Ensayo Barbarians at The Gate

UNIVERSIDAD DE MONTERREY División de Negocios Finanzas Corporativas “Barbarians at the Gate” Oswaldo Solórzano – 5933

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UNIVERSIDAD DE MONTERREY División de Negocios

Finanzas Corporativas

“Barbarians at the Gate”

Oswaldo Solórzano – 593353

“Doy mi palabra que he realizado esta actividad con integridad académica”

La película “Barbarians at the Gate” narra la historia de la absorción financiera más importante de la década de los 80’s, la adquisición de RJR Nabisco cuya relevancia se da por el hecho de que esta se estableció como el precedente fundamental de las operaciones sin igual que llegarían los años siguientes.

RJR Nabisco alcanzó a ser en la década de los 80 un gran conglomerado, que lograba una combinación de su actividad en el sector alimentario con la producción de tabaco. La empresa, era el resultado de una larga historia de fusiones y adquisiciones, sobre todo de compañías de snacks y galletas. Su nombre mismo reflejaba la unión de Nabisco (National Biscuits, entonces propiedad de Kraft Foods y fabricante de las Oreo, entre otras galletas) con R.J. Reynolds Tobacco Company; la fábrica tabacalera Salem de los cigarrillos Winston y Camel.

Al parecer la relación entre distintos segmentos de negocio era complicada para la empresa. Los negocios de snacks y galletas constituían un mercado con una competencia muy importante mientras que el negocio del tabaco estaba amenazado por las nuevas leyes sanitarias y los estudios que revelaban su relación con el cáncer de pulmón y los problemas de salud. En ese contexto era visto con malos ojos por Wall Street que presionaba los valores de las acciones de la empresa a la baja. Para mejorar esta situación, en octubre de 1988 un grupo de inversores hizo una propuesta de compra apalancada (una leveraged buyout) por 75 dólares la acción; unos 17.000 millones de dólares.

Las compras apalancadas, generalmente conocidas como “LBO” (Leveraged Buy-Out), o compra financiada por terceros consiste en la adquisición de una empresa con la ayuda de una gran parte de capital externo para alcanzar la suma necesaria. Como garantía (o "apalancamiento") se utiliza para ello de forma exclusiva o mayoritaria los flujos o activos (como bienes) de la empresa por adquirir, para asegurar y pagar el dinero prestado en la compra. Este tipo de operaciones son frecuentes entre los inversores de las denominadas private equity.

En el caso en cuestión, esta absorción beneficiaba a los accionistas de la compañía, pues retiraba la empresa de la bolsa a un precio por encima de su cotización, a la vez que sus directivos se aseguraban su posición y bonus extraordinarios. Una vez fuera de la órbita de la bolsa podrían reestructurar la compañía. Para financiar esta operación de compra, contaba con la emisión de bonos basura, en manos de Shearson Lehman Hutton. La propuesta abrió la posibilidad de compra para otros oferentes, más

preparados a nivel financiero, que también se vieron interesados. Los primeros en presentar una contraoferta de adquisición fueron los especialistas en LBOs Kohlberg, Kravis, Roberts & Company, seguidos por Forstmann Little y First Boston Group. A partir de análisis financieros y estimaciones, cada banco y sociedad financiera apostó más y más, uno tras otro, con la idea que el valor de los negocios de RJR Nabisco, una vez separados, era más alto que la oferta inicial de 17.000 millones de dólares de un principio. Desde un primer momento el equipo directivo tuvo la situación bajo control. Además de ser el primero en hacer la oferta, también controlaba la información de la compañía.

Los oferentes hicieron lo posible para comprender las cifras que harían posible una compra apalancada y poner un precio objetivo a todo el negocio de RJR Nabisco. Después de un proceso de subasta que terminó el 28 de noviembre de 1988, el conglomerado fue adquirido por 24.880 millones de dólares, a 109 dólares por acción. Para los accionistas, esto representó un beneficio de un 45% por encima de la oferta inicial que había hecho el grupo de Johnson.

De esta forma quedo en evidencia que en una empresa muy apalancada, el dueño de las acciones no es quien realmente tiene el control. Es el tenedor de los bonos o el acreedor, quien puede poner la empresa en mora. Así fue que Kohlberg Kravis Roberts & Co. (KKR), fue la firma de LBO que se apoderó de RJR Nabisco en 1989, durante una de las tomas más visibles de la década. Según Barbarians at the Gate, resulta que KKR logró ganar sin tener la oferta más alta de la puja.

Podría considerarse hasta que punto fue arreglado el proceso de licitación para asegurar que ganara esta firma, o si fue manipulado por los medios de comunicación para hacer parecer que la junta directiva tenía motivos para favorecer a KKR, en lugar del grupo de gestión, aunque las verdaderas razones fueran otras…