Falacias No Formales, Copi

“…los razonamientos, como los hombres, a menudo son hipócritas” Platón FALACIAS Definición: podemos definir las falacia

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“…los razonamientos, como los hombres, a menudo son hipócritas” Platón

FALACIAS Definición: podemos definir las falacias según su uso cotidiano del término como idea equivocada o creencia falsa, o de forma más estrictamente filosófica, como es la definición lógica. Esta sostiene que una falacia es un tipo de argumentación incorrecta, ya que los razonamientos que contiene dicha argumentación no son válidos, aunque a simple vista pueden parecerlo, y por lo tanto intentan persuadir al lector de su validez. Nosotros debemos estudiarlos y aprender a identificarlos porque solamente mediante nuestra familiarización con éstos podremos reconocerlos y advertir cuando estamos siendo engañados. De esta manera podremos distinguir cuando estamos ante un razonamiento que intenta convencernos de algo por los medios equivocados. Como se expresa en la cita de Platón, conociendo las falacias podemos estar advertidos cuando nos encontramos ante un hombre o un razonamiento hipócrita. Clasificación de las falacias. Falacias de atenencia: En las falacias que estudiaremos existe un problema de atingencia lógica, es decir, una falta de relación o correspondencia entre las premisas y las conclusiones que se quieren defender. Sin embargo, la relación psicológica siempre existe en estos razonamientos, ya que es de esto de lo que se vale la falacia para producir su efecto: busca convencer psicológicamente al lector de sus conclusiones apelando al poder persuasivo de los psicologismos, o del uso confuso del lenguaje. a) Argumentum ad bauclum (o de apelación a la fuerza): esta falacia la reconocemos cuando en determinado razonamiento se apela a la fuerza, o la amenaza de fuerza, para provocar la aceptación de una conclusión. Un ejemplo de esto puede ser la amenaza de prisión si no se acepta determinada conclusión, la imposición de multas en caso de no aceptarse determinadas reglamentaciones, algunos tipos de censura, etc. b) Argumentum ad hominem (ofensivo): esta expresión significa “argumento dirigido contra el hombre”. Esta falacia se comete cuando tratando de refutar una conclusión, en vez de hacerlo mediante razonamientos correctos, se hace atacando a quien la ha pronunciado. Este tipo de argumento es falaz porque el carácter personal de una persona no tiene importancia para establecer la validez o invalidez lógica de sus razonamientos. c) Argumentum ad hominen (circunstancial): este argumento apela a las condiciones particulares de la persona que discute un determinado razonamiento. En vez de probar una conclusión, la persona que argumenta sostiene que ésta debe ser aceptada por el interlocutor debido a sus circunstancias actuales. Un ejemplo consiste en la siguiente situación: un cazador deportivo es interpelado diciendo que su actividad está mal moralmente, y éste para defenderse dice que nadie que coma carne puede hacer semejante observación. Aquí el cazador esta apelando a las circunstancias de quienes lo acusan, porque comen carne, para defender la conclusión de que cazar está bien, pero sin embargo las condiciones de quienes lo acusan no tienen relación lógica con aquello que intenta probarse. d) Argumentum ad ignoratiam (argumento por la ignorancia): se comete esta falacia cuando se sostiene que una proposición es verdadera simplemente sobre la base de que no se ha demostrado su falsedad, o que es falsa porque no se ha demostrado su verdad. Este tipo de falacias es comúnmente cometida en cuestiones espiritualistas o telepáticas, por ejemplo: puede afirmarse falazmente que deben existir los fantasmas porque nunca nadie pudo probar lo contrario. Pero debe aclararse lo siguiente: en ciertas circunstancias puede afirmarse con cierta seguridad que sí ha ocurrido un cierto acontecimiento, hay investigadores calificados que pueden descubrir pruebas del mismo; y en tales circunstancias es perfectamente razonable tomar la ausencia de pruebas como una prueba positiva de que no se ha producido tal acontecimiento. e) Argumentum ad misericordiam (llamado a la piedad): esta falacia se comete cuando se apela a la piedad para convencer a alguien de determinada conclusión, y es muy común encontrar esta falacia en tribunales

de justicia o circunstancias similares, cuando se dejan de lado los hechos que importan en un caso, y se apela a la misericordia del jurado para absolver a algún acusado. f) Argumentum ad populum: se define esta falacia como la que se comete cuando se dirige un llamado emocional al pueblo con el fin de lograr su asentimiento para una conclusión que no está sustentada con pruebas. Dicho de otra manera, esta falacia intenta conquistar las pasiones y el entusiasmo de la gente y por medio de estos convencer de una conclusión que no está sustentada por pruebas. Este tipo de falacias es muy frecuente en avisos publicitarios, donde se relaciona determinada marca de jabón con sensaciones placenteras, o donde se muestra a una persona fumando determinada marca de cigarrillos en un coche que se supone que todas las personas desearían tener y seguido de una cantidad de amigos como se supone todas las personas desearían. Otro ejemplo es en campañas políticas donde el candidato sostiene que debe ser votado “porque todos lo votarán”, o en publicidades donde se defiende una marca porque es la marca que todos consumen. g) Argumentum ad verecundiam (apelación a la autoridad): se apela, en esta falacia, al sentimiento de respeto que la gente tenga por determinada figura famosa, para ganas asentimiento a una conclusión. A veces puede suceder que esta apelación no sea una falacia, por ejemplo cuando se hace referencia a la opinión experta de determinada persona en determinado campo, por ejemplo si se apela al trabajo de un físico importante cuyas investigaciones sean consistentes respecto de algún tema que se quiere defender. Pero generalmente cuando se apela a una autoridad en cuestiones que están fuera del ámbito de su especialidad, o se hace referencia equivocada a esta autoridad, se está cometiendo una falacia. Un ejemplo sería citar a Darwin (un gran biólogo) en sus opiniones sobre Dios, para sustentar una conclusión sobre la existencia de éste. Y como veíamos en casos anteriores, en publicidad esta falacia es muy usada, por ejemplo cuando se utilizan testimonios de personalidades famosas para avalar la eficacia o primacía de un producto sobre otros, “compre x marca de cigarrillos porque es la que fuma x famoso”. h) Accidente inverso (generalización apresurada): esto sucede cuando para hablar de todos los casos de una especie, esto es, hacer una generalización, se presta atención solo a un reducido número de casos y en especial ponemos atención en aquellos casos que son atípicos en dicho conjunto. Por ejemplo, al observar el valor de los narcóticos cuando los administra un médico para aliviar dolores de un paciente grave, se propone que los narcóticos estén a disposición de cualquier persona, o cuando al observar el efecto del alcohol solamente en aquellos que abusan del mismo, se propone que la sustancia es dañina y debería se prohibida para todos. i) Petittio principii (petición de principio): se da esta falacia cuando para probar una conclusión, se utiliza ésta como premisa del razonamiento, es decir que se toma como premisa la misma conclusión que está tratando de probarse. Este tipo de razonamientos muchas veces son llamados “circulares”, porque si se sigue con atención al mismo, se ve que la premisa de la que se parte es la misma conclusión a la que se llega. Un ejemplo consiste en el siguiente: podemos argüir que Shakespeare es un escritor más grande que Robbins porque la gente de buen gusto literario prefiere al primero sobre el segundo; y para saber si una persona tiene buen gusto literario se afirma que las personas de estas condiciones prefieren a Shakespeare sobre Robbins.

Falacias de ambigüedad: estas falacias aparecen en razonamientos cuya formulación contiene palabras o frases ambiguas, cuyos significados oscilan y cambian de manera más o menos sutil en el curso del razonamiento y, por consiguiente, lo hacen falaz. a) El equívoco: la mayoría de las palabras tiene más de un significado literal, por ejemplo la palabra “pico” puede designar una herramienta o la boca de un ave. Si se distingue entre los distintos sentidos de la palabra no hay mayores inconvenientes, pero no siempre es tan fácil hacerlo, y en esos casos se presta a confusión el significado y la corrección de un razonamiento. Un ejemplo consiste en la siguiente situación: “El fin de una cosa es su perfección; la muerte es el fin de la vida; por lo tanto la muerte es la perfección de la vida”. Este razonamiento es falaz porque se toman la palabra “fin” con dos sentidos diferentes, uno como aquello a lo que tiende una cosa, y otro como el final de algo; por lo tanto la conclusión no se desprende de las premisas que han sido planteadas equívocamente. Otra forma de cometer esta falacia refiere a la relatividad de los términos. Existen términos que son relativos y dependiendo de cómo se usen modifican su significado, por ejemplo el término “alto” que dicho de un hombre significa que es el más alto de los hombres, mientras que dicho de un edificio se refiere al más alto de los edificios. Evidentemente estas son categorías diferentes. Este tipo de relativismo se ve cuando hablamos por ejemplo de la bondad de un hombre y decimos “tal persona debe ser un buen presidente porque es un buen general”, estamos

hablando de dos ámbitos diferentes y no podemos calificar de la misma manera la bondad en los distintos casos. Otro ejemplo claro es el siguiente: si digo “un elefante es un animal; por lo tanto un elefante pequeño es un animal pequeño” estoy cometiendo una falacia del equívoco porque un elefante por más que sea pequeño, comparado con otros elefantes, sigue siendo un gran animal comparado con muchas otras especies. b) La anfibiología: esta falacia se comete cuando se argumenta a partir de premisas cuya formulación es ambigua debido a su estructura gramatical. Un enunciado es anfibológico cuando su significado es confuso debido a la manera descuidada o torpe en que sus plabras están combinadas. Este tipo de enunciados puede resultar verdadero en determinado contexto y falso en otro, justamente por la ambigüedad de su formulación. Un ejemplo consiste en la consulta que hace Creso al oráculo de Delfos; éste consulta porque quiere saber si es correcto comenzar una guerra contra el reino de Persia y el oráculo le contesta “si Creso emprende una guerra contra Persia, destruirá un reino poderoso”. Creso inició la guerra entonces convencido de su victoria, pero fue rápidamente derrotado. Indignado Creo escribe al oráculo una carta, la cual es respondida por los sacerdotes de Delfos diciendo que el oráculo dio una predicción acertada: el reino poderoso que se destruiría sería el suyo propio. Aquí el error es claramente de interpretación, debido a la ambigüedad con la que fue formulado el enunciado. c) El énfasis: en este caso se comete una falacia cuando una proposición es formulada y su significado depende del énfasis que se de a cada término. Por ejemplo: si digo “no podemos hablar mal de nuestros amigos” pueden darse dos interpretaciones: que el énfasis sea puesto en hablar, y por lo tanto la interpretación sería que podemos expresarnos mal de nuestros amigos pero no oralmente; y por otro lado si pongo el énfasis en amigos, el significado sería que no podemos hablar mal de nuestros amigos, pero si de otras personas.

Trabaja con los siguientes razonamientos: 1) “Según R. Gutenberg, autor de Historia Social del Tercer Reich, publicado en Gran Bretaña, los nazis acostumbraban enviar la siguiente noticia a los lectores alemanes que interrumpían su inscripción: “Nuestro periódico ciertamente merece el apoyo de todo alemán. Seguiremos enviándole ejemplares de él, y esperamos que usted no se exponga a infortunadas consecuencias en caso de cancelación”.” Parada, 9 de mayo de 1971. 2) En una película del famoso comediante francés Sacha Guitry, unos ladrones discuten sobre la división de siete perlas dignas del rescate de un rey. Uno de ellos entrega dos al hombre que está a su derecha, y luego otras dos al que está a su izquierda. – Yo – dice – me guardaré tres. El hombre que está a su derecha dice: - ¿Por qué tú te guardas tres? – Porque yo soy el líder. – ¡Ah! ¿Y por qué eres tú el líder? – Porque yo tengo más perlas. 3) “Hablando ante el senado en 1950, Joe McCarthy anunció que había penetrado en el “secreto de la cortina de hierro de Truman”. Tenía 81 casos de personas del Departamento de Estado, a quienes él consideraba comunistas. Del caso cuarenta dijo: “No tengo mucha información sobre este caso, excepto la afirmación general de la agencia de que no hay nada en los archivos que hable en contra de sus posibles vinculaciones comunistas”.” Richard H. Rovere, El senador Joe McCarthy. 4) Ese nuevo estudiante dice que yo soy su profesor favorito: y debe decir la verdad, porque ningún estudiante le mentiría a su profesor favorito. 5) “Pero yo observo – dice Celantes –, con respecto a ti, Filón, y a todos los escépticos especulativos, que tu doctrina y tu práctica están en contradicción tanto en los puntos más abstrusos de la teoría como en la conducta de la vida común.” David Hume, Diálogos concernientes a la religión natural. 6) “Pero, ¿puede usted dudar de que el aire tenga peso, cuando tiene el claro testimonio de Aristóteles, quien afirma que todos los elementos tienen peso, inclusive el aire, y con la sola excepción del fuego?” Galileo Galilei, Diálogos concernientes a dos nuevas ciencias. 7) Los alarmistas no han conseguido probar que el fall-out radiactivo sea peligrosamente dañino para la vida humana. Por lo tanto, no hay riesgo ninguno en continuar nuestro programa de ensayo de armas termonucleares. 8) Estoy absolutamente seguro de la velocidad con que conducía el automóvil, oficial, y era muy inferior a la velocidad límite. Ya me han hecho otras boletas antes, y si usted me hace otra ahora, me costará más de cincuenta dólares. Si tengo que pagar una multa de cincuenta dólares, no podré operar a mi mujer. Y ella está enferma hace mucho tiempo y necesita desesperadamente esa operación. 9) En su labor, un abogado tiene siempre la libertad de consultar libros de derecho. Y un médico a menudo investiga cosas en sus textos médicos. Todo el mundo debe gozar de similar libertad de consulta. Por consiguiente debe permitírsele a los estudiantes que usen sus libros de texto en sus exámenes. 10) No puede creerse lo que dice el profesor Andrajos a cerca de la importancia de los mayores salarios para los maestros. Como maestro, naturalmente estará a favor de aumentar la paga de los maestros. 11) “Anito: - Sócrates, creo que tú estas demasiado dispuesto a hablar mal de los hombres; y si quieres seguir mi consejo, te recomendaría que tuvieras cuidado. Tal vez no haya ninguna ciudad en la cual no sea más fácil perjudicar a los hombres que beneficiarlos; y éste es ciertamente el caso de Atenas, como creo que tú sabes.” Platón, Menón. 12) Nuestro equipo es el mejor del torneo porque tiene los mejores jugadores, y el mejor entrenador. Sabemos que tiene el mejor entrenador y los mejores jugadores porque ganará el torneo. Y ganará el torneo porque merece ganarlo. Por supuesto merece ganarlo porque es el mejor equipo del torneo. 13) Durante la guerra, los grupos espías enemigos fueron interceptando los teléfonos de los sospechosos. Por lo tanto las autoridades deben interceptar los teléfonos de todas las personas sospechosas. 14) El Senador nunca ha sido tocado por ningún escándalo. Por lo tanto debe de ser un hombre incorruptiblemente honesto. 15) El señor Rodríguez es un hombre pobre, y pierde siempre que juega al bridge. Por lo tanto es un pobre perdedor. 16) Los sucesos improbables ocurren casi todos los días, pero lo que sucede casi todos los días es un suceso muy probable. Por lo tanto, los sucesos improbables son sucesos muy probables. 17) “Si sostienes que no hay nada evidente, no discutiré contigo, pues es claro que eres un sofista y no es posible convencerte.” Duns Escoto, Comentario oxoniense sobre las Sentencias de Pedro Lombardo. 18) Dios existe porque la Biblia así nos los dice, y sabemos que lo que la Biblia nos dice debe ser verdadero porque es la palabra revelada de Dios. 19) El congreso no debe preocuparse por consultar a los Jefes de Estado Mayor Conjunto acerca de las asignaciones militares. Como miembros de las fuerzas armadas, naturalmente querrán tanto dinero para propósitos militares como puedan conseguir. 20) Cuando Juan tuvo que ir al torneo del equipo, el profesor le dijo que no tenía importancia que faltara a clase. De modo que al profesor no le importa si nosotros asiste o falta a clase.

21) Un buen médico cura a la mayoría de sus pacientes porque ha tenido una buena educación médica, pues un hombre con una buena educación médica es un buen médico que cura a la mayoría de sus pacientes. 22) “Pero para que no penséis que mi piedad ha robado aquí lo mejor de mi filosofía, apoyaré mi opinión, si es que se necesita algún apoyo, en una gran autoridad. Podría citar a casi todos los teólogos que desde el comienzo del cristianismo han tratado este o cualquier otro tema teológico, pero me limitaré por el momento a una autoridad igualmente celebrada en la piedad y en la filosofía. Es el padre Malebranche (…).” David Hume, Diálogos sobre la religión natural. 23) Mi cliente es el único apoyo de sus ancianos padres. Si se lo envía a prisión, esto los destruirá, y quedarán sin hogar y sin un cobre. Vosotros, sin duda, no podéis encontrar en vuestros corazones otro veredicto que no sea “inocente”.