Folleto - Quien Es Jesus

1 ¿Quién dice la gente que es Jesús? El propio Jesús pregunto a sus discípulos: “¿Quién dice la gente que soy yo?” (Ma

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¿Quién dice la gente que es Jesús?

El propio Jesús pregunto a sus discípulos: “¿Quién dice la gente que soy yo?” (Marcos 8:27) Estas son algunas de las opiniones que la gente tiene de Jesús en la actualidad:

Solo usted puede contestar ... • Un hombre bueno. Pero hombre al fin. • Uno de los grandes profetas. • ¿Que se yo? ¿Que importancia tiene? • Fue un gran filósofo. Predicó sobre amor y paz. • El Hijo de Dios. El Salvador del mundo. • El Mesías prometido. • Jesús es un mito. La verdad es que nunca existió. • Un espíritu iluminado. Un guía espiritual avanzado.

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Por favor desdoble y siga leyendo adentro.

Lea la Biblia. Ore. Acérquese a una iglesia cristiana que enseña que Jesús es el único Camino a Dios.

Reuniones Domingos Y Miercoles 7:00 P.M. Lomas del Real ¡Deje que Jesús transforme totalmente su vida! tu Hijo Jesús para mostrarme el camino hacia ti. Gracias porque murió en la cruz en mi lugar y por mis pecados. Confío en él para que me perdone y me quite la culpa de delante de ti. Me arrepiento de todo lo malo que he hecho. De ahora en adelante quiero vivir para ti. Te invito que entres en mi vida ahora mismo para ser mi Salvador y Señor. En el nombre de Jesús, amen.

Después de que Jesús les preguntara a sus discípulos quién decía la gente que era él, les preguntó también: “Pero vosotros, ¿quién decís que soy yo?” Pedro respondió: “¿Tú eres el Cristo [Mesías], el Hijo del Dios viviente!” (Mateo 16:15, 16). Y usted... ¿ha contestado ésta pregunta? ¿qué ha hecho usted al respecto? Si no ha hecho nada, decídase antes de que sea demasiado tarde. Puede arrepentirse, creer e invitar a Jesús a su vida en éste mismo instante. Háblele a Dios con sus propias palabras o diríjase a él orando de ésta manera: Querido Dios: Gracias por enviar a

2 ¿Qué dijo Jesús de sí mismo? Jesús dijo: “Soy Hijo de Dios” y “El que me ha visto, ha visto al Padre” (Mateo 27:43 y Juan 14:9). Afirmó ser el Mesías, el Cristo prometido (Marcos 14:61, 62; Juan 4:25, 26). Jesús admitió ser Rey (Lucas 23:3) y tener un Reino (Marcos 13:41). Jesús dijo ser Maestro y Señor (Juan 13:13). Jesús dijo: “Yo soy el pan de vida” (Juan 6:35); “Yo soy la luz del mundo” (Juan 8:12); “Yo soy de arriba... yo no soy de este mundo” (Juan 8:23); “Yo soy la puerta” (Juan 10:9); “Yo soy el buen pastor” (Juan 10:11); Jesús declaró claramente a sus discípulos: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre (Dios) sino por mí” (Juan 14:6).

3 ¿Cuál es la prueba más poderosa de que Jesús es quien dice ser?

4 Lo que Jesús dijo de sí mismo es verdad o es mentira.

Jesús instó a sus discípulos: “Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creed por las mismas obras” (Juan 14:11). Los milagros de Jesús eran incuestionables aún para sus peores opositores*. Pero existe una prueba más poderosa aun de su deidad: las profecías sobre él en el Antiguo Testamento. Indican donde nacería Jesús: en Belén (Miqueas 5:2); que nacería de una virgen (Isaías 7:14); aún también la cantidad exacta de días hasta su llegada oficial (Daniel 9:24-27), que se cumplió el domingo de su entrada triunfal a Jerusalén; las profecías predijeron que sería rechazado y que moriría por nuestros pecados (Isaías 53); que al morir “horadaron mis manos y mis pies” (Salmo 22). Y estos son sólo unos pocos ejemplos. No hay otro escrito religioso que contenga profecías como la Biblia (es decir, todas se cumplieron sin excepción)!

No hay medias tintas. Cuando alguien afirma ser el Hijo de Dios, Rey y Señor, Verdad y Vida, no puede simplemente decir: “¡Oh! ¡que buen maestro y profeta fue!” y pretender que nunca declaro ser divino. Es por esto que existen únicamente tres alternativas lógicas y legítimas entre las cuales puede usted optar: Primera alternativa* Cuando Jesús se identificó a sí mismo con Dios (a quien el llamaba “Padre”), no estaba diciendo la verdad y lo sabia. En este caso, fue el farsante más grande del mundo y debe ser ignorado y olvidado. Nota: Si se decide por esta alternativa usted tendrá que responder por que estaría Jesús dispuesto a pasar por el ajusticiamiento más insoportable en razón de mantener que era Dios cuando fácilmente hubiera podido negarlo y haberse ahorrado tanto sufrimiento.

(*) De hecho, cuando Jesús resucitó a un amigo suyo, los líderes religiosos, sus peores opositores, se juntaron y preguntaron: “¿Qué hacemos?” Y comentaron: “Pues este hombre hace muchas señales. Si le dejamos seguir así, todos creerán en él” (Juan 11:47, 48).

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Segunda alternativa

Lo que Jesús dijo de sí mismo no era verdad pero él no lo sabía (se creía que era Dios pero en realidad no lo era). De ser así era un enfermo mental o deliraba, y sus seguidores son dignos de compasión. Es claro que uno tendría que explicar como siempre resultaba ser mas listo que sus acusadores y enseñar verdades tan admirables aún a los guardias que fueron enviados para apresarlo quienes al regresar dijeron: “¡Nunca habló hombre alguno así!” (Juan 7:46).

Tercera alternativa Jesús decía la verdad: Afirmó ser Dios y realmente lo es. En este caso, debe ser ¡escuchado, obedecido, seguido y adorado! Es claro que en realidad usted puede llegar a la conclusión de que el es Dios y aún así optar por rechazarlo. Pero en este caso es usted quien es digno de lástima porque ha escogido cerrar sus ojos a la verdad y perderse el único acceso a Dios el Padre.

(*) Basado en un argumento de C. S. Lewis en su libro Mero Cristianismo.

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No es una alternativa

Desafortunadamente, muchos tratan de seleccionar una cuarta alternativa: aceptar a Jesús como una buena persona y, a la vez, rechazarlo como Dios. Pero es imposible que Jesús se equivocara acerca de su propia identidad y al mismo tiempo fuera un “buen maestro”, un “ser iluminado”, “un “profeta inspirado.” Hemos visto que si lo que dijo no es cierto entonces mentía o deliraba, por lo tanto, es imposible que haya sido “bueno”, “iluminado” o “inspirado.”

Cuando Jesús llamaba a la gente les instaba: “¡Arrepentíos y creed!” (Marcos 1:15) La mayoría de los que rechazan a Jesús han elegido no creer, no porque falten evidencias, sino porque no quieren arrepentirse. Arrepentirse significa reconocer sus pecados y pedirle a Dios que lo perdone. También significa estar dispuesto a apartarse de sus pecados y cambiar su manera de pensar y vivir, dando a Jesús el primer lugar en su vida. Creer significa tener fe y confianza en Jesús, poniendo su vida y destino eterno en las manos de él exclusivamente. Jesús es el Camino hacia Dios y la Puerta de salvación. Y las “llaves” para abrir la Puerta son el arrepentimiento y la fe. Sigue al dorso (pagina 7)