Evolución de Las Tintas, Trabajo

UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA ESCUELA DE HISTORIA TÉCNICO EN ARCHIVOS Química Aplicada a la Archivística Licda.

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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA ESCUELA DE HISTORIA TÉCNICO EN ARCHIVOS Química Aplicada a la Archivística Licda. Nathalia Granados Dieseldorff

Tema: Investigación 2: Historia de las tintas

Nombre: Jedver David Marroquín López Carné: 200012546 Fecha: 5-04-2014

Introducción: Uno de los procesos de vital importancia para comprender la elaboración de fondos documentales es el de la fabricación de las tintas. Junto con el proceso de creación del papel, su estudio histórico coadyuva al conocimiento detallado de cómo se han creado los distintos documentos, qué materiales los compones y esto es fundamental para lograr más eficazmente su preservación en los archivos. La producción de tintas para su utilización en la escritura ha sido diferente a lo largo de los siglos de historia de la humanidad. En distintas culturas, en América, Europa, África y Asia, particularmente China, se usaron diversos materiales de origen animal, vegetal y mineral, los cuales poseían distintos compuestos químicos. Estos materiales permitían obtener tintas de distinta calidad, lo que fue difundido por el intercambio cultural, siendo el negro de humo o tintas de hollín (tinta china) uno de los procesos más utilizados. En esta investigación se explica en forma breve cuál ha sido ese recorrido histórico del proceso de fabricación de las tintas, partiendo de una pequeña referencia en el área mesoamericana y posteriormente, refiriendo la historia de las tintas en occidente hasta el siglo XX.

Investigación 2: Historia de las tintas La tinta es un tipo de líquido que contiene varios pigmentos, utilizados para colorear una superficie, para escribir, entre otros usos. Su fabricación ha variado a lo largo del tiempo y su uso se remonta desde la antigüedad. Las primeras tintas estaban hechas con pinturas vegetales naturales y de sangres de animales e insectos, además de algunos derivados de minerales. Ya en lasprimeras pinturas rupestres creadas por el hombre en las cuevas y paredes,se encuentran rastros de colores con las que pintaban. En la América prehispánica, se desarrolló de forma considerable el uso de los tintes, para distintos usos como decoración de cerámicas, edificios (de los que se sabe tenían una tonalidad rojiza), pintura mural, en los códices y hasta en el cuerpo (tatuajes). Durante el período preclásico el desarrollo de los distintos tintes era limitado (técnica monocromada), pero es en el período clásico y posclásico donde se logra un grado considerable en el uso de diversos tintes, tal es así en las distintas técnicas policromadas. Los tintes provenían de minerales y plantas. Se utilizaron óxidos minerales y plantas tintóreas, como el achiote para obtener el color rojo. Este color se asociaba con la sangre y por ello tenía un carácter ceremonial. Otros colores ampliamente utilizados fueron el rosado, naranja, amarillo, verde, azul claro y oscuro, morado, sepia, café, aparte del blanco y negro. Todos estos de origen mineral y vegetal. En el área mexica, se utilizaban distintos materiales para la elaboración de tintas. Vendían distintos pigmentos secos, provenientes de la cochinilla, mezclas de grana con tiza, grana pura, además del uso del tlilxóchitl o vainilla (vainilla planifolia), el mecaxóchitl o piperamalago, hierbas pequeñas, resinas, copal, nacazcólotl (caesalpinacorierea), además, otras tintas provenientes de la sebadillaofficinarum, indigoferasuffructicosa, acacia y añil. Entre otros materiales de origen animal, se menciona el aje (coccusaxin, llaveiaaxinus), sin descartar la sangre de animales o de personas y mezclas con el uso de la orina. En occidente y en Asia se conocen los datos más antiguos en la utilización de la tinta como tal, particularmente en China y Egipto. En el norte de áfrica, hay señales de uso de tintas hacia el año 2,500 a. C. Se encuentran en papiros, que

conservan colores negros de mucha intensidad, su principal componente era el Hollín o negro de humo. En China, formaba parte de una especie de barniz que se aplicaba con una varilla de bambú sobre un tejido de seda. El hollín está formado por partículas pequeñas de carbón puro (10 y 500 nm), originadas por la combustión controlada de un hidrocarburo. Este tipo de tinta se denomina tinta china o tinta de carbono, formada por una suspensión de un pigmento negro en un aglutinante, que utilizaba otros aditivos para cambiarle el color, textura o grado de acidez. Los aglutinantes podían ser glúcidos (provenientes de gomas de árboles o miel), lípidos (aceites) o proteínas (huevos, cola animal). Se utilizaba también la accacia Senegal, que tiene una gran capacidad higroscópica. Esto evitaba que la tinta se reseque, le proporciona viscosidad para así lograr la mejor escritura. En otras regiones del oriente lejano, utilizaban la tinta a base de sustancias vegetales, piedra negra picada y alcanfor. En el caso de los hebreos, usaban una sustancia llamada dejo, también proveniente del hollin y resina. Esta mezcla para poder utilizarla en la escritura, la diluían en agua. Se menciona el Talmud como fuente que indica la importancia en la confección de la tinta. En Europa, durante el siglo tercero a. C. se preparaba la tinta con el hollín, que se producía al quemar laca y carbón vegetal, a partir, fundamentalmente, de leña de abeto. Se vendía en barras y se disolvía en agua al utilizarse. Posteriormente, el hollín se obtuvo al carbonizar aceite de las semillas de la planta Dryanda cordata y de las semillas de linaza. Esto mezclado con cola, se perfumaba con alcanfor y almizcle, para darle un olor aceptable. En Roma, se obtenía el humo negro proveniente por la combustión de resina en hornos especiales. Plinio indica que se empleaba hollín de hornos y estufas de los baños, carbonización de levaduras de vino de marfil. El hollín resultante se trituraba con goma para poderlo utilizar con mayor utilidad. Posteriormente se mejora la calidad de las tintas al utilizar una mezcla de sustancias extraídas de los taninos vegetales, por una sal metálica, mayoritariamente un sulfato de hierro o cobre, y un aglutinante, como la goma arábiga. Este, llamado ácido gálico, es el ácido 3, 4, 5- trihidroxibenzoico, se encuentra en pequeñas cantidades en el té y en muchos vegetales. Este reacciona con el sulfato de hierro para formar galato de hierro, que es incoloro y soluble en agua. Es oxidado además, por el oxigeno del aire para formar el pirogalato de hierro, un complejo de color negro soluble.

También se obtiene este ácido gálico de una excrecencia vegetal denominada nuez de agallas, que se forma en la corteza de algunos árboles, como la encina, el roble o el alcornoque. Se someten estas agallas a maceración o cocción en agua, cerveza o vino, para extraer los taninos del vegetal, cuya hidrólisis este ácido gálico y sus derivados. La primera referencia del uso de estos componentes data del siglo III, pero su empleo se generalizará en Europa hacia el siglo XIII, antes predominaban aún las tintas de negro de humo (tinta china). Existían también las tintas mixtas, que estaban formadas por tintas de carbón, a las que añadían derivados tánicos o sales metálicas, y las tintas incompletas, denominadas así porque les faltaba alguno de los ingredientes básicos. En la Edad Media, antes del aparecimiento de la imprenta, se escribieron varios tratados que explicaban la forma de fabricación de tintas de calidad de forma riguroza. Tal es el caso de la obra de Teófilo llamada: Scheduladiversaumartium. En esta obra indica que hay que mezclar el extracto de la corteza del leño espinoso con vino, se concentra y se mezcla con lo que este autor denomina: atramentum. Esta sustancia es el sulfato de hierro o de cobre, también denominada Chalchantum, caparrosa o vitriolo. Este último nombre hace referencia al aspecto de cristales machacados que tienen los sulfatos, y proviene del vocablo latino “vitrum”. Según la naturaleza del metal que los forma, su estado de oxidación y el grado de hidratación, los sulfatos presentan una amplia gama de colores, así el sulfato de hierro es naranja, el cinc es blanco, el de cobre, azulado; el de hierro, verde, etc. En el siglo XVI, es Italia la que posee los mejores fabricantes de tintas. Se realizan tratados que relatan observaciones sobre la composición, cualidades y adiciones de las tintas. Se establece en el libro de Pietro María Caneparius, en el siglo XVII, De atramentiscujuscumque generis, la mejor tinta metalogálica, compuesta por una parte de goma arábiga, dos partes de vitriolo, tres agallas y treinta partes de agua. Además, en otros versos indica que para preparar tinta, se emplean un cuarto de onza de vitriolo, media de goma y una de agallas; se añaden ocho de vino, se deja macerar tres días agitando a menudo, se cuela la mezcla y se guarda. En el siglo XVIII, debido al auge de las ciencias, se perfeccionó el proceso de la tinta metalo-gálica, siendo importantes los aportes de William Lewis, en su obra commerciumphilosophico-technicumorthephilosophicalcommerce of art.

Posteriormente, gracias a los aportes de Lavoisier y otros químicos europeos, hace aparición la química como una ciencia equiparable a las matemáticas, la astronomía o la física, revolucionándose luego la fabricación de las tintas. En el siglo XIX, en Francia, hubo un interés por obtener tinta indeleble, y se crearon distintas comisiones para obtenerla. Gay-Lussac, Dulong, Thenard y Chevreul llevaron a demostrar que la tinta indeleble era una mezcla de tinta china formada por negro de humo, ácido clorhídrico diluido o solución de acetato de manganeso, y posterior tratamiento con vapores de amoníaco. Con el aparecimiento de un nuevo papel, que encolaba con almidón y resina, este tipo de tinta no se adhería bien. Se realizaron nuevas investigaciones para mejorar la tinta y en 1847, se creó la nueva fórmula: Calentar una solución extractiva de palo de Campeche o de Tinte (haematoxylumcampechianum), con una pequeña cantidad de cromato potásico. Se obtenía una mezcla de color negro azulado intenso, que no presentaba reacción ácida sino neutra. Sus ventajas era que no atacaba a las plumas de acero, era muy fluida y no era arrastrada por el agua cuando se usaba en la escritura. En 1856, se crean las tintas de alizarina, que presentaban una gran ventaja, porque eran una solución límpida. Contenían los ingredientes sin combinar uno al lado de otro, en la solución límpida, que se podía filtrar sin que perdiera en sustancias colorantes. Contenía además, un pigmento destinado a colorear el líquido, que de por sí era incoloro. Esto para que fuera visible a la escritura. La verdadera materia colorante, que hacía que los trazos de esa tinta tuviesen un color negro se formaba solamente después de secada la tinta en el papel en contacto con el aire, a causa de la neutralización del ácido libre por el amoníaco del mismo y simultánea oxidación. No se formaba en la mayor parte del papel , sino en las capas superiores del mismo, en las cuales había penetrado por su cualidad de solución límpida. Por esto, sus trazos eran más fijos. Cambios drásticos sucedieron en 1872,cuando se obtuvo el denominado negro de carbón a nivel industrial en nex Cumberland, en Estados Unidos. Esta sustancia era un material carbonáceo no poroso, obtenido mediante pirolisis. Está formado por partículas esféricas de carbón de entre 10 a 75 nm de diámetro, fundidas en racimos. Cada partícula se compone de miles de haces de racimos. En la superficie del carbón, los elementos como el oxígeno y el azufre interaccionan con los átomos de hidrógeno para formar agregados. El oxígeno contenido en la mayor parte de estos compuestos no supera el 1% al 8%. Para fabricarlo, se procedía al enfriado de una llama de gas, contra losas de esteatita. Posterior al rascado del producto adherido a las paredes. En 1904, el inglés Mote, del efecto reforzador del negro de carbón al hule, creándose la

primera patente del proceso térmico. Además de la aparición del horno de gas, que revolucionó la producción del negro de carbono en 1928 y la aparición en Texas, durante la Segunda Guerra Mundial, del proceso del horno de aceite para producir negro de carbón. Los procesos para obtener esta sustancia de negro de humo son diversos, y se puede fabricar con un sistema de una sola cámara, o de varias más pequeñas. Luego, la combustión incompleta de materias resinosas, bituminosas, grasas, etc. El humo producido atraviesa las cámaras y se deposita en el techo y las paredes, de donde se recoge. Como suele ir acompañado de otras sustancias producidas en la combustión, se lava con agua o con lejía de sosa y se seca en una corriente de aire caliente. En 1919 se mencionaba el negro de lámpara o bujía, que se obtenían quemando aceite o bujías de baja calidad debajo de planchas de hierro. La tinta china se formaba con la combustión de aceite de sésamo. El proceso de horno de gas fue introducido en 1922, sustituido por su bajo rendimiento en la década de los cuarentas por el horno de aceite, de mejor rendimiento. En este proceso se utiliza como alimentación un aceite aromático, que suele ser un residuo de la desintegración catalítica de un proceso de refinación y que se convierte en negro de carbono mediante combustión parcial y pirolisis a altas temperaturas. El aceite aromático se pulveriza en la boquilla del quemador y es pirolizado hasta obtener negro de carbono. El proceso de intrusión o de canal, se utilizaba por medio de llamas de gas natural sólo o enriquecido con aceite en forma de vapor o con gas de antraceno, que son introducidas por canales de acero o cilindros rotatorios, a cuyas paredes o canales se adhiere el hollín, que se recoge con raspadores para su posterior peletizado. El producto así obtenido se caracteriza por su acidez. Su rendimiento era bajo y fue abandonado en los años setentas del siglo pasado. El proceso térmico, se desarrolla en dos fases denominadas precalentamiento y descomposición, en las que se somete al gas natural a altas temperaturas, donde se descompone en carbono e hidrógeno. Se trata de un proceso cíclico donde parte del carbono obtenido en la cámara refractaria de los gases ricos en hidrocarburos, se reconduce a la zona de precalentamiento y comienza el ciclo de nuevo. Este carbono se forma en atmósfera reductora y el producto obtenido consta de partículas de gran tamaño. Fue desechado este proceso por los altos costes del gas natural.

Conclusiones:

1. Los pueblos prehispánicos fabricaron tintas provenientes de materia prima como plantas, animales y minerales, utilizadas para la escritura de códices o amoxtlis. Era tal la importancia, que los colores poseían importancia por tener carácter ritual. 2. El Hollín o negro de humo fue utilizado en China y estaba formado por partículas pequeñas de carbón puro (10 y 500 nm), originadas por la combustión controlada de un hidrocarburo. Este tipo de tinta se denomina tinta china o tinta de carbono, formada por una suspensión de un pigmento negro en un aglutinante, que utilizaba otros aditivos para cambiarle el color, textura o grado de acidez. 3. Durante la Edad media y épocas posteriores fue importante el llamado ácido gálico, que es el ácido 3, 4, 5- trihidroxibenzoico, que se encuentra en muchos vegetales para la fabricación de tintas. 4. A lo largo de la historia ha habido distintas formas y procesos de elaboración de las tintas, lo cual ha sido de vital importancia para lograr preservar los escritos, junto con el perfeccionamiento de la elaboración del papel.

Referencias:  

Ruz, Alberto: El pueblo maya. Editorial Salvat. México, 1993. http://www.dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/1051081.pdf‎‎ed :atlusnoc 1-04-2014)



http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/revistas/nahuatl/pdf/.../044.pdf‎‎ )2014-04-1‎‎‎:atlusnoc‎ed‎ahcef(



http://www.sciencia.cat/biblioteca/documents/Tinta_CarcelTrenchs.pdf (fecha de consulta: 3-04-2014)

‎ahcef(