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• Pablo Perla

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La Agenda 2030 está conformada por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) constituye una agenda global con la que se han comprometido los gobiernos del mundo. Aprobada en 2015, dicha agenda establece 17 objetivos, con sus metas, a ser alcanzados en un plazo de 15 años para que nuestro planeta sea un mejor lugar para todas las personas. El Salvador no sólo participó activamente en la construcción de los ODS y se comprometió con estos, sino que también concentró esfuerzos y recursos para lograr avances en el corto plazo en aquellos aspectos de mayor relevancia de la Agenda 2030 para el país. Estos aspectos o pilares fundamentales son tres: 1. Acabar con la pobreza extrema 2. Luchar contra la desigualdad y la injusticia 3. Combatir el cambio climatico

Los 17 ODS plantean 169 nuevas metas globales de desarrollo a 2030 para todos los países del mundo. Además de que existen 241 indicadores globales que sirven para medir o cuantificar el progreso de los ODS. Aunque Desarrollar indicadores para 169 metas, muchas de las cuales tienen un lenguaje no conducente a la implementación no es nada fácil y en algunos casos los indicadores deberán ser medidas indirectas del logro. El proceso de implementación y seguimiento de la Agenda 2030 requiere la participación de distintos sectores, por lo que el Gobierno de El Salvador ha iniciado un proceso de diálogo con el sector privado, sociedad civil, entre otros, orientado a su involucramiento en la referida Agenda. En un período tan corto es muy poco lo que se puede avanzar en su cumplimento, pero sí se puede decir que ha habido progreso en el entorno de los gobiernos, empresas y otras instituciones que deben contribuir a su cumplimiento. Se ha avanzado en una mejor comprensión por estas partes de los retos que representan, de los posibles papeles que cada uno debe jugar y se han producido

un sinnúmero de documentos preparatorios, con recomendaciones sobre el camino a seguir. Se puede concluir, que Al analizar los indicadores donde los datos nos revelan la necesidad de redoblar los esfuerzos para mejorar, se observa que el Gobierno tiene un papel clave, En otros existe una responsabilidad individual y social, en muchas ocasiones compartida con el Gobierno, por ejemplo, en lo referente a accidentes de tráfico y laborales o a hábitos de vida saludable y enfermedades infecciosas; así como con el sector empresarial en lo relacionado a protección de derechos laborales, empleo, innovación y exportaciones; además de otro indicador en donde las agencias de cooperación internacional juegan un papel importante. Lo anterior no hace más que confirmar que la Agenda 2030 con sus 17 objetivos, ajustada a la realidad de nuestro país, es una ruta no solo de cada gobierno de turno, sino de todos los órganos del Estado, de las organizaciones no gubernamentales, autoridades locales, entidades educativas y académicas, comunidad científica y tecnológica, sectores comercio e industria y, lo más importante, de toda la sociedad salvadoreña.