FONDO DE OJO

La exploración del fondo de ojo u oftalmoscopia es un método por el cual se conoce el estado de la retina y de los vasos

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La exploración del fondo de ojo u oftalmoscopia es un método por el cual se conoce el estado de la retina y de los vasos arteriales y venosos que circundan, así como también el estado del disco o papila óptica y la presencia en la mácula de alguna alteración. Es una parte fundamental de la exploración física completa. No sólo sirve para el diagnóstico de las enfermedades propias del ojo (disfunción visual como atrofia óptica), sino también de las que radican en el interior del cráneo (elevación de la presión intracraneal) y algunas generales como la hipertensión y diabetes mellitus. Los principales elementos que constituyen la anatomía clínica del fondo de ojo son aquellos que vamos a estudiar durante la oftalmoscopia, está constituido por: 



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PAPILA ÓPTICA: El disco óptico representa el punto ciego de la retina de donde parten en forma radiada los vasos sanguíneos. Mide aproximadamente 1,5 mm de diámetro cuando se magnifica 15 veces a través del oftalmoscopio; su apariencia normal es redonda u ovalada; de color blanquecino rosado; con bordes muy bien definidos. VASOS SANGUÍNEOS: La arteria central y la vena central de la retina aparecen en las profundidades del disco, sus bifurcaciones son variables. Las arterias son de color rojo claro, de tamaño más pequeño con un reflejo brilloso a la luz. Las venas son de color más oscuro que las arterias, de tamaño más grande y con un reflejo poco llamativo o ausente a la luz. MÁCULA: Es un área avascular, en cuyo centro hay un punto diminuto, de luz reflejada correspondiente a una depresión: la fóvea central. PERIFERIA: Se logra observar la totalidad del fondo, moviendo el oftalmoscopio de manera adecuada e instruyendo al paciente que dirija la mirada hacia alguna dirección específica. En general su coloración es bastante uniforme y su textura es finamente granular.

Lo adecuado es optimizar las condiciones para el examen de fondo de ojo. Tanto el paciente como el examinador deben estar cómodos. Examinar al paciente en un cuarto oscurecido, con un buen oftalmoscopio que produzca una luz brillante y, si es necesario, dilatar las pupilas y advertir al individuo respecto a la posibilidad de fotofobia y visión borrosa. Encienda la luz del oftalmoscopio y gire el disco de la lente hasta que vea el haz grande y redondo de luz.Gire el disco de la lente hasta 0 dioptrías. Mantenga el dedo sobre el borde del disco para poder girarlo y enfocar la lente cuando explore el fondo de ojo. Examine el ojo derecho del paciente con su ojo derecho y el izquierdo con su ojo izquierdo, sostenga el oftalmoscopio en la mano correspondiente al lado del ojo que explorará. Apoye el oftalmoscopio sobre la cara interna de la órbita ósea del paciente, con el mango inclinado lateralmente unos 20° respecto a la vertical. Pida al paciente que mire ligeramente hacia arriba por encima de su hombro, a un punto situado en la pared y mantenga sus ojos allí. Colóquese a unos 30-40 cm del paciente, con una angulación de 15° lateral a la línea de visión del paciente. Coloque el pulgar de su otra mano sobre la ceja del paciente, sujetando el párpado superior, ello evita el parpadeo durante el examen, a la vez le sirve para mantenerse firme. Dirija el haz de luz a la pupila, observará un brillo naranja en la pupila, o reflejo rojo (observe cualquier opacidad que interrumpa el reflejo rojo). Con el haz luminoso enfocado en el reflejo rojo,

acérquese con el oftalmoscopio hacia la pupila, conservando el ángulo lateral, hasta que esté muy cerca o casi tocando las pestañas del paciente. Necesitará reducir el brillo del haz de luz para que la exploración resulte más cómoda al paciente, evitar el hipus (espasmo de la pupila) y mejorar sus observaciones. A continuación localice papila óptica, una estructura ovalada o redonda de color naranja amarillento o rosa cremoso que puede llenar todo el campo visual. Si no ve la papila óptica, enfoque un vaso y sígalo en la dirección en que este se engruesa. Ahora, enfoque nítidamente la papila óptica regulando la lente del oftalmoscopio. Si usted y el paciente no sufren defectos de refracción, la retina debería enfocarse con 0 dioptrías. Si las estructuras aparecen borrosas, gire el disco de la lente hasta que encuentre el enfoque más nítido. Si el paciente es miope (visión borrosa de lejos), gire el disco de la lente en sentido antihorario hasta las dioptrías negativas; si el paciente es hipermétrope (visión borrosa de cerca), haga el movimiento contrario hacia las dioptrías positivas. Puede corregir su propio defecto de refracción de la misma manera. Explore el fondo de ojo en busca de pulsaciones venosas espontáneas, variaciones rítmicas en el calibre de las venas retinianas a medida que atraviesan el fondo (más estrechas en sístole y más amplias en diástole), presentes en el 90 % de las personas sanas. Inspeccione la retina, incluyendo las arterias y las venas que se extienden hacia la periferia, los cruces arteriovenosos, la fóvea y la mácula. Siga los vasos hacia la periferia en cada una de las cuatro direcciones, observando sus tamaños y las características de los cruces arteriovenosos. Identifique cualquier lesión de la retina circundante y observe su tamaño, forma, color y distribución. Cuando explore la retina, mueva la cabeza y el oftalmoscopio como una unidad, utilizando la pupila del paciente como punto imaginario de apoyo. A continuación, inspeccione la fóvea y la mácula circundante, dirija el haz de luz lateralmente o pida al paciente que mire directamente a la luz. Los reflejos luminosos trémulos en la región macular son frecuentes. Finalmente inspeccione las estructuras anteriores, busque opacidades en el cuerpo vítreo o el cristalino. Gire progresivamente el disco de la lente, lo cual le permitirá enfocar las estructuras anteriores del ojo.