Ensayo Sobre El Hombre

ENSAYO: “El hombre, un ser distinto” Autor: Marco Alberca Balarezo. I. Introducción La pregunta por el ser del hombre n

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ENSAYO: “El hombre, un ser distinto” Autor: Marco Alberca Balarezo. I.

Introducción La pregunta por el ser del hombre no es nueva, a lo largo de la historia, el hombre se ha preguntado por el hombre, queriendo descubrir en cada pregunta que se ha planteado aquello que le ayude a encontrarse con sentido en esta vida que le ha sido dada, es por este motivo que considero importante volver a replantear la pregunta por el ser del hombre, con el deseo de encontrar en la respuesta aquello que ayude al ser humano a descubrirse como persona.

II.

Desarrollo A lo largo de su historia, el ser humano ha manifestado una inquietud creciente por saber, por conocer, por alcanzar la verdad. Es a partir de la admiración y el asombro que le produce la vida, que el hombre se interesa por lograr encontrarle un sentido a su existencia. El deseo de saber, forma parte del ser humano, denota un deseo innato de lograr aquello que le dé sentido a su vida. 2.1 Un cuerpo con alma Un primer aspecto que debe ayudar al hombre a descubrirse es que la vida que posee se rige a partir de un principio de vida que llamamos alma, el mismo que hace que el cuerpo sea un cuerpo humano, de allí que el alma se constituye en la forma o principio determinante y especificativo de la persona, es el componente que al fundirse con el cuerpo, hace de él una persona. Por eso Aristóteles la define como “aquello por lo cual radicalmente vivimos, sentimos y entendemos"1 Y es que el alma en el hombre, le permite descubrir algo que los demás seres no pueden hacer, me refiero a hecho de que siendo el alma espiritual, permite al ser humano darse cuenta que no es un animal o una planta, todo lo contrario, el hombre posee la capacidad de volver sobre sus propios actos, esto

1 De anima, II, 2, 414, a 12

es, toma conciencia de su yo, y es capaz de autodeterminarse, es decir posee libertad para tomar sus propias decisiones. Sin embargo, resulta claro entender que no somos solo alma, el cuerpo juega un papel importantísimo, porque es la primera manifestación de la persona, toda vez que la persona humana es totalmente impensable sin el cuerpo, hasta el punto que algunos filósofos, como Julián Marías, la han descrito como “alguien corporal”2. Por tal motivo, tenemos que reconocer que el cuerpo no es una cosa, es el mismo hombre en su apariencia externa. El alma necesita del cuerpo para ser persona completa. Tenemos que reconocer por tanto, que el alma es una sustancia incompleta, que solo unida al cuerpo forman una sustancia completa, una naturaleza, y una persona. 2.2 El hombre es persona. Hablar de hombre y mujer es referirnos a la persona, lamentablemente en el camino lo hemos ido olvidando al punto de no valorarlo, la noción de persona tiene su origen en el latín personare y en el griego prósopon, y alude inicialmente a la máscara con la que el actor se presentaba ante el público, llegando a denominar al actor en cuanto tal, al hombre. El derecho romano también alude al término persona con la voz per se sonans, refiriéndose a quien habla por sí mismo, llegando a extenderse a todos los hombres libres y con voto porque procedían de familias nobles. Es sin embargo el cristianismo quien va a otorgar al término “persona” su verdadero sentido al punto de rechazar cualquier tipo de discriminación como lo demuestra el texto de la carta de san Pablo: “ya no hay diferencia entre judío y griego, ni entre esclavo y libre, ni entre varón y mujer, porque todos vosotros sois uno solo en Cristo Jesús”3 . Podemos afirmar entonces, que hay en el hombre algo que lo hace distinto, que lo ennoblece, al respecto el filósofo español Tomas Melendo 4 nos recuerda que a la pregunta «qué es el hombre» se debe responder hoy con una inicial y 2 J. Marías; Persona, cit, p. 135 3 S. Pablo, carta a los Gálatas, 13, 26-28; cf. Carta a los Colosenses, 3, 11 4 TOMAS MELENDO LAS DIMENSIONES DE LA PERSONA , PALABRA, 1999

acaso un tanto rudimentaria observación o reserva: el hombre, cada individuo particular, más que un simple qué es un quién, capaz de pronunciar, referido a sí mismo, el pronombre yo, con todo lo que esto lleva consigo. Y es que es a partir de ese yo individual que el hombre descubre su intimidad, la misma que le llevará a conocerse y por consiguiente a abrirse a los demás, porque posee la capacidad de amar, la misma que le lleva a salir de sí mismo, porque siendo persona, no se cumple en solitario, necesita de los demás porque posee un carácter dialógico que le mueve a buscar un intercambio con sus semejantes. De allí que no se puede entender al hombre como persona sin reconocer que posee dignidad, la cual le otorga un valor elevado y sublime, el valor elevado de un ser que existe realmente como una persona. En palabras de Juan Manuel Burgos: “toda persona es digna por el mero hecho de ser persona aunque carezca o posea de modo deficitario alguna de las características específicas de lo humano (discapacidades físicas o psíquicas, aspectos no desarrollados, etc.)”5 Conclusión: A manera de conclusión quisiera resaltar el hecho de que el hombre necesita descubrir su ser para poder llegar a comprender el valor trascendente de su existencia, y esto sólo lo logrará advirtiendo que posee un alma espiritual que junto al cuerpo le otorgan aquella dignidad que le hace merecedor de respeto consigo mismo y con los demás seres humanos con quienes ha sido llamado a compartir.

5 Juan Manuel Burgos, Antropología: una guía para la existencia, Palabra, 2013 pág. 48