Habilidades discursivas

Habilidades discursivas QUÉ SON LOS GÉNEROS DISCURSIVOS Partiremos del concepto de género discursivo procedente de Bajtí

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Habilidades discursivas QUÉ SON LOS GÉNEROS DISCURSIVOS Partiremos del concepto de género discursivo procedente de Bajtín (1982), que recordaremos mediante este fragmento: El uso de la lengua se lleva a cabo en forma de enunciados (orales y escritos) concretos y singulares que pertenecen a los participantes de una u otra esfera de la praxis humana. Estos enunciados reflejan las condiciones específicas y el objeto de cada una de las esferas no solo por su contenido (temático) y por su estilo verbal, o sea por la selección de los recursos léxicos, fraseológicos y gramaticales de la lengua, sino, ante todo, por su composición o estructuración. Los tres momentos mencionados –el contenido temático, el estilo y la composición– están vinculados indisolublemente en la totalidad del enunciado y se determinan, de un modo semejante, por la especificidad de una esfera determinada de comunicación.

wikipedia Competencia discursiva. (< latín competentĭa ['coincidencia, concordancia, correspondencia']). Se dice que «es la habilidad que tiene un individuo de una comunidad sociocultural para elegir el discurso más adecuado a sus intenciones y a la situación comunicativa en que está».1 Es uno de los componentes de la competencia comunicativa, con la cual se la suele confundir. Según el Diccionario de términos clave de ELE (Español como Lengua Extranjera), del Centro Virtual Cervantes: "La competencia discursiva hace referencia a la capacidad de una persona para desenvolverse de manera eficaz y adecuada en una lengua, combinando formas gramaticales y significado para lograr un texto trabado (oral o escrito), en diferentes situaciones de comunicación. Incluye, pues, el dominio de las habilidades y estrategias que permiten a los interlocutores producir e interpretar textos, así como el de los rasgos y características propias de los distintos géneros discursivos de la comunidad de habla en que la persona se desenvuelve".2

Componentes de la competencia comunicativa integral Tres de los nueves componentes que constituyen la competencia comunicativa integral. Para Pulido y Pérez, los nueve componentes de la competencia comunicativa integral son los siguientes:11 1. Competencia lingüística: habilidad de usar e interpretar la lengua de manera correcta. 2. Competencia sociolingüística: habilidad de producir enunciados apropiados de acuerdo con las reglas que rigen el acto comunicativo. 3. Competencia discursiva: habilidad de producir e interpretar diferentes tipos de discursos e interpretar y producir textos cohesionados y coherentes.nota 3 4. Competencia estratégica: habilidad de utilizar estrategias de comunicación verbal y comunicación no verbal para mejorar la efectividad de la comunicación. 5. Competencia sociocultural: habilidad de comprender el significado cultural que subyace en las formas lingüísticas, y de establecer distinciones entre las culturas diferentes. 6. Competencia de aprendizaje: habilidad para organizar el propio aprendizaje. 7. Competencia cognitiva: habilidad de construir o reconstruir conocimientos a través de la lengua. 8. Competencia afectiva: habilidad para reconocer, expresar y canalizar la vida emocional por medio de la lengua. 9. Competencia comportamental: habilidades verbales y no verbales que evidencian una adaptación de la conducta a la situación comunicativa.

La competencia discursiva Para Irma Chumaceiro, el ejercicio de la competencia discursiva supone un sujeto productor del texto, otro sujeto receptor del mismo y una adecuada interacción comunicactiva entre ambos. En esta interacción comunicativa son importantes los conceptos de cohesión y coherencia.12 La cohesión, para Halliday y Hasan, iniciadores del estudio de la cohesión textual, es lo que permite asumir como un texto a un conjunto de palabras y oraciones, es decir, aquel tejido oracional armado sintáctica y gramaticalmente, en la estructura superficial o microestructura textual, que hace de un texto una unidad lingüística.13 Para Lozano, algunos factores que conforman la cohesión textual son las conjunciones (y en general los elementos copulativos), el artículo, el pronombre, algunos valores verbales como el modo, el tiempo y el aspecto, lo mismo que el orden de las palabras, todo ello favorece la conectividad textual.14 La coherencia, por su parte, es una propiedad semántica del texto que permite la construcción/reconstrucción de la estructura profunda o macroestructura textual.15 ,16 Para Chumaceiro, la cualidad de coherente de un texto es apreciable si se le puede atribuir un sentido, esto es, si se puede identificar el tema en relación a un universo temático, en cuyo extremo sería posible reconocer una intención global, reconocer el propio acto de habla específico y determinar el objetivo ilocucionario del acto de habla (identificar el tipo de acto de habla).17 Coherencia y cohesión no están separadas, si bien por razones pedagógicas se las discrimina; por el contrario, se interrelacionan y constituyen en sí el eje fundamental de la competencia discursiva, toda vez que un hablante competente lo será en la medida en que pueda producir y procesar textos cohesionados y coherentes

a)

Emplear un lenguaje claro, analógico, lleno de imágenes. Aclarar dudas mediante ejemplos, metáforas. Leer constantemente libros de ejemplos, anécdotas… Pero todo sin renunciar al lenguaje técnico básico y adecuado al momento o a la materia que trata. Hay que saber combinar lo técnico con lo coloquial. En el ámbito de una clase o conferencia, pero no sólo, será importante manejar simultáneamente el lenguaje oral, el escrito, el gráfico, el visual o numérico.

b)

Con entonación persuasiva, para atraer y mantener la atención del grupo. Nada peor que un discurso monótono, con un tonillo aburrido, sin vida ni fuerza. Dar más volumen o más énfasis a lo más importante… Es cansado, pero necesario.

c)

Usando todos los recursos del lenguaje corporal: las manos, los gestos de la cara, moviéndose por el aula si hace falta. Si los ojos de ellos no están en tus ojos, mal asunto. Practicar la soltura, la seguridad, el desparpajo, la convicción y la claridad en la exposición.

Sí practicar. Practicar si hace falta delante del espejo (aunque no es lo mejor). Practicar una mirada que no sea huidiza. Practicar para que no haya nerviosismo cuando tocamos ciertos temas. Practicar para que nuestro tono de voz y la entonación no sean aburridos. Practicar para que las posturas y gestos transpiren seguridad y confianza. Cuántas personas practican antes de una importante entrevista de trabajo… Ojalá no le demos la razón a Calvin y nos tomemos en serio todo nuestro papel.

d)

Sabiendo transmitir conocimientos y experiencias vivas. A los adolescentes, o les impresionas o los duermes. No se trata de hacer teatro o de atiborrar de anécdotas poco verídicas; mejor pocas, bien elegidas, que toquen su vida real, y bien contadas.

e)

Saber cambiar sobre la marcha el curso de su exposición. Si se percibe que no se les atrae, cambiar bruscamente si es necesario, antes de que sea demasiado tarde. Lo hablado ya sobre la flexibilidad.

f)

Saber retomar el curso de la exposición cuando se hace digresiones o se tienen interrupciones. Éstas son buenas a veces, pero no para llevar al caos, no para dejar temas abiertos sin más, no para distraer de lo fundamental.

g)

Hacer pausas en la exposición para pedir retroalimentación. Abrirse a preguntas relacionadas con lo que se expone. Emplear el interrogatorio-debate para verificar la comprensión del tema y una adecuada comunicación de los contenidos; para guiar a los muchachos en la emisión correcta de las respuestas (mejor que las “saquen” a decírsela sin más); para propiciar el análisis de datos (qué, por qué, cómo…); para plantear alternativas (¡cuidado con las afirmaciones absolutas…! Casi siempre se podrán dar matizaciones, aclaraciones, comprensiones más profundas); y para evaluar la solidez los

conocimientos de los chicos, asegurando que aprenden a elaborar deducciones, síntesis, juicios acertados...

h)

Introducir a los interlocutores en el discurso. No sólo con preguntas, también con recursos sencillos del discurso: “si yo le pido ahora a Elena que se levante y se vaya, qué masa y aceleramiento…”; “uno de los aquí presentes me contó el otro día algo interesante sobre…”. Obviamente sin herir susceptibilidades y sin faltas al respeto o a la discreción.

Definición de sintaxis http://definicion.de/sintaxis/ La palabra sintaxis proviene del término en latín syntaxis, que a su vez deriva de un vocablo griego que se traduce al español como “coordinar”. Se trata de la rama de la gramática que ofrece pautas creadas para saber cómo unir y relacionar palabras a fin de elaborar oraciones y expresar conceptos de modo coherente. En la informática, la sintaxis se entiende como el grupo de normas que marcan las secuencias correctas de los elementos propios de un lenguaje de programación. Como una subdisciplina enmarcada en el campo de la lingüística, la sintaxis hace foco en el estudio de los preceptos que rigen la combinación de constituyentes y el surgimiento de unidades superiores a éstos, como sucede con los sintagmas y las oraciones. En concreto los especialistas en esta materia establecen de forma clara que la principal función que tiene la sintaxis es la de estudiar dicha combinación de las palabras así como la posición en la que estas se ubican dentro de una oración determinada. Es decir, ella nos informa del orden concreto que deben tener aquellas en una frase para que esté correctamente realizada. Así, por ejemplo, una de las reglas más importantes que establece esta disciplina lingüística que nos ocupa dentro del castellano es que cualquier preposición debe ir siempre delante de un complemento, independientemente del tipo que sea. En cuanto a lo que respecta a la combinación de palabras una de las reglas de oro que en esta materia establece dicha sintaxis en el castellano es que estas deben coincidir tanto en género como en número. Eso supone que tengamos que decir, por ejemplo, los perros o las gatas y no los perros o la gatas. Una regla aquella que también se extrapola a lo que son las formas verbales. En concreto, y como estas no tienen género, aquellas deben coincidir en número. Un claro ejemplo de ello es la siguiente frase: “Los pequeños salieron del colegio”. En este caso se ve como el sujeto y el citado verbo coinciden en el número. Lo que sería incorrecto es escribir “Los niños salió del colegio”. Según el filólogo y lingüista de origen norteamericano Leonard Bloomfield (1887-1949), la sintaxis se caracteriza por estudiar formas libres conformadas por completo por formas libres. Esta noción se describe como estructuralista. Los modos más pequeños en los que una estructura más amplia se puede analizar son sus constituyentes sintácticos, un vocablo o una secuencia de términos que funciona en conjunto como una unidad integrada a la estructura jerárquica de la oración. El paradigma actual de la ciencia refiere a la gramática generativa, la cual pone el énfasis en el abordaje de la sintaxis como constituyente primitivo y fundamental de la lengua natural. Por otra parte, cabe destacar que el análisis sintáctico de una estructura supone la identificación del verbo conjugado dentro de la oración, para distinguir entre el sintagma sujeto y el sintagma predicado. Para esto, una vez que se reconoce al verbo, se pregunta quién realiza esa acción. La respuesta constituye el sujeto, mientras que el resto es el predicado. A lo largo de la historia han existido muchos lingüistas importantes que han dejado su honda impronta en el ámbito de la sintaxis. Este sería el caso, por ejemplo, del inglés Michael Alexander Halliday que realizó diversos trabajos sobre aquella y su función comunicativa.

semántica Semántica proviene de un vocablo griego que puede traducirse como “significativo”. Se trata de aquello perteneciente o relativo a la significación de las palabras. Por extensión, se conoce como semántica al estudio del significado de los signos lingüísticos y de sus combinaciones. La semántica, por lo tanto, está vinculada al significado, sentido e interpretación de palabras, expresiones o símbolos. Todos los medios de expresión suponen una correspondencia entre las expresiones y determinadas situaciones o cosas, ya sean del mundo material o abstracto. En otras palabras, la realidad y los pensamientos pueden ser descritos a través de las expresiones analizadas por la semántica. La semántica lingüística estudia la codificación del significado en el contexto de las expresiones lingüísticas. Puede dividirse en semántica estructural y semántica léxica. La denotación (la relación entre un palabra y aquello a lo que se refiere) y la connotación (la relación entre una palabra y su significado de acuerdo a ciertas experiencias y al contexto) son objetos de interés de la semántica. El estudio del referente (aquello que la palabra denota, como un nombre propio o un sustantivo común) y del sentido (la imagen mental que crea el referente) también forman parte de la semántica lingüística. La semántica lógica, por otra parte, se encarga del análisis de los problemas lógicos de significación. Para esto estudia los signos (paréntesis, cuantificados, etc.), las variables y constantes, los predicados y las reglas. La semántica en las ciencias cognitivas, por último, se centra en el mecanismo psíquico entre los interlocutores en el proceso comunicativo. La mente establece relaciones permanentes entre las combinaciones de signos y otros hechos externos que introducen significado.

Aspecto Pragmático http://trastornolenguaje.bligoo.com/content/view/193673/Aspecto-Pragmatico.html#.US6PrzdXomw

La pragmática, hace referencia al uso social e interactivo del lenguaje. Es la comunicación de la vida real. Se trata de un aspecto muy importante porque, en definitiva, es lo que hace que una persona utilice el lenguaje adecuadamente para comunicarse con el resto de la gente mediante la conversación.

Sistema lingüístico global Saltar a: navegación, búsqueda De acuerdo con el sociólogo holandés Abram de Swaan, una clasificación sociológica de lenguajes de acuerdo con su papel social a gran escala para sus hablantes:  

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Lenguajes centrales: lenguajes ampliamente hablados; Lenguajes supercentrales: lenguajes muy ampliamente hablados que sirven como conectores entre hablantes de lenguajes centrales; de acuerdo con de Swaan, hay doce de estos: Alemán, árabe, chino, español, francés, hindi, inglés, japonés, malay, portugués, ruso y suajili; Lenguajes hipercentrales: también conectan lenguajes supercentrales; de Swaan considera el inglés como el único lenguaje hipercentral; Lenguajes periféricos: el resto -- lenguajes que han sido marginadas por las lenguas supercentrales, por el propósito de mejorar sus facilidades de comunicación; además de ser lenguas con una cultura única, pero que en su mayoría no tienen reconocimiento, ni difusión por parte de los países y regiones donde las hablan.