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• Jose Alcanatara

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Viaje al centro de la tierra, Julio Verne Escena 1 Interior comedor día Domingo 24 de may el profesor OTTO LIDENBROCK, 45 años, entra rápidamente a su hogar, situado en el número 19 de la König-Strasse, una de las calles más tradicionales del barrio antiguo de Hamburgo, allí se encuentran su sobrino Axel, 22 años, y su criada MARTA,32 años, conversando. MARTA se preocupa sobremanera, creyendo que se ha retrasado, pues apenas empieza a cocinar la comida en el hornillo. Axel -si mi tío viene con hambre, se va a armar la de San Quintín; porque no conozco a otro hombre de menos paciencia MARTA —¡Tan temprano y ya está aquí el señor LIDENBROCK! — (Abre la puerta del comedor) AXEL -Tú no tienes la culpa de que la comida no esté lista todavía, porque es temprano, aún no son las dos. Acaba de dar la media hora en San Miguel. MARTA —¿Y por qué ha venido tan pronto el señor LIDENBROCK?Axel —Él nos lo explicará, seguramenteMARTA —¡Ahí viene! Yo me escapo. Señor Axel, cálmelo usted, por favorMarta se retira presurosa a su recinto culinario, dejando sólo al joven AXEL quien se dispone a su dormitorio cuando la puerta principal se abre y tras ella aparece el imponente profesor, que rápidamente atraviesa la casa para llegar a su estudio desde donde llama a Axel con una voz imperiosa

PROFESRO LINDENBROCK -¡Ven Axel! ¡Apúrate! ¿Qué haces que no estás ya aquí? Axel se precipita en el despacho del irascible maestro. OTTO LIDENBROCK no es mala persona pero, si no cambia mucho, morirá siendo el más original e impaciente de los hombres. Es profesor del Johannaeum, donde dicta la cátedra de mineralogía, enfurece, por regla general, una o dos veces en cada clase. Y no porque le preocupe el deseo de tener discípulos aplicados, ni el grado de atención que éstos prestan a sus explicaciones, ni el éxito que, como consecuencia de ella, puedan obtener en sus estudios; no, semejantes detalles lo tienen sin cuidado. Enseña subjuntivamente, según una expresión de la filosofía alemana; enseña para él, y no para los otros. Es un sabio egoísta; un pozo de ciencia cuya polea rechina cuando de él se quiere sacar algo. Es, en una palabra, un avaro del conocimiento.