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• Santiago Igua

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Hoy en día existen muchas personas conformes a su vivencia en el estatus quo, conformes a lo que la realidad de este país les ofrece, pero todo cambia cuando algunos pocos alteran ese orden en la rutina de muchos; Por lo que quiero inferir: en primera instancia, estoy en desacuerdo en cómo a pesar de que el gobierno es consiente de la desinformación de el pueblo agrario acerca de las nuevas exigencias en cuanto a el cumplimiento de medidas en el manejo de las semillas de arroz a la reutilización de las mismas; práctica que se ha llevado a cabo en miles de cultivos de diversos productos en nuestro país; se llega a atropellar a la población creando un ambiente de conmoción y caos en esta. En segundo lugar no entiendo cómo los gobernantes colombianos conociendo que este es un país agricultor, en el cual la práctica común de más de tres millones y medio de familias campesinas en todo el territorio nacional, era reservar la mejor parte de la cosecha para utilizar estas semillas; a partir de esto y en consecuencia a la firma del TLC con Estados Unidos se realizo la implantación de una Resolución que obliga a los campesinos a la siembra exclusiva de semillas certificadas, esta Resolución fue proclamada por el ICA con el número 970, la cual protegen los derechos de autor de las empresas productoras de semillas certificadas, lo que convierte a la practica ancestral realizada por los campesinos en una violación directa a dichos derechos de autor y los obliga a comprar semillas cada vez que deben iniciar un nuevo cultivo. Por esto y a mi parecer, a pesar de que el gobierno trate de ocultar cualquier relación existente entre la implantación de la resolución 970 con el TLC firmado con los Estados Unidos, cabe recordar que el único país que produce y vende semillas certificadas es, claro está, Estados Unidos. Fuera de el daño que hacen al pueblo agrario con esta reforma, debemos tener en cuenta que nuestro país se ve afectado económicamente, debido a que las semillas que se deben utilizar de ahora en adelante provienen en su mayoría de empresas multinacionales, un negocio que se ha convertido en el tercero de mayor importancia en el mundo, un monopolio que por obvias razones, en particular las de tipo económico, no va a permitir el ingreso de pequeños productores, solo el 8% de las semillas certificadas que se utilizan en nuestro país han sido certificadas por empresas nacionales, el resto deben ser traídas por multinacionales dedicadas a este negocio.

La integración vertical, también está presente en este monopolio, pues las empresas dedicadas a la comercialización de semillas certificadas, también suministran todos los elementos requeridos para el cultivo, como lo son los fertilizantes, abonos y demás, por esto los campesinos están sujetos a la compra del paquete completo para acceder a semillas certificadas para sus cultivos. En conclusión en el documental 970, se evidencia la grave crisis agrícola en Colombia, la cual va a agravarse con la implantación de esta norma e invita a reflexionar si el TLC firmado, del cual se enorgullece el gobierno, nos va a traer mas perdidas que ganancias, por esto es para mí una obligación el promover que el campo sea una prioridad en este país, y no sea tomado como plato de segunda mesa o vagón de cola. Démosle el lugar adecuado a los campesinos de esta, Nuestra Tierra.