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• DE BO RA

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ESPACIO PÚBLICO  Tengo la fortuna que pocos tienen, de que mi espacio habitacional, a pesar de ser bastante reducido, posee una ubicación altamente funcional para mi vida cotidiana: me permite trasladarme caminando al trabajo y a la universidad. El camino es corto y, usualmente, el recorrido es el mismo, de manera que después de años me siento especialmente familiarizada con el Parque J.F. Kennedy (San Pedro, frente a la Iglesia). San Pedro es un lugar de paso para muchos estudiantes y empleados de los alrededores, sin embargo, ha sido mi lugar de residencia durante los últimos 8 años por lo tanto lo percibo de diferente forma. Al igual el Parque Kennedy, usado cotidianamente como sitio de tránsito y para esperar los buses de “La Peri” y San José. Mi vivencia del espacio inicia así, como lugar de paso durante el día y la noche, sin embargo, debido a parte de mi trabajo, necesito recibir entregas personales de ciertos artículos y el lugar más accesible y conocido para encontrarme con algunos clientes que llevan prisa, es el Parque. Así, ha sido bastante beneficiosa la remodelación del área frente a la Iglesia, con nuevas bancas y diseño de paisaje; durante las entregas tenemos la oportunidad de sentarnos a conversar un rato y ponernos de acuerdo sobre el trabajo. Además, a lo largo de este año la municipalidad ha hecho restauración de aceras y re diseño del paisaje del Parque, deshaciéndose de alguna vegetación que obstruía visibilidad y reemplazandola por otra que aporta mejor calidad visual. Igualmente instalaron iluminación más eficiente dentro del quiosco. Estos cambios han generado que el espacio proyecte mayor seguridad ya que los arbustos que antes habían se prestaban para ser refugio de personas sin hogar, situación también resguardada por la falta de iluminación. Algo que he notado luego de frecuentar un lugar diariamente, es que me he vuelto confiada. Son sin número los asaltos que suceden en San Pedro, en alrededores de la universidad y también en el Parque Kennedy. Aun así, después de tantos años de pasar alrededor y através de él, el miedo disminuye, lo cual no quiere decir que la amenaza haya desaparecido, por lo tanto tal vez sea solo una construcción de la mente basada en la costumbre y el patrón de permanecer invicta de un asalto. Anteriormente, una de mis observaciones es que ninguna de las fachadas que dan al parque es abierta o interactiva, puede ser un buen punto comercial pero ningún edificio alrededor se desempeña como comercio. A excepción de la esquina Suroeste, hace unos 3 años era un restaurante, desde entonces se encuentra cerrado. Sin embargo, durante el último mes, se dió la apertura de una cafetería al costado Norte del Parque, sitio estratégico, el local es pequeño pero logró un muy acertado manejo de la fachada, bastante apropiado para su ubicación, acristalada y con sillas que ven hacia el exterior, me parece, que es uno de los mejores lugares para “ver sin ser vistos”. Y precisamente aquí fue el mejor lugar para escribir este ensayo.

DÉBORA MEJÍAS GUZMÁN ENSAYO ESPACIO PÚBLICO TEORÍA E INVESTIGACIÓN EN DISEÑO URBANO

ESCUELA DE ARQUITECTURA

UNIVERSIDAD DE COSTA RICA