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PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA CALI

POLITICA, DEMOCRACIA Y CIUDADANÌA EN COLOMBIA ENSAYO FINAL

Angela Rocio Morantes Castellanos

CONTENIDO 1. INTRODUCCION 2. CRISIS DE PARTICIPACION CIUDADANA EN COLOMBIA 3. LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE COLOMBIA DE 1991 NO PERMITE UN CORRECTO PROYECTO DE NACIÓN: es necesaria la reforma de la

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constitución 4. LA CIUDADANÍA EN COLOMBIA NO PERMITE EL DESARROLLO DE UN PROYECTO POLÍTICO QUE HAGA FRENTE A LAS

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INJUSTICIAS SOCIALES 5. EL PROCESO ACTUAL CON EL ELN Y LOS ACUERDOS REALIZADOS CON LAS FARC NO PERMITIRÁN EL ALCANCE DE UNA PAZ ESTABLE EN EL PAÍS 6. CONCLUCIONES Y CONSIDERACIONES FINALES 7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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INTRODUCCION La violencia ha existido en Colombia desde hace más de 50 años, solo en el siglo XX, la Guerra de los mil días, la perdida de panamá, el gobierno de Rafael Reyes y la exclusión política por parte de los conservadores eran apenas abrebocas (aproximadamente entre 1886 y 1930). Y no nos cansamos de derramar sangre, ahora el rojo o el azul eran nuestras razones para luchar o huir, una nueva época de dolor y sufrimiento, sin embargo se llevaron a acabo procesos de modernización (López Pumarejo) y surgió el Gaitanismo. La polarización de la lucha partidos tradicionales trae consigo el asesinato de Gaitán y el Bogotazo, el período de La Violencia y la aparición de los “pájaros”. Rojas Pinilla se logra posicionar como alternativa para apaciguar la violencia bipartidista, logra modernizar gran parte de Colombia, pero también trajo violencia de carácter dictatorial. Luego con el Frente Nacional se logra pactar entre Liberales y Conservadores, se lleva a cabo una Reforma Agraria y más adelante la reforma constitucional de 1968. Aunque se decía haber democracia y vida política, ante la opresión, la falta de representación política real y las luchas populares por la tierra, surgieron las insurgencias y autodefensas, las que después serían las guerrillas. Ante estas y la falta de respuesta del Estado surgieron los grupos paramilitares. Eso sucedía en el campo, mientras que en la ciudad el narcotráfico y la corrupción política atormentaban a Colombia, la ciudad de Medellín, una de las más pujantes del país llego a ser catalogada como la ciudad más peligrosa del mundo, ciudad que era atormentada por Escobar y la familia Ochoa, se da el auge de la economía ilegal, se agudiza la violencia por delincuencia común, al igual que la generada por los grupos guerrilleros y paramilitares. Consecuentemente se lleva acabo e movimiento de la séptima papeleta y con ella se establece la Constitución de 1991. Nos damos en cuenta entonces que

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según la historia, Colombia no era estable para la política como sociedad. Eso nos hace crearnos ciertas cuestiones respecto a la Política y la Democracia en Colombia, a partir de esto en el presente texto se expondrán la crisis de Participación Ciudadana en Colombia, por qué la Constitución Política de Colombia de 1991 no permite un correcto proyecto de Nación: es necesaria la reforma de la Constitución, las razones por las cuales la Ciudadanía en Colombia no permite el desarrollo de un proyecto político que haga frente a las injusticias sociales y el por qué el proceso actual con el ELN y los acuerdos realizados con las FARC no permitirán el alcance de una paz estable en el país. CRISIS DE PARTICIPACION CIUDADANA EN COLOMBIA Es claro que Colombia algo sucede respecto a la Participación Ciudadana, las tazas de abstención a votar y la facilidad con la que se evita el debate se podría comprender a mitad del siglo pasado, pero en la actualidad esto no debería suceder, pues la historia ha moldeado al país hacia una verdadera democracia, cambios que años atrás era impensables por interés general ya que la cultura era moldeada por ideologías tradicionales y la política se regía por el monopolio del poder bajo el régimen bipartidista, inclusive las reflexiones de los pertenecientes a los partidos de izquierda, añoraban la vía correcta para construir el socialismo, proyecto que poca relación tenía con la idea de participación. Los tiempos habían cambiado y según afirma el Foro Nacional Por Colombia (2011) “La Constitución de 1991 estableció la participación como pilar del Estado. No obstante, se ha visto amenazada por el clientelismo y los grupos ilegales.” Esto quiere decir, que aunque existen los mecanismos constitucionales para que perfectamente se lleve a cabo el ejercicio de la ciudadanía y se realice una correcta democracia, hay ciertos factores que inciden en que las dinámicas no se den como deberían ser. Cuando hablan de Clientelismo hacen referencia a

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una categoría analítica para la investigación de relaciones de poder de carácter informal, esto denota el intercambio mutuo de servicios y bienes entre dos personas socialmente desiguales o entre dos grupos. Es una relación en la que una persona con mayor poder (social, cargo, monetario, etc.) pone su influencia y sus medios a favor de otra persona menos poderosa, para que esta consiga protección u otras ventajas. Está a cambio le ofrece respaldo y servicios. En esta relación los actores disponen de diferentes recursos que utilizan para favorecerse mutuamente (Schröter, 2010). Por consiguiente esto implica que cierta parte de la población no lleva a cabo una verdadera participación según las propuestas e ideales de la persona por la cual vota siendo conscientes de las necesidades del país e incluso su propio futuro, sino que eligen pues de esta forma obtienen algún beneficio momentáneo e individual sobre el bien colectivo. El clientelismo impide el progreso hacia una organización política más moderna, competitiva e igualitaria. Un ejemplo de clientelismo se pudo evidenciar en una noticia publicada en el periódico El Tiempo titulada “Tras denuncia de clientelismo, destituido subsecretario de Movilidad” por Yesid Lancheros (2013), esta informaba que “Dagoberto Mejía, quien apenas lleva mes y medio en ese cargo, tiene señalamientos en su contra por presuntamente presionar el nombramiento de varios “recomendados políticos” en Movilidad, según revelaron altas fuentes de la Administración Distrital a este diario.” Es importante comprender que como dice Giovanni Sartoria (1998), “(…) Considerar el mero acto de votar como participación es poco más que una manera de hablar y, desde luego, nos deja con un significado muy diluido del término”. Es por eso que es importante entender el trasfondo de los votantes en Colombia, pues además del clientelismo, el caudillismo (es el movimiento de los mismos personajes y familias en la vida política,

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circundando al poder), el populismo (hace referencia a la práctica de un candidato de propuestas de corte social para gana votos y representación, que tiene un discurso llamativo y cautivador para las masas, pero que al llegar al cargo, esas propuestas no siempre son cumplidas o al cumplirlas aporta a los problemas locales socavando el país, como por ejemplo el aumento de la deuda internacional) y la corrupción (incumplir intencionalmente con el principio de imparcialidad de un funcionario público y el deber ser de su cargo, con el fin de conseguir un beneficio individual, para sí mismo o sus allegados), son fenómenos que afectan la correcta participación ciudadana. Ejemplos de estos encontramos en gran cantidad en las noticias y los periódicos, de cómo los funcionarios dejan obras incompletas, como los dineros destinados para ciertos programas desaparecen y como las propuestas son incumplidas. Otro problema de la Participación Ciudadana en Colombia es la falta de cultura del votante, en estas jornadas, el porcentaje de abstención es muy grande, para las ultimas elecciones del 2014, Solo 13,2 millones de ciudadanos de los cerca de 33 millones habilitados acudieron a las urnas (El Tiempo, 2014), esto corresponde a un porcentaje de alrededor del 60%, uno de los porcentajes más altos de población no votante en Colombia. La mayoría de las personas que no votan pues han perdido la fe en el sistema democrático que la carta del 91 prometía, esto es comprensible de cierto modo, el problema es que la sociedad civil no conoce el verdadero poder que tiene, no hay cultura del voto, no hay conciencia respecto al cambio que se puede generar mediante el uso de la participación ciudadana, por eso dejan en las manos de pocos una decisión muy importante y generalmente esta población que si vota es la que es movida por los fenómenos anteriormente mencionados. Esto es favorecer

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al crecimiento de ese efecto desencantador de la vida política y aporta a la degradación del país. LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE COLOMBIA DE 1991 NO PERMITE UN CORRECTO PROYECTO DE NACIÓN: es necesaria la reforma de la constitución En el campo de las Ciencias Sociales se reconocen distintas formas de clasificar a las Constituciones Políticas, entre estas se encuentra la clasificación según Karl Coewenstein, en esta las Constituciones son clasificadas en: Constituciones Normativas, Constituciones Nominales y Constituciones Semánticas. En el caso Colombiano, la Constitución de 1991 puede ser clasificada como una Constitución Nominal, pues las dinámicas sociales van en contravía con lo que dicen las leyes. La Constitución es jurídicamente válida, pero las formas de organización política y social no se adaptan a sus normas. En otras palabras, nuestra constitución es una de las más completas y como lo menciona María Teresa Uribe (1995): “Lo que se discutía en la antesala de la Constituyente era la necesidad de salirle al paso a las reiteradas crisis de legitimidad y gobernabilidad (...) De allí surgieron las iniciativas referidas al fortalecimiento de la democracia participativa para oponerla a un modelo decadente de representación (...)”, por ello esta constitución posee una gran abundancia de mecanismos participativos, le otorga al ciudadano de nuevas libertades y derechos con sus respectivos deberes. Pero, esta no se ajusta a nuestra sociedad. En Colombia no existe una Cultura Política como la que amerita la Constitución del 91. Si nombramos nada más ejemplos desde el punto de vista de los derechos, nos podemos dar cuenta de lo poco que realmente representa nuestro país. Nuestro problema es meramente cultural, en una país que por cultura sigue siendo machista, no se puede esperar que haya una correcta representación de una mujer, son aún muchos los casos que se presentan de

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violencia de género y de inequidad, según una noticia de El Tiempo (2017): “el feminicidio (el asesinato de una mujer , como lo define la ley 1761 de 2015), aumentó 22 por ciento, al pasar de 100 muertes, en 2015, a 122 muertes, en 2016”, esta noticia nos demuestra que en un margen de más de 20 años de la vigente constitución, no se ha podido velar por el derecho fundamental de la vida sobre todos los demás derechos y las cifras en vez de reducirse, van en aumento. La gente aún tiene la mentalidad de la constitución del 86, la constitución vigente simplemente es demasiado para que a memoria cultural pueda cambiar, se intenta cambiar a toda Colombia mediante este documento de una forma muy drástica, pero no hay que olvidar que no somos ningún país del primer mundo, ni poseemos una correcta ciudadanía. Otro problema es el analfabetismo y la precaria educación, es comprensible que haya mucha gente que no conozca a fondo la constitución pues no tenga hábitos de lectura o no lo sepa hacer. Es por eso que es necesario que la constitución se ajuste a la sociedad, par alguien sin hábitos de lectura es más fácil leer algo conciso y sustancial. Además, la participación ciudadana es tan precaria que son pocos los que hacen valer sus derechos y utilizan los mecanismos de participación, muchas veces los que participan están “comprados” o “untados” pues no hay cultura política ni de participación, solo hay cultura del facilismo, del individualismo, del inmediatismo, que a grandes rasgos solo socavan más al país. Pero de esta situación no hay forma de alzar la voz, pues quienes realmente lo pueden parar no lo hacen, prefieren permanecer perturbados a tomar las vías de derecho para cambiar el rumbo de nuestra sociedad. Entre lenguas se dice que “El colombiano es muy chismoso, se queja por todo pero no hace nada para cambiar su situación”

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Es por eso que es profundamente necesario que se lleve a cabo una reforma constitucional, para así lograr una verdadera representación, en vez de hacer un documento sobre un deber ser, mientras la realidad es totalmente contraria. Mientras las dinámicas políticas y sociales no sean acordes a la constitución, no va a existir una verdadera representación de la sociedad civil y al no haber una convergencia, no funciona como debería pues las relaciones sociales y políticas funcionan en conjunto con la normatividad como un gran sistema que para que se lleve a cabo de buena manera debe corresponderse mutuamente y de esta forma que exista una correcta gobernabilidad (y por consiguiente el correcto desarrollo de un proyecto de Nación), esta depende de la independencia que puedan tener las autoridades para construir el orden social, si la constitución no es acorde a la sociedad entonces no existe una real gobernabilidad. El problema es que al ser de talla cultural, está profundamente arraigado a la forma de pensar de las personas, eso toma mucho tiempo para general un verdadero cambio, por ello es más factible reformar la constitución. LA CIUDADANÍA EN COLOMBIA NO PERMITE EL DESARROLLO DE UN PROYECTO POLÍTICO QUE HAGA FRENTE A LAS INJUSTICIAS SOCIALES Según el Instituto de Estudios Latinoamericanos (2017): “Ser ciudadano o ciudadana significa (…) dos cosas: una, poseer un sentimiento de pertenencia a una comunidad política; otra, obtener un reconocimiento de esa comunidad política a la que se pertenece. La pertenencia y el reconocimiento a una comunidad tiene deberes y tiene derechos”. Por lo tanto la ciudadanía es hacer valer tus derechos y cumplir tus deberes, es decir, denunciar y hacer levantar tu voz para hacer valer tus libertades, derechos y ser reconocido, además llevar a cabo el ejercicio político de la sociedad civil, sin olvidarse de la seriedad que este último amerita y del carácter de deber que este tiene. La ciudadanía implica también cierta

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politización del individuo, acoger una cultura política, critica y de participación, implica salir a la esfera pública, acogerla como un derecho innato (esto último también hace parte del proceso de construcción de una dimensión de la ciudadanía.) Comprendiendo lo anterior, podemos decir que la ciudadanía en Colombia es precaria. La Cultura del colombiano y la falta de Cultura Política no permiten el desarrollo de un proyecto político que haga frente a las injusticias sociales que se evidencian a diario en las noticias, esto se debe a que para poder llevar a cabo un correcto desarrollo de un proyecto político dirigido a lo social, es necesario que mínimamente el ciudadano tenga unas buenas bases éticas y morales, que no se rija por el facilismo y el individualismo, un ciudadano que apropie la responsabilidad que todos tienen en la sociedad civil, situación contraria al caso Colombiano. Como Beatriz Peralta Duque (2010) expone: “En el marco constitucional de Colombia, la participación ciudadana se constituye en un eje fundamental en la construcción de lo público. Es por ello, que identificar y comprender la forma y aplicación de los mecanismos de participación ciudadana en un entorno donde predomina la lógica individual y la tendencia privatizadora, indica la realidad de la participación en el país: existencia o no de acuerdos mínimos, interés ciudadano en participar, apertura de los gobiernos para abrir espacios de participación en la gestión pública, el concepto de participación o cuál es la participación deseada”. Lo anterior nos demuestra las dificultades que se afrontan al hablar de Ciudadanía Colombiana, la cultura de nuestro país no es participativa, no tiende hacia el bien comunitario sino al aprovechamiento individual. La base de nuestra actual constitución es la participación, sin participación esta no es legítima, por ello no se puede llevar a cabo un proyecto político que tienda a lo social que sea legítimo a nuestro país. Además,

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culturalmente e históricamente se ha visto más aceptado el callar en vez de denunciar e utilizar los distintos mecanismos de participación para poder tomar acción respecto a casos puntuales de injusticia social. Es entonces la falta de cultura ciudadana y de una propia ciudadanía que realmente se pueda llevar a cabo un proyecto que le haga frente a las injusticias sociales. EL PROCESO ACTUAL CON EL ELN Y LOS ACUERDOS REALIZADOS CON LAS FARC NO PERMITIRÁN EL ALCANCE DE UNA PAZ ESTABLE EN EL PAÍS El problema es que se ha interpretado mal estos procesos. Es una muy buena iniciativa y es la mejor forma de conseguir que los distintos intereses estén equilibrados, el punto del acuerdo es que todas las facciones pongan de su parte así no todos queden completamente satisfechos, es imposible lograr una reducción a la violencia si no se es imparcial en la búsqueda del interés común, pero se cree que una vez pactados se podrá llegar a una paz estable en el país, pero en realidad solo se está solucionando uno de los factores de violencia. La mayor fuente de violencia en Colombia es el hogar, son mayores los casos de violencia física y psicología intrafamiliar que la violencia causada por cualquier otro medio, además esta clase de violencia es la que más puede incidir en la formación y comportamiento del individuo, es decir, esta clase de violencia es la principal incidente en la cultura. Un niño que ve que su padre maltrata a su madre comprenderá primero que esa clase de comportamientos están bien a que es ilegal, un niño que crezca escuchando que no sirve para nada, está condicionado a no tener éxito en la vida y no realizar sus sueños, no porque no conozca sus derechos o sus libertades, sino porque esa es la información que ha recibido de antemano por sus padres.

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De acuerdo a una noticia del periódico El País (2017): “Un panorama preocupante de violencia intrafamiliar presentó el Instituto Nacional de Medicina Legal en su informe Forensis, que revela que en el 2016 esta modalidad delictiva aumentó 3,8 %. El estudio, presentado por el director de Medicina Legal, Carlos Valdés, indicó que en 2016 se presentaron 77.182 casos, mientras en 2015 la cifra fue de 74.233.”, según un informe del Centro de Memoria Histórica de Colombia (2012), entre 1958 y 2012, el conflicto armado ha dejado alrededor de 218,094 afectados. Esos son 218,094 casos en 54 años, si multiplicáramos los 54 años por el número de casos de violencia intrafamiliar que datan del 2016 el resultado sería de 4167.828 víctimas, casi 20 veces más que los casos por el conflicto armado, y si tenemos en cuenta el impacto que esto tuvo en las personas, fue un impacto casi 20 veces mayor en la forma de pensar de un niño y en la cultura histórica de la Sociedad Civil. Si en realidad se quiere conseguir una paz estable en Colombia, es necesario crear planes para asegurar una educación más completa y que se le garantice a todos los niños del país, luego es necesario intervenir en los hogares y erradicar la violencia por criminalidad común erradicando las causas sociales que llevan a que las personas cometan esos crímenes, erradicar las situaciones de marginalidad y precariedad por las que pasa la mayoría de la población Colombiana. Orientar el sistema de comercio hacia el crecimiento interno del país más allá de la competencia internacional y llevar a cabo cambios en el modelo de participación actual, de forma en que realmente haya representación política, exista gobernabilidad y se puedan erradicar los factores de violencia reales en el país que no dejan que consigamos una paz duradera y real.

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CONCLUSIONES Colombia es un país con peculiares características, posee una de las mejores herramientas para la democracia al mismo tiempo que es el país que durante más de 50 años ha derramado sangre a causa de la falta de participación política. La mayoría de las problemáticas están arraigadas a la cultura y a la falta de ciudadanía, esto incide de forma en que la constitución siendo muy completa y hasta poética, no sea acorde a las dinámicas políticas y sociales. Esto deriva en una falta de gobernabilidad y la incapacidad de realizar propiamente proyectos de Nación y políticos que le hagan frente a la lucha contra las injusticias sociales. A los colombianos les hace falta tener una mayor conciencia

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responsabilidad social, al igual de una cultura política, para poder llevar a cabo una correcta participación política, acabar con la crisis y conseguir un correcto proyecto de nación. Este país con profunda cultura histórica pero sin memoria, se ha visto fuertemente mediada por los distintos acontecimientos del siglo XX, estos incidieron en la construcción de un sujeto político que paulatinamente asumió la ciudadanía desde distintas perspectivas, legales o ilegales, pero que en el tiempo le fueron dando al ciudadano un protagonismo ausente en la esfera pública colombiana, además de prevalecer la mentalidad de esa época, incluso varias décadas después. Se puede decir que la educación es la clave para cambiar paulatinamente esta forma de concebir a la política, para cambiar la forma participar, hacer valer tus derechos como ciudadanos y ejercer tus deberes, llevar a cabo el ejercicio de la participación política de la sociedad civil. Es de vital importancia para las personas que poseen la información, divulgar la importancia del pensamiento crítico y la participación política, dejar a un lado la doble moral y tomar las riendas de Colombia, el ciudadano tiene la capacidad de lograr el verdadero cambio y así poco a poco acercarnos a una paz estable.

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