ESTRATEGIAS Y TECNICAS DE INTERVENCION

ESTRATEGIAS GRUPALES 1. BUSCAR ALIADOS. Consiste en unirse y conseguir la ayuda de uno o más miembros del grupo. Es mejo

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ESTRATEGIAS GRUPALES 1. BUSCAR ALIADOS. Consiste en unirse y conseguir la ayuda de uno o más miembros del grupo. Es mejor aliarse con quienes estén más dispuestos a hacerlo y dejar de lado esta estrategia con personas más “difíciles”. El objetivo es tener mayor fuerza en la intervención. No es indispensable tener varios aliados, es suficiente con uno que pueda dar mayor peso a nuestra intervención, en este sentido no conviene menospreciar la ayuda de ningún miembro del grupo. Esta estrategia es equivalente al proceso de ventas. Quien interviene busca ”vender” una alianza a un miembro del grupo de manera que teniéndolo de su lado su capacidad para maniobrar dentro de un conflicto. Pasos para elaborar la estrategia: a. Evaluar necesidades: es necesario encontrar qué necesidades tiene nuestro futuro aliado. b. Evaluar motivación: hay que definir qué es lo que estaría dispuesto a hacer o no nuestro futuro aliado c. Vender la alianza: conociendo qué necesita y qué estaría dispuesto a hacer nuestro futuro aliado le vendemos la alianza como un beneficio a cambio de un retribución: “No me gusta que se estén agrediendo unos a otros, si me ayudas a separar a Robinson cuando agreda a Michael te voy a dar más horas en el internet para que juegues o busques información para tus tareas”

2. NEUTRALIZAR LA COMUNICACIÓN. Consiste en “desarmar” o “invalidar” cualquier acción o influencia de un miembro del grupo que resulta un obstáculo para el logro de los objetivos grupales planteados: realizar una tarea, tener una convivencia sana y tranquila para todos, compartir momento de intimidad, etc. Puede lograrse mediante el uso del lenguaje no verbal o con intervenciones directas o indirectas. Usando el lenguaje no verbal:



Volteando la mirada hacia otro lado, cambiando la disposición de los asientos, retirándose a otro lugar con la persona que está siendo influenciada, etc.

Con intervenciones directas:  “Te pido por favor que permitas que tus compañeros se expresen”  “Me haces pensar que no quieres que los demás hablen de esto”  “Si continuas interrumpiendo me vas a obligar pedirte que te retires” Con intervenciones indirectas:  “¿Siempre haces lo que otros te piden?”  “¿Cuándo decidiste ser el peón/soldado de otros?” El uso de las imágenes en los mensajes depende de la idiosincrasia de las personas que estén en cuestión. Pasos para elaborar la estrategia: a) Realizar un rápido diagnóstico grupal general: esta es la parte más complicada de esta estrategia porque se requiere que el observador pueda realizar en pocos segundos; lo que tiene que poder ver el observador en el menor tiempo posible es:  Quién está centralizando la comunicación  Quién está afectando a los demás a través de un comportamiento o comunicación determinados  Quién impide que la comunicación sea directa entre los miembros del grupo  Quiénes están de parte de la persona que centraliza la comunicación  Quiénes están en contra de esta persona b) Evaluar puntos débiles: es necesario, una vez identificado el miembro del grupo al cual se debe bloquear, definir cuáles son sus debilidades:  Cuáles son las cosas o situaciones que lo bloquean  Ante qué temas es sensible  Qué cosas le hacen cambiar de humor (en positivo y negativo) c) Definir el área de acción: existen 3 posibilidades para bloquear







Centrarse en el protagonista: es decir tomar acciones bloqueo hacia quien está manipulando la comunicación. Para ello hay que haber realizado un buen análisis de las debilidades de esta persona. Centrarse en los afectados: para centrarse en los afectados es necesario establecer alianzas con ellos a fin de hacer una fuerza mayor a la del protagonista y sus aliados. Centrarse en el grupo: esta intervención es más compleja pues quien la realiza necesita tomar la atención y el control de la comunicación de todo el grupo.

3. USO DE TERCEROS. Esta estrategia es un poco más compleja que la de aliarse. Consiste en “usar a terceros” para dar mayor peso a la intervención y tener mayor capacidad de acción. Al usar a un tercero, quien interviene pierde protagonismo y por tanto hay mejores probabilidades que su mensaje sea recibido de una mejor manera. El “tercero” puede ser una persona, una idea, una metáfora, una institución, etc. Se puede “usar a terceros” en forma virtual o en forma física. En forma virtual:  “Mundo de Niños no es un lugar para formar personas agresivas” En forma física:  “Las lágrimas de Alberto son la pena de todos, él llora por todos”  “Señora usted debe sentir que es la peor madre del mundo, la más fracasada” (en realidad el mensaje es para él hijo, sin decirlo directamente “usando” a la madre –en forma invisible- se está cuestionando profundamente al hijo) 4. HABLAR POR EL OTRO. Es una variante del uso de terceros pero, por su complejidad, conviene tomarla por separado. Es muy útil con personas que no quieren hablar o se sienten muy mal como para hacerlo. Consiste en poner en nuestros propios labios lo que la persona o las personas del grupo “no están diciendo verbalmente” o lo que “están diciendo no verbalmente.” Su complejidad radica en la necesidad del interventor de manejar capacidades y

habilidades para la “metacomunicación1.”

“lectura”

del

lenguaje

no

verbal

y

para

la

Hablar lo que el otro no dice en palabras:  “Rodrigo no lo ha dicho pero siente que la vida es muy injusta” Hablar lo que el otro dice sin palabras:  “Muchas veces niegas que estás molesto pero, por tu expresión, vemos todo lo contrario” 5. PONERSE DE PARTE DE TODOS/NO TOMAR PARTE. Esta estrategia consiste en siempre “dar” a ambas partes lo mismo. Si vamos a llamar la atención de una de las partes en conflicto también debemos llamarle la atención a la otra parte, si “reventamos cuetes” a una de las partes también debemos reventarle cuetes a la otra aparte. Ejemplo:



José, ¿por qué tienes que agredir a Rodrigo?, y tú Rodrigo ¿por qué de una manera u otra terminas siendo golpeado por alguien?

 Admiro tu valentía Junior, enfrentarte tú solo contra Germán que te dobla la edad, y tú Germán ¡cuánto debe haberte costado controlarte para no hacerle daño a Junior! 6. Alterar la visión del problema Cambia la forma de ver el problema, el cliente hará algo nuevo. Dependiendo del caso, será conveniente hacer ver al problema como algo ”pequeño” o “sin importancia” (personas angustiadas o deprimidas) o por el contrario: “aterrador” o “peligroso” (personas desmotivadas o contradictorias) . 7. Alterar la pauta del problema Cambia una etapa de la secuencia, toda la pauta se altera. Se recomienda alterar el inicio de la secuencia a fin de evitar que las personas experimenten el dolor o incomodidad de las fases de la pauta que son más complicadas. Una pauta es una secuencia de conductas que tiene varias fases. Cualquier terapeuta que se jacte que tener éxito tendrá que poder ver como si viera un “film” esta secuencia de conductas. 1

Metacomunicación: Es la comunicación sobre la comunicación. Se habla de lo que se comunica tanto verbalmente como no verbalmente. Ejemplo: “Lo que estás diciendo es que nadie te puede tocar pero tú si puedes hacer destrozos”

8. Traslado de habilidades Habilidades del cliente de otra situación son llevadas hacia la resolución del problema. Pasos para elaborar la estrategia:  Indagar sobre algo que la persona sabe hacer  Hacer preguntas para revivir las habilidades  Hacer la conexión con el problema  Evaluar las respuestas del paciente  Repetir el ciclo hasta que el paciente haya hecho el traslado 9. Metaforizar Hablar con y para el inconsciente a través de imágenes. Estas imágenes son introducidas por el paciente: “me siento una isla”, “soy como la cenicienta”, “es como una piedra” También el terapeuta las puede introducir: “usted es como una leona”, “¿como en el cuento de la bella y la bestia? La ventaja es que al hablar al inconsciente el terapeuta salta las defensas conscientes de los pacientes. Pasos:  Obtener la información no verbal y verbal que dan los pacientes desde el primer contacto  Asociar la información que entregan los pacientes con imágenes introducidas por ellos mismos o nosotros  Introducir la metáfora  Evaluar las respuestas no verbales del paciente  Moldear progresivamente la metáfora  Introducir los mensajes de cambio asociados a la metáfora  Repetir la evaluación y el moldeamiento hasta que el cambio quede fijado

TÉCNICAS DE INTERVENCIÓN

1. Redefinir. Consiste en definir lo que está en discusión desde otro ángulo o punto de vista, con el objetivo de ayudar a la persona a sentirse mejor, a mirarse o mirar el mundo desde otra perspectiva, a hallar nuevas alternativas o a tomar decisiones que de otro modo no lo haría. Sumamente útil para lograr un cambio de visión en la persona. El esquema básico: no es que sea “esto” sino que es “esto otro”: “no es que su marido no la quiera, sucede que la ama tanto que por eso no puede dejar de quejarse por sus ausencias”. En situaciones dilemáticas (como una violación o cualquier situación traumática), no hay que olvidar que lo que se redefine debe estar relacionado a la experiencia por la que pasó la persona y no a la persona misma: “usted está acá, viva, a pesar de lo que vivió (una violación)” lo que se puede traducir como “no es que sea una tonta ni que esté muerta, usted está acá inteligente y viva, luchando por su vida y su salud mental”. 2. Interrumpir. Cortar cualquier emisión de mensaje. Es fundamental para manejar una entrevista (en términos de tiempo, de definir quién “manda” – encuadre- y de aprovechar lo mejor posible la misma –información, intervenciones, acuerdos, etc. Fraseo bajo y explicación corta son muy útiles para que la persona no se sienta maltratada. Sirve para entablar una conversación “natural”: “perdone que lo interrumpa pero lo que su señora ha dicho me parece importantísimo” o “discúlpame pero ¿lo has dicho en serio, no te importa lo que te pase?”. 3. Explicar (brindar, pedir, recibir, darse a uno mismo). Brindar información al otro. El objetivo: que el otro sepa a qué atenerse (en relación al terapeuta, a otro, a un tema, a un contexto determinado, etc.): “lo que pasa es que entre los 27 y los 32 toda mujer siente una necesidad real de formar familia, el problema ocurre cuando la dama en cuestión no evalúa el contexto y elige a quien sea para tener hijos y/o casarse”. No se debe confundir con justificaciones: “el tránsito de hoy en día es el que no me dejó llegar a tiempo”. La justificación es una forma de no asumir responsabilidades propias, de culpar a alguien o algo y denota una autodescalificación encubierta (“no soy capaz de”), casi nunca sana en un contexto de convivencia o psicoterapia. 4. Reconocimiento. El reconocimiento es una herramienta que consiste básicamente en dos movimientos: 1. señalar un aspecto valioso en una persona. Lo valioso reconocido en la persona tiene que cumplir los siguientes requisitos: a. ser real. Tiene que ser algo que la persona entienda y puntúe como valioso cuando se le transmite el mensaje, caso contrario sentirá que se le está tomando el pelo o peor que se está haciendo burla de sus cualidades personales b. ser preciso. No es conveniente exagerar las cualidades del otro. Ejemplos: Me siento admirado del gran ingenio que tienes para hacer bromas Creo que eres un chico muy apuesto

2. validar un dolor o una dificultad que esté atravesando una persona. Al validar el dolor o la dificultad en la persona se debe cuidar los siguientes aspectos: a. evitar el uso de condicionantes que puedan desvirtuar o quitar peso al reconocimiento: i. “Esto que estás pasando es muy doloroso, pero ya no llores más” ii. “Déjalo, ya va a pasar” b. asegurarse que la persona está sintiéndose validada en su dolor i. “Esto es muy doloroso para ti, ¿verdad?” ii. “Lo que veo es que esto está siendo difícil para ti” Un ejercicio clave para dominar esta técnica es la evocación de experiencias similares; recordar episodios en los cuales uno mismo ha pasado por tal o cual dolor o dificultad te permite estar más preparado para hacer sentir reconocida a una persona. 5. Bio-rapport. Copiado corporal. La persona se siente más cómoda o en confianza (reproducir mensajes no verbales similares al de la persona entrevistada). El objetivo: sincronizar con el otro. 6. Fraseo medio – alto – bajo: En la comunicación, usamos tres maneras diferentes de colocarnos frente a la otra persona. La primera sería cuando hablamos de forma horizontal: de igual a igual (compañeros de estudio, miembros del equipo técnico, hermanos, amigos, etc.); otra manera es hablar de manera vertical hacia arriba: yo en un plano inferior (hijo, estudiante, empleado, etc.) a la otra persona en un plano superior padre-madre, profesor, empleador, etc.); y, finalmente, cuando hablamos de manera vertical hacia abajo: yo en un plano superior (padre-madre, profesor, empleador, etc.) hacia otra persona en un plano inferior (hijo, estudiante, empleado, etc.) USO DEL FRASEO Fraseo Medio El fraseo medio es la estructuración de un mensaje que da a entender que la persona que emite el mensaje y el receptor se encuentran en el mismo nivel relacional. Es decir, el terapeuta transmite su mensaje dando a entender, en lo que está transmitiendo, que la persona es igual a él. Es muy útil en los siguientes casos: a. cuando la persona está muy decaída b. cuando la persona está desmotivada Fraseo Bajo

El fraseo bajo es la estructuración de un mensaje que da a entender que la persona que emite el mensaje se encuentra en un nivel relacional inferior. Es decir, el terapeuta transmite su mensaje dando a entender, en lo que está transmitiendo, que se encuentra por debajo de la persona. Es muy útil en los siguientes casos: c. cuando la persona tiene perfil alto d. cuando la persona es conflictiva Fraseo Alto El fraseo alto es la estructuración de un mensaje que da a entender que la persona que emite el mensaje se encuentra en un nivel relacional superior. Es decir, el terapeuta transmite su mensaje dando a entender, en lo que está transmitiendo, que se encuentra por encima de la persona. Es muy útil en los siguientes casos: e. cuando la persona está muy deprimida f. cuando la persona necesita que se le ponga límites 7. Recreación de diálogos familiares (APT) El terapeuta, para analizar los patrones de relación, escucha acerca de una situación en la cual un miembro de la familia está conversando acerca de la conducta de algún otro miembro y entonces insta a quien habla a que se dirija a dicho miembro, “recreando el diálogo” con éste en lugar de contarle la historia. Si en este proceso hubiera resistencia, el terapeuta puede evitar mirar a quienes hablan y focalizar su mirada en un objeto, o puede mover su silla hacia atrás y negarse a responder cuando se dirigen a él, para indicar que éstos tienen que conversar entre ellos. Esto puede proporcionarle indicios acerca de las alianzas, coaliciones, resonancia, etc. Uno de los miembros de la familia está describiendo algo respecto de otro miembro (sea descalificándolo, dando un testimonio, haciendo alguna crítica en relación a algo que pasa entre ellos) y en ese momento, el terapeuta le pide a esta persona que no se lo cuente a éste si no que se lo diga a la persona misma: “no me lo diga a mí, dígaselo en estos momentos a su cónyuge, por favor” o “sería bueno que en estos momentos usted le diga esto a su madre y no a mí”. Se le indica a dos personas o más que establezcan un diálogo dentro de la sesión, con el terapeuta como observador. Ideal de aplicar luego de hacer un primer o un segundo rastreo. 8. Manipulación de la distribución geográfica (APT) El terapeuta, con el fin de inducir crisis o crear confusión en la familia a la vez que observar las reacciones a las mismas y evaluar el grado de rigidez o flexibilidad, indica a uno o más miembros de la familia que intercambien sitios o

asientos en función de una pauta o tema relevante para la familia y asociado con el problema que los trae. Ejemplo: el papá está ubicado relacionalmente de modo encubierto en una escalada simétrica con la madre a raíz de los vómitos de la hija que los convoca. El terapeuta puede señalar esto dirigiéndose a la hija y decirle: “es impresionante la fuerza de tus padres para invertir tanta energía en luchar por ti, me hacen recordar a dos luchadores de lucha libre” y en ese momento, el terapeuta puede proceder a pedirle a la hija que se retire de en medio de los padres: “¿realmente te sientes cómoda en el lugar donde estás? Yo estaría harto en tu lugar, por qué no vienes un momento para acá (haciendo que jale su silla y salga de en medio de los padres, y a continuación podría ubicar a los padres sentados/parados frente a frente y pedirles que se pongan en posición de combate, con los brazos arriba y los puños cerrados” para a partir de ahí continuar la entrevista pero esta vez con la hija hablando con el terapeuta acerca de los padres. Permite develar y cuestionar pautas transaccionales claves. 9. La proyección al futuro Las técnicas de proyección al futuro (la Pregunta Milagro, la técnica de la bola de cristal, fantasía guiada etc.) se emplean para construir con los clientes lo que denominamos "objetivos útiles" o "objetivos bien formados", es decir, objetivos relevantes para los clientes, pequeños, concretos, expresados en positivo, interaccionales y alcanzables. Así, "no estar siempre deprimido", "no descontrolarme con la comida" o "tener más armonía en la familia" no serían considerados "objetivos útiles" (los dos primeros, porque están expresados en negativo, como ausencia de algo; el tercero porque no es un objetivo concreto, observable). En cambio, "estar más activo en mi trabajo y salir con los amigos por las tardes", "volver a hacer tres comidas diarias" o "ver juntos la televisión" sí constituyen objetivos bien formados. Como tales, servirán para guiar el proceso de la terapia, y ayudarán al cliente a identificar las cosas que ya van bien o sus avances 5.Por otra parte, los procedimientos de proyección al futuro no pretenden solamente recoger una serie de objetivos más o menos bien definidos. Más allá de esto, se trata también de romper el encuadre que los clientes hacen de su situación ("Es la misma historia una y otra vez, no hay forma de salir de esto") y de situarles en un futuro diferente. Recogiendo la expresión de Tomm (Tomm, 1988), se trata en buena medida de "crear un futuro para una familia que se ha quedado congelada en el presente", de propiciar que nuestros clientes cambie su forma de comportarse, pensar o de sentir. En este sentido, consideramos que recursos como la Pregunta del Milagro tienen en sí mismos un profundo impacto terapéutico. Una

versión más amplia de las ideas recogidas en este apartado aparece en Beyebach, 1995a. En esta publicación el lector interesado encontrará amplios ejemplos clínicos ilustrativos, así como un análisis detallado de las posibles dificultades que pueden ir aparejadas a estas prácticas de conversación. Tal y como señalan diversos autores (Bandura y Schunk, 1981, de Shazer, 1988; Pérez Grande, 1992) la existencia de objetivos claramente definidos es un importante predictor del resultado final del tratamiento. Nuestra experiencia clínica va en este mismo sentido: una Pregunta del Milagro bien trabajada supone con frecuencia un impulso decisivo para la rápida culminación de la terapia. Es en este sentido en el que hablamos de la utilidad de los objetivos o, dicho con mayor precisión, de ciertas características de los objetivos que en TCS (y no necesariamente en otros tipo de terapia) parecen asociadas al éxito terapéutico. La "Pregunta del Milagro" (así como cualquier otra práctica de proyección al futuro) no es en realidad una pregunta, sino una secuencia de preguntas que, como acabamos de ver, puede ocupar toda una entrevista. Solemos iniciar esta secuencia de la forma que ya expusimos en el prólogo: "Supongan que esta noche, mientras están durmiendo, sucede una especie de milagro y los problemas que les han traído aquí se resuelven, no como en la vida real, poco a poco y con el esfuerzo de todos, sino de repente, de forma milagrosa. Como están durmiendo no se dan cuenta de que este milagro se produce. ¿Qué cosas van a notar diferentes mañana que les hagan darse cuenta de que este Milagro se ha producido?" Esta es la formulación habitual, pero lógicamente caben adaptaciones a situaciones concretas. Trabajando con niños empleamos a menudo otras imágenes más ajustadas a su edad: "Supón que esta noche viene un duende verde y hace magia, y las cosas que os traen aquí se solucionan..." "¿Has visto `Regreso al futuro ? ́ ¿Te acuerdas de la máquina del tiempo? ¿Sí? Pues imagínate que entras en la máquina del tiempo y...". En otras ocasiones preferimos hablar de que se produce un "salto en el tiempo", a un momento futuro en el que los problemas que traen a los clientes a terapia se han resuelto. Es muy poco frecuente que los clientes respondan a la Pregunta del Milagro de una forma que se ajuste a las características de los objetivos bien formados. De hecho, lo más habitual es que respondan en términos de quejas ("Hombre, vería que mi marido deja de estar como ahora, que está todo el día gritándome y rompiendo cosas"), en negativo ("Dejaría de obsesionarme tanto con los estudios"), de forma vaga ("me sentiría mucho mejor") o intrapersonal ("Mi madre estaría menos deprimida, más alegre"). Aquí es donde se inicia lo que denominamos "trabajo sobre la Pregunta del Milagro", es decir, la utilización de una serie de preguntas que ayuden a los clientes a transformar estas respuestas en objetivos útiles para la terapia.

No se trata de sugerir o imponer nuestros objetivos a los clientes, sino de ayudarles a que formulen sus objetivos en un lenguaje que facilite su consecución. Es ésta una labor a menudo dificultosa para los clientes, y que exige pericia y persistencia por parte del terapeuta. El resultado debe ser una verdadera "película" de cómo serán las cosas una vez que el problema esté resuelto (qué harán, pensarán o sentirán diferente), una imagen lo más amplia posible, y que no se limite al área-problema. Al fin y al cabo, "cuanto más amplia sea la diana, más fácil será acertar": disponer de más objetivos facilita que alguno de ellos empiece a conseguirse, con lo cual tenemos un buen punto de partida desde el que generalizar el cambio a otras áreas. 10. Ilusión de alternativas Técnica cognitiva que implica dar dos alternativas que llevan a un mismo fin: el cambio. Implica “proponerle” al paciente que “elija” entre dos alternativas. En esencia, se trata de una elección que es ilusoria: “¿quieren uno o dos exámenes? De todos modos las personas implicadas realizarán la acción.

Conducta suicida

Es algo negativo, cosa de locos

No

Culpa de los padres

Si

Conducta suicida

Negativo: solución Locura: auto-sacrificio