Formalismo Ruso (Resumen)

FORMALISMO RUSO El formalismo ruso reacciona inicialmente contra las dos tendencias más representativas de la crítica li

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FORMALISMO RUSO El formalismo ruso reacciona inicialmente contra las dos tendencias más representativas de la crítica literaria de su tiempo: el positivismo histórico y la crítica impresionista. En consecuencia, los formalistas tratan de constituir la literatura en el objeto de conocimiento específico de una determinada disciplina científica, una poética formal que dé cuenta de las cualidades estéticas esenciales de la obra literaria. Desde este punto de vista, consideran que la literariedad (literaturnost’) constituye el objeto de estudio de la ciencia literaria, al ser lo que confiere de forma específica a una obra su calidad literaria, lo que constituye el conjunto de los rasgos distintivos del objeto literario. El formalismo supuso una revitalización de la Poética y la Retórica clásica. Su enfoque del texto literario evidencia su interés por las cuestiones formales y se realiza de acuerdo a concepciones retóricas. El enfoque formal de estos críticos surge paralelo al desarrollo del

simbolismo y el futurismo en Europa occidental; futuristas y formalistas compartieron algunas ideas, como la primacía de la palabra autosuficiente sobre el contenido o la ausencia del sujeto como objeto de interés. El punto de partida del formalismo supone, según Roman Jakobson (1921), una reacción, una ruptura con la historia de la literatura precedente, en la que los historiadores “se servían de todo: vida personal, psicología, política,

filosofía. En lugar de una ciencia de la literatura, se creaba un conglomerado de investigaciones artesanales […] Si los estudios literarios quieren convertirse en ciencia, deben reconocer el procedimiento como su “personaje” único.”. Los formalistas fueron los continuadores de una tradición que se interesaba por los aspectos formales y por los procedimientos. 1. ORIGEN DEL FORMALISMO RUSO El Formalismo surgió a partir de dos grupos diferenciados: el Círculo Lingüístico de Moscú, fundado en 1915, y el OPOJAZ (o Sociedad para el Estudio de la Lengua Poética). El primero, dinamizado por R. Jakobson (1896-1982), realizó estudios sobre la lengua poética y métrica; el grupo se vio desarticulado en 1927. El OPOJAZ estaba constituido por profesionales 1

del lenguaje y teóricos como Viktor Shklovski (1893-1984) o Boris Eichenbaum (1886-1959). 2. ETAPAS DEL FORMALISMO RUSO Victor Erlich (1955) señala tres etapas en el desarrollo del formalismo ruso: -1916-1920: etapa de enfrentamiento y polémica (estos son años conflictivos en Rusia, donde ha tenido lugar la Revolución de Octubre de 1917) -1921-1926: desarrollo. -1926-1930: crisis y disolución. Primera etapa formalista (1916-1920) Los documentos de esta etapa son: –

Estudios sobre la teoría del lenguaje poético : colecciones de artículos, una de 1916 y otra, ampliada, de 1917.



Poética (1919): grupo de artículos que incluye, por ejemplo, trabajos de Boris Eichenbaum, y “El arte como procedimiento”, de V. Sklovski (1917), verdadero manifiesto de la estética del formalismo, donde se explica que la imagen poética no hace más asequible la realidad, sino al contrario. La finalidad del arte es “dar una sensación del objeto

como visión y no como reconocimiento; el procedimiento del arte es el proceso de singularización de los objetos y el procedimiento que consiste en oscurecer la forma, en aumentar la dificultad y la duración de la percepción. El acto de percepción en arte es un fin en sí y debe ser prolongado.” (en Théorie de la littérature, T. Todorov, 1965) –

La nueva poesía rusa, de R. Jakobson (1921), autor que estará unido al formalismo ruso, al checo –Círculo Lingüístico de Praga-

y al

estructural de los años 60. Expone con claridad el ideal del formalismo: “el objeto de la ciencia literaria no es la literatura, sino

la literariedad”. 2

El término de “literariedad” («literaturnost») fue un tecnicismo puesto en circulación por los formalistas rusos a principios del siglo XX. La «literariedad», es decir, la especificidad formal-estética incorporada en el lenguaje literario, y no la Literatura como tal en conjunto, era para los formalistas el “objeto” de sus investigaciones y análisis críticos y teóricos. Otros formalistas destacados de esta etapa son: V.Zirmunski, B. Tomachevski, Iuri Tinianov, V. Vinogradov. V. Zirmunski es presidente del “Departamento de Historia de la literatura”, fundado en 1920, en el Instituto Estatal de Historia del Arte de Petrogrado, en cuyo seno se publica otra colección de trabajos llamada Problemas de poética. Segunda etapa formalista (1921-1926) La etapa de desarrollo de la escuela formalista supone una ampliación de los temas tratados, que pasan de centrarse exclusivamente en el significante poético, a consideraciones más amplias que tienen en cuenta la sintaxis y la semántica. Se perfilan los primeros enfoques sistémicos en su interés por la historia de la literatura, considerando la obra en un contexto amplio, un “sistema” en el que cada procedimiento tiene una función (se desarrollan la estilística, métrica, teoría de la narración, teoría de los géneros). Las relaciones entre la literatura y la lingüística se ven de maneras diferentes en Moscú y en San Petersburgo. Lo más relevante de esta etapa es la consolidación de su guerra con el marxismo, evidenciada ya en la Literatura y revolución de Trotski (1923): aunque se aceptan los resultados de la investigación formalista, el marxista necesita explicar las razones históricas de los productos artísticos. Etapa final (1926-1930) Los formalistas son conscientes de la necesidad de atender al aspecto exterior de la obra artística, lo que se refleja en la orientación socioformalista de Literatura y hábitos literarios de Eichenbaum (1927). Se intenta una concepción más dinámica de la literatura, que no puede ser independiente de su contexto. Tinianov, que habla del “hecho literario vivo”, 3

explica que el conjunto de las obras literarias, y la propia literatura, pueden calificarse como sistemas, cada vez más complejos, donde cada obra literaria es un sistema, dentro de un sistema más amplio.

(“Sobre la

evolución literaria”) Tinianov y Jakobson exponen su definición funcional de literatura y la necesidad de una perspectiva diacrónica, en 1928, en Los problemas del

estudio de la literatura y la lengua . Por su parte, Vladimir Propp escribe su Morfología del cuento (1928). En 1930, V. Sklovski firma la disolución del grupo, pese a que sus ideas se vieron recogidas y continuadas. Además, algunos de sus integrantes, tras la muerte de Stalin, publicarán nuevos trabajos sobre ficción narrativa, versificación, poética o estilística, y Victor Erlich difundirá las teorías del grupo (1955). 3. TEMAS PRINCIPALES LA CIENCIA DE LA LITERATURA El principal problema para los formalistas es la propia literatura como objeto de estudio. Esto les lleva a preocuparse por la creación de una teoría de la literatura; así, en palabras de Jakobson, “el objeto de la ciencia de la

literatura no es la literatura, sino la literariedad, es decir, lo que hace de una obra concreta una obra literaria” (1973). Dicha “literariedad” se concreta a través de procedimientos literarios, que se justifican por cumplir una función. Para hacer ciencia literaria hay que fijarse en los rasgos formales que llevan a descubrir las cualidades intrínsecas de dichos materiales, hay que enfrentarlos con materiales que no puedan considerarse literarios pero que tengan en común con la literatura el lenguaje. LENGUA LITERARIA vs LENGUA COMÚN Los formalistas se orientan hacia la Lingüística para comparar la lengua en su funcionamiento literario y en su uso común. La finalidad del lenguaje será distinta: si en el uso cotidiano la lengua tiene una función práctica y comunicativa, en su uso poético la comunicación no es la principal finalidad sino que los propios sonidos pueden tener una función autónoma, no vinculada al sentido. Esta concepción del lenguaje poético llevó a los 4

formalistas rusos a desarrollar, en su primera etapa, una preocupación por el sonido y la grafía, con los problemas del metro y el verso. Como consecuencia, acabaron con la dicotomía entre el fondo y la forma, puesto que el sentido, cuando existe, es efecto de la forma, y la forma ya no es un “simple recipiente” del sentido. El término “forma” será sustituido por el de “estructura”. LA DESAUTOMATIZACIÓN Los formalistas se engloban en una concepción estética general, cuyo principio básico es el de la desautomatización de la percepción de la forma: el receptor de la obra de arte debe percibirla deteniéndose a ello, con atención en el mismo proceso. Para el formalista, la imagen poética sirve al poeta como medio para singularizar y hacer extraño el objeto al que se refiere. Esta singularización y “desfamiliarización”, este extrañamiento hace que el receptor se fije en lo que dice y en cómo lo dice y, por tanto, provoca la desautomatización, crea una impresión máxima, mediante procedimientos como la metáfora, la comparación, el paralelismo, la hipérbole. Jakobson también ve los procedimientos literarios como medio para hacer más sensible al objeto. El arte, que depende de la percepción, ha de ser necesariamente construido mediante el principio del realce de la forma, incluso en el arte realista, lo que implica la relatividad del concepto de “verosimilitud” para Jakobson. Este formalista señala cuatro tipos de verosimilitud: la del autor reformador, la del autor conservador, la del lector reformador y la del lector conservador (según tengan una actitud reformadora o conservadora respecto a los valores artísticos de su época). TEORÍA DE LA HISTORIA LITERARIA Los formalistas señalan que cuando las formas se automatizan por la repetición de la percepción, pierden su carácter artístico, y surge una nueva forma que la reemplace y cumpla con la función estética. La forma de la obra literaria es una forma dinámica, y los procedimientos, pues, se definen por su función en cada época.

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Iuri Tinianov (“El hecho literario”, 1924) señala la dificultad que conlleva todo intento de aislar la obra literaria. Años después, en “Sobre la evolución

literaria” (1927) desarrolla la noción de “construcción” (el carácter descomponible de la obra literaria en unidades y niveles inferiores) y enfatiza el carácter relativo del hecho literario, puesto que, en el momento en que éste deja de ser percibido como tal en una época concreta, para otra época pasará a ser un fenómeno de otro tipo no literario. Por tanto, las formas evolucionan también de manera autónoma. El concepto de historia literaria de Tiniánov no implica una continuidad, sino, por el contrario, la destrucción de lo ya existente para crear algo nuevo a partir de ello. Se trata de un aspecto dialéctico implícito en todo cambio artístico. La evolución literaria se explica en términos de sustitución de sistemas, y éstos cambian cuando cambia la función de los elementos formales. Por otra parte, en el marco del carácter descomponible de la obra literaria en unidades y niveles inferiores, y dentro del sistema de la literatura, Tinianov considera la obra literaria como otro sistema, en el cual cada elemento (estructuración de los hechos, estilo, ritmo, sintaxis, semántica…) tiene una “función constructiva” de sus componentes por su posibilidad de entrar en correlación con otros elementos de la obra o de otras obras. Además, ese elemento puede relacionarse de dos maneras: bien con elementos diferentes de otras obras y de la propia obra (función sínoma), bien con elementos semejantes que pertenecen a otras series o sistemas (función autónoma). Cada sistema refleja un aspecto homogéneo de la realidad a los que Tinianov llama “serie”, y el “hecho literario” sólo existe como hecho diferencial de la serie literaria. La vida social es una serie vecina que se relaciona con la serie literaria. GÉNEROS LITERARIOS Los formalistas, como fundadores de la teoría de la literatura, fueron los primeros en desarrollar una teoría de los géneros literarios con una perspectiva “teórico-literaria”. Enfocan el problema como la posibilidad de agrupar las obras de acuerdo con la utilización de ciertos procedimientos, y dividen los géneros en dos campos cerrados: el verso y la prosa. Cada género 6

se caracteriza por unos procedimientos perceptibles alrededor de los cuales se agrupan los demás procedimientos. No hay un único criterio para diferenciar los géneros, que pueden agruparse por temas, por el destino de la obra, por el uso de verso, etc. En cualquier caso, cualquier clasificación no puede ser cerrada ni válida para todas las épocas (puesto que la función de un procedimiento cambia en el tiempo). Tinianov habla de “género variable” según el sistema con el que se relacione, porque los rasgos del género cambian. ESTILÍSTICA En cuanto a los géneros en verso, son muy importantes las teorías de métrica formalistas, en las que el análisis busca la explicación estética. Osip Brik trabaja sobre las repeticiones sonoras, el ritmo y la sintaxis; Tomachevski sobre el ritmo; Tinianov integra la métrica en la semántica ( El

problema de la lengua poética, 1924); Zirmunskij sobre la rima de la poesía rusa y la métrica. Respecto a la escritura en prosa, uno de los principios organizadores de la literatura en prosa es la diferenciación entre la fábula, lo que realmente ha ocurrido, y la trama, que es la manera en que se combinan los hechos ocurridos en la obra. Establecieron tipos de tramas (construcción en escalera, en rondel, en paralelo…) que fueron desarrollados por el estructuralismo posterior. Esta diferenciación será el pilar fundamental de la narratología desarrollada en los años 60 y 70. También se relaciona con la narratología la teoría de Tomachevski sobre la motivación, es decir, la justificación de la presencia de un elemento en la obra. Trata también las diferencias entre relato objetivo (el autor lo sabe todo, el narrador omnisciente de hoy) y relato subjetivo (la narración se sigue por un narrador concreto). Por su parte, Sklovski teoriza sobre narración corta y señala dos formas de unir varias narraciones cortas: por enhebramiento –un personaje común-, o por encuadre –una narración corta sirve de cuadro para un conjunto de narraciones cortas-.

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Pero, sin duda, una de las contribuciones fundamentales del formalismo fue la Morfología del cuento, de Vladimir Propp (1928), en cuanto que supuso un modelo de estudio de la narración. Propp compara entre sí los temas de los cuentos maravillosos, para lo que aísla las partes constitutivas y llega a establecer una morfología, una descripción de los cuentos a partir de sus partes y de las relaciones entre ellas; así, se observan constantes y variables, que permiten la formulación de cuatro principios: -

las funciones de los personajes son constantes, y son las partes constitutivas fundamentales;

-

el número de funciones es limitado: Propp distingue 31;

-

la sucesión de las funciones es siempre idéntica;

-

todos los cuentos maravillosos pertenecen al mismo tipo en lo que concierne a su estructura.

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