Ficha-tecnica-DFH Koppitz Mirla y Yohale

INTEGRACIÓN DE ESTUDIOS PSICOLÓGICOS EN LA INFANCIA 01 de Diciembre de 2011. FICHA TÉCNICA AUTOR: TIEMPO: EDAD: APLICA

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INTEGRACIÓN DE ESTUDIOS PSICOLÓGICOS EN LA INFANCIA

01 de Diciembre de 2011.

FICHA TÉCNICA AUTOR: TIEMPO: EDAD: APLICACIÓN: USO: QUÉ EVALUA: ENFOQUES DE INTERPRETACIÓN: CONSIDERACIONES ANTES DE LA APLICACIÓN:

DURANTE LA APLICACIÓN:

ESCALAS DE KOPPITZ:

Dra. Elizabeth Koppitz “DIBUJA A UNA PERSONA COMPLETA…” Los dibujos que se obtengan pueden ser muy distintos, según las instrucciones que se den. Indefinido 5 a 12 años Individual Clínica y escolar. Aspectos emocionales. Maduración percepto motora. Maduración cognoscitiva. Técnica proyectiva Prueba del desarrollo intelectual o cognoscitivo Definir ¿Qué se va a evaluar? ¿Con qué criterios se evaluará? ¿Qué instrucciones se darán? Según ¿qué autor? Observar la conducta del niño. Tomar notas de características inusuales. Nota de la secuencia del dibujo. Actitud del sujeto. Comentarios espontáneos. Tiempo empleado. Cantidad de papel utilizado. DFH: Prueba evolutiva de maduración mental y prueba proyectiva de las preocupaciones y actitudes interpersonales de los niños. Hipótesis: El dibujo refleja el nivel de desarrollo del niño y sus actitudes interpersonales, actitudes del niño hacia las tensiones y exigencias de la vida y su modo de enfrentarlas; también refleja los intensos miedos y ansiedades. Reflejan el estado actual del desarrollo mental. Se toma como un retrato interior en un momento dado. Propone 30 indicadores de desarrollo y 30 indicadores emocionales. Examinar los dibujos desde el punto de vista clínico.

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Test de Dibujo de la Figura Humana Es una herramienta de análisis psicológico empleada para determinar la habilidad intelectual del sujeto, así como su estado emocional, utilizando técnicas proyectivas. Generalmente, esta prueba psicológica se emplea como primer método de evaluación para diagnosticar al paciente. Para lograr interpretar los dibujos, se necesita de un conocimiento previo de la personalidad, una tabla que explica cada parte del cuerpo y un experto capaz de analizarla.

Su Objetivo Evaluar y clasificar la personalidad, la conducta, la estabilidad emocional y los puntos de conflicto del sujeto a través de la interpretación del dibujo realizado por este, dicha interpretación se realiza tomando en cuenta, los trazos que conforman el dibujo, la proporción que presentan las extremidades en este, expresiones faciales retratadas. entre otros aspectos que pudiera presentar el dibujo etc. ¿Que Evalúa? El test de la Figura Humana es uno de los test proyectivos que mayor probabilidad le ofrece al psicólogo al momento de explorar conceptos intrapsíquicos. Este test le permite al evaluador contactar con la persona el concepto de “sí mismo” o autoconcepto. Cuál es su propia imagen y que elementos del inconsciente juegan un papel importante en la formación del concepto mencionado. Aspectos emocionales. Maduración percepto motora. Maduración cognoscitiva. Enfoques de interpretación: •Técnica proyectiva •Prueba del desarrollo intelectual o cognoscitivo Consideraciones antes de la aplicación: •Definir ¿Qué se va a evaluar? • ¿Con qué criterios se evaluará? • ¿Qué instrucciones se darán? •Según ¿qué autor? Durante la aplicación: •Observar la conducta del niño. •Tomar notas de características inusuales. •Nota de la secuencia del dibujo. •Actitud del sujeto. •Comentarios espontáneos. •Tiempo empleado. •Cantidad de papel utilizado.

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Detección de trastornos emocionales, NAGLIERI (1991): •DAP: SPED •Ayuda a identificar a niños y adolescentes que tengan un trastorno de conducta. •Contiene 55 indicadores. Escalas de Koppitz: •DFH: Prueba evolutiva de maduración mental y prueba proyectiva de las preocupaciones y actitudes interpersonales de los niños. •Hipótesis: El dibujo refleja el nivel de desarrollo del niño y sus actitudes interpersonales, actitudes del niño hacia las tensiones y exigencias de la vida y su modo de enfrentarlas; también refleja los intensos miedos y ansiedades. Consigna: “Quiero que dibujes en esta hoja una persona entera. Puede ser cualquier clase de persona que quieras dibujar, siempre y cuando sea una persona completa y no una caricatura o una figura de palotes”. Debe realizarse en presencia del examinador ya que representa una forma gráfica de comunicación entre el niño y el psicólogo. Los DFH reflejan primordialmente el nivel evolutivo del niño y sus relaciones interpersonales. Revela actitudes del niño hacia tensiones y exigencias de la vida y su modo de enfrentarlas. Refleja sus intensos miedos y ansiedades que pueden afectarlo consciente o inconscientemente en un momento dado. Sensible para detectar cambios evolutivos o emocionales en los niños Los DFH reflejan el estadio actual de desarrollo mental y las actitudes y preocupaciones en un momento dado todo lo cual cambiará con el tiempo debido a la maduración y la experiencia. Observaciones: Secuencia en la que dibuja la figura. Actitud del sujeto. Comentarios espontáneos. Cantidad de tiempo empleado. Cantidad de papel utilizada. Características: Relacionados primordialmente con la edad y la maduración. No está muy influido por la consigna dada ni por el instrumento empleado para dibujar.

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No está muy influido por el aprendizaje escolar. No está influido por la capacidad artística del niño.

Esta sirve para la portada ósea como para abrir El test de la Figura Humana de Elizabeth Koppitz. (DFH)

“A la mayoría de los niños les encanta dibujar y pintar. Si se les da la oportunidad, producirán espontáneamente dibujos de animales, casas, autos, botes, aviones, flores y muchas otras cosas. Pero la mayoría de las veces dibujarán figuras humanas”. Elizabeth Koppitz El test DFH es utilizado en las evaluaciones psicopedagógicas, ya que nos aporta datos de gran valor en las primeras instancias evaluativas. Estos datos permiten establecer junto a las entrevistas y el test de Bender hipótesis diagnósticas que nos indican el camino a seguir durante la evaluación y nos da

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pautas de los aspectos en los que debemos profundizar. Los aspectos madurativos y emocionales que indaga el test nos ofrecen un panorama de aspectos relevantes en la disposición y capacidad del niño frente al aprendizaje.

Por ser una técnica proyectiva gráfica, el niño “proyecta” sobre el papel, los aspectos y características de su personalidad de manera totalmente involuntaria e inconsciente. En general, los niños dibujan lo que es más importante para ellos y es muy frecuente que en el dibujo libre, la figura humana ocupe ese lugar. El análisis de la figura humana (DFH) nos brinda datos relevantes y confiables de los aspectos evolutivos y emocionales del niño.

El test requiere que el niño dibuje “una persona entera” a pedido del examinador, en su presencia. Este último punto es importante, ya que un DFH debería ser siempre el producto de una relación interpersonal. Representa una forma gráfica de comunicación entre el niño y la persona que está aplicando el test y en cuanto tal, difiere del dibujo espontáneo que los niños pueden realizar cuando están solos o con amigos. Las instrucciones dadas son significativas y pueden influir en los resultados obtenidos. Este test se basa en la suposición de que el DFH de un niño muestra tanto una estructura básica como un cierto estilo que es peculiar de ese niño. La estructura del dibujo de un niño pequeño está determinada por su edad y nivel de maduración, mientras que el estilo del dibujo refleja sus actitudes y aquellas preocupaciones que son más importantes para él en ese momento. La consigna de dibujar “una persona” permite obtener un DFH más rico en material proyectivo que los “auto-retratos” dibujados a pedido. La consigna ambigua de dibujar “una persona entera” parece llevar al niño a mirar dentro de sí mismo y sus propios sentimientos en el intento de capturar la esencia de una “una persona”. La persona que un niño conoce mejor es él mismo; su dibujo de una persona se convierte por consiguiente en un retrato de su ser interior, de sus actitudes.

En la práctica clínica hay ocasiones en las que es útil comparar varios dibujos de un mismo niño. Pero para la detección de niños que comienzan la escuela y para evaluaciones rápidas o con fines de investigación, parece ser suficiente obtener un DFH de cada niño. Si se estima esencial un segundo dibujo, puede ser más revelador un dibujo de “familia completa” o un dibujo libre que un segundo DFH. Otra consideración llevó a la autora a limitar el test DFH a un solo dibujo de una persona entera. Muchos niños emocionalmente perturbados y/o dañados neurológicamente son muy autoconscientes en lo que respecta a su escasa capacidad para el dibujo y lo inadecuado de su DFH. Si el DFH realmente presenta un autorretrato interior, no debería sorprender que algunos niños, especialmente los que tienen problemas, traten de evitar inconscientemente, y aun de manera consciente, revelar su interior, y que no deseen enfrentarse con el pobre concepto que tienen de sí mismos.

Administración.

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La administración puede ser individual o colectiva. Siempre es preferible la administración individual, debido a que nos permite observar la conducta del niño cuando dibuja y realizar preguntas aclaratorias si es necesario. También se ha notado que la mayoría de los niños producen dibujos más ricos y reveladores en el contexto de una relación individual.

Al administrar el DFH, el niño debe estar frente a un escritorio o mesa completamente vacía y presentarle una hoja A4 un lápiz N.º 2 con goma de borrar. En la administración colectiva se debe sentar a los niños tan separados como sea posible, para evitar la copia. No hay tiempo límite en esta prueba, aunque la mayoría de los niños termina en menos de 10 minutos. Se permite borrar o cambiar su dibujo si lo desea. Durante la producción el examinador debe observar cuidadosamente la conducta del examinado mientras dibuja y registrar las características inusuales. Se le debe prestar atención a la secuencia en la cual dibuja la figura, la actitud del sujeto y sus comentarios espontáneos, la cantidad de tiempo que emplea, y la cantidad de papel que utiliza. Cuando se administra individualmente, se debe sentar al sujeto de modo que esté fuera de su vista cualquier cuadro, libro o tapa de revista que pudiera servirle de modelo. Se debe evitar que dibuje al examinador.

Puntuación. Se analizan los dibujos en función de dos tipos diferentes de signos objetivos, ítems evolutivos e indicadores emocionales. Ítems evolutivos: Son los signos que se relacionan con la edad y el nivel de maduración, se dan sólo en relativamente pocos DFH de niños ubicados en un nivel de edad menor, y que luego aumenta en frecuencia de ocurrencia a medida que aumenta la edad de los niños, hasta convertirse en una característica regular de muchos o de la mayoría de los DFH de un nivel de edad dado. A cada ítem esperado y excepcional se le asigna un valor de un punto. La omisión de un ítem esperado se designa como -1 mientras que la presencia de un ítem excepcional se computa como +1. Para evitar puntajes negativos, se debe sumar un valor de 5 al total de los puntajes positivos y de los puntajes negativos. Así, la omisión de un ítem esperado se computaba como -1+5, o sea, 4. La presencia de un ítem excepcional se convertía en +1+5, o sea, 6. El estudio normativo para determinar la frecuencia con que aparecen los 30 ítems evolutivos en los DFH de varones y niñas entre 5 y 12 años determinó los porcentajes se dividen en cuatro categorías: ítems esperados, ítems comunes, ítems bastante comunes y los ítems excepcionales. Se definió al ítem evolutivo como un signo en los DFH infantiles que está relacionado primordialmente con la edad y la maduración y que aumenta en frecuencia de ocurrencia a medida que el niño crece; no está muy afectado por la consigna dada ni por el instrumento empleado para dibujar y no está muy influido por el

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aprendizaje escolar ni por la capacidad artística del niño. Los ítems esperados y excepcionales pueden ser usados para evaluar el nivel general de madurez mental de un niño aun cuando no se cuente con ningún puntaje definido de Cociente Intelectual. Este sistema se correlaciona significativamente con los puntajes de obtenidos mediante el WISC y la escala de Stanford-Binet. Cuando el puntaje obtenido en DFH está por debajo de su CI, se puede pensar en la presencia de perturbaciones en su adaptación social y de personalidad, pero cuando el puntaje del dibujo es superior a su nivel intelectual, entonces es posible que el niño sufra una carencia sociocultural o alguna deficiencia específica de audición y/o memoria.

Indicadores emocionales: Son signos relacionados con las actitudes y preocupaciones del niño. No están relacionados primariamente con la edad y maduración del niño, sino que reflejan sus ansiedades, preocupaciones y características de personalidad. Cumple con los siguientes criterios: Debe tener validez clínica, es decir, poder diferenciar entre los DFH de niños con problemas emocionales, de los que no lo tienen. Debe ser inusual y darse con escasa frecuencia en los DFH de los niños normales que no son pacientes psiquiátricos, es decir, el signo debe estar presente en menos del 16% de los niños de un nivel dado. No debe estar relacionado con la edad y la maduración, es decir, su frecuencia de ocurrencia en los protocolos no debe aumentar solamente sobre la base del crecimiento cronológico del niño. Existen tres tipos: Aquellos que están relacionados con la calidad de los DFH; los que tienen en cuenta detalles especiales que no se dan habitualmente; y las omisiones de ítems que serían esperables a una determinada edad. Las omisiones incluidas en el tercer grupo son en realidad, omisiones de alguno de los ítems esperados básicos. La ausencia de tales ítems debe ser considerada como clínicamente significativa, reflejando inmadurez, mal funcionamiento debido a un retraso mental y/o perturbaciones emocionales. La presencia de dos o más indicadores emocionales es altamente sugestiva de problemas emocionales y relaciones interpersonales insatisfactorias. Interpretación cualitativa Muchas veces la puntuación no arroja indicadores emocionales, sin embargo, en la observación cualitativa encontramos elementos poco comunes que nos llaman la atención y nos genera una alarma intuitiva. Por este motivo además de las puntuaciones que otorgamos, es necesario realizar una observación clínica que dé cuenta de aspectos latentes en el niño y expresados en el dibujo. Estos aspectos no serán escritos en un informe ya que no tienen validez científica, sin embargo, este tipo de interpretación nos obliga a hacernos preguntas y formular hipótesis que serán de ayuda en el diagnóstico, al tiempo que nos permite poner en juego nuestra experiencia profesional. Para guiar la observación podemos hacernos las siguientes preguntas:

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¿Cómo dibuja su figura?



¿A quién dibuja?



¿Qué está tratando de decir?

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La autora sugiere tres principios básicos para analizar el significado de los DFH, válidos para todos los DFH de niños entre 5 y 12 años. Cómo dibuja la figura: Sin tener en cuenta a quién dibuja, refleja el concepto que el niño tiene de sí. La manera en que el dibujo está hecho y los signos y símbolos empleados, revelan el retrato interior del niño y muestran su actitud hacia sí mismo. Si dibuja más de una figura, puede mostrar su concepto de sí mismo en más de una de las figuras. A quién dibuja: Es a la persona de mayor interés e importancia para el niño en el momento de realizar el dibujo. En la mayoría de los casos los niños se dibujan a sí mismos y realizan dibujos realistas, sin embargo, algunos están tan descontentos consigo mismo que distorsionan sus imágenes hasta que no guardan ningún parecido con su apariencia real o con la de cualquier ser humano. Otros niños dibujan imágenes ideales de sí mismos con la forma de sus héroes. Lo que el niño está diciendo en su DFH: Puede ser una expresión de sus actitudes y conflictos, o ser un deseo. La elección de la persona que el niño dibuja representa una manifestación de la persona de mayor importancia y de cuáles son sus sentimientos hacia la misma. Si un niño describe la persona que dibujó, entonces la descripción se refiere a la persona dibujada, aunque la manera de dibujar las figuras refleja la actitud de los niños hacia sí mismos. Si un niño cuenta una historia espontánea sobre su DFH, entonces el contenido de la historia representa un deseo. Solo se consideran válidos para esta clase de análisis los comentarios y narraciones espontáneas o estimuladas por una pregunta general y abierta. Calificación Para calificar el DFH de acuerdo con los criterios de Koppits , se toman en cuenta únicamente los indicadores esperados y excepcionales para cada rango de edad. El procedimiento que sigue es que a cada dibujo se le otorga una constante de 5 puntos y se le resta un punto a la misma por cada indicador esperado que no se encuentre presente en el dibujo. Cuando en el dibujo aparecen indicadores excepcionales, a la constante de 5 se agrega un punto por cada uno de ellos.

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Una vez que se puntean los indicadores esperados que no están presentes y aquellos excepcionales que aparezcan, se obtiene una calificación total para cada menor, el nivel de maduración puede interpretarse de acuerdo con los siguientes parámetros. ·

8 o 7 puntos: normal alto a superior.

·

6 puntos: normal a alto.

·

5 puntos: normal.

·

4 puntos: normal bajo.

·

3 puntos: normal bajo.

·

2 puntos: bajo.

·

1 o 0 puntos: inferior debido a serios problemas musculares.

Esto sirve para dar un ejemplo

Estas dos figuras humanas han sido realizadas por dos jóvenes con perfiles muy diferentes. Una de ellas ha sido dibujada por un niño de 8 años y la otra por una niña de 14 años. Sin más datos, podemos pensar que la figura de la de la izquierda es la que corresponde al niño de 8 años dado que su ejecución es más pobre, mientras que la figura de la derecha correspondería a la niña de 14. No obstante, es justo al revés. Lo importante, es que cada una de las figuras nos abre un mundo de hipótesis. Cada una de ellas, a su forma, nos habla y transmite información. Introducción

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El dibujo de la Figura Humana pertenece al conjunto de las denominadas técnicas proyectivas en las que la persona no tan sólo se limita a efectuar un simple dibujo, sino que se espera que plasme de forma indirecta, la esencia de su propia personalidad. También se puede hipotetizar, según los elementos y características del dibujo, acerca de sus capacidades y competencias cognitivas e intelectuales. Sin duda, junto con el Test de la Familia, la Casa y el del Árbol, el de la Figura Humana es uno de los más conocidos y utilizados.

Sistema de puntuación Para efectuar la puntuación del Test de la Figura Humana, según la norma Koppitz, hay que utilizar la tabla que se muestra a continuación .

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En esta tabla se detallan los ítems esperados (casillas en blanco) y excepcionales (casillas en verde) para cada edad y sexo. Hay que seguir las instrucciones que se acompañan en el lateral de la tabla. La hoja ofrece el resultado final de la puntuación. Sólo hay que introducir la puntuación correspondiente en cada ítem (1, 0, o +1), ver el total y confrontar con la tabla de resultados.

Instrucciones generales de puntuación:

Los ítems esperados si están presentes no puntúan (puntuación = 0), en caso de no presentarse se puntúa con –1 punto. Por su parte los ítems excepcionales sólo se puntúan si están presentes con + 1. Si están ausentes no reciben puntuación ni positiva ni negativa. Hay que sumar a las dos puntuaciones (esperados + excepcionales) la cantidad de 5. Esto se lleva a cabo para evitar puntuaciones negativas. Finalmente se contrasta la puntuación total obtenida con la tabla siguiente para determinar el nivel de maduración mental y obtener el C.I. a) Indicadores Generales: 1-Integración pobre Hace referencia a una dificultad manifiesta en agrupar debidamente las diferentes partes del dibujo. El dibujo tiene uno o más elementos separados (no se unen al resto del dibujo). Es un factor muy presente en los niños más pequeños o inmaduros. No tiene validez antes de los 7 años en niños y en 6 en niñas. A partir de esta edad el indicador se da en pacientes clínicos, agresivos y, en general alumnos con problemas. No aparece en alumnos bien adaptados o con buen rendimiento académico. Es, por tanto, un indicador de inmadurez (en especial en niños mayores), pobre coordinación e impulsividad. 2-El Sombreado Según diferentes expertos se trata de un indicador de ansiedad y angustia. El grado de sombreado correlacionaría con la intensidad de la angustia del niño. No obstante, el sombreado, es habitual en niños pequeños y en esta población no sería indicador de problema psicopatológico. Sombreado de cara. Es bastante inusual en cualquier nivel de edad, por tanto, es un indicador emocional válido para todos los niños entre 5 y 12 años cuando aparece en el dibujo. En el caso de que el sombreado es muy denso hasta el punto de que cubre los rasgos faciales se asocia a niños con problemas de conducta, agresividad o seriamente perturbados. Cuando el sombreado es parcial (afecta sólo a una parte de la cara) parece reflejar ansiedades específicas referidas a los elementos que han sido sombreados o a sus funciones. Sombreado del cuerpo y/o extremidades. Es común en las niñas hasta los 7 años y en los varones hasta los 8. No es un indicador válido hasta los 8 o 9 años respectivamente. El sombreado del cuerpo indicaría ansiedad por el mismo. Áreas de preocupación por alguna actividad real o fantaseada, pero no es posible diferenciar la causa (brazos: robar, agresividad, masturbación. Piernas: por el crecimiento físico, la talla, la sexualidad).

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Sombreado de las manos y/o cuello. No es válido antes de los 8 años en varones y de 7 en niñas. Preocupación por alguna actividad real o fantaseada con las manos. Problemas emocionales, timidez o agresividad, robo. Respecto al cuello: esfuerzos por controlar sus impulsos, alternancia de conductas impulsivas y de retraimiento. Asimetría de las extremidades Muy presente en niños agresivos, sujetos con lesión cerebral, alumnos de educación especial. No presente en buenos alumnos o en niños tímidos. En algunos casos puede deberse a torpeza motriz, escasa coordinación viso-motora o a una lateralidad contrariada o cruzada. Inclinación de la figura en 15 o más grados Su presencia es significativamente superior en población clínica, alumnos de educación especial o con problemas de aprendizaje diversos frente a alumnos bien adaptados. Se da tanto en niños tímidos como en aquellos que presentan conductas disruptivas. Por tanto, esta característica no es buen discriminador entre el grupo de tímidos y el de conductuales. Se supone que es más bien un indicador de inestabilidad y falta de equilibrio general. En los dibujos infantiles se asocia a sistema nervioso inestable y personalidad lábil. Figura pequeña Se manifiesta con mayor frecuencia en población clínica, niños de educación especial y en los niños tímidos (internalizantes) en población general. Es muy rara esta característica en niños agresivos, violentos, con problemas de conducta (externalizantes). Se trata de un buen indicador emocional que expresa inseguridad, retraimiento, en ocasiones, también depresión. En general, las figuras pequeñas, son muestra de inadecuación, yo inhibido y preocupación por las relaciones con el ambiente exterior (según algunos autores como Machover). Figura grande Se considera grande una figura de tamaño superior a 23 cms. Ocurre frecuentemente en niños pequeños. No adquiere significación clínica hasta los 8 años (en ambos sexos). Las figuras grandes, contrariamente a las pequeñas expuestas anteriormente, se asocian con conductas expansivas, de tipo impulsivo, con poco autocontrol, también inmadurez. En niños mayores e incluso adultos puede ser un rasgo de narcisismo e ideaciones paranoides. Transparencias En los estudios de la autora se detectaron dos tipos de transparencias. Un primer tipo era efectuado por algunos niños siguiendo el patrón de dibujar primero un esquema básico de la persona (a forma de esqueleto) para irlo después vistiendo. Un segundo grupo, dibujaba normalmente la figura, pero después se concentraban en una parte concreta para efectuar la transparencia (por ejemplo dibujar el estómago, órganos sexuales u otros). Este segundo tipo de transparencia es similar al sombreado. Indica ansiedad y preocupación por la región particular del cuerpo revelada por la transparencia. Por lo general, las transparencias aparecen con mayor frecuencia en población patológica que en población general. Es igualmente más frecuente en niños con inmadurez, impulsividad y conductas disruptivas que en niños tímidos o con dolencias psicosomáticas. De todas formas, la autora afirma categóricamente que las transparencias de áreas corporales específicas no son normales en los DFH de los niños en edad escolar. Generalmente indican angustia, conflicto o miedo agudo, por lo común

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con respecto a lo sexual, el nacimiento o mutilación corporal. Muchos de los niños que pintan estas transparencias están de hecho solicitándonos información que los tranquilice respecto a sus impulsos o experiencias. Indicadores específicos Cabeza pequeña Parece estar más presente en población clínica que en la general. La autora lo relaciona con

sentimientos intensos de inadecuación intelectual, no compartiendo la explicación (al menos en niños) de Machover respecto a ser un indicador de tendencias obsesivocompulsivas que pretenden ignorar el control de su cerebro. Ojos bizcos Se manifestarían con mayor frecuencia en niños con hostilidad hacia los demás y el dibujo se

interpretaría como reflejo de ira y rebeldía. Dientes Esta característica se encuentra en todos los grupos a excepción del tímido. Pese a que no puede considerarse un signo de psicopatología serio, sí está bien definido que su presencia está

nte agresivos

mayoritariamente extendida en el grupo de niños manifiestame . De todas formas, la presencia de dientes, por sí sólo, en el protocolo, no puede considerarse como síntoma inequívoco de perturbación emocional y esta posibilidad deberá valorarse conjuntamente con la presencia de otros indicadores en el dibujo. Brazos cortos (no llegan cintura) Este indicador refleja básicamente una

tendencia al retraimiento con dificultades para abrirse al exterior y con las otras personas. Aunque aparecieron con mayor frecuencia en población clínica, está presente también en niños adaptados, pero con problemas de retraimiento, encerrase en sí mismo o inhibición de impulsos. Brazos largos (llegan a las rodillas) Se dan con mayor frecuencia en niños manifiestamente agresivos que en niños bien adaptados. No se da en niños tímidos. Por tanto, este indicador se

asocia a una relación agresiva con el

entorno. Otra conclusión es que los brazos largos en el DFH están asociados con la conexión de los demás en contraste con la tendencia al retraimiento que revelan los brazos cortos. Brazos pegados en el cuerpo Parece que los brazos pegados al cuerpo reflejan

un control interno bastante rígido y una dificultad de conectarse con los demás (ver figura 2). Tendencia a la reserva o introversión. En pacientes adultos podría estar relacionado con pacientes paranoides o esquizofrénicos y la necesidad de defensa ante los ataques del ambiente externo.

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Manos grandes Las manos grandes, según

estudio de la autora, se encontró con mayor frecuencia en niños del ámbito de las necesidades educativas especiales y en aquellos que se mostraban abiertamente agresivos. Ningún niño tímido había pintado las manos grandes. Otros estudios revelan conducta compensadora de sentimientos de inadecuación, insuficiencia manipuladora y/o dificultad para establecer contacto con otros. Manos seccionadas (brazos sin manos ni dedos)

Más frecuente en población clínica, lesionados cerebrales y alumnos de educación especial. También se da una mayor frecuencia en niños tímidos respecto a los agresivos. En consecuencia, parece que este signo refleja sentimientos de inadecuación o de culpa por no poder actuar correctamente o incapacidad para hacerlo. Piernas juntas Se encontró más frecuentemente en población clínica y en niños

con afecciones

psicosomáticas. Un estudio de este indicador emocional concluyó que puede interpretarse como un signo de tensión en el niño, y un rígido intento por parte del mismo de controlar sus propios impulsos sexuales o su temor de sufrir un ataque de este tipo. Algunas niñas abusadas presentaban en sus dibujos esta característica. En figuras de adultos, las piernas cerradas, se asocian a rigidez, control frágil y rechazo de la aproximación sexual de otros. Figuras grotescas (monstruos, payasos u otros) El dibujo de monstruos o figuras grotescas no parece estar asociado con ningún tipo de conducta específico, sino que más bien refleja

sentimientos de intensa inadecuación, y un muy pobre concepto de sí mismo. Los niños que dibujan payasos o vagabundos pueden auto considerarse como individuos ridículos de los que los demás se ríen no siendo aceptados por los otros. A pesar de que la aparición de estas figuras puede explicarse parcialmente por vivencias recientes del niño (visitar un circo) se hipotetiza que el niño decide representar precisamente aquellas relacionadas con temas que le preocupan. Más de dos figuras representadas El dibujo espontáneo de tres o más figuras se dio significativamente más a menudo en los dibujos de

estudiantes de bajo rendimiento y en niños con necesidades educativas especiales que en población general. Nubes, lluvia, nieve Mayoritariamente aparecieron en dibujos de pacientes clínicos y en alumnos escasamente adaptados.

Las nubes se encontraron especialmente en niños muy ansiosos y con

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dolencias psicosomáticas. En ningún caso se encontró en niños agresivos. Parece ser que las nubes son pintadas por niños que no se atreven a pegar a otros y que en cambio dirigen la agresión en contra de sí mismos. . Indicadores por omisión elementos corporales: Omisión de la nariz Las conclusiones apuntan a que este indicador se asocia a conducta tímida y retraída con ausencia de agresividad manifiesta. También con escaso interés social. Omisión de la boca La omisión de este rasgo es siempre clínicamente significativa. Refleja sentimientos de angustia, inseguridad y retraimiento, inclusive resistencia pasiva. Este indicador emocional revela o la incapacidad del sujeto o su rechazo a comunicarse con los demás. Los historiales de los niños que omitieron la boca mostraron una alta incidencia de miedo, angustia, perfeccionismo y depresión. Omisión del cuerpo Se da más frecuentemente en alumnos con necesidades educativas especiales, problemas de aprendizaje o lesionados cerebrales. La omisión del cuerpo es habitual en los niños más pequeños (ver dibujo infantil), no obstante, puede ser un signo de la presencia de psicopatología en la etapa escolar. Se hipotetiza, en este último caso, que pueden darse factores de inmadurez, retraso o daño neurológico, pero también pueden darse por perturbación emocional. Omisión de los brazos La omisión de los brazos refleja ansiedad y culpa por conductas sociales inaceptables que implican los brazos o las manos. Otros estudios (Machover y Levy) lo asocian a depresión y retracción de la gente y del mundo de los objetos. Este último hallazgo no fue confirmado por el estudio de Koppitz. Omisión de piernas Su ausencia es extremadamente rara incluso en niños pequeños. Se trata de uno de los primeros elementos que reproduce el niño ya en la etapa preescolar. Tienden a aparecer en la secuencia evolutiva del dibujo después de la cabeza y los ojos, aún antes de que empiece a dibujar el cuerpo y los brazos. Por tanto, su ausencia, no sería nunca accidental, sino que podría indicar conflicto en esta área o un trastorno emocional con intensa angustia e inseguridad. Omisión de los pies Este indicador no es significativo hasta los 7 años en las niñas y 9 en los varones. Parece, según el estudio, que no está asociado con ningún tipo específico de conducta o síntoma. No obstante, sí parece reflejar un sentimiento general de inseguridad y desvalimiento. Omisión del cuello No válido hasta los 9 años para niñas y 10 para los varones. A partir de esa edad, se dio significativamente más a menudo en los dibujos de pacientes clínicos, lesionados cerebrales y niños con conductas disruptivas. Ninguno de los niños bien adaptados ni los que tenían enfermedades psicosomáticas omitieron este rasgo en la figura humana.

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Otros indicadores emocionales no validados Cabeza grande Parece ser que puede tener diferentes interpretaciones. La cabeza grande es común en los dibujos de los más pequeños. A partir de la etapa escolar se asocia con esfuerzo intelectual, inmadurez, agresión, retardo mental, migraña o preocupación por el rendimiento escolar. Parece, pues, que podría reflejar inquietud por algún aspecto acerca de la adecuación y funcionamiento mental pero no es posible en base a esta prueba determinar cuál de ellos está implicado. Ojos vacíos u ojos que no ven Por una parte, han sido descritos como signo normal en los dibujos infantiles y por otra han sido asociados con sentimientos de culpa, vaga percepción del mundo, inmadurez emocional, egocentrismo, dependencia, voyerismo. Es posible que la interpretación de este indicador sólo pueda efectuarse en población adulta, siendo más controvertida su explicación en niños. Mirada de reojo Se ha sostenido que la mirada de reojo en el dibujo de la figura humana es un indicio de suspicacia y tendencias paranoides. Su frecuencia de aparición aumenta con la edad (10, 11, 12 años) dándose tanto en población clínica como normal. Otras explicaciones apuntan a timidez, temor al mundo exterior, pero también, habilidad para dibujar (ver figura 2). Se ha observado que los niños más inteligentes dibujan más a menudo miradas de soslayo. El análisis de este indicador debe ser, pues, interpretado en el contexto del dibujo total más que como rasgo independiente. Manos ocultas Se han asociado con dificultad en el contacto, evasividad, sentimientos de culpa, necesidad de controlar la agresión y rechazo a afrontar una situación (pasividad). Del estudio se desprende que algunos niños ante la dificultad que supone dibujar una mano preferían eludir la tarea ocultando las manos detrás de la figura, cubriéndolas con otro objeto o colocándolas en los bolsillos. Tal conducta no puede ser considerada patológica sino más bien revela un buen juicio. De todas formas, se aconseja interpretar este indicador emocional en base a la presencia o no de otros indicadores emocionales validados (sombreado, dientes...). Figura interrumpida en el borde La conclusión en el estudio de Koppitz de este indicador no aporta ningún denominador común. Los historiales de los niños que lo presentaron mostraban una gran variedad de problemas y síntomas conductuales. También abarcaban niveles de edad, de C.I. y calificaciones de rendimiento escolar muy variados. Parecería que el significado de la figura cortada depende, por lo menos hasta cierto punto, de cuál parte de la figura ha sido seccionada. Así, el corte de las piernas enteras parece reflejar inseguridad, falta de base o de apoyo seguro. La línea de base o suelo Por lo general se relaciona con necesidad de apoyo, inseguridad o necesidad de un punto de referencia. Estas hipótesis pueden ser ciertas, pero, tal como apunta la autora, los niños pequeños viven en un mundo de "grandes" y dominantes (en función de su edad y tamaño) y es normal que

INTEGRACIÓN DE ESTUDIOS PSICOLÓGICOS EN LA INFANCIA

01 de Diciembre de 2011.

necesiten apoyos. Las líneas de base se han encontrado en diferentes edades tanto en niños como en adultos y no puede considerarse un indicador clínicamente significativo de perturbación emocional. El Sol o la Luna Han sido asociados con amor y apoyo parental y con la existencia de una autoridad adulta controladora. Estas dos actitudes parentales no son, por supuesto, mutuamente excluyentes. Más niños bien adaptados que pacientes clínicos dibujaron soles en sus dibujos. Las líneas fragmentadas o rotas Se han asociado con temor, inseguridad, sentimientos de inadecuación, ansiedad, terquedad y negativismo. Parece habitual el incremento regular de las líneas fragmentadas con el aumento de la edad. Se podría argüir que los preadolescentes como grupo tienden a ser inseguros y ansiosos, y que esto se refleja en el empleo de trazos interrumpidos en sus dibujos. Casos prácticos: Figura 1: Niña de 12 años. Aplicando la norma Koppitz no aparecen 2 ítems esperados (brazos hacia abajo y brazos unidos hombro). No hay ítems excepcionales. Puntuación total=3 (C.I. entre 70-90). Indicadores emocionales: figura pequeña, brazos cortos, asimetría derecha-izquierda (piernas, manos, ojos, orejas...)

Figura 2: Niño de 8 años. 5 ítems no esperados (cabello, cuello, brazos abajo, hombro, ropa). Puntuación Koppitz=10 (C.I.>110). Indicadores emocionales: ojos desviados (suspicacia, desconfianza...); brazos pegados, manos ocultas (dificultad conexión con otros, necesidad autocontrol...). También sensibilidad, imaginación, gusto por los detalles.

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01 de Diciembre de 2011.

Figura 3: Niña 5 años. 4 ítems no esperados (brazos y piernas de dos dimensiones, cabello, ropa) + 2 ítems excepcionales (2 labios, pupílas). Puntuación Koppitz=11. (C.I. >110). Rasgos emocionales positivos: brazos y piernas abiertos (sociabilidad, extraversión, apertura hacia los demás...).

Figura 4: Niña 14 años. Fuera del rango Koppitz. Pobreza de formas. Distorsión significativa de manos, brazos y piernas. Pies no asentados en tierra (mundo real). Hipótesis: Discapacidad intelectual, fragilidad emocional, poco contacto con la realidad. Ideaciones paranoides.

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