Fundamentos Del Análisis Social. Jaime Osorio

OSORIO, Jaime: Fundamentos del análisis social: la realidad social y su conocimiento. Edit. Fondo de Cultura Económica/U

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OSORIO, Jaime: Fundamentos del análisis social: la realidad social y su conocimiento. Edit. Fondo de Cultura Económica/Universidad Autónoma Mexicana. México D.F, 2012. Espesores, tiempo y espacio. Jaime Osorio propone ciertas cuestiones de método: la realidad social constituye una totalidad compleja cuyo conocimiento exige la desestructuración y estructuración del conjunto de relaciones que le dan forma. Este proceso, a la vez analítico y sintético, implica el desarrollo de tres dimensiones, a saber: a) los espesores o capas; b) el tiempo y; c) el espacio. Por supuesto, cada una de estas dimensiones presenta niveles específicos y se comprenden a partir de categorías particulares. 1. Espesores y realidad social. La realidad social constituye una unidad de distintos espesores y se presenta como una sedimentación de capas superficiales, medias y profundas. El pensamiento científico debe ser capaz de penetrar desde lo visible hacia lo invisible atravesando el espesor de las capas que envuelven los fenómenos sociales. La integración de los distintos niveles o capas aseguran la unidad del fenómeno y la esencia, ya sea desde el carácter diacrónico del caos y los órdenes temporales o desde el carácter sincrónico de sus invariantes estructurales. En todo caso, desde las profundidades a la superficie y viceversa, el conocimiento de la realidad social exige una descomposición y recomposición de la realidad como unidad de distintas capas, niveles o espesores. 1.1. Reconstrucción de los objetos de análisis. La complejidad de la realidad social, su imbricación de profundidad y superficialidad, solo puede ser abordada a partir de una comprensión unitaria que reconozca la particularidad objetual de los distintos espesores o capas. Esta particularidad teórica, metodológica y técnica manifiesta también sus propios límites, por lo cual, las nociones, conceptos y categorías deben ser recreadas y reconstruidas de acuerdo con la capa o espesor donde se ubique el objeto de análisis. Conocimiento: “(…) en un sentido más amplio y, al mismo tiempo, más estricto, la tarea del conocimiento es integrar lo visible y lo oculto, superficie y estructura (…) Existen muchos procesos sociales que en la superficie se presentan de una manera y en las capas profundas adquieren otras connotaciones, por lo cual es necesario alcanzar estas últimas a fin de reconstruir y reinterpretar lo movimientos que se suceden en la superficie (…) Pero el ordenamiento que nos ofrece el espesor profundo no exenta –sino que más bien reclama- el retorno al espesor de superficie para organizar el paisaje caótico que allí se presenta, o para desordenar y reorganizar el orden de superficie, lo que nos obliga a hacer movimientos teóricos para reconstruir o crear las nuevas categorías ordenadoras.” (J. Osorio: 2012; 40-43) Recreación y reconstrucción: “(…) las nociones que permiten ordenar el caos de la superficie o cuestionar el orden que presenta, que arrancan del espesor profundo, sólo son útiles con la condición de que sean recreados y reconstruidos y se ajusten al espesor sobre el cual se realiza el análisis. De lo contrario, el ordenamiento que nos ofrecerá será pobre y burdo, y presentará tantos peligros analíticos como incursionar en la superficie sin ninguna brújula conceptual, como gustan las corrientes más empiristas. Lo más seguro es que nos perderemos si caminamos sin mapas cognitivos, al igual que si lo hacemos con referencias demasiado generales para la fineza de la cuadrícula que hay que alcanzar.” (J. Osorio: 2012; 45-46)

2. La dimensión temporal: concepciones del tiempo y periodización. En la realidad social los distintos procesos poseen distintas temporalidades. Contrariamente al tiempo cronológico, que es continuo y homogéneo, el tiempo social es discontinuo y heterogéneo, se dilata y se condensa de acuerdo con el ritmo de los acontecimientos históricos, orgánicos y coyunturales. 2.1. Diversas concepciones del tiempo. La percepción del tiempo constituye un problema histórico-social. Este problema pone de manifiesto una diferencia perceptiva que se expresa en tres grandes concepciones: a) el tiempo cíclico o temporalidad predominante en las

formaciones sociales tradicionales donde el pasado, el presente y el futuro de traslapan en un continnum indiferenciado que se repite eternamente; b) el tiempo lineal o temporalidad predominante en las formaciones sociales modernas donde la noción del progreso orienta el pasado, el presente y el futuro produciendo una aceleración continua y una cultura del kleenex que hipostasia la novedad y; c) el tiempo espiral o temporalidad que integra la dinámica lineal y cíclica pero expresando –tanto en los puntos de alejamiento como en los punto de retornouna diferencia que cuestiona toda idea de perennidad o progreso. 2.2. Periodización: la pluralidad del tiempo. Si se quisiera interpelar el tiempo histórico podría apelarse a las tres temporalidades imaginadas por Fernand Braudel: el acontecimiento, la coyuntura y la civilización. Cada una de estas temporalidades traería consecuencias distintas para el conocimiento. Sin embargo, ellas no pueden ser concebidas independientemente las unas de las otras pues se encuentran íntimamente vinculadas. Esta unidad del tiempo social es algo lo suficientemente complejo como para orientar la posibilidad del conocimiento hacia los puntos de intersección entre las distintas temporalidades sin establecer una jerarquía en torno a sus grados de significación. Tiempo cronológico y tiempo social: “En el tiempo cronológico podemos tener distintos diltamientos y condensaciones de tiempo social. Hay semanas, meses y años en los que parece que el tiempo social, dilatado, apenas transcurre; en tanto, en otros momentos, en semanas y días se condensan sucesos y transformaciones. Una unidad de tiempo cronológico puede contener diversas cargas de tiempo social.” (J. Osorio: 2012; 46) Presente social: “El presente social se hace frágil ante una sociedad que se ve arrastrada por la vorágine de un pasado que le pisa los talones y al voracidad de un futuro que se abalanza ante la inminencia de la novedad. Así, las relaciones entre pasado, presente y futuro se modifican. EL vértigo y la incertidumbre serían algunas características del tiempo en esta etapa de la modernidad.” (J. Osorio: 2012; 47) Temporalidad simultánea: “(…) las diversas concepciones del tiempo conviven de manera simultánea en nuestro presente, si bien alguna de ellas prevalece. Esta convivencia no sólo se da en grupos o segmentos sociales diferenciados, sino que alcanza vida dentro de un mismo segmento o de un mismo sujeto social.” (J. Osorio: 2012; 48) Unidad del tiempo social: “Un problema central del análisis es captar la unidad del tiempo social, los puntos en que la integración de los distintos tiempos alcanza su intersección: se debe buscar la significación y la incidencia del tiempo corto en la larga duración, así como la significación e incidencia de la larga duración en el tiempo corto.” (J. Osorio: 2012; 50) Coyuntura: “(…) hablamos de coyuntura cuando se produce una condensación particular de tiempo social en un tiempo corto, y en la que los procesos sociales, económicos, políticos y culturales se concentran en el campo político.” (J. Osorio: 2012; 50)

3. La dimensión espacial. La dimensión espacial de los fenómenos sociales nos remite a las relaciones entre la sociedad y la naturaleza en tanto estas relaciones se obtienen en coordenadas geográficas concretas. En estas coordenadas se especifica la heterogeneidad de las formaciones sociales. De acuerdo con ello, macroregionalidad, regionalidad y localidad constituyen los tres niveles analíticos de la dimensión espacial. Sin embargo, la objetivación espacial del fenómeno social no parece ser suficiente. A ello se añade la noción de espaciotiempo que integra temporalidad y espacialidad como determinaciones ontológicas internas de una misma modalidad de análisis. Estado-Nación como referente espacial: “Una modalidad fundamental para el desenvolvimiento del capitalismo ha sido el espacio del Estado-Nación. La división territorial, la creación de monedas particulares y las formas de dominio y control de la población bajo las fronteras de Estados Nacionales ha tenido un papel clave en el desarrollo de esa organización económicosocial.” (J. Osorio: 2012; 53)

Localidad: “El capitalismo no es ajeno, sin embargo, al recurso y uso de unidades espaciales menores, como las localidades, microespacios en los que ciertas relaciones económicas, sociales, políticas y culturales adquieren sentido y reclaman explicación.” (J. Osorio: 2012; 54)

4. Paradigmas abiertos y paradigmas cerrados. Toda unidad de análisis adquiere una forma sobre un fondo estructural. Esta emergencia del objeto diferenciado en un contexto de relaciones expresa la determinación recíproca entre la particularidad y la totalidad que configura el proceso social en su complejidad. El sistema de las mediaciones constituye el instrumento analítico que permite construir teórica y metodológicamente los distintos niveles estructurales de la realidad social. Si un paradigma es abierto esta mediación será posible pero, si un paradigma permanece clausurado la realidad de un fenómeno será aprehendida de forma reducida y fragmentada. Paradigma abierto: “Parte sustantiva de la riqueza de un paradigma reside en su capacidad de contar con la flexibilidad teórica y metodológica que haga posible pasar de una dimensión a otra (espesor, tiempo y espacio) y, dentro de una dimensión, a los distintos niveles que la conforman. En definitiva, la riqueza de un paradigma reside en la apertura que ofrezca para realizar estos movimientos, en la capacidad de mediación que tenga (…) La rigidez de un paradigma en este terreno y su disposición a „amarrar‟ el análisis en una dimensión y nivel hablan, a su vez, de la pobreza del mismo. En este caso, lo que tenemos son paradigmas „cerrados‟: no favorecen la integración de niveles ni dimensiones.” (J. Osorio: 2012; 55)