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El Hematocrítico ""\\!tr\\\N¡[1t\$[:*

Feliz Feroz

FELIZ IEROZ

Ilustraciones de A partir dc 6

La hermana de Lobo Feroz está muy preocupada porque su hijo no es feroz, es buenísimo. Feroz la tranquiliza y le dice que 1o mande a su casa, que él se va a encafgar de convertirlo en un verdadero lobo. Lobito visita a su tío e intenta hacer 1o que le pide: cazar conejitos, asustar a Caperucita, comerse a la abuelita... Pero nunca 1o hace bien: se sienta a comer una ensalada con los conejitos, se hace amigo de Caperucita y toma el té con tra abuelita. Este lobito es un desastre.

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AlbertoYázquez

SOPA DE LIBROS

El Hematocrítico

Fehz Feroz /,\NAY/,\

Ilustraciones de AlbertoYázquez

Un día, al volver de sembrar el terror por el bosque, el Lobo Feraz llamó a su hermana por teléfono) pata ver qué ta1 le iban las cosas...

-Hola, va todo

herma nita. ¿ Cómo

?

hermanito! ¡Estoy muy

-iAy, preocupadal

¿Qué te

-¿Preocupada?

ocurre

?

por mi hijo... ¡No me da

-Es más que disgustos -¿De hace ?

!

verdad? ¿Qué es lo que

un problema muy gordo! ¡Resulta que tu ¡Un sobrino es... BUENÍSIMOI

-¡Es problemón! -¿Cómo...?

¿Cómo que

buenísimo?

mucho y hace todos -Estudia los deberes, se pasa el día leyendo, tiene su habitación ordenadísima, y el otro día...

¡BUAAAAAAAH!

La Lob a Feroz se puso a llorar:

El Lobo Feroz no se podía

pasó el orro día? -¿Qué? ¿Qué que el otro día... -Pues

creer lo que estaba escuchando. Los lobos feroces son unas bestias malvadas y cru-eles, y escuchar que un sobrino suyo se comp ottaba de esa manera, le daba dolor de cora zón.

¡Ayudó a una señora a cruzan la calle! ¡BUAAAAAAHI qué me dices!

ai

-¡Pero lo oyes! -¡Como

¡BUAAAAAH! ¡Yo no puedo hacer con él!

sé qué

hermanita.

-Escucha, No llores más. Tú mándame al Lobito este verano a pasar

Al día siguiente, el Lobito llegó a casa de su tío.

las vacaciones conmigo. ¡Yo le enseñ aré lo que significa ser Fero z! ¡Le voy a convertir en un Lobo Fetoz, como su madre, como su tío, como lo fueron sus abuelos!

alegría! ¡Gracias, ¡M añana mismo te lo mando! te preocupes, hermanita. -No Ti déjamelo a mí, y yo haré que tu hijo sea digno del apellido Feroz.

-¡Qué hermanito!

sobrino. Bienvenido.

-Hola, tiíto! ¡Cuánto tiempo -¡Hola un besito! sin verte! ¡Dame

qué porquería es esta!

EI Lobo no le dio un besito. Lo que sí que le dio fue una colleja. qué besito ni qué -¡Pero besito! ¡Los lobos no damos besitos!

vale.

¡Cuántas -Oh, a aprender contigo !

-¡Pero un dibujito, tiíto.

-respondió

-Mira,

Y

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v

iSomos ¡Mira qué guapos

estamos

!

-¡Los dibujos!

cosas voy

el Lobito fuotándose la nuca, eue aún le dolía. El Lobito abrió su maleta y sacó un dibujo: tiíto. Te traje un regalo.

y yo! ti -Es

-

lobos no hacemos

El Lobo, enfadado, rompió el dibujo del Lobito. está bien de estas -¡Ya estupideces! ¡Yo te voy a enseñar a ser un auténtico Lobo Feroz! ¡Ven conmigo!

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&*Ios lobbs feroces aullamos. $Nffi¡tro' aullido se escucha,en ,i:iif' ,.{bdo el bos,que ¡r }lena de terror 1,

eL corazón de süs"habitantes.

-'@fu C,rarrdo suena nuestro aullid#

niños W" e*onden' ,, ien sus casas. Los cazadores se echan a temblar. Repite conmigo: los animáles huyen. Los lloran. Las abuelas se

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bueno! ¡No está

-¡Bueno, nada mal ese aullido! Hay que pulirlo un poco, pero cuando

-¡Jolín,

tiíto! Tienes que

andar con más cuidado cuando caminas... ¡Casi aplastas a esta

te dé un par de clases más, sin duda, no hab rá animal en el bosque que cuando escuche ese

terrorífico...

Lobito le -¡Cuidado! -el interrumpió con un grito.

-¡Uf!

¡Anda, ven conmigo! rnariquita!

-¡Adiós,

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El Lobo Feroz y su sobrino se escondieron tras un arbusto: lobos feroces tenemos -Los que cazar paf a alimentarnos. Nos escondemos en cualquier ¡

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sobre nuestras presas indefensas y comemos y comemos lo que nos da la gana hasta tener la barciga bien llena. ¡Mira este prado! ¡Ahora! ¡Vamos, ataca!

¡Llénate la ..'barriga! ,.'. ]; -

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raz6n! ¡Este prado -¡Tenías es buenísimo para comer! ¡Qué zanahorias más sabrosas! ¡Y esos tréboles tienen una pinta deliciosa

!

conmigo! ¡Qué

-¡Ven vergienza!

-¡Adiós,

conejitos!

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lobos feroces Jffi§ -Los astutos. Con nuestra intelige engañamos a la gente para q caiga en nuestras trampas. ¡; ¿Ves a esa niña? Va a llevafi{

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we ete a':

Iafdtiñ ella y cuéiitale

una mentira. Convéncela Para l'2 que Yaya por el camtno mas largoli¿sl llegaremos nosotros antes, y ,'1a estareifios esperando para somérnoslq'rr a"Á

El Lobito se plantó en medio del camino: Caperucita, ¿qué llevas -Hola, en la cestita? merienda para mi abuelita.

-La

serio?

qué

es?

¿Y -¿En tortitas con mermelada. -Unas buena pinta! ¿De qué -¡Qué es la mermelada?

arándanos. ¿Quieres

-De probarla

?

-¡Muchas

gracias! ¡Qué buena

eres!

tú, qué simpático!

-¡Y El Lobo tuvo que interrumpir la merienda y arrastró a su sobrino de las orejas hasta SU CASA.

De vuelta a la madriguera, el Lobo rebuscó en un viejo baúI que tenía en el sótano.

lobos feroces somos

-Los maestros del disfraz. Capaces de convertirnos en quien queramos para llevar a cabo

nuestros terribles planes. ¿A ver cómo te qued a. . .? ¡Perfecto !

El Lobo le explicó su plan al Lobito: vas a llamar a la -Ahora puerta de Ia casa de la abuelita. Cuando abra..., ite la comes! Luego te metes en su cama haciéndote pasar por ella. Y cuando llegue esa niña..., ¡te la comes también! ¿Estás listo?

-Claro,

tiíto.

El Lobito llam 6 al timbre de la casa de la abuelita.

!a

abu ela abrí6 la puerta de la

casa y se puso muy contenta:

si es

¡Pero -¡Caramba! Felisa que viene

mi amiga

a

hacerme una visita! ¡Pasa, pasa! ¡Qué bien! Y Fern anda preparó en un periquete la merienda que servía a sus amigas cuando la visitaban.

-¿

[Jt poco más de té, Felisa?

-Me gracias!

encantaría, ¡muchas

El Lobo, desesperado, se daba de cabezazos contra la ventana.

Abrió la puerta de una Patada y se llevó al Lobito taPándose la caÍa de la vergüenza qrte estaba pasando por tener un sobrino así. ta la vista, Felisa, vuelve

-¡Has

cuando quieras! Fernanda!

-¡Adiós,

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El Lobo Feroz no se daba por vencido y todavía tenía cosas que enseñar a su sobrino. lobos feroces sabemos -Los soplar. Nuestro soplido tiene la fuerza de un hura cán. Es capaz de derribar casas y de arrancaÍ árboles. ¡Mira!

ver yo, tiíto. -A Un poderoso viento salió de los pulmones del Lobito, casi tan poderoso como el de su tío.

El Lobo por fin tuvo motivos para ponerse contento. Su sobrino tenía un soplido realmente feroz. alegría! ¡Sí, señor! -¡Qué ¡Este es mi sobrino! ¡Tienes un soplido como el mío! ¡Ven conmigo!

a practicar ese -¡Vamos a esos cerdos soplido! ¿Ves de ahí? Se han construido unas casas para protegerse de los

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lobos. Pero tú soplarás, soplarás, y sus casitas derribarás. Después, no tend rán dónde esconderse y nos los comeremos-. bien, tii§Q*

-Muy

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El Lóbo, desesperado, pensó 'én un último plan. ffi,fffi r-

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estupendo soplido me ¡Mira cómo vuelan estas cometas! Los cerditos bailab an y cantaban entusiasmados con el divertidísimo soplido de su nuevo amigo. soplido no sirve para eso! -¡El Lobo estaba furioso-. -El ¡Vámonos de aquí antes de que se me caiga la cara de vergienzal

-¡Qtré enseñaste, tiíto!

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Lobito. A lo mejor

-Mira, cuando saborees unos deliciosos cabritillos, cambias de idea. Conozco una casa donde viven siete. ¡Siete sabrosos cabritillos! Cuando su madre se Yaya a hacer la compra, nosotros les engañaremos para que nos dejen pasar.

haremos eso, tiíto? -¿Cómo huevos crudos se te -Bebiendo afinará la voz, y embadurnándote la pata con harina parecerá blanca. Así se creerán que eres su mad ne y te abrir án Ia puerta.

El Lobito obedeció a su tío y se pintó la pata de blanco. Golpeó Ia cáscara del huevo contra el borde del cuenco para cascarlo, pero se armó un lío. ¡Se me ha caído -¡Anda! el huevo en la harina!

El Lobito se quedó

mirando el cuenco, fascinado.

Metió la pata, removió, y se chupó los dedos. 1o

-¡Espera

un momento,

tiíto! ¡Un momento!

-Pero.

pero...

adónde va este? ¿

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Esto qué

es ?

-¿ -preguntó el Lobo, enfadado.

-Una

tafta de zanahoria

el Lobito-. Pensé sería una pena malgastar esa harina tan estupenda y esos huevos tan frescos. Y, además, con las zanahorias tan sabrosas del prado al que me llevaste...

-respondió que

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Eso fue la gota que colmó el vaso de la paciencia del Lobo, que ya no aguantó más y montó en cólera. Se puso a gritar, enfadadísimo.

ya! ¡Estoy harro! ¡Eres la vergüenza del apellido Feroz! ¡He hecho todo lo que estaba en mi mano, pero es imposible! no te enfades -Tiíto, -dijo el Lobito con cara de pena-. Es que huy un prog rama de cocina en la tele que me gusta mucho y quería probar a ver si me salía. ¿Por qué no la pruebas? Es una tarta muy rica. tarta ni qué narices! -¡Qué ¡Eres un... !

-¡Basta

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Unos días después, la Loba Feroz llamó a su hermano por teléfon o para preguntar por su

hijo.

-Hola, -Hola,

hermanito. hermanita. tal está mi hijo? la verdad es que

-¿Qué -Bueno..., está muy bien.

verdad?

fin

¿Por -¿De podemos estar orgullosos de

que lleve el apellido Feroz ? o menos... ¿Por qué -Más no vienes hasta aquí y lo ves tú misma?

La LobaFeroz llegó a casa del Lobo y, nada más abrir la puerta, le preguntó impaciente: ¡Me tienes en -¡Hermano! ascuas! ¿Ha aprendido ya mi hijo a ser Fetoz, como nosotros? conmigo... Quiero

-Ven

enseñarte algo.

-Pero

¿

esto qué

es

?

hermanita, tu

hijo

\i -Bueno, prepara unos postres que meten

miedo de 1o ricos que están.

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Y fueron felices, y comieron buñuelos de crema con jarabe de grosella y canela. mejor que las -¡Mucho el Lobo. perdices!

-dijo

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