Esquerda Bifet, Juan - Espiritualidad Mariana de La Iglesia

ESPIRITUALIDAD MARIANA DE LA IGLESIA María en la vida espiritual cristiana JUAN ESQUERDA BIFET ESPIRITUALIDAD MARIANA

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ESPIRITUALIDAD MARIANA DE LA IGLESIA María en la vida espiritual cristiana

JUAN ESQUERDA BIFET

ESPIRITUALIDAD MARIANA DE LA IGLESIA María en la vida espiritual cristiana

SOCIEDAD DE EDUCACIÓN ATENAS MAYOR, 81 - 28013 MADRID

SÍNTESIS

ÍNDICE

6/2 Son muchos los creyentes que desean conocer una SÍNTESIS, objetiva, completa e imparcial de las diversas ramas del saber y el actuar religioso. Con frecuencia se encuentran necesitados de una respuesta rápida y breve a múltiples preguntas del hombre de hoy en materia de fe, de dogma, de moral, de derecho, de espiritualidad, de historia... La riqueza que, en todos esos campos, ha logrado la doctrina religiosa cristiana no está al alcance del hombre medio de nuestro tiempo si no se la damos en una SÍNTESIS breve, pero completa; sencilla, pero sin esconder la profundidad de algunos temas; informativa de toda opinión que pueda considerarse seria. Esto es lo que intenta ofrecer a sus lectores la colección SÍNTESIS.

Introducción: Hacia una exposición sistemática de la "espiritualidad mariana" de la Iglesia Siglas

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I. DIMENSIÓN MARIANA DE LA ESPIRITUALIDAD CRISTIANA

Mayor, 81 - 28013 Madrid ISBN: 84-7020-351-7 Depósito legal: M. 1.671.-1994 Impreso en España por ARTES GRÁFICAS BENZAL, S. A. Virtudes, 7. 28010 MADRID

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1. Naturaleza de la espiritualidad cristiana y relación con el misterio de María 2. Dinamismo de la espiritualidad cristiana y puesto de María 3. Problemas actuales de la espiritualidad cristiana y relación con los temas marianos

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II. NATURALEZA DE LA ESPIRITUALIDAD MARIANA

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1. El hecho y la terminología de la "espiritualidad mariana" de la Iglesia 2. Naturaleza y datos fundamentales de la espiritualidad mariana 3. Problemas de metodología científica © SOCIEDAD DE EDUCACIÓN ATENAS

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III. DIMENSIONES FUNDAMENTALES DE LA ESPIRITUALIDAD MARIANA 1. Dimensión bíblica: María en la historia de salvación y en el primer anuncio del evangelio 2. Dimensión trinitaria, cristológica, pneumatológica 3. Dimensión eclesial: comunitaria, ecuménica, litúrgica, escatológica

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41 47 50 5

IV. DIMENSIÓN ESPIRITUAL DE LOS TÍTULOS MARIANOS 1. La espiritualidad que deriva de los títulos marianos 2. A partir de su función: maternidad y mediación 3. A partir de su santidad y glorificación V. DINAMISMO DE LA ESPIRITUALIDAD MARIANA: CONTEMPLACIÓN, PERFECCIÓN, EVANGELIZACION 1. María en el camino de la contemplación, dimensión contemplativa de la espiritualidad mañana de la Iglesia 2. María en el camino de la perfección y comunión 3. María en el camino de la misión, dimensión misionera de la espiritualidad mañana de la Iglesia

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1. Oración de María 2. Oración mañana de la Iglesia 3. "Magníficat": oración de María y de la Iglesia

97 100 104

VIII. ESPIRITUALIDAD MARIANA DEL APÓSTOL 1. Dimensión mariana de la espiritualidad misionera de la Iglesia 2. María en la acción misionera del apóstol 3. María en la vida espiritual del apóstol IX. ESPIRITUALIDAD MARIANA POPULAR

1. Significado salvífico de la figura bíblica de San José ... 169 2. La espiritualidad mariana y misionera de la Iglesia en relación con San José 174 3. Santidad y misión a la luz de la figura bíblica de San José 179 índice de materias

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86 95

1. María en el camino de la vocación 2. María y la vocación laical 3. María y la vocación de vida consagrada 4. María y la vocación sacerdotal

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VI. ORACIÓN MARIANA: DE MARÍA Y A MARÍA

VIL ESPIRITUALIDAD MARIANA DE LAS DIVERSAS VOCACIONES

X. ESPIRITUALIDAD MARIANA Y MISIONERA DE LA IGLESIA A LA LUZ DE LA FIGURA BÍBLICA DE SAN JOSÉ

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1. Devoción y prácticas de devoción mariana 147 2. Piedad o religiosidad mariana popular 152 3. Espiritualidad y evangelización en los santuarios marianos 158 6

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INTRODUCCIÓN

Hacia una exposición sistemática de la espiritualidad mañana de la Iglesia La espiritualidad cristiana, por su misma naturaleza, está centrada en el misterio de Cristo. Es la "vivencia" de los temas cristianos y la reflexión teológica sobre esta misma vivencia. Cualquier tema teológico puede analizarse especialmente desde tres funciones o puntos de vista: científico-sapiencial (buscando el significado profundo), kerigmático-pastoral (presentando los caminos para anunciarlo y hacerlo realidad en la comunidad), "vivencial" (estilo de vida, vivencia, vida "espiritual"). La relación entre teología y espiritualidad, es analógica a la relación entre mariología y espiritualidad mañana. Si se estudia teológicamente la naturaleza de los temas mariológicos, ¿por qué no se pueden estudiar también para la función pastoral y la vivencial? La espiritualidad mañana sería, pues, el estudio teológico de la "vida de fe" en su dimensión mañana (RMa 48). Gracias a los estudios ya realizados en el campo de la mariología general, será posible dar un paso más: elaborar una reflexión teológica sobre la "espiritualidad" o vivencia mañana de los contenidos de la misma mariología. Al querer trazar unas líneas sintéticas para sistematizar la espiritualidad mariana de la Iglesia, nos encontramos con la misma dificultad característica de la espiritualidad general: ¿cuál es su punto de partida, su objetivo, sus etapas, medios...? Se puede partir de conceptos o también de un camino que hay que emprender: ¿una espiritualidad más estática o más dinámica? En su visita a la Facultad Teológica del "Marianum" (Roma), Juan Pablo II invitó a no desconectar la espiritualidad mariana de la espiritualidad cristiana: "En el campo de la espiritualidad, que hoy suscita un amplio interés, los estudiosos de la mariología deberán mostrar la nece9

sidad de una inserción armónica de la 'dimensión mariana' en la única espiritualidad cristiana, porque ella enraiza en la voluntad de Cristo" (Alocución 10 diciembre 1988). Primero hay que delimitar la naturaleza de la espiritualidad mariana. Después se podría indicar un punto de partida o una dimensión: trinitaria, cristológica, pneumatológica, eclesial, antropológica... Lo más importante sería no dejar olvidado ningún punto básico de espiritualidad: contemplación, vocación, perfección, comunidad, compromiso apostólico, discernimiento del Espíritu... Para evitar los doblajes innecesarios con la teología espiritual, hay que ceñirse al aspecto mañano, es decir, al puesto de María en la vida espiritual: oración, vocación, perfección, comunión, misión... Todavía podría profundizarse más, exponiendo estos temas como un proceso o un camino por recorrer, en el que María desempeña una presencia activa y materna: María en el camino de la contemplación, vocación, perfección, etc. La vida espiritual, como vida según el Espíritu Santo, tiene una dimensión mariana ineludible. Los estudios mariológicos han hecho mención explícita al hablar de la devoción mariana. Hay que dar un salto de calidad, como hizo en su tiempo la espiritualidad respecto a la teología moral, y la espiritualidad misionera respecto a la espiritualidad general (cfr. RMi cap. VIII: "Espiritualidad misionera"). La espiritualidad mariana de la Iglesia es un hecho vivencial innegable. Es la "vida de fe" de la Iglesia en relación con María. Toca a la teología realizar la "reflexión sobre la fe" (o "fides quaerens intellectum"), como ha sucedido con otros contenidos de la fe cristiana. En cualquiera de la soluciones que se adopten, María debe aparecer como "Maestra de vida espiritual" (MC 21), "pedagogo del evangelio" (Puebla 29), educadora de la fe de la Iglesia, en su camino de configuración con Cristo y de anuncio del evangelio a todos los pueblos, hacia la visión definitiva.

SIGLAS

AA AG CEC CFL DM DEV DV EN FC GS LE LG MC MD OT PC PDV PO

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Apostolicam Actuositatem (C. Vaticano II, sobre el apostolado de los laicos). Ad Gentes (C. Vaticano II, sobre la actividad misionera). Catechismus Ecclesiae Catholicae (Catecismo "universal", 1992). Christifideles Laici (Exhortación apostólica de Juan Pablo II, sobre la vocación y misión de los laicos: 1988) Dives in Misericordia (Encíclica de Juan Pablo II, sobre la misericordia: 1980). Dominum et Vivificantem (Encíclica de Juan Pablo II, sobre el Espíritu Santo: 1986). Dei Verbum (C. Vaticano II, sobre la revelación). Evangelii Nuntiandi (Exhortación Apostólica de Pablo VI, sobre la evangelización: 1975). Familiaris Consortio (Exhortación Apostólica de Juan Pablo II, sobre la familia: 1981). Gaudium et Spes (C. Vaticano II, sobre la Iglesia en el mundo). Laborem Exercens (Encíclica de Juan Pablo II, sobre el trabajo: 1981). Lumen Gentium (C. Vaticano II, sobre la Iglesia). Marialis Cultus (Exhortación apostólica de Pablo VI, sobre el culto y devoción mariana: 1974). Mulieris Dignitatem (Carta Apostólica de Juan Pablo II, sobre la dignidad y la vocación de la mujer: 1988). Optatam Totius (C. Vaticano II, sobre la formación para el sacerdocio). Perfectae Caritatis (C. Vaticano II, sobre la vida religiosa). Pastores Dabo Vobis (Exhortación Apostólica postsinodal de Juan Pablo II sobre la formación de los sacerdotes: 1992). Presbyterorum Ordinis (C. Vaticano II, sobre los presbíteros). 11

RC RD RH RMa RMi SC SD SDV SRS

Redemptoris Cusios (Exhortación Apostólica de Juan Pablo II, sobre la figura y la misión de San José: 1989). Redemptoris Donum (Exhortación Apostólica de Juan Pablo II, sobre la vida consagrada: 1984). Redemptor Hominis (Primera encíclica de Juan Pablo II: 1979). Redemptoris Mater (Encíclica de Juan Pablo II, sobre el Año Mariano: 1987). Redemptoris Missio (Encíclica de Juan Pablo II, sobre el mandato misionero: 1990). Sacrosanctum Concilium (C. Vaticano II, sobre la liturgia). Salvifici Doloris (Exhortación Apostólica de Juan Pablo II, sobre el sufrimiento: 1984). Summi Dei Verbum (Carta Apostólica de Pablo VI, sobre la vocación: 1963). Sollicitudo Rei Socialis (Encíclica de Juan Pablo II, sobre la cuestión social: 1987).

I. DIMENSIÓN MARIANA DE LA ESPIRITUALIDAD CRISTIANA

1. Naturaleza de la espiritualidad cristiana y relación con el misterio de María 2. Dinamismo de la espiritualidad cristiana y puesto de María 3. Problemas actuales de la espiritualidad cristiana y relación con los temas marianos

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I DIMENSIÓN MARIANA DE LA ESPIRITUALIDAD CRISTIANA

1. NATURALEZA DE LA ESPIRITUALIDAD CRISTIANA Y RELACIÓN CON LA REALIDAD DE MARÍA

A) Naturaleza de la espiritualidad cristiana: Cuando hablamos de "espiritualidad", queremos decir "vida espiritual" o "vida según el Espíritu Santo". San Pablo habla de "caminar en el Espíritu" (Rom 8,4) y de "vivir según el Espíritu" (Rom 8,9). Todavía podemos entender esta "vida" como "vivencia" por parte nuestra y como reflexión teológica sobre esta vivencia.1 Esta vida, por el hecho de ser comunicada por Cristo y consistir en la participación de su misma vida, se llama también "vida en Cristo" (Col 3,3; Gal 2,20; Fil 1,21). Decimos vida "espiritual", para distinguirla de una vida según la "carne" o según el propio egoísmo y pecado, al margen de la caridad: "Vosotros no vivís entregados a la carne (apetitos desordenados), sino que vivís según el Espíritu" (Rom 8,9). La vida "espiritual" equivale a 1 Ver la explicación de "espiritualidad", "teología espiritual", "teología de la perfección", etc., según diversos autores: J. AUMANN, Spiritual theology, London, Sheed and Ward 1984; A.M. BERNARD, Teología espiritual, Madrid, Atenas 1994; L BOUYER, Introduzione alia vita spirituale, Borla, Torino 1965; L. COGNET, Introduction á la vie chrétienne, París, Cerf 1967; J. ESQUERDA BIFET, Caminar en el amor, dinamismo de la vida espiritual, Madrid, Sociedad Educación Atenas 1989; PH. FERLAY, Compendio de la vida espiritual, Valencia, Edicep 1990; A. ROYO MARÍN, Teología de la perfección cristiana, Madrid, BAC 1968; F. Ruiz, Caminos del Espíritu, compendio de teología espiritual, Madrid, EDE 1988; G. THILS, Existence et sainteté en Jésus-Christ, Paris, Beauschesne 1982; C.V. THRULAR, Concetti fondamentali della teología spirituale, Brescia 1971. La teología espiritual estudia la naturaleza, objetivos, etapas y medios de la vida espiritual.

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"caminar en el amor" (Ef 5,2), es decir, "como Cristo nos amó" (Ef 5,2). Es "la vida nueva" (Rom 6,4).2 Se llama también vida "divina " o según Dios, según sus planes salvíficos "conforme al deseo de su voluntad", para ser "un himno de alabanza de su gloria" (Ef 1,11-12). Es, pues, participación en la misma vida trinitaria de Dios amor: "en el Espíritu, por Cristo, al Padre" (Ef 2,18). Esta vida espiritual ("espiritualidad") se refiere a cada persona creyente y a toda la comunidad eclesial. Es, pues, vida personal y comunitaria. Se trata de la espiritualidad de la misma Iglesia como "misterio" (signo claro y portador de Cristo), "comunión" (fraternidad, cuerpo, Pueblo), "misión" (Iglesia enviada a anunciar a Cristo). La Iglesia Esposa vive unida a Cristo Esposo en un proceso de: encuentro, relación, unión, seguimiento, imitación, configuración... Así se hace "sacramento universal de salvación" (LG 48; AG 1), puesto que el rostro de Cristo "resplandece sobre la faz de la Iglesia" (LG 1). Esta vida "espiritual" es vida de santidad o perfección, que consiste en la caridad (LG V), vida de comunión eclesial para construir la misma familia (cuerpo, templo, pueblo) convocada por Jesús, vida comprometida en construir la comunidad humana como reflejo de la comunión trinitaria. La vida espritual es la que corresponde a los "hombres nuevos, creadores de una nueva humanidad" (GS 30). Encontramos, pues, diversas dimensiones de la vida espiritual, según acabamos de resumir: trinitaria, cristológica, pneumatológica, eclesial, antropológico-sociológica... Y podrían añadirse otras dimensiones: contemplativa, vocacional, litúrgica, misionera, etc. A quien esté habituado a estudiar la palabra de Dios, los documentos de la Iglesia (liturgia, magisterio, Santos Padres...) y la vida de los santos, le resultará fácil encontrar en todos estos datos y dimensiones de la espiriritualidad cristiana, un aspecto mañano que les es connatural. B) Relación con la realidad de María: En todo el campo de la espiritualidad cristiana habrá que tener en cuenta su "dimensión mariana". Todos los temas de mariología deben ser estudiados en relación con el misterio de Cristo, nacido de María y que la asocia a la obra redentora como modelo y Madre de la Iglesia. La espiritualidad "cristiana" debe encontrar esta dimensión mariana como

parte integrante y garantía de la misma espiritualidad. Se trata de "la necesidad de una inserción armónica de la 'dimensión mariana' en la única espiritualidad cristiana, porque ella enraiza en la voluntad de Cristo".3 María manifiesta "desde el principio, una apertura total a la persona de Cristo, a toda su obra y misión" (RMa 39). Al decir que "sí" al mensaje del ángel (para ser madre virginal del Señor), "ella acogió y entendió la propia maternidad como donación total de sí, de su persona, al servicio de los designios salvíficos del Altísimo" (RMa 39). En todo el campo de la vida espiritual, como vida en Cristo y vida según el Espíritu, según los planes salvíficos de Dios, María es "Tipo" de la Iglesia, como su modelo, ayuda y personificación: "La Bienaventurada Virgen... está unida al Hijo Redentor, y... está unida también íntimamente a la Iglesia. La Madre de Dios es Tipo de la Iglesia, en orden de la fe, de la caridad y de la perfecta unión con Cristo. Porque en el misterio de la Iglesia que con razón también es llamada madre y virgen, la Bienaventurada Virgen María la precedió, mostrando en forma eminente y singular el modelo de la virgen y de la madre" (LG 63). La relación de María con la Iglesia es también de maternidad, puesto que "coopera con materno amor" a la "generación y educación de los fieles" (LG 63). Efectivamente, María "es verdaderamente madre de los miembros de Cristo por haber cooperado con su amor a que naciesen en la Iglesia los fieles, que son miembros de aquella cabeza, por lo que también es saludada como miembro sobreeminente y del todo singular de la Iglesia, su prototipo y modelo destacadísimo en la fe y caridad y a quien la Iglesia católica, enseñada por el Espíritu Santo, honra con filial afecto de piedad como a Madre amantísima" (LG 53) La Iglesia esposa se va haciendo fiel a Cristo Esposo a imitación de María y con su ayuda: "es virgen que custodia pura e íntegramente la fe prometida al Esposo, e imitando a la Madre de su Señor, por la virtud del Espíritu Santo conserva virginalmente la fe íntegra, la sólida esperanza, la sincera caridad" (LG 64). "La Iglesia, reflexionando piadosamente sobre ella y contemplándola en la luz del Verbo hecho hombre, llena de veneración entra más profundamente en el sumo misterio de la Encarnación y se asemeja más y más a su Esposo" (LG 65). La doctrina mariana del concilio Vaticano II (LG VIII) presenta a María en relación con el misterio de Cristo y con el misterio de la Iglesia, en vistas a subrayar la relación de la Iglesia con María. Ahora bien, la Iglesia está llamada a la santidad por un proceso de caridad, a partir de la vida ordinaria y del propio estado de vida (LG V). Es esta Iglesia,

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"El que ya no vive según la carne, sino que obra según el Espíritu de Dios, es calificado como hijo de Dios y se hace conforme a la imagen del Hijo de Dios; por esto se llama espiritual" (SAN BASILIO MAGNO, De Spiritu Sancto, cap. 26, n.61:PG 32,179). 16

3 JUAN PABLO II, Alocución 10 diciembre 1988, en su visita a la Facultad Teológica del "Marianum" (Roma): "Insegnamenti di Giovanni Paolo II", XI/4 (1988) 1831-1836.

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llamada a la santidad (LG V) y que mira a María como su modelo y Madre (LG VIII), la Iglesia "sacramento" o signo transparente y portador de Cristo para todos los pueblos (LG I y ss.), la Iglesia de la Palabra que debe vivir y anunciar ("Dei Verbum"), la Iglesia que celebra el misterio pascual ("Sacrosantum Concilium"), la Iglesia en medio del mundo como fermento evangélico ("Gaudium et Spes"). De esta Iglesia, María es modelo y Madre, presente en su caminar con una presencia activa y materna:

LG V (Santidad)

- LG ("sacramento") - DV ("Palabra") - SC (misterio pascual) - GS (en el mundo)

LG VIII (María)

2. DINAMISMO DE LA ESPIRITUALIDAD CRISTIANA Y PUESTO DE MARÍA A) Dinamismo de la espiritualidad cristiana: La vida espiritual es un proceso, un camino de vida en Cristo, vida en el Espíritu, vida en Dios. La vida en Cristo moldea los proprios criterios, escala de volores y actitudes en un proceso de configuración y de relación amistosa con él: relación, unión, amistad, imitación, transformación... (Jn 15,4ss). La vida en el Espíritu transforma a la persona por un proceso de purificación, iluminación y unión, hasta hacerla "transparencia" o "testigo" del mismo Cristo (Jn 15,26-27; 16,14). La vida en Dios comunica una sintonía con sus planes o voluntad salvífica, hasta recapitular toda la humanidad y toda la creación en Cristo (Ef 1,3-14; Col 1,9-17). Este proceso espiritual o de perfección tiene como "prenda" y "sello" al Espíritu Santo, que es Espíritu de amor (Ef 1,11-12). Es proceso de fe, esperanza y caridad, con una acción especial del mismo Espíritu (sus "dones"), hasta que la persona (y la comunidad) vayan reaccionando al estilo de Cristo: amando y perdonando, sembrando y anunciando la paz, unificando los corazones y las comunidades, según las bienaventuranzas y mandato del amor. Es un proceso de fidelidad al Espíritu Santo, enviado por Cristo en nombre del Padre (Jn 15,26), presente en el corazón de los creyentes, comunicando luz sobre el mensaje evangélico (Jn 16,13), transformando a cada seguidor de Cristo en su "gloria" o expresión (Jn 17,10). La vida "espiritual" se concreta en el discernimiento de la acción del 18

Espíritu y en la fidelidad generosa respecto a su presencia (actitud relacional), su luz (apertura) y su acción (compromiso).4 La vida espiritual es, pues, un camino hacia Dios, que pasa por el corazón unificándolo. Es camino de vida teologal (fe, esperanza, caridad, reforzadas por los dones del Espíritu Santo), camino de bautismo (como configuración con Cristo), camino de bienaventuranzas (para obrar siempre amando), camino de crecimiento armónico de la personalidad humana como imagen de Dios, camino de armonía con las realidades humanas, camino de comunión con todos los hermanos... Es siempre camino de "éxodo" (dejando el pecado y pasando el mar Rojo), "desierto" (dejándose iluminar por la palabra de Dios en el Sinaí), "Jerusalén" (para unirse con Dios). Por esto se ha llamado camino de purificación, iluminación y unión, como proceso de vaciarse del egoísmo, para llenarse de Dios y hacer de la propia vida una donación a Dios y a los hermanos.5 B) Puesto de María en el dinamismo o proceso de la espiritualidad: María está presente, de modo activo y materno, en todo el camino de la vida espiritual: vocación (llamada y respuesta), contemplación (relación personal con Dios), perfección (virtudes, dones..., ascética, mística), comunión (construcción de la vida fraterna en la caridad de Cristo), misión (disponibilidad misionera), etc.6 4

AA.VV, Credo in Spiritum Sanctum, Atti del Congresso Internazionale di Pneumatologia, Lib. Edit. Vaticana 1983; D. BERTETTO, LO Spirito Santo e santificatore, Roma, Pro Sanctitate 1977; L. BOUYER, II Consolatore, Roma, Paoline 1983. ID, Le Consolateur, París, Cerf 1980; J. CASTELLANO, La missione nel dinamismo dello Spirito Santo, en: Spiritualitá della missione, Roma, Teresianum 1986, 79-100; Y.M. CONGAR, Je crois en l'Esprit Saint, Paris, Cerf 1979; J. ESQUERDA BIFET, Agua viva, Discernimiento y fidelidad al Espíritu Santo, Barcelona, Balmes 1985; ID, Espiritualidad mañana comofidelidada la misión del Espíritu Santo, "Estudios Marianos" 41 (1977) 45-58; E. LLAMAS, El Espíritu Santo y María, unidos en la obra salvífica, en: AA.VV., El Espíritu Santo..., XXXII Semana Española de Misionología, Burgos 1980, 155-197. 5 Así lo han resumido, desde tiempos patrísticos, los grandes autores espirituales. Las clasificaciones son siempre inexactas, porque la presencia, la luz y la acción amorosa de Dios, producen simultáneamente (aunque con diversa intensidad), purificación, iluminación y unión (Jn 15,2-15). La acción del Padre (por Cristo y en el Espíritu) tiende a la "mística" (intimidad) por medio de sus dones, que reclaman nuestra colaboración y "esfuerzo" ("ascética"). Ver: R. GARRIGOU LAGRANGE, Las tres edades de la vida interior, Madrid, Palabra 1980. 6 Los manuales de espiritualidad presentan el tema mariano principalmente como un medio de santificación. Ver la nota 1. 19

' Con María y con su ayuda, la Iglesia aprende a responder a las llamadas de Dios (vocación: Le 1,38), a recibir la Palabra de Dios en el corazón (contemplación: Le 2,19.51), a asociarse a Cristo para amar como él (perfección: Jn 2,4-5; 19,25), a servir a la comunidad unificándola (comunión: Act 1,14), a ser signo claro e instrumento portador de Cristo para todos los hombres (misión: Apoc 12,lss). El proceso de perfección, en cada creyente y en toda la Iglesia, encuentra en María un ejemplo acabado. "Mientras que la Iglesia en la Beatísima Virgen ya llegó a la perfección, por la que se presenta sin mancha ni arruga (cf. Ef 5,27), los fieles, en cambio, aún se esfuerzan en crecer en la santidad venciendo el pecado; y por eso levantan sus ojos hacia María, que brilla ante toda la comunidad de los elegidos, como modelo de virtudes" (LG 65). En todo el proceso de vida cristiana (perfección), María tiene un "influjo salvífico" (LG 60). "Porque María, que habiendo entrado íntimamente en la historia de la Salvación, en cierta manera en sí une y refleja las más grandes exigencias de la fe, mientras es predicada y honrada atrae a los creyentes hacia su Hijo y su sacrificio hacia el amor del Padre" (LG 65). El camino de perfección es un proceso de fe, esperanza y caridad, como configuración con Cristo, bajo la acción santificadora del Espíritu, según la voluntad salvífica del Padre. "La Iglesia, buscando la gloria de Cristo, se hace más semejante a su excelso tipo, progresando continuamente en la fe, la esperanza y la caridad, buscando y bendiciendo en todas las cosas la divina voluntad" (LG 65). "La Iglesia venera en María la realización más pura de la fe" (CEC 149). En este proceso de espiritualidad cristiana, de vocación, contemplación, perfección, comunión y misión, María está activamente presente, como modelo, madre, medianera:

María presente

En el camino de perfección

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mo especiaVmtcAí, como realidades de gracia que transforman la vida. La doctrina sobre María, como parte integrante de la doctrina sobre el Misterio de Cristo, se convierte en vivencia "espiritual". Al mismo tiempo, la Iglesia mira a María para imitar su vida de fe y ser ayudada por ella en esta misma vida de fe: "La Santísima Virgen avanzó en la peregrinación de la fe" (LG 58). En este sentido, María es "Tipo y ejemplar acabadísimo en la fe y en la caridad" (LG 53). Y de ahí deriva, por parte de la Iglesia, no sólo la imitación, la súplica de intercesión, sino también el "afecto de piedad filial" (LG 53). La espiritualidad mañana es, pues, una realidad histórica en la vida y en la doctrina de la Iglesia, y, de modo especial, en la vida y doctrina de los santos y de las comunidades eclesiales de todos los tiempos, esparcidas por todas las naciones: "Además, la espiritualidad mañana, a la par de la devoción correspondiente, encuentra una fuente riquísima en la experiencia histórica de las personas y de las diversas comunidades cristianas, que viven entre los distintos pueblos y naciones de la tierra. A este propósito, me es grato recordar, entre tantos testigos y maestros de la espiritualidad mañana, la figura de San Luis María Grignion de Montfort" (RMa 48). Este "hecho " mariano vivencial, que es realidad permanente en la Iglesia, cuando se trata de plasmarlo en terminología concreta, ha recibido diversos nombres: piedad o devoción mañana, ascética y mística ma29

riana, teología espiritual mariana, espiritualidad mariana. La palabra "piedad" o "devoción" indicaría la actitud de los creyentes por medio de actos devocionales y de culto; es un tema clásico en los tratados de mariología, cuando hablan de la devoción y del culto mariano. La expresión "ascética y mística mariana" indicaría el proceso de la vida espiritual ayudándose de María como modelo y como medio peculiar de esta misma vida; los tratadistas de espiritualidad general no dejan de hacer alusión (aunque sea brevemente) a esta faceta mariana de la vida espiritual. La frase "espiritualidad mariana" es hoy comunmente aceptada, no sólo por la inclusión oficial en el magisterio de la Iglesia (RMa 48), sino también porque en las Facultades de Teología (con especialización en Espiritualidad o en Mariología) ya es normal un curso ordinario sobre este tema concreto: "Espiritualidad mariana", "Espiritualidad mariana de la Iglesia", "Dimensión misionera de la espiritualidad mariana", etc.1 La actitud relacional de la Iglesia con María es una de las notas características de la encíclica "Redemptoris Mater". La Iglesia, y cada creyente, vive una "presencia activa y materna" de María (cfr. RMa 1, 24, 28, 48, 52), en "comunión de vida" con ella (RMa 45, nota), dejándola entrar "en todo el espacio de la vida interior" (RMa 45), como expresión de una "vida de fe" a imitación de María (RMa 48). Todo ello es consecuencia de poner en práctica el encargo del Señor: "He aquí a tu Madre... el discípulo la recibió en su casa" (Jn 19,25-27). Orígenes señalaba que para captar el "sentido del evangelio", hay que imitar al discípulo amado, "recibiendo a María como Madre"2. En los documentos magisteriales de la Iglesia, María aparece como "Maestra de vida espirituaF (MC 21), en todo el "itinerario de fe" (RMa 2, 27, 48, 49), con una "presencia activa" y "materna" (RMa 1, 24; RH 22). La Iglesia, ante esta realidad activa y relacional, queda invitada a 1

Estos cursos pueden verse en los programas de estudio de algunas Universidades y Facultades: Marianum, Teresianum, Urbaniana, Salesiana, Institutos de Espiritualidad... Se han dedicado ya a este tema algunas semanas, asambleas y simposiums: AA.W., Fundamentos teológicos de la piedad mariana, "Estudios Marianos" 48 (1983); AA.W., La spiritualitá mariana della Chiesa alia luce dell'encíclica "Redemptoris Mater", Roma, Teresianum 1988; AA.W., María en la espiritualidad de la iglesia, Madrid, Cocuisa, SME 1972; AA.W., La spiritualitá mariana: legitimitá, natura, articolazione, Roma, Pont. Facoltá Teológica "Marianum" 3-6 novembre 1992. Los diversos tratados de mariología estudian algunos aspectos de nuestro tema al hablar del culto y devoción; ver manuales actuales en el capítulo IV, nota 3. La Pontificia Facultad Teológica del "Marianum" celebró un simposium internacional sobre este tema: La spiritualitá mariana: legitimitá, natura, articolazione (Roma, 3-6 novembre 1992). 2 Comm. in Ioann., 1,6: PG 14,31 (citado por RMa 23, nota 47). Se puede hablar, pues, de un "sentido mariano" o estilo y "espíritu" mariano de captar el evangelio. 30

entrar en sintonía con el "amor materno" de María (RMi 92; LG 65). La actitud relacional de la Iglesia con la Virgen presupone la presencia de María; es una presencia real, afectiva y efectiva, recordada y vivida, que reclama por parte de la Iglesia una reflexión teológica. Tal vez por no haberse prestado la suficiente atención a la teología de la espiritualidad mariana, tampoco se ha profundizado en esta verdad mariana (su presencia en medio de la Iglesia), que está en estrecha relación con la presencia de Cristo resucitado (que sigue asociando a María en la obra salvífica). Los santos más marianos invitaban a vivir la vida de María, en relación con su presencia activa, para que por medio de esta unión con María, pudieran entregarse totalmente a Cristo como ella.3

2. NATURALEZA Y DATOS FUNDAMENTALES DE LA ESPIRITUALIDAD MARIANA Hay que distinguir entre la expresión "espiritualidad mariana" y su contenido. Lo que está en juego no es propiamente la expresión, sino el significado y el alcance de la misma. Si por "espiritualidad" se entiende docilidad a las gracias (o carismas) del Espíritu Santo (a modo de "vida según el Espíritu": Gal 5,25), la espiritualidad mariana sería una actitud de fidelidad a lo que el Espíritu Santo comunica a la Iglesia en relación con María. La espiritualidad mariana ayuda a la Iglesia a vivir la relación esponsal con Cristo, como realidad profundamente bíblica, que es base de la teología patrística, de la vida litúrgica y de la vida evangélica del seguimiento radical de Cristo. Leyendo con atención los documentos marianos, conciliares y postconciliares, se nota en ellos no sólo un contenido doctrinal de conceptos, sino también una invitación a adoptar unas actitudes eclesiales (personales y comunitarias) respecto a María. Estas actitudes son de fidelidad a la Palabra, a la voluntad de Dios, a la acción del Espíritu Santo, así como de relación personal con Cristo, con María y con la Iglesia. Al sentirse unida e identificada con María, la Iglesia adopta una actitud de fidelidad y de relación más profunda con Cristo Esposo: "La Iglesia, meditando piadosamente sobre ella, y contemplándola a la luz del Verbo hecho hombre, llena de reverencia, entra más a fondo en 3

Al hablar de la "espiritualidad mariana", Juan Pablo II hace referencia a estos santos: "A este propósito, me es grato recordar, entre tantos testigos y maestros de la espiritualidad mariana, lafigurade San Luis María Grignion de Montfort"... (RMa 48). En la nota 143 (del mismo n.48) se remite al Tratado de la verdadera devoción de la Santísima Virgen (Montfort) y al Las glorias de María (San Alfonso María de Ligorio). Sobre San Bernardo: RMa 6 y nota 16. 31

el soberano misterio de la Encarnación y se asemeja cada vez más a su Esposo" (LG 65). Por esto, la espiritualidad mariana es eminentemente cristocéntrica y eclesial. "Los Padres griegos y la tradición bizantina, contemplando a la Virgen a la luz del Verbo hecho hombre, han tratado de penetrar en la profundidad de aquel vínculo que une a María, como Madre de Dios, con Cristo y la Iglesia: la Virgen es una presencia permanente en toda la extensión del misterio salvífico" (RMa 31). Por esto "María pertenece indisolublemente al misterio de Cristo y pertenece además al misterio de la Iglesia" (RMa 27). Los contenidos y datos fundamentales de la espiritualidad mariana de la Iglesia podrían resumirse en los siguientes: 1°) Actitud "vivencial" de los temas marianos, orientada hacia un "afecto de piedad filial" (LG 53) que incluya conocimiento, imitación, relación, petición, celebración... 2S) Relación de "intimidad" con María, a modo de "comunión de vida" (RMa 45, nota 131), viviendo la realidad de su presencia en la vida de cada persona y de cada comunidad eclesial. 3g) Aceptación efectiva de su "influjo salvífico" (LG 60), como dejándola entrar y actuar "en todo el espacio de la vida interior, es decir, en el 'yo' humano y cristiano" (RMa 45). La reflexión teológica sobre esta vivencia mariana de la Iglesia debe, pues, centrarse en la actitud vivencial ("espiritual", devocional, cultual) de los temas marianos, que incluye la actitud interrelacional y la dependencia efectiva y afectiva de dejarse moldear para transformarse en Cristo. Esta realidad mariana de la Iglesia hace descubrir y vivir la "presencia activa y materna " de María en todo el proceso de perfección o de la vida espiritual: virtudes teologales y morales con los dones del Espíritu Santo (también como sintonización con los criterios, valores y actitudes de Cristo), vida contemplativa, vida comunitaria, vida apostólica, vida social... Todos participamos de la fe de María, que "permanece en el corazón de la Iglesia" (RMa 27), como un bien que debe desarrollarse en un proceso de santificación y de misión.

Reflexión teológica sobre:

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