el punto de vista subjetivo del paciente. En efecto, desvelar el conflicto es el punto crucial de la

terapéutica, ¡para esto no existen esquemas, modelos o planos preconcebidos! 2. A nivel cerebral, conviene seguir atentamente la evolución, y poner a punto una terapéutica de las complicaciones cerebrales. Los edemas cerebrales consecutivos a la conflictolisis pueden ocasionar serias complicaciones. Sin embargo, éstas pueden ser controladas con la cortisona, etc., aun a riesgo de prolongar la fase de curación. Por ejemplo, si enfocamos evitar una tumefacción amenazadora que puede producir consecuencias graves, es indispensable efectuar un escáner cerebral que informe acerca de la evolución general de la enfermedad. Es especialmente recomendable efectuar un escáner cerebral como punto de partida, que irá sirviendo luego como base de comparación, y permitirá eventualmente descubrir nuevos focos posteriores. 3. A nivel orgánico, la terapéutica de complicaciones orgánicas trata únicamente las secuelas producidas por cánceres desactivados, es decir, inofensivos, que puedan ocasionar molestias mecánicas (pequeña cirugía), o bien, remedia complicaciones aparecidas durante la fase de curación. Por ejemplo, el drenaje de la ascitis o del líquido del pericardio. En cuanto a la curación del cáncer, es totalmente inútil ponerse a recortar o a eliminar órganos. La moderna falta de instinto. La duda puede hacernos plantearnos la siguiente pregunta: Si los choques conflictuales (Síndrome Dirk Hamer) desencadenan tales enfermedades, ¿por qué no alcanzan a todos de la misma forma, ni trastocan en igual grado?. Respuesta: Todos tenemos capacidad para aguantar una fuerte dosis de conflictos sin por ello caer enfermos, a condición de que dispongamos del suficiente tiempo para prepararnos con antelación. Es el fogonazo repentino el que nos hiela de espanto y nos paraliza, es el Síndrome Dirk Hamer lo que desencadena el proceso. Lo que tiene de determinante es la absoluta imposibilidad de integrar este choque conflictual. Los fenómenos que se desarrollan en las profundidades del subconsciente, los estados del alma y eventualmente, las enfermedades, vienen a recordarnos nuestra naturaleza cuando la disonancia llega a convertirse en insoportable. El terreno sobre el cual se siembran tales choques conflictivos biológicos se desarrolla paralelamente a la síntesis de la vida. El instinto, que de forma ordinaria debe guiarnos hasta los límites de lo aceptable, ha debido sumergirse por debajo del nivel de percepción, cuando los inestimables descubrimientos del Doctor Hamer, en lugar de ser acogidos con entusiasmo, son recibidos con la prohibición de ejercer la medicina, y se despliegan esfuerzos inimaginables a fin de mantenerlos en el hermetismo. No en todas partes, eso es cierto. En el Estado francés, en América y a la chitacallando también en nuestro país, este nuevo sistema se aplica ya con éxito por parte de un cierto número de colegas. Siguen las persecuciones contra el doctor Hamer. Durante este tiempo, el autor de estos descubrimientos, sin autorización para ejercer y con una discreción prudente, está obligado a defenderse contra las

tentativas de los tribunales de hacerle internar a la fuerza en un manicomio, lo que le exige estar implicado en un procedimiento penal. Sin delito cometido que justifique esta estratagema, se inventa sin empacho uno hecho a medida -el fin justifica los medios-, y es así como se convoca al interesado a comparecer ante la cámara correccional del tribunal de gran instancia de Coblenza, en el primer piso del Palacio de Justicia, calle Karmelinstrasse 14, sala 105, el 21 de julio de 1988, a las 14 horas. Por lo que sé, ésa es la última citación. A pesar de que a esta reunión fue invitado un cierto experto, el profesor Horn, director del hospital psiquiátrico regional, 5470 Andernach, el ingreso a la fuerza en el psiquiátrico fracasa. Pero la cacería a caballo prosigue. Ante esta situación llevada al límite del absurdo (y que en nuestros días no es la única), deberemos sin duda esperar largo tiempo antes de que nuestros pacientes puedan tener acceso normal y regular a un tratamiento de este tipo. ¡Cuántos monumentos no se han erigido con considerable retraso!. Conclusión. En resumen, se puede decir que este sistema lógico y coherente permite, con medios relativamente modestos, curar con eficacia a enfermos que hasta ahora sucumbían a su mal, o debían seguir viviendo en condiciones deplorables y presas del pánico. Considera al hombre en su totalidad y no ya -como dice el doctor Hamer- bajo la forma de un conglomerado de células independientes, llevando una vida propia y portándose bien casi que por casualidad en un caso propicio, y singularizándose igualmente al azar cuando van mal. Se ha puesto en evidencia la coherencia, la unidad de los planos psico-cerebral-orgánico, y ello descompone y desquicia por completo al conjunto de la medicina científica vigente hasta ahora. Más le valdrá que empiece cuanto antes a mostrarse dispuesta a dejarse sacar de quicio... En cualquier caso va a producirse con todo ello una desmitificación, una revelación, en la que se verá si se apuesta por el bienestar de los pacientes, o por el disfrute de las ventajas derivadas de una situación fantasmal, que funciona únicamente porque la gente cree en ella. Donde el parasitismo de una corporación debatida más que nunca ha hecho su agosto, podemos esperar ver levantarse las mayores barricadas, y formarse las mayores resistencias a la Nueva Medicina del doctor Hamer. Es además una situación clásica. Simplemente, cada vez que en el transcurso de la Historia se ha producido una situación parecida, la sorpresa de los contemporáneos y las controversias suscitadas han sido análogas y se han producido efectos similares. Los puntos de vista y las concepciones, enlazados en espiga y orquestados sin la menor verificación, como las tesis a la moda que han invadido el escenario del cáncer durante las últimas décadas, corresponden más a una infatuación pasajera de la época que a una realidad insoslayable. El presente es tan solo una hipótesis que no se ha superado (Robert Musil). Como consecuencia, el doctor Ryke Geerd Hamer ha saltado muy por encima de la sombra de su tiempo. Es un desafío a la esencia humana de los médicos actuales. El obstáculo que les toca franquear exige por su parte un esfuerzo intelectual y espiritual a la vez

Las MEDIDAS TERAPÉUTICAS en la NUEVA MEDICINA GERMÁNICA® requieren sentido común

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Introducción El Papel del Paciente Complicaciones Medidas Terapéuticas Solución del Conflicto

Introducción

Aplicar el sentido común sería tan simple, tan enriquecedor, tan adecuadamente a tono con las necesidades del paciente y una base fundamental de la práctica médica profesional. Pero lo que parece simple es a menudo la tarea más difícil de llevar a cabo. Se debe recordar que a través de las épocas, nuestros ancestros solían seleccionar a los individuos más sabios (en términos del sentido común) para servir como doctores, hechiceros y hombres de medicina; una persona que estuviese familiarizada con los altibajos del alma humana era considerada ”sabia“.

De acuerdo con los principios de la Nueva Medicina Germánica® (NMG), cualquier intervención terapéutica en el tratamiento de pacientes con cáncer comienza explicando el contexto, ayudando al paciente a sobreponerse al miedo inquietante de que ”células metastásicas“ se encuentran desplazándose por su cuerpo, y explicando la patogénesis y progresión de su enfermedad, algo de lo que el quizá ya se encuentra al pendiente. La Nueva Medicina Germánica es diametralmente opuesta a las terapias médicas convencionales, incluyendo sus aplicaciones más exóticas. En la medicina convencional, el paciente, ser que sufre y que soporta su enfermedad, es usualmente sujeto al mero tratamiento de sus síntomas, con cirugía, radiación y quimioterapia, morfina, o también con salvado, brotes de soya, inyecciones de muérdago, remolachas, etc.

El Papel del Paciente Este (no-) sistema completo se ha vuelto obsoleto. Ahora el paciente se convierte en un ”agente“ activo en el tratamiento de su enfermedad. El asume la responsabilidad de resolver un conflicto, quizás con cierto apoyo, pero básicamente él tiene que resolver su conflicto por sí mismo. Una solución real es ciertamente lo mejor y lo más viable, una solución definitiva. No hay una aproximación que se ajuste a todos, no hay en adelante, una receta general que deba ser aplicada para poder obtener soluciones posibles. Solo existen posibles caminos para una solución óptima, y estos difieren de un paciente a otro. Está claro que una solución real puede no ser posible para algunos conflictos– éstos requieren una aproximación intelectual. Una perspectiva espiritual o religiosa puede ser útil para lograr esto, así como el apoyo de un amigo querido, como dice el lema: un dolor compartido es dolor a la mitad. Ofrecer apoyo espiritual al resolver un conflicto en un nivel intelectual ciertamente ha sido un elemento central de la religión a través de las épocas.

Basados en los principios de la Nueva Medicina Germánica®, sólo podemos decir a los pacientes acerca de los diferentes caminos para resolver su situación. Finalmente y desde luego, depende del paciente y sólo de él mismo, qué camino elige. En otras palabras, el paciente maneja su propia terapia, pero siempre asistido por su médico, por si se presentan complicaciones.

Así, un paciente que va y viene entre las creencias de la medicina convencional y el concepto de la Nueva Medicina Germánica® sentirá como estarse mojando continuamente con baños de agua helada y agua caliente. Estando ya afectado por su enfermedad, el paciente no mantendrá su defensa por mucho tiempo. La mera mención de un diagnóstico de cáncer o del término ”metástasis generalizada“ lo propulsará hacia un abismo de total impotencia. Para la mayoría de los pacientes, el supuesto común de que el cáncer continuará creciendo constituye una sentencia de muerte. Ser llevado de la esperanza al pánico, de la actividad a la pasividad, es entonces una situación catastrófica para el paciente. Alternar entre estas ”duchas frías y calientes“ trae las peores complicaciones.

Complicaciones

Existe un número de complicaciones que también pueden ocurrir durante la fase de curación. Éstas no solo incluyen el proceso reparativo en el cerebro, sino también los mecanismos de reparación del cuerpo llevados a cabo en los crecimientos cancerosos. Esto es una ocurrencia normal en todos los procesos reparativos llevados a cabo durante la fase de vagotonía después de una llamada ”enfermedad“, como la hepatitis ó la influenza. El paciente percibe como completamente aceptable el estar cansado y falto de energía por varias semanas, o en el caso de la hepatitis, por varios meses. Desde luego, un paciente con hepatitis que se encuentra en la fase de curación, que esta cansado y exhausto, contrariamente y a pesar de sentirse bien, tenderá a pensar que esto no es normal. Muchos pacientes quienes cursaban todavía con su cáncer activo (simpaticotonía), comienzan a sentirse tan cansados durante la subsiguiente vagotonía que su debilidad visible los obliga a quedarse en cama. Cada paciente con cáncer debe aprende que esta etapa es buena y deseada, y que de hecho esta es la etapa óptima. Por ejemplo, un paciente que se ha fracturado un hueso, esperará experimentar dolor mientras la fractura sana. Le es dicho que el hueso roto tiene que regenerarse por medio de la formación de células callosas, y que esto en ocasiones duele. Esto es básicamente similar en los pacientes con lesiones osteolíticas. La osteolisis tiene que recalcificarse, el tejido que rodea al hueso aumenta de volumen notablemente, y este proceso se acompaña en ocasiones por un dolor severo, especialmente en las vértebras, cuando los foramina intervertebralia ó forámenes intervertebrales (pequeñas aberturas entre las vértebras) son comprimidos y empujan las estructuras nerviosas de la columna lumbar. En

muchos pacientes el dolor es casi intolerable. Desde luego, un paciente que sabe que el dolor es parte integrante del proceso de curación que lleva hacia la recalcificación, estará mucho más preparado para tolerar este dolor. Lograr la vagotonía en la fase de curación después de un estado de simpaticotonía en la fase activa del conflicto es como dar la bienvenida a la lluvia en una sequía.

En este punto el proceso de reparación del cuerpo se instala no solo en la lesión cerebral causada por el conflicto, sino que se llevan a cabo y se completan en el cuerpo todas las tareas ”suspendidas“ ó ”atrasadas“. Por ejemplo, una inflamación previa, se reactivará; el sangrado, previamente en un nivel mínimo, incrementa; y el peso que fue perdido es ahora recuperado. Los "tumores malignos" ó las necrosis son reparadas, recalcificadas, y degradadas por microbios en el cuerpo. Desde luego, aunque muchas de estas respuestas son normales e incluso deseables, éstas pueden derivar en complicaciones, como el sangrado, o el aumento de volumen causado por el edema, llevando a comprometer funciones vitales (Ej. difteria comprometiendo las vías aéreas, un carcinoma bronquial comprometiendo los bronquios, o un carcinoma a los conductos biliares). Ninguna complicación entonces debe ser subestimada.

Distinguimos dos tipos de complicaciones: aquellas que ocurren en la fase activa del conflicto (tales como los desórdenes que aparecen en los pacientes diabéticos) y aquellas que ocurren durante la fase de curación. En el nivel cerebral, la mayoría de las complicaciones aparecen durante la fase de curación cuando se forma el edema cerebral, como señal de curación, produciendo presión en el cerebro. En este punto se necesita hacer todo lo posible para prevenir que el paciente caiga en un coma. En casos menos severos, el café, el té, la fructosa, la vitamina C, los refrescos de cola o una compresa helada aplicada en la cabeza, tal como en los viejos tiempos, son medidas útiles. De todos los pacientes en la fase de curación, entre el 60 y 70 % no requieren medicación. Desde luego, la decisión de suspender la administración de medicamentos, solo debe de hacerse una vez que el escáner cerebral ha mostrado claramente que esto no es necesario. Podemos aprender mucho de la Madre Naturaleza: un animal en la fase de curación se mantiene quieto de manera natural, duerme mucho y espera calmadamente hasta que alcanza el estado de normotonía. Durante esta fase de curación, ningún animal con un edema cerebral se expondría por sí mismo a la luz directa del sol, porque sabe instintivamente que el sol le hace más daño que beneficio. Es recomendable aplicar compresas frescas a la marca caliente de la lesión cerebral (Foco de Hamer) especialmente en la noche, periodo de descanso vagotónico del ritmo normal día-noche. Los pacientes en la fase de curación sufren más durante la noche, hasta las 3 o 4 de la mañana cuando el organismo cambia al ritmo de día. Mi experiencia ha mostrado que el 95% de los pacientes sobreviven a estas complicaciones. Para el 5% restante, este número podría llegar a reducirse en un futuro, y el punto crítico ser pasado a través de tratamiento de cuidados intensivos, en particular aquellos que sufren de complicaciones en el cerebro.

Si ahora sabemos que prácticamente en todos los cánceres resultarán síntomas cerebrales después de la solución del conflicto – ahora el paciente estará listo y aceptará de manera calmada los dolores de cabeza temporales, el vómito, la sensación de mareo o la visión doble, etc. como síntomas de curación y no será más, lanzado hacia ataques de pánico. En la mayoría de los casos, todo transcurrirá sin consecuencias serias.

Los médicos tienen que considerar las muchas complicaciones posibles que puedan presentarse tal como en cualquier otra ”enfermedad“: una tarea con la cual tratar. Debemos recordar constantemente, ¿de qué sirve que el paciente no muera debido al cáncer sino debido a una complicación que el cuidado profiláctico pudo haber prevenido? La muerte es final. Casi todos los pacientes que fueron a verme eran aquellos calificados como casos sin esperanza por la medicina convencional. Y estuve forzado a ver sucumbir a muchos pacientes a sus enfermedades, pacientes que no pude ayudar más en ese punto, con los precarios medios disponibles porque mis antiguos colegas eligieron no apoyarme. Muchos de esos pacientes no tuvieron que haber muerto. Estoy convencido de que si tan solo algunos de mi antiguo grupo, en particular colegas especializados en neurocirugía y en cuidados intensivos, hubieran contribuido con su habilidad, hubiésemos sido capaces de manejar estas complicaciones en un tiempo muy corto.

Medidas Terapéuticas

Las medidas terapéuticas en la NMG ocurren en 3 niveles (ver ”Pasos de la Terapia en la NMG“):

Nivel psicológico: terapia psicológica práctica, basada en aproximaciones de sentido común

Nivel cerebral: observación del progreso y terapia de las complicaciones cerebrales

Nivel orgánico: terapia de las complicaciones orgánicas

Cuando se inicia la terapia, debemos tener en mente que todo lo que pasa en el organismo ocurre simultáneamente y en una forma sincronizada. Bajo ninguna circunstancia debemos estar tentados a dividir la Nueva Medicina Germánica® en subespecialidades, con alguien a cargo del cuidado del alma, otro del cerebro y un tercero de los órganos. Como regla, debemos distinguir entre la fase activa del conflicto - (fase ac) y la fase de curación (posconflictolisis, fase pcl). Si el individuo se encuentra todavía experimentando el conflicto activo, el choque del conflicto ó SDH debe ser determinado en orden de saber la duración máxima del conflicto, el contenido del conflicto y su manifestación en los órganos. Más aún, es muy importante identificar el progreso del conflicto, en particular su intensidad, de manera que se pueda evaluar la masa del conflicto apropiadamente.

Es igualmente importante saber si el paciente es zurdo o diestro, y cual es su estado hormonal actual: por ejemplo, si la paciente femenina se encuentra en la madurez sexual o si ya ha entrado a la menopausia, o si ella toma anticonceptivos. Lo mismo aplica, mutatis mutandis, a los pacientes masculinos.

Solución del Conflicto

Las soluciones para los conflictos – se deben encontrar junto con el paciente. Entre mejor desarrollada se encuentre la intuición del terapeuta y más pronunciado esté su sentido común, más fácil será asistir al paciente en encontrar una solución real y práctica o intelectual al conflicto. En mi opinión, una solución de conflicto elegida por el paciente parece ser la más benéfica porque él estará completamente de acuerdo. El paciente será capaz de vencer su conflicto de pánico solo si es tranquilizado y liberado de la preocupación, tal como cualquier animal que vence su pánico tan pronto como siente o ve a su guarida, su nido, su madre, rebaño, grupo, otros animales, etc. Los sedantes de cualquier tipo no solo distorsionan el cuadro completo sino que pueden involucrar el riesgo de tornar un conflicto activo agudo en un conflicto pendiente subagudo. Cualquier tipo de agitación es también muy peligrosa y debe ser evitada porque los eventos molestos o perturbadores, así parezcan triviales, pueden escalar y accionar un nuevo conflicto o una recaída de conflicto en cualquier momento.

Cuando el conflicto del paciente ha sido resuelto, es importante llevar a cabo una tomografía computarizada cerebral tan pronto como sea posible debido a que la inminente crisis epileptoide puede accionar una complicación la cual debe de ser tratada en adelante. En el caso de un conflicto de pérdida de territorio, el potencial de un ataque cardiaco inminente debe de estimarse. El

ataque cardiaco ocurre aproximadamente de 2 a 6 semanas después de la solución del conflicto. Contra medidas apropiadas pueden aplicarse entonces si es necesario.

La CIRUGÍA en la NMG solo debe ser considerada si se estima apropiada, Ej. si el proceso de curación espontáneo natural tomará mucho tiempo y resultarán consecuencias severas para el paciente. Por ejemplo, el seno de una paciente femenina pudo haber sido dañado hasta el punto donde el curso biológico continuo ya no puede ser psicológicamente aceptable para el paciente.

Un tratamiento con MEDICACIÓN no es solo del dominio de la medicina convencional; en la NMG, desde luego, el uso de fármacos se restringe a prevenir y aliviar las complicaciones que aparecen durante el proceso natural de curación. No usamos medicación para tratar el cáncer, en contraste a la llamada aproximación quimioterapéutica, que no está nada lejos del exorcismo. Me puedes preguntar, bueno, ¿cuál es exactamente el tratamiento terapéutico para una enfermedad cancerosa?

Un sabio y carismático médico sabrá inmediatamente a que me refiero. Sólo pregúntale a una madre cómo maneja la tristeza de su hijo. Sorprendida por esta pregunta, ella contestará que no sabe cómo, pero que siempre se las ha arreglado para reconfortar a su hijo y hacerlo feliz. De manera similar, no puedo proveer reglas probadas y ciertas sobre cómo aproximarse a un paciente en un nivel ”psicoterapéutico“, y menos puedo hacerlo en términos de tratamientos de terapia para la familia del paciente, para su supervisor, sus colegas de trabajo o sus vecinos de forma que ellos puedan ”participar“, especialmente si son parte del conflicto. No sólo tratamos al paciente sino que también las personas en su ambiente deben de ser siempre alentadas para participar también. Si no, el paciente no puede ser ayudado. Esto es prácticamente cuestión de habilidad y tacto del médico tratante. Pero a menudo, y Dios es mi testigo, los familiares del tío, el cuñado, ó el padre no están siquiera interesados en que el paciente continúe vivo, y que posiblemente se vean retrasadas las ”cuestiones de herencias“. ¡Aquí es donde la terapia verdaderamente tiene sus límites!

No hay necesidad de tener pánico en la NMG. Muy pocos conflictos sucesivos, especialmente los conflictos de pánico, son activados, porque habiendo el paciente entendido sus principios desde el inicio ó aún mejor, desde antes de que ocurriera su enfermedad, éste reaccionará muy calmadamente frente a los síntomas predecibles, en particular hacia aquellos encontrados durante la fase de curación. Contrariamente a las suposiciones comunes, él sabe que estos no constituyen enfermedades. El paciente sabe

que cada proceso es parte de un programa biológico significativo especial activado por la Madre Naturaleza en su propio beneficio.

El paciente será capaz de entender qué está ocurriendo y por qué tiene que ocurrir y sabrá que el 95% de los pacientes tratados con la NMG sobrevivirán. Ciertamente, muchos de nosotros en algún momento u otro experimentaremos un nuevo conflicto y sufriremos un nuevo ”cáncer“, pero esto es parte normal de la vida, y no es una cosa tan mala, una vez que has entendido los principios de la Nueva Medicina Germánica®.

Algunos pacientes pueden dudar, en vista del hecho de que la aproximación en la terapia de la NMG no se sostiene de las (dudosas) creencias médicas convencionales. Desde luego, lógicamente la comprensión de los principios de la NMG dicta en un amplio grado qué tipo de terapia debería usarse.

La terapia de la NMG se asemeja lo más posible a lo que consideramos biológicamente lógico para los humanos y animales similares. No es una ”medicina que pueda ser tragada“ – como apropiadamente la describió un antiguo paciente. Esto no significa, claro está, que no empleemos medicación si la encontramos útil y buena para el paciente. De hecho, toda medicación con un efecto sintomático positivo debe usarse para el beneficio del paciente, pero sólo después de habernos preguntado si el doctor se lo prescribiría a su propia esposa LA SALUD PSÍQUICA DESDE EL PUNTO DE VISTA HOLÍSTICOESPIRITUAL Dr. Claudio Burga Montoya, Médico de la U.B.A. Lic. Claudia Perez Gaona, Licenciada en Psicología Clinica ( U.B.A.)

Asistimos a una época en la que aún persisten modelos “aparentemente” antagónicos para tratar las enfermedades de los seres humanos. Proponemos el desarrollo de nuevos abordajes curativos que impliquen una integración de propuestas provenientes de medicinas holísticas, alternativas, extra-académicas, también llamadas blandas o más inocuas. Estas ven al ser humano como una totalidad cuerpo-mente, lo cual precisa de la comprensión profunda de la problemática de la persona y, si el caso lo exigiese por su urgencia, el uso de medicinas químicas tanto de origen natural (fitoterapias, vitaminoterapias) o medicamentos de síntesis. En cada caso particular,

apelamos a la elección de las medidas más inocuas posibles para la curación total. Lo que en nuestra cultura actual se manifiesta habitualmente es una disociación de estas distintas terapéuticas. Proponemos una manera nueva de pensar los viejos problemas, un CAMBIO DE PARADIGMAS que nos conduzcan desde los antagonismos, hacia la INTEGRACIÓN: un ejercicio de apertura y valoración de las cualidades de ambos hemisferios cerebrales. Observamos que nuestra sociedad, tanto como la formación académica que recibimos, valoran casi “exclusivamente” las cualidades de la lógica, la razón, el cálculo, el análisis, la lectura lineal: causa- efecto, lo “científico” (calificado en términos de mediciones, estadísticas y casuísticas numéricas).Es decir relaciones funcionales, concientes, “acciones” médicas: todas ellas inherentes al hemisferio izquierdo en forma tan predominante, que absolutamente anula y/ o descalifica lo proveniente de nuestras otras capacidades. Ellas son el pensamiento analógico, la visión de conjunto, la intuición, las relaciones esenciales (y no solo funcionales), la inclusión del Alma (y no sólo del cuerpo) . Proponemos evitar los diagnósticos duros y la presunción de cronicidad, ya que fijan al paciente en una posición equivocada que no propende a la curación. Observamos que las terapéuticas que practicamos hacen innecesarios tales diagnósticos, en la medida que ayudan a la movilidad de los síntomas y a la activación de los propios recursos de salud del paciente, que se ven anestesiados por otros tratamientos. Por otra parte, lo considerado “normal” es sólo un frecuencia estadística más ligada a Eros, y lo “anormal” está más ligado a Tanathos , el polo de la muerte. La dificultad y a la vez lo maravilloso es encontrar el punto medio. DESARROLLO Este nuevo orden de cosas supone la superación de los actuales antagonismos, equivocadamente considerados territorios opuestos para convertirlos en una verdadera integración de opciones según las necesidades lo impongan: Hemisferio derecho Izquierdo Intuición Energía Alma Pensamiento analógico lógico Lo Holístico Alcalino Relaciones esenciales funcionales Magnético Sentimiento

INTEGRADO CON “ “ “

razón materia cuerpo Pensamiento



Lo Académico Ácido Relaciones

“ “ “ “ “

hemisferio

Eléctrico Pensamiento

Vivimos en un mundo de POLARIDADES, y esto constituye EL PROBLEMA CENTRAL DE NUESTRA EXISTENCIA: constantemente estamos frente a dos posibilidades de acción y esto nos obliga a decidir. Habiendo dos posibilidades, sólo podemos realizar una y dejar irrealizada la otra. Pretender no elegir es ya elegir algo, por ende ponemos en acción nuestro código de valores. Pero en este mecanismo, perdemos progresivamente la noción del otro polo y las verdades intrínsecas que contiene. Desde el momento en que decimos YO y nos discriminamos así del TU (EL NO YO), quedamos presos de diferentes contrapuntos: lo interno y lo externo mujer y hombre bien y mal verdad y mentira. Es un problema de nuestro EGO el no poder percibir, reconocer o imaginar siquiera LA UNIDAD, EL TODO. Es decir, más allá de la polaridad que como individuos soportamos, está LA UNIDAD, el TODO, el lugar donde se aúnan los “contrarios”, más allá del tiempo y el espacio, está el SER PURO en reposo permanente, sin forma ni actividad. Nuestro PENSAMIENTO precisa de la premisa de la polaridad por los mecanismos que le son inherentes, pero el mundo en sí no es polar, sólo el CONOCIMIENTO que tenemos de él lo es. SALUD: es un estado de integridad, en conexión con la verdadera esencia. ENFERMEDAD: Es negar uno de los dos polos: su sombra. La evitación del verdadero aprendizaje del Alma. La persona erra el fin de su existencia: lo que implica una desconexión de lo que venimos a aprender. CURACIÓN: SUPERACIÓN DE LA POLARIDAD, integrando la sombra. El Yo: el ego, la personalidad, uniéndose al Ser, al Alma, a lo esencial. Como terapeutas, estamos frente al desafío de eliminar los aparentes VERSUS y enriquecer nuestra comprensión del hombre desde todas las caras del múltiple prisma que éste es en realidad. Esto nos exige tolerancia a las paradojas, a la incertidumbre y a la ambivalencia, y excluye la pretensión de alcanzar la unívoca verdad mediante la destrucción de una de las opciones. Superar el conflicto supone ir más allá de las demarcaciones auto impuestas. La crisis del paciente es el vórtice del cambio que nos dá la oportunidad de generar un salto cualitativo en su enfermedad. No tiene que ver con un tiempo lineal sino con un tiempo circular que puede generar un cambio de estructura que lleve a la curación o al mejoramiento de su estado. Es necesario

comprender el sufrimiento esencial para poder trascenderlo y no luchar “contra” la enfermedad o el síntoma, al que vemos como potencialmente mutable. Incursionar en el fascinante mundo de la Psicología y Salud Holísticas no implica apartarse de un camino conocido, académico, seguro, verificable para iniciar otro, sino celebrar el encuentro entre ambos lados de la misma moneda ( la razón y la intuición), renunciando a la divisoria, siendo permeables al intercambio de los dos hemisferios cerebrales, evitando concientemente el predominio alternativo de uno a expensas del otro. PENSAR CON EL CORAZÓN Y SENTIR CON LA MENTE: sintetiza para nosotros la alquimia de la vida: lo funcional y lo esencial, lo analítico y la visión de conjunto, el pensamiento digital y el analógico, la forma y el contenido. *La dialéctica llama a este proceso tesis, antítesis y síntesis. *El Tao simboliza la unidad: El lado oscuro contiene en sí una pequeña porción de lo claro y el claro incorpora algo de la oscuridad, complementando los opuestos. Somos seres multidimensionales, dotados de cuerpo físico, mental, emocional y espiritual. Los remedios florales y los homeopáticos ALINEAN los cuerpos nombrados, ejerciendo una capacidad de armonía INTEGRAL, PROFUNDA y EQUILIBRADA. Nosotros, como médicos, psicólogos, terapeutas holísticos ¿seremos capaces de alinear nuestros conocimientos del hombre en varios planos, no sólo su cuerpo físico o mental? Aprender es des-aferrarse de lo conocido, des-bloquear nuestra mente, desapegarse de lo viejo para RE-LIGAR con libertad, para INTEGRAR al hombre con su esencia, para RESTAURAR la ruptura producida por nuestra mirada en una sola dirección. Si escuchamos el lenguaje del síntoma, nos indica el camino de la verdadera CURACIÓN., y no el alivio con el abordaje solo farmacológico, que no contempla la comprensión profunda de la angustia existencial de ese individuo. El arte del tratamiento es volver a conectarlo con su circuito de afectividad verdadero. Esto tiene que ver con las “acciones” que puede llevar a cabo y no con un mero análisis de la situación, que se pueda convertir en un discurrir sin ningún resultado práctico. El trabajo homeopático y/ o floral tiene un recorrido progresivo, a través de las distintos planos energéticos llevando la enfermedad desde el sistema nervioso hacia planos más superficiales, observándose en la práctica que al mejorar su psiquismo se agravan ciertos síntomas físicos. En este contexto, las flores van integrando hemisferios y otros aspectos complementarios para lograr mayor contacto con lo que la persona tendrá que estimular para superar su conflictiva e ir hacia una vida de relación. Este es el

fin último de nuestra existencia, ir hacia el nosotros, que tiene que ver con trascender el ego a través de la conexión con nuestra sabiduría interior. Esta proviene del contacto con nuestra Alma que es la parte que anhela aprender en nosotros. El conocimiento intelectual, hemisferio izquierdo ,lógico-racional no se debe confundir con la verdadera sabiduría que proviene del corazón, relacionada con el sentirnos y sentir al otro. Como la sabiduría proviene del interior, por eso es singular, en cambio los conocimientos son adquiridos y acumulativos ya que provienen del exterior. Cuando SENTIMOS, la comunicación transita por el canal de lo verdadero y trascendente (transformación) lo cual sana al vínculo, a la persona, y al mundo. Por eso las personas que nos dedicamos a CURAR no podemos estar pensando en factores como el tiempo o cualquier otra cosa que nos impida estar REALMENTE PRESENTES, porque sino, no hay unión ni entrega, y así es imposible crear el VÍNCULO. Esto implica que trabajamos solo a través de esta CONEXIÓN, inmersos en la díada Sanador-sanado. Sí estamos atentos, permanentemente estaremos aprendiendo de todos y de todo lo que nos pasa. Intuímos que nos van llegando aquellos pacientes con los que tenemos especial sintonía y con los cuales el aprendizaje será mutuo, a los que estamos capacitados para curar porque nuestra sabiduría interior, en constante expansión, ya atisba a resolver ese aspecto en el otro. Esto a su vez refuerza ese conocimiento intrínseco en nosotros y nos ayuda a reconocerlo desde otro lugar que nos ayude a evolucionar. Material utilizado, Método, forma de trabajo Interconsulta ( médico, psicóloga, psiquiatra )- antipsiquiatría (estrategias con la familia y de alejamiento temporario de su hogar)- redes de contención externaTécnicas varias: medicación homeopática, psiquiátrica, dieta naturista, testeo muscular ,con el consiguiente equilibrio de meridianos de acupuntura, auriculoterapia, desbloqueo de puntos neurolinfáticos en el cuerpo y neurovasculares en la cabeza, limpiando el stress de las situaciones traumáticas de la vida,con el trabajo sobre los focos de Hammer a nivel cerebral con Soft laser, entrevistas psicológicas con la paciente y con miembros de su grupo familiar y/ o personas allegadas que pudieran dar contención, ejercicios de meditación, práctica de Yoga, etc. Discusión análisis del trabajo, comparación con otros estudios, tablas, gráficos, estadísticas. EL CASO E: Historia y perfil psicológico familiar:

La paciente tiene 59 años, casada, nacida en el interior. El esposo tiene un alto cargo laboral pero padece la crisis social-económica actual con alto grado de stress y responsabilidades auto impuestas excesivas para su status actual. Por ejemplo, sus cuatro hijas, ya adultas, dependen económicamente de ellos en diversas medidas. El suele irritarse mucho, es violento, dominante pero no hace nada por cambiar este modelo que lo beneficia secundariamente en no pocas cosas. “Tiene siete mujeres a su cargo”, contando al personal doméstico. También se encoleriza mucho con E., en especial descalificando sus opiniones, su juvenil estilo de vestirse, sus arrebatos emotivos y/ o exacerbando sus estados. Su capacidad de contención es baja a nula y su capacidad para desatar los “picos emocionales” de ella es notoria. Es de consignar que también él tuvo problemas psiquiátricos varios, que quedaron sin resolver, entre los cuales constan dos intentos de suicidio. Están juntos hace 44 años y la dependencia mutua, pero en especial la de él, es paradójicamente muy marcada. E. comienza a cursar la menopausia. Queriendo verse mejor, dos años antes comienza a tomar anfetaminas, uno de los factores que consideramos desencadenantes de su trastorno bipolar. Luego de un pico de excitación, violencia y euforia que irrumpe ante la internación geriátrica de una tía y la mala praxis a la que se veía sometida, el marido simplemente retira las denuncias policiales que ella hiciera oportunamente y exige que se la medique. Ninguna interpretación le aclara el lugar simbólico de esta tía en su vida, ni la identificación con la vivencia de injusticia y malos tratos, tantas veces padecido por ella (ya que su marido solía violentarse hasta físicamente). E. viene a nuestra consulta homeopática presa de un estado depresivo que lleva siete meses de evolución. Se presenta con una nerviosidad ansiosa, mal humor proveniente de reiteradas peleas familiares donde ella siente que dos de sus hijas la atacan y dos la defienden, dramatizando el conflicto familiar. Reprocha a los otros sus faltas hasta llegar a ser hiriente y no soporta que se la contradiga. Ante esta constante confrontación que la agobia ostensiblemente, elige inconscientemente la depresión como mecanismo de evasión, que le permite aislarse de su familia y entorno. Los síntomas físicos que eran efectos adversos de la medicación : sensación de cabeza en el aire, visión borrosa, náuseas, zumbido de oídos, mucha fatiga, mareos al pararse y falta de apetito. La medicación con la que había sido tratada fue: Risperdal, 1 mg,(¼ 3 veces por semana) Clorpromazina ,25 mg /día, Fluoxetina, 20 mg/día(3 veces semanales), Haloperidol inyectable y Akinetón, a la que se le agregó el crudo diagnóstico de que su vida siempre estaría signada por estos estallidos, sin anticipación posible y mucho menos posibilidad de cura. El estigma de la enfermedad mental de E. prendió rápidamente en su familia, ávida de un depositario de todo lo irresuelto en cada uno de ellos. De allí que insistieran en la continuación del mismo tratamiento durante meses, pese a la evidencia de su empeoramiento progresivo. Ya no salía de su cama, ni dormía, perdió peso considerablemente, se sentía “drogada” y literalmente no podía estar parada.

El vínculo terapéutico con nosotros fue inmediatamente positivo. La medicación instituida fue la siguiente: Trazodone, 50 mg/día, Hipérico, 300 mg, Gingko Biloba 80 mg, D-L fenilalanina, 400 mg. Se le recomiendan sesiones psicológicas a las que comienza a asistir con regularidad. Prosigue la mejoría en la medida en que va pudiendo tomar su medicación y poner en práctica algunas indicaciones del equipo tratante: comienza clases de Yoga y relajación, sale a tomar sol al jardín, mejora su dieta basada en el naturismo, comenzamos la comprensión profunda de lo acontecido y también lo reforzamos con afirmaciones positivas acerca de su propia colaboración en su mejoría y salud integral Primera semana: Natrum Muriatricum, 30. Segunda semana: Ignatia 30 (una microdosis) ante una exacerbada sensación de injusticia. Tercera semana: Sepia 200, con lo que mejora su estado general, pero persiste el insomnio. Aumentó el apetito, y mejoraron los mareos y no siente tristeza, excepto al despertar. Cuarta semana: Sepia 1000 con lo que mejora la visión borrosa y la sensación de flojedad. Sexta semana : refiere estar bien, sin náuseas, 50% mejor de la tristeza, pero el mal humor no mejora y está fastidiosa. Se le retira la medicación farmacológica y el complejo de plantas, agregándole Valeriana 900 mg para mejorar el sueño y se le desobstruyen los bloqueos linfáticos. Tres meses después ya no refiere estar triste, no tiene mal humor y en caso de estar sola no busca salir compulsivamente de la casa. Al tomar más confianza empieza a decir frases como “esta vez mi médico lo elegí yo”, “el problema mío es en realidad de los dos,” y comienza a desarticular el lapidario diagnóstico anterior acerca de su cronicidad. Por estos tiempos, el marido no acepta ser citado salvo para reportar sobre ella y se resiste a ver su rol en este problema. Cuando mejora un poco más, él comienza a hostigarla ostensiblemente, celarla , negarle el dinero para Yoga y a quejarse de los costes del tratamiento, ofreciendo volver a los médicos de la Obra Social, claramente de otra línea terapéutica. Ella va haciéndose cargo de su bronca e intenta no auto agredirse más como antes cuando solía descargarlo, masoquistamente sobre ella. Se va algunas horas cuando él está violento, anhela cierta independencia económica, insiste en que por primera vez se está cansando. Hasta entonces, había sido sumisa y auto agresiva, optando por deprimirse. Esta vez está enojada, se siente tratada injustamente, como a una niña, juzgada, y manifiesta querer estar lejos de él, disimuladamente. Por primera vez acepta una invitación de fin de semana que lo encoleriza terriblemente. También intenta armar algún proyecto laboral vendiendo sus tejidos y pone excusas para estar menos en su casa. Allí agregamos una fórmula floral al tratamiento para trabajar su sensación de víctima, la comprensión global, el perdón, las quejas, el sometimiento y la pérdida de conexión con su Yo esencial, su maestro interior. También cambiamos su medicamento por Belladona 200 por síntomas correspondientes con su incipiente fase maníaca que iba en plena evolución ante la permanente y aún irresuelta conflictiva de pareja. Ante la angustiosa demanda familiar, se la medica con Litio 900 mg y Clonazepám 2 mg. .En todo momento se siente algo rebelde con la medicación por las malas experiencias anteriores con lo que discontinúa la ingesta por intolerancia a nuestra

indicación de que se la administren y la poca capacidad familiar para hacerse cargo de esta responsabilidad. Decidimos tener entrevistas con él, con algunas hijas y con un médico allegado a la familia, buscando descomprimir la creciente violencia de ambos. La solución que hallamos fue que ella se hospedara unos días en un Spa de este médico amigo para que no llegue a un nuevo episodio “maníaco”completo. En menos de una semana la familia la regresa a su casa, pero ya más discriminados y serenos. Se le cambia el medicamento homeopático a Veratrum Album 30 que va aliviando progresivamente la ansiedad y permite un mejor vínculo con el marido que a su vez acepta tratarse homeopáticamente como había sido sugerido desde hacía tiempo. Ella ya duerme mejor, él comienza a contenerse un poco. Hemos intentado una entrevista familiar ampliada en oportunidad de la internación, pero fue rotundamente rechazada por el marido. Actualmente, ante la conflictiva situación de una de sus hijas se les reitera la necesidad de una entrevista familiar que fue mejor aceptada. Resultados Intentamos no diagnosticar como “paciente” sólo al asignado por la familia, o al que consulta, ya que partimos de la premisa que la familia está afectada en más o menos medida por el conflicto. Lo que devolverá la armonía al “paciente” será la integración de las terapéuticas lo más inocuas posibles (sin que por esto sean insuficientes) si el caso lo permite, aunados con la contención de la red familiar junto con el exhaustivo seguimiento terapéutico correspondiente. Este incluyó medicaciones homeopáticas, florales y/ o equilibrio de los meridianos de acupuntura, magnetoterapia , etc, Conclusiones Creemos que lo que favoreció su restablecimiento fueron: la complementariedad de las técnicas usadas, la cuidadosa evitación de un diagnóstico cronificante, la comprensión “familiar” del síntoma para que no recaiga exclusivamente sobre ella el peso de la enfermedad, la confianza que logró sentir por el equipo tratante (en la medida que fue “elegido”por ella), el reconocimiento del predominio del hemisferio derecho y no obstante el trabajo de equilibramiento de ambos hemisferios, la revalorización de sus “cualidades” innatas, cambiando la mirada hasta ahora desvalorizante sobre ellas y el apartamiento de su hogar por cinco días en el momento oportuno para descomprimir la situación general . La psiquiatría a la que ella venía sometida usaba la polifarmacología, siendo posible sustituirla por medicaciones naturales y un solo fármaco que eliminaron los efectos adversos y mejoraron su equilibrio psicofísico en tres meses. De haber sido una familia naturalmente más continente, hubiéramos podido contenerla con menos medicación química. Actualmente nos proponemos reforzar las estrategias familiares, cosa que no era posible en aquel momento

por las resistencias de ellos. La familia pareció necesitar la mejoría de la paciente para afianzar su confianza en nosotros. En el trabajo homeopático, encontrar el similimum no siempre es posible al principio en pacientes polimedicados. La medicación psicofarmacológica también tuvo el sentido de contener el cuadro hasta tanto la mejoría del paciente permita la retirada del mismo, lo que le dá a la homeopatía un carácter de evolutividad sintomática. Bibliografía ----La enfermedad como camino: Dethlefsen y Dahlke La curación cuántica : Dr Deepak Chopra Escritos del Dr Edward Bach La conciencia sin fronteras :Ken Wilberg