Frida Kahlo Una biografía María Hesse Ediciónenformatodigital:octubrede2016 © 2016, M © 2016, de l a p P
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Frida Kahlo
Una biografía
María Hesse
Ediciónenformatodigital:octubrede2016
© 2016, M
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a, 4749. 08021 B
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dos los le
c
t
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es.
A Alfonso, tú me
haces mejor persona.
Cuando
ya
se
ha
escrito
tanto
sobre
Frida
Kahlo,
¿por
qué
volver
a hacerlo?
Parece que todos conocemos a Frida Kahlo. Bueno, al menos, to
-
dos tenemos una imagen máso menos definida del personaje ydela
artista. Ella nos dejó un amplio testimonio de lo que fue su vida a
t
r
vés de entrevistas, cartas, su diario y
a
, evidentemente, de su obra.
Pero por mucho que sepamos, por mucho que hayamos leído, por
mucho
que
su obra,
estudiemos
da
la
sensación
de
que
solo
conoce
-
mos una parte de su vida y de lo que pasaba por su cabeza.
Frida adornaba
las historias,
Frida inventaba, Frida decía la ver
-
,dadadirF .aíecersdbaoSrtnoc odoteuqrop abaimbac unsóisrev d
e
las cosas de una carta a otra, según el momento vital en el que se
iviendo s i e m p r ee n los extremos, pasando d e lc o l o ra l
encontraba. V
n e g r o ,d e la felicidad al am á s profunda tristeza, d el ar i s ay e lc a n
-
t o c o n e l q u e l e g u s t a b a l l a ma r l a a t e n c i ó n a l s i l e n c i o y l a s o l e d a d
d e l e s t u d i o , d o n d e p i n t a b a d e s d e l a má s a b s o l u t a a n g u s t i a . P e r o
e
s
no importa, ahí r e s i d ee l encanto yl am a g i a d eF r i d a Kahlo. No
o
i m p o r tcaó m o o c u r r i e r ol na s c o s acso n e x a c t i t u dL.o verdaderamen
-
te interesante e sc ó m ol a s s e n t í ae l l a ,y d ee s os í podemos hacernos
una idea.
msá Es
.óntevi
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que
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de
ni
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us
de
atart
no
obril
etEs
us de sotcpesa sunogla ne que oerc querpo m,asb de almcze una nebi
dadiavilaer se entasmeráenti que ;nóaincelsoirfto ,msonte
rantocosquisnoallequedareval ratpesroreifepr,omacbine
.
Dicho esto solo me queda darles un consejo: quieren si conocer lo
más auténtico de ella, piérdanse en cada uno de sus cuadros, en los
que fue dejándonos pequeños mensajes sobre quién fue ella. En sus
pinturas reside la verdadera Frida.
11
Frida Kahlo
El 17 de septiembre, el
autobús en el que viajaba
chocó con un tranvía. Quedé
malherida y estuve a punto
de morir
El 21 de agosto, me casé con
Diego Rivera.
Diego y yo nos trasladamos
a Estados Unidos.
Allí sufrí mi segundo aborto.
Echaba muchísimo de menos
México.
Mi nombre es Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón y nací el 6 de
julio de 1907 en Coyoacán.
Desde mi nacimiento tuve que luchar contra una enfermedad que marcó
toda mi vida. Algunos dicen que fue poliomielitis, pero en realidad padecí
espina bífi
da.
.
12
Comienza la aventura de
V
olvemos a México. Diego
innumerables operaciones.
tiene una aventura con mi
En 1952 me amputan la
hermana.
pierna derecha.
Diego me pide el divorcio.
Se organiza mi primera
Acogemos aT
rotski tras su exposición en México.
exilio. Inevitablemente tengo
El médico no me deja salir
un romance con él. de la cama. Cumpliendo
sus órdenes, voy en ella
a la inauguración.
T
ras el asesinato de T
rotski
Apenas tengo cuarenta y
me interrogan. Mi estado d
e
siete años, pero mi cuerpo está
. n a v a r g a e s a z e t s i r t i m y du l a s
ya cansado de padecer tanto
T
ras pocos meses de separación,
. T
dolor
Diego y yo nos volvemos a casar
.
su fi
franceses me dan una gran
acogida.
n.
odo sufrimiento tiene
16
Me lamo Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón. Nací el 6 de
julio de 1907 en Coyoacán, pero siempre me gustó decir que mi na
cimiento fue en 1910, no por la coquetería de quitarme edad, sino
comenzó Revol porque añoesela ución revol soymexi youcióycn.ana
-
18
Guillermo Kahlo emigrócon dieciocho añosde Alemania aMéxi-
co. Se casó con María Cardeño Espino y
en una joyería, donde conoció a Matilde Calderón, mi madre.
, durante un tiempo, trabajó
19
L a
primera
mi pa dr e
d e
mujer
e n
falleció
el parto de su segunda hija.
E l
2 1
fe b r e r o d e
d e
1 8 9 8 ,
tr e s
m e s e s
des
-
pués, se casó con Matilde, y el 21 de agosto
de ese mismo año nació la primera de mis
hermanas.
Cuando se casaron, él comenzó a traba
j
a
r
-
de fotógrafo, c o mmo i abuelo m a t e r n oy,
construyó la Casa Azul. Él amaba profun
-
damente ami madre, sin embargo ellanun
ca
olvidar a su primer novio, también alemán,
que se suicidó.
-
llegó a
ser
feliz con
él porque
no
logró
21
Y
tercera lafuiocuatro de hermanas. Cristina, mi hermana menor
,
nació solo once meses después. Siempre fuimos grandes amigas.
Las dos hijas que mi padre tuvo con su anterior mujer fueron en
viadas una internado pocotiempo despuésde que contrajera segun
das nupcias, así que apenas tuve contacto con ellas.
No la volvimos a ver hasta cuatro años después.
-
-
24
En 1910 estalló la Revolución mexicana y cayó el gobierno del
dictador Porfirio Díaz. La lucha continuó durante diez años. Mi ma
-
dre ayudó a los zapatistas, les daba de comer y curaba sus heridas,
mientras Cristina y yo nos escondíamos donde podíamos.
El pueblo se levantó, nació un gran movimiento creativo y el país
vivió años de transformación.
26
dique Secon seiaños ces contraje motque elestfpol uyielvaio
de que mi pierna derecha quedara atrofiada. Sin embargo, el motivo
fue otro. Mi madre padeció deficiencia de ácido fólico durante los
s u p u s o q u e lo s h ij o s qembarazos u e tu v o d e s p u é s n a c ié r a m o s c o n e l s ín d r o m e d e
siguieron al de
que
mi hermana
Matilde.
Esa
carencia
espina bífida. En consecuencia, yo padecía escoliosis grave y mi
pierna derecha era débil y más corta y delgada que la izquierda. Los
niñosme lamaban «Frida Kahlo patade palo».
Hasta los tres años no comencé a andar con soltura y para evitar
los comentarios y que la diferencia entre mi hermana y yo, que solo
llevábamos nos once meses, fuera tan obvia que pusiera de manifies
-
to m i
retraso, nos
mantuvieron
retenidas en
casa durante ese tiempo.
Cristina también tuvoque sometersea operaciones deespalday lle
-
vó corsés a lo largo de toda su vida.
Seinventaron quetuvelapolio paraqueno disminuyeran mispo
s
i
b
i
-
l
i
d
a
d
e
s
de contraer matrimonio, ya que en aquella época no se
sabía si la enfermedad era hereditaria o contagiosa. Esta duda me
acompañó toda la vida y me preguntaba si sería capaz de traer un
niño sano al mundo.
Cuando al fin pude andar con autonomía, mis padres nos escola
-
rizaron a mi hermana y a mí. Decidieron mentir sobre nuestra edad
y nos quitaron tres años, para evitar que fuéramos
mucho más retra
-
sadas que los demás alumnos del curso. Desde entonces mantuve la
fecha de nacimiento ficticia porque coincidía con el inicio de la Re
-
volución mexicana.
Mi padre me ayudó a superar la enfermedad con una rehabilita
ción poco convencional para época: esa una niña denadaba, peleaba
y boxeaba.
-
Siempre fui la favorita de mi padre, decía que era la más inteli
-
gente de todas sus hijas y la que más se parecía a él. T
ras varias
peleas con mi madre consiguió que me presentara al examen de
acceso Escuela lade Nacional Preparatoria. Entre dos mil alumnos,
yo fui una de las treinta y cinco mujeres que fueron admitidas. Me
interesaba mucho la anatomía y soñaba con ser médico.
A ll í
h ic e
m e
d e
miembro
lo s
N o s
Cachuchas.
identificábamos
con
naci soci ideas oyanalliystiasstas, reivindicába herenci inldíamos a
-
genade México. Alejandro Gómez Arias, MiguelN. Lira,JoséZ
á
illa, Agustín Lira, Carmen Jaime. Nos hallába
Ramírez, Alfonso V
l
e
z
-
mos ante el nacimiento de una nueva nación, y nosotros teníamos la
oportunidad de participar en su formación.
Entre los Cachuchas estaba Alejandro, mi gran amigo, del que
sin darme cuenta me enamoré.
Por aquella época, la pasión todo por que rodeaba melo inva me
-
día por completo.
Me encantaba ir a la escuela en bicicletas que alquilaba y que
muchas veces olvidaba devolver
.
Solía
ban los libros. a Piedrecitas, muñecos, mariposas disecadas libre y
titas hechas por mí.
llevar
una
mochila
que
llenaba
de
tesoros
que
acompaña
-
-
32
Fue una época decisiva en mi vida. Mi madre
pensaba que acabaría volviéndome completa-
mente atea y mis amigas de la infancia comen-
zaron a alejarse de mí porque consideraban que
había perdido la reputación al alejarme de los
estereotipos que debía losajustarse a conducla
. Me daba igual y así se lo dije a
ta de una mujer
mi Alejandro:
En aquella época las señoritas debían actuar
y vestir de una forma con la que yo no me iden-
tifi
caba, no me sentía cómoda, no podía ser yo
misma, yloque quería era hacerlo queme ape-
teciera. Alejandro llegó a decir que para mí «el
sexo era una forma de disfrutar la vida, una es-
pecie de impulso vital».
Sellegóa rumorear quetuve un romance con
una bibliotecaria.
Pronto dejé de asistir a las clases, me intere-
saban mucho más las personas. Por suerte me
encantaba leer y aprender por mi cuenta, por lo
que nunca tuve problemas con las notas de los
exámenes.
La situación económica en mi casa empeoró
tanto que tuvimos que hipotecar la vivienda y
vender gran parte de los muebles y objetos de
decoración. Decidí ponerme trabajar apara ayu-
dar a mi familia.
34
En 1922 conocí a Diego Rivera, el gran pintor
. Diego ha
-
sido bía eleg pintar para ido mural un anfiteatro el en Bolí devar
laEscuela Nacional Preparatoria. Medediquéa molestarledu
rante
raba el suelo para que resbalara, le robaba la comida, incluso
cuandoveía que coqueteaba conla modeloque posabapara él,
le gritaba que venía su mujer con la intención de asustarle.
-
el
tiempo
que
estuvo
allí,
para
llamar
su
atención.
Ence
-
Una tarde le pregunté si podía quedarme un rato
para verlo trabajar
cuenta. Permanecí absorta durante más de tres horas. Ese
día supe que Diego Rivera sería el padre de mis hijos.
. El tiempo pasó sin que me diera
En 1925 sufrí mi primer accidente.
Y
acía en el suelo, extrañamente, había quedado desnuda, cubier
-
ta de sangre y del polvo de oro que llevaba un obrero. La gente a mi
alrededor gritaba: «A
yuden a la bailarinita».
Me ingresaron en el hospital de la Cruz
Roja. Los médicos pensaban que viviría. no
Y
o creía lo mismo.
¿Cuántos díaspasé encama? Sisumo todoslos de aquella época,
más de un año.
44
Dije que el pasamanos del autobús me perforó la matriz para jus-
tifi
carlapérdida demi virginidad, pero realmentela barrasalió mu-
cho más arriba, a la altura del hueso de la pelvis.
Durante mucho tiempo, a pesar de los diagnósticos de los médi-
cos, quise creer
para tener hijos.
que el accidente
fue el culpable de mi incapacidad
45
La curación, ademásde largosdías en
cama, exigió diversos corsés de escayola,
. Me tocó aprender que el do-
a cual peor
lor sería parte de mí durante el resto de
mi vida.
Mi madre utvo una diea par anmiar
m
e
-
,
seleocurrió transformar micamaen
un refugio. Le puso un precioso baldaq u in o y u n e s p e jo e n e l te c h o . Y m i p a d r e
me
mencé a retratarme porque pasaba mu-
cho tiempo sola y porque soy el motivo
que mejor conozco.
regaló
unas
pinturas.
Entonces
co-
Alejandro se marchó a Europa. Luché desesperadamente por no
perderle y durante mucho tiempo estuve escribiéndole. Poco a poco
mi amor por él fue desapareciendo y me cansé de esperarle. Una
partede míhabía muerto, yanoerala misma persona, yestar juntos
perdió todo el sentido.
tiempo El cura lo(casi) todo. Empecé a relacionarme con círculos
formados por comunistas, marxistas y exiliados políticos. ese amEn
biente conocí a Julio Antonio Mella, exiliado revolucionario comu-
nista
cubano,
colaborador
de
la
revista
El
de mis mejores amigas, la fotógrafa T
Machete
y
amante
de
una
ina Modotti.
y ral iab ed sanag sal ,etneg al noc rasrevnoc rop nóisap al érepucRe
nE
.al iuqet
rebeb
if
ay
are
onu
ed
sol
serotnip
anu
euq
atse
oid
smá
T
a
ívlov
ani
a
setnatrompi
ed
rev
,arevRi
ocixMé
Marevna, yoysabíaquele gustaba acumular amantes.Le admiraba,
así que decidí llevarle mi trabajo para que me diera su opinión.
enía además otra hija de su anterior
relación
euq
ne
Había estado casado con Lupe Marín, con quien tuvo dos hijas.
T
ogeDi
con la pintora rusa
ese
.otnmeo
Nos hicimos amigos, camaradas y amantes. Y
decía legón yque tenía cara de sapo, lejos él,yde enfadarse, reía se
a carcajadas.
o le llamaba barri-
Organizamos la fiesta en la azotea de la casa de T
ina. Lupe se
emborrachó y quiso humillarme, se acercó a mí, me levantó la falda
delantede todoel mundoy comenzó gritar: a «¿V
en estos palos? Son
las
piernas
que
Diego
tiene
ahora
en
lugar
de las
mías».
Me
soltó
y
salió de la casa.
Diego estaba tan ebrio que no hizo absolutamente nada. Salí llo
rando
vino a buscarme para llevarme a su casa.
-
y
me
fui
a
mi
casa
muy
triste.
Pasaron
unos
días
hasta
que
él
54
Al poco de cas ar me con Di ego, Lupe me acompañó a compr ar
ut ens i l i os de coci na y me ens eñó a coci nar
.
T
ratbajndo. La maeímt os en ceast decoradas con olrefs y sealrvtsi
bordadas coranfse.
En agradecimiento pinté su retrato y se lo regalé.
a m b ié n m e
e n s e ñ ó
c ó m o ll e v a r le a comdia al
D ie g o c u a n d o e s ta b a
1 pollo troceado
1 kg de jitomates o tomates maduros
6 chiles guajillo
6 chiles anchos secos
2 cebollas
6 dientes de ajo
1 pastilla de caldo de pollo
1/4 de cucharada de clavo de olor
¼ de cucharada de pimienta de Jamaica
100 g de ajonjolí
1 kg de patatas
1 hoja de laurel
70 g de chocolate amargo
1 cucharada de orégano y cilantro picado
Canela en rama, sal y pimienta
Para cocinar un mole rojo hervimos el pollo con una cebolla, cilan
-
laurel, pimienta tro,ysal fuego lento ahasta carne que laesté tierna.
Sacamos la carne del caldo y la reservamos.
Quitamos las pepitas de los chiles y los asamos. Los metemos en
agua hirviendo y dejamos reposar durante veinticinco minutos.
Sofreímos una cebolla y los ajos, le añadimos los tomates, la pi
mienta, las semillas de ajonjolí, los chiles, clavo, el caldo de pollo y
el chocolate, y trituramos hasta obtener un puré.
Mientras cocemos la salsa, añadimos las patatas, la canela y las
especias. Cuando las patatas estén blandas se añade el pollo.
Se suele acompañar con arroz hervido.
-
60
Poco
de la boda
después
Diego fue
expulsado
del
Partido Comunista, aunqueesono significóque deja
-
dera con comulgar su ideario, siguió y defendiéndolo
con su discurso y su obra.
Durante esa época yo apenas pintaba, encanta me
-
vida micon ba Diego, mey quedaba casa. enMe ocu
-
pabadelas labores cotidianasy esperaba impaciente
su llegada. A menudo le llevaba
la cesta con comida
al lugar donde estuviera trabajando, tal como Lupe
me enseñó.
Pero pronto llegó la tristeza. En menos de un año
Diego comenzó a serme
infiel. Él se
justificaba di
-
médico le había comentado
ciéndome que un
que es
-
taba inca paci tado para la mon oga mia. hizosedolorEl
insoportable
cuando
sufrí
el
primer
aborto
y
tuve
que
aprender a convivir con la desesperanza de no poder
tener hijos.
A aMmcogaubstalep.oadñtrdepesar
disfrutaba Diego yverlo pintar alesos grandiosos mu
-
rales; además, él siempre me pedía opinión sobre lo
que estaba haciendo y me hacía sentir importante.
Y
taba para el pueblo. Y
o,entre tanto, pintaba para pasarel rato.Él pin
-
o pintaba para mí misma.
63
coleccionar artesanía
beber
popular mexicana y
pequeños objetos
fumar
coleccionar joyas
los animales
64
escuchar a los
mariachis
ir al teatro
coleccionar muñecas
cantar
armar jaleo
escribir cartitas
, bailar y
En 1930 nos trasladamos a Estados Unidos. Habían encargado a
Diego la elaboración de unos murales para el San Francisco Stock
Exchange y para la California School of Fine Arts.
En 1931 nos mudamos muy ilusionados Nueva a
ork porque Diego recibió un encargo extraordina
Y
-
rio: una exposición individual en el MoMA.
Echaba de menos México, pero me fascinaba aquella
ciudad. Adoraba las películas de Chaplin, los Hermanos
Marx y Disney
.
En aquella época nos alojábamos en hoteles de lujo e íbamos de
fiesta en fiesta. Entraba gritando, diciendo groserías porque me di
-
vertíaverla caraque ponía aquella gentetan remilgada. Llama
-
, a pesar de las críticas que recibía,
ba mucho la atención y
sabía que todo el mundo me adoraba.
Bochl, Luencie a
q u e a y u d a b a aícronqisevutyrerlatDelnagoi
uena buena amga.i
concer
de
esutr
al
uvte
Aíl
En 1932 sno mdasolsart a tiorDte querpo a ogeDi el noreipusopr
un rantpi
ñoa
un
snape
doirucnsart
abíha
;ovnue
de
lmaur
ne
uno
de
sol
ifdie
soic
de
sol
rellefRkeco
.
E n
atse
dazamerba déque me da
desde
que
los
médicos
me
recomendaron
interrumpir
A Diego no le interesaba tener más hijos, pero me dijo que hicie-
ra lo que quisiera y decidí seguir adelante. Fue una época terrible,
estaba obligada a hacer reposo por los
me sentía perdida y además
continuos sangrados.
Como tenía que permanecer encerrada me casa eny aburría, reto-
mé la pintura. Fue lo único que me sirvió de consuelo.
un
embarazo.
u-ic
El 4
estuve
sin dejar de llorar y sangrar
en una asfixiante
de julio,
a
punto
de
morir
.
Pasé
treinta
días
de
. Pedí desconsoladamente que me ense
pinturas de aquellos días: «Ninguna mujer había representado tal
poesía agonizante en una tela como la que Frida hizo en Detroit».
angustia
en
el
hospital
-
ñaran mi bebé a pero no pudieron porque nunca llegó tomar a forma.
Allí dibujé, pinté y garabateé mi dolor
perdí el bebé y
de verano,
noche
. Diego escribió sobre mis
El3de septiembre deesemismo añomellegó un telegrama enel
comunicaban que me madre que mihabía contraído cáncer mama de
y se encontraba gravemente enferma.
Al día siguiente viajé a México acompañada de Lucienne.
viaje Eltren en fue eterno. Padecí nuevas hemorragias sangre lay
se mezclaba con las lágrimas.
El 15 de septiembre, a los pocos días de llegar a casa de mis pa
-
dres, mi madre falleció. Mi padre se quedó destrozado y su enorme
pena hizo que el regreso a Estados Unidos fuera muy duro. Deseaba
quedarme en mi tierra pero anhelaba tanto estar junto a mi Diego.
Durante este periodo tan doloroso comencé a inspirarme en los
exvotos mexicanos.
T
r adi ci onal ment e, en l os puebl os , habí a un pi nt or es peci al i z ado
eneste tipode cuadros alque acudían los vecinos cuando tenían un
dolor muy grande.
padecido: primero le contaban su historia y luego le decían a qué
virgen o santo querían dedicar el exvoto. En la parte inferior llevan
una inscripción que narra lo que aparece en el cuadro.
Le pedían que les pintara la tragedia que habían
Cuando la
dro iglesia laparaa ha cer la ofr en divinidad la a da y olv ida rse susde
penas.
Para mí pintar lo que me ocurría era la forma de dejar atrás mi
sufrimiento para poder seguir viviendo y celebrando la vida.
obra estaba
lista, pagaban
al pintor y
llevaban el
cua
-
Diego llevaba muy avanzado su trabajo en el Centro Rockefeller
.
En él aparecía el rostro de Lenin, lo cual se consideró una provoca
-
ción
de
finalmente no le permitieron terminarlo y el mural fue derribado.
Diego tenía cada vez menos encargos y yo echaba muchísimo de
menos México.
Después de muchas peleas volvimos a casa.
mal
gusto.
Él
se
negó
rotundamente
a
quitarlo,
por
lo
que
Al volver a México nos instalamos en la casa de San Ángel. Era
, formada por dos casas independientes
una construcción particular
conectadas por un estrecho puente. Como nuestro amor
.
T
putaron lascinco falanges delpie derecho yvolvía sufrirun aborto.
Diego maldecía los gastos hospitalarios y me hacía continuamente
responsable de la ruina económica en la que vivíamos.
ras regresar estuve casi todo el resto de 1932 enferma, me am
-
quedaba me Pero aúnsentir pena grande. más unaDiego comenzó
una relación con mi hermana Cristina.
Herida, maltratada pequeño unapart trdol aslme aaidmen déya,
-
toy me corté el pelo.
Me fui una breve temporada a Nueva Y
hice
, pero no
ork para olvidar
más que
confirmar
que
no podía
vivir lejos
de
Diego,
así que
volví, pero le puse una condición: mantendríamos nuestro matrimo
-
nio, aunque ambos disfrutaríamos de independencia. Comencé a te
-
ner amantes, tanto hombres como mujeres, pero procuraba ser dis
-
creta porque Diego era terriblemente celoso. Una vez me pilló con
un escultor japonés, Isamu Noguchi, que tuvo que salir corriendo
por el tejado porque Diego apareció con una pistola en la mano.
84
Heinz Berggruen fue mi refugio en una
época en la que necesitaba sentirme
segura.
Estaba meditando la posibilidad de
Alejandro Gómez Arias fue mi primer amor
. T
ras
volver a casarme con Diego.
mi accidente en el autobús, la relación se acabó.
Leo Eloesser fue uno de mis
cirujanos en San Francisco.
, con el que mantuve una relación
Nickolas Muray
durante diez años. Fue la persona que mejor me
comprendió. Su ruptura fue la que más me dolió
de todas.
León T
rotski, a quien acogimos tras su exilio
y con quien mantuve un breve romance.
Chavela V
Pensábamos las mismas cosas y queríamos que
casa, ¿tuvimos realmente un romance?
el mundo fuera como nosotros lo soñábamos.
argas se alojó durante un año en mi
En Estados Unidos
Jaqueline Lamba, mujer de André Breton, que conocí al español Josep Bartolí, republicano
emigraron de Francia huyendo de los nazis.
que había logrado huir de la Gestapo.
El escultor Isamu Noguchi fue invitado por el
m mcadoerlenrvenirntiapmrDsegoiií
Abelardo L. Rodríguez.
Nos encontró en la cama y Noguchi tuvo
que huir a punta de pistola.
Diego, mi padre, mi hijo, mi universo.
En los últimos años de mi vida, la mayoría
de mis amantes fueron mujeres.
A mediados de los años treinta el general Lázaro Cárdenas llegó
a la presidencia y en la capital se puso de moda el comunismo. En
1936 estalló la Guerra Civil española y junto con otras personas
fundamos un comité de solidaridad para ofrecer apoyo a los repu
-
blicanos que luchaban contra el fascismo, en la medida en que nos
era posible. Ese mismo año, México dio asilo político a León T
rots
ki y Natalia Sedova, que, tras la muerte de Len
i
pulsados de la Unión Soviética por Stalin, eran perseguidos y esta
,
h
a
b
í
a
n
s
i
d
o
e
x
-
-
ban condenados a muerte.
T
tiempo, con vigilancia continua noche y día.
n
-
ras mucho insistir Diego, los acogimos en la Casa Azul largo
no
fuimos
llamaba «love» y nos escribíamos cartas a escondidas. Pero Natalia
que cuenta pasaba dio decidieron losede y separarse un por tiempo.
La distancia entreellos noduró mucho porqueél estabatan ligadoa
su mujer como yo a mi Diego.
rotski en inglés, de modo que su mujer
o me comunicaba con T
Y
podía
entendernos.
intimando y
Pasábamos
comenzamos
mucho
una
juntos, pocoa
tiempo
relación
que fue
poco
breve. Y
o le
León me pidió todas las cartas y las quemó para no dejar huellas
de lo sucedido entre nosotros.
P o c o d e s p u é TyDeigovaeij,nmdcoenratbymoaeinrats,
s
mi marido se enteró de nuestra relación
fueron de la Casa Azul; según mi marido Diego, no pagaban renta. la
roskti
e pelearon, no sé muy bien si por discrepancias políticas o porque
amorosa.
Al poco tiempo se
Un día André Breton, conocido en Francia como el padre del
surrealismo, se fijó en mi pintura y me dijo que mis cuadros eran
surrealistas.
Por aquella misma época Diego le mostró mis cuadros al actor
Edward G. Robinson; le gustaron tanto que compró cuatro por dos
-
cientos dólares cada uno. Pensé que al fin podría viajar y hacer lo
que quisiera, ya no tendría que pedirle dinero a mi marido.
o r k y a ll í
Julien Levy invitó exponer mea galería suen Nueva deY
volví, esta vez sin Diego.
Comencé a vivir mi propia vida y a ser reconocida por mi obra,
lejos de la sombra de mi marido. La exposición fue bien, se vendie
-
mitad ron lalos cuadros. de Me sentía segura seductora. y Coquetea
-
ba con uno y con otro, pero el hombre más importante en esos mo
-
mentos era Nickolas Muray
entonces me enamoré de él.
. Hacía tiempo que nos conocíamos pero
a satsilaerrus sol rop adativni odis aíbah euqrop síraP a éjaiv ílla De
rapicitnerap .naórictoirseoPpxe edsed oliepicnirp odot euf nu ed
-
soL sordauc
.ertsas
noreuf
sodineter
ne
al anauda
y
noteBr on
aíbah
Mra ,etnmelaniF .solrenopxe areisiuq euq aírelag anugnin odartnocne
-
lec ,mpahcDu noc neieuqovdunetsieviv ese,ompeit oózlinagro odot
.ellCoteuonReaírelag al ne atseupxe areuf arbo mieuqarap
La estancia, engeneral, nofuenada agradable. Caí enfermay los
surrealistas me decepcionaron.
Soporté esos días en París gracias a los amigos que
comcheJa,iqonueil Lamba, Myar RPecyaonsidl
o
.
El Louvre me compró el autorretrato
El mar
, pero, a pesar del
co
reconocimiento de la crítica, rechacé una segunda exposición.
Lamoda parisina sefijóen míymi mano enjoyada apareció enla
portada dela revista
V
Muchos . años después, tantosque nunca
ogue
llegué a verlo, aparecí en la portada de
V
México, posando para
ogue
Nickolas en una de las preciosas fotos que me hizo.
Incluso la diseñadora Elsa Schiaparelli creó un vestido llamado
«Madame Rivera».
Pero, a pesar de todo, deseaba volver a Nueva Y
Al ll eg ar
tuvo la sensación de tener una relación conmigo, porque sentía que
éramos no dos, sino tres, pues yo siempre tenía Diego a laen cabeza.
Al menos siguió siendo mi amigo. Lo comprendí con inmensa pena.
Lloré una noche entera y volví a México.
Nunca dejamos de ser grandes amigos.
ork.
Nickolas
m e
contó que
s e ib a
casar a
.
Me dijo que nunc a
I n m e d i a t a m e n t e m e t r a s l a d é a l a C a s a A z u l . M i s i t u a c i ó n c o n
D i e g o f u e d e m a l e n p e o r
c
, s e r u m o r e a b a q u e t e n í a u n a r e l a c i ó n
o
Paulette Goddard y que se quería casar con ella. Además, por
n
es as f echasl e acus ar on deat ent ar cont rlaa vi dadeT
r ot s ki . Nues t r a
convi venci a l l egósafui n,nos di vor ci amos élys mar e chóa Es t ados
Unidos.
Quería a
rían nunca, mesentí tanmaly tansola queme parecía que nadieen
el mundo sufría como yo.
Diego,
pero
sabía
que
aquellos
problemas
no
termina
-
Mandé hacer reloj un cerámica de vidriada con la inscripción «Se
rompieronlas horas»ylafecha «septiembre de1940»,para noolvi
-
dar nunca cuándo nos separamos.
V
olví a cortarme el pelo, ya no deseaba gustar a Diego. No quería
destacar ningún atributo femenino ni nada que le atrajera. Me pro
-
metí a mí misma que nunca más volvería a depender de ningún
h o m b r eN. o q u e r í va e ar nadie, trabajaba sin consuelo, n do e j a b ea l
alcohol y mi salud volvió a empeorar
.
En esos difíciles momentos me hice amiga de Ramón Mercader
.
¡Qué desgracia la mía! Aquel demonio asesinó a T
rotski hundiéndo
-
leunpioletenla cabeza. Estavezlas sospechas recayeron sobremí.
Mi hmeran naiCstyiro umevstiosdos adsíencanderlsi, pa
aorldear
-
qhcuaomest,pobrqanue aémrnoicens.t
Diego se enteró de mi lamentable estado de salud, de lo ocurrido
rotskiy demi tristeza.
con T
V
olvióa pedirme matrimonio cuandono
había transcurrido ni un año después de nuestra separación. ¡Claro
que quería casarme conél! Pero decidí hacerle esperar mientras me
recuperaba en San Francisco.
En el tiempo en que estuve en esa ciudad tuve un romance con
Heinz Berggruen, un joven coleccionista de arte que se enamoró de
nada mímás verme. Acudía todos días los a visitarme hospital. al En
cuanto mejoré me trasladé a Nueva Y
ork para pasar una temporada
juntomis a amigos. Heinz venía conmigo todas a partes,no meocul
-
Por un
taba.
lado quería
divertirme y vivir mi propia vida.
Finalmente volví a México y el 8 de diciembre, el día en que él
c
u
m
p
En esta ocasión mandé fabricar el mismo reloj de
cerámica vidriada con la inscripción «Se rompieron
las horas», pero con una nueva fecha: «diciembre
de 1940».
l
í
a
c
i
n
cuenayt cuarotñvoasl,í casrme conmi Deigo.
volver
con
Diego, pero
por
otro
me apetecía
108
Nos instalamos en la Casa Azul, cada uno en una habitación, y
puse
élpara ahorrarmeel sufrimiento cadavezquesefuera conotrasmu-
jeres, aunque no siempre la cumplimos. Allí vivía feliz con mis so-
brinos, mis animales y mis seres queridos.
la
condición
de
no
volver
a
tener
más
relaciones
sexuales
con
Empezó una época plena para mí, ya no me obsesionaba tener
hijos, me encantaba arreglarme y ver el efecto que provocaba en los
quemerodeaban,y comencé escribir a un diario autobiográfico, que
al final se convirtió en un espacio de desahogo.
112
E s ta s s o n a lg u n a s d e la s fo to s q u e m e h ic ie r o n a lo la r g o d e m i v id a
eston, Héctor García, Imogen Cunnin
fotógrafos como Edward W
gham,
Nickolas Muray
Manuel y
Lola
, los hermanos Mayo, Juan Guzmán o Bernice Kolko.
Álvarez
-
Bravo,
Guilermo Zamora,
Julien
Levy
,
En 1943 comencé a dar clases en la escuela de Artes de Pintura
y Escultura de la Secretaría de Educación Pública situada en el ca
-
llejón de La Esmeralda.
Quería permitirles que hicieran que lo quisieran, que fueran ellos
mismos,
y
pretendía
que
sintieran
pasión
por
la
pintura
de
la
forma
más humilde que sabía.
El primer día les pregunté qué querían pintar y me pidieron que
posara para ellos.
Solíamos salir a la calle para captar lo que ocurría en el exterior
,
en la ciudad, en las pirámides, para que conocieran su pasado.
Por desgracia, a los pocos
meses
mi salud empeoró tanto que me
fue imposible acudir laa escuela, pero continué con las clases en mi
casa.Aunque alprincipio vinieron todos,elgruposefue reduciendo
hasta quedar solo cuatro alumnos: Fanny Rabel, Arturo García Bus
tos, Guillermo Monroy y Arturo «El Gëro». Fueron conocidos como
«Los Fridos».
-
V
de acero para poder
olvió el dolor
El doctor me recomendó un corsé
y el cansancio.
soportar
el peso
de mi
seguía siempre ahí.Perdí peso había y díasenlosque lamano dere
-
cha se me atrofiaba. Los médicos no sabían qué me sucedía. Sin
embargo, no podía dejar de pintar
hospitalizaciones y los gastos cada vez eran mayores.
cuerpo, aunque el dolor
. Fueron necesarias numerosas
En 1946, sin yo intuirlo, llegó la fatalidad. El doctor Philip D.
W
ilson operó me Nueva en Y
fusionó Mecuatro ork. vértebras lumba
-
res y aplicó un injerto de pelvis y una placa de vitalio de quince
centímetros delargo. Afrontéla operacióncon optimismo, convenci
-
da de que aquello sería para bien, pero los dolores de las primeras
semanas fuerontan horribles que tuvieron que tratarme con demerol
y m o r fi n a
momento comencé
mos días de mi vida.
para
sufrimiento postoperatorio. partir A
mitigar mi
a depender de esos medicamentos hasta los últi
d e e s te
-
Y en mi debilidad sufría más intensamente con las infidelidades
deDiego. El romance quetuvo conla actriz María Félix casime lle
va a un segundo divorcio.
-
125
126
Pero la calma fue temporal y de nue
-
. Apenas salía de casa,
vo volvió el dolor
solo venían mis amigos a verme. Seguía
pintando, pero dejé de hacer autorretra
-
pintar comencé naturalezas ay tos muer
-
t as . Cr eo que mi pi nt ur a cambi ó pos i
b
-
l
e
mente por la mezcla del brandy
, el
tequila, el coñac
y los analgésicos, o
quizá simplemente sucedió. Había días
en los que recobraba la fuerza, pero en
mayoría, su me hundía lugar unen oscu
-
ro lleno de monstruos.
Diego ya no vivía conmigo, pero
venía a visitarme continuamente.
En esos momentos la habitación se
llenaba de luz y ternura.
En 1953 se inauguró en la galería de la fotógrafa
Lola
xico.
así que acudí con ella a la inauguración. Bebí y canté
con todos los asistentes.
mi primera
Álvarez
El
doctor
exposición
me
dijo
que
en Mé
individual
no
podía
salir
de
la
-
cama,
Y al daiv auíges y sol seroldo de mi narepi hacerde n,oraumnte
le nebi
r an imac
a
is Y .amlreámaput norediicde socmdié sol
r ev l ov
edup
y
emntelaif
que atsha
ó i ce r apased
r o l od
. e t nememr one
ó i ce t s i r t ne
em
,
Diego dijo que si me amputaban
l
pierna me matarían. Estuvo varios
a
días en silencio, a veces murmuraba
cosas sin sentido, a veces lloraba sin
consuelo. Una parte de mí había de
rep
abat se
, etnemavi t ini fed
-
odicerapas
d
antes lo llenaban todo.
-
i
endo aquellas ganas de vivir que
Pero
el
dolor
no
anida
en
uno
eternamente
y
muerte hablaba
la
conmigo en sueños para calmarme.
El 6 de julio celebré mi cum
-
pleaños cantando yriendo, que-
r í a q u e m e r e c o r d a r a n c o m o
s i e m p r e m e h a b í a g u s t a d o
v
i
vir
.
El 13 de julio, a primera
hora lade mañana, doctor el Na
-
varro y Montoya
vino a tomarme
muestras de sangre para controlar
mi anemia, pero en la cama solo
quedaba aquel cuerpo que se ha-
b í a c o n v e r t i d o e n u n a p r i s i ó n
para
mí.
Unos dicen que sufrí una embolia
pulmonar
caída en el baño y dañarme la pierna
amputada, ingerí más analgésicos de
los debidos.
, otros afirman que, tras una
Autorretrato con traje de
1929.
terciopelo.
Cuadro que regaló a Alejandro Gómez Arias. En el
reverso hay una inscripción que reza: «Ahora es para
siempre». Ella le explicó que el mar que aparece en
el fondo era «un símbolo de vida – de mi vida».
Frida y Diego Rivera.
1931.
Se realizó dos años después de su boda. Los pies
de Frida apenas tocan el suelo, como si fl
otara.
o Frida Kahlo con mi
Leyenda: «Aquí nos ven. Y
adorado esposo Diego Rivera. Pinté estos retratos en la
bella ciudad de San Francisco, California, para nuestro
amigo Mr
,y era en el mes de abril del año
. Albert Bender
1931».
Hospital Henry Ford.
1932.
Lo pintó tras sufrir un aborto involuntario en el Hospital
Henry Ford. En el boceto previo al cuadro no aparece
el feto.
1932.
Poco tiempo después del aborto falleció su madre.
En ese momento comenzó a pintar cuadros basados en
los exvotos mexicanos. En esta obra, el espacio destinado
a la leyenda está vacío.
Mi nacimiento.
141
Autorretrato de pie en la
1932.
frontera entre México y Estados
Unidos.
Leyenda: «Carmen Rivera pintó su retrato en el año
1932». Su nombre de pila era Magdalena Carmen Frida.
Unos cous.qptainet
1935.
Este cuadro está inspirado en una noticia publicada en
los periódicos, pero también simboliza la traición de
Diego Rivera y su hermana Cristina.
Mis abuelos, mis padres y yo.
1936.
Primer retrato de familia. Sus padres aparecen como
en su foto de boda. Hay teorías que afirman que el feto
que aparece es la propia Frida. Otras dicen que puede
ser su hermana Matilde y que su madre se casara ya
embarazada.
Recuerdo.
1937.
En la exposición que tuvo lugar en 1938 en la galería
, Nueva Y
Julien Levy
Corazón
rotski.
Regalo de cumpleaños para León T
rotski.
Leyenda: «Para León T
dedico este cuadro el 7 de noviembre de 1937. Frida
Kahlo en San Ángel, México».
.
Autorretrato dedicado a León
1937.
T
ork, lo tituló
rotski, con todo mi amor
, le
142
La niña ya tiene su máscara
1938.
de calavera.
Existe otra versión de este cuadro, actualmente
desaparecida.
Lo que el agua me dio.
1939.
Así se lo describió a su amigo Julien Levy: «Es una
imagen del tiempo que va pasando... sobre tiempo y
juegos de la niñez en la bañera y la tristeza de lo que
le había pasado a ella en el transcurso de su vida».
Las dos Fridas.
1939.
Lo pintó cuando se estaba tramitando el divorcio con
Diego Rivera. Una de ellas es la Frida mexicana que
Diego adoraba, y la otra, la más europea, a la que
abandonaba.
En su diario cuenta que el origen de esta pintura está
en una amiga imaginaria que tuvo en la infancia.
Retablo.
1940.
Representación a modo de exvoto del accidente que
sufrió en la adolescencia.
El sueño.
1940.
T
muerte es un tema recurrente en su obra.
ambién titulado «La cama voladora». La vida y la
143
Autorretrato con collar
1940.
de espina dedicado al Dr
. Eloesser
Leyenda: «Pinté mi retrato en el año de 1940 para el
, mi médico y mi mejor amigo. Con
doctor Leo Eloesser
todo mi cariño. Frida Kahlo».
La columna rota.
1944.
Los Fridos cuentan que en la obra original aparecía
completamente desnuda, pero finalmente cubrió el pubis
para no desviar la atención del mensaje de dolor que
quería transmitir
.
La V
1946.
Entregó este cuadro a Lina y Arcady Boytler junto con
este poema: «Ahí les dejo mi retrato, por que me tengan
presente, todos los días y las noches, que de ustedes, yo
me ausente. La tristeza se retrata en todita mi pintura
pero así es mi condición, ya no tengo compostura».
«Solito andaba el venado rete triste y muy herido,
hasta que en Arcady y Lina encontró calor y nido.»
enadita.
.
144
El suicidio de Dorothy Hale.
1939.
Esta ilustración está basada en ese cuadro. En el original
aparece Dorothy Hale y detrás el edificio desde
el que se tiró.
Árbol de la esperanza.
1946.
En el original ella está sentada delante de la camilla
sosteniendo el corsé. Lo pintó para el ingeniero Eduardo
Morilo Safa.Selo describía enuna cartay parece serque
había un esqueleto que huía como símbolo del triunfo de
la vida frente a la muerte, posteriormente lo eliminó.
1954.
Se dice que fue el último cuadro que pintó. Es cierto
que al final de su vida pintó muchos bodegones, pero su
trazo cambió debido a la dependencia de la morfina y el
demerol, de modo que no se ha podido demostrar que
esta teoría sea cierta.
V
iva la vida, sandías.
145
d o s
y r
, Grupo Patria Cultural, México, 1994.
ecetas
Frida. Una biografía de Frida Kahlo
Herrera, Hayden,
Diana, Nueva Y
, Editorial
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Jamis, Rauda,
, Circe, 1988.
Frida Kahlo
El diario de Frida Kahlo. Un íntimo autorr
Kahlo, Frida,
V
erlag.
Kettenmann, Andrea,
Frida Kahlo
19071954. Dolor y pasión
,
, T
chen, México, 2000.
Scheiman, Alexandra,
El libr
eto de Frida Kahlo
o secr
, Planeta, Mé-
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Frida. El pincel de la angustia
Zamora, Martha,
, México, 1987.
En busca de Frida
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, México 2015.
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Frida
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, Paul Leduc, México, 1983.
Frida, naturaleza viva
s
e
l
a
t
n
e
m
u
c
o
D
, Documanía, 2012.
Frida Kahlo
A fl
orde piel
anécdotas , de FridaKahlo enlosF
AROSdela Secreta-
ría de Cultura, México, 2014.
Historias de vida
, RM
etrato
-
Frida Kahlo
, 2014.
as-
147
que , dio me la posibilidad de reunirme con Lumen y
Ilustratour A
enseñar mi trabajo. Gracias porel esfuerzo que habéis hecho duran
-
te estos años para crear un evento por y para los ilustradores. Se os
echará de menos.
A Xisca Mas, la primera en confiar en este libro, sin ella esto no
hubiera
sido
posible.
Y
a
Desirée
Baudel,
que
ha teni do
una
pacien
-
cia enorme trabajando conmigo.
A Martha Zamora, que revisó mi primer borrador y me descubrió
una Frida que yo desconocía.
A Alfonso de nuevo, por confiar en mí plenamente y darme segu
-
ridad en los momentos en que me falta, por retarme a mejorar mi
. Sin él este libro, y todo lo demás, no hu
trabajo y hacerme avanzar
biera existido.
A Frida, por vivir como lo hizo y regalarnos su legado.
A mi madre, la mujer más valiente que conozco. «Mi fan número
uno.»
-
Introducción
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11
Frida Kahlo
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12
Ella juega sola
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Adolescencia y primer accidente
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Dolor y pinceles
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El elefante y la paloma
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Surrealismo
.
Acuérdate de mí
El venado herido
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31
43
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51
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79
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89
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95
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103
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119
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129
Interpretación de su obra: cronología
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. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Reinterpretación de su obra
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141
145
Bibliografía y documentación
Agradecimientos
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15
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rotski
.
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Mi segundo accidente
El sueño
.
.
Gringolandia
León T
.
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147
149