Goces

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Universidad de Buenos Aires Facultad de Psicología Maestría en Psicoanálisis 2011

METAPSICOLOGÍA II Curso MP1105

Dictado por: Prof. Lic. Fabián Schejtman Colaboradores: Lic. Tomasa San Miguel, Méd. Leonardo Leibson, Mgter. Pablo Muñoz, Lic. Marcelo Barros

Maestrando: Héctor Sánchez

Tancredo y Erminia1

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Poussin Nicolás. Tancredo de Galilea en una versión romantizada creada en el siglo XVI

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Introducción Explorar los textos de Freud e intentar buscar las huellas del concepto de goce desarrollado por Lacan, es contrastar la clínica freudiana con la lacaniana. ¿Nuevas herramientas para viejos problemas o nuevas formalizaciones?, “La formalización matemática es escritura […] ninguna formalización de la lengua es transmisible sin el uso de la lengua misma” 2 ¿para reordenar los conceptos elaborados por Freud? Lacan, como ya es conocido; parte de una lectura de Freud o mas precisamente de una re-lectura aportando nuevas elaboraciones de los conceptos freudianos por medio de la formalización como herramienta, “La formalización no es mas que la sustitución de un numero cualquiera de unos por lo se llama una letra”

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.

La clínica del

psicoanálisis es la conceptualización, es el abordaje racional4; supone un redoblamiento de la experiencia del análisis. Clínica es escritura, encontramos en los aparatos de formalización la referencia a la letra, valorización de la formalización escrita. Trataremos de superponer la clínica freudiana con la lacaniana y ver en esta deriva a donde nos conduce. […] “Se trata, en lo que sigue, de acompañar un tramo de esa búsqueda lacaniana […] en que […] el recorrido no le ahorra rodeos, callejones sin salida, marchas y contramarchas” […] 5

La clínica freudiana es la de “los síntomas”, la lacaniana del “deseo y el sujeto” -de las estructuras subjetivas-, ésta es lo que se llama su primera clínica, pues la segunda es la “del goce”. […] “La primera, del deseo, es una clínica del sujeto. Es decir: deseo insatisfecho; imposible, prevenido; en definitiva son modalidades de-constitución y funcionamiento del sujeto, modos de ser sujeto” […] La otra, del goce, es una clínica del síntoma en el sentido y definición que asume este concepto en la última parte de la obra de Lacan6 […].

Los planteos de Lacan y Freud convergen en una reflexión sobre la dimensión de la satisfacción. En la búsqueda de un más allá Freud, en -Más allá del principio de placer-, introduce el punto de vista económico que junto a las variables tópica y dinámica, dice que merece el nombre de metapsicología, […] que es el coronamiento de la investigación psicoanalítica […]7 – nombre éste, que nace de una pregunta a

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Lacan J., Seminario 20, Aun, pagina 144. Paidós Lacan J., Seminario 20, Aun, pagina 157. Paidós 4 Schejtman F. clase 1.Clínica Psicoanalítica I. Maestría en Psicoanálisis 1er cuatrimestre de 2010. 5 Schejtman F., La trama del síntoma y del inconsciente; RSI…Σ, pagina 119, Serie del Bucle, 2006 6 Mazzuca R., Schejtman F., Zlotnik M. Las dos clínicas de Lacan. Introducción a la clínica de los nudos; pagina 6 2000, Editorial Tres Haches 7 Freud S. Lo inconsciente.Tópica y dinámica de la represión. AE XIV, pagina ¿? 3

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Fliess8 como acto de fundación en 1898. En -Lo inconsciente- ya menciona a la triada metapsicológica. […] hemos ido delineando, en la exposición de ciertos fenómenos psíquicos, un tercer punto de vista además del dinámico y del tópico, a saber, el económico, […] que aspira a perseguir los destinos de las magnitudes de excitación […] que es el coronamiento de la investigación psicoanalítica. Propongo que cuando consigamos describir un proceso psíquico en sus aspectos dinámicos, tópicos y económicos eso se llame una exposición metapsicológica” 9. […]

En ese ir más allá, la pregunta es por el placer y el displacer y su relación con la cantidad de excitación disponible en lo anímico que aspira a mantener lo mas bajo posible dicha excitación; interrogación por la soberanía -cuestionada- del principio del placer y estableciendo un punto de exterioridad para examinar los fundamentos metapsicologicos. Lacan al utilizar “el neologismo inventado por él extimidad el cual condensa los términos exterioridad e intimidad: el objeto a está fuera de lo simbólico, pero que se ubica en lo mas intimo del Otro10” El principio de placer, aparece como el principio de la menor tensión, de la tensión mínima a mantener para que la vida subsista. Desde el primer capitulo del más allá… deja la marca, la sospecha de la existencia de una excitación diferente, silenciosa […] “que apremia a buscar sin fin la satisfacción”11 […], energía libre que escapa a la regulación del proceso primario, quedando fuera de la condensación y desplazamiento. Lacan definirá a la energía no ligada, como fuera de significante, incluso fuera de significado; por cuanto las formas de producción de significación son la metáfora y la metonimia, pero el goce no es ni metáfora ni metonimia. Con el análisis del niño del Fort Da, Freud introduce […] “la repetición” iba conectada a una ganancia de placer de otra índole, pero directa. […]; compulsión a la repetición

que se

evidencia como destino, tal como el de la mujer que tres veces se casa y a cada marido los asistió por enfermedad en sus lechos; otro, el poema épico “Jerusalén liberada” de Tasso, en donde el héroe Tancredo da muerte dos veces a Clorinda, su amada. El sujeto está atrapado en un juego donde cada vez extrae, sin cesar, la primera carta esa lettre que Lacan llamo la carta forzada.

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Freud había empleado este término por primera vez unos veinte años antes, en una carta a Fliess del 13 de febrero de1896 (Freud, 1950a, Carta 41), pero en sus trabajos publicados sólo lo había utilizado en una oportunidad, en Psicopatología de la vida cotidiana (1901b), AE, 6, pág. 251. 9 Freud S. Lo inconsciente.Tópica y dinámica de la represión. AE XIV, pagina ¿? 10 Mazzuca Roberto. Soluciones de la fobia. El caso de fobia a lasa gallinas de H. Deutsch. Ancla 3.Página 318.Revista cátedra II de Psicopatología. Facultad de Psicología UBA. 2010. 11 Cosentino J.C. El giro de 1920; pagina 16 Imago Mundi. 2004.

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Historias de amor-des-amor Cartas de amor a la letra (Lettre d'amour à la lettre)

En 1939, Ramón Sixto Ríos - músico - conoció a Mercedes Strickler, a quien en su pueblo de Humboldt provincia de Buenos Aires, le decían Merceditas. Ella tres años menor que él, había perdido a su padre cuando era una niña pequeña y desde entonces había tenido que hacerse cargo del tambo con su madre y su hermana. Aquel año cuando él vino a Humboldt a tocar su música con una compañía de teatro, en el intermedio del espectáculo, invita a bailar a Merceditas y ella respondió: Yo acepté, ¿Por qué no?; Bailamos un tango12. A partir de ahí nace una historia de amor, relación que durante dos años; fue alimentada por un intercambio de cartas; en este periodo nace la primera canción de tres, que Ramón le dedico; él en 1941 viaja de Buenos Aires a Humboldt con dos anillos y le propone matrimonio a Merceditas, ella lo rechazo: […] “Me gustaba pero de un momento a otro, lo dejé de querer. Fue el día que vino con los anillos para comprometernos. No lo acepté. Ahí me desenamoré Yo no quería comprometerme. Se fue de vuelta con los anillos. Simplemente me arrepentí” […]13. […]Es un hecho que el enamorado (o, sobre todo, la enamorada) aspira a legalizar su pasión […]14.

Hasta 1945 continúan no obstante, con el intercambio epistolar, hasta que ella dejó de contestarle: […] “Con los meses y los años no le contesté más sus cartas, no quería que perdiera el tiempo conmigo. Y entonces empezó a mandarme más cartas, todas con versos muy tristes, que me hacían llorar. Todavía las conservo. Versos muy tristes le salían, porque yo lo había dejado”15 […].

Del dolor de este desencuentro nace la celebre canción “Merceditas”16. Ramón Ríos seguiría su vida y se casaría con otra mujer, de la que enviudaría apenas dos años después. En la década de 1980

una revista de Buenos Aires publicó una nota que incluía un reportaje a Merceditas. Al leerla Ríos le escribió una carta invitándola a ir a Buenos Aires, reencuentro que concretaron poco 12

http://www.swisslatin.ch/reportajes-03.htm

13

Ídem. Kristeva Julia, Historias de amor, página 187, Siglo XXI, décima reimpresión, 2009 15 http://www.swisslatin.ch/reportajes-03.htm. 14

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Ídem.

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después. Él volvió entonces a proponerle matrimonio, pero ella lo rechazó una vez más. Se mantuvieron en estrecho contacto hasta la muerte de Ríos, el 25 de diciembre de 1994, cuando tenía 81 años. Su último acto fue legarle los derechos de la canción. Que las cartas fueron el lazo que como objeto los mantuvo unidos, instrumento de comunicación (lenguaje escrito) que recubre el goce o mas bien se puede pensar en hacer una “distinción parte del borrado del goce por parte del lenguaje […] plus de gozar […] de un gozar que es extraído de una borradura”17 […]. Ella vivió hasta los 84 años y murió soltera el 8 de julio de 2001. Hasta el último momento vivió con el sentimiento de que Dios la había castigado por su conducta. “Yo lo quería mucho pero no estaba enamorada. Yo creo mucho en Dios y creo que cuando algo va mal es porque Dios me castigó, porque yo lo dejé”18. Durante cuarenta años, fue un amor a la carta. De la carta de amor Lacan dice que el amor solo se puede abordar a partir de la demanda, para que esto ocurra hace falta una ausencia; la carta (escrita por cierto) implica que el objeto esta ausente, no esta ahí; objeto perdido que hay que volver a encontrar, o mas bien re-encontrar. Si Mercedes murió soltera, no fue mujer de Ramón; ¿mujer de quién era? […] Y amándola con loco amor así llegué a comprender lo que es querer, lo que es sufrir porque le di mi corazón19. […] (Fragmento de la canción “Merceditas”).

Ramón no puede concretar su ambición de poseer a Mercedes,

ante esta imposibilidad

podríamos decir que encuentra un sustituto para poseerla, teniéndola en su boca y en la punta de su lengua a través de la canción que le dedicara (“ Merceditas”) y así poder saborearla tocarla, acariciarla con su lengua y en el fraseo de su voz en la(s) canción(es); llenando así un vació, […] “ Los diferentes objetos a : pecho, heces, mirada, voz, son objetos que, por su estructura de borde, se prestan a colmar ese vacío” 20 […]. Entre el intercambio epistolar y la repetición de la(s) canción (es) el goce toma su relevo21 en cada una de ellas (cartas-canciones) […] la pérdida de goce en la estructura no es sin alguna suerte de recuperación: si caduca un goce surge otro en su relevo. […] Un goce en lugar de otro […]22

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Miller J.A. Los divinos detalles. Pagina 29. Paidós.2010 Ídem. 19 http://www.swisslatin.ch/reportajes-03.htm 20 Mazzuca Roberto. Soluciones de la fobia. El caso de fobia a lasa gallinas de H. Deutsch. Ancla 3.Página 317.Revista cátedra II de Psicopatología. Facultad de Psicología UBA. 2010. 21 Schejtman F. La trama del síntoma y del inconsciente. El síntoma y los goces. Un goce en lugar del otro. Pagina 85.Serie del Bucle, 2006. 22 Ídem. 18

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La satisfacción pulsional primera, primordial; el goce primario, […] “es en efecto la madre”23, […] “no

será nunca mas lo que hubiera podido ser, tendrá que satisfacerse con objetos sustitutos que

no serán mas que reemplazos”24 […]; en mi opinión sería mas preciso decir en vez de “reemplazos”; “relevos” de objetos, el objeto (perdido, añorado) siempre será el mismo con otro disfraz. Que una canción repite y rememora un acontecimiento, una falta que evoca un vació “se presta para funcionar como lugar de retorno del goce excluido de lo simbólico”25 […] de ahí el plus de goce que extrae el personaje Rick Blaine (Humphrey Bogart) en el film Casablanca cuando le solicita a Sam (Dooley Wilson) que repita una canción: “Tócala, Sam Toca: “A medida que el tiempo pasa”. (Compulsión a la repetición que se evidencia como destino). […]

“lo que vale para que el filme sea tan aceptado pues permite incluir una larga serie de

arquetipos: el amor desgraciado, el vuelo, el rito de paso, la espera, el deseo, el triunfo de la pureza, el siervo fiel, el triángulo amoroso, la bella y la bestia, la mujer enigmática, el aventurero ambiguo y el borracho redimido. Se centra principalmente en la idea de sacrificio: «el mito del sacrificio atraviesa toda la trama del filme»” 26[…] Aquí observamos nuevamente la matriz descubierta por Freud; triángulo amoroso27 de una mujer y dos hombres, en un triangulo de amor-goce-dolor-letters (cartas de tránsito, -literalmente-, letters of transit), nuevamente esta letra-carta que como significante va marcando su destino a quien la posee el sujeto que está atrapado en su juego donde cada vez extrae, sin cesar, la primera carta esa leerte, “la carta forzada”. […]Himno a la entrega total al otro, este amor es también, y de una manera casi igualmente explicita, un himno a la capacidad narcisista a la que puedo incluso sacrificarlo, sacrificarme […]28.

El de Mercedes-Ramón, fue un amor por carta y con letra de canción. Amor imposible. La ausencia históricamente quien la representaba es la mujer. “¿Mujer a quien lloras? -Al ausente-”29; el hombre viaja, caza, ronda los bosques, navega; la mujer espera, teje y canta, es la que mejor evoca la ausencia. En el caso de Mercedes-Ramón podemos observar que el lugar de espera lo ocupaba Ramón, por lo que sabemos de Mercedes en boca de sus vecinos y quienes la conocían opinaban que: 23

Miller J.A. Los divinos detalles. Pagina 191. Paidós.2010 Miller J.A. Los divinos detalles. Pagina 190. Paidós.2010 25 Ídem 26 Eco, Umberto, Sonia Maasik and Jack Solomon, eds.. ed. Signs of Life in the USA: Readings on Popular Culture for Writers. Bedford Books. 1994 27 Ídem. 28 Kristeva Julia, Historias de amor, página 1, Siglo XXI, décima reimpresión, 2009. 29 Víctor Hugo. 24

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[…] “Merceditas llamaba la atención, no sólo por su belleza, sino también por su espíritu independiente, inusual en las mujeres de la época. Solía presentarse en el pueblo sola, sobre una moto, con pantalones de tela de leopardo, botas y campera de cuero; montaba a caballo como un hombre y se iba sola de vacaciones a Córdoba. Era habitual que fuera el centro de los chismes y habladurías de los pobladores” 30[…] (Las itálicas son nuestras)

Habladurías que casi con seguridad no ignoraba Ramón, o mas bien no sabía que sabia que ciertamente su perfil o el lugar que ocupaba para Ramón como condición de elección de objeto enhebraba cada uno de los rasgos que Freud distingue a saber: ser la mujer de otro, que tenga un poco de mala reputación, sobreestimación y por último querer salvarla, rescatarla. Pero después de todo entre el hombre (Ramón) y la mujer (Mercedes) está el Otro; condición que estipula que el objeto tiene valor siempre y cuando sea el bien de Otro, tal como manifiesta Mercedes:” Yo creo mucho en Dios y creo que cuando algo va mal es porque Dios me castigó, porque yo lo dejé; no queda claro si se refiere a Él el Otro (Dios) o a Ramón. Aquí podríamos hacer una pregunta, para lograr un acercamiento a la renuncia de Merceditas al casamiento; ¿porque uno no se casa? (negativo de ¿porque uno se casa?); en el caso de ella parece que no quiso empezar “por renunciar a gozar solo, a gozar solo del propio cuerpo”31. Quizás lo que no sabemos es si hubo otro hombre, para pensar la elección amorosa de Ramón, como uno de los rasgos particular de elección de objeto presentados por Freud: “la mujer de otro” (tercero perjudicado). Esta historia podría ocultar un enigma a descifrar tal como el flechazo de Rousseau por Madame d’Houdetot; a quien él llama el único amor de mi vida….vasto verla andar a caballo y vestida de hombre para que el amor surja, además hay que agregar que ella, era mujer de otro hombre. A diferencia del romance entre Matilde y Julián Sorel en Rojo y Negro de Stendhal que sus pasiones lo llevan a la cama, es primero la declaración de amor la antesala de la consumación, lo que lleva adelante la pasión no son tanto los sujetos sino las cartas (lettres) fue Matilde quien hace la primera declaración de amor por escrito. Quien supo de esto, fue Dante en su primer encuentro con Beatriz, solo basto una mirada32 de ella para que él dijera:” He aquí un Dios mas fuerte que yo que viene para ser mi Señor”, el amor. La pasión, comienza por cierto brillo, la mirada, fuego en los ojos. Si luego del encuentro lo que sigue es por las preguntas: “porque se ven”, “porque están saliendo”, del brillo pasamos a

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http://www.swisslatin.ch/reportajes-03.htm Miller J.A. Los divinos detalles. Pagina 30. Paidós.2010 32 No olvidar nunca, que el primer beso no se da con la boca, sino con los ojos. (Bernhardt O.). 31

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lo pasional, pasamos del goce al amor, es decir que la pasión comenzaría cuando hubo cierta caída en el goce. El sujeto esta atrapado en un juego donde cada vez extrae, sin cesar, la misma carta, esa lettre que Lacan llamo la carta forzada

Con el correr del tiempo, uno podría decir que en Lacan se acentúa la idea de que, en lo que hace a lo erótico propiamente dicho, el sujeto se relaciona con el otro más en su función de la posición de objeto que él tiene que de su posición como sujeto. Es decir, del lado a de la fórmula. Y la posición de sujeto en Lacan será, y continuará siéndolo a lo largo de casi toda su obra, más vinculada con el amor y no con el deseo propiamente dicho. Puede haber en la metáfora y en la metonimia - como se plantea en un texto de los ‘70, Radiofonía - una circulación de goce, un plus que excede a la energía ligada que se produce en el proceso primario del inconsciente, lo que Freud llamó Lustgewinn, ganancia o prima de placer, que Lacan traducirá en el Seminario XVI, por plus de gozar. […] El goce con el que se soporta está, como cualquier otro, articulado por el plus-de-gozar por el cual en esa relación el compañero sexual sólo es alcanzado: 1) por el vivir si lo identifica al objeto a, hecho sin embargo claramente indicado en el mito de la costilla de Adán, el que tanto hacía reír, y con razón, a la más célebre epistolario de la homosexualidad femenina, 2) por la virgo si lo reduce al falo, es decir al pene imaginado como órgano de la tumescencia, es decir a la inversa de su función real. De ahí las dos rocas: 1) la castración donde el significante mujer se inscribe como privación, 2) la envidia del pene donde el significante hombre es sentido como frustración 33 […].

La caricatura y el chiste Para concluir con el tema de los goces he elegido el siguiente texto de Freud: El chiste y su relación con el inconsciente a modo de introducción al tema de los goces en el presente texto y a modo de conclusión del presente trabajo. […] “Que el chiste debe poner de relieve algo (Fischer, 1889, pág. 51) ya nos lo enseñó la reunión del chiste con la caricatura. Vuelvo sobre esta definición porque también ella tiene que ver más con la esencia del chiste que con su pertenencia a la comicidad” 34 […].

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Lacan J. Psicoanálisis, Radiofonía & Televisión. Pagina 63;Anagrama, Barcelona.2007 Freud S. El chiste y su relación con el inconsciente. Pagina 15.AE VIII, 1979.

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A modo de herramienta para acercarnos al placer del chiste en la modalidad de la caricatura, ésta no tiene las mismas características que el chiste escuchado, La caricatura es en primera instancia grafica (visual); si bien podemos dar marco a lo expuesto, la mejor manera es ver que dice Freud en relación al trauma: […] “Los traumas son vivencias en el cuerpo propio o bien percepciones sensoriales, las más de las veces de lo visto y oído, vale decir, vivencias o impresiones”35 […]

Estas impresiones caen bajo la represión y permanecen en el inconsciente a la espera de una situación propicia para emerger en forma encubierta; Freud dirá: “Esto reprimido conserva su pulsión emergente, su aspiración a avanzar hasta la conciencia. Alcanza su meta bajo tres condiciones”

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: la primera modalidad es a través del dormir en forma general; la segunda,

cuando lo reprimido realiza un refuerzo particular casi siempre durante la pubertad; y por último cuando “ en el vivenciar reciente, en un momento cualquiera, aparecen impresiones, vivencias, tan semejantes a lo reprimido que tienen la capacidad de despertarlo; entonces lo reciente se refuerza mediante la energía latente de lo reprimido, y esto reprimido recobra eficacia a la zaga de lo reciente y con su ayuda”. En ninguno de estos tres casos lo hasta entonces reprimido llega a la conciencia de una manera neta, inalterada, sino que siempre tiene que consentir unas desfiguraciones {dislocaciones} que dan testimonio del influjo de la resistencia, no superada del todo, que proviene de la contrainvestidura, o del influjo modificador ejercido por la vivencia reciente, o de ambas cosas 37. Estas desfiguraciones son fachadas (que esconden algo prohibido) las que, con pasaporte falsificado, logran emerger a la conciencia y plasmarse estéticamente en el chiste y principalmente el chiste en la caricatura, con la ayuda de la sublimación La sublimación la podemos definir como la vía de escape a la presión pulsional por obtener satisfacción (plus de goce), vía de escape que permite cumplir esa exigencia sin dar lugar a la represión. Técnica para la defensa contra el sufrimiento.38

[…] “En todo caso, si nuestras historias de casamenteros son chistes, lo son tanto mejores porque merced a su fachada son capaces no sólo de esconder lo que tienen para decir, sino que tienen algo -prohibido- para decir. He aquí cuál sería aquella continuación interpretativa que descubre lo escondido y desenmascara esas historias de

35

Ídem Ídem 37 Ídem 38 Freud S. El malestar en la cultura.Página 79, AE XXI. 2009. 36

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fachada cómica como chistes tendenciosos: Quien en un momento de descuido deja que de ese modo se le escape la verdad, de hecho se alegra por haber puesto término al disimulo”

39

[…].

A continuación presentamos unas tiras cómicas de hace unos años de un personaje llamado El otro yo del Dr. Merengue40 , que se publicaba en la revista Rico Tipo41. Las imágenes son elocuentes, pero lo que nos llama la atención es la sutil y acertada imaginación del artista para dejar en libertad al personaje que exprese lo reprimido en él (artista-personaje); como un desdoblamiento éxtimo de su cuerpo, (recordemos aquella observación de que el yo, es ante todo un yo corporal). […] Opino que todo placer estético que el poeta nos procura conlleva el carácter de ese placer previo, y que el goce genuino de la obra poética proviene de la liberación de tensiones en el interior de nuestra alma.42 […]

Recordemos que según Freud "El chiste es un mero juego con ideas"43, que bien podemos conectarlo con su comentario que realiza en El creador literario y el fantaseo: […] El adulto puede acordarse de la gran seriedad con que otrora cultivó sus juegos infantiles y, poniéndolos en un pie de igualdad con sus ocupaciones que se suponen serias arrojar la carga demasiado pesada que le impone la vida y conquistarse la elevada ganancia de placer que le procura el humor. 44[…]

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Freud S. El chiste y su relación con el inconsciente. Pagina 15.AE VIII, 1979. Divito Guillermo: Autor y artista de los dibujos y textos. 41 Rico Tipo (revista) fue un semanario argentino de humor que apareció desde finales de 1944 hasta el año 1972. Fue fundado y dirigido por Guillermo Divito. 42 El creador literario y el fantaseo 43 Freud S. El chiste y su relación con el inconsciente. Pagina 13.AE VIII, 1979.Jean Paul Richter, 1804, parte 11, parágrafo 51 44 El creador literario y el fantaseo. Pagina 34, edición electrónica de AE IX. 40

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[…] Hemos llegado al final de nuestra tarea, tras reconducir el mecanismo del placer humorístico a una fórmula análoga a las del placer cómico y del chiste. El placer del chiste nos pareció surgir de un gasto de inhibición ahorrado; el de la comicidad, de un gasto de representación (investidura) ahorrado, y el del humor, de un gasto de sentimiento ahorrado. En esas tres modalidades de trabajo de nuestro aparato anímico, el placer proviene de un ahorro; las tres coinciden en recuperar desde la actividad anímica un placer que, en verdad, sólo se ha perdido por el propio desarrollo de esa actividad. En efecto, la euforia que aspiramos a alcanzar por estos caminos no es otra cosa que el talante de una época de la vida en que solíamos arrostrar nuestro trabajo psíquico en general con escaso gasto: el talante de nuestra infancia, en la que no teníamos noticia de lo cómico, no éramos capaces de chiste y no nos hacía falta el humor para sentirnos dichosos en la vida.45 […]

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Freud S. El chiste y su relación con el inconsciente. Pagina 223.AE VIII, 1979.

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