Guiones

“Aquí todos cabemos” Personajes: 1. 2. 3. 4. 5. León: Rey del lugar quien toma las decisiones. Tigre: ayudante del leó

Views 110 Downloads 1 File size 566KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

“Aquí todos cabemos”

Personajes: 1. 2. 3. 4. 5.

León: Rey del lugar quien toma las decisiones. Tigre: ayudante del león, quien lo hace entrar en razón. Águila: Integrante de la comunidad de animales. Oso: Sentenciado a abandonar el lugar por decisión del león. Abeja: Otra sentenciada por el león.

Ambientación: Un bosque. Introducción: El león ha tomado una decisión y convoca al tigre para dársela a conocer y pueda reunir a los animales que él ha decidido sacar del bosque. León (Muy imponente, dirigiéndose al tigre): Te he llamado para que convoques a algunos animales que por parecerme poco útiles a la comunidad animal, deben irse del bosque. Tigre (Algo sorprendido): ¿Sacarás animales del bosque? Todos los animales tienen una utilidad ¿estos por qué se irán, y quiénes son? León (Sin perder la prepotencia): Se irán porque yo lo decido, convoca al oso, la abeja y el águila, no los quiero más en mi bosque. (El tigre aun sin estar de acuerdo sale a buscar a los animales, trayéndolos con él a su vuelta.) Tigre: Aquí están los animales que me pediste traer, todavía no entiendo, pero ya cumplí tu orden. León (Con pose de rey): No tienes que entender, debes obedecer, para eso soy el rey, las decisiones las tomo yo. Acomódense por ahí que debo hablar con ustedes. (Los animales se acomodan frente al león aun sin entender de qué se trata.) Oso (Algo fastidiado): Le agradezco sea breve, pronto debo comenzar a hibernar y estoy preparando todo, estoy corto de tiempo. León (Riendo irónicamente): Cuando yo termine de hablar no tendrás que seguir arreglando nada para hibernar en mi bosque oso. Águila (Sonriente): ¿Habrá mejoras? ¿Ahora los animales se ayudarán unos a otros para que el oso pueda hibernar sin tener tanto trabajo antes? Esto si sería una gran novedad.

Tigre (Tratando de mediar): Mantengan el silencio señores, el León tiene algo importante que comunicarles. A ver León, cuéntales a los animales sobre tu decisión. (El león se levanta y de pronto siente que todo le da vueltas, se recuesta del tigre frotando sus ojos, trata de dar un paso pero sin poder evitarlo se desploma, el oso rápidamente mete sus brazos para amortiguar la caída, llevándolo al suelo lentamente evitando que se lastime.) (Los animales algo alterados se ponen en movimiento, el águila alza vuelo abandonando el lugar y la abeja hace lo mismo tomando otra dirección.) Tigre (Asombrado por la actitud de los animales): ¿A dónde van? Ayuden. (En poco tiempo el águila regresa con la mitad de un coco seco en su pico lleno de agua, que lanza sobre el león para que despierte, el león comienza a reaccionar y en ese momento llega la abeja, dando un poco de miel que había ido a buscar, poniéndola en su hocico.) Abeja: Toma la miel para que suba tu presión, seguro es por eso que te desmayaste. (El león reacciona quedando atónito al ver como todos los animales corrieron a ayudarlo. Se incorpora y el tigre lo hala donde los demás no puedan escucharlos.) Tigre: ¿Dices que estos animales son inútiles? Gracias al oso no te golpeaste la cabeza, el águila sin preguntas fue por el agua y la abeja te dio la miel para que te recuperaras ¿aun así los vas a echar del bosque? León (Recuperando su postura): Se exactamente lo que tengo que hacer, vamos con ellos. (Ambos se dirigen de nuevo a donde los otros animales esperan y el león se coloca frente a todos. León: Señores los mande a llamar porque necesitaba decirles, que estoy muy orgulloso de tenerlos en nuestra comunidad animal, me he dado cuenta que cada animal es útil e imprescindible para la convivencia de este lugar, gracias por su ayuda. Era todo lo que tenía que decir. Los animales extrañados se alejan y el tigre mirando al león estrecha su mano. Tigre: Eso es lo que hace un buen rey, te felicito.

FIN

“Los amigos no traicionan” Personajes: Ana: Amiga que quieren traicionar. Julia: Amiga confundida. Rosa: Chica que quiere que se realice la traición. Ambientación: Patio de la escuela, hora del recreo. Introducción: Ana y Julia se encuentran sentadas en una banca del patio del liceo conversando amenamente, mientras Rosa las observa parada en un pilar frente a ellas. ACTO ÚNICO Ana: Estoy muy molesta, el día que escogieron los equipos de trabajo, no viniste y me obligaron a trabajar con Rosa, no hizo nada, yo realicé todo el trabajo y no voy a poner su nombre, le diré a la profesora que no trabajó y perderá la calificación. Julia (asombrada): ¿Te atreverás a sacarla del trabajo? Rosa es vengativa y sé que necesita esa calificación para poder aprobar esa materia. Ana (encogiendo los hombros): Lo siento por ella, debió pensarlo antes de dejarme todo el trabajo a mí. Julia (con tono preocupado): Yo tengo un problema, tengo que dar mi parte de los gastos para el trabajo con el grupo que trabajé y no lo tengo, participé en todo, pero si no pago, puede pasarme como a Rosa y necesito esa puntuación, ¡bueno ya resolveré! Ana (poniendo su mano sobre el hombro de Julia): ya verás que no vas a perder esa calificación, algo haremos. Ana se levanta de la banca y se dirige al salón de clases, Julia se queda sola y Rosa se acerca. Rosa: Hola Julia, sin querer escuché lo que hablabas con Ana y te tengo una propuesta, si sacas el trabajo del bolso de Ana y me lo entregas, yo te pagaré y podrás cancelar lo que debes y tener tu calificación. Julia (molesta): eso es robar y yo no hago eso Rosa. Rosa (sonriendo maliciosamente): necesitas el dinero ¿vas a perder la materia, por lealtad? ¡Yo que tú lo pensaría! Julia sintiéndose confundida se queda pensativa por unos segundos, dudando si hacer lo que Rosa le pide, y luego responde Julia (decidida): Lo siento Rosa, no hay dinero que compre un buen amigo, los amigos no traicionan, así que lárgate de aquí.

Rosa (molesta): ¿Perderás la calificación por sentimentalismos baratos? ¡Que torpe! Rosa se levanta de la banca y Julia va en busca de Ana que se encuentra leyendo el trabajo que deben entregar Julia (apenada): Ana, Rosa me pidió que robara tu trabajo y me pagaría lo que necesito por hacerlo, pero eres mi amiga y me negué, nunca te traicionaría. Ana (sonriendo y tomando la mano de Julia): Gracias amiga por tu lealtad, tú no tienes que traicionarme para conseguir ese dinero, yo te voy a dar lo que necesitas y tendrás tu calificación. Julia (alegre): ¿En serio? ¡Gracias amiga! Ana (abrazándola): gracias a ti por no traicionarme amiga, ahora vamos a pagar eso que debes. Ambas caminan por el patio, hasta perderse de vista. FIN

“El caso de Fer en el Hostal Santo”

FER astuto e inteligente. Visita con su mujer Margarita el Hostal. Es inspector de policía. MARGARITA esposa de Fer acompaña a Fer en el viaje y se queda con él en el Hostal. MARTIN encargado del Hostal. Vive aburrido con su mujer en el Hostal, esperando que su vida cambie. JUAN Cliente del Hostal ELENA Clienta del Hostal ANCIANO cliente del hostal, está en este de paso mientras estudia las aves de la zona. AGENTE DE POLICÍA ACTO I Hostal San Patricio situado en mitad de una carretera es lugar de paso para viajeros. La lluvia azota las ventanas de la sala de recepción, el encargado Martín espera aburrido a que entren en su Hostal. El detective Fer y su esposa Margarita entran empapados, a toda prisa buscando refugio. Fer (Sacudiéndose el cabello): Buenos noches, aunque eso de buenas es relativo. Martín asiente con la cabeza. Fer: ¿Tiene habitaciones? Martín: Claro, esto es un Hostal. Fer y Margarita se miran extrañados por un momento. Fer: Ya… me refería a libres, si tiene habitaciones libres. Martín: Ah, sí, sí. Ahora mismo solo está mi mujer, un matrimonio y un anciano que investiga las aves del lugar. Margarita: ¿Tiene de matrimonio con baño propio? Martín: No, ninguna habitación tiene baño propio. Hay un baño en la planta para todas las habitaciones. Margarita: ¿Y tiene secador? Martín: No, pero puedo dejarle uno propio, es antiguo pero funciona. Margarita: Estupendo, muchas gracias. Fer: Sólo nos quedaremos una noche.

Martín abre el libro de habitaciones y empieza a rellenarlo. Martin: ¿Nombre? Fer: ¿Necesita el de los dos? Martín: Con uno me basta. Fer: Fernando Díaz Milton. Martín: Déjeme una identificación. Fer saca de su cartera su identificación y se la da a Martín. Este se la da Martín que comienza a rellenar la hoja con los datos de la identificación. De repente el grito de una mujer se oye a lo lejos. Todos se asustan. Margarita: ¿Qué ha sido eso? Martín: No lo sé. Voy a preguntar. Fer: Le acompaño. Martin: No, quédese aquí, es mi responsabilidad. Fer: Disculpe, soy policía. Martín: ¿Cómo? Fer: Inspector de policía, creo que es mejor que le acompañe. ACTO II Pasillo del hostal. La lluvia golpea la ventana del fondo del pasillo. Frente a la puerta abierta de la habitación está Margarita. Se acercan Juan y Elena, el matrimonio desde otra habitación y el anciano. Anciano: ¿Qué ha pasado? Margarita niega con la cabeza. Juan: No se sabe nada por lo que parece. Martin :(Desde la habitación. Voz en off) No, no, no… Mi pobre mujer, ¿quién ha hecho esto?, pienso acabar con quien haya hecho esto. Martín sale corriendo de la habitación y atraviesa el pasillo sin mirar a los demás. Anciano: Señor Martín…

Fer sale de la habitación y se reúne con los demás. Fer: Dejen que se vaya. Elena: Pobre hombre. Margarita: Y que lo diga, una lástima. Fer: Antes de que cada uno se vaya a su habitación. Podrían decirme que estaban haciendo ahora. Juan: Nosotros estábamos en la habitación, íbamos a acostarnos ya. Anciano: Usted quien es para preguntar nada, ¿qué se cree que es, Sherlock Holmes? Además yo repasaba mis apuntes mientras escuchaba la radio. No llegué a escuchar el grito, oí el todo el alboroto del pasillo y por eso salí a ver. Fer: Está bien, váyanse a sus habitaciones, los agentes de policía vendrán en un rato, cuando la lluvia haya amainado. Y tendrán que hablar con ellos. El Anciano se vuelve a su habitación. Juan: Si podemos ayudar con algo, sólo díganoslo. Juan y Elena se meten en su habitación. Fer: Margarita ve a la habitación, voy a hablar con el otro huésped, aunque ya te digo que hay algo raro en todo esto. Margarita: ¿A qué te refieres? Fer: Pues que el cuerpo tiene los labios verdosos y eso creo que ya lo había visto antes. Además Martín ha ido a esa habitación sin dudarlo, no ha dudado en otras habitaciones. Margarita se dirige a su habitación. ACTO III Sala de estar del Hostal. Martín junto con Margarita, Juan y Elena, y el Anciano; están sentados unos frente a otros. La lluvia ha cesado. Martin: En cuanto venga la policía pienso hacer que se lo lleven anciano. Anciano: ¿A mí? Martín: Sí a usted, tuvo que ser usted quien la mató. ¿Quién sino iba a hacerlo? Juan: Vamos a tranquilizarnos todos y a esperar que venga la policía, seguro que entonces todo se resolverá.

Martín: Me da igual la policía, seguro que usted se coló en la habitación de ella y cómo ella se asustó, usted la mató. Anciano: Pero, ¿por qué tendría yo que haberlo hecho? Su esposa no me había hecho nada. Martín: Entonces, ¿lo hicieron ellos, esta pareja joven? Margarita: Está hablando por su boca el dolor, Martín. Seguro que todo tiene una explicación. Anciano: Sí, que alguno de nosotros la ha tenido que matar, alguno de nosotros ha matado a una mujer que no conocía de nada en un Hostal al que sólo hemos venido por una noche, en mitad de la nada. Martín: Está usted confirmando lo que pensaba, tuvo que ser usted. Anciano: A ella, yo, no le hice nada, pero a usted me están entrando unas ganas de ahogarlo… Martín: ¡¡¡Lo sabía, lo sabía!!! Entran en la habitación Fer con un policía. Fer: Relájense todos. Y acompañe al agente. Martín: Eso, llévense al Anciano este. Fer: No, Martín, es usted el que tiene que acompañar al Agente. Martín: ¿Yo? Fer: Sí, usted. La muerte de su esposa me resultó familiar, los labios verdes son síntoma claro de un alucinógeno que oprime la faringe asfixiando a la persona que lo toma. Martín: ¿Y?, ¿qué tiene que ver eso conmigo? Fer: La mancha en su manga que intenta ocultar, es purpura como el alucinógeno. Martin: Pero, pero… Fer: No estropee más la situación y acompañe al Agente. El Agente de policía esposa a Martín y salen de la habitación. FIN

“El Principito”

El principito Aviador Zorro PRIMER ACTO Fondo con cortinas azul oscuras. Hay un avión en reparación en el centro del escenario. Aparece el aviador de aproximadamente 30 años de edad con un uniforme de aviador viejo y gastado. Tiene mostacho y es delgado. El principito es un niño de aproximadamente 8 años, con el cabello dorado usando ropa de príncipe y una bufanda amarilla. Escena 1 Aviador: (Preocupado) Aunque sé que no encajo con las personas del resto del mundo, no era mi idea que mi avión se dañara en medio del desierto. Suena el viento y el aviador siente el frío de la noche (sonido de noche en el desierto) Aviador: (En su mano tiene el dibujo del elefante dentro de la serpiente) Aquí solo en el desierto, sigo sin entender cómo el resto de personas ven un sombrero. ¡Yo veo un elefante dentro de una serpiente! (cogiéndose la cabeza y con voz de tristeza) no entiendo por qué ven un sombrero. Aparece el principito, detrás del aviador. Principito: ¿Me dibujas un cordero? El aviador salta asustado y se voltea para ver al principito. Principito: Me han dicho que los corderos comen árboles. Mi planeta se va a acabar si no consigo un cordero. Aviador: (Dirigiéndose a su avión) Lo siento, en éste momento no tengo tiempo para dibujar corderos. Principito: (Haciendo movimientos de pataleta) Este planeta es igual que los demás, personas que nunca tienen tiempo, a los adultos se les deben explicar las cosas varias veces. Aviador: (Se da la vuelta hacia el principito con cara de asombro) ¿A caso conoces más planetas? Principito: Si, conocí un rey sin poder, un ebrio que bebía para olvidar que era un ebrio, un geógrafo que no conoce más que su pequeño mundo, un vanidoso que nadie mira y un avaro que roba las estrellas (baja la cabeza). En ninguno de estos lugares me sentí bien. Solamente en la tierra he conocido una sola cosa que vale la pena.

Aviador: (Intrigado) ¿Qué es lo único que vale la pena? Principito: Un zorro. Escena 2 En el mismo escenario con la cortina azul oscuro. Se encuentra un árbol grande con una serpiente pequeña color oscuro. Al lado derecho un campo de rosas rojas. El personaje del zorro tiene apariencia humana pero con pelaje naranja y las orejas encima de su cabeza. Principito: (Mirando hacia el campo de rosas) ¿No es mi rosa única y especial? (Se pone de rodillas y agacha la cabeza) Zorro: (Sentándose a al lado del principito) ¿Tienes una rosa para ti? Cuéntame como es ella por favor amigo. Principito: (Con voz de tristeza casi llorando) Ella es hermosa. Vive conmigo en mi planeta. Ella también es vanidosa y orgullosa y quiere que le preste atención solo a ella. (Se levanta y señala el rosal) De qué sirve que mi rosa sea hermosa si ella es igual a las demás. No es única cómo pensé. Zorro: (En la misma posición) Sólo se ve bien con el corazón; lo esencial es invisible a los ojos. El principito lo mira y se sienta al lado de del zorro. Principito: ¿Qué quieres decir con eso? Zorro: Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante. Principito: (Levantándose) Ahora entiendo por qué es mi rosa tan especial. Debo ir a estar con ella, también aprendí que las rosas no son para siempre. Zorro: (Mirando hacia el campo de rosas) ¿Debemos separarnos ahora? Eres el único amigo que he tenido y que tendré. Para mí tú serás el único en el mundo. Para ti yo seré el único en el mundo. ¿Recuerdas? Principito: Cuando mires a las estrellas, por la noche, como yo vivo en una de ellas, como yo río en una de ellas, será para ti como si rieran todas las estrellas. ¡Tú y solo tú tendrás estrellas que saben reír! (Camina y se aleja) ESCENA 3 Solo la cortina color azul. Aviador: (Dirigiéndose al público) Sí, le dibujé el cordero al principito, pero les pido un inmenso favor… si alguno de ustedes lo ve de nuevo, por favor díganle que los corderos también comen flores. FIN

“El gordito” ALFREDO tímido y reservado. Vive amenazado por unos compañeros del colegio, que se ríen de él por ser gordo. QUINO repetidor, es un mal estudiante que abusa de los compañeros aunque tiene especial fijación con Alfredo. JUAN GABRIEL.- 16 años, amigo y vasallo de Quino. MADRE DE ALFREDO.- 36 años, madre de Alfredo, tiene que criarlo a él, ella sola. LIDIA profesora de Alfredo. Mujer preocupada por sus alumnos. POLICIA. ACTO I Colegio Santo Tomás, cinco de la tarde, un grupo de cinco niños apelotonados en el pasillo no pierden detalle de la acción. Quino tiene agarrado por las solapas de una camisa a Alfredo, este lo zarandea de un lado a otro mientras Alfredo suplica entre sollozos. QUINO: Venga, hazlo y te suelto. ALFREDO: Por favor Quino, suéltame ya. QUINO: Venga ALFREDO: Por favor, hace un rato que tendría que estar en mi casa. QUINO: Sino lo haces no te vas a ir a ninguna parte. Los otros cinco niños en el pasillo no dejan de reírse viendo la situación. JUAN GABRIEL: Quino humíllalo de una vez. Quino vuelve a zarandear a Alfredo con violencia QUINO (Con una sonrisa socarrona en los labios): Tranquilo querido público, tranquilo. Parece que no tenía también domada a la morsa como yo pensaba. Pero… Quino le suelta un bofetón a Alfredo que los enmudece a todos. Alfredo empieza a llorar desconsoladamente. QUINO: ¿Ves? Si es que me obligas a ser malo contigo, ¿te crees que no me duele pegarte?, pero claro no me obedeces y tengo que hacerlo. Todos en el pasillo permanecen en silencio. QUINO: Venga Alfredo, voy a darte una última oportunidad sino… Quino alza la mano en señal de amenaza. ALFREDO (sin dejar de llorar): Está bien, Quino, no me pegues. Alfredo se tira al suelo, se alza sobre sus rodillas y empieza a chocar los brazos imitando a una foca mientras imita el sonido. El pasillo vuelve a inundarse de carcajadas.

JUAN GABRIEL: Jajaja, muy bueno Quino, muy bueno. La profesora Lidia entra en el pasillo. LIDIA: ¡Eh!, ¿qué estáis haciendo? El grupo de niños y Quino salen corriendo y desaparecen. Alfredo intenta incorporarse torpemente y Lidia lo alcanza. LIDIA: Ey, Alfredo, ¿qué estabais haciendo? Ésta sujeta la cara de Alfredo para mirar más de cerca la marca enrojecida, de la mano de Quino, que Alfredo tiene sobre su rostro. LIDIA: ¿Quién te ha hecho eso Alfredo?, dímelo. ALFREDO: Nada, no ha sido nadie. Déjeme que me vaya por favor, mi madre me está esperando. Alfredo se desengancha de Lidia y sale corriendo torpemente entre lágrimas del colegio. ACTO II Casa de Alfredo, es un salón humilde donde una pequeña y solitaria bombilla ilumina con dificultad la habitación. La Madre de Alfredo plancha la ropa mientras Alfredo juega con un perro en el salón. Llaman al timbre. La Madre sale a atender la puerta y entra en la habitación la profesora Lidia. MADRE DE ALFREDO: Buenas, no la esperaba. Alfredo, ¿cómo no me dijiste que tu profesora iba a venir? ALFREDO: No lo sabía LIDIA: No se preocupe señora, Alfredo no lo sabía. He venido para hablar con usted. Alfredo podrías dejarnos a solas a tu madre y a mí un momento. MADRE DE ALFREDO: Ya has oído Alfredo, ve a tu habitación con Cobo y ahora vienes cuando te llame. ALFREDO: Sí, mamá. Alfredo sale de la habitación con el perro siguiéndolo. LIDIA: Mire he venido rápidamente después del colegio porque he visto algo que me ha asustado mucho. MADRE DE ALFREDO (con el rostro sorprendido): ¿Qué sucede? LIDIA: Mire, sabe usted si su hijo está bien en el colegio o si tiene algún problema con un compañero. MADRE DE ALFREDO: Pues no la verdad, que yo sepa está bien. LIDIA: ¿Entonces no ha notado nada raro en él? MADRE DE ALFREDO: No. Aunque bueno ahora que lo dice, la verdad es que está un poco encerrado en la casa, yo le animo a salir a la calle a jugar, pero nada no hay quien lo saque de aquí.

LIDIA: Si fuera otro niño, no sería raro, ya sabe hoy en día con las consolas y los ordenadores los niños no salen a la calle, pero de Alfredo me extraña. MADRE DE ALFREDO: ¿Usted sabe si le ha pasado algo en el colegio a Alfredo? LIDIA: Pues mire hoy he presenciado una situación rara en el colegio. Ya habían terminado las clases, y se oía mucho algarabío en el pasillo. Al principio pensé que serían unos chicos que se había quedado jugando en el pasillo después de las clases, pero después cuando me acerqué todos salieron corriendo. Alfredo se estaba levantando del suelo con los ojos enrojecidos como si hubiera estado llorando y tenía la marca de un guantazo en la cara. MADRE DE ALFREDO: ¿A mi niño?, ¿Quiénes eran los otros niños? A lo mejor era parte de un juego. LIDIA: ¿Qué le parece si llamamos a Alfredo y entre las dos le sacamos alguna información? MADRE DE ALFREDO: Sí, será lo mejor. ¡Alfredo ven! Alfredo entra en la habitación. LIDIA: Alfredo, por qué no nos cuentas a tu madre y a mí, qué te ha pasado esta tarde en el colegio. ALFREDO (con la cabeza agachada): Será mejor que no. MADRE DE ALFREDO: Y eso ¿por qué lo dices? No estamos enfadadas contigo. LIDIA: Si nos dices que todo era un juego, no va a pasar nada, no nos vamos a enfadar, ¿era un juego? Alfredo niega con la cabeza ALFREDO: Es que se va a enfadar. MADRE DE ALFREDO: ¿Quién? ALFREDO: Quino y va a ser peor. La madre de Alfredo se acerca a su hijo para ponerle la mano en el hombro, pero este la aparta corriendo dolorido. MADRE DE ALFREDO: ¿Qué te sucede? A ver levántate la camiseta. Alfredo se levanta la camiseta y su torso está lleno de moratones. La Madre de Alfredo y Lidia miran horrorizadas. ACTO III Entrada del colegio. Los niños se agolpan, suena el timbre y todos suben. Quino y su amigo Juan Gabriel se detienen en la entrada. Mientras todos entran hasta quedarse solos. JUAN GABRIEL: Vamos Quino, que nos van a cerrar la puerta. QUINO: ¿Y qué más da? Pues se entra después JUAN GABRIEL: También es verdad. Por cierto, ¿qué le tienes preparado hoy a la foquita?, ¿vas a hacer algún número nuevo con él?.

QUINO: No lo sé, puede que hoy simplemente le pegue y ya está, no estoy hoy motivado. Lidia está escuchándolos sin ser vista detrás de ellos. LIDIA: ¿Cómo podéis ser tan animales? Quino y Juan Gabriel se giran sorprendidos LIDIA: Ahora atrévete a negarlo. QUINO: ¿El qué? LIDIA: Todo lo que estabas hablando de Alfredo. QUINO: No sé de lo que me habla. LIDIA: Ah, ¿no? Tranquilo igual estos señores te ayudan a recuperar la memoria. Adelante. De la puerta del colegio salen un policía. POLICIA: ¿Quino? QUINO (con voz temblorosa): ¿Sí? POLICIA: Nos vas a acompañar LIDIA: Tú Juan Gabriel te has librado por hoy, así que márchate antes de que me arrepienta. Juan Gabriel entra en el colegio rápidamente. POLICIA: Así que te gusta pegarle a los compañeros. Quino empieza a llorar desconsoladamente, por las ventanas del colegio empiezan a asomarse todos los niños para ver cómo se llevan a Quino. LIDIA: Espero que ahora te lo pienses mejor antes de pegarle a un compañero por ser diferente. FIN

“Respeto por las diferencias”

Titiritero/a 1: Da vida -voz y movimiento- a Frambuesa títere y Manzana títere. Titiritero/a 2: Da vida -voz y movimiento- a Naranja títere y Limón títere. Titiritero/a 3: Da vida -voz y movimiento- a Señora títere. Maestra Noelia Martín Jorgito Nico Male Benja Leyla Mica ACTO I Personajes que intervienen en este acto: Titiritero/a 1, Titiritero/a 2, Titiritero/a 3, Maestra, Noelia, Martín, Jorgito, NIco, Male, Benja, Leyla y Mica. Escenario: El aula o sala de jardín de infantes o preescolar durante una función de títeres o marionetas: un armazón o estructura para obra de títeres, mesas y sillas pequeñas, dibujos infantiles pegados a modo de decoración, lápices y papeles de colores y juguetes en un rincón. En este acto, la acción principal se desarrolla en el escenario de los títeres. Los alumnos del jardín, que están sentados en sus sillas, solo observan la función. (En escena, sobre el armazón: Frambuesa títere, Manzana títere, Naranja títere y Limón títere conversan. Están tristes porque nadie las compra.) –Limón títere: (Decepcionado) Aaaa… Todas las demás frutas de la frutería han sido compradas y nosotras seguimos aquí. –Naranja títere: Sí, ¿por qué será que nadie quiere comprarnos? –Frambuesa títere: (Apenada) Yo soy la más pequeñita de todas. Estoy segura de que ese es mi problema. Seguramente nadie me elige porque soy muy pequeñita. –Manzana títere: Yo soy más grande que tú y nadie me elige tampoco. Seguramente es porque soy muy dura y no soy jugosa como ustedes. (Suspira). –Naranja títere: Mi problema es que no soy lo suficientemente dulce. –Limón títere: Pues yo me quedaré aquí para siempre. Nadie me elegirá, pues nadie va a querer mi gusto ácido. (Ingresa en la escena Señora títere.) –Señora títere: (Cantando de buen humor) Lalalalalalala… Voy a preparar el postre perfecto. (Mira a las frutas títeres) ¡Pero si aquí está todo lo que necesito para mi postre perfecto: la dulzura de la frambuesa, lo jugoso de la naranja, lo crocante de la manzana y el toque ácido del limón! ¡Perfecto! ¡Me las llevo a todas! (Salen todos contentos y se cierra el telón de los títeres. Los niños que están en el escenario general de la obra aplauden.) ACTO II Personajes que intervienen en este acto: Maestra, Noelia, Martín, Jorgito, NIco, Male, Benja, Leyla y Mica.

Escenario: El mismo escenario del Acto anterior, solo que en este Acto, la acción está focalizada en los niños y la maestra. –Maestra: ¿Les gustó la función? –Niños: ¡Sí! –Maestra: ¿Alguien me puede decir por qué la señora necesitaba a todas las frutas para que su postre fuera perfecto? –Noelia: Porque todas tenían cosas buenas. –Maestra: Muy bien. Porque todas tenían cosas buenas y diferentes que agregar al postre. –Martín: Sí, porque todas las frutas eran diferentes. –Maestra: Muy bien. Y las personas, ¿también somos diferentes? –Jorgito: Si, yo soy más alto que todos. – Nico: Y yo soy más bajito que todos. –Male: Y yo tengo el pelo colorado. –Mica: Y yo de color negro. –Leyla: A mí me gusta dibujar y en cambio, a mi amiga Ale le gusta más andar en bicicleta. –Benja: A mí me gusta tocar la guitarra y a mi hermana no le divierte. A ella le gusta patinar. –Maestra: ¿Y se imaginan cómo sería el mundo si todos fuésemos iguales y nos gustaran las mismas cosas? –Nico: Como robots. –Maestra: ¿Sería un poco aburrido no? Seríamos como robots que se ven y hacen todo igual. –Mica: Es bueno ser diferentes. –Maestra: Es muy bueno. Aunque todos tenemos los mismos derechos y el mismo valor, somos personas con características distintas y todos tenemos nuestras propias cosas buenas. –Male: Como las frutas. –Maestra: Exacto, como las frutas. Todos tenemos nuestras cosas buenas que aportar. Por eso hay a respetar y apreciar las diferencias, ¿están de acuerdo? –Niños: ¡Sí! –Maestra: ¿Un aplauso para nosotros y nuestras diferencias? (Aplausos.) FIN

Gotita de agua

Personajes: Narrador Tierra 2 Estrellas Luna Sol Aerosol Hombre NARRADOR: Todo comenzó en una noche muda, en el que las estrellas tiritaban del enorme frio que acontecía en el espacio; sí la tierra estaba muy enferma, lloraba y lloraba con mucho desconsuelo y pena. TIERRA: hay Dios mío me duele la vida, me duele la tierra, el agua, aaaaahhh estoy marchita desértica y abandonada aaaaaahhh. LAS ESTRELLAS: ¿Por qué nuestra amada tierra llora tanto? ¿ Será acaso que le duele algo?, vallamos y preguntémosle a la luna por que la tierra está así?. LAS ESTRELLAS: Luna lunita hermosa, tu que acompañas a la tierra cada noche y velas sus sueños cuéntanos porque está llorando y muy triste? LA LUNA: Amigas la verdad no sé, pues desde hace varios días que la noto muy quemada , opaca, desértica y triste, mas creo que será mejor preguntarle a nuestro amigo el sol, ya que él la acompaña todos los días mientras yo me ausento a descansar NARRADOR: Las estrellas muy preocupadas se acercaron al sol esperanzadas de que éste las pudiera ayudar, no se percataron por un instante que el sol despedía tanto calor que al acercarse a él y tocar su mano ellas comenzaron a sudar y en cuestiones de segundo su color dorado empezó a ennegrecerse del fogaje y el calor, les tocó retirarse con cautela cosa que el sol no se fuera resentir. LAS ESTRELLAS: Señor sol disculpe, ¿sabe usted por que la tierra está triste?, SOL: La verdad amiguita creo saber porque, no es culpa mía ustedes saben que mi naturaleza es calentar y si yo no calentara en la tierra no hubiese vid, perdonen pero no quiero pecar por chismoso. Saben quién es en realidad el culpable?. Vallan y pregúntele al hombre Que desde hace rato viene rompiéndole el corazón, y matándola lentamente, saben lo último que inventó un aparatico disque aerosol, vallan y hablen con el aerosol a ver que les dice vallan. NARRADOR: Las estrellas se fueron en busca del aerosol para hablar con él y saber por qué la tierra estaba tan enferma a tal punto de pensar que esta iba a morir. LAS ESTRELLAS: Aerosol, espere un minuto por favor usted díganos por qué la tierra está tan enferma no nos tenga más en ascuas.

AEROSOL: Si, desde que le hombre me inventó y creo las fabricas que contaminan, ha talado los árboles, ha matado las especies animales, la capa de ozono desde entonces se ha deteriorado y la tierra cada día se sobrecalienta más está muy enferma, su calor es mayor de lo normal. LAS ESTRELLAS: y como la salvamos. AEROSOL: muy sencillo háblenle al hombre, es él el amor de la tierra pues ella vive por él y díganle que la quiera, que la ame y la cuide, no me usen tanto, ni talen los bosques, ni contaminen el aire con gases toxicas ni el agua para que ella pueda vivir. LAS ESTRELLAS: y donde encontramos al hombre amigo aerosol. AEROSOL: en las ciudades el ha dejado el campo en busca del desarrollo atropellando a toda la tierra. NARRADOR: Las estrellas fueron en busca del hombre a la ciudad y cuando lo encontraron le comentaron la situación los tres es decir la tierra, las estrellas y el hombre se reunieron juntos para hablar LAS ESTRELLAS: la verdad es que estamos aquí para que ustedes humanos quieran y cuiden a la tierra, miren que nosotras desde el cielo vemos todo lo que pasa con ella y como la tierras sufre cada vez el hombre la contamina. TIERRA: Si cuídenme, manténgame limpia y protegida, no me contaminen mi agua, mi aire ni talen mis bosques pues en ellos tengo la vida. Humanos prométanme con la esperanza que les deja de enseñanza las estrellas que encarnan a los sueños del futuro que ustedes me cuidaran por todas las generaciones. A ver prométanmelo. EL HOMBRE: Lo prometo y ustedes amiguitos y compañeros prométanlo con migo a ver prometemos cuidar la tierra para que se preserven las especie y no siga el calentamiento global. NARRADOR: El hombre prometió y comenzó desde entonces a cuidar la tierra para que cada día sea un lugar tranquilo, limpio y sobretodo feliz para vivir.

FIN

La gota de agua

Gota de agua Nube 3 Pajarillos 3 Florecillas Flor Azulilla. Decorado: En papel continuo, se dibujarán nubes de colores y gotas de lluvia. Trajes: - Gota de agua: Llevara mallas azules oscuras, la cara pintada de azul oscuro y una gota de agua dibujada debajo del ojo derecho rellena de brillantina. También llevará un traje con forma de gota de agua, que tendrá dos agujeros para las piernas, dos para los brazos y un redondo en el frente por el que asomará la cara del niño. - Nube: Su traje consistirá en una malla blanca o gris clara de la que colgarán pequeñas nubes plateadas. En la cabeza llevará una peluca blanca recortada de tal forma de tenga forma de nube. La cara y las manos estarán pintadas de blanco. - Pajarillos: Llevarán una malla amarilla, naranja, marrón, roja... Su carita estará pintada del mismo color que la malla y llevarán un pico construido con cartulina. En los brazos llevarán dos alas hechas con papel de celofán y cartulina para darle consistencia (se unirán al brazo con ayuda de unas gomas) y una cola hecha con el mismo material. - Florecillas: En el cuerpo se colocarán una malla verde, en la que habrá pegada una hoja hecha con cartulina de dos tonalidades de verde diferentes. En la cabeza llevarán pétalos de colores (cada flor tendrá un color diferente) hechos con cartón y forrados con tela de colores. La cara la tendrán pintada de color amarillo. - Azulina: Irá con el mismo traje que las demás flores, pero sus pétalos serán azules oscuros y la tela con que recubriremos los pétalos de cartón será brillante o de terciopelo, para que destaque sobre las demás. La obra de teatro: NARRADOR: Esto era una vez una gota de agua que vivía feliz en una nube vaporosa y blanca como un copito de nieve. En ella se pasaba la vida jugando y viajando por el cielo. Desde allí, veía las montañas, los mares, los ríos, los campos y..., bueno, cuando hacía mucho viento se columpiaba repitiendo: GOTA: (aparece un columpio, meciéndose y canturreando) ¡Pimbaaaa...! ¡Pimbaaa...! Me llamo Grisa. Soy una gota dormilona que siempre viajo con camisa y me muero de risa y que nunca tengo prisa... ¡Pimbaa...! ¡Pimbaaaa....! NARRADOR: Un día, la nube, con mucha seriedad, le habló: NUBE: (aparece la nube y cogiendo a la gota de agua por un brazo, la baja del columpio y la zarandea) ¡Atiende, atiende, niña! Ya va siendo hora de que dejes de dormir y jugar. Ha llegado el momento de que bajes a la tierra. Allí hay muchas cosas que hacer, porque, aquí, metida en mi barrigota, estás perdiendo el tiempo....

GOTA: (llorando) ¡No, por favor, nooo...! ¡Yo no quiero irme! ¡No quiero dejarte..! ¡Además, soy tan pequeña... y las cosas allá abajo son tan grandullonas...! NUBE: (enfadada) Pero, ¿qué dices, niña? En la tierra hay muchas cosas pequeñas: ardillas, hormigas, caracoles, flores... Hacen falta muchas gotas como tú, así que prepárate para viajar. Ve haciendo tu maleta, que una no se puede pasar la vida tan relajada y sin preocupación. NARRADOR: La gota se quedó sin poder decir nada porque sabía que la nube tenía razón. Así que preparó su regadera y su maletín y se dispuso para viajar a la tierra de donde le llegaban canciones que entonaban pájaros y flores. PÁJAROS: (con paraguas en las manos y jugando a la ronda) ¡Qué llueva, que llueva, que caiga mucho agua, que llueva, que llueva que tenemos los paraguas..! ¡Qué llueva, que llueva chaparrón que nos moje y nos cales hasta el corazón! ¡Qué llueva, que llueva que caiga mucho agua, que llueva, que llueva que estrenemos los paraguas! FLORES: (salen de la mano e igualmente cantan jugando al corro) A la rueda rueda De la lluvia y el laurel A la rueda rueda Que empiece a llover A la rueda rueda De la lluvia y el jazmín, a la rueda rueda, que se moje mi jardín. NARRADOR: Entre tanto, una pequeña florecilla, una diminuta azulina, suspiraba triste y compungida. AZULINA: (suspirando y sollozando) ¡Qué triste, pero que triste estoy...! Mientras pájaros y flores cantan, mi pobre raíz se está muriendo, se está secando. ¡Socorroooo! ¡Auxilioooo! ¡qué alguien me ayude! NARRADOR: La gota de agua, desde la nube y con el equipaje preparado, oyó los gritos de la pequeña azulina y recapacitando se dijo: GOTA: ¿Qué puedo hacer yo por esa pequeña flor? ¡Parece tan triste! (dando un salto) Ya sé, caeré encimita de ella y veré cómo puedo salvarla. Pobrecilla... es tan pequeña... si a penas tiene voz... NARRADOR: Y dejándose llevar por una bocanada de aire, fue a posarse justo encima de la florecilla. GOTA: (acariciando los pétalos de la flor) ¿Qué te pasa florecilla? ¿Por qué tienes la cabeza tan agachada que casi rozas la tierra? ¿Estás llorando? ¿Estás enferma? Habla, cuéntame por favor... AZULINA: (levantando la cabeza con trabajo) Sí, sí, que estoy muy triste, y si que estoy llorando. Es que me estoy muriendo de sed... Hace mucho tiempo que no llueve y ... mi tallo es tan fino... En

cuanto aprieta un poco el sol, me tuesto porque mi raíz es tan pequeña... Con una sola gota de agua podría salvarme. GOTA: Pero, ¿qué dices? ¿una gota de agua? Mírame bien, pequeña florecilla: yo soy una gota de agua. He bajado de mi nube ¿sabes? Para hacer cosas importantes aquí, en la tierra, pero, ¡yo también soy muy pequeña! AZULINA: (alborozada y suplicante) ¿Tú una gota de agua? ¡Si no me lo puedo creer...! ¡Ayúdame, por favor. Lo más importante para mí es que seas tan pequeña como yo. De lo contrario podrías ahogarme. ¿Me entiendes? GOTA: Creo que sí, pero, ¿qué tengo que hacer para salvarte? AZULINA: Bastará con que viajes hasta mi raíz y le des de beber. Ya te lo he dicho: se está muriendo de sed, y si ella se muere... ¿qué crees que me pasará a mi? GOTA: Si eso es todo, te aseguro que está chupado. No te preocupes. Allá voyyyyy.... NARRADOR: En unos instantes, la azulina comenzó a estirarse, como si la estuvieran planchando, al tiempo que repetía: AZULINA: (estirándose) ¡Ay, qué bien, qué requetebién me siento! Ya parezco otra cosa: estoy limpia y fresca... Gracias, muchas gracias, amiga gota; me has salvado la vida... GOTA: ¡Cuánto me alegro..! Pero no tienes que darme las gracias: era mi obligación. Para eso estamos las gotas de lluvia. Y ahora tengo que irme. ¿No oyes cómo me llaman? AZULINA: ¿Quién te llama? ¿Por qué tienes que irte? Yo no oigo nada..., bueno, sí, oigo a los pájaros. ¡Escucha, escucha! (Vuelven a entrar cantando los pájaros) PÁJAROS: ¡Ya llueve, ya llueve nos queremos mojar, que es agua bendita, que el Señor nos da! ¡Ya llueve, ya llueve chaparrón, ya las gotas van y vienen ya canta mi corazón! (la azulina se coge de la mano de los pájaros y canta y juega con ellos) AZULINA: Y yo que me acabo de duchar, soy la reina de este corro, soy la reina de este lugar... (la azulina se queda sola apartada y habla sola) GOTA: La voz que yo he oído ha sido la de mi nube Sí, sí, estoy segura. Pondré, de nuevo, atención. NUBE: (desde dentro) Gota Grissssaaa... Gooooota... Vuelveee GOTA: (muy contenta) Ahora si que la oigo... Es mi nube que me llama (volviéndose a Azulina que juega con los pájaros) Azulina, Azulina, que me voy. Adiós, hasta que me necesites otra vez...

AZULINA: (muy emocionada) ¿No podrías quedarte un poco más? NUBE: Gotaaa date prisa... AZULINA: La voz de una nube ¡Qué cosa más chula! No la había oído nunca. Y ¿por qué quiere que te vayas? Ahora que somos amigas... GOTA: El trabajo de las gotas de lluvia es subir y bajar, bajar y subir...no puedo quedarme, Azulina, mi maleta está vacía. Tengo que regresar a mi nube para repostar de nuevo. ¿me entiendes? ¿Lo comprendes? Si me quedara aquí ¡cuántas florecillas morirían de sed... AZULINA: Me parece que sí que lo entiendo. En fin, adiós amiga gota... ¿Grisa, no? GOTA: Si mi nombre es Grisa. ¿A que te da risa...? Pues me voy que llevo prisa... (entran las flores y junto con los pájaros que han permanecido en el escenario, y con Azulina de la mano, cantan todos) A la rueda, rueda de la lluvia y el limón, a la rueda, rueda esta historia se acabó y para celebrarla abramos los paraguas (abren todos los paraguas y bailan al compás de una música al tiempo que cae el telón)

FIN

El ÁRBOL QUE NO QUERÍA MORIR • Árbol • Niña • Conejo • Pajarito • Sol • Leñador • Flor ESCENOGRAFÍA: Un bosque en primavera. El árbol está en escena. Lentamente hace su aparición el Sol. Cantan los pájaros. Se escucha música suave y la voz del relator que dice: - Es la mañana en el bosque lleno de flores...-Pero no todo es felicidad...PRIMER ACTO: ARBOL - (Está sollozando) NIÑA - (entrando) ¿Dónde cayó mi pelota? Esto me pasa por no hacerle caso a mi mamá. NIÑA - (dirigiéndose al público) ¿han visto mi pelota? ARBOL - (sollozando) Aquí está tu pelota NIÑA - (mirándolo) ¿Qué te pasa? ¿Estás llorando? ¿Quién te pegó? (Al público:) ¿Ustedes le hicieron algo? ARBOL - Nadie, no te preocupes. Tú eres muy chico, no entiendes de estas cosas ¿Cómo te llamas? NIÑA - María. Pero decime, ¿Qué te pasa? CONEJO - (Entra corriendo) ¡No me agarraste! ¡No me agarraste! (Tropieza con la NIÑA y caen los dos) NIÑA - ¡He! ¿Por qué no te fijas por dónde vas? CONEJO - Perdón, perdón, pero ¿qué pasa? No es que sea meterete pero... (Al árbol): ¿Estás resfriado o estás llorando? NIÑA Y CONEJO - (a coro): ¡Cuéntanos!, dale cuéntanos ARBOL - Un pajarito me contó que se acerca el leñador y que viene a cortarme. CONEJO - ¿¡Van a cortarte!? (Se acercan los personajes: paloma, flor, pajarito y dicen a coro) - ¿¡A cortarte!? CONEJO - ¿Dónde me voy a esconder? PAJARO - ¿Dónde haré mi nido? PALOMA - ¿De qué me alimentaré? FLOR - ¿Quién me dará sombra? SOL - ¡Qué tristeza da este bosque! Cada vez menos árboles para alumbrar. CONEJO - Yo te defenderé, arbolito, con estos puños (hace el gesto de boxear) PAJARO - ¡Ahí viene, ahí viene! ¡Ahí viene el leñador! Organicémonos.

SEGUNDO ACTO

(Entra el leñador silbando) LEÑADOR - ¿Qué árbol cortaré? Voy a elegir uno (Mira al árbol) Éste me gusta (Hace el gesto de cortar) (Aparece el conejo, le tira el hacha al leñador. El leñador se sorprende, mira para todos lados. Intenta un segundo hachazo. Aparece el pájaro que le tira el hacha) LEÑADOR - ¿Pero, qué pasa? ¿Por qué me molestan estos animales? (Le pega un hachazo al árbol, el árbol grita) ARBOL - ¡Ay, no lo hagas! ¡No, por favor! (Solloza) (Aparece la NIÑA) NIÑA - ¿No escuchas cómo llora? LEÑADOR - ¿Quién llora? ¿El árbol? ¿Y a quién le importa un árbol? (Al público) - ¿A ustedes les importa? NIÑA - A nosotros nos importa. Él nos da frutas, nos protege, nos limpia el aire y es nuestro amigo. LEÑADOR - Pero... Yo tengo una familia y necesito leña para calentarnos y cocinar. NIÑA -Puedes buscarla en otro lado. En ramas y árboles secos. Este árbol es nuestro amigo y vamos a cuidarlo y a protegerlo. (Se va) CONEJO - (Entra de espaldas) ¡Ven a pelear conmigo si eres valiente! ¡Yo te defenderé, arbolito! (Choca con el leñador) LEÑADOR - ¿Con quién querías pelear? CONEJO - ¿Yo? ¡Con nadie! ¿Quién habló de pelear? (Sale) NIÑA: (Entra) (Abraza al árbol) - No nos separaremos de ti. Nos tendrá que matar a nosotros también. LEÑADOR: (Impresionado) - Bueno, no es para tanto, buscaré por otro lado, tal vez árboles secos...Yo no soy un monstruo (Al público) - No me miren así. Ya entendí. A los árboles vivos debo dejarlos en paz. Adiós. NIÑA: (Salta de alegría) - ¡Lo logramos! ¡Lo logramos! (Entra el conejo otra vez de espaldas y choca con la NIÑA) CONEJO - ¿Dónde está? ¿Dónde está? NIÑA: (Con gesto de fastidio) - Ya se fue, ya entendió, nuestro amigo se salvó. ARBOL - ¡Estoy feliz! Gracias amigos.

FIN

El árbol miedoso Personajes: -

Árbol I Árbol II Árbol III Juan Mariposa Mariquitas

- Caracol - Nubes - Sol - Viento - Pájaro - Duendecillo

ESCENA I Duendecillo: (Solo en el escenario) No, por favor, no asustéis… (Pausa) Ya sé que no estáis acostumbrados a ver a un auténtico duende de los bosques. Pero eso es lo que soy. (Pausa, mientras se toca orgulloso sus ropajes) Como a todos vosotros, me encantan las historias y por eso hoy quiero contaros una preciosa, de la que he sido testigo de primera fila…, porque los duendes de los bosques vivimos aquí, en plena naturaleza… (Pausa) Bueno, basta de charla, será mejor que conozcáis la historia y a sus protagonistas. Así que, sin más os diré eso de “Érase una vez…” un hombre llamado Juan. Un día, Juan compró tres árboles para plantarlos en su huerto. (Entra Juan con los árboles empaquetados.) Juan: He comprado estos tres árboles y los voy a plantar y a cuidar muy bien, porque quiero que crezcan pronto y me den buena fruta. (Coloca los tres árboles, arrodillados uno al lado del otro, de cara al público) Ya está. Ahora los regaré y les echaré vitaminas para que crezcan fuertes y sanos. (Entra una mariposa volando.) Mariposa: Oye, Juan... ¿Y cómo harás para que crezcan?

Juan: Los alimentaré con agua y abono. Mariposa: (Entusiasmada) ¡Me gustaría ayudarte! Juan: Pues si quieres ayudar, tráeme la regadera y el abono que vamos a darles un buen desayuno. (Juan y la mariposa riegan los árboles.) Juan: ¡Adiós, arbolitos! Nos veremos mañana. Duendecillo: Mirad, no perdáis detalle. Dos mariquitas curiosas quieren conocer a sus nuevos vecinos. (Entran las dos mariquitas.) Mariquitas: (Dando vueltas alrededor de los árboles) ¡Uy! ¡Qué árboles más lindos! ¿Qué clase de árboles sois? Árbol I: Yo soy un durazneroo. (Hace una reverencia) Daré buenos duraznos si Juan me cuida. Árbol II: Yo soy un manzano. (Hace una reverencia) Daré buenas manzanas si Juan me cuida.

(El árbol III no habla. Las mariquitas le dan golpecitos en el tronco.) Mariquita I: ¡Eh! ¿Y tú? ¿Estás dormido? Mariquita II: ¿Te comió un gusano la lengua? Árbol III: (Con la cabeza baja y temblando) ¡Ay! No me gritéis que me dais miedo. Mariquita I: Sólo queremos saber qué tipo de árbol eres. Árbol III: (Tapándose la cara, avergonzado) Creo que soy un peral. (Las mariquitas se acercan para verlo mejor) ¡No me miréis así, que me asusto! Mariquita II: (Burlándose) ¡Ay, qué árbol más delicado! (Las mariquitas se encogen de hombros y salen. Música festiva y cambio de iluminación.)

ESCENA II (Los tres árboles permanecen arrodillados en el escenario) Duendecillo: Y bien, amigos, de nuevo con vosotros (Pausa) Continuaré con la historia. Pasaron los días y Juan cuidaba de sus árboles con mucho cariño. Así que pronto empezaron a crecer. (Los árboles I y II se ponen de pie y estiran los brazos.) Árbol I: ¡Qué bien nos cuida Juan! (Entra la mariposa revoloteando y se acerca al público.) Mariposa: (En tono confidencial) ¡Ha sido gracias a mi ayuda! (Sale la mariposa.) Árbol II: Por eso hemos crecido y pronto daremos fruta. (El árbol III suspira y no se levanta.) Árbol I: ¡Eh, peral! ¿Y tú, por qué no creces?

Árbol III: Porque no quiero. Me da miedo crecer y echar fruta. Juan me arrancará las peras y me hará daño. ¡¡Buaaa, buaaa!!

Árbol II: Eso es una tontería. Florecer y dar fruta es muy importante; y no duele. Árbol III: (Gimiendo y temblando) Es que también me da miedo crecer y que el viento me tire o me rompa las ramas. Prefiero estar así, bien pegadito al suelo. ¡Ay! ¡Qué desgraciado soy! Duendecillo: ¡Cómo estaban las cosas! El melocotonero y el manzano trataron de consolar al peral juntando sus ramas con él. Pero éste creyó que lo iban a atacar y se encogió más todavía. ¡No tenía remedio! A media mañana, el señor Pájaro y don Caracol aparecieron por la parcela. (Entran un caracol y un pájaro.) Pájaro: Como te iba diciendo, Caracol, estoy buscando un árbol para hacer mi nido. (Se acercan a los árboles y los examinan. Los árboles I y II los saludan con la mano. Se acercan al árbol III.) Árbol III: (Temblando) A mí no me mires. ¡Vete! ¿Veis? Si yo fuera grande, el pájaro haría su nido en mí y me clavaría sus uñas. Eso también me da miedo.

Caracol: ¡Vaya! ¡Qué árbol más asustón! Yo no tengo patas. ¿Me dejas que me suba para comer un poco entre tus ramitas? Árbol III: (Horrorizado y llorando de nuevo) ¡Ay! ¡No, no! Si te subes me llenarás de babas y me dejarás pegajoso. Luego vendrán insectos y se me quedarán pegados. ¡Todos los animales me dan miedo! ¡¡Buaaa…!! (El caracol y el pájaro se tapan los oídos y se van.)

Árbol I: Esto no puede ser. Siempre estás temblando. Pareces un flan en vez de un árbol. Árbol II: Y, además, si no creces, Juan creerá que está enfermo. Duendecillo: Era verdad, Juan no sabía lo que le pasaba a su árbol. Lo regaba, le echaba abono, lo fumigaba, lo cavaba… pero el árbol no crecía ni un centímetro. (Entra Juan.) Juan: (Preocupado) Creo que este árbol está enfermo. Lo mejor será que mañana traiga un hacha y lo corte. Plantaré un naranjo en su lugar. (Entra la mariposa, revoloteando.) Mariposa: ¡¡Tengo una idea mejor!! ¡¡Tengo una idea mejor!! Juan: ¿Cuál? Mariposa: ¡Dale un bocadillo de jamón! (Juan persigue a la mariposa y ambos salen del escenario. La luz decrece. Transición musical.)

ESCENA III (Los árboles I y II, en pie, hacen gestos de alarma. El árbol III, arrodillado, tiembla.) Árbol III: ¡¡Buaaa!! No quiero que me corte. ¡Tengo miedo! Árbol I: ¿Lo ves? Árbol II: Te lo estaba diciendo. Árbol III: ¡Ayudadme, por favor! Árbol I: Llamemos a los animales. Ellos nos ayudarán. Árboles I, II y III: ¡Mariposaaa! ¡Mariquitaaas! ¡Pájarooo! ¡Caracoool! (Entran todos y rodean a los árboles.) Árbol II: Tenemos que ayudar al peral. Si no lo hacemos, mañana Juan lo cortará. ¡No dejará ni las raíces! Árbol III: ¡Ayyy! Animales: ¡¡Zambomba!! Árbol I: ¡Pensemos! (Todos en actitud pensativa.) Mariposa: ¡Tengo una idea! Yo puedo volar hasta el cielo. Traeré a las nubes cargadas de lluvia de primavera para que lo rieguen. (Sale la mariposa.)

Pájaro: Yo volaré hasta el sol y le pediré rayos mágicos para nuestro amiguito. (Sale el pájaro.) Mariquitas: Nosotras buscaremos al viento suave. (Salen las mariquitas.) Caracol: Pues yo… yo… yo… ¡Yo le cantaré una canción “quitamiedos”! Voy a buscar mi guitarra. (Sale el caracol.) Duendecillo: El arbolito estaba asombrado. Todos querían ayudarle a pesar de lo antipático que había sido con ellos. (Entra la mariposa dándole la mano a dos nubes.) Mariposa: Nubes, regad este árbol. Nubes: Te regalamos esta lluvia especial para crecer. (Las nubes derraman confeti sobre el árbol y se marchan.) Todos: ¡Gracias, nubes! (Entra el pájaro trayendo al sol de la mano.) Pájaro: Sol, derrama tus rayos mágicos sobre este árbol. Sol: Te doy mis rayos para que seas muy fuerte y frondoso. (El sol lanza tiras de espumillón dorado y sale.) Todos: ¡Gracias, sol! (Entran las mariquitas con el viento.) Mariquitas: Viento, sopla suavemente sobre este árbol. Viento: Te regalo mi aliento para que florezcas rápidamente. (El viento sopla usando un cucurucho y se marcha.) Todos: ¡Gracias, viento! Duendecillo: Pero todo fue inútil. Ni el viento ni la lluvia ni el sol consiguieron que el pequeño peral creciera. (Todos contemplan al árbol con tristeza. Entra el caracol con su guitarra.) Caracol: ¡Claro! Es que falto yo y mi canción “quitamiedos”. No llores, árbol. No sufras más. Que tus amigos te cuidarán. Si tienes miedo y temblando estás, mira a tu lado y nos verás. (Todos lo rodean cogidos de la mano. El árbol se pone en pie y extiende los brazos. De los brazos cuelgan varias peras.)

Árbol III: ¡¡Yupi!! Ya soy tan mayor como vosotros y no tengo ni pizca de miedo. ¡¡Muchas gracias, amiguitos! Duendecillo: A la mañana siguiente, apareció Juan con su hacha dispuesto a cortar el arbolito. (Entra Juan. Mira a un lado y a otro; se rasca la cabeza y da vueltas alrededor de los árboles.) Juan: (Extrañado) Pero… ¿Dónde está el arbolito enfermo? ¿Quién se lo ha llevado? ¡Esto es cosa de magia! (Los animales y los árboles se ríen.) Mariposa: No es magia, Juan. El arbolillo ha crecido ayudado por nosotros, sus amigos, que lo queremos mucho. Juan: Esto es genial. ¿Cómo puedo daros las gracias? Todos: ¡¡¡Hagamos una fiesta!!! Duendecillo: ¡Y colorín, colorado, este teatrillo se ha acabado! (Todos saludan haciendo una reverencia.) FIN