Frida Kahlo - Maria Hesse PDF

Frida Kahlo Una biografía María Hesse Ediciónenformatodigital:octubrede2016 © 2016, M © 2016, de l a p P

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Frida Kahlo

Una biografía

María Hesse

Ediciónenformatodigital:octubrede2016

© 2016, M

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promueve la libre expresión y favorece una cultura viva. Gracias por comprar una edición autorizada

o

cimien

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o

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al no reproducir ni distribuir ninguna parte de esta

t hg i r ypo c

obra por ningún medio sin permiso. Al hacerlo está respaldando a los autores

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reproducir

9788426403773

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www.megustaleer.com

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dos los le

c

t

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r

es.

A Alfonso, tú me

haces mejor persona.

Cuando

ya

se

ha

escrito

tanto

sobre

Frida

Kahlo,

¿por

qué

volver

a hacerlo?

Parece que todos conocemos a Frida Kahlo. Bueno, al menos, to

-

dos tenemos una imagen máso menos definida del personaje ydela

artista. Ella nos dejó un amplio testimonio de lo que fue su vida a

t

r

vés de entrevistas, cartas, su diario y

a

, evidentemente, de su obra.

Pero por mucho que sepamos, por mucho que hayamos leído, por

mucho

que

su obra,

estudiemos

da

la

sensación

de

que

solo

conoce

-

mos una parte de su vida y de lo que pasaba por su cabeza.

Frida adornaba

las historias,

Frida inventaba, Frida decía la ver

-

,dadadirF .aíecersdbaoSrtnoc odoteuqrop abaimbac unsóisrev d

e

las cosas de una carta a otra, según el momento vital en el que se

iviendo s i e m p r ee n los extremos, pasando d e lc o l o ra l

encontraba. V

n e g r o ,d e la felicidad al am á s profunda tristeza, d el ar i s ay e lc a n

-

t o c o n e l q u e l e g u s t a b a l l a ma r l a a t e n c i ó n a l s i l e n c i o y l a s o l e d a d

d e l e s t u d i o , d o n d e p i n t a b a d e s d e l a má s a b s o l u t a a n g u s t i a . P e r o

e

s

no importa, ahí r e s i d ee l encanto yl am a g i a d eF r i d a Kahlo. No

o

i m p o r tcaó m o o c u r r i e r ol na s c o s acso n e x a c t i t u dL.o verdaderamen

-

te interesante e sc ó m ol a s s e n t í ae l l a ,y d ee s os í podemos hacernos

una idea.

msá Es

.óntevi

daiFr

que

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de

ni

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daiv

us

de

atart

no

obril

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us de sotcpesa sunogla ne que oerc querpo m,asb de almcze una nebi

dadiavilaer se entasmeráenti que ;nóaincelsoirfto ,msonte

rantocosquisnoallequedareval ratpesroreifepr,omacbine

.

Dicho esto solo me queda darles un consejo: quieren si conocer lo

más auténtico de ella, piérdanse en cada uno de sus cuadros, en los

que fue dejándonos pequeños mensajes sobre quién fue ella. En sus

pinturas reside la verdadera Frida.

11

Frida Kahlo

El 17 de septiembre, el

autobús en el que viajaba

chocó con un tranvía. Quedé

malherida y estuve a punto

de morir

El 21 de agosto, me casé con

Diego Rivera.

Diego y yo nos trasladamos

a Estados Unidos.

Allí sufrí mi segundo aborto.

Echaba muchísimo de menos

México.

Mi nombre es Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón y nací el 6 de

julio de 1907 en Coyoacán.

Desde mi nacimiento tuve que luchar contra una enfermedad que marcó

toda mi vida. Algunos dicen que fue poliomielitis, pero en realidad padecí

espina bífi

da.

.

12

Comienza la aventura de

V

olvemos a México. Diego

innumerables operaciones.

tiene una aventura con mi

En 1952 me amputan la

hermana.

pierna derecha.

Diego me pide el divorcio.

Se organiza mi primera

Acogemos aT

rotski tras su exposición en México.

exilio. Inevitablemente tengo

El médico no me deja salir

un romance con él. de la cama. Cumpliendo

sus órdenes, voy en ella

a la inauguración.

T

ras el asesinato de T

rotski

Apenas tengo cuarenta y

me interrogan. Mi estado d

e

siete años, pero mi cuerpo está

. n a v a r g a e s a z e t s i r t i m y du l a s

ya cansado de padecer tanto

T

ras pocos meses de separación,

. T

dolor

Diego y yo nos volvemos a casar

.

su fi

franceses me dan una gran

acogida.

n.

odo sufrimiento tiene

16

Me lamo Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón. Nací el 6 de

julio de 1907 en Coyoacán, pero siempre me gustó decir que mi na

cimiento fue en 1910, no por la coquetería de quitarme edad, sino

comenzó Revol porque añoesela ución revol soymexi youcióycn.ana

-

18

Guillermo Kahlo emigrócon dieciocho añosde Alemania aMéxi-

co. Se casó con María Cardeño Espino y

en una joyería, donde conoció a Matilde Calderón, mi madre.

, durante un tiempo, trabajó

19

L a

primera

mi pa dr e

d e

mujer

e n

falleció

el parto de su segunda hija.

E l

2 1

fe b r e r o d e

d e

1 8 9 8 ,

tr e s

m e s e s

des

-

pués, se casó con Matilde, y el 21 de agosto

de ese mismo año nació la primera de mis

hermanas.

Cuando se casaron, él comenzó a traba

j

a

r

-

de fotógrafo, c o mmo i abuelo m a t e r n oy,

construyó la Casa Azul. Él amaba profun

-

damente ami madre, sin embargo ellanun

ca

olvidar a su primer novio, también alemán,

que se suicidó.

-

llegó a

ser

feliz con

él porque

no

logró

21

Y

tercera lafuiocuatro de hermanas. Cristina, mi hermana menor

,

nació solo once meses después. Siempre fuimos grandes amigas.

Las dos hijas que mi padre tuvo con su anterior mujer fueron en

viadas una internado pocotiempo despuésde que contrajera segun

das nupcias, así que apenas tuve contacto con ellas.

No la volvimos a ver hasta cuatro años después.

-

-

24

En 1910 estalló la Revolución mexicana y cayó el gobierno del

dictador Porfirio Díaz. La lucha continuó durante diez años. Mi ma

-

dre ayudó a los zapatistas, les daba de comer y curaba sus heridas,

mientras Cristina y yo nos escondíamos donde podíamos.

El pueblo se levantó, nació un gran movimiento creativo y el país

vivió años de transformación.

26

dique Secon seiaños ces contraje motque elestfpol uyielvaio

de que mi pierna derecha quedara atrofiada. Sin embargo, el motivo

fue otro. Mi madre padeció deficiencia de ácido fólico durante los

s u p u s o q u e lo s h ij o s qembarazos u e tu v o d e s p u é s n a c ié r a m o s c o n e l s ín d r o m e d e

siguieron al de

que

mi hermana

Matilde.

Esa

carencia

espina bífida. En consecuencia, yo padecía escoliosis grave y mi

pierna derecha era débil y más corta y delgada que la izquierda. Los

niñosme lamaban «Frida Kahlo patade palo».

Hasta los tres años no comencé a andar con soltura y para evitar

los comentarios y que la diferencia entre mi hermana y yo, que solo

llevábamos nos once meses, fuera tan obvia que pusiera de manifies

-

to m i

retraso, nos

mantuvieron

retenidas en

casa durante ese tiempo.

Cristina también tuvoque sometersea operaciones deespalday lle

-

vó corsés a lo largo de toda su vida.

Seinventaron quetuvelapolio paraqueno disminuyeran mispo

s

i

b

i

-

l

i

d

a

d

e

s

de contraer matrimonio, ya que en aquella época no se

sabía si la enfermedad era hereditaria o contagiosa. Esta duda me

acompañó toda la vida y me preguntaba si sería capaz de traer un

niño sano al mundo.

Cuando al fin pude andar con autonomía, mis padres nos escola

-

rizaron a mi hermana y a mí. Decidieron mentir sobre nuestra edad

y nos quitaron tres años, para evitar que fuéramos

mucho más retra

-

sadas que los demás alumnos del curso. Desde entonces mantuve la

fecha de nacimiento ficticia porque coincidía con el inicio de la Re

-

volución mexicana.

Mi padre me ayudó a superar la enfermedad con una rehabilita

ción poco convencional para época: esa una niña denadaba, peleaba

y boxeaba.

-

Siempre fui la favorita de mi padre, decía que era la más inteli

-

gente de todas sus hijas y la que más se parecía a él. T

ras varias

peleas con mi madre consiguió que me presentara al examen de

acceso Escuela lade Nacional Preparatoria. Entre dos mil alumnos,

yo fui una de las treinta y cinco mujeres que fueron admitidas. Me

interesaba mucho la anatomía y soñaba con ser médico.

A ll í

h ic e

m e

d e

miembro

lo s

N o s

Cachuchas.

identificábamos

con

naci soci ideas oyanalliystiasstas, reivindicába herenci inldíamos a

-

genade México. Alejandro Gómez Arias, MiguelN. Lira,JoséZ

á

illa, Agustín Lira, Carmen Jaime. Nos hallába

Ramírez, Alfonso V

l

e

z

-

mos ante el nacimiento de una nueva nación, y nosotros teníamos la

oportunidad de participar en su formación.

Entre los Cachuchas estaba Alejandro, mi gran amigo, del que

sin darme cuenta me enamoré.

Por aquella época, la pasión todo por que rodeaba melo inva me

-

día por completo.

Me encantaba ir a la escuela en bicicletas que alquilaba y que

muchas veces olvidaba devolver

.

Solía

ban los libros. a Piedrecitas, muñecos, mariposas disecadas libre y

titas hechas por mí.

llevar

una

mochila

que

llenaba

de

tesoros

que

acompaña

-

-

32

Fue una época decisiva en mi vida. Mi madre

pensaba que acabaría volviéndome completa-

mente atea y mis amigas de la infancia comen-

zaron a alejarse de mí porque consideraban que

había perdido la reputación al alejarme de los

estereotipos que debía losajustarse a conducla

. Me daba igual y así se lo dije a

ta de una mujer

mi Alejandro:

En aquella época las señoritas debían actuar

y vestir de una forma con la que yo no me iden-

tifi

caba, no me sentía cómoda, no podía ser yo

misma, yloque quería era hacerlo queme ape-

teciera. Alejandro llegó a decir que para mí «el

sexo era una forma de disfrutar la vida, una es-

pecie de impulso vital».

Sellegóa rumorear quetuve un romance con

una bibliotecaria.

Pronto dejé de asistir a las clases, me intere-

saban mucho más las personas. Por suerte me

encantaba leer y aprender por mi cuenta, por lo

que nunca tuve problemas con las notas de los

exámenes.

La situación económica en mi casa empeoró

tanto que tuvimos que hipotecar la vivienda y

vender gran parte de los muebles y objetos de

decoración. Decidí ponerme trabajar apara ayu-

dar a mi familia.

34

En 1922 conocí a Diego Rivera, el gran pintor

. Diego ha

-

sido bía eleg pintar para ido mural un anfiteatro el en Bolí devar

laEscuela Nacional Preparatoria. Medediquéa molestarledu

rante

raba el suelo para que resbalara, le robaba la comida, incluso

cuandoveía que coqueteaba conla modeloque posabapara él,

le gritaba que venía su mujer con la intención de asustarle.

-

el

tiempo

que

estuvo

allí,

para

llamar

su

atención.

Ence

-

Una tarde le pregunté si podía quedarme un rato

para verlo trabajar

cuenta. Permanecí absorta durante más de tres horas. Ese

día supe que Diego Rivera sería el padre de mis hijos.

. El tiempo pasó sin que me diera

En 1925 sufrí mi primer accidente.

Y

acía en el suelo, extrañamente, había quedado desnuda, cubier

-

ta de sangre y del polvo de oro que llevaba un obrero. La gente a mi

alrededor gritaba: «A

yuden a la bailarinita».

Me ingresaron en el hospital de la Cruz

Roja. Los médicos pensaban que viviría. no

Y

o creía lo mismo.

¿Cuántos díaspasé encama? Sisumo todoslos de aquella época,

más de un año.

44

Dije que el pasamanos del autobús me perforó la matriz para jus-

tifi

carlapérdida demi virginidad, pero realmentela barrasalió mu-

cho más arriba, a la altura del hueso de la pelvis.

Durante mucho tiempo, a pesar de los diagnósticos de los médi-

cos, quise creer

para tener hijos.

que el accidente

fue el culpable de mi incapacidad

45

La curación, ademásde largosdías en

cama, exigió diversos corsés de escayola,

. Me tocó aprender que el do-

a cual peor

lor sería parte de mí durante el resto de

mi vida.

Mi madre utvo una diea par anmiar

m

e

-

,

seleocurrió transformar micamaen

un refugio. Le puso un precioso baldaq u in o y u n e s p e jo e n e l te c h o . Y m i p a d r e

me

mencé a retratarme porque pasaba mu-

cho tiempo sola y porque soy el motivo

que mejor conozco.

regaló

unas

pinturas.

Entonces

co-

Alejandro se marchó a Europa. Luché desesperadamente por no

perderle y durante mucho tiempo estuve escribiéndole. Poco a poco

mi amor por él fue desapareciendo y me cansé de esperarle. Una

partede míhabía muerto, yanoerala misma persona, yestar juntos

perdió todo el sentido.

tiempo El cura lo(casi) todo. Empecé a relacionarme con círculos

formados por comunistas, marxistas y exiliados políticos. ese amEn

biente conocí a Julio Antonio Mella, exiliado revolucionario comu-

nista

cubano,

colaborador

de

la

revista

El

de mis mejores amigas, la fotógrafa T

Machete

y

amante

de

una

ina Modotti.

y ral iab ed sanag sal ,etneg al noc rasrevnoc rop nóisap al érepucRe

nE

.al iuqet

rebeb

if

ay

are

onu

ed

sol

serotnip

anu

euq

atse

oid

smá

T

a

ívlov

ani

a

setnatrompi

ed

rev

,arevRi

ocixMé

Marevna, yoysabíaquele gustaba acumular amantes.Le admiraba,

así que decidí llevarle mi trabajo para que me diera su opinión.

enía además otra hija de su anterior

relación

euq

ne

Había estado casado con Lupe Marín, con quien tuvo dos hijas.

T

ogeDi

con la pintora rusa

ese

.otnmeo

Nos hicimos amigos, camaradas y amantes. Y

decía legón yque tenía cara de sapo, lejos él,yde enfadarse, reía se

a carcajadas.

o le llamaba barri-

Organizamos la fiesta en la azotea de la casa de T

ina. Lupe se

emborrachó y quiso humillarme, se acercó a mí, me levantó la falda

delantede todoel mundoy comenzó gritar: a «¿V

en estos palos? Son

las

piernas

que

Diego

tiene

ahora

en

lugar

de las

mías».

Me

soltó

y

salió de la casa.

Diego estaba tan ebrio que no hizo absolutamente nada. Salí llo

rando

vino a buscarme para llevarme a su casa.

-

y

me

fui

a

mi

casa

muy

triste.

Pasaron

unos

días

hasta

que

él

54

Al poco de cas ar me con Di ego, Lupe me acompañó a compr ar

ut ens i l i os de coci na y me ens eñó a coci nar

.

T

ratbajndo. La maeímt os en ceast decoradas con olrefs y sealrvtsi

bordadas coranfse.

En agradecimiento pinté su retrato y se lo regalé.

a m b ié n m e

e n s e ñ ó

c ó m o ll e v a r le a comdia al

D ie g o c u a n d o e s ta b a

1 pollo troceado

1 kg de jitomates o tomates maduros

6 chiles guajillo

6 chiles anchos secos

2 cebollas

6 dientes de ajo

1 pastilla de caldo de pollo

1/4 de cucharada de clavo de olor

¼ de cucharada de pimienta de Jamaica

100 g de ajonjolí

1 kg de patatas

1 hoja de laurel

70 g de chocolate amargo

1 cucharada de orégano y cilantro picado

Canela en rama, sal y pimienta

Para cocinar un mole rojo hervimos el pollo con una cebolla, cilan

-

laurel, pimienta tro,ysal fuego lento ahasta carne que laesté tierna.

Sacamos la carne del caldo y la reservamos.

Quitamos las pepitas de los chiles y los asamos. Los metemos en

agua hirviendo y dejamos reposar durante veinticinco minutos.

Sofreímos una cebolla y los ajos, le añadimos los tomates, la pi

mienta, las semillas de ajonjolí, los chiles, clavo, el caldo de pollo y

el chocolate, y trituramos hasta obtener un puré.

Mientras cocemos la salsa, añadimos las patatas, la canela y las

especias. Cuando las patatas estén blandas se añade el pollo.

Se suele acompañar con arroz hervido.

-

60

Poco

de la boda

después

Diego fue

expulsado

del

Partido Comunista, aunqueesono significóque deja

-

dera con comulgar su ideario, siguió y defendiéndolo

con su discurso y su obra.

Durante esa época yo apenas pintaba, encanta me

-

vida micon ba Diego, mey quedaba casa. enMe ocu

-

pabadelas labores cotidianasy esperaba impaciente

su llegada. A menudo le llevaba

la cesta con comida

al lugar donde estuviera trabajando, tal como Lupe

me enseñó.

Pero pronto llegó la tristeza. En menos de un año

Diego comenzó a serme

infiel. Él se

justificaba di

-

médico le había comentado

ciéndome que un

que es

-

taba inca paci tado para la mon oga mia. hizosedolorEl

insoportable

cuando

sufrí

el

primer

aborto

y

tuve

que

aprender a convivir con la desesperanza de no poder

tener hijos.

A aMmcogaubstalep.oadñtrdepesar

disfrutaba Diego yverlo pintar alesos grandiosos mu

-

rales; además, él siempre me pedía opinión sobre lo

que estaba haciendo y me hacía sentir importante.

Y

taba para el pueblo. Y

o,entre tanto, pintaba para pasarel rato.Él pin

-

o pintaba para mí misma.

63

coleccionar artesanía

beber

popular mexicana y

pequeños objetos

fumar

coleccionar joyas

los animales

64

escuchar a los

mariachis

ir al teatro

coleccionar muñecas

cantar

armar jaleo

escribir cartitas

, bailar y

En 1930 nos trasladamos a Estados Unidos. Habían encargado a

Diego la elaboración de unos murales para el San Francisco Stock

Exchange y para la California School of Fine Arts.

En 1931 nos mudamos muy ilusionados Nueva a

ork porque Diego recibió un encargo extraordina

Y

-

rio: una exposición individual en el MoMA.

Echaba de menos México, pero me fascinaba aquella

ciudad. Adoraba las películas de Chaplin, los Hermanos

Marx y Disney

.

En aquella época nos alojábamos en hoteles de lujo e íbamos de

fiesta en fiesta. Entraba gritando, diciendo groserías porque me di

-

vertíaverla caraque ponía aquella gentetan remilgada. Llama

-

, a pesar de las críticas que recibía,

ba mucho la atención y

sabía que todo el mundo me adoraba.

Bochl, Luencie a

q u e a y u d a b a aícronqisevutyrerlatDelnagoi

uena buena amga.i

concer

de

esutr

al

uvte

Aíl

En 1932 sno mdasolsart a tiorDte querpo a ogeDi el noreipusopr

un rantpi

ñoa

un

snape

doirucnsart

abíha

;ovnue

de

lmaur

ne

uno

de

sol

ifdie

soic

de

sol

rellefRkeco

.

E n

atse

dazamerba déque me da

desde

que

los

médicos

me

recomendaron

interrumpir

A Diego no le interesaba tener más hijos, pero me dijo que hicie-

ra lo que quisiera y decidí seguir adelante. Fue una época terrible,

estaba obligada a hacer reposo por los

me sentía perdida y además

continuos sangrados.

Como tenía que permanecer encerrada me casa eny aburría, reto-

mé la pintura. Fue lo único que me sirvió de consuelo.

un

embarazo.

u-ic

El 4

estuve

sin dejar de llorar y sangrar

en una asfixiante

de julio,

a

punto

de

morir

.

Pasé

treinta

días

de

. Pedí desconsoladamente que me ense

pinturas de aquellos días: «Ninguna mujer había representado tal

poesía agonizante en una tela como la que Frida hizo en Detroit».

angustia

en

el

hospital

-

ñaran mi bebé a pero no pudieron porque nunca llegó tomar a forma.

Allí dibujé, pinté y garabateé mi dolor

perdí el bebé y

de verano,

noche

. Diego escribió sobre mis

El3de septiembre deesemismo añomellegó un telegrama enel

comunicaban que me madre que mihabía contraído cáncer mama de

y se encontraba gravemente enferma.

Al día siguiente viajé a México acompañada de Lucienne.

viaje Eltren en fue eterno. Padecí nuevas hemorragias sangre lay

se mezclaba con las lágrimas.

El 15 de septiembre, a los pocos días de llegar a casa de mis pa

-

dres, mi madre falleció. Mi padre se quedó destrozado y su enorme

pena hizo que el regreso a Estados Unidos fuera muy duro. Deseaba

quedarme en mi tierra pero anhelaba tanto estar junto a mi Diego.

Durante este periodo tan doloroso comencé a inspirarme en los

exvotos mexicanos.

T

r adi ci onal ment e, en l os puebl os , habí a un pi nt or es peci al i z ado

eneste tipode cuadros alque acudían los vecinos cuando tenían un

dolor muy grande.

padecido: primero le contaban su historia y luego le decían a qué

virgen o santo querían dedicar el exvoto. En la parte inferior llevan

una inscripción que narra lo que aparece en el cuadro.

Le pedían que les pintara la tragedia que habían

Cuando la

dro iglesia laparaa ha cer la ofr en divinidad la a da y olv ida rse susde

penas.

Para mí pintar lo que me ocurría era la forma de dejar atrás mi

sufrimiento para poder seguir viviendo y celebrando la vida.

obra estaba

lista, pagaban

al pintor y

llevaban el

cua

-

Diego llevaba muy avanzado su trabajo en el Centro Rockefeller

.

En él aparecía el rostro de Lenin, lo cual se consideró una provoca

-

ción

de

finalmente no le permitieron terminarlo y el mural fue derribado.

Diego tenía cada vez menos encargos y yo echaba muchísimo de

menos México.

Después de muchas peleas volvimos a casa.

mal

gusto.

Él

se

negó

rotundamente

a

quitarlo,

por

lo

que

Al volver a México nos instalamos en la casa de San Ángel. Era

, formada por dos casas independientes

una construcción particular

conectadas por un estrecho puente. Como nuestro amor

.

T

putaron lascinco falanges delpie derecho yvolvía sufrirun aborto.

Diego maldecía los gastos hospitalarios y me hacía continuamente

responsable de la ruina económica en la que vivíamos.

ras regresar estuve casi todo el resto de 1932 enferma, me am

-

quedaba me Pero aúnsentir pena grande. más unaDiego comenzó

una relación con mi hermana Cristina.

Herida, maltratada pequeño unapart trdol aslme aaidmen déya,

-

toy me corté el pelo.

Me fui una breve temporada a Nueva Y

hice

, pero no

ork para olvidar

más que

confirmar

que

no podía

vivir lejos

de

Diego,

así que

volví, pero le puse una condición: mantendríamos nuestro matrimo

-

nio, aunque ambos disfrutaríamos de independencia. Comencé a te

-

ner amantes, tanto hombres como mujeres, pero procuraba ser dis

-

creta porque Diego era terriblemente celoso. Una vez me pilló con

un escultor japonés, Isamu Noguchi, que tuvo que salir corriendo

por el tejado porque Diego apareció con una pistola en la mano.

84

Heinz Berggruen fue mi refugio en una

época en la que necesitaba sentirme

segura.

Estaba meditando la posibilidad de

Alejandro Gómez Arias fue mi primer amor

. T

ras

volver a casarme con Diego.

mi accidente en el autobús, la relación se acabó.

Leo Eloesser fue uno de mis

cirujanos en San Francisco.

, con el que mantuve una relación

Nickolas Muray

durante diez años. Fue la persona que mejor me

comprendió. Su ruptura fue la que más me dolió

de todas.

León T

rotski, a quien acogimos tras su exilio

y con quien mantuve un breve romance.

Chavela V

Pensábamos las mismas cosas y queríamos que

casa, ¿tuvimos realmente un romance?

el mundo fuera como nosotros lo soñábamos.

argas se alojó durante un año en mi

En Estados Unidos

Jaqueline Lamba, mujer de André Breton, que conocí al español Josep Bartolí, republicano

emigraron de Francia huyendo de los nazis.

que había logrado huir de la Gestapo.

El escultor Isamu Noguchi fue invitado por el

m mcadoerlenrvenirntiapmrDsegoiií

Abelardo L. Rodríguez.

Nos encontró en la cama y Noguchi tuvo

que huir a punta de pistola.

Diego, mi padre, mi hijo, mi universo.

En los últimos años de mi vida, la mayoría

de mis amantes fueron mujeres.

A mediados de los años treinta el general Lázaro Cárdenas llegó

a la presidencia y en la capital se puso de moda el comunismo. En

1936 estalló la Guerra Civil española y junto con otras personas

fundamos un comité de solidaridad para ofrecer apoyo a los repu

-

blicanos que luchaban contra el fascismo, en la medida en que nos

era posible. Ese mismo año, México dio asilo político a León T

rots

ki y Natalia Sedova, que, tras la muerte de Len

i

pulsados de la Unión Soviética por Stalin, eran perseguidos y esta

,

h

a

b

í

a

n

s

i

d

o

e

x

-

-

ban condenados a muerte.

T

tiempo, con vigilancia continua noche y día.

n

-

ras mucho insistir Diego, los acogimos en la Casa Azul largo

no

fuimos

llamaba «love» y nos escribíamos cartas a escondidas. Pero Natalia

que cuenta pasaba dio decidieron losede y separarse un por tiempo.

La distancia entreellos noduró mucho porqueél estabatan ligadoa

su mujer como yo a mi Diego.

rotski en inglés, de modo que su mujer

o me comunicaba con T

Y

podía

entendernos.

intimando y

Pasábamos

comenzamos

mucho

una

juntos, pocoa

tiempo

relación

que fue

poco

breve. Y

o le

León me pidió todas las cartas y las quemó para no dejar huellas

de lo sucedido entre nosotros.

P o c o d e s p u é TyDeigovaeij,nmdcoenratbymoaeinrats,

s

mi marido se enteró de nuestra relación

fueron de la Casa Azul; según mi marido Diego, no pagaban renta. la

roskti

e pelearon, no sé muy bien si por discrepancias políticas o porque

amorosa.

Al poco tiempo se

Un día André Breton, conocido en Francia como el padre del

surrealismo, se fijó en mi pintura y me dijo que mis cuadros eran

surrealistas.

Por aquella misma época Diego le mostró mis cuadros al actor

Edward G. Robinson; le gustaron tanto que compró cuatro por dos

-

cientos dólares cada uno. Pensé que al fin podría viajar y hacer lo

que quisiera, ya no tendría que pedirle dinero a mi marido.

o r k y a ll í

Julien Levy invitó exponer mea galería suen Nueva deY

volví, esta vez sin Diego.

Comencé a vivir mi propia vida y a ser reconocida por mi obra,

lejos de la sombra de mi marido. La exposición fue bien, se vendie

-

mitad ron lalos cuadros. de Me sentía segura seductora. y Coquetea

-

ba con uno y con otro, pero el hombre más importante en esos mo

-

mentos era Nickolas Muray

entonces me enamoré de él.

. Hacía tiempo que nos conocíamos pero

a satsilaerrus sol rop adativni odis aíbah euqrop síraP a éjaiv ílla De

rapicitnerap .naórictoirseoPpxe edsed oliepicnirp odot euf nu ed

-

soL sordauc

.ertsas

noreuf

sodineter

ne

al anauda

y

noteBr on

aíbah

Mra ,etnmelaniF .solrenopxe areisiuq euq aírelag anugnin odartnocne

-

lec ,mpahcDu noc neieuqovdunetsieviv ese,ompeit oózlinagro odot

.ellCoteuonReaírelag al ne atseupxe areuf arbo mieuqarap

La estancia, engeneral, nofuenada agradable. Caí enfermay los

surrealistas me decepcionaron.

Soporté esos días en París gracias a los amigos que

comcheJa,iqonueil Lamba, Myar RPecyaonsidl

o

.

El Louvre me compró el autorretrato

El mar

, pero, a pesar del

co

reconocimiento de la crítica, rechacé una segunda exposición.

Lamoda parisina sefijóen míymi mano enjoyada apareció enla

portada dela revista

V

Muchos . años después, tantosque nunca

ogue

llegué a verlo, aparecí en la portada de

V

México, posando para

ogue

Nickolas en una de las preciosas fotos que me hizo.

Incluso la diseñadora Elsa Schiaparelli creó un vestido llamado

«Madame Rivera».

Pero, a pesar de todo, deseaba volver a Nueva Y

Al ll eg ar

tuvo la sensación de tener una relación conmigo, porque sentía que

éramos no dos, sino tres, pues yo siempre tenía Diego a laen cabeza.

Al menos siguió siendo mi amigo. Lo comprendí con inmensa pena.

Lloré una noche entera y volví a México.

Nunca dejamos de ser grandes amigos.

ork.

Nickolas

m e

contó que

s e ib a

casar a

.

Me dijo que nunc a

I n m e d i a t a m e n t e m e t r a s l a d é a l a C a s a A z u l . M i s i t u a c i ó n c o n

D i e g o f u e d e m a l e n p e o r

c

, s e r u m o r e a b a q u e t e n í a u n a r e l a c i ó n

o

Paulette Goddard y que se quería casar con ella. Además, por

n

es as f echasl e acus ar on deat ent ar cont rlaa vi dadeT

r ot s ki . Nues t r a

convi venci a l l egósafui n,nos di vor ci amos élys mar e chóa Es t ados

Unidos.

Quería a

rían nunca, mesentí tanmaly tansola queme parecía que nadieen

el mundo sufría como yo.

Diego,

pero

sabía

que

aquellos

problemas

no

termina

-

Mandé hacer reloj un cerámica de vidriada con la inscripción «Se

rompieronlas horas»ylafecha «septiembre de1940»,para noolvi

-

dar nunca cuándo nos separamos.

V

olví a cortarme el pelo, ya no deseaba gustar a Diego. No quería

destacar ningún atributo femenino ni nada que le atrajera. Me pro

-

metí a mí misma que nunca más volvería a depender de ningún

h o m b r eN. o q u e r í va e ar nadie, trabajaba sin consuelo, n do e j a b ea l

alcohol y mi salud volvió a empeorar

.

En esos difíciles momentos me hice amiga de Ramón Mercader

.

¡Qué desgracia la mía! Aquel demonio asesinó a T

rotski hundiéndo

-

leunpioletenla cabeza. Estavezlas sospechas recayeron sobremí.

Mi hmeran naiCstyiro umevstiosdos adsíencanderlsi, pa

aorldear

-

qhcuaomest,pobrqanue aémrnoicens.t

Diego se enteró de mi lamentable estado de salud, de lo ocurrido

rotskiy demi tristeza.

con T

V

olvióa pedirme matrimonio cuandono

había transcurrido ni un año después de nuestra separación. ¡Claro

que quería casarme conél! Pero decidí hacerle esperar mientras me

recuperaba en San Francisco.

En el tiempo en que estuve en esa ciudad tuve un romance con

Heinz Berggruen, un joven coleccionista de arte que se enamoró de

nada mímás verme. Acudía todos días los a visitarme hospital. al En

cuanto mejoré me trasladé a Nueva Y

ork para pasar una temporada

juntomis a amigos. Heinz venía conmigo todas a partes,no meocul

-

Por un

taba.

lado quería

divertirme y vivir mi propia vida.

Finalmente volví a México y el 8 de diciembre, el día en que él

c

u

m

p

En esta ocasión mandé fabricar el mismo reloj de

cerámica vidriada con la inscripción «Se rompieron

las horas», pero con una nueva fecha: «diciembre

de 1940».

l

í

a

c

i

n

cuenayt cuarotñvoasl,í casrme conmi Deigo.

volver

con

Diego, pero

por

otro

me apetecía

108

Nos instalamos en la Casa Azul, cada uno en una habitación, y

puse

élpara ahorrarmeel sufrimiento cadavezquesefuera conotrasmu-

jeres, aunque no siempre la cumplimos. Allí vivía feliz con mis so-

brinos, mis animales y mis seres queridos.

la

condición

de

no

volver

a

tener

más

relaciones

sexuales

con

Empezó una época plena para mí, ya no me obsesionaba tener

hijos, me encantaba arreglarme y ver el efecto que provocaba en los

quemerodeaban,y comencé escribir a un diario autobiográfico, que

al final se convirtió en un espacio de desahogo.

112

E s ta s s o n a lg u n a s d e la s fo to s q u e m e h ic ie r o n a lo la r g o d e m i v id a

eston, Héctor García, Imogen Cunnin

fotógrafos como Edward W

gham,

Nickolas Muray

Manuel y

Lola

, los hermanos Mayo, Juan Guzmán o Bernice Kolko.

Álvarez

-

Bravo,

Guilermo Zamora,

Julien

Levy

,

En 1943 comencé a dar clases en la escuela de Artes de Pintura

y Escultura de la Secretaría de Educación Pública situada en el ca

-

llejón de La Esmeralda.

Quería permitirles que hicieran que lo quisieran, que fueran ellos

mismos,

y

pretendía

que

sintieran

pasión

por

la

pintura

de

la

forma

más humilde que sabía.

El primer día les pregunté qué querían pintar y me pidieron que

posara para ellos.

Solíamos salir a la calle para captar lo que ocurría en el exterior

,

en la ciudad, en las pirámides, para que conocieran su pasado.

Por desgracia, a los pocos

meses

mi salud empeoró tanto que me

fue imposible acudir laa escuela, pero continué con las clases en mi

casa.Aunque alprincipio vinieron todos,elgruposefue reduciendo

hasta quedar solo cuatro alumnos: Fanny Rabel, Arturo García Bus

tos, Guillermo Monroy y Arturo «El Gëro». Fueron conocidos como

«Los Fridos».

-

V

de acero para poder

olvió el dolor

El doctor me recomendó un corsé

y el cansancio.

soportar

el peso

de mi

seguía siempre ahí.Perdí peso había y díasenlosque lamano dere

-

cha se me atrofiaba. Los médicos no sabían qué me sucedía. Sin

embargo, no podía dejar de pintar

hospitalizaciones y los gastos cada vez eran mayores.

cuerpo, aunque el dolor

. Fueron necesarias numerosas

En 1946, sin yo intuirlo, llegó la fatalidad. El doctor Philip D.

W

ilson operó me Nueva en Y

fusionó Mecuatro ork. vértebras lumba

-

res y aplicó un injerto de pelvis y una placa de vitalio de quince

centímetros delargo. Afrontéla operacióncon optimismo, convenci

-

da de que aquello sería para bien, pero los dolores de las primeras

semanas fuerontan horribles que tuvieron que tratarme con demerol

y m o r fi n a

momento comencé

mos días de mi vida.

para

sufrimiento postoperatorio. partir A

mitigar mi

a depender de esos medicamentos hasta los últi

d e e s te

-

Y en mi debilidad sufría más intensamente con las infidelidades

deDiego. El romance quetuvo conla actriz María Félix casime lle

va a un segundo divorcio.

-

125

126

Pero la calma fue temporal y de nue

-

. Apenas salía de casa,

vo volvió el dolor

solo venían mis amigos a verme. Seguía

pintando, pero dejé de hacer autorretra

-

pintar comencé naturalezas ay tos muer

-

t as . Cr eo que mi pi nt ur a cambi ó pos i

b

-

l

e

mente por la mezcla del brandy

, el

tequila, el coñac

y los analgésicos, o

quizá simplemente sucedió. Había días

en los que recobraba la fuerza, pero en

mayoría, su me hundía lugar unen oscu

-

ro lleno de monstruos.

Diego ya no vivía conmigo, pero

venía a visitarme continuamente.

En esos momentos la habitación se

llenaba de luz y ternura.

En 1953 se inauguró en la galería de la fotógrafa

Lola

xico.

así que acudí con ella a la inauguración. Bebí y canté

con todos los asistentes.

mi primera

Álvarez

El

doctor

exposición

me

dijo

que

en Mé

individual

no

podía

salir

de

la

-

cama,

Y al daiv auíges y sol seroldo de mi narepi hacerde n,oraumnte

le nebi

r an imac

a

is Y .amlreámaput norediicde socmdié sol

r ev l ov

edup

y

emntelaif

que atsha

ó i ce r apased

r o l od

. e t nememr one

ó i ce t s i r t ne

em

,

Diego dijo que si me amputaban

l

pierna me matarían. Estuvo varios

a

días en silencio, a veces murmuraba

cosas sin sentido, a veces lloraba sin

consuelo. Una parte de mí había de

rep

abat se

, etnemavi t ini fed

-

odicerapas

d

antes lo llenaban todo.

-

i

endo aquellas ganas de vivir que

Pero

el

dolor

no

anida

en

uno

eternamente

y

muerte hablaba

la

conmigo en sueños para calmarme.

El 6 de julio celebré mi cum

-

pleaños cantando yriendo, que-

r í a q u e m e r e c o r d a r a n c o m o

s i e m p r e m e h a b í a g u s t a d o

v

i

vir

.

El 13 de julio, a primera

hora lade mañana, doctor el Na

-

varro y Montoya

vino a tomarme

muestras de sangre para controlar

mi anemia, pero en la cama solo

quedaba aquel cuerpo que se ha-

b í a c o n v e r t i d o e n u n a p r i s i ó n

para

mí.

Unos dicen que sufrí una embolia

pulmonar

caída en el baño y dañarme la pierna

amputada, ingerí más analgésicos de

los debidos.

, otros afirman que, tras una

Autorretrato con traje de

1929.

terciopelo.

Cuadro que regaló a Alejandro Gómez Arias. En el

reverso hay una inscripción que reza: «Ahora es para

siempre». Ella le explicó que el mar que aparece en

el fondo era «un símbolo de vida – de mi vida».

Frida y Diego Rivera.

1931.

Se realizó dos años después de su boda. Los pies

de Frida apenas tocan el suelo, como si fl

otara.

o Frida Kahlo con mi

Leyenda: «Aquí nos ven. Y

adorado esposo Diego Rivera. Pinté estos retratos en la

bella ciudad de San Francisco, California, para nuestro

amigo Mr

,y era en el mes de abril del año

. Albert Bender

1931».

Hospital Henry Ford.

1932.

Lo pintó tras sufrir un aborto involuntario en el Hospital

Henry Ford. En el boceto previo al cuadro no aparece

el feto.

1932.

Poco tiempo después del aborto falleció su madre.

En ese momento comenzó a pintar cuadros basados en

los exvotos mexicanos. En esta obra, el espacio destinado

a la leyenda está vacío.

Mi nacimiento.

141

Autorretrato de pie en la

1932.

frontera entre México y Estados

Unidos.

Leyenda: «Carmen Rivera pintó su retrato en el año

1932». Su nombre de pila era Magdalena Carmen Frida.

Unos cous.qptainet

1935.

Este cuadro está inspirado en una noticia publicada en

los periódicos, pero también simboliza la traición de

Diego Rivera y su hermana Cristina.

Mis abuelos, mis padres y yo.

1936.

Primer retrato de familia. Sus padres aparecen como

en su foto de boda. Hay teorías que afirman que el feto

que aparece es la propia Frida. Otras dicen que puede

ser su hermana Matilde y que su madre se casara ya

embarazada.

Recuerdo.

1937.

En la exposición que tuvo lugar en 1938 en la galería

, Nueva Y

Julien Levy

Corazón

rotski.

Regalo de cumpleaños para León T

rotski.

Leyenda: «Para León T

dedico este cuadro el 7 de noviembre de 1937. Frida

Kahlo en San Ángel, México».

.

Autorretrato dedicado a León

1937.

T

ork, lo tituló

rotski, con todo mi amor

, le

142

La niña ya tiene su máscara

1938.

de calavera.

Existe otra versión de este cuadro, actualmente

desaparecida.

Lo que el agua me dio.

1939.

Así se lo describió a su amigo Julien Levy: «Es una

imagen del tiempo que va pasando... sobre tiempo y

juegos de la niñez en la bañera y la tristeza de lo que

le había pasado a ella en el transcurso de su vida».

Las dos Fridas.

1939.

Lo pintó cuando se estaba tramitando el divorcio con

Diego Rivera. Una de ellas es la Frida mexicana que

Diego adoraba, y la otra, la más europea, a la que

abandonaba.

En su diario cuenta que el origen de esta pintura está

en una amiga imaginaria que tuvo en la infancia.

Retablo.

1940.

Representación a modo de exvoto del accidente que

sufrió en la adolescencia.

El sueño.

1940.

T

muerte es un tema recurrente en su obra.

ambién titulado «La cama voladora». La vida y la

143

Autorretrato con collar

1940.

de espina dedicado al Dr

. Eloesser

Leyenda: «Pinté mi retrato en el año de 1940 para el

, mi médico y mi mejor amigo. Con

doctor Leo Eloesser

todo mi cariño. Frida Kahlo».

La columna rota.

1944.

Los Fridos cuentan que en la obra original aparecía

completamente desnuda, pero finalmente cubrió el pubis

para no desviar la atención del mensaje de dolor que

quería transmitir

.

La V

1946.

Entregó este cuadro a Lina y Arcady Boytler junto con

este poema: «Ahí les dejo mi retrato, por que me tengan

presente, todos los días y las noches, que de ustedes, yo

me ausente. La tristeza se retrata en todita mi pintura

pero así es mi condición, ya no tengo compostura».

«Solito andaba el venado rete triste y muy herido,

hasta que en Arcady y Lina encontró calor y nido.»

enadita.

.

144

El suicidio de Dorothy Hale.

1939.

Esta ilustración está basada en ese cuadro. En el original

aparece Dorothy Hale y detrás el edificio desde

el que se tiró.

Árbol de la esperanza.

1946.

En el original ella está sentada delante de la camilla

sosteniendo el corsé. Lo pintó para el ingeniero Eduardo

Morilo Safa.Selo describía enuna cartay parece serque

había un esqueleto que huía como símbolo del triunfo de

la vida frente a la muerte, posteriormente lo eliminó.

1954.

Se dice que fue el último cuadro que pintó. Es cierto

que al final de su vida pintó muchos bodegones, pero su

trazo cambió debido a la dependencia de la morfina y el

demerol, de modo que no se ha podido demostrar que

esta teoría sea cierta.

V

iva la vida, sandías.

145

d o s

y r

, Grupo Patria Cultural, México, 1994.

ecetas

Frida. Una biografía de Frida Kahlo

Herrera, Hayden,

Diana, Nueva Y

, Editorial

ork, 2002.

Jamis, Rauda,

, Circe, 1988.

Frida Kahlo

El diario de Frida Kahlo. Un íntimo autorr

Kahlo, Frida,

V

erlag.

Kettenmann, Andrea,

Frida Kahlo

19071954. Dolor y pasión

,

, T

chen, México, 2000.

Scheiman, Alexandra,

El libr

eto de Frida Kahlo

o secr

, Planeta, Mé-

xico, 2009.

Frida. El pincel de la angustia

Zamora, Martha,

, México, 1987.

En busca de Frida

—,

, México 2015.

, Julie T

Frida

, Estados Unidos, 2002.

aymor

, Paul Leduc, México, 1983.

Frida, naturaleza viva

s

e

l

a

t

n

e

m

u

c

o

D

, Documanía, 2012.

Frida Kahlo

A fl

orde piel

anécdotas , de FridaKahlo enlosF

AROSdela Secreta-

ría de Cultura, México, 2014.

Historias de vida

, RM

etrato

-

Frida Kahlo

, 2014.

as-

147

que , dio me la posibilidad de reunirme con Lumen y

Ilustratour A

enseñar mi trabajo. Gracias porel esfuerzo que habéis hecho duran

-

te estos años para crear un evento por y para los ilustradores. Se os

echará de menos.

A Xisca Mas, la primera en confiar en este libro, sin ella esto no

hubiera

sido

posible.

Y

a

Desirée

Baudel,

que

ha teni do

una

pacien

-

cia enorme trabajando conmigo.

A Martha Zamora, que revisó mi primer borrador y me descubrió

una Frida que yo desconocía.

A Alfonso de nuevo, por confiar en mí plenamente y darme segu

-

ridad en los momentos en que me falta, por retarme a mejorar mi

. Sin él este libro, y todo lo demás, no hu

trabajo y hacerme avanzar

biera existido.

A Frida, por vivir como lo hizo y regalarnos su legado.

A mi madre, la mujer más valiente que conozco. «Mi fan número

uno.»

-

Introducción

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11

Frida Kahlo

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12

Ella juega sola

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Adolescencia y primer accidente

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Dolor y pinceles

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El elefante y la paloma

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Surrealismo

.

Acuérdate de mí

El venado herido

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31

43

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51

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79

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89

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95

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103

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119

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129

Interpretación de su obra: cronología

.

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Reinterpretación de su obra

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141

145

Bibliografía y documentación

Agradecimientos

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67

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15

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rotski

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Mi segundo accidente

El sueño

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Gringolandia

León T

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147

149