Ensayo Sobre Problemas Sociales

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República Bolivariana de Venezuela Universidad Bicentenaria de Aragua Centro de Estudios Avanzados San Cristóbal Estado Táchira

PROBLEMAS QUE ENFRENTAN LAS CIECIAS SOCIALES EN EL CONTEXTO DE LA INVESTIGACIÓN CIENTIFICA (Ensayo)

Participantes: Wilmer Rincón Montañez Sandra Rodríguez de A. Carolina Rodríguez Irma Zambrano Facilitador: Dr. Castro. Asignatura: Filosofía de las Ciencias Educativas.

San Cristóbal, Diciembre de 2013

En la sociedad globalizada del siglo XXI, las redes de conocimiento constituyen las máximas expresiones del hombre como productor de conocimientos y su necesidad de intercambiar y transferir lo que aprende y lo que crea, a partir de la interacción social dentro de una plataforma tecnológica y un contexto muy particular. La generación de conocimiento científico está estrechamente relacionada con las organizaciones formales que se crean para ello, los procesos de investigación que se desarrollan en ellas son el resultado de una integración tanto de recursos intelectuales como financieros.

Las ciencias sociales deben generar conocimientos sobre la realidad contextual que se vive, pueden definirse como un sistema de categorías y conceptos que ofrecen una cosmovisión diferente del mundo, que enriquece la imaginación, la cultura y la dinámica social, además, la comprensión de los fenómenos sociales desde la investigación de los procesos actuales permite la producción de nuevos conocimientos y su impacto práctico en la sociedad. Estas ciencias encuentran en su sentido humanista la demostración fehaciente de que se encuentra al servicio del hombre y no a la inversa; es una herramienta que ayuda a la transformación del individuo y su entorno, asumiendo los elementos propios de la configuración de un campo social que hoy es diferente, sin embargo, dentro de los cambios de la ciencia, las interpretaciones

sobre

la

realidad

han

puesto

el

papel

complejo

de

la producción de conocimiento científico en el mundo actual, ya que este no está solamente supeditado al desarrollo de productos e innovaciones tecnológicas que mejoren las condiciones de vida de la sociedad, sino también se relaciona con el ámbito de lo social y lo humano.

Ahora bien, es preciso hacer mención a la investigación social, la cual se puede definir como el proceso que, utilizando el método científico, permite obtener nuevos conocimientos en el campo de la realidad social (investigación pura) o que permite estudiar una situación social para diagnosticar necesidades y problemas a los efectos de aplicar los conocimientos con finalidades prácticas (investigación aplicada). Los primeros en utilizar el método científico en las ciencias sociales fueron los economistas del siglo XIX, como por ejemplo, Karl Marx, Cournot y Walras.

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Existen dos precisiones importantes sobre la acción investigadora; en primer lugar, es sistemática, es decir, está basada en relaciones lógicas fiables y no únicamente en creencias personales. No obstante, duda de si los resultados obtenidos son significativos y apunta las limitaciones inherentes a la investigación. Esta búsqueda implica en primer lugar la fijación de un objetivo, por tanto, dentro de la diversidad existe el propósito de describir un fenómeno y la búsqueda de respuestas y explicaciones que lo atañen.

La investigación es un proceso formal, sistemático, estructurado e interdisciplinario que va encaminado al descubrimiento de nuevos conocimientos en el campo de las ciencias, basado en hechos verificables conectados de manera lógica con el fin de concluir en conocimiento científico no conocido o comprobado, es decir, nuevo conocimiento. García Quiroz y Montoya (2006), plantea que, la investigación social constituye el proceso en el que se aplica el método y las técnicas científicas al estudio de situaciones o problemas de la realidad social. Y tiene como objetivo, ampliar los conocimientos en ciencias sociales, a partir de las respuestas encontradas. La investigación social, involucra la creación de conocimiento sobre las instituciones, los grupos, las personas, a partir de sus relaciones sociales. (p.1)

De lo anterior expuesto, se puede deducir que la investigación social es una actividad que es realizada por el hombre y que busca descubrir algo que se desconoce así como, permitirá enfocar los problemas desde una perspectiva global, considerando la sociedad como un todo, según su dinámica y vínculos internos y externos de su acontecer histórico. De manera que, la realidad social es un producto humano y como tal no está sujeta a leyes inmodificables, sino a grandes tendencias institucionalizadas de comportamiento que varían con el tiempo y con las diferentes culturas, es incierta en esencia porque como producto cultural, el ser humano también puede transformarla, esto quiere decir que toda realidad social está enmarcada en un momento histórico determinado y con referentes propios de aquel momento histórico para una cultura determinada.

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Desde la configuración definitiva de la especie, los seres humanos han tenido la necesidad de actuar sobre la realidad material exterior a su propio interior, una actuación que ha comportado necesariamente su transformación históricamente paulatina como seres en sociedad. Esta necesidad imprescindible de actuar ha puesto en relación el mundo exterior al ser humano con su mundo interior. La relación básica se ha establecido a través de la actividad cognoscitiva: las personas necesitan conocer en su interior mediante la fabricación de imágenes e ideas (es decir, la razón cómo facultad específica de los seres humanos y pensamiento cómo actividad resultante de esta facultad) para operar en la realidad espaciotemporal que les circunda y transformarla en el sentido que ellos deseen. El trabajo interior (de la razón y la actividad pensadora) sobre el mundo exterior, es lo que termina por fabricar conocimiento.

Una segunda particularidad esencial de las ciencias sociales viene derivada de la propia naturaleza de la realidad social de la que se ocupa, en efecto, lo social, entendido en sentido total, se caracteriza por su: diversidad, complejidad, variabilidad e inmaterialidad. Lo social se ocupa de múltiples aspectos de la acción humana y a su vez de las relaciones que entre ellos existen y de sus continuas fluctuaciones. Esos aspectos y sus relaciones de interdependencia acaban fabricando un ente inmaterial que es eso que denominamos (convencionalmente) lo social y que ampara al mismo tiempo al ser individual y sus múltiples creaciones en colectividad. Incluso, podría decirse que lo social es un todo muy sensible en la medida en que cualquier variación de una de las variables puede afectar al conjunto social en pleno, al contrario que en el mundo de la naturaleza donde las cosas sólo pueden ser afectadas por las acciones físicas de otros agentes.

Es evidente que no todo el conocimiento que los seres humanos fabrican sobre lo social tiene las características del conocimiento científico, así, por ejemplo, existe un conocimiento impresionista basado en apreciaciones únicamente fundadas en la experiencia personal. Se dan también casos de conocimiento ideológico de la realidad social fundamentados en consignas apriorísticas que encajonan la realidad. Existen, no lo

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olvidemos, intentos metasociales de explicar la realidad social a través de fuerzas extraterrenales, como es el caso de todos los pensamientos de corte teológico.

Se puede inferir que, el problema central no ha sido históricamente la existencia de este tipo de explicaciones acientíficas de lo social sino la discusión sobre si la realidad social puede ser analizada científicamente, es decir la posibilidad de que las ciencias sociales sean consideradas verdaderamente ciencias en pie de igualdad con las de la naturaleza. Después de muchas polémicas ha ido triunfando una visión abierta que considera a la ciencia como una actividad que produce un conocimiento permanentemente perfectible según aparezcan nuevas evidencias empíricas de la realidad o nuevas formas de entender las antiguos datos factuales. Aun dentro de esta concepción abierta es cierto que hay quien argumenta que por ciencia debe entenderse un conocimiento exacto, formalizado, completo y eficiente para la actuación y la previsión: las ciencias físicas serían, al menos en teoría, en este caso el paradigma perfecto de cientificidad. Ante esta última definición, las ciencias sociales no podrían considerarse como tales ciencias ya que no pueden producir este tipo de conocimientos y no han conseguido tal grado de perfección metodológica para producir resultados exactos y totalmente objetivos.

Desde otra perspectiva, parece ya generalmente aceptado que el conocimiento científico no se remite exclusivamente (aunque si en gran parte) a la naturaleza de los resultados (por lo demás siempre perfeccionables), sino que se refiere a aquel tipo de conocimiento de la realidad que está conseguido de una determinada manera, mediante un determinado estilo de pensamiento y acción, para conseguir reproducciones conceptuales de las estructuras de los hechos, es decir para fabricar teorías factuales siempre parciales y falibles, las cosas pueden adoptar otros aires.

Ocurre, sin embargo, que las particularidades específicas del objeto de estudio que abordan las disciplinas sociales, les obligan no a tener un método específico, que por lo demás es el mismo que el de la ciencia en general, sino unas determinadas metodologías particulares de estudio según la parcela concreta de lo social que cada disciplina aborde, es decir, las

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ciencias sociales siguen la estrategia general de la ciencia para conseguir conocimiento (el método científico) aunque naturalmente deben aplicar metodologías específicas según cada caso.

Así que el término método se refiere a lo que puede considerarse el método científico por excelencia (hipotético-deductivo) y, al tiempo, se refiere también a las formas que éste va tomando cuando se va concretando en la investigación de cada parcela de la realidad, en cada disciplina. Su significado se deduce siempre del contexto en el que es utilizado. Dicho de otra forma, unas veces es empleado en un sentido general para definir aquel conjunto de operaciones generales comunes a cualquier ciencia: inducción y deducción, análisis y síntesis, planteamiento de hipótesis y su comprobación, etc. En otras ocasiones se refieren a las metodologías particulares que cada disciplina aplica y construye para resolver sus propios problemas.

Al respecto, el método científico es la unidad de la ciencia y los objetos de estudios son los que determinan su diversidad. Así, pues, la delimitación de las ciencias sociales respecto a las naturales no consiste en que sean ciencias de esencia diferente ni que sus métodos sean distintos, sino que tratan de aspectos de la realidad observable y comprensible que son diferentes y propios de cada uno de estos tipos de ciencias. En el caso de las Ciencias Sociales es cierto y evidente que existen algunos obstáculos epistemológicos en cada una de estas variables que ocasionan problemas específicos con relación a los que poseen las disciplinas naturales, es decir, existen circunstancias específicas que dificultan la consecución de un conocimiento científico de carácter objetivo; circunstancias hemos dicho pero no imposibilidades.

Desde luego no es posible que el ser humano obvie absoluta y totalmente, a título individual, sus convicciones ético-políticas previas inculcadas en el proceso de socialización y a través de la educación. De lo que se trata en ciencias sociales es de cumplir una doble obligación: una, ética: obviar toda falta de objetividad conscientemente practicada. No alterar los hechos por ser molestos a nuestras convicciones es premisa ética

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en la investigación científica; otra, epistemológica: intentar aplicar al objeto de lo social un método que impida la distorsión valorativa entre el objeto y nuestro conocimiento del mismo. Instaurar históricamente un método correcto es una necesidad social trasformada en imperativo epistemológico.

La investigación sobre lo social es posible como bien lo demuestra la existencia histórica de una tradición ya más que centenaria. Gracias a las investigaciones sociales se ha ido adquiriendo nuevos conocimientos que han sido puestos en contraste con la realidad a través de la propia práctica político-social. El desfase entre el desarrollo de las ciencias sociales y el de las ciencias naturales es uno de los principales motivos de los actuales desequilibrios en las sociedades modernas. De ahí que el reto epistemológico en las ciencias sociales sea no sólo la cuestión candente de la ciencia en general sino uno de los problemas centrales de la propia humanidad.

Para el individualismo metodológico, la sociedad no es una especie de organismo sino únicamente un agregado de personas que se comportan de manera inteligente influyéndose de un modo directo y mediato en forma bastante comprensible. No es extraño, pues, que el individualismo metodológico crea que el conocimiento social debe basarse en la comprensión de las intenciones y los significados conscientes de los individuos, lo que de hecho ha llevado a posiciones epistemológicas de carácter ideográfico, es decir de compresión profunda de un sólo fenómeno o acontecimiento social como mecanismo para entender lo social. Lo individual, lo específico es el objeto propio de las ciencias sociales que debe ser captado mediante la comprensión que facilita la participación del propio investigador en el objeto estudiado, la identificación imaginativa de las posiciones del otro, la intuición, la empatía. Por el contrario, el holismo metodológico parte de la premisa de que lo social debe estudiarse a través del conjunto, instaurando así el concepto totalidad social como pivote esencial de su forma de analizar la realidad social. Deriva esta posición de los primeros esfuerzos sociológico de Durkheim para el cual la sociedad no era un mero agregado de individuos sino el sistema formado por la asociación de estos, colectividad que se constituye en una realidad específica y diferenciada de los individuos que en ella actúan.

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El abanico de problemas es casi sin fin y abarca las injusticias socioeconómicas cada vez más pronunciadas; la desintegración de muchas redes sociales, y, a la vez, la reestructuración de nuevos tipos de redes (por ejemplo virtuales); el desarraigo cultural por desplazamientos y migraciones masivos, ya sea por causas económicas, de violencia o ambientales; los cambios por la homogeneización de los patrones culturales en todo el mundo (comida, tipo de vestido, televisión, cine, etc.); la violencia, las guerras y los conflictos locales, regionales y globales; así como las sin precedentes transformaciones antrópicas masivas sobre el entorno natural, que han generado degradación, contaminación y destrucción, y cuyas consecuencias e implicaciones a largo plazo aún no son del todo previsibles en su conjunto.

En conclusión, se debe evidenciar los valores e intereses que subyacen a la ciencia (que no son neutrales); cuestionar las bases epistemológicas eurocéntricas de las ciencias sociales; recuperar la filosofía para entender el porqué y el para qué del conocimiento; establecer diálogos sin jerarquías entre los diferentes conocimientos y saberes (lo cual implica a la vez superar las fronteras disciplinarias); reconocer, entender y asimilar los avances. En la actualidad, las ciencias sociales y humanas tienen un rol clave en el análisis de las transformaciones sociales y culturales relacionadas con adelantos tanto científicos como tecnológicos. Estos procesos a menudo generan nuevos problemas éticos y sociales a los que es preciso encontrar solución; son cambios que implican desafíos y riesgos.

El aporte de las ciencias sociales y humanas comienza, en este contexto, por consolidar los vínculos entre la investigación científica y la formulación de políticas que no pierdan de vista los derechos humanos. También es fundamental su contribución desde la investigación empírica al interpretar el entorno social, cultural y económico. Así, es posible analizar las tendencias a fin de favorecer un plan de acción cada vez más ajustado, que incluya el fomento de la paz y el diálogo entre culturas y civilizaciones. Desde tal dinámica, estas ciencias contribuyen al desarrollo sostenible (principalmente en su dimensión social), pero también a la consecución de diversos objetivos acordados por la

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UNESCO en el plano internacional, como la erradicación de la pobreza y la lucha contra el racismo, entre otros.

Las ciencias sociales deben articular e interactuar con las dinámicas del mundo de la vida, y lograr la toma de conciencia actual de los actores sociales para comprender el mundo y proyectarlo a futuro en todas las dimensiones. Las transformaciones y rupturas que han acontecido en los últimos años enfrentan a los sujetos a desafíos que precisan nuevos conceptos, no obstante la gran acumulación de conocimientos elaborados en los estudios de las ciencias sociales durante largos períodos, deben evaluarse de forma crítica para presentar las re-definiciones teóricas y prácticas de la realidad actual.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Mario BUNGE. La investigación científica. Su estrategia y su filosofía. Barcelona-CaracasMéxico: Editorial.

Méndez, J. (2013). Guía Holopráxica para Trabajos Didácticos. Universidad Bicentenaria de Aragua, Núcleo Táchira.

Quiroz A, y Montoya M, (2006). La Investigación Social. Universidad de Antioquia: Colombia.

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