Gestalt Creatividad y Arte

  GESTALT, CREATIVIDAD Y ARTE. UN CAMINO DE ESPIRITUALIDAD LAICA. Autor: Amós Vásquez Ortega Tutor: Paco Peñarrubia. ‘

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GESTALT, CREATIVIDAD Y ARTE. UN CAMINO DE ESPIRITUALIDAD LAICA. Autor: Amós Vásquez Ortega Tutor: Paco Peñarrubia.

‘Cielo e Infierno’ ESCHER.

Tesina presentada en las XXVII jornadas de la AETG. Granada, sábado 3 de Mayo de 2014

 

1  

ABSTRACT.La propuesta del autor en su tesina se encuadra dentro del ámbito filosóficoexistencial y es el desarrollo del aspecto artístico de la Terapia Gestalt, entendible desde muchos posibles ángulos, pero en este caso centrado en su vertiente espiritual laica (no religiosa) como un proceso para buscadores (que tiene un sentido más amplio que el de ‘pacientes’) y para artistas (más que ‘alumnos y terapeutas’), rescatando y potenciando la expresividad de las técnicas gestálticas y el taoísmo de su filosofía auto-reguladora tanto como su fuente nietzscheana en su polaridad dionisiacao-apolinea. El autor se refiere a una espiritualidad laica, en el sentido de exenta de credo religioso explícito, donde importa más la búsqueda personal (“ser uno mismo” en psicoterapia, “encontrar el propio estilo” en el arte) que la adscripción a valores seguros e inmutables.

 

2  

A mis padres Lucho y Lupe que me dieron la Vida y sembraron y alentaron en mí la semilla de la búsqueda. A mi hermano Manuel por estar siempre y compartir el camino. A Marta, pareja y compañera de viaje en el amor y el crecimiento.

A Paco Peñarrubia, maestro querido y transmisor de tantas cosas.

 

3  

AGRADECIMIENTOS.Hacer esta tesina ha sido darle una nueva vuelta de tuerca a mi camino por la gestalt y a todo lo que de relevante me trajo hasta aquí. Así que agradezco en primer lugar a mis profes de la EMTG Águeda, Enrique, Annie, Paco lo mucho aprendido en el tiempo de formación entonces, puerta de entrada a tantos sitios importantes dentro y fuera. A Enrique de Diego que me acompañó como terapeuta en mi primera andadura de terapia individual y con quién empecé a hacerme el hombre que soy hoy. A Águeda Segado por los aprendizajes en el espacio de supervisión y por ayudarme a confiar en mi. A Annie Chevreux por mostrarme la cualidad esencial del trabajo con la intuición. A Susana Ramos, mi terapeuta hoy, que tanto me ayudó a parir esta tesina y a seguir dándome cuenta de quién soy y de quién no. A Juanjo Albert y equipo de la Integrativa en Alicante que me llevaron a reconocer en mis carnes el Impulso Unitario de Vida. A Claudio Naranjo por enseñarme a mirarme con los ojos del corazón y a reconocer el aspecto sagrado y divino de Dionisio, tanto como el de Apolo. A Pedro Martín por su entrega generosa en el camino de Advaita Vedanta en la Escuela de Filosofía Práctica y Meditación que me ha permitido profundizar en la comprensión del ‘no dos’. Muchas gracias a mis hermanos del camino: Gestalt, Creatividad, Integrativa, SATs, Supervisiones… sois una referencia importante y hacéis del camino un lugar más apetecible de recorrer, cálido y muchas veces de celebración: En especial a Jordi Soliva, Yola Martínez, Isa Álvarez, Arantxa Martínez, Pedro Ureña, Eva Benítez, Ana Ugarte, Noelia Millán, Juan de Dios, Juana Blánquer, Rosa López, Mayte Valbuena, Juan Gutiérrez... Al espacio de Gestalt Cervantes y sus habitantes, familia querida de artistas que hacen de la relación de ayuda una oportunidad para el arte, el conocimiento, el amor y la belleza. Gracias también a mis pacientes que confían en mi y con los que aprendo a descubrir cuál es el arte de ser uno mismo. Gracias a todos los Artistas y Buscadores de todos los tiempos y lugares, que queriendo transformar el mundo empezaron por lo primero y más difícil, transformarse a sí mismos.    

4  

ÍNDICE 1.- PRÓLOGO

Pag 7

2.- INTRODUCCIÓN

Pag 8

3.- LA TERAPIA GESTALT. 3.1.- Teoría de la Terapia Gestalt, consideraciones.

Pag 20

3.2.- Fundamentación de la actitud y práctica del experiencialismo ateórico.

Pag 28

3.3.- Substrato filosófico de la Terapia Gestalt.

Pag 29

3.3.1.- El substrato filosófico alemán. Friedlaender y Nietzsche.

Pag 30

3.3.2.- El substrato filosófico chino. Taoísmo.

Pag 34

3.4.- Gestalt, psicoterapia y filosofía de vida.

Pag 43

4.- CREATIVIDAD 4.1.-Terapia Gestalt y creatividad.

Pag 47

4.1.1.-Polaridades y creatividad

Pag 49

4.1.2.-Responsabilidad y creatividad

Pag 52

4.2.- El cultivo de la espontaneidad gesltáltica. La polaridad dionisiaca en T.G. a través de una litografía de Escher. 4.3.-El proceso creativo según enfoque tradición Nietzscheana europea.

Pag 54 Pag 60

4.3.1.- Dionisio. Dios y humano

Pag 62

4.3.2.- Conviértete en lo que eres

Pag 64

4.4.- El proceso creativo según el enfoque de Cleveland (J. Zinker)

Pag 66

4.5.- Acercamientos a la creatividad. Integrando modelos.

Pag 70

4.6.- Creatividad e imaginación

Pag 77

4.7.- Creatividad. Otras aportaciones.a) Creatividad y el modelo de Inteligencias Múltiples de Gardner. Pag 82 b) Erich Fromm y la actitud creativa.

Pag 85

c) Rollo May

Pag 90

d) Abraham Maslow. La creatividad en el hombre autorrealizado. Pag 93 5.- ARTE Y GESTALT.

Pag 96

5.1.- Terapia Gestalt y arte.

Pag 97

5.1.1.- Terapia gestalt como arte, ‘el arte de ser uno mismo’.

 

5  

Pag 97

5.1.2.- Gestalt, arte y contracultura.

Pag 103

5.1.3.- Arte

Pag 106

5.2.- El cultivo de la atención y de la deliberación gestálticas: la polaridad apolínea.

Pag110

5.2.1.- Apolo

Pag 110

5.2.2.- Salomo Friedlaender y la indiferencia creativa

Pag 114

5.2.3.- Indiferencia creativa y el silencio.

Pag 118

5.3.- Arte terapias gestálticas: Janie Rhyne (Gestalt art therapy) y Josef E. Garai. (Arteterapia humanista).

Pag 120

5.3.1.- Josef Garai. Aproximación humanista a la arteterapia.

Pag 121

5.3.2.- Teoría de la terapia Gestalt y arte: Janie Rhyne.

Pag 124

5.3.3.- Gestalt española.

Pag 126

6.- EL CAMINO DEL TERAPEUTA ARTISTA. 6.1.- El camino del terapeuta artista.

Pag 127

6.2.- Arte propio y arte impropio

Pag 131

6.3.- De lo psico-emocional a lo espiritual.

Pag 134

6.3.1.- El viaje del héroe.

Pag 137

6.4.- Gestalt transpersonal: espiritualidad laica.

Pag 141

6.5.- Artistas de la Búsqueda. De Jung a Paul Goodman y Claudio Naranjo.

Pag 144

6.5.1.- Jung el alquimista.

Pag 144

6.5.2.- Paul Goodman, el socioterapeuta de estado.

Pag 150

6.5.3.- Claudio Naranjo. Maestro, héroe y niño divino.

Pag 153

6.6.- La Nueva Orden de Toledo.

Pag 156

7.- LAS CUATRO CARAS DEL HÉROE: el abordaje gestáltico simbólico según Paco Peñarrubia.

Pag 159

8.- CONCLUSIONES

Pag 166

9.- BIBLIOGRAFÍA

Pag 170

 

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PRÓLOGO Carta del tutor a la Asociación Española de Terapia Gestalt. A quién corresponda: Conozco a Amós Vásquez Ortega desde que empezó su formación en la Escuela Madrileña de Terapia Gestalt (2000-2003), donde posteriormente fue Tutor de la promoción XVIII (2007-2010). Además de haberlo tenido en grupo de creatividad los años 2005-07 entre otras actividades (post-grado de “Análisis y conducción de grupos”, “Uso terapéutico de la música”, etc…). Es una persona bien formada en gestalt (además de otras disciplinas) y con años de práctica profesional entre Toledo y Madrid, tanto en terapia individual como grupal. Actualmente, además de formar parte del equipo “Gestalt Cervantes” coordinado por Annie Chevreux y por mí, lleva tiempo siendo mi colaborador en el trabajo de creatividad que se conoce como “Las Cuatro Caras del Héroe”, un taller residencial enfocado al trabajo simbólico, corporal y emocional donde he ido destilando mi concepción de la creatividad gestáltica transpersonal. Amós Vásquez es la única persona reconocida por mí para impartir este taller en España y Latinoamérica, lo que da prueba de mi confianza en su valía y su capacitación (entrenada y supervisada por mí) para hacerse cargo de ese método, del que la tesina forma parte. Esto es: la propuesta de Amós Vásquez en su tesina es el desarrollo del aspecto artístico de la Terapia Gestalt, entendible desde muchos posibles ángulos, pero en este caso centrado en su vertiente espiritual laica (no religiosa) como un proceso para buscadores (que tiene un sentido más amplio que el de “pacientes”) y para artistas (más que “alumnos y terapeutas”), rescatando y potenciando la expresividad de las técnicas gestálticas y el taoísmo de su filosofía auto-reguladora. Sobre el interés del tema y los conocimientos del autor no me queda más que añadir. Un saludo. Paco Peñarrubia  

 

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2.- INTRODUCCIÓN.

‘Nueva piel para la vieja ceremonia’ Leonard Cohen

‘Ahora el esclavo es hombre libre, ahora quedan rotas todas las rígidas, hostiles delimitaciones que la necesidad, la arbitrariedad o la “moda insolente” han establecido entre los hombres. Ahora, en el evangelio de la armonía universal, cada uno se siente no sólo reunido, reconciliado, fundido con su prójimo, sino uno con él, cual si el velo de Maya estuviese desgarrado y ahora sólo ondease de un lado para otro, en jirones, ante lo misterioso Uno primordial. El barro más noble, el mármol más precioso son aquí amasados y tallados, el ser humano, y a los golpes de cincel del artista dionisíaco de los mundos resuena la llamada de los misterios eleusinos “¿Os postráis, millones? ¿Presientes tú al creador, oh mundo?”’ Friedrich Nietzsche. ‘El nacimiento de la tragedia’

Introduzco el trabajo de la tesina con esta cita de Nietzsche que, a pesar de su extensión, refleja el aspecto liberador e integrador de su filosofía: lo apolíneo y lo dionisíaco, que fue inspirador para Freud e iluminador para Perls (a través de Friedlaender) y ha sido la guía intelectual de mi trabajo

 

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‘Terapeuta’1 procede de therapeúein y encierra un doble significado, ‘curar’ y ‘servir’. Supe hace poco revisando la bibliografía para elaborar esta tesina que también fue el nombre de una antigua comunidad cristiana que se hacían llamar así ‘Terapeutas’ cuyos miembros estaban entregados a la contemplación, tanto como a la realización del doble significado de curar y servir, lo que les llevaba a entender la vida como un lugar donde ‘sanar el cuerpo y el espíritu, pero sobre todo servir y emplearse en Dios’. Al parecer este grupo de sabios judíos vivía una voluntaria vida retirada, su doctrina se hallaba marcada por la concepción mistérica helenista, es posible que también tuviera un influjo del ideario propugnado por una rama egipcia del esenismo. Vivían en lugares fértiles y apartados, en contraposición al proceder de los ascetas, que comúnmente se retiraban al desierto. La comunidad, formada indistintamente por hombres y mujeres, se dedicaba al cultivo de las tierras, la oración y la meditación. Su principal lectura eran las Sagradas Escrituras, y en torno a su inspiración componían himnos y canciones, “en todo tipo de metros y melodías” como señala el filósofo Filón de Alejandría. Tales canciones iban generalmente acompañadas de danzas. En sus celebraciones constituían además dos coros, uno de hombres y otro de mujeres; separados al principio, tras el oficio se fundían. Los terapeutas cantaban hasta el amanecer después de una larga fiesta que tenía lugar un sábado, cada cincuenta días. Traigo este apunte a colación para iniciar esta introducción porque me parece muy hermoso encontrar en aquel grupo de Terapeutas una concepción de la salud y de la búsqueda espiritual que integra la contemplación apolínea de la meditación y el retiro, con la entrega dionisiaca en esas danzas y coros que practicaban en aquellos lugares fértiles. Me recuerda mucho ese fin de celebración que Filón describe con el final de celebración que solemos hacer en las jornadas anuales de la AETG, o en las entregas de diplomas bianuales de la EMTG. Aquellos terapeutas que curaban y servían representan a su vez a la ‘viejísima gestalt’ actualizada en tantos lugares y periodos de la historia por tantos hombres y mujeres. Aquella gestalt que Fritz Perls decía no haber inventado, sino redescubierto.

Introducción y apunte biográfico.                                                                                                                 1  Andrés,  Ramón.  Pag.  1557  ‘Diccionario  de  música,  mitología,  magia  y  religión’  Ed  Acantilado  

 

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‘Gestalt, creatividad y arte’ fue el título de la conferencia que impartió Paco Peñarrubia en Granada en Abril de 2012 previa al taller de ‘Las cuatro caras del héroe’ que daría al día siguiente en la escuela de formación de Qualia. El título me gustó mucho y el contenido de la conferencia, que pude ver en modalidad online2 desde el sillón de mi casa en Toledo y en directo, más. Tanto que dediqué parte de mi tiempo a transcribirla con gusto pues sentía que así podía incorporar mejor lo mucho que allí se había desmenuzado. Así que tomo ese título para mi tesina (y lo acompaño con ‘Un camino de espiritualidad laica’) abordando mi interés por cada uno de los elementos mencionados en el título y mi convencimiento tal, y como lo viene transmitiendo Paco Peñarrubia, de que la suma de ellos: terapia gestalt, creatividad y arte, conforman una vía de conocimiento interior, profunda y espiritual. Paco Peñarrubia es además mi Maestro y siento esta tesina como parte de mi proceso de aprendizaje con él. Como una oportunidad para masticar, revisar e integrar lo que de él voy recibiendo y hacerlo propio. Masticar bien, digerir bien y asimilar mejor, para seguir nutriendo mi mente y mi corazón a través de la Vía del vacío fértil de la que Paco Peñarrubia es uno de sus más fieles transmisores. Mi interés en esta tesina no está puesto tanto en el aspecto terapéutico de la gestalt (que también) sino en la famosa cita de los Polsters de que ‘la terapia Gestalt es demasiado valiosa para dejársela sólo a los enfermos’3, que supondrá explorar qué hay más allá del restablecimiento de la salud y el bienestar psico-emocional de la persona. Muchos son los posibles alcances de la ‘gestalt que no se deja sólo a los enfermos’, y de ello viene dando cuenta la miriada de tesinas que la AETG presenta cada año y que ponen el foco en ámbitos diferentes como son la educación, lo social, el trabajo corporal, la conciencia... El alcance que yo quiero darle a mi tesina tendría que ver con aquel ‘sé aquello que eres’ que decía Píndaro entonces, y Fritz Perls ‘conviértete en lo que eres’ dos milenios después, o aquel otro ‘conócete a ti mismo y conocerás el universo entero’ de Sócrates. Dice también el Rig veda que ‘La verdad es una y muchos los caminos que conducen a ella’. La terapia gestalt como filosofía de vida conduce a aquella                                                                                                                

2  Disponible  en  la  red  en  el  enlace:  http://www.youtube.com/watch?v=urcasmYAuy4  

   

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verdad, una y misteriosa, de la que habla el conocimiento de los Vedas de la India. O en expresión de Aldous Huxley, como actualización de la Filosofía Perenne. Para ello propongo una revisión de la gestalt, la creatividad y el arte como tres perlas que juntas conforman un collar que potencia no sólo el carácter terapéutico puesto al servicio de la relación de ayuda de la primera, la perla gestáltica; sino que se nutren recíprocamente hasta representar en su conjunto y en sí mismas una vía de autoconocimiento y desvelamiento óntico

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que conforman un camino de

espiritualidad laica (no sujeta a credos religiosos) que puede conducir por tanto al corazón del hombre y de la existencia. Es también el terapeuta gestáltico uno donde conviven el buscador y el artista. Tres lugares internos diferentes en apariencia: paciente-buscador, terapeuta y artista, que iré revisando y daré cuenta de su importancia a lo largo de esta tesina. En el terapeuta gestáltico conviven el terapeuta y el paciente en el sentido de que el terapeuta es uno que antes fue paciente, es un enfermo que se curó o que se ha curado más y que por eso puede acompañar mejor a otros en el sentido de la tradición chamánica; el chamán es alguien que enfermó, y que atravesando el proceso que le devuelve a la salud, incorpora un conocimiento profundo sobre el arte de sanar, a sí mismo y a los otros. Claudio Naranjo ya en los años 80 empezó a hablar de la terapia gestalt como un ‘neochamanismo’. En terapia gestalt gran parte de la relación de ayuda es una transmisión por contagio de actitudes que sólo puede darse en la relación y de manera ‘artesanal’ donde ‘la transmisión de ciertas actitudes por medio de los instrumentos característicos de este enfoque es análoga al proceso por el cual un escultor crea formas con las herramientas propias de su arte. En ambos casos, el contenido trasciende los instrumentos, aún cuando estos fueron concebidos para expresarlo.’5 Como acaba de decir Claudio Naranjo es un enfoque terapéutico cuya filosofía es implícita, la que se advierte cuando ponemos un particular estado de atención, así como uno sabe que hay azúcar disuelta en un vaso de agua, no porque la pueda ver con los ojos, pero sí saborear con los otros ojos de la lengua. Ya se lo decía el zorro al principito de manera muy hermosa ‘sólo se ve correctamente con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos’. La esencia de la filosofía implícita que transmite la                                                                                                                

4  ‘Óntico,’  de  Ser.  Desvelamiento  del  ser  por  tanto,  tomando  el  ‘oscurecimiento  óntico’  del  que  

habla  Claudio  como  proceso  de  caída  y  degradación  de  la  conciencia,  de  convertirse  en  neurótico.   5  Naranjo,  C.  ‘Teoría  y  técnica  de  la  psicoterapia  gestáltica’  Shepar  y  Fagan.  p.  54  

 

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gestalt, requiere de los ojos del corazón, que paradójicamente, tienen que ver con los ojos de lo obvio, de la mirada limpia sin juicio, sin zona intermedia interfiriendo. La filosofía implícita de la gestalt que invita a ‘mojarse’ la lengua, o a ‘mojarse el culo’ que diría Guillermo Borja6 para saber de ella. Asunto por otro lado que no siempre me ha sido fácil de explicar a mis pacientes y amigos por más que he leído, y que sólo las horas de vuelo como paciente y terapeuta me han ido permitiendo la comprensión y conocimiento del asunto implícito. Está aunque no se ve con los ojos, al menos con los ojos de la mente discursiva. Siguiendo con los Polsters y su famosa frase: estos ‘no enfermos’ son los que se reconocen a sí mismos entonces y paradójicamente como enfermos, como portadores de una enfermedad que podríamos llamar también ‘implícita’. Aunque en apariencia pueden estar libres de síntoma que no de pecado7, y que son los buscadores los que parten también del reconocimiento de un déficit interno, por defecto o por exceso, que es el carácter, una motivación deficitaria que vendría a ser como una brújula que no marca bien el norte y nos hace equivocar el camino. Aquellos a los que aluden los Polsters como potenciales beneficiarios de la terapia gestalt son aquellos pacientes que están queriendo ‘hacer proceso’ personal en las consultas y como decíamos, no sólo curar el síntoma. Que quieren meterse en el laberinto de su propia neurosis y como Teseo, perderse con cierta ayuda y enfrentar a la bestia, al minotauro, al ego, y domarlo (integrarlo diríamos en gestalt) con la ayuda de Ariadna que no es otra que el alma, el aspecto esencial del buscador con la que está decidido a unirse. El reconocimiento de un oscurecimiento óntico (del Ser) es el primer paso que llevará a buscar el estado de Ser original, a través de un proceso de psicoterapia. Este reconocimiento puede tomar las más variadas formas, crisis existenciales, de salud, como consecuencia de pérdidas importantes, crisis de ciclo vital…la sensación de que uno está mal, perdido, que sólo no puede y que necesita ayuda. La psicoterapia es en este momento de la historia la actualización laica del viaje del héroe de todos los tiempos, frente a las vías psico-espirituales más tradicionales que serían otra manera de hacer el viaje.                                                                                                                 6  BORJA  G.  ‘La  locura  lo  cura’  Ed  La  Llave.  1995.  p.  139  

7  Pecado  como  ‘errar  el  tiro,  no  dar  en  el  blanco’  acepción  de  la  tradición  de  la  arquería  

introducida  por  Claudio  Naranjo  y  relativa  a  la  enseñanza  sobre  el  eneagrama  que  ha  venido   transmitiendo  desde  los  últimos  40  años.  

 

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A nivel biográfico la terapia gestalt ha sido mi manera de profundizar en la búsqueda espiritual y de hacer terapia. Una manera que voy aprendiendo desde hace algunos años en la EMTG donde me formé, de la mano de su equipo de profesores Águeda Segado, Annie Chevraux, Enrique de Diego y Paco Peñarrubia por quienes siento respeto, agradecimiento y mucho cariño. También aprendí de Claudio Naranjo, implícitamente presente en la escuela donde me formé, y más explícitamente presente en mi camino de aprendizaje a través de sus libros y de su programa SAT. La terapia gestalt la he ido aprendiendo también a través de mi terapia individual, entonces con Enrique de Diego y ahora con Susana Ramos de quienes también me siento ahijado agradecido en este arte de vivir la vida tratando de ser el que soy y no otro, ser uno mismo. La terapia gestalt es también mi camino profesional desde hace 12 años donde me he venido comprometiendo más y más y de a poquito, siendo un paso definitivo cuando en octubre de 2011 solté mi media jornada por cuenta ajena en el Observatorio de Drogodependencias de Castilla-La Mancha para dedicarme intensivamente a la consulta privada. La terapia gestalt me reconcilió con la psicología que yo había estudiado en la universidad y que me había dejado un tanto desilusionado con su oposición o ignorancia de la tercera fuerza, la psicología humanista. El psicoanálisis sólo aparecía como una asignatura y optativa. La gestalt es también la filosofía de vida que sigo incorporando cada día a mi vida y en mis relaciones, y que trato de transmitir a los pacientes con los que trabajo dentro de la consulta. Una manera de vivir y estar en el mundo que tiene que ver mucho con la creatividad y con el arte, con el arte de vivir la vida. Antes de llegar a la gestalt mi camino de búsqueda venía a través de la Escuela de Filosofía Práctica y Meditación, de donde me hice muy simpatizante de Apolo. Una escuela heredera del cuarto camino que Ouspenski continuara en Londres tras dejar su relación con Gurjdieff en Francia, y que se traduce en la estructura de las tres Líneas de Trabajo (trabajo sobre sí, trabajo con los otros y para los otros, y trabajo por el trabajo) donde se trabaja y profundiza en el cultivo de la atención en conexión con los sentidos, el ejercicio de la pausa (stop), la atención en la acción desinteresada etc. Es una escuela cuyo cuerpo de enseñanza desde el año 65 es la tradición Advaita Vedanta, (de la lengua sánskrita que significa conocimiento de la no dualidad).

 

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Una escuela de filosofía práctica que propone la vida del filósofo práctico, y aquí la palabra clave es ‘práctica’, es para la vida y no para la teorización, especulación mental. Desde la única, posible y propia experiencia la senda lleva a descubrir qué significa ‘amar la sabiduría’ y qué significa llevar una ‘vida verdadera y feliz’ que vendría a ser la consecuencia de este amor y el propósito de este sistema de conocimiento. Se propone desde el principio no aceptar ni rechazar nada de lo que su enseñanza propone, sino más bien comprobar en la propia experiencia qué es lo que va sucediendo. Invitación muy cercana a la actitud gestáltica de no aceptar otros deberías salvo el tuyo propio, en el proceso de convertir la información en conocimiento a través del proceso de ‘masticación’. Cuando llego a la Gestalt en el año 2000 era por tanto para mí un interés importante investigar en la propia vida: cuándo me acercaba al aspecto esencial también llamado ser interior. E investigar cuándo me alejaba de este a través del carácter, con su conjunto de preferencias, atracciones y aversiones que suele conducir la vida de uno de manera automática y rígida, como ego. Fue por tanto un momento de mucho entusiasmo arribar a la querida terapia gestalt, una corriente dentro de la psicología en la que me había formado académicamente, que me ofrecía a través de los profesores que me la transmitían no sólo una profesión sino un camino interior de respeto al trabajo con la atención, un reconocimiento a las ideas y prácticas del Cuarto Camino por ser estas tan cercanas a lo que la terapia gestalt venía proponiendo, un reconocimiento de la dimensión espiritual humana así como un reconocimiento de la dimensión instintiva humana, donde ambas se retroalimentaban para ir más allá. Algo más me deslumbró y me cautivó entonces, y fue el encuentro con Dionisio, traerlo de vuelta a casa de donde yo lo había desterrado, o más bien de donde yo me había desterrado. Dionisio como una parte importante de mi casa que dejé sin habitar por miedo. Si bien el camino que yo venía haciendo a través de la Escuela tenía un aspecto de entrega al momento presente a través de la atención, era un camino que estaba más cerca de Apolo en cuanto que trabajo con la disciplina, atención e impecabilidad que proponía. Llegar a la Gestalt y descubrir el significado real del Permiso y sus implicaciones fue empezar a sanarme, a curar la herida de niño bueno hecho a base de hacer suyos los ‘noes’ del entorno familiar y de dejar fuera de la conciencia la agresividad y algunas cosas más.

 

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‘Permiso para ser’ y una buena retahíla de asuntos pendientes que el trabajo en la Escuela de filosofía práctica no me habían permitido abordar empezaron a asomar cuando me inicié en la gestalt, fundamentalmente meterle mano al mundo emocional y empezar a iluminar tantos lugares ensombrecidos para sentir menos, que por tanto interferían con mi capacidad de establecer una sana relación de contacto y de retirada con mis necesidades y deseos genuinos en la vida. Reconocer a Dionisio como dios, como aspecto divino y sagrado de la experiencia y de la vida, como principio de salud intrapersonal e interpersonal, y como fecundador del artista-creador que late en cada ser humano fueron para mí suficientes motivos para querer hacerme discípulo suyo a través de la gestalt que me abría sus cálidos y fieros brazos a través de la formación. Desde entonces he seguido con la escuela de filosofía práctica y meditación, a la vez que la gestalt se ha ido convirtiendo en un aspecto central de mi vida, como trabajo profesional, y como filosofía de vida con la que me identifico. Integrar estos caminos ha sido una fuente de inspiración, entusiasmo muchas veces y también de conflicto e impotencia otras. Ha sido alimento en cualquier caso, a veces he pensado que tenía muy clara su integración en la teoría y en la práctica, otras que era algo imposible de hacer, que cada camino es diferente y está bien que así sea. En esta tesina no aspiro a hacer esta labor de síntesis porque no es su tema, pero si voy a nutrirme y a aprovechar este bagaje para ir describiendo lo que la terapia gestalt propone como abordaje terapéutico y filosofía de vida, donde Apolo y Dionisio comparten escena de modo singular y diferente. El primero observa quieto e inmutable, plácido y desapegado. El segundo danza hasta el frenesí disfrutando y padeciendo la vida y sus afanes. La terapia gestalt como filosofía de vida es la consecuencia natural de ir integrando aquellas actitudes que uno como paciente aprende por contagio, y por ensayo-error y éxito; o como dice Naranjo ‘el proceso terapéutico es la transmisión de una experiencia’8 que uno como paciente empieza a incorporar a su vida, a su día a día, transformando la existencia en un lugar de compromiso con uno mismo, donde uno asume su responsabilidad, no como un deber sino como un hecho. Y atiende sus

                                                                                                                8  Naranjo  C.  ‘La  vieja  y  la  novísima  gesltalt’.  Ed  Cuatro  Vientos.  p.  24  

 

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necesidades y deseos genuinos, descartando los debería ajenos o poniéndolos al menos en cuestión. Sabemos de los vínculos de la terapia gestalt con el Arte en su germen, y cómo esta fue fruto de una de las felices consecuencias de la eclosión del movimiento contracultural y artístico en la Alemania de los años 20 y más tarde en los EEUU de los 50. Del primer germen alemán hemos conocido mejor como ocurrió todo gracias a la descripción pormenorizada y apasionante que Annie Chevreux9 nos hace en su libro sobre ‘el espíritu vanguardista en la Terapia Gestalt’. Un movimiento contracultural no es otra cosa que el instinto de vida abriéndose paso de manera colectiva y a través del arte, generalmente minoritaria pero no por ello menos fecunda. Como antítesis del dejarse morir en vida, de los seres humanos sobreadaptados y desconectados de sí que padecen la plaga emocional que Wilhelm Reich describiera como universal. No hay instinto de muerte, el instinto es connatural a la vida, a su creación, a su preservación y a su finalización donde la muerte no es algo que uno busca o evita, sino que sucede y a lo que uno se entrega. Lo que si hay son maneras de desconectarnos del instinto y por tanto de dejarnos morir, o morir en vida, de ser auténticos muertos vivientes aunque bien vestidos, perfumados y con interesantes conversaciones incluso sobre mindfullness, es la ‘Filosofía zombie’10 que a través de su parafernalia actual de series y películas no es más que otro espejo que refleja y describe nuestra situación terrorífica. La lucha entre los vivos y los muertos vivientes no es algo que sólo ocurre fuera sino como tantas veces, dentro. Son los ‘hombres máquina’ que decía Gurjdieff los que viven dormidos. Son tantas maneras de llamar a la misma cosa neurótica, de nombrar la neurosis que en definición de todo a cien11 sería un ‘pensar una cosa, sentir otra, decir otra diferente y no actuarla, o hacer otra cosa diferente’. La neurosis es entonces la manera de perpetuar nuestra ceguera, nuestra desconexión y la terapia gestalt un camino para ir recuperando y restaurando niveles de mayor autoapoyo y de mayor conciencia.                                                                                                                

9  Annie  Chevraux  hace  un  estudio  minucioso  y  pormenorizado  de  aquel  tiempo  y  de  aquella  

conexión  entre  gestalt  y  contracultura  en  su  libro  ‘El  Berlín  de  Perls:  el  espíritu  vanguardista  en   el  arte  y  en  la  terapia  gestlalt’  Ed  Mandala.  2007.   10  ‘Filosofía  zombi‘  Editorial  Anagrama.  Finalista  del  premio  de  ensayo  2011  Fernández  Gonzalo,   Jorge.   11  Enrique  de  Diego  nos  definió  la  neurosis  alguna  vez  en  la  formación  así  y  a  mi  me  gusto  mucho   su  sencillez  y  rotundidad.  

 

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Cuando hablamos de la terapia gestalt como filosofía de vida nos referimos a la consecuencia natural de ir integrando aquellas actitudes que uno como paciente aprende por contagio y que aprende por ensayo, error y éxito ‘el proceso terapéutico es la transmisión de una experiencia’12. Así empieza a incorporar estas actitudes a su vida, a su día a día, transformando la vida y la existencia en un lugar de compromiso con uno mismo, donde uno asume su responsabilidad, no como un deber sino como un hecho, y atiende sus necesidades y deseos genuinos, descartando los debería ajenos o poniéndolos en cuestión al menos. Llegar a aceptar ser como uno es, es la meta, que es el camino de esta filosofía de vida tan cercana a la antigua filosofía taoísta ‘no hay meta, la meta es el camino’. Así que en esta tesina reviso qué fuentes de aquella ‘vieja Gestalt’ hacen y posibilitan que esta sea siempre ‘novísima’. La terapia Gestalt es tan antigua como el mundo decía Perls, veremos entonces por qué es un eco actualizado de la antigua sabiduría taoísta, de la filosofía de Nietzsche o de la tradición advaita vedanta. Nietzsche estuvo presente implícitamente en el nacimiento de la gestalt pues, según Claudio Naranjo, Fritz Perls fue ‘un apóstol de Nietzsche’ y dicho por quién mejor lo reconoció e hizo más evidente este aspecto, ya que Naranjo lo nombró, lo escribió y como discípulo de Fritz lo recibió y también lo ejerció; aquel apostolado Nietzscheano que conjura y conjuga al dios Dionisos y al dios Apolo, ‘esos dos instintos tan diferentes marchan uno al lado del otro, casi siempre en abierta discordancia entre sí y excitándose mutuamente a dar a luz frutos nuevos y cada vez más vigoroso, para perpetuar en ellos la lucha de aquella antítesis, sobre la cual sólo en apariencia tiende un puente común la palabra “arte” hasta que, finalmente, por un milagroso acto metafísico de la “voluntad” helénica, se muestran apareados entre sí, y en ese apareamiento acaban engendrando la obra de arte a la vez dionisíaca y apolínea de la tragedia ática’ 13. Claudio Naranjo, como ha comentado en algún lugar, ejerció de Platón con su Sócrates alemán poniendo por escrito la filosofía implícita que Perls mostraba más por lo que hacía y cómo lo hacía, que por lo que decía. Paco Peñarrubia ha ido un paso más allá y ha hecho de la Creatividad un lugar de experimentación al servicio de la salud psicoemocional y espiritual, una Factoría de                                                                                                                

12  NARANJO  C.  ‘La  vieja  y  la  novísima  gesltalt’.  Ed  Cuatro  Vientos.  p.  24 13  NIETZSCHE  F.  ‘El  nacimiento  de  la  tragedia’.  Alianza  Ed.  1973  p.  50  

 

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Warhol gestáltica, donde explorar y ensayar con la paleta de todos los colores de la neurosis por medio de distintas vías artísticas como un puente hacia la conciencia. La vía del vacío fértil donde Paco Peñarrubia ha actualizado la eterna danza de Dionisio que sucede mientras Apolo quieto observa, a través del grupo de Creatividad bianual que viene haciendo desde hace ya dos décadas y del taller de las ‘Las cuatro caras del héroe’ que de momento merece un capítulo aparte en esta tesina, si no un libro. La terapia gestalt es ‘una nueva piel para la vieja ceremonia’14 . La ceremonia inmemorial que ha llevado a la humanidad de todos los tiempos a buscar el misterio que trata de dar respuesta a las eternas preguntas de ¿quién soy?, ¿qué hago aquí?, ¿de dónde vengo?, ¿cuál es mi relación con esta realidad?, ¿a dónde voy?, ¿qué sucede tras la muerte?. Un camino espiritual laico que como tal no está sujeto al credo ni las formas religiosas aunque se puede nutrir de ello para darle el único significado posible,

el

propio

que

surge

de

dentro

                                                                                                                14  COHEN  L.  ‘New  Skin  for  the  old  ceremony’.  Título  de  disco  en  1974.  

 

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hacia

fuera.

3.- LA TERAPIA GESTALT. ‘Enfocar la nada no es tarea fácil porque procedemos de una carencia amorosa, un agujero que hemos llenado con conductas compensatorias, ideas fijas sobre el mundo, un bagaje emocional para sobrevivir, un determinado autoconcepto… La gestalt invita a dejar caer todo este andamiaje, recuperar un punto cero (formulación de Friedlander) de indiferencia creativa a partir del cual el organismo actuará guiado por sabia orientación. A partir de ahí, el desierto florece como bien afirmaba Fritz; así que este vacío es fértil si se confía en él, es por tanto el punto de partida, incluso la condición, de la autorregulación’ Paco Peñarrubia Llegué a la terapia gestalt en el año 98 cuando a punto de acabar la carrera de psicología me apuntaba a un taller de Dinámica de Grupos que hacían los psicólogos de Hortaleza en el Escorial. Un taller residencial de 4 días que haría en diciembre y me servía para cerrar aquel año y de paso conocer una psicología más viva y humanista que la que había conocido en la facultad. También me serviría aunque no estaba tan consciente de ello, para apuntar el nuevo ciclo vital que se abría, acababa mis estudios de universidad donde ya tenía claro que me iría al extranjero, a viajar. Recuerdo aquel taller como una primera toma de contacto con el grupo en vacío, grupo de 12 persona con un terapeuta que acompaña sin participar o participa lo imprescindible (no hay reglas, no hay tema, estas se van haciendo, van saliendo) y con una serie de dinámicas, en grupo grande de 50 personas, que me llevaron a encontrarme con mis mejores bloqueos interpersonales tanto como a reconocer la importancia de la expresión auténtica. Allí me encuentro con situaciones nuevas e imprevistas donde echar mano de lo conocido resulta estéril, aprendo a confiar en el valor del acto creativo, de aprender a ser el que soy. Me emociona la comunicación auténtica de mis compañeros de grupo pequeño, y a ratos me siento en la exigencia de tener que decir algo interesante, brillante y tan emocionante como ellos, más si soy uno que está terminando la carrera de psicología. Me doy cuenta del peso de la exigencia, de esa y de otras. Más tarde me daré cuenta que la orientación de aquel taller no sólo era gestáltica sino que tenía bastante de Rogeriana desde la no intervención de sus

 

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terapeutas. En cualquier caso, al volver de aquel taller yo me había quedado con la copla de la gestalt y estaba ávido tras la experiencia. Llegaron a mis manos ‘Sueños y existencia’ y ‘Dentro y fuera del tarro de basura’ que comencé a leer. Así fui conociendo a este ser controvertido, apoyado en sus piernas y que posaba en pelotas para su autorretrato en dibujo. Al maestro de la relación de ayuda y la salud, Fritz Perls, quien en aquellas páginas asomaba como un faro luminoso y muy apetecible. Allí quería acercarme yo, respirar y tomarle gusto al arte de ser uno mismo, que era lo que me transmitían aquellas páginas. En febrero del 99 me licenciaría en psicología tras aprobar las dos últimas asignaturas que me habían quedado en septiembre. Marcharía luego al extranjero para un intenso y nutritivo año y medio de deambular entre Inglaterra y un poquito en Canadá, y retorno a España con el tríptico de formación de la Escuela Madrileña de Terapia Gestalt bajo el brazo que mi madre me había enviado en algún momento a Inglaterra después de haber ella empezado a hacer terapia individual. En noviembre del año 2000 empiezo mi andadura en la formación de terapia gestalt. Lo aprendido y madurado desde aquel año hasta aquí, a base de masticar, también de indigestarme por cierta tendencia a tragar; además de lo leído, reflexionado, integrado a través de mi viaje como paciente, como aprendiz en formación, y también como terapeuta individual y de grupos, da para que en este momento de mi vida donde escribo esta tesina, dé mi versión que es a lo que creo puedo aspirar en el sentido más honorable de la palabra, de lo que yo entiendo por Terapia Gestalt, en su nivel teórico y en su nivel práctico. 3.1.- Teoría de la terapia Gestalt, consideraciones. Al poco de empezar la formación allá en el año 2000 empiezo a conocer que dentro de la terapia gestalt hay dos corrientes diferenciadas en competencia y rivalidad fruto en apariencia del desencuentro habido entre el matrimonio de Fritz y Laura Perls que devino en separación. Es también una diferencia en la manera de entender la T.G. entre la maestría terapéutica alcanzada por Fritz en su último tiempo de California y la adscripción a un modelo teórico desarrollado en los años 50 por Paul Goodman que aspira a sistematizar y explicar a través de una teoría la terapia gestalt. Pareciera que en todo camino de conocimiento hay una tendencia multiplicidad y diversificación.  

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hacia la

Así la terapia gestalt que surgía ya como una rama disidente del tronco psicoanalítico y casi en respuesta al portazo que Freud le dio en las narices a aquel joven Perls que viajaba al congreso Internacional de Psicoanálisis en Checoslovaquia en el año 1936 para mostrar su trabajo sobre “Resistencias orales” y de paso recibir la bendición del padre psicoanalítico, quedó en feliz desencuentro para la gestalt y nosotros. Otros disidentes que generaron también sus propias escuelas y orientaciones terapéuticas fueron Jung, Reich, Fromm…sin mencionar actualmente el panorama de las escuelas psicoanalíticas y su pugna por ser la que mejor transmite la esencia de la cosa. Pero no sólo en la psicoterapia, la historia de las religiones y los caminos espirituales tiene cierto parecido a esta diversificación más o menos respetuosa con su anterior unas veces, y pugna y clara confrontación otras. Así en el budismo tenemos los tres Yanas o vías y dentro de cada Yana a su vez se siguen generando caminos que ponen el énfasis más aquí o allí; así en el Hinayana o vía estrecha del budismo conocido más popularmente por Zen, tenemos las escuelas Soto y Rinzai como maneras diferentes de recorrer el camino. En la tradición Vedanta de la India hay propuestas tanto de la no dualidad (advaita) cómo de la dualidad (duaita) y así podemos acercarnos a cada camino, cada tradición y observar cómo el acto creativo del ser humano buscador lleva a diferenciarse de su anterior como respuesta genuina adaptando el método a cada momento y lugar. Yo hice mi comunión gestáltica con aquella T.G. que da prevalencia al cultivo de cierta actitud (la denominada Gestalt de la costa oeste) frente a aquella de Nueva York o de Cleveland que sí se ha ocupado de desarrollar una teoría al respecto fundamentándose en los escritos de Paul Goodman y el desarrollo ulterior de Isadore From y otros, junto con Laura Perls. La gestalt a la que yo nací es la que me fue transmitida por Peñarrubia y el resto de equipo de la EMTG, que es también un eco de la transmisión que hace Claudio Naranjo, a su vez discípulo del último Fritz Perls, en la cumbre de su maestría en Esalen. Francisco Peñarrubia describe ‘la simplicidad de una forma de hacer terapia que, por encima de una teoría de la psiquis (que no estuvo entre los intereses de Perls) y por encima de unas técnicas eficaces (sobre las que sí se puede teorizar)  

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prima la actitud y la relación’15. Y habla de los Preceptos Básicos de la Terapia Gestalt no como ‘una teoría psicológica sino más bien de una teoría de la práctica: en terapia gestalt trabajamos con estos elementos: Explícitamente se traducen en técnicas pero, sobre todo, implícitamente se apoyan en una determinada actitud’16. Una serie de preceptos o imperativos como una ‘moralidad más allá del bien y del mal’ que Claudio Naranjo ha listado a modo de canon o 9 mandamientos: 1. Vive ahora, es decir, preocúpate del presente más que del pasado o del futuro. 2. Vive aquí: relaciónate más con lo presente que con lo ausente. 3. Deja de imaginar: experimenta lo real. 4. Abandona los pensamientos innecesarios; más bien siente y observa. 5. Prefiere expresar antes que manipular, explicar, justificar o juzgar. 6. Entrégate al desagrado y al dolor tal como al placer; no restrinjas tu percatarte. 7. No aceptes ningún otro “debería o tendría” más que el tuyo propio: no adores ningún ídolo. 8. Responsabilízate plenamente de tus acciones, sentimientos y pensamientos. 9. Acepta ser como eres. Que a su vez pueden resumirse en estos tres principios: 1. Valoración de la actualidad temporal (el presente frente al pasado o el futuro), espacial (lo presente frente a lo ausente) y sustancial (el acto frente al símbolo). 2. Valoración de la atención y aceptación de la experiencia. 3. Valoración de la responsabilidad. 17 Naranjo habla del legado de Perls como un concepto teórico nuevo: ‘que es posible hacer terapia sin teoría’18 y señala cómo hace explícita aquel su posición de existencialista ateórico en su autobiografía. Claudio Naranjo distingue también entre “teoría de la Gestalt” y “una teoría de la terapia gestáltica”. Sobre la primera señala su pecado de pretender constituirse en una visión particularísima y sectaria a la vez que universalmente válida de la mente                                                                                                                 15  PEÑARRUBIA  F.  pag.  21  ‘Terapia  gestalt.  La  vía  del  vacío  fértil’.  2008   16  PEÑARRUBIA  F.  pag.92  ‘Terapia  gestalt.  La  vía  del  vacío  fértil’.  2008   17  NARANJO  Claudio.  ‘Por  una  gestalt  viva’  La  Llave.  2007   18  NARANJO  Clauido.  p.  147  ‘Por  una  gestalt  viva’  La  Llave.  2007.  

 

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humana, señalando a la vez que si alguien hoy quiere ofrecer una teoría psicológica, tendría que considerar seriamente una síntesis entre la psicología dinámica, el conductismo, las filosofías de la persona y las tradiciones espirituales etc. sin limitarse a la visión de la Psicología de la Forma. Pero pretender una teoría de la terapia gestáltica señala que no sólo parece lícito sino posible y útil, para lo cual nos podemos formular dos preguntas: ¿por qué funciona la terapia gestáltica? y ¿cuáles son los factores curativos en este quehacer terapéutico que conocemos como Gestalt? Podemos responder a estas preguntas describiendo cuales son los tres pilares actitudinales en que se apoya la gestalt. 1.- El Aquí y ahora. Es el pilar actitudinal que Naranjo describe también como “la entrega a la autorregulación organísmica” o fe en lo organísmico. Caben aquí los conceptos tanto de autenticidad y espontaneidad como el de entrega. En la terapia gestalt aprendemos a confiar, a darle un lugar a todo lo que forma parte de nuestra experiencia, aprendemos a decirnos ‘Si’ allí donde antes nos hemos dicho que ‘No’. Seguro que porque alguien nos lo dijo antes (papá, mamá…) ‘No’, o mejor dicho, ‘No seas’…triste, agresivo, no muestres tu deseo, no muestres tu necesidad de contacto etc’. Cada uno lleva incorporado en sus células la retahíla de mensajes que recibió en su proceso de maduración y que fueron cristalizando en forma de carácter y de escisión entre aquellos Noes y Sies que recibimos y que devinieron en esta estructura compleja y rígida que llamamos Carácter. ‘Entrega a la autorregulación organísmica’ sucede en el aquí (aspecto físicosensorial de la experiencia) y en el ahora (aspecto emocional de la experiencia). Y pasa por darnos cuenta primero de cómo no nos entregamos y, cómo interferimos con ella, donde el hecho de darnos cuenta ‘ya es terapéutico per se’ y, a partir de ahí, practicar la generosidad con aquellas partes que quedaron más reprimidas o en la sombra. Jung hablaría de ‘integrar la sombra’ como el aspecto nuclear en el proceso de individuación de la persona. En terapia gestalt trabajamos con las polaridades, con el propósito de que ambos extremos del continuo, alegría-tristeza, contacto-retirada, masculino-femenino, ternura-agresividad por mencionar algunas clásicas, reciban la misma cualidad de atención, de afirmación, de su derecho a ser, a exisitir. Peñarrubia nos recuerda cómo Fritz Perls ‘arremetía contra el moralismo impuesto desde fuera, no contra aquel que podríamos llamar organísmico o  

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intrínseco’19 que es el que la terapia gestalt recupera. Perls describe el camino de pérdida de esa moralidad intrínseca o moralidad del organismo. ‘Bueno y malo son respuestas del organismo. Pero por desgracia la “etiqueta bueno o malo” es luego proyectada al estímulo; entonces, aisladas y fuera de contexto, estas etiquetas se organizan en códigos de conducta, sistemas morales, a menudo legalizados y conectados con creencias religiosas’20. Así, según vamos reconociendo los ‘deberías’ que nos hemos tragado como manzanas de un solo bocado, uno a uno los vamos cuestionando, masticando para poder asimilar lo que al paciente le puede nutrir en este momento de su vida, si es que hay algo que le sirva. En cualquier caso la tarea de masticar y cuestionar implica cierto grado de sufrimiento, de ‘sufrimiento consciente’ lo llamaba Gurjdieff en su escuela, que es más bien una no evitación del dolor emocional. Y señala Naranjo ‘Quien quiere trabajar en sí es uno que debe estar dispuesto a lanzarse al vacío, dispuesto a desnudarse de convencionalismos y convenciones en tanto que atiende a su verdad, compartiendo su verdad momento a momento…Mientras haya neurosis, tender a la verdad y enfrentarse con ella, trae consigo un sufrimiento. Y dejarse ser el que uno es no tan cómodo como guardar las apariencias.’21. El aquí y ahora lo podemos identificar también con la polaridad dionisiaca y con el ámbito de la creatividad de la que daremos cuenta en el capítulo correspondiente. 2.- La terapia gestalt trabaja con y desde la conciencia, entendida esta como la capacidad de darnos cuenta o percatarnos (awareness) desde los más obvio que tiene que ver con lo que percibimos a través de los sentidos, pasando a otra percepción más sutil como la propiocepción (sensaciones internas del cuerpo) que sería una parte de la zona Interna donde además se encuentra el aspecto emocional de la experiencia. Y quizá más sutil y difícil de discriminar está la zona intermedia que tiene que ver también con el aspecto cognitivo de la experiencia, la ‘zona desmilitarizada’ que decía Perls, donde se hallan todos los mandatos introyectados que han quedado como perro de arriba y muchas veces sin cuestionar a aquel otro perro de abajo. Y es más sutil por esto: los mandatos, mensajes, asunciones existenciales, afirmaciones vitales                                                                                                                 19  PEÑARRUBIA  F.  ‘Terapia  gestalt.  La  vía  del  vacío  fértil’  p.  93.  2008  

20  PERLS  F.,  “Moralidad,  límite  del  ego  y  aggression”  (1995),  en  Stevens,  Esto  es  Gestalt,op.  cit,  

p.39   21  NARANJO  Claudio.  p.  142  ‘Por  una  gestalt  viva’  La  Llave.  2007.  

 

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tragadas y no asimiladas llevan consigo un componente de punto ciego que hacen que el neurótico no sólo no los detecte como dañino sino que lo tenga más que justificado. Y como sigue Naranjo, cuando hablamos de conciencia, la Gestalt ‘va más allá en la restauración de la conciencia, al reconocer que la salud depende no tanto del reconocimiento de tal o cual cosa en particular, sino de la restauración de la misma capacidad de percatarse, la capacidad de ser testigo de si’22. La capacidad de darnos cuenta se ha ilustrado en tantas tradiciones espirituales con la imagen de estar dormido versus estar despierto; siendo estados metafóricos de la conciencia, parten de que vivimos en un estado de ‘estar dormidos’ con la particularidad además de que no lo sabemos. Perls hablaba de Maya como la ilusión que se produce cuando la ‘zona desmilitarizada’ toma el mando y la fantasía de la zona Intermedia se convierte en real; entonces vemos una serpiente donde hay una cuerda o como dice Naranjo23: ‘todo lo que afirma la terapia gestáltica es que la aceptación de la verdad (que supone un ‘no deshacer’ antes que un hacer) nos coloca en mejor situación: que la toma de conciencia cura. Nos cura, por supuesto, de nuestras mentiras’ o dicho en palabras de Shakespeare

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‘Antes que nada sé

verdadero contigo mismo. Y así, tan cierto que la noche sigue al día, hallarás que no puedes mentir a nadie’. Para ello la terapia gestalt propone abandonar la mente y volver a los sentidos, cultivar y entrenar el ‘músculo’ de la atención, uno que a base de no usarlo está flácido y entumecido. Podemos recordar la película Matrix donde se refleja muy bien este proceso de despertar de un estado donde vivimos dormidos a otro estado donde despertamos de aquel sueño. En la película vemos cómo Neo, (el protagonista que nos muestra la enésima actualización del viaje del héroe en la historia de la humanidad apoyándose en el séptimo arte para contar la historia) tras haber tomado la decisión de querer despertar está tumbado en una camilla donde van estimulando los músculos de su cuerpo y suena la voz de Morfeo, el que será su maestro, ‘nunca antes los utilizó, necesitan mucha estimulación’. Así también podemos comparar lo que la terapia gestalt implica, una recuperación de los sentidos y a través de ellos de lo obvio, un despertar a lo que es real tanto fuera, como dentro (centro instintivo, emocional e intelectual).                                                                                                                

22  NARANJO  C.  p.  139  ‘Por  una  gestalt  viva’  La  Llave.  2007.   23  NARANJO  C.  ‘Teoría  y  técnica  de  la  psicoterapia  gestáltica’  Faghan&Shepherd.  Artículo.  p.  56   24  Shakespeare  W.  ‘Hamlet’.    

 

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Gurdieff en ese sentido utilizaba otra imagen que también aparece en la más antigua Katha Upanishad. Asemeja al hombre a una carroza tirada por caballos y dirigida por un cochero. La carroza representaría el cuerpo, los caballos el centro emocional y el cochero el centro intelectual. La carroza tiene que estar en buen estado, los caballos necesitan estar bien alimentados y tienen que saber reconocer y obedecer la voz del cochero para ir en la dirección y a la velocidad que le indique. Dentro de la carroza va el amo y ¿quién es el amo? la atención, esa capacidad de ‘ser testigo de sí’ que decía Naranjo, que apunta además a que la terapia gestalt proporciona ‘una educación del sentido de la inmediatez de la experiencia además de una restauración de una especie de órgano psíquico que podría llamarse el observador interno…porque más allá de los muchos yoes que piensan tal o cual cosa, sienten tal o cual cosa, hacen tal o cual cosa, hay un yo tan vacío como un espejo que no hace nada más que mirar. El desarrollo de esa “presencia” interior que es algo así como la facultad de estar en la cumbre de la montaña y ver íntegramente todo lo que pasa en torno’. En esa ‘presencia interior’, o ser interior o Atman, que es el que va sentado dentro del carruaje cuya naturaleza es la atención, hay muchos grados de atención a lo largo de un hilo que según Naranjo ‘tenemos para llegar a la Gran Conciencia que intuimos como nuestro potencial’. La conciencia o deliberación gestálticas se vincula con la polaridad apolínea y con lo que en esta tesina llamo, siguiendo el modelo de Peñarrubia, el ámbito del arte. 3.- Responsabilidad es el tercer pilar actitudinal en el que descansa la terapia gestalt. Cuando hablamos de la responsabilidad como una actitud importante a cultivar, ya sabemos que es un hecho (aunque a veces lo olvidamos) y que no es un deber, que la responsabilidad siempre nos acompaña, la diferencia es si le damos la mano o hacemos como que no está. Somos responsables de lo que pensamos, sentimos, hacemos o no hacemos, querámoslo o no, y asumirlo nos pone más cerca de la salud. La Terapia Gestalt incide en que, queramos o no, somos responsables de nuestra vida y que asumirlo, nos abre la posibilidad de decidir y actuar sobre ella; nos convierte en el actor principal. Decía Perls que responsabilizarse de la propia vida equivalía a enriquecerse con experiencias y habilidades:

 

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‘Quiero darles a entender cuánto se gana al tomar responsabilidad de cada emoción, cada sentimiento, cada pensamiento. Y deshacerse de la responsabilidad por cualquier persona. El mundo no está ahí para llenar tus expectativas ni tampoco debes tú llenar las expectativas del mundo. En su contexto usual la responsabilidad da la idea de obligación. Si me hago responsable de otra persona me siento omnipotente: tengo que interferir en su vida. Esto significa que tengo un deber…Pero también puede entenderse la responsabilidad como capacidad de responder, tener pensamientos, reacciones, emociones, en determinadas situaciones…Responsabilidad significa simplemente el estar dispuesto a decir: “yo soy yo” y también “yo soy lo que soy”’.25

                                                                                                                25  PERLS  F.  ‘Sueños  y  existencias’.  Ed  Cuatro  Vientos.  1974  

 

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3.2.- Fundamentación de la actitud y práctica del experiencialismo ateorico. Actitud y práctica de un experiencialismo ateorico es la manera en que Naranjo ha definido la terapia gestalt como subtítulo de su libro ‘La vieja y novísima gestalt’. Ya hemos ido revisando cómo el concepto teórico que Perls nos legó fue el de que es posible hacer una terapia sin teoría, y que más importante que la teoría, es la actitud que el terapeuta gestáltico va a cultivar en el encuentro terapéutico de la que dimanará como dice Naranjo ‘acción real’ o una ayuda al servicio de la necesidad del paciente en dicha relación terapéutica. ‘El profesional con habilidad en psicoterapia es, por sobre todo, aquel que puede producir acción real, más allá de las acciones superficiales, las cuales, si no están respaldadas con la actitud apropiada, no son más que un ritual vacío. Es capaz de detectar la actitud exacta, reforzarla, exigirla, enseñarla, pues la conoce en sí mismo. Cualquier libro puede describir una técnica, pero una actitud debe ser transmitida por una persona’.26 Como en cualquier arte, uno puede leerse todos los manuales al respecto pero no llegará muy lejos si no pone en práctica la información que recibe. Podrá ir más allá si cuenta con la compañía de alguien que ha hecho y experimentado ese camino de conocimiento. El terapeuta gestáltico es como el artesano cuya materia prima de trabajo es un ser humano que dejó de ser él mismo y a quién acompañará de vuelta hacia ese lugar o estado de ser, original, congruente e inocente. El aprendizaje de las actitudes que conducen a dicho estado de ser son las que el gestaltista cultivó y aprendió en su formación y terapia inicialmente. Su trabajo consiste en la actualización de dichas actitudes a través de la relación en curso. La práctica del experiencialismo ateórico alude a la práctica de las actitudes que vimos antes en la relación, y la relación puede ser de dos tipos: intra-personal e interpersonal. Cuando se da en la relación terapéutica nos servimos de las técnicas para que el paciente tome conciencia de qué actitudes cultiva en su relación consigo y en su relación con el mundo, apoyando lo genuino y confrontando lo falso a través de la relación que establecemos y que por eso, solemos decir, que ‘es la que cura’. Como en el jardín epicúreo, el terapeuta gestáltico poda y quitas las malas hierbas usando técnicas supresivas (en nomenclatura de Naranjo) al servicio de la confrontación e inhibición de lo falso, lo no genuino. También abona, fertiliza y riega                                                                                                                 26    NARANJO  C.  pag.  13  ‘La  vieja  y  novísima  gestalt’.  Cuatro  Vientos.  1990.  

 

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a través de técnicas expresivas al servicio de lo genuino y auténtico de la persona. Y por último cuenta con técnicas integrativas que supone una nueva configuración o gestalt entre lo viejo (falso que hemos confrontado) y lo nuevo (genuino que estamos apoyando) que es cuando surge la flor y su fruto. ‘El rol central de la actitud apropiada no sólo se encuentra en el campo de la psicoterapia sino en cualquier ejercicio psicológico o disciplina espiritual. Si buscamos la esencia de una técnica, invariablemente llegamos a instrucciones que trascienden la descripción conductual, las que son difícil de comunicar, incluso a través de la supervisión personal, y de las cuales frecuentemente se dice que, después de todo, son inexpresables’.27 3.3.- Substrato filosófico de la terapia Gestalt. Substrato hace alusión a lo que está por debajo y no se ve, es lo que fertiliza y nutre el cultivo en la tierra. En terapia gestalt hablamos antes del experiencialismo ateórico y de la filosofía implícita en ese sentido. Aquí quiero referirme en este apartado a las fuentes filosóficas de las que Perls bebió directamente a través de la figura de Solomo Friedlander, un filósofo alemán cuya obra escrita fue quemada por los nazis. De él aprendió la noción y la práctica del punto cero o indiferencia creativa del que surge la diferenciación en forma de polaridad, un continuo con dos extremos que tienen una cualidad opuesta o contraria pero que forman parte de ese mismo continuo originado en ese punto cero que responde a un nivel de atención cuya cualidad y naturaleza es por la que se han interesado tantos caminos espirituales. Es el vacío (rigpa en el budismo) fértil, es un punto quieto, inmóvil (samadhi en la tradición advaita) también llamada budhi o punto de discernimiento que comparte raíz y semejanza en el significado con la palabra Buda (el despierto) esa cualidad de estar despierto. Un estado de ser, diferente por el grado de conciencia.

                                                                                                                27  NARANJO  C.  Ibidem.  

 

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3.3.1.- Substrato filosófico alemán. Friedlander y Nietzsche.Friedlander a quién podemos considerar un místico laico que gustaba tanto de los cabarets y las mujeres como de la búsqueda filosófica y espiritual, pudo salvar esta tensión y disyuntiva aparente a través del ejercicio de lo que él llamó la Indiferencia Creativa, su gran aportación filosófica en un lenguaje contemporáneo y ajustado a nuestro tiempo. Una verdad universal expresada también anteriormente por sabios de otro tiempo y lugar. Hablaré aquí de la conexión que tiene esta aportación con el Taoísmo (ya Naranjo se ha referido en más de una ocasión a la terapia gestalt como un criptotaoísmo) y con la filosofía de Nietzsche, más cercano en el tiempo a Friedlander. Podemos decir que Friedlander es un filósofo que bien pudiera pertenecer a esa historiografía de la filosofía que otro filósofo contemporáneo a nosotros, Micheal Onfray, nos cuenta. A saber, que hay una historia oficial de la filosofía que deja fuera una línea de pensamiento y práctica filosófica donde sospechamos al servicio de qué o quién se produce este ocultamiento. Y vamos descubriendo cómo ‘el amor a la sabiduría’ a la que quiere conducir la Filosofía no está libre de puntos ciegos y ocultamientos derivados de las fases burocráticas posteriores a las carismáticas (en terminología de Weber) donde la verdad o parte de la verdad, queda velada, ignorada o falseada. Onfray nos muestra cómo el pensamiento filosófico dominante en la cultura de occidente proviene de Platón y se lleva por delante a todo autor cuya filosofía no encaje con aquel idealismo platónico, además de todo aquel pensamiento filosófico que le precedió aglutinado bajo el concepto de ‘presocráticos’, que siempre parecieron pertenecer a un escalón inferior o de segunda división. Y qué decir de ignorar del todo tradiciones filosóficas más allá de Grecia. Sigue Onfray diciéndonos que la Filosofía en occidente parte ‘de un a priori platónico, en virtud de lo cual lo que emana de lo sensible es una ficción. La única realidad es invisible. La alegoría de la caverna funciona en la formación filosófica como un manifiesto: verdad de las Ideas, excelencia del mundo Inteligible, belleza del Concepto, y en contrapartida, fealdad del mundo sensible, rechazo de la materialidad del mundo, descrédito de lo real tangible e inmanente.’28

                                                                                                                28  ONFRAY  M.  ‘La  fuerza  de  existir’  pag.  57.  Ed.  Anagrama  2008.  

 

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Digamos entonces que a parte de la enferma ideología nazi que conduce a quemar la obra escrita de un hombre como Friedlander, diríamos teniendo en cuenta la afirmación de Onfray, que habrá razones implícitas en nuestra cultura patriarcal para dejar de lado e ignorar el pensamiento y práctica filosóficas de quién se posiciona en la contracultura filosófica, la que difícilmente uno encuentra en los textos de filosofía de COU (ahora 2º de bachillerato si es que perdura la asignatura). Nietzsche estaba en mi libro de COU pero como estaba al final del texto que llevaba un orden cronológico pasamos de puntillas y a la carrera. La Filosofía tiene también un movimiento contracultural, aquellos que deciden bregar e ir más allá adentrándose en ese territorio oscurecido y punto ciego cultural del ámbito filosófico, y por tanto de la cultura. Una filosofía que en palabras de Onfray sería ‘alternativa de la historiografía dominante idealista; de una razón corporal y de la novela autobiográfica que la acompaña en una lógica puramente inmanente, en este caso, materialista; de una filosofía entendida como una egodicea que habrá que construir y decodificar; de una vida filosófica como epifanía de la razón; de una perspectiva existencial con una meta utilitarista y pragmática. El conjunto converge en un punto focal: el hedonismo’ Es por esto que voy entendiendo mejor la talla y valor de la aportación de Friedlaender y el por qué de mi ignorancia manifiesta sobre este autor antes de llegar a la Terapia Gestalt. No creo que sea sólo atribuible al buen trabajito pirotécnico que hicieron los Nazis con su obra, también al componente patriarcal que emana de nuestra cultura como nos ha descrito Naranjo, donde la Filosofía como ámbito de conocimiento y cultura no iba a quedar inmune por más que su objeto sea la verdad y por tanto cuidarse de aquello que oculta la verdad, la ignorancia como oscurecimiento óntico. La terapia gestalt nacida en el fuego de la contracultura, primero como gestación intrauterina en la Alemania de los años 2029 , un final de embarazo en el Nueva York de los años 50 y finalmente en su parto al mundo en la California de los años 60, se nutre del pensamiento y vida de Friedlaender a quien el joven Perls consideró su maestro cuando lo conoció y frecuentó en Berlín. Friedlaender sigue dándole voz al sabio Zaratustra que rescatara varias décadas antes Nietzsche quién según Naranjo es el abuelo del existencialismo y                                                                                                                

29  CHEVREUX  A.  ’El  Berlín  de  Perls.  El  espíritu  vanguardista  en  el  arte  y  la  terapia  Gestal’.  Mandala  

Ediciones.  2007    

 

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supremo crítico de la mentalidad autoritaria y de la sociedad de su tiempo, de toda la historia de la “sociedad cristiana occidental” y de los alemanes en particular. En la identificación de Nietzsche con Zaratustra señala Naranjo que aquel adopta una postura heroica, se identifica con la figura del anticristo y al mismo tiempo de un profeta salvador. Y apunta sobre Zaratustra que fue el que en la historia de occidente, o tal vez en la historia del mundo, introduce de forma más clara el dualismo, la mitología del bien y el mal. Dice que el cosmos está creado por estos dos principios, estos dos dioses, bueno y malo, su conflicto es inevitable y así será hasta el fin de los tiempos. Nietzsche quiere hacer hablar a Zaratustra una vez más para que se desdiga; para que ahora le dé voz a un mensaje de trascendencia del dualismo. La que a través de la práctica de la Indiferencia Creativa de Friedlander cultivamos en la terapia gestalt. Fue una sorpresa para mí descubrir como la fuente de la que surge el concepto del ‘niñ@ interior’ (igual hay otras que desconozco) tan extendido entre los grupos terapéuticos humanistas y otras lindes terapéutico-espirituales, procede de Nietzsche. Desenmascara en su Zaratustra la moral convencional del ‘niño bueno’ (domesticado, que no interior) y la necesidad de atravesar tres fases en el desarrollo espiritual. El espíritu primero se torna en camello, después en león, luego en niño. En la fase del camello uno es prisionero del ‘yo debo’ siendo este ‘yo debo’ un gran dragón al que hay que vencer, y sólo puede ser derrotado por el ‘yo quiero’, y para eso uno tiene que transformarse en león. El león tiene poder para proporcionarnos libertad para nuevas creaciones pero no puede crear nuevos valores según Nietzsche, sí destruir los antiguos. ‘Crearse el derecho para nuevos valores es la más terrible conquista para un espíritu sufrido y reverente’ (como el de un niño bueno). El león no puede crear nuevos valores pero es necesario para abrir camino al descubrimiento de estos, y eso es parte de la transformación en niño, que como dice Naranjo es una vuelta al ser donde se hace buena la máxima de Chamfort que Onfray usa como imperativo categórico de su filosofía hedonista ‘goza y haz gozar, sin hacer daño a nadie ni a ti mismo: ésa es la moral’30 y que evoca también las mieles y vinos del Sufí Rumi cuando acaba su poema ‘Estoy embriagado con la copa del Amor, los dos mundos han desaparecido de mi vida; no tengo otra cosa que hacer más que el jolgorio y la jarana.’                                                                                                                 30  ONFRAY  M.  ‘La  fuerza  de  existir’  pag.  81.  Ed.  Anagrama  2008.  

 

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Figura: Las tres transformaciones del espíritu31

La T.G. con su énfasis en la despenalización del impulso, del instinto, de sacar del armario al león nietzscheano, se convierte en heredera y transmisora de la filosofía nietzscheana. Si bien la entrega al impulso como espontaneidad genuina a la que invitamos al paciente (una de sus dos tareas) queda como más reconociblemente Nietzscheana, también lo es la otra tarea que tiene el paciente en consulta, la de la conciencia y la deliberación, que como polaridad alude a Apolo. Y si podemos ver más claramente cómo en la T.G. de la costa oeste estas aguas dionisíaco-apolíneas han fertilizado su fruto a través de Perls, también podemos decir que el resto del movimiento terapéutico, no sólo la T.G. ha sido influido por Nietzsche, según Naranjo: ‘Pienso que todo el movimiento terapéutico moderno es un movimiento postnietzscheano y en la medida en que fue post-nietzscheano, dionisíaco. Porque Nietzsche plantea que el mundo occidental está envenenado del moralismo cristiano. Porque la distinción dualista del bien y el mal (lo que hoy en día llamamos una moral superyóica) es un proceso enajenador de la vida’. ‘Acusa a todas las religiones que exaltan la trascendencia por encima de la vida, por encima de la inmanencia viéndolas como presas en un juego de espejos por

                                                                                                               

31  “Von  den  drei  Verwandlungen”  (Las  tres  transformaciones),  óleo  del  artista  austriaco  Werner  

Horvath.  

 

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el cual el empobrecimiento de la vida lleva a la creación de fantasmas. Describe una búsqueda del más allá que es correlato de una pérdida del más acá. 3.3.2.-El sustrato filosófico chino. Taoísmo.Quiero acercarme también a la antigua filosofía del Tao como otro de los sustratos que alimenta las raíces de la T.G. . Perls dice en su autobiografía que la filosofía de Friedlander es ‘la equivalente occidental a la enseñanza de Lao-Tse’.32 Ya sabemos como Perls tuvo un contacto directo con el budismo zen a través de su ingreso durante dos meses en un monasterio zen en Daitokuji en Kioto33 en el año 1962 cuando además de Japón viajó alrededor del mundo, teniendo una estancia muy relevante en Israel en Ein Hod, conviviendo en una comuna de artistas. Sabemos también del interés de Perls en una espiritualidad sin religión que, debido en parte a su carácter y en parte a un sano posicionamiento antisanturrón, disimulaba muy bien o disfrazaba con lo contrario. Naranjo nos cuenta que era Perls un hombre de práctica de meditación diaria por ejemplo. Por otro lado sabemos por Alan Watts la influencia que tuvo el taoísmo en la escuela china del budismo Mahayana conocida con el nombre de chan, término que en Japón, se convirtió en zen. Para este apartado sobre taoísmo recurro principalmente a los escritos que tenemos de Alan Watts34 fruto de sus conferencias sobre el tema. Me parece que su lucidez y profundo conocimiento al respecto hacen de él un sistematizador y traductor de esta enseñanza muy interesante para mi propósito en esta tesina, sin menoscabo de otros autores35 (tesina presentada en las jornadas de la AETG del año pasado en Alicante incluida) que también han abordado el tema, y por supuesto de la fuente principal de donde mana el Taoísmo, conocida como el ‘Tao Te King’ cuyo autor es Lao-Tse. Cuando Naranjo habla de la gestalt como un cripto-taoísmo, está señalando cuánto de aquella antigua filosofía hay en la T.G., un taoísmo reconocible para quién                                                                                                                

32  PERLS  F.  ‘Dentro  y  fuera  del  tarro  de  basura’.  Pag.  80.  Cuatro  Vientos.  1981.   33  PEÑARRUBIA  F.  ‘Terapia  gestalt.  La  vía  del  vacío  fértil’  p.  34.  2008   34  Alan  Watts  es  una  de  las  figuras  más  asombrosas  del  pensamiento  llamado  contracultural.  

Místico,  poeta,  filosofo  para  quién  la  existencia  y  el  humor  no  pueden  ni  deben  separarse.   Tenemos  constancia  además  que  vivió  una  temporada  junto  con  Dick  Price  (fundador  junto  con   Michael  Murphy  del    Instituto  Esalen)  en  San  Francisco  en  los  50.   35  Tesina  ‘Gestalt  y  los  cinco  elementos’  realizada  por  Carlos  Zamora  Medina  y  presentada  en  las   jornadas  AETG  de  Alicante  en  2013.  

 

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conoce (si utilizamos la metáfora cibernética) el código que permite leer el lenguaje cifrado y oculto. Muchos son los elemento compartidos y aquí trataré de dar cuenta de ello. Lao Tse ha sido considerado durante muchos años el padre del taoísmo. Se le ubica en el siglo VI antes de nuestra era y llegó a ser divinizado pese a que nada se sabe con certeza de su existencia. Es junto con Confucio uno de los personajes más célebres de toda la historia de China. Dice la biografía esbozada por Sima Qian que Lao Tse (conocido por Lao Dan) desencantado de la vida en la decadente corte de los Zhou, se retiró del mundo partiendo hacia el occidente a lomos de un búfalo negro. Antes de desaparecer definitivamente, entregó sus enseñanzas escritas con unos cinco mil caracteres al guardián del paso fronterizo, dividida en dos partes: una dedicada al curso (dao), otra dedicada a la virtud (de). El Taoísmo establece la existencia de tres fuerzas: una positiva, otra negativa y una tercera conciliadora. Las dos primeras se oponen y complementan simultáneamente entre sí, son interdependientes de manera absoluta y funcionan como una unidad. Son el Yin (fuerza negativa / sutil, femenina, húmeda…) y el Yang (fuerza positiva / concreta, masculina, seca…) La tercera fuerza es el Tao, o fuerza superior que las contiene. ‘Yang’ literalmente significa la ladera luminosa (soleada) de la montaña, y ‘Yin’ la ladera oscura (sombría) de la montaña. La idea de montaña se entiende como símbolo de ‘unidad’. Así, aunque representan dos fuerzas aparentemente opuestas, forman parte de una única naturaleza. El taoísta, como el gestaltista podríamos añadir, no considera superior la vida sobre la muerte, no otorga más valor a la construcción sobre la destrucción, ni al placer sobre el sufrimiento, tampoco a lo positivo sobre lo negativo, ni a la afirmación sobre la negación. Podemos reconocer aquí alguno de los preceptos gestálticos ‘entrégate a lo doloroso tanto como a lo gozoso, no restrinjas tu percatarte’. El gestaltista trata de mantener limpia su mirada, su percepción, de juicio, atento a la zona intermedia origen y fuente de los velos que la cubren o distorsionan nuestro contacto con la Realidad. El taoísmo tiene un símbolo que es el Tao (camino o curso) compuesto por el Yin y el Yang, figura circular en blanco y negro que expresa lo mismo que Friedlaender afirmaba. Lo masculino y lo femenino, el Ying y el Yang, blanco y negro son polaridades que forman parte de un continuo que es la realidad. Y en este  

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continuo hay blanco en lo negro y viceversa, y así lo expresa el símbolo taoísta con un pequeño punto del color opuesto presente en cada una de las ‘laderas oscura y luminosa de la montaña’ que forman este mandala.

El punto de indiferencia creativa para este símbolo pasa por aquella mirada que permite la contemplación de la unidad a la vez que la diferencia, los dos opuestos se vuelven uno en una nueva configuración, la mirada que integra y no juzga porque la percepción se manifiesta sin preferencia, con indiferencia y un grado de atención muy particular. Según Lao Tse ‘el hombre erudito aprende algo nuevo cada día; el hombre del tao desaprende algo cada día, hasta que acaba regresando a la no acción’. Habla aquí del cultivo de una actitud por la que Peñarrubia se ha venido interesando mucho en la Vía del vacío fértil, el cultivo de la Indiferencia Creativa como un ‘no hacer’. ‘Podemos identificar el punto 0 con ese vacío fértil donde nada ha florecido todavía y donde se dan las potencialidades creativas. Surgirá entonces una figura (si lo queremos nombrar como formación gestáltica) o se pondrá de manifiesto la orientación organísmica (autorregulación) o simplemente nos encontraremos con nosotros mismos en otro nivel de autenticidad’36 Alan Watts habla de la misma cosa desde el taoísmo nombrándolo ‘docta ignorancia’ o ‘ignorancia primordial’ donde ‘no existe diferencia alguna entre lo que hacemos y lo que nos ocurre. Todo forma parte del mismo proceso y nuestros

                                                                                                                36  PEÑARRUBIA  P.  ‘Terapia  Gestalt.  La  vía  del  vacío  fértil’.  Pag.  130.  Alianza  editorial.  2008.  

 

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pensamientos pasan del mismo modo en que lo hacen los automóviles, las nubes y las estrellas’37 . Y le pone énfasis Watts al profundo valor que tiene poder asentarnos en esta actitud de la ‘ignorancia primordial’ donde ‘no existe un yo diferenciado de lo que ocurre y, por tanto, las cosas no nos suceden a nosotros, sino que simplemente suceden, eso es todo. Y lo mismo podemos decir con respecto al “yo”, a lo que llamamos yo o a lo que llamaremos yo, porque ese supuesto “yo” también forma parte de lo que está sucediendo, también forma parte del universo…aunque, estrictamente hablando, el universo carece de partes’ En T.G. no nos interesamos tanto por las causas de los conflictos, por los ‘por qués’ que muchas veces traen los pacientes como una dificultad para pararse en sus pies y dejarse sentir y percibirse no sólo con la cabeza. Nos interesamos más bien en el cómo y en la estructura funcional con la que se manejan nuestros pacientes por la vida. Cómo hago, pienso, siento, reacciono…tiene primacía sobre el interés en conocer la causa de esta conducta disfuncional o de tal o cuál reacción, de este transtorno de ansiedad o de aquella depresión. Sabemos que hay asuntos pendientes que corresponden a un lugar y tiempo concretos, y sabemos que basta con atender la manifestación que se está dando ahora y aquí para ponernos en contacto con lo que está pendiente en nuestro paciente. Es parte de lo que Perls llamó ‘Fe en la autorregulación organísmica’ Y apunta Watts desde la mirada taoista ‘La otra ilusión que se evidencia cuando nos experimentamos a nosotros mismos y al universo como algo que ocurre simultáneamente, es que lo que ahora está sucediendo no es la consecuencia necesaria de lo que sucedió en el pasado. En la ignorancia primordial no sabemos nada de todo eso y no podemos hablar de causa y efecto. Porque, si somos realmente ingenuos, veremos que el pasado es la consecuencia de lo que está ocurriendo ahora, que el movimiento va hacia atrás, hacia el pasado, como la estela que deja un barco a su paso’. También en T.G. decimos mucho aquello de que ‘no hay que empujar el río’38 que el río fluye, y esa actitud de fluir con el curso y no oponernos a la corriente, es                                                                                                                 37  WATTS  A.  ‘Taoísmo’.  Pag  15.  Ed  Kairós.  1999.   38  La  fuente  de  esta  cita  o  máxima  la  podemos  rastrear  en  el  libro  del  mismo  título  de  Barry  

Stevens  ‘No  empujes  el  río  porque  fluye  sólo’  y  anterior  a  este,  por  la  manera  de  explicar  de  Perls   el  funcionamiento  sano  de  la  persona  semejante  al  del  río  que  no  se  mueve  por  ‘decisión’  sino  por   ‘inclinación’.    

 

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una actitud que valoramos y cuidamos. Sobre todo en algunas sesiones de terapia donde podemos nombrar nuestra práctica como un judo emocional en el sentido de no ir contra la resistencia sino a favor. La influencia de esta metáfora fluvial la podemos rastrear en Barry Stevens que tituló su libro de esta manera ‘No empujes el río porque fluye sólo’. Y en Perls que acudió a la metáfora del río para ilustrar el sano funcionamiento de la persona que como el río no se mueve por decisión sino por inclinación. Nos lleva de nuevo al taoísmo profundamente inmerso en la naturaleza y sus elementos donde a parte de tao (curso) encontramos li: las configuraciones creadas por la corriente y el curso del agua. Que también pueden ser sólidas cuando observamos las pautas fluyentes en las formas que asume la veta de la madera, en el mármol, en los huesos, en los músculos etc. todo ello se configura siguiendo los principios básicos del flujo. Y podemos estar de acuerdo cuando Watts dice: ‘En las pautas del flujo del agua podemos ver los motivos recurrentes del arte chino, motivos que resultan patentes en la curva en forma sinusoidal del diagrama del yin y del yang. Li, pues, sugiere el orden del flujo, las exquisitas formas creadas por la danza del agua.’ Hace un par de años apareció un anuncio de publicidad donde la firma anunciante rescataba treinta segundos de una interesante entrevista realizada en 197139 a Bruce Lee, el famoso actor de pelis de artes marciales. Aparece hablando este como lo haría un sabio, me inclino a pensar que sus palabras son propias, no fruto de un guión de su mente discursiva y superficial, y concluía aquella escena con un ‘be water my friend’ (conviérte en agua mi amigo). Allí el sabio del kung fú se expresaba como uno de los 7 maestros taoístas cuando decía: Vacía tu mente, sé amorfo, moldeable, como el agua Si pones agua en una taza, se convierte en una taza. Si pones agua en una botella, se convierte en la botella. Si la pones en una tetera, se convierte en la tetera. El agua puede fluir, o puede golpear. Sé agua mi amigo. En T.G. aprendemos primero el arte de convertirnos en agua, y después el arte de transmitir esta enseñanza, a que nuestros pacientes aprendan a convertirse en agua,                                                                                                                

39  La  entrevista  completa  sin  traducir:  http://www.youtube.com/watch?v=PFQ7UxUdIH8  

Y  aquí  la  parte  mencionada  y  subtitulada:  http://www.youtube.com/watch?v=OkOGQqwg0Tw  

 

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que no es otra cosa que el que aprendan a flexibilizarse en su identificación neurótica. Si por carácter me identifiqué con el niño bueno porque eso implicaba una economía de esfuerzo, me lo ponía más fácil para presentarme al mundo con ese carnet de identidad, en T.G. aprendemos y transmitimos que ‘yo soy el niño bueno’ y su contrario, ‘el cabrón-egoísta’.

Y reconocer ambos aspectos con una mirada de

afirmación y sin juicio implica una nueva configuración personal que me lo pone más fácil para la vida. De un Yin y un Yang cúbicos, robustos, con aristas repeliéndose, separados y en contra, al conocido mandala esférico taoísta donde mi niño bueno y mi cabrón egoísta se reconocen y se encuentran en paz. Peñarrubia desarrolla este aspecto del agua como metáfora y símbolo (también los otros tres elemento tierra, fuego y aire) en su trabajo gestáltico creativo de ‘Las cuatro caras del héroe’ donde se pone el énfasis en el permiso, la entrega y la capacidad para ser, con el que uno se identificó toda su vida, y con su contrario; con la emoción a la que le di la mano, y con la emoción que metí en el armario. Y si, como veíamos en el taoísmo, li son las configuraciones del curso de la corriente del río (o de la veta de la madera) en este taller las configuraciones del curso quedan expresadas a través del arte, del ‘arte propio’. Como opuesto a ‘arte impropio’ según lo concebía James Joyce en su libro ‘Retrato de un artista adolescente’ que ya veremos en el capítulo dedicado al arte. Volviendo de nuevo a nuestro taoísta alemán emigrado: ‘La filosofía básica de la terapia gestalt es la diferenciación e integración de la naturaleza. La diferenciación conduce por sí misma a polaridades. Como dualidades, estas polaridades se pelearán fácilmente y se paralizarán mutuamente. Al integrar rasgos opuestos, completamos nuevamente a la

persona. Por ejemplo:

debilidad y bravuconería se integran como una silenciosa firmeza’40 Otro concepto que quisiera introducir en este acercamiento breve y no exhaustivo que estoy haciendo de la tradición taoísta es el de Wu Wei. Wu significa ‘no’ y wei cuenta con varios significados entre los que destacaremos ‘acción’, ‘esfuerzo’ o ‘actividad’ aunque tal vez su mejor traducción de acuerdo con Watts sea la que nos proporciona la noción de ‘forzamiento’. Wu Wei significa entonces ‘no forzamiento’ o dicho de otro modo, el tao que lleva a cabo todas las cosas sin                                                                                                                 40  PERLS  F.  ‘Terapia  gestalt  y  potencialidades  humanas’,  en  J.O.  Stevens,  Esto  es  gestalt,  p.19  

 

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forzarlas. Volvemos a encontrarnos con ecos de la ‘Indiferencia creativa’ expresada dos docenas de siglos después en Alemania. ‘No forzamiento’, ‘no hacer,’ ese lugar y último refugio del terapeuta (y la persona) que le permite estar a la vez disponible para la acción cualquiera que sea la necesidad delante. La clave, por lo que observo en mi experiencia, es la atención, el awerness gestáltico, el continuo de atención que implica aquella ‘docta ignorancia’. Watts nos sugiere una manera taoísta cuando queremos encontrar una respuesta a algo; a veces en nuestros procesos, o en los que acompañamos, hay situaciones de impasse, dícese de aquella experiencia que ni palante ni patrás, nos damos cuenta de cómo tropezamos con la piedra que nos acompaña desde hace años pero no sabemos hacerlo de otra manera. Es la conciencia de la prisión neurótica, del esquema rígido que por primera vez seguramente queremos no repetir pero somos incapaces de hacerlo distinto en ese momento. Eso podría ser una definición de impasse. En este caso Watts nos propone una manera (que bien podemos reconocer desde la T.G.) de acercarnos a este difícil lugar del impasse desde el no hacer, donde una vez que hemos contemplado el problema y visualizando la pregunta ‘¿qué necesito aquí?’ (u otra que surja más del cuerpo que de la cabeza) tan claramente como podamos, entonces simplemente, esperemos: ‘Si tratamos de encontrar la solución mediante el esfuerzo de nuestra mente, quedaremos decepcionados, porque cualquier solución que aparezca de ese modo será errónea. La solución correcta aparece por sí sola cuando esperamos lo suficiente. Éste es el modo en que hay que utilizar el cerebro, porque el cerebro funciona del mismo modo en que el estómago digiere la comida, sin necesidad de que nosotros supervisemos el problema de forma consciente.’ Y, como Watts, desde la T.G. entendemos que son precisamente nuestros intentos de control consciente (la zona intermedia gestáltica) los que tienen consecuencias negativas para nuestros estómagos. Cuando podemos esperar y dejar de pelearnos, tras la correspondiente y necesaria batalla de las polaridades en cuestión puestas en conciencia y en su máxima diferenciación, le vamos cogiendo el gusto y el aroma a la experiencia de Wu Wei que como adivinará el lector es otra manera de llamar a la Indiferencia creativa. Entonces como describe Naranjo ‘hay un yo tan vacío como un espejo que no hace nada más que mirar. El desarrollo de esa “presencia” interior que es algo así como la facultad  

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de estar en la cumbre de la montaña y ver integradamente todo lo que pasa en torno’41 donde regresamos a la integración de las dos laderas, soleada y sombría, que implica el símbolo del Tao. Y por último quiero hablar de un principio básico del que informa la filosofía taoísta que es el te, no el inglés de las cinco con tilde, el te como el poder aparentemente mágico que dimana del hecho de seguir el camino del curso del agua y asumir la actitud que ofrece la menor resistencia. Como dice Watts 42 ‘el hecho de seguir el curso del agua puede parecer indolencia pero, en realidad, es más inteligente navegar a vela que remar’. Aquí debo confesar en mis inicios de aprendizaje gestáltico mi admiración y ‘flipe’ diría, por aquello que ocurría en una sesión de terapia grupal (o individual) donde a través del encuentro terapéutico, unas veces en forma de danza, otras en forma de judo o aikido emocional, el paciente pasa por una serie de paisajes más expresivos y de color o más grises, que muchas de las veces tienen una resolución significativa y relevante. Y esa sensación de un grupo que acompaña, observa y la comparte por resonancia personal, aunque no necesariamente hace falta para compartirla. Llega como el ‘Ajá!!!’, el descubrimiento que implica ir quitando los velos de la ignorancia, los velos de la neurosis. ‘Aprender es descubrir que algo es posible’ decía Perls y en T.G. aprendemos a abrir aquellas puertas de la posibilidad. Muchas veces el acto de descubrir nos pone en contacto con ese poder aparentemente mágico que dimana del hecho de seguir el curso del agua. Uno entonces descubre que hay una fuerza más grande a la que rendirse y por la que dejarse llevar que en la metáfora taoísta es la corriente del agua. Recuerdo trabajar un sueño con Águeda Segado en el Curso Básico donde yo era perseguido por tres figuras en el pueblo de mi madre en Jaen, y al identificarme con los perseguidores acababa por convertirme en un toro enorme, y como aquella bestia con la que acababa identificado, terminaba arremetiendo y empitonando furiosamente el cojín que Águeda y un compañero sostenían. Encontrarme con la rabia, con mi fuerza y luego con un llanto profundo y desconsolado. Son experiencias que atienden a un ritmo y orden que uno entonces no puede percibir ni comprender, y no puede porque anda excesivamente polarizado hacia un lado (mi niño bueno) , que da cómo resultado una experiencia con ese aroma del ‘poder mágico aparente’ que                                                                                                                

41  NARANJO  C.  ‘Por  una  gestalt  viva’.  Pag  140.  Ed.  La  Llave.  2007.   42  WATTS  A.  ‘Taoísmo’.  Pag  31.  Ed  Kairós.  1999.  

 

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atribuimos al terapeuta (al menos yo que tengo tendencia a la mirada admirativa y venerativa) y que corre el riesgo de idealizarlo en exceso a costa de no incorporar uno su propio poder. En este punto de mi vida y proceso siento que esto es así y entiendo como una parte del camino, el hecho de idealizar a mis terapeutas y maestros para luego ir encontrando una relación donde yo me doy el lugar, mi 50% donde lo discípulo no quita lo maestro (ni lo cortés lo valiente) si hablamos de este tipo de relación. Conté mi experiencia pero puedo hablar también de mí como observador de un compañero trabajando donde me puede embargar esa emoción del ‘Ajá!!!’ cuando alguien ha tocado con algo profundo y relevante a su vida. También puedo hablar de esta experiencia en mi consulta como terapeuta, donde la cosa se hace muchas veces a pesar de uno, aquello de que ‘el paciente se cura a pesar de su terapeuta’. Pero que cuando uno se pone a favor de la corriente y se da la integración de la polaridad en conflicto, la nueva gestalt resultante parece surgir por aquel ‘poder mágico aparente’ que no es otro, según lo voy entendiendo, que la disposición a cultivar la ‘docta ignorancia’, el ‘vacío fértil’, ‘el no hacer’ en la relación terapéutica que confía y sabe, como con la respiración, que no hace falta decidir ‘ahora inspiro, ahora expiro’; el organismo se ocupa de ello y muy bien. Una vez más traigamos a Watts para expresarlo desde su mirada taoísta: ‘En ese maravilloso estado de ignorancia no existe nada llamado tiempo, nada llamado espacio, nada llamado ‘yo’ y nada llamado ‘los demás’. Lo único que existe es lo que está sucediendo y lo que está sucediendo no es nada en particular. Sea cual fuere el estado en el que nos encontremos, lo que está ocurriendo es lo que está ocurriendo y carecemos de criterios adecuados para calificarlo, tanto en sentido positivo como en un sentido negativo. Eso es, sencillamente todo lo que hay y, en ocasiones, resulta un verdadero gozo sentarse y permanecer ahí, algo que , dicho sea de paso, recibe el nombre de meditación’.

 

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3.4.- Gestalt, psicoterapia y filosofía de vida. En el año 68 Fritz Perls emprende su última etapa dejando Esalen para trasladarse a Canadá. Lo hace movido en parte por los celos surgidos con el éxito de Satir, Schutz en Esalen, y en parte huyendo de la política represiva de Nixon43. También porque albergaba un último proyecto que no había podido tomar en Esalen la forma que él quería. Dar a luz lo que él llamó el ‘Kibutz gestáltico’ fruto de su experiencia en el Kibutz de artistas en Israel años antes, cuando emprendiese un viaje alrededor del mundo que le llevaría a una profunda transformación. Perls quería en Canadá hacer de la gestalt un modo de vida más allá de la sala de grupo. Si su inicio fue como terapeuta individual, en Esalen abandonó su interés por la terapia individual y afianzó su convicción en el poder que tenía la terapia gestalt grupal como factor de transformación. En Canadá daría una nueva vuelta de tuerca haciendo de la gestalt una filosofía de vida a cultivar cuando comes, preparas la comida, tienes una reunión de vecinos, te das un paseo, haces el amor o te masturbas. Llevar la terapia gestalt al espacio de la convivencia, a la vida fuera de la sala de grupo o de la consulta individual. A mí me recuerda un poco a los retiros que se proponen en los caminos espirituales, que suelen ser de fin de semana o de semanas, los hay de un mes y de meses según la tradición y el momento del proceso. Para meditar, para practicar el karma yoga, para hacer la línea de trabajo correspondiente. Perls con esta decisión al final de su vida cumplía con su deseo de hacer de la Gestalt un estilo de vida y ponía el marco de convivencia en comunidad para seguir cultivando el darse cuenta, la responsabilidad y la despenalización del impulso. Además del libro de Patricia Baumgardner ‘Terapia Gestalt’ escrito por una de sus últimas colaboradoras en el Lago Cochiwan, Barry Stevens también acompañó a Perls a Canadá y deja testimonio de aquella experiencia en su libro ‘No empujes el río’. También encontramos un nutrido surtido de testimonios sobre aquella experiencia en ‘Fritz Perls, aquí y ahora’ de Jack Gaines. Cuando Perls decía ‘ser terapeuta es ser uno mismo y viceversa’ aludía a esta concepción de la gestalt no sólo como terapia sino como filosofía de vida. Una invitación a cultivar aquellas actitudes que propone esta terapia fuera de la consulta. No hace falta irse a un Kibutz gestáltico, yo al menos hoy no me iría. Claro que                                                                                                                 43  PEÑARRUBIA  F.  ‘Terapia  gestalt.  La  vía  del  vacío  fértil’  p.  33.  2008  

 

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sabemos que vivir en una comunidad con gente afín facilita, ayuda. Es por esto que en los caminos espirituales se habla de la importancia de la ‘buena compañía’ de la ‘sangha’ o ‘satsangha’, o como decimos nosotros, de los hermanos y hermanas. No hace falta tenerlos de vecinos en la comunidad donde vive uno, pero sí voy sabiendo que el contacto y el tiempo que les dedicas a ellos alimenta el compromiso de mirarse, de trabajarse, de no despistarse, a parte de nutrir el corazón y la mente, por el puro gusto de compartir. Y añado en estos tiempos de redes sociales que no basta con tenerlos agregados en el Facebook o en twitter, ese contacto cibernético no suple el cara a cara. Para mí el encuentro con los hermanos estimula la búsqueda cuando compartimos un taller que alguien conoció y recomienda, o el trabajo de tal maestro, tal libro o cual película. Y muchas veces reitero, por el gusto de estar y compartir, como uno aprendió a hacerlo en su terapia individual o en su grupo de formación. Practicando la ‘transparencia’ que propone la T.G.: ser uno el que es ante la mirada de otro que anda en algo parecido y que comparte esta manera de andar gestáltica, o no necesariamente gestáltica, pero con una mirada e interés afines. Escribiendo esto me viene mucho la palabra Cuidado, el cuidado que requiere esta profesión por su desgaste emocional, que según parece, repercute estadísticamente en alrededor de unos cinco años menos de vida que la media. Cuidado en el hecho de alimentar la mente y el corazón con la buena compañía de los hermanos y hermanas, de los compañeros de viaje. No sólo en espacios de trabajo, grupos de supervisión o de reciclaje, sino en la barra de un bar o en el salón de casa. La filosofía de vida es responsabilidad de uno, y más acá del contacto con los iguales al salir fuera y encontrarse en ese Kibutz gestáltico que retroalimenta el compromiso con la Verdad propia, está el cómo cada uno alimenta este compromiso. La gestalt como filosofía de vida en última instancia nos lleva por la senda de la búsqueda donde como decía el taoísta ‘no hay meta, la meta es el camino’ o en palabras de Ramesh Balshekar de la tradición Advaita ‘el buscador es lo buscado’. Claudio Naranjo nos acaba de regalar su último libro (noviembre 2013) sobre ‘El viaje interior’, y es por ahí por donde sigue el camino de quien decide hacer de la gestalt una filosofía de vida, la senda del buscador que es la ‘única búsqueda’ realizada de tantas maneras, tantas como buscadores hay. Estamos hablando del viaje del héroe, tiene distintas etapas que podemos distinguir a grandes rasgos en dos momentos. El viaje de ida comprende pruebas,  

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renuncias e incluye la Vía Purgativa, que se convierte en Iluminativa cuando uno purgó lo necesario. Y el viaje de vuelta en un nivel diríamos, avanzado, tras ese encuentro inicial ‘iluminativo’ con lo divino, que implicará aquella ‘noche oscura del alma’ como un ir limpiando los últimos vestigios del ego, a la vez que ir poniéndonos más cerca del que somos hasta alcanzar la Vía Unitiva que es, desde el mito de la Odisea, la llegada a Ítaca y el reencuentro con Penélope, símbolo de la esencia o alma del buscador con la que se reencuentra de una manera definitiva para vivir una vida de sabiduría, amor y servicio. Continuar con la única búsqueda en mi caso pasa en este momento por la práctica de la meditación dos medias horas al día, y por practicar el servicio desinteresado y el estudio de una manera más o menos sistematizada cada semana. La gestalt como filosofía de vida me ha llevado a interesarme de una manera u otra en el arte a través de alguno de sus caminos y en mi consulta trato de alentar también esta vía en mis paciente. El reencuentro con las pinturas, con la escritura, con la danza, el teatro, aprender a tocar un instrumento. Fuente de alimento y de expresión, de encuentro con el ser. Me ha llevado en suma, a descubrir la espiritualidad dionisiaca de la entrega, a honrarla y a cultivarla desde el espíritu del artista. Y en la otra mano Apolo con la necesaria disciplina y encuadre. Pienso que todo gestaltista lleva un artista dentro, que lo jugamos más explícitamente a través del papel de terapeuta, pero que hay además una atracción natural hacia el arte en alguna de sus vías. Aunque pienso también que quizás esto sea extensible para el común de los mortales que tienen más o menos satisfechas las necesidades básicas de la pirámide de Maslow. Si me paro a pensar en mi recorrido puedo observar cómo la música, con la guitarra, la voz y la armónica primero y después con el piano, ha estimulado el proceso personal y terapéutico que iba llevando. Más adelante también le he ido haciendo un sitio a la escritura (sin un fin literario, escritura expresiva y sin juicio) de una manera más sistemática y también a la pintura un muy poquito. Afirmo que la terapia gestalt despierta la sed de arte y una necesidad por la expresión creativa a través de alguna de las vías artísticas. Si nos vamos haciendo seres más completos capaces de habitarnos más en lo que somos, tiene sentido lo que Gardner describe en su modelo de Inteligencias Múltiples que detallo con algo más de amplitud en el capítulo sobre creatividad. Si por la educación académica recibida no hemos cultivado más que un par de inteligencias de las ocho que su modelo propone,  

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la lógico-matemática y la lingüística, en la medida que vamos despertando el resto, van a demandar más atención y alimento. Por ejemplo, con la formación en gestalt yo reconocí que cuidar y alimentar mi inteligencia corporal-cinestésica me reportaba un enorme placer, sobre todo cuando lo hacía a través del movimiento expresivo, bailar, trabajo bioenergético. Hasta entonces yo sabía que salir a correr (o hacer deporte) me sentaba bien, al cuerpo y al ánimo, pero la introducción del elemento creativo con contacto emocional en el cuerpo supuso una profundización en esta toma de conciencia que tuvo mucho de celebración. Cuando pienso en mis hermanos y hermanas más cercanos de la gestalt observo que esta tendencia hacia la búsqueda del arte como contemplación del mismo, o como ejercicio de alguna de sus vías es un común denominador. Podríamos afirmar entonces que el trabajo gestáltico en particular, quizá el trabajo consciente en general, despierta la sed del artista, que no es otra que aquella que lleva al buscador a expresarse como forma de encontrar aquello que busca. ¿Cómo? A través del acto creativo, de su propia creatividad.

 

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4.- CREATIVIDAD

‘Ese poder misterioso que todos sienten y ningún filósofo explica es, en suma, el espíritu de la Tierra, el mismo duende que abrasó el corazón de Nietzsche, que lo buscaba en sus formas exteriores, sobre el puente Rialto o en la música de Bizet, sin encontrarlo y sin saber que el duende que él perseguía había saltado de los misterios griegos a las bailarinas de Cádiz o al dionisíaco degollado de la siguiriya de Silverio.’ Federico García Lorca44

‘¿Y si estuvieras durmiendo? ¿Y si, en tu sueño, soñaras y, en ese sueño, creyeras ir al cielo y arrancar una hermosa y extraña flor? ¿Y si, al despertar descubrieras que sostienes esa flor entre los dedos? ¡Ah! ¿Qué ocurriría entonces? Samuel Coleridge.

4.1.- Terapia Gestalt y creatividad.La T.G. siempre se ha caracterizado por su creatividad y expresividad frente a otras orientaciones terapéuticas en las que el encuadre está más acotado a la comunicación verbal como el psicoanálisis, o más dirigido corporalmente como la bioenergética. En T.G. nos movemos, levantamos al paciente, le cambiamos a una silla vacía que suele acompañarnos en la consulta, a veces salimos a la calle a pasear con él, a veces lo tumbamos en el suelo, otras lo ponemos de pie, proponemos                                                                                                                 pronunciada  el  20  de  octubre  de  1933   en  la  Sociedad  de  Amigos  del  Arte  de  Buenos  Aires.

44  LORCA  F.G.  ‘Teoría  y  juego  del  duende’.    Conferencia  

.  

 

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experimentos... el objetivo que pretendemos es que el paciente ponga conciencia, atención al aspecto genuino, auténtico de su experiencia, y a cómo hace para taparlo, falsearlo, manipularlo. De esta manera se va poniendo en contacto con una manera de funcionar y estar en la vida más sana desde lo que en T.G. llamamos autorregulación organísmica. Y esto lo hacemos usando nuestras dos manos, de apoyo y confrontación a través de las técnicas gestálticas asentadas en nuestra capacidad de atención y de darnos cuenta. La inmersión de Fritz Perls en el teatro de Reinhard en su juventud influyó en su manera de hacer terapia, y también el que Perls, un terapeuta que tuvo dudas sobre si ser terapeuta o pintor y era además de una naturaleza más impulsiva, de acción, que intelectual o emocional, pudo desarrollar una serie de técnicas y ‘experimentos’ como recursos del terapeuta al servicio de la espontaneidad y toma de conciencia del paciente. Las técnicas gestálticas han sido clasificadas por Naranjo en tres tipos: expresivas, supresivas e integrativas. Y son fruto de toda la experiencia vital y clínica de Perls en la que destaca la influencia de su contacto con el teatro (a través de Max Reinhardt cuando era joven) para las técnicas expresivas, y de su propia búsqueda espiritual no santurrona a través de Friedlander y del budsimo zen más adelante para las técnicas supresivas. Las técnicas integrativas supone la integración también de estos dos aspectos. Son las técnicas expresivas las que más estimulan y sirven a la creatividad de nuestros pacientes (en el caso del terapeuta la creatividad también se extiende a los otros dos tipos de técnicas cuando se usan desde la actitud adecuada, no mecanizando su uso) en cuanto que son una invitación a la despenalización del impulso y a la afirmación del instinto a través del acto creativo. Las técnicas expresiva nos empujan a buscar nuevas maneras de decir, de hacer, expresar y es por esto que estimulan el corazón creativo de quien se sumerge en ellas. ‘Si le pudieras dar voz al movimiento repetitivo de tu pie izquierdo ¿qué diría?’, ‘¿Podrías exagerar el enfado en tu gesto?’ ‘¿Puedes subir el tono de voz para decirlo de nuevo?’ ‘¿Podrías probar a cambiar el idioma de lo que te está costando decir, de castellano a jerigonza?, dímelo en jeringonza’. Son algunos ejemplos que recuerdo ahora de mi experiencia reciente.

 

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Ponemos al paciente ante una situación donde lo que está pendiente pulsa por salir y donde el terapeuta tratará de percibir ese pulso más o menos sutil para acompañarlo y exagerarlo todo lo más que pueda. Dice Peñarrubia45 sobre las técnicas expresivas que ‘favorecen los contenidos de la conciencia genuina a través de la expresión de los impulsos, sentimientos y acciones auténticamente organísmicos (iniciar la acción, completar la expresión, ser directo, repetir, exagerar, identificarse y actuar son las más explicitadas por Claudio Naranjo)’ su puesta en escena nos llevan a la expresión del acto creativo. En un contexto terapéutico en el que primamos el permiso y la despenalización, donde el único límite es la agresión física, invitamos al paciente a que sea lo que Es, y lo que es son sus luces y sus sombras. Cada cual según carácter y neurosis habrá elegido identificarse con según qué luces y sombras y habrá elegido rechazar otras. Las técnicas gestálticas sirven, usadas desde la actitud adecuada, para que el paciente vaya haciendo el trabajo de integrar aquellos aspectos que rechazó de sí, incorporando entonces nuevas energías, recursos, maneras de afrontar la vida que antes no tenía a la vez que soltando o flexibilizando antiguas identificaciones, actitudes y maneras de presentarse ante el mundo demasiado rígidas. Si yo me identifiqué con el ‘niño bueno’ y metí en el armario al ‘agresivo’ pierdo un caudal muy importante de energía y recursos disponibles para estar en la vida y tomar de ella lo que necesito. Voy a estar manco para vérmelas y satisfacer parte de mis necesidades y deseos. El impulso, el instinto, ‘la fierecilla interior a rescatar’ (Naranjo), el niño tras el camello y el león (Nietzsche) yace oculto, asustado, avergonzado y disfrazado tras la eterna discusión intra-psíquica entre los dos perros (de arriba y abajo). Y este juego de tortura psicológica es la que impide no sólo la expresión de este impulso sino el mero contacto con el mismo. Los juegos psicológicos en los que se enzarzan nuestros ‘top y under dogs’ nos lleva a la continua evitación o postergación del contacto con nuestras necesidades genuinas, de donde puede surgir ese impulso organísmico que sabe mejor que el pequeño yo (nuestra pequeña mente parcelada) lo que necesitamos y lo que queremos.

                                                                                                                45  PEÑARRUBIA  F.  ‘Terapia  Gestalt.  La  vía  del  vacío  fértil’  pag.  177.  Ed.  Alianza.  2008.  

 

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4.1.1.- Polaridades y creatividad. Perls

nombra la configuración de esta batalla intrapsíquica como

Polaridades, que como veremos forman parte inherente de la vida y de cada individuo. El conflicto interno en una polaridad es la consecuencia de la actitud de rechazo hacia uno de los polos en detrimento de otro. Podemos decir que todo el desarrollo que hace Perls de la T.G. se orienta a reconocer y a dar un buen lugar a cada uno de los opuestos que tenemos. Y esto sólo es posible desde el otro aspecto, que Perls tuvo el mérito de traducir y transmitir a nuestro tiempo como una enseñanza que le reconoce a su maestro Friedlander. Integrar nuestras polaridades sólo es posible a través del cultivo de la Indiferencia Creativa. Como dice Peñarrubia 46 sobre las polaridades ‘en todo organismo, como en la naturaleza en general, los fenómenos actúan dialécticamente: no se puede conocer el sueño sin tener conciencia de la vigilia, es imposible la memoria sin la capacidad de olvido, no podemos calibrar el amor sin reconocer en nostros las existencia del odio..’ Las polaridades forma parte de lo que Perls reconoce haber redescubierto, no inventado, pues es tan antiguo como el mundo. Como vimos en el capítulo anterior es un eco de la filosofía Nietzscheana a la que luego volveremos donde se da un antiguo reencuentro

entre

Dionisio

(polaridades)

y

Apolo

(Indiferencia

Creativa).

Encontramos también las polaridades en la antigua tradición filosófico-espiritual del taoísmo con su complementariedad del yin y el yang; y en la antigua tradición hermética que también describe este aspecto de la realidad y del trabajo espiritual. En Adavaita Vedanta (conocimiento de la no dualidad) que reconoce el mundo de los opuestos y el de una consciencia que los integra y trasciende. También en el ámbito de la psicoterapia fue Jung quien de alguna manera se acercó a esta concepción usando la nomenclatura arquetípica de Sombra (lo rechazado, negado en nosotros) Anima (el aspecto femenino en el hombre) Animus (aspecto masculino en la mujer). Como dicen los Polster ‘la existencia de polaridades en el hombre no es ninguna novedad, lo nuevo en la perspectiva gestáltica es la concepción del individuo como una secuencia interminable de polaridades’. Me causa asombro la creatividad inmersa en la vida que opera de manera consciente o inconsciente orientándose a mantener el equilibrio entre las polaridades. Hacernos                                                                                                                 46  PEÑARRUBIA  F.  ‘Terapia  Gestalt.  La  vía  del  vacío  fértil’  pag.  123.  Alianza  Ed.  2008.    

 

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conscientes de ello nos lleva a saber navegar con la corriente a favor. No ser conscientes, o rechazar o estar en conflicto con alguna polaridad nos hace navegar en contra de la corriente organísmica, y a veces enfermar, siendo el acto de enfermar también un estado que forma parte del ajuste a ese equilibrio al que tiende el organismo. Es por esto que en T.G. trabajamos con la enfermedad desde una actitud de respeto, escuchándola y dándole voz al síntoma. Esta orientación a ese equilibrio, Perls lo llamó autorregulación organísmica que es la capacidad que tiene nuestro organismo de orientarse hacia la satisfacción de sus necesidades, una capacidad por otro lado, inmensamente creativa. La terapia gestalt propone integrar las polaridades después de haberlas diferenciado bien. Juanjo Albert la describe tomando la metáfora de los girasoles que se orientan de manera natural hacia el sol, así ‘el ser humano cuando está sano y vive de manera natural se orienta, igual que los girasoles al sol, hacia la relajación, el placer y la creatividad’. Perls desde la Gestalt describió las distintas maneras de no dejarle espacio a la espontaneidad, de interferir con el curso profundo de la experiencia donde reside la sabiduría organísmica y habló de los distintos inhibidores o interruptores de la experiencia que tienden abortarla. Peñarrubia considera los tres más importantes: el miedo, el control y la vergüenza. Y los describe de la siguiente forma. - El miedo paraliza ante el susto de ‘a ver qué pasa, o ¿qué me está ocurriendo?, o ¿qué es esto que estoy viendo?’. - El control pretende tener claro lo que aún no existe; algo que está en curso, que todavía no tiene forma, el control se empeña en que tiene que ser así o asá, con lo cual lo aborta. - La vergüenza oculta o inhibe lo que está pasando, sea lo que sea, puede ser un sentimiento, una acción, una reacción… Perls señalaba, entre otros, estos tres inhibidores o interruptores de la experiencia y proponía jugar con sus opuestos. Cuando aparece el miedo hay que echarle un poco de coraje, un poco de atrevimiento; al control ponerle espontaneidad, dejarse llevar y fluir ; y en el caso de la vergüenza, lo contrario es el exhibicionismo, o sea en vez de ocultarse, enseñarse y mostrarse. Así que siempre, según Perls, ante las interrupciones de la experiencia hay que jugar con el antídoto, con el contrario, con el complemento.

 

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Así que vivir neuróticamente es vivir desvinculándonos de nuestra creatividad en cuanto que vivimos de manera rígida y estereotipada, desconectados de nuestras necesidades y deseos genuinos así como de los recursos para satisfacerlos.

4.1.2.- Responsabilidad y creatividad. Ya hemos visto cómo en la acepción más perlsiana de la Responsabilidad yace el corazón creativo de la persona, su potencial para el acto creativo. Si responsabilidad es habilidad para responder a la vida cuya única constante es el cambio, frente a la neurosis del ser humano con su manifiesta habilidad para tropezar más de dos veces con la misma piedra, Perls nos muestra la importancia de la Responsabilidad haciendo explícita a través de su definición la capacidad creadora del ser humano para atender y satisfacer sus necesidades. Cuando hablamos de la responsabilidad como una actitud importante a cultivar, ya sabemos que es un hecho (aunque a veces lo olvidamos) y que no es un deber, que la responsabilidad siempre nos acompaña, la diferencia es si le damos la mano o hacemos como que no está. Somos responsables de lo que pensamos, sentimos, hacemos o no hacemos, querámoslo o no y asumirlo nos pone más cerca de la salud o como dice Naranjo47 ‘todo lo que afirma la terapia gestáltica es que la aceptación de la verdad (que supone un ‘no deshacer’ antes que un hacer) nos coloca en mejor situación: que la toma de conciencia cura. Nos cura, por supuesto, de nuestras mentiras’ o dicho en palabras de Shakespeare

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‘Antes que nada, se

verdadero contigo mismo. Y así, tan cierto que la noche sigue al día, hallarás que no puedes mentir a nadie’. Sólo podemos responsabilizarnos o jugar a que no nos damos cuenta; la primera opción como nos dice Naranjo, nos pone más cerca de la salud y la segunda suele dar más problemas. Y es aquí donde me parece que la creatividad emerge como un aspecto connatural a la Gestalt y que tiene que ver con aquella apreciación semántica que Fritz Perls hacía de la palabra respons-abilidad o ‘habilidad para responder’. Habilidad para responde ¿a qué?, suelo preguntar yo retóricamente en la primera entrevista cuando trato de explicar el asunto de la Gestalt y sus actitudes a los pacientes que vienen a consulta. Y responderles entonces, si ellos no contestan nada,                                                                                                                

47  NARANJO  C.  ‘Teoría  y  técnica  de  la  psicoterapia  gestáltica’  Faghan  &  Shepherd.  Artículo.  p.  56   48  Shakespeare  W.  ‘Hamlet’.    

 

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que: ‘a la Vida’, donde ya nos decía Heráclito que ‘no te bañarás dos veces en el mismo río’ y donde sabemos por la sabiduría popular que ‘es el hombre el único animal que tropieza más de dos veces con la misma piedra’ lo que Freud llamara Compulsión a la Repetición, y que la Gestalt describe como la actualización constante de los asuntos pendientes, las gestalten inconclusas. Habilidad para responder a cada momento de la vida que nunca es igual, lo que implica una manera de mirar la realidad lo más limpia y libre de la neurosis y programación que cada uno trae. Muy cercana, como veremos también, a la definición de creatividad que da Erich Fromm como ‘habilidad para ver (darnos cuenta) y responder’. Si el carácter y su neurosis es lo que nos lleva a tropezar y a tropezar y a tropezar con la misma piedra, el ir haciéndonos conscientes de esta, nos llevará en cambio a poder elegir si tropiezo o cambio de camino o salto la piedra; a incorporar nuevas y por tanto creativas maneras de vivir la vida, de enfrentar según qué asuntos, según qué caballos de batallas que a cada cuál por carácter y biografía le atañen. Vivir la vida creativamente es recuperar la habilidad para responder, y la terapia gestalt lo hace a través de dos cosas y por orden de importancia. Primero a través de poner el acento en la actitud (hablamos ahora de la responsabilidad y recordamos también las otras dos actitudes de la triada principal, conciencia-atención y aquí-ahora o apreciación-preferencia de lo actual y presente frente a lo no actual y ausente). La actitud del terapeuta opera en parte por contagio en el paciente y en parte por el trabajo de aprendizaje que lleva al paciente a responsabilizarse. Y en segundo lugar la T.G. trabaja la recuperación de la propia ‘habilidad para responder’ a través de sus técnicas, que son flechas de salud dirigidas al centro del corazón creativo de la persona.

 

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4.2.- El cultivo de la espontaneidad gestáltica. La polaridad dionisíaca en la Terapia Gestalt a través de una litografía de Escher. ‘Hay sólo una manera de llegar a este estado de espontaneidad sana, de salvar lo genuino del ser humano. Hablando en términos religiosos, hay sólo una manera de salvar nuestra alma, o, en términos americanos, de hacer revivir el cadáver americano y volverlo a la vida. La paradoja es que para lograr esta espontaneidad necesitamos, como en el Zen, de una disciplina férrea.’ Fritz Perls49

Peñarrubia describe la creatividad como el extremo dionisíaco de la polaridad Dionisio-Apolo. La creatividad tiene mucho de festín en cuanto que permiso y liberación del impulso, y las técnicas expresivas nos sirven para ir habitando la casa en la que sólo hemos estado ocupando la buhardilla de la segunda planta. La casa donde hemos llegado a olvidar que también tenía planta baja y sótano. En la polaridad Dionisio-Apolo el primero ocupa los dos extremos de un continuo como polaridad: Dionisio es blanco y negro, es bueno y malo, es alegre y triste, es tierno y agresivo… es por esto que a Dionisio se le ha representado muchas veces como andrógino (hombre y mujer) y Apolo estaría en el centro de este continuo, inmóvil, como un testigo que observa sin juzgar. Esta figura según la voy entendiendo, evoluciona hacia una circunferencia donde sigue habiendo un centro del que parte la polarización de opuestos. que para mí ha quedado magistralmente representada por una de las litografías de Escher ‘Cielo e infierno’ que me acompaña en mi andadura gestáltica en formación y desde un poquito antes. Entonces sentí que lo que allí expresaba este artista tenía que ver con lo que a mí me pasó en la formación de gestalt, un viaje que me llevó de visita por estos dos territorios. Por eso puse esta litografía en la portada de mi memoria del primer curso básico, y en la de la memoria final también. Ahora, también entiendo que Escher habla de algunas cosas más. Si lo tomo como mandala y símbolo es un medio de conocimiento que se actualiza en cada paso del camino.

                                                                                                                49  PERLS F. ‘Sueños y existencia’. Pag. 57. Ed. Cuatro Vientos. 1974    

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Figura: Litografía de Escher ‘Cielo e Infierno’50.

Podemos visualizar el ‘punto cero’ o de indiferencia creativa en el centro, de donde parte la vida, la existencia, el ser, sat, hacia la manifestación, la polarización, lo que somos como seres únicos, irrepetibles y conformados por polaridades. En una tercera fase la circunferencia evoluciona hacia la esfera donde Apolo sigue siendo el centro de la misma y Dionisio se despliega, desparrama polarizadamente a lo largo de la circunferencia. Y resuena entonces aquella otra esfera de la sabiduría hermética que popularizó Borges ‘Dios es la esfera infinita cuyo centro se halla en todas partes y la circunferencia en ninguna’51 .

                                                                                                                50  En  esta  obra  Escher  combina  dos  técnicas:  por  un  lado,  la  partición  regular  del  plano  con  un  

bello  patrón  combinado  de  ángeles  y  demonios,  blancos  y  negros,  que  rellenan  la  escena  sin   huecos;  por  otro,  el  límite  infinito  de  un  modelo  de  disco  de  Poincaré.  Este  disco  permite  abarcar   el  infinito  de  un  círculo  de  tamaño  limitado,  gracias  a  la  geometría  hiperbólica,  en  la  que  a  medida   que  un  punto  se  aleja  del  centro,  es  cada  vez  más  pequeño. Tomado  de  ‘Las  mejores  obras  de   Escher’  en  la  web:  http://www.discusionez.com/arte-­‐y-­‐cultura/1313821-­‐las-­‐mejores-­‐obras-­‐de-­‐ escher.html?langid=1#.Uui5pnc1h8c   51  Libro  de  los  veinticuatro  filósofos,  de  autor  desconocido,  creado,  al  parecer,  en  el  siglo  XII,   durante  la  Edad  Media,  cuyo  contenido  consiste  en  un  grupo  de  veinticuatro  sentencias,  cada  una   con  la  intención  de  definir  a  Dios,  enmarcadas  en  un  contexto  neoplatónico  y  hermético.  Esta   sentencia  serviría  de  inspiración  al  escritor  Jorge  Luis  Borges  para  la  creación  de  su  ensayo   titulado  ‘La  esfera  de  Pascal’  

 

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A continuación imagen donde la esfera evoluciona del plano a la tercera dimensión:

En la tradición Advaita se afirma Tat tuam asi, ‘Eso eres tú’ que afirma el aspecto sagrado de todo lo que nos rodea y de todo lo que somos. Dios, la consciencia universal, brahma, lo interpentra e impregna todo ‘tanto lo gozoso como lo doloroso no restrinjas tu percartarte’. Tat tuam asi es también la voz de Dionisio entregándose y pintándose con todos los colores de la vida, no desprecia el marrón ni el negro, los aprecia tanto como el verde y el rojo. Acepta el caos, afirma la vida y sus opuestos. Dionisio tiene a su divinidad correspondiente en India bajo el avatar de Shiva con el que comparte atributos y cualidades.52 Las técnicas expresivas como despenalización del impulso se podrían traducir por un ‘sí’ organísmico, y dan cuenta de cuánta afirmación de la vida (religión dionisiaca) hay en la T.G. donde cabe todo lo que la vida contiene, luces y sombras, tristeza y alegría, agresión y ternura… Cabe preguntarse en este punto cómo, cuando uno ve la litografía de Escher ‘cielo e infierno’ y contempla las figuras allí asisten, puede sentir el cierto peso de la tradición judeocristiana impregnada de cultura patriarcal, que activa un juicio desde                                                                                                                 52  DANIÉLOU  A.  ‘Shiva  y  Dionisio’.  Ed.  Kier.  1987.  

 

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donde tomamos partido, nos polarizamos: generalmente el demonio quedó mal parado, es el malo de la película y el ángel es el que nos guarda y cuida. Maldad y bondad. Rechazamos la primera y nos identificamos con la segunda. Aunque es muy probable que hagamos lo contrario desde una sana rebeldía a la cultura patriarcal. En cualquier caso, el rechazo de alguno de nuestros aspectos nos deja en un lugar difícil. En otro tiempo esto no era así. En tiempos en los que Dionisio tenía su culto y su lugar en el panteón de los dioses, este aspecto de la psique (alma) de la persona no estaba maldito, servía a la vida, como instinto, como sagrada animalidad. Se hablaba del Daimón, como un mediador con los dioses. Sócrates afirmaba tener uno que le hablaba como voz interior y le iba transmitiendo conocimiento. El dáimon podemos decir que era, y es, esa sabiduría organísmica que podemos atender y escuchar. Es un contacto con la profundidad de nuestra naturaleza animal. En el trabajo creativo el artista le ha llamado también musa, duende, genio. ‘Rechaza al ángel, da un puntapié a la musa’ había dicho Lorca en una conferencia53 en 1933 loando en cambio la intervención del ‘duende’, y sosteniendo que el artista debe trabajar ‘desde las tripas’, con la convicción e intensidad que exude la expresión, permitiendo que la fuerza vital fluya, torrencialmente, vívidamente, dramáticamente, como ocurre en el flamenco donde le llaman duende y diferencian del ángel y la musa según nos describe Alberto Manzano54 y podemos ver aquí una correspondencia que aventuro con nuestros 3 cerebros y sus aspectos más espiritualmente desarrollados nombrado de forma simbólica. El duende para el centro instintivo, la musa para nuestro centro emocional y el ángel para nuestro centro intelectual. Nelson habla55 de un arrebato visionario que llevó al poeta Rilke a temer que, si sus diablos le abandonaban, también lo harían sus ángeles. Y describe entonces cómo cuando la musa creativa se despoja de su disfraz de entidad externa, estas visiones pierden su naturaleza demoníaca y se tornan angelicales. Entonces tiene la comprensión de que lo ángeles y los demonios son metáforas que se refieren a lo que Nelson llama el Fundamento 56 , que tanto pueden guiar como entorpecer al yo.                                                                                                                 53  LORCA  F.G.  Conferencia  sobre  teoría  y  juego  del  duende.  Buenos  Aires.  1933.   54  MANZANO  A.  ‘Leonard  Cohen.  Lorca,  el  flamenco  y  el  judía  errante’.  Pag.  95.  Ediciones  Alfabia.  

2012.   55  NELSON  J.E.  ‘Más  allá  de  la  dualidad’.  Pag  429.  Ed  La  liebre  de  marzo.  2000.  

56  Fundamento.  Nelson  hace  referencia  al  Fundamento  Espiritual  como  el  element  vital  que  

impregna  el  universe  de  Su  presencia  y  existe  en  un  plano  de  ser  que  trasciende  al  de  la  realidad   material.  También  se  la    ha  llamado  Brahman,  Mente  de  Buda,  Tao,  Verbo…  

 

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Durante los últimos estadios del desarrollo de la consciencia del quinto chakra en el modelo que él describe, tanto unos como otros se van reintegrando en un yo más amplio que es consciente de su comunión vital con el Fundamento y tiene poca necesidad de reprimir sus instintos o su sombra. Es entonces cuando no vemos los ángeles o los demonios de Escher sino ambos, la figura completa; o cuando percibimos el Tao en su mandala característico y no nos identificamos sólo con su parte Yin, o Yang, en detrimento de la otra. Harpur nos revela en ‘El fuego secreto de los filósofos’ que el desierto de los dáimones empezó con el cristianismo, antes habían vivido en un jardín frondoso y florido, y que la idea de los ángeles de la guarda procede del concepto griego del daimon personal. En los escritos más tempranos del Nuevo Testamento, las epístolas de san Pablo, se reprocha a los gentiles que inmolen ‘a los diablos, y no a Dios’. La palabra que utilizó Pablo para diablos era daimonia, dáimones. El principal delito de los dáimones era su labor de mediación. Todos los paganos reconocían una multitud de dáimones que mediaban entre ellos y sus múltiples dioses. Pero para el cristianismo sólo podía haber un mediador entre la humanidad y el único Dios: Jesucristo. Y siguiendo a san Pablo, a lo largo de la Edad Media se hicieron intentos periódicos para expulsar a los dáimones. Fueron demonizados y apodados ángeles caídos expulsados del cielo junto a Satanás. Se utilizó también otro método más amable, que fue asimilarlos al cristianismo dándoles un nuevo nombre, así la Virgen María suplantó a muchas ninfas de arroyos y pozos sagrados. La demonización y la cristianización de los dáimones implican una polarización de su naturaleza esencialmente contradictoria. Como todas las religiones monoteístas, el cristianismo es intolerante con la ambigüedad daimónica. Por ejemplo, no se puede permitir que los dáimones sean a la vez benignos y malignos; deben dividirse en diablos y ángeles. El hombre responsable de introducir a los ángeles en el cristianismo fue Dionisio de Areopagita. Aunque era cristiano, sus obras debían mucho a los neoplatónicos, y especialmente a Proclo por eso se apropió de los dáimones neoplatónicos, pero suprimió su ambigüedad transformándolos en seres puramente espirituales, angélicos. Sigue guiándonos Harpur en este viaje de vuelta indicándonos cómo la interpretación neoplatónica de la ambigüedad de los dáimones, y de su papel crucial de mediadores, se remonta a Platón. En su diálogo El banquete, Sócrates subraya que no tenemos ningún contacto con los dioses o con Dios, salvo a través de los dáimones  

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que ‘interpretan y transmiten los deseos de los hombres a los dioses y la voluntad de los dioses a los hombres…sólo a través de los dáimones tiene lugar todo comercio y todo diálogo entre los dioses y los hombres, tanto durante la vigilia como durante el sueño. Y el hombre experto en dicho intercambio es un hombre daimónico’. Podemos reconocer en T.G. el trabajo con los sueños como otra de las aportaciones más genuinas de Perls en cuanto que nos pone en contacto con el mensaje existencial que el sueño trae. Un sueño que fue creado por un ‘tejedor de sueños’ como dice Yalom, que es uno mismo, un aspecto de sabiduría que vamos a ir incorporando a través del trabajo de identificación con cada uno de los elementos del sueño, dándoles voz, dejando que hablen, que no es otra cosa que recuperar nuestro dáimon que otrora quedó encerrado en el sótano. Nuestra naturaleza daimónica se manifiesta también a través de los sueños que como sabemos en T.G., cada uno de los elementos que aparecen en el sueño son aspectos del sí mismo proyectados. Nuestro dáimon nos habla, o como diría Perls ‘nos transmite su mensaje existencial directo, como afrenta a nuestra no existencia’. Y así en T.G. aprendemos a escuchar a nuestro dáimon, y a ir integrando lo proyectado reapropiándonos de las proyecciones a través del trabajo de identificación con los distintos elementos del sueño. Y así como señala Rollo May,57 la tarea del terapeuta es la de conjurar los demonios, no la de ponerlos a dormir, puesto que éstos están siempre presentes y nuestra tecnología, nuestra amplia educación y nuestro cacareado racionalismo hacen cambiar la forma de los demonios pero no su carácter esencial. En ellos no sólo residen nuestros problemas sino nuestra fortaleza, nuestra animación, nuestro espíritu. May enfatiza la importancia de aceptar lo daimónico, ya que de no hacerlo te poseería. La forma de superar la posesión daimónica es poseerla, enfrentándose a ella con franqueza, reconciliándose con ella e integrándola en el sistema propio. Y sigue May diciendo que los dáimones están aquí, seguramente no como entidades sino como símbolos de tendencias en nuestro interior y podemos reconocer en ese sentido el gran símbolo de aparición nocturno que es el sueño. Todos tenemos un daimon cuya tarea consiste no sólo en protegernos sino también en despertar nuestra vocación, no obstante apunta Harpur, puede que estos dáimones sólo se hagan inusualemente patentes para quienes sienten una llamada                                                                                                                

57  MAY  R.  ‘La  psicoterapia  y  lo  daimónico’  artículo  en  libro  ‘Mitos,  sueños  y  religión’.  Pag.  188.  

Kairón  1997.  

 

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excepcionalmente potente, la de una vocación fuera de lo común como en el caso de chamanes, poetas, curanderos, médiums y hechiceros (terapeutas gestálticos añado yo) a lo que Sócrates llamaba ‘expertos en el trato daimónico’. La idea de que cada uno de nosotros cuenta con un daimon personal está sorprendentemente difundida. Los romanos lo llamaban el genius, y le obsequiaban con sacrificios en su cumpleaños. Es el nagual en Centroamérica y el nyaron de los malayos. Es el ‘espíritu guardián’ o ‘dios personal’ de tantas tribus norteamericanas. Así lo daimónico son nuestros ángeles y también son nuestros demonios, y como el poeta alemán Rilke que abandonó su terapia después que el terapeuta le hubiera explicado las metas a las que aspiraba la terapia, para escribir después ‘si mis demonios han de dejarme, temo que mis ángeles también lo hagan’, nosotros desde la T.G. aprendemos a reconocer y dar un buen lugar a cada polaridad, a cada ángel y a cada demonio. La nuestra es una moral gestáltica donde bien-mal no son dicotómicos sino polares y es el organismo quien, como el agua, no funciona por decisión sino por inclinación.

4.3.- El proceso creativo según la tradición nietzscheana europea.‘Para que se dé el arte, para que acontezca algún hacer y contemplar artísticos, es necesaria una precondición fisiológica: la embriaguez. La embriaguez debe primero haber aumentado la excitabilidad de toda la máquina. Antes de eso no se llega a arte alguno.’58 Friedrich Nietzsche

Muestro a continuación cómo la T.G. en sus dos líneas de desarrollo (costa este y oeste) se ha acercado a la creatividad desde alguno de sus representantes más notables. La tradición nietzscheana europea que es por la que empiezo, se inicia en Nietzsche que a su vez resucita la antigua religión dionisiaca, y que sigue a través de Friedlander, Perls, Naranjo, Peñarrubia… Como veíamos en el capítulo anterior podemos decir que Nietzsche en el ámbito de la filosofía vino a equilibrar un profundo desequilibrio que hacía de la historia de la filosofía occidental59 ‘una serie de notas a pie de página de la filosofía platónica’.                                                                                                                 58  NIETZSCHE  F.  ‘Crepúsculo  de  los  ídolos’.  (II,  995)  

 

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El filósofo Onfray nos describía en el capítulo anterior cómo la narración clásica de los avatares filosóficos está dominada por la sombra de Platón, cuya visión idealista del mundo continúa vigente a través del cristianismo imperante y convertido en ‘doctrina de estado’ como en Hegel y Kant. De modo que lo que se nos ofrece una y otra vez como actitudes típicas de la filosofía son dogmas tales como el desprecio al cuerpo (la célebre ‘cárcel del alma’), la demonización de los placeres sensuales y de la vida material, inmanente y terrena. Y encumbra la virtud consistente en la postergación del deseo en aras de la felicidad eterna tras la muerte. Con Nietzsche la filosofía empieza a integrar su polaridad rechazada hasta entonces, y lo hace convocando a Dionisio y a Apolo como ‘dioses, energías, instintos’ que configuran la realidad y la existencia en sus distintos niveles y estratos, algo que los griegos conocían profundamente a través de su mitología. Hasta Nietzsche, la filosofía había cultivado el conocimiento de Apolo, en detrimento de Dionisio. En la mitología griega Apolo y Dionisio son hijos de Zeus y tienen un estatus complementario. Apolo es el dios del Sol, la claridad, la juventud, la belleza, la poesía y las artes. Para Nietzsche es el dios de la luz, de la claridad y la armonía. Simboliza también la norma, la serenidad, el equilibrio, la moderación, la medida, la perfección, lo coherente y lo proporcionado. Dionisio es el dios del vino, de las fiestas, cosechas, de la alegría desbordante y del éxtasis. A Dionisio se le ha representado mucho como un dios andrógino (masculino y femenino a la vez). Para Nietzsche lo titánico y lo bárbaro es, en última instancia una necesidad exactamente igual que lo apolíneo. Lo dionisíaco dice ‘acepto el caos’ y emerge de los problemas del ser y no renuncia a nada que sea vida. La voluntad de poder está ligada a lo que, al principio, Nietzsche llamó espíritu dionisíaco, la fuerza de la vida. Peñarrubia propone que la creatividad tiene que ver más con lo dionisíaco en cuanto que festín e invitación a despenalizar el impulso, a aceptar el caos y a darle expresión sin juzgarlo. Así mismo en el modelo que viene desarrollando durante los último treinta años, el arte tiene que ver más con la polaridad apolínea de la que daremos cuenta en el siguiente capítulo de esta tesina.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            59  WHITEHEAD,  Alfred  North.  Cita  de.  (1861  –  1947)  matemático  y  filósofo  inglés    

 

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‘La tradición dionisíaca es ‘emborrachémonos, perdamos la conciencia para que salga una animalidad que está en orden con la naturaleza’ y en la medida en que eso sale se reordena de una manera no racional pero acorde con la naturaleza. Así que la Gestalt tiene esa fe en que el impulso, lo loco, lo desordenado, tiene una función en sí mismo por más que no siempre logremos identificarla ni ponerle nombre’.60 Así que en este capítulo ilustro la polaridad dionisiaca describiendo su implicación con la creatividad y cómo trabajamos en terapia gestalt. 4.3.1.- Dionisio. Dios y humano.Dionisio es el dios del vino y de la inspiración, pero también del rapto y delirio místicos. Es hijo de Zeus, un dios, y de Sémele una mujer mortal. En su ‘Diccionario de música, mitología, magia y religión’ cuenta Ramón Andrés que Dionisio durante el segundo milenio antes de Cristo era venerado en Creta, y que en Delfos su recuerdo era tan arcaico que es posible que hubiera recibido culto con anterioridad a Apolo. Es hijo de un dios y de una mortal, su presencia es a menudo festiva pero turbulenta, desordena y ordena a la vez, libera, canta, baila orgiásticamente, toca instrumentos tras una máscara, vitaliza e invita a procrear, aunque también es oscuro y melancólico. Su cortejo de bacantes, de ménades y sátiros alienta el crecimiento, la efervescencia vegetal, mueve a la naturaleza, todo lo desborda de vida, porque hay un dolor al que se opone, un dolor que le condena y conduce a ser un conjuro de todo límite, de toda regla. Por eso el suyo es con frecuencia el camino de la locura divina, del arrebato místico, una locura teléstica61, un camino extático hacia el sentido más profundo del ritual. Una senda necesaria porque su función era esencialmente catártica, liberadora del ser humano, a través de las canciones, los gritos y las compulsivas danzas. Naranjo nos señala62 la notable semejanza entre Dionisio y Cristo, indicando que es Dionisio, entre todos los dioses, no sólo uno nacido de mujer y del padre de los                                                                                                                

60  PEÑARRUBIA.  F  ‘Conferencia  gestalt,  creatividad  y  arte’  Granada.  Abril  2012.   61  Teléstica  según  Platón  en  el  Fedro  distingue  cuatro  clases  de  locura:  profética  (locura  temporal),  

teléstica  o  ritual  (libertad  de  las  necesidades  instintivas),  poética  (posesión  por  las  musas  por  un  estado  de   inspiración  particular)  y  la  erótica  (asociada  con  el  amor  humano,  la  cultura  griega  incluía    las  relaciones   homosexuales  y  heterosexuales)  

62  NARANJO  C.    ‘Cosas

 

que vengo diciendo’. Ed. Kier 2005  

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dioses, sino que es un dios que muere y renace. Y dice el mito de Dionisio que al final de su vida, llega al Olimpo, y allí “se sienta a la diestra del padre”. Si el Cristianismo tomó esta frase de la antigüedad, sigue Naranjo, es porque entre los antiguos cristianos había una gran familiaridad con el parentesco entre el antiguo dios sacrificado y devorado, y con el nuevo Hijo de Dios que ofrece simbólicamente su carne y su sangre en el rito de comunión. Dionisio no es solo un dios sacrificado, sino un dios marginal, un dios perseguido. La locura, nos sigue diciendo Naranjo, es el castigo a que lo somete la mujer de Zeus, Hera, porque tiene celos de Dionisio que lo enloquece. Y es a través de su participación en los misterios de la Gran Madre, que este se cura. Se puede decir que sana de la locura entrando en ella. Es Dionisio el más humano de los dioses, pues aunque haya en la mitología griega otros dioses nacidos de mujer (como Apolo y Hermes) él es un perseguido marginal, que conoce la locura, que es un dios de la muerte. El dios de la muerte y del renacimiento. Que incluso es cocinado y partido en pedazos y devorado, tanto en el mito como en el rito, en el que se come la carne de Dionisio, simbólicamente, tras el despedazamiento de un animal. Dionisio se simbolizaba en cuatro animales: la serpiente, el toro, el macho cabrío y la pantera. Todos estos aluden a la animalidad misma y a su cualidad sagrada. El que el macho cabrío, con sus cuernos, su barba y pata dividida se haya transformado en emblema del demonio nos dice que se tomó la imagen de Dionisio para definir lo demoniaco. Además de ser el dios de la naturaleza salvaje y de sus animales, así como del falo, representa la transportación espiritual a través del ‘entusiasmo’ (término derivado del griego enthusiazein, que significa ‘estar inspirado o poseído por dios’). Y nos apunta Campbell63 que la expresión del tantrismo nadevo devam arcayet, ‘sólo por un dios puede un dios ser adorado’, se refiere a este mismo estado de posesión o rapto espiritual. El mito y el culto de Dionisio según Naranjo, reflejan el conocimiento de una muerte interior que lleva a un nuevo nacimiento, de una “muerte en Dios”, como se la ha llamado en el misticismo cristiano; pero difieren el espíritu dionisíaco y el espíritu cristiano en su actitud ante el placer y ante la carne; es decir, la instintividad que compartimos con los animales. Y en tanto que lo dionisíaco se asocia con el placer, la historia de la Iglesia ha sido una historia muy marcada por la actitud opuesta; y                                                                                                                 63  CAMPBELL  J.  ‘Las  extensiones  interiores  del  espacio  exterior’  pag.  172.  Atalanta.  2013.  

 

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pareciera que la oposición al placer no sea esencial ni original en el Cristianismo, sino algo que lo ha contaminado desde los primeros tiempos. Otros autores como Rouget (1990) han indicado que Dionisio representa en sí mismo un trance de posesión, una ebriedad divina que inspira a todo ser que es capaz de sentir el mundo como trascendencia; con su danza y su música lo induce a la locura para tras conocerla, abandonarla, sanar y aprender de ella. ‘Lo dionisiaco es el régimen organísmico en que todo está permitido. Es un concepto muy grandioso este que tuvieron los griegos, al concebir un dios loco. Pues Dionisio no es solamente el dios del placer. Se lo asocia con el vino y se lo considera también dios de la embriaguez, que a su vez entraña un dejarse ir, dejando de lado el control habitual sobre la propia mente para abandonarse a una entrega más profunda que la simple espontaneidad cotidiana.’64 Naranjo sigue diciéndonos que el concepto de Dionisio va más allá de la idea de una embriaguez religiosa o embriaguez santa, la “locura santa”, la “locura divina” que entraña una invitación a cada uno de nosotros a santificar el loco que tenemos dentro y a concebir que la locura, lejos de ser algo que deba ser siempre combatido o suprimido, pueda merecer ser escuchado. Si hay un camino dionisíaco añade, es el que pasa por la locura, no para combatirla, sino para sanar y hacerse más sabio. En psicoterapia para dejar algo atrás tenemos que pasar por ello y esta parte del proceso Naranjo la describe con dos dichos “el camino de salida es el mismo camino de entrada”; o bien “si quieres dejar atrás tu sufrimiento, vamos entrando en él”. 4.3.2.- Conviértete en lo que eres. El trabajo gestáltico propone en el paciente dos tareas y por este orden. La tarea de la espontaneidad que es dejarse ser, entregarse a lo que sea que suceda; y la tarea de poner conciencia, de darse cuenta, de la deliberación. La primera tarea es más dionisiaca, la segunda más apolínea. Si no nos dejamos ser primero, difícilmente vamos a poder darnos cuenta de eso que somos. Sucede además que muchas veces el darse cuenta puede estar contaminado por el control que va a impedir, de nuevo, dejarnos ser. Y no dejarnos ser, es lo que la cultura patriarcal ha establecido como uno de sus lemas de manera cada vez más sutil ‘No seas lo que eres. En cambio, persigue una zanahoria’ a través                                                                                                                 64  NARANJO  C.    ‘Cosas

que vengo diciendo’. Pag. 82. Ed. Kier 2005

 

 

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del consumo, de la distracción neurótica en una sociedad sobre-estimulada, a través de tantas zanahorias que apuntan a la experiencia de ‘serás sólo cuando llegues a ese allí y entonces ideal’, ‘cuando tengas pareja, cuando tengas aquel coche, cuando encuentres trabajo, cuando termines la formación en gestalt o los sats, cuando tengas relaciones sexuales con menganita, y con zutanita y purita, cuando obtengas el reconocimiento de toda la parroquia gestáltica…’. No dejarnos ser, es la orientación al mercado de la que habla Fromm en ‘Ser o tener’ y que más prosaicamente ilustra Naranjo en su Teoría de la Neurosis según Nasrudín, esa figura del sabio idiota que aparece en tantas historias del sufismo, que cuenta cómo habiendo perdido la llave en su casa, Nasrudín la busca denodadamente y sin éxito en el sitio donde cree que podría encontrarla porque hay más luz, en la plaza del pueblo. En vez de buscarla donde la perdió, en su casa. Buscamos la llave, o la zanahoria en el sitio equivocado, y vamos dejando de ser lo que somos por el camino. Y si hablamos de la tradición nietzscheana europea tenemos la aportación escrita que hace Peñarrubia en la revisión de su libro (Terapia Gestalt. La vía del vacío fértil) donde incorpora un interesante capítulo sobre ‘Arte y creatividad en la terapia’ y expone el modelo que ha desarrollado a lo largo de tres décadas. Señala Peñarrubia que el terapeuta maduro, como el artista, trabaja desde el vacío fértil desde el que antes o después surge la creación. Y toma la figura del terapeuta como modelo creativo, a lo largo de un proceso que él transmitirá a su paciente en la medida proporcional en que él mismo lo atraviese y desarrolle. Y apunta que es este un proceso que va desde lo colectivo (‘todos somos creadores’) a lo personal (‘el arte de ser uno mismo’). El terapeuta lo transmite con su actitud y su hacer (o no hacer). El permiso para crear lo que uno es y lo que uno no es, nos ayuda a convertirnos en lo que somos. Aquella máxima misteriosa e insondable ‘se aquello que eres’ que sigue sonando a lo largo de los tiempos de tantas maneras expresada, desde Nietzsche hasta Perls, Naranjo y Peñarrubia. Desde China hasta California pasando por Grecia y la India. Desde Toledo hasta Toledo. Aquí y ahora en cada uno. ‘Lo creativo del trabajo terapéutico es que uno puede recuperar el derecho y el permiso de ser como es y quedarse en paz consigo. Seguramente no eres ni lo que tu madre quiso, no lo que papá pensó, ni lo que tu ideal del yo ha soñado, ni seguramente lo que gustaría a tu cónyuge o a tus hijos, pero eso es lo que eres, esa es  

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tu verdad y en la medida en que lo aceptas empiezas a estar en la vida con los pies en el suelo, y con el eje claro. Es un trabajo que tiene que ver con la intensificación, con arriesgarse y atreverse, con toda la parte más activa’.65  

                                                                                                                65  PEÑARRUBIA  F.  ‘Conferencia  gestalt,  creatividad  y  arte’.  Granada  2012.  

 

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4.4.- Joseph Zinker. Procesos creativos en la terapia gestalt desde la costa este. Dentro de la T.G. Joseph Zinker (‘El proceso creativo en la terapia gestáltica’ Ed Paidós) ha incorporado la mirada del terapeuta que se reconoce a si mismo como artista que participa en un proceso creativo, describiendo su experiencia como terapeuta en el terreno de la creatividad que hay en el proceso terapéutico. Zinker desde la gestalt de la costa este se reconoce artista (pinta) antes que terapeuta y dice que la pintura fue lo que le salvó en los campos de concentración en los que estuvo siendo un niño66. Es por esto que también él habla del terapeuta como un artista que usa su capacidad de invención para ayudar a la gente a modelar su vida. El objetivo como terapeuta y como persona es aquel que considera la totalidad de su vida (la manera en que se mueve, trabaja, ama y vive) como arte, como proceso creativo. Y afirma 67 ‘cada acto de creación es como una unidad de inhalación y exhalación, una expresión de la plenitud de mi vida, como también la sustentación para vivir. Cada creación es el resultado expreso, conductual de multitud de imágenes, fantasías, reflexiones y pensamientos. Es un proceso de desear una experiencia y una expresión más completas y agudas.’ Su acercamiento a la creatividad pasa por considerar el acto de creación como una necesidad tan básica como la de respirar o hacer el amor y apunta 68‘nos sentimos impulsados a crear. Debemos arriesgarnos a proyectar la imagen más personal e idiosincrásica sobre los objetos, las palabras y otros símbolos. El mismo tipo de riesgo que aceptamos al amar a otro’. Zinker señala además la importancia de la relación como factor de sanación y afirma que toda relación entre dos personas se convierte en una creación cuando su encuentro tiene el movimiento y el sentimiento de la transformación mutua. Así el terapeuta presta una estructura, una fórmula, un proceso disciplinado a las formulaciones generadas constantemente por la relación entre él y su cliente. Y aquí es donde Zinker habla de la responsabilidad primaria del terapeuta hacia su paciente que consiste en69 ‘la creación de un espacio, un laboratorio, un campo de prueba para que el cliente se explore activamente a sí mismo como ser viviente’.

                                                                                                                66  Entrevista  a  Joseph  Zinker  en:  

http://www.escuelagestalt.com/pdfs/paul%20barber%20joseph%20zinker.pdf  

67  ZINKER  J.  ‘El  proceso  creative  en  la  terapia  gestáltica’.  Pag.  11.  Ed  Paidós   68  ZINKER  J.  ‘El  proceso  creative  en  la  terapia  gestáltica’.  Pag.  15.  Ed  Paidós   69  ZINKER  J.  ‘El  proceso  creative  en  la  terapia  gestáltica’.  Pag.  12.  Ed  Paidós  

 

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Define la terapia como el proceso de cambiar la toma de conciencia y la conducta. La condición sine qua non del proceso creativo es el cambio: la transmutación de una forma en otra, de un símbolo en un insight, de un gesto en un nuevo conjunto de comportamientos, de un sueño en una representación dramática. Y concluye cómo de ese modo la creatividad y la psicoterapia se interconectan en un nivel fundamental: la transformación, la metamorfosis, el cambio. Zinker señala cinco aspectos de la terapia creativa: 1.- El encuentro amoroso.- Como si de enamorarnos se tratara, así también ocurre en el proceso creativo donde tomamos contacto con nuestra dulzura, nuestro deseo, nuestra intención poderosa y nuestra profunda meditación. Zinker se apoya en la figura del ‘amor de un abuelo’ más que el amor fraternal o el de un padre que guía a su hijo con pasión y a veces en forma egoísta; un abuelo no pide nada, se complace en aprender, observar y comprender la existencia vital de otro tal como es. Y hace dos reflexiones sobre el acto de dar y recibir amor del terapeuta. Sobre el primero nos recuerda que no es necesario amar a alguien para escucharlo respetuosamente y cita a Martín Buber70: ‘No se puede ordenar a alguien que sienta amor por una persona, pero sí que la trate con amor’, así el terapeuta debe actuar con amor hacia su paciente. Sobre el hecho de recibir amor de nuestros paciente Zinker nos recuerda que en la experiencia de permitir que el otro nos ame, aceptamos de buen grado el riesgo de ser heridos. 2.- El proceso de crecimiento.- El proceso creativo es para Zinker terapéutico por si mismo, porque nos permite expresarnos y examinar el contenido y las dimensiones de nuestra vida interior. Vivimos una vida plena en la medida en que disponemos de una serie completa de instrumentos que concreten, simbolicen y expresen de algún modo nuestras experiencias. Y hacer arte es para Zinker una forma de concretar nuestra necesidad de un tipo de vida más amplia y más profunda. En el proceso de creación, extendemos nuestra psiquis, tocando aspectos de nuestros orígenes, tanto personales como arquetípicos. 3.- El aprendizaje Tao.- que es aquel que se produce cuando un individuo experimenta su propia fuerza de movimiento y sus posibilidades exploratorias. A diferencia del aprendizaje por déficit (en alusión al aprendizaje motivado por la                                                                                                                 70  BUBER  M.  ‘Ten  Rung:  hasidic  sayings’  Nueva  York,  Schoken  Books,  1962.  

 

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supervivencia, la seguridad y otras necesidades básicas, más que en necesidades de nivel superior o autorrealización tomado del modelo de Maslow) que tiene lugar en un nivel verbal-conceptual, el aprendizaje Tao es iniciado por el individuo, que luego se mueve gradualmente paso a paso. 4.- Como proyección.- afirma que la proyección creativa implica un diálogo con el propio sí-mismo que luego se concreta en un concepto, una pintura, una escultura o un comportamiento. Creamos a Dios, Cristo, Buda, el cielo y el infierno desde nuestras más profundas proyecciones. Nuestros lugares santos son manifestaciones del más íntimo esfuerzo humano por una metamorfosis trascendente. La proyección se vuelve creativa en tres pasos. Primero, el individuo aprende a poseer aquello que teme en el mundo ‘estoy asustado de mi crueldad’. Segundo comienza un diálogo entre aquello temido y el aspecto complementario (crueldad ternura) o alguna otra polaridad dentro de sí mismo. De este modo, la persona se reconcilia con todas las fuerzas polarizadas dentro de sí y comienza a experimentar su totalidad. Y finalmente el individuo transforma su dilema en un producto o acto concreto. El que proyecta creativamente pone la energía de su conflicto al servicio de una comprensión más profunda de sí mismo y de una relación más activa con sus semejantes. 5.- Como una experiencia trascendente religiosa.- donde el arte es plegaria, no el difundido texto que encontramos en las escrituras, sino un descubrimiento fresco, vital de la especial presencia de uno mismo en el mundo. Este aspecto de Zinker tendría que ver más con lo que Peñarrubia denomina en su modelo ‘polaridad Apolinea’, que está más cerca del Arte que de la Creatividad, un no hacer de indiferencia creativa más que un hacer, y que es heredera de la línea nietzcheana europea. Zinker describe que en el proceso de hacer algo, una persona no sólo ilumina e ilustra su vida interior, sino que se coloca más allá de la expresión personal para realizar algo significativo por sí mismo. El trabajo adquiere su propia validez interna, su propia integridad. En este proceso de hacer algo que se sostiene por su propia estructura integral, el creador toma contacto con una realidad transcendente. Al tomar y renunciar a su producto, el creador toca y renuncia a su identidad personal.

 

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Sobre la creatividad en la terapia Zinker afirma que71 ‘la terapia creativa trata a la persona como un medio artístico: a veces desalentador, adverso, empecinado, aburrido o abrasivo, y a menudo humilde e inspirador. El terapeuta creativo ve al cliente en su totalidad: su plasticidad y rigidez, brillantez y opacidad, fluidez y estancamiento, puntualidad cognitiva y pasión. El terapeuta creativo es un coreógrafo, un historiador, un fenomenólogo, un estudioso del cuerpo, un dramaturgo, un pensador, un teólogo, un visionario’. Zinker concibe la T.G. como un permiso para ser creativo. Y añade que nuestro instrumento metodológico básico es el experimento, que define como una aproximación conductista para desplazarse hacia un funcionamiento nuevo. El experimento se dirige hacia el corazón de la resistencia, transformando la rigidez en un sistema elástico de apoyo. No necesita ser grave, serio, ni aun exactamente adecuado: puede ser teatral, hilarante, alocado, trascendente, metafísico, humorístico. 72

‘El experimento nos permite ser sacerdotes, prostitutas, homosexuales, santos,

brujas, magos: todas las cosas, los seres y las ideas que se esconden dentro de nosotros’. Lo vuelve a decir de otra manera pero poniendo el acento esta vez en el aspecto dionisíaco cuando describe la T.G. como un permiso para ser exuberante, para experimentar alegría, para jugar con nuestras más bellas posibilidades durante nuestra breve vida. 73‘Para mí representa todo lo que está delante de mí, todo lo que promete completud de experiencia, aquello por venir que es pavoroso, amenazante, lleno de llanto, conmovedor, extraño, arquetípico, pleno de crecimiento. Para mí significa abrazar la vida entera, saborear todos sus sutiles sabores’. Quiero destacar la crítica que le hace Zinker a aquella T.G. entendida como ‘una multitud de terapeutas recitando como loros los trabajos de Fritz Perls’ (y de Goodman podríamos añadir aquí) cosa que haría sentir a este muy decepcionado. Y toma a Perls como modelo de capacidad de invención y nos exhorta al coraje de aprender esta capacidad, esta actitud que le permitió una manera de crear aprendizaje dramático en la situación humana.

                                                                                                               

71  ZINKER  J.  ‘El  proceso  creativo  en  la  terapia  gestáltica’.  Pag.  22.  Ed  Paidós   72  ZINKER  J.  ‘El  proceso  creativo  en  la  terapia  gestáltica’.  Pag.  22.  Ed  Paidós 73  Idem.  Pag  23  

 

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4.5.- Acercamientos a la creatividad. Integrando modelos. Cuando nos acercamos a la creatividad vemos una diferencia importante entre las definiciones 74 que propone la psicología humanista y otras escuelas de pensamiento psicológico. Estos otros modelos definen la creatividad como un fenómeno secundario más que como un aspecto innato al ser humano. Estas teorías son denominadas ‘Teorías de la compensación deficitaria’ e incluyen al psicoanálisis tradicional que postula que la creatividad resultaría de la sublimación de la libido, esto es, la canalización de la energía sexual (libido) en una forma sustitutiva de comportamiento social aceptado. Freud creía que los grandes logros de la civilización surgieron de la sublimación de la libido. Así Leonardo da Vinci crearía sus pinturas sublimes, Michelangelo su esculturas inmortales, Shakespeare sus obras y sonetos, y Beethoven sus grandes sinfonías como consecuencia de alguna frustración sexual, lo que parece insostenible dentro de la psicología humanista. Existen otras teorías que modifican la posición freudiana como la teoría de Kubie que sugiere que la creatividad requiere una regresión al servicio del ego. Adler por otro lado teorizó que la creatividad se origina en la necesidad que tiene el hombre de conseguir superioridad y perfección con el fin de superar sentimientos de inferioridad básicos. Y Rank sugería que la creatividad es el resultado de la lucha del hombre entre el miedo a la vida y el miedo a la muerte, lo que representa un intento de superar el miedo a la muerte al ganar la inmortalidad a través del acto de crear algo que sobrevivirá a su creador. Desde la psicología humanista en la que se encuadra la T.G. se dibuja una teoría de la creatividad holística y dinámica. Por un lado Jung asume la presencia de un ‘inconsciente colectivo’ que acompaña las experiencias y recuerdos de la raza humana a lo largo de la historia, incluidos periodos prehistóricos y pre-humanos. Este inconsciente colectivo evoca arquetipos y símbolos que constituyen la reserva de ideas creativas que son poseídas tanto por el artista como por cada persona. Jung postula un innato conductor creativo común a todos los seres humanos. Rolloy May del que hablo más extensamente más adelante establece que la creatividad auténtica es el proceso de traer algo nuevo a la vida. Las personas creativas, como los artistas, los poetas, científicos y compositores son aquellos que de acuerdo a Platón expresan el ser. Son aquellos que amplían la consciencia humana. El                                                                                                                 74  GARAY  J.  ‘A  humanistic  approach  to  art  therapy’.  p.193  –  195.  Bruner  Mazel  Ed.    

 

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proceso creativo es un encuentro entre el creador y su entorno: el pintor encuentra el paisaje. La intensidad del encuentro del creador en el acto creativo, y su transformación del ambiente y de sí mismo, determinan la calidad del proceso creativo. La creatividad genuina para May estaría caracterizada por una intensificación de la capacidad de darse cuenta, una elevación del estado de conciencia, y un regocijo en el momento de la ejecución. La creatividad involucra a la persona completa, con el acto inconsciente en unidad con la consciencia. Es por tanto, no irracional sino supra-racional. Es una experiencia mística en la que el individuo se funde con el cosmos y en la cual la unidad total alterna con una vasta diversidad. Moustakas ha desarrollado una teoría en la que la creatividad involucra crecimiento personal, auto-renovación y auto-actualización. Muestra qué incrementos significativos de conciencia y auto-conocimiento son encendidos desde adentro más que desde fuentes externas. Moustakas afirma que cada ser humano tiene la habilidad innata de ser creativo y de relacionarse de manera auténtica con otros seres humanos mientras mantiene su auténtica individualidad. Enfatiza además la importancia del silencio, el diálogo interno y la meditación en el descubrimiento creativo. Y que la creatividad que es inherente en cada ser humano desde el nacimiento requiere de la expresión de la singularidad, individualidad así como las particulares maneras de expresar sus sentimientos auténticos como un asunto de vida y muerte. Cada individuo tiene su estilo único de expresión creativa, lo que se asemeja a una huella dactilar, característica sólo de esa persona. Y si revisamos una parte de la literatura ingente que hay sobre el tema la mayoría de los autores que tratan sobre creatividad la describen como aquella aptitud o actividad por medio de la cual se posibilita la obtención de una actividad o un producto que tenga las dos características de ser nuevo y valioso. De esta definición me parece acertado el cuestionamiento que introduce Rodríguez Pascual75 cuando afirma que no queda claro qué grado de novedad y de valor se le exige a la actividad, o al producto, para ser considerados creativos. Propone entonces una definición desligada de aquel criterio de novedad y valor y la enmarca en el ámbito del individuo donde la creatividad es la capacidad para realizar una actividad que sea lo suficientemente nueva y valiosa como para pulsar                                                                                                                

75  RODRÍGUEZ  PASCUAL  G.  ‘El  arco  creativo.  Aproximación  a  una  teoría  unificada  de  la  

creatividad’.  Universidad  de  Cantabria.  2005.  

 

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los límites de nuestras formas de conocimiento, que entre en contacto con ellas para cuestionarlas y transformarlas. Esta definición creo que describe muy bien el hecho terapéutico que ocurre a lo largo de un proceso de terapia gestalt. A través de la relación terapéutica el paciente va cuestionando los introyectos tragados, las proyecciones de las que no se hace cargo etc. y a partir de ahí transforma su manera de relacionarse, consigo mismo y con el mundo. Cuestionamos lo falso y apoyamos lo genuino de tal manera que aprendemos a mirarnos con nuevos ojos, y mostramos a nuestros pacientes nuevas maneras de mirarse, de ahí va surgiendo la transformación. En el proceso de T.G. la creatividad del paciente es piedra angular, que vamos a estimular como hemos visto antes, a través de las técnicas expresivas asentadas en una adecuada actitud. La creatividad, por tanto, cuestiona y transforma las formas de conocimiento del individuo, de sí mismo y de sus puntos ciegos, inconscientes. Así que la T.G. estaría más cerca de otros autores como Fromm que hablan más de ‘actitud creativa’, que de capacidad o aptitud. La actitud creativa, redefinimos entonces, que posibilita el acto creativo como aquella actividad nueva o valiosa que pulsa los límites de nuestras formas de conocimiento, y que al entrar en contacto con ellas las cuestiona y transforma. Winnicott consideraba que había tanta creatividad en el bebé que se ensucia en sus propias heces como en la compleja realización de un arquitecto innovador. Ambos están inmersos en una acción que cuestiona y transformas sus límites de conocimiento. Acerquémonos un poquito más a mirar cómo ocurre esto. Sabemos que hay dos sistemas de procesamiento de la información que son característicos y específicos de la forma de conocimiento de la especie humana, que interactúan, modifican y definen múltiples aptitudes en cada espacio sensorial. Corresponden además a los dos hemisferios en que está constituida nuestra corteza cerebral externa (neocórtex) que es además nuestro cerebro más tardíamente evolucionado en el modelo de los tres cerebros (Mc Lean, Naranjo y otros). El hemisferio derecho corresponde a un procesamiento de la información analógico, intuitivo y no verbal; el hemisferio izquierdo a un procesamiento lógico y verbal. Partiendo de la información caótica que procede de lo real que en T.G. llamamos zonas externa e interna, pasando por los sistemas analógicos no codificados (hemisferio derecho), hasta llegar a los dominios del sentido lógico y codificado  

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(hemisferio izquierdo). Proceso vertical que se construye siempre con la direccionalidad que marca la codificación del lenguaje. Es por eso por lo que ‘los poetas piensan que su trabajo es volver a colocar la lengua en estado de nacimiento’. La cita es de Fiorini, psicoanalista argentino quién también sostiene que las terapias son grandes trabajos de activación de un sistema creador en el psiquismo, el que se hará cargo de los puntos de detención que las neurosis soportan como fijaciones. Esto es, decirle a Nasrudin que deje de buscar la llave en la plaza y pruebe a hacer algo diferente, como preguntarse ¿dónde la perdió?, para que busque entonces allí donde la perdió. Sigamos con Rodríguez Pascual quien en una labor de integración propone que el lugar de la creatividad es, precisamente, el del tránsito entre esos dos grandes sistemas de procesamiento, un tránsito muy especial que, conservando en su esencia esos dos sistemas, modifica no sólo sus contenidos, sino también sus estructuras y sus programas. ‘Una persona creativa sería la que tiene la capacidad para recorrer esas vías de comunicación verticales regresando de su viaje con objetos valiosos de conocimiento’. Afirmación que describe muy bien el viaje del héroe como monomito (Campbell) o metáfora de la única búsqueda o viaje interior (Naranjo) realizada por hombres y mujeres de todos los tiempos y expresada a través de tantas narraciones que dan cuenta del viaje universal que todos hacemos. La creatividad es un mediador entre los sistemas analógicos no codificados de la información y los sistemas lógicos codificados marcados por la linealidad que genera el lenguaje. Como dice Rodríguez Pascual la creatividad es el ‘gozne entre dos sistemas, el cabo de las tormentas, que está situado dinámicamente entre esas dos posibilidades de tratamiento de la información, y la fuerza capaz de transformar lo analógico, procedente de lo real, en lo codificado, el caos en un cosmos coherente.’ La denominación de Tránsitos Verticales alude a la comunicación que se da entre las labores primitivas no codificadas, con los dominios de la codificación simbólica. Esto es, desde más abajo: nuestro cerebro reptilineo primitivo y más antiguo (médula espinal, cerebelo y bulbo raquídeo), pasando por nuestro cerebro mamífero (sistema límbico y córtex además de asiento de las emociones) se comunicarían con el cerebro evolucionado más tardíamente y por ello ubicado más arriba. Los dos primeros (cerebro instintivo y emocional) están más asociados a un procesamiento de la información no verbal, analógico e intuitivo y por tanto, al  

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hemisferio derecho de nuestro cerebro intelectual. En T.G. damos cuenta de ellos a través de la zona interna de la conciencia (sensaciones corporales, propiocepción así como emociones y estados de ánimo). El otro sistema de procesamiento de la información lógico, verbal, analítico, está ubicado en el hemisferio izquierdo del cerebro intelectual y sería la más patriarcal de nuestras ‘porciones’ cerebrales. La mente analítica a la que por otro lado hemos ido cultivando y educando más en detrimento de los otros cerebros (emocional e instintivo) e incluso del otro hemisferio (intuitivo analógico) en su mismo cerebro intelectual. Me detendré aquí por un momento pues llegamos en este punto de transición vertical a un lugar fuente de algunos problemas con peso y gravedad que ocasionan los ‘males del alma’ que como ha explicado Naranjo son la 76‘consecuencia del dominio de nuestro cerebro intelectual que por razones culturales ha llegado a funcionar en forma tan represiva respecto de nuestras partes más primitivas, que funciona de forma insular, desconectado de los otros dos de tal manera que ello acarrea consecuencias trágicas no sólo para la vida individual sino para nuestra evolución colectiva.’ Perls lo llamó la zona desmilitarizada y tierra de nadie como metáfora de la frontera entre lo propio y lo ajeno. Y utiliza también la palabra hindú maya para referirse al mundo de la ilusoriedad. Peñarrubia lo describe como el filtro fantasioso con que tamizamos las percepciones internas y externas. Es la Zona Intermedia de la conciencia que pone en contacto nuestra zona interna con la externa, todo aquello que percibimos a través de los sentidos. En la zona intermedia suelen aparecer ideas, pensamientos, juicios, prejuicios, interpretaciones…todo aquello con lo que ‘tamizamos’ nuestras percepciones de la realidad (externa e interna), que se contaminan de un contenido egoico que distorsiona o sesga nuestra manera de ver la vida, de vernos, y por tanto de relacionarnos. La zona intermedia es donde nuestro mundo creativo se puede secar y volver yermo, a la vez que es el territorio donde puede llegar a florecer frondoso. Allí están las ‘fijaciones’ que a través de una manera de ver la realidad distorsionada hace que                                                                                                                 76  NARANJO  C.  ‘Cosas  que  vengo  diciendo’  pag.  12.  Ed  Kier.  2005.  

 

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tropecemos una y otra vez con la misma piedra. Asociada a una ‘pasión dominante’ según nos ha explicado Naranjo se configura una pauta rígida de pensamiento, emoción y acción. Vamos siempre por la misma calle tropezando siempre con el agujero que hay en el suelo y en esa pauta rígida que es el carácter no permitimos que nuestra creatividad salga a jugar, que será además la única manera de expresarla, sin el juicio que prohibe jugar, probar, ensayar, explorar. Muchos autores señalan que la creatividad es consecuencia de permitir la comunicación de las labores primitivas no codificadas con los dominios de la codificación simbólica. El modelo de tránsitos verticales sigue diciendo Rodríguez Pascual, propone una descripción de la creatividad como ‘una forma de pensar que juega con ideas muy dispares conectándolas, que mira sus cuestiones con enfoques muy diversos, que elige temas –a veces primitivos, de la infancia- para enfocarlos de formas insólitas, insospechadas, totalmente novedosas; una forma de pensar, en fin, que se vale más que ninguna otra de la metáfora y en ese ir y venir de lo nuevo a lo antiguo, de lo conocido a lo desconocido, de lo obvio a lo insólito, de lo familiar a lo extraño, se encuentra finalmente con un producto que es original y que, a la vez, es celebrado por los demás’ o por uno mismo, añado yo, en cualquier caso. Nelson (‘Más allá de la dualidad’ Ediciones Liebre de Marzo) en uno de los intentos más audaces y brillantes de integrar espiritualidad, ciencia y psicopatología describe el proceso de activación de los 7 chakras dando cuenta de la transformación organísmica y profunda que se va operando en el individuo, o mejor dicho en su consciencia. Describe los cambios a nivel psicoemocional y a nivel espiritual de conexión con lo que él llama el Fundamento, el ser esencial como lugar de salud y santidad no santurrona. Nelson describe la consciencia del quinto chakra caracterizado por un delicado equilibrio entre la razón y la intuición, la entrega y el autocontrol, la disciplina y la libertad, la individualidad y la fusión ¿verdad que nos recuerda a dos viejos amigos, dioses y griegos?. Y sigue Nelson describiendo cómo este centro de consciencia es el manantial del que brotan los símbolos universales que dan vida al arte, la música y la poesía. El pensamiento propio del quinto chakra (en lengua sánskrita visuddha) trasciende e incluye el holismo característico del cuarto chakra (anahata) emergiendo en forma de sinergia , un término que se refiere a una situación en la que la totalidad es algo más  

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que la suma de las partes. Una vez que se activa el pensamiento sinérgico, dice Nelson, las relaciones entre eventos o ideas dejan de ser proporcionales o acumulativas y comienzan a ser consideradas como parte de un orden global emergente. Entonces, el significado deja de estar supeditado a la definición y emerge de la interacción, los sucesos se originan tanto en el empuje del pasado como en la atracción del futuro y el mismo hecho de participar en este juego cambia completamente las reglas. Se produce una visión panorámica de la realidad que nos permite captar la verdad de un solo vistazo y ubica cada idea en el lugar que le corresponde, permitiéndonos comprender cómo su verdad o falsedad influyen en la verdad o falsedad del resto. Nelson describe el procesamiento de la información en el cerebro en relación a la creatividad de una manera semejante al modelo de procesos verticales de Pascual Rodríguez. Describe cómo la consciencia del quinto chakra enriquece al yo (tras pasar por los primeros cuatro chakras en su camino de ascenso), el centro neurológico se expande de nuevo para llegar a incluir también al cerebro reptiliano. En este sentido, el cerebro comienza a actuar como un holograma en el que cada una de las partes está perfectamente integrada con la totalidad. A partir de este momento, el cerebro opera como un instrumento de cuerda en el que cada una de sus distintas ‘cuerdas’ resuena con todas las demás. Hay muy poca censura interna y, en consecuencia, también hay muy poca represión. Es entonces cuando el instinto, los sentimientos, y la razón dejan de luchar entre sí porque cada uno de ellos ocupa el lugar que le corresponde en la consciencia, lo cual genera una armonía interna que permite el acceso a datos que pueden ser abordados desde varias perspectivas simultáneamente. Digamos que, según Nelson, cuando el individuo equilibra la consciencia del quinto chakra, equilibra la razón que presta atención a sus sentimientos antes de que se conviertan en meras abstracciones mentales, para luego consultar a sus raíces arquetípicas primitivas, evocando un tiempo en el que el yo y el Fundamento se hallaban en comunión íntima. Y destaca Nelson como lo más característico que pueda hacer todo esto sin sacrificar sus facultades superiores en el empeño. La creatividad en el cerebro, sigue Nelson, pasa por la atemperación de la hiperexcitación de los niveles límbicos y reptilianos por una excitación proporcional del neocórtex. Es entonces cuando aquellos mismos centros primitivos (límbico y reptiliano) se transforman en el crisol mismo de la creatividad.

 

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4.6.- Creatividad e imaginación.‘La fantasía puede ser creativa, pero lo será únicamente si está en el ahora. Si en el ahora utilizan lo disponible, entonces van a ser creativos’. Fritz Perls77

Mi relación con la creatividad durante mi vida ha sido un poco ambivalente. Puedo reconocer que en mi infancia tuve la suerte de jugar mucho y de imaginar mucho. También me pelee muy poco, fui un niño bueno que no se peleaba y eso he ido viendo que no ayuda a la creatividad. Ayuda aprender lo que hacen los cachorros de una camada de gatitos, perritos o leoncitos… juegan y se pelean. Pelearse ayuda a contactar con la propia agresividad, reconocer y fortalecer ese músculo y más allá, el instinto. En cualquier caso si uno no se pelea, o no dejaba de pelearse, siempre nos quedará la terapia para recuperar la polaridad rechazada. Recuerdo las notas escolares de mi profesora de 1º y 2º de EGB con sus comentarios ‘este niño tiene mucha imaginación’. Entonces recuerdo el gusto por dibujar, como cualquier niño, y cómo me gustaba especialmente dibujar guerras entre demonios con rabo y cuernos, y ángeles. Solía poner un cristo crucificado volador cuya cruz tenía adheridas a los brazos metralletas de avión con la que podía abatir a los demonios, el bien y el mal ya estaban bien asentados como ideas y mi santa instintividad daimónica ya había sido demonizada. Considero la imaginación como una condición necesaria, pero no suficiente, para la creatividad. Tiene la imaginación de hecho cierta mala prensa, sobre todo en los caminos espirituales apolíneos, y se la ha tomado como una hermana menor del pensamiento neurótico donde la salud sólo pasa por vivir en el aquí y ahora, ‘abandonando la mente y volviendo a los sentidos’ como decía Perls. Y que si uno imagina, abandona ese preciado presente donde se halla la salud, y entonces estaría perdiendo el tiempo, estaría fuera de la realidad, gastaría energía…y así es. Vivir en el presente e imaginar pareciera que son incompatibles lo cual es cierto sólo en apariencia como iremos viendo. Diremos que hay maneras y maneras de imaginar, de eso depende. Una es la imaginación al servicio de la evitación de la realidad que es la habitual y más extendida, la imaginación neurótica que es, podríamos decir, patrimonio de la humanidad patriarcal.                                                                                                                 77  PERLS F. ‘Sueños y existencia’. Pag. 57. Ed. Cuatro Vientos. 1974    

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La otra es la imaginación que nutre y alimenta el contacto con la realidad en su sentido más profundo y espiritual, el Fundamento (Nelson) Brahman, Paramatman, la Gran Mente, el Absoluto, el Uno Primordial, el Tao... Si bien es cierto que Perls describía la gestalt con aquel ‘abandona tu mente y vuelve a los sentidos’ para salir de la imaginación neurótica, desarrolló y potenció todo un trabajo a través de las fantasías y de los sueños como vías de reencuentro con la realidad. Y a esta otra imaginación la llamaremos imaginación primigenia, más sana y más santa como veremos ahora. Tenemos entonces una imaginación puesta al servicio de la neurosis que es un excelente abono del trabajo creativo-gestáltico en general y en el modelo que propone Peñarrubia en particular. El trabajo creativo nos va a permitir mediante la explotación y expresión de los contenidos de esta imaginación neurótica, acercarnos a la otra primigenia. Podemos hablar de una diferencia en términos estancos. La imaginación neurótica puebla la zona intermedia de la consciencia, desconectada muchas veces del cerebro mamífero y permanentemente de las profundidades del cerebro reptiliano. La imaginación primigenia en cambio tiene el acceso a estas partes de la mente que son la antena de sintonización con el Fundamento (Nelson), con la Gran Mente, de donde se produce el arte y los descubrimientos científicos. Los artistas más creativos, señala Nelson, afirman que el universo que nos muestran los sentidos es ínfimo si lo comparamos con los descubrimientos que aguardan en las profundidades del psiquismo. Al igual que la locura, el acto creativo constituye una zambullida en lo prohibido, allí donde los encarnizados guardianes de la represión original permanecen al acecho. Tanto la locura como la creatividad desarticulan la estructura del mundo consensual y, con ello, la idea que el artista tiene de lo estable o seguro según su propia consciencia. Por ello cultiva los estados mentales que eliminan el barniz superficial de la realidad ordinaria y arrancan de cuajo el corazón de lo ‘irreal’, por más significativo que parezca. La imaginación creativa para Nelson trasciende el sentido literal y se mueve entre símbolos transverbales, todo lo contrario a lo que ocurre en la regresión a las fantasías preverbales. Existe una visión y una fantasía que no son modalidades inferiores sino instrumentos de una modalidad superior del pensamiento en los que interviene una sinergia mágica que va más allá de la paleológica y de la neológica. Es por ello que los símbolos cargados de emoción del pintor abstracto son algo más que  

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conceptos, mientras que las imágenes cargadas de miedo del esquizofrénico son algo menos que eso. En este sentido, las evocadoras metáforas del poeta constituyen para Nelson verdades universales disfrazadas diestramente de imágenes particulares. Sobre el valor de la imaginación primigenia, vienen dando cuenta de ello los libros de la editorial Atalanta que hacen una apuesta por el valor de este tipo de Imaginación puesta al servicio de la salud y más allá, del viaje del héroe. Patrick Harpur en ‘El fuego secreto de los filósofos’ cuenta como el poeta visionario Yeats se había sentido especialmente impresionado por William Blake, cuyas obras estuvo editando durante años. Blake parecía haber conservado esa mirada visionaria tradicional que le permitía ver ángeles en los árboles o huestes celestiales en el sol; al mismo tiempo, albergaba una compleja y sofisticada noción de imaginación como modo primigenio que tiene el hombre de entender el mundo. Esto era algo que compartía con otros grandes poetas románticos (que también podríamos llamar místicos laicos), Wordsworh, Keats, Shelley y, sobre todo Coleridge que proclamaba: ‘Sostengo que la imaginación primigenia es el poder vivo y el primer agente de toda percepción humana, y es una repetición en la mente finita del eterno acto de creación en el infinito YO SOY…’78 Y enfatiza Harpur que la Imaginación, en la verdadera comprensión poética, romántica, es en gran medida lo opuesto de lo que ha llegado a significar como decíamos antes, algo irreal o inventado, a lo que Coleridge llamaba ‘fantasía’ o a lo que nosotros llamamos ‘zona intermedia’. ‘La naturaleza de la Imaginación es muy poco conocida’, se lamentaba Blake, ‘y la naturaleza y la permanencia eternas de sus imágenes siempre existentes es considerada menos permanente que las cosas de naturaleza generativa y vegetativa’. Y concluye Harpur que la Imaginación es independiente y autónoma; precede y fundamenta la mera percepción; y espontáneamente produce esas imágenes –dioses, dáimones 79 y héroes- que interactúan en las narraciones anónimas que llamamos mitos. En T.G. hablamos del trabajo que el terapeuta puede hacer con sus imágenes internas, las poderosas imágenes que surgen a veces y acompañan determinados                                                                                                                

78  COLERIDGE  S.T.  Biographia  Literaria.  Pag.  167.  1967   79  Daimón:  de  acuerdo  con  Platón,  no  confundir  con  demonios  en  que  los  transformó  el  

cristianismo.  Mediaban  entre  los  humanos  y  sus  multiples  dioses.  

 

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momentos del proceso del paciente que tenemos delante. Nuestro sentir en la relación con el paciente o grupo sirve y orienta también para saber qué me pasa con quien tengo delante. Perls era un gran artista en el uso de estas imágenes que le surgían cuando estaba delante de alguien trabajando: ‘trampero de osos’, ‘reina de la tragedia’… solían devolverle al paciente una imagen de sí exagerada a la vez que fidedigna que le llevaba a algún tipo de toma de conciencia profunda. De igual modo las imágenes internas son una profunda guía por la que dejarnos orientar. El trabajo con la misma, el uso que le demos, explicitando o no al paciente la imagen que uno tuvo será una decisión que valoraremos según momento o necesidad, o mejor dicho, será más que una decisión una ‘inclinación’ que como decía Perls es la manera de funcionar del agua, y la manera organísmica de vivir. Al respecto de las imágenes internas la tesina ‘Terapia gestalt y proceso simbólico’ escrita por Iñaqui Zapirain que aborda este asunto. Shakespeare en el ‘Sueño de una noche de verano’ habla también de la imaginación en sus distintas modalidades diciendo ‘El lunático, el amante y el poeta, comparten una gran imaginación’. La imaginación es un aspecto del ser humano de donde han partido todas las creaciones de la humanidad. Como decíamos, podemos diferenciar entre una imaginación neurótica que imagina y fantasea realidades conocidas, cercanas o ajenas. Esta imaginación está ligada al miedo y al deseo, y surge de todo aquello que uno aprendió a desear y a temer en su vida. Son contenidos que pueden quedar en el propio espacio privado, en la zona intermedia, y ahí es donde pueden florecer como auténticas malas hierbas capaces de ahogar la vida y la creatividad. El resultado de imaginar es una fantasía (también le llamamos fantasear en T.G.) y las fantasías pueden ser catastróficas (temidas) o anastróficas (deseadas). También puede ser como ilustraba Harpur una imaginación primigenia, que es la de los artistas y místicos de todos los tiempos. Abrir el mundo de la fantasía a un espacio libre de juicio es el primer paso para ir reparando y reencontrándonos con una imaginación libre y primigenia cuya naturaleza podemos considerar más receptiva que activa en cuanto que implica un no hacer, un espacio de disponibilidad para que las imágenes, palabras, versos, símbolos…de instancias más arcaicas y profundas emerjan y se hagan conscientes. Y este sería ya el ámbito del arte y de la Indiferencia Creativa en el que nos adentraremos en el capítulo siguiente.

 

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Una de las definiciones de creatividad que más me han gustado es la capacidad de hacer real lo posible y respecto a la imaginación, del tipo que sea, significaría darle expresión desde el mundo privado (zona intermedia) a un lugar externo y, si hay otra mirada libre de juicio con la que compartirlo como la de un terapeuta gestáltico por ejemplo, mejor. En ese sentido la creatividad entendida desde el modelo de Peñarrubia es una invitación a despenalizar todo el mundo neurótico, a explotarlo además en su expresión y a contemplarlo sin juicio, nutriéndonos de nuevo con los significados que esta expresión libre de juicio nos trae. Un hacer sin juicio y, en este hacer ir como si dijéramos, limpiando el canal, equilibrando la balanza donde las polaridades se van integrando y podemos empezar a acercarnos a la experiencia de la indiferencia creativa, del Arte.

 

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4.7.- Creatividad. Otras aportaciones.a) La creatividad en el modelo de las inteligencias múltiples de Howard Gardner.Quiero destacar desde el ámbito de la investigación y desde un enfoque más cognitivo dentro de la psicología el modelo de las Inteligencias Múltiples de Howard Gardner, reciente premio príncipe de Asturias de las Ciencias en el año 2011. Su modelo sobre las Inteligencias Múltiples que viene investigando desde los años 80 considero que tiene nociones valiosa a los profesionales de la relación de ayuda y al acercamiento a la creatividad y al arte que pretendo en esta tesina. Cuando definíamos la creatividad desde la actitud creativa que posibilita el acto creativo, entendido este como aquella actividad nueva o valiosa que pulsa los límites de nuestras formas de conocimiento, y que al entrar en contacto con ellas las cuestiona y transforma, Gardner con su modelo de Inteligencias Múltiples está identificando y describiendo aquellas 8 formas de conocimiento o inteligencias que la creatividad va poniendo en cuestión y transformando según se da el proceso de aprendizaje y desarrollo. Howard Gardner tuvo la osadía de disentir hace dos décadas largas sobre qué es lo que hace a un ser humano inteligente. Disentía de que el Cociente Intelectual (C.I. la medida de inteligencia general que se venía usando de manera habitual) explicase con fiabilidad y verosimilitud la inteligencia de una persona. Empezó por reconocer que no había una sino varias inteligencias, ocho en concreto. Y que la medida del CI daba cuenta sólo de las inteligencias lingüística y lógico-matemática que son dicho sea de paso las que normalmente se han valorado en la escuela tradicional, pero que dejaba fuera de su campo de atención otra serie de inteligencias de igual relevancia en la vida de las personas. En su investigación80 fue identificando ocho criterios de identificación de la inteligencia basándose en la psicología, el aprendizaje, la antropología, el estudio sobre culturas y las ciencias biológicas. En su modelo ha propuesto ocho inteligencias, o como le gusta bromear a él, ocho y media en alusión a la inteligencia espiritual que tiene en ‘remojo’ y sigue investigando para validar su existencia desde los ocho criterios que él propone.                                                                                                                

80  GARDNER  H.  ‘La  inteligencia  reformulada.  Las  inteligencias  multiples  en  el  siglo  XXI’.  Ed.  Paidós  

2001.  

 

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Dichos criterios son los siguientes: 1. Las lesiones cerebrales tienen que poder aislar dicha inteligencia. En caso contrario no estaría localizada en una parte determinada del cerebro. 2. Tienen que existir virtuosos, genios o individuos excepcionales en esa disciplina: personas que sobresalen en esa inteligencia. 3. Tiene que haber un conjunto de operaciones identificables que resulten identificables: por ejemplo, en la música existen la melodía, el ritmo, el timbre, la estructura musical, la partitura… 4. Debe haber una historia de evolución y desarrollo en el dominio de una disciplina verosímil: la grandeza de un bailarín, escritor o investigador, por ejemplo, puede explicarse por su dedicación, disciplina, su entrenamiento etc. 5. Debemos contar con una historia de evolución verosímil: desde otras especies (mamíferos, primates…) podemos hallar una evolución en lo espacial, en lo musical etc. 6. Debe darse un apoyo experimental en las pruebas psicológicas donde se pueda apreciar una serie de facultades que se desarrollan entre sí. 7. Apoyo de datos psicométricos que dan muestra de dicha inteligencia. 8. Ha de ser codificada en un lenguaje de símbolos ya sea aritmética, cartografía, exprsión lógica etc. Howard Gardner define Inteligencia como ‘potencial biopsicológico para procesar información que se puede activar en un marco cultural para resolver problemas o crear productos que tienen valor para una cultura’ 81 . Es el marco cultural, el ‘campo’ con el que se relaciona el individuo el que valora aquello que es inteligencia, de qué te sirve saber trigonometría en las llanuras de Siberia. Gardner nos dice que las inteligencias no son algo que se pueda ver o contar, son potenciales y según él supone, neurales, que se activan o no en función de los valores de una cultura dada, o contracultura añado yo si recordamos los orígenes de la terapia gestalt; y de las decisiones tomadas por cada persona y/o su familia, sus enseñantes y otras personas.

Gardner al argumentar que estas facultades eran relativamente

independientes entre sí, estaba desafiando la creencia muy extendida sostenida por muchos psicólogos y consolidada en multitud de lenguajes de que la inteligencia es una sola facultad y que una persona o bien es ‘lista’ o bien es ‘tonta’, sin más.                                                                                                                 81  Gardner  Howard.  ‘La  inteligencia  reformulada.  Las  inteligencias  múltiples  en  el  siglo  XXI’.  Ed.   Paidós.  2001    

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Propone Gardner siete inteligencias inicialmente que luego ampliará a ocho. Las dos primeras inteligencias son las que he referido antes, la Inteligencia Lingüística y la Inteligencia Lógico Matemática que son las que mayor énfasis pone la educación en cultivar y transmitir, y que es lo que viene denunciando Claudio Naranjo desde hace ya cerca de 30 años en esa dedicación y ‘lucha’ tan particular que le ha tomado a ‘Cambiar la educación para cambiar el mundo’ como esperanza y potencial de transformación salvífico. Gardner desde su perspectiva viene a hacer una crítica semejante y pone el foco en aquellas otras 5 inteligencias a las que luego sumará una y media más. Así que identifica otras tres inteligencias que asocia especialmente con las bellas artes aunque cada una de ellas se pueda emplear de muchas maneras cuales son: 3.-Inteligencia musical que supone la capacidad de interpretar, componer y apreciar pautas musicales y que describe como prácticamente análoga estructuralmente hablando a la inteligencia lingüística. 4.- Inteligencia corporal-cinestésica que supone emplear partes del propio cuerpo como la mano o la boca o su totalidad para resolver problemas, crear productos o expresar un lenguaje simbólico donde el cuerpo habla de paisajes internos, emocionales y nos acerca al arte. 5.- Inteligencia espacial que supondría la capacidad de reconocer y manipular pautas en espacios grandes como harían navegantes y pilotos, o en espacios más reducidos como harían escultores, cirujanos, artistas gráficos o arquitectos. Las últimas dos inteligencias de la relación original que presentó las denomina inteligencias personales que son a mi entender fundamentales en el entrenamiento y cultivo de todo terapeuta. 6.- Inteligencia interpersonal que denota la capacidad de una persona para entender la intenciones, las motivaciones y los deseos ajenos, y en consecuencia para trabajar eficazmente con otras personas. 7.- Inteligencia intrapersonal que supone la capacidad de comprenderse a uno mismo, de tener un modelo útil y eficaz de uno mismo, que incluya los propios deseos, miedos y capacidades, y de emplear esta información con eficacia en la regulación de la propia vida. Así que estas dos últimas inteligencias hablan del ciclo interminable de necesidades que satisfacemos a través de la polaridad Contacto-Retirada ‘la polaridad fundacional

 

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en terapia gestalt’82 donde inteligencia en términos de grado, mayor o menor, tiene que ver con nuestra capacidad para contactar y nuestra capacidad de retirarnos en este constante e interminable ciclo de necesidades (mayor grado de inteligencia) y en nuestra capacidad para interferir con este contacto-retirada (menor grado de inteligencia). Así que serían estas dos inteligencias nucleares en nuestro desarrollo, que conforman además lo que luego Daniel Goleman popularizaría en 1995 como Inteligencia Emocional que describiría en torno a estas dos inteligencias para las que identificaría tres competencias para la última intrapersonal: conciencia de uno mismo, autorregulación emocional y motivación, y dos competencias para la inteligencia interpersonal: empatía y habilidades sociales. Pero volvamos a Gardner, un psicólogo de la vía cognitivo-conductual, que insatisfecho con el contraste que iba encontrando entre su modelo de siete inteligencias y su mirada abierta de la realidad venía a decir, 83‘no están todas las que son’ siguió investigando y vino a identificar otra en 1996, la Inteligencia naturalista, y poner en remojo de momento (su media inteligencia del ocho y media) la inteligencia existencial como una variedad de la inteligencia espiritual. 8.- Inteligencia naturalista como la capacidad de conocer la flora y la fauna, de establecer relaciones con la naturaleza, de interactuar con ella adecuadamente; la poseen los zoólogos, botánicos, granjeros, ecologistas etc. Gardner ha dedicado gran parte de su tiempo al estudio de lo que llama ‘inteligencia espiritual’. Sigue investigando a día de hoy ya que ‘se necesitan todavía más pruebas para determinar si se trata o no de una forma especial de inteligencia’.

                                                                                                                82  Peñarrubia  Francisco.  Conferencia  ‘Gestalt,  creatividad  y  arte’.  Qualia.  Granada  Abril  2012   83  El  entrecomillado  es  mío.  

 

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b) Erich Fromm y la actitud creativa.Erich Fromm habla de la ‘actitud creativa’84 como la condición en un sentido formal para la existencia de la creatividad con independencia de que en el mundo de las cosas surja alguna creación. La creatividad es para él la habilidad para ver (o darse cuenta) y responder, y cuestiona que sean estas, la habilidad de darse cuenta y la de responder, habilidades de las que mucha gente carezca, revisando qué es lo que hace diferente una actitud creativa de una que no lo es al examinar el proceso de ver y de responder. Respecto al acto de ver, distingue entre ‘acto mental’ y el significado real de la palabra ‘ver’ y lo hace aludiendo al diferente comportamiento y actitud que pueden tener un niño de dos años y un adulto hacia una pelota rodando. El niño puede arrojar la pelota al suelo una y otra vez y otra vez, viendo cómo rueda cientos de veces y nunca aburrirse. Y si nos preguntamos por qué, podemos responder explicando que si ver un balón rodando es un acto mental confirmando el conocimiento de balones rodando, una experiencia entonces sería suficiente. No habría nada nuevo en una segunda, tercera o quincuagésima experiencia. En otras palabras, un adulto se aburriría al verlo una y otra vez; pero para el niño primeramente no es una experiencia mental, es más bien un delicioso entretenimiento el ver ‘realmente’ una pelota rodando. Y no podemos dejar de acordarnos de la T.G. con su invitación a ver lo obvio, a ‘abandonar la mente y volver a los sentidos’, a darnos cuenta como la ‘zona desmilitarizada’ (intermedia) nos impide ver las cosas tal y cómo se muestran. La premisa para pintar un árbol nos dice Fromm, requiere de la habilidad de poder responder con nuestra persona completa en el acto de ver ese árbol a la totalidad de ese árbol. Cuando hay un estado profundo de atención no hay abstracción, el árbol retiene toda su concreción, lo que significa también su unicidad e irrepetibilidad. Sólo hay ese árbol en el mundo, y con ese árbol yo me relaciono, lo veo, respondo a él. El árbol se convierte en mi propia creación. Llama la atención Fromm de nuestra particular distorsión en nuestra capacidad para ver a otras personas, que no es muy diferente de nuestra distorsión con la percepción del árbol pero va más allá y analiza sus causas. Por un lado habla de nuestras proyecciones donde hacemos del otro la percha de los muchos trajes que no nos gustan de nosotros mismos, sin darnos cuenta que son sólo ropas que nosotros le                                                                                                                 84  FROMM  E.  ‘Creativity  and  its  cultivation’.  Pag.  44.  Harper  &  Row.  1959  

 

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colgamos porque nuestras propias emociones nos hacen incapaces de ver a la otra persona como es. Esto para Fromm está causado por lo que el Budismo expone como los tres pecados básicos: deseo, ignorancia y aversión. Ver a otra persona creativamente significa que podemos verla sin proyecciones ni distorsiones, y esto significaría derrotar aquellos ‘vicios’ neuróticos que necesariamente nos conducen fuera de la realidad, dentro y fuera de uno mismo. Podríamos decir en otras palabras, que sólo uno que alcanza un grado de madurez interior que reduce la proyección y la distorsión a un mínimo, puede entonces tener la experiencia creativa. Cuando Fromm habla de la habilidad para responder distingue y enfatiza que esta no es responder con el cerebro, los ojos o los oídos. Es responder con la persona completa que uno es. ‘yo pienso con mi barriga. Yo veo con mi corazón. Cuando respondo a un objeto o persona con los poderes reales que hay en mi, los cuales están ajustados para responder a ello, el objeto o persona cesa de ser un objeto o persona. Yo me convierto uno con ello. Ceso de ser el observador. Ceso de ser el que juzga. Este tipo de respuesta ocurre en una situación de completa relación, en la que observador y observado se convierten en uno, aunque al mismo tiempo son dos’. Erich Fromm establece cinco condiciones para la actitud creativa, de ver y responder, de darse cuenta y ser sensible a lo que uno se está dando cuenta. 1.- La capacidad de asombro que está impresa en los niños y que hace que sus reacciones sean creativas. Mantener la perplejidad y la sorpresa como la capacidad de asombro es para Fromm la premisa para toda creación, en el arte o en la ciencia. Fritz Perls hablaba de la experiencia de ‘Ajá’ en este sentido como el clásico ‘Eureka’, ligándola además al proceso de aprendizaje como descubrimiento: ‘aprender es descubrir’. El matemático francés Poincaré lo expresaba sucintamente ‘genio científico es la capacidad para ser sorprendido’. 2.- La habilidad de concentración. Una habilidad no muy frecuente en nuestra cultura occidental, decía Fromm, aludiendo a lo ocupados que vamos siempre por la vida pero sin concentración. No podía imaginar cómo estarían las cosas en esta primera quincena del siglo XXI donde las pantallas de todo tipo (ordenadores de bolsillo antes llamados teléfono que ahora no dejan de ser entradas no sólo de llamadas de teléfono, también sms, Whatsapps, emils, twits, Facebook..) nos distraen

 

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cada cinco minutos reclamando nuestra atención, que se la damos sin rechistar después de haberlas encumbrado al lugar de las necesidades primarias. Sigue Fromm apuntando la obviedad, que no puede haber verdadero darse cuenta ni verdadero responder salvo en el aquí y ahora, esto es, en la actitud de un completo y profundo compromiso con aquello que hago, veo, siento en este preciso momento. 3.- La experiencia de ‘Yo’, o la experiencia de ser es la tercera condición. Fromm nos recuerda cómo la palabra ‘yo’ es una de las últimas palabras que un niño aprende en el desarrollo de su capacidad para hablar, pero que una vez aprendida, la usará sin reparo, elocuentemente, pero sin reflejar la realidad. Nos pone el ejemplo de la expresión habitual de decir ‘yo pienso esto o aquello’. Y si nos paramos a analizar esta opinión las más de las veces, uno podría descubrir que la persona sólo da voz a aquello que ha oído de alguien, que leyó, que sus padres le enseñaron cuando era un niño. Uno está bajo la ilusión entonces de ser el que piensa esto o aquello, cuando sería más correcto decir ‘él o ella piensa en mí’. Es como si un reproductor de CDs pudiera pensar ‘ahora estoy tocando una sinfonía de Mozart cuando sólo está reproduciendo el cd que se le ha insertado. Añade Fromm que lo que mantiene la verdad de pensamiento es la verdad de sentimiento. El sentir de Yo o de sí mismo, significa que me experimento como el verdadero centro de mi mundo, como el origen verdadero de mis actos. Esto es lo que significa ‘ser original’, no, como se supone, descubrir algo nuevo, sino experimentar que la experiencia se origina en mi. 4.- La cuarta condición que Fromm señala es una que resuena particularmente con la terapia gestalt y la describe como la habilidad para aceptar el conflicto y la tensión resultante de la polaridad, más que evitarlos. Los conflictos son la fuente del asombro, del desarrollo de la fortaleza o lo que uno podría llamar ‘carácter’. Si uno evita los conflictos, se convierte en una suave máquina de correr donde cada afecto es inmediatamente nivelado, donde todos los deseos se hacen automáticos , donde todos los sentimientos se aplanan. Y donde no sólo hay conflictos de naturaleza personal y accidental, hay conflictos profundamente arraigados en la existencia humana. Darnos cuenta de estos conflictos, experienciarlos profundamente y aceptarlos no solo intelectualmente sino también emocionalmente es una de las condiciones de la creatividad. Negarlo o experienciarlo sólo intelectualmente conduce a una experiencia marginal y superficial, lo que excluye la creatividad. Fromm subraya que tratamos de  

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ignorar no sólo los conflictos sino también las polaridades, que existen en muchos niveles, identificando una nuclear y socialmente establecida entre hombre y mujer, masculino y femenino. 5.- La voluntad de nacer cada día. Fromm habla de los muchos pasos que conlleva el nacimiento incluso en el sentido del desarrollo biológico y lo vincula al acto de soltar: soltar el vientre de la madre, el pecho, su regazo, sus manos. Cada nueva habilidad que aprendemos como hablar, caminar, comer, al mismo tiempo implica soltar una forma de estado anterior. El ser humano está gobernado por una dicotomía peculiar, siempre dividido entre el deseo de regresar al vientre de su madre y el deseo de nacer completamente; todo acto de nacimiento requiere del coraje de soltar algo, incluso soltar eventualmente todas las certezas y descansar sólo en una cosa: el poder de darnos cuenta y de responder; esa es la propia creatividad. Ser creativo significa considerar el proceso completo de la vida como un proceso de nacimiento, sin tomar ningún estadio de la vida como un estadio final. La mayoría de la gente muere antes de haber nacido completamente. Creatividad significa por tanto para Fromm haber nacido antes de morir. Y para soltar todas las ‘certezas’ e ilusiones requerimos de coraje y fé. Y matiza Fromm el sentido de fe según la acepción dada en el Antiguo Testamento donde fe (Emuna) significa certeza. Tener certeza de la realidad de la propia experiencia en pensamiento y en sentimiento, ser capaz de confiar en ella, de apoyarnos en ella.

 

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c) Rollo May. El valor de crear. ‘Lo opuesto del amor no es el odio sino la apatía’ Rollo May.

Supe de Rollo May (1909-1994) inicialmente por las referencias que Irving Yalom daba de él en sus libros, de quién había sido paciente y a quien sentía su maestro en la psicoterapia existencial que luego Yalom siguió desarrollando. A Yalom lo he seguido mucho a través de sus libros y desde hace dos años a través de Facebook. Esta tesina ha sido una grata oportunidad para conocer un poco a Rollo May centrando mi lectura en lo que él ha venido escribiendo sobre creatividad. En concreto su libro ‘La valentía de crear’85 en su edición inglesa y algún artículo encontrado por otros libros relacionados con el tema. May estuvo influenciado por el humanismo americano, y se interesó por reconciliar la psicología existencialista con otras aproximaciones, especialmente el psicoanálisis de Freud. May habla del La Valentía de Crear señalando que expresamos nuestro ser creando, siendo la creatividad una secuencia necesaria para llegar a ser. Y entiende por valentía no el opuesto a miedo o desesperanza sino, como Kierkegaard y Nietzsche han entendido, la capacidad de avanzar a pesar de la desesperanza. Haciendo alusión a una actitud de no traición a uno mismo. Nos traicionamos cuando no expresamos nuestras propias ideas, cuando no nos escuchamos. Esta valentía requiere de un centramiento dentro de nuestro propio ser, sin el cual nos sentiríamos vacíos manifestándose externamente como apatía; y la apatía a largo plazo, señala May, se convierte en cobardía. Este vacío interno del que habla May a mi entender tiene que ver con la evitación de contactar con lo que llamamos vacío en T.G., que nos lleva a llenarlo con todo tipo de distracciones. En T.G. diferenciamos el vacío estéril y el vacío fértil, el contacto con el primero, semejante a la experiencia de muerte interna o implosión, nos lleva al segundo, vacío fértil o lugar de centramiento dentro de nosotros al que aludía antes Rollo May. Así que el vacío que describe May es lo en gestalt describimos como evitación del vacío. La valentía a la que se refiere el título del libro de Rollo May no es otro que la valentía de atreverse a romper las reglas, convenciones y puntos de vista. Y lo llama                                                                                                                 85  MAY  R.  ‘The  courage  to  create’.  Bantam  books.  1975.  

 

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coraje porque en el proceso creativo hay mucho trabajo (a veces años de duro trabajo) y un cierto estado de ansiedad o malestar que no todo el mundo está dispuesto a soportar puesto que el momento en que la creación se aproxima el individuo se enfrenta a una ruptura con las convenciones hasta entonces sostenidas sobre el tema concreto. El autor considera que la concepción freudiana pecaba de reduccionista al explicar la creatividad a través de individuos a los que les cuesta adaptarse a la cultura y resolver sus conflictos. Cita la teoría compensatoria de la creatividad de Alfred Adler que postula que los seres humanos producen arte, ciencia y otros aspectos de la cultura para compensar sus propias deficiencias. Afirma que esta postura presenta un dilema, abre un interrogante: ¿si el individuo resuelve sus conflictos en el mundo real, deja de crear? A juicio de May, el proceso creativo debe ser explorado no como el producto de una enfermedad, sino como la representación del más alto nivel de salud emocional, como la más alta expresión de la gente normal en el acto de realizarse. Bajo esta perspectiva define creatividad como el proceso de traer algo a la vida, como el encuentro de un ser humano intensamente consciente con su mundo propio. En este encuentro el sujeto es absorbido por la idea, por la visión interna que luego será representada. En el acto creativo se da entonces un estado de éxtasis que envuelve e involucra a la persona con el subconsciente y el inconsciente, actuando en perfecta unidad con el consciente. No es por lo tanto un acto irracional e instintivo, es más bien supra-racional, ya que envuelve todas las funciones intelectuales, volitivas y emocionales en un todo. Uno de los conceptos más importantes de esta concepción se refiere a la intensidad del encuentro, definido como grado, nivel, cualidad de absorción, de involucramiento que no está bajo el control de la voluntad consciente. Dándose una experiencia de atrapamiento, estar envuelto, comprometido. Dicha cualidad sólo puede ser vista cuando el individuo crea, en el acto mismo, que sí es consciente. Y por tal razón la creatividad, a juicio de May, no la define el producto sino el acto, la experiencia, la cualidad del encuentro. En la propuesta de May encontramos86 una sustantiva diferenciación respecto de las tesis para entender al artista elaboradas por Freud y el psicoanálisis ortodoxo. A                                                                                                                

86  BARBIERI  P.  ‘Psicología  y  creatividad:  una  revision  holística’.  Pag.  56.  Fondo  Editorial  de  

Humanidades.  Universidad  Central  de  Venezuela.  

 

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su juicio, el hombre creativo no está determinado por el conflicto ni por el inconsciente, y mucho menos por la sexualidad, por lo cual sus hipótesis se erigen como una nueva visión que si bien se construyen en base a cierta nomenclatura psicoanalítica, linda con las propuestas humanistas. May concibe la creatividad desde la perspectiva de la salud y no desde el conflicto o la enfermedad mental como lo hacen los psicoanalistas, o bien los modelos patologizantes de la creatividad. May nos llama la atención señalando que Van Gogh fue psicótico, Gauguin parece haber sido esquizoide, Poe era alcohólico, y Virginia Wolf estaba seriamente deprimida. Obviamente hay creatividad y originalidad en personas que no encajan bien con su cultura. Pero esto no significa que necesariamente la creatividad sea el producto de la neurosis. Se pregunta que si curamos a la gente a través del psicoanálisis estaremos también quitándoles su creatividad. Y critica May las teorías analíticas sobre creatividad describiendo las dos características de estas teorías. Son reduccionistas porque reducen la creatividad a algún otro proceso. Y segundo, generalmente hacen de la teoría una expresión específica de los patrones neuróticos. May llama la atención a la hora de definir la creatividad, y hace una distinción entre sus pseudo-formas por un lado (como una estética superficial) y por otro, en su forma auténtica (como el proceso de traer algo nuevo a la existencia). Nos ilustra a través del Simposio de Platón lo que aquel describió como verdaderos artistas, a saber, aquellos que dan nacimiento a una nueva realidad. Estos poetas y otras personas creativas son las que llegan a expresar el ser en si mismo. May lo traduce como aquellas personas que extienden la consciencia humana. Su creatividad es la más básica manifestación de un hombre o una mujer satisfaciendo su propio ser en el mundo. Y May avisa sobre la desastrosa idea de que la creatividad sea algo que uno hace sólo los fines de semana. El proceso creativo deber ser explorado no como el producto de la enfermedad, sino como una representación del más alto grado de salud emocional, como la expresión de la gente normal en el acto de actualizarse a ellos mismos. Y cita a Joyce (como también veremos hace Campbell respecto del Arte el próximo capítulo) para definir el sentido más profundo de creatividad como traer algo nuevo a la vida, preguntándose si estará en lo cierto Joyce cuando dice que el artista crea la no creada consciencia de la raza ‘Bienvenida, Oh vida! Voy al encuentro por

 

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millonésima vez de la realidad de la experiencia y a crear en la forja de mi alma la no creada consciencia de mi raza’.87

d) Abraham Maslow: la creatividad en el hombre auto-realizado88. Maslow distingue entre ‘creatividad de talento especial’ y ‘creatividad auto-realizada’ que dimana mucho más directamente de la personalidad y que tiene que ver con un tipo especial de percepción muy elocuentemente mostrada en la fábula del niño que veía que el rey iba desnudo. Son personas que viven más en el mundo real de la naturaleza que en el verbalizado mundo de los conceptos, abstracciones, expectativas, creencias y estereotipos (que la mayoría de la gente suele confundir con el mundo real) y que expresado en palabras de Rogers sería la ‘apertura a la experiencia’. La capacidad para ser ‘natural’ tiene que ver, señala Maslow, con la habilidad de expresar ideas e impulsos sin estrangularlos y sin miedo al ridículo. Y retoma al niño feliz y seguro, y su creatividad como referencia. Un niño así es espontáneo, inocente y libre de estereotipos y clichés. En el adulto sería una combinación de inocencia de percepción y expresividad combinada con la mente sofisticada de este. Otra característica que Maslow señala en las personas creativas es la resolución de dicotomías y polaridades. Hace mención por ejemplo a lo que Fromm llamó como ‘sano egoísmo’ como la integración de los aspectos ‘altruista’ y ‘egoista’ en las personas creativas. Y desarrollando más allá este aspecto habla de la ‘integración’ como la capacidad del gran artista que ‘es capaz de poner juntos colores que no combinan, formas que luchan entre sí, disonancias de todo tipo. Y esto es lo que hacen los grandes teóricos cuando ponen desconcertantes e inconsistentes hechos de tal manera que pueden pertenecer a esta nueva combinación’ o Gestalt diríamos nosotros. Y así Maslow habla también en este sentido del hombre de estado, del filósofo y por supuesto del terapeuta: alguien que es un integrador, capaz de poner juntos y en una unidad eventos separados e incluso opuestos. Sigue describiendo Maslow que junto con la ausencia de miedo, autocrítica y juicio, la otra característica relevante es la capacidad de autoaceptación de su interioridad, de sus propios impulsos, emociones, pensamientos. La creatividad parece                                                                                                                

87  JOYCE  J.  ‘Retrato  de  un  artista  adolescente’.    Alianza  Editorial.  2004   88  MASLOW  A.  ‘Creativity  and  its  cultivation’.  Pag.  83.  Harper  &  Row.  1959  

 

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ser una epifenómeno de una mayor completud e integración que es lo que la autoaceptación implica. Maslow habla de las ‘experiencias cumbre’ una expresión que acuñará y popularizará en la psicología humanista como aquellas experiencias más hermosas y extásicas que una persona haya tenido en su vida, utilizando en su descripción las mismas palabras usadas por Bucke (1923) para describir la ‘consciencia cósmica’, por Huxley ‘experiencia mística’ en todas las culturas y eras, Ghiselin ‘proceso creativo’, o Suzuky ‘el satori’ en el Zen. Un aspecto esencial de la experiencia cumbre es la integración dentro de la persona, y por tanto entre la persona y el mundo. En estos estados de ser, la persona se unifica, los cortes, polaridades y disociaciones internas tienden a resolverse; la guerra civil interna no es ganada ni perdida, es trascendida. En tal estado, la persona está más abierta a la experiencia y más espontanea y funcional, características esenciales de la creatividad. Añade que la personalidad creadora es difícil de definir porque a veces tiende a ser sinónimo de salud. Maslow en otro libro recientemente publicado por La Llave y muy recomendable ‘Religiones, valores y experiencias cumbre’ (2013) , describe también otro tipo de experiencia que él llama ‘experiencia meseta’. De ellas dice que siempre van acompañadas de un componente noético y cognitivo, lo que no siempre sucede en las experiencias cumbre, que pueden ser de naturaleza estrictamente emocional y mucho menos deliberadas. Uno puede aprender a ver, desde esta perspectiva unitiva, casi a voluntad y lo que ve es un testimonio, una apreciación, lo que podríamos denominar una serena beatitud cognitiva, impregnada de despreocupación y sosiego. Quiero llamar la atención en cómo Maslow está hablando del ámbito de las polaridades (en este caso polaridad dionisíaca) cuando describe los tipos de experiencia cumbre y experiencia meseta. Maslow señala otra diferencia entre estas dos experiencias y es en relación a la muerte. La experiencia cumbre puede ser calificada como una ‘pequeña muerte’ (Dionisio es el dos veces nacido, porque murió y resucitó). La experiencia meseta, menos intensa, suele experimentarse como mero disfrute y goce, como la madre que, serenamente sentada, contempla tan sorprendida como maravillada, durante una hora entera, sin acabar de creérselo, el juego de su hijo. Esta, más que una explosión puntual que no tarda en desvanecerse, es una experiencia contemplativa, continua y placentera. Maslow está describiendo de nuevo la experiencia del demonio y del ángel  

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de nuestro diagrama de Escher. Ir reconociendo ambos tipos de experiencia será lo que nos vaya acercando a lo que Naranjo llama ‘el refugio último del terapeuta’, y que en gestalt llamamos Indiferencia creativa o Peñarrubia Vacío fértil. Y termino con un apunte de Maslow que nos sirve de prólogo o enlace con el siguiente capítulo sobre Arte. Informa de que casi todo el mundo puede experimentar alguna vez, o vislumbrar provisionalmente la experiencias cumbre, pero que otra cosa muy distinta es llegar a permanecer en la conciencia unitiva donde la experiencia cumbre y la experiencia meseta formas extremos de una polaridad cuyo centro es añado yo, indiferente y creativo. Y señala que suele ser eso el fruto de un trabajo de toda una vida donde todas las disciplinas espirituales, tanto las antiguas como las que en estos días siguen desarrollándose, requieren tiempo, trabajo, disciplina, estudio y compromiso. Diríamos que está hablando del camino del Arte que sólo puede emerger del camino de la creatividad.

 

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5.- ARTE Y TERAPIA GESTALT.

‘Aquello que está libre de diferenciación, cuya esencia jamás ha dejado de existir, que carece de movimiento, igual que un océano sin olas. Aquello que ha sido siempre libre, cuya Forma es indivisible; ese Brahman eres tú. Reflexiona sobre ello en tu corazón’. La joya suprema del discernimiento. (Viveka Chudamani). ‘Al comienzo de cada cuadro hay alguien que trabaja conmigo pero, hacia el final, tengo la impresión de haber trabajado sin ningún colaborador’ Pablo Picasso.

 

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5.1.- Terapia Gestalt y arte. ‘Aquí, en este punto de mayor peligro para la voluntad, se acerca, como mago sanador y salvador, el arte: sólo él es capaz de transmutar estos pensamientos lúgubres sobre lo espantoso o lo absurdo de la existencia en representaciones con las cuales uno puede convivir: tale son las de lo Sublime, como doma artística de lo horrendo, y la de lo Cómico, como descarga artística del asco que produce lo absurdo.’ Friedrich Nietzsche89.

Al hablar de arte y terapia gestalt voy a referirme a dos cosas aunque seguramente podamos referirnos a algunas mas: hablo por un lado de un profundo nivel de desempeño gestáltico, cuando el terapeuta gestáltico está haciendo de su oficio un arte. Y por otro de la aplicación e integración de las vías artísticas y terapéuticas en lo que se ha venido a llamar Arteterapia. De lo primero hablo a continuación, de lo segundo, al final del capítulo. 5.1.1.- Terapia Gestalt como arte, ‘el arte de ser uno mismo’. Empiezo poniendo el foco en la primera de las acepciones, sobre el profundo desempeño gestáltico donde entiendo desempeño no sólo como el verbo que alude a la acción terapéutica, sino a la capacidad de ser. Un terapeuta gestáltico (o de cualquier orientación) hace arte con la terapia cuando ha trabajado mucho sobre sí y cuando las horas de vuelo de su práctica terapéutica empiezan a conformar un estilo, una manera de hacer terapia que es personal y que tiene que ver con su carácter (límites y recursos) y con su idiosincrasia. La terapia que se convierte en arte tiene que ver con la capacidad de ser y de hacer (o no hacer) orientada a la relación de ayuda que emana de esa ‘médula misteriosa de la realidad y de la mente que algunos llaman “yo” y otros “vacuidad”, desde la cual la vida se hace más armoniosa a la vez que profunda y feliz’90. Esa ‘médula misteriosa’ en metáfora de Naranjo, hace alusión al reino de la Indiferencia Creativa y sus cercanías. Allí el terapeuta simplemente es, y su capacidad de ayuda en la relación terapéutica es organísmica, está regida por un impulso que surge de la sabiduría organísmica que sabe de una salud profunda y santa, más allá de la moral del bien-mal y del juicio.

                                                                                                                89  NIETZSCHE  F.  ‘El

nacimiento de la tragedia’. Pag. 48.  

90  NARANJO  C.  ‘Pequeña  antología  de  Solomo  Friedlaender’.  Pag.  11.  Ed.  La  Llave.  2007.  

 

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El terapeuta que hace arte de su oficio se ha puesto en contacto con esa ‘médula misteriosa’ que le permite ser como el agua y moverse por inclinación, no por decisión, como enfatizaba Perls. Como el agua, se adapta al momento y persona que tiene delante, y al momento y sentir vital internos que le acompañan. Diez años o veinte mil horas de trabajo sostenido, constante, de desarrollo profesional o artístico. Este es el plazo requerido que la neurociencia nos dice91, ha de pasar para crear una obra maestra. Y para entendernos en nuestro ámbito, llamaremos obra maestra al arte de ser uno mismo, que nos conducirá tanto a la vida como a nuestra consulta en esa disposición de hacer de nuestro oficio un lugar para el arte. Parece una perogrullada afirmar que han de pasar diez años hasta que un artista empieza a poder hacer ‘Arte Propio’ (concepto que ampliaremos en el próximo capítulo del terapeuta artista), lo encontramos en la famosa cita de Picasso ‘cuando llegue la inspiración que me encuentre trabajando’, o ‘A dios rogando, con el mazo dando’. Hablamos de la necesidad del esfuerzo y la disciplina asociados a toda vía de conocimiento u oficio, disciplina espiritual o artística y que en el modelo que describo de acuerdo a Peñarrubia tiene que ver con el camino de la creatividad que vimos en el anterior capítulo, que podríamos denominar la disciplina de la creatividad. Podemos decir entonces que el ámbito del arte es la consecuencia de haber medrado en el ámbito de la creatividad donde uno ensayó, se equivocó, se dio permiso de intentarlo una y otra vez. Y así cada artista va encontrando su manera, peculiar, única, de hacer su arte. El terapeuta gestáltico también ha de viajar y trabajar mucho consigo y sobre sí. Yo no sabría decir aquí si diez años o veinte, si bien sabemos que el trabajo con uno mismo puede durar toda la vida, también pareciera que hay un momento donde uno empieza a quedarse más en paz consigo y con su manera de hacer terapia, no pretendiendo ser el que no es. Y es ahí me parece cuando uno empieza a acercarse al reino del arte, de una feliz disponibilidad que como el agua toma forma y se adapta según la necesidad. Así en este ámbito de la terapia como arte, las dos manos del terapeuta, apoyo y confrontación, ocupan cada una su cincuenta por ciento de disponibilidad. También toda experiencia personal y formativa queda incorporada como herramienta al                                                                                                                 91  La  regla  de  los  diez  años  fue  enunciada  en  1989  por  el  psicólogo  John  Hayes  quien  estudió  la  

obra  de  genios  musicales  como  Mozart,  Paganini,  Satie  para  llegar  a  esta  conclusion.  Estudios   posteriores  han  confirmado  que  diez  años  es  lo  mínimo  que  necesita  un  creador  para  parir  su   primera  obra  maestro.  

 

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servicio de la salud. Es notorio cómo en la familia gestáltica son muchos los que se han acercado a conocer otro tipo de enfoques terapéuticos desde los más corporales, (bioenergética, movimiento expresivo, auténtico) pasando por los sistémicos (constelaciones familiares, terapia sistémica) o más relacionados con el arte: teatro terapéutico, arteterapia, musicoterapia… etc. Podemos reconocer la generosidad de la T.G. en su capacidad para asimilar por un lado otros abordajes terapéuticos, y enriquecer a estos a través del ‘experiencialismo ateórico’ que propone y que vimos en el primer capítulo. Son estas actitudes gestálticas las que favorecen me parece, este enriquecimiento del nuevo abordaje terapéutico al que acude el gestaltista, y que permite a la vez integrarlo en su haber y en su ‘saco de trucos’ disponible para cuando la situación así lo demande. En mi caso al acabar la formación en terapia gestalt fui al encuentro de la bioenergética y algunas cosas más en ‘la Integrativa’ que hace Juanjo Albert (IPETG) en Alicante. También el movimiento expresivo con Graciela Figueroa en su residencial de verano en dos ocasiones que han sido también experiencias de conocimiento y abordaje corporal diferentes. Por poner dos ejemplos en los que puedo reconocer cómo mi quehacer terapéutico se veía luego influido por aquella experiencia, incorporando otra manera de percibir y escuchar según qué asuntos, una disponibilidad diferente para trabajar con el cuerpo de mis pacientes…ha sido mi manera de integrar en mi consulta de terapia gestalt otros abordajes que he ido conociendo. Y por otro lado es notorio que el paso por la formación en terapia gestalt suele convertir a sus alumnos en buscadores que siguen su proceso posterior a la formación a través de alguna vía más tradicionalmente espiritual como el budismo, sufismo, advaita…o menos tradicionalmente espiritual y más artística que es otra manera de hacer la búsqueda espiritual, y tesis además de esta tesina. La terapia como arte le llevará a uno a la integración de las experiencias que haya podido tener, que en la metáfora de Perls, pasa por una masticación de la experiencia para asimilar y por tanto integrar, hacer propia, dicha experiencia. Que es la única manera de convertir la información en conocimiento dicho sea de paso. Y así, en contacto con la ‘médula misteriosa de la realidad y de la mente’, y a través de la mano del apoyo y de la mano de la confrontación ponemos dicho conocimiento de esta lectura, aquella formación o tal experiencia al servicio de la relación terapéutica.

 

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Es también una cuestión de ser, de ser el que uno es. ‘Ser terapeuta es ser uno mismo y viceversa’ decía Perls. E igual que puedo empeñarme en ser el que no soy, también el terapeuta que pretende copiar un estilo, querer hacerlo como Peñarrubia por poner un ejemplo propio, o Naranjo, querer hacerlo como mis terapeutas o maestros puede movilizar mi creatividad en un principio, pero seguro interferirá con el ‘Arte Propio’ finalmente si uno no aprende a relacionarse afablemente con el vacío fértil que permite ir soltando los roles y asideros con los que uno aprendió a manejarse. Me parece que siendo esto cierto, a la vez considero inevitable que el aprendizaje pase por ahí también. El alumno, discípulo que siente interés, respeto, veneración o amor por su maestro, o por alguien de quién recibe algo valioso, tomará a su modelo como referencia y criterio del buen hacer (gestáltico en este caso). Y empezará imitando su estilo, voz, movimiento, gesticulación, intervenciones, dichos…a veces dándose cuenta, a veces sin conciencia. Este al menos es mi caso. Si persevera, con el tiempo irá haciendo suyas las actitudes que subyacen a ese estilo (actitudes de responsabilidad, presencia y espontaneidad) que es el ‘oro sutil’ que la T.G. transmite. Empezará entonces a expresar su propio estilo y repertorio asentado en su carácter y manera propias. En mi caso, a día de hoy me siento en fase perseverando y queriendo masticar a veces tanto que no me da la boca para la cantidad que me gustaría ir asimilando. ‘De a poco’ me repito, ‘vamos despacio porque vamos lejos’ recuerdo que gritábamos en aquellos tiempos del 15M, y me acuerdo también ahora, vamos lejos, tan lejos como cerca, como ese punto cero que es el centro de la circunferencia que está en todas partes y algunos lo llaman Dios. Podemos decir entonces que descubrir, reconocer y expresar cuál es el talento, estilo o manera individual es una responsabilidad de todo gestaltista. No hacerlo es uno de los ‘pecados’ que Joan Garriga expresa en términos de ‘no darle al mundo lo que uno tiene para darle92’, a veces por miedo y entonces como dice Jodorowsky ‘todo lo que no es dado es perdido’. A veces el pecado es que nos falseamos y damos entonces algo que no tenemos. Como cuando me empeño en querer hacerlo, decirlo o escribirlo como Peñarrubia. Y a veces el pecado es que no nos tomamos el trabajo que nos lleva a descubrir qué tenemos para darle al mundo, por acidia o pereza espiritual. Tres                                                                                                                 92  GARRIGA  J.  ‘Vivir  en  el  alma’.  Ed.  Ridgen.  

 

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pecados o maneras de errar el tiro que, de acuerdo a la enseñanza de Naranjo, tienen que ver con el miedo, la falsedad y la pereza como motivaciones deficitarias de la existencia neurótica. Parte del compromiso del terapeuta consigo y con la profesión es ir haciendo ese viaje que le lleva a profundizar en el conocimiento de sí mismo, a decantar su estilo, depurando y refinando su manera de hacer a través de un no-hacer que le permiten una feliz disponibilidad para dar aquello que tiene para dar. En los grandes Mitos se nos habla de la importancia de esta responsabilidad que es hacer el trabajo que le lleva a uno a descubrir su talento, su particularidad, a dar con su arte. Homero al final de la Odisea nos recuerda la cualidad que tenía Ulises y que le hacía único y diferente, que era pasar una flecha a través de diez arandelas puestas a distancia; acción que desencadenará la matanza de los pretendientes (que simbolizan aquellos aspectos egóicos que pueblan la mente) que le llevará al reencuentro definitivo con Penélope (unión con su alma). En el Mahabharata de la India se nos cuenta la misma historia cuando el héroe Árjuna logra hacer la proeza de acertar con su flecha en una diana muy lejana en un concurso de tiro, que le dará como ganador a Draupadi en esposa. Y volvamos a enfatizar la importancia simbólica del papel y rol de Draupadi como alma, esencia, psique. También en otra epopeya conocida de la India ‘El Ramayana’ ocurre algo parecido con Rama y un pesado arco que sólo él puede montar. Recordamos la espada Excalibur que sólo el Rey Arturo puede sacar de la roca en la que está inserta. El monomito de todos los tiempos nos llama a que atendamos a la búsqueda que es universal y que se va decantando en algo muy particular a cada buscador, su don, su cualidad, su manera de hacer la ‘cosa’ que en el arte, como dice Peñarrubia, alude ‘al artista creador que ha ido afinando su propio estilo a través del despojamiento’ y en la terapia ‘al terapeuta maduro cuyo hacer-no hacer, revela el grado de autoconocimiento, simplificación y naturalidad del buen artesano, del profesional que no aparenta serlo, de la persona que ha trascendido sus limitaciones y sus recursos haciendo un arte de ellos’.93

                                                                                                                93  PEÑARRUBIA  F.  ‘Terapia  gestalt.  La  vía  del  vacío  fértil’.  Pag.  301.  Alianza  Editorial.  2008.  

 

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En la relación maestro-alumno en la que hay una transmisión que se da, entre otras formas, por neuronas espejo,94 es donde también aprendemos a desarrollar e integrar ciertas actitudes. El terapeuta que toma su oficio como artista (como veremos en profundidad en el siguiente capítulo) hace un recorrido inicial por el camino de la creatividad, que como veíamos en el capítulo anterior, consiste en cultivar todo el permiso posible para hacer, probar, errar, ensayar, volver a equivocarse, encontrarse con el logro-éxito, creerse que ya llegó, volver a caerse del burro, seguir aprendiendo, etc. Así recuerdo, se nos estimulaba e instaba en la formación en Gestalt de la EMTG, que en aquel espacio seguro de formación nada mejor para aprender que ‘cagarla’. Y hacer así de la equivocación, del encuentro con el punto ciego el mejor abono para la vida y la profesión. Y así como decíamos que la creatividad tiene que ver más con lo dionisíaco, el arte, siguiendo el modelo de Peñarrubia que también revisaremos en este capítulo, tiene que ver más con lo apolíneo, con las tradiciones psico-espirituales y con la capacidad de retirarnos. ‘la Retirada, que en el fondo es un trabajo más hacia el ayuno, hacia el vacío, por lo no que no se parece tanto a la salud sino más bien a lo que vamos a llamar las Vías Psicoespirituales.’95 Para Peñarrubia, el arte, si lo vemos a un nivel profundo, es el complemento de esa parte creativa (que tiene que ver con la intensificación según hemos ido viendo en el anterior capítulo) y que ahora se manifiesta como vacío, algo que está también en la esencia de la terapia Gestalt y que tiene que ver con lo que Perls llamaba el proceso de morir y renacer. Es la polaridad apolínea que nos lleva a indagar en el cultivo de la atención y de la deliberación gestálticas cuyo rastro en la historia cronológica de la T.G. nos lleva a la figura de Salomo Friedlander, a quién Fritz Perls reconoce como maestro de la Indiferencia Creativa, consustancial no sólo a la terapia gestalt sino al camino del artista y su expresión en Arte. Y más allá, o acá, a la vía psicoespiritual que propicia                                                                                                                 94  Se  

denominan  neuronas   espejo  a   una   cierta   clase   de  neuronas   que   se   activan   cuando   un   animal  o  persona  ejecuta  una  acción  y  cuando  observa  esa  misma  acción  al  ser  ejecutada  por  otro   individuo,  especialmente   un   congénere.   Las   neuronas   del   individuo   imitan   como   ‘reflejando’   la   acción   de   otro:   así,   el   observador   está   el   mismo   realizando   la   acción   del   observado,   de   allí   su   nombre   de   ‘espejo’.   Ubicadas   en   el   area   de   Broca   y   en   la   corteza   parietal.   Desempeñan   un   importante  rol  dentro  de  las  capacidades  cognitivas  ligadas  a  la  vida  social,  tales  como  la  empatía   y  la  imitación.   95  PEÑARRUBIA  P.  ‘Conferencia  Gestalt,  Creatividad  y  Arte’.  Granada.  Abril  2012.  

 

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el encuentro con el vacío fértil, la propia Indiferencia Creativa, que como dice Naranjo es aquel lugar de neutralidad más allá de los opuestos que conforma el ‘último refugio del terapeuta’. Desde este último refugio de la persona es desde donde podemos dejar que ‘la situación mande’ aquella controvertida afirmación de Perls sobre la gestalt como una terapia situacionista, que no es más que otra manera de describir la exquisita sabiduría organísmica danzando con la vida cambiante a cada momento. ‘Hay solamente una cosa que debe ser la que controla: la situación. Si entendemos la situación en que nos encontramos y dejamos que sea ella la que controle nuestros actos, entonces sí que hemos aprendido a encarar la vida. Por ejemplo, no se conduce un coche de acuerdo a un programa “quiero conducir a 100km/h”. Se conduce de acuerdo a la situación’.96 Peñarrubia que ha investigado y profundizado a través del trabajo grupal subraya también la importancia del cultivo y encuentro con ‘la nada-punto cero’. ‘La gestalt, quizá haya sido la primera en reafirmar la consideración de la terapia como arte, lo cual no se refiere a la notoria creatividad de sus técnicas, sino a la actitud del que la practica’ y sigue diciendo sobre el desarrollo artístico que ‘no se basa en el acopio de ocurrencias, técnicas brillantes u originalidades, sino en un proceso ascético de desnudamiento interior, de aniquilamiento egoíco, de frecuentamiento de la nada-punto cero, de actitud de disponibilidad al vacío fértil’97 El camino de la creatividad es necesario e imprescindible por que nos va a permitir reconocernos. Es la sangre creativa que corre por las venas del artista, y que a través del permiso que lleva aparejado como actitud dionisiaca, va a permitir ir limpiando aquellas obturaciones que impiden este flujo sanguíneo creativo. La expresión de este permiso que consiste en la integración de las polaridades rechazadas va a ir conformando el estilo genuino del terapeuta que late en su corazón de artista. Entonces, cuando uno se convierte en lo que es, como persona y terapeuta, da su fruto que es su estilo de hacer terapia, que es su manera de estar en el mundo pudiendo descansar en esa médula misteriosa de la realidad y la mente. Y ese fruto lo podemos llamar Arte.

                                                                                                               

96  PERLS  F.  ‘Sueños  y  existencia’.  Pag.  28.  Cuatro  Vientos.  1974.   97  PEÑARRUBIA  P.  Terapia  Gestalt.  La  vía  del  vacío  fértil’  Alianza  Ed  2008.  p.  299  

 

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5.1.2.- Gestalt, arte y contracultura. La terapia gestalt fue fruto de una de las felices consecuencias de la eclosión del movimiento contracultural y artístico en la Alemania de los años 20 y más tarde en los EEUU de los 50. Del primer germen alemán hemos conocido mejor cómo ocurrió gracias a la descripción pormenorizada y apasionante que Annie Chevreux nos hace en ‘El Berlín de Perls’98. Un movimiento contracultural no es otra cosa que el instinto de vida abriéndose paso de manera colectiva y a través del arte, generalmente de forma minoritaria pero no por ello menos fecunda. Como antítesis del dejarse morir en vida, de los seres humanos sobre-adaptados y desconectados de sí que padecen la plaga emocional que Wilhelm Reich describiera como universal. No hay instinto de muerte, el instinto es connatural a la vida, a su creación, a su preservación y a su finalización donde la muerte no es algo que uno busca o evita, sino que sucede y a lo que uno puede entregarse también. Lo que si hay son maneras de desconectarnos del instinto y por tanto de dejarnos morir, o morir en vida, de ser auténticos muertos vivientes aunque bien vestidos, perfumados y con interesantes conversaciones incluso sobre mindfullness. Es la ‘Filosofía zombie’99 que a través de su parafernalia actual de series y películas no es más que otro espejo que refleja y describe nuestra terrorífica situación. La lucha entre los vivos y los muertos vivientes no es algo que sólo ocurre fuera sino como tantas veces, dentro. Son los ‘hombres máquina’, que decía Gurjdieff, los que viven dormidos. Son tantas maneras de llamar a la misma cosa neurótica, de nombrar la neurosis que en definición de todo a cien100 sería un ‘pensar una cosa, sentir otra, decir otra diferente y no actuarla, o hacer otra cosa diferente’. La neurosis como la manera de perpetuar nuestra ceguera, nuestra desconexión; y la terapia gestalt como un camino para ir recuperando y restaurando niveles de mayor autoapoyo y de mayor conciencia.                                                                                                                

98  CHEVREUX    A.  hace  un  estudio  minucioso  y  pormenorizado  de  aquel  tiempo  y  de  aquella  

conexión  entre  gestalt  y  contracultura  en  su  libro  ‘El  Berlín  de  Perls:  el  espíritu  vanguardista  en   el  arte  y  en  la  terapia  gestlalt’  Ed  Mandala.  2007.   99  FERNÁNDEZ  GONZALO  ‘Filosofía  zombi‘  Editorial  Anagrama.  Finalista  del  premio  de  ensayo   2011     100  Enrique  de  Diego  nos  definió  la  neurosis  alguna  vez  en  la  formación  así  y  a  mi  me  gustó   mucho.  

 

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Así que recordando aquellos orígenes de contracultura artística, no es de extrañar que la T.G. se vinculase en feliz maridaje con el arte pasando a recibir la denominación de Arteterapia gestáltica, donde la vía artística es fuente y camino de autoconocimiento, y fuente de expresión, fundiéndose en los brazos expresivos y acogedores de la práctica terapéutica gestáltica. En ese encuentro entre terapia y vía artística correspondiente se puede dar también el proceso que he descrito antes, que le lleva a uno a hacer de su práctica terapéutica (arteterapéutica en este caso) un arte. Desde el mismo inicio de la T.G. se ha dado un interés mutuo entre artistas y terapeutas gestálticos. Ya Perls quiso en su juventud dedicarse al teatro, y a punto estuvo de dejar la terapia para dedicarse a la pintura cuando estaba ya en una edad avanzada (época de Israel). También, Laura Perls desde 1929 se venía interesando seriamente por la danza y la música. Si la contracultura del Berlín de los años 20 nutrió el espíritu artístico y filosófico de Perls, más tarde la contracultura de Nueva York de los años 50 acogió a los Perls con los brazos abiertos después de que la familia psicoanalítica cuestionase la manera de trabajar de Fritz Perls. De hecho, fueron los círculos de la contracultura quienes le dieron la bienvenida en NY y con quienes empezó a realizar experiencias terapéuticas. Así personas provenientes del mundo del teatro, la danza y la música se acercaron a conocer la T.G. de la mano de Perls.

 

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5.1.3.- Arte.El arte (del latín ars, artis) es entendido generalmente como cualquier actividad o producto realizado por el ser humano con una finalidad estética o comunicativa, mediante la cual se expresan ideas, emociones o, en general, una visión del mundo, mediante diversos recursos, como los plásticos, lingüísticos, sonoros o mixtos. Se suele considerar que con la aparición del Homo sapiens el arte tuvo en principio una función ritual, mágica o religiosa, pero esa función cambió con la evolución del ser humano, adquiriendo un componente estético y una función social, pedagógica, mercantil o simplemente ornamental. Coincido con Paco Marcos101, artista plástico y gestaltista salmantino afincado en Ciudad Real en que la definición de arte es tan abierta, subjetiva y discutible que no existe un acuerdo unánime entre historiadores, filósofos o artistas. A lo largo del tiempo se han dado numerosas definiciones de arte, entre ellas: ‘el arte es el recto ordenamiento de la razón’ (Tomás de Aquino); ‘el arte es aquello que establece su propia regla’ (Schiller); ‘el arte es el estilo’ (Max Dvorák); ‘el arte es expresión de la sociedad’ (John Ruskin); ‘el arte es la libertad del genio’ (Adolf Loos); ‘El arte es la disposición humana de la materia sensible e inteligible con una finalidad estética’ (James Joyce)…El último siglo ha supuesto una radical transformación del concepto de arte: la superación de las ideas racionalistas de la ilustración y el paso a conceptos más subjetivos e individuales, partiendo del movimiento romántico y cristalizando en las obras de autores como Kierkegaard y Nietzsche, suponen una ruptura con la tradición y un rechazo a la belleza clásica. El concepto de realidad, señala Marcos, fue cuestionado por las nuevas teorías científicas: la subjetividad del tiempo de Bergson, la Teoría de la relatividad de Einstein, la mecánica cuántica, la teoría del psicoanálisis de Freud, etc. Por otro lado las nuevas tecnologías hacen que el arte cambie de función, debido a que la fotografía y el cine ya se encargan de plasmar la realidad. Todos estos factores producen la génesis de un arte nuevo en el que artista ya no intenta reflejar la realidad, sino la de su mundo interior, representar su propia realidad. Para Ramón Ballester gestaltista y director de la Escuela de Arterapia del Mediterraneo ‘la palabra ARTE encierra en su esencia el misterioso encanto de una honda sabiduría. El arte reclama, tanto cuando lo percibimos como cuando lo                                                                                                                 101  MARCOS,  P.  ‘Arte,  concepto  y  gestalt.  Un  siglo  de  vanguardias  en  busca  del  aquí  y  del  ahora’.  

Trabajo  presentado  en  el  curso  de  supervision  de  formación  de  terapia  gestalt.  EMTG.  Agradezco   a  Paco  Marcos  la  disponibilidad  de  su  trabajo  y  agradezco  a  Reme  Montero  por  haberme  hablado   de  él  y  hacer  de  feliz  puente.  

 

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realizamos, una especie de atención no habitual. Una atención que nos pone en contacto con nuestros niveles más profundos, con nuestro interlocutor interno’.102 Perls en la tercera charla de ‘Sueños y Existencia’ habla del gran arte como algo que es real a la vez que una ilusión, que surge de la integración de maya y de la realidad. Por lo que podemos estar divididos entre maya y la realidad, o podemos integrar maya en la realidad. ‘Las extensiones interiores del espacio exterior’, además de ser una bella imagen dirigida a pasar de largo por la mente discursiva como una flecha y ser aprehendida en la diana de aquella otra instancia más silenciosa de la mente donde la realidad, como decía Blake, se convierte en infinita (como el espacio exterior) es también la manera en que Joseph Campbell tituló su último trabajo103 escrito antes de morir. La íntima relación que tiene la terapia gestalt con el camino del artista se parece mucho a lo que Campbell dice de la ‘Vía del arte’: ‘aprender a ver de una manera no racionalmente crítica, que permite que las cosas aparezcan meramente como son, ni como objetos deseables ni aborrecibles, sino como afirmaciones, cada una en su propio modo, de la naturaleza de ser’ y cita Campbell a William Blake, otro místico laico ‘Si las puertas de la percepción fueran purificadas, todo se aparecería al hombre tal cual es: infinito’104. La terapia gestalt y la vía del Arte recorren el mismo sendero que lleva a purificar las puertas de la percepción, ‘volver a los sentidos y abandonar la mente’ que señalaba Perls, transcender la zona intermedia de la conciencia, ‘Maya’ o ilusión, que impide que veamos la realidad de lo que somos, de quién somos, y de lo que es. A continuación quiero compartir algunas reflexiones que me han parecido de interés vertidas por una pequeña muestra de artistas que he descubierto en la preparación de esta tesina. Escuchamos al artista buscador reflexionando sobre arte. Luis Cattiaux (1904 – 1953) pintor, poeta y filósofo francés. Contemporáneo de los movimientos de vanguardistas de los convulsos años de la primera mitad del siglo XX, supo crear un estilo personal en el que subyace un evidente sustrato visionario.

                                                                                                                102  Tomado  del  blog  del  Taller  de  la  EAM  (Escuela  de  Arteterapia  del  Mediterraneo)  de  la  que  

Ramón  Ballester  es  director.  http://eltallerdelaeam.com/arterapia-­‐arteterapia-­‐por-­‐ramon-­‐ ballester-­‐extracto-­‐del-­‐programa-­‐de-­‐la-­‐formacion-­‐en-­‐arterapia-­‐gestalt-­‐de-­‐la-­‐eam/   103CAMPBELL  J.  ‘Las  extensiones  interiores  del  espacio  exterior’  Ed  Atalanta.  p.  26   104  BLAKE  W.  ‘Las  bodas  del  cielo  y  el  infierno’  

 

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Cattiaux define al verdadero artista como el que bebe en la fuente del arte sagrado, como aquel dotado de verdadera personalidad que permanece fiel a sí mismo; esto es, que escucha y oye la voz que le habla en el secreto de su intimidad y es su verdadero guía. Su corazón generoso está despierto, por ello es el viviente que se reconoce fácilmente gracias a esta facultad que tiene de amar como a los veinte años. El arte para Cattiaux, ‘consiste en hacer aparecer lo sobrenatural en lo natural’105. Podemos reconocer aquí la figura del dáimon en esa ‘voz que le habla al artista en el secreto de su intimidad’ y podemos reconocer también cuánto de autorregulación organísmica hay en aquel ‘verdadero guía’ que nos conduce hacia aquello que sabemos con nuestras células que es bueno o malo organismicamente para mí. La ‘rectitud de nuestra naturaleza’ (Naranjo) manifestándose como guía. Para entender esto Perls se encargó mucho de subrayar que el organismo no toma decisiones, que las decisiones son instituciones creadas por los hombres. ‘El organismo siempre trabaja sobre la base de las preferencias. Lo primario es nuestra relación con la necesidad, con el mundo, es igual que con la pintura. Tenemos una figura blanca. Enseguida hacen algunas manchas en la tela y súbitamente surge el momento de recentrar. Súbitamente la tela nos hace exigencias y uno se convierte en el sirviente. Es como si uno dijera: “¿Qué es lo que esta cosa quiere?”, “¿Dónde quiere un poco de rojo?”, “¿Dónde quiere un poco de equilibrio?”. Excepto que uno no hace preguntas, sólo responde’.106 Sobre el arte Cattieux nos remite a las palabras de D’Hooghvorst ‘Dar cuerpo y medida a la inmensidad, tal es el misterio del Arte puro’107. Quién también decía que a veces, el poeta no sabe que está inspirado por Dios, pero eso no importa, porque cuando lo está, siempre es Dios quien le inspira. La inspiración poética es, en cierto modo, un conocimiento, porque se trata de un orden surgido del caos. La poesía es el orden surgido del caos de las palabras que se ordenan en el sentido del arte. Frithjo Schuon108 artista y buscador suizo, que a lo largo de su vida describió la filosofía perenne presente en el arte, describiendo las diferencias y similitudes entre                                                                                                                

105  CATTIOUX  L.  ‘Física  y  metafísica  de  la  pintura’  pag.  139.  Arola  Editors  1998.   106  PERLS  F.  ‘Sueños  y  existencia’.  Pag.  29.  Cuatro  Vientos.  1974   107  CATTIOUX  L.  ‘Física  y  metafísica  de  la  pintura’  pag.  140.  Arola  Editors  1998   108  SCHUON  F.  ‘Arte   sagrado   y   arte   profano   de   oriente   y   occidente’.  Shopia  Perennis  2001.  Schuon  

(1907   –   1998)   nació   en   Basilea,   Suiza,   de   familia   alemana,   y   desde   la   adolescencia   vivió   largo   tiempo   en   Francia.   Desde   su   juventud   se   dedicó   a   pintar   además   de   escribir.   Emprendió   numerosos   viajes   al   Norte   de   África,   Oriente   Próximo,   y   más   tarde,   Oeste   noreamericano,   para   tomar   contacto   con   diversas   formas   de   espiritualidad   viviente   (sufismo,   hinduismo,   chamanismo…)   Durante   más   de   cuarenta   años   colaboró   regularmente   en   revistas   de   religiones  

 

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arte sagrado y arte profano a lo largo de oriente y occidente. Expone la triple bendición que supone ser hombre: ‘Podemos pensar, hablar y producir obras de arte’, y estas cualidades únicas nos permiten ‘contemplar y realizar el Infinito’. Su punto de partida es el discernimiento entre el Absoluto y lo Relativo, o entre Átman y Maya como dirían los vedantistas, entre Apolo y Dionisio diría Nieztsche, o entre las polaridades y el punto de indiferencia creativa en palabras de Perls. Schuon afirma que el conocimiento no deriva de un razonamiento basado en la experiencia física o psicológica, sino que al contrario, tiene su origen en el intelecto puro el cual contiene en su substancia todas las ideas metafísicas y ontológicas, algo que se parece mucho a ese punto de indiferencia creativa, ese lugar de vacío fértil, que está hecho de nada, que está quieto y por tanto, nos pone en contacto con el todo y con el movimiento (ámbito de las polaridades y de la diferenciación). Afirma que en principio el hombre tiene acceso a estas ideas metafísicas y ontológicas por medio del ‘recuerdo platónico’ aunque matiza, la mayoría de los hombres están separados de su raíz espiritual, de modo que tienen que recibir la Verdad del exterior, a través de la práctica espiritual y de la doctrina. O lo que es lo mismo, del viaje del héroe que emprende todo buscador. Hay que salir fuera, ir lejos y perderse para llegar a darse cuenta que lo que uno andaba buscando, como contaba la vieja historia sufí, estaba enterrado en el patio trasero de su casa; o que el buscador es lo buscado. Y por último las palabras de Ramón Gaya, pintor español, que conocí a través del libro de Peñarrubia ‘Terapia Gestalt. La vía del vacío fértil’ que abre el capítulo que le dedica al arte y la creatividad en la terapia, y que expresan y describen con sencillez y belleza estas páginas de prolija prosa. ‘El arte viene de donde viene el impulso religioso, el don religioso, es decir, la sed; el arte creador nos llega de muy lejos y de muy abajo, como de un abismo, pero no un abismo de caer en él, sino un abismo de nacer de él’109  

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            comparadas  de  Francia  y  el  Reino  Unido,  y  es  autor  de  más  de  veinte  libros  filosóficos  y  de  una   extensa  obra  poética.   109  PEÑARRUBIA  F.  ‘Terapia  Gestalta.  La  vía  del  vacío  fértil’.  Pag.  287.  Alianza.  2010  

 

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5.2.- El cultivo de la atención y de la deliberación gestálticas: la polaridad apolínea. ‘En el punto inmóvil del mundo que gira en torno. No es un Ser encarnado ni descarnado; No avanza ni retrocede; ahí está la danza, en el punto inmóvil, Sin detención ni movimiento. Y no lo llames fijeza, Donde se reúnen pasado y futuro. Ni movimiento de avance o retroceso, Ni ascenso ni descenso. Salvo por ese punto, el punto inmóvil, Tampoco habría danza, y ésta es todo lo que hay. Sólo puedo decir que ahí estuvimos, más no sé decir dónde. Y no puedo decir cuánto duró, porque eso sería situarlo en el tiempo. La libertad interior liberada del deseo mundano, La liberación de la acción y el sufrimiento, de los impulsos Internos y externos, no obstante rodeados Por un sentido de la gracia, una blanca luz inmóvil y sin embargo En movimiento…’ 110

T.S. Eliot

Si en el capítulo anterior sobre creatividad hablábamos de la espontaneidad como una de las dos tareas que tiene el paciente, dejarse estar con lo que sea que le va sucediendo y darle expresión, enfocamos ahora la otra tarea que como también decíamos es posterior en el orden. Se trata del trabajo de la atención, de darse cuenta de lo que pasa momento a momento, también llamado Continuo de Atención y ligado a la polaridad apolínea. 5.2.1- APOLO Ramón Andrés en su magistral Diccionario de música, mitología, magia y relición (2013 Ed. Acantilado) nos dice que Apolo es el dios de la música y de la poesía, también de la profecía, ampara e impulsa la creación, el arte y el pensamiento. Cultivador de la medicina (curación) y pastor divino, protege a los rebaños y los empuja a multiplicarse; purificador y arquero infalible, fundador de ciudades, es una figura primordial en la mitología griega, perteneciente a la generación olímpica. Recibe también el nombre de Febo (Phoibos) un epíteto que viene a traducirse como ‘Puro’, ‘Luminoso’, se explica por su bien purificador, por la luminosidad que comportó su nacimiento, por el resplandor de su imagen, por el destello que, en su llegada al Olimpo, causó estupor incluso entre sus cercanos.                                                                                                                 110  ELIOT  T.S.  pag.  15-­‐16.  “Burn  Norton”  en  Cuatro  Cuartetos.  1943.  

 

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El epíteto de ‘Flechador’, ‘Arquero’ y ‘Certero’ lo recibe en razón de la destreza en el manejo del arco, cuya flecha se dirige al centro de la verdad y desvela la distancia para quien la arroja. En algunas culturas como por ejemplo la hindú, la flecha (isu, isaku) se asimila a la voz, y así ‘disparar’ (is) significa también ‘hablar claro’, de suerte que el arquero es denominado ‘Señor de la voz’. Apolo envía su voz a través del arco para comunicar o imponer su voluntad divina. Apolo cuando da en la diana con su flecha está expresando la Virtud inherente a cada carácter en la tradición del eneagrama. Asimismo, sabemos que los pitagóricos llamaban al Uno con el nombre de Apolo, debido a que A significa ‘No’, y póllon ‘muchos’, por lo que ‘Apolo o Apóllon en griego es ‘no muchos’, es decir, el Uno’, lo que equivaldría a decir ‘el único’. Proclo (410 – 485) en un comentario a un pasaje de Platón donde utiliza ‘Apolo’ para referirse a la armonía del mundo (en el libro de Crátilo) deja escrito que el nombre ‘Apolo’ significa ‘unidad’ ‘y el que reduce la multiplicidad al Uno, y este modo de contemplar el nombre se adapta a todos los órdenes del dios’. Por otra parte, una etimología explicativa de su nombre, acaso poco probable, estaría ligada con la cualidad del arquero, partiendo de apollynai, ‘dar muerte’, ‘hacer morir’. P.Gorman indica la superlativa importancia del dios como origen y fin cósmicos entre los pitagóricos, en tanto que fundamento y esencia final de la conciencia. De esta forma comenta que Uno (que identificaban con Apolo) refería la realidad suprema, ‘fuente de todos los números’, la refutación del dualismo. Él era el absoluto bien y el que encarnaba el rechazo de lo dual: la díada expresaba la negatividad, el mal; solamente Apolo era capaz de surgir de su propia y única fuente cósmica, era el Uno místico por el que se establecía el principio y unicidad de las cosas. W.F. Otto se pregunta por el significado de la música apolínea, cree que no se debe propiamente al canto de un alma extasiada sino que, como la flecha que le es propia, ‘vuela en línea recta hacia su meta’. Es un conocimiento divino el que resuena en su música: ‘En todo ve la Forma y acierta en ella’. Las notas, armónicamente entrelazadas, someten el caos, todo lo reducen a medida y compás. Porque Apolo guarda en el arte de la música el sentido del orden y lo justo, un lenguaje que sosiega y que, tomando distancia, apunta fijamente al conocimiento. El fiel de la balanza está en medio, equilibrado en los pesos. Si Dionisio es la cercanía, Apolo es lo que desde  

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la lejanía se mide y sopesa. ‘El ojo solar de Apolo rechaza lo muy cercano, dice Otto, el muy confuso enredarse con las cosas, así como la embriaguez mística y su sueño extático’. Claudio Naranjo hace también una exquisita labor de exégesis sobre el mito de 111

Apolo

y sus connotaciones psico-espirituales al viaje interior.

‘Apenas nace, Apolo, lo primero que hace es pedir su arco y sus flechas, y ello presagia cosas que el resto de su mito confirma, que es un dios agresivo y también un dios certero’. Lo primero que hace Apolo tras nacer en su mítica vida es buscar a Pitón, la serpiente del oráculo de la Diosa Madre en Delfos para matarla y arrebatárselo. A pesar de la gratitud que le debemos a la época matrística, señala Naranjo que llegó el momento en que el tradicionalismo de su dictadura tribal fue percibido como antievolutivo, paralizante, como el rostro de la Gorgona rodeado de su cabellera serpentina. Y agrega Naranjo que no son menos válidos los valores matrísticos que los valores que trajo consigo el descubrimiento del Dios Padre (es decir, la sacralidad trascendente). Cuando Apolo derroca al monstruo podemos decir que se refleja la transición de la época matrística al patriarcado, pero también el episodio mítico constituye una buena expresión simbólica de algo que ocurre a través de nuestras vidas. Es un aspecto de nuestro desarrollo espiritual, tanto como de nuestro ‘proceso psicoterapeútico’ en el amplio sentido de la palabra: podríamos decir que ‘la terapia es, desde cierto punto de vista, un arte de matar monstruos’. Pero no es sólo un matador de monstruos, es también un dios de la medicina y de la purificación, el dios del autoconocimiento transformador,

el dios de ese

supremo desapego (des-apasionamiento) y el dios de la armonía que tal desapegada purificación trae consigo a través de la visión clara. Apolo es que el que mata el mal interior que todos albergamos en cuyo fondo habita un tirano. La neurosis no es sólo una segunda naturaleza para nosotros sino algo con lo que hemos terminado identificándonos. Vive en nosotros un personaje que bien podríamos considerar un impostor, por cuanto hemos llegado a considerarlo nuestro ser o nuestro ‘yo’, mientras que nuestro verdadero ser ha sido relegado a un oscuro calabozo de nuestra psique, donde yace olvidado.                                                                                                                 111  NARANJO  C.  ‘Cosas  que  vengo  diciendo’  pag.  93-­‐98.  Ed  KIER.  2005.  

 

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Y cómo mata Apolo a ese impostor? ¿de qué está hecha su saeta? pregunta Naranjo. Y nos responde que: de conciencia. Es la conciencia misma la que desarma. La luz, al darnos conciencia de ciertos procesos, los hace desvanecerse o los cambia. Naranjo distingue dos aspectos en toda psicoterapia, uno de entrega, que es un aprender a soltarse, a dejar salir lo que está prisionero en nuestro interior y así ser más verdaderos (dionisios). Y otro aspecto que es ver con la claridad que permite la trascendencia de las pasiones, para así llegar a ‘conocerle el nombre al demonio’; conocer el mal en todo detalle, tener conciencia de cómo funciona nuestra mente neurótica, esa mente parasitaria que se interpone entre nosotros y el deseo de nuestros corazones. Una gran parte de la psicoterapia, nos sigue diciendo Naranjo, es eso que encontró Sócrates en su visita al Oráculo de Delfos: la introducción al conocimiento de sí. Y señala, sin embargo, cómo a través de su historia, nuestra cultura no ha sobresalido en autoconocimiento ni lo ha privilegiado. Porque este conocimiento de sí era un proceso solitario, sobre todo en los artistas, no tan amparado ni tan ayudado por la cultura religiosa tradicional. Apolo es el dios de la lucidez y de la armonía representado con un cuerpo muy bello, se lo considera también el dios de la música, y se pregunta Naranjo que ¿acaso no consiste la música en la armonía de las partes con el todo? Y ¿dónde está el secreto de esa armonía?. Y responde de nuevo: ‘el secreto de la conciencia’ por excelencia, es la neutralidad. La embriaguez es apasionamiento. Dionisio es el dios de la pasión y de la expresión, de ahí el teatro. El camino dionisíaco es el de las pasiones para llegar a conocerlas a través de su loca exageración y poder dejarlas atrás a través de su expresión indulgente. El camino apolíneo es el contrario: el conocimiento en él se obtiene desde la distancia y desde la oposición. El mito nos dice que Apolo era un dios muy violento, que varias veces compitió con su padre Zeus y que por ello fue castigado. Uno de estos castigos, fue mandarlo a ofrecerse como sirviente de un rey en una tierra lejana. Es claro que, siendo excesivamente arrogante, impetuoso y dominante, debía aprender a ser humilde, servicial y controlado. Y el secreto de la disciplina, vuelve a recordarnos Naranjo, es el mismo secreto de la conciencia: ‘Ve claro quien ve desde lejos’, como dice Lao Tze. La claridad se asocia con la desidentificación.

 

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Como reza el título de este apartado y acabamos de ver, Apolo representa el punto cero entre las polaridades, la misteriosa médula de la realidad y la mente. La capacidad de estar presente y darse cuenta del terapeuta.

5.2.2.- Salomo Frielaender y la Indiferencia Creativa.‘Si quieres conocerte muy de raíz, has de penetrar la nada que tienes de tu cosecha’. Luis de la Puente. Guía espiritual, II, 8

Fritz Perls lo aprendió del único hombre según nos dice Naranjo112, a quién había venerado y llamado ‘su maestro’, Salomo Friedlaender, filósofo y artista, amante del cabaret y del silencio, ensayista de sátira mordaz bajo el seudónimo de Mynona, y escritor de ensayos de filosofía y aforismos. Se le conocía como el ‘Voltaire alemán’ y él a sí mismo se denominaba como una síntesis entre Kant y Charlot en referencia a Chaplin. Emilio Blázquez haciéndole un guiño a la comunidad hispanoparlante lo considera el ‘Cervantes alemán’ en su muy recomendable ensayo gráfico sobre ‘El espíritu dionisiaco de Fritz Perls y de la Terapia Gestalt’113 . Esta polarización de sus intereses entre las cosas del espíritu y las cosas del cuerpo le llevaron a desarrollar y cultivar su modelo filosófico que transmitió a Perls y que este llevó a la gestalt. Dice Peñarrubia114 sobre Friedlaender: ‘Friedlaender era un filósofo muy famoso en los medios de la bohemia, en los cafés del Berlín de la época a los que concurrían los jóvenes estudiantes, y era un hombre muy curioso: sus obras parecen las de un maestro espiritual, son una especie de aforismos de sabiduría y a la vez era un hombre enormemente mundano que escribía letras para los cabarets berlineses, que tuvo toda su vida una fijación con el sexo de la que no pudo librarse nunca, por lo que estuvo siempre en lucha entre un aspecto espiritual tan profundo en su vida y una especie de adicción al sexo irresoluble. De la tensión entre estos dos opuestos se salvó a través de ese punto medio donde no se identificaba ni con lo uno ni con lo otro, porque ¿cómo salvarse de dos cosas que tiran tanto si no es desidentificándose de ambas?. Así que eso que le                                                                                                                

112  NARANJO  C.  ‘Pequeña  antología  de  Solomo  Friedlaender’.  Pag.  9  Mandala.  2007.   113  BLÁZQUEZ  E.  ‘El  espíritu  dionisíaco  de  Fritz  Perls  y  de  la  T.G.’  pag.  87.  Mandala  Ed.  2010.   114  PEÑARRUBIA  F.  ‘Gestalt,  creatividad  y  arte’.  Conferencia  en  Granada.  Abril  2008.  

 

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pasó en la vida y que trasluce en su obra, para Perls fue el descubrimiento de lo que él llamó después Punto Cero.’ Escobedo describe115 en la hermosa y recomendable ‘Pequeña Antología de Salomo Friedlaender’ cómo el pensamiento diferencial es para Perls ‘un instrumento mental de precisión’, que nos permite encontrar el punto de la ‘prediferencia’ (como también denomina a la indiferencia creativa) el punto cero, el centro a partir del cuál es posible un equilibrio. Considera Perls la diferenciación en opuestos como ‘una propiedad esencial de nuestra mente y de la vida misma’. Las polaridades básicas son para él, en primer lugar: integración-desintegración, el deseo y la aversión, los principios polares del intercambio energético del organismo y, posteriormente ya en T.G., contacto y retirada, así como topdog y underdog. De acuerdo con su concepción del tiempo, considera el presente y el futuro como polaridades y, el aquí y ahora, como el centro del tiempo existencial, decisivo y creativo. Naranjo atribuye de manera directa a Friedlaender el ‘centrarse en el presente’ tan característico de la Terapia Gestalt. Perls adoptará diferentes expresiones para referirse al concepto elemental del pensamiento de Friedlaender, la Indiferencia y la Diferenciación Polar: centro, mitad, punto cero, nada, vacío, pre-diferencia, equilibrio, balance, opuestos, polos y polarizar. Peñarrubia describe el Punto Cero como una instancia interna donde todavía uno no ha apostado ni por aquello ni por esto, no ha tirado hacia la fuerza ni hacia la debilidad, no ha apostado por la rabia ni por el perdón. Un lugar de calma que se puede desarrollar como parte del proceso terapéutico porque es el resultado del juego de las polaridades : a base de pasar de blanco a negro y de negro a blanco y de blanco a negro…al final va quedando un lugar donde no hay nada, ni blanco ni negro, precisamente como resultado del juego de intensificación de los extremos. Sigue describiendo Peñarrubia el punto de Indiferencia Creativa como un punto interior, un punto psicológicamente muy sutil que donde mejor se ha estudiado y desarrollado es en el budismo, con esa atención puesta en la calma de la mente. Señala que a pesar de la gran influencia que tuvo la Gestalt del Zen, sin embargo, procede de Friedlaender la idea de que si enfocamos la realidad desde el medio, (el punto de Indiferencia Creativa) vamos desarrollando dentro un lugar poco                                                                                                                 115  ESCOBEDO  J.  ‘Pequeña  antología  de  Salomo  Friedlaender’    Pag.  40.  Mandala.  2007  

 

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determinado, un lugar de máxima libertad, porque ahí no es uno ni blanco ni negro, ni buena ni mala persona. Hay un lugar interno más allá de eso, y su desarrollo tiene que ver con la retirada y con el aspecto apolíneo: un lugar de lucidez y de virtud donde uno no apuesta por los extremos ni por la intensidad, un lugar de ayuno más que de atracón. La polaridad es ‘soy esto y su contrario’; es una filosofía de la abundancia digamos, mientras que la Indiferencia Creativa es una ascesis, un punto de menos, un punto de nada, pero que la terapia gestáltica aprecia tanto como la intensidad de los extremos. Peñarrubia identifica116 el punto cero como ese vacío fértil (que da título también a su libro sobre Terapia Gestalt) donde nada ha florecido todavía y donde se dan las potencialidades creativas. Surgirá entonces una figura (si lo queremos llamar como formación gestáltica) o se pondrá de manifiesto la orientación organísmica (autorregulación) o simplemente nos encontraremos con nosotros mismos en otro nivel de autenticidad. Y añade trayendo las palabras de Naranjo que la nada sólo es nada mientras estemos en la compulsión de hacer de ella un algo. Una vez que aceptamos la nada, todo se nos da por añadidura…una vez que dejamos de estar preocupados por esto o por aquello…nos percatamos de que somos lo que somos. Para Albert117 la experiencia de la indiferencia creativa sucede cuando el Impulso Unitario de vida, conformado por el subimpulso tierno y el subimpulso agresivo (semejantes al yin y al yang que conforman el tao) puede fluir con espontaneidad y sin distorsiones según su propia naturaleza. Entonces los subimpulsos no están disociados, ni tampoco distorsionados ni bloqueados, la persona es consciente de sí misma, está arraigada en la realidad de sí mismo, y puede actuar con espontaneidad y responsabilidad. El punto cero entonces autorregula y orienta hacia la vida, esto es, hacia el bienestar, la creatividad y la espiritualidad. La experiencia de darnos cuenta, de practicar la atención y el percatarnos tanto ‘de lo gozoso como de lo doloroso’ sin restringirlo es la cualidad imprescindible para que el proceso de maduración se vaya dando. Perls dice que el objetivo de la terapia es sencillamente ‘encontrar el punto medio’ y así también: ‘El darse cuenta per se – por y de sí mismo – puede ser curativo. Porque con awareness pleno uno se da cuenta de esta autorregulación organísmica, uno puede                                                                                                                

116  PEÑARRUBIA  F.  ‘Terapia  Gestalt.  La  vía  del  vacío  fértil’.  Pag.  110.  1998.   117  ALBERT  J.  ‘Ternura  y  agresividad.  Carácter:  gestalt,  bioenergética  y  eneagrama’.  Pag.  29.  

Mandala.  2009.  

 

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permitir que el organismo se haga cargo sin interferir, sin interrumpir; podemos fiarnos de la sabiduría del organismo. En contraste con todo esto, está la patología de la automanipulación, control del ambiente y todo lo demás, que interfiere con todo este sutil autocontrol organísmico. Y por otro lado, el “darse cuenta” de la experiencia plena, el percatarse de cómo se está atascado, los hará recuperarse y tomar conciencia de que todo el asunto no es más que una pesadilla, no es algo verdadero, no es real. El loco dice “yo soy Abraham Lincoln”, el neurótico: “Ojalá yo fuera Abraham Lincoln”, y la persona sana: “Yo soy yo, y tú eres tú”. 118 Perls hablará también del punto de indiferencia creativa como ‘centro’ de la persona, y señala el descubrimiento peculiar que sucede cuando nos damos cuenta que ninguno de nosotros es completo, que todos tenemos hoyos en nuestra personalidad. Donde algo debiera estar no hay nada y así, nos dice que muchas personas no tienen alma, otras no tienen genitales, otras no tienen corazón; toda su energía se va en racionalizar (computar), pensar. Y añade que la parte más importante que puede faltar es el centro. Sin centro, todo se va a la periferia y no hay ningún lugar desde donde trabajar. Sin centro, no se está alerta. Este lograr el centro propio, el estar cimentado en uno mismo, es tal vez el estado más alto al que puede aspirar un ser humano. Para Perls, ayudar al paciente en T.G. es permitirle descubrir que lo que espera del terapeuta, él mismo lo puede hacer tan bien como el terapeuta. En este punto me parece importante llamar la atención sobre la importancia que tienen las Técnicas supresivas en el trabajo hacia la búsqueda del punto cero. Si por un lado las técnicas expresivas sirven a la expresión del impulso y a la despenalización de cualquier juicio, el trabajo en sentido contrario se hace necesario para generar ese aspecto de centramiento, de equilibrio a través de una desidentificación con lo que antes nos hemos identificado. Una vez que hemos permitido y favorecido la identificación y la exageración con las luces y sombras caracteriales, propiciamos a través de las técnicas supresivas un trabajo de decantamiento, de soltar y decir ‘esto no, esto no’ (neti neti de Advaita). Las técnicas supresivas de acuerdo con Peñarrubia119 son aquellas técnicas orientadas a detener la evitación del paciente de experimentar la nada, evitar el ‘acercadeísmo’, el ‘debeísmo’, las manipulaciones, las preguntas, expresar vivencias en vez de hacer demandas o pedir permiso. Cuando Nietzsche se preguntaba y                                                                                                                

118  PERLS  F.  ‘Sueños  y  existencia’  pag.  26.  Ed.  Cuatro  Vientos.  1974.   119  PEÑARRUBIA  F.  ‘Terapia  Gestalt.  La  vía  del  vacío  fértil’  Pag.  176.  Alianza  Ed.  2008.  

 

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respondia 120 ‘¿Por qué el hombre no ve las cosas? Porque él mismo está en medio: él tapa las cosas’ está aludiendo a aquello que las técnicas supresivas quieren suprimir para que el hombre pueda volver a ver las cosas, volver a los sentidos. Las técnicas supresivas son los dedos de la mano de la confrontación del terapeuta (complemento de la otra mano apoyadora), con la que vamos a frustrar lo falso. De tal manera que vaya encontrándose frente al abismo que supone estar sin el ‘estrato falso’ de los roles y los juegos que es la situación de partida para Perls. A través de las técnicas supresivas vamos frustrando estos roles y juegos que implican una falta neurótica de libertad, que consisten principalmente en una fijación en determinados aspectos de la identidad, que mantienen ocupado el primer plano de la conciencia. 5.2.3.- Indiferencia creativa y silencio.A lo largo de la historia el punto de indiferencia creativa ha sido objeto de interés y estudio por los distintos caminos y tradiciones espirituales, llamándosele de muchas maneras, siendo una de las denominaciones más usadas la de ‘silencio’. Sobre el silencio dice Ramón Andrés 121 que hay un silencio que procede del desacuerdo con el mundo, y otro silencio que es el mundo mismo. Tomados en su significado más hondo, ambos constituyen una forma de audición, un fijar el oído a la consciencia para discernir qué nos escinde de cuanto nos rodea, qué nos separa de lo que somos. Este frágil sentido de la unidad, paradójicamente, es el que conforma al individuo, in-dividuus, ‘indivisible’, temeroso ante el hecho de convertirse en su propia disolución: el silencio, la no presencia de lenguaje, deja la identidad en vilo. Sin embargo, estar callado, y que las cosas callen, facilita escuchar lo que entendemos por origen, principio, momento anterior al primer giro de la Tierra que nos implicó en el devenir. Sigue Andrés diciendo que el núcleo del silencio sería conseguir que nada tenga una finalidad o explicación. Es lenguaje a punto de intervenir, una espera del nombrar. Está a salvo de lo identificable. Buscar su utilidad es desnaturalizarlo. De él se pide que actúe como un contrapeso del ruido generado por el deseo, el apego y su residuo: la historia. El silencio , el que ‘se basta a sí mismo’ y no tiene por qué interpretarse como un equivalente de inmovilidad, sólo está contenido en lo que no depara                                                                                                                

120  NIETZSCHE  F.  ‘Fiedrich  Nietzsche.  Ilusión  y  verdad  del  arte’.  Pag  55.  Ed  Casimiro.  2013.   121  ANDRÉS  R.  ‘No  sufrir  compañía.  Escritos  místicos  sobre  el  silencio’.  Editorial  Acantilado.  

 

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expectativas, de ahí que con frecuencia se le conceptúe como un estado, un acto (una actitud), inconveniente, infructuoso. Y es aquí donde Andrés nos da la pista sobre el silencio indiferente y creativo cuando afirma que: el verdadero silencio no está necesariamente en la lejanía ni en la neblina de una vaguada ni en una cámara anecoica, sino, con probabilidad, en la intuición de un más allá del lenguaje, en esa ‘zona zaguera de la inteligencia’ de la que habló Plotino y en los dominios donde el ego pierde su cimiento. Es entonces cuando el silencio detiene, ordena, crea y disuelve. Andrés nos ilustra cómo los antiguos latinos distinguían silere de tacere y cómo esto tenía que ver con que el primer término significaba la expresión de serenidad, de no movimiento, un silenciarse sin aparente objeto, impersonal. Tacere indicaba, en cambio, un callar ‘activo’, una voluntad que pretendía antes bien la disciplina del no hablar con el propósito de ajustar, o por así decir, de anular las disonancias producidas por todo aquello que rodea al ser humano. Apelaban a dos distintas dimensiones como el jamoosh (callar) y el sukood (silencio) persas, o el shaqat y el sheqet hebreos. Mientras que en sánscrito ‘silencio’ se refiere como mauná, cumplirlo con rigor se conoce con el término maunavratta. Tacere es el siópan griego; silere, el sigân que señala algo más que la concentración para obtener un fin, el reposo necesario para la lectura o atender más despiertamente la voz ajena. Silere es el verbo que reconoce la inmovilidad, la parte detenida de lo que no cesa, un abandono del deseo, el cauce del desapego. Por eso, en el lenguaje de la espiritualidad se ha asociado a una actitud mística, mientras tacere se ha vinculado principalmente a una voluntad ascética.

 

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5.3.- Arteterapias, una revisión no exhaustiva: Josef E. Garai. (Arteterapia humanista), Janie Rhyne (Gestalt art therapy) y arteterapia española. Según Elvira Gutierrez122 puede considerarse a Jung precursor del Arteterapia Humanista por diversas razones: •

Establece una analogía entre la obra de creación artística y el proceso de individuación.



Preconiza la imaginación activa como material salido del inconsciente, que es factible expresar plásticamente, por escrito o mediante cualquier otra forma, y que va a permitir durante el tratamiento un ir y venir entre lo no verbal y lo verbal, el inconsciente y la conciencia.



Entiende la imaginación creadora como personal y suprapersonal, dándole así un carácter transcendente.



Durante años llevó un diario personal de mandalas, que entendía que ayudaban a dar unidad a la psiquis.

Y desde la Gestalt, Gutierrez ha diferenciado 123 algunas características que definen el arteterapia humanista respecto de otras corrientes: •

Centra la atención en el darse cuenta del aquí y ahora.



La referencia corporal, la atención a las sensaciones corporales como desencadenante.



Mantiene la idea de proceso en marcha del que van emergiendo formas, situaciones cambiantes. No cristalización.



Se respeta y valoriza la responsabilidad del cliente en dicho proceso, es quien elige y decide en todo momento.



Se focaliza la atención sobre el proceso más que sobre el objeto creado.



No se interpreta sino que se atiende a lo que está ocurriendo en el presente.



No se admiten los juicios de valor sobre obras o actitudes de otros.



Se entiende que existe un elemento central de relación para el desarrollo del yo y es el Contacto, entendiéndolo como ‘presencia plena’ en el encuentro con el terapeuta y/o el resto del grupo.

                                                                                                               

122  GUTIERREZ  E.  ‘Arteterapia  humanista’.  Pag.  24.  Mandala  Ediciones.  2011.   123  Idem.  Pag.  26.  

 

121  



Se centra en lo que fluye o se evita en lugar de en la transferencia o la contratransferencia.

5.3.1.- Josef E. Garai. Aproximación humanista a la arteterapia124.Josef E. Garai responsable del programa de Arteterapia creativa y expresiva del Instituto Pratt en Nueva York, psicólogo y arteterapeuta humanista basa su enfoque en tres conceptos: 1.- Énfasis en la resolución de problemas: la arteterapia humanista no trata a la gente como mentalmente enferma, más bien se ocupa de los conflictos causados intrapsíquicamente como resultado del encuentro con problemas específicos en su esfuerzo por enfrentar la vida. El tratamiento se dirige hacia el reforzamiento de la voluntad de vivir y del desarrollo de la habilidad de encontrar significado e identidad dentro en un estilo de vida tan creativo como sea posible. 2.- Apoyo de la auto-actualización a través de la expresión creativa: La inhabilidad para enfrentar satisfactoriamente las vicisitudes de la vida es un fenómeno común que afecta a la mayoría de la gente en mayor o menor extensión de sus vidas. Las llamadas crisis de identidad no es un fenómeno único que el adolescente atraviesa cuando alcanza la madurez. La crisis de identidad puede ocurrir en cualquier estadio de la vida cuando se da una transición hacia un nuevo estilo de vida que es requerido. La vida es un proceso en curso con la necesidad de crecimiento continuo, cambio y desarrollo forman la esencia del enfoque psicodinámico humanista. Y por otro lado en vez de esperar a ‘curar’ gente en momentos de tensión y de ‘crisis de identidad’ la arteterapia humanista trata de asistir al paciente en sus intentos de integrar sus crisis de identidad dentro de estilos de vida creativos, así como a preparar el movimiento hacia mayores experiencias de cambio. Este cuidado y prevención de la salud mental estaría basado en la promoción de aquellos tipos de experiencias de vida que incrementan la curiosidad, la excitación, la auto-expresión y la intimidad. 3.- Aspecto transcendente: Y por último la importancia de la actualización de la persona para que sea capaz de formular un objetivo transcendente que haga la vida más plena de significado añadiéndole una dimensión espiritual. De acuerdo con estas consideraciones filosóficas paciente y terapeuta se embarcan juntos en un viaje de exploración de imágenes internas, fantasías, sueños y arquetipos.                                                                                                                 124  GARAY  J.  ‘A  humanistic  approach  to  art  therapy’.  p.188  –  192.  Bruner  Mazel  Ed  

 

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Y esta aventura a las profundidades de la psique permite a ambos cristalizar facetas bloqueadas o inexploradas de experiencias internas del paciente que traen un incremento del darse cuenta de profundos sentimientos, ansiedades y esperanzas. Para Garai la arteterapia humanista puede ser la carretera regia a la emergencia del hombre creativo, quien no estará alienado del inagotable manantial de su energía vital interior revelada a través de sus sueños, mitos, fantasías e imaginería intuitiva. Garai atribuye gran parte de influencia a su teoría a la figura de Otto Rank y a su libro ‘Art and Artist’ que lleva al lector a un viaje de descubrimiento a través de los reinos de la creación y anima a la persona a convertirse en un ‘artista de su vida’ al estilo de E.Polster ‘Cada vida merece ser una novela’ 125 moldeando su propia existencia. Rank cree que las profundidades de las experiencias interiores son las que necesitan ser golpeadas y apoyar al individuo a integrar sus significados dentro de su completa historia de vida de tal manera que pueda convertirse en un verdadero ‘artista de su vida’. El objetivo de la arteterapia humanista es para Garai el desarrollo

del

equilibrio rítmico de la personalidad que puede establecer un fluir rítmico entre las polaridades de amor y rabia, debilidad y fortaleza, privacidad e intimidad, cooperación y competición, dependencia e independencia, dominancia y sumisión, esperanza y desesperación etc. La atmósfera de la arteterapia humanista trata de crear reflejos de una total ausencia de actitudes de juicio moral que sugieran que el paciente debe ser o bueno o malo, fuerte o débil, amar u odiar. Una vez que el paciente se da cuenta de estas polaridades en conflicto puede soltar el perfeccionismo de su comportamiento y actuación para proceder hacia una auto-actualización de elecciones y compromisos. En la aplicación de estos principios en la metodología y práctica de la arteterapia Garai enfatiza la integración holística de la personalidad de Buhler que reformula: 1.- La integración holística tiene como fin la cooperación armónica entre cuerpo y mente, cuerpo y espíritu, y mente y espíritu. 2.- La persona holísticamente integrada debe buscar alcanzar dicha integración no sólo dentro de sí misma, sino con el entorno ecológico. Para Garai el objetivo de la arteterapia no es deshacerse del miedo, la infelicidad y la ansiedad. Es más bien transformar estos sentimientos en expresiones                                                                                                                 125  POLSTER  E.  ‘Cada  vida  merece  ser  una  novela’.  Ed  La  sociedad  de  cultura  de  Valle-­‐Inclán.  2003.  

 

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honestas a través de alguna modalidad creativa, que lleve a la experiencia del júbilo y la alegría que aporta el logro de tales expresiones. El más importante paso hacia la individuación es lograr el desarrollo y aprendizaje que supone ser una persona separada (especialmente de unos ‘otros’ significativos como son la madre y el padre) y a la vez capaz de hacerse cargo de la propia vida. Lo que requiere, subraya Garai, completar el proceso de separación. 5.3.2.- Teoría de la terapia Gestalt y arte: Janie Rhyne (Gestalt art therapy). Janie Rhyne fue una de las primeras autoras en publicar sobre arteterapia gestáltica. Su primera publicación ‘The Gestalt Art Experience’ data del año 1973 y está escrita a partir de la importante experiencia vivencial que ya acumulaba en ese momento. Fue también profesora de arteterapia en la universidad de Norwich. Rhyne fue una de las pioneras en este dominio en el que combinó su bagaje como artista , antropóloga y psicóloga creando la ‘Gestalt art experience’ (experiencia de gestalt arte). Termino acuñado por ella para describir su métodología de trabajo. La orientación de Rhyne ofrece guías para el uso de materiales de arte para encontrar y explorar las cualidades únicas e individuales propias (y del otro), para estimular la expansión del ámbito de percepción a través de la creación de formas con materiales de arte, y también nos ayuda a aprender la comprensión del mensaje visual que estas formas contienen. En contraposición con los primeros escritos de arteterapia gestáltica que reflejan un enfoque orientado al producto, en la revisión del año 96 que hace Rhyne de su libro mencionado antes, representa el desarrollo en este campo: el énfasis se pone en el proceso señalando que los medios artísticos sirven como puentes entre los mundos externo e interno, y las formas artísticas que emergen son mensajes que apoyan las posibilidades expresivas, las funciones de contacto y las estrategias de solución de problemas del ser humano, Rhyne sostiene que aquellas teorías difíciles de explicar en abstracto pueden ser inmediatamente comprendidas cuando se aplican referencias concretas en forma de arte para que sean entendidas. En un proceso de arteterapia gestáltica los conceptos son traspuestos en percepciones vívidas en la medida que se establece una experiencia de expresión artística. ‘Pensar con los sentidos puede ser parte del proceso terapéutico, asumiendo las imágenes creadas por el paciente como isomórficas con sus patrones de conducta  

124  

(isomórfico tiene que ver con que sus formas se estructuran de manera similar). Así las dinámicas de estructuras percibidas en pinturas pueden ser transportadas al reconocimiento de patrones de conducta, y así una expansión del darse cuenta del cliente puede traer cambios a su existencia’126. La comunicación en Arteterapia será verbal a la vez que representada a través de un medio no verbal hecho por el paciente. Así que hay un artefacto concreto creado por el paciente que queda entre este y el terapeuta, cuya presencia permite experimentar y expresar percepciones y tomas de conciencia. Rhyne señala que la representación a través del arte permite no tener que hablar en términos de configuración,

relación de figura-fondo, dinámica de

movimiento, frontera de contacto etc; permite en cambio hablar de estos fenómenos en el mismo acto de percibir y darnos cuenta de lo que hay en su nivel más obvio. Subraya además la importancia de no forzar las interpretaciones, la exploración de las dimensiones del dibujo y la elaboración de su impacto a través de la experimentación activa en presente. Los significados personales pueden o no aparecer mientras que el proceso expresivo del cliente es dirigido hacia una conciencia expandida de lo que tiene sentido para el paciente en su propia vida. Rhyne enfatiza que en el proceso de arteterapia no hay necesidad de hacer mención de teorías ni hablar en vocabulario gestáltico. Lo cual puede hacer parecer que en una consulta de terapia gestalt donde no se usa la arteterapia, el ‘gestaltés’ sea la lengua habitual del terapeuta para apoyar y confrontar a su paciente, punto que entiendo entonces como una alusión a la otra gestalt de la costa este. Muestra su acuerdo con Zinker cuando éste explica la razón por la que dibujar o pintar puede ser terapéutico: es que cuando el proceso se experimenta, permite al artista conocerse a sí mismo como una persona entera dentro de un periodo de tiempo relativamente corto. No sólo se llega a dar cuenta del movimiento interno hacia la experimentación de la completud, sino que también recibe confirmación visual de tales movimientos desde los dibujos que produce. Rhyne comparte con Zinker la importancia de empezar el trabajo arteterapéutico con movimiento, sólo después de arraigar el cuerpo y localizar la energía inicia el trabajo con el dibujo. ‘Toda actividad creativa comienza con el movimiento’.                                                                                                                 126  Rhyne  J.  ‘Aproaches  to  art  therapy’.  Bruner  Mazel  Ed.  p.175  

 

125  

La arteterapia gestáltica trata con la configuración total a través de la expresión personal en imágenes visuales, tono de voz, lenguaje corporal y contenidos verbales. Su finalidad es animar a la comunicación honesta, responsable y directa entre paciente y terapeuta. Sobre la relación, Rhyne habla del contacto entre paciente y terapeuta como una posibilidad de exploración mutua de percepciones y retratos visuales, que puede incluir también la representación en movimiento, vocalización y otras manipulaciones activas de personas y materiales en el espacio y en el tiempo. Esto se lleva a cabo de tal manera que el terapeuta puede observar (y a veces participar) el drama artístico creado por el paciente. La arteterapia gestáltica trata con la configuración completa de la expresividad personal en mensajes visuales, tono de voz, lenguaje corporal y contenidos verbales también. A través de nuestros sentidos nos damos cuenta, percibimos en acción, adquirimos conocimiento acerca de la naturaleza del mundo y de nuestro lugar en él, contactando con lo que ‘está allí’ directamente con nuestro básico, innato y organísmico sistema de percepción. De tal manera, los gestaltistas animan a la experimentación y exploración a través de la activación sensorio motora, sabiendo que esto facilita el reconocimiento y la clarificación de problemas. Un arteterapeuta gestáltico también se concentra en el movimiento activo del arte hecho por su paciente. Su interés por su paciente es sobre las formas y patrones de sus mensajes visuales. Así, anima a sus pacientes a percibir activamente qué sucede en las líneas, formas, texturas, colores y movimientos. Acompaña a que sus clientes experiencien sus creaciones, y hace de esta experiencia una parte de su darse cuenta organísmico. También tratará de evocar en sus pacientes una sensación de cómo sus formas pueden expresar significados personales. Y puntualiza Rhyne que ‘aquellos que practican las artes están pensando con sus sentidos’ como la premisa que subyace bajo el trabajo de todos los arteterapeutas gestálticos. Si las teorías de la psicología de la gestalt se basan en la habilidad que la naturaleza humana tiene para reconocer las formas que la equilibran y satisfacen, la arteterapia gestáltica trabaja hacia la activación del mejor potencial del paciente para percibir en sus propios mensajes visuales de sus necesidades y recursos.

 

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5.3.3.- Arteterapia en la gestalt española.Saltando a nuestro ámbito, Elvira Gutierrez define la Arteterapia127 como la configuración resultante de Arte y Terapia, donde no se da una unión de dos herramientas diferentes, ni es una alternancia entre ambos procesos. Ambos se apoyan entre sí y juntos constituyen el encuadre arteterapéutico. El medio artístico y el medio terapéutico pierden su hegemonía para configurar el espacio arteterapéutico. Por otro lado existen tantas maneras de abordar arteterapia como corrientes psicológicas: conductista, psicoanalista, sistémica, humanista…así como vías específicas de arte, plástico, dramático, musical, visual, escrito… En España la arteterapia gestáltica cuenta ya con publicaciones de interés como son ‘Arteterapia humanista’ (Elvira Gutierrez), ‘Pinturaterapia gestáltica’ (Katharina Widmer), ‘El teatro como oportunidad’ (Mª Laura Fernández e Isabel Montero), ‘Musicoterapia gestáltica’ (Marisa Manchado) y con escuelas dedicadas a su transmisión y formación. La propia escuela de Elvira Gutierrez, la escuela de El Caminante de Javier Almán en Málaga, o en Barcelona la EAM (Escuela de Arterapia del Mediterraneo) de Ramón Ballester. También y dentro del contexto de la AETG sigue creciendo el número de tesinas presentadas cada año que abordan este tema. ‘Arte actual y T.G.’ de Carlos Olavarría 2013, ‘Herramientas artísticas en el trabajo de polaridades’ de Carmen Pardo, o tomando alguna de las vías artísticas para conformar una arteterapia específica: a través de la escritura creativa ‘Una visión gestáltica de la escritura expresiva’ (Marisé Barreiro); a través de la música ‘Musicoterapia Gestáltica’ de Marisa Manchado, del ritmo y percusión ‘Tambores e improvisación sonora’ (Emilio Blázquez); a través del teatro: ‘Teatro y Gestalt’ (Isabel Montero y María Laura Fernández), ‘Clown y gestalt: se un payaso se tu mismo’ (Nestor Muzo), ‘Del espacio vacío al vacío fértil’ (Catalina Lladó); a través de las artes visuales: ‘El autoconcepto en videoterapia’ (Olga Rueda) entre otras propuestas disponibles para consulta y descargar en la web de la AETG.  

                                                                                                                127  GUTIERREZ  E.  ‘Arteterapia  humanista’.  Pag.  21.  Mandala  Ediciones.  2011.  

 

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6.- EL CAMINO DEL TERAPEUTA ARTISTA.

‘Ciencia, arte y filosofía crecen ahora juntos en mi interior hasta tal punto que sin duda llegará el día en que daré a luz centauros’ Friedrich Nietzsche128 ‘El artista que ha desarrollado su oficio por amor al mundo tal como es, contemplará con la misma mirada al brahmán, al perro y hasta al devorador de perros, a la víctima y al asesino, porque no puede dejar de reconocer en cada uno de ellos (ya sea a través del éxtasis estético, la compasión o el sufrimiento compartido, o, ya directamente, el horror) algo de sí mismo. Joseph Campbell129

6.1.- El camino del terapeuta artista. En este capítulo abordo el tema del camino del terapeuta-artista. Al nombrarlo ‘camino’ quiero aludir a su connotación espiritual que en el mundo de la psicoterapia se ha introducido a veces bajo la nomenclatura de transpersonal una vez echada a andar la Tercera Fuerza o Psicología Humanista. Ya Claudio Naranjo ha hablado en más de una ocasión sobre la reespiritualización de la psicoterapia que sería otra manera más clara de decirlo después que la psicología, por querer hacerse académica dejase a la espiritualidad ‘metida en el armario’. Es una expresión que sobre todo le he oído a Peñarrubia hablando de la dimensión del Arte cuando este es traído a la experimentación consciente y sin juicio de la persona, que así se convierte en artista, es decir, explora su capacidad creadora a

                                                                                                                128  NIETZSCHE  F.  Carta  a  Erwin  Rohde.  Basilea,  15  de  febrero  de  1970.  (III,  1021)

129  CAMPBELL  J.  ‘Las  extensiones  interiores  del  espacio  exterior’.  Pag.  186.  Atalanta.  2013.  

 

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través del acto creativo, a través de la percepción del arte y a través de la expresión artística de si mismo. La creación individual es un proceso donde uno se toma a sí mismo como material de trabajo sobre el que moldear, dibujar, escribir, actuar, cantar, danzar, cincelar la propia vida. Es también el trabajo que le lleva a uno, como vimos en el anterior capítulo, a ese lugar íntimo, cálido, insospechado, de refugio, ‘el último refugio del terapeuta’ que dice Claudio Naranjo, ese punto de indiferencia creativa, budhi, centro intelectual superior de discernimiento donde uno se convierte en aquello que Es. En mayo de 2012 Peñarrubia lo expresaba así en Granada ‘Hay mucha gente que tampoco está de acuerdo con que la terapia tenga nada que ver con la espiritualidad pero yo creo, como decía antes, que es la nueva espiritualidad laica; lo que durante muchos años enseñaron las religiones, que era el examen de conciencia, el desarrollo de la virtud, el conocimiento de lo que le pasa a uno por dentro, hoy lo está haciendo la psicoterapia, que ha heredado ese sentido psicoespiritual’130 Podemos llamarlo búsqueda de la verdad, aquella verdad que decían los vedas que es una y con múltiples maneras de llegar, tantas como personas. Podemos llamarlo aspiración de ‘ser uno mismo’ como sinónimo de autorrealización que la gestalt comparte, o como Peñarrubia nos sigue diciendo, la vía de la estética que ‘los artistas traducen por la búsqueda de su propio estilo, su propia voz’131. El arte es alimento para el alma se suele decir, y cada uno va encontrando qué arte le alimenta más y en según qué momento. Unos encuentran mayor facilidad para entregarse al movimiento y la danza, otros son amantes de la literatura (escrita y/o leída), hay quien se acerca a los lienzos con sus pinceles y espíritu aventurero, o quizá en busca de la pintura y su contemplación. Música y teatro también son vías regias hacia ese lugar ignoto que alimenta el alma (que no olvidemos es la psyké de la psicología). También el séptimo arte puede ser terapéutico: películas que pusieron al paciente en contacto con sus asuntos pendientes y los llevaron a iniciar una terapia como aquella paciente que ve ‘El jardinero fiel’ y decide sin consultar con su psiquiatra de salud pública abandonar los anti-depresivos que lleva años tomando y, tras entrar en crisis, buscar terapia. O aquel otro paciente con un duelo pendiente sólo                                                                                                                

130  Peñarrubia  P.  ‘Conferencia  Gestalt,  Creatividad  y  Arte’.  Granada.  Abril  2012.   131  Peñarrubia  P.  Terapia  Gestalt.  La  vía  del  vacío  fértil’  Alianza  Ed  2008.  p.  299  

 

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trabajado en la superficie pero que tras ver ‘Lo imposible’ vino a la sesión de terapia aturdido y conectado al accidente de tráfico de hace 4 años donde murió su pareja. Y como veíamos en el capítulo anterior con la arteterapia, va sucediendo que por afinidad cada terapeuta va incorporando a su manera de hacer terapia aquel arte por el que siente una inclinación natural como herramienta. El terapeuta artista desarrolla su arte, el arte de ser uno mismo y transmitir esa experiencia a sus pacientes. La transmisión en el gestaltista va ligada al estilo, que es la manera peculiar de ser por carácter y biografía. Hay terapeutas que serán más emocionales, o más de acción, o más intelectuales como es mi caso. El camino de la creatividad que conduce a descubrir el ‘arte propio’ me ha llevado a ir integrando y haciéndole más sitio al aspecto emocional de mi experiencia que me solía guardar bastante (sobre todo la rabia y la tristeza, y a veces la alegría un poco contenida), y por otro a hacerle más sitio a mi agresividad de la que andaba un poco temeroso y me impedía salir más a la acción, a participar y a jugar; como terapeuta tiene que ver con permitirme más la naturalidad, ser más confrontativo, usarme más desde la resonancia emocional y entrar menos al juego de complacer al paciente. Así y bajo esta marco de diferencias generales de carácter y estilo (intelectual, emocional, activo), he ido haciendo mi particular integración, mi nueva gestalt en base a un mayor equilibrio de las polaridades que me conforman. A veces mi ideal me ha llevado a querer vivenciar la emoción o la acción a la manera en que lo vivencia un carácter emocional o activo, y he ido descubriendo que eso no me ayuda tanto. El terapeuta es un artista también en el sentido del chamán que usa el canto, la danza, instrumentos de música en su trabajo de sanación e iluminación de la conciencia. Últimamente el trabajo de Julia Cameron132 ‘El camino del artista’ que me descubrió mi hermano Manuel, ha sido una nueva manera de darle otra vuelta de tuerca al asunto de encontrar en la escritura una vía donde seguir dándole un espacio a cada uno de los perros gestálticos, de comprometerme con mi artista, y de no sabotearme con la ligereza de los juicios. Cameron incorpora una mirada también espiritual sobre el asunto proponiendo un trabajo de producción sin juicio que le permita a uno ponerse en unas manos más grandes. ‘Gran creador-creadora, yo me ocuparé de la cantidad, ocúpate tú de la calidad’, incorporando así una relación con lo                                                                                                                 132  CAMERÓN  J.  ‘El  camino  del  artista’.  Editorial  Aguilar.  

 

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que llamábamos en el capítulo de creatividad ‘el dáimon’, que según decíamos en el capítulo de creatividad es un mediador con los dioses según nos daba alguna definición, y que en otra definición más laica y gestáltica podríamos decir que es la comunicación que sucede cuando estamos en el punto de indiferencia creativa donde la ‘situación es la que manda’ y la respuesta organísmica se va ajustando a la demanda y a la necesidad de cada momento. Por otro lado Nelson describe133 la inspiración del artista (y del terapeuta) como una especie de espera receptiva que se mantiene hasta que algo se agita en los estratos colectivos más profundos del psiquismo y sólo irrumpe en la consciencia cuando se halla completo. El artista entonces se ve arrastrado por una especie de corriente subterránea (impulso organísmico), como un observador pasivo (indiferencia creativa) de sucesos que se despliegan en la oscuridad. La chispa de inspiración brota en la intersección entre el reino de los arquetipos y la consciencia personal que queda fuera de la visión del ego, demasiado atrapado por los sentidos como para advertir cualquier cosa que ocurra fuera de su estrecho horizonte. El ego sólo es importante, remarca Nelson, para plasmar la visión de un modo que pueda ser compartido significativamente con los demás. El artista es alguien que nos recuerda las potencialidades invisibles a la que todos podemos acceder. Lo hace entregándose a su vocación de agente provocador, de agente subversivo del Fundamento que trata de socavar la represión original. No teme servir de transmisor de los tesoros de esta Fuente universal porque sabe que esos tesoros son algo que ya estamos compartiendo. Y esta transmisión la hace en el lenguaje de la metáfora y el símbolo. Una buena metáfora revela una verdad concreta que no puede ser expresada por otros medios, una verdad que, si bien nos sustrae de la realidad ordinaria, añade profundidad a las relaciones y le confiere un valor estético. Nelson describe al artista como alguien que está, simultáneamente, más loco y más cuerdo que el común de los mortales. Y refiere la diferencia entre el poeta que se esfuerza denodadamente por hallar metáforas dignas de su visión, y el esquizofrénico que habla de una realidad extraña que posee un significado oculto al que no llegan la lógica ni el lenguaje consensual. En ese caso, el esquizofrénico con un ego demasiado frágil como para soportar la tensión creativa del artista y un psiquismo en franca regresión a la consciencia pseudoinfantil, acaba siendo creativamente impotente.                                                                                                                 133  NELSON  J.  ‘Más  allá  de  la  dualida’.  Pag  442.  Liebre  de  Marzo.  

 

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Tanto el esquizofrénico como el artista se repliegan sobre sí mismos, confiando más en sus propios sentimientos e intuiciones que en las normas sociales para orientarse en la realidad. Tanto los artistas como los esquizofrénicos entran y salen de estados similares al trance o al sueño en los que se revela lo que Nelson llama el Fundamento (Tao, Consciencia Superior, Gran Mente, Paramatman…). El artista, sin embargo, rescata los tesoros ocultos en los enmarañados laberintos de la inspiración y regresa enriquecido al estado ordinario de consciencia, mientras que el esquizofrénico, por su parte, pierde el mapa y se queda atrapado en la más completa oscuridad. Por otra parte, el artista y el paranoico siempre descubren, en primer lugar, el significado y las relaciones, y sólo después las similitudes y las diferencias. Frente a lo contradictorio y lo impredecible profundizan en el lado oscuro de la consciencia en busca de lo inesperado. El significado yace oculto en los hechos aparentemente menos importantes y el misterio subyace a los tópicos. Si se les ofrecen dos alternativas ‘razonables’ siempre concebirán una tercera posibilidad. Pero aunque ninguno de los dos ve el mundo como el común de los mortales, el artista es capaz, si lo desea, y es este el matiz más importante que señala Nelson, de ver el mundo igual que los demás. 6.2.- Arte propio – arte impropio. El artista como el terapeuta gestáltico hacen un camino que les lleva hacia la expresión del arte propio, o del propio estilo como arte del quehacer terapéutico. Campbell134 afirma el parecido del artista con el místico trayendo las palabras de su mujer, dedicada al arte de la danza. “La vía del místico y la del artista se parecen, con la diferencia de que el místico no la tiene por oficio”135. Campbell se centra en la inspiración más que en la invención técnica, al igual que en la T.G. nos ocupamos más de cultivar y atender la actitud desde las que van a expresarse las técnicas (que también nos ocupamos de aprender) con las que usamos la mano derecha de la confrontación y la mano izquierda del apoyo. Este autor considera la Belleza como ‘la intención propia y normal de la Vía del Arte, afirmada en su sensual glorificación de la vida y, por ende, asentada en la fisiología’. Y justifica fisiología recordándonos a Nietzsche cuando decía “la estética del arte no es otra cosa que fisiología aplicada”.                                                                                                                 134  CAMPBELL

J. Pag 154 ‘Las extensiones interiores del espacio exterior’ Ed Atalanta.. 2013.

135  CAMPBELL.  J.  ‘Las   extensiones   interiores   del   espacio   exterior’  pag.  151.  Jean  Erdman.  Bailarina,  

coreógrafa  y  esposa  de  Joseph  Campbell.  Ed  Atalanta..  2013.  

 

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Y distingue Campbell otro nivel más profundo de la Belleza que el arte nos revela como lo sublime definido como “lo que despierta los sentimientos de estremecimiento y reverencia, así como un sentido de vastedad y poder más allá de la comprensión humana”. Así tenemos la Vía del Arte cuya intención propia y normal es la Belleza que tiene dos aspectos uno que se afirma en su sensual glorificación de la vida donde podemos encontrar el culto y polaridad dionisíaca; y por otro lado un aspecto más profundo que nos revela lo sublime, aquel misterio del que da cuenta el culto y la polaridad apolínea. Seguimos viendo esta polaridad universal descrita de manera preclara en la Vía del Arte por Joseph Campbell, lo que no es de extrañar por otro lado ya que este autor nos ha ido traduciendo los mitos de allí y de entonces así como los símbolos y el arte de tantas culturas y tiempos. En su acercamiento a la Vía del Arte, Campbell comparte que la afirmación más lúcida, concisa e iluminadora que haya encontrado sobre los fundamentos del arte es la efectuada por James Joyce en el último capítulo de su libro ‘Retrato de un artista adolescente’. Allí Stephen Dedalus alter ego de Joyce dice ‘El arte es la disposición humana de la materia sensible e inteligible con una finalidad estética’. Campbell (siguiendo la enseñanza que Joyce enhebra en aquel capítulo) distingue entre dos tipos de arte. Arte propio y arte impropio que podemos ir traduciendo también como Estilo propio y estilo impropio del terapeuta gestáltico: El arte propio, tanto respecto a la materia como a lo inteligible, (siendo lo inteligible ‘un orden de belleza más allá de lo inmediatamente sensible’) reside en la percepción estética desinteresada, en la aprehensión, en lo sentido, mientras que el arte “impropio” es el que está al servicio de intereses distintos de la estética…, como puede ser la ética, la economía, la sociología o la política. Hay dos tipos de arte impropio: el que despierta el deseo del objeto representado y el que suscita la aversión o el miedo al objeto. Al primero lo llama pornografía: todo el arte publicitario es pornográfico porque está destinado a promover en el espectador la posesión de alguna manera del objeto representado. Al segundo arte, que suscita aversión o miedo, Joyce lo llama didáctico. Los dos tipos mueven al espectador (o al menos se proponen moverlo) a la acción, ya sea con una actitud de deseo o de miedo o de repugnancia hacia el objeto. Lo acerca o lo aleja de él, por lo que Joyce lo califica de cinético (del griego kinetikos, de kinein, “mover”) y nosotros, dionisiaco o ámbito de la creatividad.

 

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Por el contrario, al arte “propio” es estático (en griego, staikos, “que genera quietud”). Hablamos, por ejemplo, de un “arrebato” o una “parálisis estética”; una situación que no induce a ningún tipo de movimiento, sino a una detención en la contemplación y el goce (estético). En palabras de Joyce: “La mente se detiene y se eleva por encima del deseo y la aversión”. Es esta elevación de la mente y, con ella, del ojo que contempla, por encima del deseo y la aversión, del deseo y el miedo, lo que asemeja a la vía del arte y al artista con el místico. La vía del arte, “propiamente” seguida (en el sentido de Joyce), conduce asimismo a esa cima de la visión trascendental que está en todas partes, más allá de los opuestos. El Arte propio, como el estilo propio del terapeuta, se asienta en un lugar estático, inmóvil y de indiferencia creativa. Quiero ver una correspondencia por tanto entre Dionisio – Apolo y entre arte impropio – arte propio, que me parece interesante para la comprensión de la búsqueda del estilo propio, y por tanto de su arte, de cada terapeuta. Aporto de nuevo las palabras de Peñarrubia para cerrar este apartado y describir este ciclo de ida y vuelta que hace el artista, una ida al festín creativo y una vuelta al ayuno del arte. ‘Al final es como si la terapia, a través de lo creativo, pudiera llegar al Arte y cerrar el ciclo, porque en principio era el Arte lo curativo, no la terapia (que no existía). Para los primitivos las enfermedades venían de los espíritus invisibles así que el Arte era la única forma de acceder a los espíritus invisibles e invocarlos para que curaran. El Arte nació con un sentido curativo que hoy tiene la terapia. Haciendo este camino de lo clínico a lo espontáneo y de lo creativo a lo artístico cerramos el ciclo : del Arte a la salud / de la terapia al arte. Perls al final de su vida sintetizaba la gestalt en recuperar la confianza en la sabiduría del organismo.’136

                                                                                                                136  PEÑARRUBIA  P.  Conferencia  gestalt,  creatividad  y  arte.  Granada  2012.  

 

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6.3.- De lo psico-emocional a lo espiritual Son pocos ya los que niegan la dimensión espiritual del ser humano, al menos entre la ‘parroquia’ gestáltica. Cómo uno la nombra, experimenta, busca y encuentra es ya otro cantar. Decía Jung sobre la psicoterapia que esta debía adaptarse a cada paciente y así, habría tantas maneras de hacer terapia como pacientes; de igual modo el encuentro con esta dimensión tan particular del ser humano que es la espiritualidad tendrá un recorrido único e intransferible para cada buscador. En el ámbito de la psicología no fue hasta la llegada de la Tercera Fuerza en los años 60 en que la psicología volvió a mirar y a recuperar el objeto de su estudio, su psiqué, su alma, y a apellidarse ‘humanista’. Empezó a mirar con respeto y simpatía los distintos caminos y tradiciones espirituales. Hasta entonces las dos corrientes principales de la psicología, Conductismo y Psicoanálisis, disputaban la hegemonía sobre la relación de ayuda con sus maneras diferentes de entenderla, y en ambos casos, mirando con cierto despecho y recelo la espiritualidad y las experiencias de aquellos que participaban de esa búsqueda, hablando directamente de patología donde ‘estados de conciencia transcendentes se han interpretado desde la psicología y la psiquiatría como “regresiones patológicas del ego de proporciones casi psicóticas”; las experiencias místicas se han tachado también de “regresiones neuróticas a la unión con el pecho”, los estados extáticos como “neurosis narcisistas” y la iluminación como “regresión a etapas intrauterinas”137. La psicología por querer hacerse científica olvidó el objeto de su estudio, el alma y así fue como tiramos el bebé por el desagüe al querer cambiar el agua. Y así estuvimos hasta que llegaron los años 60 a la costa oeste de EEUU y en concreto a California, que podemos tomar como ‘emergente comunitario’ de un cambio y apertura de conciencia en la zona occidental del planeta. Confluyeron en aquella California de los años 60 muchas cosas, la contracultura a través de la generación beat que insatisfecha con el modelo americano de ‘consume, trabaja más para seguir consumiendo más’ sembró los corazones de muchos con la semilla de la insatisfacción y la búsqueda. Allí se encontraron muchos que tenían sed y muchos que eran fuentes vivas de enseñanza espiritual de tradiciones orientales menos conocidas o disponibles hasta la                                                                                                                 137  PEÑARRUBIA  P.  Terapia  Gestalt.  La  vía  del  vacío  fértil’  Alianza  Ed  2008.  p.  274  

 

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fecha. También llegaron terapeutas con largo recorrido que habiendo buscado en otras fuentes aparte de la psicología, habían ido integrando en su quehacer terapéutico todos los aprendizajes cosechados en sus búsquedas. Y no sólo psicólogos, buscadores de todo pelaje que procedían del mundo del arte, de la antropología, del estudio de la mitología, de la física… ‘El veranito de San Miguel’ lo ha llamado Claudio Naranjo en alguna ocasión haciendo alusión a una pequeña eclosión de la conciencia como preámbulo a una mayor apertura que tendría que venir años después (entre 1987 y 2012) con la esperada llegada de la canturreada ‘era de acuario’ que pondría fin al anterior ciclo de piscis y que supondría una posibilidad de mayor elevación del nivel general de consciencia en el planeta, o Gaia. La psicología humanista como tercera fuerza alternativa al psicoanálisis y al conductismo imperantes se empezó a hacer hueco. Una miríada de enfoques y modelo terapéuticos fueron tomando forma y nombre. De un lado los disidentes del psicoanálisis como Wilhelm Reich con el Análisis Estructural, Karen Horney, Fritz Perls (alguien de práctica diaria de meditación según afirma Naranjo) y la terapia Gestalt, Erich Fromm que enviaba a sus discípulos a retiros de meditación zen con el maestro Ejo Takata a Méjico138, Carl G. Jung al otro lado del atlántico con el Análisis Funcional o psicología profunda, y otros tantos que fueron dejando al padre freudiano y siguiendo su propio camino desarrollaron nuevos modelos terapéuticos inspirados por su propia búsqueda surgida del cuestionamiento al modelo psicoanalítico. Antes de los años 60 hubo también psicólogos como William James que quisieron ir más allá de la ortodoxia e investigar los estados no ordinarios de consciencia y ponerlos en valor e importancia respecto de la salud. James en su obra ‘Las variedades de la experiencia religiosa’ de 1902, apunta como idea central que ‘la “experiencia” es un fundamento más sólido y fructífero para la creencia religiosa que los sistemas metafísicos o los argumentos teológicos, y que las experiencias de visionarios y místicos, por irracionales que puedan parecer, han de incluirse en toda explicación de la realidad que pretende ser total’139. James que ya anticipaba aquella máxima gestáltica de ‘no aceptes otros deberías que los tuyos propios’ y sobre la importancia de la propia ‘masticación’ a través de la experiencia, era además de psicólogo, filósofo y científico. Y como tal, además de la mera observación quiso investigar también por su cuenta los estados alterados de consciencia y resolvió                                                                                                                

138  JODOROWSKY  A.  ‘El  maestro  y  las  magas’.  Ed  Siruela.   139  LACHMAN  G.  ‘Una  historia  secreta  de  la  consciencia’.  p.54    Ed.  Atalanta.  2013.    

 

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inhalar óxido nitroso convirtiéndose en unos de los primeros psiconautas de la psicología. El relato de su experiencia es ahora un clásico de los textos místicos de los tiempos modernos, y uno de los más divertidos. James en aquella experiencia bajo los efectos del gas ‘experimentó la conciliación de los opuestos’ y escribió al respecto: ’Tengo hojas y hojas de frases dictadas o escritas durante la intoxicación que al lector sobrio le parecen estupideces sin sentido, pero que en el momento de transcribirlas se fusionaron en el fuego de la racionalidad infinita. Dios y el demonio, el bien y el mal, la vida y la muerte, yo y tú, sobrio y ebrio, materia y forma, blanco y negro, cualidad y cantidad, arrobamiento extático y estremecimiento de horror, vomitar y tragar, inspiración y espiración, destino y razón, grande y pequeño, extenso e intenso, en broma y en serio, trágico y cómico, y cincuenta contrastes más desfilan por estas páginas con la misma monotonía’140. Podemos apreciar cómo James se encontró con la experiencia de la Indiferencia Creativa (vieja y novísima gestalt), el lugar de desapego interno donde nacen y mueren todas las polaridades. En Europa, con anterioridad a estos años sesenta californianos, también había muestras de esta inquietud que trataba de devolver el estudio de la psicología a su genuina raíz semántica, psiquè del griego: alma. Jung fue uno de ellos y quiso a través del desarrollo de la Psicología Profunda incorporar sus intereses en mitología y tradiciones orientales, convirtiéndose también en practicante de meditación. ‘Psicología de la posible evolución del hombre’ fue el título que dio Pietror Ouspensky al libro que conformaría la serie de cuatro conferencias impartidas en Londres por él y por su maestro entonces, Gurjdieff, durante los primeros años de la década de 1930. Allí muestra la naturaleza del trabajo espiritual enmarcado en la tradición del Cuarto Camino, y nótese en el título de aquel libro la cercanía a esa otra acepción de la psicología humanista también llamada del Potencial Humano. En EE.UU. hay que citar entre los santuarios del camino terapéutico-artístico, al Instituto Esalen, una comunidad residencial y centro de retiros en Big Sur, California. Fundada en 1962 por Michael Murphy y Dick Price, sus objetivos eran explorar el ámbito de las humanidades y las ciencias en orden a completar lo que Aldous Huxley llamó ‘las potencialidades humanas’. Esalen fue pronto conocida por el encuentro que hizo de filosofías de oriente y occidente a través de los talleres                                                                                                                 140  Idem.  p.  57  

 

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experienciales y didácticos. Hoy día está enfocada en la educación humanista alternativa. Es una organización sin ánimo de lucro que realiza actividades de crecimiento personal, meditación, masaje, Gestalt, yoga, psicología, ecología, espiritualidad y comida orgánica. 6.3.1.- El viaje del héroe. Tras esta panorámica y volviendo al tema enunciado, de lo psico-emocional a lo espiritual trata el viaje en el que se embarca el héroe de todos los tiempos descrito a través de tantas narraciones donde se describe el proceso de muerte psicológica y de renacimiento espiritual. Peñarrubia creó hace tres décadas el taller de ‘Las cuatro caras del héroe’ del que hablaré en el capítulo próximo, a lo largo del cuál se hace el viaje que este subtítulo expresa: de lo psicoemocional a lo espiritual. El viaje del héroe pasa por distintas etapas de las que Naranjo ha hecho una descripción amplia de las fases y pormenores del viaje en tres de sus libros ‘El niño divino y el héroe’141(a través de los cuentos para niños) , ‘Cantos del despertar’142 (cuentos de sabiduría y los los grandes poemas y narraciones de occidente) y recién publicado en diciembre de 2013 ‘El viaje interior’143 (las grandes narraciones de oriente). Una lectura deliciosa cada uno de ellos por otro lado, imprescindible en la biblioteca básica y/o avanzada del buscador. Al principio de ‘Cantos del despertar’ nos muestra la imagen de Robert de Ropp (un discípulo de Ouspenky) tomando el mapa del cuarto camino de las enseñanzas de Gurjdieff (que hablan de siete tipos de hombre, y de mujer claro está, de acuerdo a su nivel consciencia). Vemos en este dibujo una descripción de los distintos niveles o grados de consciencia en siete distintos estratos o tipo de hombre: 1,2 o 3 para el nivel ordinario de consciencia, y hasta 7 según se da un incremento en la gradación. Vemos en esta imagen al hombre 1, 2 o 3 dentro de una fortificación, que podemos nombrar la jaula de la neurosis, la cueva de platón donde sólo vemos sombras porque la vida ocurre allí y no aquí. La persona de este grupo es el hombre máquina, neurótico, dormido, que camina sin avanzar sobre una rueda de andar y que                                                                                                                

141  NARANJO  C.  ‘El  niño  divino  y  el  héroe’.  Editorial  Sirio.   142  NARANJO  C.  ‘Cantos  del  despertar’.  Ediciones  La  Llave.  2002.   143  NARANJO  C.  ‘El  viaje  interior’.  Ediciones  La  Lave.  2013.  

 

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sólo puede llegar a despertar si decide empezar su viaje de búsqueda. Si este hombre o mujer inicia la búsqueda se convierte en número 4 quién avanza a través del bosque que rodea la ‘Montaña Sagrada’. Este bosque que atraviesa el ‘Bosques de la Búsqueda’, es una etapa de trabajo psicoemocional, de ponerse en contacto con los asuntos pendientes, con su neurosis y puntos ciegos, darse cuenta de que no se da cuenta. San Juan de la Cruz hablaba en este sentido desde la mística de la vía purgativa porque purgamos la pus de la herida que nos acompaña desde tanto tiempo, desde que éramos niños. En el modelo de Peñarrubia que presento en esta tesina, el hombre número 4 transita por la vía de la creatividad en la que va recuperando sus ojos, sus oídos, su olfato… su corazón. Alguien que estaba escindido a base de rechazar aspectos de sí mismo, los va recuperando por medio del permiso, del reencuentro con la espontaneidad y el impulso libre de juicio y penalización. En ese reencuentro va surgiendo una nueva configuración. Y los demonios del mandala de Escher (capítulo de creatividad) que uno veía feos y pecaminosos empieza a percibirlos de otra manera porque los puede ir mirando con los ojos del corazón, de la aceptación, del amor. Entonces los demonios se transforman, descubrimos también su belleza, y se convierten en energía disponible al servicio de la vida tanto como los ángeles. Podemos identificar de acuerdo a la descripción de J.J.Albert144, el subimpulso agresivo con los demonios y el subimpulso tierno con los ángeles. Así el hombre número 4 que ha hecho suficiente trabajo sobre sí, suficiente purga, puede haber avanzado hasta llegar a la cima de la ‘Montaña Sagrada’ donde se convierte en el hombre número 5. En el hombre número 5 nos dice Naranjo, ha nacido un yo superior. Ha llegado a lo que parecía la cima, pero que revela una altura que está más allá y que antes no se veía, por lo tanto es necesario descender para acceder a la cima real a la que aún no habíamos llegado (hombre número 7). Entre ambas cimas existe un abismo, de modo que la etapa del viaje entre ellas (número 6) constituye a la vez un progreso y una regresión en descenso. Podemos decir que es en esta etapa del hombre nº5 donde empieza la vía espiritual o del Arte, donde el trabajo psicoemocional continua a través de la vía de la creatividad, pero donde uno empieza a contactar con aquella dimensión más sutil de la                                                                                                                

144  ALBERT  J.J.  ‘Ternura  y  agresividad.  Gestalt,  bioenergética  y  eneagrama’.  Mandala  Ediciones.  

2009.  

 

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conciencia que le va acercando o poniendo en contacto con su punto cero, de indiferencia creativa. Y de acuerdo a la mística de San Juan de la Cruz entre la fase iluminativa del hombre nº5 y la fase unitiva final del hombre nº7 hay una noche oscura del alma (nº6) que es la regresión que lleva aparejado el progreso de descender la primera cima para poder llegar a subir la cima real. Esta fase alude al momento de retracción del ego, a la vía de ayuno que en el modelo de Peñarrubia caracteriza la Vía del Arte. Este esquema que apunta, como tantas veces al hablar del proceso terapéutico, no es lineal, más bien ocurre en espiral y a veces laberínticamente. En terapia gestalt utilizamos las técnicas supresivas para que nuestros pacientes dejen de manipular el ambiente y se enfrenten al abismo, al vacío que al principio es desierto porque uno no sabe cómo hacerlo después de haberse apoyado en roles y muletas varias, pero que si perseveramos, si como terapeutas acompañamos ese lugar de encuentro con el abismo lo suficiente en nuestros pacientes (porque sabemos de aquella experiencia al haberla mamado y padecido en nuestras carnes de buscadores-pacientes-aprendices) el desierto empieza a florecer, el vacío estéril se hace fértil. Y mientras más se va uno familiarizando con este vacío fértil, más despojado de lo accesorio y superfluo se va quedando en su estilo, en su arte de hacer terapia, de ser persona. Y así llega uno al hombre o mujer nº 7, al superhombre de Nietzsche y recordemos su secuencia camello, león, niño. El superhombre es alguien que recuperó a su niño; o en palabras del cristianismo llega uno al hombre nuevo que murió para volver a nacer ‘en verdad, en verdad te digo que el que no nace de agua y de espíritu no puede entrar en el Reino de Dios’145. O en el antiguo culto a Dionisio, otro que fue hijo de una mortal y un dios, que muere y renace (dio-nisio, el dos veces nacido). El hombre número 7 es alguien que sabe de ese lugar de feliz disponibilidad a lo que la situación demanda. Es el ser humano iluminado, que ha realizado al ser. Uno puede estar apoyado en ese lugar de neutralidad, de nada, de vacío, quietud, con el que se familiarizó, que antes angustiaba tanto y del que uno se amigó haciendo el trabajo al que invita Naranjo ‘hay que amigarse del vacío’ decía en un SAT. Juanjo Albert describe este proceso a través del modelo que propone donde encontramos el Impulso Unitario de Vida formado por dos subimpulsos: un                                                                                                                 145  SAN  JUAN  Evangelio  según.  Capítulo  3,  versículos  3-­‐5.    

 

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subimpulso tierno que da cuenta de todo el organismo según van apareciendo las necesidades como emergentes en cualquiera de sus niveles (sensitivo, intuitivo, sensorial, emocional e intelectual) y un subimpulso agresivo como opuesto a regresivo que es la capacidad del organismo de hacer la homeostasis que le permite buscar el equilibrio con su medio externo. Es el movimiento hacia que permite satisfacer las necesidades del organismo, de contacto y de retirada. Albert146 describe al individuo saludable cuando las dos funciones del Impulso Unitario están disponibles y no bloqueadas. Si este estado del organismo permanece estable, el individuo es sano. Y si, además, también da cuenta del nivel espiritual y puede actuar en consecuencia libremente, el individuo puede que sea santo. El proceso del Viaje Interior, o la Única búsqueda (utilizando el título de dos de los libros de Naranjo) ha sido descrito y expresado a través de la mitología, del mito del viaje del héroe que como decíamos antes es un mapa de este viaje universal y tiene según Joseph Campbell147 cuatro funciones que abordaremos en el capítulo siguiente. Antes de hacer el taller de las 4 Caras, tenía para mí la mitología ese barniz superficial con el que lo ha recubierto el mundo patriarcal que la dejaba con un ropaje poco atractivo e interesante. Y descubrí que la transmisión oral de los mitos tiene un sentido profundo porque no sólo se transmite una historia, sino la enseñanza profunda y oculta que esa historia lleva consigo y que Naranjo148 ha descrito en cuatro niveles de significado de acuerdo a Santo Tomás, citado por Dante en su Divina comedia. Así, tenemos un nivel literal, un nivel alegórico, otro nivel moral y otro más profundo y anagógico, haciendo uso de un término náutico que se refiere a levantar anclas. Este nivel anagógico es el de una mente que se ha hecho a la alta mar de la consciencia mística, y por lo tanto solo puede ser comprendido cabalmente por personas conocedoras de la propia experiencia contemplativa.

                                                                                                                146  ALBERT  J.  ‘Ternura  y  agresividad.  Carácter:  gestalt,  bioenergética  y  eneagrama’.  Pag.  29.  

Mandala.  2009.  

147  CAMPBELL  J.  ‘El  poder  del  Mito’.  Emece  editors.  1988   148  NARANJO  C.  ‘El  viaje  interior’.  Pag.  32.  Ediciones  La  Llave.  2013.  

 

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6.4.- Gestalt transpersonal: espiritualidad laica. ‘De lo que estoy seguro es que las formas futuras de la experiencia religiosa serán completamente distintas de las que ya conocemos en el cristianismo, en el judaísmo, en el islam, que ya están fosilizadas, desvirtuadas, vacías de sentido. Estoy seguro de que habrá otras expresiones. ¿Cuáles? No puedo decirlo. La gran sorpresa es siempre la libertad del espíritu, su creatividad’ Mircea Eliade, ‘La prueba del laberinto’. Y llegamos a este punto que viene a ser el centro ígneo de esta tesina. Si todos los camino conducen a Roma, la espiritualidad laica es una Roma no a la que hay que llegar, es más bien una Roma que ya se halla presente en cada paso del camino y que vamos descubriendo por un proceso de desvelamiento óntico. Así la creatividad y el arte que la T.G. propone son aspectos de una espiritualidad profunda, laica y ‘no santurrona’. La espiritualidad laica emana de la T.G. mientras transcurre como terapia y mientras pasa a convertirse en filosofía de vida. Aquellas actitudes que transmitimos en nuestras consultas, y que antes hemos mamado en otros sillones como pacientes o en grupos de entrenamiento, pasan a incorporarse a la vida. Entonces ‘la vida es vivir más y más que vivir’ palabras atribuidas según Naranjo149 a su amigo filósofo y polaco Bogumil Jasinowski, que describen como cuando la T.G. se va incorporando como una filosofía de vida reconocemos por un lado un aspecto en la vida que es horizontal, autoperpetuante o autopoyético150. Y cuando funciona bien este aspecto horizontal de la vida que libremente se expande, se hace manifiesto también un nivel vertical, que es ‘más que vivir’, que es cuando la conciencia despierta al misterio del espíritu, a la gnosis, conciencia del vacío, conciencia de la conciencia o como quiera que se le llame, ello no interfiere con el simple vivir, sino que lo inspira. Y cuando aparece la sabiduría, aparece también una mayor libertad; la vida se pone en orden y todo fluye como debe fluir. Y recíprocamente, cuando todo fluye como debe fluir (cuando todo procede armoniosamente) la mente adquiere la suficiente sutileza para entender el misterio de su centro vacío. Para Peñarrubia la espiritualidad laica tiene que ver con esta confianza en la rectitud de nuestra naturaleza (que es como lo traduce Claudio Naranjo) y eso es tanto una                                                                                                                

149  NARANJO  C.  ‘Cosas  que  vengo  diciendo’.  Pag.  101.  Kier  2005.   150  Autopoyético:  capacidad  de  la  vida  para  autoorganizarse  y  autorregularse  a  sí  misma.  

Concepto  usado  por  los  biólogos  Alberto  Maturana  y  Francisco  Varela.  

 

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concepción de la salud como un camino a través de lo creativo, de lo artístico, para llegar a la esencia del alma, al arte. En el modelo de Peñarrubia contacto y espontaneidad convergen con la creatividad como proceso que se alimenta de lo colectivo, de forma que el buscador o aprendiz trabaja en la órbita del maestro y remite a la figura del artesano, que siempre se inscribe en un gremio, en un grupo de pertenencia. Por otro lado la retirada y la conciencia gestálticas convergen en el arte, remiten a la figura solitaria del artista ya que su búsqueda es individual y personal. Ambos caminos, el de la comunión y el de la ascesis son complementarios desde la visión integradora de la gestalt, aunque la aspiración del primero tenga que ver más con la salud y la del segundo con la espiritualidad. Para una mente no dualista ambos son, si no sinónimos, al menos inseparables. En la Mundaka Upanishad 151 hay una imagen reveladora que expresa estos dos aspectos de la existencia: Dos pájaros, siempre amigos y con igual nombre, subidos en el mismo árbol. Uno de los dos toma el fruto de diferentes sabores. El otro observa sin comer. El árbol simboliza la individualidad de cada ser humano; los dos pájaros, los dos tipos posibles de conciencia en nuestra especie: la implicada en las necesidades y deseos, y la que permanece distanciada, silenciosa y es sólo testigo. Hay pues dos momentos en la estructura de nuestra relación con la realidad: uno de ellos regido desde la necesidad y el deseo, y otro desde la distancia de la necesidad y el deseo, eso quiere decir, desde el silencio de estos. Sobre estos dos aspectos de la conciencia Corbí152 señala que la capacidad de distanciamiento de nuestras necesidades al volvernos a las realidades y, por tanto, la facultad de silenciar nuestros deseos y temores, y nuestras interpretaciones y valoraciones, resulta ser un momento intrínseco de nuestra estructura de vivientes culturales. Si no existiera la distancia entre la significación de la realidad y la realidad misma, como ocurre en los animales, no nos sería posible cambiar los modos de vida, ni serían posibles las mutaciones culturales. Estaríamos tan fijados como los restantes animales. Se requiere, pues, un grado u otro de experiencia de la distancia de la

                                                                                                               

151  Mundaka  Upanishad  III,  1  en:  La  ciencia  del  brahman.  Trotta,  Madrid.  2000.   152  CORBÍ  M.  ‘Hacia  una  espiritualidad  laica.  Sin  creencias,  sin  religiones,  sin  dioses’.  Pag.  324.  

Editorial  Herder.  2004.  

 

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inmediatez de las necesidades y los deseos, que es un silenciamiento de los mismos para la supervivencia de los humanos como especie cultural. Gracias a esa capacidad de silenciamiento, sigue Corbí, y gracias a la experiencia no relativa de las realidades, son posibles los cambios culturales y pueden existir las ciencias, la filosofía, el arte y la espiritualidad. Esta capacidad de silenciamiento de la interpretación y de la valoración de la necesidad crea un ámbito de libertad y una peculiar calidad en la relación con las realidades que es neta y exclusivamente humana. En la Upanishad el pájaro que come los frutos, es el pájaro que alentamos en T.G. a salir de la jaula través del trabajo expresivo por medio de las polaridades y de su expresión despenalizada. El pájaro que observa es el que vamos reconociendo primero de lejos, que luego vamos conociendo más íntima y gradualmente a través del trabajo de ayuno y retirada. Son también como alguien ya habrá intuido Dionisio y Apolo compartiendo caos, armonía y espacio organísmico. Y sobre una feliz convivencia de estos dos pájaros, nos dice Naranjo153 que el misterio dionisíaco es el misterio de la inmersión, una disolución de la mente en el todo. Se asocia a Dionisio con el ilimitado y fluido mar, con la embriaguez mística, con la disolución del yo. El misterio apolíneo, en cambio, es el misterio del fuego que lo quema todo, el misterio de la muerte interior de la desidentificación respecto de la corriente de la vida. En su entrega a la corriente de la vida, sin embargo, Dionisio acepta la muerte, y Apolo, en su distancia desapasionada, sirve al triunfo de la vida y de sus formas. Uno dice: ‘yo soy eso’ (tat tuam asi) y otro dice ‘yo no soy eso’ (neti neti). Decía Lao Tze que es un misterio cómo se encuentran esos dos, pero en la psicoterapia se hace obvio, y añade Naranjo que la entrega y el autoconocimiento constituyen vías complementarias y compatibles. Los antiguos, seguramente conocieron un nivel de experiencia profunda, propia de la madurez espiritual, en que coinciden el ‘hacerse nada’ del desapego y la entrega a la corriente de la vida una, pues así lo sugieren sus santuarios y ritos. Así, Naranjo nos ilustra cómo la tumba de Dionisio se encuentra en la gruta de Delfos donde la Pitia transmitía el oráculo de Apolo.

                                                                                                                153  NARANJO  C.  ‘Cosas  que  vengo  diciendo’.  Pag.  101.  Kier  2005.  

 

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Por otro lado los signos iconográficos y rituales sugieren que Apolo (quien preside los misterios menores en Delfos) y Dionisio (que preside los misterios mayores en Eleusis) se corresponden con dos fases de un mismo desarrollo. Naranjo destaca como revelador el que los griegos reconocían a Dionisio en el Osiris de los egipcios así como en el Shiva de los hindúes, y a Apolo en Orus o Vishnu de los hindúes. El proceso del viaje interior lleva a atravesar por un periodo romántico (extático de embriaguez divina) y a llegar a la madurez, a un nuevo periodo de nueva sobriedad que coincide con un nuevo nivel de autocontrol (un control espontáneo esta vez) ‘que hace menos visibles a los sabios que a los aprendices’. Así que no puede ser de otra manera que Naranjo también reitere esta equivalencia en importancia de los dos aspectos dionisiaco y apolíneo en la figura de Perls, quien quedó con una imagen un tanto distorsionada, en parte por el intento de caricatura que le quisieron hacer desde la costa este poniendo el acento más en el aspecto dionisiaco bajo serpentina circense, y en parte por la actitud antirreligiosa de Perls que hacía aún más desapercibido todo lo que tenía que ver con su espiritualidad no santurrona, más al estilo de un maestro zen o un chamán. Dice Naranjo154 que ‘aunque sea cierto que Fritz Perls haya sido un gran dionisíaco, sería aún más exacto decir que fue un cincuenta por ciento dionisiaco y cincuenta por ciento apolíneo’. Y nos describe el camino dionisíaco como uno completamente misterioso (frente a las ciertas formas ya prefijadas de la virtud: ciertas normas, ciertos mandamientos, reglas o recetas del camino apolíneo), como también lo es el camino del chamán, parafraseado con la frase del célebre rabino de Polonia que dijo, unos tres siglos atrás “Todo lo que aprendí, lo aprendí de mi padre; él no imitaba a nadie. Yo tampoco”. Un chamán aprende principalmente de sí mismo, de su inspiración y de su experiencia. Lo apolíneo, en cambio, es una actitud mental que se orienta según ciertas formas establecidas, ciertos principios. Y señala Naranjo que no sólo en la Gestalt sino también en el chamanismo antiguo, ambas cosas estaban presentes. Un chamán es un guerrero disciplinado y a la vez es un extático entregado. Cada cosa en su momento. Y pareciera que también en la psicoterapia se está llegando a una

                                                                                                                154  ‘Cosas  que  vengo  diciendo’.  Pag.  92.  Kier  2005.  

 

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comprensión implícita de que los polos dionisíaco y apolíneo del espíritu constituyen una complementariedad.

6.5.- Artistas de la Búsqueda. De Jung a Paul Goodman y Claudio Naranjo Presento ahora el trabajo de Jung, uno de los disidentes del tronco psicoanalítico, y me detengo un poco más en dos gestaltistas que hicieron de la terapia gestalt una psicoterapia impregnada de espiritualidad: más a través del arte, la educación y la protesta social con Paul Goodman desde la Gestalt de Cleveland, o a través del arte y las grandes tradiciones espirituales en general y el budismo en particular de Claudio Naranjo o Gestalt de la costa oeste. 6.5.1.- Jung el alquimista.Carl Gustav Jung (1875 – 1961) fue un médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo, figura clave en la etapa inicial del psicoanálisis donde fue uno de los más cercanos discípulos de Freud hasta que rompió su relación con él, e inició su camino transformando su bagaje psicoanalítico en la Psicología Profunda, que como Perls hiciera en la gestalt, Jung integraría en su manera de entender la relación de ayuda y el proceso de maduración, todo el acervo de intereses varios que tuvo relativos a la mitología, al estudio de los símbolos y de las tradiciones esotéricas y espirituales. No pretendo pormenorizar aquí todo el pensamiento y la aportación de Jung a la psicoterapia y su re-espiritualización que es donde este capítulo pone la lupa. Su aportación en ese sentido podemos decir que es incuestionable y de un enorme valor. En mi camino vital hasta llegar a la gestalt, fue la primera psicología viva y profunda con la que me topé a través de algunos talleres que impartía Josué Rosas, un terapeuta mejicano Junguiano que de vez en cuando venía a España y con quién me revitalizaba en algunos de los talleres a los que asistí en mis dos últimos años de carrera. Jung fue conocido como ‘el gran disidente’ donde ya olfateamos el aroma de la contracultura que tan bien reconocemos en la gestación de la Terapia Gestalt. Así Jung en su disidencia estaba haciendo contracultura frente al movimiento psicoanalítico. Desarrolló una manera de entender la psique, la psicoterapia y el psicoanálisis muy diferente al psicoanálisis ortodoxo creado por su maestro. En su  

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extensa obra escrita realizó múltiples estudios de interpretación y análisis de productos culturales desarrollando su concepción de inconsciente colectivo e imágenes arquetípicas. Su producción es vasta pero vale la pena citar dos ensayos donde asienta sus reflexiones en torno al camino del artista que nos interesa donde desvela sus intereses sobre la actividad creadora, el artista y la obra de arte, cuyos títulos son Sobre las relaciones de la psicología analítica con la obra de arte poética (1922) y Psicología y poesía (1930). Llamo ‘Jung el alquimista’ a este apartado aludiendo al Arte que él desarrolló como esa rama de conocimiento espiritual esotérico (oculto) por la que Jung se interesó y recuperó para la psicología, junto con la Qabalah, la astrología y el tarot, traduciendo estos conocimientos herméticos a un lenguaje psicológico, logrando introducirlos en la cultura occidental moderna y revalorizándolos. Es un conocimiento universal procedente de las culturas de los pueblos antiguos (babilonios, egipcios, mayas y otros) que desarrollaron un complejo sistema de pensamiento abstracto/sagrado que se expresa fundamentalmente a través de símbolos que los iniciados toman como fuente de conocimiento y de conexión con el sendero sagrado y la memoria de la naturaleza, camino inaccesible por otro lado al pensamiento lógico. Jung habla del proceso de individuación como el proceso de llegar a ser un individuo (no-dividido) y por individualidad entendemos nuestra peculiaridad más interna, última e incomparable, llegar a ser uno Mismo. Es también el proceso de convertirnos en persona (Roger), de autorrealizarnos (Maslow) o integrar y cerrar nuestras gestalten inconclusas, de reencontrarnos con la fe organísmica cuando hemos integrado los tres centros (intelectual, emocional e instintivo). Los arquetipos se manifiestan a nivel personal (a través de complejos, sueños, fantasías, sincronicidades) y a nivel colectivo (como características de todas las culturas). Jung pensaba que la tarea de cada generación es comprender en forma diferente su contenido y efectos. El trabajo de Jung va encaminado a reconocer y darle expresión a estos arquetípicos, lo que nos recuerda el camino de la creatividad que hemos descrito en el capitulo 4, donde describíamos como en T.G. la fase inicial (que tiene que ver con la tarea de la espontaneidad) pasa por darle un buen lugar a toda y cada una de las polaridades, identidades, y aspectos que nos conforman como seres humanos, complejos y sencillos.

 

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Jung en su análisis de la estructura de la psique, ha distinguido cuatro funciones psicológicas que nos vinculan con el mundo exterior. Éstas son la sensación, el pensamiento, el sentimiento y la intuición. La sensación, afirma, es la función que nos dice que algo existe; el pensamiento nos informa sobre lo que es; el sentimiento evalúa lo que vale para nosotros y la intuición es la que nos permite valorar las posibilidades inherentes en el objeto o su situación.155 Por tanto el sentimiento es la guía interna para valorar; pero sus juicios suelen estar relacionados con el exterior, con la circunstancia empírica. Sin embargo es preciso destacar que Jung también reconoce cuatro funciones psicológicas que abren progresivamente las cámaras profundas de nuestra naturaleza. Éstas son 1) la memoria, 2) los componentes subjetivos de nuestras funciones conscientes, 3) los sentimientos y las emociones y 4) las invasiones o las posesiones, donde los componentes de lo inconsciente irrumpe en el campo de lo consciente y toman el mando156. ‘El área de lo inconsciente, escribe Jung, es enorme y siempre es continua, mientras que la de la conciencia es un campo restringido de la visión del momento’. No obstante, este campo restringido es el de la vida histórica, y no ha de perderse. Jung distingue dos órdenes o profundidades de lo inconsciente: lo personal y lo colectivo. Según su pensamiento, lo inconsciente personal se compone en su mayor parte de adquisiciones, potenciales y disposiciones personales, contenidos olvidados o reprimidos procedentes de la experiencia personal, etc. Lo inconsciente colectivo, por otra parte, es una función que corresponde más a la biología que a la biografía: sus contenidos son los instintos, no los accidentes de la experiencia personal sino los procesos de la naturaleza investida en la anatomía del homo sapiens y, por tanto, comunes a la raza humana. Como en el Arte o en la psicoterapia, en la alquimia157 se da un proceso de búsqueda y transformación de la Prima Materia en Oro: simbólicamente se refiere al ego y a la esencia. Es un proceso de autoconocimiento donde lo primero que se necesita es la materia prima, negra, de aspecto y olor desagradable, que aparentemente no tiene ninguna utilidad, pero que encierra el potencial de desarrollo y                                                                                                                 155  JUNG  C.G.  ‘Psicología  analítica,  teoría  y  práctica’.  Pag.  11-­‐14.  Nueva  York.  Pantheon  Books.  

1968.   156  JUNG  C.G.  ‘Psicología  analítica,  teoría  y  práctica’.  Pag.  21-­‐25.  Nueva  York.  Pantheon  Books.  

1968.  

157  La  alquimia  es  una  de  los  cuatro  caminos  espirituales  esotéricos  (junto  con  la  Cabala,  el  Tarot  

y  la  Astrología)  atribuidos  a  la  figura  mítica  de  Hermes  Trimegisto  que  vivió  en  Egipto  en  tiempos   pretéritos  a  Cristo  

 

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evolución. Jung decía que ‘alquimista es toda persona que se propone cambiar internamente’; todos tenemos la posibilidad de transmutar nuestra prima materia. Para esto es necesario romper las estructuras autocreadas a través de las diversas experiencias y volver al origen. A través de este proceso se elimina lo viejo, lo caduco o aquello que ya no nos pertenece pero con lo que nos sentimos fuertemente identificados. Hacer este primer trabajo de limpieza interior implica un gran sufrimiento, que se intensifica si nos oponemos a él. Podríamos resumirlo en ‘quiero cambiar aquello que no quiero cambiar’. El proceso del viaje interior desde la Alquimia se compone de tres etapas diferenciadas, simbolizadas en la alquimia medieval por un dragón de tres cabezas, la primera negra, la segunda blanca, y la tercera roja. Estas etapas corresponden: 1ª etapa - Nigredo o etapa de Saturno, también simbolizada por un cuervo negro. También llamada putrefactio, corresponde al color negro dentro de la labor alquímica, al planeta Saturno, a la muerte de Osiris (o Dionisio). Es el encuentro con la Sombra y el Mal en sus múltiples formas de dolor, duelo, separaciones, enfermedades, prisión y pobreza. La integración de la sombra, de las polaridades rechazadas, hacer consciente lo inconsciente. 2ª etapa – Albedo. Es la segunda cabeza del dragón de color blanco y simbolizada también por una paloma blanca como producto de la purificación de la prima materia a través del Nigredo. También es llamada la fase lunar de Isis. En esta fase la conciencia es despertada, incluye la fusión del rey y la reina, lo masculino y lo femenino, el Sol y la Luna, el Azufre como elemento activo masculino y el mercurio acuático como elemento pasivo femenino. Es la llamada Coniunctio, por la cual se logra la unión de los opuestos, transformando a la mujer en un ser autosuficiente y al hombre racional, en sensible; Es la sal como elemento químico que permite fusionar las polaridades, gracias a su cualidad neutral. La sal como símbolo del punto de indiferencia creativa, llamada también en la alquimia como Soror Mystique que se expresa en la anterior etapa a través de los sueños y lo inconsciente, y a partir de esta etapa de una manera más activa y consciente. 3ª etapa – Rubedo. Corresponde al Sol, al color rojo y a Horus (Apolo). Una vez que se ha integrado la Sombra se procesa la fusión del Yo con la Divinidad, el ego con el cosmos. El retorno a la fuente original. Aquí la prima materia se ha transformado en la Piedra Filosofal que otorgaba al alquimista la energía, el poder de transmutar el plomo en oro, la inmortalidad y el elixir de la vida.  

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Jung el artista fue alguien que llevó un diario de Mandalas haciendo todo un trabajo de investigación de su propio mundo interno con dicho material. A la vez era alguien que se construyó su propia torre de piedra al lado del lago donde le gustaba retirarse para ponerse en contacto con la naturaleza y con las profundidades de sí mismo. En su autobiografía158 ‘Recuerdos, sueños y pensamientos’ Jung describe como entra en contacto con los contenidos de sus sueños y visiones, la oscuridad y riqueza de su psique y el enfrentamiento con sus dudas y temores. En concreto apunta a que las imágenes que el inconsciente le proporcionó durante los años 1912-1920 fueron ‘la materia prima de un trabajo que duró toda la vida’, embarcándole en su viaje del héroe a la búsqueda de las respuestas a las inquietudes que las teorías y los dogmas no habían podido ofrecerle. Jung era alguien que se interesó profundamente por la meditación y por las tradiciones espirituales a través de las cuales pudo traer a la vida su aportación artística como una manera de entender la relación de ayuda que iba más allá de la curación de síntomas sino que se proponía como una posibilidad de ayudar al héroe a hacer su viaje. ‘El secreto de la creación artística y de la efectividad del arte reside en el retorno al estado de participación mística, ese nivel de experiencia que vive el hombre y no el individuo, y donde la felicidad y el dolor de un solo ser humano no cuenta, sino la existencia humana.’159

                                                                                                               

158  JUNG  C.G.  ‘Recuerdos,  sueños  y  pensamientos’.  Seix  Barral.  2001.   159  JUNG  C.G.  ‘El  hombre  modern  en  busca  de  su  alma’.  

 

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6.5.2.- Paul Goodman, el socioterapeuta de estado. Nos dice la enciclopedia libre en internet que Paul Goodman (1911 – 1972) fue sociólogo y escritor, un activista anarquista estadounidense, adscrito a la llamada New Left norteamericana. Nacido en Nueva York, hecho que le marcó y le influenció mucho en el desarrollo de su pensamiento, fue partidario de las estructuras comunitarias y de la no violencia, siendo una referencia clave de la contracultura de los años 1960s. Y que tuvo, asimismo, un papel destacado en el desarrollo, junto a Fritz Perls y Laura Perls, de la Terapia Gestalt. Ivan Illich le ha definido160 como el estudioso de los clásicos, el anarquista y el maestro profesor subrepticio de una generación de americanos. Aparte de sus obras de ficción y de poesía, Goodman escribió unos cuarenta libros sobre la educación, la vida en la ciudad, el urbanismo, los derechos de los menores, la política, la crítica literaria, entre otros. Se manifestó abiertamente bisexual, declaración que le causó no pocos problemas, entre ellos laborales, y fue uno de los pioneros del movimiento gay de principios de la década de 1970. Tengo que reconocer que hasta esta tesina sólo conocía a Goodman como alguien muy relevante para los gestaltistas de las costa este y que había participado de una manera importante en la creación de una de las primeras publicaciones sobre Terapia Gestalt junto con Hefferline y Perls a petición de este último. Más allá de la polémica y rivalidad existentes entre la gestalt de la costa este y oeste, entre Goodman y Perls, y quienes nos identificamos con uno u otro, quiero centrarme en lo que hace de Goodman alguien semejante a Perls, a Jung o a Naranjo, como artista. Alguien que también llegó a alumbrar su arte propio entregándolo al mundo como un bien o servicio. Paul Goodman se movía dentro de los círculos de la contracultura y era alguien muy reconocido que ya poseía una escritura afilada y lúcida. Fue por esto por lo que Fritz Perls acudió a él en los años 50 para pedirle su colaboración para poner por escrito las tesis iniciales que Perls iba desarrollando sobre la terapia gestalt en aquel momento. De aquella colaboración nace una nueva faceta en Goodman que será la de terapeuta que ejercerá dentro del Instituto de Cleveland y que le llevará a unos diez años de práctica profesional de la gestalt y que podemos decir sería el germen de lo que                                                                                                                

160  Tomo  parte  de  la  cita  con  la  que  Ivan  Illich  escribe  en  la  contraportada  de  ‘Aquí,  ahora  y  lo  que  

viene’  de  Stoehr,  Taylor.  Sobre  la  vida  y  obra  de  Paul  Goodman.  ‘gestaltista’  lo  añado  yo,  Illich  no   lo  refiere.  

 

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podemos considerar el arte de Goodman, lo que iba a traer al mundo como una de sus creaciones más relevantes. Podemos hablar de dos historias dentro de Paul Goodman, como en todo artista donde en una vida caben tantos lugares diferentes. Hay un Goodman que participó en la reformulación de las ideas de la terapia gestáltica, y hay otro que tiene que ver con la forma en que su propia práctica como terapeuta lo cambió y condujo finalmente a una nueva vocación que Stoehr

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llama

socioterapeuta de Estado. Goodman tuvo un temprano interés en el psicoanálisis, e hizo una defensa de las ideas de Wilhelm Reich por las que se sintió absorbido. Además de la psicoterapia otros asuntos ocuparon tanto o más su atención: su creciente compromiso con la política de la no violencia, su ambivalente romance con el Living Theatre, su devoción a su arte y sus esfuerzos por ver su obra publicada, así como su entrega a su familia y al círculo de amigos y discípulos que constituían su comunidad. Stoehr enfatiza la contribución que Goodman hizo a la teoría de la terapia gestáltica titulando el libro que escribe sobre él ‘Aquí, ahora y lo que viene’. La insistencia de Goodman en el darse cuenta, o la percatación sólo puede desarrollarse plenamente en un presente en transcurso. De ahí su vivo compromiso con el imprevisible mundo de lo que viene, a diferencia de la radicalidad del aquí-ahora de Fritz. Fue también Goodman una persona de dimensión política y considera Stoehr la terapia gestáltica la base necesaria para la posterior carrera de Goodman como crítico social y filósofo político. Y podemos decir que aquí es donde el Goodman artista aporta su arte más genuino, como ‘socioterapeuta de estado’ participando activamente en el levantamiento de los años 60 (germen de tantas cosas) a través de la Nueva Izquierda en la que enunció el punto de vista utópico y práctico de ese notable movimiento político. Y aquí, las percepciones y experiencia terapéutica de la Gestalt moldearon sus ideas al respecto que ofreció a la comunidad de su país a través de un incansable compromiso político. La dimensión compasiva de Goodman encontró su cauce como servicio a sus iguales a través de la reivindicación desde su compromiso político, centrándose mucho en la no violencia y en el ámbito educativo. Recordemos también el vivo interés que tuvo Goodman en la experiencia educativa de Summerhill162 de A.S. Neill en Inglaterra.                                                                                                                

161  STOEHR  T.  ‘Aquí,  ahora  y  lo  que  viene’.  Pag.  31.  Cuatro  Vientos.    1997.   162  NEILL  Z.  ‘Summerhill  hoy’.  Editorial  Litera.  2012.  Libro  escrito  por  la  hija  de  Neill.  

 

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Goodman también había trabajado con niños y adolescentes en comunidades aisladas donde, entre otras cosas, dirigió obras teatrales como herramienta terapéutica para el elenco y el público. También había dirigido talleres literarios y participado en colectividades editoriales anarquistas. Bernard Vincent163 lo describe como alguien explosivo aunque lleno de sensatez, utopista pero incrustado en lo real, revolucionario pero conservador, marginal aunque no extremista, Goodman es inclasificable y, por consiguiente, molesta. Y podemos atisbar su mirada compasiva y reconocer la belleza de este artista en uno de sus escritos del final de su vida: ‘Para que la hierba siga verde y los ríos estén limpios, para que los niños tengan una mirada luminosa y buen color – cualquiera sea su color – y los hombres no se vean maltratados y puedan ser ellos mismos, creo que con mucho gusto prescindiría de todas las otras ventajas de orden político, económico y tecnológico’164

                                                                                                               

163  BERNARD  V.  ‘Paul  Goodman  o  la  recuperación  del  presente’.  Pag.  293.  Kairós.  1977.   164  Ibidem  

 

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6.5.3.- Claudio Naranjo. Maestro, héroe y niño divino. La primera vez que supe de Claudio Naranjo fue por una foto suya que vi en la Casa Grande (Burgos) en julio de 1998. No estaba haciendo un SAT, sino una semana de retiro con mi Escuela de Cuarto Camino que entonces alquilaba el lugar una semana o dos para poder hacer esta parte de trabajo en retiro. No había ninguna conexión formal entre la escuela en la que yo estaba y Naranjo, y habíamos llegado allí porque alguien había descubierto ese lugar, pero nadie de aquel grupo en el que participaba conocía los SATs o el trabajo de Claudio. Vi su foto y alguno de sus libros publicados, me quedé con la copla del eneagrama de la que yo conocía algo por la enseñanza de Gurjdieff en la versión más general de sus libros. Pasarían dos años para que yo llegara a la Terapia Gestalt y me volviese a encontrar con referencias a Claudio Naranjo, a su programa SAT y a aquel lugar en Quintana de Valdivieso que yo había conocido y donde de refilón, me había cruzado con Claudio Naranjo, y con los sateros que habrían de llegar cuando mi grupo de la escuela abandonara la Casa Grande y fuese sustituido por el programa SAT que allí se ha venido haciendo y que entraría en la siguiente quincena. Por otro lado Claudio Naranjo es artista en el sentido más formal de la palabra: su faceta de músico pianista, le ha servido para penetrar también en la comprensión de la música de los grandes compositores que él nombra como ‘los profetas contemporáneos de occidente’ y hacernos saber cómo la música sirve para el encuentro con lo sagrado y tantas cosas más. Titulo también este apartado con ‘niño divino’ que es parte del título de uno de sus primeros libros que leí y que tanto me conmovió por cómo nos presenta una selección de cuentos para niños que esconden a la mirada del adulto ignorante una enseñanza que nos va desvelando. ‘Sólo se ve correctamente con el corazón’ le dijo el zorro al principito en el famoso cuento que allí Claudio ilumina. Podemos decir que es alguien que a través de su vida y su guía nos va mostrando el camino que le lleva a uno a ver con el corazón y a abrirlo. Y no sólo el corazón, también a recuperar el instinto que la cultura patriarcal nos ha enseñado a desterrar. Niño divino en el sentido de habitar también ‘la fierecilla interna’ tan necesaria para una buena vida. Si Huxley enfatizaba la necesidad de ser como anfibios que pueden pasar del medio líquido al terrestre de una manera adaptada en relación al mundo de la emoción y del intelecto, o al mundo del cielo y de la tierra; Naranjo nos enseña a actualizar nuestro anfibio para poder ir de aquí hasta allí y  

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volver según necesitemos, porque aquí y allí como dice la Upanishad, ‘Eso eres tú’, y Naranjo es alguien que nos ayuda a recordarlo. Conocer la enseñanza de Naranjo ha sido siempre una inspiración en mi búsqueda, primero a través de la EMTG, la escuela donde me formé, donde su enseñanza estaba implícita porque allí ningún profe hablaba del eneagrama. Sí que mencionaban a Claudio de vez en cuando, para reconocer su autoridad en aquella enseñanza, traer alguna de sus afirmaciones de sabiduría, o su mirada sobre algún tema específico. Por lo demás yo sentía la importancia que aquel hombre tenía para mis profes de formación. Luego me fui enterando que los profes no hablaban de aquella enseñanza, más bien la practicaban silenciosamente. Luego fue mi madre quién me ha ido descubriendo tantas puertas de interés para la búsqueda fruto de la suya propia (la escuela, la gestalt en la EMTG, Claudio y los sats). Mi madre hizo primero los sats y me transmitió algo de lo que allí se cocía. Las ganas ya las tenía una vez que yo andaba ya haciendo la formación en gestalt pero su experiencia y entusiasmo también iluminó el reconocimiento que yo iba haciendo de aquella fuente viva. Por otro lado estaban sus libros que yo iba leyendo con fruición quedando cada vez más asombrado, flipado, maravillado por la profundidad y diversidad de los conocimientos de aquel hombre. Creo que es en la tapa trasera de ‘Carácter y neurosis’ donde un autor en una reseña le describe como ‘el más erudito de los chamanes y el más chamán de los eruditos’. Así que lo que pueda decir de Naranjo quedará corto y será no exhaustivo porque Claudio Naranjo es, podríamos decir, como un diamante con su miríada de lados que brillan y reflejan la luz. Claudio Naranjo es un Artista y es un maestro de Artistas en el sentido que propone esta tesina. En varias ocasiones ha sido presentado como pontífice que quiere decir ‘constructor de puentes’ y yo suscribo esa definición para este apartado. Pues ha sido alguien cuyo arte ha servido para unir, religar, tantas cosas, ámbitos en apariencia lejanos o sin mucha relación. Así por ejemplo ha unido e integrado la vía de la psicoterapia y los caminos tradicionales espirituales siendo su programa SAT una muestra de esta creación que como él ha dicho puede definirse como ‘una práctica de la meditación en un contexto dionisíaco’. Esta aportación ha sido crucial para que se haya ido dando una reespiritualización de la psicoterapia que había perdido la psique (alma en griego) como  

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objeto de su estudio. Así que hablar de espiritualidad dentro de la Gestalt o del contexto SAT es natural y habitual. Y en este sentido ha sido un puente de transmisión de enseñanzas de ambos mundos, espiritualidad y psicoterapia. Claudio ha sido un viajero incansable de los mundos de fuera y de los de dentro, y su enorme capacidad intelectual para abrazar desde una comprensión profunda los caminos del budismo (en sus tres yanas), del sufismo, chamanismo, taoísmo, judaismo, mística cristiana, mitología etc no sólo como ávido lector de escrituras sagradas y enseñanza espiritual, sino por haber recorrido estos caminos en tradiciones vivas bajo la guía de un maestro. Nos ha abierto la puerta al camino de la integración y de la heterodoxia enriquecedora frente a la ortodoxia de algunos representantes del camino espiritual que sólo reconocen el propio, mirando los ajenos con displicencia. Y si la capacidad intelectual de Claudio le ha valido para incorporar tantas y variadas enseñanzas a ese nivel de profundidad podemos hablar también de su mirada compasiva y de su corazón que son lo que le han ido llevando a dar, a compartir sus muchos aprendizajes, a ofrecer una guía en el camino a modo de bodhisattua, que trata de ayudar a sus hermanos menores que desean despertar pero no saben cómo. Aunque lo he mencionado en varias ocasiones en esta tesina, vuelvo a destacar en relación a la Terapia Gestalt la labor de reconocimiento profundo de sus elementos constitutivos que ha ido haciendo desde que fuese discípulo de Perls hasta nuestros días a través de sus escritos. Si tomamos la Gestalt como un árbol, Naranjo nos ha acercado un microscopio que nos permite entender cómo es la savia que lo recorre, cuáles son sus raíces, y el tipo de fruto artístico espiritual que este árbol puede dar. Y así reconocemos que su savia inmemorial es la misma que recorre el árbol del taoísmo, que sus raíces penetran en Nietzsche a través de Salomo Friedlaender y nos pone en contacto con el antiguo culto de Dionisio y de Apolo. Y también que sus raíces penetran en la tierra del arte donde el artista como el chamán velan y cuidan de la salud a base de recuperar el contacto organísmico. Y para finalizar, como ya hemos ido comentando en algún apartado, Claudio ha sido un puente hacia la comprensión del Viaje del Héroe expresado en los mitos de todos los tiempos y nos ha enseñado a leer más allá de la lectura literal, la alegórica y la anagógica que es un mapa del camino que nos lleva al origen.

 

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6.6.- La nueva Orden de Toledo.Cierro este capítulo con mi propia experiencia de iniciación artística, narrando la iniciativa que pusimos en marcha en Toledo en los años 90 de resucitar la “Orden de Toledo” fundada el día de San José en 1923 por los iluminados alumnos de la Residencia de Estudiantes republicana (Lorca y su hermano Paquito, Dalí, Alberti, Buñuel, Teresa León y una exaltada discípula de Unamuno, Ernestina González) como una actualización del espíritu dionisiaco. Un acto creativo que supuso empezar a invocar el espíritu de Dionisio sin yo saberlo fue resucitar con los amigos de mi ciudad aquella Orden de Toledo. Tenía 19 años y andaba estudiando psicología en Madrid cuando cayó en mis manos la autobiografía de Luís Buñuel ‘Mi último suspiro’165 y al saber de la Orden de Toledo que fundara quedé fascinado y resuelto a resucitarla con ese ánimo surrealista y como homenaje a aquellos jóvenes artistas. Cuenta Buñuel que para acceder al rango de caballero había que amar Toledo sin reserva, emborracharse por lo menos durante toda una noche y vagar por las calles. Los que preferían acostarse temprano no podían optar más que al título de escudero. Quedé prendado con la lectura de esta experiencia como para querer resucitar esta orden que de alguna manera me reconciliaba con mi ciudad en un momento donde andaba yo alejado y peleado por su dureza de piedra, fruto de la tradición eclesiástica más rancia (recordemos que en Toledo vive el cardenal primado de España) y del rancio abolengo más militroncho, que entonces hacían de mi juventud universitaria una necesidad airosa de poner tierra de por medio. La orden de Toledo me vino a reconciliar con esta ciudad, saber que cabían otras maneras de relacionarme con un lugar, a la manera del artista que puede convertir la piedra, el horizonte y la jarra de cerveza en símbolos de un viaje hacia dentro. A Buñuel la idea de fundar la Orden de Toledo le vino de una visión. En ella se encuentran por casualidad dos grupos de amigos que se van a beber por las tabernas de Toledo. Buñuel forma parte de uno de los grupos. Se pasea por el claustro gótico de la catedral, completamente borracho, cuando, de pronto, oye cantar a miles de pájaros y algo le dice que debe entrar inmediatamente en los carmelitas, no para hacerse fraile puntualiza, sino para robar la caja del convento. Así que se va al convento, el portero le abre la puerta y viene un fraile. Le habla de su súbito y                                                                                                                 165  BUÑUEL  L.  ‘Mi  ultimo  suspiro’  pag.  89-­‐97.  Ed.  Mondadori  1982.  

 

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ferviente deseo de hacerse carmelita. El portero, que sin duda ha notado el olor a vino, le acompaña a la puerta. Al día siguiente de esa visión Buñuel funda la Orden de Toledo. Su regla era muy simple: ‘cada uno debía aportar diez pesetas a la caja común por alojamiento y comida. Luego había que ir a Toledo con la mayor frecuencia posible y ponerse en disposición de vivir las más inolvidables experiencias’. Preferían hospedarse lejos de los hoteles convencionales, casi siempre en la Posada de la Sangre donde Cervantes situó La ilustre fregona. ‘A menudo, en un estado rayando en el delirio, fomentado por el alcohol, besábamos el suelo, subíamos al campanario de la catedral, íbamos a despertar a la hija de un coronel cuya dirección conocíamos y escuchábamos en plena noche los cantos de las monjas y los frailes a través de los muros del convento de Santo Domingo. Nos paseábamos por las calles, leyendo en alta voz poesías que resonaban en las paredes de la antigua capital de España, ciudad ibérica, romana, visigótica, judía y cristiana’166 Quisimos invocar al duende que poblaba los corazones de aquellos artistas e hicimos en Toledo la versión más cercana y libre que quisimos. Se trataba de compartir un espacio de espontaneidad con lo que cada uno quisiera traer, y hacerlo en el lugar público, como años atrás hacían ellos, que solían quedar en la Venta del Aire de Toledo, lugar cerca de la muralla de Toledo pero del lado de fuera, justo por donde pasa el aún más antiguo circo romano. Y mantener el vestuario que ellos proponían que se resumía en ir en bolas y cubrirse con una sábana blanca y beber vino blanco de Yepes. El recuerdo de aquel momento siempre me ha inspirado a ir más allá, a darme permiso para encontrar nuevas maneras de relacionarme con la realidad, a descubrir cuál es la mirada del artista, una mirada que se descubre cada día, a cada momento, porque siempre es nueva, clara y limpia. ‘Los caballeros de la orden no iban a la ciudad en busca de detalles que embobaban a los turistas, sino de experiencias personales. En vez de alojarse en los hoteles señalados por las Guías, se acomodaban en las Posadas de la Hermandad, de a Sangre, entre arrieros, burros y telarañas, que seguían siendo los mismos que en tiempos de los Reyes Católicos o de Cervantes. Cenaban y bebían sin continencia y se                                                                                                                 166  BUÑUEL  L.  ‘Mi  ultimo  suspiro’  pag.  91.  Ed.  Mondadori  1982  

 

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lanzaban luego al laberinto de las callejuelas que, desde luego, estaban menos alumbradas que ellos. Hacían mofa de los monumentos consagrados, pero besaban las piedras porque las habían pisado generaciones y razas y mucha gente como ellos, los Grecos, Lopes de Vega, Cervantes, Herreras, Quevedos, Calderones, alucinados e inquietos. Buscaban sitios de miedo; caminaban esperando sorpresa’167.

                                                                                                                167  VILA

J.M. El Nacional, artículo publicado en México, 12-10-1947

 

 

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7.- Las Cuatro Caras del Héroe: el abordaje gestáltico simbólico según Paco Peñarrubia.

‘La creación artística es algo extensamente humano, del hombre común – el superhombre común - , es decir el hombre sano, limpio, fuerte, silvestre…Sólo él sabe recibir la realidad entera y escuchar esa voz original, antigua, perenne, sustancial, esencial, y obedecer a ella. La verdad es que esa voz suena para todos y lo que pide (porque viene a pedir, a exigir-nos) lo pide a todos’. Ramón Gaya168

‘En la actualidad es el artista el transmisor del mito, quien interpreta para nosotros la divinidad inherente a la naturaleza, las cosas no visibles. Es función del artista como chamán. Pero tiene que ser un artista que comprenda la mitología y la humanidad’. Joseph Campbell169

                                                                                                               

168  PEÑARRUBIA  P.  Citado  en  ‘Terapia  Gesetalt.  La  vía  del  vacío  fértil’.  Pag.  293.  Alianza.  1998   169  CAMPBELL  J.  ‘El  poder  del  mito’.  Pag.  148.  Emecé  Editores.  1991.  

 

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Las Cuatro Caras del Héroe es el taller creado por Paco Peñarrubia en el que aborda su modelo de trabajo gestáltico simbólico. Un taller que como describe170, empezó siendo un enfoque gestáltico de la creatividad, enfatizando lo que tienen de artístico y creativo las técnicas gestálticas, así como una concepción de la creatividad que no tuviera que ver con el ‘Arte’ en mayúsculas ni con el estereotipo de la originalidad a toda costa, sino con la esencia gestáltica de ser uno mismo. El germen de este taller según ha apuntado en alguna ocasión, data de los primeros años 80 en una escuela de salud en verano que tenía lugar en Formentera. En este taller Peñarrubia fue incorporando aportaciones de su propia cosecha así como de otros a los que da reconocimiento por ello en el capítulo donde expone este trabajo (‘Terapia Gestalt. La Vía del Vacío Fértil’, en la edición publicada en 1998): de Michel Katzeff , Antonio Asín, Albert Rams y Claudio Naranjo están más o menos presentes en lo que ha sido la creación de este abordaje gestáltico simbólico. El esquema del taller es circular, configurado por varios cuartetos que se distribuyen en cada punto cardinal como veremos en el siguiente esquema. Organizado todo ello dentro de una experiencia vivencial, en grupo intensivo, haciendo un recorrido de autodescubrimiento por estas cuatro caras del héroe o aspectos individuales a la vez que universales. La circularidad alude a la noción de ciclo, a través de los cuales, el héroe va haciendo su viaje. El círculo es el símbolo por antonomasia de un ciclo, a la vez es una imagen en la que no hay principio ni final. El circulo de la vida donde transcurren las estaciones del año hasta la eternidad. Es alfa y omega, la fuente y el destino, muerte y renacimiento. El círculo, dice Jung, expresa la totalidad de la psique en todos sus aspectos, incluida la relación entre el hombre y la naturaleza. Podemos decir que cada ciclo en este abordaje representa una oportunidad de aprendizaje que nos lleva del ámbito de la circunferencia del círculo (creatividad: ser esto y su contrario), al centro (arte: ser uno mismo). La serie de cuartetos a partir de los que Paco propone este trabajo son: •

Los cuatro elemento: tierra, agua, fuego y aire, con que los primeros filósofos trataron de explicar el universo.

                                                                                                                170  Ibidem.  246.  

 

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La visión holística de la gestalt concibe al ser humano como la interrelación del cuerpo (sensación), emoción, intelecto y espiritualidad.



Los cuatro oficios mitológicos: agricultor, navegante, guerrero y guía como figuras arquetípicas para explorar cuatro aspectos del individuo a la manera de polaridades gestálticas con las que jugar creativamente.



Los cuatro primeros chakras según los describe Antonio Asín.



Los mecanismos neuróticos y su reconversión creativa en términos de tradición, conocimiento, disciplina y trascendencia.

 

A lo largo de cuatro días tiene lugar un proceso de exploración de cada uno de estos cuartetos donde se transmite una enseñanza que conjuga los varios elementos que la conforman. Así, vamos entendiendo cuánto de la terapia gestalt y su filosofía de vida está presente en la simbología de los cuatro elementos y en el viaje del héroe que Peñarrubia ilustra a través de las narraciones memorables de todos los tiempos, haciendo una labor de exégesis y traducción, del conocimiento para la vida que hay en los grandes mitos.

 

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Las Cuatro Caras del Héroe es un taller vivencial en el que también hay un componente de transmisión oral de toda una enseñanza que Paco Peñarrubia encarna porque la ha hecho suya. Esta enseñanza presenta muchas facetas y niveles de lectura y está dirigida a nutrir los cuatros aspectos que conforman al ser humano (cuerpo, emoción, intelecto y espiritualidad); la exposición a esta enseñanza supone la vibración de alguna, varias o todas las cuatro cuerdas. Con independencia de que cada día se enfoca un aspecto por separado atendiendo el énfasis particular de cada uno. Así también esta enseñanza nos lleva a entender la noción de autorregulación organísmica, que va de la mano del aspecto situacionista de la terapia gestalt. La fe organísmica implica que uno puede echar mano de según que instancia interna para responder a la situación. Si la situación requiere de mi agresividad, respondo con ella; si lo que necesita es de mi humor o de mi ternura podré conectarme a aquellos lugares también y darles cauce. Esto será así en la medida en que confío en esta sabiduría organísmica. En Las Cuatro Caras del Héroe vamos comprendiendo que aquella confianza organísmica no es sólo cognitiva, no basta con pensarlo ‘voy a tenerle fe a mi organismo’, también hay que sentirlo emocionalmente y sensarlo corporalmente. Es por tanto una confianza en la manera de relacionarnos con nuestro mundo emocional, sensorial e intelectual. La comprensión que suscita el taller es que la fe organísmica es la suma de estas tres partes puestas al servicio de nuestra confianza más profunda o autorregulación organísmica, que es más que la suma de sus partes. Y en ese sentido aprendemos a reconocer dentro de nosotros los cuatro oficios mitológicos que allí son presentados como arquetipos que hablan de maneras de ocupar el lugar propio en un mundo compartido, y que hablan también de una manera de hacer el camino de la búsqueda. Cuatro maneras de estar en la tierra que son a la vez cuatro maneras de unirnos con el cielo. La transmisión oral que hace Paco de los grandes mitos es un emocionante viaje en el que nos va llevando de la mano desde el nivel literal (circunferencia del círculo) de la historia que nos está contando, hasta desembocar en el nivel anagógico171 (centro del                                                                                                                 171  Anagógico,  

uno   de   los   cuatro   niveles   de   comprensión   mística   (además   de   literal,   moral   y   alegórico)   que   explica   Claudio   Naranjo   en   ‘El   viaje   interior’   (La   Llave   2013)     es   un   término   náutico  que  se  refiere  a  levantar  anclas.  Este  nivel  anagógico  es  como  el  de  una  mente  que  se  ha   hecho   a   la   alta   mar   de   la   consciencia   mística,   y   por   lo   tanto   solo   puede   ser   comprendido   cabalmente  por  personas  conocedoras  de  la  propia  experiencia  contemplativa.

 

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círculo) donde podemos vislumbrar una comprensión oceánica resultante de ver la vida y entenderla a través de un sentido profundo. En estos cuatro niveles de lectura (literal, moral, alegórico y anagógico), como dice Naranjo, encontramos y recibimos enseñanzas y comprensiones diferentes. Podemos reconocer el aspecto esotérico (oculto) en el significado del mito, como un mensaje que hay que decodificar. El proceso del Viaje Interior, o la Única búsqueda (utilizando el título de dos de los libros de Naranjo) ha sido descrito y expresado a través del mito del viaje del héroe que como decíamos antes es un mapa de este viaje universal, una de cuyas versiones contemporáneas es la psicoterapia. Sobre el Mito, Joseph Campbell172 describe cuatro funciones. - La primera es la función mística: la que nos hacer advertir cuán maravilloso es el universo, y qué maravilla eres tú, y te hace experimentar un pavor reverencial ante este misterio. El mito abre el mundo a la dimensión del misterio, a la comprensión del misterio que subyace en todas las formas. Si pierdes eso, ya no tienes mitología. Si el misterio se manifiesta en todas las cosas, el universo se transforma, como lo era antes, en una imagen sagrada. Siempre estás frente al misterio trascendental a partir de las condiciones de tu mundo real. - La segunda es una dimensión cosmológica: nos muestra cuál es la forma del universo, pero la muestra de tal modo que el misterio se hace patente. Hoy, tendemos a pensar que los científicos tienen todas las respuestas. Pero los grandes científicos nos dicen: ‘no, no tenemos todas las respuestas. Les estamos diciendo cómo funciona…pero no sabemos qué es’. - La tercera función es sociológica: fundamentar y validar un cierto orden social. Y aquí es donde los mitos varían enormemente de un lugar a otro. Podemos tener toda una mitología para la poligamia, toda una mitología para la monogamia. Cualquiera de las dos puede estar bien. Depende de dónde estés tú. Es esta función sociológica del mito la que se ha impuesto en nuestro mundo. - Y hay una cuarta función del mito, y es la que Campbell nos exhorta más a interesarnos: la función pedagógica, la enseñanza de cómo vivir una vida humana bajo cualquier circunstancia. Los mitos pueden enseñártelo, nos dice. Parafraseando a Huxley173, el mito permite el ayuntamiento en una sola unidad expresiva de todo un conjunto de partes diversas, incluso en apariencia                                                                                                                

172  CAMPBELL  J.  ‘El  poder  del  Mito’.  Emece  editors.  1988   173  HUXLEY  A.  ‘Sobre  la  divinidad’  pag.  253.  Ed.  Kairós.  1999.    

 

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inconmensurables e incompatibles, de nuestra existencia. Las aglutina y las expone unitariamente como un todo indisoluble, exactamente tal y como las experimentamos. Y si hay una enseñanza que se transmite oralmente y que Paco va exponiendo a modo de lluvia solar, hay otro aspecto de trabajo grupal experiencial en las Cuatro Caras del Héroe donde Paco suelta nuestra mano para que cada uno pueda hacer la exploración de su viaje, y el viaje del héroe, que es universal, es a la vez individual y a veces lunar (de tránsito nocturno), nadie lo puede hacer por uno, y uno no puede hacerlo como otro. En la parte vivencial, en palabras de su autor, se va plasmando la reflexión simbólica suscitada por la enseñanza impartida, en un trabajo grupal experiencial, utilizando sistemáticamente herramientas de la arte-terapia (pintura, escritura, arcilla…) de la danza y el movimiento, de la música y la voz…, de forma que la vivencia del cuerpo se amplía y afina, la emoción encuentra cauces más fluidos para expresarse y el intelecto desarrolla vías analógicas que liberan el potencial poéticointuitivo. La espiritualidad no es algo separado sino la síntesis de lo anterior, el aroma y la armonía que impregnan los momentos de completud, a veces a través de la meditación y las ceremonias, a veces en la acción más insignificante y en la relación con los otros. La exploración de cada uno de los cuatro ciclos que conforman este taller implica un viaje que se hace acompañado a la vez que es individual y hacia dentro donde la polaridad contacto-retirada está muy presente. El acceso a cada uno de los cuatro ciclos es diferente, es distinta la puerta por donde Paco propone hacer la entrada. En cada uno de estas entradas el participante transita la periferia de su circunferencia sumergiéndose en su dimensión creativa desde el reconocimiento y despenalización de su mundo interno y de su neurosis. Las distintas vías artísticas que propone Paco sirven a este propósito para ir encauzando el curso hasta el centro de la circunferencia, el origen donde nace el río que es a la vez el océano donde desemboca. La dimensión contemplativa donde uno se encuentra con su arte. Este proceso de periferia – centro – periferia se da en cada uno de los cuatro ciclos del taller.

 

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Hice el taller de Las Cuatro Caras del Héroe en julio de 2002 dentro del marco de la formación en terapia gestalt de la EMTG. Fue una experiencia seminal, profunda y reparadora en muchos sentidos. Es además un rito de paso que implica ese punto intermedio de cuatro días entre el antes y el después, consecuencia del profundo trabajo que se hace en el eje horizontal (aspecto psico-emocional-corporal) y en el eje vertical (aspecto espiritual). De mi experiencia hace ahora 12 años recuerdo que: - Me permitió sacar del armario algunas de mis polaridades más rechazadas hasta entonces, mi deseo de notoriedad y exhibicionismo por un lado, y mi agresividad escondida, fundamentalmente. - Me permitió reencontrarme con el profundo placer que subyace a todo trabajo artístico que uno desarrolla sin el juicio ni la exigencia. El placer de la espontaneidad como vía sagrada y dionisíaca. Así, a través de las herramientas de la arte-terapia recuperé algo de mi león y de mi niño, y de mi capacidad para jugar y crear. - Me encontré y me enamoré de la mitología, aprendí a mirar con los ojos del mito y aplicar esta mirada a cada historia, película, canción, paciente... que se me ponía por delante. Y suele ser esto un común denominador en la mayoría de quienes han hecho este trabajo. Queda uno hechizado por la sabiduría que encierran las grandes narraciones de la humanidad, y sigue haciendo su búsqueda también a través de ellas. - En este taller creo que fue la primera vez que pude entender de manera cabal la polaridad dionisíaco-apolínea de la gestalt y de la búsqueda espiritual. Hasta entonces había leído y me había acercado a través de la formación en gestalt, pero fue aquí donde la comprensión no sólo fue de cabeza, también de cuerpo y emoción. Y en ese sentido entender el aspecto espiritual en esta polaridad me permitió entender cómo había sido mi camino de búsqueda hasta el momento, que había bebido más en las fuentes del Guerrero y el Guía, y no tanto en las del Navegante y el Agricultor. Reconocer con rotundidad la importancia de cada uno de los cuatro aspectos en la búsqueda fue otra de las joyitas que me llevé como cosecha. Luego he vuelto a hacer el taller como tutor de grupo de formación (2009) y desde hace dos años como colaborador de Paco en este trabajo que suele impartir cuatro o cinco veces al año. Y me sigue sorprendiendo la capacidad que tiene este trabajo (aunque lo haga uno desde el lugar de colaborador) para seguir iluminando aspectos de la dificultad en mi camino, o para profundizar en la comprensión del proceso terapéutico y de mi búsqueda espiritual.  

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Las Cuatro Caras del Héroe es como el espejo mágico que te devuelve una imagen actualizada de cada una de tus caras arquetípicas (agricultor, comerciante, guerrero y guía) en cuatro niveles de profundidad (literal, moral, alegórico y anagógico). Y si esto ocurre, tiene que ver con la maestría del transmisor, Paco Peñarrubia, maestro y artista de la vía del vacío fértil, que acompaña con una mirada limpia donde caben el negro, el blanco y la gama de los colores. Y de quien aprendo a mirar con los ojos del corazón los procesos y avatares del héroe. De quien aprendo también la fe organísmica que se manifiesta de manera sencilla y profunda, y que se expresa como una sabiduría compasiva que ilumina los pasos de aquellos que están cruzando el puente hacia sí mismos.

 

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8.- CONCLUSIONES. (19 conclusiones y una reflexión). 1.- La Terapia Gestalt es la actitud y la práctica de un experiencialismo ateórico. Son tres pilares actitudinales que conforman este experiencialismo ateórico: El aquí y ahora, la conciencia y la responsabilidad. Estas tres actitudes se transmiten por contagio en la relación terapéutica y a través de la mano del apoyo y la mano de la confrontación que el terapeuta usa. El terapeuta riega, quita las malas hierbas y orienta hacia la luz, sabe que basta con eso para que la bellota se desarrolle en roble. El concepto de ‘experiencialismo’ alude al otro concepto de ‘autorregulación organísmica’ que da cuenta de una realidad individual que todas las grandes tradiciones espirituales han nombrado de manera diferente y han apuntado como destino común. Es por esto que dicho experiencialismo es ateórico porque toca con el misterio de la realidad y de la vida, si bien, podemos estudiarlo e investigarlo también científicamente, a la Terapia Gestalt le basta con la práctica de ciertas actitudes. 2.- La creatividad del terapeuta gestáltico la aprende recibiendo el permiso y la invitación (de su terapeuta) para entregarse a su impulso de una manera despenalizada y sin juicio. La transmisión es por contagio y paso a paso, aprende a internalizar la moralidad organísmica que la gestalt propone. ‘Entrégate tanto a lo gozoso como a lo doloroso, no restrinjas tu percatarte’. En su consulta el terapeuta gestáltico estimula la creatividad de su paciente a través de las técnicas expresivas que son la tecnología de la conciencia con la que invocamos la polaridad dionisíaca de la terapia gestalt y que nos permite ir integrando las polaridades que hemos ido rechazando por carácter y biografía. 3.- La creatividad en la Terapia Gestalt está vinculada a la polaridad dionisiaca que representa el 50% de la gestalt. 4.- La creatividad surge de la actitud creativa que posibilita el acto creativo como aquella actividad nueva o valiosa que pulsa los límites de nuestras formas de conocimiento, y que al entrar en contacto con ellas las cuestiona y transforma. Creatividad es la capacidad de darnos cuenta y de responder (Fromm). 5.- La imaginación puede ser de dos tipos, neurótica y primigenia. En ambos casos le podemos dar un uso consciente que nos lleve de la primera a la segunda que es más sana y santa. La imaginación es una condición necesaria pero no suficiente para que haya creatividad.

 

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6.- Abrir el mundo de la fantasía a un espacio libre de juicio es el primer paso para ir reparando y reencontrándonos con una imaginación libre y primigenia cuya naturaleza podemos considerar más receptiva que activa en cuanto que implica un no hacer, un espacio de disponibilidad para que las imágenes, palabras, versos, símbolos…de instancias más arcaicas y profundas emerjan y se hagan conscientes. 7.- La terapia gestalt como arte la describo como el profundo desempeño gestáltico del terapeuta donde entiendo desempeño no sólo como el verbo que alude a la acción terapéutica, sino a la capacidad de Ser, equivalente al ‘arte de ser uno mismo’ en su estilo terapéutico. Si ‘ser terapeuta es ser uno mismo y viceversa’ también cuando el terapeuta hace arte de su oficio corresponde al arte de ser uno mismo. 8.- La terapia como arte está vinculada a la polaridad apolínea que representa el otro 50% de la gestalt. 9.- La terapia como arte requiere de ayuno y vaciamiento de uno mismo, ligado al cultivo y práctica del punto de Indiferencia Creativa. Es la consecuencia de haber transitado a menudo y con conciencia por el ámbito de la creatividad y sus polaridades. 10.- La terapia como arte requiere de paciencia, revisión constante y de horas de vuelo (regla de oro de los 10 años). Se manifiesta a través de una experiencia de no-hacer interior para adaptarse a la necesidad que la relación con el paciente o grupo está demandando. 11.- La terapia como arte es la huella digital artística de un terapeuta, la única, irrepetible, inimitable (claro que se puede imitar pero será otra cosa, una imitación) manera de hacer terapia de un terapeuta gestáltico de acuerdo al estilo por carácter, y a la integración del haber vital como persona, en toda la inmensa amplitud del concepto ‘haber vital’. 12.- La terapia como arte respecto a su naturaleza comparte el mismo principio que el camino del artista o del místico (cultivo del vacío fértil, silencio interior, budhi, gran mente) lo que hace de ella un camino profundamente espiritual y compasivo puesto que se recorre a través de la relación de ayuda. 13.- El terapeuta artista desarrolla su arte, el arte de ser uno mismo y transmitir esa experiencia a sus pacientes. La transmisión en el gestaltista va ligada al estilo, que es la manera peculiar de ser por carácter y biografía. Llegar a aceptar ser como uno es, es la meta, que a su vez es el camino de esta filosofía de vida tan cercana a la antigua filosofía taoísta ‘no hay meta, la meta es el camino’.  

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14.- La espiritualidad laica que la T.G. propone se puede describir también con las palabras del filósofo polaco Bogumil Jasinowski ‘la vida es vivir más y más que vivir’ aludiendo al momento en la vida en que aparece la sabiduría como consecuencia de un cuidado organísmico de la salud, y al aparecer la sabiduría aparece también una mayor libertad; la vida entonces se pone en orden y todo fluye como debe fluir. Y recíprocamente, cuando todo fluye como debe fluir (cuando todo procede armoniosamente) la mente adquiere la suficiente sutileza para entender el misterio de su centro vacío. 15.- El contacto y la espontaneidad convergen con la creatividad como proceso que se alimenta de lo colectivo, de forma que el buscador o aprendiz trabaja en la órbita del maestro y remite a la figura del artesano, que siempre se inscribe en un gremio, en un grupo de pertenencia. Por otro lado la retirada y la conciencia gestálticas convergen en el arte, remiten a la figura solitaria del artista ya que su búsqueda es individual y personal. Ambos caminos, el de la comunión y el de la ascesis son complementarios desde la visión integradora de la gestalt, aunque la aspiración del primero tenga que ver más con la salud y la del segundo con la espiritualidad. Para una mente no dualista ambos son, si no sinónimos, al menos inseparables. 16.- Por tanto la Terapia Gestalt además de servir para curar síntomas o cuidar la salud en un sentido más profundo, sirve también a la búsqueda de la verdad, aquella verdad que decían los vedas que es una y con múltiples maneras de llegar, tantas como personas. Podemos llamarlo aspiración de ‘ser uno mismo’ como sinónimo de autorrealización, o como Peñarrubia nos sigue diciendo, la vía de la estética que ‘los artistas traducen por la búsqueda de su propio estilo, su propia voz’174. 17.- La Terapia Gestalt como polaridad apolíneo-dionisiaca alude al misterio; según Naranjo: el misterio dionisíaco es el misterio de la inmersión, una disolución de la mente en el todo. Se asocia a Dionisio con el ilimitado y fluido mar, con la embriaguez mística, con la disolución del yo. El misterio apolíneo, en cambio, es el misterio del fuego que lo quema todo, el misterio de la muerte interior de la desidentificación respecto de la corriente de la vida. 18.- El proceso de búsqueda y encuentro del arte (gestáltico en este caso) se hace a través de una relación, terapeuta-paciente, maestro-artesano, maestro-discípulo donde                                                                                                                 174  Peñarrubia  P.  Terapia  Gestalt.  La  vía  del  vacío  fértil’  Alianza  Ed  2008.  p.  299  

 

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se actualizan las palabras del célebre rabino ‘todo lo que sé, lo aprendí de mi padre, él no imitaba a nadie, yo tampoco’. En Terapia Gestalt tenemos también la presencia (generalmente son varias) de alguien con quién fuimos aprendiendo el arte de ser uno mismo, donde se fue haciendo la transmisión por contagio de las actitudes que cuidamos y cultivamos. El florecimiento de estas actitudes no será por la vía de la imitación. 19.- El abordaje gestáltico simbólico de Paco Peñarrubia de Las Cuatro Caras del Héroe es un trabajo circular que permite la exploración y la expresión del participante dentro de sí a través de un viaje grupal, donde cabe encontrarse con su creatividad y con su arte. Reflexión: La Terapia Gestalt nació en el seno de la contracultura y del arte en dos momentos y lugares diferentes, primero en el Berlín de los años 20 quedó inseminada, tuvo su posterior parto en el Nueva York de los años 50, y su primer encuentro con la vida en la California de los años 60. Nació por tanto de un movimiento artístico con un profundo carácter contestatario hacia lo que podemos hoy denominar ‘cultura patriarcal’, causa de tantos males entonces y ahora. La Terapia Gestalt sigue sirviendo como espoleador y despertador de conciencias de quienes a ella se acercan. Y a quien no sólo se acerca, sino que se compromete a través de la filosofía de vida que propone, le acaba llevando por la senda de un proceso que tiende a desembocar en una mirada compasiva que se ocupa no sólo del propio bienestar, sino del ajeno y en última instancia, del bienestar para el mayor número posible de seres. La Terapia Gestalt como cualquier otro movimiento, por muy contracultural que sea, no está exenta de pasar (en descripción de Weber) de una fase carismática a otra burocrática caracterizada por la prepoderancia de las formas en detrimento del fondo, del núcleo, o la esencia. La Terapia Gestalt seguirá siendo novísima como la definía Naranjo en el título de su libro, si estamos atentos a saber percibir cuándo ciertas formas de organización pueden conllevar riesgos de burocratización. Y aunque la competencia (de Fritz Perls con Freud, y de Fritz Perls con Laura Perls) es un factor que ha estado presente desde el mismo origen de la gestalt, y creo además que dicha competencia ha posibilitado su ulterior desarrollo como la gestalt que conocemos hoy para bien, considero también que no todos los tipos de competencia hayan de ser igual de beneficiosos para la calidad de la gestalt a transmitir.

 

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9.- BIBLIOGRAFÍA.9.1.- Bibliografía enfoque gestáltico.- ALBERT J. ‘Ternura y agresividad. Carácter: gestalt, bioenergética y eneagrama’.Mandala. 2009. - BLAZQUEZ, E. El espíritu dionisíaco de Fritz Perls y de la terapia gestalt. Ed. Mandala. 2010. - BORJA G. ‘La locura lo cura’ Ed La Llave. 1995. - CHEVREAUX, Annie. El Berlín de Perls. Ed. Mandala. 2008. - FAGAN& SHEPERD. Teoría y técnica de la psicoterapia gestáltica. Amorrurtu editores. 1973. - FRIEDLAENDER, Solomo y ESCOBEDO, Javier. Pequeña antología de Solomo Friedlaender. Ed. Mandala. - DE CASSO, Pedro. Gestalt, terapia de autenticidad. Ed. Kairós. 2003. - GARAY J. ‘A humanistic approach to art therapy’. Bruner Mazel Ed. - GARRIGA J. ‘Vivir en el alma’. Ed. Ridgen. - GUTIERREZ, Elvira. Arteterapia Humanista. Proceso gestáltico a través de los chakras. Mandala Ediciones. 2011. -   MARCOS, P. ‘Arte, concepto y gestalt. Un siglo de vanguardias en busca del aquí y del ahora’. Trabajo presentado en el curso de supervisión de formación de terapia gestalt. EMTG. Agradezco a Paco Marcos la disponibilidad de su trabajo. Y agradezco a Reme Montero por haberme hablado de él y hacer de puente feliz. - MOREAU, A. Ejercicios y técnicas creativas de gestalterapia. Ed. Sirio. 1999 - NARANJO, Claudio. La vieja y novísima Gestalt. Ed Cuatro Vientos. - NARANJO, Claudio. Por un Gestalt viva. Ed. La Llave - NARANJO, Claudio. Cosas que vengo diciendo. Ed. Kier. 2005 - NARANJO, Claudio. La única búsqueda. Ed. Sirio. - NARANJO, Claudio. Entre meditación y psicoterapia. Ed. La Llave. - PEÑARRUBIA, Francisco. Terapia Gestalt. La vía del vacío fértil. Alianza Ed. 2008. - PERLS, Fritz. Sueños y existencia. Ed Cuatro Vientos. - PERLS, Fritz. El enfoque gestáltico. Testimonios de terapia Gestalt. Ed Cuatro Vientos.

 

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- POLSTER, Erving. Cada vida merece ser una novela. Los libros del CTP-6 - POLSTER, Erving y Miriam. Terapia guestáltica. Ed. Amorrurtu. 1973. - RHYNE J. ‘Aproaches to art therapy’. Bruner Mazel Ed. - STEVENS, John O. Esto es Gestalt. Ed. Cuatro vientos. 1978. - STOEHR T. ‘Aquí, ahora y lo que viene’. Cuatro Vientos. 1997. - TORRES, Marisa. Musicoterapia gestáltica. Proceso sonírico. Ed. Mandala. 2006 - ZINKER J. ‘El proceso creativo en la terapia gestáltica’. Ed Paidós 9.2.- Otros aportes.- ANDRÉS, Ramón. Diccionario de música, mitología, magia y religión. Ed Acantilado 2012. - ANDRÉS R. ‘No sufrir compañía. Escritos místicos sobre el silencio’. Editorial Acantilado. - BARBIERI P. ‘Psicología y creatividad: una revision holística’. Pag. 56. Fondo Editorial de Humanidades. Universidad Central de Venezuela. - BERNARD V. ‘Paul Goodman o la recuperación del presente’. Kairós. 1977. - BUBER M. ‘Ten Rung: hasidic sayings’ Nueva York, Schoken Books, 1962. - BUÑUEL L. ‘Mi ultimo suspiro’ pag. 89-97. Ed. Mondadori 1982 - CAMERON, Julia. El camino del artista. Ed Aguilar. - CAMPBELL, Joseph. El héroe de las mil caras. - CAMPBELL, Joseph. El poder del mito. Ed. Herder. - CAMPBELL J. ‘Las extensiones interiores del espacio exterior’ Ed Atalanta.. 2013. - CATTIOUX L. ‘Física y metafísica de la pintura’. Arola Editors 1998. - COLERIDGE S.T. Biographia Literaria. 1967 - CORBÍ, Marià. Hacia una espiritualidad laica. Ed Herder. 2004. - DANIÉLOU A. ‘Shiva y Dionisio’. Ed. Kier. - FERNÁNDEZ GONZALO ‘Filosofía zombi‘ Editorial Anagrama. Finalista del premio de ensayo 2011 - FROMM E. ‘Creativity and its cultivation’. Harper & Row. 1959 - GREEN, Liz y SHARMAN, Juliet. El viaje mítico. Edaf - HARPUR, Patrick. La tradición oculta del alma. Editorial Atalanta. 2013. - HUXLEY A. ‘Sobre la divinidad’ pag. Ed. Kairós. 1999. - GARDNER, Howard. Arte, mente y cerebro. Una aproximación cognitiva a la creatividad.  

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- GARDNER H. ‘La inteligencia reformulada. Las inteligencias multiples en el siglo XXI’. Ed. Paidós 2001. - JOYCE J. ‘Retrato de un artista adolescente’. Alianza Editorial. 2004 - JUNG, Carl Gustav. El hombre y sus símbolos. - LACHMAN G. ‘Una historia secreta de la consciencia’. Ed. Atalanta. 2013 - MANZANO A. ‘Leonard Cohen. Lorca, el flamenco y el judío errante’. Ediciones Alfabia. 2012. - Marcos, Paco. ‘Arte, concepto y gestalt’. Trabajo curso supervisión Gestalt. EMTG. - MASLOW A. ‘Creativity and its cultivation’. Harper & Row. 1959 - MAY R. ‘La psicoterapia y lo daimónico’ artículo en libro ‘Mitos, sueños y religión’. Kairón 1997. - MAY R. ‘The courage to create’. Bantam books. 1975. - Mundaka Upanishad III, 1 en: La ciencia del brahman. Trotta, Madrid. 2000. - NARANJO, Claudio. Cantos del despertar. Ed. La Llave. - NARANJO, Claudio. El niño divino y el héroe. Ed. Sirio. - NELSON J.E. ‘Más allá de la dualidad’. Pag 429. Ed La liebre de marzo. 2000. - NIETZSCHE F. ‘El nacimiento de la tragedia’. Alianza Ed. 1973 - ONFRAY, Michael. La fuerza de existir. Ed Anagrama. 2008. - OTTO, Walter F. Dioniso. Ed Siruela. - RODRÍGUEZ PASCUAL, Gabriel. El arco creativo. Aproximación a una teoría unificada de la creatividad. Universidad de Cantabria. - SCHUON F. ‘Arte sagrado y arte profano de oriente y occidente’. Shopia Perennis 2001. - Varios autores (E.Fromm, Guildford, A. Maslow, Rollo May, Rogers, Margaret Mead…). Creativity and its cultivation. Simposio interdisciplinar sobre creatividad. - WATTS, Alan. Taoismo, Ed Kairós. 9.3.- Bibliografía de tesinas consultadas AETG: - Annie Chevreux. Gestalt y espiritualidad. 1991. - Carlos Medina Zamora. Gestalt y los cinco elementos. 2012. - Carmen Arenas. Gestalt, Tarot y Arquetipos. 2008. - Carmen Pardo. Herramientas artísticas en el trabajo de Polaridades. 2006 - Carmen Diez. El awereness o consciencia inmediata en la Terapia Gestalt. 2007. - Carlos Olavarría. Gestalt y arte actual. ….la conciencia individual y social. 2012.  

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- Catalina Lladó. Del espacio vacío al vacío fértil. 2010 - Eva Useros. ¿Rumbo al instinto?. Gestalt y Cuarto Camino. 1998. - Fernando S. De Juan. Arte, magia y Gestalt. La imaginación al servicio de la terapia. 2013. - Francisco Rafael Baeza. Reencuentro con la espiritualidad. 1994 - Iñaqui Zapirain. Terapia Gestalt y proceso simbólico. 1998. - Juan José Díaz. El viaje mítico. Un enfoque creativo y gestáltico. 2003. - Juan José Relinque. El temascal, la Gestalt y los cuatro elementos. 2012. - Maribel Gómez. El proceso de creatividad durante la formación en terapia Gestalt. 2003. - Marisé Barreiro. El diario personal y la autobiografía: Una visión gestáltica de la escritura expresiva. - MªIsabel Rodríguez. Creatividad: un puente. 2001. - Olga Rueda. Gestalt constructivista. El autoconcepto en videoterapia. 2007. - Verónica Donoso. La actitud y la indiferencia creativa en el terapeuta. 2012. - Victoria Sanjurjo. Cuentos mitológicos para terpéutas gestálticos. 1998. - Yael Peña. Fantasías dirigidas; aplicaciones desde la Terapia Gestalt. 2007. 9.4.- Material en soporte visual. Internet ha sido un gran océano donde sumergirme a la búsqueda de inspiración, datos, referencias, documentación audiovisual…pongo una pequeña muestra de los enlaces usados. - Conferencia Paco Peñarrubia ‘Gestalt, Creatividad y Arte’. Granada 2012: Disponible en la red en el enlace: http://www.youtube.com/watch?v=urcasmYAuy4 - Entrevista a Bruce Lee hecha en 1971 donde da nociones de la filosofía taoísta. - La entrevista completa sin traducir: http://www.youtube.com/watch?v=PFQ7UxUdIH8 Y aquí la parte mencionada y subtitulada: http://www.youtube.com/watch?v=OkOGQqwg0Tww - Conferencia de la escritora Elizbert Gilbert sobre la creatividad, el genio como dáimon: http://www.ted.com/talks/elizabeth_gilbert_on_genius.html - Web y blog de mi hermano Manuel Vásquez sobre gestalt, creatividad y otros asuntos de interés: http://lasilladeperls.net/

 

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9.5.- Para ampliar la consulta sobre el tema.- GINGER, Serge. Gestalt, el arte del contacto. RBA Integral. 2005. - KITZLER, Richard. Un genio excéntrico. Los libros del CTP-20. - LEVY, Norberto. El asistente interior. Ed Integral. 2002 - NARANJO, Claudio. Gestalt de Vanguardia. Ediciones La Llave - PERLS, Fritz. Dentro y fuera del tarro de basura. Ed Cuatro Vientos. - PERLS, Fritz. Hefferline, R. y Goodman, Paul. Terapia Gestalt: Excitación y crecimiento de la personalidad humana. Ed Los libros del CTP. 2002. - RAMS, Albert. Clínica Gestáltica. Métaforas de viaje. Ed. La Llave. 2001. - RAMS, Albert. Veinticinco años de Gestalt. Ed. La Llave. 2004. - Revue Gestalt nº6. Primavera 1994. Le passé composé (fuentes y contextos de la terapia Gestalt). Coordinado por J.M.Robine. - ROBINE, Jean-Marie. Contacto y relación en psicoterapia. Ed. Cuatro Vientos. 1997. - BALSHEKAR, Ramesh. Deja que la vida fluya. - BALSHEKAR, Ramesh. A quién le importa. - CAMPBELL, Joseph. Imagen del mito. Ed Atalanta. 2012. - CASTILLO Colomer, Javier. De lo dionisiaco a lo demoniaco. - CHINEN, Allan B. Más allá del héroe - FRAZER, J.G. La rama dorada. - GOLEMAN, Daniel. El espíritu creativo. - METZNER, Ralph. Grandes metáforas de la tradición sagrada. Ed Kairós. - PEARSON, Carol S. El héroe interior. Bibliografías de tesinas AETG de interés: - Andrés Higuero. Gestalt transpersonal. Hacia una Re-evolución de la conciencia. 2011. - Antonio Gámiz. Imaginación y actitud lúdica en terapia Gestalt. 2004 - Begoña Fernández y Lourdes Mateu y Jordi Perales. El cuidado del terapeuta gestáltico dentro y fuera del espacio terapéutico. - Delia Mínguez Lacruz. La rendición. 2011 - Dolores Mondejar. Sobre el silencio y la renuncia al control. 1999. - Emilio Blázquez. Tambores e improvisación sonora como herramientas gestálticas. 2005.  

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- Ernesto Maruri. Érase una vez un cuento en psicoterpia: Simbad y Peter Pan. 2001. - Ferrán Lacoma, Quin Mesalles y Nela Moreno. La Gestalt y el juego: Una vía de aprendizaje. 2007. - Isabel Montero y Laura Fernández. Teatro y Gestalt. 2010. - Katharina Widmer. Pintur-terapia gestáltica. 2005. - Macarena Roca Gil. Quien canta…su Retroflexión espanta. 2010. - María Luisa Nuez. Gestalt y sonidos. Voz, música y silencio. 1999 - Marisa Manchado. Musicoterapia gestáltica. 2005. - Raquel Casals. La escritura creativa al servicio de la terapia Gestalt. 2010. -Ruth Vila. Salud, enfermedad y terapéutica. La Gestalt, del humanismo a lo transpersonal. 2008

 

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